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EXPEDIENTE:

SECRETARIO :
CUADERNO : PRINCIPAL.
ESCRITO : 01
SUMILLA : PROCESO DE AMPARO.
SEÑOR JUEZ DEL JUZGADO MIXTO DE HUANUCO:
JUAN BALDEON ESTEBAN, identificado con
D.N.I. N° 8001165, domiciliado en la Calle Juan Velasco Alvarado N° 310,
señalando domicilio procesal en el Jr Tarapacá N° 747 de esta ciudad,
ante Ud. respetuosamente digo:
Que, invocando legitimidad para obrar y
en busca de tutela jurisdiccional efectiva a través de un debido
proceso, ocurro por ante vuestro Despacho con la finalidad de
interponer la garantía constitucional de PROCESO DE AMPARO, acción
que la dirijo contra LA FISCAL DE LA QUINTA FISCALIA PENAL
CORPORATIVA DE HUANUCO DRA. CARLOTA MODESTA PAREDES BERAUN,
quien deberá ser notificada en la Sede Institucional del Ministerio Público
ubicado en el JR. SAN MARTIN N° 765 QUINTO PISO, por la VULNERACION
DE LOS DERECHOS FUNDAMENTALES AL DEBIDO PROCESO EN SU DOBLE
VERTIENTE ADJETIVO Y SUSTANTIVO (DERECHO DE ACCESO A LOS
RECURSOS, PLURALIDAD DE INSTANCIA Y DERECHO DE DEFENSA Y
MOTIVACION DE RESOLUCION), para que mediante sentencia se
declare NULA LA DISPOSICION FISCAL N° 07 DE FECHA 09 DE JUNIO DEL
2014, QUE DECLARA IMPROCEDENTE POR EXTEMPORANEO EL ESCRITO DE
RECURSO DE QUEJA DE DERECHO PRESENTADO POR EL ABOGADO
DEFENSOR DEL DENUNCIANTE JUAN BALDEON ESTEBAN, RECAIDA EN LA
CARPETA FISCAL N° 254-2014 DERIVADA DE LA DENUNCIA PROMOVIDA
POR EL SUSCRITO CONTRA ANTONINO ESPINOZA ROJAS Y LOS QUE
RESULTEN RESPONSABLES POR EL DELITO CONTRA LA VIDA, EL CUERPO Y LA
SALUD EN SU MODALIDAD DE LESIONES GRAVES COMETIDA EN MI
AGRAVIO,

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HECHOS EN QUE AMPARO MI GARANTIA CONSTITUCIONAL:
Primero: Que, con fecha 21 de Enero del 2014, el suscrito de manera
formal he presentado una denuncia por ante la Cuarta Fiscalía
Provincial de Huánuco, frente al cual dicho Fiscalía emitido la
Disposición N° 01-2014, de fecha 10 de febrero del 2014, por el cual se
dispone abrir investigación preliminar, la misma que posteriormente
mediante Disposición N° 02 de fecha 25 de febrero del 2014, fue
derivada a la Quinta Fiscalía Provincial Penal Corporativa de Huánuco.
Es en este Despacho Fiscal, que emite la Disposición N° 06 Archivo de
fecha 27 de Mayo del 2014, que resuelve QUE NO PROCEDE FORMALIZAR
Y CONTINUAR CON LA INVESTIGACION PREPARATORIA EN CONTRA DE
ANTONINO ESPINOZA ROJAS Y LOS QUE RESULTEN RESPONSABLES, por el
presunto delito contra la vida el cuerpo y la salud en la modalidad de
LESIONES GRAVES, ilícito previsto y penado en el inciso 3 del artículo 121
del Código Penal en agravio de JUAN BALDEON ESTEBAN, con la
salvedad del numeral 2.9) de la presente disposición. Contra esta
disposición, el suscrito he procedido a interponer recurso de queja, ello
dentro del plazo establecido en el artículo 334 numeral 5 del Código
Procesal Penal, que literalmente dispone: EL DENUNCIANTE QUE NO
ESTUVIERA CONFORME CON LA DISPOSICION DE ARCHIVAR LAS
ACTUACIONES O DE RESERVAR LAS ACTUACIONES O DE RESERVAR
PROVISIONALMENTE LA INVESTIGACION, REQUERIRA AL FISCAL EN EL
PLAZO DE 05 DIAS, ELEVE LAS ACTUACIONES AL FISCAL SUPERIOR. A saber,
la disposición de no formalizar la investigación preparatoria ha sido
notificada con fecha 02 de Junio del 2014 y el recurso ha sido
presentado al cuarto día hábil, es decir, el día 06 de Junio del 2014. Sin
embargo, pese a una disposición imperativa de nuestro Catalogo
Procesal Civil la Fiscal Responsable ahora emplazada procede a emitir
la Disposición N° 07 de fecha 09 de Junio del 2014, por el cual declara
improcedente por extemporáneo, ello amparada lo dispuesto en el

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artículo 12 de la Ley Orgánica del Ministerio Público, evidenciándose la
vulneración de los derechos alegados.
VULNERACION DEL DERECHO AL DEBIDO PROCESO:
Segundo: El debido proceso es un derecho humano abierta de
naturaleza procesal y alcances generales, que busca resolver de forma
justa las controversias que se presentan ante las autoridades judiciales.
Este derecho contiene un doble plano, pues además de responder a los
elementos formales y procedimentales de un proceso (juez natural,
derecho de defensa, plazo razonable, motivación resolutoria, acceso a
los recursos, instancia plural, etc), asegura elementos sustantivos o
materiales lo que supone la preservación de criterios de justicia que
sustenten toda decisión (juicio de razonabilidad) juicio de
proporcionalidad. Sobre las características principales del derecho al
debido proceso, el Tribunal Constitucional ha mencionado lo siguiente:
Efectividad inmediata, su contenido no es delimitado arbitrariamente
por el legislador, sino que se encuentra sujeta a mandatos
constitucionales es decir, la constitución reconoce el marco sobre el
que se define el bien jurídico protegido.
Tercero: Respecto al derecho fundamental vulnerado, el debido
proceso puede descomponerse en debido proceso formal y adjetivo, el
cual alude al trámite y procedimiento utilizado para dictar una
sentencia y en debido proceso sustantivo o material, el cual cuestiona
directamente el fondo de la decisión cualquiera sea la materia que en
su seno se puede dirimir. El Tribunal Constitucional sobre esto ha
indicado que: El derecho fundamental al debido proceso no puede ser
entendido desde una perspectiva formal únicamente, es decir, su tutela
no puede ser reducida al mero cumplimiento de las garantías
procesales formales. Precisamente, esta perspectiva desnaturaliza la
vigilancia y eficacia de los derechos fundamentales, y los vacía de
contenido, Y es que el debido proceso no solo se manifiesta en su
dimensión adjetiva, que está referido a las garantías procesales que

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aseguran los derechos fundamentales, sino también en su dimensión
sustantiva, que protege los derechos fundamentales frente a las leyes y
actos arbitrarios provenientes de cualquier autoridad o persona
particular. En consecuencia, la observancia del debido proceso no se
satisface únicamente cuando se respetan las garantías procesales, sino
también cuando los actos mismos de cualquier autoridad, funcionario o
persona no devienen en arbitrarias.1
Cuarto: En el presente caso, se ha procedido a violentar dicho derecho
en su doble vertiente (adjetivo formal y sustantivo material), en lo
adjetivo, ya que se festina el derecho de acceso a los recursos a la
pluralidad de instancia y derecho de defensa, pues la Fiscal emplazada
procede a declarar improcedente el recurso de queja por
extemporáneo, decisión aviesa amparada en la Directiva N° 09-2012-
MP-FN, en la cual se establece que el plazo que cuenta el denunciante
para requerir la elevación de los actuados al Fiscal Superior resulta de
aplicación directa lo regulado en el artículo 12 de la Ley Orgánica del
Ministerio Público, desvinculándose con ello de la independencia y
autonomía que tienen los Fiscales para resolver un caso, existiendo una
sumisión a una Directiva emitida por el Fiscal de la Nación, para ello es
necesario puntualizar que la independencia, es para la administración
de justicia como el oxígeno para la vida humana, y en atención a ello
es necesario que los jueces y fiscales sean independientes para
garantizar los derechos de los ciudadanos, pues la actuación del
derecho objetivo se hará solo con sujeción a la ley, desvinculándose de
cualquier otra sumisión o influencia e incluso de sus superiores, en el
caso de los representantes del Ministerio Público dicha independencia
se encuentra debidamente protegida por el artículo 5 de la Ley
Orgánica del Ministerio Público, que a la letra dice: LOS FISCALES
ACTUAN INDEPENDIENTEMENTE EN EL EJERCICIO DE SUS ATRIBUCIONES,
LAS QUE DESEMPEÑARAN SEGÚN SU PROPIO CRITERIO Y EN LA FORMA

1 STC N° 3421-2005-HC/TC

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QUE ESTIMEN ARREGLADAS A LOS FINES DE LAS ATRIBUCIONES, con lo
cual se denota una abdicación de la fiscal emplazada de resolver con
independencia, pues frente a la existencia de antinomias entre normas
se debe proceder a realizar una interpretación teniendo como norte lo
establecido en la Constitución Política del Estado, y no como lo resuelto
por la Magistrada emplazada teniendo como núcleo central de su
decisión una directiva emitida por el Fiscal de la Nación.
Quinto: En su vertiente sustantiva del derecho al debido proceso,
también ha sido festinada pues el sustento para los efectos de declarar
improcedente carece de una argumentación jurídica valida, ya que no
se encuentra imbuida del principio de razonabilidad, ya que como se
vislumbra del recurso de queja presentado por esta parte, la misma se
encuentra apoyada en lo dispuesto en el artículo 334 inciso 5 del
Código Procesal Civil, que establece un plazo de cinco días, sin
embargo, la Fiscal accionada procede solo a argumentar su disposición
en lo dispuesto en el artículo 12 de la Ley Orgánica del Ministerio
Público, sin expresar la justificación interna que conlleva a apartarse de
lo regulado en el Código Procesal Penal, pues ante la existencia de
incompatibilidad de normas jurídicamente validas, es decir, ante la
existencia de antinomia, frente a este panorama para el órgano de
aplicación del derecho que tiene que decidir al caso dictaminando
cuál es la normas aplicable jurídicamente correcta con arreglo a
derecho, Pero en un Estado de Derecho, bajo un imperio de la ley, los
tribunales no sólo están obligados a decidir, sino que están obligados a
fundamentar sus decisiones y, por cierto no invocando cualquier razón
sino razones internas al sistema, no solo tiene que resolver todos los casos
sino que tienen que hacerlo conforme a derecho porque cuando los
ciudadanos acuden a los tribunales no tienen derecho simplemente a
alguna decisión, sino precisamente a aquella es conforme a derecho, lo
cual no se ha dado en el presente caso, ya que la Disposición Fiscal
cuestionada en sede constitucional, no parte de una correcta

5
aplicación de la norma aplicable al caso concreto, como una opción
alternativa menos lesiva, sino que es gravosa y no es apta para alcanzar
el objetivo de la protección del derecho fundamental al acceso a los
recursos, pluralidad de instancia y el derecho de defensa, pues la
aplicarse lo dispuesto en el artículo 12 de la Ley Orgánica del Ministerio
Público para los efectos de rechazar el recurso de queja, no se ha
considerado que la aplicación de dicho dispositivo resulta gravoso pues
de manera ilegítima se impide que esta parte ejercite su derecho de
defensa ello al recortarse el derecho de impugnación, ya que dicho
objetivo hubiera sido factible de haberse realizado aplicado la norma
adecuada frente a una antinomia de normas, igualmente idónea, al fin
previsto, pues no se trata de aplicar la norma menos favorecedora al
justiciable, sino por el contrario, garantizar el derecho fundamental a los
justiciables del derecho a la defensa.
CON RELACION A LA VULNERACION DEL DERECHO DE ACCESO A LOS
RECURSOS IMPUGNATORIOS PLURALIDAD DE INSTANCIA Y DERECHO DE
DEFENSA
Sexto: La garantía de acceso a la tutela judicial efectiva también se
encuentra relacionada con la garantía de defensa que constituye el
requisito indispensable que debe observarse de manera previa a todo
acto privativo de libertad, posesiones o derechos. En tal sentido, la
oportunidad de defensa previamente al acto privativo, impone que se
cumplan, de manera genérica, las formalidades esenciales del
procedimiento y sus consecuencias: 1) La notificación del inicio del
proceso y sus consecuencias; 2) la oportunidad ofrecer y desahogar las
pruebas en que se finque la defensa; 3) la oportunidad de alegar; y 4) el
dictado de una resolución que dirima las consecuencias debatidas.
Asimismo, la posibilidad del error humano y la necesidad de fiscalizar la
actividad judicial, constituyen motivos determinantes para ejercer el
derecho de impugnación que subsane aquello que vigile que la
administración de justicia sea óptima y garantice los fines tutelados por

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la ley. Es decir, ser parte (aunque no como única ratio) del
conocimiento ordinario de la fiabilidad humana y de que esta no es
ajena a la función judicial, que se integra por hombres concretos,
inmersos en circunstancias sociales y culturales, que pueden inclinarlos a
apreciar erróneamente los hechos o el derecho que debe aplicarse,
por lo que el ordenamiento jurídico debe prever garantías y medios
eficaces para evitar que el error desvirtúe o frustre la administración de
justicia, razón por la cual el derecho a impugnar si es esencial para el
proceso.
Séptimo: Constituye, además, un valor necesario de los Estados
Democráticos que la autoridad pueda reconocer el error y enmendarlo
mediante la facultad de subsanar omisiones y regularizar el proceso, sin
afectar la igualdad procesal de las partes del modo más oportuno, a
través de los medios de impugnación, comprendido el recurso, para
tratar de satisfacer las funciones públicas encomendadas con mayor
eficacia. Cuando Julio Maier descubre la concepción convencional de
los medios de impugnación analiza – por lo menos para Argentina y
entre otros muchos puntos – que “las dos convenciones interpretadas
conjuntamente, están llamadas a modificar, a nuestro juicio – al menos
en el área de los recursos contra la sentencia al cual nos referimos en
adelante -, la base política criminal del concepto de recurso”. Con esta
finalidad precisa tres explicaciones consecuencias de esa nueva visión
del recurso como garantías del condenado. “El recurso contra la
sentencia de los tribunales de juicio – se dice- se debe elaborar como
una garantía procesal del condenado (…) y, al mismo tiempo, perder
por completo su carácter de medio de control estatal de los órganos
judiciales superiores del estado sobre la tarea cumplida por los tribunales
inferiores (…) el recurso (…) ya no puede ser concebido como una
facultad de todos los intervinientes en el procedimiento (…) para
transformarse en un derecho exclusivo del condenado (…); ello

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equivales a decir que solo la condena penal dictada por un tribunal de
juicio es recurrible y solo lo es por el condenado.2
Octavo: En la jurisprudencia comparada, la Primera Sala de la Suprema
Corte de Justicia de la Nación de México ha señalado que: “conforme
al principio de progresividad en la protección de los derechos humanos,
entre ellos, los derechos de acceso a la justicia y recurso efectivo,
garantizados en los artículos 1, 17 y 20 de la Constitución Política de los
Estados Unidos Mexicanos, 8, numeral 1, y 25 de la Convención
Americana sobre Derechos Humanos, la víctima u ofendido del delito
tiene legitimación para impugnar, a través del juicio de amparo directo,
la constitucionalidad de todos los apartados que conforman la
sentencia definitiva condenatoria. 3 Para Hidalgo Murillo, “nótese a la luz
de los motivos de impugnación, esa extraña apertura a considerar que
los derechos humanos son derecho de una sola persona humana. Bajo
ese ingenuo criterio de apertura se abre el proceso, primero, como si el
de recurrir fuese un derecho humano y, por ende, permitir el principio de
progresividad propio de los derechos humanos. Lógico es que se
resuelva contra la experiencia, la lógica, la doctrina, la ciencia procesal
y, la teoría del proceso. A partir de ese momento, la víctima – sin
considerar el derecho a una sentencia firme; sin considerar los derechos
de las demás partes procesales; sin considerar la importancia que la
víctima se constituya en parte procesal para el ejercicio de esos
derechos – puede impugnar apartados jurídicos diversos al de
reparación del daño de la sentencia definitiva.4
Noveno: En este contexto, para determinar la vulneración del derecho
de acceso a los recursos, pluralidad de instancia y derecho de defensa,
debemos partir del principio pro persona, dado que unos lo utilizan para
justificar la impugnación de la víctima como derecho, y otros para
proteger las expectativas jurídicas del imputado. En tal virtud, tanto

2 MAIER JULIO, B.J. Antología, Proceso Penal Contemporáneo, Palestra Lima 2008, p. 724.
3 Cita tomada de Hidalgo Murillo, José Daniel. De los medios de impugnación. Recursos horizontales y
verticales del proceso penal acusatorio y oral en México, Flores, México, 2014 pág. 5
4 Ibidem, pág. 6.

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desde el derecho penal como Derecho Público, el principio pro persona
exige criterios de ponderación en relación con principios. No se ignore
que se trata de un principio de interpretación de los derechos de las
personas desde la persona sujeta de esos derechos. El derecho Procesal
Penal debe acudir necesariamente a la teoría de la argumentación
desde una clara teoría de la interpretación jurídica y desde una filosofía
del derecho para entender, desde la teoría de la ponderación, como
las reglas se derogaran y, por ende, han de aplicarse según condiciones
o circunstancias del caso concreto. Puede ser un injusto la lectura del
derecho procesal penal desde la víctima. Puede igualmente serlo
desde el imputado. En efecto, desde el principio pro persona el Estado
protege, por ejemplo, el derecho a la vida, no porque sea la vida de A
o de B, sino porque la vida es lógico que igualmente se proteja la de A y
la de B. entonces, con la misma fuerza se protege la vida de la víctima
como del imputado. Así se ha de entender y así se ha de interpretar con
cada uno de los bienes jurídicos que han sido protegidos por el Derecho
Penal. A contrario sensu, si el juez se vuelca hacia uno u otro, es claro
que, en razón de un falso principio de igualdad, termina violando el
principio de justicia, esto es, de dar a cada uno- lo uno de la víctima o
lo uno del imputado- lo suyo. En suma, la ley se interpreta desde la
persona y, por ende, desde el derecho. Es la persona la que causa el
efecto interpretativo de la norma jurídica y, hacia la persona y no hacia
el cumplimiento de la ley se interpreta los hechos y el derecho.
Décimo: La razón del recurso no es, solamente, una posible
equivocación del juez convocados a decidir, sino que, además,
dependiendo de la función y/o de las decisiones, de los momentos
procesales, de los grados de peligrosidad y/o influencia, es conveniente
que sus decisiones puedan ser revisadas, horizontalmente por el mismo,
verticalmente por otro – especialmente por otros- que difieran tanto de
apreciación, de presión como de criterios. Sin embargo, desde la
impugnación podemos proclamar un volver a la ética. En efecto, sin

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ética no hay corrección del error sino un Estado cómplice, quizá una
razón de Estado, una apelación para efectos que no resuelve sino que
mantiene el conflicto y lo agrava, al someter la privación de libertad de
una persona al tiempo, al plazo, al espacio de un centro penitenciario,
a la desesperanza, al miedo, a la farsa del sistema de administración de
justicia. Hoy no puede reinar una razón de Estado cuando la
Constitución Política nos exige pensar, desde el principio pro persona,
en los derechos humanos. En suma, los valores superiores deben ser
definidos como aquellos valores jurídicos fundamentales que están
reconocidos como tales por un determinado orden constitucional, de
los cuales se desprenden y, a la vez, se suponen, principios y derechos
constitucionales.
Décimo Primero: Aunque el derecho a los recursos o medios
impugnatorios no se encuentre reconocido expresamente en nuestra
Constitución, forma parte de los derechos no enunciativos dada a lo
evolución del numerus clausus de los derechos fundamentales por la
apertura al numerus apertus, de ahí que este derecho no enunciativo
forma parte del derecho al debido proceso establecido en el inciso 3
del artículo 139 de nuestra Norma Fundamental, y constituye así mismo
una derivación del principio a la pluralidad de instancia. Este derecho
exige que toda persona, en plena igualdad, tenga derecho a recurrir o
apelar el fallo por medios de mecanismos normativos de un ente inferior
a un ente superior, y que su RECURSO SEA ELEVADO, A FIN DE QUE EL
SUPERIOR EN GRADO, CONOZCA LOS FUNDAMENTOS POR LOS QUE EL
RECURRENTE CUESTIONA LA RESOLUCIÓN EXPEDIDA. En tanto se trata de
un derecho de configuración legal, es tarea del legislador establecer los
requisitos para que los recursos impugnatorios sean admitidos, como el
correspondiente procedimiento que debe seguirse para ello. Es dentro
de esta configuración legal, que nuestro Código Procesal Penal, ha
establecido los lineamientos para la procedencia de elevación de los
actuados por ante el Superior en Grado, estableciendo un plazo de 05

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días, y es la norma rectora que debe regir para los efectos de computar
el plazo para la interposición del recurso de queja, y es bajo estas reglas
de procedimiento que se llevado a cabo la investigación preliminar, por
encontrarse vigente este novísimo ordenamiento penal a partir del 01
de Junio del 2012, en el Distrito Judicial de Huánuco, ello tal como la
dispuesto el Decreto Supremo N° 016-2010-JUS, pese a ello y en
cumplimiento de una Directiva la Fiscal demandada procede a
establecer como plazo el de 03 días en atención a lo regulado en el
artículo 12 de la Ley Orgánica del Ministerio Público.
Décimo Segundo: Es constitutivo del quehacer judicial que las decisiones
adoptadas por las instancias inferiores puedan ser revisadas por una
instancia Superior, porque el error o falla humana en la interpretación
del hecho y derecho es una posibilidad que no pueda quedar
desprotegida, por ello la finalidad del derecho a la pluralidad de
instancia es garantizar que lo resuelto por un órgano de primera
instancia sea revisada o reexaminada en una instancia superior a través
de los correspondientes recursos impugnatorios, este derecho se
encuentra normado en el inciso 6 del artículo 139 de nuestra norma
fundamental, el cual ha sido trastocado, pues con la decisión torticera
de declarar improcedente el recurso de queja, obviamente se festina a
esta parte el derecho a la pluralidad de instancia. Para Adriano, la
apelación, como vehículo para promover una nueva instancia,
respondía, tanto en el tardío Derecho Romano como en las monarquías
absolutas europeo-continentales de la época feudal-comunal, a
razones esencialmente políticas de control y concentración del poder
por parte del Emperador o del Rey. Hoy, en un Estado de Derecho,
basado en la separación de poderes y como tal, en la independencia
judicial, cumple un papel obviamente del todo distinto del que pudo
desempeñar en el pretérito, cuando tal separación no existía y el
soberano (emperador o rey) era (o pretendía ser) el depositario original
del poder jurisdiccional. Señala la autora, que la instancia plural y su

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vehículo (esencialmente la apelación) no puede ser considerada un
instrumento de control autoritario sobre la actuación de los jueces por
parte de un poder central, por el simple motivo que hoy no se
promueve la nueva instancia ni ante un emperador, ni ante un rey, ni
ante funcionarios subordinados a un poder central, sino ante el juez
(independiente) que la propia ley establece como competente para
ello (Gaceta Jurídica, 2006).5
Décimo Tercero: Que, obviamente al negarse el acceso a los recursos y
a la pluralidad de instancia, se coloca a esta parte en un completo
estado de indefensión frente a una decisión de no formalización de
investigación preparatoria, pues no se ha permitido a esta parte
ejercitar el derecho de elevación previsto en nuestro ordenamiento
procesal, vulnerándose con ello el derecho de defensa, el cual se
encuentra debidamente reconocido en el artículo 139 de la
Constitución Política del Estado, ya que como es sabido este derecho
garantiza: “toda persona sometida a un proceso o procedimiento, no
quede en estado de indefensión, por lo que su contenido esencial
queda afectado cuando el seno de un proceso judicial, cualquiera de
las partes resulten impedidas por concretos actos de los órganos
judiciales, de hacer uso de los medios necesarios, suficientes y eficaces
para ejercer la defensa de sus derechos legítimos”.6
VULNERACION DEL DERECHO DE MOTIVACION DE RESOLUCIONES:
Décimo Cuarto: En este extremo de la demanda constitucional
debemos abordar un aspecto esencial de la práctica fiscal, como es el
deber de motivación que la regenta, partiendo de la idea que es un
deber que tienen los fiscales, por mandato del Tribunal Constitucional,
de motivar sus decisiones, así como de no claudicar de sus funciones
constitucionales. En la actividad y jurisdiccional a menudo se utiliza el
término motivación, para referirse a la actividad por la cual los actores

5 Gaceta Constitucional. Para interpretar y aplicar la jurisprudencia del Tribunal Constitucional por ramas del
Derecho, Gaceta Jurídica Tomo 60 Primera Edición de Diciembre 2012 pagina 73.
6 Recurso de Nulidad N° 2019-2010-Cajamarca, del 11 de Marzo del 2011, considerando tercero y cuarto Sala

Penal Transitoria

12
jurídicos (magistrados del Poder Judicial y Ministerio Público), efectúan la
tarea de fundamentar sus decisiones para la resolución de controversias
jurídicas. Y ello es coherente con lo establecido por el ordenamiento
jurídico nacional, que desde su Carta Magna, establece como principio
y derecho de la función jurisdiccional el deber de motivación de la
resoluciones. Sin embargo, si bien dicha motivación garantiza que los
jueces y magistrados se someten al principio de legalidad y permite a
los justiciables conocer las razones que fundamentan las decisiones,
abriendo – incluso- la posibilidad a los recursos correspondientes.7 Es del
caso que la labor Fiscal, conforme lo dispone el artículo 122 del Código
Procesal Penal, el Ministerio Público en el ámbito de su intervención en el
proceso, dicta disposiciones y providencias y formula requerimientos, a
través de los cuales decide sobre cuestiones relativas a los derechos
sustanciales o procesales de las partes de un litigio. Se puede replicar
que simplemente nos hallamos ante una estipulación conceptual,
mediante la cual se ha designado con el término motivación lo que es
la justificación jurídica (...). De lo contrario, la obligación de motivar se
vaciaría de contenido8; no obstante, es necesario resaltar que en todo
caso la obligación impuesta por la Constitución, supone una actividad -
de justificación - lograda a través de la labor argumentativa, en
consecuencia, para el tema que nos convoca debemos entender la
motivación, en relación al contexto de justificación, que se diferencia
con un contexto de mero descubrimiento, ya que en el primer caso
implica que quien administra justicia, (jueces y fiscales), deben respaldar
sus decisiones en explicaciones razonadas,9 a partir de los tres tipos de
racionalidad propuesta por ATIENZA, que son: la lógica y lingüística, las
de soporte (de las premisas); y la discursiva; y en el segundo caso está

7 GASCON, ABELLAN Y GARCIA FIGUEROA, Interpretación y Argumentación Jurídica. Impresos Múltiples y


Centro de Documentación y Reproducción Bibliográfica. Consejo Nacional de la Judicatura. San Salvador
2005, pág. 74.
8 Ídem pág. 75
9 Según enseña la filosofía de la ciencia, lo realmente relevante para el avance del conocimiento no son las

circunstancias en las cuales se produce un descubrimiento -el contexto de descubrimiento- (en nuestro
caso, el proceso psicológico), sino su explicación científica -el contexto de justificación- (en nuestro caso, la
motivación)

13
limitado al proceso psicológico que realizan los magistrados, y que
mucha veces esa acompañado de apreciaciones subjetivas y sin un
sustento (argumentativo) que le brinde la debida racionalidad.
(Dejándose al arbitrio de estos el resultado del proceso.)
Décimo Quinto: En cuanto a lo último, se tiene que el interés por el
razonamiento judicial10 y fiscal, parte del rechazo tanto de una
concepción mecanicista de la aplicación del derecho, como de
posturas irracionalistas. La aplicación del derecho no puede reducirse a
la remisión a ciertos enunciados jurídicos y a unos hechos “brutos”
(premisas mayor y menor del tradicional silogismo judicial), es por ello
que, a la hora de analizar la aplicación del derecho, las nociones de
razonamiento o justificación deben ocupar un lugar tan central como el
principio de legalidad11. Y es aquí donde la justificación se muestra en
suma importante, por lo que podría decirse que no hay aplicación del
derecho sin justificación: sólo puede mostrarse que una decisión judicial
o fiscal está justificada si se ofrecen razones en apoyo de la misma. De
aquí que la obligación de motivar las sentencias, no sea únicamente
una exigencia de orden legal (en la medida en que dicha obligación
suele venir impuesta por los ordenamientos jurídicos), sino que deriva de
la idea misma de la jurisdicción y de su ejercicio en los estados
democráticos, donde no pueden desligarse las ideas de jurisdicción y
motivación: esta es constitutiva de aquella, de tal forma que la
motivación no es algo obligatorio pero “externo” (un aditamento) a las
sentencias, sino que es inherente a la aplicación del derecho y la
actividad procesal, ya que esta actividad, es de por sí argumentativa.

10 LEÓN PASTOR, Ricardo, en su texto: Introducción al Razonamiento Jurídico. AMAG Lima, 2004 Pág. 7,
señala que dicho razonamiento, consiste en la “capacidad de calificar jurídicamente hechos que generan
controversias legales con la finalidad de resolverlas sobre bases jurídico-objetivas con validez legal, lógica y
racional”
11 IGARTUA, J. (1988): “La moral en la justificación de las decisiones judiciales”, Anales de la Cátedra

Francisco Suarez, Nº 28, (1991), Pág. 143. Y como señala M. Atienza en el Derecho de las sociedades
democráticas, lo que importa no son sólo las decisiones sino las razones – o cierto tipo de razones – que
pueden darse a favor de las decisiones.

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Décimo Sexto: Según se viene detallando, la tarea argumentativa (en el
contexto de justificación mencionado), es un deber fundamental en el
desempeño de la función fiscal (y jurisdiccional), lo cual tiene su
basamento principal en nuestra Constitución Política, que derivan de los
siguientes dispositivos:
Artículo 3: “La enumeración de los derechos establecidos en este
capítulo no excluye los demás que la Constitución garantiza, ni otros de
naturaleza análoga o que se fundan en la dignidad del hombre, o en
los principios de la soberanía del pueblo, del estado democrático de
derecho y de la forma republicana de gobierno”
Artículo 24.f: “Nadie puede ser detenido sino por mandamiento escrito y
motivado del juez o por las autoridades policiales en caso de flagrante
delito. El detenido debe ser puesto a disposición del juzgado
correspondiente, dentro de las veinticuatro horas o en el término de la
distancia”.
Artículo 139.3: La observancia del debido proceso y la tutela
jurisdiccional. Ninguna persona puede ser desviada de la jurisdicción
predeterminada por la ley, ni sometida a procedimiento distinto de los
previamente establecidos, ni juzgada por órganos jurisdiccionales de
excepción ni por comisiones especiales creadas al efecto, cualquiera
sea su denominación.
Artículo 139.5: “La motivación escrita de las resoluciones judiciales en
todas las instancias, excepto los decretos de mero trámite, con mención
expresa de la ley aplicable y de los fundamentos de hecho en que se
sustentan”.
Las citas normativas precedentes expresan y establece, de una
forma rotunda el deber de motivación12, así como la observancia del
debido proceso, lo cual si bien, se regula en relación al ámbito

12 EZQUIAGA GANUZAS, Francisco Javier. Las motivaciones judiciales en el Derecho Peruano. Fragmento
adaptado del libro del mismo nombre. Lima: Editora Jurídica GRIJLEY, 2011. Pág. 2. Señala este autor que el
Derecho Peruano es rotundo, y hasta reiterativo, a la hora de exigir la motivación de las decisiones judiciales
en todos los ámbitos en todos los ámbitos. Aunque en la práctica, no sean demasiado concretas las
indicaciones acerca de los requisitos que ese deber de motivación entraña.(la negrita es para resaltar el
alcance es para todo ámbito, incluyendo las decisiones fiscales)

15
jurisdiccional, teniendo en cuenta que el Ministerio Público, es un
organismo constitucional autónomo, que forma parte del sistema de
administración de justicia (y por imperativo de la norma fundamental,
que no restringe los derechos de los ciudadanos a los regulados en
esta), es evidente que resulta vinculante en el ejercicio de su función
(fiscal), y así lo ha señalado el propio Tribunal Constitucional, (EXP. N.°
6204-2006-PHC/TC), cuando se ha referido al control constitucional de
los actos del Ministerio Público al señalar que dicho control, halla
sustento en el derecho fundamental al debido proceso, donde
expresamente se ha hecho referencia al deber de motivación que tiene
el representante del Ministerio Público.
Décimo Séptimo: De los considerandos se desprende que el principio de
motivación abarca también a las decisiones adoptadas por los
representantes del Ministerio Público, es justamente de este principio y
derecho fundamental del cual no se encuentra investido la disposición
del presente proceso constitucional, pues la Fiscal emplazada no ha
considerado que en un Estado Social democrático, la tarea de la
interpretación en los conflictos a ser resueltos, implican la defensa de
derechos fundamentales, los cuales gozan de un status especial. Por
ende, discutir sobre derechos fundamentales exige un ejercicio
argumentativo de mayor envergadura, apoyándose en cuestiones de
juricidad y moralidad, lo que en contexto exige establecer cuáles son
los caracteres de la interpretación en el denominado Estado
Neoconstitucional, el cual prevé herramientas interpretativas de suyo
más amplias, sujetas a nuevos valores, en referencia a los principios
como mandatos de optimización, por oposición a la aplicación de la
ley como parámetro tradicional de solución de las controversias.
Decimo Octavo: La interpretación en el Estado neoconstitucional,
asume un contexto diverso al de la justicia común. Se exige, en sede de
derechos fundamentales, una motivación de contenidos más
profundos, de discernimiento de supravalores en relación a los derechos

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esenciales de las personas, y se busca, como fin supremo, la
compatibilidad entre los principios, valores y directrices que emanan de
la Constitución y los conflictos que atañen a las personas. En un Estado
Democrático y Social de Derecho la motivación es una exigencia
constitucional que tiene dos dimensiones: a) una subjetiva, como
elemento del derecho fundamental a un debido proceso, porque el
justiciable tiene derecho a conocer las razones fácticas y jurídicas en
virtud a las cuales el Juez decide el litigio en la que es parte, a fin de
hacer valer sus derechos que de ello se deriven; y b) de otra objetiva,
por cuanto la motivación, como sustento de una resolución objetiva y
razonablemente justa, legitima democráticamente realizada en el
ejercicio de la función del Juez, en razón de que a través de la
motivación y de la argumentación debe mostrar que: − El juicio de
hecho es el correcto, al haber establecido en el proceso la verdad
jurídica objetiva; − En el juicio de derecho ha establecido la voluntad
objetiva de la norma, por medio de la interpretación correcta y de la
argumentación adecuada; y, en esta línea de pensamiento ha
reiterado Luis Guerra López que "la legitimidad democrática del juez, a
la vista de los mandatos constitucionales, se produce por otra vía: es
una legitimación de ejercicio, no de origen. El juez no aplica más
voluntad que la voluntad de la ley; no aplica la voluntad de otros
sujetos, ni siquiera la suya propia. El juez se inserta dentro de la
legitimidad democrática de los poderes del Estado en cuanto se
convierte en mecanismo de aplicación, en casos concretos, de la
voluntad popular manifestada de forma general en la ley. No puede
someterse a los mandatos e influencias de otros (independencia) ni
puede, por otro lado, decidir en virtud de preferencias personales
(imparcialidad)". El Tribunal Constitucional, en la STC N° 2404-2003-
HC/TC, también ha establecido una doble dimensión de la motivación
de la decisión judicial, y así expresa: "Sobre el particular debe recordarse
que la necesidad de que las resoluciones judiciales sean motivadas es

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un principio que informa el ejercicio de la función jurisdiccional y, al
mismo tiempo, un derecho constitucional de los justiciables. Mediante
ella, por un lado, se garantiza que la administración de justicia se lleve a
cabo de conformidad con la Constitución y las leyes (Artículo 138 de la
Constitución) y, por otro, que los justiciables puedan ejercer de manera
efectiva su derecho de defensa". Nuestro ordenamiento constitucional
(Artículo 139 inciso 5) consagra como principio de la función
jurisdiccional, la motivación escrita de las resoluciones judiciales, salvo
los decretos de mero trámite.
Décimo Noveno: Es importante para este trabajo entender que los
Derechos Fundamentales se encuentran inmersos, pero no
condicionados en su existencia, a normas iusfundamentales que, al fin y
al cabo, son normas y por consiguiente tendrán, en mayor o menor
medida, problemas en su ejercicio. Este “problema de ejercicio” o,
mejor dicho, conflicto, se denomina “antinomia”. En las antinomias
abstractas o internas o propias de juicio de validez, los presupuestos se
contraponen; habiendo ya una certeza de que norma es invalida, esta
clase de conflictos se da en las reglas: “En este tipo conflictos
antinómicos, sin necesidad de que se presente un caso concreto –esto
es, en abstracto- anticipadamente se puede tener la certeza de que
una de las leyes contradictorias, o es invalida, o constituye una regla
general que siempre debe ceder ante la presentación de la
circunstancia de excepción”, (de esta manera) “el problema puede ser
solucionado a través de reglas tales como lex posterior derogat legi
priori, y el lex specialis derogat legi generali, pero también es posible
proceder de acuerdo con la importancia de las reglas en conflicto”.
Todo está quiere decir que para estos casos tradicionales pueden usarse
criterios y métodos también ya tradicionales, como son el de
especialidad, temporalidad y jerarquía. No es lo mismo para el caso de
las antinomias concretas o externas o propias del discurso de
aplicación, pues en estas no se puede establecer anticipadamente los

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casos en que colisionan, ni tampoco establecer criterios para declarar
cual va a ceder, es decir, “no reflejan abstractamente alguna
incompatibilidad”, lo que significa que se tienen que dar en un caso
concreto para recién poder analizar y encontrar una solución a este
problema: “Estas antinomias, por su parte, resultan propias de las normas
jurídicas que pertenecen a la categoría de principios, en razón de la
ausencia de condición de aplicación (presupuesto de hecho) o de la
configuración abierta”. Ahora bien, en los derechos fundamentales,
tema que nos compete, hayamos una naturaleza distinta al de
cualquier tipo de norma existente en el ordenamiento jurídico-
constitucional, esto es, el carácter de regla-principio. Todo esto lo tiene
bien claro Alexy cuando nos dice: “Esto es lo que se quiere decir
cuando se afirma que en los casos concretos los principios tienen
diferente peso y que prima el principio con mayor peso. Los conflictos
de reglas se llevan a cabo en la dimensión de la validez; la colisión de
principios –como solo pueden entrar en colisión principios validos- tienen
lugar más allá de la dimensión de la validez, en la dimensión del peso”.13
Vigésimo: Al analizar la disposición del presente proceso constitucional,
se va poder avizorar que no reúne los parámetros establecidos para
realizar una adecuada motivación, con la ponderación debida al existir
una antinomia entre normas sustanciales como las establecidas en el
artículo 12 de la Ley Orgánica del Ministerio Público y lo dispuesto en el
artículo 334. 5 del Código Procesal Penal, ni siquiera ha procedido a
realizar la enunciación de dicho precepto, como si el mismo hubiera
sido descabalado de nuestro ordenamiento jurídico, y si seguimos los
lineamientos establecidos en los considerandos precedentes se puede
concluir de manera categórica que existe una grave vulneración al
derecho de motivación en dicha decisión, y ello conllevado con una
finalidad disfuncional, perversa y torticera de mantener en impunidad
un hecho criminal perpetrado en mi agravio, para ello debió al
13
Gaceta Constitucional Tomo 69 Primera Edición de Setiembre del 2013 páginas 251 y
252

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momento de aplicar el dispositivo ponderado si dicha norma colisiona o
no con los derechos fundamentales que también posee el agraviado al
interior de una investigación preliminar.
FUNDAMENTO JURÍDICO: En lo dispuesto en los artículos 139 inciso 3, 5 14,
artículo 200 inciso 1 ambos de la Constitución Política del Estado.
Artículos 1 y 37 del Código Procesal Constitucional.
MEDIOS PROBATORIOS: Como prueba ofrezco lo siguiente:
1. El mérito de la Disposición N° 06. ARCHIVO, de fecha 27 de Mayo
del 2014, donde se dispone NO PROCEDE FORMALIZAR Y
CONTINUAR LA INVESTIGACIÓN PREPARATORIA.
2. El mérito de la constancia de notificación dirigida al suscrito
respecto de la disposición N° 06 Archivo, donde se advierte que la
misma ha sido notificada a esta parte con fecha 02 de Junio del
2014.
3. El mérito del recurso de queja de derecho, su fecha 06 de Junio
del 2014.
4. El mérito de la disposición N° 07 de fecha 09 de Junio del 2014, por
el cual declara improcedente por extemporáneo el recurso de
queja de derecho presentado por el abogado defensor del
denunciante Juan Baldeón Esteban.
PRIMER OTROSI DIGO: Que, SOLICITO se disponga el emplazamiento del
PROCURADOR PUBLICO DEL MINISTERIO PUBLICO, ello atendiendo a lo
dispuesto en el artículo 47 de la Constitución Política del Estado, con
dicho fin adjunto también copias de la demanda, y los anexos
correspondientes.
ANEXO:
1.A.- Copia de mi D.N.I.
1.B.- Copia de la Disposición N° 06. ARCHIVO, de fecha 27 de Mayo del
2014, donde se dispone NO PROCEDE FORMALIZAR Y CONTINUAR LA
INVESTIGACIÓN PREPARATORIA.

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1.C.- Copia de la constancia de notificación dirigida al suscrito respecto
de la disposición N° 06 Archivo, donde se advierte que la misma ha sido
notificada a esta parte con fecha 02 de Junio del 2014.
1.D.- Cargo original del recurso de queja de derecho, su fecha 06 de
Junio del 2014.
1.E.- Cédula de notificación N° 8501-2014, que contiene la notificación
de la disposición N° 07 de fecha 09 de Junio del 2014.
1.F.- Boleta de Habilitación del letrado.
Por tanto:
A Ud. Señor Juez solicito admitir la presente
demanda, tramitarla conforme a su naturaleza y en su oportunidad
declararla FUNDADA en todos sus extremos.
Huánuco, 12 de Junio del 2014.

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