PRIMEROS AUXILIOS
INDICE GENERAL
3. REANIMACIÓN CARDIOPULMONAR
4. HEMORRAGIAS Y SHOCK
4.5. El Shock.
5. HERIDAS Y CONTUSIONES
5.1. Heridas.
5.2. Contusiones.
6. QUEMADURAS Y CONGELACIONES
6.1. Quemaduras.
o Concepto y clasificación.
o Valoración general de una quemadura.
o Complicaciones.
o Primeros Auxilios.
6.2. Congelaciones.
o Concepto y clasificación.
o Primeros Auxilios.
7. TRAUMATISMO DEL APARATO LOCOMOTOR
7.1. Esguince:
7.2. Luxación.
7.3. Fractura.
Traumatismos
El politraumatizado
8.1. Lipotimia.
Los principios generales de actuación que debe tener en cuenta todo socorrista en la aplicación
de los primeros auxilios son:
▪ Podemos definir como urgencia aquella situación que, a criterio de la víctima o sus allegados, requiere
intervención médica inmediata, no existiendo un riesgo para su vida.
Un ejemplo de ello podría ser una fractura en una extremidad, un esguince …
▪ Se podría definir como emergencia a aquella situación urgente en la que una falta de asistencia sanitaria
inmediata y adecuada pondría en peligro la vida de la persona, por lo que la aplicación de los primeros
auxilios es de vital importancia.
Un ejemplo podría ser una parada cardiorrespiratoria, una hemorragia abundante, intoxicaciones o
envenenamientos graves, graves quemaduras …
1.4 PAUTAS GENERALES DE ACTUACIÓN (PAS)
Es imprescindible conservar la calma para una adecuada toma de decisiones, evaluando desde el
primer momento la situación para así poder decidir las actuaciones a realizar, valorando siempre el
peligro que nos podemos encontrar. Actuar de forma impulsiva y sin razonar solo puede acarrear graves
consecuencias para todos los implicados.
Las primeras actuaciones tendrán como objetivo proteger al herido, alertar a los profesionales
sanitarios y, tras esto y si tenemos los conocimientos adecuados, centraremos nuestra atención en
socorrer al herido.
Este protocolo de actuación se conoce como PAS y a continuación pasaremos a analizarlo con
más detalle:
Proteger
Alertar
Socorrer
1.- PROTEGER: Lo más importante es asegurar la zona, evitando así nuevos accidentes o que se
agrave la situación de los ya existentes, teniendo en cuenta que es preferible alejar el peligro que
movilizar al accidentado. Debemos actuar en función del tipo de accidente. Aquí se muestran algunos
ejemplos:
- Electrocución: Desconectar la corriente. Si no es posible, retirar a la víctima de la zona, siempre
debidamente protegidos.
- Fuga de gas: Cortar el gas y ventilar la zona.
- Incendio: Controlar el fuego. Si hay humo, ventilar. No encender fuego ni accionar interruptores o
aparatos eléctricos.
- Accidente de tráfico: Colocar nuestro vehículo donde no provoque un nuevo accidente, ponerse
chaleco de alta visibilidad y señalizar el accidente.
2.- ALERTAR: Avisa a los servicios de emergencias correspondientes: servicios sanitarios (112,
061), Policía (091), Bomberos (080), Guardia Civil (062). Durante la llamada, además de identificarnos,
debemos informar del lugar exacto del accidente, tipo de accidente y circunstancias que puedan
agravarlo, así como el número de heridos y el estado de los mismos. Debemos mantener la línea libre o
permanecer a la escucha si así nos lo solicitaran, por si consideraran necesario darnos instrucciones a
seguir sobre medidas a adoptar mientras llegan los servicios de emergencias al lugar de los hechos.
3.- SOCORRER: Atender a las víctimas que lo necesiten, valorando la gravedad de cada uno de
ello, estableciendo las prioridades en la atención (triaje) y aplicando los protocolos de primeros auxilios
establecidos. Tengamos siempre en cuenta que nuestros objetivos primordiales son intentar salvar vidas y
no agravar el estado de las lesiones ya producidas.
Las acciones que conectan a la víctima de un paro cardiaco súbito con su supervivencia se
denominan Cadena de Supervivencia. La Cadena de Supervivencia resume los pasos vitales necesarios
para llevar a cabo una resucitación con éxito.
El primer eslabón indica la importancia de reconocer a los pacientes con riesgo de parada
cardiaca y pedir ayuda con la esperanza de que una atención rápida pueda evitar la parada. Los eslabones
centrales de esta cadena definen la integración de la RCP y la desfibrilación como los componentes
fundamentales de la resucitación precoz en el intento de restablecer la vida. El eslabón final, el Soporte
Vital Avanzado y el tratamiento efectivo posterior a la resucitación, se centran en la conservación de las
funciones vitales, en especial del corazón y el cerebro.
Descripción de los eslabones de la Cadena de Supervivencia:
2.- RCP precoz practicada por los testigos de la parada cardiaca: las maniobras de RCP
inmediatas, incluyendo las compresiones torácicas y ventilaciones pueden duplicar o triplicar la
supervivencia de un paro cardiaco súbito, ganando tiempo hasta la realización de la desfibrilación.
3.- Desfibrilación temprana: La desfibrilación es la única medida que puede permitir recuperar un
latido cardiaco efectivo cuando la parada cardiaca es provocada por una Fibrilación Ventricular. Las
maniobras de RCP más la desfibrilación en los primeros 3 a 5 minutos después del paro cardiaco puede
conseguir unas tasas de supervivencia muy altas, del 49 al 75 %. Cada minuto de retraso en la
desfibrilación se reduce la probabilidad de supervivencia de un 10 a un 15 %.
4.- Soporte Vital Avanzado precoz y cuidados posteriores a la resucitación: Estas medidas son
fundamentales para recobrar una adecuada calidad de vida. La adecuación del tratamiento durante la
fase posterior a la resucitación afecta al resultado de ésta.
En la mayoría de las Comunidades, el tiempo transcurrido entre la llamada a los SEM y su llegada
(el intervalo de respuesta) es de 8 minutos o más. A lo largo de ese lapso de tiempo, la supervivencia de la
víctima depende de que los testigos que la rodean inicien rápidamente los primeros tres eslabones de la
Cadena de Supervivencia.
Hay que tener en cuenta que una mala praxis o falta de diligencia en el desarrollo de su trabajo
puede originar accidentes con resultados extremadamente graves, esto es, lesiones o incluso la muerte
de los bañistas o de las personas atendidas, lo que a nivel jurídico se traduce en la imputación del
socorrista por delitos o faltas que llevan aparejadas las penas más elevadas del Código Penal, viéndose
igualmente condenados al pago de cantidades considerables en concepto de Responsabilidad Civil a las
víctimas o perjudicados.
Detectar precozmente aquellas situaciones que pudieran derivar en ilícitos civiles y penales
llevarán a los socorristas a evitarlas, de ahí la importancia de tener claros los conceptos sobre
responsabilidad civil y penal, así como los delitos y faltas en los que pueden incurrir:
RESPONSABILIDAD CIVIL
Aparece consagrado en el artículo 1.902 del Código Civil, que dice textualmente: “el que por
acción u omisión causa a daño a otro interviniendo culpa o neglicencia está obligado a reparar el daño
causado”
Se trata de la obligación que recae en una persona de reparar el daño causado a otra;
coloquialmente, es la indemnización económica que tendrá que pagar una persona a otra cuando le
hubiera causado un daño interviniendo culpa (queriendo causar ese daño) o negligencia (no teniendo el
cuidado debido).
Resumiendo, la responsabilidad civil es la forma que tiene el hombre de compensar los daños
causados, y para que exista tienen que concurrir una serie de elementos:
● Existencia de un daño
RESPONSABILIDAD PENAL
o Se castigan tanto las conductas dolosas como las imprudentes. Según el artículo 5 del Código
Penal: “No hay pena sin dolo o imprudencia”. De ello se deriva que no se impondrá pena alguna
en situaciones de fuerza mayor, hecho fortuito o error invencible.
o Cuando como consecuencia del delito o falta se produzca un daño, a la responsabilidad penal se
le añadiría la responsabilidad civil.
o Únicamente será responsable penalmente el autor del delito o falta, ya sea en calidad de autor,
de cooperador necesario o inductor.
“El que no socorriere a una persona que se halle desamparada y en peligro manifiesto y grave,
cuando pudiere hacerlo sin riesgo propio ni de terceros, será castigado con la pena de multa de
tres a doce meses.”
“En las mismas penas incurrirá el que, impedido de prestar socorro, no demanda con urgencia
auxilio ajeno.”
“Si la víctima lo fuere por accidente ocasionado fortuitamente por el que omitió el auxilio, la pena
será de prisión de 6 a 18 meses, y si el accidente se debiere a imprudencia, la de prisión de 6
meses a 4 años.”
Además, para el caso de que el auxiliador tenga conocimiento médico-sanitarios como es el caso
de los socorristas y obviara asistir a una víctima, el delito cometido no sería el artículo 195 del
Código Penal, sino del 196, que tiene aparejada una pena superior: “El profesional que, estando
obligado a ello, denegare asistencia sanitaria o abandonare los servicios sanitarios, cuando de la
denegación o abandono se derive riesgo grave para la salud de las personas, será castigado con
las penas del artículo precedente en su mitad superior y con la de inhabilitación especial para
empleo o cargo público, profesión u oficio, por tiempo de tres meses a seis años.”
“…/… El que sin violencia o intimidación y sin que medie consentimiento, realizare actos que
atenten contra la libertad o indemnidad sexual de otra persona será castigada, como responsable
de abuso sexual, con la pena de prisión de uno a tres años o multa de dieciocho a veinticuatro
meses …/…” (Artículo 183 CP)
“…/… El que realizare actos que atenten contra la indeminidad sexual de un menor de trece años
será castigado como responsable de abuso sexual a un menor con la pena de prisión de dos a seis
años …/…”
“…/… El que por imprudencia grave causare muerte de otro, será castigado, como reo de
homicidio imprudente, con la pena de prisión de uno a cuatro años.” (Art. 142.1 CP)
“Cuando el homicidio fuese cometido por imprudencia profesional se impondrá además la pena
de inhabilitación especial para el ejercicio de la profesión, oficio o cargo por un periodo de tres a
seis años …/…” (Art. 142.3 CP)
“…/… Los que por impri¡udencia leve causaren la muerte de otra persona, serán castigados con la
pena de multa de uno a dos meses …/…” (Art. 621.2 CP)
Un ejemplo de imprudencia grave con resultado de muerte podría ser el hecho de que el
socorrista se ausentase de su puesto de vigilancia con la piscina llena de bañistas para llevar a
cabo labores de control de acceso al recinto en una zona desde la cual no se puede controlar el
vaso de la piscina, produciéndose un ahogamiento.
“…/… El que por imprudencia grave causare alguna de las lesiones previstas en los artículos
anteriores será castigado:
1º.- Con la pena de prisión de tres a seis meses, si se tratare del artículo 147.1 (menoscabo de
integridad corporal o salud física o mental).
2º.- Con la pena de prisión de uno a tres años, si se tratare de las lesiones del artículo 149
(pérdida o inutilidad de un órgano o miembro principal o de un sentido, impotencia, esterilidad,
grave deformidad, grave enfermedad somática o psíquica).
3º.- Con la pena de prisión de seis meses a dos años si se tratare de las lesones del artículo 150
(pérdida o inutilidad de un órgano o miembro no principal) …/…” (Art. 152 CP)
“…/… Los que por imprudencia grave causaren alguna de las lesiones previstas en el apartado dos
del artículo 147, serán castigados con la pena de multa de uno a dos meses.
Los que por imprudencia leve causaren lesión constitutiva de delito serán castigados con pena de
multa de diez a treinta días …/…”
La diferencia de las penas radica en el mayor o menor resultado lesivo producido. Es
importante destacar que las lesiones pueden ser provocadas tanto por una actuación negligente
como por una omisión de las labores de vigilancia y control.
Un ejemplo de lesiones provocadas por la actuación negligente del socorrista son las que
se pueden originar al llevar a cabo una maniobra de reanimación a un sujeto de complexión
media empleando demasiada fuerza, originando la fractura de dos costillas.
Cuestión diferente hubiera sido que la acción hubiera ocurrido de forma aislada. En este
caso, las lesiones producidas no hubieran podido preverse ni evitarse y en consecuencia no se
podría apreciar imprudencia proparte del socorrista.
TEMA 2 EVALUACIÓN INICIAL
A la hora de prestar primeros auxilios es necesario seguir un protocolo de actuación sencillo y fácil
de recordar para el socorrista y basado en la aplicación de conductas y gestos previamente automatizados
mediante el aprendizaje y la práctica.
La valoración primaria consiste en identificar todas aquellas situaciones que puedan suponer una
amenaza inmediata para la vida de la víctima mediante el reconocimiento de sus constantes vitales.
Durante la valoración primaria se reconocerán una serie de signos vitales que nos darán toda la
información sobre el estado de las funciones vitales de la víctima.
Para valorar el nivel de consciencia se utiliza la escala AVDN, que divide el nivel de conciencia en
cuatro grados:
A medida que nos aproximamos debemos comenzar a observar gestos o
movimientos que nos puedan dar indicios del estado de la víctima.
Una vez llegados a su altura colocaremos el cuerpo en posición de
decúbito supino (boca arriba) con los brazos a lo largo del cuerpo y nos
arrodillaremos a su lado para comenzar a estudiar los signos vitales a los que ya
hemos hecho referencia anteriormente.
Cuando la víctima no responde a ningún estímulo (inconsciente), se
pedirá ayuda inmediatamente, sin separarse de su lado en ningún momento.
2.1.2 RESPIRACIÓN
En este punto, el primer paso será aflojar cualquier prenda que pueda dificultar la respiración o
circulación sanguínea de la víctima para, a continuación, asegurar la permeabilidad de las vías
respiratorias, con el objeto de permitir el paso del aire hasta los pulmones. Hay que tener muy en cuenta
que en las víctimas inconscientes la musculatura de la lengua puede caer hacia atrás, cerrando así la
entrada de la tráquea e imposibilitando la entrada y salida de aire.
E
s de enorme importancia asegurarse de que la víctima no presenta cuerpos sólidos en boca o garganta,
como por ejemplo restos de dientes en el caso de accidentes, extrayéndolos utilizando los dedos índice y
pulgar en forma de pinza. Asimismo, si la víctima presentara restos líquidos como sangre o vómitos,
deben extraerse con los dedos envueltos en un pañuelo o similar.
Una vez abierta y limpia la vía aérea, debemos comprobar durante unos segundos si la víctima
respira o no. Para ello, nos inclinaremos sobre ella acercando nuestro oído a su boca y nariz para
comprobar si se mueve el tórax y el abdomen. Además, de esta forma podremos oír el ruido de la
respiración y sentir el aire de la víctima en nuestra mejilla. De esta forma podemos “ver-oír-sentir” la
respiración. La frecuencia respiratoria normal oscila entre 15 y 20 respiraciones por minuto.
Si una vez realizada esta operación comprobamos que la víctima respira, colocaremos a la víctima
en Posición Lateral de Seguridad (PLS) y vigilaremos constantemente sus constantes vitales ante la
posibilidad de un empeoramiento de su situación.
Una vez comprobamos que la persona tiene pulso podremos proceder a la comprobación del
relleno capilar. Este sistema consiste en que al apretar una uña, la piel de la parte interior de la misma
cambia a un color blanquecino, volviendo a su color original una vez soltada. Si el cambio de color se
produce en menos de 2 segundos indica que el riego sanguíneo en los miembros superiores es correcto y
la circulación funciona adecuadamente (buena perfusión) lo cual, unido a la existencia de pulso radial nos
indica que no existe sangrado en la víctima (no existe compromiso vascular).
ALGORITMO
EVALUACIÓN PRIMARIA
2.2 VALORACIÓN SECUNDARIA
Una vez aseguradas las funciones vitales (valoración primaria) se procederá a la evaluación
secundaria. Esta se basa en la obtención de información adicional a través de la propia víctima, siempre
que las circunstancias lo permitan (víctima consciente), o de testigos o familiares presentes en el
momento del accidente o incidente, para a continuación realizar un examen lo más exhaustivo posible del
cuerpo de la víctima con la finalidad de encontrar lesiones que en un principio pudieran haber pasado
desapercibidas.
Para la obtención de la información necesaria nos colocaremos a la altura del paciente de forma
que nos vea, identificándonos y preguntándole su nombre, a fin de tranquilizarla y que se sienta
reconfortada, pasando a continuación a hacerle una serie de preguntas a fin de recabar dicha
información. Estas preguntas se recogen en un protocolo conocido como OPUMA, que detallamos en el
siguiente gráfico:
- Normal: 15 a 20
- Muy rápida: > 25 (Taquipnea)
- Muy lenta: < 10 (Bradipnea)
b) RITMO RESPIRATORIO
- Rítmico o regular
- No rítmico o irregular
c) AMPLITUD RESPIRATORIA
- Normal
- Aumentada
- Disminuida
PULSO
Las arterias más accesibles para la comprobación del pulso son la carótida (cuello) y la radial (cara
interna de la muñeca, en la base del pulgar) aunque existen otras muchas zonas dónde hacerlo. Nunca se
debe tomar el pulso con el pulgar, ya que podría confundirse con nuestro propio pulso.
b) RITMO CARDÍACO:
- Rítmico o regular
- No rítmico o irregular
c) AMPLITUD CARDÍACA:
- Normal
- Débil
d) RELLENO CAPILAR: apretando una uña, cambia su coloración a blanco, volviendo a su
color rosado original al soltarla. Dicho cambio se debe producir en menos de 2
segundos, lo cual nos indicaría una circulación dentro de la normalidad.
COLORACIÓN DE LA PIEL
- Hemorragia o shock
- Lipotimia
- Emoción o pánico
- Frío
- Quemadura
- Golpe de calor
- Tensión arterial elevada
- Intoxicación por monóxido de carbono
c) CIANOSIS: puede indicar:
- Insuficiencia respiratoria
- Obstrucción de vías respiratorias
TEMPERATURA CORPORAL
Según la parte del cuerpo donde realizamos la medición puede variar, siendo las más habituales:
- Temperatura oral
- Temperatura axilar: 0,5 ºC < oral
- Temperatura rectal: 0,5 ºC > oral
Es un signo vital que nos permite valorar mediante su estado, simetría o reacción ante el estímulo
luminoso la función cerebral de la víctima:
a) TAMAÑO:
b) REACTIVIDAD A LA LUZ:
- Reactivas
- Arreactivas: en casos de muerte cerebral
c) SIMETRÍA:
Se pedirá a la víctima que intente separar los dedos de sus manos, ofreciéndole tu mano como si
fueras a saludarlo, pidiéndolo que la apriete para comprobar si ha perdido fuerza. También se le pedirá
que realice un movimiento de flexión y extensión de brazos y piernas.
EXPLORACIÓN DE CABEZA, CARA Y CUELLO
En el tórax, buscar posibles lesiones traumáticas o dolor torácico a nivel de las costillas o esternón
así como su simetría durante las maniobras de inspiración y espiración.
En el abdomen, buscar la posible existencia de heridas, dolor al palpar, signos de hemorragia
interna o evisceración (salida al exterior de parte de las vísceras abdominales).
Se entiende por parada cardiorrespiratoria (PCR) toda situación clínica que comprende un cese
inesperado, brusco y potencialmente reversible de las funciones respiratorias y/o cardiocirculatoria
espontáneas, no siendo resultado de la evolución natural de una enfermedad crónica avanzada o
incurable, o del envejecimiento biológico. Si no se contrarresta con medidas de reanimación, el paro
cardiorrespiratorio produce una disminución brusca del transporte de oxigeno que da lugar a una
disfunción del cerebro inicialmente y, posteriormente, conduce a lesiones celulares irreversibles en el
organismo y a la muerte biológica.
Hay que tener en cuenta que es muy importante iniciar la reanimación antes de transcurrido un
tiempo de 4 a 6 minutos del inicio de la parada cardiorrespiratoria a fin de evitar daños cerebrales
irreversibles. En la curva de Drinker podemos comprobar cómo a mayor tiempo transcurrido menos
posibilidades de recuperación de la víctima:
La muerte aparente o clínica consiste en la detención del latido cardiaco y de la respiración sin
que se produzcan lesiones en las células cerebrales.
Esta muerte aparente puede ser reversible si se
consigue hacer llegar sangre oxigenada al cerebro y otros
órganos vitales en el menor tiempo posible mediante las
maniobras de reanimación cardiopulmonar adecuadas. En
caso de no poder restablecer dicha oxigenación, las células
cerebrales van muriendo progresivamente hasta alcanzarse el
estado de muerte real o biológica. En casos de muerte
aparente en ambientes muy fríos, víctimas de ahogamiento o
por hipotermia el margen de tiempo para la recuperación de
una parada cardiorrespiratoria puede verse incrementada.
La muerte real o muerte biológica se produce cuando las lesiones cerebrales producidas tienen
carácter irreversible, haciendo imposible la recuperación de las constantes vitales (respiración y pulso).
A partir de ese momento, las células cerebrales mueren, pero a pesar de ello, otras células del
cuerpo menos sensibles a la falta de oxígeno y que requieren de mayor tiempo para su degradación
permanecen activas, facilitando así la posibilidad de donación de otros órganos vitales para la realización
de trasplantes, siempre que se actúe con celeridad.
Compruebe la respuesta:
Sacuda suavemente los hombros de la víctima
y pregunte en voz alta “¿Se encuentra bien?”.
Si no responde, grite pidiendo ayuda.
- Si se encuentra solo:
o Llame al 112 / 061 para pedir una ambu-
lancia (deje sola a la víctima solo si es
absolutamente necesario)
o Consiga un DEA tan pronto como sea posible
(si está disponible).
La persona que efectúa la llamada debería indicar claramente su nombre, el lugar del accidente y
que la víctima está en parada cardíaca.
Una vez realizadas las comprobaciones previas reseñadas en el apartado anterior y, habiéndose
asegurado de la inexistencia de respiración en la víctima, procederemos al inicio de las maniobras de
reanimación RCP a un ritmo de 30 compresiones por 2 ventilaciones.
Para localizar el punto de compresión, colocamos el talón de una mano en el centro del pecho, en
su 1/3 inferior, o en el punto medio de la línea intermamilar (línea entre los dos pezones) para a
continuación colocar el talón de la otra mano encima de la primera, entrelazando los dedos de ambas,
evitando así que descansen sobre el pecho. De esta forma evitaremos ejercer presión sobre las costillas y
provocar posibles fracturas.
En cuanto a la posición de los brazos, se deben mantener extendidos y perpendiculares a la
víctima, no doblando en ningún caso los codos. Para evitar un cansancio innecesario hay que procurar
efectuar la compresión cargando el peso de nuestro cuerpo, y con la fuerza necesaria para deprimir el
esternón entre 5 y 6 cms. La frecuencia de compresión debe ser de 100 por minuto.
Para la realización de una maniobra de RCP efectiva seguiremos paso a paso las siguientes pautas:
4) En los niños, el masaje cardíaco se realizará utilizando el talón de una mano y en el lactante solo
con dos dedos. La fuerza de compresión será la suficiente para deprimir el esternón 1/3 de la
anchura del tórax, siendo la frecuencia de las compresiones de 100 por minuto, con una
secuencia de 30:2.
5) Las técnicas que utilizaremos para las ventilaciones serán la de boca a boca en los niños y la de
boca a boca-nariz en los bebés.
a) BOCA A BOCA: Es la técnica habitual de ventilación. Para realizarla correctamente hay que tapar
la nariz de la víctima con los dedos índice y pulgar de la mano situada sobre la frente. Inspira, sella
tus labios sobre la boca de la víctima y espira. Comprueba si es eficaz tu ventilación observando
con el rabillo del ojo si se eleva el pecho de la víctima. Destapa la nariz y apártate para dejar salir
el aire. Entre cada insuflación deja unos 4 segundos hasta que haya descendido totalmente el
tórax. La técnica se aplica en los adultos y niños.
b) BOCA A NARIZ: Cierra la boca de la víctima e insufla por la nariz. Ésta técnica se recomienda si el
herido presenta una herida grave en la boca, una intoxicación o su dentadura postiza se ha
movido y no es posible sellar nuestros labios sobre los de la víctima.
c) BOCA A BOCA-NARIZ: Es la técnica utilizada para lactantes. Se coloca la boca cubriendo
totalmente la boca y la nariz del bebé.
- AIRE EN EL ESTÓMAGO:
Durante la maniobra de RCP puede ocurrir que si insuflamos aire muy bruscamente, el
esófago se abra y parte de ese aire llegue al estómago de la víctima y se hinche. Debido a ello
es posible que se active el reflejo del vómito o que notemos una dificultad para el llenado de
aire de los pulmones. Si notas que ocurre esto, ladea la cabeza de la víctima y presiona sobre
la boca del estómago para facilitar la salida del aire. Si la víctima vomita, limpia su cavidad
oral y continúa con la reanimación.
- MALA APERTURA DE VÍAS RESPIRATORIAS:
Es posible que no llegue el aire a los pulmones de la víctima porque no se haya realizado una
correcta apertura de las vías aéreas. Asegúrate de realizar correctamente la maniobra frente-
mentón.
- CUERPOS EXTRAÑOS:
Una de las causas más frecuentes de la deficiente entrada de aire en los pulmones durante las
ventilaciones es el hecho de haber olvidado comprobar la existencia de cuerpos extraños en
la boca de la víctima (vómito, sangre, piezas dentales…). Se debe proceder introduciendo dos
dedos en forma de pinza, procurando evitar que el objeto se hunda aun más.
La obstrucción brusca de la vía aérea por cuerpos extraños (OVACE) puede provocar un cuadro de
asfixia que si no se resuelve con rapidez puede evolucionar, cuando la obstrucción es completa, hacia la
parada respiratoria, seguida de una parada cardíaca y la muerte.
Si la obstrucción es severa o total y la víctima está consciente seguiremos las siguientes pautas
de actuación:
- Daremos cinco golpes secos con la palma de la mano en la espalda en el centro de la línea
interescapular, inclinando a la víctima para facilitar la salida del objeto, y comprobando a
cada golpe que la obstrucción ha sido solucionada.
Trataremos la obstrucción de la misma forma que en los adultos, teniendo en cuenta las
peculiaridades de estatura y fragilidad.
TEMA 5 HEMORRAGIAS Y SHOCK
Se puede definir una hemorragia como el flujo de sangre que se genera a partir de la rotura de los
vasos sanguíneos.
5.2 CLASIFICACIÓN
Se pueden establecer clasificaciones de las hemorragias según el tipo de vaso sanguíneo afectado,
según su origen o según la gravedad de las mismas.
a) SEGÚN SU ORIGEN:
- Arteriales: es la más grave si no se trata a tiempo. Se produce por la rotura de una arteria. La
sangre es de color rojo vivo y sale a borbotones, coincidiendo con el latido cardíaco.
- Venosas: producidas por la rotura de una vena. La sangre es de color oscuro y sale de forma
continuada pero sin fuerza.
- Capilares: es la más frecuente y la menos grave, pues los capilares sanguíneos son los más
abundantes y los que menos presión tienen. La sangre fluye en sábana.
c) SEGÚN LA GRAVEDAD:
Según la gravedad de la hemorragia la podemos clasificar por grados del I al IV, en orden
ascendente cuanto mayor es la gravedad del caso. En la siguiente tabla podemos comprobar los detalles
de cada uno:
2. Tranquilizar a la víctima.
Una hemorragia interna es una pérdida de sangre que se produce desde el sistema vascular en
una cavidad o espacio corporal. Se trata de una emergencia médica grave y el grado de severidad va a
depender de la velocidad y ubicación del sangrado (cerebro, estómago, pulmones). Potencialmente
puede causar un paro cardíaco y la muerte si no se recibe un rápido y adecuado tratamiento médico.
Pueden estar originadas por fuertes traumatismos, heridas por arma de fuego o blancas y
fracturas. En raras ocasiones también pueden producirse de forma espontánea, sin mediar causa
aparente.
Al ser difícil de detectar, nuestra actuación irá encaminada a sospechar su existencia a través de
signos o síntomas de shock por insuficiencia circulatoria, provocada al disminuir el volumen de sangre que
llega a las células y tejidos.
Los síntomas más habituales son: desorientación espacial o pérdida de conocimiento, palidez
intensa, sudoración fría y pegajosa, aumento de la frecuencia respiratoria, pulso débil y rápido, relleno
capilar superior a 2 segundos, vómito con sangre, abdomen muy sensible o rígido …
1. Valoración primaria
EPIXTASIS:
Hemorragia con origen en las fosas nasales. Puede estar originada por traumatismos,
hurgarse la nariz o hipertensión arterial, entre otras.
En estos casos:
a) OTORRAGIA:
Hemorragia con origen en el oído. En muchos casos suelen ser de carácter leve, originadas
por simples erosiones en el conducto auditivo externo. En otros casos, cuando la pérdida de
sangre es abundante, pueden denotar fracturas en la base del cráneo, producidas generalmente
por fuertes traumatismos en la cabeza. En estos casos puede venir acompañado de líquido
cefelorraquídeo.
b) HEMÓPTISIS:
En estos casos:
Hemorragias que se presentan a través del vómito, conteniendo sangre proveniente del
aparato digestivo. La sangre puede venir acompañada de restos de alimentos y con olor
desagradable. Su origen puede estar en úlceras gástricas o duodenales, gastritis o tumores.
En estos casos:
d) METRORRAGIA:
En estos casos:
5.6 SHOCK
Podemos definir el shock como el conjunto de signos y síntomas que resultan de la falta o
disminución del aporte sanguíneo a los tejidos, originada por la pérdida de volumen sanguíneo, por el
aumento de la capacidad de los vasos (pérdida de presión sanguínea) o por bombeo cardíaco deficiente.
En cualquiera de estos casos, se produce un deficit en la oxigenación de los tejidos de los distintos
órganos (corazón, pulmones…), deteriorándose rápidamente, por lo que si no se actúa de inmediato se
puede producir la muerte.
5.6.1 CLASIFICACIÓN
c) SHOCK DISTRIBUTIVO: causado por alteraciones en la distribución del flujo sanguíneo. Se puede
clasificar en:
3. Aflojar las prendas que puedan dificultar su respiración y taparlo para evitar pérdidas de calor
4. Tranquilizar al herido
Se entiende como traumatismo toda agresión producida por la aplicación, de forma directa o
indirecta, de una fuerza que provoca lesiones en el organismo.
6.1 HERIDAS
Se puede definir una herida como la pérdida de continuidad de la piel o de las mucosas como
consecuencia de un traumatismo, provocando la comunicación del interior del cuerpo con el eterior.
6.1.1 CLASIFICACIÓN
- Heridas incisas
Son producidas por la acción de un agente cortante (cuchillo, cristal…). En ellas predomina la
longitud sobre la profundidad. Suelen presentar los bordes bien definidos, siendo heridas muy
sangrantes.
- Heridas punzantes
Son producidas por la acción de objetos alargados y puntiagudos (agujas, clavos, armas blancas…).
En ellas predomina la profundidad sobre la superficie. Presentan bordes bien definidos y un mayor riesgo
de infección.
- Heridas contusas
Son producidas en su mayoría por un impacto. Su intensidad (caída al suelo, atropello…) o el tipo
de objeto (piedra, palo…) provocan que los bordes de la herida sean aplastados, determinando que en su
interior se produzca el aplastamiento y desgarro de tejidos, con el consiguiente riesgo de infecciones.
Sangran menos que las incisas y las punzantes.
- Heridas por desgarro
Son producidas por un mecanismo de tracción sobre los tejidos o arrancamiento (maquinaria
industrial, atropello…). Se caracterizan por las irregularidades y separación entre los bordes de la herida,
pudiendo separar totalmente algún fragmento orgánico (dedo, brazo…).
- Heridas en colgajo
Son aquellas heridas que presentan un segmento de tejido cortado o arrancado que permanece
unido por un punto al resto del cuerpo.
Son heridas en las que se desprenden trozos de los tejidos afectados, separándose del cuerpo.
Las heridas pueden verse agravadas por una serie de factores, como:
- Profundidad
- Extensión
- Localización
- Heridas sucias o con cuerpos extraños
- Hemorragias
- Infecciones
6.1.3 SÍNTOMAS
- Dolor
- Hemorragia
- Separación de los tejidos
Para aplicar los primeros auxilios es muy importante seguir los siguientes pasos para prevenir
infecciones:
1. Lavarse las manos con agua y jabón antes y después de tratar la herida y comprobar que el
material a utilizar esté limpio
2. Adoptar las medidas adecuadas de autoprotección (guantes)
3. Limpiar la herida con agua del grifo, a chorro, para arrastrar los cuerpos extraños de la superficie
de la herida (tierra, sangre reseca…). Usar gasas estériles o, en su caso, paños limpios, nunca
algodón (que pueda dejar resto de filamentos), y limpiar la herida desde el centro hacia el
exterior para no introducir gérmenes en el interior, procurando no frotar la herida. Nunca extraer
cuerpos extraños que estén clavados.
4. Irrigar la herida con agua oxigenada
5. Aplicar un antiséptico, preferentemente clorhexidina.
6. Cubrir la herida con apósitos estériles y vendas
Si nos encontramos con una herida que consideramos grave debemos seguir los siguientes pasos:
1. Controlar la hemorragia
2. No extraer los cuerpos extraños para evitar agravar las hemorragias
3. Colocar apósitos o gasas húmedas que cubran la herida
4. Vendar la zona
5. Trasladar inmediatamente a un centro sanitario controlando permanentemente sus constantes
vitales
Las heridas perforantes en el tórax lesionan el pulmón y la pleura, provocando una grave
dificultad respiratoria, al acumularse aire en la cavidad pleural, que provoca el colapso del pulmón.
Si la herida “respira” (sopla) o si a través de ella sale sangre con burbujas, hay que tapar primero con la
mano y después colocar un apósito con varias capas que cubra totalmente la herida, y taparlo con un
plástico o papel de aluminio, sujetándolo únicamente por tres lados. A continuación se colocará al
accidentado en posición semisentado o reclinado sobre el lado afectado.
Ante este tipo de heridas, colocar una compresa o paño limpio y un vendaje que no comprima. Si
hay salida de parte de los intestinos, no intentar meterlos de nuevo en el abdomen; cubrirlos con
compresas empapadas con suero fisiológico o paños limpios y húmedos. Colocar a la víctima tumbada con
las piernas flexionadas.
6.2 CONTUSIONES
Una contusión es una lesión física producida por la acción de una fuerza mecánica externa que no
llega a romper la piel. Puede ocurrir cuando el cuerpo recibe un impacto (puñetazo, palo…) o bien se
golpea con un objeto externo (caídas, accidente de tráfico…).
Nunca hay que subestimar la gravedad de una contusión. Aunque no haya sangre visible, un golpe
de intensidad moderada podría causar daños en músculos, tendones e incluso órganos y puede dar lugar
a fuertes hemorragias internas.
6.2.1 CLASIFICACIÓN
- Contusiones simples
Aunque el golpe no dañe ni rompa la superficie de la piel, lesiona los vasos de manera
que la sangre deja de irrigar la zona, lo que provoca la necrosis (o muerte) de los tejidos. Se
suele producir aplastamiento de partes blandas (grasa, músculos, nervios y huesos) y la zona
afectada estará fría, inflamada y dura, produciéndose una manifiesta impotencia funcional. Son la
lesión más común en accidentes de tráfico.
6.2.2 TRATAMIENTO
Este tipo de traumatismos produce lesiones en sistema ósteo-articular o muscular. Pocas veces
produce una situación de riesgo para la vida, pero una deficiente primera asistencia puede acarrear
consecuencias en la posterior recuperación de la víctima.
6.3.1 ESGUINCES
3. Inmovilizar la articulación
4. No aplicar pomadas
6.3.2 LUXACIÓN
6.3.3 FRACTURA
Una fractura es la pérdida de continuidad normal del hueso a consecuencia de golpes, fuerzas o
tracciones cuyas intensidades superan la elasticidad del hueso.
- FRACTURA INCOMPLETA O FISURA: rotura en la que el hueso solo está agrietado o parcialmente
fracturado. Se mantiene la continuidad ósea.
- FRACTURA COMPLETA: rotura de un hueso que interrumpe por completo la continuidad del
tejido óseo en toda la anchura del hueso implicado.
- FRACTURA ALINEADA: rotura en la que los fragmentos de los huesos no se mueven de su eje.
- FRACTURA DESPLAZADA: rotura en la que los fragmentos óseos sí se han desplazado de su eje.
- FRACTURA CERRADA: el hueso se rompe, pero la piel que recubre la extremidad queda intacta.
- FRACTURA ABIERTA: la rotura del hueso provoca la rotura de la piel y, por tanto, de otros tejidos
o estructuras aledañas, comunicándolo con el exterior, con el consiguiente riesgo de hemorragias
e infecciones.
2. Retirar relojes, anillos y pulseras para no dificultar la circulación sanguínea en caso de inflamación
Son lesiones causadas por una fuerza externa que puede producir una disminución o alteración
del estado de conciencia, dando como resultado un deterioro del funcionamiento de las capacidades
cognitivas y físicas. Este deterioro puede ser temporal o permanente, y puede causar una alteración
funcional parcial o total. Las caídas y accidentes son algunas de las causas que pueden estar detrás de los
traumatismos craneoencefálicos.
La gran presencia de vasos sanguíneos en la zona hace que estas heridas sean muy sangrantes,
por lo que la actuación prioritaria debe ir orientada a la detención de la hemorragia.
Después de un traumatismo de este tipo podemos encontrarnos con una simple herida en cabeza
o cara, una hemorragia intracraneal, una fractura de cráneo, signos de afectación cerebral o varias de
ellas de forma conjunta. El riesgo más grave es el posible daño producido en el sistema nervioso central,
con la destrucción de neuronas cerebrales que pueden provocar importantes secuelas o incluso la
muerte. Ante un traumatismo craneal debemos sospechar de la posible existencia de daños en la
columna vertebral.
Los síntomas más comunes en casos de fractura de cráneo son:
El peligro de los traumatismos producidos en la columna vertebral no radica en los daños que se
puedan producir en la estructura ósea que la conforman, sino en una posible afectación medular por
compresión o sección total o parcial de la misma.
A nivel óseo, hay partes de la columna vertebral que son más susceptibles que otras de sufrir
lesiones. Los segmentos de la región torácica, salvo en fuertes traumatismos, no suelen sufrir grandes
daños, debido a que se encuentran reforzados por las costillas, a los que están articulados. Igualmente
ocurre con el sacro. Sin embargo, las regiones cervical y lumbar, al no tener el apoyo de otras estructuras
óseas, están muy expuestas a las lesiones.
Debemos sospechar de la existencia de una lesión vertebral o medular cuando la víctima haya
sufrido un traumatismo por accidente de tráfico (hiperextensión), por caída (hiperflexión o rotación), por
zambullida (compresión) o ahorcamiento (estiramiento)
En caso de lesiones vertebrales los síntomas más comunes son:
En estos casos, ante la duda, hay que sospechar que la víctima pueda presentar una lesión
medular, por lo que se actuará como tal.
Los síntomas que nos pueden indicar la existencia de lesiones medulares son:
1. No movilizar a la víctima
4. Reevaluar periódicamente
En caso de la existencia de más de una herido, es fundamental hacer una valoración del conjunto,
procediendo a realizar un TRIAGE, que es la selección y clasificación de las víctimas, evaluando las
prioridades de atención, privilegiando la posibilidad de supervivencia, de acuerdo a las necesidades
terapéuticas y los recursos disponibles.
Se puede definir una quemadura como la lesión producida por una excesiva exposición al calor.
Puede ser originada por la acción de una llama directa, líquidos o sólidos ardientes, rozamiento,
sustancias químicas, electricidad o simplemente por la exposición al sol.
7.1 CLASIFICACIÓN
- Profundidad
- Extensión
- Localización
- Edad del paciente
● PRIMER GRADO:
En este tipo de quemaduras solo se ve afectada la parte superior de la piel o epidermis, en la que
aparece enrojecimiento o eritema, no afectando a su capacidad de regeneración. Producen dolor e
hinchazón moderados.
● SEGUNDO GRADO:
Son aquellas que producen daños en los estratos más profundos de la piel o dermis, alcanzando a
los pequeños capilares sanguíneos y presentando eritema (enrojecimiento) a nivel superficial, generando
ampollas denominadas flictenas. Producen un dolor intenso e inflamación que se extiende a zonas
aledañas.
● TERCER GRADO:
Este criterio de basa en el porcentaje de tejido lesionado con respecto a la superficie cutánea
total. Un método práctico de calcular la extensión de las quemaduras es emplear la llamada “regla de los
9” o “regla de Wallace”
En el caso de los niños es más difícil de calibrar debido a sus proporciones. Las únicas diferencias
con respecto a los adultos serían en la zona de cabeza y cuello, que supondría el 18 % y las piernas, que
supondrían el 13 % cada una. Para tener una referencia orientativa, la palma de la mano de la víctima
supondría un 1 % de su superficie corporal.
Existen en el cuerpo humano zonas llamadas especiales debido a las secuelas estéticas o
funcionales que puede dejar una quemadura cuando se localiza en una de ellas. Estas zonas son: cara y
cuello, axilas, zonas de flexo-extensión de las extremidades, manos, pies, zona genital y mamas.
Entre los 12 y 40 años, la respuesta es prácticamente la misma, pero no sucede lo mismo cuando
nos aproximamos a los extremos de la vida. La misma lesión supone un mayor riesgo de complicaciones
en niños (especialmente en lactantes) y en ancianos que en adultos. Esto supone que a igual superficie
quemada, las posibilidades de recuperación varían con la edad del individuo.
En la tabla adjunta se puede ver la valoración de la gravedad de las quemaduras, en función de su
extensión y profundidad:
En personas afectadas por quemaduras de cierta entidad existe la posibilidad de que surjan
complicaciones derivadas del traumatismo térmico. Estos efectos, deben siempre tratarse
prioritariamente frente a las lesiones cutáneas. Las complicaciones más frecuentes son:
2. Si la víctima está ardiendo, evite que corra, haciéndola rodar por el suelo o cubriéndola con
una manta
4. Cortar los fragmentos de ropa quemada no adheridos a la piel, ya que en caso contrario
podríamos desgarrar grandes trozos de tejido, facilitando así las infecciones
5. En las quemaduras de 1º y 2º grado, enfriar las heridas poniéndolas bajo un chorro de agua
fría. Nunca utilizar hielo para enfriar las heridas.
6. Cubrir el área afectada con apósitos esterilizados humedecidos con suero fisiológico, agua o
con un trozo de tela limpia y húmeda. No aplicar presión en las quemaduras
9. Estar muy atento a los signos de shock, controlando permanentemente las constantes vitales
En caso de quemaduras por productos químicos, es preciso lavar rápidamente y con agua
abundante la zona afectada, retirando toda la ropa que haya quedado impregnada por la sustancia,
procediendo a continuación como en el resto de las quemaduras.
TEMA 8 LESIONES POR EFECTO DE LA TEMPERATURA
8.1.1 CALAMBRES
Podemos considerarla como la afección más leve que se puede producir por efecto del calor. Con
la sudoración se produce una pérdida de agua y sales minerales, lo cual provoca que la capacidad de
recuperación de la musculatura se vea afectada, más aun si a las altas temperaturas unimos la fatiga física
producido por el ejercicio.
8.1.2 INSOLACIÓN
Es un trastorno producido por una exposición prolongada al sol o por la realización de una
actividad o ejercicio físico intensos en situaciones de temperatura elevada. Consiste en una
deshidratación extrema, en la que la pérdida de agua y sales minerales afecta no solo a uno o varios
músculos como en el caso de la deshidratación, sino a la totalidad del organismo.
Los síntomas que caracterizan una insolación son:
Un golpe de calor o shock térmico es uno de los casos más graves de hipertermia. Es el
sobrecalentamiento que sufre el cuerpo debido a la exposición prolongada a altas temperatura o un
exceso de ejercicio físico en condiciones de temperatura elevada. La falta de hidratación provoca un
trastorno de la termorregulación que provoca que diversos órganos dejen de funcionar como lo harían de
forma habitual. Constituye una urgencia médica extrema debido a su rápida aparición y cuya evolución
puede provocar la muerte en menos de 24 h si no se actúa de inmediato.
La actuación en estos casos sería la misma que para los casos de insolación, debiendo activar el
sistema de emergencia para su traslado a un centro sanitario.
8.2 LESIONES POR EFECTO DEL FRÍO
Como hemos visto anteriormente, nuestro organismo dispone de una capacidad termodinámica
para mantener una temperatura corporal constante de aproximadamente 37 grados. En un ambiente frío
y húmedo nuestro cuerpo se enfría de forma progresiva, más rápidamente si se ve favorecido por
factores como un alto grado de humedad o la existencia de viento, y reacciona para reemplazar el calor
perdido utilizando los siguientes mecanismos:
En casos extremos, durante una exposición prolongada al frío, el cuerpo va a ser incapaz de
conservar el calor de forma natural y mantener su temperatura interna, provocando lesiones
potencialmente mortales como la hipotermia y la congelación.
8.2.1 HIPOTERMIA
A medida que una persona desarrolla una hipotermia va perdiendo progresivamente las
capacidades de pensar y moverse. La temperatura corporal se sitúa por debajo de los 35 grados, y de no
recibir atención sanitaria inmediata puede provocar paro cardíaco, shock, y coma. En los casos más graves
puede causar la muerte.
- Somnolencia y confusión
- Debilidad y pérdida de coordinación
- Dolor muscular y articular
- Piel pálida y fría
- Temblor incontrolable
8.2.2 CONGELACIÓN
Es el daño provocado en la piel y en los tejidos subyacentes provocado por el frío extremo. Se
produce una constricción de los vasos sanguíneos, por lo que los tejidos no reciben aporte de calor,
oxígeno ni material energético, provocando una serie de lesiones en los mismos. Afectan en mayor grado
a las zonas distales del cuerpo, manos y pies, nariz y orejas.
● PRIMER GRADO:
● SEGUNDO GRADO:
Afectan a epidermis y dermis. La piel toma aspecto de cera, apareciendo ampollas de color
morado. Son dolorosas.
● TERCER GRADO:
Afectan a todo el grosor de la piel. Se produce la muerte o necrosis de los tejidos, tornándose la
piel de color negro. El dolor desaparece.
La actuación en estos casos será:
3. Aplicar compresas secas y estériles en las zonas afectadas, procurando no tocar las ampollas
6. No utilizar estufas o calefactores sobre las zonas afectadas, solo para el calentamiento de la
estancia
La angina de pecho es un dolor o molestia en el tórax que se produce cuando el corazón no recibe
la suficiente irrigación sanguínea y, por lo tanto, oxígeno a las células del músculo del corazón, debido a
una obstrucción parcial de las arterias coronarias. Suele durar unos minutos y posteriormente el paciente
se recupera. Esta patología suele producirse cuando el corazón se ve obligado a realizar un esfuerzo y el
organismo es incapaz de aumentar el riego sanguíneo del mismo.
La actuación en estos casos será la misma que para el infarto de miocardio, que veremos en el
siguiente apartado.
El infarto de miocardio es una patología que se caracteriza por la muerte de una porción del
músculo cardíaco (necrosis) que se produce cuando se obstruye completamente una arteria coronaria. Al
obstruirse, el aporte sanguíneo cesa, por lo que el músculo cardíaco no recibe el oxígeno necesario para
realizar sus funciones, y provoca que el tejido muera y no se regenere. Puede ser mortal si el daño
producido es lo suficientemente grande como para afectar gravemente el funcionamiento del corazón y
este no es capaz de bombear sangre al resto de los órganos vitales.
Los síntomas más comunes son:
9.1.3 PREVENCIÓN
- Adicción al tabaco
- Presión arterial elevada
- Sobrepeso y obesidad
- Dieta con altos contenidos grasos
- Sedentarismo
- Estrés
9.2 LESIONES CEREBROVASCULARES
9.2.1 ICTUS
Es una patología extremadamente frecuente, que en más de la mitad de los casos suele provocar
la muerte o algún tipo de minusvalía. Es fundamental una detección temprana, ya que el retraso en su
detección provoca el agravamiento de las lesiones.
- ASIMETRÍA FACIAL: si pedimos a la víctima que nos sonría y sólo es capaz de elevar el labio de un
lado
- DERIVA DEL BRAZO: si pedimos a la víctima que levante los brazos y uno queda más levantado
que otro o no es capaz de levantarlo
- ALTERACIÓN DEL HABLA: si no es capaz de hacerlo o lo hace de forma incoherente
La actuación en estos casos será:
1. Rápido reconocimiento de los síntomas del ictus, anotando la hora en que ocurrió
2. Activar con rapidez los servicios de emergencia, trasladando a la víctima en el menor espacio de
tiempo posible
TEMA 10 ALTERACIONES DE LA CONSCIENCIA
La consciencia es aquel estado en el que el individuo se da cuenta de sí mismo y del medio que le
rodea. La consciencia normal implica la capacidad para percibir y reaccionar adecuadamente a los
estímulos externos.
- Traumatismos
- Intoxicaciones (alcohol, drogas …)
- Alteraciones metabólicas (diabetes …)
- Alteraciones neurológicas (epilepsia …)
10.1 LIPOTIMIA
Es la pérdida o disminución de la consciencia que se manifiesta por una sensación de mareo sin
pérdida de conocimiento y con una recuperación rápida y sin secuelas.
Puede producirse por emociones intensas, períodos de ayuno (dietas), miedo, calor excesivo,
estar de pie sin poder moverse, ejercicio excesivo, dolor, entre otros
- Sensación de mareo
- Piel pálida, fría y sudorosa
- Debilidad en las piernas, con la consiguiente caída
- Pulso débil o lento
- Náuseas o dolor de tripa
1. Tumbar a la víctima para evitar su caída, colocándola en posición decúbito supino con las piernas
elevadas 45◦ (posición antishock)
2. Situarla en un lugar con ambiente fresco, aflojando aquellas prendas que puedan dificultar su
respiración y evitando aglomeraciones alrededor
3. Llame a las asistencias sanitarias y nunca deje sola a la víctima, controlando sus signos vitales
hasta su llegada
10.2 COMA
- Traumatismos en la cabeza
- Hipoglucemia
- Intoxicaciones (alcohol, drogas, medicamentos …)
- Falta de oxígeno en el cerebro
- Patologías derivadas del frío o calor extremos
10.3 CONVULSIONES
Son contracciones bruscas, involuntarias, repetidas y anormales de los músculos, provocadas por
estímulos cerebrales. Suelen provocar debilidad o pérdida de consciencia.
La causa más habitual es la epilepsia, pero pueden producirse por lesiones en la cabeza,
enfermedades cerebrales, fiebre alta, hipoglucemia, ingesta de tóxicos …
Los síntomas más habituales son:
3. Colocar un objeto blando bajo su cabeza para evitar lesiones y, bajo ningún concepto, sujetar a la
víctima durante la crisis ni introducirle objeto alguno en la boca
La mayoría de las veces las intoxicaciones ocurren por accidente, sin embargo, una actuación
rápida puede llegar a salvar la vida. Si se sospecha de una intoxicación, no hay que esperar a que
aparezcan los síntomas, sino tomar medidas activas.
Las señales de alarma que indican que una persona está intoxicada dependen en gran medida del
tipo de tóxico y la vía de entrada al organismo, así como de la sensibilidad de la víctima. Entre los
síntomas de intoxicación o envenenamiento más generales que solemos encontrarnos están:
4. Abrigar a la víctima
Las reacciones alérgicas son las respuestas exageradas del sistema inmune ante algunas
sustancias llamadas alergenos que no son toleradas por el organismo, y con el que pueden entrar en
contacto a través de la piel, la nariz, los ojos, las vías respiratorias o el tubo digestivo. Dichas sustancias
pueden ser inhaladas hacia los pulmones, ingeridas o inyectadas.
La anafilaxia es una reacción grave y repentina que ocurre minutos después de la exposición y
puede empeorar rápidamente, pudiendo causar la muerte en tan solo 15 minutos si no se recibe
tratamiento, por lo que se necesita atención médica inmediata.
Pueden ser causadas por polen, plantas, pelo de animales, picadura de abejas y otros insectos,
medicamentos y algunos alimentos como avellanas, nueces y mariscos.
Los síntomas que pueden indicar una reacción alérgica moderada o grave son:
5. Si la reacción alérgica es producida por picadura de avispa o abeja, sacar el aguijón de la piel
raspando con algo firme (con la uña o una tarjeta de crédito) y nunca con unas pinzas, pues al
apretar el aguijón puede liberarse más veneno
6. Deben tomarse medidas para prevenir el shock, colocando a la víctima tumbada con las
piernas elevadas
7. Si la víctima pierde el conocimiento, avisar a las asistencias médicas y aplicarle los primeros
auxilios