l. IDEAS GENERALES
El orden jurídico general de un Estado no solamente debe proveer a los gobernados de medios de
derecho para impugnar la actuación arbitraria e ilegal de las autoridades, sino establecer también
un sistema de responsabilidades para las personas en quienes la ley deposita el ejercicio concreto
del poder de imperio del Estado. Evidentemente, para el gobernado es más útil, por sus propios y
naturales resultados, valerse de un medio jurídico de impugnación contra los actos autoritarios
para presera var su esfera jurídica, puesto que tal medio tiene como efecto 'inmediato la
invalidación del hecho violatorio y la restitución consiguiente del goce y disfrute del derecho
infringido. En la generalidad de los casos, satisfecho el interés del gobernado particular, como
consecuencia del -ejercicio del medio _jurídico de impugnación _contra actos de autoridad, poco
importa al afectado individual exigir la responsabilidad en que hubiere incurrido el funcionario
físicamente determinado, con motivo de la comisión de la actividad violatoria, Sin embargo, para
un espíritu altamente cívico, se impone exigir responsabilidad al funcionario o empleado que haya
perpetrado una falta o delito en el desempeño de su cometido 'público, como medio de previsión
de ulteriores arbitrariedades y de represión.
En nuestro orden constitucional se ha instituido, como garantía jurídica del mismo y del régimen
de legalidad en general, un sistema de responsabilidades de los funcionarios públicos, referido
especialmente en el artículo 108 de la Ley Suprema, de los altos funcionarios de la Federación y
esbozado para todos los funcionarios y empleados federales y del Distrito en el articulo 111,
párrafo quinto. El sistema general de responsabilidades para los gobernantes (y al cual no nos
vamos a referir por exceder su estudio del tema que estamos abordando),935 está regulado entre
nosotros por la Constitución en sus articulas 108 y 114 Ypnr la Ley de Responsabilidades de los
Funcionarios y Empleados de la Federación y del Distrito y de los Altos Funcionarios de los Estados,
publicada en el Diario Oficial de 4 de enero de 1980. y que es la reglamentaria de los mencionados
preceptos constitucionales.
Pues bien, la responsabilidad en los juicios de amparo forma parte de esa responsabilidad general
y está constituida por todas aquellas faltas o delitos que cometan los funcionarios encargados de
conocer del juicio de garantías durante la substanciaci6n de éste y las autoridades responsables,
por un lado, así como el quejoso y el tercero perjudicado, por el otro. Consiguientemente, el
estudio relativo a la responsabilidad en los juicios de amparo lo vamos a dividir en tres partes, tal
como lo hace la Ley de Amparo, a saber: la concerniente a la responsabilidad de los 6rganos de
conocímiento de nuestro juicio constitucional, la que atañe a las autoridades responsables y la que
se refiere a los otros dos sujetos procesales mencionados. Ante todo, el problema fundamental
que debe dilucidarse es el relativo a la vigencia actual del Título Quinto de h Ley de Amparo, que se
refiere a la responsabilidad en el juicio de garantías. Aludimos a tal problema, porque en materia
de responsabilidad, la Ley de 21 de febrero de 1940, vino a derogar, en su artículo 6 transitorio,
todas las disposiciones correspondientes de carácter general referentes a responsabilidades de
funcionarios y empleados públicos que se opongan a sus mandatos.
Siendo, pues, un . principio de derecho el consistente en que una ley nueva deroga a una anterior
que tenga la misma materia de regulación, y refiriéndose la de. febrero de 1940 a la respon.
sabilidad general de funcionarios y empleados de la Federación, del Distrito Federal y Territorios
Federales (estos últimos han desaparecido política y administrativamente al haberse convertido en
Estados) y Altos Funcionarios de los Estados, lógico es formularse la pregunta de si quedaron
derogadas o si permanecieron vigentes las disposiciones que sobre responsabilidad en materia de
amparo contiene la Ley Reglamentaria de los artículos 103 y 107 constitucionales, en lo que atañe
a los juzgadores de amparo y a las autoridades responsables.
En conclusión, estimamos que las disposiciones del Código Penal a que remite la Ley de Amparo en
materia de responsabilidad no han sido derogadas, pues así lo ha establecido, por lo demás, la Ley
de febrero de 1940, tanto en la fracción LXXII del articulo 18 a que aludíamos, corno en el articulo
22 que dice: "En todo aquello que ~o pugne con las disposiciones de la presente Ley, son aplicables
las reglas consignadas en el Código Penal." Por el contrario, en vista del contenido del articulo 49
transitorio de la Ley Orgánica del Poder Judicial de la Federación, que establece una vigencia
temporal o condicional de las disposiciones de la Ley Orgánica anterior sobre responsabilidades de
los funcionarios y empleadosdel Poder Judicial Federal, tales disposiciones quedaron derogadas
por la Ley de Responsabilidades de febrero de 1940.
En esta cuestión, la Ley de Amparo, en diversos preceptos, consagra las figuras delictivas
de carácter oficial que pueden consumarse por las autoridades responsables en materia de
amparo. a) En primer lugar, el artículo 204 de dicho ordenamiento prevé como delito
oficial de la autoridad responsable el hecho de que ésta "afirme una falsedad o niegue una
verdad, en todo o en parte". tanto en el juicio de amparo principal como en el incidente de
suspensión. Los términos legales en que está concebido este delito por el mencionado
precepto reproducen aquellos en que está redactado el que prevé la fracción V del artículo
247 del C6digo Penal, a cuya sanción remite la Ley de Amparo en este particular, la cual
consiste en prisión de dos meses a dos años y multa de diez a mil pesos.
b) El segundo delito oficial que puede cometer la autoridad responsable en materia de
amparo lo podrlamos designar bajo el nombre de "revo,aá6n maliciosa del aUO
rerld11'ldáo", previsto en el artículo 205 de la Ley de Amparo, que dice:
"La autoridad responsable que maliciosamente revocare el acto reclamado con el
propósito de que se sobresea en el amparo s610 para insistir con posterioridad en dicho
acto sed castigada conforme al artículo 213 del Código Penal, en relación con la fracciÓD IV
del 214 del propio ordenamiento." Este delito lo equipara la Ley de Amparo al de abuso de
autoridad contenido en el artículo 214, Fracción cuarta, del Código Penal, el cual está
concebido por este ordena-miento en los siguientes términos: "Comete el delito de abuso
de autoridad todo funciooario público,. agente del gobierno o sus comisionados, sea cual
fuere su eategorfa, en los casos siguientes: VI: Cuando ejecute cualquier otro acto
arbitrario y atentatorio a los derechos garantizados en la ConstituciÓ<l.' La penalidad de
este delito específico que puede ejecutar la autoridad responsable en materia de amparo
consiste en multa de veinticinco a mil pesos, destitución de empleo y privación de libertad
de seis meses a seis años, según el artículo 213 del Código Penal. e) El tercer delito que la
autoridad responsable puede cometer en materia de amparo está previsto en el artIculo
206 de la Ley respectiva, pudiéndose designar con la denominaci6íl de desobediencia al
""to de suspensión.
Dice sobre el particular el citado precepto: "La autoridad responsable que no obedezca un
auto de suspensión debida:ffUmle notiiicado, será castigada con la sanción que señala el
artículo 213 del Código Penal. por cuanto a la desobediencia cometida,
independientemente de cual. quier otro delito en que incurra. La misma sanción se
aplicará. cuando deba tenerse por hecha la notificación de la suspensión. en Jos términos
del artículo 3; de esta Ley. si llegase a ejecutarse el acto reclamado,"
La condición indispensable para que se cometa este delito, según puede observarse de la
transcripción, estriba en que el auto judicial por el que se conceda al quejoso la
.suspensión (provisional o definitiva, pues la ,Ley no distingue en este caso) debe estar
debidamente notificado a la autoridad responsable, de acuerdo con las reglas sobre
notificaciones en el juicio de amparo y que estudiamos en otra ocasión en el capítulo
respectivo de este trabajo. En cuanto a la penalidad impuesta a la autoridad responsable
que cometa este delito, es la misma que se previene para el anterior, consignada en el
artlculo 213 del Código Penal, O sea, aquella que corresponde al delito de abuso de
autoridad en' general. d) El cuarto delito especifico en cuya comisión puede incurrir la
autoridad' responsable en materia de amparo, consiste en el hecho de que, ruando a ella
le competa proveer sobre la suspensión del acto reclamado (por ejemplo, en amparos
directos), admita jidllzas o contr<>-jitl1lzas ilusorias o insuficientes, y ruya penalidad
estriba en la suspensión del empleo de un mes a un año, destitución o multa de cincuenta
a quinientos pesos (art. 225 del Código Penal). e) Uno de los delitos de mayor gravedad, no
por lo que respecta a la penalidad propiamente dicha, sino porque implica una rebeldía
contra los mandatos supremos de la Justicia Federal, es el contenido en el artículo 20S de
la Ley de Amparo, que dice:
"Si después de concedido el amparo, Ia autoridad responsable insistiere en la repetición
del acto reclamado o tratare de eludir la sentencia de la autoridad federal,
inmediatamente será separada de su cargo y consignada al Juez de Distrito que
corresponde; para que la juzgue por la desobediencia cometida, la que se castigará con la
sanción que señala el articulo 213 del Código Penal. Si apareciere cometido otro delito. el
Juez.de Distrito pondrá los hechos en conocimiento del Ministerio Público que
corresponda."
Este precepto, que prevé el delito que podríamos llamar de repetición del acto reclamado
una vez concedido el amparo al quejoso, viene a corroborar la disposici6n inserta en la
fracci6n XVI del artículo 107 constitucional (que inexplicablemente no aparece en .la
publicación oficial de las Reformas de 1967) y la cual está concebida en términos análogos.
La comisi6n de este delito entraña la inmediata destitllción de la autoridad responsable (si
no hay impedimento constitucional para ello), para cuya orden es competente la Suprema
Corte de Justicia funcionando en Pleno, según lo establece la fracción VII del artículo 11 de
la Ley Orgánica del Poder Judicial de la Federaci6n. Una vez ordenada la destituci6n de la
autoridad responsable, la Suprema Corte, ta! como lo disponen los artículos lOS, segundo
párrafo, y 208 de la Ley de Amparo, la consignará al Ministerio Público para el ejercicio de
la acci6n penal correspondiente. Ahora bien, sobre este último particular se presenta un
importante problema de conflicto de leyes: de acuerdo con la Ley de Responsabilidades de
enero de 1980 y con el artículo 111 constitucional, quinto párrafo, es a un Jurado Popular
al que corresponde juzgar de los delitos y faltas oficiales cometidos por los funcionarios
(distintos de los altos funcionarios federales) y empleados de la Federaci6n y del Distrito
Federal; por otra parte, según el artículo 20S de la Ley de Amparo, es a un Juez de Distrito
al que incumbe conocer del delito oficial especifico cometido por la autoridad responsable
previsto eo el precepto últimamente citado. El conflicto surge, pues, cuando la autoridad
responsable sea un funcionario o empleado federal o del Distrito Federal. Entonces, ¿a
favor de quién se decide la competencia correspondiente? ¿Será el Jurado Popular o el
Juez de Distrito que corresponda al que competa juzgar a la autoridad responsable? Para
resolver el problema que nos ocupa y que es de suma trascendencia práctica, debemos
acudir a un principio general de derecho que está consagrado por el Código Civil eo su
artículo 11, que dice: "Las leyes que establecen excepción a las reglas 'generales', no son
aplicables a caso alguno que no esté expresamente especificado en las mismas leyes." De
acuerdo con tal principio, aplicado al problema planteado, el artículo 111 constitucional,
en su párrafo quinto, alude a los delitos y faltas oficiales en general de los funcionarios y
empleados federales y del Distrito Federal. Por ende, la disposición contenido en ta!
precepto constitucional es de carócter general. Por el contrario, la regla inserta en el
artículo 20S de la Ley de Amparo es una regla de excepción, puesto que se aplica
exclusivamente al caso específico en que las autoridades responsables insistieren en la
repetici6n del acto reclamado una vez concedido el amparo al quejoso.
Consiguientemente, interpretando a contrario sensu el principio de derecho antes
enunciado, en el sentido de que las leyes que establecen excepción a las reglas generales
s6lo son aplicables a los casos que aquéllas expresamente prevean, es evidente que para
juzgar de la responsabilidad de una autoridad responsable que sea funcionario o
empleado federal o del Distrito Federal, por la comisión del delito oficial especifico
consistente en la repetici6n del acto reclamado una vez concedido el amparo al agraviado,
es competente el Juez de Distrito que corresponda, competenda que se fija en una regla
de excepción como es, insistimos, la del articulo 20S señalado. . ¡ f) Un último hecho
catalogado por la Ley de Amparo como constitutivo de un delito oficial específico que
puede cometer la autoridad responsable, es el que podemos designar bajo el nombre de
incumplimiento ti los manda/os u órdenes generales del órgano de conocimiento del juicio
de amparo por dicha autoridad, el cual está contenido en e! articulo 209 del citado
ordenamiento, en el sentido de que "cuando la autoridad responsable se resista a dar
cumplimiento a los mandatos u órdenes dietados en materia de amparo, será castigada
con la sanción prevista en el artículo 225, en relación con e! 227 de! Código Penal". La
sanción que marca el primero de los preceptos últimamente señalados consiste en la
suspensión de un mes a un año, destitución O multa de cincuenta a quinientos pesos. g)
Por último, independientemente de los delitos oficiales específicos que consigna la Ley de
Amparo y que hemos esbozado con antelación, en el articulo 210 de este ordenamiento se
contiene una referencia a la posibilidad de que, por la mera violación de garantías
individuales que realice la autoridad responsable, ésta cometa delitos distintos. Ahora
bien, ¿cuáles pueden ser estos diversos delitos que podría cometer la autoridad
responsable al violar las garantías individuales? Estimamos que son aquellos hechos
consignados tanto en e! Código Penal en su artículo 214 que impliquen una violación a
derechos fundamentales del individuo (por ejemplo, los contenidos en las fracciones n, III.
IV. V. VIII. X YVI). La condición indispensable para que la violación a garantías individuales
constituya un delito distinto de los mencionados en la Ley de Amparo conforme al artículo
210 de este ordenamiento. estriba en que la aludida contravención sea. declarada
definitiva y ejecutoriamente por la Justicia Federal que haya otorgado el amparo al
quejoso. h) Por lo que toca al procedimiento para hacer efectiva la responsabilidad oficial
en materia de amparo de la autoridad responsable, necesariamente hay que hacer una
distinción respecto de la categoría del funcionario O empleado que la encarne físicamente.
En efecto. si la autoridad responsable es un Alto Funcionario de la Federación o de los
Estados (con excepción del Presidente de la República, e! cual, durante su encargo, sólo
puede ser acusado por traición a la Patria y delitos graves de! orden común, según el
último párrafo del artículo lOS constitucional, y de los Mímstros de la Suprema Corte y
magistrados de los Tribunales Colegiados de Circuito puesto que ni unos- ni otros nun~ son
autoridades responsables, debido a que contra la Corte o dichos Tribunales no procede e!
juicio de amparo), e! procedimiento mencíonado se regirá por lo que establecen los
artículos 19 a 62 de la Ley. de Responsabilidades, a cuyo tenor nos remitimos. Por otro
lado, si la autoridad responsable es un funcionario o empleado federal o del Distrito
Federal qflc no esté incluido dentro de .la categoría anterior, el procedimiento para hacer
efectiva su respon· sabilidad en e! juicio de amparo se rige por los artículos 63 a 83 del
ordenamiento últimamente citado, y en cuya secuela interviene el Jurado Popular, como ya
dijimos en otra ocasión, salvo cuando el delito oficial específico consista en la repetición
del acto reclamado previsto en el artículo 208 de la Ley de Amparo. debido a que. según
también afirmamos, el juicio es de la incumbencia del Juez de Distrito que corresponda.
Por último, si la autoridad responsable es fin funcionario o empleado de un Estado, diverso
del Gobernador y de los Diputados de las Legislaturas locales (que están conceptuados
como Altos Funcionarios Locales por la Ley-de Responsabilidades), el proce· dímiento
seguido para hacer efectiva la responsabilidad que tuvieren en un juicio de amparo, se
regirá por lo que disponga el Código Federal de Procedimientos Penales