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Máster en Finanzas de la Energía

Módulo IX. Energía y clima

IX.1.6 OPORTUNIDADES DE MITIGACION Y ADAPTACION

1. ADAPTACION

Jesús Abadía Ibáñez

10 Mayo 2018

INTRODUCCIÓN. RIESGO Y OPORTUNIDADES ASOCIADAS AL CLIMA. ENFOQUE TFCD

Las políticas adoptadas por las instituciones comunitarias sobre cambio climático no ofrecen
duda sobre su objetivo de descarbonizar la economía en la segunda mitad del siglo XXI. La
transición hacia un nuevo modelo a la que se enfrentan las empresas no tiene que suponer
necesariamente un riesgo para todos los incumbentes. Si bien los sectores relacionados con la
energía serán los de mayor impacto, también aparecerán nuevos negocios y mercados, en
especial en el sector energético, asociados a la extensión de la descarbonización. En este
sentido las estrategias que las empresa adopten sobre las oportunidades y adaptación a los
cambios del clima será clave para su sostenibilidad.

De gran utilidad son las recomendaciones hechas por la Task Force on Climate-related
Financial Disclosures (TCFD), creada por iniciativa de la Junta de Estabilidad Financiera (FSB)
del G20. Aunque las recomendaciones se centran en la divulgación de información para
asegurar la estabilidad del sistema financiero en el proceso de transición, éstas proporciona
una herramienta para identificar, analizar y valorar financieramente los riesgos y
oportunidades asociadas a aspectos del clima a los que se enfrentan las las empresas.

LA ADAPTACIÓN AL CAMBIO CLIMÁTICO

Aún considerando que los esfuerzos internacionales para alcanzar acuerdos globales de
mitigación de las emisiones de CO2 a la atmósfera fuesen exitosos, es previsible que en mayor
o menos medida los efectos derivados del cambio climático generen una serie de impactos,
que por otra parte ya se están observando, tanto en las observaciones de parámetros
climáticos como temperatura, precipitaciones, nivel del mar, etc., como en la mayor frecuencia
y magnitud de eventos meteorológicos extremos, catástrofes que producen pérdidas
crecientes. Las iniciativas de adaptación, de gobiernos y empresas, precisamente van dirigidas
a minimizar los riesgos asociados al cambio climático.

La adaptación, a diferencia de la mitigación, requiere para que sea eficaz de acciones muy
locales y específicas, basadas en probabilidades de frecuencia de sucesos y de impactos. La
vulnerabilidad de un sistema o una infraestructura viene determinada por la exposición a
variaciones climáticas, la sensibilidad del sistema a estas variaciones y la capacidad de
adaptación de éste. Las medidas de adaptación que se implantan van dirigidas a reducir la
sensibilidad y a aumentar la capacidad de adaptación, para que la vulnerabilidad sea menor.

Por la base probabilística de estos inputs, no es posible encontrar respuestas definitivas a:

¿A que hay que hay adaptarse?

¿Que hay que adaptar?

¿Cuando?

¿Hasta cuanto hay que adaptar?

¿Como?

¿Coste?

debido a las incertidumbres sobre la magnitud y velocidad de los cambios futuros del clima y
sobre el nivel de exposición y vulnerabilidad a que se pueden enfrentar las compañías, por lo
que se requiere un enfoque paso a paso, lo que se ha denominado la gestión adaptativa.

Los estudios de adaptación comprenden cuatro etapas:

1. Escenarios climáticos con proyecciones en el tiempo de las variables climáticas


2. Análisis de los riesgos y construcción de la matriz de vulnerabilidad
3. Estudio de alternativas de adaptación
4. Redacción del Plan de Adaptación.

ESTRATEGIA EUROPEA Y ESPAÑOLA DE ADAPTACIÓN

La UE aprobó en 2013 la Estrategia de Adaptación al Cambio Climático 2013-2020, que obliga a


los EEMM a realizar planes nacionales de adaptación, así como a incorporar en las decisiones
futuras la perspectiva de la adaptación, la construcción de infraestructuras resistentes y el
apoyo a los sectores vulnerables, sin olvidar la componente financiera y de cohesión.

En España, en 2006 se aprobó el Plan Nacional de Adaptación, alrededor de cuatro ejes. Se


han desarrollado desde entonces tres Programas de Trabajo que desarrollan el Plan. Destaca el
esfuerzo de intercambio y divulgación de información realizado con la creación de la
plataforma adpteCCa.es y la publicación de las previsiones a medio y largo plazo de AEMET,
imprescindibles para realizar cualquier plan empresarial de adaptación

ADAPTACIÓN EN EL SECTOR ENERGÉTICO

Las infraestructuras energéticas, se encuentran expuestas a los impactos climáticos siguientes

 Incremente de la temperatura del aire


 Incremente de la temperatura del agua
 Variación en los patrones de precipitación
 Incremento de la fuerza del viento
 Subida del nivel del mar
 Avenidas e inundaciones
 Olas de calor
 Tormentas

que en toda su cadena de valor pueden provocar daños, con el riesgo de interrupción del
transporte y distribución y cortes en el suministro o servicio a clientes. También las
instalaciones de producción pueden verse afectadas en su capacidad y rendimiento por estos
sucesos, elevadas temperatura o escasez de agua.

Las acciones de adaptación pasan por una primera fase de aumentar el nivel de conocimiento:
predicciones meteorológicas de temperatura, eventos extremos y de recursos de agua, sol y
viento, umbrales de impacto sobre las infraestructuras, inventario de instalación críticas, etc. Y
una segunda de planes de actuación que incluye el reforzamiento de infraestructuras
existentes, la revisión de los criterios de diseño, cambio en los trazados, reubicación de
emplazamientos, etc.

CONCLUSIONES

Hacer frente a los riesgos del cambio climático pasa por elaborar planes corporativos de
Adaptación, con un enfoque de gestión adaptativa debido a las incertidumbres de las
proyecciones, que permita revisar periódicamente el Plan e ir introduciendo cambios según las
nuevas experiencias, puntos de vista e información disponible.

La hoja de ruta debe contemplar:

1. Evaluar, a grandes rasgos, la vulnerabilidad de la compañía

2. Entender si ya están produciendo impactos o eventos climáticos.

3. Evaluar la exposición de la compañía en un horizonte temporal empresarial


significativo (30 años), analizando operaciones corporativas, planes de inversión, etc.

4. Volver a evaluar la vulnerabilidad a los riesgos climáticos, intentado cuantificarla para


aquellas decisiones que caigan dentro del horizonte temporal significativo

5. Definir los escenarios que pueden hacer significativo (material) el riesgo para la
compañía

6. Actualizar periódicamente los escenarios así como las evaluaciones de exposición y


vulnerabilidad, conforme se vayan reduciendo las incertidumbres

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