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Cuando Jorge Luis Borges escribió el breve cuento “La Casa de Asterión”, según algunos críticos, este

metaforizó la soledad propia, reflejada en la miserable vida del Minotauro en su laberinto de la isla de
Creta; señalando que la propia niñez del escritor había sido vivida en una gran y laberíntica casa,
rodeado de mucha soledad, y ―a diferencia del desafortunado monstruo― con una gran biblioteca a
disposición.

El artículo “La izquierda revolucionaria en la casa de Asterión” 1, inicia sucumbiendo en su primer


párrafo, ante la soledad teórica y conceptual que aquejan a su autor. Afortunadamente la señalada
carencia, se compensa con una virtud, una honestidad a toda prueba.

La estrategia y la táctica son dos conceptos unidos indivisiblemente. La ausencia del uno, anula la
existencia del otro. El teórico militar burgués Von Clausewitz, sintetizó su experiencia y conocimientos,
que luego fueron redefinidos por el marxismo en la siguiente “fórmula” dialéctica:

“Entendemos entonces, como primera aproximación, que la Estrategia es la ciencia y el arte de


acumular y conducir la suficiente fuerza social revolucionaria para quebrar el dominio burgués e
imponer nuestra voluntad al enemigo, en un tiempo y en un espacio concreto. La Estrategia por tanto es
un dibujo general de líneas de desarrollo y de criterios que se materializa a través de la Táctica que por
definición es entonces el arte de usar los medios y las fuerzas sociales en los “encuentros” o episodios
coyunturales de confrontación entre las fuerzas de los dominantes y los dominados, episodios o
encuentros que se pueden traducir en lucha ideológica, social, política, militar, cultural o diplomática y
que se dan en un tiempo y en un espacio o terreno concreto.”2

Por lo tanto, la existencia misma de la Estrategia está condicionada a la idea, y a la concreción de una
Táctica que la materializa en el terreno de la lucha política, social, etc. Vale decir, más allá de lo escrito
en un papel, si existe, lo importante es la relación de existencia de un esfuerzo concreto coherente con
aquella definición. Por otra parte, hay una segunda coherencia que debe servir como “cualificador” de
una Táctica/Estrategia real, esto es, el nivel de coherencia que tiene una Táctica que construya la
Estrategia señalada. Por ejemplo, ¿resulta coherente una táctica política electoral —reformista— con la
conquista del socialismo?

¿Cual es la Estrategia de la organización en que milita el señor Zúñiga, que no devela? ¿Eligió no
hablar de ella “ya que la situación es aún más lamentable”? Tampoco ofrece el señor en su artículo, una
aproximación a una idea de Estrategia, o de Táctica y a su interrelación interna. Un poco como
Asterión, elige hablar de un tema, sin saber de él, sin conocer la “lectura” de la ciencia militar
burguesa. Pero vamos avanzando.

Adicionalmente, el señor Zúñiga plantea que en las publicaciones de la izquierda no se puede “dar con
una fórmula que sirva de síntesis orientadora y coherente” y que muchas veces se cae en el “comentario
coyuntural” y remata señalando que las propuestas ofrecidas bandean entre “teorizaciones asbtractas” y
“meros ideologismos”. Más tarde contrastaremos estas abstracciones e “ideologismos” que nunca
aterrizan y siempre se quedan en la mesa de diseño, en el autocad del propio señor Zúñiga.

“Sin embargo… no todo es vacío”, ¡Aleluya! Incluso reconoce que hay organizaciones que tienen
táctica, que la utilizan en su práctica política, que ¡hasta las debaten! ¡Madre de dios!
1 La izquierda revolucionaria en la casa de Asterion, https://www.revistaposiciones.cl/2017/12/13/la-izquierda-
revolucionaria-en-la-casa-de-asterion-fragmentos-de-un-debate/
2 Notas para el debate sobre Estrategia, Alma Negra, 2011, https://almanaquenegro2.blogspot.com/2011/12/notas-para-el-
debate-sobre-estrategia.html
Lamentablemente, según el señor Zúñiga, estas son “insuficientes” y tienen “fundamentos endebles”.
¡Vaya! Es decir que el señor Zúñiga nos prodigará con los sólidos fundamentos de sus planteamientos
tácticos, dado que suponemos, existe algún punto de comparación, y no está planteando una
“teorización abstracta”, maravilloso, me encantan los aportes sólidamente fundamentados.
Antes de continuar con el análisis del artículo, quiero detenerme en analizar brevemente los
planteamientos generales de la estrategia de Trabajadores al Poder, de manera de partir señalando,
desde los elementos más generales, en que elementos se fundamentan —aunque sean “débiles”,
“insuficientes” o “ideologizados”— los análisis de nuestra organización, cual es el marco Estratégico y
Táctico.

Los lineamientos más generales de nuestra Estrategia, expresados en nuestro documento del primer
congreso, son los siguientes:

“Entendemos por Estrategia el arte y la ciencia de construir Fuerza orgánica, social, política... para
luchar y conquistar los objetivos que define nuestro Programa, vale decir, orienta la: 1) conducción de
las luchas parciales para la construcción de fuerzas y medios que permitan al, 2) conjunto del pueblo
[trabajadores], la conquista del poder [político y] la destrucción del Estado de dominación construido
por, 3) las clases dominantes y sus aliados, y la construcción y defensa del Estado Revolucionario qué,
4) inicie la construcción del Socialismo.”3

A continuación, nuestro documento de congreso especifica y profundiza elementos concretos de la


Estrategia, hasta llegar a señalar su relación íntima con la táctica:

“Se materializa [la Estrategia] en cada periodo en una Táctica de Periodo, a partir del análisis de las
formación social, del Estado de dominación, del desarrollo de las fuerzas del campo popular, señalando
los objetivos a conquistar en cada periodo, las fuerzas motrices y principales a desarrollar, los enemigos
principales a los cuales aislar y golpear, y las líneas principales de acumulación de fuerzas.”4

Es decir, los elementos Táctico/Estratégicos de nuestra organización más generales, plantean en


sucinto, la acumulación de fuerzas en procesos de lucha, no en abstracto, en un periodo determinado
con características determinadas (el actual), y cuyas fuerzas construidas alimentan el objetivo
estratégico de la conquista del poder político, la destrucción del estado de dominación burgués y la
construcción del socialismo. Esta “teorización abstracta” plantea un marco general estratégico/táctico,
los objetivos centrales a cumplir y los mecanismos generales a través de los cuales lograr dichos
objetivos. Toda esta definición general, no sirve de nada si no se concreta en una táctica de periodo
específica, y en una implementación política en el escenario concreto de la disputa política en los
diversos espacios sociales y políticos. Para existir, la táctica más allá del papel, debe estar expresada en
una fuerza concreta en despliegue político, implementando concretamente su táctica y en coherencia,
materializando la estrategia. La estrategia no es, como algunos piensan, un plan secreto y abstracto que
solo los “elegidos” conocen. Por el contrario, es la expresión de la práctica concreta de lucha de una
organización política revolucionaria en el terreno y sobre todo de la disputa política contra las
expresiones burguesas y pequeñoburguesas.

El nacimiento de nuestra organización, está íntimamente ligado a la necesidad de parir una táctica, que
sacara de las brumas de la imaginación y el secretismo a la estrategia, vale decir, que se propusiera
3 Resoluciones 1er Congreso (2011) – Trabajadores al Poder, pág. 16. 2da Edición Especial. Los adendum entre []s son
míos.
4 Resoluciones 1er Congreso (2011) – Trabajadores al Poder, pág. 18. 2da Edición Especial. Los adendum entre []s son
míos.
parir por primera vez, en 15 años de balbuceos, una estrategia expresada en la táctica de manera
concreta. Este debate contra concepciones que entonces denominamos “estrategistas” —es decir, sin
táctica—, dió origen, parió a nuestra joven organización.

Es importante insistir, a riesgo de majadería, en que un planteamiento estratégico sin correlato táctico,
por tanto sin expresión concreta en la práctica política, en realidad no existe. He aquí la realidad
dialéctica del concepto. Por el contrario, la táctica siempre existe en lo concreto, y siempre está
correlacionada coherentemente a una estrategia determinada, lo admitan o no sus protagonistas. Por
ejemplo, los reformistas por mucho que cacareen respecto de la táctica electoral como válida para la
lucha por el Socialismo, en la actualidad alimentan la estrategia del sistema de dominación, vale decir,
la derrota de las fuerzas revolucionarias. Por otro lado, el espontaneismo 5, es la ausencia de un sentido
estratégico revolucionario, y en coherencia con lo anterior, siempre sirve a los intereses de la clase
dominante, es decir, está subordinado a la estrategia del sistema de dominación burgués.

Siguiendo con el análisis del artículo, en los siguientes párrafos, el señor Zúñiga entra de lleno al
debate de los conceptos planteados por Trabajadores al Poder es sus caracterizaciones de Periodo,
Internacional, Nacional y Táctico de coyuntura.

Las críticas que plantea el señor Zúñiga son las siguientes:

1. “...caracterización de la crisis del capitalismo es del todo insuficiente, ya que solo se basa en una
obviedad...”. Lo que no señala el señor Zúñiga, reservándose su posicionamiento político, es si está de
acuerdo en que hay un proceso de crisis del capitalismo, más allá de si su caracterización cualifica
dentro de sus exigentes parámetros científicos. Pensará que el Capitalismo no está en crisis, o tal vez no
crea que está en crisis, como algunos conspicuos capitalistas y otros no tanto, que siempre bregan por
salvarlo.
2. “...salto lógico que se realiza al entroncar la crisis general del capitalismo con la así llamada crisis de
legitimidad...”. Claro, no hay relación alguna es un “salto argumentativo”, un “mero ideologismo”,
como nuestra producción no está entroncada y condicionada por las cadenas mundiales de producción,
como nuestros principales “clientes” no son USA y CHINA que se encuentran en la más feroz guerra
comercial en estos mismo instantes, bueno para beneficio de la duda del señor Zúñiga, la guerra
comercial aún no había comenzado cuando escribió su artículo, aunque si las guerras en Ucrania, Siria,
Libia, Yémen, y otras tantas, pero en fin, a lo mejor sus estudios y cesudas críticas no le permitieron
enterarse de las novedades.
3. “dudoso de incluir un concepto de raigambre weberiana en un análisis que no se cansa de escupir al
cielo su marxismo”. ¿No se pueden utilizar conceptos históricos? ¿No se les puede dotar de un nuevo
sentido y contenido? Señor Zúñiga, le recordamos que los conceptos existen en el mundo abstracto, y
lo realmente importante es cual es su expresión material concreta, política. “...por principio de caridad
argumentativa...” le recordamos que Estratégia y Táctica no son conceptos marxistas, ni siquiera
burgueses, seguramente son utilizados desde la antigüedad esclavista, por nombrar un solo concepto no
exclusivamente marxista.

Nos detendremos aquí para retomar el curso de la reflexión que ha realizado Trabajadores al Poder para
abordar a su formulación Táctico/Estratégica, desde los elementos ya plantados, hasta las distintas
precisiones tácticas que se han formulado en los últimos cuatro años. De paso está decir que, “por
caridad argumentativa” debemos suponer que las grandes ocupaciones del señor Zúñiga le impidieron
revisar las distintas publicaciones en donde hemos ido desarrollando conceptos y planteando políticas,

5 Acá nos referimos a espontaneísmo en el mismo sentido que lo realiza Lenin en el ¿Qué Hacer?.
de manera tal que, por ningún motivo se nos ocurrirá acusar al señor Zúñiga de un análisis parcial,
unilateral o antojadizo. ¡Jamás!

Hablando en serio, deberemos señalar que el señor Zúñiga es parte del 80% de los egresados
universitarios que no comprende lo que lee. Él mismo cita el documento “CORDINADORA NO+AFP:
ENTRE LA LUCHA Y LA CONCILIACIÓN”6, para plantear que sacamos del sombrero la relación
entre la crisis internacional del capitalismo y la crisis de legitimidad del sistema de dominación en
chile, de su entramado completo. Permítanme la disgresión, seguro no vió, o no alcanzó a ver, las
acciones que TP y MJL realizó cuando vino el papa, y que en conjunto con las protestas de los laicos, y
con el proceso general de descomposición de las instituciones burguesas, gatillo la gravísima crisis en
que se encuentra sumida la iglesia católica chilena y mundial. Para el señor Zúñiga son insignificantes
los casos Penta, Caval, Pacogate, MilicoGate, Huracán, y la pléyade de pequeñas y grandes
corrupciones que no pueden, debido a la lucha de masas iniciada en 2011, ya contenerse debajo de la
alfombra, no comprende lo que señala Marx (y lo digo escupiendo al cielo), que las condiciones
objetivas del desarrollo de las fuerzas productivas fuerzan cual capas tectónicas el derrumbe inevitable
de la superestructura, y que a ese fenómeno asistimos. Él ciertamente no lo vé, en realidad no lo quiere
ver.

El señor Zúñiga, cuestiona el concepto de “Crisis de Legitimidad de los Poderosos” 7, cuya definición
nos vemos obligados a citar in extenso:

“En distintos análisis y documentos hemos expuesto públicamente nuestras reflexiones respecto del
que hacer en el presente periodo histórico. En términos resumidos, hemos establecido que el
Capitalismo se encuentra hoy en una profunda crisis integral, que ha devenido en el enfrentamiento
interimperialista y en un proceso de descomposición cada día más agudo. Que la misma crisis es
producto del enorme desarrollo de las fuerzas productivas y del enfrentamiento y ascenso de algunas
potencias, y que, desde el punto de vista de la lucha de clases, vivimos la profundización de la ofensiva
del Capital sobre el Trabajo, particularmente desde la implosión de la Unión Soviética. Chile no es
ajeno a este fenómeno, ya que debido a las condiciones del desarrollo Capitalista y a su integración
global, pero particularmente al rol primario exportador de su economía, se encuentra profundamente
expuesto a los embates de la crisis económica internacional y particularmente a los vaivenes de los
precios de las materias primas. Adicionalmente, las condiciones propias del desarrollo
ultraliberalizado del capitalismo autóctono, panacea e ícono mundial, ha tensionado a más no poder
las condiciones de vida del proletariado nacional y de los pueblos que habitan este territorio,
particularmente el indómito Pueblo Nación Mapuche. Es tal el nivel de presión para los trabajadores y
habitantes de este país, para su ecosistema, para sus especies, que los pueblos y los trabajadores han
comenzado a responder y a organizarse. Primero con grados mayores de espontaneidad, a partir de la
primera parte de los 2000, para luego a partir de la coyuntura de 2011 pasar a mayores niveles de
lucha y organización. En 2011 se produce un punto de inflexión en los niveles de desarrollo de la
lucha, pasamos de explosiones esporádicas y aisladas, al comienzo de un periodo de ascenso sostenido
de lucha de masas por sus derechos y reivindicaciones más sentidas, un ascenso que ha tenido una
tendencia creciente en lucha y niveles de conciencia, pero que no ha sido lineal por supuesto y ha
tenido flujos y reflujos. La consecuencia inmediata de esta respuesta de lucha de los trabajadores y los
pueblos frente al enemigo capitalista, ha sido la inmediata apertura de un periodo de crisis de
6 https://unicasolucionrevolucion.wordpress.com/2017/10/27/cordinadora-noafp-entre-la-lucha-y-la-conciliacion/
7 Ídem
legitimidad que al entroncarse con la crisis económica mundial, ha comenzado a resquebrajar el
entramado hegemónico de la dominación burguesa.”8

La crítica planteada señala que damos a entender que la “crisis de legitimidad de los poderosos” es en
cuanto a los poderosos como persona (¡SIC!). Y gracias a su “caridad argumentativa”, nos otorga —
muy generosamente— el beneficio de la duda señalando que, nos referimos al sistema de dominación,
a las instituciones, etc. Cabe preguntarse, ante el dantesco escenario de concentración económica que
vive Chile, si el señor Zúñiga tiene alguna duda de que hay alguna diferencia entre “los poderosos en
cuanto que personas” y las instituciones, el Estado, etc. ¡Hey señor Zúñiga! ¿Conoce usted a Piñera?
¿Ha oído hablar de él? ¿Conoce las últimas cifras de concentración económica? ¿Será o se estará
haciendo? Pero apliquemos “caridad argumentativa” y supongamos que su intención no es señalar que
en Chile la democracia y las instituciones funcionan, y no hay una institución democrática sometida a
los dictámenes oligárquicos de un puñado de grupos económicos comandados por “los poderosos en
cuanto que personas”. ¡Noooo por supuesto que no!

Más allá de las burlas que podamos realizar hacia este señor, vamos al fondo del asunto. No existe un
“salto lógico” entre la crisis integral del capitalismo y la llamada crisis de legitimidad. Las condiciones
del desarrollo histórico del capitalismo, y su proceso inherente de crisis consecutivas nos sitúan
primero, en un escenario histórico de enfrentamiento interimperialista, con consecuencias reales y
concretas para el concierto de países del mundo. La gran pregunta, que planteamos antes, es si el señor
Zúñiga está de acuerdo o no en la existencia del enfrentamiento antes señalado. También cabría
preguntarse, si el señor Zúñiga concibe o está de acuerdo, bajo la óptica de la lucha de clases, que el
propio desarrollo de las contradicciones del desarrollo capitalista, vale decir que el desarrollo de las
fuerzas productivas, tensiona las relaciones de producción. Esta “teorización abstracta” tiene su
contraparte concreta en el desarrollo histórico de los acontecimientos, a saber, ¿cómo interpretará el
señor Zúñiga y compañía los procesos de lucha de Freirina, por poner un ejemplo, gatillados por la
profundización del capitalismo en esa zona? La reflexión que venimos desarrollando al menos desde el
año 2011 señala que es el propio desarrollo del capitalismo chileno, en el contexto de la crisis y
enfrentamiento internacional, el que ha generado la respuesta más o menos espontánea de distintos
sectores, segmentos y capas de la clase trabajadora en Chile, y que el efecto de esa lucha, en el ámbito
objetivo ha enviado la legitimidad de los poderosos al tacho de la basura histórica. Por otro lado, hemos
también clarificado, que cuando nos referimos a la crisis de legitimidad, señalamos que es el aspecto
del consenso de los dominados, principalmente, de la hegemonía de dominación burguesa, y que el área
de coerción, vale decir la forma material del poder no ha sido vulnerada más que parcialízimamente y
en periodos temporales muy cortos. Lamentablemente, Zúñiga en su parcialidad y unilateralidad, no
tiene tiempo para comprender la globalidad de una reflexión construida durante bastante tiempo y sobre
todo, de forma colectiva.

Tal vez las posiciones de Zúñiga, y su crítica, tiene más relación con algunos intereses de su sector, y
con nuestra posición al respecto, cuestión que no devela su artículo, para no revelar su estrategia
secreta. Es en rigor nuestra acerada crítica a las posiciones electoralistas, y particularmente como
hemos descrito la relación entre la participación electoral y la recomposición de la legitimidad de la
dominación hegemónica burguesa, lo que más lascera los sensibles sentimientos del señor Zúñiga. Por
supuesto, si su interés son las municipales, no debe estar muy interesado en que la crisis de legitimidad
de los poderosos, y por “obviedad” y “caridad argumentativa”, por extensión a toda la
instituacionalidad burguesa, mal momento para la ezquizofrenia política sería que Zúñiga estuviera al
mismo tiempo de acuerdo con una táctica de profundización de la crisis de legitimidad para convertirla

8 Ídem
en crisis de gobernabilidad y en crisis revolucionaria, y al mismo tiempo tener aspiraciones electorales
municipales.

“En síntesis, nuestra clara posición en oposición a la participación en las elecciones burguesas, tiene
relación con la lectura que hemos esbozado a lo largo del documento, señalando que el diagnóstico de
la situación política global, cristalizado por la dinámica histórica general, pero en particular por el
empuje capitalista en la profundización de su ofensiva sobre el proletariado mundial y todas las clases
subalternas, el cual se configura en el contexto de una crisis globalmente integrada, de enfrentamiento
interimperialista y de profundización de la decadencia del capitalismo en todos los planos. Crisis,
decadencia y corrupción. Sus implicancias concretas derivadas de la ofensiva señalada, del detrimento
permanente de los trabajadores y el pueblo, han comenzado a confluir en una respuesta, paulatina y
parcial en un comienzo, pero cada día más permanente y organizada de todas las clases y capas
subalternas, del Pueblo Mapuche, luchando por sus reivindicaciones más sentidas y concretas, sin
embargo, día a día politizando y avanzando en lucha concreta, han comenzado a apuntar a los
elementos esenciales de la sociedad Capitalista. En Chile, la identificación de los pilares del modelo, y
sobre todo de la lucha abierta contra estos, ha gatillado y profundizado la crisis de legitimidad de las
instituciones burguesas, del Estado y de sus partidos políticos, provocando su acelerada
descomposición. En este proceso, algunos han querido salvarse, acusando a los del frente de sus
corruptelas, pero las acusaciones se han devuelto con aumentados señalamientos de corrupción. Esta
espiral no ha podido ser detenida, comenzando en este ciclo a afectar a los principales sostenes del
sistema capitalista en Chile, a sus Fuerzas Armadas. Así Milicos, Marinos y Carabineros han sido
acusados de sendos casos de corrupción, de cientos de abusos sexuales contra mujeres y hombres
indistintamente, de forma que, la última “reserva moral de la nación”, comienza a derrumbarse a
pedazos a medida que la gangrena corrupta se evidencia ante la mirada atónita de las masas y sus
enemigos burgueses.”9

Además de hablar de si mismo y de su solitaria existencia, Jorge Luis Borges plantea otra idea central
—relacionada con el mito griego del Minotauro—, la de la muerte como hito de liberación del
sufrimiento del ser humano.

Una bella referencia metafórica en la que concuerdo con el señor Zúñiga, en el sentido de que la
izquierda decadente y sublimante, incapaz de dotarse de una estrategia y tácticas coherentes para el
despliegue de la política revolucionaria, deben necesariamente morir, para dar cabida —y dejar de
estorbar dicho sea de paso— a una izquierda revolucionaria consecuente y coherente con su proyecto,
con su misión histórica y la de su clase.

«-¿Lo creerás, Ariadna? –dijo Teseo–. El minotauro apenas se defendió.»

9 “Para terminar con las AFP, Trabajadores al Poder!”, https://unicasolucionrevolucion.wordpress.com/2017/07/24/para-


terminar-con-las-afp-trabajadores-al-poder/

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