El aceite de coco de consumición debería ser aceite virgen obtenido en frío y ecológico.
Este aceite se obtiene a partir de la presión a baja temperatura, de la pulpa blanca de la
fruta del cocotero (cocos nucífera). Si es aceite de coco virgen nos aseguramos de que sus
propiedades se mantienen inalteradas y su procesamiento, no ha alcanzado temperaturas
altas ni se han utilizado procedimientos químicos que puedan originar sustancias peligrosas.
El valor energético y nutritivo del aceite de coco es muy elevado, por ello, en el marco de
una dieta saludable, puede pasar a ser una fuente excelente de grasa saturada
beneficiosa para el organismo.
¡Inclúyelo en tu dieta!
El aceite de coco, es rico en calorías, una cucharada sopera contiene 100kcal. ¡Pero no
engorda! Tiene un metabolismo especial, precisamente por el tipo de grasa que contiene
(ácidos grasos de cadena media, principalmente ácido láurico). Una vez digeridas, estas
grasas, pasan a la sangre y llegan a los tejidos donde se transforman en energía y las
células pueden utilizar sin que lleguen a almacenarse en forma de grasa.
El consumo de dos a tres cucharadas soperas al día (250-300kcal) hace que, lejos de
engordar, estemos más activos mentalmente y se estimule la termogénesis (generación
de calor del cuerpo) de forma que podría ser útil en dietas de adelgazamiento, tanto en el
hombre como en la mujer.
¡¡Pero no se trata de introducir más grasas!! Si se quiere reducir peso, lo que se debe
pretender es substituir las grasas o hidratos de carbono por el aceite de Coco.
Ácidos grasos saturados un 86,5% mayor parte en forma de ácido láurico 60% y el resto
mirístico 16% y palmítico 6,6%. Es precisamente por su elevada proporción en ácido
láurico, que no sube los niveles del colesterol ni perjudica la salud cardiovascular. A su vez,
sus compuestos antioxidantes le confieren propiedades antiinflamatorias y analgésicas.
Monoinsaturadas 5,8% similares al aceite de oliva.
Poliinsaturadas 1,8% como los aceites de semillas.
Contiene, además:
Vitamina E con efecto antioxidante, asociada a la prevención de enfermedades
cardiovasculares, evitando la oxidación del colesterol LDL.
Vitamina K una vitamina que interviene en los mecanismos de coagulación de la sangre y
el metabolismo del calcio.
Activa la termogénesis, por tanto, menos depósito de grasa y mejora del bienestar
general.
Alimento cerebral, así mitigar los efectos negativos y la degeneración cognitiva en casos
de epilepsia juvenil, la demencia senil y el Alzheimer
Mejora las condiciones diabéticas, las grasas que contiene el aceite de coco son una
fuente de energía para las células. Esta capacidad se está estudiando como solución
alternativa para diabéticos, para prevenir el daño cerebral asociado con los peligros de la
hipoglucemia causada por el tratamiento de los pacientes severos.
Antibiótico y antifúngico, gracias al ácido láurico que contiene, el aceite de coco tiene un
poder antimicrobiano contra diferentes bacterias patógenas como la Listeria
monocytogenes o de la Chlamydia trachomatis o la Salmonella enterica.
También tiene una acción antifúngica contra la Cándida, concretamente indicado en
infecciones vaginales (en este caso, se recomienda tomar una cucharada sopera al
día).
SU USO EN LA COCINA
Se debe adquirir siempre aceite de coco virgen de origen biológico. Es la única forma de
garantizar todas sus propiedades antioxidantes y la estructura de sus grasas saludables
inalteradas.
Mejor si está conservado en bote de cristal, hay marcas que envasan en plásticos y este
material puede dejar restos de substancias tóxicas que, precisamente, se disuelven muy
bien en grasa.
“Además de deliciosos”
Llançà Apothecary.