Importante: Pincha aquí para ir al programa del monográfico, desde donde podrás acceder a
los artículos que desarrollan cada uno de los tipos de PAEV.
El del ejemplo anterior es un problema sencillo, incluso para algunos alumnos y alumnas de
Educación Infantil. Sin embargo, este y otros PAEV pueden entrañar dificultades que seremos
incapaces de solventar correctamente si solo hacemos un estudio superficial de ellos.
Además, los problemas aritméticos elementales verbales son el primer contacto con la
resolución de problemas que tienen los niños, conque es importantísimo que su andadura por
este nuevo campo de actividad no empiece de forma inadecuada.
Estas dificultades pueden estar relacionadas con la longitud del enunciado, el orden de
presentación de los datos, la situación de la pregunta, el tamaño de los números, etc. Sin
embargo, se ha comprobado que las más relevantes tienen que ver con la estructura
semántica del problema (y también lo importante que es ésta en la elección de las estrategias
resolutivas seguidas por los estudiantes). Algo lógico, si tenemos en cuenta que la resolución
de problemas se emprende casi a la par del aprendizaje de la lectura.
En este sentido, hay resaltar que los problemas aritméticos elementales verbales están
expresados mediante el lenguaje propio de la instrucción aritmética y que, por lo general, sus
enunciados no tienen como objetivo aclarar la compresión del problema, sino formar parte de
la tarea que se debe afrontar para resolverlo.
De la misma manera, debemos observar que los problemas aritméticos elementales verbales
son propuestas didácticas cuya finalidad es trabajar los contenidos de una asignatura y, si
bien las situaciones imaginarias que relatan son susceptibles de producirse, lo que realmente
representan es el particular mundo de las matemáticas que se estudian en la escuela. Por
eso, el proceso de resolución de estos problemas escolares puede diferir bastante del de un
problema cuantitativo real.
Para finalizar la caracterización de los problemas aritméticos elementales verbales debemos
ocuparnos de las situaciones que modelizan. Cada clase de PAEV representa una realidad
diferente. Aunque, como hemos apuntado, para la resolución bastan las cuatro operaciones
básicas, el número situaciones que se esconde tras la semántica de los PAEV es bastante
mayor a 4. Además, la situación representada es una de las variables principales que dan
forma a la clasificación de los PAEV. Lo veremos detenidamente cuando tratemos de forma
específica cada tipo.
3. Venturas y desventuras acaecidas a una niña llamada Ana durante la resolución de
su primer PAEV
Ahora volvamos al problema que pusimos como ejemplo y analicémoslo teniendo en cuenta
lo expuesto en los párrafos anteriores.
EJEMPLO 1. Lorenzo tenía 4 libros en su mochila. Su amiga Tere le regala tres más.
¿Cuántos tiene ahora?
Supongamos que presentamos el texto anterior a Ana, una niña de 6 años que no ha realizado
antes tareas similares. Si no le decimos que es un problema de matemáticas, aunque sepa la
respuesta, su atención se centrará en otros aspectos mucho más atractivos. Se preguntará,
por ejemplo: ¿quiénes son Lorenzo y Tere?, ¿será el cumpleaños del primero?, ¿qué
apariencia física tienen?, ¿qué más habrá en esa mochila?, ¿a qué juegan?, ¿los libros serán
parecidos a los que le gustan a ella?… ¡Qué más da cuántos tiene Lorenzo!
No es de extrañar, su mente no está sujeta a las prescripciones autoimpuestas que se hace
un adulto y sitúa el foco en lo que realmente le es interesante. Sin embargo, esto también
sucede porque la experiencia lectora de Ana se reduce a la literatura infantil y a algunos textos
informativos adaptados, y los rasgos semánticos que se destacan durante la lectura narrativa
son diferentes a los que debemos acentuar cuando afrontamos el texto de estos problemas
escolares.
Para contestar a la pregunta, Ana debe, antes de nada y aunque suene terrorífico, doblegar
su imaginación, ya que un problema no es problema hasta que el aprendiz acepta sus
características y reglas. Es decir, hasta que asume que lo que tiene delante es una tarea de
las matemáticas escolares y no otra cosa. La única forma de hacerlo es cogiendo experiencia
realizando este tipo de actividades.
Por otro lado, estas reglas, además de restringir las cuestiones a plantearse, la obligan a
aceptar que los únicos acontecimientos que ocurren son los que aparecen explícitamente en
el enunciado. Así, por ejemplo, Ana ha de admitir que entre ese “Lorenzo tenía 4 libros en su
mochila” de un pasado no determinado y el presente en el que su amiga “le regala tres más”
nuestro amigo no mete ni saca ningún libro de su macuto; o también que, al no existir datos
sobre el total de libros que tenía Tere, el sujeto omitido en la pregunta es él y no ella.
Después del proceso anterior, antes de elegir la operación a usar, nuestra pequeña estudiante
todavía habrá de solventar otras cuestiones que tienen que ver ya más con el significado
matemático del texto. Hablamos de los operadores semánticos y de las situaciones
representadas.
Los primeros son una serie de palabras cuya importancia para la compresión del problema es
crucial, pues se encargan de establecer las conexiones entre la incógnita y los datos. En
nuestro ejemplo estas palabras claves son: “regala” y “más”.
El significado de estos operadores viene definido por la función que desempeñan en el
enunciado del problema, y no por los atributos informativos propios. Por ejemplo, “más”
sugiere claramente una suma. Sin embargo, “regala” es un término ambiguo, porque implica
tanto una pérdida (resta) para la persona que realiza la acción como un aumento (suma), en
el caso de la persona obsequiada. Por tanto, ninguno de los dos términos es plenamente
contradictorio con la operación que debemos realizar. En estos casos se dice que el enunciado
es congruente o consistente.
Cuando verdaderamente cobran importancia estos detalles es al no haber correspondencia
entre el signo del operador semántico y el del operador matemático. Si esto ocurre se dice
que el enunciado es incongruente o inconsistente. Veamos un par de ejemplos.
EJEMPLO 2. Tere tenía algunos libros y regaló 3. Le quedan 5. ¿Cuántos libros tenía?
EJEMPLO 3. Rosa ha hecho 5 aviones más que Juan. Si ella ha hecho 9, ¿cuántos hizo él?
Los dos enunciados anteriores son incongruentes. “Regaló” en el primer problema tiene un
significado sustractivo, pero la operación a realizar es una suma. “Más”, en el segundo
problema, es un operador que siempre sugiere sumar, sin embargo, lo que tenemos que hacer
es una resta.
Nos queda hablar de las situaciones representadas en nuestro problema. Recordémoslo.
EJEMPLO 1. Lorenzo tenía 4 libros en su mochila. Su amiga Tere le regala tres más.
¿Cuántos tiene ahora?
Al igual que los operadores, las situaciones que recrean los enunciados también son una de
las causantes de que, por ejemplo, no todos los problemas que pueden resolverse gracias a
una suma entrañen la misma dificultad. En el caso que nos ocupa, Ana ha de solventar un
PAEV en el que se da una situación de cambio. El siguiente problema describe una situación
de comparación, que también se resuelve por una suma, pero su dificultad para el alumnado
es mucho mayor.
EJEMPLO 4. Tere tiene 5 libros. Tiene 2 libros menos que Lorenzo. ¿Cuántos libros tiene
Lorenzo?
Ana, seguramente, resolverá sin necesitar ayuda nuestro problema original, porque pertenece
a uno de los PAEV más sencillos. Sin embargo, para hacer lo propio con todos los PAEV
necesitará coger experiencia en este tipo de problemas escolares y comprender
correctamente el significado de cada una de las cuatro operaciones básicas.
Cuando veamos las diferentes clases de problemas aritméticos elementales verbales
ahondaremos en estas y otras cuestiones.
4. ¿Qué tipo de actividad matemática es un PAEV?
Existen muchas clasificaciones de problemas matemáticos. Podríamos mostrar una relación
de las más conocidas, pero la finalidad de este artículo no lo requiere. Sin embargo, sí es
importante presentar aquellas en la que los expertos incluyen el modelo de actividad que nos
ocupa.
Como decíamos en la introducción, si queremos obtener los beneficios que se le atribuyen a
la resolución de problemas necesitamos plantear diferentes tipos de estos. Cada uno moviliza
una serie de contenidos y está indicado en un momento didáctico determinado. Además,
conocer las diferentes taxonomías nos hará reflexionar sobre los puntos fuertes y débiles de
nuestra programación para el área de matemáticas. A continuación, en la imagen, puedes ver
las clasificaciones que algunos autores hacen de los problemas. Después, indicaremos a cuál
pertenecerían los problemas aritméticos elementales verbales (PAEV).
Clic para ampliar
Los PAEV ocuparían las siguientes categorías en cada una de ellas: problemas de aplicación
(en 1), problemas de palabras (en 2, 3, 4 y 6) y problemas de traducción simple o compleja
(en 5).
5. Clasificación de problemas aritméticos elementales verbales
Ya lo decíamos en la introducción: “estos problemas escolares los hay de muchas clases”. Y
si queremos acometer la resolución de problemas con ciertas garantías debemos aprender a
distinguir unos de otros.
Para construir nuestra clasificación de problemas aritméticos elementales se ha consultado
una amplia selección de bibliografía especializada. En la mayoría existía casi unanimidad al
señalar ciertas tipologías, si bien algunas aparecían bajo diversas denominaciones. Sin
embargo, otras no aparecían en muchos textos. Por eso, aunque hemos intentado ser
exhaustivos, algunas tipologías han sido desestimadas y en cuanto a la denominación de cada
clase hemos escogido las más usuales.
5.1. PAEV simples y PAEV compuestos
Empecemos. La primera variable que interviene en la clasificación es si el problema se
resuelve por más de una operación aritmética. Así, distinguimos entre PAEV simples (o de
una etapa), en cuya resolución se necesita únicamente una de las cuatro operaciones
elementales, y los PAEV compuestos (o de varias etapas), en el caso de que requiera el uso
de varias operaciones.
5.2. Estructura aditiva o estructura multiplicativa
En el caso de los problemas aritméticos elementales verbales simples, la segunda variable
que interviene es el tipo de estructura aritmética. De esta forma, nos podemos encontrar ante
problemas de estructura aditiva o multiplicativa. Como la adición y la sustracción son
operaciones inversas, la segunda suele contemplarse como un caso especial de la primera.
El argumento anterior también puede usarse en el caso de la multiplicación y la división.
En el caso de los PAEV compuestos, sin embargo, aunque hay autores que han realizado
algunos estudios clasificatorios, estos ni tienen mucha difusión, ni hay unanimidad de
opiniones respecto a la pertinencia de dichas taxonomías. Además, pienso que hay otros
aspectos más importantes a tratar sobre estos problemas que su tipificación.
5.3. Estructuras semánticas
Volviendo a los PAEV simples, la variable a aplicar tras el tipo de estructura aritmética es el
tipo de estructura semántica. Así, con estructura aritmética aditiva tendremos las siguientes
clases: cambio, combinación, comparación aditiva e igualación aditiva. Por otro lado, las
de estructura aritmética multiplicativa serán: proporcionalidad simple, comparación
multiplicativa y producto cartesiano.
A partir de aquí, seguir con el desarrollo de la clasificación implicaría prácticamente definir
uno a uno los diferentes tipos de PAEV, cosa que haremos, pero llegado su momento y en
sus respectivos artículos (ver tipos de PAEV en el programa del monográfico).
6. Conclusiones
A lo largo de este artículo hemos aprendido bastante sobre los clásicos problemas escolares.
Vimos su denominación correcta -problemas aritméticos elementales verbales (PAEV)-, su
definición y las dificultades que pueden aparecer durante su resolución. Luego, los
localizamos en las clasificaciones de problemas que proponen las autoridades en la materia.
Y, para finalizar, explicamos se ha construido la clasificación de PAEV que usaremos en este
monográfico.
Sin embargo, también hemos observado que la resolución de problemas en Educación
Primaria no puede trabajarse solo con estas actividades; por diversas cuestiones, entre las
que destacan que este tipo de problemas escolares no representan la realidad cercana al
niño, sino una realidad paralela y que no son, por si solos, una actividad especialmente
motivante.
¿Entonces por qué estudiar los PAEV? ¿No sería mejor olvidarnos de ellos e investigar sobre
otros tipos de problemas escolares? La cuestión no debe ser “¿PAEV sí o PAEV no?”, sino
“¿PAEV cómo y para qué?”.
Los problemas aritméticos elementales verbales son necesarios. Deben ocupar un lugar en
nuestras programaciones. Gracias a ellos los niños y niñas empiezan a coger experiencia en
ese particular “escrito” matemático que son los problemas. Este bagaje será indispensable
más tarde cuando se enfrenten a otros tipos de problemas matemáticos.
Para trabajarlos correctamente debemos conocer los diferentes tipos de problemas
aritméticos elementales verbales (PAEV), para no caer en la redundancia, ayudar a los
alumnos a superar sus dificultades y realizar una secuenciación correcta. Y, por supuesto,
deberíamos ser conscientes de que los PAEV solo cumplen algunas de las funciones más
básicas que tiene la resolución de problemas y que, por tanto, para movilizar los demás
contenidos que deben trabajarse a través de esta es imprescindible la utilización de otros tipos
de tareas matemáticas.
8. Bibliografía
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MATEMÁTICAS, EDUCACIÓN PRIMARIA, PAEV, RESOLUCIÓN DE PROBLEMAS
Es un tipo de problema con solución. Los datos son cantidades expresadas verbal o
numéricamente y entre estos se establecen relaciones cuantitativas. Para su resolución
únicamente será necesario utilizar una resta o una suma. El cometido del estudiante
consiste en determinar la cantidad que se desconoce.
Al igual que el resto de PAEV, los problemas de cambio son propuestas didácticas cuyo
objetivo es trabajar los contenidos de una asignatura y, si bien las situaciones imaginarias
que representan pudieran producirse, lo que realmente representan es el particular mundo
de las matemáticas escolares.
Estas situaciones se exponen mediante enunciados verbales y son de una de las variables
principales que dan forma a la clasificación de los PAEV (problemas aritméticos elementales
verbales).
Como vimos en el primer artículo de este monográfico, conocer las diferentes tipologías de
problemas es fundamental para realizar una buena labor didáctica en la resolución de
problemas, pues evitaremos caer en la redundancia, realizaremos una secuenciación
correcta y podremos ayudar a que nuestros alumnos y alumnas superen sus dificultades.
1.1. Definición
Los problemas de cambio son PAEV de una etapa y su estructura es aditiva. Es decir, son
problemas aditivos y para su resolución únicamente será necesario realizar una operación
de sumar o de restar.
Como indica su propia denominación, los problemas de cambio representan una situación
en la que una cantidad inicial de una determinada magnitud sufre un cambio o
transformación que la modifica para llegar a una cantidad final.
La otra variable que entra en juego es la situación de la incógnita. Es decir, el dato que
debemos averiguar, que puede ser la cantidad inicial, la transformación o la cantidad
final.
De esta forma, podemos construir 6 tipos de situaciones diferentes, que son las que
veremos a continuación.
1.2. Otras denominaciones
Notas
2. Como veremos más adelante, este carácter dinámico que tienen los problemas de cambio
los emparenta con otra tipología de PAEV de estructura aditiva, los problemas de igualación.
Existen seis posibles situaciones de cambio. Cada tipo va nombrado por un número.
También hemos usado unas siglas. La primera A hace referencia a la estructura
aditiva, CA a las dos primeras letras de cambio y el número es para distinguirlo entre los
seis de su misma especie.
2.1.1. DEFINICIÓN
2.2.1. DEFINICIÓN
2.2.2. EJEMPLOS
2.3.1. DEFINICIÓN
EJEMPLO 5. Anna tiene 9 caramelos. Su madre le da algunos más. Si ahora tiene 16,
¿cuántos le dio su mamá?
2.4.1. DEFINICIÓN
2.4.2. EJEMPLOS
EJEMPLO 7. Dieciséis niños y niñas juegan en un parque al escondite. A las siete, algunos
se marchan a casa. Si ahora hay nueve, ¿cuántos se fueron?
2.5.1. DEFINICIÓN
2.5.2. EJEMPLOS
EJEMPLO 9. En un árbol había una bandada de pajarillos. Tras un rato se posaron otros 9.
Después de contarlos todos caí en la cuenta de que había un total de 16. ¿Cuántos
pajarillos estaban posados en el árbol al principio?
EJEMPLO 10. Tras salir del supermercado llevaba en la bolsa varias latas de conservas y
luego paré en otra tienda para comprar 9 más. Al llegar a casa las ordené todas en la
despensa y vi que en total eran 16. ¿Cuántas compré en el supermercado?
2.5.1. DEFINICIÓN
2.5.2. EJEMPLOS
EJEMPLO 11. Julián ha sacado de su hucha 9 euros para comprarle un regalo a su madre.
Así que ahora sus ahorros se reducen a 7 euros. ¿Cuánto tenía antes de gastarse ese
dinero?
EJEMPLO 12. Imagina que estamos sentados frente a la puerta de un teatro. Antes de que
termine la obra nueve personas abandonan la sala, y cuando acaba salen siete más.
¿Cuántas personas asistieron a la función?
3. Estrategias informales de
resolución
Como comentábamos al principio, los problemas de cambio y los de combinación son los
primeros PAEV que estudian los alumnos en la escuela. De hecho, son una de las típicas
actividades a través de las cuales se enseñan las operaciones sumar y restar.
Por eso, los alumnos y alumnas se valen de una serie de estrategias no formales en las que
van apoyándose hasta que asimilan y comprenden por completo el significado de estas
operaciones.
Así, a través del análisis de estas estrategias obtendremos información acerca de las
dificultades que entraña cada clase problema. En este otro artículo describimos las más
usuales y, a continuación, citaremos de cuáles suelen valerse el alumnado para resolver
cada uno de los problemas de cambio que hemos visto.
Pero antes, vamos a agrupar nuestros seis tipos de problemas aditivos de cambio en:
La agrupación anterior nos ayudará a entender por qué con cada tipo se emplean unas
estrategias no otras.
Para resolver estos problemas podrían usarse algunas de las estrategias citadas
anteriormente, por ejemplo, sería factible valernos de contar hacia atrás para dar con la
solución de un ACA5 o contar a partir de lo dado, en el caso de un ACA6. Sin embargo, no
tiene sentido usarlas, principalmente porque cuando propongamos estos dos tipos
de PAEV el alumnado ya debería manejar estrategias de resolución formales y las
propiedades de la suma y de la resta.
nota: aunque todas las estrategias se han presentado de la misma manera, es decir,
realizando una modelización con objetos o dedos, algunas son fundamentalmente verbales:
contar a partir de lo dado, contar hacia atrás, contar hacia atrás hasta y contar hasta.
4. Secuenciación
A lo largo de este artículo nos hemos ocupado de caracterizar las diferentes tipologías de
problemas aditivos de cambio, de conocer las denominaciones que otros autores dan a
estas y de analizar las estrategias informales que usan los estudiantes cuando se enfrentan
a este tipo de problemas.
Pero suplimos dicha escasez con una minuciosa labor de comparación y reflexión. Dicho
esto, a continuación, exponemos la secuencia de trabajo que estimamos más oportuna. Si
tienes alguna duda, o sugerencia, ponte en contacto con nosotros dejando un comentario en
este artículo o rellenando el formulario que a tal efecto tenemos en nuestra web.
5. Resumen
6. Bibliografía
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MATEMÁTICAS, EDUCACIÓN PRIMARIA, PAEV, RESOLUCIÓN DE PROBLEMAS
2. ¿Qué son los problemas de combinación?
Bien, como decíamos más arriba, dos colecciones se combinan para forma una colección que
las comprende o, en otras palabras, tenemos dos partes que forman un todo. Por tanto, en
los problemas de combinación entran en juego tres cantidades, dos conocidas y una
desconocida. Así que dependiendo del lugar que ocupe la incógnita hablaremos de una clase
de problema de combinación o de otra. Sin embargo, como las partes son intercambiables, el
número de estas se reduce a dos.
En este sentido, aunque no implica la creación de nuevas subclases, debemos resaltar que ni
la construcción de los conjuntos, ni cómo estos se combinan, son expresados siempre de la
misma manera. Veamos los siguientes ejemplos.
EJEMPLO 1. Raquel ha cogido 10 setas y Gabriel 15. ¿Cuántas setas tienen entre los dos?
EJEMPLO 2. Salomé ha cogido 10 ciruelas y Constancio 15 plátanos.
¿Cuántas frutas cogieron?
EJEMPLO 3. Roberto tiene 5 canicas rojas y 3 azules. ¿Cuántas tiene en total?
EJEMPLO 4. Carmen tiene 5 euros en una hucha y 3 en el banco. ¿Cuánto ha ahorrado?
En el primer problema la combinación aparece explícitamente, porque los dos conjuntos
tienen elementos pertenecientes a la misma categoría (setas) y además también se señala
en la pregunta (entre los dos).
Sin embargo, en el segundo problema la combinación está implícita, porque los conjuntos
tienen elementos de diferentes categorías (ciruelas y plátanos). En este caso, la relación y la
inclusión vienen determinadas por el significado de las palabras. Para ejemplificar lo anterior
nos serviremos de las siguientes definiciones:
La ciruela es una fruta que podemos encontrarla de diferentes colores (verde, amarillo,
morado, etc.). Se obtiene del ciruelo, un árbol de hojas ovalada y flores blanquecinas.
El plátano es una fruta alargada con la corteza lisa y amarilla. Se obtiene de un árbol
de igual nombre, que tiene grandes hojas palmeadas.
La fruta es el fruto comestible de ciertas plantas, generalmente las que son cultivadas
por los humanos.
Por tanto, ciruela y plátano son frutas, y forman parte de una categoría que las incluye a
ambas. Conque, no era necesario expresar en el enunciado que las dos colecciones se
combinan.
Vayamos con el tercer ejemplo. En este
lo que se explicita es la construcción de las colecciones. Es decir, tenemos dos clases de
canicas con el color como variable diferenciadora. En lo demás es igual que el primero.
Finalmente, en el cuarto problema todas colecciones están formadas por lo mismo, euros, y
las diferencias vienen dadas por el lugar donde estos están. Sin embargo, también hay que
contemplar una inclusión implícita, pues los ahorros no son el dinero en general, sino aquel
dinero que tenemos guardado para usarlo más adelante.
Como puede observarse, la relación entre los conjuntos, y entre estos y el todo, viene
determinada por sustantivos, adjetivos, la localización, etc.
Para terminar este apartado, es importante subrayar que, a diferencia de lo que ocurre en
los problemas de cambio, en los problemas de combinación no hay ninguna acción que
transforme las cantidades. Por consiguiente, todas las cantidades permanecen estáticas. Este
detalle, como observaremos más adelante, determina el tipo de modelización que permite el
problema y las estrategias que pueden escogerse para resolverlo.
1.2. Otras denominaciones
Problemas de composición de medidas (Belmonte, 2003), estado-estado-estado (Godino,
2004) o problemas de parte-parte-todo.
2. Clases de problemas de combinación
Como dijimos en el punto anterior, la situación de la incógnita es la variable que determina las
dos clases de problemas de combinación que existen. Para diferenciarlos se les asigna un
número. También los hemos acompañado de unas siglas: la “A” hace referencia a la estructura
aditiva y “CO” son las dos primeras letras de “combinación”.
2.1. Combinación 1 (ACO1)
2.1.1. DEFINICIÓN
Conocemos la medida de cada una de las partes y debemos averiguar la cantidad
correspondiente a la totalidad que conforman. Es decir, la incógnita se sitúa en el todo.
Clic para ampliar
2.1.2. EJEMPLOS
EJEMPLO 5. Mercedes ha hecho una lista con 8 de sus amigos en una cara del papel y 6 en
la otra. ¿Cuántos ha escrito en total?
EJEMPLO 6. En un salón hay 7 mesas y 28 sillas. ¿Cuántos muebles hay en total?
2.2. Combinación 2 (ACO2)
2.2.1. DEFINICIÓN
Sabemos lo que mide el todo y una de las partes. El objetivo es dar con la medida
correspondiente a la otra. Por tanto, en este caso la incógnita la tenemos en una de las
partes.
2.2.2. EJEMPLOS
EJEMPLO 7. En una manada de 17 jirafas hay varias crías y 11 adultos. ¿Cuántas crías hay?
EJEMPLO 8. Para moverse de ciudad en ciudad un circo necesita 67 vehículos. Sabemos
que el número de camiones asciende a 53. ¿Cuál es el número de furgonetas?
4. Secuenciación
En este post hemos:
caracterizado las diferentes tipologías de problemas aditivos de combinación,
conocido los nombres que otros autores les dan y
repasado las estrategias informales que los estudiantes usan para resolverlos.
Sin embargo, todavía no nos hemos ocupado de una cuestión muy importante, la
secuenciación. Aunque posiblemente nadie conozca mejor a tus alumnos que tú, estamos
seguros de que no te vendrán mal algunos consejos de carácter general.
No fue sencillo elaborar estas recomendaciones. Buscamos información más de un centenar
de publicaciones especializadas, de las que, para trabajarlas a fondo, seleccionamos
veinticinco. Pero solo en 4 de estas se hablaba con profundidad acerca de cómo secuenciar
los problemas aditivos de combinación.
De esta manera, tuvimos que suplir esta escasez con una minuciosa labor de comparación y
reflexión.
Solo tenemos dos problemas de combinación, por tanto, la secuenciación es bien sencilla.
Los ACO1, al ser los que menos dificultades entrañan se podrán trabajar a partir del primer
curso (6 años), aunque es común que algunos alumnos de infantil puedan resolverlos sin
problemas. Para los ACO2se recomienda comenzar en el tercer curso (8 años).
5. Bibliografía
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DIDÁCTICA DE LAS MATEMÁTICAS,
EDUCACIÓN PRIMARIA,
PAEV,
RESOLUCIÓN DE PROBLEMAS
Aunque es la más extendida, esta denominación puede resultar confusa, porque combinar es
un término que se utiliza en otros temas del currículum escolar, y, además, es sinónimo de
unión, una palabra relacionada únicamente con la adición.
De hecho, en algunos manuales se define los problemas de combinación como aquellos en
los que dos cantidades o medidas se combinan para formar una tercera. Algo que solo es
“cierto” en el caso de uno de los tipos.
Aun así, nos hemos decantado por esta denominación, por ser la más usual, y, además,
porque una vez hecha las consideraciones anteriores no creemos que lo planteado sea motivo
suficiente para desestimarla en favor de otras designaciones que luego veremos.
Bien, como decíamos más arriba, dos colecciones se combinan para forma una colección que
las comprende o, en otras palabras, tenemos dos partes que forman un todo. Por tanto, en
los problemas de combinación entran en juego tres cantidades, dos conocidas y una
desconocida. Así que dependiendo del lugar que ocupe la incógnita hablaremos de una clase
de problema de combinación o de otra. Sin embargo, como las partes son intercambiables, el
número de estas se reduce a dos.
En este sentido, aunque no implica la creación de nuevas subclases, debemos resaltar que ni
la construcción de los conjuntos, ni cómo estos se combinan, son expresados siempre de la
misma manera. Veamos los siguientes ejemplos.
EJEMPLO 1. Raquel ha cogido 10 setas y Gabriel 15. ¿Cuántas setas tienen entre los dos?
EJEMPLO 2. Salomé ha cogido 10 ciruelas y Constancio 15 plátanos.
¿Cuántas frutas cogieron?
EJEMPLO 3. Roberto tiene 5 canicas rojas y 3 azules. ¿Cuántas tiene en total?
EJEMPLO 4. Carmen tiene 5 euros en una hucha y 3 en el banco. ¿Cuánto ha ahorrado?
En el primer problema la combinación aparece explícitamente, porque los dos conjuntos
tienen elementos pertenecientes a la misma categoría (setas) y además también se señala
en la pregunta (entre los dos).
Sin embargo, en el segundo problema la combinación está implícita, porque los conjuntos
tienen elementos de diferentes categorías (ciruelas y plátanos). En este caso, la relación y la
inclusión vienen determinadas por el significado de las palabras. Para ejemplificar lo anterior
nos serviremos de las siguientes definiciones:
La ciruela es una fruta que podemos encontrarla de diferentes colores (verde, amarillo,
morado, etc.). Se obtiene del ciruelo, un árbol de hojas ovalada y flores blanquecinas.
El plátano es una fruta alargada con la corteza lisa y amarilla. Se obtiene de un árbol
de igual nombre, que tiene grandes hojas palmeadas.
La fruta es el fruto comestible de ciertas plantas, generalmente las que son cultivadas
por los humanos.
Por tanto, ciruela y plátano son frutas, y forman parte de una categoría que las incluye a
ambas. Conque, no era necesario expresar en el enunciado que las dos colecciones se
combinan.
Vayamos con el tercer ejemplo. En este
lo que se explicita es la construcción de las colecciones. Es decir, tenemos dos clases de
canicas con el color como variable diferenciadora. En lo demás es igual que el primero.
Finalmente, en el cuarto problema todas colecciones están formadas por lo mismo, euros, y
las diferencias vienen dadas por el lugar donde estos están. Sin embargo, también hay que
contemplar una inclusión implícita, pues los ahorros no son el dinero en general, sino aquel
dinero que tenemos guardado para usarlo más adelante.
Como puede observarse, la relación entre los conjuntos, y entre estos y el todo, viene
determinada por sustantivos, adjetivos, la localización, etc.
Para terminar este apartado, es importante subrayar que, a diferencia de lo que ocurre en
los problemas de cambio, en los problemas de combinación no hay ninguna acción que
transforme las cantidades. Por consiguiente, todas las cantidades permanecen estáticas. Este
detalle, como observaremos más adelante, determina el tipo de modelización que permite el
problema y las estrategias que pueden escogerse para resolverlo.
1.2. Otras denominaciones
Problemas de composición de medidas (Belmonte, 2003), estado-estado-estado (Godino,
2004) o problemas de parte-parte-todo.
2. Clases de problemas de combinación
Como dijimos en el punto anterior, la situación de la incógnita es la variable que determina las
dos clases de problemas de combinación que existen. Para diferenciarlos se les asigna un
número. También los hemos acompañado de unas siglas: la “A” hace referencia a la estructura
aditiva y “CO” son las dos primeras letras de “combinación”.
2.1. Combinación 1 (ACO1)
2.1.1. DEFINICIÓN
Conocemos la medida de cada una de las partes y debemos averiguar la cantidad
correspondiente a la totalidad que conforman. Es decir, la incógnita se sitúa en el todo.
Clic para ampliar
2.1.2. EJEMPLOS
EJEMPLO 5. Mercedes ha hecho una lista con 8 de sus amigos en una cara del papel y 6 en
la otra. ¿Cuántos ha escrito en total?
EJEMPLO 6. En un salón hay 7 mesas y 28 sillas. ¿Cuántos muebles hay en total?
2.2. Combinación 2 (ACO2)
2.2.1. DEFINICIÓN
Sabemos lo que mide el todo y una de las partes. El objetivo es dar con la medida
correspondiente a la otra. Por tanto, en este caso la incógnita la tenemos en una de las
partes.
2.2.2. EJEMPLOS
EJEMPLO 7. En una manada de 17 jirafas hay varias crías y 11 adultos. ¿Cuántas crías hay?
EJEMPLO 8. Para moverse de ciudad en ciudad un circo necesita 67 vehículos. Sabemos
que el número de camiones asciende a 53. ¿Cuál es el número de furgonetas?
4. Secuenciación
En este post hemos:
caracterizado las diferentes tipologías de problemas aditivos de combinación,
conocido los nombres que otros autores les dan y
repasado las estrategias informales que los estudiantes usan para resolverlos.
Sin embargo, todavía no nos hemos ocupado de una cuestión muy importante, la
secuenciación. Aunque posiblemente nadie conozca mejor a tus alumnos que tú, estamos
seguros de que no te vendrán mal algunos consejos de carácter general.
No fue sencillo elaborar estas recomendaciones. Buscamos información más de un centenar
de publicaciones especializadas, de las que, para trabajarlas a fondo, seleccionamos
veinticinco. Pero solo en 4 de estas se hablaba con profundidad acerca de cómo secuenciar
los problemas aditivos de combinación.
De esta manera, tuvimos que suplir esta escasez con una minuciosa labor de comparación y
reflexión.
Solo tenemos dos problemas de combinación, por tanto, la secuenciación es bien sencilla.
Los ACO1, al ser los que menos dificultades entrañan se podrán trabajar a partir del primer
curso (6 años), aunque es común que algunos alumnos de infantil puedan resolverlos sin
problemas. Para los ACO2se recomienda comenzar en el tercer curso (8 años).
5. Bibliografía
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EDUCACIÓN PRIMARIA,
PAEV,
RESOLUCIÓN DE PROBLEMAS
Al contrario de lo que ocurría con los problemas de cambio, los problemas aditivos de
comparación no describen una situación dinámica, sino estática, aspecto que los emparenta
con los problemas de combinación. Sin embargo, mientras que en estos últimos la relación
afectaba a las colecciones en los problemas de comparación aditiva afecta a las cantidades,
así, lo que en aquellos eran relaciones inclusivas entre conjuntos aquí son relaciones
comparativas entre cantidades.
La comparación de dichas cantidades produce una tercera cantidad, la cantidad en la que se
diferencian. De esta forma, en esta clase de problemas tenemos 3 cantidades:
la cantidad de referencia (CR), que es la que tomamos como modelo para la
comparación;
la cantidad comparada (CC), que es la que depende de la comparación; y
la cantidad diferencia (CD), que es la que la cuantifica.
EJEMPLO 2. El colegio está a 589 (CR) metros de mi casa. El supermercado está 25 (CD)
metros más cerca que el colegio. ¿A qué distancia está el supermercado (CC)?
Nota
Realmente, para así conservar la sistemática que nos guio en los problemas de
comparación, los tipos de problemas de igualación aditiva que hemos visto a lo largo de este
apartado debieran intercambiar su numeración: igualación 1 con igualación 2 (o al revés,
claro), igualación 3 con igualación 4 e igualación 5 con igualación 6. ¿Por qué? Porque de
esta manera proseguiríamos con la misma secuencia de construcción que usamos en la
categoría de comparación:
Comparación 1: incógnita en CD y CR < CC. Comparación 2: incógnita en la CD y CR
> CC.
Comparación 3: incógnita en CC y CR < CC. Comparación 4: incógnita en CC y CR >
CC.
Comparación 5: incógnita en CR y CR < CC. Comparación 6: incógnita en la CR y CR
> CC.
Siguiendo el planteamiento anterior, la forma correcta de nombrar los problemas de
igualación sería:
Igualación 1: incógnita en CD y CR < CC. Igualación 2: incógnita en la CD y CR > CC.
Igualación 3: incógnita en CC y CR < CC. Igualación 4: incógnita en CC y CR > CC.
Igualación 5: incógnita en CR y CR < CC. Igualación 6: incógnita en la CR y CR > CC.
Sin embargo, nos hemos decantado por la
numeración que está más extendida, cuyo criterio
organizador es el sentido de la comparación —
creciente, para lo que usamos «más… que», o
decreciente, para lo que usamos «menos…
que»—. Así, por ejemplo, tanto en Comparación
1, como en Igualación 1, la comparación se
realiza en sentido creciente; el mismo argumento
sirve para el resto de subtipos.
4. Biografía
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