Santos Fabelo (2006) “La digrafía es una condición que causa dificultad con la
expresión escrita. El término viene de las palabras griegas dys (impedido) y grafía (hacer
forma de letras a mano)”. La disgrafía es un problema cerebral y no es el resultado de que
un niño sea perezoso.
Para muchos niños con disgrafía el simple hecho de sostener un lápiz y organizar las letras
en una línea es muy difícil.
El Manual Diagnóstico y Estadística de los Trastornos Mentales-5 (DSM-5, por sus siglas
en inglés) no utiliza el término disgrafía, pero sí utiliza la frase “impedimento en la
expresión escrita” bajo la categoría de “trastorno específico del aprendizaje”. Este es el
término utilizado por la mayoría de los médicos y psicólogos.
CARACTERÍSTICAS DE LA DISGRAFÍA
TIPOS DE DISGRAFÍA
Disgrafía específica. Se muestra con una mala percepción de las formas y, en ocasiones,
una desorientación espacial y temporal y trastornos del ritmo. Los problemas en la
escritura de estos niños se producen por un exceso de rigidez o de impulsividad, falta de
habilidad, lentitud o extrema meticulosidad.
CAUSAS
Rodríguez (2012) “La disgrafía se detecta cuando el niño escribe más lento de lo
habitual, cuando su escritura no tiene un tamaño uniforme, cuando deja separaciones
innecesarias dentro de una misma palabra, cuando no puede seguir el renglón de escritura
o incluso cuando comete errores ortográficos”. Una vez detectado este problema, hay
que buscar las causas de la disgrafía.
Causas psicomotrices. No todos los niños desarrollan las habilidades psicomotrices con
la misma precisión. Cuando hay alguna alteración en este desarrollo, algunos niños no
pueden coordinar bien los movimientos del brazo y de la mano y eso hace que escriban
más lentos y que tengan problemas de aprendizaje por la frustración que les produce ir
más despacio.
Ambidextros. Un caso especial de disgrafía se presenta en aquellos niños ambidextros o
en niños zurdos a los que se les ha enseñado a escribir con la mano derecha. La orden que
se gesta en el cerebro y la ejecución motora de la misma no coinciden y eso puede
producir una gran confusión a la hora de un acto como escribir que debería ser casi
instintivo.
ESTRATEGIAS
1) Relajación
Tocar las yemas de los dedos con el dedo pulgar. Primero se hace despacio y luego a
mayor velocidad. También se puede hacer con los ojos cerrados
Unir los dedos de ambas manos, pulgar con pulgar, índice con índice. Primero despacio
y luego a mayor velocidad. También se puede hacer con los ojos cerrados
Apretar los puños con fuerza, mantenerlos apretados, contando hasta diez y luego abrirlos
Esta actividad consiste en proponer una figura punteada que el niño deberá marcar con
un lápiz (preferentemente de color). Esto ejercita el movimiento y la presión que el niño
debe hacer sobre el papel con el lápiz.
3) Jugando al laberinto
El juego del laberinto suaviza la rigidez que tiene todo niño con disgrafía. Por otra parte
ayuda a que el niño realice la presión adecuada sobre el papel.
Dentro de este juego se pueden utilizar laberintos con ciertos obstáculos donde los niños
puedan necesitar realizar más presión sobre el papel (al tener que atravesar un mural o
saltar un pozo, etc).
Este conocido juego infantil estimula la coordinación del brazo junto con el razonamiento
para seguir los números en el orden indicado.
6) Rompecabezas de imágenes
Esta actividad consiste en recortar imágenes de objetos o cosas y colcoarlas en una hoja
de papel donde se encuentren siluetas con el contorno de estas imágenes.
7) Bucles en la hoja
8) Completar la figura
Esto permite que el niño incorpore, mediante la práctica, las nociones de espacio en la
hoja, tamaño de los objetos e incorporación de pautas de trabajo.
Bibliografía
SANDINO, A. C. DISEÑO DE MATERIAL INFORMATIVO Y EDUCATIVO PARA EL APOYO A
NIÑOS CON PROBLEMAS DE DISGRAFÍA A NIVEL ESCOLAR.