tierra, es éste:
Cuando se predica el evangelio, habrá conversiones verdaderas y conversiones falsas.
Judas Iscariote, por ejemplo, fue un convertido falso.
Era un hipócrita—un fraude
su apetito de riqueza y poder ahogó su afecto por Cristo.
En los términos de la parábola, diríamos que era un oyente del tipo de los que cayeron entre
espinos, en quienes “los afanes de este siglo, y el engaño de las riquezas, y las codicias
de otras cosas, entran y ahogan la palabra, y se hace infructuosa” Marcos 4:19
Judas no tenía idea de quién era Jesús en realidad.
C.S. Lewis, “Las acusaciónes son raramente útiles aun cuando sean verdad.
Advertencia sobre el potencial que tiene el mal cuando hay descuido espiritual
oportunidades malgastadas, lujuria y dureza de corazón.
Judas estuvo tan cerca del Salvador como es humanamente posible estar.
Disfrutó de cada privilegio que Cristo puede ofrecer.
Fue íntimamente familiar con todas las enseñanzas de Jesús.
Sin embargo, se mantuvo incrédulo y fue a una eternidad sin esperanza.
la vida de Judas nos recuerda que es posible estar cerca de Cristo y asociarse con Él
estrechamente (aunque en forma superficial), y aún así estar completamente endurecido por el
pecado.
Judas nos recuerda que no importa cuán pecadora sea una persona, no importa qué traición pueda
intentar cometer contra Dios, el propósito de Dios no puede ser frustrado.
Aun el peor acto de traición obra hacia el cumplimiento del plan divino.
El plan soberano de Dios no puede ser desbaratado ni siquiera por el ardid más
astuto de los que lo odian
Sabemos que llegó a un lugar de confianza, porque fue el tesorero del grupo y usó esa posición
para sustraer de los fondos. Juan 12.6
Mateo 27.3-4
Entonces Judas, el que le había entregado, viendo que era condenado, devolvió arrepentido las
treinta piezas de plata a los principales sacerdotes y a los ancianos, diciendo: Yo he pecado
entregando sangre inocente
Su remordimiento no fue lo mismo que arrepentimiento
Lo sentía, no porque hubiera pecado contra Cristo
sino porque su pecado no lo satisfacía en la forma que él había esperado
su remordimiento no era arrepentimiento genuino.
De lo contrario no se habría quitado la vida.
Era simplemente pena porque no le gustó lo que sentía.
No buscó el poder de Dios. No pidió misericordia.
No buscó liberarse de Satanás
En lugar de eso, trató de silenciar su conciencia suicidándose.
Primero
Judas es un ejemplo trágico de las oportunidades perdidas
Él oyó a Jesús enseñar día tras día por unos dos años.
Pudo haberle hecho a Jesús las preguntas que hubiese querido
Pudo haber pedido y recibido de Jesús la ayuda que hubiese necesitado.
Pudo haber cambiado la carga opresiva de su pecado por un yugo fácil.
Jesús extendió a todos una amable invitación para hacerlo. Mateo11.28-30
Judas se condenó por su propio fracaso al no prestar atención a lo que oyó.
Segundo,
Judas es el epítome de los privilegios despreciados.
Se le dio el más alto lugar de privilegio entre todos los seguidores de Jesús,
pero despilfarró ese privilegio, cambiándolo por un puñado de monedas que, después de
todo, decidió que no las quería. ¡Qué negocio más necio!
Tercero,
Judas es la ilustración clásica de cómo el amor al dinero es la raíz de toda clase de males. 1 Tim 6.10
Cuarto,
Judas ejemplifica lo horrible y peligroso de la traición espiritual.
Quisiéramos que Judas hubiera sido el único hipócrita que traicionó al Señor, pero no es así.
Hay Judas en todas las épocas, personas que parecen ser verdaderos d iscípulos y
cercanos seguidores de Cristo pero que se vuelven contra Él por razones
siniestras y egoístas.
La vida de Judas es un recordatorio sobre la necesidad de examinar nuestros corazones
Quinto,
Judas es una prueba de la paciencia, bondad generosa y benevolencia amorosa de Cristo.
Bueno es Jehová para con todos, y sus misericordias sobre todas sus obras. Salmo 145.9
El Señor incluso muestra su benevolencia amorosa a un reprobado como Judas.
Recuerde, Jesús lo siguió llamando «Amigo», aun en medio de la traición.
Jesús nunca mostró a Judas algo que no fuera amabilidad y amor, aun cuando
sabía lo que este estaba planeando hacer.
Y en ningún sentido fue Judas im pulsado por Cristo para hacer lo que hizo.
Sexto,
Judas demuestra cómo la voluntad soberana de Dios no puede ser impedida por ningún medio.
Su traición parecía, a primera vista, como el triunfo más grande de Satanás.
Pero en realidad, señaló la completa derrota para el diablo y todas sus obras.
Hb2.14; 1 Jn 3.8
Séptimo,
Judas es una demostración vivida de la falsedad y lo infructuoso de la hipocresía.
Es la rama o pámpano de que habla Juan 15.6 que no permanece en la Vid Verdadera.
Esa rama no produce fruto, es cortada y echada al fuego para que se destruya.
Judas fue tan experto en su hipocresía que ninguno de los otros once jamás
sospechó de él. Pero no pudo engañar a Jesús.
Y Cristo es el Juez justo que pagará a cada uno según lo que merece. Juan 5.26-27
Los hipócritas como Judas no podrán culpar a nadie más que a s í mismos por la
destrucción de sus almas