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La desnutrición infantil es un problema de salud pública que constituye un problema de la

sociedad que debemos erradicar. La desnutrición crónica infantil en el Perú es un problema grave.
Según estándares internacionales, casi el 30% de niños menores de cinco años sufre de este mal.
Reconociendo los altos costos sociales y económicos que genera la desnutrición, se han
desarrollado, desde hace varios años, políticas públicas que intentan reducirla y/o erradicarla; sin
embargo, estos esfuerzos no han sido suficientes. A pesar de más de veinte años de políticas y
programas contra la desnutrición, la prevalencia de la misma sigue siendo elevada, así como lo son
también las diferencias en esta materia entre individuos de distintas regiones y de distintos quintiles
de riqueza. El índice de desnutrición infantil en Lambayeque en el año 2011 se presentó con mayor
incidencia en distritos como Incahuasi un 58 %, es decir de cada 100 niños menores de 5 años, 58
niños tienen desnutrición, 52 % en el distrito de Cañarís y en Mórrope un 30 %. Se reveló que los
índices de desnutrición crónica en niños menores de 5 años alcanzaron ese año el 45% en las zonas
rurales de la región Lambayeque. Estos factores tienen que ver con la educación, buenas prácticas
en el hogar, poca facilidad de acceder a centros de salud y postas médicas. Para el año 2014, Se han
creado 20 centros de estimulación temprana en los distritos de Incahuasi, Cañarís, Salas y Mórrope,
con el fin cambiar la estructura anatómica de los niños. En la actualidad, en Lambayeque la
desnutrición crónica en niños menores de 5 años, que acceden a los EESS de la región, presentó una
disminución en el último año de 1.5 puntos porcentuales, y afectó a casi 1 niño de cada 6 niños de
la región. La desnutrición global presenta una evolución estacionaria y afectó a casi 1 de cada 33
niños. En el grupo de edad de 5 a 9 años, la delgadez está presente en menos del 2% de los niños.

Se proponen diversas actividades para reducir la incidencia del problema, desde la ampliación de
la cobertura y de la calidad de la atención prenatal, hasta la instalación de cocinas mejoradas y
letrinas adecuadas en los hogares más pobres. La inconsistencia que aparece en varios casos entre
el grado de ejecución física y el grado de ejecución financiera es resaltante. Ello preocupa
considerablemente ya que significa que no se están vinculando efectivamente los recursos a
resultados esperados. Por ejemplo, las comunidades saludables, que promueven el cuidado infantil
y la adecuada alimentación, presentaban un alto riesgo de no cumplir la meta física y, sin embargo,
se ha gastado en ellas más de lo que correspondería. La responsabilidad es grande pero el esfuerzo
colectivo es la clave en esta gran cruzada a favor del desarrollo regional y de la reducción de la
desnutrición infantil. Por ser esta una problemática multicausal, además de los factores
relacionados con la nutrición y la salud, el componente educativo es fundamental en la reducción
de la DCI, ya que tiene una fuerte incidencia en la promoción de prácticas y entornos saludables. El
agua potable y el saneamiento básico, la alfabetización y la educación primaria sobre todo de las
mujeres son factores clave. Del mismo modo lo es el acceso a oportunidades de generación de
ingresos familiares. El gobierno y toda entidad que trabaje para combatir este problema debería
centrar su labor en la prevención y promoción, a la vez una buena distribución económica que
permita mejorar la canasta básica familiar, que muchos hogares no llegan a cubrir ni siquiera al 25%.

La desnutrición crónica infantil en el Perú es un problema grave. Según estándares


internacionales, casi el 30% de niños menores de cinco años sufre de este mal. Reconociendo los
altos costos sociales y económicos que genera la desnutrición, se han desarrollado, desde hace
varios años, políticas públicas que intentan reducirla y/o erradicarla; sin embargo, estos esfuerzos
no han sido suficientes. “La principal causa de la destrucción del medio ambiente es la pobreza. La
gente que muere de hambre no puede preocuparse por la contaminación. Se preocupa por la
comida”1 (MichaelCrichton), a pesar de más de veinte años de políticas y programas contra la
desnutrición, la prevalencia de la misma sigue siendo elevada, así como lo son también las
diferencias en esta materia entre individuos de distintas regiones y de distintos quintiles de riqueza.

La política económica y de desarrollo del país no tiene una orientación a un crecimiento integral,
con equidad, no tiene una concepción de desarrollo humano. Es un crecimiento que solamente ve
las utilidades de las empresas. “No se trata solamente de políticas para paliar la pobreza. Además
de entregar alimentos, lo fundamental es tener políticas de desarrollo integrales, que vean por la
economía de las familias campesinas, para que tengan ingresos sostenibles, que es lo que va a
mejorar la calidad de vida de las personas. En los últimos tres años la desnutrición infantil ha bajado
solamente de 25 por ciento a 22,5 por ciento a nivel nacional’’ Julio Castro, decano del Colegio
Médico del Perú (2009).

La desnutrición crónica produce un daño irreparable en los niños, porque causa daños
irreversibles en su desarrollo mental y físico. La anemia significa una disminución importante de la
oxigenación, que es un elemento vital para las células, lo que causa daños irreparables en el
desarrollo cerebral. Los niveles de desnutrición y anemia infantil en el Perú están por encima del
promedio latinoamericano. No se entiende la importancia del desarrollo humano. No invertir en la
infancia, no invertir en salud, es demostrar que no se tiene consideración por la vida humana. Con
el crecimiento económico significativo que el país ha tenido en los últimos seis años, en los que se
ha duplicado el PBI y los ingresos del Tesoro Público, la desnutrición y la anemia deberían haberse
bajado, por lo menos, el doble de lo que se ha hecho. Los gobiernos locales tienen una función
importante en el terreno de la salud, porque a ese nivel es posible incorporar la salud en el
desarrollo. Los gobiernos locales están en posibilidad de integrar las políticas públicas de salud,
nutrición, educación y de las actividades productivas, y de promover la participación ciudadana
como un componente clave de estas políticas públicas de desarrollo local. Pero municipalizar la
salud como una responsabilidad exclusiva de los gobiernos locales me parece un error. La
responsabilidad es compartida entre los gobiernos central, regional y local, y el financiamiento
también, pero una responsabilidad central del financiamiento es del gobierno central.

Lamentablemente, la salud, la educación, el desarrollo social, no son una prioridad al momento


de destinar los recursos públicos. Las Cuentas Nacionales de Salud, que ven la inversión que hace la
sociedad en su conjunto y no solo el Estado, muestran que la inversión total, tanto del sector
público, de las empresas y de los hogares, es apenas del 4,5 por ciento del PBI. Este monto es
sensiblemente inferior al promedio latinoamericano, que está por encima del 7,5 por ciento del PBI.
De los tres sectores, el que más aporta a la inversión en salud son los hogares, con 38 por ciento, y
el que aporta menos es el Estado, con 30 por ciento. Invertimos poco en salud y además invertimos
mal. Porque no se invierte equitativamente. La mayor parte de la inversión en salud se hace en
Lima, donde está el 30 por ciento de la población y donde se destina aproximadamente el 60 por
ciento del total del presupuesto en salud. El Estado es ineficiente en el gasto y una parte importante
de los escasos recursos destinados a la salud se pierden por la corrupción. Invertir en la infancia, en
el desarrollo humano, es muy importante para el desarrollo de un país. Con eso estamos evitando
la muerte temprana y la incapacidad de la población. La desnutrición infantil alimenta el círculo de
la pobreza. Un niño desnutrido de hoy es el hombre o la mujer pobre de mañana, y tendrá un escaso
aporte al desarrollo de sí mismo y del país. Romper ese círculo de la pobreza sacando a los niños de
la desnutrición y de la pobreza es clave para contribuir al desarrollo nacional. Cada año mueren
12,500 niños, eso descapitaliza y empobrece al país. “El tema de la infancia tiene que abordarse en
términos de desarrollo del país, de un desarrollo que no sea solo crecimiento económico, sino,
fundamentalmente, que implique una redistribución de los ingresos y un crecimiento con equidad.
El país tiene una deuda histórica en términos de equidad, especialmente con los sectores rurales
andinos y de la selva, que son los más postergados del país’’ GOARS LIFE (2012) México. ¿Por qué
no se distribuye mejor el PBI nacional y evitamos tanto sufrimiento y por ende muerte en los niños
de las zonas más pobres del país?

LINKOGRAFIA:

 http://www.paho.org/col/index.php?option=com_content&view=article&id
=1531%3Ahacia-una-vivienda-saludable-cartilla-educativa-para-la-
familia&Itemid=361

 ftp://ftp2.minsa.gob.pe/descargas/dgps/documentos/actividades/05famili
a_vivienda_saludable.pdf

 http://srvnetappseg.up.edu.pe/siswebciup/Files/DD0914%20-
%20Beltran_Seinfeld.pdf

 http://www2.congreso.gob.pe/sicr/cendocbib/con4_uibd.nsf/3C5AF80C4B
3D531205257E2E00645845/$FILE/INFINVES65-2014.pdf

 http://www.laradiosaludable.com/wpcontent/uploads/2014/07/reporte_la
mbayeque.pdf

 http://srvnetappseg.up.edu.pe/siswebciup/Files/DD0914%20-
%20Beltran_Seinfeld.pdf

 http://www.bcrp.gob.pe/docs/Proyeccion-Institucional/Encuentros-
Regionales/2008/Lambayeque/Informe-Economico-Social/IES-
Lambayeque.pdf

 https://www.inei.gob.pe/media/MenuRecursivo/publicaciones_digitales/Est
/Lib1123/Libro.pdf

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