“VOY A LEVANTARME,
E IRÉ CON MI PADRE” (RVC)
(RVC) LA COMUNIDAD QUE BUSCAMOS,
DESDE LA EXPERIENCIA DEL HIJO PRÓDIGO.
I. INTRODUCCIÓN
Este documento es fruto del diálogo que como Obispo Somos una comunión de
Diocesano he tenido estos últimos nueve meses (coincidentemente cristianos que aceptan
como un tiempo de gestación), que fue necesario antes de al Señor Jesús como su
Único Señor y Salvador.
pronunciarnos sobre un rumbo que contengan novedades en términos
de planificación y de decisiones, ellas no podían darse sin antes Alimentados por su
haber reconocido, conversado, y escuchado a los clérigos y miembros Palabra y Misterios, lo
de las diversas comunidades de fe que he visitado en éste periplo adoramos en espíritu y
pastoral, camino que no lo hice solo, sino con los obispos sufragáneos verdad.
y los vicarios episcopales en un primer momento, más tarde con el Conservando la sana
colegio Pastoral. doctrina desde las
sagradas escrituras
Puedo compartirles que:
junto a la
- Ayudó mucho estar en todas las comunidades de fe viendo los indefectibilidad del
rostros y aspiraciones de los laicos y laicas, Espíritu Santo histórica
- Ayudó mucho invertir más tiempo para la diócesis y aminorar en su Pueblo Santo.
las responsabilidades externas;
Compartimos nuestra
- Ayudó mucho hacer una pausa, un silencio, para un mejor
reflexionar de nuestra realidad; diversidad en unidad,
- Ayudó mucho crear nuevos espacios de diálogos y colegiatura celebrando la fe en
en las decisiones diocesanas, no más soledad en resoluciones, oración común.
sentencias, decretos, disposiciones y directivas como IAP Encarnados en los
- Ayudó mucho el buen trabajo realizado por el equipo de Vida problemas del mundo
Cristiana y Formación Cristiana (VCF), comisión formada por los desafiamos con
mi antecesor Obispo William Godfrey, y que en estos meses
promoción humana y
culminó su trabajo, el cual ahora todos conocemos, siendo
cuidado del planeta
conscientes de nuestra realidad.
desde los valores
- Ayuda mucho el buen ánimo de todos en los buenos anhelos de
cristianos.
salir adelante con la guía del Señor
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- Ayudará mucho CONSOLIDAR todo lo bueno que se ha avanzado con diálogo, presencia
pastoral y encarnación.
- Ayudará mucho MEJORAR movidos por el Espíritu Santo nuestra proclamación de la Palabra
con una buena pedagogía bíblica.
- Ayudará mucho REACTIVAR la integración con la Provincia, los diálogos desde la unidad en la
diversidad, la formación y la buena información.
- Ayudará mucho REVALUAR nuestros compromisos con las fuentes cooperantes, las alianzas y
pertenencias a mesas de trabajo, y en especial nuestras estrategias y organización interna.
+JORGE LUIS AGUILAR OCAMPO
Obispo Diocesano
El logo de Vida Cristiana y Formación es más que una imagen bonita de colores, sus seis hebras
entrelazadas son los pilares los cuales dan el alcance del diagnóstico. Fueron preparados en consulta
con el equipo VCF e incluyen la amplitud de nuestra Vida Cristiana y Formación. Son todas partes de
la vida de un discípulo de Cristo. Ninguna HEBRA deberá estar separada completamente de las otras,
por eso están entrelazadas. Las seis nos dan una posibilidad en la planificación:
Ciertamente en éste lenguaje esta ímplicita la palabra que nos llevará tiempo profundizarla,
sistematizarla, vivirla y espiritualizarla: LA IDENTIDAD ANGLICANA.
CRECER COMUNICAR
-Capacitación
-Actualización
-Compartir
SABER ADORAR
experiencias
-Manuales:
-Alpha; Vida • Estilos que se
Abundante; Vida en • respetan
el Espíritu y otros. • Buscando
• la
• identificación
Estos EJES deberán seguir un desarrollo, como quien va desenredando las urgencias en cada
comunidad de fe con preguntas siguientes:
Como nos alimenta el Salmo 1, Los Dos Caminos. Más de una vez nos encontramos con “dos hijos de
un mismo padre” en las enseñanzas del Señor, como las dos posibles decisiones en el ser humano,
hacia el camino de la vida o caminar hacia el sendero de la muerte “que termina mal” (Cfr. Sal. 1:6
RVC). Una comunidad de fe puede tomar el camino donde el árbol está más cerca del arroyo, o
imprudentemente sembrarse en el desierto.
12 yel menor de ellos le dijo a su padre: “Padre, dame la parte de los bienes que me
corresponde.” Entonces el padre les repartió los bienes. 13 Unos días después, el hijo menor
juntó todas sus cosas y se fue lejos, a una provincia apartada, y allí dilapidó sus bienes
llevando una vida disipada.
Las decisiones a muy temprana edad, sin consolidar varios elementos en la vida y la logística de
sostenibilidad en ella misma, nos hace pasar situaciones comprometedoras en los tiempos difíciles.
Si sumamos el orgullo, o la indiferencia hacia la opinión y experiencia de los demás, la realidad será
aún más difícil. Una comunidad que ha tenido “hipos” de crecimiento, por eventos que se han
realizado, puede caer en el orgullo que le puede acarrear una historia alejada de Dios.
14 Cuando ya lo había malgastado todo, sobrevino una gran hambruna en aquella provincia,
15 Se
y comenzó a pasar necesidad. acercó entonces a uno de los ciudadanos de aquella
tierra, quien lo mandó a sus campos para cuidar de los cerdos. 16 Y aunque deseaba
llenarse el estómago con las algarrobas que comían los cerdos, nadie se las daba.
El aislamiento, la soledad, la falta de previsión y una vida sin planificación, sumando a todo eso los
tiempos de escases, tendremos un duro despertar a la realidad que, sino la sabemos sobre llevar
con espiritualidad y confianza, nos podría dar la sensación de abandono total, y se inflaría una
desilusión que desmorona a toda la comunidad.
17 Finalmente,recapacitó y dijo: “¡Cuántos jornaleros en la casa de mi padre tienen pan en
abundancia, y yo aquí me estoy muriendo de hambre!
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Tiempo cristiano de reflexión, tiempos de silencio, ya no puede haber riesgos innecesarios, pueden
ser las últimas fuerzas y hay que meditar paso a paso todo movimiento e iniciativas de mejorar lo
presente. Una comunidad que se aleja de las sagradas escrituras, una comunidad que no se alimenta
de los misterios del Señor, una Comunidad que no ora; es una comunidad famélica, cuya desnutrición
la llevará a la extinción.
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Pero voy a levantarme, e iré con mi padre,
Nos motiva esa actitud resuelta de quien, y de quienes hemos meditado que nuestro camino de
crecimiento no tiene sentido sin Dios y no tiene sentido sin los hermanos, crecer no solamente es
independizarse, sino crecer es el día a día de ser hermanos uno del otro, Hechos 2:44-47 44 y
todos los que habían creído se mantenían unidos y lo compartían todo; 45 vendían sus
propiedades y posesiones, y todo lo compartían entre todos, según las necesidades de
cada uno.46 Todos los días se reunían en el templo, y partían el pan en las casas, y
comían juntos con alegría y sencillez de corazón, 47 mientras alababan a Dios y
brindaban ayuda a todo el pueblo. Y cada día el Señor añadía a la iglesia a los que
habían de ser salvos. (RVC), crecer juntos en oración, crecer en la asiduidad de la fracción del
pan, crecer en la alegría, crecer en conocer la enseñanza de los apóstoles, crecer en el compartir
de los bienes, crecer en la sencillez, donde nadie tenía necesidad.
y le diré: ‘Padre, he pecado contra el cielo y contra ti, 19 y no soy digno ya de ser llamado tu
hijo; ¡hazme como a uno de tus jornaleros!’” 20 Y así, se levantó y regresó con su padre.
Levantarnos con humildad, pero con firmeza; con resolución de caminar, pero ya sin
apresuramientos, improvisaciones o decisiones aisladas. Con la dignidad de ser hijos, con la dignidad
de ser Iglesia, con la dignidad de ser una Gran Comunión.
Todavía estaba lejos cuando su padre lo vio y tuvo compasión de él. Corrió entonces, se
echó sobre su cuello, y lo besó.
La confianza de un padre que nos espera amorosamente, es el impulso que nos mueve a regresar
por el camino que habíamos dejado por diversos motivos. La semblanza que nos da Jesús de aquel
Padre traduciendo los gestos de amor, son de inmediatez para perdonar, aún sin necesidad del
discurso que el hijo había preparado. Sentir la COMPASIÓN del Padre es haber alcanzado un nivel
espiritual de poder repetir lo mismo con el prójimo.
21 Yel hijo le dijo: “Padre, he pecado contra el cielo y contra ti, y no soy digno ya de ser
llamado tu hijo.” 22 Pero el padre les dijo a sus siervos: “Traigan la mejor ropa, y vístanlo.
Pónganle también un anillo en su mano, y calzado en sus pies. 23 Vayan luego a buscar el
becerro gordo, y mátenlo; y comamos y hagamos fiesta, 24 porque este hijo mío estaba
muerto, y ha revivido; se había perdido, y lo hemos hallado.” Y comenzaron a regocijarse.
Podemos haber preparado la mejor homilía, sermón, discurso o simplemente no haber preparado
nada. Dios Padre toma la iniciativa con una agilidad que no son nuestros labios y voz que logran la
misericordia de Él. Dios Padre es Misericordia, no demora en Amar, no demora en Perdonar, no
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demora en Reconstruir; nos reviste con su bondad infinita y nos consolida como sus hijos. Nuestras
comunidades de fe deben sentir la misma experiencia comunitaria de amor y perdón.
25 El
hijo mayor estaba en el campo, y cuando regresó y llegó cerca de la casa, oyó la
música y las danzas. 26 Entonces llamó a uno de los criados, y le preguntó qué estaba
pasando. 27 El criado le respondió: “Tu hermano ha vuelto, y tu padre ha ordenado matar el
becerro gordo, porque lo ha recibido sano y salvo.” 28
Cuando el hermano mayor escuchó
esto, se enojó tanto que no quería entrar.
Una situación delicada e incómoda personificada en el hijo mayor que se quedó al lado del Padre,
aquel que nunca se fue de la presencia paternal y menos de la casa del Padre. Pero, lo importante
es estar al costado del “corazón del Padre”, una presencia continua, una perseverancia comunitaria,
sin compromiso de caridad y misericordia, no bastan para estar verdaderamente en la presencia del
Señor, en una sintonía leal al Padre Bueno. Acentúa su mortificación la manera como se enteró, por
medio de un “criado”, ciertamente estaba muy molesto, igual cuando tú y yo hemos experimentado la
misericordia de Dios en el otro. El hijo mayor, además reclama de alguna forma su antigüedad, todo
ello le molesta y obnubila su corazón para ser partícipe de la alegría del Padre, de su hermano y de
todos.
29 Pero
Así que su padre salió a rogarle que entrara. el hijo mayor le dijo a su padre:
“Aunque llevo tantos años de servirte, y nunca te he desobedecido, tú nunca me has dado
siquiera un cabrito para disfrutar con mis amigos. 30 Pero ahora viene este hijo tuyo, que ha
malgastado tus bienes con rameras, ¡y has ordenado matar el becerro gordo para él!” 31 El
padre le dijo: “Hijo mío, tú siempre estás conmigo, y todo lo que tengo es tuyo. 32 Pero era
necesario hacer una fiesta y regocijarnos, porque tu hermano estaba muerto, y ha revivido;
se había perdido, y lo hemos hallado.”»
Nuevamente el Padre toma la iniciativa y si al menor lo esperaba y pronto fue a abrazarlo cuando lo
vio de lejos, ahora sale por el Hijo mayor que no quiere entrar a la Casa del Padre a participar de
aquella felicidad que no entiende porque otros sentimientos cubren su corazón de hermano; personas
ajenas al círculo familiar lo han entendido y son parte de la fiesta, el Hijo Mayor NO. Algunos de
nosotros hemos reaccionado de igual forma y hemos interpelado a quien hace las veces de “padre”
por nuestros derechos ante la cantidad de años de pertenencia o al cumplimiento observante de todo
aquello que se nos pidió o normó canónicamente la iglesia; otros recalcan su “pureza anglicana desde
la cuna misma”, pero finalmente no nos regocijamos del hermano menor a quien lo dábamos por
muerto, y ha revivido; se había perdido, y ha sido hallado. Como clérigos, laicos y comunidades de fe
debemos revestirnos mucho de la caridad y la misericordia del Padre y alegrarnos, no te olvides
“Hermano Mayor” que un día también tuvimos la experiencia de ser “El Hijo Menor”; si no hay
reconciliación y restauración que difícil será que el Espíritu del Señor pueda actuar en nuestros
corazones y en nuestras comunidades. Ningún Plan Pastoral funcionará cristianamente hablando.
Termino esta parte contando un hecho de Vida: Un clérigo llegó un viernes de ayuno en adviento algo
retrasado en el horario, pero muy contento, nos dijo inmediatamente antes de sentarse; “vengo de
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una fiesta”, ante el rostro atónitos de todos nosotros, añadió: “vengo de haber acompañado a un
amigo que aceptando su pecado ha buscado arrepentirse y ser absuelto por el amor de Dios”. Que tú
y yo vivamos todos los días aquellos momentos de gozo cuando alguien o muchos vuelven a la vida y
se dejan encontrar, seamos parte de la fiesta en el cielo.
Falta muchas cosas, pero apreciamos que ellas se irán dando en el camino; uno de los principios
básicos de nuestra planificación debe ser la “flexibilidad” que no es otra cosa que la capacidad de
adaptación. Estemos atentos al Espíritu de Dios que sopla en nuestra iglesia.
Hemos erigido el Colegio Pastoral (CP), que por ahora está formado por el Obispo Diocesano, Obispo
Misionero, los Vicarios Episcopales, el Arcediano Nacional, el Vicario de la Catedral, El secretario
ejecutivo del Consorcio Educativo Anglicano (CONEAN), Canciller Nacional y el Coordinador de la
Secretaria Diocesana; faltando incluir a algunos laicos. En las reuniones se van viendo lo relacionado
a la planificación, y a la vida pastoral, formativa, litúrgica y espiritual de la Iglesia; dejándole las
decisiones institucionales y administrativas al Consejo Directivo de la Iglesia Anglicana del Perú (CD-
IAP). Los medios para ser conocidas las decisiones serán por medio de Resoluciones, en el caso del
CD-IAP y de directivas en el CP.
Los equipos de trabajo se han ido experimentando por Vicariatos (Regiones Pastorales) y
Programas, que deberán tener en cuenta todos los lineamientos entregados ahora para ser
enriquecidos y promover una planificación integral:
Hay responsabilidades que entre algunos miembros del colegio Pastoral nos hemos encargado con
temas que van a ayudarnos a dinamizar las “Hebras de VCF en orientación a los Ejes”, asumiendo
criterios diocesanos en toda elaboración del Plan Trienio, ciertamente algunas zonas van a llevar
mucho más tiempo del requerido, pero hay que empezar con entusiasmo. Será muy importante
delegar para que surjan nuevos líderes que asumirán no muy lejos la siguiente etapa en la IAP.
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