El ajuste por inflación fiscal es una metodología utilizada para
cuantificar el resultado monetario en un período impositivo del
contribuyente. La pérdida o ganancia monetaria que se deriva de dicha posición. También es conocido como el “API fiscal”, y se estableció por primera vez en Venezuela en la Reforma de la Ley de Impuesto sobre la Renta de 1991; con el propósito de reconocer el efecto que la inflación tenía sobre la determinación del enriquecimiento neto de ciertos contribuyentes. Su complejidad es más un mito que una realidad. Como cualquier procedimiento de cálculo, tendrá mayor o menor grado de dificultad dependiendo del conocimiento técnico que se posea para su comprensión.
El ISLR grava al incremento neto del patrimonio del contribuyente, y
necesariamente tiene que considerar el efecto de la inflación sobre su posición monetaria neta. Por ello la reforma de la Ley de ISLR realizada por el Ejecutivo en noviembre de 2014, a través de los poderes otorgados por la Ley Habilitante, es uno de los desatinos técnicos de mayor proporción que se ha dado en materia de la reforma legal de este tributo al eliminar primero el ajuste por inflación a las instituciones bancarias y de la actividad de seguros, y luego, en diciembre de 2015 lo suprime a los contribuyentes clasificados como especiales por el SENIAT; aduciendo que el Ajuste por Inflación Fiscal era usado para eludir el pago de impuesto.
Desconocer el API fiscal es como esconder la cabeza bajo la tierra ante la
grave inflación. Ignorar el problema no hará que desaparezca; por el contrario, lo agravará más cuando está eliminación podría significar la afectación severa del patrimonio de muchas entidades productivas requeridas por el país para salir de la crisis más severa de su historia contemporánea.
Algunos insisten en que estamos en “tiempos políticos”, para priorizar
respecto a la grave crisis que en el ámbito político parece ser la génesis de todos los demás problemas que conforman la calamitosa situación del país. Concuerdo plenamente con ello.
Así mismo, no podemos negar que es cierto que la economía no se
detiene, como cita con frecuencia de forma pertinente el economista y profesor universitario (UNEG) Fidel Hernández. Por ello urge que la Asamblea Nacional se dedique a la revisión de los efectos que la exclusión del API fiscal causará en las empresas, que si bien no era perfecto, lo que requería era una objetiva revisión para mejorar su procedimiento y resultados, atendiendo a los principios que rigen al sistema tributario del país consagrados en los artículos 316 y 317 de la Constitución Nacional.