Técnica de la tortuga:
Objetivo: Ayudar a los niños a identificar sus emociones, relajarse y evitar actuar de forma
impulsiva.
Explicación: Se les explica que al igual que la tortuga se metía en su caparazón cada vez que
sentía ira y enfado, nosotros podemos hacer lo mismo y meternos en un caparazón imaginario
para relajarnos hasta que se nos pase el enfado y de esta forma no reaccionar con conductas
impulsivas.
Se les enseña a los niños a responder a la palabra “tortuga” cerrando los ojos, pegando los
brazos al cuerpo, bajando la cabeza al mismo tiempo que la mete entre los hombros, y
replegándose como una tortuga en su caparazón. Para ello, le explicaremos como tiene que
hacer para esconderse en su caparazón. Le diremos que cuando escuche la palabra tortuga
debe replegar su cuerpo y relajarse dentro del caparazón.
Luego se les indica a los niños aprender a relajarse, para ello tensan todos los músculos
mientras están en la posición de tortuga, mantiene la tensión durante unos segundos y
después sueltan todos los músculos de su cuerpo manteniéndose en la misma posición. Se
continúa alternando la distensión y tensión durante unos 5 minutos.
Una vez que que hayan aprendido a percibir la diferencia entre tensión y distensión muscular,
se les indica nuevamente que tomen la posición de la tortuga, se le enseña a relajarse dentro
del caparazón, distendiendo los músculos y comenzando a inhalar y exhalar pausadamente
contando mentalmente hasta el número diez.
A continuación, se les pedirá a los niños que describan como se sintieron al recordar eventos
desagradables antes de aplicar la técnica de relajación (hacemos que identifiquen la emoción
negativa y expresen su emoción) y luego como se sintieron al aplicar la técnica de relajación.
Finalmente se reflexiona en grupo la importancia de gestionar las emociones negativas
transformándolas en positivas a través de la aplicación de la técnica y el beneficio que otorga
al permitir escoger alternativas de como exhibir un comportamiento adecuado.
El semáforo
Objetivo: hacerle notar a los participantes cuando están a punto de tener conducta disruptiva
al darse cuenta de su propio estado de activación.
Para poner en práctica esta técnica necesitarás algunas cartulinas con las luces de un
semáforo. Explícale cómo funciona el semáforo y dile que a partir de ese momento, también
funcionaréis así en casa. La luz roja es para detenerse, porque la situación se ha salido de
control o está a punto de hacerlo, la naranja para indicar que debe analizar qué le sucede y por
qué se siente así, y la verde señala que debe pensar en cuál es la mejor manera para expresar
lo que siente.