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EL ERROR

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EL ERROR
El error es la disconformidad del pensamiento con la
realidad. El concepto equivocado que se tiene de la ley,
de una persona o de una cosa. El error consiste en
creer verdadero lo que falso, falso lo que es verdadero.
El error puede ser de hecho o de derecho.
El error de hecho es la ignorancia o el concepto
equivocado que se tiene de una persona, de una cosa o
de un hecho
El error de derecho es la ignorancia o el concepto
equivocado que se tiene de la ley, en cuanto su
existencia, alcance, inteligencia o permanencia en vigor.
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EL ERROR
El error sobre un punto de derecho no vicia el consentimiento (artículo
1452 del código civil).
Una excepción: el artículo 2297 del código civil dispone que "se podrá
repetir aún lo que se ha pagado por un error de derecho cuando el
pago no tenía por fundamento ni aún una obligación puramente
natural". Esto quiere decir que debe restituirse el pago realizado por
error, aún cuando ese error sea de derecho.

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EL ERROR
El error de hecho vicia el consentimiento cuando la substancia o
calidad esencial del objeto sobre qué versa el contrato, es diversa de la
que se cree; como si por alguna de las partes se supone que el objeto
es una barra de plata, y realmente es una masa de algún otro metal
semejante (Artículo 14 54 del código civil)
El error substancial se define como el error que versa sobre cualquier
cualidad del objeto que mueva las partes a contratar, de tal manera
que si falta ella no habría consentido. La calidad substancial y esencial
debe buscarse no objetivamente, en la cosa misma, sino subjetiva
mente, en la apreciación de las partes.

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EL ERROR
El error sobre las cualidades accidentales no vicia el consentimiento.
Las cualidades accidentales son aquellas que ordinariamente son
indiferentes para determinar la voluntad o el consentimiento de las
personas.

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EL ERROR
El error en la persona: por regla general el error acerca de la persona
con quien se tiene la intención de contratar, no vicia el
consentimiento.

Hay actos unilaterales que es otorgan para favorecer a una persona


determinada y también hay contrato que se celebran en
consideración a una determinada persona, por lo que en ambos casos
si se llega sobre dicha persona y se favorece con el acta a persona
distinta o se contratar con otra de la que se tuvo en mente, la voluntad
o el consentimiento están viciados y el respectivo acto o contrato es
nulo.

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EL ERROR
Estos actos y contratos que se celebra considerando en forma esencial
uno o más personas determinadas, recibe el nombre de intuitu
personae.
Los actos o contratos intuitu personae más significativos son los que se
crean entre las partes relaciones personales: matrimonio, adopción,
algunos tipos de sociedad, etc.

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EL ERROR
Ejemplos de error en la persona: El testador deja un
legado a Pedro creyendo que este en un naufragio salva
su hija y resulta que quien lo hizo es persona distinta.
Si una persona creyendo que Juan es director de la
biblioteca Coquimbo le dice que le dona a la biblioteca
que dirige los tomos de que consta el derecho civil de
Claro Solar, aceptándose la donación, y con
posterioridad el donante se da cuenta que Juan es
director de otra biblioteca (la de La Serena).

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EL ERROR
El error común:
El error común es el compartido por un considerable número de
personas. Produce el efecto de que el acto celebrado por este error se
considera válido, a pesar de no estar estrictamente ajustado a la ley.
Esto es lo que expresa la conocida máxima error communis facit jus,
esto es, el error común constituye derecho porque impide que el acto
ejecutado con violación de las normas legales sea anulado y privado de
sus efectos.

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EL ERROR
El error común:
El fundamento del error común lo constituye el interés social.
Hay conveniencia en fiarse de las apariencias compartidas por
todos o por un considerable número de personas, como por
ejemplo evitar nulidades de muchos actos jurídicos.
Requisitos para que el error pueda ser estimado como un error
común:
1) debe ser compartido por todas o la mayoría de las personas
en la localidad en que el acto se celebra;
2) debe ser excusable, tener un justo motivo de error. Como
cuando hay un título aparentemente legítimo. Es lo que
sucede con el funcionario público ilegalmente nombrado.
3) debe padecerse de buena fe, esto es, no debe existir
aprovechamiento del error común, a sabiendas que este
existe. La buena fe es lo que, en definitiva, ampara la ley.
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EL ERROR
El error común:
En nuestra legislación el error común no está
consagrado en forma general; pero muchas
disposiciones están inspiradas en él. (eje.: art. 704 nº4,
1576; 1013, 2058 todos del código civil)
No obstante, la mayoría de la doctrina considera que el
error común procederá siempre (por regla general) que
concurran los requisitos exigidos por la propia doctrina
y la jurisprudencia y que son los expuestos.

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LA FUERZA

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LA FUERZA
La fuerza es la presión física o moral ejercida sobre la voluntad de una
persona para determinarla a ejecutar un acto jurídico.
La fuerza física consiste en el empleo de procedimientos materiales de
violencia; la fuerza moral en amenazas, o sea, en hacer saber a la
víctima que si no consciente sufrirá un daño mayor.

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LA FUERZA
La violencia física reduce a la víctima a un estado
puramente pasivo.
Si se fuerza un hombre a firmar un acto teniéndole la
mano, no hay voluntad; a lo sumo existe una falsa
apariencia de consentimiento, como en el caso en que
se le falsifique la firma.
La fuerza física no implica un vicio de la voluntad
porque simplemente no hay voluntad.

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LA FUERZA
La fuerza vicia la voluntad si se trata de la fuerza
moral, es decir, amenazas dirigidas contra un individuo
para hacer que nazca en él un temor insuperable. Si la
persona elige celebrar el acto que se le ordena, hay por
su parte una declaración de voluntad, no aparente, sino
real; pero tal voluntad está influida por el temor bajo
cuyo imperio actuó.
Así nuestro derecho permite pedir al afectado la
anulación de este acto.

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LA FUERZA
Requisitos para que la fuerza vicie el consentimiento:
(debe ser injusta o ilegítima; grave y determinante.)
1) Debe ser injusta o ilegítima: Lo es cuando el
procedimiento o la amenaza de que se vale la persona
que lo ejerce, no son aceptados por la ley o por el
Derecho. La amenaza de ejercer una acción judicial en
contra de un deudor no es fuerza, porque es un derecho
recurrir a los tribunales.
Se considera a este requisito como un elemento cualitativo
de la violencia.
El temor reverencial, esto es, el sólo temor de desagradar a
las personas a quienes se les debe sumisión y respeto, no
basta para viciar el consentimiento (art. 1465’2º C.C.).
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LA FUERZA
2) La fuerza debe ser grave. La fuerza debe presentar
cierta intensidad, cierta gravedad. Éste es un elemento
fundamental y cuantitativo. La fuerza es grave cuando
es capaz de producir una impresión fuerte en una
persona de sano juicio, tomando en cuenta su edad,
sexo y condición .
Es una persona de sano juicio la que se encuentra
psíquicamente normal.

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LA FUERZA
Para ser grave la amenaza debe ser verosímil, es decir,
que ofrezca posibilidad de realizarse. No presentaría
ese carácter, por ejemplo la amenaza que se hace a una
persona de mandarla a Marte, sin pasaje de regreso.
La fuerza es grave no sólo cuando infunde temor a una
persona de verse ella misma expuesta a un mal, sino
también que el mal alcance a su cónyuge o sus
ascendientes o descendientes. Se presume el temor
por el art. 1456 C.C. Respecto de otras personas
expuestas al mal el temor de la amenazada debe
probarse.

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LA FUERZA
• El mal irreparable y grave puede recaer sobre la
persona o los bienes del amenazado.
• Y para que sea grave la fuerza debe ser actual lo que
significa que debe estar presente en la expresión del
consentimiento, aunque el mal haya de realizarse en
el futuro.

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LA FUERZA
3) La debe ser fuerza determinante. La fuerza debe ser
empleada con el fin de obtener la declaración de
voluntad; ésta debe ser el efecto de aquella.

En la fuerza, a diferencia del dolo, es indiferente de


quien venga la amenaza. No requiere que sea realizada
por la persona que se beneficia del acto que se celebra.
Podría un tercero que no tiene relación alguna con el
acto, amenazar para la obtención del acto y ese acto
esta viciado de nulidad.

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EL DOLO

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EL DOLO
El dolo consiste la intención positiva de inferir injuria o daño a la
persona o propiedad de otro (art. 44’ final del Código Civil).
También se dice que el dolo consiste en la voluntad deliberada y
precisa de crear un hecho lesivo del orden jurídico y del derecho ajeno.

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EL DOLO
El dolo como vicio del consentimiento de los actos jurídicos consiste en
el empleo, por una de las partes, de maquinaciones, trampas, artificios
como mentiras o engaños, respecto de otra persona, con el fin de
inducirla a consentir en un contrato que, al no mediar dichas
maniobras, jamás habría celebrado.

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EL DOLO
Llámese dolo bueno a la sagaz y astuta precaución con
que cada uno suele defender su derecho, y evitar todo
detrimento y perjuicio que le amenace por engaño de
un tercero. Dentro de este concepto caben los halagos
y exageraciones con que una parte busca influir sobre
la otra con la finalidad de obtener un contrato.
El dolo malo es el que define y considera la ley para
viciar el consentimiento, ya que el que se limita a
halagar o exagerar la calidad de una cosa o un hecho,
no tiene la intención positiva de inferir injuria.

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EL DOLO
El silencio constituye dolo, en términos generales, cuando una persona
calla estando obligada a hablar, sea por la ley, la costumbre o las
circunstancias del caso, y otra persona celebra un acto jurídico que no
habría celebrado si la primera hubiera hablado. Aquí nos encontramos
frente a un dolo negativo. El dolo es negativo si consiste en una
abstención y el dolo es positivo si consiste en un hecho o una acción.

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EL DOLO
El dolo vicia el consentimiento cuando reúne copulativamente dos
requisitos ser obra de una las partes y ser principal.
El dolo principal es el que determina o decide a una persona celebrar el
acto jurídico. A no mediar dolo, la persona no habría celebrado acto o
contrato. El dolo incidental es el que no determina una persona
celebrar el acto jurídico, pero sin él lo habría celebrado en distintas
condiciones, generalmente más económicas.

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EL DOLO
Si el dolo no es obra de una de las partes o no es un dolo principal no
hay vicio de la voluntad.
Si el dolo no es obra de una de las partes entonces hay derecho a la
indemnización de perjuicios contra las personas que lo han fraguado o
que se han aprovechado de él contra las primeras por el total del valor
de los perjuicios y contra las segundas hasta la concurrencia el
provecho que le haya reportado el dolo.

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EL DOLO
El dolo no se presume si no en los casos previstos especialmente por la
ley en los demás debe probarse.
En nuestro ordenamiento jurídico la buena fe es la regla.
El dolo no puede perdonarse o renunciarse en forma anticipada. El
perdón o renuncia anticipada no vale.

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