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HORA SANTA REPARADORA Y DE DESAGRAVIO

Dirigente 1: Jesús Eucaristía, Dios del sagrario, Divino Salvador venimos hoy en este (1,2,3 o 4) día del Santo
Jubileo a adorarte, postrándonos ante tu Presencia sacramental, con profundo dolor y pena, para pedirte perdón
por el atentado cometido el 29 de abril de 1915 en contra de tu Santa Imagen: personas sin escrúpulos y sin
respeto por los lugares santos, irrumpieron tu Iglesia de Chachapa, mi Divino Salvador disparando contra tu
imagen santa.

Venimos hoy a pedirte perdón por esas ofensas, y a ofrecerte la miseria de nuestros corazones en reparación y en
adoración, uniendo nuestras reparaciones y adoraciones a las tuyas en el Santísimo Sacramento del altar.

Oración inicial:
Dirigente: “Jesús mío, yo creo, yo espero, te adoro y te amo; te pido perdón por los que no creen, ni esperan, ni
te adoran, ni te aman”. Creemos que Tú, siendo Dios Hijo desde la eternidad, te encarnaste en el tiempo en el
seno virginal de María, por obra del Espíritu Santo, el Amor de Dios, y que por lo tanto no hubo intervención
humana alguna en tu Encarnación. Todos: ¡Señor, ten misericordia de nosotros!
Creemos que, siendo Dios Hijo, y sin dejar de ser Dios Hijo, te encarnaste en el seno virgen de María Inmaculada,
y asumiste una naturaleza humana, un cuerpo y un alma, con los cuales te hiciste visible Tú, que eres el Dios
invisible. Todos: ¡Señor, ten misericordia de nosotros!

Creemos que naciste de una Madre Virgen, Madre que por ser al mismo tiempo Virgen, es el portento de los
portentos, el Milagro de los milagros, la Maravilla de todas las maravillas realizadas por la Trinidad. Todos:
¡Señor, ten misericordia de nosotros!

Creemos que el primer nombre de tu Madre es el de “Madre de Dios”, porque fue creada y concebida sin la
mancha de la malicia original y llena del Amor de Dios, para que fuera tu Madre en la tierra y te recibiera en su
seno virginal, purísimo y limpísimo, de manera que al encarnarte no extrañaras el seno de tu Padre, seno en el
que vives desde la eternidad. Todos: ¡Señor, ten misericordia de nosotros!

Amado Señor Sacramentado, al hacer este acto de fe, reafirmamos igualmente nuestro acto de amor y adhesión a
toda la verdad que tú nos has revelado y nos has enseñado a través de tu Iglesia. Creemos que Tú, Jesús de Nazaret,
eres la Segunda Persona de la Santísima Trinidad encarnada en una naturaleza humana, y que como tal eres el
Hombre-Dios, que existió realmente, que vivió realmente en Palestina hace dos mil años, que obró maravillas,
signos, prodigios y milagros incontables e innumerables, antes de subir a la Cruz para dar tu vida por
amor a nosotros, los hombres. Todos: ¡Señor, ten misericordia de nosotros!

Creemos que verdaderamente sufriste la Pasión y Muerte en Cruz el Viernes Santo, y luego resucitaste el
Domingo de Resurrección, para no morir más; creemos que tu Pasión y Muerte en Cruz, sucedidas
cruentamente una vez en el tiempo hace dos mil años, se renuevan en la celebración eucarística, de manera que

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en la Santa Misa asistimos a tu Pasión y Muerte en Cruz, pero creemos también que lo que recibimos en la Sagrada
Hostia es tu Cuerpo resucitado en la Eucaristía, y como tal, lleno de la vida, de la luz, de la alegría, de la paz, de
la felicidad, de la gloria y del Amor de Dios. Todos: ¡Señor, ten misericordia de nosotros!

Creemos que Tú en la Eucaristía eres Dios Hijo encarnado, que fue engendrado desde la eternidad en el seno
del Padre, y que estás en este Santísimo Sacramento con tu Cuerpo resucitado, con tu Alma glorificada, con tu
Divinidad refulgente y con tu Persona divina. Todos: ¡Señor, ten misericordia de nosotros!

Padre nuestro, Dios te Salve María.., Gloria al padre…

Canto: Una Espiga Dorada

Dirigente 2: Querido amigo Jesús, tu bien sabes, que los más necesitados somos nosotros, necesitamos tu amor,
necesitamos tu misericordia, necesitamos tu perdón, por eso en este acto de fe que estamos realizando, toma lo
que hay en nuestro corazón para que tú seas siempre santificado en nuestra existencia.

Creemos que Tú en la Eucaristía te donas sin reservas al alma que te comulga con fe y con amor, con piedad y
devoción, y por lo tanto creemos que cuando comulgamos, entras Tú en Persona en nuestros míseros corazones,
para dejarnos tus gracias y tus innumerables dones. Todos: ¡Señor, ten misericordia de nosotros!

Creemos que al comulgar Tú entras en Persona en nuestra alma, que es una morada indigna, y por eso decimos:
“No soy digno de que entres en mi casa”, pero sabemos también que cuanto mayor es el abismo de indignidad y
miseria de un alma, tanto más te inclinas y te acercas al pecador, y por eso nos sentimos orgullosos de ser
pecadores y decimos con San Agustín: “Dichosa culpa que mereció tan feliz Redentor”, porque nuestra miseria
atrae Tu Divina Misericordia; así, cuanto más grande es nuestro abismo de miseria, tanto mayor será la cantidad
de Amor y Misericordia que de tu Sagrado Corazón se derrame sobre nosotros. Todos: ¡Señor, ten misericordia
de nosotros!

Creemos que el altar eucarístico, el lugar sagrado de la tierra al cual desciendes desde el cielo en cada celebración
Eucarística, es un símbolo de tu Sagrado Corazón, porque así como tu Sagrado Corazón está envuelto en las
llamas del Amor divino, el Espíritu Santo, así ese mismo Espíritu Santo, el Amor divino, es espirado por el Padre
y por Ti en la consagración, como llamas de fuego celestial sobre las especies eucarísticas, para convertirlas en
tu Cuerpo, tu Sangre, tu Alma y tu Divinidad. Todos: ¡Señor, ten misericordia de nosotros!

Creemos que el altar eucarístico, símbolo de tu Sagrado Corazón y por lo tanto símbolo del amor único, exclusivo,
eterno e infinito que Tú rindes a Dios Padre, no puede contener nada que no seas Tú, Hombre-Dios, Cordero de

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Dios, Dios Tres veces Santo, y que ningún amor que no sea el Amor de tu Sagrado Corazón puede estar en él.
Todos: ¡Señor, ten misericordia de nosotros!

Creemos que el sagrario, que conserva tu Cuerpo Sacramentado, nos recuerda tu Sagrado Corazón, y que por lo
tanto, dañar y profanar ese sagrario, es infligirte un dolor en tu corazón que tanto nos ama y por eso te pedimos
perdón por quienes, sin medir las consecuencias, lo hallan profanado en los templos. Todos: ¡Señor, ten
misericordia de nosotros!

Padre nuestro, Dios te Salve María.., Gloria al padre…

Canto: Bendito, Bendito

Dirigente 3: (Salmo 50) Misericordia, Dios mío, por tu bondad, por tu inmensa compasión borra mi culpa; lava
de todo mi delito, limpia mi pecado.

Pues yo reconozco mi culpa, tengo siempre presente mi pecado: contra ti, contra ti solo pequé, cometí la maldad
que aborreces.

En la sentencia tendrás razón y en el juicio brillara tu rectitud. Mira, que en la culpa nací, pecador me concibió
mi madre.

Te gusta un corazón sincero, y en mi interior me inculcas sabiduría. Rocíame con el hisopo: quedaré limpio;
lávame: y quedaré más blanco que la nieve.

(Momento de silencio)

Hazme oír el gozo y la alegría, que se alegren los huesos quebrantados. Aparta de mi pecado tu vista, borra en mí
toda culpa

¡Oh Dios!, crea en mí un corazón puro, renuévame por dentro con espíritu firme; no me arrojes lejos de tu rostro,
no me quites tu santo espíritu.

Devuélveme la alegría de tu salvación, afiánzame con espíritu generoso: enseñaré a los malvados tus caminos,
los pecadores volverán a ti.

(Momento de silencio)

Líbrame de la sangre, ¡oh Dios, Dios, Salvador mío!, y cantará mi lengua tu justicia. Señor, me abrirás los labios,
y mi boca proclamará tu alabanza.

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Los sacrificios no te satisfacen: si te ofreciera un holocausto no lo querrías. Mi sacrificio es un espíritu
quebrantado; un corazón quebrantado y humillado, tú no lo desprecias.

Señor, por tu bondad, favorece a Sión, reconstruye las murallas de Jerusalén: entonces aceptarás los sacrificios
rituales, ofrendas y holocaustos, sobre tu altar se inmolarán novillos.

Padre nuestro, Dios te Salve María, Gloria al padre…

Canto: Cantemos al amor de los amores

Dirigente 4: Letanía de Reparación, a Jesús Eucaristía.

Señor, ten piedad. Señor, ten piedad.

Cristo, ten piedad. Cristo, ten piedad.

Señor, ten piedad. Señor, ten piedad.

Dios Padre Misericordioso, ten piedad de nosotros.

Dios Hijo, Camino, Verdad y Vida para el hombre, ten piedad de nosotros.

Santísima Trinidad, un solo Dios, ten piedad de nosotros.

Sagrada Hostia, Amor oculto de Dios, ten piedad de nosotros.

Sagrada Hostia, Vida Divina para los Hijos de Dios, ten piedad de nosotros.

Sagrada Hostia, Semilla de Eternidad, ten piedad de nosotros.

Sagrada Hostia, Multiplicada en el Altar para dar Vida al mundo, ten piedad de nosotros.

Sagrada Hostia, Que has acampado entre los tuyos y no Te reciben, ten piedad de nosotros.

Sagrada Hostia, Levadura de Unidad entre los que conocen tu Evangelio, ten piedad de nosotros.

Sagrada Hostia, Aniquilada sobre el Altar para dar fortaleza a los humildes, ten piedad de nosotros.

Sagrada Hostia, Ultrajada por las blasfemias de los hombres, ten piedad de nosotros.

Sagrada Hostia, Desconsiderada por los soberbios, ten piedad de nosotros.

Sagrada Hostia, Profanada por los impíos, ten piedad de nosotros.

Sagrada Hostia, Abandonada por los impíos, ten piedad de nosotros.

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Sagrada Hostia, Víctima de Reparación por los pecados del mundo, ten piedad de nosotros.

– En las siguientes peticiones respondemos: Perdón, Señor, perdón.

Por todas las blasfemias contra el Santo Nombre de Dios, perdón, Señor, perdón.

Por la profanación de los Domingos, perdón, Señor, perdón.

Por las faltas de respeto y devoción en tu Santo Templo, perdón, Señor, perdón.

Por la degradación de la Liturgia en tu Santo Servicio, perdón, Señor, perdón.

Por la pérdida del espíritu de Adoración, perdón, Señor, perdón.

Por la frialdad con que te tratan muchos sacerdotes, perdón, Señor, perdón.

Por la falta de “apetito” hacia el Pan de la Vida, perdón, Señor, perdón.

Por la indiferencia de los que a diario pasan por delante de tu Santo Templo, perdón, Señor, perdón.

Por los sacrilegios con que se profana el Sacramento del Amor, perdón, Señor, perdón.

Por tantas Comuniones indignas, perdón, Señor, perdón.

Por el abandono de tantos Sagrarios en los que Tú nos esperas, perdón, Señor, perdón.

Por las infidelidades de aquellos que se alimentan de Ti, perdón, Señor, perdón.

Por los que viven alejados de la Única Iglesia que Tú fundaste, perdón, Señor, perdón.

Porque no te amamos con todo nuestro corazón, con toda nuestra alma, con todas nuestras fuerzas,
perdón, Señor, perdón.

Porque no amamos a nuestros hermanos como Tú nos amas, perdón, Señor, perdón.

Porque no tenemos deseos de Perfección, perdón, Señor, perdón.

Por tu amarga tristeza al ver la pérdida de tantas almas, perdón, Señor, perdón.

Por tu Pasión Eucarística, perdón, Señor, perdón.

– A continuación respondemos: Te rogamos, óyenos

Nosotros, pecadores, te rogamos óyenos.

Que nos perdones, te rogamos óyenos.

Que nos hagas conocer tu Amor por nosotros en el Santísimo Sacramento, te rogamos óyenos.

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Que nos concedas vivir en Ti, por Ti, de Ti, y para Ti, a los que nos alimentamos de tu Cuerpo y de tu sangre, te
rogamos óyenos.

Que nos permitas ser testigos de tu Amor Sacramentado, te rogamos óyenos.

Que te dignes aceptar nuestra humilde reparación por el Inmaculado Corazón de María, la Primera Reparadora.
te rogamos óyenos.

Cordero de Dios, que quitas los pecados del Mundo, perdónanos, Señor. Cordero de Dios, que quitas los pecados
del Mundo, escúchanos, Señor. Cordero de Dios, que quitas los pecados del Mundo, ten piedad de nosotros.

Padre nuestro, Dios te Salve María…, Gloria al padre…

Canto: Altísimo Señor

Dirigente 5: “Oh Jesús, que eres profanado en nuestras iglesias a manos de quienes no te aman, te
adoro en todas las partículas esparcidas, y destrozadas.

Tómame por tu Sagrario, por tu Trono, por tu Altar. Me reconozco indigno de ello. Mas Tú quieres estar entre los
que te aman, y yo te amo por mí y por quien no te ama.

Que el dolor me empuje a amarte más, a fin de que llegue a ser digno ornamento para recibirte a Ti, que quieres
ser semejante a nosotros en este tiempo de incredulidad y agresión a tu Iglesia y tu eucaristía.

Que mi amor sea lámpara que arda delante de Ti, Santísimo Señor y mi oración, sea incienso que sube
en tu presencia”. Amén.

Bendito y alabado, adorado y amado seas por siempre Jesús, en los corazones de los hombres que Tu creaste.
Jesús Eucaristía, Hijo eterno del Padre, nacido en el tiempo en el seno virgen de María, queremos reiterar nuestro
dolor por las ofensas que recibes de quienes te han olvidado, que te desechan sin pensar en tu Amor, que no
quieren reconocerte, que te posponen por los ídolos falsos y vanos del mundo.

Nuestros corazones quedan al pie de tu altar, para que en todo momento te adoren y canten tus alabanzas, como
anticipo de la adoración y alabanza que te tributaremos por la eternidad, por tu infinita misericordia Señor Jesús.

No tengas en cuenta las ofensas de nuestros hermanos, perdónalos, porque “no saben lo que hacen” (Lc. 23, 34),
porque si lo supieran, jamás se atreverían a profanar la Eucaristía; Unimos nuestras humildes reparaciones a las
que Tú haces en la Cruz y en la Eucaristía; míranos con la mirada de la Cruz, que es la mirada de tu Divina
Misericordia; perdónanos y ven, Señor Jesús, para que conviertas a este mundo, con tu Presencia, en un anticipo
del Paraíso celestial.
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“Jesús mío, yo creo, yo espero, te adoro y te amo; te pido perdón por los que no creen, ni esperan, ni te adoran,
ni te aman”.

Por eso hagamos una suplica de intercesión por el mundo entero, diciendo: ¡Padre, escuchamos!

Por el Papa Francisco para que Dios lo conserve le de vida lo haga feliz en la tierra y no lo entregué en manos de
sus enemigos todos: ¡Padre, escuchamos!

Por nuestro arzobispo Víctor Sánchez Espinosa y sus obispos auxiliares Felipe Pozos Lorencini y Tomas Duran,
también por nuestro sacerdote, el padre Jaime Hernández Amarro y su vicario el padre Joaquín Salazar Sánchez,
para que sean sostenidos por la gracia del Espíritu Santo a favor de todo el pueblo de Dios, todos: ¡Padre,
escuchamos!

Por los religiosos, religiosas e institutos seculares para que anuncien con su ejemplo el reino de Dios y ya desde
este mundo, todos: ¡Padre, escuchamos!

Por los agentes de Pastoral, para que el Espíritu Santo los anime en el servicio a su comunidad, todos: ¡Padre,
escuchamos!

Por la Santa iglesia de Dios, para que sea rica en frutos del espíritu santo, conserve siempre el gozo, la paz y el
amor, y manifieste así al mundo la presencia de Cristo, ¡Padre, escuchamos!

Por los jóvenes que tienen inquietud vocacional para entrar al seminario, para que con nuestra oración, nuestro
apoyo y una recta orientación de los sacerdotes, entreguen con generosidad su vida a Dios donde él nos llama.
¡Padre, escuchamos!

Por los misioneros para que tengan una fe y un amor tan grandes que sepan permanecer fieles, alegres y
entregados, aún en medio de las dificultades y problemas de su misión, ¡Padre, escuchamos!

Por nuestra Patria y nuestras autoridades Civiles, para que velen por el bien común y todo seamos corresponsables
en la construcción de una sociedad auténticamente democrática, todos: ¡Padre, escuchamos!

Por todos los que estamos aquí reunidos, grupos de liturgia y coro para que nuestra vida cristiana sea auténtica,
todos: ¡Padre, escuchamos!

Por las naciones más poderosas de la tierra para que luchen por la paz sin armas y sean respetuosas de la vida y
la dignidad humana, ¡Padre, escuchamos!

Por todos los pueblos azotados por la guerra para que les alivies su dolor y encuentren en ti el manantial de paz
que tanto necesitan, ¡Padre, escuchamos!

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Por todos los hogares de la tierra por todos los esposos los padres y los hijos; por los ancianos y los huérfanos;
por las familias que no tienen hogar o carecen de los recursos necesarios y por todos los esposos que viven
separados, ¡Padre, escuchamos!

Por nuestros hermanos más necesitados, por los que viven en condición de miseria y marginación para que su
potencial evangelizador se ha cogido y asumido por todos: ¡Padre, escuchamos!

Por todos los enfermos que se encuentran hospitalizados y sus familiares que los cuidan, devuélveles la salud del
alma y del cuerpo y dales paciencia, todos: ¡Padre, escuchamos!

Por cuantos carecen de alimentos, de Justicia o de amor, por cuántos padecen a causa de las discordias familiares,
para que el Señor sea su fuerza en la tribulación, todos: ¡Padre, escuchamos!

Por nuestras familias para que los esposos renueven la gracia sacramental participando asiduamente en la
Eucaristía, y los que viven desunidos reencuentren en la unidad, todos: ¡Padre, escuchamos!

Padre nuestro, Ave María, Gloria al padre…

Canto: Amarte solo a ti

Acción de gracias
Dirigente 6: Todos: Gracias Señor
Por tu muerte y resurrección que no salvan, Gracias Señor
Por haber instituido la Eucaristía que nos alimenta, Gracias Señor
Por este tiempo que nos has concedido para adorarte y venerarte, Gracias Señor
Por todos los beneficios que nos concedes, Gracias Señor
Por esta hora de comunión contigo, Gracias Señor
Por tus palabras que reconfortan y sanan, Gracias Señor
Por tu cruz que tanto enseña, Gracias Señor
Por tu sangre que tanto nos lava, Gracias Señor
Por tu amor sin tregua y sin fronteras, Gracias Señor
Por la madre que al pie del madero nos dejas, Gracias Señor
Por olvidar nuestras tradiciones y incoherencias, Gracias señor
Por perdonar el sueño que nos aleja del estar en vela, Gracias Señor
Por este pan partido en la mesa de la última cena, Gracias señor
Porque aún siendo Dios, te rodillas y a servir nos enseñas, Gracias Señor
Por tu sacerdocio qué es generosidad, ofrenda y entrega, Gracias Señor
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Por tu amor sin límites y en la cruz hecho locura, Gracias Señor.
Padre nuestro, Ave María, Gloria al padre… Canto: De gracias o Gloria a Ti, Hostia santa y bendita...

Alma de Cristo, santifícame. Cuerpo de Cristo, sálvame. Sangre de Cristo, embriágame. Agua del costado de
Cristo, lávame. Pasión de Cristo, confórtame. ¡Oh, mi buen Jesús!, óyeme. Dentro de tus llagas, escóndeme.
No permitas que me aparte de Ti. Del maligno enemigo, defiéndeme. En la hora de mi muerte, llámame. Y
mándame ir a Ti. Para que con tus santos te alabe. Por los siglos de los siglos. Amén.
Padre nuestro, Ave María, Gloria al padre… Ave María purísima, sin pecado concebida.

Por la señal de la santa cruz.. Canto: Viva Cristo Rey

Una espiga dorada por el sol


el racimo que corta el viñador
se convierte la hora pan y vino de amor
en el cuerpo y la sangre del Señor.

Compartimos la misma comunión


somos trigos del mismo sembrador
un molino la vida nos tritura con dolor
Dios nos hace eucaristía en el amor.
Como granos que han hecho el mismo pan
como notas que tejen un cantar
como gotas de agua que se funden en el mar
los cristianos un cuerpo formaran.

En la mesa de Dios se sentaran


como hijos su pan comulgaran
una misma esperanza caminando cantaran
en la vida como hermanos se amaran.

Bendito, bendito, ¡bendito sea Dios! Y al cáliz bajaste por nuestra salud.
Los ángeles cantan y alaban a Dios.
Los ángeles cantan y alaban a Dios. Jesús, Rey del cielo, está en el altar,
su cuerpo, su sangre, nos da sin cesar.
Yo creo, Jesús mío, que estás en el altar, Su cuerpo, su sangre, nos da sin cesar.
oculto en la Hostia, Te vengo a adorar.
Oculto en la Hostia, Te vengo a adorar.
Entre sus ovejas está el buen pastor,
en vela continua lo tiene el amor.
Espero, Jesús mío, en Tu suma bondad, En vela continua lo tiene el amor.
poder recibirte con fe y caridad.
Poder recibirte con fe y caridad.
Oh cielo, oh tierra, canten a una sola voz:
Bendito, bendito, ¡bendito sea Dios!
Por el amor al hombre moriste en una cruz,
Bendito, bendito, ¡bendito sea Dios!
y al cáliz bajaste por nuestra salud.
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CANTEMOS AL AMOR DE LOS AMORES
Cantemos al Amor de los Amores
cantemos al Señor,
Dios está aquí, ¡venid adoradores,
adoremos, a Cristo Redentor!

¡Gloria a Cristo Jesús,


cielos y tierra, bendecid al señor
honor y gloria a Ti, rey de la gloria
amor por siempre a Ti
Dios del Amor!

Unamos nuestra voz a los cantares


del Coro Celestial,
Dios está aquí, al Dios de los Altares
alabemos con gozo angelical.

Altísimo Señor, que supiste juntar Oh convite real do sirve el Redentor


a un tiempo en el altar, ser cordero y pastor al siervo del Señor comida sin igual;
Quisiera con fervor, amar y recibir a quien por mí quiso Pan de vida inmortal, ven a entrañarte en mí
morir. y quedo yo trocado en Ti.

Cordero divinal, por nuestro sumo bien Si osare a ti venir das muerte al pecador
inmolado en Salén; en tu puro raudal y de celeste ardor das al justo vivir.
de gracia celestial lava mi corazón Ay, que triste morir de vida en el manjar,
que fiel te rinde adoración. de tal veneno y muerte hallar.

Los ángeles al ver tal gloria y majestad,


Suavísimo maná que sabe a dulce miel,
con profunda humildad adoran su poder,
ven, y del mundo vil nada me gustará;
sin ellos merecer la dicha de gustar
ven, y se trocará del destierro cruel
el pan del cielo, hecho manjar.
con tu dulzura la amarga hiel.

Amarte solo a ti
Amarte solo a ti Señor Postrada ante tu altar Señor
Amarte solo a ti Señor Y no mirar atrás.
Amarte solo a ti Señor
Y no mirar atrás. Amarte solo a ti Señor
Amarte solo a ti Señor
Seguir tu caminar Señor Amarte solo a ti Señor
Seguir sin desmayar Señor Y no mirar atrás.
Postrada ante tu altar Señor
Y no mirar atrás. Seguir tu caminar Señor
Seguir sin desmayar Señor
Seguir tu caminar Señor Postrada ante tu altar Señor
Seguir sin desmayar Señor Y no mirar atrás.
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Tú Reinarás felicidad habrá doquier.
Tú reinarás, este es el grito
que ardiente exhalan nuestra fe Tu reinarás en este suelo,
Tú reinarás, oh Rey Bendito te prometemos nuestro amor,
pues tú dijiste ¡Reinaré! Oh buen Jesús, danos consuelo
en este valle de dolor.

Reine Jesús por siempre


Tú reinarás, Reina y ahora,
Reine su corazón
en esta casa y población
en nuestra patria,
ten compasión del que implora
en nuestro suelo
y acude a ti en la aflicción.
que es de María
la nación
Tú reinarás toda la vida
trabajaremos con gran fe
Tu reinarás, dulce esperanza, en realizar y ver cumplida
que el alma llena de placer; la gran promesa: ¡Reinaré!
habrá por fin paz y bonanza,

Viva Cristo Rey


Que viva mi Cristo que viva mi rey A Él le debe cuanto es en la vida
Que impere doquiera triunfante su ley Sobretodo el que sepa creer.
Que impere doquiera triunfante su ley
Viva Cristo Rey. Viva Cristo Rey. Del Anáhuac inculto y sangriento,
en arranque sublime de amor,
Mexicanos un Padre tenemos formó un pueblo, al calor de su aliento
Que nos dio la patria la unión que lo aclame con fe y con valor.
A ese Padre gozosos antemos,
Empuñando con fe su pendón. Su realeza proclame doquiera
este pueblo que en el Tepeyac,
El formó con voz hacedora tiene enhiesta su blanca bandera,
cuanto existe debajo del sol a sus padres la rica heredad.
De la inercia y la nada incolora
formó luz en candente arrebol. En vano que cruel enemigo
nuestro Cristo pretende humillar
Nuestra Patria, la Patria querida, de este rey llevarán el castigo
que arrulló nuestra cuna al nacer los que intenten su nombre ultrajar.

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Gloria a Ti, Hostia santa y bendita, Sacerdote por todos los siglos.
Sacramento, Misterio de Amor; (Oh Jesús inmolado en la cruz,
Luz y Vida del Nuevo Milenio, mediador, oblación, sacrificio,
Esperanza y Camino hacia Dios. por tu sangre eres paz de los hombres
y promesa de nuestro destino!

Es memoria Jesús y presencia,


es manjar y convite divino, Una Madre escogida en la tierra
es la Pascua que aquí celebramos engendró de su cuerpo a este Hijo,
mientras llega el festín prometido. y al misterio pascual fue asociada
por la gracia de Dios Uno y Trino.
(Oh Jesús, alianza de amor,
(Santa Virgen María, agraciada,
que has querido quedarte escondido
esperanza del hombre afligido,
te adoramos, Señor de la gloria,
tú nos llevas con mano amorosa
corazones y voces unidos!
al abrazo y encuentro con Cristo!

Nos invita Jesús a su cena,


Que la lengua profiera alabanzas
a sentarnos con él, como hijos;
y el amor sea un canto continuo,
él bendice y da gracias al Padre,
porque Dios es amor a nosotros,
y a nosotros nos junta consigo.
y su amor es amor infinito.
(Acudamos, hermanos, sin miedo,
Acudamos con gozo y ternura
perdonados, humildes, contritos
a la Luz, a la Vida, que es Cristo,
a esta fiesta que a todos nos une,
y los cielos, la tierra y la historia
y comamos el pan compartido!
todos juntos cantémosle un himno.

Al banquete que Dios nos regala


vengan pobres, enfermos, tullidos,
que en la mesa que el Hijo preside
los humildes serán preferidos.
(Oh Jesús, Evangelio del Padre,
del Espíritu Santo el Ungido,
al unirnos a ti que te entregas,
con los hombres queremos unirnos!

Cada vez que comemos del Pan


y del cáliz bebemos el Vino,

anunciamos que un mundo más bello


se prepara y construye con Cristo.
(Oh Jesús, sacramento viviente,
y semilla del Reino traído,
desde el santo Misterio en que habitas
haznos fuertes y fieles testigos!

Mar adentro en el nuevo Milenio,


naveguemos con él sin peligro,
que en el cielo intercede y nos ama,

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