EL CAPITAL EMOCIONAL

Garantizar la sustentabilidad de las nuevas generaciones, es el gran desafío del presente. Y ahora más que
nunca los líderes de empresas y organizaciones tienen el reto de dirigir la formación de una cultura que le dé
sustentabilidad y viabilidad al mundo y a la misma sociedad. Por décadas los gurús de la administración se
enfocaron aún con herramientas de planeación avanzada, en darle a las organizaciones un cauce hacia la
calidad, la productividad y la rentabilidad; sin embargo, por mucho no se consideró la salud social y la
sustentabilidad de las personas. Llegó a considerarse que la productividad y las variables asociadas a la
rentabilidad en este mercado global, sería la panacea para abrir fronteras, acercar a clientes y proveedores,
agilizar la manufactura, y darle efectividad a la cadena de suministros, como parte de lo que faltaría para
brincar a un “mundo feliz”. Pues con toda esta “artillería” de la modernidad organizacional, no se han
resuelto los principales retos de las organizaciones y de la misma sociedad.

CAPITAL EMOCIONAL:

Es la energía afectiva generadora de comportamientos sanos y productivos que refuerzan y dan sentido a la
misión, a los valores y a los objetivos socioeconómicos de las organizaciones. Se le ha dado mucha
importancia al Capital Intelectual de las empresas, cono referente a la suma de conocimientos, información,
experiencia y habilidades para el desarrollo organizacional, y claro que es un asunto no menor en el desarrollo
empresarial, el conocimiento del personal para manejo de información, la creatividad para innovar y tomar
decisiones de solución de problemas, la capacidad técnica y el “know-how” sin duda es una ventaja competitiva
en los negocios.
El “YO QUIERO”, puede más que el “YO PUEDO”. “la experiencia sentimental, acompañada de
voluntad manifestadora de expresiones y acciones”, una forma muy personal de definir la emoción es a final
de cuentas las que impulsa o detiene las tareas transformadoras de las empresas.
Revise usted la historia, y se da cuenta de que las más grandes conquistas y logros, son producto en primer
lugar de la motivación en el espíritu y obra de los pioneros, entonces el “yo quiero” se impone sobre
cualesquier adversidad, o limitación sea de recursos o de conocimiento.

LOS PROCESOS EMOCIONALES EN LA EMPRESA.

Haciendo un inventario de la organización, basta revisar como están los sistemas de reconocimientos, de
motivación, de comunicación informal, de cercanía de los directivos con el personal, para saber el nivel de
madurez del capital emocional en las empresas. Por supuesto es imprescindible que sus líderes detonen este
capital, y para ello son los primeros que reclama la organización, para vivir con el ejemplo esos sentimientos
de afectividad, de entusiasmo, de reconocimiento, de escuchar con el corazón.

CONDUCTAS Y SENTIMIENTOS QUE COMPONEN EL CAPITAL EMOCIONAL:

Desde los fundamentos de Maslow, hasta los estudios de la psicología organizacional y promotores del
concepto de la inteligencia emocional, se identifican estos componentes del capital emocional en todo
empleado o ejecutivo que debe desarrollar la organización:
1. Seguridad y confianza
2. Lealtad y fidelidad
3. Pertenencia a la organización
4. Motivación (especialmente la autoestima)
5. Orgullo (auto reconocimiento)
6. Deseo (ganas)
7. Entrega (compromiso)
8. Identificación (sentirse identificado con la organización)
9. Credibilidad (confianza en resultados, en disposición, en sus antecedentes)
10. Valoración. (reconocimiento a sus contribuciones y retroalimentación a sus oportunidades)
11. Gratitud (agradecimiento y reconocimiento en dirección a la empresa)
12. Responsabilidad (alto nivel de compromiso a la intención con resultados evidentes)
13. Sacrificio (disposición a ir más allá de los límites en beneficio de la visión compartida)
14. Ideales (visión que tiene el empleado y el director) como fe de que el futuro será mas maravilloso
15. Amor (sentimiento y valor que cubre todos los valores anteriores)

UNA METÁFORA EN LA EMPRESA:

Un día papá y yo estábamos contemplando en su fábrica, la línea de montaje formada por madres de familia
y pensaba y le decía a papá: todas estas mujeres son como mi mamá: tienen niños que atender, casas que
asear, quehaceres en el hogar, personas que las necesitan, que las quieren y aman. Entonces papá decidió
proporcionarles una calidad de vida mejor en su fábrica porque veía a mi madre en cada una de ellas. Esto
lo dijo Bob Galvin, hijo de Paul Galvin fundador de Motorola.