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Universidad Nacional Experimental de los Llanos

Occidentales “Ezequiel Zamora”.


Vicerrectorado de Infraestructura y Procesos Industriales.
Programa Ciencias Sociales.
Tinaquillo, Estado Cojedes.

La Ley de Precios Justos.

Estudiantes:
Licda. Karen Hernandez C.I 24.793.232
Licda. Yodicsa Colmenares C.I 13.548.232
Licda. Yusleidy Calderin C.I 24.793.893

Profesora:
MSC. Celina Lucena.

Msc. Gerencia General.


EL CONSUMIDOR VENEZOLANO Y LA LEY DE PRECIOS JUSTOS.

Nobleza y adaptabilidad podrían ser algunas de las palabras que


caracterizan al consumidor venezolano, ya que ante la difícil situación económica
que presenta el país por la escases y la hiperinflación, el consumidor venezolano a
tenido el ingenio y la habilidad de hacer una reingeniería de su habitual
comportamiento de compra, cambiando radicalmente en la mayoría de los casos la
actitud y consistencia de sus actividades para poder “sobrellevar” la situación en
la que hemos caído y aliviar de cierta forma las necesidades dejando muchas
veces de lado lo que se desea. El consumidor venezolano paso de poder escoger
ante una gran variedad de productos y marcas a “conformarse con lo que llega a
los anaqueles” y compensar los vacios con productos artesanales, que aunque no
es malo volver a nuestras raíces, al nivel de gravedad al que hemos llegado ante la
falta total de productos vuelve realmente preocupante la acción de comprar para el
consumidor venezolano.
Ahora bien, ante esta situación el estado en la búsqueda de garantizar al
pueblo el derecho a satisfacer sus necesidades, ha promovido y creado leyes que
amparen al consumidor ante la difícil situación de compra no solo por la escases si
no también por el alto costo de los pocos productos disponibles en el mercado; la
generalización de prácticas especulativas produce niveles de inflación
exacerbados, que terminan erosionando no solo el poder adquisitivo de la
población, sino el potencial de las pequeñas y medianas empresas (PyME's) y con
el comercio minorista, impidiendo el desarrollo económico de alternativas
productivas y de mayor número de iniciativas empresariales. Por lo antes
expuesto, es necesaria una Ley de Costos y Precios Justos que coadyuve la acción
del Ejecutivo Nacional en la implementación de políticas de democratización de
acceso de todas las venezolanas y todos los venezolanos, de manera equitativa, a
los bienes y servicios.
Se entiende entonces, de acuerdo a lo citado, que el documento legal
obedece al objetivo por parte del Gobierno Central de hacerle frente al precario
contexto económico en el cual hacen vida los ciudadanos venezolanos
actualmente, destacando como los principales problemas en este ámbito, los altos
niveles de inflación, la cual, de acuerdo a cifras del BCV (2014), alcanzó en
agosto la tasa anualizada del 63,42%, y la escasez de productos, cuyo último
índice publicado por el BCV en marzo del 2014 dio a conocer una ausencia
general de productos del 29,4%.Ahora bien, el margen máximo de ganancia que
se impone sobre todos los elementos de la economía nacional no puede exceder el
límite del 30% por sobre el costo de producción, a menos que el Presidente de la
República ejerza la potestad consagrada en esta Ley de modificar ese margen, con
el fin de beneficiar algún sector económico estratégico.
La determinación del margen de ganancia se realizará de manera
individual, atendiendo a cinco fuentes diferentes de las cuales se obtiene la
información que la institución utilizará para tal fin: Denunciantes, Información
otorgada por los administrados, información suministrada por los órganos del
Poder Popular, información recabada en los archivos de organizaciones
internacionales, así como aquella información obtenida de cualquier otro elemento
que se considere vinculante con el caso. Adjunto a la estructura administrativa y
metodológica de la SUNDDE, se publica en la misma Gaceta un conjunto de
catorce Ilícitos Económicos a los que responde la estructura sancionatoria ya
mencionada. En el marco de una revisión detenida de estos delitos, es posible
argumentar que éstos han sido tipificados bajo la necesidad de atacar o reducir
algunos de los comportamientos racionales consecuentes a la acción de la
SUNDDE, así como de los efectos de las políticas económicas adelantadas desde
el Ejecutivo.
Delitos tales como el Contrabando de Extracción, la Especulación, el
Acaparamiento y la Reventa de Productos Regulados, surgen en respuesta a la
imposición de precios artificialmente bajos e insostenibles a bienes económicos de
primera necesidad. La artificialidad de dichos precios incentiva el surgimiento de
empresas informales dedicadas a la reventa de los mismos a precios de mercado,
en búsqueda de beneficios, apoyados y suplidas por otras empresas informales que
se especializan en la obtención sistematizada de los bienes a precios regulados,
creando efectivamente un mercado paralelo que opera tanto a nivel nacional como
internacional . La posibilidad de lucro de este mercado paralelo incentiva así
mismo conductas que intenten ganar la cooperación de la propia SUNDDE para
beneficiar su actividad, el riesgo latente de este incentivo a la corrupción es
reconocido en la Ley Orgánica a través de la tipificación del delito de Corrupción
entre Particulares.Después de dos años y medio de la entrada en vigencia de la
Ley de Costos y Precios Justos, se pueden evidenciar los estragos que ha
ocasionado para los venezolanos, desde la reducción de la oferta de bienes y
servicios, pasando por la inflación y el desabastecimiento, hasta el estancamiento
de las operaciones de varias empresas productoras y comercializadoras que hacen
vida en Venezuela.
A pesar de que todos los controles de precio han fracasado históricamente
y contrariamente a lo que se imaginan muchos espíritus apasionados y
superficiales, los precios no son invenciones odiosas del sistema capitalista, las
autoridades se empeñan en optar por la vía de las economías planificadas,
condenando injustamente a los ciudadanos, especialmente a los más pobres que
son quienes sufren en mayor impacto las consecuencias desastrosas de estas
políticas económicas por su precaria capacidad adquisitiva.

En él se evidencia un obvio desconocimiento de los principios más básicos


de la economía. En primer lugar, en el caso de que existiesen prácticas
monopólicas, la solución para acabar con ellas sería el fomento de la competencia,
no el control de precios, control que, contrariamente a lo que se propone, trae más
escasez, más inflación e imposibilita el desarrollo de pequeños productores y
comerciantes que, a diferencia de las grandes empresas, tienen una estructura de
costos relativamente más elevada.
Este desconocimiento – o falta de voluntad para resolver la problemática
inflacionaria- justificó la promulgación de una ley que sólo ha acrecentado el
problema inflacionario y de acceso a los bienes y servicios, en lugar de
solucionarlo. En ese sentido cabe destacar, lo señalado por Ludwing von Mises ,
en su libro critica al intervencionismo: “los controles de precios paralizan el
funcionamiento del mercado. Privan a la economía de mercado de su fuerza
motriz y provocan colapso (…) el precio ha dejado de ser el medio de seleccionar
qué compradores y que vendedores pueden comprar o vender o cuáles no. Ha
entrado en funcionamiento un criterio de selección diferente. Puede consistir en
que sólo aquellos que lleguen primeros o quienes ocupen una posición
privilegiada derivada de circunstancias especiales (contactos personales, por
ejemplo) sean los únicos que finalmente puedan comprar y vender. Pero también
puede suceder que sean las propias autoridades quienes se encarguen de regular la
distribución. En cualquier caso, el mercado ya no es capaz de organizar la
distribución de bienes y servicios hacia el consumidor”.

No obstante y como resultado de querer controlar y supervisar todos los


aspectos económicos, más que ayudar a solventar la situación del consumidor
venezolano, esta se ha visto aun mas comprometida, aunado a que aquellos
proveedores que tienen productos hacen caso omiso a las leyes propuestas para
proteger al consumidor y especulan de forma abrupta con los precios de los
mismos, dejando cada vez más a los venezolanos en un constante callejón sin
salida ya que a pesar de no poseer la capacidad adquisitiva necesaria para
satisfacer todas las necesidades, con lo mucho o poco que se tenga siempre se
buscara de adquirir productos así estos se encuentren lejos de nuestro alcance
monetario.
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS.

Banco Central de Venezuela (2014). [En línea] Información Estadística.


Disponible: http://www.bcv.org. ve/c2/indicadores.asp

Constitución de la República de Venezuela (1961) [En línea]. Disponible:


http://www.tsj.gov.ve/legislacion/constitucion1961.pdf [octubre, 2013].

Ley Orgánica de Precios Justos (2014). [En línea]. Disponible:


http://www.superintendenciadepreciosjustos.gob.ve/sites/default/files/sundde-
gacetasoficiales-20140123-40340.pdf

Zambrano Sequín, L. (2013). [En línea] Gestión fiscal, señoreaje e impuesto


inflacionario en Venezuela. Caracas: Academia Nacional de Ciencias
Económicas. Disponible: http://www.academia.edu/3796491/
Gestion_Fiscal_Senoreaje_e_Impuesto_Inflacionario_en_Venezuela [octubre,
2014].

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