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HUMANIZACIÓN Y DESHUMANIZACIÓN EN LA ENFERMERÍA

Santo Tomás basándose en concepciones aristotélicas define al ser humano o al hombre como
un compuesto sustancial de alma y cuerpo, mientras que Aristóteles define la existencia de una
sola alma, Santo Tomás afirma que esa alma única es la que regula todas las funciones del ser
humano “Es evidente, por otra parte, que lo primero porque el cuerpo vive es el alma… Ella es,
en efecto, lo primero que nos hace nutrirnos y sentir y movernos localmente, como también
entender” (Suma Teológica, I. C. 76, a. 1).

Una de las interpretaciones posibles a las definiciones de humanidad, nos permiten abordar el
tema de humanización, comprendiendo que no solo se deben satisfacer necesidades
corpóreas, sino también necesidades del alma humana que le permite sentir y comprender; lo
que lleva a interpretar la relevancia del cuidado de ambos aspectos del ser humano.

La perspectiva de humanización entonces desde el enfoque Aristotélico - Tomista involucra un


proceso por el cual se puede adquirir rasgos humanos desde los aspectos biológico,
antropológico, espiritual, racional y social; que es realizado por otro ser humano porque
comprende el funcionamiento de la psique y cuerpo de sus semejantes.

A continuación, se describirá ciertas etapas de la historia humana que motivaron el cuidado del
ser humano, en la prehistoria y civilizaciones antiguas es posible distinguir un cuidado y
tratamiento especial a los enfermos de manera doméstica, recordemos el claro ejemplo de las
trepanaciones craneanas; en la edad media con las guerras y cambios de poder constantes
aparecen individuos dedicados al cuidado de los enfermos, los primeros médicos, sin formación
técnica pero con algunos conocimientos heredados de la religión; en la edad moderna,
específicamente producto de la Primera Guerra Mundial, aparecen los auxiliares médicos con
conocimientos técnicos referidos al cuidado del enfermo, esta etapa es especial porque el
protagonista del cuidado es el paciente no la enfermedad; por último la etapa técnico –
profesional del cuidado humano que adquiere el nombre de enfermería, en esta etapa que es la
actual, la enfermería se consolida como profesión y como disciplina, esta etapa indica claras
reglas y procedimientos para el cuidado del enfermo y es también el punto de partida de un
gran problema: la deshumanización del cuidado del ser humano; es decir, la deshumanización
de la enfermería (Rodríguez, 2011).

Por último en un marco actual tan competitivo que duplica el conocimiento cada cinco años que
impide la desaparición de la enfermería y su sustitución por máquinas o la disgregación de su
trabajo en profesionales de especialidad, no como segunda especialidad, sino como la creación
de nuevas profesiones dedicadas a realizar tareas que solían pertenecer a la enfermería y sus
respectivas especialidades; esto lleva a considerar nuevos estándares de calidad y en
prácticas innovadoras que garanticen la atención de alta calidad.
Se observará primero el entorno de la deshumanización en enfermería con un sencillo caso si
bien ficticio no es ajena a la realidad nacional, una mujer embarazada ingresa a un hospital
nacional abarrotado de enfermos y gente con necesidades de atención, como es una
embarazada y no está en la prioridad de las enfermeras y auxiliares del nosocomio la dejan
esperando, la mujer no es atendida así que no pudiendo posponer el parto, alumbra en el baño
del nosocomio, ningún profesional se percata de lo sucedido y la mujer empieza a sufrir una
hemorragia post parto y muere en el baño del hospital tras diez horas de espera, las
autoridades se percatan del hecho debido al fuerte olor que emana el baño y a los llantos de la
criatura, en este entorno es fácil identificar la extrema deshumanización de la importancia de la
salud de la vida humana, acrecentada por los procesos burocráticos estatales; el estar
sometidos constantemente al sufrimiento y padecimiento repercute en las personas dedicadas
a la salud en el sentido que ya no se ofrecen respuestas humanas, muchas veces asumimos
que el carácter frío de estas tranquilizan a los pacientes; sin embargo, es necesario definir los
límites de esas actitudes estoicas para no perder la sensibilidad. Por respuesta humana debe
entenderse el preocuparse por el prójimo y su bienestar, por la deshumanización en este caso
se entiende el abandono absoluto de personas que padecen alguna dolencia, entiéndase la
magnitud de la insensibilización de los profesionales de la salud, en específico los de la
enfermería.

Del ejemplo anterior podemos abordar los distintos aspectos a tratar en este ensayo, el primero
de ellos corresponde a una justificación histórica de la humanización de la enfermería. En los
inicios se mencionó que la enfermería se daba de manera doméstica, es necesario entender el
contexto, existían personas dedicadas a aplicar remedios para contrarrestar los efectos
producidos por una enfermedad (es más preciso decir maldición o brujería según el contexto
histórico), pero estas personas no velaban por la evolución de los afectados, estos eran
atendidos por sus familias y en la mayoría de los casos por las mujeres, ya sean hermanas,
madres, primas, tías, entre otras. Ellas representan el origen del cuidado de la salud física y
mental de los enfermos, entiéndase que eran personas cercanas a ellos y por lo tanto existían
ciertos criterios ontológicos de ternura y amor filial.

Avanzando en el tiempo, descubrimos la aparición de los primeros técnicos auxiliares, estos


surgen en el contexto de la Primera Guerra Mundial y continúan hasta nuestros días, la
relevancia de estas personas se aprecia en las zonas donde actúan y la clase de pacientes que
atienden, eran personas preparadas en cuanto a conocimientos para atender a heridos de
gravedad, pero no para ver la realidad, los cuerpos mutilados y las heridas psicológicas de
guerra, ante lo que pasaba la respuesta más obvia y natural fue el estoicismo que marca un
hito en la historia de la enfermería, el inicio de la deshumanización; no obstante, estas
actitudes completamente humanas pudieron ser resarcidas si se hubiera identificado el trauma
que generó en los técnicos de la época que con la experiencia adquirida representan a los
educadores de la siguiente generación de técnicos médicos. No todo es malo durante este
período, ya que aún se conservaba la idea de la recuperación y rehabilitación de los pacientes,
estos eran los protagonistas, independientemente de la clase o relevancia de la enfermedad o
herida, eran ellos como persona los que eran atendidos y es necesario precisar que en esta
época se conservan los vestigios del trato filial al enfermo.

Finalmente para culminar el análisis histórico llegamos a la mitad del siglo XX y la actualidad, el
entorno es la Segunda Guerra Mundial, se ha diezmado a la población mundial; es decir, que
los hombres técnicos preparados para atender a los enfermos ya no son suficientes, entonces
empieza la instrucción profesional a mujeres originándose el término enfermera, en la etapa
anterior ya existían mujeres técnico, pero no era frecuente; esta etapa está marcada por
incrementos en la formación técnica de los profesionales, como consecuencia clara se observa
la primacía del conocimiento sobre el individuo, hasta el punto que nuestra manera de pensar
cambia, esto se puede entender y se resume fácilmente en frases comunes en hospital como:
“es necesario tratar la infección” en vez de decir “Es necesario tratar al paciente con infección”;
esto puede parecer una simple manera de hablar, mas, entendido en un plano más profundo es
una evidencia de la cosificación de los pacientes y la primacía del conocimiento. Nuevamente
no todo es malo en este tiempo ya que nos encontramos en esta época y con la frecuente
duplicación de conocimientos disponibles a todos, es más sencillo detectar las carencias
humanas y contando con los profesionales pertinentes, se puede humanizar ciertas profesiones
a través de la inteligencia emocional entre otros aspectos.

Tras haber analizado históricamente veremos uno de los aspectos también cruciales y es el
antropológico, y sí, tiene sentido relacionar ambos aspectos, ya que mientras la antropología
estudia al hombre en toda su diversidad, la enfermería atiende y cuida a toda la diversidad
humana, entendiéndose como punto relevante en esta sección, la cosmovisión de los pacientes
atendidos.

Humanizar significa centrar la atención en ser humano, si bien su fundamento se vincula más
con la ética que con cualquier otro aspecto, la antropología representa en ese juicio de valor al
defensor de la persona; el primer aspecto antropológico necesario para desarrollar esa ideal
humanización de la enfermería es que todos los involucrados reconozcan a sus pacientes,
enfermos y usuarios como sujetos con dignidad y capacidades, lo que conlleva
específicamente a descentrar el sistema individual de cada enfermero relativizando la propia
cultura y universo simbólico para entrar en el sistema del “otro”, conocer otros patrones y
modelos culturales, para lograr resumir esto se conoce y utiliza mucho una palabra que no se
pone en práctica, y es la empatía.

Para lograr la empatía la primera herramienta del ser humano es la comunicación y más que
hablar un enfermero debe desarrollar perfectamente su capacidad e escucha, esta debe
cumplir ciertos criterios de pluralidad y diversidad para que el paciente lleno de dudas,
preocupaciones, miedos y ansiedades se sienta escuchado.

Otra perspectiva que se analizará en el presente ensayo es la relacionada al cuidado, este es


un proceso interpersonal terapéutico, entre una persona con la necesidad de ser asistida y
personal de enfermería capacitado para responder a la necesidad de ayuda (Peplau, 1952).
Peplau propone los conceptos del are enfermero en la aplicación de los cuidados y en las
relaciones interpersonales como bases teóricas de la enfermería.

La teoría del cuidado que forma parte integral de la enfermería, fue propuesta formalmente por
Jean Watson en 1979 basada en tres principios claros. El primero que el cuidado y la
enfermería existen en todas las sociedades, no solo las actuales. Esta actitud principal, se
transmite en las culturas como una forma única de hacer frente al entorno, por lo que al igual
que el ser humano comparten características hile mórficas representadas por la orientación
humanística y la formación científica (Watson, 1979).

El segundo principio, tiene que ver con la calidad de la expresión de ayuda y de sentimientos,
esto para lograr el vínculo enfermera-persona y paciente-persona. Esto se puede medir según
el grado de unión transpersonal lograda, siempre y cuando la enfermera y el paciente
mantengan su calidad de persona y su rol (Watson, 1979).

El tercer principio, involucra el grado se sinceridad de la expresión de un enfermero o


enfermera, de esto depende la grandeza y eficacia del cuidado; es decir debe combinarse la
honestidad con el acto del cuidado (Watson, 1979).

Una vez analizado el contexto histórico, antropológico y las bases teóricas del cuidado, es
necesario dejar de pensar en esta como técnicas y términos complicados y de índole más
trascendental para enfocarse en cambio en las cosas prácticas, aquí se recopilan algunas
extraídas del análisis de las bases teóricas.

La atención que se debe brindar debe ser individualizada considerando la cosmovisión del
paciente; es decir, valores, creencias, sentimientos y modo de vida. Ser más consiente y
sensible de la salud física y mental.

Estar siempre receptivo a las necesidades y la percepción de estas por parte del paciente

Ser sensible a su condición humana y a su salud, no por haber visto cien veces el mismo corte
en distintas personas, la persona ciento uno dejará de sentir el dolor y la angustia por la herida.

Lograr que el paciente se sienta importante durante la ejecución del cuidado, una herramienta
útil para eso es identificar siempre al paciente por su nombre y apellido (no por el número de
camilla).
Ser consiente del grado de confianza que el paciente otorga y mantener como secreto
profesional las confesiones del paciente a fin de proteger su privacidad.

Ser siempre tolerante y sensible a los pedidos del paciente; así mismo proveer protección y un
ambiente libre de amenazas a la integridad del paciente.

Poner el máximo empeño en atender al paciente en todos sus aspectos y hacer cuanto se
pueda para mejorar su salud de la forma que considere más adecuada.

Puede que el proceso de humanización expresado en párrafos anteriores puede se presente


como un tema filosófico y complicado; sin embargo, este debe ser entendido desde una
perspectiva cotidiana y continua. Desde esta perspectiva el counselling aparece como una
práctica viable para convertir al paciente en el centro de atención y visibilizar la perspectiva de
salud persona a persona; de esta manera el counselling se presenta como una alianza entre
una persona que pasa por una situación de necesidad y otra que se compromete a realizar con
ella un camino de ayuda y acompañamiento.

A través de esto se genera un espacio de confianza; en este el trato físico, social y psicológico
se observa desde la interacción paciente-enfermero.

Un post interesante en el blog de la enfermera Ana Belén Abendoja hace referencia al cuidar
de forma integral y para esto no solo identifica los aspectos de la persona a quien se cuida,
sino al entorno cercano; es decir, la familia del paciente. Es importante incluir a la familia
cuando pasan por el proceso de la enfermedad; volvamos al caso de la mujer embarazada, tras
descubrirse la muerte e identificarse a la víctima, se contacta a la familia, y la madre aparece
en escena, pero nuevamente es ignorada ya que no es un paciente de gravedad y tiene que
esperar tortuosas horas para que alguien le informe qué pasó con su hija; la madre está
pasando por los peores momentos de su vida enterándose que su hija está muerta y una
mirada despectiva y un gesto poco amable solo empeoran la situación, eso es contrario al
enfoque de humanización presentado y pretendido, una opción alternativa pudo haber sido
guiar a la señora a una apartado y darle la noticia de la manera más humana posible y
brindarle apoyo y soporte emocional en estos momentos críticos.

Una exhortación que hace la Enfermera Calero al director del Hospital de San Rafael indica
que son incontables las ocasiones en las que está en nuestras manos la dignidad de la
persona y de ahí la mayor responsabilidad como profesionales. Se vive en una época en la que
se hace preciso realizar una profunda reflexión sobre los aspectos humanos, valores y
actitudes de las profesiones sanitarias, en general y de la profesión de Enfermería en
particular.
“Durante la primera mitad del siglo XX, siendo todavía
tributaria de los valores religiosos y morales heredados del
pasado, la Enfermería poco a poco se ha ido distanciando de
sus orígenes haciéndose cada vez más "médica", valorando
cada vez más la pericia, pero sin dominarla aún. Los cuidados
de los enfermeros se están convirtiendo en la "técnica",
dejando a un lado los denominados "cuidados técnicos", que
son en realidad la base de la profesión. Su predominio y su
hipervaloración crean las expectativas de un tipo de cuidados
basados en la imagen de una salud-curación. Adquiere un valor
mítico de poder, de recurso supremo para las soluciones de
problemas sanitarios que no son objeto de análisis de las
situaciones, que permiten comprender la naturaleza de las
dificultades encontradas por el enfermo, su familia y su
entorno”. (Calero, 2004).

En conclusión, se puede afirmar que históricamente el contexto social ha modificado la


concepción original de la enfermería convirtiéndola cada día en un proceso técnico y
mecanizado, olvidando los pilares del cuidado y del amor filial; asimismo, que el punto de
quiebre de la deshumanización de la enfermería repercute directamente en el ignorar el
aspecto psicológico del ser humano y empezar una escuela fundamentada en eso.

Las perspectivas filosóficas y antropológicas fundamentan la relevancia del bienestar integral


sobre la técnica; eso no significa que deba descuidarse esta última, significa que deben
desarrollarse simultánea e integralmente.

Son muchos las herramientas que se pueden utilizar para garantizar un cuidado integral,
partiendo desde conceptos básicos de alcanzar un buen nivel de comunicación y empatía
hasta aplicar herramientas como el counselling para establecer pactos y relaciones paciente-
enfermero más profundas.

Finalmente no debe dejarse de lado el entorno familiar de los pacientes, ya que estos impactan
de manera significativa en el funcionamiento del tratamiento, por lo que son parte del cuidado,
debe procurarse brindarles todo el soporte y apoyo emocional para que puedan transcurrir su
vida con tranquilidad y dignidad.
CONCLUSIONES

BIBLIOGRAFÍA

Calero Martín de Villodres, P. (2004). La Enfermería y la Humanización. Index de Enfermería,


13(46), 69-70. Disponible en http://scielo.isciii.es/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S1132-
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División de Enfermería (s. f.) Manual General de Enfermería: Humanización del Cuidado.
Disponible en: http://www.enfermeria.hc.edu.uy/images/stories/humanizacin_del_cuidado.pdf

Hospital Universitario Fundación Jiménez Díaz (2017) La importancia de la Humanización en


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humanizacion-enfermeria

Pabón, I. (2008) La Humanización en el cuidado de pacientes para lograr una atención de Alta
Calidad

Peplau, H. (1952) Relaciones Interpersonales en Enfermería: un marco de referencia


conceptual para la enfermería psicodinámica. Editorial MASSON. Barcelona.

Roca, N. (2009) La Humanización de los cuidados de enfermería. Una visión antropológica.


Disponible en:
https://storage.googleapis.com/labor_hospitalaria/historico/Labor%20Hospitalaria_2009-
1_291_art03.pdf

Rodríguez, A. (2011) Enfermería ante la deshumanización: una necesidad por ser considerada
desde la filosofía de Emmanuel Levinas. Disponible en:
http://www.binasss.sa.cr/revistas/enfermeria/v32n1/art7.pdf

Santo Tomás de Aquino (1266-1273) Summa Theologiae, Prima Partis, Septuaginta Sex.
Articulo Prima.

Watson, J. (1979, reprinted 1985). Nursing: The Philosophy and Science ofCaring.

Boston: Little, Brown.

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