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Las 5 necesidades

de amor
de los Hombres
y las Mujeres
A nuestros hijos-Sarah y Scott Wolfswinkel
y Missy Rosberg y su futuro esposo

Que experimenten la plenitud de un gran matrimonio, lo cual es el resultado de rendir sus vidas al
Señor y mutuamente.

LES AMAMOS A TODOS PROFUNDAMENTE.


¡Gracias por llamarnos Mamá y Papá!

ÍNDICE

Reconocimientos
La carta que cambió un matrimonio

PRIMERA PARTE: Entendiendo y satisfaciendo las necesidades mutuas de amor


1. La necesidad de amor #1 del esposo: Amor incondicional
(Gary habla a las esposas)
2. La necesidad de amor #1 de la esposa: Amor incondicional
(Barb habla a los esposos)
3. La necesidad de amor #2 del esposo: Intimidad-Los hombres deletrean Intimidad
así: S-E-X-O
(Gary habla a las esposas)
4. La necesidad de amor #2 de la esposa: Intimidad-Las mujeres deletrean Intimidad
así: H-A-B-L-A-R
(Barb habla a los esposos)
5. La necesidad de amor #3 del esposo: Amistad
(Gary habla a las esposas)
6. La necesidad de amor #3 de la esposa: Intimidad espiritual
(Barb habla a los esposos)
7. La necesidad de amor #4 del esposo: Aliento
(Gary habla a las esposas)
8. La necesidad de amor #4 de la esposa: Aliento
(Barb habla a los esposos)
9. La necesidad de amor #5 del esposo: Intimidad espiritual
(Gary habla a las esposas)
10. La necesidad de amor #5 de la esposa: Amistad
(Barb habla a los esposos)

SEGUNDA PARTE: Disfrutando el matrimonio maravilloso que Dios planeó


11. Palabra final de Gary para los hombres
12. Palabra final de Barb para las mujeres
Apéndice
Acerca de los autores
Reconocimientos

Han pasado cinco años desde que escribí (Gary) Guard Your Heart. En la opinión de algunas
personas, esperar cinco años entre dos libros es mucho tiempo. Para mí no, principalmente por
tres razones.
Primero, Barb y yo sabíamos que la próxima vez que escribiéramos un libro, lo haríamos juntos. La
vida es corta, y queremos trabajar como equipo y en pareja lo más posible, para poder causar un
impacto positivo en las familias. Barb escribió una sección muy poderosa y especial en Guard Your
Heart, en la conclusión del libro, mostrándole a las mujeres cómo ayudar a sus esposos a guardar
sus corazones. Pese a eso, ella tiene mucho más que decir, lo cual usted leerá en este libro.
En segundo lugar, nuestras dos dulces hijas debían ser educadas y recibir más “independencia.”
Dios hizo que esa “independencia” se produjera con una separación de diez días la una de la otra
en septiembre de 1999. ¡Ay, ay, ay! Sarah se casó el 11 de septiembre con Scott Wolfswinkel.
Estamos emocionados, y ahora tenemos un hijo, a quien amamos. Missy, nuestra hija menor,
partió rumbo a la universidad el mismo mes. Decidimos que nuestro rol como madre y padre era
mucho más importante que escribir un libro, así que esperamos. Ahora que nuestras hijas tienen
más independencia, nosotros tenemos la independencia para escribir también.
La tercera razón es quizá más importante para usted que las dos primeras. No queríamos escribir
otro libro hasta que el Espíritu Santo hiciera arder en nuestros corazones y espíritus alguna
enseñanza que debía ser dicha. Nuestro querido amigo el Dr. John Trent me dijo una vez: “La
comunidad cristiana no necesita otro libro escrito por gente que no tiene nada que decir.”
Recibimos su consejo. Esperamos hasta ahora porque ahora tenemos algo que decir. Luego de
nuestra comunión con Jesucristo, nada es más importante que el matrimonio. Es por eso que
escribimos este libro. Queremos ayudarle a fortalecer su matrimonio y animarle a que usted tenga
la pasión de ayudar a otros a que fortalezcan sus matrimonios también.
Algo que nos ayudó mientras escribimos este libro, fue estar rodeados de gente que estaba tan
comprometida como nosotros en sacar el mejor libro posible. Eso es lo que hicimos, y queremos
agradecer a aquellos que nos ayudaron.
Primeramente, agradecemos a Ron Brees de Tyndale House Publishers. Cuando te conocimos en
el CBA en 1997, supimos que eras una persona auténtica. Tu compromiso no sólo con los grandes
libros sino también con las relaciones interpersonales maravillosas nos convenció inmediatamente.
Gracias por haber trabajado en equipo con nosotros y estar tan comprometido con la excelencia
para publicar este libro. Gracias también a Ken Petersen y el resto del equipo de Tyndale. Ustedes
son lo máximo.
También queremos agradecer a Greg Johnson, nuestro agente literario de Alive Communications,
Inc. Greg, tú no solo nos condujiste en la dirección indicada (hacia Tyndale), sino que además
contribuiste con un sólido fundamento para este libro. Es bueno ser tu amigo y tu colaborador en
la publicación de libros que marcan una diferencia.
Lynn Vanderzalm y Judith Markam, ustedes son unas editoras extraordinarias. Nos mantuvieron en
la senda correcta. Elevaron el nivel de la excelencia así como también el nivel de la gracia.
Ustedes dos son el dúo dinámico en nuestros corazones.
Agradecemos al Dr. Lloyd Taylor de Midwestern State University por ayudarnos con el análisis
estadístico de nuestros datos, y a todas las parejas que participaron en nuestra encuesta, la cual
fue usada como base para este libro. El mismo se enriqueció con todo su conocimiento revelador.
Ustedes están marcando una diferencia.
Queremos agradecer al Pastor Quintin Stieff por ministrar a nuestra familia, semana tras semana.
Has pastoreado las familias de Valley Evangelical Free Church con gracia y verdad. Gracias por
servirnos a todos tan bien.
Asimismo queremos agradecer a nuestro equipo ministerial de America’s Family Coaches. El
compromiso que ustedes tienen de llevar la verdad de Dios a las familias del centro de Iowa y a
toda la nación es algo notable y que sale de sus corazones. Su sacrificio nos ha permitido invertir
el tiempo necesario para escribir este libro. Que sus familias y miles de otras sean fortalecidos
como resultado de su servicio. Les amamos y consideramos un gran honor el poder servirles.
Y por sobre todo, queremos agradecer a nuestra familia. Sarah y Scott, les amamos y estamos
orgullosos de ustedes y de cómo Dios está desarrollando su precioso matrimonio. Les apoyamos
en oración y les queremos muchísimo. Han comenzado bien y ahora, con el poder de Dios, acaben
bien. Missy, también te apreciamos y nos emociona que nos llames Mamá y Papá. Es un verdadero
gozo ver a Dios usándote y moldeándote para llegar a ser una mujer valiosa. ¡Manténganse bajo
Su cuidado chicos, y acaben en forma victoriosa!

Dr. Gary Rosberg y Barbara Rosberg


America’s Family Coaches

La carta que cambió un matrimonio

Phil llamó a mi oficina de consejería (la de Gary) para preguntar si él y su esposa podían hacer
una cita. Al mirar mi ajustadísima agenda le respondí:
-Estoy realmente ocupado estos días, Phil. Puede que pasen varias semanas antes que podamos
tener una cita.-
-No puedo esperar varias semanas,- me dijo. –Tiene que ser hoy.- Luego agregó, -Gary, no te lo
pediría si no fuera urgente.-
Yo no conocía muy bien a Phil, pero sí sabía reconocer el pánico cuando lo escuchaba. –Si
realmente necesitas venir,- le dije, -pasa por aquí a las cinco.-
-Estaremos allí,- dijo.
Durante el transcurso del día seguí pensando en esa llamada telefónica y estuve orando por Phil y
su esposa. El tono urgente de su voz era como una bandera roja, la cual me advertía que
estábamos por comenzar una batalla, una batalla por la vida de su familia.
Varias horas después mis peores temores se cumplieron cuando saludé a Phil y a Susan en la sala
de espera de mi oficina. Susan estaba llorando y mirando hacia el suelo. Phil se veía como un
hombre que acababa de enfrentar su peor pesadilla.
Una vez que estuvimos todos sentados en mi oficina, les pregunté sobre qué necesitaban hablar.
-Iba a llevar a los niños al parque esta tarde,- dijo Phil. –Antes de salir, estaba cambiando el pañal
de Annie. No podía encontrar las toallas higiénicas, así que le pedí a uno de los niños más grandes
que cuidara a la bebé mientras buscaba algunas. Entonces recordé que Susan a veces lleva un
paquete de toallas higiénicas en su bolso de playa, el cual estaba en el armario de nuestra hija
mayor. Cuando busqué dentro del bolso, encontré una carta. Era una carta de amor para Susan. El
único problema es que... no era mía.-
Phil miró a Susan por un segundo, entonces volvió a mirarme.
-La carta era de otro hombre. Él estaba expresando su amor por mi esposa. Hablaba de momentos
en los que estuvieron juntos. Frente a mis ojos y por escrito, comencé a ver cómo mi vida se
desenmarañaba. No podía creerlo. Él hablaba del perfume de ella... del vestido que a él más le
gustaba, y había sido yo quien le había comprado ese vestido. Hablaba de sus recuerdos de
hoteles y almuerzos en secreto. No podía creer lo que veía. Era mi esposa, la madre de mis hijos,
de quien él estaba hablando. Pero creo que la cosa que más me afectó fue que incluso estuvieron
juntos en nuestra recámara. Yo salgo de la ciudad para ganar dinero para ella y los niños, y ella
está en nuestro cuarto con este hombre. Todo lo que pude hacer fue mirar fijamente la carta.-
-¿Qué hiciste luego?- le pregunté.
-Me deslicé hacia el suelo, dentro del armario y leí la carta una y otra vez. No podía detenerme,-
dijo. –Sabía que si salía de ese armario, tendría que enfrentar más dolor del que pudiera imaginar.
Sabía que mi vida no sería la misma. Podía escuchar a los niños corriendo a través de la casa,
completamente inconscientes de que su mundo estaba a punto de cambiar. Finalmente reuní la
fuerza suficiente para ponerme en pie. Pude escuchar a Susan que hablaba desde el teléfono de
nuestro cuarto, así que comencé a caminar por el pasillo hacia donde ella estaba. A medida que lo
hacía, pasé al costado de las fotos que representaban todo lo que tenía sentido para mí. Fotos de
vacaciones, reuniones familiares, aventuras en el río... Fue la caminata más larga de mi vida.-
-Al entrar al cuarto, Susan estaba dándome la espalda. Entonces colgó el teléfono y se volvió hacia
mí. Al hacerlo, la miré a los ojos y todo lo que pude decir fueron cuatro palabras: ‘Susan, ya lo sé.’
-Al decirlo, ella se postró sobre la cama y comenzó a sollozar. Fue allí que me di cuenta que no era
un mal sueño. Realmente estaba sucediendo. Mi esposa estaba teniendo una relación
extramatrimonial. Un dolor desgarrador me atravesó desde alguna parte de mi alma, y ambos nos
desmoronamos.
-Oh no Señor. No otra familia más, comencé a orar. No esta pareja... esos pequeños niños. Padre,
dame las palabras, dame la sabiduría.
-¿Qué fue lo que nos sucedió Gary?- preguntó Phil, con lágrimas en sus ojos y mirándome. –
Comenzamos nuestro matrimonio con mucho amor el uno hacia el otro, con una esperanza
tremenda con respecto a nuestro futuro juntos. Estábamos decididos a tener un matrimonio fuerte
y Cristocéntrico. ¿Qué sucedió?-
-Phil y Susan, lo lamento mucho. Hablemos un poco sobre su situación,- les dije. –Lo que suceda
en los próximos minutos será literalmente un momento de definición para el resto de su
matrimonio, porque ustedes dos están en una encrucijada. Si estuvieran en una crisis física tan
seria como esta, haría que un médico les hospitalizara. Ahora, no hospitalizamos a parejas que
están en crisis, pero lo que sí hago yo es proveerles un lugar seguro en el cual sufrir, con la
promesa de que Dios puede solucionar todo esto. No es demasiado tarde. Él está aquí, y yo
también.-
En los minutos siguientes, ayudé a Phil y a Susan a comenzar a drenar su dolor. Hubo lágrimas,
exabruptos de ira, y momentos en los cuales estuvieron listos para irse. Pero no lo hicieron. Se
quedaron y comenzaron a enfrentar esta tormenta. Entonces, cuando comencé a sentir que
estaban listos para escuchar algunas verdades, comencé a hacer dos cosas: presionarles y darles
una visión de lo que debería suceder para que su matrimonio fuera restaurado.
-Debo comenzar por preguntarles algunas cosas que puedan ponerme al tanto,- dije. –Susan, creo
que comenzaré preguntándote cómo fue que tu relación con este otro hombre pasó de cero a 145
kph. Por doloroso que sea, Phil debe escuchar esto, y yo también si es que voy a ayudarles. Sé
que no comenzó con una relación sexual.-
-No, no comenzó así. Comenzó con la atención,- respondió Susan. –Miradas, inocentes al
comienzo, y luego juguetonas. Escuchando. Luego nos hicimos amigos a través de un proyecto
voluntario en el que trabajamos juntos. Nunca hubiera hecho esto intencionalmente, Phil, lo juro.
Te amo y amo a los niños. Estaba muy confundida. Es como si hubiera dado algunos pasos
inocentes y luego quedé atrapada en esto. Estaba muy sola. Tú estabas viajando y totalmente
absorto en tu trabajo. Yo trataba de manejar a los niños, la casa, las cuentas. Ese proyecto fue mi
único descanso, y creo que en el mismo bajé mi guardia. Comenzó con pequeñas cosas. Yo sabía
que estaba mal, pero se sentía muy bien. ¿Cómo es que algo que se sentía tan bien me haga
sentir ahora tan sucia y avergonzada? No puedo creer que esto me esté sucediendo.-
-Susan, ¿cómo es que podías mentirme una y otra vez?- preguntó Phil. –Aquella vez que yo pensé
estabas en la casa de tu hermana estabas con él, ¿verdad? Y cuando dejabas a los niños con
diferentes personas, yo pensaba que estabas haciendo un trabajo voluntario. ¡Qué farsa! Toda mi
vida es un chiste. Nada es lo que parece ser. Sé que no le estaba prestando atención a todas tus
necesidades, pero tenía que terminar este tiempo de mucho trabajo.-
En ese momento me metí nuevamente.
-Phil y Susan, quiero que me escuchen. No voy a suavizar la realidad de la condición de su
matrimonio. Es un caos. Están en problemas, y todo lo que tenía sentido para ustedes al
despertarse esta mañana está hecho pedazos. Susan, tus mentiras ahora están expuestas a la luz.
Phil, estás siendo arrollado por un tren de carga que ni siquiera sabías venía en camino.-
-Susan, bajaste la guardia. En vez de guardar tu corazón y ser precavida, te entregaste a lo que se
sentía bien en ese momento. Esta persona satisfizo una necesidad de escuchar, responder y pasar
tiempo contigo. En todas las formas. Te creo cuando dices que no pretendías que eso sucediese.
Rara vez la gente quiere eso. Pero sí sucedió. Y Susan, precisamente las cosas que tú le dabas a
este otro hombre eran las cosas que Phil necesita de ti. Él necesita tu amor, tu afirmación, saber
que crees en él. Él necesita tu compañía y tu tiempo. Él necesita saber que tú eres de él
únicamente, sexualmente y en tu corazón. Él necesita que le alientes, y que le equipes para las
batallas de la vida.-
-Y Phil, tú no te salvas del anzuelo tampoco. Tú no le estabas prestando atención a las
necesidades de tu esposa, ¿verdad? Sé lo que significa tener un itinerario muy exigente. Tenías
mucha presión en el trabajo. Además, a los hombres les gusta ir a aquellos lugares donde
alcanzan el éxito, donde saben que pueden lograr algo, y ese lugar por lo general es el trabajo.
Pero el tiempo y atención que le dedicaste a tu trabajo tuvo que restarse de algún otro lado, y fue
de Susan y los niños por ejemplo. Phil, tú también bajaste la guardia. Precisamente el compromiso
y energía que se requería para alimentar tu relación matrimonial se dirigió a cualquier persona y
cosa, excepto a tu esposa. La casa, el trabajo, las actividades de la iglesia e incluso el jardín.
Susan necesita tu amor, tu corazón, tu tiempo. Necesita que seas quien la anima y alienta y la
dirige espiritualmente. Ella necesita que tú seas su amigo del alma, su mejor amigo.-
Hice una pausa por un momento y miré directamente a Susan y luego a Phil. –Créanme en lo
siguiente, no pueden edificar un matrimonio a menos que se derramen el uno en el otro . En eso
consiste el compromiso. De eso se trata el pacto del matrimonio. En eso consiste el matrimonio de
tres: Dios, un esposo y una esposa. Ustedes perdieron el primer amor el uno por el otro. Ambos
necesitaban que sus necesidades fueran satisfechas, pero buscaron en los lugares equivocados.
-Ahora, ambos necesitan estar dispuestos a caminar a través del ojo de esta tormenta, sabiendo
que Dios caminará con ustedes si se lo permiten, durante todo el camino, hasta llegar al otro lado.
Pero permítanme que les diga, será la pelea de sus vidas.-
Mientras miraba a este hombre y esta mujer que estaban sentados en mi oficina, cuyos corazones
estaban quebrantados y heridos, hice la gran pregunta: -Phil, ¿qué vas a hacer?-
-Te digo lo que voy a hacer,- dijo, mirándome con determinación en sus ojos. –Voy a reconquistar
a mi esposa.-
Al decirlo, se volvió y miró a Susan. –Te amo Susan- dijo. –Te quiero a ti. Aunque eso demande
todo lo que tengo, te reconquistaré.
-Estoy herido y airado,- siguió diciendo, -pero te quiero a ti, Susan. Quiero a nuestros hijos, y
quiero que nuestra familia se sane.-
En ese momento, Susan estiró sus brazos alrededor de su esposo y se aferró a él como si su vida
dependiese de eso. -¿Después de todo lo que te hice todavía me quieres?- Su voz estaba
entrecortada por las lágrimas.
-Sí. Te quiero. Me has herido y sé que yo también te he herido con el correr del tiempo. No he
prestado atención a tus necesidades. Sé que mi trabajo me ha consumido, y no me he acercado a
ti. Pero te amo. Por favor... hagamos que esto funcione.-

¿Y qué piensa usted?


¿Cuál es su respuesta a la historia de Phil y Susan? ¿Acaso está pensando, Eso nunca nos
sucederá a nosotros?
Antes que arribe a esa conclusión, por favor entienda que Phil y Susan hubieran dicho la misma
cosa un año o dos antes. Ellos nunca soñaron que con sus responsabilidades en el trabajo, la
familia y la iglesia, habían abandonado inconscientemente su compromiso de satisfacer las
necesidades del otro. Ellos no vieron que su relación se estaba deteriorando. No eran conscientes
del déficit y las carencias que les dejaban vulnerables y desprotegidos. No quiero ser insidioso
cuando digo que lo que sucedió con Phil y Susan puede sucederle a usted. Tal vez su amorío no
sea sexual. Tal vez sea un amorío emocional o un amorío con el trabajo u otras actividades. He
visto que eso sucede demasiadas veces como para ignorar esa realidad. También sé que no tiene
por qué suceder. Usted puede salvaguardar su matrimonio, y el resto de este libro le ayudará
precisamente a eso.
O tal vez usted lea la historia de Phil y Susan y piense: Esos somos nosotros. Nuestro matrimonio
se está desintegrando. No veo cómo podemos llegar a tener un gran matrimonio. Mi cónyuge y
yo ya no hablamos mucho. Nuestra vida sexual es casi inexistente. Discutimos más que nunca. De
hecho, no estoy seguro de si mi cónyuge realmente me quiere.
Si usted está en ese punto de desánimo en su matrimonio, aliéntese. Puede que sea tarde, pero
no es demasiado tarde. Dios puede restaurar la relación más dañada. Y creemos que él puede
usar las historias, la perspectiva y los principios de este libro como herramientas para fortalecer y
sanar su matrimonio.

¿Por qué es importante satisfacer las necesidades de amor de su cónyuge?


El satisfacer las necesidades de amor de su cónyuge es una de las responsabilidades más
importantes que usted tiene en su matrimonio... por varias razones.
Satisfacer las necesidades de amor de su cónyuge consiste en mantener sus votos. Cuando usted
se casó, prometió amar a su esposo, cuidar a su esposa, enfrentar lo bueno y lo malo de la mano,
juntos, como uno. Cuando usted satisface las necesidades de su cónyuge, está cumpliendo sus
votos matrimoniales. Precisamente de eso se trata el pacto matrimonial, que fue lo que les recordé
a Phil y Susan. Nuestra cultura no reconoce, respeta ni apoya la importancia de los votos. Pero
Dios sí, así como también los hombres y mujeres que eligen vivir matrimonios bíblicos.
Satisfacer las necesidades de amor de su cónyuge es lo que Dios nos llama a hacer. Algunas de las
palabras más poderosas del Nuevo Testamento al respecto del matrimonio llama a los esposos y
las esposas a vivir un tipo de amor sacrificado que les lleva a estar dispuestos a ofrecer sus vidas
el uno por el otro. Dios quiere esposos y esposas que consideren las necesidades del otro como
más importantes que las suyas propias. Cuando usted satisface las necesidades de su cónyuge, es
como si usted fuera “Dios en carne y hueso,” una frase que Barb y yo usamos para describir el
privilegio que tenemos de reflejar el amor de Cristo mutuamente.
Satisfacer las necesidades de amor de su cónyuge le llevará a un gran matrimonio. ¿Usted quiere
un gran matrimonio? ¿Acaso desea una relación íntima y saludable con su esposo o esposa?
Cuando usted satisface las necesidades de amor de su cónyuge, está colocando los cimientos para
un matrimonio grandioso. Cuando usted presta atención a cómo satisfacer las necesidades de su
cónyuge, se motiva a hacer lo que Dios le llama a hacer. Y cuando un esposo y esposa hacen esto
de corazón, cuando cada uno apunta con amor a satisfacer las necesidades legítimas del otro, la
relación sin lugar a dudas se fortalece. Ya no es un acuerdo en el que cada parte pone un 50 por
ciento, sino que es un compromiso de un 100 por ciento.
Pero cuidado: cuando nuestras necesidades de amor no son satisfechas y escogemos vivir el plan
del mundo, que propone un resultado basado en un 50 por ciento por cada parte, los resultados
no son buenos.
El ser negligente en satisfacer las necesidades de amor de su cónyuge le puede costar
su matrimonio.
Tal vez la razón básica por la cual se debe satisfacer las necesidades del cónyuge es que si no lo
hace, puede terminar perdiéndolo o perdiéndola frente a otro hombre o mujer, o frente a cualquier
“amorío” que su cónyuge considere que satisface esa necesidad de su corazón. Obviamente, usted
nunca pensaría en dejar de satisfacer las necesidades que su cónyuge tiene de agua y comida, ya
que moriría sin estas cosas esenciales. De la misma forma, las necesidades emocionales, físicas,
de relaciones y espirituales de su cónyuge son tan vitales, tan críticas, que si no son satisfechas,
su matrimonio comenzará a morir. Es así de sencillo. Cuando usted satisface las necesidades de su
esposo o esposa, usted protege su matrimonio de la tentación.
Esto nos resulta tan imprescindible que Barb y yo sentimos que el satisfacer las necesidades de
amor es nuestro profundo compromiso con el matrimonio y la familia, tanto la nuestra como la
suya. Los primeros diez años de mi vida como adulto, trabajé con hombres y mujeres en prisión,
cuyas vidas estaban marcadas por relaciones interpersonales quebrantadas y familias devastadas.
Durante los últimos dieciséis años, en más de veinticinco mil horas de consejería, he trabajado con
miles de parejas que han venido a mi oficina para intentar reparar sus relaciones heridas. En total
entonces, estos últimos veintiséis años he vivido “debajo de la superficie” con gente herida,
escuchando el dolor de sus corazones. Ahora, juntos, Barb y yo hablamos a parejas en todo el país
sobre cómo mantener sus matrimonios firmes y arraigados en la verdad bíblica. Todos hacen la
misma pregunta básica:
-¿Cómo podemos tener un matrimonio maravilloso?
Creo que la mayoría estaríamos de acuerdo en que nuestra cultura no tiene respuestas para esa
pregunta. Y el sólo hecho de ser cristiano no hace que un matrimonio sea genial.
Una encuesta de Geroge Barna nos dice que los matrimonios cristianos están terminando en
divorcio en un porcentaje más elevado que los no cristianos (27 por ciento versus 23 por ciento).
Estas estadísticas indican que el sólo hecho de asistir a la iglesia no hará que edifiquemos un
matrimonio saludable y bíblico. Debemos ser más que meros oidores de la Palabra, debemos ser
hacedores de la misma. Eso es lo que quiso decir Santiago, uno de los escritores del Nuevo
Testamento, cuando dijo: “Pero sed hacedores de la palabra, y no tan solamente oidores,
engañándoos a vosotros mismo” (Santiago 1:22).
Usted necesita conocer las necesidades del corazón de su cónyuge, y entonces, con sacrificio,
apartarse de su propio egoísmo y aprender, aprender realmente, cómo satisfacer esas
necesidades. Debe construir su vida sobre un cimiento que resista la prueba de las tormentas, un
cimiento firme como la roca, que no se mueva bajo la presión. Esa es la roca a la que Phil y Susan
se aferraron para poder mantener sus vidas a flote.
Al final del Sermón del Monte, Jesús dijo, “Cualquiera, pues, que me oye estas palabras, y las
hace, le compararé a un hombre prudente, que edificó su casa sobre la roca. Descendió lluvia, y
vinieron ríos, y soplaron vientos, y golpearon contra aquella casa; y no cayó, porque estaba
fundada sobre la roca. Pero cualquiera que me oye estas palabras y no las hace, le compararé a
un hombre insensato, que edificó su casa sobre la arena; y descendió lluvia, y vinieron ríos, y
soplaron vientos, y dieron con ímpetu contra aquella casa; y cayó, y fue grande su ruina” (Mateo
7:24-27).
Las casas sobre un fundamento arenoso no duran mucho. Tampoco las relaciones semejantes. Los
matrimonios edificados sobre la roca de Cristo Jesús no sólo comienzan en buena forma sino que
terminan así también.

¿Cuáles son las necesidades de amor de su cónyuge?


La naturaleza humana es extraña. Hay algo dentro de nosotros que asume que si tratamos a
nuestro cónyuge en la forma que nos gustaría a nosotros ser tratados, estamos satisfaciendo las
necesidades de nuestra pareja. Pero cuando hablamos de necesidades, la Regla de Oro no se
aplica siempre. ¿Por qué? Porque en muchos casos, las necesidades de un esposo son diferentes
de las de su esposa. Eso se hace más evidente en áreas como las necesidades sexuales, pero
también se aplica en otras áreas.
Si le preguntara si usted está satisfaciendo las necesidades de amor de su cónyuge, usted
probablemente respondería que sí. En realidad, lo que muchos de nosotros en realidad hacemos
es simplemente asumir que nuestro cónyuge quiere lo que nosotros queremos, así que obramos
de acuerdo a ese pensar. A menudo no sabemos en realidad cuáles son las necesidades de
nuestro cónyuge. Y si desconocemos sus necesidades, tampoco podremos satisfacerlas
eficazmente.
Para ayudarnos a entender las necesidades de amor particulares de los esposos y las esposas,
Barb y yo hemos investigado más de setecientas parejas, a las cuales les dimos una lista de veinte
necesidades y les pedimos que las calificaran en orden de importancia, lo que ellos necesitaban de
su cónyuge y lo que pensaban que su cónyuge necesitaba de ellos.
Los resultados completos de esa investigación se pueden encontrar en el apéndice, pero aquí
están las cinco respuestas principales:

Principales necesidades de amor de los Principales necesidades de amor de las


esposos esposas
1. Amor incondicional y aceptación 1. Amor incondicional y aceptación
2. Intimidad sexual 2. Intimidad emocional y comunicación
3. Amistad 3. Intimidad espiritual
4. Ánimo y afirmación 4. Ánimo y afirmación
5. Intimidad espiritual 5. Amistad

Compare estas necesidades de amor con las suyas. ¿Alguna de estas necesidades le sorprende?
¿Le sorprende el orden de prioridad?
Barb y yo tenemos un buen matrimonio. De hecho, tenemos un matrimonio realmente bueno. Hay
momentos en los que estamos convencidos que tenemos el mejor matrimonio del planeta. Nos
miramos a los ojos el uno al otro y decimos: -Lo que tenemos no podríamos mejorarlo.- Pero
también están esos momentos en los que sabemos que aún no lo hemos logrado. Sin embargo,
armados con nuestro amor mutuo y las herramientas de información necesarias, seguimos
trabajando para lograr que nuestro matrimonio sea lo mejor que pudiera ser. Queremos un
matrimonio maravilloso, y ese es nuestro deseo para usted también.
Me encanta observar y entrevistar a parejas que han estado casadas por cincuenta años o más.
Barb y yo tratamos de tener una pareja que esté en sus “bodas de oro” en nuestro programa
radial una vez al mes, y cuando lo logramos, nos dedicamos a absorber su sabiduría. Una de las
cosas que les pregunto es esta: -¿Qué les dirían a aquellos que no han recorrido tanto camino en
su matrimonio? ¿Qué es lo que funciona? ¿Cómo lo han hecho? Sus respuestas casi siempre
incluyen las necesidades que las parejas que entrevistamos pusieron como prioritarias:
-Gary y Barb, tomamos tiempo cada día para escucharnos mutuamente y saber lo que el otro
experimentó ese día.-
-Nos encanta pasar tiempo el uno con el otro. Sencillamente disfrutamos ser el mejor amigo el uno
del otro.-
-Es un poco vergonzoso decirlo en la radio, pero Barney me enseñó hace mucho tiempo que
cuando yo satisfago sus necesidades sexuales, él se siente valorado. Cuando lo escucho y lo
animo, se siente respetado. Cuando ora conmigo, me siento segura. Cuando paso tiempo con él,
él siente como si tuviese un millón de dólares.-
-Mildred me enseñó hace mucho tiempo que mi voz, cuando le expreso que confío en ella, es la
única voz real (junto con la de Dios) que ella realmente necesita escuchar. Así que aprendí a
hablar. Sí, hemos estado casados por cincuenta y cuatro años, y creo que el matrimonio
perdurará, ¿no les parece Barb y Gary?- La guiñada del ojo de este hombre casi nos hace caer de
nuestras sillas.
Amor incondicional. Estímulo. Compañerismo. Intimidad sexual y espiritual. ¿Le suena familiar?
Mire nuevamente las principales necesidades de amor de los hombres y las mujeres. Todas están
allí. No todas las parejas que han estado casadas por cincuenta años o más tienen matrimonios
maravillosos, pero muchos de nuestros padres y abuelos sí los tuvieron y quieren dejarnos la
experiencia.
En los siguientes diez capítulos, exploraremos cada una de las necesidades de amor listadas
anteriormente. Hablaré con las esposas acerca de las cinco principales necesidades de amor que
los esposos tienen porque creo que puedo ofrecerle a las esposas un enfoque único sobre cómo
los hombres piensan y sienten. Barb hablará a los esposos acerca de las cinco principales
necesidades de amor que las esposas tienen, porque ella puede hablar con autoridad sobre cómo
las mujeres piensan y sienten. Luego, en los dos capítulos finales del libro cambiaremos los roles,
yo le hablaré a los esposos, y Barb hablará a las esposas. Al combinar nuestras “voces”,
esperamos poder ofrecerle la mejor oportunidad posible para que entienda las necesidades de su
cónyuge y aprenda a satisfacer las mismas.
Usted puede optar por leer todos los capítulos del libro, o puede elegir leer sólo aquellos que
sienta se aplican específicamente a usted. Sin embargo, le recomiendo que los lea todos, porque si
usted es un esposo, puede llegar a descubrir que no hice un buen trabajo al describirle sus
necesidades a su esposa. Y si usted es una esposa y siente que Barb no le describe en forma
adecuada sus necesidades a su esposo, puede ampliar lo que ella dice para que su esposo tenga
una idea más clara de sus necesidades. De esta forma, el libro será una fuente inspiradora para
sus conversaciones y acciones personales.
También le animamos a estudiar este libro con otras parejas en su casa o en la Escuela Dominical.
En vez de agregar preguntas para estudio grupal al final de cada capítulo, optamos por incluir
preguntas a lo largo de los capítulos. Úselas como base para sus intercambios de opiniones sobre
las necesidades particulares que tienen los esposos y las esposas. Luego incentívense unos a otros
a satisfacer las particulares necesidades de amor de sus cónyuges.
Nuestras metas en este libro van más allá de ayudarle a entender y aprender a satisfacer las
necesidades de amor de su cónyuge. También queremos que entienda por qué es importante que
satisfaga dichas necesidades. Y esperamos que las historias y principios que compartimos le
inspiren y motiven a hacer un compromiso de por vida de amar a su cónyuge en formas que
ninguno de ustedes creía posibles. Pero sobre todo, deseamos que descubra que al satisfacer las
necesidades de amor de su cónyuge, usted está haciendo que el amor de Dios sea como de “carne
y hueso”. El matrimonio es en realidad una relación de tres: Dios, un hombre y una mujer. El
mundo no entiende eso, ¿verdad? Y tristemente muchas parejas cristianas no han entendido la
profundidad de esa verdad tampoco. Pero cuando un esposo y una esposa verdaderamente
comienzan a entender el significado de un matrimonio de tres, las relaciones comienzan a florecer.
Dios ha usado la intimidad de la relación matrimonial como una metáfora para describir su amor
por nosotros. Como esposo o esposa, usted puede demostrar cómo es el amor de Dios por su
cónyuge; usted puede ser la voz de Dios, y sus brazos de amor y cuidado. ¡Qué privilegio!

El resto de la historia
Ahora, usted debe estarse preguntando qué sucedió con Phil y Susan. Bueno, durante varios
meses luego de su primer cita en mi oficina, vinieron a consejería e investigaron las causas de su
desintegrada relación. En ese momento tenían un largo camino por delante, pero como se
mudaron cuando el empleo de Phil los llevó a otro estado, no los vi por un buen tiempo.
Luego, no hace mucho, Phil y Susan me llamaron. Habían oído que yo iría a hablar en una
conferencia en su ciudad, y me pidieron si podía pasar una noche en su casa. Les dije que sí,
deseando verles.
Al llegar a la entrada para autos de su casa en la primera noche de la conferencia, observé su
hermosa casa y me pregunté si las vidas de las personas que estaban dentro se verían tan bien
como la casa. Cuando hice sonar el timbre, una pequeña niña, vestida como de domingo,
respondió la puerta. Esta niña de cabello rubio y enrulado levantó su cabecita para verme y
preguntó, -¿Es usted el Dr. Gary?-
-Pues sí, cariño. Soy yo. ¿Cuál es tu nombre?-
-Yo soy Annie. Usted se va a quedar en mi cuarto esta noche.-
Con esa proclamación, la pequeña Annie, quien era un bebé cuando Phil y Susan vinieron por
primera vez a mi oficina hacía cuatro años, me dio la bienvenida. Y luego, junto a la escalera
estaban Phil y Susan, tomados de la mano con el resto de su familia.
¡Qué cuadro! Tan sólo verles hacía que las lágrimas comenzaran a fluir. Hubo lágrimas de gratitud
a Dios que es quien nos da segundas oportunidades. Lágrimas de gratitud ya que Phil tuvo la
humildad de perdonar a su esposa y reedificar su familia. Lágrimas de gozo ya que a medida que
Susan y Phil aprendieron cómo entender y satisfacer sus necesidades mutuas, comenzaron a
edificar un matrimonio que no sólo estaba sobreviviendo, sino que estaba radiante.
Ese es el gozo y la unidad que Barb y yo deseamos para cada matrimonio.

Dé un paso hacia delante para satisfacer las necesidades de amor de su cónyuge


Así que, ¿por dónde empezar? Bueno, primeramente...
1. ¿Qué tan comprometido está en satisfacer las necesidades de amor de su cónyuge?
2. Tómese un tiempo durante los siguientes dos días para hablar con su cónyuge sobre
cuáles son sus necesidades de amor. Una forma en la que puede comenzar esa charla es
haciendo una lista con las que usted piensa son las cinco necesidades principales.
3. Al mismo tiempo, haga una lista de sus propias cinco necesidades principales. (Si no
está seguro que las necesidades listadas en la página 8 sean sus necesidades y si quiere
algunas otras ideas, vaya al apéndice de la página 235 para ver la lista de las veinte
necesidades que usamos en nuestra encuesta.)
4. Siéntese con su cónyuge y diga: -Quiero saber cuáles son tus necesidades de amor
para poder satisfacerlas más plenamente. He hecho una lista de lo que pienso son tus cinco
necesidades principales de amor, y quiero que hablemos sobre ellas juntos. Pero lo que es
más importante para mí es lo que tú piensas que son las necesidades de amor más
importantes que quieres que yo satisfaga.- Luego comiencen a hablar sobre esas
necesidades. Si su cónyuge le pregunta cuáles son sus propias necesidades de amor, ya
usted tiene su lista hecha.
Primera Parte

Entendiendo y satisfaciendo las necesidades mutuas de amor


CAPÍTULO 1. Amor incondicional. La necesidad de amor #1 del esposo -¿Quieres
decir que me amarás pase lo que pase?-
Gary habla a las esposas

Amor incondicional y aceptación. ¿Acaso no es eso lo que cada uno de nosotros busca, y la razón
por la que nos arriesgamos al permitir que otra gente se nos acerque? Cuando abrimos nuestros
corazones a otra persona, nuestro deseo fundamental es ser aceptados y amados tal y como
somos, con todos nuestros defectos. Queremos poder dejar a un lado la máscara y sentirnos
seguros. Queremos amor incondicional. Queremos algo auténtico. Profundo. Duradero. Flexible.
En nuestra encuesta nacional la mayoría, tanto de hombres como de mujeres, nos dijo que el
amor incondicional es la necesidad de amor número uno que esperan sea satisfecha por su pareja.
Sin duda alguna, muchos hubieran esperado que la necesidad número uno para los hombres fuera
el sexo y que la número uno para las mujeres fuera la comunicación, pero eso no fue lo que
nosotros encontramos. En lugar de eso, por diferentes que sean los hombres de las mujeres,
ambos están de acuerdo en esta verdad: todos necesitamos ser amados incondicionalmente por
nuestros cónyuges.
Cuando mi esposa necesita mi amor incondicional, sencillamente significa que ella necesita que la
ame y la reciba cualquiera que sea la situación. En riqueza y en pobreza. En enfermedad y en
salud. ¿Recuerda los votos, verdad? El amor incondicional es el compromiso que dice: “estaré
contigo pase lo que pase. Siempre te amaré. Siempre te ayudaré y te apoyaré.” La aceptación
significa: “te recibiré incluso en el medio de los tiempos difíciles.”
Barb y yo hemos descubierto que nuestro amor mutuo es algo glorioso en los buenos tiempos (las
vacaciones en la playa, las experiencias memorables con las niñas, los momentos de profunda
intimidad con Jesucristo). Es fácil amar en los buenos tiempos. Pero cuando nuestro matrimonio
está bajo una prueba intensa, necesitamos amor incondicional. Amor que no claudique.
Necesitamos saber que somos aceptados aun cuando nos equivocamos, aun cuando no podemos
ver más allá de nuestro dolor y fracaso.
Usted ha tenido tiempos de esos, yo sé que sí. Tiempos de crisis. Tiempos de un estrés
insoportable. Tiempos en los que, en lo profundo de su corazón, usted se pregunta si su esposo se
le acercará y la amará sin cuestionarla o si le volverá la espalda y la rechazará.
Permítame compartir una de mis experiencias con este tipo de crisis. Hubo un tiempo en el que yo
realmente necesitaba escuchar que Barb dijera, “Estoy aquí, Gary. No me voy a ir. Estoy aquí por
ti. Pase lo que pase.”
Mi crisis comenzó con una llamada telefónica a un cliente que tenía en otro estado. Durante la
llamada, tuve que asumir una posición firme en cuanto a cun asunto de ética. El resultado de esa
decisión fue que cuando esa llamada terminó, yo había perdido la mitad de mis ingresos anuales.
¡La mitad de mis ingresos!
Esa llamada telefónica hizo que comenzara a caer en picada, y supe que necesitaba ayuda para
poder salir de esa situación. Más que eso, necesitaba un lugar seguro, un lugar donde mi corazón,
mi espíritu, y mi alma fueran amados incondicionalmente. Sin ataduras. Sin excepciones. Sin
límites.
Tomé el teléfono y llamé a Barb.
–Algo ha sucedido. Necesito saber Barb, pese a lo que tenga que decirte, que tú me apoyarás.
Que vamos a estar bien. Que el Señor y tú estarán a mi lado.-
-Gary, ni siquiera tienes que preguntármelo. Sí, te apoyaré. Y Dios promete que nunca nos
abandonará. ¿Qué sucedió?-
-Barb, necesito hablar contigo ahora mismo, pero no puedo hacerlo por teléfono. Estaré en casa
en diez minutos. Por favor, despeja la casa para que podamos hablar.-
Cuando colgué el teléfono, supe que la red de seguridad para mi caída estaba en su lugar, lo
mereciera o no. Yo sabía por el tono de voz de Barb que ella era mía, y yo era de ella, y que
ambos éramos de Dios. Supe que pese a lo que yo le iba a contar, estas cosas no cambiarían.
Pese a eso, en camino a casa, ciertos temores asaltaron mi corazón. Como hombre, mis roles
como proveedor y protector (los dos roles que todo hombre siente que tiene que cumplir) estaban
en peligro. Me sentía como un fracasado, y tenía temor de estar poniendo arriesgando el bienestar
de mi familia. Así que comencé a reprocharme lo que había hecho. Tal vez podría haberlo
arreglado de alguna forma. ¿Debía haber asumido esa posición tan firme con mi cliente? ¿Pudiera
ser que yo haya malinterpretado lo que él estaba diciendo?
Entonces pensé en las consecuencias que esto tendría sobre mi familia: ¿Cómo voy a compensar
esta significativa pérdida en los ingresos?¿Qué dirían Barb y las niñas? ¿Qué tendremos que
vender para mantenernos a flote?
En ese momento, el Espíritu de Dios comenzó a disipar algunas de las dudas que estaban
rondando mi cabeza. Sabía que él proveería para todas nuestras necesidades, y que yo había
tomado la decisión acertada al confrontar el tema. Pero aún necesitaba poder mirar a Barb de
frente. Necesitaba estar conectado a ella y saber que ella pensaba que había hecho lo correcto.
Necesitaba saber que me amaba, y que nada cambiaría entre nosotros.
Al entrar por la puerta trasera, yo debo haber tenido “una mirada de aquellas” en mi rostro, ya
que Barb inmediatamente me tomó y me sostuvo. –Pase lo que pase, Gary, estoy aquí contigo,-
me aseguró. –Por favor, siéntate y dime qué sucedió.-
Fue uno de esos momentos en los que ella parecía “Dios en carne y hueso”, necesitábamos
afirmarnos el uno al otro y estar seguros, a salvo, mutuamente y con el Señor.
-Barb, hablé con ________________ por teléfono. Sabes que yo he sentido que algo está mal,
muy mal, en nuestra relación de negocios. Como resultado de eso, no he dormido bien
últimamente, ni me he concentrado ni enfocado en el ministerio, y tú y las chicas no han tenido lo
mejor de mí en los últimos días. En fin, tenía una convicción tan profunda en mi espíritu que
necesitaba confrontar a esta persona acerca de sus prácticas comerciales, pero sabía que si lo
hacía, correría el riego de perder el contrato. Hoy le llamé y le pregunté si podía hablar algo con
él. A los pocos minutos estuvimos de acuerdo en que no podíamos seguir trabajando juntos. Así
de rápido, nuestra relación comercial llegó a su fin. Sé que hice es lo correcto, pero en realidad
nos va a afectar bastante económicamente.-
-Gary, lo siento mucho,- dijo Barb. –Debes sentirte abrumado y atemorizado a la vez.-
-No sé qué voy a hacer. ¿Qué pasaría si esto implicase que tuviésemos que vender la casa? Me
sigo preguntando si debí haberlo manejado de otra manera.-
-Cariño, ¿cuál es la mejor forma en la que te puedo ayudar ahora?- me dijo.
-Así como lo estás haciendo, sencillamente escuchándome.-
Pese a estar diciendo todo eso, observaba los ojos de Barb para ver cuál era su verdadera
respuesta. Qué alivio sentí cuando no vi pánico ni temor en ellos. Ni siquiera decepción. En vez de
eso, sus ojos me dijeron las mismas cosas que sus palabras: -Siento que te haya sucedido esto.
Pero todo va a estar bien. Vamos a estar bien.- Frente a cada comentario cargado de temor que
yo hacía, Barb respondía con un toque alentador, o asintiendo con su cabeza en señal de
comprensión. Las circunstancias no habían cambiado, aún íbamos a perder una parte significativa
de nuestros ingresos por un buen tiempo. Pese a eso, debido a la respuesta de Barb todo era
diferente. Sabía que no estaba solo, y sabía que con el Señor y mi esposa estaba seguro.
Cuando terminé de decirle por qué y cómo había tomado la decisión de terminar la relación
comercial con esta persona, Barb me miró a los ojos y calmadamente pero con confianza me
recordó una verdad que a menudo descuidamos en momentos de presión, estrés, o problemas. –
Gary, Dios es el dueño de todo. Él proveerá para ti y para nuestra familia,- dijo. –Y pase lo que
pase, yo estaré cerca de ti.- Y luego dijo las palabras que nunca me canso de escuchar: -Estoy
orgullosa de ti, Gary. Hiciste lo correcto.-
Recuerdo haberla mirado y pensar, pese a que las lágrimas corrían por mis mejillas, ¿Quieres decir
que me amas... incluso ahora? Y no puedo siquiera comenzar a explicar el impacto que su
respuesta tuvo sobre mí. Sus palabras, su toque, su mirada, cosas que afirmaban mi valor como
hombre y que me ayudaron a tener nuevamente la confianza en que yo era un esposo que
merecía el respeto de ella.
Esa fue la más pura manifestación de amor incondicional y aceptación. Y permítame decirle, no
hay nada mejor que eso para un hombre. Cuando la esposa que Dios le ha dado le recuerda que
siempre estará allí por él, es ahí cuando él conoce el poder, el verdadero poder, del amor
incondicional y la aceptación.

El amor incondicional comienza con Dios


La respuesta de Barb aquel día llegó a ser un momento trascendente en nuestro matrimonio. Pero
ese momento fue posible sólo debido a que, años atrás, Barb y yo habíamos sido presentados a
Aquel del cual fluye todo el amor incondicional. Permítame retroceder un poco...
Yo crecí en un buen hogar, un hogar moral. Era un hogar culturalmente cristiano, pero no
bíblicamente cristiano, pese a que no fue hasta que yo estaba en la universidad que aprendí la
diferencia entre ambos. De hecho, estaba sentado en una sociedad de estudiantes cuando aprendí
la diferencia, escuchando a algunos muchachos de la Cruzada Estudiantil para Cristo, los cuales
hablaban de una comunión personal con Jesucristo, e inmediatamente me di cuenta de dos cosas.
La primera era que yo no podía “vivir la vida” sin Dios, y que su amor estaba allí, al alcance de
quien lo quisiera. Todo lo que debía hacer era pedirlo. Dependía de mí el humillarme y confesar a
Dios que le necesitaba en mi vida. La segunda cosa era que él me amaba a mí (a mí, Gary
Rosberg) lo suficiente para enviar a su Hijo a vivir una vida perfecta en la tierra y morir una
muerte sacrificial por mis pecados. Sabía que Dios amaba a la gente. Pero no tenía idea hasta esa
noche que él me amaba a mí con ese tipo de amor sacrificial. Estas dos verdades que pueden
parecer elementales para usted, hicieron que yo me estremeciera.
¿Por qué nadie me había dicho esto antes? - fue mi primera reacción. Mi segunda reacción fue
tratar de probar que la resurrección de Jesucristo no era cierta.
En ese tiempo estaba saliendo con Barb y me estaba enamorando de ella. Ella recién se había
convertido. Luego de cinco meses de estudio intenso, en los cuales luchaba con Dios, y a veces
casi torturaba con incontables preguntas a Barb y a los muchachos que Dios había enviado a mi
vida, finalmente acepté a Jesucristo como mi Señor y Salvador. ¿Qué fue lo que me convenció en
definitiva? Fue la sencilla pero abrumadora verdad que Dios me amaba incondicionalmente.
Completamente. Sin reserva. Inequívocamente. Tal y como yo era. A pesar de todo.
El apóstol Pablo nos recuerda, “Pero Dios, que es rico en misericordia, por su gran amor con que
nos amó, aun estando nosotros muertos en pecados, nos dio vida juntamente con Cristo (por
gracia sois salvos)” (Efesios 2:4-5).
Eso describe el amor ágape. Su gran amor. Su misericordia. Su gracia. Estas palabras cobraron un
completo y nuevo significado a medida que comencé a tener un verdadero entendimiento de
cuánto Dios realmente me ama.
Y ahí está el corazón del amor de Cristo para mí: El realmente me ama sin límite. Me amaba antes
que yo confiara en él. Antes que yo le conociese. Antes que yo incluso existiese. Él me ama,
aunque yo le fallo en forma lastimosa, aunque me equivoco emocionalmente, espiritualmente y
racionalmente. Él me ama pese a que yo no lo merezco, lo cual es mucho decir. Él me ama
aunque sería más fácil no amarme ya que yo le decepciono con mis pensamientos, palabras,
acciones, y obras. Él me ama aunque mi corazón está lleno de orgullo y mis pensamientos son
egoístas.
¿Conclusión? Él me ama, pase lo que pase. Él me acepta, pase lo que pase. Y es así que yo sé en
qué consiste el amor incondicional, porque he ido a la Fuente misma.

El amor incondicional cambia vidas


Pero ese es Dios, puede que alguno esté pensando. ¿Cómo es que el amor incondicional y la
aceptación operan en forma práctica a un nivel humano?

Mateo y Melania
Permítame decirle cómo opera, en ambos niveles, para Mateo y Melania. Hace dos veranos, Mateo
subió a un autobús con un grupo de hombres de su iglesia para dirigirse a una conferencia de
Cumplidores de Promesas. Su esposa, Melania, y sus hijos estaban emocionados y entusiasmados
ya que habían orado por Mateo por varios años, y ahora aquellas oraciones podrían ser
respondidas. Y lo fueron. Mateo hizo un compromiso personal con Cristo en la conferencia y volvió
a su hogar con una vida nueva y redimida. Luego comenzó a reunirse semanalmente con un grupo
masculino de estudio bíblico y rendición de cuentas, y estaba creciendo espiritualmente.
Entonces Mateo comenzó a recibir ondas negativas de parte de los compañeros de oficina. -¿Qué
pasó con Mateo? ¿Acaso no está llevando este tema de la religión demasiado lejos?- Encima de
eso, sus padres expresaron su preocupación de que se había pasado del límite, que quizá estaba
siendo demasiado extremista.
En los próximos meses, el compromiso de fe de Mateo comenzó a disminuir, y volvió a viejos
hábitos: Horarios excesivos de trabajo, reuniones con sus amigos para beber después del trabajo.
Como él se aferró a la creencia de que podía “manejar” su propio pecado en vez de ser
transformado por el poder de la obra del Espíritu Santo en él, se alejó más y más de su caminar
con Cristo y de su revitalizado matrimonio.
Las esperanzas que Melania tenía de que su matrimonio cristiano y su familia fueran algo
distinguido se estaban desvaneciendo frente a sus ojos. Con todo, ella sabía que había aceptado
un compromiso cuando tomó sus votos matrimoniales, y que los mismos implicaban amar a Mateo
pese a su temor de perder todo lo que ella consideraba querido. Sus fieles amigos hacían eco de
esta verdad. –Ámale incondicionalmente,- le animaban. –Has visto la obra de Dios en Mateo.
Sabes que es posible. No claudiques nunca.-
Así que Melania continuó amando a su esposo, pese a que él hizo cosas que le decepcionaron a
ella profundamente, e incluso cuando él se comportó en formas que hicieron muy difícil que ella le
amara.
Mateo está muy consciente del amor de Melania por él, y se da cuenta que a menudo no lo
merece. Felizmente, él está volviendo a mostrar señales de que está volviendo a su compromiso
de seguir a Cristo.
Patricia y José
José creció en una granja con tres hermanos, y el padre de José siempre hacía tiempo para
pescar, cazar, y practicar deportes con sus hijos. A José le fascina cazar, y tenía la expectativa de
compartir esta experiencia con su propio hijo, Zacarías. La esposa de José, Patricia, sin embargo,
creció en la ciudad y no compartía la pasión de José por pasar días en el bosque durante el otoño
con un rifle. Además de eso, a ella le preocupaba. Creía que Zacarías era demasiado joven e
inexperto para ir en un viaje de caza. –Apenas ha disparado y probado el alcance de su nueva
arma unas pocas veces- le dijo a José. –Por favor, no lo lleves. Todavía no. No está listo.- José
desatendió los temores de su esposa. Ella sencillamente no entendía la importancia de esta
tradición familiar para un padre y su hijo.
Así que José y Zacarías se fueron al bosque un sábado en la mañana, y pasaron un día
maravilloso. Zacarías incluso cazó su primer venado. Cuando José conducía rumbo a su hogar esa
noche, sabía que él y Zacarías se habían acercado debido a esa experiencia en común y el tiempo
que pasaron juntos. Él estaba pensando en formas en las que podría continuar profundizando su
relación con su hijo.
Repentinamente, un auto que venía de frente subió la loma a alta velocidad y perdió el control,
pasándose a la senda por donde venían José y Zacarías. José sobrevivió el terrible accidente, pero
Zacarías falleció instantáneamente.
Han pasado tres años desde el accidente, y pese a que Patricia sabe que el accidente no fue culpa
de José, aún es perseguida por voces que siguen diciéndole a su mente: Si tan solo no hubiesen
ido ese día. Si sólo José me hubiese escuchado. Si sólo... El dolor de su pérdida y la presión sobre
su matrimonio a menudo parecen ser insoportables. Pese a eso, Dios continúa llamando a Patricia
a que ame a su esposo, pese a todo. Y ella lo está haciendo. Mientras tanto, José mismo está
comenzando a sentirse un poco aliviado de su propia culpa y dolor. Dios está vertiendo nueva vida
en la relación que tienen como matrimonio, y gran parte de eso se debe al amor incondicional de
Patricia por José.

Margarita y Benjamín
Benjamín es otro hombre que sabe lo que significa ser amado pase lo que pase. Luego de una
carrera profesional de veintitrés años, Benjamín estaba agotado, exhausto de intentar subir la
escalera de la corporación. Resulta que una mañana vio un comercial informativo en televisión que
le prometía todos los lujos de la vida si simplemente asistía a un seminario que se celebraría
próximamente en un hotel de la ciudad. Así que Benjamín fue al seminario, y quedó abrumado con
el potencial del programa a medida que veía los videos y estudiaba los folletos. Él y Margarita
habían decidido siempre juntos sobre cualquier gasto que superara los cien dólares. Pero ese día
él se aferró a su codicia y retiró todos sus ahorros, así como también sus ahorros de jubilación,
para invertirlos en este negocio que rápidamente le haría rico. Parecía algo tan seguro. Había
funcionado para tanta gente.
Meses más tarde, la vida de Benjamín era un gran caos. Había renunciado a su trabajo, creyendo
que si le dedicaba todo su tiempo a esta nueva aventura, seguramente cosecharía las riquezas que
los videos y los llamativos folletos ofrecían. Desafortunadamente, eso no fue lo que sucedió. Se
quedó sin empleo, sus tarjetas de crédito fueron canceladas, y Margarita tuvo que volver a
trabajar a tiempo completo por primera vez desde que habían comenzado a tener hijos.
Pese a todo esto, Margarita no abandonó a su esposo. Cuando habló con su pastor sobre su
temor, ira y frustración, él le dijo, “Margarita, acabas de chocar contra una de esas realidades
expresadas por la frase ‘En salud o enfermedad.’ Pero estás llamada a amar a Benjamín pese a...
Ese es el tipo de amor que Cristo nos otorga, amor ágape. Ese es el amor auténtico, Margarita. Es
un amor sin límites.- Con la fuerza y el compromiso que según Margarita admite provienen
solamente de Dios, tomó las palabras de su pastor a pecho.
Y Benjamín respondió. Encontró un nuevo trabajo con un patrón cristiano, y la naturaleza del
trabajo le hizo sentirse verdaderamente útil por primera vez en años. Él y Margarita tuvieron que
mudarse a una casa menor, vendieron su bote e hicieron cambios serios para pagar a sus
acreedores. Benjamín reemplazó su deseo de enriquecerse con una renovada visión y compromiso
de vivir y terminar su vida en buena forma. Cuando le pregunté qué fue lo que marcó la
diferencia, él dijo, “Cristo y Margarita. Así de sencillo. Aprendí que Dios realmente me ama.
Margarita me enseñó eso. Ella me aceptó incluso cuando yo eché a perder todo. Y me mostró el
tipo de amor incondicional y aceptación que yo nunca pensé existiesen. Realmente me había
enredado en mi propia codicia, pero ahora las cosas sencillas tienen más sentido. Una caminata
con Margarita. Una tarde en nuestro hogar. Pasar tiempo con los amigos cercanos. La Palabra de
Dios cada día. Y un día honesto de trabajo. Estoy comenzando a sentirme completo nuevamente.-
Mateo, José, y Benjamín, a través de experiencias dolorosas y difíciles, aprendieron la diferencia
que puede producir el amor incondicional y la aceptación. De parte de Cristo y de nuestras
esposas.
Ahora, permítame que le haga una pregunta difícil. ¿Ha sido puesto a prueba alguna vez su amor
incondicional? ¿Los votos que tomó en el día de su boda, de amar a su esposo en las buenas y en
las malas, han sido puestos en el crisol de la dolorosa realidad? Si es así, de igual forma que Barb
y Melania, Patricia y Margarita, usted ha sido llamada a amar a su esposo incondicionalmente.
Pese a todo.
Toda familia lucha con tiempos difíciles, promesas rotas, expectativas no cumplidas, retrocesos
financieros, traiciones. Cuando enfrente tales dificultades, acuda a la fuerza de Dios, para que
usted y su esposo puedan caminar a través del dolor juntos, y emerger más fortalecidos. Más
fortalecidos en lo individual y como pareja.

El poder del amor incondicional y la aceptación


El amor incondicional es una cosa poderosa. A manera de ejemplo, permítame decirle qué sucedió
dentro de mí cuando Barb me mostró su amor incondicional. Si Mateo, José y Benjamín pudieran
hablar con usted, probablemente dirían cosas semejantes.
La respuesta de Barb me hizo sentir seguro en el medio de una tormenta eléctrica. Su amor me
permitió ser honesto. Proveyó un ambiente cómodo para abrir la comunicación entre nosotros. Su
amor me recordó que yo no era en definitiva quien estaba a cargo, sino el Señor. Me recordó que
su compromiso era realmente en las buenas y en las malas. Me confirmó que pese a que mi
decisión iba a poner a nuestra familia bajo un riesgo económico, fue la decisión correcta.
Cuando comparto la historia de aquel día memorable, la gente a menudo me pregunta: -¿Qué
habría sucedido si Barb no hubiera respondido con tanta gracia y aliento? ¿Qué hubiera pasado si
ella respondía con ira y me decía que había tomado una decisión tonta? ¿Qué si hubiera entrado
en pánico y se hubiera alejado? ¿Qué si me hubiera vuelto la espalda? ¿Qué si me hubiera dicho:
“Gary, te lo dije. Nunca debías haberte involucrado con esa persona.”
No me malinterprete. Barb ciertamente tuvo que lidiar con su propia porción de temor e
incertidumbre durante ese turbulento momento de nuestra vida. Pero si me hubiera rechazado, o
aún peor, si hubiese sido neutral e insensible conmigo, me habría sentido solo y aislado. Su
rechazo hubiera edificado un muro que habría debilitado nuestra intimidad y confianza.
¿Qué puede hacer para satisfacer las necesidades de su esposo?
Su respuesta, su iniciativa y su conexión con su esposo son vitales para la salud de su matrimonio
y la de su familia. La expresión que usted demuestre de su amor incondicional y aceptación es
precisamente la fuerza que les unirá en el medio de los tiempos difíciles de su matrimonio. El que
esté al lado de él en los tiempos dolorosos así como en los tiempos felices, es uno de los
elementos primarios de un gran matrimonio.
Algunas veces eso implicará que deje a un lado sus propias necesidades para poder satisfacer las
de él. Implica que resista su tendencia de ser egoísta y de autoprotegerse. Pero si usted ama
incondicionalmente en los tiempos difíciles, tanto usted como su esposo se harán uno con el tipo
de intimidad que el Señor desea para ustedes. Si no lo hace, terminarán viviendo como dos hijos
inmaduros, cada uno tratando de salirse con la suya y resentido con la otra persona cuando no lo
consigue. Puede que usted aún permanezca casada, pero se perderá el gozo de vivir un gran
matrimonio.
Su esposo desesperadamente necesita saber que usted le acepta a pesar de los pesares. Incluso
cuando fracase o tome decisiones que dejen que desear. Incluso cuando él se sienta inferior o le
decepcione. Su amor es una realidad que, o construye o destruye. Si no está capacitada o si
rehúsa amar, dañará a su esposo y lo desmoronará. Por otro lado, su amor incondicional y
aceptación le edificará y le liberará para seguir adelante.
Bien, todo esto suena lindo en teoría, puede que usted diga, ¿pero cómo poner en práctica esto
en los detalles de la vida real?¿Cómo se hace? Antes de que lleguemos a eso y discutamos algunas
formas prácticas en las que puede demostrar amor incondicional, enfoquémonos una vez más en
lo que dijimos anteriormente en este capítulo: El amor incondicional comienza con Dios. No
podemos perder eso de vista. Nuestra habilidad de entregar un amor valioso viene del amor
incondicional con el que Dios nos ama.
Piense por un momento en su propia relación con Dios. Debido a que usted está convencida de Su
gracia hacia su vida, su fe tiene sentido y fundamento. Después de todo, cada uno de nosotros
conoce la condición de su corazón; sabemos lo que hemos hecho que ofende a Dios en palabra y
en hecho. Pese a eso, como creyentes podemos comenzar de nuevo cada día con Dios,
arrepintiéndonos de nuestros lapsos de pecado y teniendo la seguridad de Su perdón. Tal vez, en
una forma similar, necesitamos una limpieza diaria entre esposos y esposas.
Esto se hace especialmente importante para aquellas de ustedes que están en situaciones en este
preciso momento en las cuales la necesidad de demostrar amor incondicional es una preocupación
diaria o una lucha. Puede que usted viva con un esposo de corazón duro. O quizá sus deseos y sus
sueños han sido puestos en espera, mientras que usted ayuda a su esposo a que logre sus propios
sueños. Puede que su esposo le haya lastimado y traicionado. O puede que usted esté casada con
un hombre que es pasivo espiritualmente, que no le sirve a usted tal y como Dios le instruyó a que
hiciera. Pero ya sea que usted esté en el medio de una crisis, o que esté viviendo una
circunstancia que perdura, o que esté respondiendo a la rutina normal de la vida de casada, el
darle a su esposo la seguridad de su amor inmutable requiere por lo menos cinco elementos:
Muestre gracia frente a sus debilidades, anímelo siempre que pueda, ayúdele a sentirse a salvo,
tome tiempo para conectarse y estudie a su esposo.

Muestre gracia frente a sus debilidades


Todos necesitamos gracia. Pero más la necesitamos cuando estamos totalmente conscientes de
que no la merecemos, cuando hemos fracasado, cuando hemos cometido errores, cuando hemos
sido egoístas, cuando hemos pecado.
Si su esposo le ha fallado o decepcionado, o pecado contra usted, entonces él necesita su gracia.
Y cuando usted expresa gracia hacia su esposo en áreas de debilidad y pecado, le ama de la
misma forma en que Jesús le ama a él.
Permítame que le pregunte, ¿dónde es que su esposo necesita una dosis extra de gracia en este
momento? ¿Qué parte de sus debilidades necesita que se le cubra con la gracia que proviene de
usted, su esposa?
 Si él ha pecado contra usted, perdónele. Una y otra vez.
 Si él ha dañado seriamente la confianza que le tenía, muestre su amor recibiendo ayuda de
un pastor o de un consejero cristiano profesional.
 Si está experimentando el fracaso, hágale saber que usted estará con él, pase lo que pase.
 Si él está experimentando una cierta presión en su vida, tal vez en el trabajo o por una
decisión que debe tomar, anímele con comprensión.
 Si está pasando por un período peligroso de su vida y se están zafando sus amarras,
recuérdele que Dios y usted le aman y que ambos están con él, incluso en esas circunstancias.

Anímelo siempre que pueda


Mark Twain dijo una vez: “Puedo vivir todo un mes con un solo cumplido.” Piense en la vitalidad
que le puede dar al matrimonio una fuente de la que continuamente fluya el estímulo.
Fortalezca a su esposo con comentarios tales como:
 “Estoy orgullosa de ti, cariño.”
 “Me encanta la forma en la que me amas cuando ...”
 “Cuando te vi con uno de los niños esta mañana, me animó tanto que tú...”
 “Ayer, cuando me dijiste que me amabas significó mucho para mí. Gracias por expresarme
tu amor.”
 “Gracias por proveer para nuestra familia.”
 “Tú eres una de las más ricas bendiciones de Dios para mí.”
 “Cuando me recibes, pese a que te he lastimado, me siento a salvo y segura en tu amor.”
El ánimo nacido del corazón es un ingrediente clave del amor incondicional. Es como si fuese un
imán: nos acerca, nos atrae.
Si a usted le cuesta verbalizar su aliento hacia su esposo, piense en cuando le conoció por primera
vez. ¿Qué lo atrajo a él? ¿Qué hizo que usted le abriese su corazón? ¿Qué había en él que hizo
que usted sintiera un hormigueo por dentro? ¿Qué le hubiera dicho en ese entonces?
Ahora bien, ya que usted ha madurado en su matrimonio, ¿qué es lo que aprecia de su esposo?
Escriba sus pensamientos en una hoja de papel. Aquí están algunos ejemplos:
 “Aprecio la forma en que haces que los niños me respeten.”
 “Aprecio lo duro que trabajas para proveer para las necesidades económicas de nuestra
familia.”
 Cuando participas en ______________ (alguna actividad familiar) me hace sentir segura.
 “Me encanta observarte interactuar con gente que no conoce al Señor.”
 “Tienes tanta paciencia con nuestros problemáticos vecinos.”
 “Aprecio cuando estás activo con otros hombres creyentes.”
 “Cuando me tocas con ese toque de aliento, me hace sentir amada.”
 “Me enorgullece que no seas parte de la actitud negativa en el trabajo, pese a que estás
rodeado de ella diariamente.”
 “Me enorgullece que perseveres frente al desánimo.”
 “Aprecio que tomes la iniciativa de orar conmigo y me digas qué es lo que Dios te está
enseñando en su Palabra.”

De sus propias respuestas, haga una lista de por lo menos cinco oraciones a las que se pueda
aferrar, y comience a repetírselas a su esposo. Alguien me dijo una vez que se requieren entre
ocho a diez frases de estímulo para equilibrar el impacto de un comentario negativo. ¿Usted
alienta a su esposo ocho a diez veces más de las que lo critica?
Tome su lista de estímulos y comience a repetírselos a usted misma cada día. Luego repítaselos a
su esposo cada día, aún cuando él la haya decepcionado. Especialmente si él la ha decepcionado.

Ayúdele a sentirse a salvo


Cuando sé que Barb me entiende, me siento a salvo. Cuando no me siento entendido, mi
inseguridad aumenta. Normalmente, un hombre no lo reconocería en estos términos. Él no
pensaría: Mi esposa no entiende las presiones que tengo en el trabajo y cómo afecta mis
sentimientos hacia mí mismo. Así que voy a buscar una forma de compensar. Me voy a descargar
con ella y con los niños. Después de todo, algo tengo que controlar. Nosotros los esposos no
sabemos cómo decirles esto, así que, en vez de eso, explotamos. O nos enterramos en algún
comportamiento excesivo. O buscamos algo que podamos controlar. Algunos hombres trabajan o
comen de más. Otros se vuelven al alcohol o las drogas, o la pornografía. Algunos hombres se
obsesionan con los pasatiempos o los deportes.
Si usted ve alguno de estos patrones en el comportamiento de su esposo, hay algo que está
faltando en su relación. No estoy diciendo que usted es la responsable, aunque puede que usted
esté contribuyendo a esos patrones, pero hay algo que definitivamente está faltando y necesita
ser encaminado.
¿Por dónde comenzar? Pase un tiempo a solas con él y dígale que no intenta criticarlo, sino que
usted está comprometida con él y quiere ayudarle a solucionar cualquier patrón que pudiera estar
socavando la seguridad de su matrimonio. Al hacer esto, usted comenzará a colocar las bases
para que comience la sanidad. En algunos casos, las parejas o los individuos que están luchando
con un comportamiento excesivo pueden necesitar la ayuda externa de un consejero profesional
cristiano y/o de un pastor. Pero primero usted necesita acercarse a su esposo para comenzar el
proceso.
¿Cómo es que nosotros los esposos sabemos que estamos siendo entendidos? En dos formas:
1. Cuando usted está realmente interesada en nuestra vida cotidiana al punto de la
fascinación.
2. Cuando tratamos de “arreglar” algo y sabemos que usted entiende que simplemente
estamos ejercitando la parte de nuestra masculinidad que necesita “hacer que las cosas
mejoren.”
Así como usted se siente entendida cuando nosotros escuchamos sus sentimientos, nosotros nos
sentimos mejor cuando usted escucha nuestras ideas. Por ejemplo, Barb me hace saber que ella
aprecia mis buenas intenciones, pese a que algunas veces me chequea en cuanto a mi tiempo. En
general sucede más o menos así: -Gary, sé que estás tratando de hacer lo correcto. Y sé que
tienes buenos aportes. Pero en este momento necesito que escuches lo que siento sobre este
tema. Después de eso, me alegraría escuchar lo que piensas que debo hacer al respecto.- Yo
realmente puedo recibir ese mensaje ya que ella no me está diciendo, -Gary, te equivocas.”
Sencillamente está diciendo: -Me estás dando tu buen aporte con demasiada anticipación.- Puedo
aceptar el hecho de que mi sentido del tiempo adecuado sea pobre en la medida que no me sienta
completamente inservible como esposo.
¿Le suena familiar?
Tomemos el ejemplo de Roberto y Cecilia. Ellos están teniendo una conversación de sobremesa
luego de la cena, y ella está describiendo un doloroso desacuerdo que tuvo con su madre en el
teléfono ese día. Otro desacuerdo. Ya hubo dos esa semana. A medida que Roberto escucha, él
tiene la solución para el problema en la punta de su lengua. No puede aguantarse para arreglar la
situación, de modo que Cecilia se sienta mejor y que puedan seguir adelante con el resto de su
noche. Durante todo el día él se encarga de solucionar cosas, y esta no es muy complicada:
Sencillamente no llames a tu madre tan seguido ya que te perturba tanto. Para él tiene todo el
sentido del mundo. Inconscientemente, Roberto está obrando basado en la suposición de que si
Cecilia le valorara y entendiera, sabría cuán importante es que reciba su aporte para que ella
pueda resolver su problema.
En vez de eso, Cecilia está concentrada en su propia (e inconsciente) necesidad de ser escuchada,
animada y abrazada. Ella necesita el apoyo y la aprobación de su esposo. Es verdad, esas son
necesidades reales también, pero ahora le estoy hablando a usted sobre los hombres. (Barb le
dará palos a los hombres sobre este tema en el capítulo de ella.)
Cada día, parejas como la de Roberto y Cecilia toman decisiones sutiles que, o fortalecen a su
cónyuge o alimentan sus inseguridades. Así como su esposo le muestra lo valiosa que es cuando
le escucha hablar sobre sus sentimientos (fortaleciéndola), así le hace usted sentir valioso cuando
él sabe que usted le entendió y le escuchó.
Realmente no me enorgullezco de los hombres en este punto, pero mi experiencia en el ministerio
y en el hogar lo confirma: Cuando sentimos que nuestra opinión no está siendo recibida con
entusiasmo, nos sentimos frustrados y rechazados. Luego comenzamos a impacientarnos o a
enojarnos. Y cuando esto sucede con frecuencia, puede destruir la seguridad de la relación. Para
que un matrimonio sea un gran matrimonio, los esposos y las esposas deben aprender a andar
juntos, acentuando mutuamente sus puntos fuertes y ayudándose a compensar las debilidades
mutuas también.

Tome tiempo para conectarse


Por increíble que parezca, los primeros minutos en los cuales usted y su esposo se conectan al
final del día de trabajo son cruciales.
A medida que yo crecía, vi un ejemplo positivo de esto con mis padres. Cuando de niños
escuchábamos que papá estacionaba en la cochera después de trabajar, gritábamos, “Llegó
papá.” Luego corríamos para saludarlo en la puerta trasera y él nos acariciaba despeinándonos o
nos abrazaba. Pero entonces, los siguientes sesenta minutos, nosotros desaparecíamos (la
mayoría de las veces) mientras él y mamá se sentaban y hablaban. ¡Sesenta minutos!
Barb y yo llevamos esa tradición a nuestro propio hogar. A los pocos minutos de saludarnos al
final del día, nos sentamos en dos sillas de color lila claro, y hablamos, sólo nosotros dos.
Hablamos acerca de las niñas y repasamos el día de Barb y el mío, hablamos de lo bueno, de lo
malo, en fin, de todo. Algunas veces esto implica conversaciones profundas, pero a menudo
simplemente se trata de noticias, conversaciones que nos conectan. Y esta conexión establece el
tono para el resto de la noche. Nos recuerda que somos compañeros de equipo que están
absolutamente comprometidos en el mismo juego. No hay competencia entre nosotros, ni temor
de escuchar un sermón en lugar de un oído comprensivo. Yo no trato de solucionar sus problemas
(por lo menos no siempre), y ella me escucha. Somos dos personas cansadas que nos
reconectamos, y lo más importante, nos quitamos de encima las costras del día. Entonces, al
hacerlo, nuestras almas reviven.
Cuando esto no sucede en forma consistente, la atmósfera se puede poner más fría que un día
invernal al sur de la Patagonia. Perdemos la sincronización, nos desconectamos, y eso da lugar a
que crezca la frialdad y el egoísmo. He tratado de imaginarme qué sucedería si no hubiera
conexión entre nosotros por una semana, un mes o un año. ¿Adivine qué? No tengo que hacer
mucho esfuerzo para imaginarme, porque veo la cruel realidad de esa situación cada semana
acercarse a mi oficina de consejería. Parejas que se aferran con desesperación, deseando que sus
matrimonios sobrevivan, cuando todo podría haberse prevenido con una hora al día... treinta
minutos... o incluso quince.
El amor incondicional ocurre sólo en el contexto de la comunicación y la verdadera conexión.
Piense en su relación con Dios. ¿Cuándo se siente más segura, protegida, amada y entendida?
Cuando ha tenido un enriquecedor tiempo de oración, cuando Dios le ha hablado personalmente a
través de su Palabra, y cuando usted ha alcanzado el corazón del Padre en adoración. Y cuando
esta conexión se lleva a cabo todos los días, no sólo usted se siente segura como creyente, sino
que también desarrolla una relación madura con Dios, en la cual todo es posible.
El matrimonio se formó para que funcionase de esa manera.

Estudie a su esposo
Una de las mejores formas en las que usted puede saber cómo satisfacer las necesidades de su
esposo de amor incondicional y aceptación es conociendo a su esposo. Esto significa que usted
debe transformarse en una estudiante, llegando a conocer a su esposo por dentro y por fuera.
Como hombre, no puedo darme cuenta cómo es que Barb conoce ciertas cosas, pero ella las
conoce. Las niñas pueden estar lastimadas, o escondiendo algo, o teniendo problemas con una
amiga, o aislándose un poco debido a alguna inseguridad o conflicto, y Barb lo sabe. Y nuestra
casa no es la única en ese sentido. Cuando un esposo y padre siente que los niños no están por
ahí tanto como de costumbre, él puede pensar: Bien, ahora puedo trabajar un poco, o mirar tal
partido, o leer el periódico. Pero cuando una esposa y madre siente este tipo de distancia hacia los
niños, se preocupa. Usted necesita utilizar precisamente esa sensible feminidad para darse cuenta
qué es lo que está sucediendo con su esposo, lo cual implica no sólo leer sus movimientos, sino
también su estado de ánimo.
Los hombres a menudo no saben cómo verbalizar lo que están sintiendo. Así que es esencial para
usted usar sus instintos cuando trate de entender lo que está sucediendo en nuestras cabezas.
Conocer los tiempos es siempre importante, incluso cuando se lidia con el hombre de
temperamento más moderado. Así que aprenda a leer nuestros estados de ánimo. Si lo hace,
pronto conocerá la respuesta a este tipo de preguntas.
 Si usted plantea un asunto delicado al final del día, ¿su esposo entrará en la conversación,
se aislará en el transcurso de la misma, o la va a increpar?
 Cuando su esposo llega a casa después del trabajo y usted le está contando sobre su día,
¿es más probable que el le dé algún consejo o hace lo que usted realmente necesita y
sencillamente escucha?
 Si usted recibe una preocupante llamada telefónica de su madre un sábado por la tarde y
su esposo está trabajando en la cochera, ¿él la atenderá con cariño y comprensión, o se
distraerá por las tareas que tiene a mano?
 ¿Cuándo su esposo se vuelve caprichoso?
 ¿Qué cosas tienden a disminuir el sentido de valor de su esposo?
 ¿Su esposo se irrita más cuando está cansado o fatigado?
 Aunque no sea algo común, su esposo parece estar irritable. ¿Está molesto con usted o
está estresado por alguna razón laboral?
Un amigo mío recientemente alardeaba: “Mi esposa puede leerme como a un libro.” Piense en esa
declaración. Usted va a una librería, deseando que entre la gran cantidad de libros pueda
encontrar un tesoro. Toma algunos, lee la portada, hojea algunos otros, y se pregunta si su
interior concuerda con toda la publicidad que se le hace por fuera. ¿Será el contenido tan hermoso
como la tapa? Finalmente usted elige uno y se lo lleva a su casa, y se acurruca en su silla favorita.
Repentinamente, los personajes se vuelven sus amigos y la historia se hace parte de usted. No
siente ganas dejarlo y desea seguir la lectura más y más.
Cámbiele algunas palabras, y así podría describir lo que es un gran matrimonio. La relación
comienza con una atracción hacia lo externo, los aspectos visibles, la apariencia, la personalidad,
el encanto y el sentido del humor. Pero es cuando ven lo que realmente hay adentro que ustedes
se comienzan a conocer mutuamente en el sentido más profundo de una relación entre esposo y
esposa; es cuando realmente comienzan a deleitarse mutuamente y a hacerse uno.
Gracia. Aliento. Seguridad. Tiempo. Estudio. Todos estos son clave para el amor incondicional y la
aceptación. Aquí hay una lista para evaluar, la cual le ayudará a medir cómo le está yendo en
cada una de estas áreas:
 ¿Dónde necesito mostrar algo de gracia, gracia verdadera, al hombre con el cual me casé?
¿Dónde necesito dejar de obrar yo y permitir que Dios haga Su obra en él?
 ¿Quién necesita mis palabras de aliento más que nadie en mi vida? ¿Es más fácil para mí
alentar a mis hijos y a mis amigos de lo que lo es alentar a mi esposo?
 ¿Qué estamos haciendo para edificar la seguridad en nuestro matrimonio, de tal manera
que nos arriesguemos a amar incondicionalmente?
 ¿Cuándo fue la última vez que tomamos un tiempo para profundizar mutuamente?
¿Estamos dejando algún tiempo para conectarnos mutuamente a diario?
 ¿Estoy estudiando a mi esposo? ¿Conozco sus puntos fuertes así como también sus
debilidades? ¿Le estoy ayudando a edificar lo primero y fortalecer lo último de modo tal que
pueda llegar a ser una con él de la mejor forma?
Estas son preguntas difíciles. Construir un gran matrimonio no es fácil. Como dice Barb, el
verdadero amor no siempre tiene lugar en un balcón romántico. Algunas veces se lleva a cabo en
un campo de batalla. Permítame que le cuente sobre un esposo y una esposa que saben todo
sobre la realidad del amor incondicional en tiempos difíciles.

El mejor ejemplo de amor incondicional


Ernesto trabajaba duro y provenía de una larga genealogía de hombres trabajadores, estoicos, de
buena madera. Su padre y su abuelo se habían enorgullecido de una ética de trabajo que se
jactaba diciendo: “Quizá seas más inteligente que yo, pero nunca trabajarás más que yo.” Con
todo, bajo la presión, esa firme ética laboral parecía más bien una actitud tozuda que hería y
asustaba a la esposa de Ernesto, Karen.
El mayor temor de Karen era que Ernesto se rehusaba a cuidarse, y que eso la llevara a quedarse
sin esposo, y a los niños sin padre. Ella tenía buenas razones para temer. Tanto el padre de
Ernesto como su abuelo habían muerto a los cincuenta y tantos años debido a ataques cardíacos.
A la edad de cuarenta y ocho, Ernesto tenía el colesterol alto y comía alimentos pesados en cada
“poderoso” almuerzo. Hacía meses que no participaba de la rutina de su hogar, y habitualmente
cancelaba su visita anual al médico, diciendo con insistencia: “Estoy demasiado ocupado en el
trabajo para ir allí.” Karen había hecho todo lo que podía para cuidar a su esposo. Le había
presionado para que fuera a ver al doctor. Había hecho un itinerario de comidas saludables en la
casa, pese a que ya había desistido de tratar de controlar sus hábitos alimenticios en el trabajo.
En resumen: Ernesto no se estaba cuidando, y la estaba enloqueciendo. Habían tenido más de
una discusión acalorada al respecto.
Ernesto sabía que las molestias que Karen le causaba (como él solía llamarlas) fluían de su amor y
preocupación por él, pero él no estaba dispuesto a cambiar. Simplemente no podía ser molestado.
Entonces comenzó a sentir un leve dolor en el pecho y se asustó. No le dijo nada a Karen. Por un
lado no quería que ella se preocupara, y por otro no quería admitir ante sí mismo que algo andaba
mal.
Entonces, una noche sus dolores de pecho se hicieron más intensos, haciendo que dejara de
negarlos y llegara al punto de exclamar: -Karen, tengo que decirte algo. Durante las últimas tres
semanas aproximadamente he tenido un dolor en el pecho. Creo que probablemente es sólo una
indigestión, pero... - De alguna manera, el permitir que ella estuviera al tanto de sus temores
alivió algo de la ansiedad de Ernesto.
Si bien Karen estaba agradecida que Ernesto había sido honesto con ella, sintió aún más temor. Le
suplicó que fuera al hospital inmediatamente. Él no quiso hacer eso, pero le prometió que llamaría
al médico al otro día. Con desesperación Karen le dijo, -Si tienes un ataque cardíaco y mueres, los
niños y yo siempre sabremos que fue tu culpa. Tú deliberadamente escoges no cuidarte. Estoy
muy frustrada, y no sé siquiera a dónde ir. Por favor, haz algo.-
Pero era demasiado tarde. Cuando a la mañana siguiente estaba subiendo a su oficina del
segundo piso por las escaleras, Ernesto tuvo un ataque cardíaco masivo. No murió, pero tuvo que
enfrentar una larga recuperación, y nunca volvería a ser el mismo.
Karen por mucho tiempo había temido que esto mismo sucediera, y finalmente sucedió. En un
instante, la vida de ella había cambiado. Con uno de sus hijos en la universidad y el otro listo para
ir, tuvo que enfrentar algunos ajustes significativos. Trabajaba día y noche, cuidando a Ernesto,
siendo una madre para sus hijos y tratando de poner orden y estabilidad en una casa en crisis. En
su corazón sentía que había quedado sólo ella para luchar debido a la negligencia de Ernesto,
pese a eso amaba a su esposo y quería cuidarlo.
El estilo de vida que llevaban cambió dramáticamente. Ernesto ya no podría retornar a su gran
empleo. Habiendo disminuido en gran manera sus ingresos, y con sus ahorros agotados, Karen se
vio forzada a conseguir un empleo fuera de la casa.
Ella tuvo que enfrentar una decisión. Podía resentirse con Ernesto por su comportamiento
obstinado y despreocupado, el cual les había llevado a esa situación, o podía perdonar sus
equivocaciones y amarle incondicionalmente con el amor de Cristo. ¿Le daría ella un amor que él
no merecía? ¿O cubriría su corazón con una pared y continuaría con su matrimonio sin que le
importara mucho, no liberándolo nunca del dolor que sus acciones habían ocasionado a su familia?
Ella escogió amarlo incondicionalmente. Karen enfrentó la verdad que mientras no le otorgara
amor y perdón a Ernesto, su propia ira y resentimiento la encarcelarían. En su quebrantamiento y
obediencia, Dios le ayudó y le dio el valor y la humildad para amar a su esposo a pesar de los
pesares, independientemente del resultado de las acciones de este. Ella tomó un camino superior,
devolviendo bendición por maldición (vea 1 Pedro 3:9).
Al amor sacrificial de Karen ejemplificó el amor de Cristo frente a Ernesto, y él respondió.
Comenzó a lidiar seriamente con el dolor que le había ocasionado a ella y a su familia, y comenzó
a amarla con el mismo tipo de amor sacrificial.
Esta familia que supo tener éxito social, se había transformado en algo mucho más significativo:
habían llegado a modelar el amor de Cristo el uno al otro. Su matrimonio tomó una dimensión
completamente nueva, y comenzaron a servirse y amarse mutua e incondicionalmente. Las cosas
que parecían ser tan importantes (membresía en el club de golf, vacaciones exóticas, una cartera
con sustanciosas sumas) fueron reemplazadas con momentos juntos en oración, placeres
sencillos, tales como salir a caminar una vuelta a la manzana, y el tipo de entendimiento y
conexión íntimas que nunca habían experimentado.
No me malinterprete, Ernesto y Karen tuvieron que hacer grandes ajustes en su estilo de vida.
Pero lo hicieron bien. ¿Por qué? Porque siguieron el ejemplo de Cristo, amándose uno a otro con
el amor ágape. Y Karen estableció el paso.
El amor incondicional es lo auténtico. El artículo genuino. Es el tipo de amor que se da cuando no
se merece. Jesús nos da el ejemplo de esto, Pablo escribe sobre él, y el Padre nos lo da.
¿Amará a su esposo incondicionalmente, en la misma forma que Karen amó a Ernesto? Esta es la
principal necesidad de amor que los hombres tienen en sus matrimonios. Esta es la forma en la
que se puede obtener un gran matrimonio. Es Dios quien lo dice.

Capítulo 2. Amor incondicional. La necesidad de amor #1 de la esposa “Necesito


que me ames con el amor de Cristo.”
Barb habla a los esposos

Ni en sus sueños más atrevidos, José podría haberse preparado para lo que estaba a punto de
escuchar de su esposa.
-¿Qué es lo que te molesta, Leslie?-
-Nada- Una nube descendió sobre el rostro de ella, a medida que se alejaba de él.
Era una pregunta sencilla. La misma pregunta que José le había hecho docenas de veces durante
sus treinta y cinco años de matrimonio. Y la respuesta de ella era siempre la misma: las palabras
de Leslie decían que no había nada mal, pero su humor y la distancia que ponía decían lo
contrario. Cuando este interruptor invisible se activaba dentro de ella, José se sentía incómodo e
inútil.
Tal vez el caminar nos ayude. –Vayamos a caminar,- le dijo. –Es un día sumamente hermoso.-
El clima era perfecto en esa tarde fresca de octubre, y el sol les abrigaba. A José le fascinaba
poder estar con su esposa. Le tomó la mano mientras caminaban, deseando que el sol pudiera
penetrar el frío de su alma.
Nuevamente intentó llegar a ella. -¿Quieres hablarme sobre lo que te está preocupando?-
-No es nada, José.-
-Mira, estoy intentándolo todo para que seas feliz hoy. Una caminata en el parque, un tiempo a
solas como pareja. Pensé que te gustaría, pero no puedo obtener nada de ti. No puedo llegar a ti.
Pareces estar muy fría.-
Fría. Tienes razón, José. Estoy fría. Estoy congelada por mi pasado. También estoy aterrada.
¿Cómo podría contarte sobre los recuerdos que me atormentan? He orado para poder olvidar,
pero no puedo. Si te lo dijera, me dejarías. Nunca podrías amarme si supieras. Nadie podría
amarme. Es mi secreto, y tengo que mantenerlo así.
A medida que Leslie batallaba con sus pensamientos internos, comenzó a llorar.
Oh grandioso, está llorando de nuevo, pensó José. Yo sólo quería que este fuera un lindo día.
¿Qué hago ahora?
-Sentémonos por unos minutos,- le sugirió él.
Se sentaron en un banco del parque que estaba debajo de árboles de hojas rojas y robles
dorados. El viento movía las hojas hacia nuestros pies mientras Leslie continuaba llorando.
-¿Qué anda mal, Leslie? Lamento si te parecí duro o abrupto, pero cuando estás así de herida
quiero ayudarte. Sin embargo sólo guardas silencio, y no puedo acercarme a ti. Leslie, te conozco
desde hace treinta y siete años, y puedo ver que sea lo que sea que causa este dolor, se está
poniendo peor. ¿De qué se trata?-
-Te amo tanto, José, y tú sabes que me amas en la medida que me conoces,- susurró Leslie,
enjugando sus lágrimas.
-¿En la medida que te conozco? Te conozco desde que tenías diecisiete años y te mudaste a
aquella casa vieja al final de la calle. ¿Qué quieres decir con eso de que ‘en la medida que te
conozco’? Cariño, por favor dime qué es lo que anda mal. Me puedes contar cualquier cosa.-
Sobrevino un silencio que parecía una eternidad, a medida que Leslie luchaba entre si al fin y al
cabo le diría o no a José. Luego de lo que había sucedido dos días atrás, ella sabía que no tenía
mucho tiempo. Las circunstancias podrían llegar a tomar esa decisión en vez de ella.
Dios, por favor no permitas que pierda a José. No ahora. No después de todos estos años.
José esperó pacientemente, sintiendo la batalla interior de su esposa.
-Oh José, te amo tanto, pero tengo tanto temor.-
José sostuvo su mano con firmeza. –Está bien cariño. Toma tu tiempo. Estás a salvo conmigo. Te
amo más de lo que cualquier otra persona sobre la faz de la tierra pudiera amarte.-
Leslie se sonó su nariz con su pañuelo y tomó aire profundamente antes de continuar. –José, sé
que es así, y eso es lo que tengo miedo de perder. Tengo temor de que no puedas amarme
después que sepas quién soy realmente.-
-Siempre te amaré,- le susurró José, sin querer perturbar su disponibilidad de hablar.
-Cuando nos conocimos, tú me otorgaste el tipo de amor y respeto que yo nunca antes había
conocido. Ahora sé que no puedo vivir sin ese amor, y tengo temor de perderlo. He estado
corriendo toda mi vida. Cuando me mudé a nuestro vecindario siendo joven y te conocí, pensé que
podría comenzar de nuevo. Yo estaba comenzando de nuevo José. Estaba huyendo de algo
terrible de mi pasado. Estaba tan avergonzada de decírtelo. Verás, yo tuve un bebé.- Leslie
comenzó a sollozar nuevamente.
José exhaló y cerró sus ojos. –Oh cariño, lo siento mucho. Que cosa tan pesada para haber
cargado todos estos años.- Él puso su brazo alrededor de ella, dejó que la cabeza de Leslie
quedara gacha y oró en silencio, dándole la oportunidad de continuar.
-Tenía catorce años cuando sucedió. Mis padres estaban devastados y avergonzados de mí. Su
principal preocupación era que nadie supiera de mi embarazo, así que me enviaron a vivir con mi
tía Edna por seis meses.-
José acarició el hombro de ella, alentándola silenciosamente a seguir hablando.
-El bebé era una niña. La sostuve por sólo unos minutos y luego se la entregué a la enfermera.
Nunca más volví a verla.-
-Oh Leslie, que duro debe haber sido para ti hacerlo. Qué pérdida tan terrible,- le dijo José
tiernamente.
Alentada por su consuelo y palabras de comprensión, Leslie tomó aliento profundamente y levantó
su cabeza un poco. –Luego de conocerte, tú te transformaste en mi todo, y me aterraba pensar
que nunca me amarías verdaderamente si sabías. He vivido una mentira todos estos años porque
no te lo dije. Y deseaba mantener esa mentira por el resto de mi vida. Pero esa esperanza murió
hace dos noches.- Leslie inclinó su cabeza nuevamente y dudó, preguntándose si tendría el valor
de decirle el resto.
-Está bien. Puedes decirme.-
-Hace dos noches recibí una llamada telefónica. Era mi hija, José. Ella ha estado buscándome, y
me ha encontrado. ¿Qué voy a hacer?- y se echó a llorar.
José comenzó a llorar también. Envolvió a su esposa con sus dos brazos, y juntos lloraron por el
engaño, las heridas y las cicatrices del pasado.
Él sostuvo la cabeza de ella contra su pecho y la arrulló, susurrando en su oído: -Sea lo que sea
que está por delante, me tienes a tu lado. Nunca te dejaré, cielo. Pasaremos juntos por esto, y
saldremos mejor. Siempre te amaré. Sin importar qué. Nunca te dejaré. Nunca.-
Aliviada por las palabras de su esposo y fortalecida por su inamovible amor, Leslie comenzó a
relajarse. Todavía resonaban los temores dentro de ella: ¿Puedo confiar en su amor? ¿Realmente
se quedará?
Percibiendo que su esposa necesitaba una reafirmación, José comenzó a hablar sobre lo que él
estaba sintiendo. –Yo no siento vergüenza de ti, Leslie. No sería honesto si te dijera que no estoy
herido debido a que no me dijiste esto antes, pero te perdono. Dios nos permitirá superar esto. No
necesitas sentir más temor, cariño. No te dejaré.-
Leslie levantó su cabeza y miró a José a los ojos por primera vez desde que se sentaron. –José, no
puedo creer que me ames luego de saber esto sobre mí. Me siento tan vulnerable, tan culpable,
tan indigna.-
-Tú eres culpable e indigna. Igual que yo. Ambos somos pecadores salvados por la gracia. Pero si
lo que creemos sobre el amor de Dios es verdad, que nos ama incluso cuando no lo merecemos,
entonces debemos creer que él puede ayudarnos a amarnos mutuamente, pese a que hayamos
hecho cosas que están mal. ¿Crees que Dios te ha perdonado?-
-No puedo decirte cuántos cientos de veces he confesado mi pecado y le he pedido que me
perdone. Sé que la Biblia dice que él lo hace, pero yo no lo siento. Sencillamente me siento sucia.-
José la tomó en sus brazos nuevamente y la abrazó firmemente por varios minutos. –Dios te ha
perdonado Leslie. Y yo también.- luego él comenzó a orar. –Señor, realmente necesitamos tu
ayuda. Libera a Leslie de esta carga pesada que ha llevado por tanto tiempo. Ayúdala a aceptar tu
perdón y tu amor. Ayúdala a creer en mi amor por ella. Me entrego nuevamente para amarla
incondicionalmente por el resto de nuestras vidas. Llena mi vida con el tuyo propio. Ayúdanos
ahora a seguir adelante desde aquí. Amén.-
En los días y las semanas que siguieron, José y Leslie compartieron la historia de Leslie con sus
hijos adultos. Y en la medida que José modeló su amor hacia Leslie, los hijos siguieron el ejemplo
del padre. Ellos animaron a su madre y la consolaron a medida que ella les reveló el dolor de su
pasado.
Una noche, cuando Leslie y José fueron a su cama, ella dijo, -José, tú conoces mis más severas
equivocaciones y con todo, tu amor me cubre. Me siento limpia y aceptada. Ya no siento la
desgracia. Nunca soñé que pudiera sentirme así de segura.-
-Estás a salvo, cariño. Y estás libre. Ya no eres una prisionera de tu pasado. Algo siempre nos ha
unido como familia, y ahora sabemos de qué se trata. Esta es como una segunda oportunidad
para todos nosotros.-
Al ser liberada de su temor, Leslie pudo comenzar a tener algún contacto con la hija que había
dado en adopción.
El destino de toda una familia fue cambiado debido a que un hombre amó a su esposa
incondicionalmente.

El poder del amor incondicional


La historia de cada esposa es diferente, pero cada esposa comparte esta misma necesidad de
amor incondicional y aceptación. Eso se nos hizo bien en claro cuando la mayoría de las mujeres
de nuestra encuesta respondió que la necesidad de amor incondicional y aceptación era su
principal necesidad de amor.
No deberíamos sorprendernos si lo consideramos. Todos necesitamos amor, pero más lo
necesitamos cuando menos lo merecemos, cuando hemos pecado contra alguien, cuando hemos
hecho malas elecciones, o cuando hemos fracasado. En estas situaciones, el amor común y
corriente se transforma en un amor extraordinario.
Imagine que su cónyuge le ame por completo, sin siquiera dudar al pensar en los errores suyos.
¿Verdad que luce como el amor de Cristo? Lo es. Esa es la raíz del amor incondicional, y él es la
fuente exclusiva del mismo. El amor incondicional cubre nuestros errores, y los resultados
conducen a que una pareja profundice su relación.
El amor de José hacia Leslie reflejó el amor de Dios hacia nosotros. Fue cuando aún éramos
pecadores (cuando no merecíamos el amor de Dios), que él nos mostró su amor enviándonos a
Cristo a morir por nuestros pecados (Romanos 5:8).
Recuerdo cuando sentí por primera vez el poder del amor incondicional de Dios hacia mí. Fue
durante mi segundo año en la universidad, cuando me di cuenta que estaba por perder dos
materias. No tenía a nadie para culpar más que a mí misma por dicha situación; sencillamente
había pasado más tiempo con mis amigas que con mis tareas escolares. Pero no podía soportar el
tener que decírselo a mis padres, quienes con tanto sacrificio financiero me estaban apoyando allí.
Estaba avergonzada de mí misma, mi corazón estaba enfermo por haberlos defraudado. Había
fracasado en satisfacer sus esperanzas y expectativas. Anhelaba tener la aprobación de mis
padres, y quería que ellos estuvieran orgullosos de mí, pero mis notas reflejaban que yo era una
hija muy inmadura. Sentía como si tuviera un enorme cartel en mi espalda, que me pesaba
mucho, sobre el cual estaba el veredicto: Culpable. ¿Se identifica con lo que yo estaba
experimentando? Independientemente de lo que hayamos hecho, nuestra culpa y vergüenza
tienen una forma de hacernos sentir abrumados y horribles.
Al darse cuenta de que mi corazón estaba sobrecargado, mi hermano Barry quiso hablar sobre mi
desánimo. Barry era un recién convertido, y me animó con palabras sobre cómo la gracia de Dios
cubre nuestros peores errores y cómo su amor hacia nosotros es incondicional, él nos ama incluso
cuando somos culpables.
Esa noche, mientras yo luchaba con mis sentimientos internos y las palabras de Barry que daban
dirección espiritual, fue como si las fuerzas del bien y del mal estuvieran en una batalla por mi
alma. Y fue en esa hora negra que comencé a ver y creer que Dios me amaba a pesar que yo no
lo merecía. Escuché a Dios diciendo: Barb, te amo tanto que envié a mi Hijo a morir por ti. Y por
causa de su muerte, te declaro inocente. Esa noche, por primera vez gusté el amor incondicional
de Dios. Y en los años que le sucedieron, Dios me ha recordado una y otra vez, en muchas
formas, su amor incondicional hacia mí, especialmente en los momentos en que mi esposo me ha
amado cuando no lo merecía o cuando yo le estaba hiriendo.
Cuando usted ama a su esposa incondicionalmente, le refleja el amor de Dios a ella. Así como
Leslie, su esposa, querido amigo, necesita este tipo de amor, mayormente en momentos de
sufrimiento. Ella necesita que usted le rodee con su presencia, su cariño, y su deseo de ayudarla
para que sane. Pruebas tan terribles le ofrecen a usted la oportunidad de colocar sus pies sobre
las brasas juntamente con ella y mostrarle a su esposa que usted la ama a pesar de los pesares.
Aproveche estas oportunidades para mostrar su completa confianza y devoción hacia ella. Use
esos momentos para amar a su esposa en la forma en que Dios la amaría. El Espíritu de Dios está
en usted. Confíe en que él le enseñará qué decir, cómo decirlo tiernamente y qué hacer. Apóyese
en su entendimiento para llegar a ser “Dios en carne y hueso” para su esposa.
El amor incondicional tiene el poder de transformar a su esposa. Así y como transformó a Leslie.
Así como transformó a Julia.
Julia intentaba educar a sus cinco hijos por sí misma mientras que su esposo, Frank, viajaba
constantemente ya que era vendedor. La mayor parte de los días sobrevivía a la batalla, pero en la
noche caía sobre su cama exhausta por las interminables demandas que se le hacían. Las olas del
desánimo pasaban sobre ella. En la oscuridad sus temores crecían. Julia temía que su esposo la
abandonara. Después de todo, el padre de ella ya lo había hecho antes. Luego que sus padres se
divorciaron, su padre remontó vuelo, dejando a su esposa y a los niños para valerse por sí
mismos.
Durante las prolongadas horas de la noche, Julia temía que Frank se escapara de ella también.
Para el momento en que Frank regresaba de sus viajes de negocios, sus temores habían crecido
con tal proporción que a menudo se irritaba fácilmente con él y le gritaba por lo más insignificante.
Una vez incluso llegó a amenazarlo con abandonarlo.
No sé si se daba o cuenta o no de esto, pero su contaminante sufrimiento estaba destruyendo la
confianza mutua que se tenían.
Frank estaba frustrado por los arrebatos de su esposa, los cuales a él le parecían irracionales, pero
no desistió. Entonces un día, en un ataque de ira, ella dejó salir todos sus temores: -Sé que me
vas a abandonar tal y como hizo mi padre cuando yo tenía ocho años.- Repentinamente, Frank
tuvo un vistazo de la raíz del problema: Julia estaba viviendo y reviviendo el abandono que sufrió
de niña, en un constante temor de que el hombre que amaba la dejaría tal y como su padre había
hecho.
Frank decidió que amaría a su esposa para llevarla nuevamente a sentirse segura. Ajustó su
itinerario de modo que pudiera pasar más tiempo con ella cada semana durante dos meses.
Canceló un juego de pelota que tenía el fin de semana, le pidió a su hermana que cuidara a los
niños y llevó a Julia al museo de arte. En algunas ocasiones sólo almorzaban juntos, caminaban
por algún centro comercial, o iban a la tienda a hacer las compras.
La persistencia amorosa de Frank y su acción decisiva le comunicaron a Julia que él reconocía las
muchas responsabilidades que ella estaba cargando cuando él estaba fuera. Cuando estaban
juntos, él la animaba a que hablara. Él se apoyaba sobre su silla y decía, -Háblame de tu día,
Julia.- Entonces la escuchaba. A medida que lo hacía, conoció más temas que surgían del
abandono por parte del padre de ella, la sucesiva soledad, y el deseo de que Frank la acompañara.
Frank comenzó a ocuparse de las preocupaciones de su esposa en nuevas formas. Al entender la
soledad de su esposa, intentó llamarla más a menudo cuando estaba de viaje.
En lugar de culpar a su esposa por su comportamiento irritable, Frank escogió amarla
incondicionalmente. Y Julia floreció a la luz de ese amor.
Al igual que Frank y José lo descubrieron, cuando usted elige amar a su esposa
incondicionalmente, ese amor cosechará enormes dividendos en su matrimonio. De hecho,
transformará su matrimonio.
Cuando miro hacia atrás y contemplo todo lo que Gary y yo hemos atravesado como pareja, me
doy cuenta que nuestro matrimonio ha sido fortalecido más en los momentos en que él me amó a
pesar de mis fracasos y debilidades. A través de esos tiempos dolorosos, Dios forjó un amor en
nosotros que durará toda la vida. Nos hemos unido de tal forma que nada nos puede separar. El
experimentar el profundo gozo del amor incondicional de Gary hacia mí me ha dado el deseo
ferviente de devolverle el mismo tipo de amor que he recibido.
Si usted tiene hijos, descubrirá, así como José y Leslie hicieron, que su amor incondicional hacia su
esposa también tendrá una gran influencia en ellos. Cuando sus hijos le vean amar a la madre de
ellos en forma incondicional, tendrán un ejemplo para imitar en sus propios matrimonios. Por lo
tanto, el efecto será transmitido de generación en generación.
¿Cuándo necesita su esposa su amor incondicional?
¿Cómo completaría su esposa las siguientes oraciones?
 Me gustaría que mi esposo me amara incluso si yo ...
 Necesito el amor de mi esposo especialmente cuando ...
 No merezco el amor de mi esposo porque yo ...
 Mi esposo nunca me amaría si supiese ...

Si usted puede completar estas frases con confianza, ha dado un paso importante hacia delante en
lo que respecta a satisfacer las necesidades de su esposa al estar consciente de las situaciones
que requieren de su amor incondicional. Cómo mostrar ese amor es el próximo paso, el cual
veremos después. Pero ahora, concentrémonos en lo que es entender la necesidad de ella.
Si no puede completar las oraciones, entonces puede hacer dos cosas: lea las siguientes secciones
y pídale a su esposa que le ayude a completar las frases en la forma que se aplican a ella.

Amor en su punto de máximo sufrimiento


Las áreas de sufrimiento varían de mujer a mujer. Quizás la mayor área de sufrimiento para su
esposa tiene que ver con algo que ella hizo en el pasado, algo que todavía la persigue. Así como
Leslie, su esposa puede necesitar perdón y paciencia y un lugar seguro donde sanar. Tal vez ella
no pueda olvidar una relación que según su parecer ella echó a perder, o algún incidente que ella
perciba como un fracaso de su parte.
O quizá el sufrimiento es algo que le fue hecho en el pasado. Si su esposa fue descuidada o si se
abusó de ella o fue abandonada cuando niña, ella necesita su amor incondicional a medida que
vaya saliendo del daño que le fue hecho. Si fue humillada, haciéndole que perdiera confianza en sí
misma, necesita saber que usted la amará pase lo que pase.
El sufrimiento de su esposa puede surgir de problemas físicos, de ella o de alguien más. Si su
esposa tiene problemas crónicos de salud o si cuida a otra persona que los tiene, necesita
paciencia y estímulo. Su disposición de estar con ella revitalizará su energía emocional.
Puede que su esposa esté luchando con alguna pérdida. Puede ser un extravío o la muerte de uno
de sus padres, un cambio de carrera o la pérdida de alguna amiga, el mudarse a una nueva
localidad o a una nueva iglesia. Ya sea que esté planeado o no, los cambios tienen su forma de
afectar a la mujer, haciéndola sentir como si le hubiera quitado la alfombra donde estaba parada.
En tales momentos, ella desesperadamente necesita que esté conectado emocionalmente a ella,
compartiendo el dolor con ella.

Amor en su punto máximo de vulnerabilidad


Para muchas mujeres, el deseo de complacer es un punto de enorme vulnerabilidad. La mayoría
de las mujeres tienen una profunda necesidad de complacer a otros. Simplemente fuimos hechas
así. Necesitamos conectarnos y relacionarnos con la gente a medida que cumplimos nuestras
metas en la vida. Nos estimulan las actividades que involucran a las personas. Y parte de nuestra
conexión con la gente es complacerles: nos sentimos útiles al saber que hemos complacido a
otros, que hemos hecho a otros felices, que hemos hecho bien nuestro trabajo. El problema es
que el tratar de complacer a otros puede tomar la prioridad sobre cualquier otra cosa. Cuando eso
sucede, puede algunas veces parecer como si hubiese un mar de rostros en una audiencia, y se
supone que nosotros debemos complacer a cada uno de ellos. Esta es la exigencia que nostras las
mujeres nos podemos atribuir fácilmente, y es una meta que nunca podremos alcanzar.
Trabajamos lo más que podemos para complacer a las personas a quienes rendimos cuentas:
nuestros esposos, nuestros hijos, nuestros padres y nuestros amigos cercanos. Pese a eso, no
podemos satisfacer a todos durante todo el tiempo sin autodestruirnos. Es allí que su amor
incondicional, querido esposo, puede marcar una verdadera diferencia.
Usted puede animar a su esposa en esta área de vulnerabilidad al recordarle que ella está viviendo
su vida delante de una audiencia de Una persona, y que la verdadera fuente de sus logros es su
comunión con el Creador. Él la creó, planeó el propósito de su vida, y la formó para complacerle.
Ese es el “vacío con forma de Dios” que ella intenta llenar. Ella no debe definirse a sí misma por lo
bien que pueda complacer a otros, sino por cómo ella le trae gozo al Señor, complaciendo esta
audiencia de Uno sólo.
Demasiadas veces sin embargo, las mujeres buscan en los rostros de las personas que rodean sus
vidas para satisfacer esta necesidad, colocando demasiada presión sobre ellas mismas y
experimentando devastadores desengaños cuando las mismas no satisfacen sus propias
expectativas o las de otros. En lugar de intentar complacer a Dios, ellas se ponen en la precaria
posición de complacer a las personas.
Muchas mujeres trabajan muy duro, tratando de causar una buena impresión a todos, y terminan
sin complacer a nadie, ni siquiera a ellas mismas. Algunas veces, esa tendencia lleva a las mujeres
a comprometerse con demasiadas actividades, dejándolas abrumadas o con riesgos de sufrir
problemas de salud. Si usted ve estas tendencias en su esposa, asegúrele que usted la ama en la
forma que ella es. Recuérdele a menudo que Dios se deleita en ella. Su amor incondicional puede
ayudarla a dejar de intentar complacer las demandas interminables de la gente, y a descansar en
los planes de Dios para su vida.
El temor al fracaso puede ser otra área de vulnerabilidad para las mujeres. Si el temor está
inmovilizando a su esposa al punto de que ella tiene temor de hacer cualquier cosa, ella necesita
saber que usted la amará incluso si ella fracasa. Ella necesita saber que la amará
independientemente de sus logros. Su amor incondicional derretirá su temor y la liberará de las
expectativas interiores que está amontonando sobre sí misma.
Si su esposa es como la mayoría de las mujeres, pasará mucho tiempo comparándose con otras
personas, a menudo evaluándose como inadecuada. Ella teme secretamente que otras son
mejores, más fuertes, más sabias, o más hermosas que ella. Eso puede quitarle su contentamiento
y su confianza en sí misma. Ella necesita su amor incondicional para cubrir esas inseguridades
escondidas y asegurarle que ella es una bendición para usted. Recuérdele que ella es el regalo de
Dios para usted. Recuérdele todas las cosas que ella le provee a su vida.
El amor incondicional provee un clima de seguridad en el cual su esposa puede aceptarse a sí
misma por quien ella es.

Amor en su punto máximo de fracaso


Espero que usted piense que su esposa es la mujer más maravillosa del mundo. Espero que usted
sea quien más la admire y le dé ánimo. Pero usted probablemente es también la persona que ve
sus fallas con más claridad. No debido a que usted se dedique a criticarla (por lo menos espero
que no lo haga) sino porque usted la conoce más que ninguna otra persona.
La pregunta crucial es esta: ¿Qué es lo que usted hace con lo que sabe sobre ella? ¿Qué hace
cuando ve las faltas de su esposa? ¿Las exagera? ¿Retiene el amor que le tiene hasta que ella
corrija sus equivocaciones? ¿Usa lo que ve para poder herirla?
¿O acaso ve todas sus debilidades humanas y elige amarla a pesar de las mismas? ¿Elige amarla
incluso aunque ella no cambie? Eso es el amor incondicional.
Cuando la necesidad de amor número uno de su esposa no es satisfecha
Marcos es un exitoso hombre de negocios, él es un alto productor para su compañía y recibe muy
buena recompensa por su duro trabajo. Su empleo implica que viaje mucho, y cuando no está de
viaje, preside diversas juntas. Siempre está activo, siempre mirando hacia adelante, siempre
procurando nuevas oportunidades para lo que él denomina “la razón” de su vida.
La esposa de Marcos, Sally, es precisamente lo opuesto. Parecería que se queda en la espera. De
hecho, puede que hasta incluso vaya hacia atrás. Invierte horas viendo televisión, y cuando
Marcos llega a casa, parece estar en otro mundo y desinteresada en lo que él hace. Sus
conversaciones giran principalmente en torno al calendario familiar, los niños, y asuntos
inmediatos que deben ser resueltos. Molesto con esta situación, Marcos se ha dedicado aún más a
sus propios intereses.
Lo que Marcos no ve es que mientras él se ha dedicado a su trabajo y a sus otras actividades, ha
estado descuidando a su esposa y las necesidades de ella. Sally siente que Marcos no la valora
tanto como valora su trabajo. En su ausencia, ella se ha vuelto a las telenovelas, los programas de
entrevistas y las redes de compra en busca de compañía.
Marcos tiene una elección que hacer aquí. A un cierto nivel él está consciente que su esposa esta
marchitándose. Él puede continuar estando molesto y apartarla cada vez más, o puede mirar por
encima de sus “fallas” y descubrir que la raíz de todo es la necesidad que ella tiene de ser amada.
Si Marcos está dispuesto a darle a Sally tiempo y una verdadera atención, la verá florecer y
transformarse en la mujer que debe ser. También verá a su matrimonio transformarse en la
relación vital que debería ser.
Su esposa es un regalo especial de Dios para que usted disfrute durante toda su vida. Ella tiene
amor, ternura y mucho más para ofrecerle. Pero una mujer que no recibe amor incondicional y
aceptación de su esposo se marchitará y se alejará. Si sus necesidades emocionales no son
satisfechas por su esposo, tal y como las de Sally no fueron satisfechas por Marcos, este amor y
ternura no tiene a dónde dirigirse. Se seca y abandona tanto al esposo como a la esposa,
dejándoles vacíos. En el peor de los casos, Sally podría comenzar a mirar a otros hombres para
obtener el tiempo y la atención que no consigue de Marcos.
David ha tenido una amarga experiencia con “el peor de los casos”.
Cuando su esposa le confesó que había estado teniendo un amorío con su jefe, la respuesta de
David fue, -¿Quieres divorciarte?- Él nunca le habló acerca del amorío que su esposa le mencionó.
Nunca discutió con ella sobre el tema, nunca intentó salvar su matrimonio. Sencillamente claudicó.
Después que yo escuché su historia, le pregunté a David, -¿Por qué no peleaste por tu
matrimonio? ¿No pensaste acaso que tal vez ella te confesó lo que había hecho para probar tu
amor hacia ella? ¿Se te ocurrió que quizá estaba intentando averiguar si tu amor era condicional o
incondicional? Al llegar a ese punto tan bajo de su vida, ella probablemente anheló que tú la
amaras completamente, y que pelearas por el matrimonio. Tal vez ella nunca quiso el divorcio.
Quizás sólo te estaba pidiendo que la amaras incondicionalmente. En ese momento del fracaso
más profundo de tu esposa, tuviste una oportunidad de mostrarle cómo es el amor y perdón
incondicional de Dios. Me pregunto cómo habría respondido ella si lo hubieras hecho.-
El rostro de David reflejó su profundo arrepentimiento, ya que se dio cuenta que había perdido
una oportunidad de intentar salvar a su matrimonio. En vez de eso, había dado la vuelta y se
había marchado.
Cuando Marcos y David se casaron con sus respectivas esposas, cada uno se comprometió delante
de Dios a ser el hombre exclusivo que amara y sostuviera a su esposa. Y esos votos matrimoniales
incluían el ajuste de las actividades diarias para continuar satisfaciendo las necesidades de ellas así
como también mostrarles el continuo y real amor de Dios.
¿Que dónde dice eso? Bueno, Efesios 5:25 contiene este mandamiento: “Maridos, amad a vuestras
mujeres, así como Cristo amó a la iglesia, y se entregó a sí mismo por ella.” Su primera acción es
seguir a Jesucristo, quien nos mostró lo que es el amor auténtico e incondicional. Él no fue
egoísta. Él voluntariamente cambió el confort celestial y su posición de realeza por la forma
humana; se hizo uno de nosotros para poder servirnos, hombres y mujeres sin Dios y culpables.

Satisfaciendo la necesidad de su esposa de amor incondicional


Una vez que entienda las particulares necesidades de amor de su esposa, usted puede comenzar a
aprender cómo satisfacerlas. Pese a que todas las mujeres son diferentes, tenemos varias áreas
en común en las cuales necesitamos amor incondicional y aceptación.

Anímela
Cuando su esposa falle o le defraude, a usted o a otros, la primer respuesta suya (sus palabras)
determinarán si ella se rinde ante la presión o si se eleva por sobre las circunstancias. Usted le
puede mostrar amor incondicional con frases como
 -Nunca te dejaré ni te daré la espalda.-
 -No interesa lo que hayas hecho, podemos resolverlo.-
 -Te amo, y mi amor nunca será algo que tú tengas que ganarte.-
 -Te perdono.-

El poder de la aceptación incondicional durante momentos difíciles o de fracaso puede sanar el


alma herida de una mujer. Debido a que estos mensajes emotivos conectan su corazón al de ella,
literalmente pueden alimentar y fortalecer a su esposa... y su matrimonio. Un estímulo tal sana
corazones quebrantados. Mitiga la dolorosa soledad que roe el espíritu de la persona.
En definitiva, depende de usted el proveer a su esposa con el sentido de permanencia y seguridad
en su matrimonio, venga lo que venga.

Esté con ella


Cuando su esposa se siente como un fracaso o cuando está desanimada por no crecer, su
habilidad para estar con ella durante dicha trayectoria le dará la fuerza para llegar a estar más
fortalecida.
Toda mujer lucha con la inseguridad de vez en cuando. Cuando eso sucede, ella debe decidir si el
problema con el que está luchando habrá de sacudirla y hacerla cautiva del mismo, o si tomará el
control de la situación. La peor cosa que un marido puede hacer es usar este tipo de situación
para ejercer el control sobre su esposa. Lamentablemente, Gary y yo hemos visto a muchos
hombres que hacen exactamente eso. En vez de “ponerse al lado” de sus esposas y ayudarles a
atravesar por ese período difícil, estos hombres se vuelven dominantes, dejando a sus esposas con
un sentimiento de desvalorización.
Gary es fabuloso durante esas ocasiones en las que yo estoy luchando y no puedo librarme de mis
cargas. Él usa esos momentos para acercarse más a mí y saber qué es lo que me está sucediendo.
Al hacer esto, con gentileza y consolación me expresa su amor incondicional hacia mí,
asegurándome que me amará cualquiera sea la situación.
Usted puede mostrarle su amor incondicional a su esposa diciéndole cosas como
 -Está bien. Estoy aquí.-
 -No puedo fingir que sé lo que sientes. Dime qué es lo que te está molestando.-
 -No entiendo bien qué es lo que te está pasando, pero sinceramente quiero entender.
Ayúdame diciéndome lo que estás pensando. ¿Es algo del pasado lo que te causa problemas?
Háblame de eso.-
 -Permíteme que ore contigo. Juntos averiguaremos los pasos que deben ser tomados.-
 -Saldremos de esto juntos.-

Su habilidad para estar con su esposa durante esos momentos de verdaderas pruebas tiene el
poder de disolver el temor. ¿Por qué? Sencillamente porque ella no tiene que enfrentar la vida
sola. ¿Quiere usted saber cómo es la verdadera sabiduría? Entonces deje a un lado lo que sea que
está haciendo y sintonícese con el tema que tiene entre manos. Apague el televisor y sintonice a
su esposa. Mírela a ella y escúchela atentamente. Sienta como ella siente lo mejor que pueda.
Su esposa necesita una atención no dividida. Su amor incondicional en esta área le permite a ella
saber que no hay nada más importante para usted. Además de eso, su compasión le otorga a ella
la fortaleza que necesita, a ella la sostiene el saber que no tendrá que atravesar ese momento
sola.

Hágale cumplidos
Cuando su esposa se sienta insegura y preocupada consigo misma, usted puede hacerle cumplidos
y afirmarla. Todas las mujeres quieren lucir bien y sentirse bien acerca consigo mismas, pero
cuando se miran en el espejo, tienden a darse cuenta de lo que está mal en ellas en vez de lo que
está bien. Esa tendencia puede robarle el gozo a su esposa. Así que aquí está lo que puede hacer
para mostrarle aceptación incondicional y afirmación:
 Dígale específicamente que la ama. Hágale saber cuánto ella lo excita, lo bien que luce, y lo
bien que huele.
 Use palabras de estímulo. Si puede hacerlo con creatividad, hágale un cumplido a su esposa
por lo menos tres veces al día. Es fácil. Sólo comience cada frase con, “Tú eres...,” y haga un
comentario sobre su cabello, la suavidad de su piel, lo encantador que es su rostro, el atractivo
de su ropa, las cosas especiales que ama de ella.
 Sea sensible. La mayoría de las mujeres son sensibles a temas como la edad, el peso y los
cambios corporales. Cuando su esposa se sienta desanimada por su apariencia, diga cosas
como:
- Tú eres la mujer que siempre necesitaré.
- Sé que te desanima tu cuerpo, pero recuerda que yo pienso que eres hermosa.
- Amo tu cuerpo porque es tuyo.
- Para mí nunca luces mal.
- Tus quejas no pueden lograr que yo mire para otro lado. Aún eres la mujer más hermosa
que he visto.

Hágale cumplidos a su esposa por quien ella es. Sus acciones y su carácter son tan importantes
como su apariencia. Exprese su amor incondicional con palabras sobre:
 Su habilidad para manejar las cosas, tales como la casa y el trabajo
 La forma en que aconseja a otras mujeres que vinieron a ella buscando consejo
 La paciencia con la que maneja a los niños
 El fruto del Espíritu que usted ve en la vida de ella
 Lo bien que ella trata con la familia de usted
 Su perspectiva, la cual le da un panorama adicional sobre las personas y sus situaciones
 La forma en que ella renuncia a cosas en su vida para que usted pueda alcanzar sus sueños
 Su habilidad de ser amable incluso cuando otros son descorteses
 Su crecimiento espiritual

Respete su opinión
Cuando su esposa está expresando su opinión, demuestre su amor escuchándola. Valide lo que
ella dice con comentarios como:
 -Esa es una gran idea.-
 -Hiciste un buen trabajo en esa situación difícil.-
 -Dime más. Necesito entender.-
 -Desearía que se me hubiera ocurrido eso.-

Tales comentarios positivos reafirman la presencia que ella tiene en su vida.


Cuando su esposa dice cosas con las que usted puede estar en desacuerdo, antes de intentar
“enderezarla” o “arreglar su forma de pensar,” exprese su amor incondicional estando dispuesto a
escucharla y hacerle preguntas. Ese tipo de aceptación y entendimiento le permitirá a ella procesar
sus propios pensamientos, descargar su ansiedad, y responder positivamente frente a la reacción
de usted.

Hable con ella y escuche


Cuando su esposa necesita hablar, es esencial que usted cree una atmósfera segura para ella. No
minimice la importancia que tiene su rol. Establezca dicha atmósfera al:
 apagar el televisor a la hora de un partido de fútbol o quitándole el sonido (y sin estar
mirando de reojo la puntuación)
 decirle a los niños que usted y mamá tendrán un tiempo para hablar y que necesitan diez
minutos ininterrumpidos para estar juntos.
 No contestar el teléfono si este sonara.

Comience los tiempos de charla entre los dos. Recuerde que la práctica hace al maestro.
Su habilidad de amar a su esposa incondicionalmente depende en cierto grado de la profundidad
de su relación. Prepárese para momentos en los que su amor deba pasar de lo común a lo
extraordinario, manteniendo una atmósfera abierta donde compartan mutuamente.¿Recuerda a
Leslie y José? José persistió con Leslie acerca de la necesidad que ella tenía de hablar. La llevó a
caminar. La animó a decir lo que sentía y le proveyó seguridad a través de su amor incondicional.
Como resultado, Leslie fue finalmente capaz de compartir sus temores y sentimientos más
profundos con él.
Como veremos en capítulos posteriores, las mujeres necesitan procesar verbalmente sus
pensamientos e ideas, más que los hombres. Usted puede crear un ambiente seguro para que su
esposa se franquee totalmente con usted al tomar tiempo para hablar con ella y asegurarle que la
escucha. Practique estas cosas regularmente:
 Establezca momentos frecuentes para preguntarle sobre lo que piensa, sus sueños,
esperanzas y temores.
 Escuche con atención cuando su esposa expresa un deseo o un sueño. Pídale que le diga
más sobre ese anhelo. Pregúntele cómo usted podría ayudarla a cumplir ese sueño.
 Resístase a la tentación de arreglar el problema cuando su esposa describe una situación
vergonzosa que tuvo que atravesar. Déjele en claro que usted la ama, aunque haya hecho algo
que la haya hecho queda mal (a ella o a usted).
 Llámela a mitad del día para ver cómo va su día.

Cuando su esposa siente confianza en que usted la escucha y que la entiende (o por lo menos lo
intenta), tendrá una intimidad muy profunda con usted.

Sea tierno con ella


¿Le resulta difícil amar a su esposa cuando ella está caprichosa e irritable? Nos damos cuenta que
es imposible para usted entender por completo lo que las mujeres experimentan con sus cambios
mensuales de humor y su fluctuante nivel de energía. Nosotras lloramos aparentemente sin razón
alguna, o cambiamos nuestra forma de pensar repentinamente, sufrimos, nos molestamos con
todos por cosas sin importancia. Todos los factores fisiológicos (calambres, hinchazones, lentitud)
hacen que la mayoría de las mujeres se sientan irritables. ¡Algunas hasta cambian por completo su
personalidad!
Cuando a su esposa le llega “ese momento del mes,” dé un paso hacia atrás y permítale expresar
sus sentimientos. Anticipe su ciclo menstrual, y reconozca que las hormonas afectan sus
emociones.
¿Qué debería hacer?
 Haga un esfuerzo especial para ser más cariñoso y sensible con su esposa. No importa lo
resistentes que podamos ser, nuestra necesidad de ternura está siempre presente.
 Esté preparado para que ella agrande sus problemas. Un día yo estaba sentada en el piso,
llorando por la leche que había caído sobre la alfombra. (¡Realmente estaba llorando por la
leche derramada!) Gary bajó su mirada hacia mí y me dijo con tranquilidad: -Este es el tiempo
difícil, ¿verdad?- ¿Me humilló o se rió? No, supo manejar la situación. Se apresuró a realizar sus
tareas de padre para que yo no tuviera que enfrentar presiones adicionales.
 No tome el cambio de humor de ella personalmente. Luego que haya pasado la tormenta
interna, ella se sentirá avergonzada por cómo actuó en forma exagerada. Incluso puede que
hasta se disculpe si actuó en una forma que no era muy cristiana.

Pase tiempo con ella


Cuando los días de su esposa estén llenos de trabajo duro y de necesidades interminables por
parte de la familia, cuando ella esté dando más de lo que está tomando, necesita tiempo con el
hombre más familiar, confiable y consolador de su vida. Usted no creería lo reconfortante que
puede ser para ella. Haga que ese tiempo juntos se haga posible.
 Elimine algunas actividades deportivas durante la semana. Dígale a sus amigos que es un
tiempo reservado para su esposa.
 Deje a un lado el golf o la cacería una vez al mes y pase tiempo con ella.
 Establezca períodos específicos cada mes para estar con su esposa. Dígale: -Tenemos un
nuevo mes, planifiquemos el calendario juntos.-
 Reemplace una reunión “extra” a la que generalmente va, y sirva a su esposa pasando
tiempo con ella. Inviértalo en hacer algo que a ella le fascina hacer.
Sírvale
La primera vez que Gary hablo a los hombres en una conferencia de Cumplidores de Promesas, yo
fui con él para poder apoyarlo y orar por él.
El escenario era un vasto mar de hombres, miles de ellos, y Gary estaba animado esa noche,
predicando con fuego. Entonces, hacia el final de su mensaje, recibí el impacto de escuchar estas
palabras: -Le voy a pedir a mi esposa, Barbara, que venga a la plataforma conmigo. Ella no sabía
que le iba a pedir que hiciera esto.-
Mientras esas palabras se arremolinaban en mi cabeza, alguien me guió por las escaleras de metal
negro. En el momento en que pensé que mis rodillas se paralizarían por el miedo, un hombre me
trajo una silla. Yo no me atrevía a mirar hacia la izquierda. Sabía que seguramente moriría si veía
sesenta mil hombres mirándome.
Así que fijé mis ojos en Gary, esperando la próxima señal. ¿Para qué me había llamado a estar en
la plataforma con él? Nuestros ojos se encontraron, los míos estaban gritando, ¿Qué va a pasar
ahora? Luego sentí las palabras “Confía en él” resonando en mi corazón.
Delante de mí estaba mi esposo con su Biblia en la mano. Al comenzar a leer la Escritura, me di
cuenta que estaba leyendo en el Evangelio de Juan, “Pedro le dijo: No me lavarás los pies jamás”
(Juan 13:8).
El temor se apoderó de mí nuevamente. ¿Pies? ¿Los pies de quién? Oh no, nadie me va a lavar los
pies.
Todo lo que pude hacer fue confiar en Gary, mi compañero del alma. Mi amigo más confiable. Un
hombre de integridad. Un hombre que practica lo que dice. Así que observé y esperé mientras él
se arrodillaba frente a mí y me quitaba los zapatos. Confié en él a medida que tomó mis pies y
comenzó a lavarlos. Lágrimas corrían por sus mejillas al mostrarme la profundidad de su amor por
mí.
Le observé sacar su pañuelo del bolsillo. Ese era el mismo pañuelo que me da cuando vemos
alguna película triste. El mismo en el que lloro cuando nuestra hija menor Missy interpreta
“Memories” en el piano. El mismo en el que lloré hasta que ya no me quedaron lágrimas cuando le
dije adiós a Sarah, nuestra hija mayor, cuando partió rumbo a su primer año en la universidad.
Con ese pañuelo él enjugó sus lágrimas y el agua de mis pies. Y en ese momento sentí como si
nosotros dos fuéramos las únicas personas en el estadio.
Luego Gary se paró delante de aquella multitud silenciosa de hombres perplejos. Y con la fuerza
de un guerrero pero con la ternura de un cordero, desafió a esos hombres a ir al siguiente nivel de
amor hacia sus esposas, y les pidió que se arrodillaran mientras oraban. A través de todo el
estadio, los hombres se arrodillaron, demostrando públicamente que querían ir a su hogar para
amar y servir a sus esposas.
¿Tiene usted idea de cómo se siente una mujer que vive con un hombre así? La disposición de
Gary de servirme (demostrada no solamente en ese momento en la conferencia, sino también en
los momentos diarios de nuestro matrimonio) me convence en la forma más profunda que no
importa qué nos pueda sobrevenir, no importa qué fallas pueda tener, no importa qué pueda
hacer que lo defraude, él me amará incondicionalmente.
Arriésguese. Pídale a Dios que le ayude a amar y aceptar a su esposa incondicionalmente, en el
medio del dolor de ella, de su vulnerabilidad y debilidad. Ámele aunque ella lo moleste, aunque lo
defraude, aunque ella no merezca su amor. Ámela con el mismo amor que Cristo le muestra.
Derrame sobre ella un amor extravagante, un amor que no es condicional.
Capítulo 3. Intimidad – Los hombres deletrean intimidad así: S-E-X-O. La
necesidad de amor #2 del esposo. “El sexo es una necesidad más profunda de lo
que usted cree.”
Gary habla a las esposas

Daniel y Mónica podrían servirnos como ejemplo del diseño creativo de Dios. Para Mónica, la
intimidad es sentarse junto con Daniel en su sofá para dos, con un par de capuchinos a su lado,
los leños de la estufa ardiendo frente a su vista, sin niños alrededor y mucho tiempo para tener
una buena conversación de corazón a corazón. Si bien Mónica ciertamente puede sentirse
estimulada sexualmente en este ambiente, primeramente necesita sentir la seguridad del
compromiso y el amor de Daniel.
La idea de Daniel de intimidad es pasar de largo los capuchinos y encender su propia hoguera. La
primera vez que ambos hablaron realmente sobre este asunto de la intimidad, Daniel dijo:-Sé que
te gusta toda la cuestión romántica cariño, pero ¿qué sucede cuando, de la nada me pasa que, tú
sabes, te miro a ti, la mujer a quien amo con todo mi corazón, y..., bueno, de pronto me vienen
ganas.-
Como sucedió en un domingo específico. Después de la iglesia y el almuerzo, Daniel pagó algunas
cuentas, miró un poco la cadena ESPN de deportes, y jugó baloncesto con uno de sus hijos. Luego
entró en la cocina y vio a Mónica caminando allí y... eso fue todo lo que hizo falta. De pronto le
vinieron ganas.
Mientras tanto, Mónica vio a Daniel y pensó, - Sé lo que significa ese tipo de mirada en sus ojos.
Pero hay cosas que debemos hacer hoy, y además, siempre estamos diciendo que vamos a salir a
caminar por ese nuevo sendero que está cerca de la casa.- Así repentinamente ella estaba
pensando en toda la lista de cosas que quería hacer esa tarde: plantar algunas flores en el cantero
del frente, salir a caminar juntos, y quizá hasta visitar a su madre.
Pero Daniel tenía otra cosa en su mente. Así que a eso de las seis de la tarde, cuando estaban
cenando, él comenzó a enviarle a Mónica algunas señales “guiñando sus ojos”. Era su danza de
cortejo.
Uno de los niños lo miró y le dijo, -Papi, ¿tienes algo en tu ojo?-
El desafío de Daniel (porque lo tomaba como todo un desafío) era no sólo llegar hasta Mónica sino
además lograr que los niños se distrajeran. Pocos minutos después se quitó su zapato y comenzó
a frotar el tobillo de Mónica con sus dedos.
Su hija de seis años hizo una mueca y dijo, -¿Mamá, no hueles algo extraño?
Para el momento en que Daniel y Mónica se fueron a acostar, ella estaba dispuesta a estrangularlo
por estar tan enfocado en una sola cosa. Debido a que Daniel estaba tan deseoso que los niños se
acostaran temprano, los planes de Mónica se interrumpieron, y ella se frustró por el hecho de que
nunca salieron a caminar.
Escenas similares se suceden cada fin de semana en innumerables hogares. Pese a las muchas
veces que escucho a parejas que se quejan de sus diferencias, ya sea en la sala de consejería o en
las conferencias, es siempre la misma historia: los hombres deletrean intimidad S-E-X-O, y las
mujeres la deletrean H-A-B-L-A-R.
¿Por qué esto es así? ¿Por qué la mujer piensa en dormir, en los mandados, en los niños, en la
casa... mientras que su esposo está pensando en el sexo? Comencemos con la verdad que es
fundamental: Dios nos creó diferentes. “Y creó Dios al hombre a su imagen, a imagen de Dios lo
creó; varón y hembra los creó” (Génesis 1:27). Lo que esto nos está diciendo es que somos bien
diferentes.
Pero aquí están las buenas noticias: ese es el diseño de Dios. Él le creó a usted como mujer con
todos los talentos y necesidades increíbles y únicas que usted habrá de aportar a la relación con
su esposo. Y él creó a su esposo con todos sus talentos y necesidades únicas. Incluyendo su
necesidad de intimidad sexual.

Los hombres y las mujeres están hechos en forma diferente


Cuando se trata de expresar intimidad, los hombres y las mujeres están hechos diferentes. Piense
en esto. Al final de un largo día, Daniel entra a la casa completamente exhausto. Sin embargo, por
cansado que pueda estar, no pasa mucho rato hasta que tiene “esa mirada” en sus ojos. Puede
que haya tenido una maratón de reuniones o que haya armado un motor, puede que se haya visto
forzado a eliminar varios megabytes en su computadora o que haya tenido que construir una casa
durante todo el día a temperaturas bajo cero, y pese a cómo pasó su día, aún tiene la misteriosa y
asombrosa habilidad de colocar los cambios y acelerar inmediatamente. Todo lo que requiere es
un toque, una palabra, una sola mirada.
Por otro lado, al final del día de Mónica, a menudo ella sólo quiere abrazar una sola cosa cuando
va a su cama: su almohada. Ella no sólo está exhausta por todo el estrés del día de trabajo, lo
niños y la casa, sino que también está preocupada por lo que tiene que hacer mañana. Y si
pudiera escapar de todo eso, ¿qué cosa querría? Pasar un buen tiempo a solas tomando un baño
relajante. Un tiempo sencillamente para sentarse y disfrutar de su casa y de su esposo. Eso suena
maravilloso.
¿Qué era lo que Dios estaba pensando cuando creó a los esposos con tan poca energía para la
comunicación y un entusiasmo de sobra cuando se trata de... ‘tener ganas”?
Seamos honestos: Usted ha experimentado esta transformación de primera mano más de una vez,
¿verdad? No importa lo pésimo que pueda haber sido el día para su esposo o cuánta presión tenga
que soportar, cuando él tiene ese sentimiento... bueno, tiene ese sentimiento. Pero no se trata
solamente de sentimientos; tiene muchísimo que ver con nuestra química como hombres.
No es de sorprenderse que los hombres que encuestamos citaron a la intimidad sexual como su
necesidad de amor número dos. Dios creó a los hombres con un fuerte deseo sexual. Los estudios
científicos de los deseos sexuales indican que los mismos son generados en nuestro cerebro y que
el deseo sexual puede ocurrir sin ningún estímulo externo o de nuestro propio cuerpo. El sistema
límbico de nuestro cerebro contiene centros que estimulan nuestro deseo sexual, y otros centros
que, cuando son activados, lo inhiben. También sabemos que la testosterona, la principal hormona
masculina (que también se encuentra en las mujeres), juega un rol fundamental en el deseo del
hombre de tener sexo.
Los hombres también tienen la misteriosa habilidad de separar sus vidas en diferentes áreas.
Vivimos en “cajas.” Tenemos una caja para el trabajo, otra para la iglesia, una caja para los
amigos, otra para los deportes, otra para el sexo, y así podríamos seguir. La caja del sexo está
siempre en la periferia de nuestras vidas, lista para ser abierta en cualquier momento. Puede que
estemos agotados por nuestro trabajo, preocupados con las presiones, o incluso luchando con el
conflicto de nuestros corazones, pero rápidamente colocamos cada uno de esos problemas en una
caja diferente (mucho más pequeña), separada de la del sexo. Nos olvidamos de todas las otras
cajas cuando somos estimulados sexualmente.
Las mujeres, sin embargo, tienden a unir todas estas cajas. O quizá una mejor forma de decirlo es
que cuando una caja se abre, todas las demás también lo hacen. Es por eso que la comunicación
abierta y vulnerable es tan importante para una mujer. Eso es lo que la ayuda a resolver el resto y
sentirse cómoda para tener intimidad sexual.
Tal vez el hecho más importante que usted necesita saber es que el hombre encuentra mucho de
su propia masculinidad en su sexualidad. Esto forma parte de nuestra masculinidad, no podemos
evitarlo. Pese a que los porcentajes difieren de hombre a hombre, no menos de un 50 por ciento y
puede llegar hasta un 90 por ciento de la autoimagen (el hecho de que se “sienta hombre”)
depende de su sexualidad.
¡Noventa por ciento! (Quise decirlo nuevamente sólo por si usted pensó que fue un error de
imprenta.) El sexo, la pasión, el satisfacer a la mujer que ama... eso es lo que hace que un
hombre se sienta como hombre. Consecuentemente, cuando el hombre experimenta un rechazo
sexual de su esposa, incluso cuando se trata de una razón completamente justificable, puede
cerrarse, apartarse, o (en el peor de los casos) hacer algo moralmente tonto.
Cuando una esposa no se entrega sexualmente, sea cual sea la razón, su esposo se siente
castrado y debilitado. Seamos claros, otros factores también pueden contribuir a este sentimiento:
cuando la esposa es demasiado crítica, cuando compara a su esposo con otros hombres, cuando
su proyecto número uno de mejora en el hogar es su propio esposo, etc.
Cuando un hombre comienza a sentir que él nunca podrá satisfacer las expectativas de su esposa,
entonces, a menudo inconscientemente, dejará de satisfacer las necesidades emocionales de ella.
¿Y adivine a qué lleva todo eso? No hay diálogo, no hay sexo. No hay sexo, no hay diálogo. Es un
círculo vicioso.
Puede que usted piense, ustedes sí que tienen un ego sensible. Bueno, tiene razón. Es por eso
que la forma en la que ustedes se conectan con nosotros marca la diferencia.

Entendiendo la necesidad de su esposo de intimidad sexual


Recientemente estaba hablando con un grupo de hombres acerca del matrimonio, los hijos, el
envejecimiento, y el equilibrio en nuestras vidas ocupadas. Fue una de esas ocasiones en las que
uno puede sentir que el Espíritu Santo se está moviendo y que estábamos a punto de
experimentar una discusión honesta.
Bernardo fue el primero que se atrevió a decir: -Tina y yo estamos teniendo algunas luchas. ¿A
ustedes les ha pasado alguna vez que se sienten como si no encajan en el área sexual como
quisieran hacerlo?
En vez de responder con risas (que es la forma en la que la mayoría hubiera respondido en
nuestros días de adolescentes), su pregunta fue recibida en una forma completamente diferente.
Cada uno de los hombres miró a su alrededor, y se hizo visible que cada uno de ellos esta dando
ese tipo de permiso no verbal para profundizar más.
-Por años esperé que un hombre de Dios tocara este tema, pero ya comenzaba a pensar que
nadie nunca lo haría,- dijo Timoteo. –Amo a mi esposa. Me encanta hacer el amor con ella. Pero
hay algo que realmente me molesta. Ella nunca toma la iniciativa. Y si le digo que me gustaría que
lo hiciera, me hace sentir como un viejo sucio. ¿Hay algo mal en mí?
Uno podía sentir que la atmósfera iba cambiando a medida que las preguntas y comentarios
comenzaban a hacerse más personales. Es difícil para los hombres hablar sobre sus sentimientos,
pero debido a que estas personas querían respuestas y, yo creo, realmente querían honrar sus
matrimonios, las cosas llegaron a un nivel profundo y osado de honestidad.
-¿Está bien si siento que no siempre soy el mejor amante?-
-Perdí la erección el otro día. Nunca pensé que me pudiera suceder. Me sentí fracasado. Sé que
esto le sucede a los hombres algunas veces cuando hay mucho estrés o fatiga, pero siento como si
yo hubiese fracasado, no mi sistema.-
-Creo que mi esposa me ve como si fuese una máquina salvaje de sexo cuando quiero hacer el
amor con ella. Admito que en ocasiones quiero tener sexo para aliviar cierta tensión, pero otras
veces quiero un tiempo de amor que nos satisfaga, con toda la pasión, y sin embargo no obtengo
nada a cambio. ¿Alguna vez se han sentido así?-
-No me malinterpreten. Yo amo a mis hijos. Pero antes de tener hijos nosotros éramos muy
espontáneos con el sexo. Ahora mi esposa está agotada por su tarea como madre, yo estoy
estresado por el dinero, y parece como si nunca tuviéramos tiempo o energía para hacer el amor.
Para ser realmente honesto, siento que he sido reemplazado por mis propios hijos en su corazón.
¿Cómo es que ustedes hacen todo? Es decir, ¿cómo logran el equilibrio de ser esposos, padres,
hijos, amigos, y empleados? Yo no puedo resolverlo, y cada vez que mi esposa y yo intentamos
hablar de esto, suena el teléfono, o llora el bebé, o yo tengo que salir a trabajar. ¿Mejorarán las
cosas en algún momento?-
-Creo que yo tengo un problema bien diferente. Mi esposa está más interesada en el sexo que yo.
Últimamente he tenido que lidiar con la muerte de mi madre y los problemas del trabajo, por lo
tanto ya no le doy importancia. El sexo es en lo último que pienso.-
Sé que esto probablemente no es lo que las mujeres piensan que se conversa en los vestidores,
pero estos hombres son creyentes auténticos y esposos preocupados, quienes intentan encontrar
respuestas a preguntas difíciles sobre una parte fundamental de sus vidas y una parte crucial de
su relación matrimonial. A medida que hablaban tocaron los temas principales que veo en las
sesiones de consejería cuando hablo con los hombres y la intimidad sexual:
 Un esposo necesita que su esposa inicie la relación sexual
 Un esposo a menudo lucha con sentimientos de inadaptabilidad o fracaso.
 Un esposo se desanima cuando su esposa no expresa su pasión por él.
 Un esposo siente que él no es importante para su esposa cuando ella no se toma tiempo
para hacer el amor.
 Un esposo se preocupa cuando las situaciones de la vida (tales como la depresión, la
tristeza, y la pérdida) interfieren con su interés en el sexo.
 Un esposo se siente amado cuando su esposa le recibe y responde a él sexualmente

A la mayoría de los hombres no les gusta hablar de sexo con nadie. Eso incluye nuestros amigos y
nuestras esposas. Cuando niños, ansiosamente compartíamos nuestra ignorancia acerca del tema
con nuestros amigos, pero como hombres (reales y piadosos) a menudo no sabemos qué decir ni
cómo decirlo. Es cierto que algunos hombres inseguros harán bromas sobre su vida sexual, incluso
en momentos exageran la realidad. Pero rara vez un esposo se acercará a su esposa y le dirá:
-Hablemos de nuestra vida sexual.- No queremos admitir para nosotros mismos, mucho menos
verbalizar a alguien más, que podemos estar teniendo un problema. Queremos que el aspecto
sexual de nuestra vida se resuelva solo. Pero luego de años de aconsejar parejas, le puedo decir
que rara vez sucede.
Principalmente se debe a que los hombres no están seguros de lo que es el deseo sexual
“normal.” Debido a que ni siquiera sabemos de dónde viene nuestro deseo (más allá del hecho
que Dios lo puso allí), el saber lo que es normal en un matrimonio es más complicado aún.
Sicológicamente, por supuesto, existe un fuerte vínculo entre nuestro interés sexual y nuestra
salud sicológica. Si estamos estresados o deprimidos, o atravesamos por ciclos difíciles de nuestra
vida, nuestro interés sexual disminuye. Entre nuestro cerebro, nuestras hormonas y nuestras
emociones, muchas cosas pueden influir en nuestro deseo sexual y nuestra relación sexual en el
matrimonio.
Generalmente, sin embargo, no son los problemas “internos” los que preocupan a los hombres. Es
usted.
¿Por qué han pasado meses o años desde que usted tomó la iniciativa para hacer el amor?
¿Por qué, cuando no hay obstáculos para la intimidad un domingo por la mañana, usted elige lavar
la ropa o lavar los baños en lugar de abrazarlo cariñosamente a él?
¿Por qué es que, tarde tras tarde, no hay una chispa en usted hacia él?
¿Por qué es que una vez más ha rechazado sus insinuaciones cuando está en la cama por la
noche?
Estas son las preguntas que dividen a los matrimonios en toda la tierra. Algunas parejas se
divorcian porque las heridas y la negligencia han llegado a puntos muy profundos. Pero muchas
parejas cristianas simplemente soportan la distancia emocional. Hombres que aman a Dios, a sus
esposas y a sus hijos pasan por intensas luchas tratando de darse cuenta de qué es lo que no está
funcionando.
A menos que ambos cónyuges estén de acuerdo, la falta de frecuencia sexual (una vez por
semana o menos) debería ser una causa de mayor preocupación en cualquier matrimonio.

Cuando la necesidad de intimidad sexual de su esposo no es satisfecha


Para cuando veo a los hombres en mi oficina de consejería, sus frustraciones sexuales les han
conducido a verdaderos problemas en sus matrimonios.
Luis, por ejemplo, me dijo que él había llegado al punto en el que había abandonado la idea de
siquiera tener una relación sexual saludable con su esposa, Laura. En la primera etapa de su
matrimonio habían tenido una relación sexual vibrante, pero a medida que transcurrió el tiempo,
Laura mostró cada vez menos interés, y Luis se sintió rechazado. En vez de comunicar que se
sentía herido y mostrar sus necesidades, ambos se alejaron. Ahora Laura parece que satisface sus
necesidades de amor por la relación con sus hijos, y Luis reprimió las suyas... o por lo menos eso
pensaba. Pero entonces comenzaron a involucrarse en áreas incorrectas. Él se halló teniendo
fantasías con una de las mujeres de su clase de escuela dominical. Algunas veces esos
pensamientos eran sexuales, otras veces románticos, pero independientemente del contenido,
siempre causaban sentimientos de culpa.
Rogelio dijo que él sencillamente se enfadó y se alejó de su esposa, Micaela, cuando ella le
rechazó. Rogelio tenía una elevada necesidad sexual y culpaba a Micaela no sólo por no satisfacer
sus necesidades sino también por socavar la intimidad de su matrimonio. Micaela había sufrido
abuso sexual siendo joven y nunca había logrado superar ese dolor. Ella se sentía paralizada y
atrapada entre su temor de entender el abuso que había sufrido y su falta de deseo por un esposo
que no respetaba sus heridas ni trataba de resolverlas junto con ella. Rogelio sabía que iban
cayendo en picada, pero no podía imaginarse cómo salir, así que alimentó la situación con un
comportamiento autodestructivo y una furia creciente. Comenzó a comer excesivamente y
aumentó muchísimo de peso, lo cual le hizo menos atractivo aún y le hizo decrecer mucho en su
auto-imagen.
Cuando las necesidades sexuales de un hombre no son satisfechas en el matrimonio, él responde
en una o más de estas tres formas: Se siente rechazado. Se cierra. Busca fuera de su matrimonio
para satisfacer su necesidad.

Se siente rechazado como persona


Gregorio creció en un hogar donde cualquier palabra de elogio que recibía estaba ligada a sus
logros en la escuela o en los deportes. Su papá aplaudía sus logros atléticos, y su madre le
alababa en sus estudios. Pese a eso, a menudo se hallaba en un conflicto entre ellos dos. Si sus
notas comenzaban a caer, su madre no sólo le criticaba sino que además le retiraba sus palabras
de aliento. Si se dedicaba más tiempo a los estudios y no le iba demasiado bien en uno de los tres
deportes en los cuales se había inscrito, su padre le gritaba desde las gradas y refrenaba las frases
de aliento que todos los jóvenes necesitan. A partir de esta experiencia en sus años formativos,
Gregorio aprendió una cosa: -Si hago las cosas bien seré amado y recibiré afirmación. Si no, soy
rechazado.- Él llevó este estándar de comportamiento a su matrimonio con Carolina, y cuando
comenzaron a tener problemas sexuales, él simplemente se sintió rechazado y se alejó. Debido a
que sus padres nunca le habían animado a hablar las cosas ni le proveyeron una atmósfera en la
cual él se sintiera seguro para hacerlo, Gregorio no tenía la práctica de verbalizar lo que sentía.
A menudo, cuando las necesidades del hombre son obstruidas, se siente rechazado y se aislará en
vez de expresar su frustración y conectarse verbalmente con su esposa. Muchos hombres ni
siquiera se arriesgarían a exponer sus sentimientos de rechazo porque eso los sujeta al temor o a
un rechazo mayor aún. En hombres como Gregorio, cuyo temor de rechazo fue aprendido a
temprana edad por medio de sus padres, este patrón de “logro = aceptación” debe ser
quebrantado de alguna forma. Si no se cambia este patrón, entonces se volverá auto protector y
sencillamente se cerrará y alejará.
Se cierra o se aleja
Algunos hombres, cuando sus necesidades de intimidad sexual con sus esposas no son
satisfechas, se cierran emocionalmente. Comienzan a alejarse de sus esposas y se aíslan. Aquí
están algunos de los síntomas:
 Él no va a la cama cuando usted lo hace por temor a otro rechazo.
 Desistirá de ser romántico con usted con flores o citas debido a que usted le ha transmitido
el mensaje de que cuando él hace eso, sólo quiere una cosa.
 Trabajará más horas así no tiene que pensar en la distancia emocional que tiene con usted.
 Se ocupará en actividades recreativas, actividades con los niños, o el televisor (cualquier
cosa con tal de evitar el dolor de expectativas que nunca se satisfacen).

¿Qué deben hacer las esposas cuando esto sucede? Lamentablemente, la mayoría le da la
bienvenida al sentirse aliviadas. Se imaginan que han tenido éxito en “entrenar” a sus esposos a
que estén satisfechos con la baja frecuencia. –Él se ha acostumbrado a mi reloj biológico, y las
cosas son ahora como deberían ser.- Algunas esposas tienen la idea de que “el sexo no es como la
comida o el aire. En realidad no lo necesita.”
Jaime es un buen ejemplo de un hombre que a menudo tiene más deseos sexuales que su esposa.
Al principio, su relación sexual era vibrante. Sin embargo, al pasar varios años llegaron los niños,
el estrés laboral, y los problemas financieros. ¿Resultado? Su intimidad sexual no es frecuente.
Pese a eso, el deseo de Jaime sigue siendo fuerte.
-Quiero y deseo tener relaciones sexuales más que una vez por semana o una vez al mes como a
veces me sucede con Amanda,- dice Jaime. –Pero parece que no logro que ella responda, mucho
menos que tenga la iniciativa.-
Su vasta diferencia en ritmos sexuales está causando un conflicto no sólo dentro de Jaime sino
también entre Jaime y Amanda. Jaime se está volviendo cada vez más frustrado, y esto solamente
alimenta los conflictos diarios. Cuando Jaime espera y necesita intimidad sexual y ésta no se da, a
menudo termina haciendo que Amanda se las pague ya que le quita las cosas que ella necesita de
él (el apoyo emocional). La distancia emocional que él coloca sólo agrava su conflicto matrimonial.
Su matrimonio comienza a caer en picada.
Busca fuera de su matrimonio para satisfacer su necesidad
Cuando un hombre se siente rechazado o se aísla, nuestro enemigo, el príncipe de las tinieblas,
está precisamente allí, listo para proveer una alternativa que arruinará no sólo al hombre de la
familia sino también las generaciones que surgirán de él. No estoy siendo melodramático en esto.
Sucede a cada rato.
Algunos hombres se vuelven a otras mujeres. Lorenzo, en su anhelo de intimidad, comenzó una
relación emocional con una mujer con la que trabaja en la oficina de uno de sus clientes.
La esposa de Lorenzo, Ruth, era una perfeccionista. Ella era exigente y criticaba mucho a Lorenzo.
No es de sorprenderse que la actitud de ella comenzara a afectar su intimidad marital. Ella
presionaba y él corría (a los brazos de otras mujeres). Parecía algo tan inocente al comienzo, la
otra mujer era amable y comprensiva, y ellos podían mantener grandiosas conversaciones. Pero
las conversaciones sobre negocios pronto llevaron a almuerzos en privado, y antes que pasara
mucho tiempo ambos habían consumado una relación sexual. Ahora eran dos familias (la de él y la
de ella) las que estaban siendo derribadas.
Otros hombres se vuelven a una vida perversa de fantasía y pornografía. Con el acceso a Internet,
esto ahora está más disponible en el propio hogar. Los hombres solían tener que salir de su hogar
para buscar la pornografía en un kiosco de revistas o en una librería, pero ahora no. Tal y como
me decía un hombre recientemente en una conferencia masculina: -Ahora el pecado viene
buscándolo a uno. Está allí mismo, al alcance de la mano en la pantalla de mi computadora, las
veinticuatro horas del día. Yo solía tener que ir a buscarlo. Ahora me persigue y me consume, y
parece que no puedo detenerlo.”
Arnaldo se queda hasta altas horas de la noche navegando en Internet, buscando pornografía. Él
dice que comenzó por curiosidad, pero se ha vuelto una obsesión.
La esposa de Arnaldo, Luisa, creció con una madre que le decía repetidamente que los hombres
querían sólo una cosa: Sexo. Luisa arrastró a su matrimonio esta distorsionada perspectiva del
diseño de Dios para una relación sexual saludable. Le dijo a Arnaldo que ella podía tener sexo o
no. De hecho, parecía estar más inclinada a no tenerlo, ya que pasaba más tiempo con sus
novelas románticas que con él.
A medida que Luisa se alejaba, Arnaldo comenzó a actuar a través del uso de la pornografía.
Debido a que él nunca había establecido límites espirituales efectivos para su vida, pronto empezó
a caer en picada, sintiéndose totalmente fuera de control. Él se siente avergonzado de su
comportamiento, pero piensa para sí que como no tiene una relación sexual vital con su esposa, se
merece tener sus necesidades satisfechas en alguna otra forma. Él desarrolló un hábito de
masturbación que sólo perpetúa su auto-desagrado. Pese a eso, se siente atrapado en su
incapacidad de expresarle sus verdaderas necesidades a su esposa.
Si bien los esposos son ciertamente los responsables de sus propias decisiones morales, la esposa
juega un rol fundamental en lo que respecta a evitar que su esposo desees satisfacer sus
necesidades sexuales, dadas por Dios, en algún otro lugar que no sea su matrimonio. Ella es la
persona elegida por Dios para satisfacer esas necesidades. Eso no significa que ella es una esclava
sexual, significa que ella tiene el privilegio de ser la única persona que satisface las necesidades
sexuales de su esposo y de tenerlo a él satisfaciendo las de ella también. Por lo tanto, usted juega
un rol vital en lo que respecta al contentamiento de su esposo.

Satisfaciendo la necesidad de intimidad sexual de su esposo


Cuando hablo con los hombres en las conferencias o en la oficina de consejería, les animo a que
reconozcan que nuestro enfoque en las necesidades físicas nos hace parecer como si eso fuera
todo lo que pensamos. De hecho, el hombre típico sí piensa en el sexo durante todo el día,
evidentemente no es eso en lo único que pensamos, pero el entender esto con respecto a su
esposo es fundamental para aprender a satisfacer su necesidad.
Cuando aconsejo a una mujer sobre esta área sensible, a menudo le desafío a que reconozca que
la intimidad sexual es una necesidad muy real y vital para su esposo. Y cuando ella responde a él
sexualmente, le afirma más de lo que se puede imaginar. Esto por consiguiente, resulta en una
respuesta recíproca por parte de él, ya que se siente motivado a satisfacer las necesidades de
afecto de ella, toque (no sensual), y cariño.
Recientemente, Barb y yo estábamos hablando con una pareja joven acerca de esta gran
diferencia entre los hombres y las mujeres. –No puedo explicarlo, pero sé que es verdad,- le decía
Barb a la joven esposa. –Nosotras como mujeres a menudo respondemos sexualmente cuando
nuestra necesidad de cariño y afecto es satisfecha. Nuestros esposos, por otro lado, a menudo
responden cariñosamente después que sus necesidades sexuales fueron satisfechas. Sí, somos lo
opuesto, pero es en esas diferencias que Dios nos une para honrarnos el uno al otro y satisfacer
las necesidades mutuas. He estado casada con Gary por casi veinticinco años, y todavía es un
misterio para mí, pero sé que es cierto: cuando atiendo a sus necesidades y me acerco a él
sexualmente, él recibe una gran afirmación. Luego casi no puede esperar para darme el cariño que
yo necesito. Ambos debemos buscar las formas de servirnos mutuamente.-
Hable con Dios sobre este tema
Uno de los mejores lugares para comenzar es siendo honesta con Dios y directamente admitirle lo
que él ya sabe: el aspecto sexual de su matrimonio puede estar necesitando una evaluación.
Para algunas parejas, por supuesto, la relación sexual es el único aspecto del matrimonio que
está funcionando. Este hecho siempre me sorprende en mi oficina de consejería, pero es cierto:
alrededor del 10 por ciento de las veces, las parejas que todavía disfrutan de una relación sexual
maravillosa tienen matrimonios que están en profundos problemas. Pese a eso, es común que las
parejas que están luchando con conflictos, desilusiones, falta de comunicación, aislamiento y dolor
señalan que su vida sexual es realmente un barómetro de los problemas en el matrimonio.
Para aquellos de ustedes que tienen matrimonios saludables con una relación vibrante, quizá un
poco de estímulo pueda ayudarles en esta sección. Para aquellos que están padeciendo,
profundicemos un poco para poder encontrar algunas respuestas.

Comience con su propio corazón


El siguiente lugar para analizar es su propio corazón. Permítame que le haga algunas preguntas:
 ¿Qué es lo que obstaculiza que usted disfrute el aspecto sexual de su matrimonio?
 ¿Existen algunas heridas en la relación con su esposo? ¿Hay conflictos no resueltos? ¿Existe
falta de perdón?
 ¿Acaso está arrastrando un dolor del pasado (de otras relaciones) a su lecho matrimonial?
¿Acaso las experiencias sexuales del pasado o las dificultades familiares le obstaculizan que
pueda disfrutar de una relación sexual saludable con su esposo?

Si la respuesta a alguna de estas preguntas es sí, entonces descubrirá que mientras que usted no
desinfecte su propio corazón y su dolor, será casi imposible que tenga una relación sexual activa y
saludable con su esposo. Las mujeres que tienen un dolor emocional no resuelto encuentran
dificultades en arriesgarse a abrir sus corazones y sus cuerpos a sus maridos.
Me tocó aconsejar a Reinaldo y a Elisa, y para ser honesto estábamos estancados (un término que
usamos en consejería cuando uno deja de ver progreso). Pese a lo duro que Elisa intentaba
derribar su pared de autoprotección, Reinaldo no podía atravesarla. Ella le permitía que se
acercara hasta cierto punto, y luego se alejaba de él, hasta que un día él respiró profundamente y
decidió arriesgarse aún más.
-Elisa, ¿no te parece que tu temor de entregarte a mí, quiero decir, totalmente a mí, puede tener
algo que ver con lo que me contaste cuando éramos novios?- le preguntó. -¿Podríamos permitir
que Gary lo sepa para que nos pueda ayudar?-
-No sé si puedo,- susurró Elisa. –Siento mucha vergüenza.-
Entonces Reinaldo la miró a los ojos y con un tono de voz genuino y firme le dijo, -Yo sé cariño.
Pero estoy aquí, y nada de lo que hablemos cambiará jamás mi amor por ti.-
En ese momento todos estábamos respirando profundamente. Yo sabía que estábamos a punto de
aventurarnos en un área donde había algún tipo de trauma. Un aborto tal vez. O tal vez abuso
sexual o abandono. La relación sexual de la pareja está directamente relacionada con las
experiencias que arrastran al matrimonio, o a aquellas que ocurrieron fuera del lecho matrimonial.
Estas heridas pueden ser sanadas, pero el único camino que lleva a una verdadera sanidad es
penetrar al dolor de nuestros corazones.
Con el apoyo de Reinaldo y su estímulo de profundizar, Elisa le permitió al Espíritu Santo que
obrara. Finalmente comenzó a lidiar con las consecuencias emocionales de haber abortado un niño
cuando estaba en la secundaria.
-Estaba tan atemorizada,- nos dijo. –Sólo tenía catorce años, y pensé que el entregarme por
completo sexualmente a mi novio era la única forma en que podría retenerlo.-
La historia de Elisa es dolorosamente familiar. Pero a medida que comenzó a caminar a través de
los malos recuerdos, también comenzó a caminar en la luz de la gracia de Dios y su perdón. Este
proceso de restauración tomó varios meses, pero a medida que las barreras emocionales
comenzaron a caer, también lo hicieron las barreras físicas.
Con el amor y el apoyo de su esposo, Elisa recorrió aquellos dolorosos recuerdos y los confrontó.
Al hacerlo, comenzó a evacuar el dolor y a experimentar la sanidad. Ella había arrastrado la
vergüenza durante muchos años ya que el enemigo le susurraba sus mentiras: -Reinaldo nunca te
amará si le cuentas la verdad.- Pero a medida que su corazón comenzó a sentirse vivo
nuevamente, ella supo que podía arriesgarse a contarle a Reinaldo. El nivel de intimidad entre esta
pareja creció más y más a medida que ambos bebieron del pozo de la honestidad. Reinaldo le
aseguró que ella era alguien nueva y limpia delante de los ojos de él, y que su amor incondicional
le ofrecía paciencia y apoyo. Él venía a las sesiones de consejería con ella y (muy importante) se
tomó vacaciones en el aspecto sexual durante ese tiempo en que Elisa necesitaba sanar.
La raíz de todo conflicto es la condición del corazón. Si nuestros corazones se han endurecido por
los recuerdos dolorosos de relaciones que fracasaron, será difícil para nosotros tener una relación
sexual íntima y saludable en el matrimonio. ¿Por qué? Porque antes que los dos cuerpos se
toquen, los dos corazones deben tocarse. Y antes que dos corazones se abran mutuamente,
nuestra relación con Cristo necesita ser abierta y transparente. Esto necesita de confesión,
quebrantamiento, y de enfrentar los hechos del pasado. Un matrimonio saludable es ciertamente
un matrimonio de tres: el esposo, la esposa y Jesucristo. Y cuando un hombre y una mujer se
someten a la obra de Dios en sus vidas (quebrantando la dureza de sus corazones) Dios les junta
en una unión que no se rompe fácilmente (Eclesiastés 4:12 nos recuerda que “cordón de tres
dobleces no se rompe pronto”).
A medida que usted presente los asuntos de su corazón a Dios y le pida que le limpie, él promete
perdonarla. “Si confesamos nuestros pecados, él es fiel y justo para perdonar nuestros pecados y
limpiarnos de toda maldad” (1 Juan 1:9). A medida que reciba el perdón de Dios, él le otorgará
que tenga intimidad con él. Y cuando eso sucede, su corazón estará preparado para la intimidad
de la relación matrimonial con su esposo.1
Aprenda qué es lo que satisface a su esposo
Desde 1988, Barb y yo hemos viajado por Estados Unidos, enseñando en conferencias
matrimoniales sobre Vida Familiar para FamilyLife (una división de Cruzada Estudiantil para Cristo).
Uno de los principales puntos que intentamos comunicar durante esas conferencias es la absoluta
necesidad de convertirse en un “estudiante” de su cónyuge, emocionalmente, espiritualmente, en
término de relaciones, y sexualmente.
¿Qué quiero decir con esto? Sencillamente esto: estudie a su esposo. Aprenda todo lo que pueda
sobre él: su ritmo sexual, sus necesidades, y cómo es que usted, siendo su compañera en un
matrimonio de por vida puede obrar para satisfacer esas necesidades en la medida que Dios
fortalece su matrimonio.
El misterio (y la belleza) de una unión sexual saludable es el deseo de ser conocido al nivel más
profundo e íntimo. ¿Usted sabe, o se preocupa, por lo que complace a su esposo sexualmente?
¿Qué señales le da que le indican su deseo de tener una experiencia sexual con usted? ¿Cuál es su
ritmo sexual? ¿Con cuánta frecuencia necesita sentirse entendido y satisfecho sexualmente?
Algunos hombres admiten que desean tener relaciones sexuales diariamente. Para otros es una
vez por mes. Para la mayoría de los hombres el ritmo está en algún punto intermedio entre las dos
posturas anteriores.
¿Sabe cuál es el caso de su esposo?
Algunas mujeres toman una revista de la tienda, leen un artículo que habla sobre la estadística
nacional y luego tratan de aplicar ese dato a su propio matrimonio. Probablemente no tenga que
decirle que esa no es su mejor fuente de información. Otras mujeres hablan con sus amigas, pero
esa no es una buena fuente tampoco. Cada relación matrimonial es única. Así que la mejor fuente
para averiguar lo que es normal para su esposo es su esposo.
¿Cómo lo averigua? Hay dos formas: obsérvelo y pregúntele. Sea observadora. Usted sabe cuando
se siente amoroso. Él le envía algunas señales. Algunos hombres lo hacen en forma sutil, pero la
mayoría son bastante obvios. Entonces vaya más allá de la observación. En el momento y lugar
adecuado, sencillamente mírelo a los ojos y pregúntele. La mayoría de los hombres no esperan
que sus esposas lean sus mentes (por lo menos no todo el tiempo). Tampoco esperan ver la
perfección. Pero sí esperan entendimiento y atención. Muestre interés en la vida sexual de él y en
su satisfacción sexual.
¿Acaso actúa como si estuviese frustrado o irascible? Tal vez necesite conectarse con usted
íntimamente para que le ayude a aliviar la tensión que pueda estar experimentando. Esté alerta a
sus necesidades de amor y a sus señales observando sus comentarios y acciones. Puede que esté
iniciando un deseo de experimentar de intimidad sexual con usted a través de matices que sólo
usted y él conocen. Así que si usted no tiene su antena sintonizada, puede que pierda su señal y
deje de satisfacer esta necesidad real. Hágale alguna de las siguientes preguntas, las cuales
reflejarán su deseo de ser una estudiante de su esposo:
 -¿Qué te mostraría que estoy interesada en tus necesidades sexuales?-
 -¿Cuán a menudo necesitas relaciones sexuales?-
 -¿Qué es lo que más te satisface de nuestra relación sexual?-
 -¿Qué es lo que necesitas que haga más seguido?-
 -¿Qué es lo que necesitas que haga con menos frecuencia?-
 -¿Qué significa para ti si yo inicio la relación sexual?-
 -Si no estoy lista para el sexo en el mismo momento que tú, ¿cómo puedo mostrártelo en
una forma que no te haga sentirte rechazado?-
Si la esposa no satisface a su marido en el área de la intimidad sexual, la mayoría de los hombres
(aún los cristianos) a la larga comenzarán a tener un mal funcionamiento. Así que si una esposa
no sabe lo que conlleva satisfacer a su esposo, es esencial que averigüe.
Si una mujer conoce las necesidades sexuales de su esposo pero no puede satisfacerlas por un
período de tiempo, el esposo tiene la capacidad de ofrecer la gracia que ella necesita. Si usted
estuviese enferma o bajo estrés emocional o está tratando con un dolor sexual del pasado o algún
otro asunto, entonces un breve receso en lo sexual es a menudo apropiado. Pero sólo por un
breve tiempo. La Escritura es clara: “No os neguéis el uno al otro, a no ser por algún tiempo de
mutuo consentimiento, para ocuparos sosegadamente en la oración; y volved a juntaros en uno,
para que no os tiente Satanás a causa de vuestra incontinencia” (1 Corintios 7:5).
Si su esposo está luchando en alguna área de su vida, entonces usted necesita amarle de forma
sacrificada, poniendo sus propias necesidades a un lado por un tiempo. Hay momentos en que el
esposo no inicia la intimidad sexual o no responde a las necesidades sexuales de su esposa. Puede
que esté experimentando algún dolor físico (dolores crónicos o problemas después de una
operación quirúrgica), dolor emocional (depresión o ansiedad), o estrés. Si un hombre se halla
perdido en su propia vida, puede que experimente o un aumento de su deseo por el sexo o un
decaimiento de su necesidad de intimidad sexual. Es frecuente que los hombres experimenten
algunos de estos momentos intermitentes de impotencia o problemas a largo plazo sin poder
obtener o mantener la erección. Las investigaciones recientes y los medicamentos han acelerado el
tratamiento de esta condición, y una visita al médico puede ser de mucho valor, pero la respuesta
suya para con su esposo durante esos momentos es vital. Nuevamente, la mejor regla general es
conocer a su esposo. Conozca las necesidades que él menciona y las que no menciona también.
Los esposos y las esposas deben estar siempre dispuestos a sacrificadamente privarse de su
necesidad sexual para alcanzar una meta superior durante los tiempos difíciles... siempre y cuando
haya mucha comunicación y entendimiento. Si existe dolor o conflicto, entonces tómense el tiempo
para solucionarlo. Pero uno no puede estar mucho tiempo sin intimidad sexual sin causarle algún
daño a la relación. A medida que pasa el tiempo y las necesidades del esposo o la esposa no son
satisfechas, el cónyuge que ha sido descuidado puede sentirse tentado a tomar rutas alternativas
para satisfacer esta necesidad. Pese a que esto nunca será una excusa para el pecado que
consiste en satisfacer las necesidades sexuales fuera del matrimonio, los riesgos para una pareja
son demasiado grandes como para que sean ignorados.

Comprométase a satisfacer las necesidades de él


La sexualidad de su esposo está tan ligada con su masculinidad que a medida que usted se llegue
a él y satisfaga su necesidad de intimidad sexual, estará afirmando la masculinidad que Dios le ha
dado. Tal y como Barb ha hecho en nuestro matrimonio, ella ha estimulado la pasión dentro de mí
y un compromiso creciente a servirla. Así que, al concluir este capítulo, le desafío a que se
comprometa a satisfacer las necesidades de su esposo en esta área de intimidad sexual. Pero no
limite este compromiso al silencio de su propio corazón; cuéntele a él sobre su gran deseo de
animarle sexualmente. ¡Dígaselo! ¡Y entonces hágalo!2
Ahora, permítame ofrecerle algunas sugerencias sobre formas en las que puede demostrar su
compromiso hacia una intimidad sexual con su esposo:
 Llame a su esposo durante el día y dígale que él es el único y que no puede contenerse
para tener un interludio con él en el momento oportuno.
 Déjele notas (siempre en lugares discretos: su portafolios, en su equipaje cuando viaje, en
la bolsa de su almuerzo, en su agenda) para estimular la pasión.
 Recuérdele que usted está comprometida a satisfacer sus necesidades así como también
que usted necesita que él se comprometa a satisfacer sus necesidades de intimidad, tanto
emocionales como sexuales.
 Pregúntele en qué aspecto él necesita que usted sea una mejor estudiante de él y dónde
ambos necesitan “volver a la escuela” en lo que se refiere al desarrollo de su relación sexual.
¡Esto estimulará grandes conversaciones!
 No olvide que hay pocas cosas que afirmen a su esposo tanto como cuando usted inicia,
inicia, e inicia momentos de intimidad sexual.
 Dígale que usted se siente atraída hacia él cuando le ve servirle al pasar tiempo con los
niños, y apenas puede esperar para pasar un tiempo en privado con él más tarde.
 A medida que lo vea crecer en su vida espiritual en oración, o leyendo la Palabra, o
compartiendo las verdades espirituales con usted, déjele saber este secreto: que como su
esposa, usted se siente alimentada y segura en el liderazgo espiritual de él y eso hace que
usted quiera acercarse a él sexualmente.
 Coquetee y juegue con su esposo. Barb y yo hemos estado casados desde 1975, y jugamos
más ahora que cuando éramos recién casados. Cuando las personas nos comentan sobre esto,
a menudo decimos que es porque nos sentimos seguros el uno con el otro y estamos
comprometidos a edificar el cimiento de nuestro matrimonio sobre la Roca. Esto nos permite
jugar y divertirnos, disfrutándonos mutuamente. A medida que fortalezcan su matrimonio y se
sirvan mutuamente, aumenten su coqueteo.
 ¡Estimule el fuego romántico de su matrimonio! Barb y yo disfrutamos del romance más y
más cada año que pasa en nuestro matrimonio.
 Recuerde que su esposo responde al estímulo visual. En este aspecto, use su imaginación
en la seguridad y privacidad de su relación matrimonial.

Nunca es demasiado tarde


Martín y Lila han estado casados por más de quince años. Al comienzo de su relación el sexo era
algo grandioso. Lila le decía a su amiga íntima, -No puede quitarme las manos de encima cuando
llega a casa.- Lila estaba tanto halagada como también molesta por el hecho que Martín parecía
inclinar mucho su relación hacia el lado del sexo.
Sin embargo, cuando comenzaron a tener hijos, como nos pasa a la mayoría, se dieron cuenta que
el sexo pasó a un segundo plano, debido a la educación de los hijos, el trabajo, y los asuntos de la
vida diaria. Lila no estaba muy preocupada con respecto a su cada vez menos frecuente relación
sexual. Algunas veces, de hecho, al final de un largo y agotador día, se sentía aliviada de que
Martín sencillamente se diera vuelta en la cama y se durmiera. Pero sí extrañaba lo que para ella
era “el romance” de su vida matrimonial al principio y se preguntaba si volverían a experimentar
esa vibrante relación nuevamente. Para satisfacer esa necesidad, comenzó a leer novelas
románticas y a vivir a través de las heroínas. En vez de buscar tiempo para tener momentos
íntimos con su esposo, ella se hallaba fantaseando con extraños altos, morenos y atractivos.
Martín también extrañaba la relación que habían tenido al principio de su matrimonio. Le hacía
falta tanto la intimidad sexual como la espontaneidad que tenían para hacer el amor. Es verdad
que él no siempre tenía energía al final de un largo y estresante día en la oficina. Pero a menudo
se sentía dejado a un lado, aislado por la preocupación de Lila con los niños, la casa e incluso sus
amigas (parecía que ella siempre tenía tiempo para ellas.) Y cuando sí lograba llegarse a ella
sexualmente, la mayoría de las veces ella no respondía a sus avances.
Martín se halló al tiempo alejándose y distanciándose de una verdadera intimidad con Lila. Cuando
los compañeros de su grupo de “rendir cuentas” le preguntaron si estaba “limpio,” él decía que sí,
pero no estaba siendo honesto. Debido a que su trabajo lo llevaba a viajar mucho, la tentación se
acercó en forma imperiosa. Después de muchas noches solitarias y sin la protección de un
matrimonio saludable, Martín dejó a un lado sus votos matrimoniales. Comenzó mirando películas
para adultos en el hotel y luego se extendió a navegar buscando sitios pornográficos en Internet.
La curiosidad pronto se transformó en un quebrantamiento moral total.
Cuando la pornografía dejó de satisfacer sus necesidades, comenzó a visitar “clubes de caballeros”
cuando estaba de viaje. El dilema, tal y como se había convencido a sí mismo, era que su vida
sexual nunca sería mejor en su hogar, y como ya había llegado tan lejos, le era fácil avanzar a una
serie de encuentros sexuales. Erróneamente pensó que la falta de sexo era la razón de que su
corazón se sintiera tan vacío. Todas estas malas decisiones le hicieron olvidar que él nunca estaría
satisfecho fuera de una relación íntima y obediente a Jesucristo... y una relación honesta y abierta
con Lila.
Todo este asunto estalló el día que Lila encontró un recibo de la tarjeta de crédito de Martín, había
sido usada en un salón de masajes. Luego que ella pidió el divorcio, terminaron viniendo a mi
oficina, buscando por lo menos una oportunidad de salvar su matrimonio.
-¿Cómo pudo deteriorarse tanto lo nuestro?- Cuántas veces he escuchado esa pregunta. Y la
respuesta no se encuentra en el “juego de la culpa.” Este tipo de dolor es la consecuencia de la
dureza de dos corazones, hacia Dios y mutuamente. Cuando eso sucede, todo es posible. Este
matrimonio parecía destinado a terminar en tragedia; otro hogar más que va rumbo a la
destrucción. Pero Martín y Lila lograron vencer los tenebrosos pronósticos.
¿Cómo?
Comenzó con Lila.
Dios quebrantó su corazón y la convenció que ella tenía que amar y perdonar a su esposo. Pese a
que tenía todo el derecho de estar enojada y de alejarse, siguió el principio bíblico que ha
sobrevivido la prueba del tiempo en un sinnúmero de parejas: “Finalmente, sed todos de un
mismo sentir, compasivos, amándoos fraternalmente, misericordiosos, amigables; no devolviendo
mal por mal, ni maldición por maldición, sino por el contrario, bendiciendo, sabiendo que fuisteis
llamados para que heredaseis bendición” (1 Pedro 3:8-9).
Puede que algunos digan: -Espere un minuto, Gary. ¿Me está diciendo que ella volvió a recibirlo?
Él sólo merecía que lo echara de la casa, merecía quedarse fuera del hogar. Incluso Dios mismo
dice que una mujer o un hombre cuyo cónyuge ha cometido adulterio puede quedar libre de la
unión matrimonial.-
Tiene razón. Martín no se merecía el perdón de Lila ni su disponibilidad de volver a recibirle. Él
merecía quedarse fuera, solo.
Pero Dios tenía un plan diferente.
Cuando Lila fue a Dios con su quebrantamiento, y le pidió que hiciera una obra en su corazón,
Martín vio algo tan sobrenatural como respuesta en la vida de ella que no pudo resistir el deseo de
Dios de obrar también en su propia vida.
El Espíritu Santo convenció a Martín del engaño y las mentiras de su vida, y Martín enfrentó la
verdad: él se había aislado, no solo de Lila y de sus hijos, sino también de Dios. Cuando sus
“pecados lo descubrieron,” él reconoció que tenía que elegir. Podía continuar alimentando su
lujuria y una vida de engaño, o podía confesar su pecaminoso corazón a su Padre celestial y
comenzar a experimentar la gracia y el perdón que sólo puede venir de nuestro Señor. Gracias a
Dios, Martín escogió permitir que Él obrara su voluntad. Humillado y quebrantado, Martín comenzó
a buscar la sanidad de Dios para su propia vida.
Entonces, juntos, Martín y Lila comenzaron a trabajar a través de los dolorosos pasos de enfrentar
lo que habían hecho mal. Lila reconoció su propia responsabilidad en su relación resquebrajada. Si
bien Martín era 100 por ciento responsable de sus elecciones y acciones pecaminosas, ella era
responsable por ser negligente, por el rechazo y la indiferencia hacia él. Ella también vio cómo se
había vuelto a caminos insalubres de fantasías románticas para satisfacer sus necesidades.
La voluntad de Lila de aceptar a Martín nuevamente fue una verdadera expresión de amor
incondicional y aceptación. También se comprometió a entender las necesidades de Martín
referentes a la intimidad sexual y a descubrir cómo satisfacerlas.
Martín y Lila aún tienen mucho camino por recorrer, pero son la prueba viviente de que Dios es el
Dios de la segunda oportunidad, y la tercera... y la cuarta y... él demuestra una y otra vez que es
fiel.
Una relación sexual satisfactoria y vibrante es parte del plan de Dios para un matrimonio
espectacular. Es por eso que cuando un hombre y una mujer se comprometen a la unidad en su
matrimonio, su relación sexual sólo se pone mejor. Una relación sexual vibrante es el resultado de
una vida y un matrimonio saludable y satisfactorio.
¡Así que disfrute de su esposo! Afírmele. Consiga alcanzarlo. Estúdielo a él y a sus necesidades.
Comuníquele su amor y pasión por él. Y experimente profundo placer en la seguridad de su
relación matrimonial.
¿Necesita tener el gozo de la intimidad sexual restaurado en su matrimonio? Dé el primer paso.
Satisfaga a su esposo, no hasta la mitad, sino por completo. (Y a todos los esposos que están
curioseando en este capítulo les digo que hagan lo mismo. En eso consiste el liderazgo servicial.)
El diseño de Dios para el matrimonio es siempre el mejor.

1
Si esta es un área de necesidad en su matrimonio, le sugiero que le dé un vistazo a mi libro Dr.
Rosberg’s Do-It-Yourself Relationship Mender (Wheaton, Ill, 1995) para aprender cómo cerrar esos
abismos de conflictos no resueltos.

2
Este deseo y compromiso no significan que usted debe participar con su esposo en una actividad
sexual con la que no se siente cómoda. Los esposos y las esposas deben comunicarse claramente
sus propios deseos, así como también su propio nivel de confort y los límites cuando se trata de la
intimidad sexual. Pero yo siempre aliento a las parejas a que tengan estas discusiones fuera de lo
que son los momentos de intimidad sexual.

CAPÍTULO 4. Intimidad – Las mujeres deletrean intimidad así: H-A-B-L-A-R.


La necesidad de amor #2 de la esposa. “Acércate a mí.”
Barb le habla a los esposos

Carlos es un ex piloto de la fuerza aérea. Él sabe lo que quiere y hace sus planes para conseguirlo.
Hoy no es la excepción. En camino de regreso a casa conduce su automóvil y se siente muy bien,
silba y sueña acerca de su “plan de amor.”
Dejaré el auto en el garaje, caminaré hacia la casa y desataré mi corbata. Dejaré mi maletín, me
relajaré un rato, haré el amor con Débora, me pondré ropa deportiva, jugaré un poco al
básquetbol, tomaré el control remoto, miraré algunas noticias, y luego cerraré mis ojos por unos
minutos antes de cenar.
Cuando Carlos llega a su hogar, entra por la puerta trasera, Débora lo mira y sus ojos se
encuentran. Sus ojos traspasan los de ella con “esa mirada.”
Durante todo el día, Débora ha estado tratando de lidiar con dos niños preescolares. Sus
conversaciones se centraron en una criatura de ficción color púrpura que se llama Barney, y tuvo
que lidiar además con varias catástrofes: la manguera del lavarropas se rompió, los niños
derramaron jugo de uva sobre la alfombra color crema, el gato había arañado a uno de los niños,
y la madre de Carlos había llamado diciendo que iría a visitarlos por una semana.
Esa “mirada” en los ojos de Carlos fue la gota que derramó el vaso. Puso a Débora al límite. Carlos
ya no era la compañía y el consuelo que había anhelado durante todo el día. Él ahora era... el
enemigo. Su mirada, ese guiñar de ojos le estaba enviando varios tipos de mensajes a ella:
-Permíteme tomar cada partícula de energía que aún te queda.- -Permíteme que tome todo lo que
tienes y que te deje sin nada.- -Déjame ser como todos los demás y pararme en la fila para tomar,
tomar y tomar.-
Débora levantó sus manos hacia el aire y gritó, -No, no ahora.- Entonces salió abruptamente de la
cocina y fue a la sala de estar para sentar sola por primera vez durante todo el día. Normalmente
ella es una persona fuerte y resistente, pero ese día tuvo que contener sus lágrimas. Su tanque de
gasolina indicaba que estaba mucho más que vacío.
Carlos pensó mientras suspiraba, - Aquí se terminó el “plan de amor” maestro que traía. Pero en
lugar de acusar a Débora por reaccionar así, caminó hacia la sala de estar y se sentó junto a ella
en el sofá.
-Cuéntame sobre tu día, Débora,- le dijo mientras gentilmente la tomaba y colocaba su brazo
alrededor de ella.
-Realmente no tenía idea que ser madre sería tan difícil, Carlos. Estoy tan cansada de cereales y
salsa de manzana. Extraño poder conversar con personas adultas y tener una conversación que no
sea interrumpida por discusiones y libros para pintar. La casa está en desorden. Voy de cuarto en
cuarto recogiendo cosas, y apenas me salgo de la vista de ellos entonces comienzan a tirar más
cosas. Siento como que nunca estuviera por encima de la situación.-
Lo que Débora necesitaba en ese momento por parte de Carlos era la seguridad de poder
descargar algo del estrés que se había estado acumulando en ella durante el día. Y como Carlos
conocía a su esposa tan bien, sabía que en ese momento ella necesitaba conectarse con él, así
que se sentó y la escuchó. A medida que descargaba, él se concentró totalmente en ella. Luego,
después que ya se había desahogado y quedo más tranquila, él la besó en la frente y le dijo que
se relajara. Entonces fue a la cocina, se arremangó la camisa, vació el lavaplatos que tenía platos
ya limpios y puso los platos sucios que estaban sobre el mostrador.
Cuando terminó eso, se asomó por la cocina y dijo: -Débora, sé que tuviste un día muy exhausto.
Simplemente siéntate un rato. Voy a jugar un poco con los niños afuera.-
La sensibilidad de Carlos y su disposición de entrar en acción y compartir las tareas de la casa no
solo validaron la necesidad de Débora, sino que también aligeraron su carga. De esa manera ella
tuvo tiempo para sí, para poder llenar su tanque vacío.
Luego de cenar Carlos todavía mostraba ternura, asegurándose de que ella estuviera mejor. -
¿Cómo te sientes? ¿Puedo traerte algo?- le preguntó en cierto momento. También tomó su mano
y le dijo: -sé lo duro que trabajas por nuestra familia, y quiero que sepas lo mucho que aprecio
todo lo que haces por los chicos y por mí. Puede que no pienses así, pero sé que eres la mejor
madre del mundo para nuestros hijos. Me fascina mirarte cuando estás con ellos.-
Débora abrazó a Carlos y le dijo: -Gracias cariño.-
Cuando llegaron las noticias de las diez de la noche, Carlos apagó el televisor, se levantó de su
sofá, cerró la puerta, apagó las luces y subió las escaleras para dormir antes de comenzar un
nuevo día de trabajo. Pero al abrir la puerta de su dormitorio, vio el brillo de la luz tenue de un
candelero y a Débora sonriéndole desde debajo de las sábanas.
-La noche es joven, Carlos,- le dijo ella.
Carlos ya no se sintió cansado.
Así que, ¿logré captar su atención muchachos? Si bien los hombres enlistaron la intimidad sexual
como su necesidad de amor número dos en el matrimonio, las mujeres indicaron que la intimidad
emocional es su segunda necesidad de amor más importante.

Los hombres y las mujeres están hechos en forma diferente


Tal y como Gary le dijo a su esposa en el capítulo anterior, los hombres deletrean intimidad así: S-
E-X-O, y las mujeres la deletrean así: H-A-B-L-A-R. ¿Qué tan cierto es esto para usted? Si usted
es como la mayoría de los hombres, cuando usted escucha la palabra intimidad, piensa en una
experiencia física y pasional. Pero cuando su esposa escucha la palabra intimidad, piensa en la
conexión emocional y en la comunicación.
Dios ha hecho al hombre y a la mujer en forma bastante diferente. El impulso sexual que usted
tiene está conectado a sus ojos, usted se excita visualmente. El impulso sexual de ella está
conectado a su corazón; ella se excita sólo después de sentir la cercanía emocional y la armonía.
Usted puede separar el sexo de todo lo demás en su vida, mientras que su esposa ve que todas
las cosas están conectadas entre sí.
Usted se siente menos masculino si su esposa se resiste a sus avances sexuales. Su esposa se
siente como una máquina si no experimenta la intimidad sexual como algo que fluya de la
intimidad emocional.
La palabra intimidad viene de una palabra latina que significa “lo más profundo.” El significado que
esto tiene en nuestra relación matrimonial es que compartamos nuestros pensamientos internos,
nuestros sentimientos, espíritu y verdadero yo al punto de quedar vulnerables. Tanto los hombres
como las mujeres necesitan sentirse seguros en este compartir, y confiados del apoyo de su
cónyuge. Este apoyo se logra escuchando, mostrando empatía, y también mediante la oración y la
confianza. Generalmente, el compartir y el apoyarse deben estar en su lugar antes de que una
mujer se entregue físicamente en una unión sexual.
Como dijimos antes, la gente ve la intimidad en forma diferente. Por ejemplo, la perspectiva de
Esteban es que la intimidad consiste solamente en el sexo. Cuando mira a su esposa, Gina, su
refrán es “Hagámoslo.” La respuesta de Gina hacia Esteban es “Ni se te ocurra.” Ella insiste en que
Esteban debe entender y respetar el corazón y la mente de ella antes de iniciar la relación sexual.
Para Brenda, el procurar la intimidad con Sebastián es una rica experiencia cuando realmente se
abren mutuamente y comparten sus pensamientos profundos. Los primeros diez años de su
matrimonio fueron bastante duros debido a que Sebastián no entendía cómo es que Brenda fue
hecha. Él pensaba que ella tenía la misma perspectiva de la intimidad que él. Sólo recientemente
Sebastián ha entendido lo satisfactorio que es un tiempo para hablar para su esposa.
Carla tiene una personalidad fuerte, es extrovertida. Para ella la intimidad es tener sexo con su
esposo, y a ella le molesta que Juan siempre quiera hablar. Carla fácilmente puede tornarse
controladora y crítica. Es por eso que Juan tiene la fuerte necesidad de hablar como preparación
para los momentos de intimidad; la comunicación con ella crea seguridad en el matrimonio, afloja
el control que ella tiene, y los coloca en el mismo lugar. La forma en la que Juan piensa es
representativa de cómo la mayoría de las mujeres ven la intimidad, lo cual puede ayudarle a usted
a entender las necesidades de su propia esposa de forma mejor.
Los hombres, por naturaleza, son criaturas que pueden poner las cosas en diferentes
compartimientos. Hablando en forma figurada, usted ve su trabajo, su familia, sus pasatiempos y
su recreación como cajas separadas. Una caja sería su desayuno. El que tenga desacuerdos con su
esposa es otra caja. Pasa su día trabajando y para usted eso es otra caja. Los hombres viven día
en cada caja por separado, sin que se interconecten.
¡Las mujeres son totalmente diferentes! Podemos realizar las mismas actividades, pero cada caja
tiene una conexión invisible y emocional que las vincula a todas. Todas las áreas se relacionan.
Nuestras emociones están conectadas a nuestros pensamientos, nuestros corazones, nuestras
mentes y nuestros cuerpos. Cuando una caja se afecta, existe una reacción en cadena que por
último afecta nuestro espíritu. Por ejemplo, si su esposa ha tenido un día difícil con los niños o con
una compañera de trabajo, su tanque emocional estará agotado. Como resultado, su energía física
puede haber disminuido también, y puede que necesite alejarse un poco para reabastecerse. Su
maternidad o su trabajo están conectados con su caja emocional, la cual está conectada a su caja
de energía, que a la vez está conectada a su caja de relaciones.
¿Se ha dado cuenta de lo rápido que su esposa puede recordar una desilusión que tuvo hace tres
años? Es por eso también que puede recordar exactamente la última vez que usted le dio flores.
Los eventos en la vida de la mujer están cuidadosamente entrelazados.

Entendiendo la necesidad de intimidad emocional de su esposa


Los Cumplidores de Promesas y otros grupos más han hecho un trabajo notorio en lo que se
refiere a educar a los hombres sobre las diferencias entre ellos y las mujeres. Los hombres
generalmente salen de esas conferencias sabiendo que las mujeres tienen necesidades que son
exclusivamente femeninas, y muchos de estos hombres se comprometen a satisfacer las
necesidades de sus esposas. El problema es que conocen su destino, pero les falta el mapa que
les diga cómo llegar allí. Espero que cuando usted termine este capítulo, pueda tener el manual de
la intimidad emocional en su mano y en su corazón. Pero primero me gustaría que escuche lo que
algunas mujeres tienen que decir sobre el tema.
Gary y yo estábamos llevando a cabo una conferencia matrimonial de una semana de duración en
un crucero, cuando informalmente invité a las mujeres a que nos reuniéramos un día para una
discusión sobre la intimidad emocional. A la siguiente mañana, todas las mujeres se presentaron a
esa reunión.
-¿Cómo les afecta cuando sus esposos no reconocen su necesidad de intimidad emocional?- les
pregunté.
Una mujer comenzó a decir: -Cuando mi esposo entra con esa “mirada de amor” en sus ojos-
-¿Mirada de amor o lujuria?- interrumpió otra mujer.
Todas se rieron para aliviar la tensión de hablar sobre este tema delicado. Entonces la primera
mujer prosiguió.
-Mi respuesta inicial es desilusión: Oh, todo lo que quiere es sexo. Me siento desilusionada porque
sé que mis necesidades emocionales no serán satisfechas.-
La intimidad emocional es tan rica, tan gratificante para una mujer. No reemplaza la necesidad de
sexo, pero para ella, la necesidad emocional es tan intensa como la necesidad física. Y cuando esa
necesidad es satisfecha por su esposo y apoyada a través de un significativo D-I-Á-L-O-G-O, es
mucho más fácil para ella poder trasladarse rápidamente hacia el plano sexual.
¿Pero qué pasa si eso no sucede? Puede que usted no se dé cuenta, pero cuando muestra su
desilusión porque su esposa no le responde sexualmente, usted envía un mensaje no verbal que
puede ser escuchado así: -Oh no. ¿Me estás diciendo que debo escucharte antes de usarte?-
Puede que eso suene grosero, pero es así como sus avances sexuales pueden hacer sentir a su
esposa. La mujer tiene la necesidad dada por Dios de estar conectada emocionalmente, pero si
esa necesidad no es reconocida o si es irrespetuosamente menospreciada, ella siente que su
esposo está únicamente usándola para satisfacer sus propios deseos sexuales.
-Quiero que mi esposo me trate como a uno de sus clientes,- dijo otra mujer en el grupo. –Él es el
principal vendedor, y les da a sus clientes el mejor servicio que usted pueda imaginarse. Cuando él
hace eso conmigo, cuando me muestra interés en lo que digo y me mira directamente a los ojos
siguiendo mi conversación, ¡me siento increíble!
-Sí,- dijeron a coro las demás mujeres, asintiendo con su cabeza y aprobando con sus palabras.
Una mujer cuyo esposo es un agente de viajes dijo: - La mente de mi esposo es brillante. Él
trabaja con cientos de personas, y pese a eso puede decirle cuál de sus clientes prefiere los
asientos del pasillo y cuál prefiere junto a la ventana. Algunas veces deseo que recordara mis
preferencias con la misma claridad.-
Todas estuvieron de acuerdo en que después de todo un día de trabajo, tanto los hombres como
las mujeres están cansados y exhaustos. Pero cuando el esposo pareciera reservar toda su
atención para su trabajo y no muestra ninguna atención a su esposa, ella no se siente amada.
Cuando eso sucede, en lugar de tener una respuesta sexual y amorosa por parte de la esposa, él
correrá el riesgo de estar en continuo desacuerdo con ella. Obtendrá ira en vez de cariño.
Deje de darle a su esposa las sobras al final del día, y comience a tratarla con el tipo de atención
que usted le reserva a sus mejores clientes. ¡Los resultados le sorprenderán!
¿Ha tenido alguna vez una conversación con su esposa en la cual usted balbucea, -Sí querida... Te
entiendo cariño... Claro mi dulce,- pero si ella le preguntara qué le acaba de decir usted
difícilmente podría hacerlo? La necesidad de la mujer de hablar se ha transformado en material
estándar para hacer bromas, pero no es ninguna broma. Para muchas mujeres, el hablar es una
forma de obrar por medio de los pensamientos, sentimientos, ideas, y problemas. Es la forma en
la que fuimos hechas, y es una construcción sólida. Obviamente, tal y como la forma en que usted
fue hecho, puede haber un cortocircuito algunas veces. Pero más allá de todo, es una forma
positiva de expresar y procesar sus pensamientos y emociones. Sea sabio: escúchela y acérquese
a ella. Eso les acercará mutuamente como pareja.
Algunas veces, el escuchar y procesar los temas puede parecer de todo menos algo lógico para
usted. Como en esos momentos en que lo que comenzó como una tranquila discusión sobre un
tema familiar termina poniéndose tenso. Pese a que ambos, el esposo y la esposa, estén de
acuerdo lógicamente en el problema (no tener suficiente tiempo familiar, por ejemplo) puede que
encaren el tema desde dos perspectivas emocionales diferentes. Él quiere llegar a la raíz y resolver
el problema rápidamente. Cuando no escucha y no intenta entender la perspectiva de ella, el
rostro de la esposa cambia, comienza a sentir cosquilleo en su estómago y sus emociones
comienzan a exaltarse. Enojada y herida ella se sale de las casillas, y él contesta de igual forma.
Entonces él decide que la confrontación no los lleva a ningún lado, así que se da vuelta y se va,
mientras que ella se quebranta en lágrimas al borde de la cama.
Esta no es una escena imaginaria. Sandra y Douglas estaban en esta misma situación. Y cuando él
se daba vuelta para irse, ella le gritó, -¡Douglas, vuelve aquí! Estamos edificando una pared entre
nosotros y debemos resolver las cosas, ahora.- Cuando una mujer está herida, quiere sentirse
entendida y por lo tanto, ligada a su esposo.
¿Sabe qué fue lo que hizo Douglas en ese momento? Se dio la vuelta y sin decir una palabra
caminó hacia Sandra, la levantó de la cama y la abrazó. ¿Qué hizo ella? Se aferró a él como a la
vida misma. Ella sabía que en ese mismo momento estaban peleando para mantener la unidad,
que es el resultado de dos corazones que se unen luego de haber atravesado el dolor.
Con demasiada frecuencia las parejas claudican cuando están en conflicto y permanecen en un
aislamiento crónico. Ese día en particular, mientras Douglas y Sandra se abrazaban, se sentían
emocionalmente exhaustos. Pero una vez que atravesaron la dificultad y se comunicaron (quiero
decir que realmente se escucharon y entendieron mutuamente) experimentaron la más intensa
intimidad emocional que una pareja puede compartir.
La intimidad emocional no viene cuando un lado abandona su posición o cuando finalmente se
pone de acuerdo. Para una mujer, la intimidad viene cuando su punto de vista fue valorado,
escuchado y entendido. Esto la conecta con la parte más profunda de su alma.
Permítame recapitular aquí.
 Su esposa necesita experimentar cercanía emocional.
 Su esposa necesita sentirse escuchada y entendida.
 Su esposa necesita sentir que ella es su principal cliente.
 Su esposa necesita su atención completa.
 Su esposa necesita que usted le demuestre respeto como persona
 Su esposa necesita sentir que está por encima de otras personas.
 Su esposa necesita saber que es de valor para usted.

¿Qué sucede cuando la necesidad de intimidad de su esposa no es satisfecha?


Si usted no satisface la necesidad de intimidad emocional de su esposa, habrá de dejarla
vulnerable. Puede que ella se aleje de usted o que no se sienta con libertad de responder a usted
sexualmente. Finalmente, ella puede comenzar a buscar en otros lugares para lograr que sus
necesidades sean satisfechas.

Se alejará
Una señal de que su esposa puede estar sedienta de intimidad emocional es cuando ella se aparta.
-¿Qué te sucede, cariño?- pregunta Ricardo.
-Nada,- contesta ella.
¿Qué hice ahora? Piensa él para sí mismo. ¿Qué nos está sucediendo?
Ricardo conoce esa pared invisible muy bien. La pared que María construye ladrillo a ladrillo
cuando la relación entre ellos no ha sido la prioridad de él. Esto sucede generalmente cuando han
tenido muchas actividades. Él tiene que estar fuera mucho tiempo o es distraído por otros temas,
y ambos no tienen tiempo para hablar. María comienza a alejarse a ese lugar dentro de ella que
está guardado y es estricto.
Es muy probable que María esté herida por la falta de conexión de su esposo para con ella en los
momentos de diálogo. Ella no sabe a dónde llevar todos esos temas reales que necesita compartir,
así que los guarda dentro de sí, los entierra vivos, si usted así lo quiere.
Cuando usted siente que la pared de su esposa está subiendo, sabe que algo está muy mal. Desde
la perspectiva de la mujer, significa que su esposo no representa una seguridad sino mas bien una
amenaza. Y si esto permanece así, con el tiempo pueden terminar como dos extraños que
coexisten bajo el mismo techo, compartiendo las mismas comidas y la misma cama, pero con una
pared que los separa emocionalmente.
Mire a la persona que encuentra frente al espejo y hágale la difícil pregunta: -¿Qué he dicho o
hecho para contribuir a la pared que mi esposa ha edificado?-
La mayoría de las veces, la mujer se alejará para protegerse a sí misma si ella ha sido amenazada
por algo que usted esté haciendo o si ella se siente verbalmente atacada. Cuando sus palabras son
positivas, estas fortalecen el fundamento mismo del matrimonio. Pero si sus palabras son de
crítica, duras y destructivas, su esposa se retirará para protegerse a sí misma. Si usted en
contrapartida la lastima, o la menosprecia, entonces sepa que le estará arrojando ladrillos que
lastimarán su corazón; puede que entonces ella tome esos ladrillos y continúe edificando la pared.
Tome la iniciativa y encare el dolor. Hágase responsable por el tono de la relación, y vuelva a
encarrilarse, especialmente si es culpable de haber contribuido al dolor.
Si ve alguna de las siguientes señales de dolor, puede que su esposa se esté alejando, aislando y
protegiéndose a sí misma para no ser herida:
 ¿Su esposa parece estar distraída?
 ¿Mantiene una relación distante con usted?
 ¿Está invirtiendo más tiempo del usual en el trabajo o en otras actividades?
 ¿Está demasiado ocupada para tener intimidad con usted?
 ¿Evita pasar tiempo a solas con usted?
 ¿Parecería como que los niños tienen una prioridad más alta que la suya?

Una mujer puede esconderse detrás de una pared, o puede ir manteniéndose ocupada con un
calendario personal que no tenga el nombre de usted escrito. Cuando una mujer parece fría y
congelada emocionalmente, algunos hombres cometen el error de intentar quitar rápidamente esa
actitud de ella y “hacerla que se enderece.” Le aseguro, esta no es la forma de ganar a su esposa
nuevamente. Si usted la intimida por medio de la ira, el enojo o las demandas, ella se alejará aún
más. Permanecerá encerrada y congelada.

No sentirá la libertad de responderle sexualmente


Una segunda señal de que las necesidades emocionales de su esposa no están siendo satisfechas
es que ella puede no responderle sexualmente. Cuando las esposas se resisten a los avances
sexuales de los esposos, estos tienden a interpretar esa resistencia como rechazo. A menudo, la
resistencia de ellas no es rechazo, sino una señal de que puede no estarse sintiendo segura y que
no puede pasar por encima de un conflicto que ambos están teniendo.
Miguel es un adicto al trabajo, y tiene éxito en el mismo. Él avanza en lo que son conquistas, ya
sea de personas o de acuerdos. Quince horas de trabajo diarias lo consumen. Está orgulloso del
estilo de vida que le ha proporcionado a su esposa Paula. Después de todo, él ha alcanzado el
sueño americano de tenerlo todo: una casa grande en una comunidad selecta, un garaje para tres
autos con dos autos nuevos en el mismo, y vehículos para la nieve para él y para ella.
Pero lo que se define como éxito en la industria no se define de la misma forma en el hogar. El
trabajo que provee todos los juguetes no es más que “la otra mujer” a los ojos de Paula; el trabajo
es la amante que le está robando la atención de su esposo. Ella ha sido desplazada de la agenda
diaria que él tiene.
Cuando las puertas del dormitorio matrimonial se cierran, apartándoles del resto de la casa, las
dos personas que quedan dentro se cierran también el uno al otro. Miguel puede conquistar cosas
en su trabajo, pero no la está conquistando a ella. Si realmente se preocupara por ella, estaría tan
deseoso de pasar tiempo con ella como lo está respecto a pasar tiempo en su trabajo. La mayoría
de los días él está tan agotado para el momento en que llega a la casa que no tiene energía
emocional para satisfacer las necesidades del corazón de ella, y Paula responde rechazando sus
avances sexuales.
Miguel trata de comprar su afecto, llevándola a las mejores habitaciones de hotel cuando viajan,
permitiéndole que gaste todo el dinero que quiera, pero obtiene muy poco a cambio. Él siente
como si estuviese tratando de “enamorar a una piedra.” Pero Miguel no se da cuenta de que más
cosas no satisfacen el corazón de una mujer. Lo que Paula necesita es una relación que le conecte
con su esposo. Ella le ama y quiere una vida ligada a la de él. Ella no quiere ser la mujer que está
fuera de todos los demás acuerdos. Si un hombre quiere tener relaciones sexuales grandiosas con
su esposa dentro de las puertas de su dormitorio, debe buscar la forma de relacionarse con ella
fuera de dichas puertas.

Ella puede buscar en algún otro lugar para satisfacer sus necesidades
Una tercera consecuencia de que su esposa no satisfaga su necesidad de intimidad emocional es
que pueda involucrase con otro hombre. Este sería el peor de los casos, pero sucede. Si una mujer
no es entendida y amada, y su necesidad de intimidad emocional no es satisfecha, entonces se
vuelve vulnerable a otros hombres que muestren interés en sus pensamientos y emociones.
Si otro hombre hace que su esposa se sienta cómoda y segura con él, ya que valorará que
comparta sus pensamientos y emociones, usted puede estar a punto de experimentar problemas.
Lo más probable es que este hombre sea alguien a quien ella encuentra en su vida diaria: su
mejor amigo, un vecino, su jefe, o un socio. Comenzará siendo algo muy inocente, con unas pocas
conversaciones aquí y allá. Cuanto más compasivo o más empatía muestre, más peligroso se
volverá.
Reinaldo y Ana profesan ser cristianos profesantes. Se conocieron en el trabajo, y fue ahí donde
comenzaron los problemas.
Si pudiéramos volver un año en el tiempo y advertirles de la ruina que proviene de corazones
desprotegidos, tanto Reinaldo como Ana hubieran alardeado: -Bueno, eso nunca nos sucederá a
nosotros. Somos cristianos. Juramos que nunca nos podría pasar.- Pero sí pasó.
Todo comenzó en forma muy inocente cierto día en que Ana estaba vulnerable emocionalmente y
comenzó a conectarse con Reinaldo, un hombre con quien se sentía cómoda de hablar las cosas
en su trabajo. Esta conexión de entendimiento la hacía sentirse tan maravillosamente bien que
quiso tener más y más acceso a la mente de este hombre espiritual. Con todo, esto nunca hubiera
sucedido si la necesidad de Ana de intimidad emocional hubiera sido satisfecha por su esposo. Ella
ni siquiera sabía que estaba en peligro.
Ana y Reinaldo trabajaban juntos en una oficina en la que la atmósfera entre los empleados era
bastante buena. La gente era abierta con respecto a sus problemas y voluntariamente se
animaban unos a otros. Pero Reinaldo era un hombre que sobresalía de los demás. Él realmente
se preocupaba por las personas con las que trabajaba y se entregaba para asegurarse que los
demás estaban bien. Él era muy franco y extrovertido, y a Ana le fascinaba escucharlo. Se sintió
atraída a su personalidad y gradualmente se quedó embelesada con él porque era un cristiano
muy bueno. Ella sentía la ausencia de esas características en su propio esposo, quien era un
cristiano nominal y un cónyuge no comunicativo. Él rara vez le expresaba abrigo y amor, y nunca
oraba con ella. De hecho, una de las razones por las que Ana había tomado el empleo era que
este le daba la oportunidad de hablar con otros cristianos.
Un día Reinaldo encontró a Ana llorando. Puso su brazo alrededor de ella y la consoló. Luego oró
por ella. Él, por supuesto, no tenía forma de saber que el esposo de Ana no estaba satisfaciendo
sus necesidades emocionales básicas. Así que lo que sucedió en los siguientes minutos tomó a Ana
totalmente desprevenida. Mientras Reinaldo oraba por ella, estaba tocando su vulnerable corazón.
Sus palabras, su calidez, su toque, y su espiritualidad hicieron que algo dentro de ella se
encendiera. Ella sintió intimidad emocional con él ya que él tuvo acceso a su desprotegido corazón
en lo espiritual, emocional y físico.
Ana comenzó a pensar mucho en Reinaldo. Mientras se vestía para ir a trabajar en la mañana,
pensaba qué podía hacer para que él se sintiera atraído hacia ella. No podía aguantar las ganas
que tenía de ir al trabajo y conversar con él. Se dirigía hacia la oficina de él por el problema más
pequeño para obtener así su atención. A ella le fascinaban esos momentos de conexión emocional
y con confianza compartía cosas con él, y usaba cualquier excusa para obtener más de él. Ella le
respondía llegándose a él y tocándole, dando palmaditas en su brazo mientras hablaban.
Reinaldo pensaba que él era intocable por cualquier otra mujer que no fuera su esposa, hasta que
Ana comenzó a tocarlo en formas muy tiernas. El encanto de ella hacía que se volviera un área
gris. Después de todo eran simplemente amigos, él sólo le estaba ministrando a ella.
¿Cómo es que cosas así le pueden suceder a los cristianos? “Por sobre toda cosa guardada, guarda
tu corazón, porque de él mana la vida,” Proverbios 4:23 nos advierte. Al satisfacer la necesidad de
amor de su esposa con respecto a la intimidad emocional, protegemos mutuamente nuestros
corazones. Una mujer puede crear vínculos emocionales más fácilmente de lo que un hombre lo
hace. Y cuando una mujer tiene su corazón desprotegido, antes que se dé cuenta, ha desarrollado
una atadura emocional con alguien más además de su esposo.
No permita que el orgullo y la arrogancia le digan que lo que sucedió con Reinaldo y Ana no puede
sucederle a usted. La etiqueta de “cristiano” no hará que su matrimonio permanezca intacto.
Como cristianos debemos abandonar todo lo que se interpone en el camino de seguir a Dios con
todo el corazón en nuestros matrimonios. Comience estando alerta a las banderas rojas que
puedan indicar que su esposa está encontrando satisfacción para sus necesidades emocionales en
otro hombre. Luego trabaje duro para proteger su matrimonio, asegurándose que usted es el
único que satisface las necesidades emocionales de su esposa completamente.

¿Cómo puede satisfacer la necesidad de intimidad emocional de su esposa?


Nada satisface la necesidad emocional de una mujer como su conexión con su marido. Ella confía
que usted estará cerca de ella pase lo que pase (cuando incluso los familiares más cercanos no
puedan estar con ella o entenderla). Y los amigos pueden venir e ir en su vida, pero usted es su
compañero constante, usted está siempre allí con ella.
A manera de ejemplo, desearía que usted se pudiera sentar en mi sala de estar al final del día y
mirara a mi esposo en acción. Gary entra a casa cada noche deseoso de hablar. No es broma,
realmente lo hace. No importa cómo haya sido su día, él siempre guarda un poco de energía para
mí. Me saluda con un caluroso beso y entonces me cuenta sobre su día (las conversaciones que
tuvo con el equipo de trabajo, las llamadas telefónicas, las decisiones, lo que estuvo pensando,
etc). Algunas noches podemos hasta sonar como las noticias de las seis de la tarde, dando el
reporte de nuestro día mutuamente: quién hizo qué, cuándo sucedió, dónde estuvieron, etc. Pero
pase lo que pase, nos involucramos mutuamente, escuchándonos y respondiéndonos.
Nosotras como esposas florecemos al involucrarnos emocionalmente con nuestros esposos y saber
que una es realmente escuchada. Nos encanta estar en el centro de atención de nuestros maridos.
Pero a ustedes los hombres les fascina tanto como a nosotras. Frecuentemente, Gary entra por la
puerta de atrás, se quita su chaqueta deportiva y le da vueltas alrededor de la cabeza, entonces
grita: -Nena, tu hermoso perrito está en casa. Vamos a hablar.- Hace que me desternille de la risa,
y entonces se aprovecha del momento y me hace cosquillas. Tengo que admitir que la risa alivia
todas las tensiones de un mal día para los dos.
Atesoramos nuestro tiempo para compartir al final del día, y eso establece el tono para toda la
noche a medida que permanecemos conectados. Cuando Gary me muestra su continuo amor y
activa presencia, cuando él abiertamente comparte conmigo todo de todo, veo su devoción hacia
mí, y me siento muy atraída hacia él.
Su esposa será capaz de soportar la mayor parte de las dificultades que el mundo pueda ofrecer
siempre y cuando usted esté a su lado, y su deseo de ser ese compañero cercano la motivará a
darle lo mismo a usted, al 100 por ciento.
Una mujer está deseosa de escuchar los detalles más pequeños de su vida, desde lo que comió
para almorzar hasta lo que usted estaría dispuesto a defender con su vida. Ella quiere saber lo que
usted piensa y cómo piensa, y quiere que usted haga lo mismo con ella. ¿Quiere mantener la
química en su relación con su esposa? Pregúntele qué piensa. A las mujeres les fascina una
conversación de ida y vuelta. Ábrase y cuéntele lo que está pensando y se sorprenderá de lo
regocijante que es eso para ella. Cuando ella le ve creciendo y desarrollándose, se siente motivada
a hacer lo mismo.
¿Recuerda cómo se sentía cuando comenzó a salir con esa joven que ahora es su esposa? ¿Cómo
la llamaba durante el día sencillamente porque estaba pensando en ella, y porque quería escuchar
su voz? Usted se salía de su ruta para aparecer de pronto y verla en el trabajo o en su casa. Usted
no se distraía cuando hablaba con ella. De hecho, ambos podían sentarse y hablar por horas.
Usted en realidad escuchaba todo lo que ella decía. Hasta deseaba fervorosamente descubrir sus
pensamientos y opiniones. La conversación era muy fácil. Usted le contaba todo.
La intimidad emocional era fácil en ese entonces porque sus corazones estaban siempre
conectados. Y ese es el secreto, la raíz: dos corazones deben estar conectados para experimentar
intimidad emocional. Esa es la forma en la que Gary y yo comenzamos nuestro día, antes de que
siquiera salgamos de la cama. Gary es la persona madrugadora en nuestra casa, así que
generalmente se despierta antes. Aún estoy medio dormida cuando le escucho susurrarme: -Te
amo Barb... te necesito Barb.- Pero lo que me fascina es cuando dice: -Nena, nena, nena.- Me
hace reír cada vez que lo dice, le trae gozo a mi alma, y es allí cuando yo comienzo a decirle que
le amo. Cada día comenzamos así.
Inténtelo. Antes de salir de la cama en la mañana dele a su esposa un –Te amo- desde su
corazón. Entonces, durante el día llámela desde su trabajo. No creerá la cantidad de puntos que
una sencilla llamada puede anotar. Hace que una mujer se sienta amada y honrada que usted se
tome un tiempito en medio de todo para hacerle saber que está pensando en ella.
El esposo de Sonia tiene un elevado puesto de gerente en una gran compañía de servicio. Con
todo, él se toma tiempo por lo menos una vez al día para llamarla. Algunas veces es para contarle
lo que le está ocurriendo. Algunas veces es para ver cómo le va a ella. Y otras veces es
sencillamente para decir: -Estoy junto a ti. Te amo.-
Este tipo de conexión, de tomarse el tiempo para estar en sintonía mutuamente provee seguridad
e intimidad en la relación. Es parte de lo que hace que un matrimonio sea grandioso.
Su esposa tiene un intenso deseo de ser emocionalmente transparente con usted. Ella necesita
saber todo sobre usted. No para que ella pueda poseerle o controlarlo, sino para que pueda
experimentar una verdadera unidad con usted. En eso consiste la intimidad al nivel más profundo:
cuando le permite llegar hasta su alma y usted puede llegar a la de ella, cuando mutuamente se
revelan como son el uno al otro, cuando pueden hablar todo de todo, cuando comparten sus
opiniones y perspectivas.
Cuando una mujer se siente segura y lo suficientemente protegida para desvestirse
completamente en lo emocional con su esposo, es lo mejor que puede pasar. Le daré una ayuda:
si sus almas se desvisten frente a frente, sus cuerpos le seguirán.
Si usted provee este tipo de atmósfera de intimidad emocional para su esposa, su vida jamás será
la misma. Pero para que pueda hacerlo, tiene que lograr varias cosas.

Escúchela
Sobrecargada. Estoy seguro que conoce la palabra, y el sentimiento. Pocos podemos escapar de
esto en el mundo de hoy. Usted está ocupado, su esposa está ocupada. El ritmo veloz a menudo
separa a las parejas sencillamente porque no hay tiempo de conectarse, o por lo menos no hacen
tiempo para conectarse.
Una forma segura de conectarse es ofrecer un oído para escuchar. El énfasis aquí está en
escuchar, no en arreglar. Realmente escuche los mensajes que su esposa le envía. No los oiga
simplemente, sino escúchelos. ¿Qué es lo que le está diciendo? ¿Está escuchando los mismos
comentarios una y otra vez? ¿Siempre discuten sobre las mismas cosas? Despiértese, estos son
temas no resueltos, los cuales se están comiendo a su esposa. Y para serle franco, puede que ella
ni siquiera se dé cuenta. Como ya dijimos anteriormente, puede que ella no reconozca la
profundidad de su necesidad de conectarse hasta que encuentre a un comprensivo oyente en otro
hombre.
Invierta unos minutos ahora mismo pensando en cualquier tema no resulto que usted tenga con
su esposa. Luego pregúntele a su esposa si ella tiene alguno. Y si dice: -Oh, nada cariño- no de un
suspiro de alivio, sentándose frente al televisor. Investigue un poco, y escuche mucho más aún.
Déjela hablar hasta que alcance lo profundo del corazón de ella y descubra el verdadero problema.
Aquí están algunas formas reales y prácticas para que usted escuche:
 Dele su completa atención cuando ella le hable. Deje a un lado el periódico. Apague el
televisor. Mírela a los ojos.
 Permita que el contestador del teléfono atienda la llamada si el teléfono suena mientras los
dos están hablando.
 Encuentre algún deporte que puedan practicar juntos. Esto no sólo les proveerá estar juntos
físicamente sino que además les proveerá mucho tiempo para hablar y escuchar. Salgan a
pasear en bicicleta, o a caminar, o a jugar al golf.
 Siéntense los dos al final de cada día y hablen acerca de todo lo que sucedió. Retenga las
ganas de resolver los problemas y simplemente escuche.
 Esté listo para ir a la cama juntos, y vayan a acostarse al mismo tiempo. Tienen la
oportunidad de terminar el día juntos, escuchándose mutuamente, abrazándose mutuamente.

Muéstrele comprensión de corazón


¿Es usted crítico con su esposa? Probablemente respondió rápidamente que no a esta pregunta.
Pero piense. ¿Acaso usted, ya sea por sus palabras o su actitud, algunas veces la hace sentirse
avergonzada o tonta por la forma en que ella se siente? ¿Le dice que se preocupa mucho? Cuando
ella sueña en grande, ¿le ofrece las razones por las cuales tales proyectos no funcionarán, o se
pone usted a la defensiva?
¿Está preocupada ella con lo ocupado que parece estar su itinerario familiar el próximo mes? ¿Y
acaso usted le respondió: -No te preocupes por nada. Siempre sale bien.-? ¿Qué me dice si intenta
esto: -Cariño, realmente estamos haciendo muchas cosas, démosle un vistazo a nuestra agenda y
reanalicemos algunos de los planes-? Le puedo asegurar que para cuando terminen de hablar, su
agenda quedará exactamente igual, pero al haber invertido unos minutos compartiéndolo con su
esposa, le ha otorgado un increíble sentimiento de alivio.
Cuando una mujer ve que su esposo está dispuesto a abrirse y compartir con ella (y más aún,
mostrar comprensión y el deseo de ayudarla a llevar sus cargas) ella le honrará a él y a sus
necesidades. Si por el contrario las necesidades de ella no son satisfechas, se sentirá
desconectada. Y cuando esto sucede veintitrés horas y media al día, olvídese también de
conectarse físicamente esa última media hora. Le puedo asegurar que no habrá conexión. Pero
cuidado: si su motivación para conectarse emocionalmente con su esposa es simplemente para
lograr que ella se conecte físicamente, ella se dará cuenta de su intento.
Ella le observa cada día durante toda la semana. Si usted no es tierno ni demuestra aprecio en
forma consistente, le será difícil confiar en usted y entregarse por completo. Para la mujer, la
intimidad debe ser genuina y constante, y créame, ella sabe si usted pone a funcionar su encanto
cuando quiere estar con ella en el dormitorio. Dios hizo a la mujer con el deseo de experimentar
un alimento emocional mutuo. En el momento en que usted se dé cuenta de lo fuerte que es esta
necesidad para su esposa (y esté dispuesto a caminar la milla extra para satisfacerla) su
matrimonio podrá ser transformado.
¿Quiere algunos consejos?
 Escríbale una carta, y dígale todo lo que le ha estado preocupando. Si usted le permite
entrar en las áreas más profundas de su corazón, eso cambiará la vida de ambos.
 Ore con ella diariamente. Y recuerde agradecerle a Dios, cuando ella le escuche, porque le
ha dado una mujer tan maravillosa.
 Encuéntrese con ella para almorzar, y pregúntele qué podría hacer para aliviar su carga.
 Métase en la conversación cuando ella está compartiendo una historia o una carga,
repitiendo lo que escucha y animándola. Ella necesita que usted sea su abogado defensor.
 Sintonícese con su esposa en el mismo minuto en que entre a su casa al final del día.

Déle atención y afecto


La Biblia anima a los esposos a ser atentos con sus esposas. “Vosotros, maridos, igualmente, vivid
con ellas sabiamente, dando honor a la mujer como a vaso más frágil” (1 Pedro 3:7).
¿Alguna vez su esposa le dijo, -No le estás prestando suficiente atención a nuestro matrimonio-? Si
lo ha hecho, en realidad está diciendo, -Me siento distante emocionalmente de ti, y tú no me
prestas suficiente atención.- ¿Cómo fue que usted la conquistó al principio? Le dio su más
completa atención. La escuchaba y se preocupaba por las cosas más pequeñas.
Un marido amoroso cuida y alimenta a la verdadera mujer que está dentro de su esposa. Sea
específico. Señálele los cambios positivos que ella ha tenido en su vida. Deténgase y observe con
cuidado las cosas que ella está haciendo en su mundo. Pero haga más que sólo darse cuenta;
dígalo en voz alta. Su esposa necesita su cercanía, su toque no sensual que le comunica que usted
se preocupa genuinamente y le recuerda que es amada más allá de su cuerpo solamente. Su
toque cariñoso le comunica: -Estoy aquí. No estás sola. Te disfruto. Me preocuparé por ti.-
La atención a los detalles más pequeños le demuestra a su esposa que usted está pensando en
ella y que es la persona más importante de su mundo. Sea romántico con ella:
 Déle un beso y un abrazo cuando se va y cuando vuelve a casa.
 Compre entradas para un espectáculo musical que a ella le fascine.
 Déle una rosa de tallo largo como una declaración pública de que la ama.
 Esfuércese en pasar tiempo juntos a solas: salgan a cenar, vayan a caminar, salgan a tomar
un café. Muéstrele a ella (y a otros) que disfruta la intimidad de estar a solas con ella.
 Vaya con ella cuando sale a hacer mandados al supermercado, a la tienda o al banco.
Demuéstrele que usted disfruta su compañía.
 Sorpréndala con un almuerzo tipo picnic, incluyendo un mantel y velas. O haga una fogata
romántica, y acurrúquense con una frazada mientras beben chocolate caliente.

Logre una buena comunicación con ella


Cuando los hombres se hablan entre sí, se informan. Hablan sobre sus logros, las cosas más
importantes, los eventos del fin de semana, el rendimiento de su nuevo automóvil, en fin, la lista
es interminable. En su “conversación informativa” los hombres condensan sus historias y dejan a
un lado los detalles, para así dar a entender su punto rápidamente.
Las mujeres, sin embargo, fuimos hechas para una “conversación más comunicativa.” Los detalles
son importantes para las mujeres. No queremos tener la versión abreviada; queremos todo el
paquete. A medida que hablamos, descubrimos quiénes somos y por qué pensamos en la forma
que lo hacemos. Procesamos la información a medida que dialogamos. Resolvemos los temas en la
conversación. Hablamos las cosas en su totalidad. De alguna forma, nuestro escuchar, hablar y
pensar están interrelacionados, y necesitamos lograr que los tres funcionen al mismo tiempo para
expresarnos completamente.
Así que si usted quiere conectarse emocionalmente con su esposa, debe construir una buena
comunicación con ella. Su esposa quiere saber lo que usted piensa. Ella quiere procesar las cosas
junto con usted.
Preste mucha atención a su esposa cuando se llega a usted, y no siempre intente ofrecer
respuestas. La mayoría de las veces ella simplemente querrá unirse a usted mientras está
procesando sus pensamientos. Ella necesita una audiencia que la ame.
A medida que usted intenta tener una buena comunicación con su esposa, recuerde estos
parámetros:

 No vea cada queja como un ataque. Las mujeres piensan que en la medida que sientan que
el matrimonio está marchando bien, pueden hablar sobre eso. Los hombres sienten que la
relación no está funcionando bien si tienen que hablar de ella. Cuando su esposa comente
alguna queja, trate de verlo como un acto de amor.
 Resístase a la urgencia de resolverlo (sea lo que sea). Su esposa necesita que usted
reconozca sus sentimientos; ella necesita saber que lo que está diciendo, está siendo
registrado por usted. Incluso cuando usted no esté de acuerdo con ella, el hecho de reconocer
sus emociones le permitirá saber que usted no las está menospreciando al pasarlas por alto y
apurarse a sugerir una solución.
 Reconozca las emociones fuertes como si fuesen signos de exclamación. Cuando ella está
disgustada, enojada, o frustrada, dese cuenta que estas emociones son su forma de hacerle
saber lo mucho que le importa un determinado asunto.
 Reserve su evaluación o juicio. Escúchela y muestre empatía. Permítale que se sienta
escuchada y entendida.
 Tenga una actitud respetuosa. No presuma conocer sus pensamientos ni entender sus
sentimientos.
 Encuentre el tesoro en los hechos. Reúna la información basado en lo que ella está
comunicando, dándole valor a lo que ha hecho bien. Existe un buen dicho para esto: -Escriba
las virtudes sobre mármol, y los errores en la arena.- Con demasiada frecuencia invertimos
esto y desanimamos a nuestro cónyuge.
 Esté junto a ella emocionalmente. Si está en luchas, lo último que necesitaría es que se le
digan las razones por las que no debería estar luchando. Lo que ella necesita de usted es que
esté allí con ella.

Resuelva el Conflicto
En Efesios 4:31-32 Pablo nos dice “Quítense de vosotros toda amargura, enojo, ira, gritería y
maledicencia, y toda malicia. Antes sed benignos unos con otros, misericordiosos, perdonándoos
unos a otros, como Dios también os perdonó a vosotros en Cristo.”
Usted no podrá conectarse emocionalmente si en su interior tiene o alimenta el rencor, la
amargura o la ira. Estas emociones son tóxicas para cualquier relación. En el ámbito espiritual, el
enemigo usa estas emociones como puertas de entrada para introducir todo tipo de desorden en
el matrimonio.
Debido a que usted está leyendo este libro, sé que tiene cierto nivel de compromiso hacia su
esposa. Afírmese en el poder de sus votos matrimoniales y permita que este compromiso le libere
de las cadenas de la discordia, las cuales fácilmente pueden alejarlo de la verdadera intimidad
emocional.
Resista cualquier deseo de usar palabras críticas, rencorosas o sarcásticas. Luego de un seminario
matrimonial, una esposa me escribió la siguiente nota: -Cuán agradecida estoy por el impacto que
su charla en la sesión para los hombres en la Conferencia sobre las Cinco Necesidades de Amor de
los Hombres y las Mujeres provocó en Roberto. Él había escuchado millones de veces que “las
palabras hieren a las mujeres”, pero su ilustración de que nos lastima como si fuésemos golpeadas
por piedras finalmente le hizo entender.-
Las palabras rudas, insolentes y críticas pueden lastimar el alma de su esposa y quebrantar su
espíritu. El abuso verbal es tan malo como el abuso físico. No deja ninguna cicatriz física, pero el
daño emocional es igual de devastador y doloroso. Usted tiene el corazón de su esposa en sus
manos, y debido al impacto que ocasionen sus palabras, será transformado para siempre para
bien o para mal.
Usted ya habrá escuchado la expresión: -No lo piense dos veces.- Bueno, sencillamente usted no
se puede dar el lujo de darle a los pensamientos o comentarios negativos un pie de apoyo
(oportunidad que lo piense dos veces) si quiere permanecer con pensamientos puros y un corazón
puro hacia su esposa. Una mujer nunca se conectará emocionalmente ni íntimamente con un
hombre que la destruye.
¿Alguna vez estuvo cerca de parejas así? ¿Se sintió rebajado emocionalmente al escuchar a un
esposo decirle cosas hirientes a su esposa? Palabras críticas, palabras demandantes, el tipo de
palabras “que la ponen en su lugar.”
Me sentí rebajada por una situación así recientemente en un aeropuerto. Estaba en el sector
donde se recoge el equipaje cuando me fijé en un hombre y una mujer que llevaban un carrito
cargado hasta arriba con sus maletas. Repentinamente él se detuvo, giró y comenzó a gritarle a
ella. No pude escuchar lo que le estaba diciendo, pero tan solo mirar a su rostro me asustó.
Algunas veces, la expresión de su rostro, y ni hablar del completo impacto de sus palabras,
pueden asustar a su esposa.
El negar las emociones honestas no es saludable, pero tampoco lo es el tomar como hábito
“arrojar” las negativas sobre otro para que usted se sienta mejor. No está de más decir que
cuando se sienta enojado o frustrado, entonces debe hablar con Dios. Si usted no aprende a
controlar esas emociones tóxicas en una forma saludable, le prometo que ocurrirá una de las
siguientes tres alternativas: su esposa responderá dándole pelea, huirá, o se paralizará. Cualquiera
de las tres son malas opciones.
¿Existe algún conflicto en su relación? ¿Es usted consciente de alguna cosa por la cual le es
necesario perdonar a su esposa? ¿Está guardando algún rencor sobre alguna cosa de su relación?
Si es así, es importante resolver su conflicto.
Pedro tiene una familia que es extremadamente unida, y para su familia fue difícil aceptar a
Belinda en su círculo desde que se casaron. Pedro tampoco ayudó a remediar la situación. En
teoría, él colocaba a Belinda en primer lugar, pero en la práctica le era muy difícil desprenderse de
su mamá y su papá. Por ejemplo, si Pedro y Belinda hacían planes para el fin de semana pero su
madre le llamaba y le invitaba a que fueran a cenar, ¿adivine qué es lo que hacían? Adivinó.
Dejaban a un lado sus planes e iban a la casa de los padres de él para cenar. Durante tres años
Pedro y Belinda pelearon por este tema. Cada conflicto parecía hacer surgir ese reprimido tema
(que Pedro no podía cortar su cordón umbilical). La cosa se ponía peor con cada conflicto, hasta
que finalmente Belinda se hartó. La dependencia de Pedro sobre su familia estaba arruinando un
matrimonio saludable en potencia, pero ella estaba cansada de hablar sobre eso. Así que prefirió
mantener silencio.
El alejamiento de Belinda sorprendió a Pedro, y lo asustó. Fue lo suficiente como para que por
primera vez comenzara a ver la verdad. Se dio cuenta del dolor que había causado a su esposa
permitiendo que su relación con sus padres fuera más importante que su relación con ella. Pedro y
Belinda se dispusieron a resolver el asunto y dejar atrás todo el dolor que se habían ocasionado
mutuamente, y se dispusieron a seguir adelante. A partir de allí no han tenido un conflicto sobre
ese tema nuevamente.
Si usted tiene un conflicto en su matrimonio, trate de arreglarlo. Hable con Dios al respecto. Luego
hable con su esposa. Perdone si tiene que hacerlo. Confiese si tiene que hacerlo. Deje a un lado su
rencor. El albergar resentimientos puede ofrecer un inmediato sentido de gratificación o poder,
pero los resentimientos causarán úlceras y a la larga le controlarán. La manera de restaurar la
armonía en su matrimonio es quitando los resentimientos, no reviviéndolos. Ningún matrimonio es
capaz de recuperarse de las desilusiones y seguir avanzando hacia la madurez a menos que ambos
dejen a un lado la amargura. Usted no podrá confiar en su esposa ni amarla mientras tenga
resentimientos hacia ella, ya sea secretamente o abiertamente.
El dejar atrás el rencor, la amargura, el resentimiento y la ira es algo que hacemos por nosotros
así como también por nuestro cónyuge. La ira pone nuestro propio corazón en tinieblas. Y cuando
estamos en tinieblas, no podemos vivir en la luz. Dios debe ser la fuente para ese perdón, a
medida que extraemos del profundo pozo de sus provisiones. Dios quiere que amemos en la forma
en que fuimos amados, que consolemos como fuimos consolados, y que perdonemos como fuimos
perdonados (1 Juan 4:11; 2 Corintios 1:4; Efesios 4:32).

Póngale protección a sus relaciones interpersonales


Para ser claros, para un hombre es fácil comenzar a cautivar el corazón de otra mujer sin que
siquiera se dé cuenta. Usted piensa que simplemente está disfrutando una conversación con una
compañera de trabajo, pero ella puede verlo como la única atención que ha tenido en toda la
semana. Antes que se dé cuenta, sus conversaciones dejarán de ser una charla amistosa y
abarcarán temas más íntimos. No le estoy sugiriendo que no puede tener amistades con otras
mujeres. Simplemente le advierto que es más fácil de lo que piensa cautivar el corazón de otra
mujer fuera de su matrimonio.
Aquí hay algunas señales de peligro que podrá observar en otras mujeres:
 Elogios
 Contacto visual intenso
 Efusividad inapropiada
 Excesiva referencia a lo importante que usted es
 Querer hablar sobre temas íntimos
 Querer tocar su brazo o frotar su espalda mientras conversan
 Hablar más sobre usted que sobre su esposo
 Actuar como si usted fuera su audiencia
Piense en lo siguiente, si esta mujer le invitara a su casa y estuvieran solos, ¿los temas y la
conversación seguirían siendo los mismos que cuando están en público o con una audiencia? Si
ella es sugestiva en su conversación, y le confiesa que su esposo no satisface sus necesidades,
haciendo que usted sienta compasión o lástima por ella, tenga mucho cuidado. ¿Le cuenta ella
historias que tienen alguna tonalidad sugestiva o que le lleven a verla a ella bajo esa luz? ¿Acaso
hace referencias sobre su cuerpo o sobre su dormitorio?
Sé que esto puede sonar extremista, pero lo mejor es que usted no permita que lo toque ninguna
mujer con la excepción de su esposa. Si una mujer toca físicamente, es una buena indicación que
está tocando emocionalmente. Si usted está teniendo acceso a las emociones de una mujer que
no es su esposa, está entrando en una zona mayúscula de peligro. Para ella es algo tan íntimo
como prepararse para tener relaciones sexuales. Es así de serio. Independientemente de lo
atractiva que le pueda resultar a su masculinidad tener la atención de otra mujer, una amistad
inocente puede rápidamente tomarle por sorpresa y llevarle por un sendero que pronto lamentará.
Un consejo: confíe en los instintos de su esposa en esta área. Si ella le sugiere que otra mujer se
está comportando en forma inapropiada, su esposa probablemente tenga razón. La mayoría de las
mujeres tienen un radar, un estado de alerta innato hacia la comunicación no verbal y la habilidad
de trasladar el lenguaje corporal a los hechos emocionales. Su esposa probablemente es capaz de
ver estas cosas claramente, así que no la critique ni la culpe de inseguridad por sus advertencias.
Considérelo como un regalo de Dios que ella le aleje del peligro.

Las recompensas de la intimidad emocional


El verano anterior a que nuestra hija más joven, Missy, nos dejara para ir a la universidad, la llevé
al lugar que más le fascina en el mundo, Kamp Kanakuk. Por veintiséis días ella estaría como
campista, con importantes responsabilidades de liderazgo en un grupo de doscientas chicas de
todo el país.
Si bien este viaje tenía un significado muy especial para nuestra hija, también tenía un significado
abrumador para mí. Sabía que este era el comienzo del fin de una era. Pronto tendría que
enfrentarme con un nido vacío. Nuestras dos pequeñas hijas habían crecido. Cuando Missy
regresara a casa, inmediatamente partiría para la universidad. A la vez, estábamos planificando el
casamiento de nuestra hija Sarah. Como madre, sentía como si toda una vida de apoyo,
participación y compromiso estuviera a punto de desvanecerse sobre el horizonte, y entonces
despertaría- sin hijas.
Me quedé en el campamento tanto como pude para ayudar a que Missy se estableciera. Luego
finalmente supe que tendría que irme. Ambas estábamos llorando cuando nos abrazamos. Luego
me compuse momentáneamente y le deseé que tuviera un tiempo maravilloso, mientras yo
emprendía mi viaje de ocho horas de regreso a casa.
Quería llegar a casa y estar con Gary lo antes posible, necesitaba conectarme con él y sentir su
apoyo y comprensión, así que decidí tomar un atajo. Al tomar ciertas rutas podía ahorrarme una
hora de viaje. Mi mente estaba llena de pensamientos sobre Missy, nuestra pequeña niña.
¿Cuándo había crecido? Yo la necesitaba. Nos había traído tanta alegría. Entonces me puse a llorar
de nuevo y me di cuenta que estaba manejando sola hacia el resto de mi vida sin mis hijas en
casa. Más y más lágrimas me brotaron, al punto en que no podía ver nada. Me detuve al costado
de la carretera y enterré mi cabeza en mis brazos, llorando con dolor.
Precisamente allí, Gary me llamó al teléfono del auto y yo me desahogué. Hablamos, lloramos,
miramos el futuro y volvimos a hablar. Gary estaba tan conectado conmigo que yo estaba
convencida que él estaba en el auto conmigo. Finalmente colgamos y yo seguí conduciendo. Me
sentí apoyada y fortalecida para el resto del viaje. Solamente quería llegar a casa y caer en los
brazos de mi esposo, mi compañero del alma y mi mejor amigo.
Mi confianza había sido restaurada, pero la confianza que Gary tenía en mí estaba palideciendo.
Comenzó a llamarme para preguntarme cómo me encontraba. Estaba preocupado con mi
seguridad y lidió con la misma tratando de solucionar el problema. Me presionó para que me
saliera de la ruta y pasara la noche en un hotel. Olvídate de su solución, pensé. La idea me ponía
furiosa. Yo necesitaba su presencia, su compañía, lo necesitaba a él, no una habitación de hotel.
Con gusto habría conducido hasta el fin del mundo para encontrarme con él.
Varias llamadas después, Gary me anunció que había hecho una reservación en un hotel en la
ciudad de Kansas, a mitad de camino entre nuestro hogar y el campamento. A esa altura estaba
bastante enojada con él. Lo que no me dijo es que en ese momento, él estaba manejando cuatro
horas para encontrarse conmigo en esa habitación de hotel. Cuando yo llegué, él ya estaba
esperándome allí. Él sabía lo que yo necesitaba; necesitaba su presencia. Él me satisfizo
emocionalmente, y una vez más yo estaba confiada y floreciente.
A la mañana siguiente, al salir el sol, abrí un ojo y escuché esa maravillosa voz decir: “Nena, nena,
nena.” Sonreí y pensé, Hey, quizá el tener un nido vacío no sea tan malo. Fue así que quedé más
convencida que nunca que como pareja nosotros podíamos atravesar lo que fuera, con la
condición de que lo hiciéramos con intimidad emocional y siempre juntos.
La forma en la que Gary estableció la atmósfera del día, al entrar a nuestro nido vacío con una
postura tan firme y servicial en lo emocional es el tipo de amor sacrificado y conexión íntima que
él ha demostrado una y otra vez en nuestra relación. Es el tipo de intimidad emocional que ha
construido una fortaleza de protección alrededor de nuestro matrimonio.
Le animo a que construya paredes de protección alrededor de su esposa, entregándose a
satisfacer su necesidad de intimidad emocional y comunicación. Si lo hace, ella florecerá y se
acercará a usted, tanto emocionalmente como físicamente. Esta es realmente la llave hacia el
corazón de la mujer.

CAPÍTULO 5. Amistad. La necesidad de amor #3 del esposo. “Te necesito como mi


compañera más confiable.”
Gary le habla a las esposas

-Barb, estoy camino de regreso a casa. Necesito hablar contigo inmediatamente. Tengo unas
noticias fantásticas y necesito dártelas en persona.-
Sé que otras personas hubieran estado deseosos de escuchar estas noticias también, pero quería
que Barb fuera la primera en escucharlas. Y quería que ella las escuchara directamente de mí.
Cuando entré por la puerta de atrás, Barb estaba esperándome. –Barb, es maravilloso,- dije,
sonriendo de oreja a oreja, -Mi papá acaba de confiar en Cristo como su Salvador.-
Para entender el significado de ese anuncio, usted necesitaría conocer un poco la historia de esto.
Yo no crecí en un hogar cristiano. Si bien nuestra familia iba a la iglesia, daba dinero, y respetaba
a Dios, yo nunca había oído acerca de una relación personal con Jesucristo hasta 1973, cuando
escuché una presentación de la Cruzada Estudiantil para Cristo en mi sociedad de estudiantes
universitarios. En el verano de 1973 yo había aceptado a Jesucristo en mi vida como mi Señor y
Salvador.
Cuando le conté a mis padres sobre esto, mi padre reaccionó fuertemente. Él pensó que yo me
había unido a una secta y tenía temor que me estuviese volviendo loco. Casi inmediatamente me
encontré entre la espada y la pared. Estaba sediento de esta nueva relación con Cristo y sentía
una increíble carga por la salvación de mi padre, pero también necesitaba su afirmación o
consentimiento, la cual él no estaba dispuesto a darme.
Durante los siguientes veintiún años oré por mi padre y compartí mi fe con varias veces sin ningún
provecho. Entonces, en la víspera de su cumpleaños número setenta y cinco, y como estaba a
punto de pasar por una seria operación del corazón, le escribí una carta y se la di antes de irme
de la ciudad. En esta carta le contaba las docenas de recuerdos de padre e hijo que habíamos
experimentado juntos. También le aseguré que si no sobrevivía la cirugía, yo me haría cargo de
mamá, financieramente y emocionalmente. Finalmente, le hablé una vez más sobre su necesidad
de una relación personal con Jesucristo. Le dije que me lamentaría por el resto de mi vida si él no
sobrevivía la cirugía sin que yo me hubiera arriesgado a compartir mi sentir y las Buenas Noticias
con él por última vez.
Las últimas palabras en la carta fueron: -Papá... te llamaré en dos días, precisamente antes del día
de tu operación, y te preguntaré una cosa: ¿Hiciste la oración (oración de salvación) de la página
205 de mi libro Guard Your Heart?-
Cuando lo llamé dos días después, mi mamá me preguntó, -¿Qué le dijiste a tu padre en esa
carta? Está llevando tu libro a todos lados con su dedo en una página, pero no me quiere mostrar
esa página. Sólo la sigue leyendo Gary.-
-Déjame hablar con él mamá.-
Cuando mi padre tomó el teléfono le pregunté, -¿Papá, oraste esa oración?-
-Hijo, hoy me hice cristiano,- me dijo.
Usted no se puede imaginar el gozo que conmovió mi alma cuando escuché esas palabras, y la
primera cosa que quise hacer fue llegar a casa y decírselo a Barb, mi esposa, mi amante, mi mejor
amiga, quien había orado conmigo durante todos estos años por la salvación de mi padre. Otras
personas también habían orado (nuestras hijas, mi grupo de amigos de oración) pero Barb tenía
que ser la primera en escuchar las noticias.
Quería decirle a Barb en primer lugar ya que al fin y al cabo, los mejores amigos se cuentan sus
mayores temores y gozos. En eso consiste la amistad de un matrimonio.
La mirada en sus ojos cuando entré por la puerta valía mil palabras. Me decía: -Tú siempre creíste,
Gary, y tu mayor deseo se acaba de cumplir. Tienes la seguridad que estarás en la vida eterna con
tu papá.- Cuando su esposa, querido lector, como su mejor amiga puede compartir las
experiencias de la cima de la vida luego que soportaron juntos el dolor del valle, ustedes
realmente están en la cumbre de la montaña. En esto consiste el matrimonio: la intimidad
alcanzada por medio de la unión de dos corazones, almas y mentes en el medio del gozo y del
dolor.
Al poner los pies sobre la tierra, hay una persona con la que sé puedo contar, pase lo que pase:
Barb. Independientemente de lo unido que esté con mis hermanos en Cristo en una conferencia
para hombres o en nuestros grupos semanales de rendición de cuentas, Barb realmente es mi
amiga número uno, mi mejor amiga.
Así como Barb me había recibido con su amor incondicional el día que llegué a casa con las
dolorosas noticias de perder la mitad de nuestros ingresos (cosa que compartí en el capítulo 1),
ella me recibió en este día con celebración. Eso es lo que hacen los mejores amigos: ellos le
reciben sea cual sea la historia que usted lleve. Ya sea dolor, heridas, esperanza, pérdida o
celebración. Los amigos, los mejores amigos, se conectan con usted en el transcurso de cualquier
experiencia. En eso consiste ser amigo de su cónyuge.
Cuando comparto la historia de la salvación de mi padre, las personas reaccionan haciendo eco de
mi celebración de la fidelidad de Dios. Incluso estimula a algunos de ellos a contarme sus propias
oraciones contestadas y anima a otros de a contarme sobre su esperanza que sus oraciones por
algún ser querido sean contestadas un día. Cierto día, en una conferencia, una mujer me preguntó
algo particular al respecto, -¿Qué fue lo que Barb dijo que le hizo sentirse tan conectado? Me
encantaría acercarme al corazón de mi esposo como mi mejor amigo.- Como le dije a ella, fueron
en realidad varias cosas.
 Barb dejó todo a un lado y me dio su completa atención.
 Barb se conectó con mi alma con una profunda expresión de gozo y celebró conmigo.
 Debido a que Barb había orado conmigo por tanto tiempo, sus oraciones genuinas y
sentidas también fueron contestadas, así que ella se regocijó en el obrar de Dios hacia
nosotros dos.

¿Qué era lo que yo necesitaba de ella en ese momento? Su atención. Tener acceso a su alma. Su
genuina alegría de que su mejor amigo estaba celebrando la respuesta a su prolongada oración.
Eso es lo que hacen los mejores amigos: ellos dan así como también buscan; dejan a un lado sus
agendas para buscar el corazón del otro, ellos sienten con uno en vez de imponer sus propios
sentimientos sobre el otro.
Mi amistad con Barb es lo que define la mayor parte de nuestro matrimonio. No sólo la amo con
un amor ágape (incondicional, como Cristo). También estoy enamorado de ella con el amor eros
(romántico). Pero mi profundo amor phileo (amistad) hacia mi esposa es tan esencial como mi
amor ágape y mi amor eros.
No es una coincidencia que nuestra investigación sobre las necesidades de amor de los cónyuges
indica que las principales necesidades de amor del esposo concuerdan con las descripciones
bíblicas del amor. El amor ágape, eros y phileo encabezaban la encuesta sobre las necesidades de
los esposos en sus matrimonios (y en ese mismo orden).
Lamentablemente, he visto un patrón una y otra vez en mi oficina de consejería: un hombre y una
mujer se enamoran románticamente, se comprometen en casamiento, pero les falta la profundidad
del amor de amigos en su relación.
Rebeca y Patricio son un ejemplo. Rebeca me dijo en una sesión de consejería: -Si fuera
realmente honesta (y no sé cómo admitir esto a mí misma, mucho menos a Patricio) soy yo la que
obstaculiza que construyamos una fuerte amistad en nuestro matrimonio.-
Rebeca tuvo que reunir mucho valor para admitir esto, pero esa confesión fue el comienzo de su
habilidad para construir un matrimonio fabuloso. Patricio quería una amistad profunda con Rebeca,
pero ella no le permitía acercarse. Rebeca había sido abandonada por su padre cuando era
adolescente. Precisamente cuando estaba en una etapa de desarrollo tan importante, su papá
abandonó a su esposa y a sus cuatro hijos. El día que su padre se fue, Rebeca se prometió a sí
misma: -Nunca volveré a confiar en un hombre.- Ahora Patricio era quien pagaba los platos rotos
por la traición de su padre. La experiencia pasada de Rebeca y su falta de confianza se había
interpuesto en la senda que avanza hacia una relación íntima con él, y ella simplemente fingía que
las cosas estaban bien. Fue sólo cuando Rebeca comenzó a derribar sus propias paredes de
autodefensa y a lidiar con el dolor no resuelto de su pasado que comenzó a acercarse a Patricio.
Hoy día, su relación está creciendo a medida que su apertura y confianza es fortalecida día a día.
Sé que suena como una paradoja decir que uno tiene que desprenderse para construir, pero es
cierto. Las paredes no se construyen en un día, y no pueden ser derribadas rápidamente. En vez
de eso, necesitan deshacerse ladrillo por ladrillo. Las paredes interiores que dividen a un esposo
de su esposa necesitan ser reemplazadas con una pared saludable alrededor del matrimonio. Esto,
entonces, permite que se tomen riesgos y que se experimente la vulnerabilidad y la transparencia
dentro de la relación matrimonial, y cuando eso sucede, las dos almas se conectan con el amor
phileo.
¿Qué es lo que su esposo necesita en la amistad con usted?
En nuestra encuesta, la necesidad de amor número tres para la gran mayoría de los hombres es la
compañía, o la amistad. Esto en realidad no debería sorprendernos. Desde que Dios colocó a
Adán, el primer hombre, sobre la tierra, los hombres necesitaron ser complementados por sus
esposas. A menudo le digo a la gente: -No estoy bien solo. Necesito a Barb.- Adán experimentó la
misma cosa al estar nombrando los animales. Él estaba solo. Simplemente no se había dado
cuenta de su soledad hasta que vio a todas las parejas que estaba nombrando. Allí estaba él,
trabajando en el huerto de Eduardoén cuando “dijo Jehová Dios: No es bueno que el hombre esté
solo; le haré ayuda idónea para él” (Génesis 2:18). Así que, como Adán estaba cumpliendo el plan
de Dios para él nombrando los animales, Dios estaba cumpliendo su plan para Adán: “Entonces
Jehová Dios hizo caer sueño profundo sobre Adán, y mientras éste dormía, tomó una de sus
costillas, y cerró la carne en su lugar. Y de la costilla que Jehová Dios tomó del hombre, hizo una
mujer y la trajo al hombre” (Génesis 2:21-22).
Dios trajo a Eva a Adán para complementarlo. Ellos fueron los compañeros del alma. El tipo de
amistad que experimentaron ha sido una importante necesidad para los hombres y las mujeres
desde ese entonces. Nosotros queremos esa relación cercana, tal y como Dios quiere estar
relacionado con su creación. Nosotros como hombres necesitamos la amistad de nuestras esposas.
Adán necesitaba a Eva. Yo necesito a Barb. Su esposo le necesita a usted. Esto puede sonar como
un misterio, así que profundicemos un poquito.
Debemos descifrar lo que un hombre está queriendo transmitir cuando dice: -Necesito la amistad y
compañía de mi esposa.- También necesitamos comparar eso a lo que usted quiere transmitir
cuando piensa en esos términos.
Cuando usted escucha la palabra amistad, ¿qué es lo que pasa por su mente? ¿Vulnerabilidad?
¿Transparencia? ¿Comunicación de corazón a corazón? Este es probablemente un buen comienzo
para describir las necesidades de una mujer. Ahora, permítame darle una idea de lo que es el
corazón de su esposo. Él necesita las mismas cosas, pero probablemente no lo comunicaría en la
misma forma o con los mismos términos. Él sabe, por lo menos en lo profundo, que quiere estar
seguro con usted para explorar lo que está dándole vueltas en su corazón y mente. La verdad es
que, probablemente tiene cierta inseguridad interior, pero no se lo va a comunicar directamente.
Él sabe que si decide arriesgarse con usted, no va a ser juzgado o rechazado. La mayoría de los
hombres que conozco quieren comunicarse, pero no quieren ser malinterpretados.
¿Alguna vez ha escuchado a alguien decir estas cosas: -Pensé que teníamos mucho tiempo.-? O -
¿Dónde se han ido los años?- O, -Nunca creí que fuésemos a envejecer tan rápido.-
Si usted está en los veinte y tantos o los treinta y tantos probablemente esté pensando, Hágame
el favor. Eso suena como algo que mis padres o mis abuelos dirían. Bueno, usted no podrá creer lo
rápido que los años se van volando. Cuando nuestros hijos son jóvenes, soñamos en tener tiempo
a solas con nuestro cónyuge. (Oiga, ¡cuando son realmente jóvenes, soñamos con tan solo poder
tener cuatro horas de sueño ininterrumpido!). Pero antes que se dé cuenta, tendrá cuarenta y
tantos años, contemplando un nido vacío. Usted anhelará un poco de ruido en la casa proveniente
de sus hijos y sus amigos.
Así que aquí le va un consejo: comience a edificar esos patrones de amistad lo antes posible en su
relación matrimonial. ¿Es demasiado tarde hacerlo más adelante en la vida? No. Pero cuanto antes
comience, mejor habrá de terminar. No sólo serán excelentes ejemplos para sus hijos, sino que
usted y su esposo se beneficiarán de la dimensión extra que la verdadera amistad trae a su
relación.
La amistad no sucede del día a la noche, incluso entre cónyuges. ¿No le parece sospechoso
cuando alguien dice que un recién conocido es su “nuevo y mejor amigo”? La verdadera amistad,
que implica confianza y vulnerabilidad, honestidad y estímulo, intereses y actividades compartidas,
demanda tiempo para poder desarrollarse y madurar. Y la amistad entre cónyuges requiere lo
mismo. Yo lo llamo el “síndrome del conejo aterciopelado.” Para el momento en que nuestro
cabello se haya caído y nuestros ojos no puedan ver bien, finalmente estamos cómodos el uno con
el otro. Estamos los suficientemente cómodos para decir lo que necesitamos decir y ser lo que
necesitamos ser con honra y gracia y sin condenación.
Su esposo quiere poder ponerse su camiseta favorita y sus jeans favoritos y estar en casa con
usted. Ya sabe, la camiseta que usted vive amenazando que la usará como trapos y los jeans que
no lucen demasiado bien pero le calzan, además son su primera elección cuando abre la puerta del
ropero. Lleva un tiempo hacer que queden así. La etapa rígida, la de los “pantalones lindos” tiene
que pasarse para lograr que queden más amoldables y cómodos. Lo mismo sucede con el
matrimonio. Usted debe trabajar en la relación hasta que llegue a la etapa de amistad y
compañerismo, la cual logra que un matrimonio fabuloso se sienta “cómodo.”
Teniendo estas cosas presentes, entonces, concentrémonos en algunas de las formas en que su
esposo pueda necesitar su amistad.

Él necesita que usted tenga expectativas reales


Jugando un poco con el título del libro de Wellington Boone Your Wife Is Not Your Momma, quiero
recordarle que “su esposo no es su amiga.” Piense en eso. Las esposas y los esposos encaran su
necesidad de amistad en forma diferente.
Su esposo nunca será como “una de las chicas.” Ese no es el tipo de amistad y compañía que él
necesita de usted. Él no es una de las chicas. Y usted tampoco querría que lo fuera.
Lo que Barb dice que ella necesita de una amiga es una tonelada de palabras, una relación de
confianza en la cual ella pueda explorar toda una gama de emociones, y un enorme abrazo cuando
la conversación termina con una nota emotiva. Lo que yo necesito con frecuencia de Barb, como
amiga, son pocas palabras, un pequeño espectro de emociones de modo que no me sienta fuera
de control, y un gran abrazo después de una conversación de corazón a corazón.
Hace un tiempo atrás, yo estaba escuchando mientras Barb estaba conversando por teléfono con
una amiga. Ambas saltaban de sentimiento en sentimiento y de tema en tema. Cuando terminó yo
le dije, -¿Cómo es que una conversación así puede tener sentido? Yo sé cómo resolver tu
problema. Simplemente haz esto...”
Barb sacudió la cabeza y dijo profundamente, -Gary, simplemente no eres mujer.-
A lo cual respondí, -Gracias, Jesús.-
Ella me ignoró y continuó: -Sé que tú quieres “hablar como las mujeres los hacemos” algunas
veces, pero no fuiste diseñado para ser mi amiga... sólo mi mejor amigo.-
Esa fue una declaración brillante. Cuando pienso en que las expectativas realistas sean un
componente de la amistad de nuestro matrimonio, pienso en ambos dándonos cuenta de quiénes
somos y quiénes no somos. En momentos de mucha presión yo utilizo muchas palabras. En
momentos de gozo exuberante puedo estallar con muchas palabras. Pero en las experiencias
cotidianas de la vida, el ministerio y los temas familiares, puede que no exprese lo que pienso o
siento con tantas palabras. Eso no significa que no necesite a Barb. Significa que necesito que ella
entienda que menos palabras no significa tener menos necesidad de compañía.
Usted necesita aferrarse a ese entendimiento con su esposo también. Nosotros los hombres no
nos metemos en ese completo espectro de emociones tan frecuentemente, expresándolas con
tanta prontitud y libertad como ustedes lo hacen. Cuando ustedes sí experimentan eso con
nosotros, quieren más (y tiene sentido), pero dese cuenta que la mayoría de los hombres no lo
hacen tan seguido ni quizá tan profundamente. ¿Acaso estoy diciendo, -Tome lo que pueda, pero
no espere mucho más-? Quizá. Pero lo más importante es que la estoy animando a recibir a su
esposo y ser ejemplo para él de lo que es la comunicación profunda, pero sea realista en sus
expectativas con respecto a él.
Y cuando él le comunica cosas profundas, recuerde mantenerlo como algo únicamente de ustedes
dos.

Él necesita que usted le diga la verdad en amor


Ser honesto significa ser vulnerable, y la vulnerabilidad puede ser como aguas lóbregas para los
hombres. En primer lugar, es muy duro para los hombres abrirse con otros hombres,
primeramente debido al orgullo que tenemos. A menudo se lo llama “ser macho,” pero en realidad
es tener temor de quedar como unos tontos. Si somos muy honestos nos imaginamos que
estamos admitiendo que necesitamos a alguien que nos ayude a solucionar un problema. En
esencia estamos diciendo: -No sé cómo hacer esto. ¿Me dirías cómo?- (Es como tener que
detenerse y preguntar por una determinada dirección) Nos sentimos inadecuados, y cuando nos
sentimos así, tenemos temor de terminar pareciendo que somos unos tontos. Odiamos el quedar
como un tonto frente a otro hombre. Pero hay una cosa que odiamos aún más: quedar como unos
tontos frente a ustedes.
Pero si es que los esposos hemos de ser verdaderamente los mejores amigos de nuestras esposas,
tenemos que desarrollar un nivel de confianza que nos permita sentir que podemos ser honestos
con ellas.
El verano pasado, Barb y yo estábamos en la cocina una mañana, esperando que el café estuviera
pronto, cuando lo pregunté lo que yo creía sería una pregunta sencilla: -Cariño, ¿puedes pensar en
algún momento en el que me viste lleno de orgullo pero que yo no lo reconocí?- Su respuesta me
tomó con la guardia baja porque ella usó mi vulnerabilidad para señalar con amor pero
honestamente algo que nunca habíamos hablado.
Pocos meses antes de eso, yo había hablado en un gran evento secular, donde había varias
cámaras de televisión y luces brillantes. Demasiado brillantes para mi propio bien, de acuerdo a
como terminó todo. El gobernador de Iowa, que resulta ser un querido amigo así como también
un miembro de mi estudio semanal de la Biblia con hombres, me precedió en el podio e hizo unos
buenos comentarios sobre mi persona. Cuando yo hablé, la multitud respondió positivamente
frente a mi presentación, y sentí que había podido controlar el leve equilibrio de llevar a los
hogares un mensaje para una audiencia secular sin violar la confianza de los planificadores que me
habían dicho “juega limpio” (es decir, no prediques).
Luego del evento, Barb y yo salimos a cenar, y comencé a hablar sobre el logro de aquella tarde,
con demasiado de mí en esa conversación. Ahora Barb me estaba recordando esto y me dijo cómo
aquella noche sintió, por primera vez, que yo estaba comenzando a creer lo que quienes me
adulaban decían de mí.
Cuando dijo eso, un escalofrío subió por mi espalda. Una de mis mayores preocupaciones es no
olvidarme nunca que separado de Dios no puedo hacer nada.
-Cariño, nunca te había visto así antes,- dijo Barb. –No fue evidente desde la plataforma, pero en
la cena era como si hubieses sido picado por el enemigo y comenzaras a inflarte. Fue casi como si
tuvieras una reacción alérgica a la picadura de un insecto. Recuerdo que oré para que Dios obrara
en ti al punto en que con gentileza te trajera nuevamente al lugar donde te veo día y noche.- Ella
hizo una pausa y me miró a los ojos para ver cómo estaba tomando su honestidad, entonces
continuó. –Tú tienes un corazón de siervo y una humildad que demuestra la unción con la que
Dios te ha bendecido.- (No me di cuenta en ese momento, pero ella con sabiduría estaba tratando
de edificarme como contrapartida a las alteraciones que le hubiera ocasionado a mi ego.) –Pero
tengo que admitirlo, Gary, me asusté un poquito aquella noche.-
Sin duda alguna fue riesgoso el quedar vulnerable al hacerle a Barb esa pregunta. Pero Barb
también se arriesgó al ser honesta conmigo sobre mi comportamiento. Al principio me sentí
inseguro y quería defenderme. Luego me di cuenta que quien hablaba conmigo era en realidad mi
mejor amiga.
Barb me dijo la verdad (como todo mejor amigo hace) y la ocasión para hacerlo fue perfecta.
Además, lo hizo con un tono de consuelo, de ánimo y de gracia. Como mi amorosa esposa y mi
amiga, me encaró en mi punto más vulnerable (mi orgullo) y gentilmente me dio una dosis de
realidad. No me trató como a un tonto que está intoxicado con su ego, sino más bien como a un
hombre que está en proceso. Y ella esperó hasta que yo estuve tanto receptivo como dispuesto a
aprender. (Ella no me crucificó en la mesa de la cena aquella noche después del evento porque
sintió que yo no estaba listo para oírlo).
En todas estas formas, reafirmó mi confianza en ella y en nuestra relación.

Él necesita que usted perdone


Recientemente hablé con un grupo de hombres sobre la necesidad del esposo de tener a su
esposa como mejor amiga, y luego Alejandro vino a hablar conmigo. –Quiero conocer a Nina,-
dijo, -y quiero que ella me conozca, pero no estamos cerca. Tengo este agujero en mi corazón que
tiene el tamaño de un transatlántico. No recuerdo la última vez que ella animó o apoyó alguna
cosa mía. Tenemos cuatro hijos maravillosos. Nuestra empresa está floreciendo. Pero cuando se
trata de este matrimonio... bueno, sencillamente me siento vacío. Pareciera que ella encuentra
faltas en todo lo que hago.-
Yo conocía la historia completa, así que estaba consciente que al principio de su matrimonio
Alejandro había complicado las cosas ya que trabajaba de dieciséis a dieciocho horas diarias
intentando establecer su empresa. Entonces Nina se apartó y tuvo una relación emocional con el
mejor amigo de Alejandro. Cuando Alejandro se enteró, hizo lo correcto. En vez de echarle la
culpa a ella, procuró su perdón e hizo todo lo que pudo para acercar esa distancia de amargura.
Desdichadamente, si bien Nina perdonó a Alejandro por fuera, su enojo estuvo hirviendo a fuego
lento durante años. Ella aún tenía rencor ya que Alejandro no había satisfecho sus necesidades
emocionales al comienzo de su matrimonio, cuando ella profundamente le necesitaba para
conocerla en la forma que ella necesitaba ser conocida: sus temores, su pasión, sus esperanzas y
sueños. Alejandro continuó tratando de llegarse a ella, pero sus comportamientos de castigo
continuaban aflorando en la superficie cuando ambos comenzaban a acercase.
-Creo que ella nunca lo dejará atrás,- dijo él. –Siento que más allá de lo que yo pueda hacer,
todavía estaré pagando por mi error del pasado. La confianza está destrozada. Así que cuando le
escuché hablar sobre el hecho que de tener una amistad íntima con mi esposa, le digo que suena
fantástico. Pero no puedo ver que nos esté llevando a ese punto.-
Muchas parejas viven con esa especie de distancia dolorosa de la que Alejandro estaba hablando.
Las razones pueden ser diferentes, pero los resultados son los mismos. Quizás su esposo cometió
algunos errores inmaduros al principio de su matrimonio. Probablemente amontonó una deuda
financiera increíble de la que usted aún está queriendo recuperarse. Quizás su esposo era
increíblemente egoísta sobre sus deseos sexuales, no teniendo en cuenta sus propias necesidades
en absoluto querida lectora. Quizás le daba el primer lugar a su profesión, o al desarrollo de
hábitos de trabajo esclavizantes. Tal vez fue insensible con respecto a la profesión de usted, o al
contrario, su propio deseo de ser un ama de casa a tiempo completo.
Todo tipo de cosas pueden ocasionar problemas en un matrimonio, y las mismas deben ser
resueltas. Pero no debemos permitir que temas del pasado, o incluso hábitos actuales, se
interpongan en el camino de la edificación de un gran matrimonio. Necesitamos enfrentar los
problemas, y una vez que lo hayamos hecho, no debemos cargar la amargura con nosotros.

Él necesita que usted sea honesta


Una de las cosas que conozco sobre mí mismo es que la honestidad es uno de los principales
bloques en la edificación de mis relaciones. Ya sea con Barb, nuestras hijas, mis amigos o mi
equipo ministerial. Yo le doy un gran valor a la honestidad. Y me atrevería a pensar que su esposo
también. La honestidad construye la confianza, y la confianza construye la amistad. La
deshonestidad quebranta la confianza, y la falta de confianza hace que las relaciones no sean
saludables.
Cuando un esposo conoce que su esposa es honesta con él, comienza a confiar en ella y se hace
cada vez más vulnerable para con ella. Cuando siente que no puede confiar en ella, se aparta o se
controla más. Esto se manifiesta en la forma en la que hacemos todo tipo de cosas en nuestros
matrimonios: el control de las finanzas, el ser padres, la comunicación con nuestros padres, el
decidir cómo invertir nuestro tiempo. Cuando un esposo sabe que el sí de su esposa es sí y su no
es no, él comienza a confiar en ella.
Si ella intenta encubrir cosas o es deshonesta sobre su modo de gastar dinero, la confianza se
resquebraja. Si ella cambia la disciplina que ambos decidieron darle a los hijos, la confianza se
resquebraja. Si los padres llaman y les invitan a ambos a ir el fin de semana a la casa de ellos y
ella inventa una excusa, la confianza se resquebraja.
Por favor, sepa que cada uno de estos ejemplos puede obrar en ambos sentidos. Algunos esposos
no son dignos de confianza en sus finanzas o en su vida como padres. Algunos esposos inventan
obstáculos cuando quieren evitar un fin de semana con sus parientes políticos. Y ese tipo de
comportamiento resquebraja la confianza.
La honestidad es crucial al edificar su relación matrimonial y satisfacer las necesidades mutuas. Si
no hay honestidad, en el mejor de los casos una amistad común y corriente sería débil o
superficial. Pero si no hay honestidad en un matrimonio, el verdadero compañerismo entre esposo
y esposa es imposible.

Él necesita que usted se introduzca en el mundo de él


Barb estaba almorzando con algunas de sus amigas una tarde, y una de las mujeres comenzó a
quejarse que su esposo estaba yendo a jugar golf muy a menudo.
-¿Por qué no vas con él?- le preguntó Barb.
-No soporto el golf,- le respondió su amiga.
-Pero tú amas a tu esposo, Anita. Ve y juega con él. Únete a él. Introdúcete en su mundo.-
Barb ayudó a su amiga a entender que usted no tiene que ser “buena” en todo lo que su esposo
se destaca, ni tiene que ser tan entusiasta como él en las cosas que le gustan. Lo que a él le
importa es que usted le dé valor a sus intereses y se una a él en alguna de sus actividades.
Juegue con él. Recréese con él. Ciertamente él tendrá “sus cosas” y usted tendrá “las suyas.”
Puede que a usted nunca le llegue a gustar ir a cazar faisanes y puede que a él nunca le
entusiasme ir a un nuevo supermercado en la ciudad, pero usted puede caminar junto con él a
través del campo algún día hermoso, y él puede caminar junto con usted en una salida al nuevo
departamento del supermercado.
¿Qué es lo que entusiasma a su esposo? ¿La bolsa? Únase a un club de inversiones y aprender la
jerga ¿Ver un juego de fútbol? Preparare palomitas de maíz y únase a él durante un tiempo del
partido. Esto no significa que el la o el fútbol deban convertirse en su pasión, pero lo que sí
significa es que las necesidades de su esposo son su pasión. Así como usted desea que su esposo
se introduzca en su mundo, entre al de él. Anímelo. Alégrelo. Si no lo hace usted, ¿quién lo hará?
(Y nunca queremos llegar a ese punto).

¿Cómo es que puede satisfacer la necesidad de amistad de su esposo?


Para poder entender los componentes básicos de la necesidad de su esposo de tener en usted la
mejor amiga y su compañera del alma, permítame recapitular aquí.
Ajuste sus expectativas con respecto a su esposo recordando que él es un hombre. No lo trate
como si fuera su amiga. Disfrute su masculinidad. Atesore esos preciosos momentos de profunda y
abierta transparencia que comparte con usted, pero sepa que él probablemente no le dará una
dieta diaria de una comunicación profunda y vulnerable.
Edifique y fortalezca la confianza entre usted y su esposo. Cuando él eche algo a perder, como
hice yo en aquella cena, lidie con él en forma honorable y llena de gracia. Recuerde que bastan
unas palabras acertadas de parte suya para quebrantarlo rápidamente. Permita que el Espíritu
Santo controle su lengua y sus comentarios. Edifíquelo, especialmente cuando está comentando
sobre su comportamiento.
Ejercite el perdón, y entonces permita que la ofensa se aleje. No almacene o recuerde las heridas
de su brusco comportamiento. Incluso cuando perdonamos, no olvidamos completamente. Sólo
Dios tiene la capacidad de hacer eso. Algunas veces necesitamos recordar para poder ayudarnos
mutuamente a aprender lo que estamos escuchando de Dios. Pero queremos que recordar con
gentileza.
Tome la firme resolución de ser honesta, no en una forma que hiera o sea condescendiente, sino
en forma que se pueda confiar y que edifique. Las parejas que tienen una relación de confianza y
amistad madura y profunda están comprometidas con ese tipo de honestidad sólida.
Acérquese a su esposo al entrar a su mundo y disfrutar las pasiones de su vida. Si bien su elección
de recreación puede no ser su primera elección sobre la forma de pasar una tarde o las
vacaciones, él es su primera elección. Y el hecho de que usted entre a su mundo sólo le animará a
que él aprenda a entrar al suyo.

Permita que su esposo sepa que usted quiere ser su mejor amiga
Eduardo quedó realmente sorprendido cuando me escuchó decirle a nuestro grupo semanal de
estudio masculino que nuestras esposas desean no sólo ser nuestras amigas, sino también
nuestras mejores amigas.
-Nunca le escuché a Carmen decir que necesitaba esto de mí,- me dijo después. –Esta misma
noche, cuando llegue a casa le voy a preguntar y la semana que viene le haré saber lo que ella
dijo. Creo que se equivocó esta vez, Rosberg.-
A la semana siguiente, después de nuestra reunión, Eduardo me dijo, -Tenía razón. Cuando le
pregunté por qué no me lo había dicho, ella me dijo que creyó que yo pensaría que eso nunca
sucedería, así que ni siquiera quiso arriesgarse. Eso fue lo que originó una buena conversación.-
El mejor lugar para comenzar a edificar su relación con su esposo es informándole que, desde su
perspectiva, esta es una necesidad real en su relación. Su esposo creció rodeado de muchachos y
haciendo con ellos “cosas”, por ejemplo practicar deportes, conducir automóviles, o simplemente
pasar tiempo juntos. Cuando los hombres se casan, algunas veces necesitan aprender cómo hacer
“cosas” con sus esposas. Si su esposo sabe que usted quiere pasar tiempo con él (además de
simplemente cuidar las necesidades de la casa y hacer de madre con los niños) puede que se
arriesgue a pedirle que se le una. ¿Por dónde comenzar?
 Haga un inventario de algunos pasatiempos e intereses de su esposo, y pregúntele si se
puede unir a él en alguno de ellos.
 Lea algunas de las cosas en las que él esté interesado, y comience a mencionarle lo que
está aprendiendo.
 Hágale preguntas sobre lo que está haciendo en el trabajo, cuando juega o en su tiempo
libre. No el tipo de preguntas que suenan a una inquisición, sino el tipo que muestran
verdadero interés.
 Comparta de su propia experiencia con él, para poder acercarlo a usted también.
 Dígale que necesita amor phileo (amistad) de parte de él y que este tipo de amor bíblico es
importante para usted también.
 Recuérdele que su relación es un lugar seguro para resolver lo que sea que está pasando
por su corazón. En cualquier momento y en cualquier lugar.

Haga que su relación sea un lugar seguro para que su esposo enfrente su dolor
Muchos hombres tienen que lidiar con algunos eventos dolorosos o algunos temas no resueltos en
sus vidas. Un padre alcohólico. Una familia rota. El haber sido golpeado duramente cuando niño.
La lista es interminable.
La verdad es que, usted bien puede ser la clave para ayudarle a resolver estos temas. Algunas
personas pueden decir: -Eso suena como si usted criase relaciones codependientes.- Eso no es
para nada lo que estoy diciendo. Su esposo es responsable de llevar sus asuntos al Señor así como
usted es responsable de sus propios temas delante del Señor. Sólo su esposo puede lidiar con el
dolor de su corazón, humillándose a sí mismo y teniendo una perspectiva de la vida firme y
honesta.
Como su esposa y mejor amiga, sin embargo, usted puede ser (y necesita serlo) el lugar de
refugio para él cuando esté a punto de sumergirse bajo la superficie. Su ánimo, apoyo y cuidado
pueden ayudar a crear una atmósfera en la cual él se sienta capaz de confrontar su dolor y
comenzar a lidiar con él.
Dígale que él está seguro con usted. Recuérdele que usted está allí con él. Muéstrele en palabras y
hechos que nada puede separarle de él y que nada puede interponerse al amor que Dios tiene por
él. Luego dígaselo una vez más. Y otra vez. Y nuevamente.
Cuando César supo que su madre abandonaba a su padre, todo lo que tenía sentido fue para él
fue lanzado al viento. Él no quería admitirle a nadie el profundo dolor que sintió, ni siquiera a
Juana, su esposa. Pero a medida que él se aquietaba más y más, y se introvertía cada vez más,
ella con amor creó un ambiente seguro en el cual él podría lidiar con su dolor. Finalmente, una
noche todo lo que había escondido salió a luz, y admitió lo que estaba pensando y sintiendo. –
Juana, no puedo creer que mi madre abandone a mi padre. ¿Luego de años de habernos educado
con el mensaje de que un hogar cristiano permanece unido se aleja de él? Sé que a veces puede
ser doloroso vivir con él, pero lo que ella hace en realidad está mal.-
¿Cómo fue que Juana creó un ambiente seguro para César cuando su mundo se dio vuelta por
completo?
 Escuchó y no juzgó.
 Le dio valor a los sentimientos y temores de él.
 Le animó a no sólo tomar el tiempo para solucionar el tema con su madre, sino también
para buscar la dirección de Dios con respecto a cómo comunicarse con ella.
 Le recordó que nunca lo dejaría.
 Le recordó que la cruz es el lugar más seguro de la tierra.

Esté dispuesta a amar sacrificadamente


¿Usted está reteniendo cosas que son importantes para su esposo hasta que usted misma obtenga
lo que es importante para usted? Usted es un ser humano, estamos de acuerdo. Pese a eso, a
medida que edificamos matrimonios íntimos y profundos, debemos amar a nuestros cónyuges
sacrificadamente. Necesitamos amarlos en una manera que dé la bienvenida, en una forma que
ambos se digan mutuamente: -Quiero ser Dios en carne y hueso para ti.- -Quiero amarte como
Dios te ama, incondicionalmente y sin reserva.- -Quiero que me des la bienvenida a tu vida así
como quiero darte la bienvenida a la mía.-
Cuando le retiene a su cónyuge el amor que da la bienvenida , usted está viviendo una relación
condicional. Y para un seguidor de Jesucristo esto es inaceptable. El ejemplo número uno (y el
más profundo ejemplo) de amor sacrificado es la provisión de Dios de su Hijo como nuestro único
medio para obtener la vida eterna. Sé que ya discutí esto en el primer capítulo, pero se puede
repetir: necesitamos seguir la guía de nuestro Salvador y amar como él ama. Si él retuviera sus
bendiciones en la misma forma en que muchos de nosotros retenemos nuestro amor a nuestros
cónyuges, si su amor para nosotros fuera condicional en la misma forma que nuestro amor es
condicional, viviríamos como unos miserables sobre la tierra y nunca nos llegaríamos el cielo.
Nosotros no tenemos absolutamente nada que nos pueda ganar nuestra salvación. Así que
permítame que le haga algunas preguntas: ¿Qué pasaría si encaráramos nuestros matrimonios en
la misma forma caritativa en que Cristo encaró nuestra salvación? ¿Qué pasaría si nosotros
intentáramos aventajar a nuestros cónyuges en servicio, amor y sacrificio? ¿Qué pasaría si no sólo
no retuviéramos nada sino que además diéramos a nuestros cónyuges, incluso cuando no se lo
merezcan?
El principio enseñado en 1 Pedro 3:9 se aplica siempre: “No devolviendo mal por mal, ni maldición
por maldición, sino por el contrario, bendiciendo, sabiendo que fuisteis llamados para que
heredaseis bendición.” ¿Sabe por qué? Porque Dios lo manda. No fueron algunos sicólogos
populares que lo soñaron así, Dios lo ordenó. Y aquí les va otra gentil admonición amigas: “Por lo
cual, animaos unos a otros, y edificaos unos a otros, así como lo hacéis.” Funcionó durante el
primer siglo de la iglesia, y funciona hoy día también.
Así que si quiere una relación de amistad íntima con su esposo, si quiere el tipo de relación que
automáticamente hace que él quiera venir a usted primeramente, tanto en los buenos como en los
malos tiempos, aquí están algunos lugares específicos para comenzar:
Primeramente, revise los puntos en este capítulo e identifique los temas que se interponen en el
camino hacia una amistad cercana entre usted y su cónyuge. ¿Es usted quien se resiste a esta
necesidad? ¿Es su cónyuge?
Segundo, lidie con este asunto por medio de la oración, pidiéndole a Dios que le revele dónde
usted puede estar bloqueando su necesidad de una relación marital íntima. Y al pedirle a Dios
sabiduría para su matrimonio, confiese cualquier dureza de su corazón y cualquier deseo que
tenga de levantar paredes de autoprotección, manteniendo a su esposo a cierta distancia. Pídale a
Dios que le revele a su esposo cualquier área en la cual él esté siendo negligente o bloqueando su
amistad.
Tercero, comparta estas preocupaciones con su esposo. Usted puede escribirle una carta a él.
Comiéncela reafirmando su compromiso de amor hacia él. Recuérdele que usted es su “única
mujer” y que está corriendo la carrera junto con él, y que quiere terminar con vitalidad. Luego
usted puede continuar explicando por qué este aspecto de la amistad necesita que se le trabaje un
poco. Sin embargo, resístase a la tendencia de ponerlo todo en la carta. Sencillamente use la carta
como una fuente para comenzar la comunicación con su esposo. Entonces dígale que le ha escrito
algo y que quiere que lo lea en algún momento privado. Tenga cuidado de no usar la palabra
escrita como una herramienta para arruinarlo. En vez de eso, úsela como una forma de acercarlo a
usted. Las palabras ilustradas pueden ser muy útiles para describir sus sentimientos. 1
Cuarto, confiese lo que haya hecho que le haya herido, pídale que le ayude a identificar los errores
que usted no ve de su propia vida. También pídale permiso para compartir con él dónde pueda él
tener manchas que no ve (tal y como Barb hizo conmigo en el tema del orgullo).
Quinto, al confesar, exprese tristeza y arrepentimiento genuino, no se olvide de buscar el perdón
de él. Y entonces, si puede, dígale con gentileza las áreas donde usted necesita que él busque el
perdón de su parte.
Sexto, no sea tímida con respecto a expresar el tipo de amistad que necesita de su esposo. Sea
específica y positiva. –Cariño, cuando haces esto (mencione el comportamiento) conmigo,
realmente me estimula a edificar la amistad de nuestro matrimonio.- Pregúntele qué es lo que
usted puede hacer para satisfacer sus necesidades de amistad. Sean tan específicos como puedan
mutuamente. Entonces comiencen a practicar aquellas cosas que edifiquen el cimiento de la
confianza.
Finalmente, encuentre y enfóquese en actividades, deportes o cosas recreativas que ambos
disfruten hacer juntos. ¡Sea creativa! Y cuando su esposo se enganche y participe en estas
actividades de amistad, asegúrese de reafirmar esto con alguna declaración, tal como: -Gracias
por hacer esto conmigo. Realmente me hace sentir amada y que te preocupas por mí.-
Si usted edifica este tipo de amistad desde el comienzo de su matrimonio, tendrá un fundamento
sólido antes y cuando vengan los momentos difíciles y de mucha presión. Pero nunca es
demasiado tarde para comenzar. Incluso si usted está en el medio de tiempos difíciles o ha
atravesado por ellos, comience a extenderse para edificar este tipo de amistad con su cónyuge,
tanto para el presente como para el futuro.

Encuentre la unidad en las estaciones de crecimiento de la vida


Durante uno de los tiempos más dolorosos de nuestras vidas, hace años atrás, Barb y yo
aprendimos lo importante que era la amistad que teníamos para nuestro matrimonio. Al comienzo
de este capítulo, le dijo cómo yo había orado por veintiún años para que mi padre comenzara una
relación personal con Jesucristo. Como puede imaginarse, entonces, fue uno de los días más
felices de mi vida cuando escuché las palabras: -Hijo, hoy me hice cristiano.- Sin embargo,
dieciséis meses después que esas palabras me llegaron por la línea telefónica, recibí otra llamada
(la llamada que cada hijo teme). Era mi madre quien llamaba para decirme: -Papá está en coma.-
Momentos después estaba hablando por teléfono con el neurocirujano que atendía a mi padre. –
Probablemente no sobreviva,- me dijo. –Venga ahora si quiere verlo.-
En dos horas, Barb me llevó a tomar un avión, y llegué a estar junto a la cama de mi padre a
tiempo para tener dos horas y media con él antes que muriera.
La muerte de mi padre me golpeó como una tonelada de ladrillos, pese a que sabía que él estaba
con el Señor. A pesar de todo, dos días después del funeral estaba nuevamente de viaje, hablando
y ministrando a las familias por todo Estados Unidos. Nunca había llorado en realidad por la
muerte de mi padre. Sí, experimenté las etapas iniciales de la tristeza, pero en vez de atravesar
por todo el penoso proceso, me mantuve ocupado para ocultar el profundo dolor dentro de mi
corazón. Guardé mi tristeza en una caja y decidí no lidiar con ella. (¿Recuerda esos
compartimientos de los que hablamos en el capítulo 3?)
No era de sorprenderse entonces que un año después mi cuerpo y espíritu finalmente se rindieran,
y entrara en una depresión. Ese año fue en realidad el año más largo de mi vida. Algunos días
simplemente me aislé de los demás y me encerré. Algunas tardes me escabullía por la puerta
trasera de mi oficina y conducía por la autopista, buscando un lugar donde poder estar solo para
llorar. No creía que pudiera proveer para mi familia. No creía que Dios pudiera usarme. No creía
siquiera que alguna vez podría salir de ese profundo hoyo. Durante esos tiempos, a menudo
caminaba por horas, deseando que el ejercicio pudiera traer algo de alivio. Ciertamente ayudó,
pero los profundos sentimientos de fracaso e inseguridad eran más pesados de lo que yo podía
soportar.
Un día me hallé sentado por horas en el banco de un parque, con mi Biblia y una botella de agua.
Clamé a Dios: -No me voy a ir hasta que te reveles a ti mismo y a tus promesas por medio de tu
Palabra.- Después de cinco horas me crucé con Éxodo 14:13-14: “No tengan miedo – les
respondió Moisés-. Mantengan sus posiciones, que hoy mismo serán testigos de la salvación que el
SEÑOR realizará a favor de ustedes... ustedes quédense quietos, que el SEÑOR presentará batalla
por ustedes.” (NVI)
Luego que Dios me reveló esta promesa que le hizo a Moisés, conduje a casa para estar con Barb,
mi mejor amiga, y decirle lo que había sucedido.
-Sé que hay esperanza, Barb,- dije. –Voy a salir de esto.- Mientras hablábamos, una vez más me
recordó algunas verdades básicas que son fundamentales en nuestro matrimonio.
-Gary, yo no espero que tu sólo salgas de esto. Espero que salgas caminando conmigo a tu lado.
También quiero que recuerdes que Dios peleará por ti, así como te lo reveló en ese banco. Tú
necesitas confiar en él y estar tranquilo. Permítele que te cargue en tu espíritu, y permíteme
cargarte como a mi compañero del alma.-
Me recordó que podía confiar en ella. –Estoy unida a ti como el pegamento, y nada me puede
separar de ti. Somos uno. Aquellos votos matrimoniales son auténticos. Ese pacto es verdadero.
En las buenas o en las malas significa que incluso en los peores momentos somos un equipo.-
Hablamos sobre cómo algunos de mis comportamientos durante esos meses de depresión fueron
perjudiciales para ella. Mis silencios le habían herido. Mi alejamiento la había frustrado. Mi
profundo sentimiento de temor, por momentos, la había atemorizado. Concluimos varias cosas
inconclusas durante esos días. El perdón abundó a medida que recuperé mi esperanza y
optimismo en que Dios no había acabado conmigo todavía.
Barb nunca disminuyó su honestidad para conmigo durante esos momentos. Ella me afirmó y me
reafirmó que nunca me dejaría, que me amaba y confiaba en mí, y que estaría conmigo a través
de esos momentos, así como había hecho en nuestros tiempos de gozo. Y yo confié en ella,
sabiendo que podríamos superarlo todo juntos.
Incluso comenzamos a aprender más a jugar juntos a medida que salía de ese tiempo de
depresión. Salimos más a caminar. Nos reímos más. Salimos más en las noches.
Durante esos meses difíciles, varios amigos estuvieron junto a mí como mentores, dándome ánimo
y como compañeros de oración. Pero la persona que yo más necesitaba en la tierra era mi
compañera de toda la vida, mi amiga, mi esposa. Y ella estuvo siempre allí, en mi rincón. Ella vivió
lo que son los votos matrimoniales mientras yo lloraba la muerte de mi padre. Ella me amó y me
honró. Estuvo conmigo en las buenas y en las malas, en riqueza y pobreza, en salud o
enfermedad. Como resultado de eso, la intimidad que se forjó en nuestro matrimonio es tan
profunda e impenetrable que sólo Dios sería capaz de apartarnos el uno del otro cuando él esté
listo para llamar a alguno de los dos a nuestro hogar eterno.
Esa es la amistad íntima. Esa es la unidad marital. Eso es lo que Barb y yo tenemos, y es lo que
queremos para usted. ¿Por qué? Porque este es el plan de Dios.
Para algunas de ustedes, esto implicará tomar un pequeño paso en la dirección correcta y luego
implementar los principios de este capítulo.
Para otras, resulta que ya lo estarán haciendo. Si es así, la próxima vez que vea a su esposo,
abrácelo y recuérdele el amor y compromiso que tiene para con él.
Cuando oren juntos, recuérdenle a Dios del amor inmutable que tienen el uno por el otro.
Cuando se sienten juntos a conversar, profundice y comparta otro aspecto de quién es usted con
el esposo que Dios le ha dado.
Luego róbense una hora los dos y salgan a estar juntos. Celebren una amistad matrimonial de
tres: El Señor, su esposo, y usted.

1
Para recibir ayuda en cuanto al uso de palabras ilustradas, le recomiendo el libro de Gary Smalley
y John Trent The Language of Love (Colorado Springs, Colo.: Focus on the Family, 1992). Es el
mejor libro que he leído sobre el tema.

CAPÍTULO 6. Intimidad Espiritual. La necesidad de amor #3 de la esposa. “No


hay mayor consuelo y seguridad que esta.”
Barb le habla a los esposos

Estimado Sr. Rosberg:


Muchos buenos libros cristianos para hombres están al final de la mesa junto a la silla de mi
esposo en la sala de estar. Personalmente los he leído casi todos, y son fantásticos, libros muy
útiles con todo tipo de consejos maravillosos. Mi esposo nunca se molesta en tomarlos. No los ha
leído, así que ¿cómo es posible que pueda aplicar algo de todo lo bueno que hay allí? Yo les quito
el polvo y los pongo nuevamente en su lugar cada semana. Allí dan una apariencia buenísima
cuando tenemos invitados, y estoy segura que todos deben pensar que mi esposo es un super
esposo. La verdad es que es un esposo miserable. Él hace todo un buen espectáculo al asistir a las
reuniones de Cumplidores de Promesas y trae a casa más de esos libros fabulosos. Vamos a la
iglesia juntos, y él asiste a reuniones de liderazgo y es activo en nuestra iglesia. Se considera a sí
mismo un buen cristiano.
Rara vez me habla, nunca me hace un cumplido, me critica tanto en privado como en público, y es
rápido en señalar alguna persona que no lleva una “buena” vida. Si estamos conduciendo por la
calle, no se pierde detalle de algún nuevo edificio y se fija en cada detalle del mismo, pero no se
da cuenta cuando fui a la peluquería o cuando estoy vistiendo algo especialmente atractivo.
Exteriormente parecemos una pareja normal. Pero por dentro estoy dolida, solitaria, triste y
desilusionada. Nuestro matrimonio no es en absoluto lo que yo esperaba que fuera. Pensé que
tendríamos una relación íntima, tanto emocional como físicamente, que iríamos a lugares juntos,
que reiríamos mucho y que nos divertiríamos, ya fuera que estuviéramos en casa juntos o que
saliéramos a cenar. Pensé que tendríamos un estudio bíblico diario y que oraríamos juntos ya que
él aparentaba ser un hombre tan cristiano. En lugar de animarme, me desanima; en vez de
sonreír, generalmente está con su ceño fruncido. Siempre puede encontrar algo negativo. En lo
personal siempre he sido optimista, y generalmente sonrío pese a su constante crítica y su hábito
de molestarse por cosas sin importancia. Trato a mi esposo bastante bien, considerando la forma
en la que me ignora, me descuida y me critica.
Entonces, después de todo un día de ser criticada e ignorada, se supone que me tengo que
transformar en una “bomba sexual” cuando él se da cuenta que soy un cuerpo cálido junto a él en
la cama. Es ahí que se molesta cuando le digo “olvídate,” y todavía es lo suficientemente caradura
para quejarse diciendo que se siente “rechazado,” luego de que él estuvo rechazándome todo el
día, en una forma u otra.
¿Qué es lo que anda mal en todo esto?
Francamente estoy harta. No estoy segura de querer continuar con un matrimonio como este. Soy
cristiana y creo en la santidad del matrimonio. Y si bien no se abusa de mí físicamente, estos
segura que no soy tratada en la forma en que Cristo trata a su iglesia, que es el modelo que
ustedes los Cumplidores de Promesas predican a sus hombres.
Simplemente quiero que mi esposo me ame, y quiero que eso sea obvio para otros y para mí que
me ama y que piensa que soy muy especial. Quiero que me tenga cariño, así como yo aún tengo
cariño por él a pesar de que se ha vuelto cada vez más difícil para mí recordar las razones por las
que me enamoré de él al principio. Todo lo malo está enterrando lo bueno. Uno de estos días ya
no habrá nada bueno para ver y será muy tarde para tratar de desenterrarlo de nuevo.

Esta carta anónima que Gary recibió recientemente me rompe el corazón. Me duele no sólo por
esta mujer sino también por otras mujeres que están recibiendo el mismo tipo de tratamiento de
sus esposos. Lamentablemente, este no es el único “hogar cristiano” donde el esposo ha quitado
sus ojos (ya sea sutilmente o deliberadamente) de Jesucristo y los ha puesto en sí mismo. El
resultado es siempre el mismo: todos sufren.
Si usted realmente quiere satisfacer la necesidad de amor de su esposa de tener intimidad
espiritual, entonces debe ver su matrimonio como una trenza de tres cordones: Dios, el esposo, y
la esposa. Dios es el cordón central, alrededor del cual los otros dos son entrelazados. Y como
Dios sin ningún cuestionamiento debe estar entretejido en la relación marital, no es de
sorprenderse que la necesidad de intimidad espiritual se haya ubicado entre las principales
necesidades (de acuerdo con la encuesta) tanto para hombres como para mujeres. La intimidad
espiritual puede tomar varias formas, pero desde la perspectiva de la esposa, implica el
crecimiento espiritual de su propio marido, que compartan el crecimiento espiritual de ambos
como esposo y esposa, que tenga comunicación con su marido acerca de asuntos espirituales, y
que su esposo tome el liderazgo espiritual del hogar.
En el centro mismo de la intimidad espiritual está la confianza. Su esposa debe confiar en usted,
pero no debido a su rango o posición (ni siquiera porque usted sea su esposo). Es cierto que parte
de la confianza se construye durante el noviazgo y en el compromiso que se toma con los votos
matrimoniales, pero la confianza total es lograda con el tiempo y bajo las presiones de la vida
diaria. Por mi propia experiencia, y por la experiencia de un sinnúmero de mujeres con las que he
hablado, cuando se trata de asuntos espirituales, una mujer necesita confiar en su esposo en
 el caminar que tenga con Dios,
 el apoyo que le brinde al crecimiento espiritual de ella,
 la educación espiritual de los hijos,
 las decisiones que tome que afecten a la familia, y
 su liderazgo espiritual en el hogar.

En 1 Pedro encontramos una aseveración muy clara sobre lo crucial que es su rol no sólo en su
propia vida espiritual, sino también en su relación matrimonial: “Vosotros, maridos, igualmente,
vivid con ellas sabiamente, dando honor a la mujer como a vaso más frágil, y como a coherederas
de la gracia de la vida, para que vuestras oraciones no tengan estorbo” (1 Pedro 3:7). A Propósito,
el punto aquí de que su esposa sea “más frágil” no significa que ella sea moralmente o
mentalmente más débil o inferior a usted; más bien se refiere a la relativa fuerza física.
¡Dios le pide mucho! Pero debido a que usted escogió aceptar su misión (¿verdad?), causará un
increíble impacto en su esposa. Ella anhela experimentar la llenura que viene de saber que usted
ama a Dios y está dispuesto a servirle al ser un marido y un padre efectivo. Así que, en la medida
que usted fortalece su relación con Dios y toma seriamente el rol que Dios le ha dado en su hogar,
la ayudará a fortalecer su relación con Dios y con usted.
Sin embargo, no me crea así y punto. Pregúntele a su esposa sobre sus necesidades específicas en
esta área.

¿Cuáles son las necesidades de su esposa en cuanto a la intimidad espiritual?


Las necesidades de una esposa en cuanto a la intimidad espiritual tienen varios componentes,
todos los cuales fortalecen el crecimiento espiritual de ella y aumentan su seguridad en la relación
matrimonial. Ella necesita crecer espiritualmente; necesita estar en compañía de otros cristianos,
especialmente usted; y necesita expresar sus dones espirituales. También necesita que usted sea
un líder espiritual en el hogar.

Ella necesita estar creciendo espiritualmente


Su esposa necesita crecer espiritualmente, y si bien usted no es el responsable principal de su
crecimiento, puede contribuir a ese crecimiento en formas muy significativas. Al acercarse a ella,
recuerde que usted no es la fuente de poder espiritual para su vida. Dios debe ser la fuente de
fortaleza para la vida de ella; él es el único que realmente puede satisfacer el clamor de su
corazón. Pero como esposo, usted es completamente responsable de ser ejemplo del amor de
Cristo para ella y mostrarle a Aquel que es único para satisfacer las necesidades más profundas
que pueda tener. Usted también puede animarla a apagar la sed espiritual que tenga al
involucrarse en estudios de la Biblia, grupos de oración, conferencias femeninas, u otros ámbitos
en los que pueda crecer en la relación con Cristo.
Teresa trabaja cuarenta horas semanales como profesora. Cada noche tiene tareas que revisar y
lecciones que preparar para el siguiente día. Cada vez se frustra más con su trabajo porque está
consumiendo todo su tiempo. Como consecuencia, ella está cada vez más impaciente e irascible
con su esposo Juan. El empleo que antes le fascinaba se ha convertido ahora en una fuente de
resentimiento. Está cansada, vacía y agotada, y siente que ya no tiene nada que dar a nadie.
Teresa y Juan son lo suficientemente sabios como para saber que la solución está más allá de ellos
mismos. Ambos saben que Teresa necesita tomar un tiempo para apartarse de todos y profundizar
en su fe, cultivando su propio corazón. Juan ha pasado por lo mismo y conoce el impacto que ha
tenido en su propia vida el preocuparse por su alma. Como esposo, Juan está en la posición ideal
para animar a Teresa a que consiga ayuda. Si no lo hiciera, no estaría cumpliendo con el cuidado
que debería tener del otro en su rol de líder, que le ha sido dado por Dios.
La mujer por naturaleza es sensible en su relación con su esposo. Ella es (en términos
futbolísticos) como un delantero, y él es un mediocampista. Ambos son buenos en su trabajo, pero
además ambos se necesitan mutuamente. En este caso, Teresa necesita que Juan se acerque y le
ayude con su tremenda carga. La mejor forma en la que Juan puede hacerlo es animando a su
esposa a tomar tiempo para refrescar su propia alma y entonces hacer lo posible para que eso
acontezca. ¿Ha llevado ella su carga a Dios? ¿Han orado juntos sobre la situación? ¿Podría ella
unirse al grupo femenino de estudio bíblico que se reúne en la iglesia los martes de noche?
Entones, en forma bien práctica, ¿qué es lo que él puede hacer en la casa para hacerle más fácil a
ella tomarse ese tiempo?
Dios es la fuente de descanso y refrigerio, y necesitamos a nuestros esposos que nos ayuden y
nos guíen hacia él.
Ella necesita estar en compañía con otros cristianos, especialmente usted
La comunión espiritual es una relación entre dos o más personas que tienen hambre y sed de la
misma cosa, las cuales se satisfacen mutuamente, y la experimentan unidos en Cristo. La
comunión ocurre cuando nos animamos, nos apoyamos, y oramos uno por el otro, es el estar
unidos como una familia espiritual, saludable y feliz, donde podemos abrirnos, sentirnos
conectados y disfrutarnos mutuamente.
Cierta noche, Carlos y Rosa estaban sentados en su jacuzzi y hablando de todo un poco (los niños,
el trabajo, el perro, etc). Al poco rato, Rosa le dijo a Carlos lo distante que se sentía. Como todos
los niños iban a la escuela, ella había vuelto a trabajar, lo que quería decir que ya no podía
reunirse con el grupo femenino de estudio bíblico los miércoles en la mañana. Y como
recientemente habían cambiado de iglesia, se sentía como desarraigada de sus amigas cristianas.
Ya que Carlos es su mejor amigo, él la escuchó y le hizo preguntas para poder intentar conocer
sus necesidades en mejor forma. Luego tomó su mano y oró para que Dios satisfaciera su
necesidad. Pero poco antes que terminara de orar, él dijo: -Sabes, hay algo en lo que he estado
pensando mucho pero que aún no te he mencionado. ¿Qué te parecería si comenzáramos un
estudio bíblico para parejas en nuestro hogar? De esa forma podríamos crecer juntos al estudiar
sobre el Señor, y también podríamos conocer algunas parejas nuevas de la iglesia. También
podrías hacerte nuevas amigas en ese grupo.-
Esa noche fue algo más que dos personas relajándose en un jacuzzi, eran un esposo y una esposa
teniendo comunión espiritual con el tipo de intimidad que les hace uno.

Ella necesita expresarle sus dones espirituales


Dios nos ha dado a cada uno diversos dones espirituales. Al ejercitar esos dones, nuestra fe crece,
fortaleciendo nuestro carácter para estar firmes en la batalla en otras áreas de nuestras vidas.
“Por fe conquistaron reinos, hicieron justicia, alcanzaron promesas, taparon bocas de leones,
apagaron fuegos impetuosos, evitaron filo de espada, sacaron fuerzas de debilidad, se hicieron
fuertes en batallas, pusieron en fuga ejércitos extranjeros” (Hebreos 11:33-34).
El crecimiento en la fe es el resultado directo de activar y usar nuestros dones espirituales. Las
mujeres crecen en su fe a medida que se esfuerzan en apoyarse en el Espíritu Santo para que las
equipe a hacer su tarea. Ellas se asombran cuando contemplan lo que Dios hace al darles dones y
habilidades para cumplir Su obra.
Laura trabaja veinticinco horas a la semana, tiene tres hijos y es anfitriona en su casa de un
estudio bíblico para unas treinta mujeres de su vecindario. Para Laura, el liderar este estudio
bíblico es una de las cosas más importantes que hace. A ella le encanta enseñar, y el observar lo
que Dios está haciendo en las vidas de otras mujeres hace que crezca su propia fe. Su esposo,
Leonardo, la ha apoyado totalmente a medida que ella lidera este grupo, y esto también ha
influido mucho en la vida de ella. El se asegura que ella tenga tiempo para estudiar, preparar las
lecciones y desarrollar buenas relaciones con las mujeres del grupo.
Pese a que él no participa de dicho grupo, no lo ve como una competencia al tiempo que pasa con
ella. Tener este estudio bíblico ha sido un sueño para su esposa y ha sido un medio valioso para
su propio crecimiento con Dios. Leonardo la ha animado en su crecimiento más allá de su relación
con él, lo cual, a cambio, ha hecho que ella le aprecie mucho más.
¿Cuáles son los dones espirituales de su esposa? Tal vez, como Laura, su esposa ame enseñar. Tal
vez su corazón compasivo la haga una buena consejera de otras personas. Tal vez está interesada
en las necesidades de los enfermos o los pobres. Tal vez sea una persona detallista y se sienta
atraída a grupos que necesitan de sus habilidades para organizar. Puede que su esposa sea
creativa en la música, el arte o la escritura. Tal vez tenga un tremendo talento de hospitalidad.
Quizá sea una intercesora. ¿Qué dones espirituales ve usted en ella? ¿Qué dones espirituales ve
ella en sí misma? ¿Está ejerciendo esos dones? ¿Cómo podría usted ayudarla a que los ejerza, de
manera que tanto ella como la gente que la rodea crezcan espiritualmente?

Ella necesita que usted sea un líder espiritual en el hogar


Al principio en nuestro matrimonio, Gary trabajaba y a la vez iba a una escuela para graduarse, lo
cual le consumía todo el tiempo. Estaba absorto con su trabajo y sus estudios, y tenía muy poco
tiempo o energía de sobra para mí o para nuestras dos hijas preescolares. No es que un cierto día
se levantó y decidió ser negligente con nuestra familia, sencillamente estaba con demasiado
trabajo y en medio de demasiados libros, así que no estaba nunca en casa.
Como yo realmente quería que él tuviera éxito, tuve que asumir y proveer el liderazgo (tanto
emocional como espiritual) que nuestra familia necesitaba. Pero yo extrañaba mucho su presencia
en nuestras vidas. Anhelaba tener una interacción espiritual con él, y anhelaba que él fuera el líder
espiritual en nuestro hogar.
Entonces un día, durante el tiempo que Gary estaba estudiando para su tesis doctoral en
consejería, nuestra hija de cinco años, Sarah, entró a su estudio con un retrato familiar que había
dibujado. –Déjame ver el dibujo cariño... ah, ¡qué lindo!- dijo aunque estaba bastante ausente. –
Lo colgaré en la pared.-
Entonces volvió a mirarlo. Sarah había dibujado a Mamá, a Sarah, a Missy y al perro, pero Papá no
estaba en el cuadro.
-Cariño, ¿dónde está tu Papá?- preguntó Gary.
-Estás en la biblioteca- respondió descuidadamente.
Esa imagen dibujada con una crayola verde valía mil palabras que yo hubiera querido decirle a
Gary con respecto a su ausencia.
Yo no supe de este incidente hasta algunas semanas después, cuando él finalmente encontró el
valor de decir: -Barb, ¿es demasiado tarde para que yo vuelva a casa, y vuelva a tomar mi lugar
en esta familia?-
Me dijo esto una noche en que ambos estábamos acostados en nuestro dormitorio a oscuras.
Pensé que él estaba durmiendo, y me sorprendió cuando lo escuché susurrándome, -¿Puedo
volver a casa?- Pese a que mis ojos estaban cerrados, mi corazón estaba abierto y receptivo a él.
Me sentí apenada por él, ya que escuchaba en su voz una vulnerabilidad que nunca antes había
escuchado. Lo último que yo quisiera hacer era lastimar a este hombre maravilloso que estaba
tratando de lograr un cambio por nuestra familia.
-Las niñas y yo te amamos mucho. Queremos que estés en casa,- le dije. –Pero no has estado
aquí y me siento como si yo hubiese sido el único padre por un buen tiempo. Anhelamos tu
liderazgo espiritual.-
Para ser honesta, cuando Gary finalmente reconoció que estaba absorto consigo mismo y comenzó
a hacer cambios, fue difícil para mí ajustarme. Estaba exhausta, pero había estado solucionando
las situaciones por tanto tiempo que me fue difícil pensar que él era capaz de sobrellevar la tarea.
Sin embargo, en lo profundo, sabía que nuestro hogar estaba en desorden, y no me gustaba.
Quería que mi esposo fuera un líder vibrante en nuestra familia.
¿Cómo es que usted puede ser un líder espiritual en su casa? ¿Qué es lo que su esposa necesita?
Primeramente, ella necesita que usted le dé oportunidad de expresar sus ideas espirituales , que se
sintonice a ella y la escuche. Ella puede tener una mayor necesidad de hablar con usted sobre
cosas espirituales que usted mismo. No se moleste por eso. Escuche. Haga preguntas. Comparta
sus aportes con ella.
Su esposa necesita que usted se enfoque en sus puntos fuertes a nivel espiritual. Cuando usted la
vea tomando una decisión difícil basada en sus convicciones, alábela. Cuando vea la profundidad
de su carácter, dígale lo que ve. Cuando usted se acerque a Dios debido a ella, hágaselo saber.
Su esposa necesita que usted tenga una vida espiritual vibrante. Ella necesita ver que Dios tiene el
primer lugar en su vida. Cuando usted llena ese lugar con su trabajo, sus intereses, o sus
actividades, le roba a Dios el lugar que le corresponde, y entonces todos sufren. Las cosas que le
consumen pueden debilitarle como persona, y a la larga pueden derribar un matrimonio. Esto se
revela por medio del caos y la frustración en su hogar. Cuando usted ignora su necesidad de Dios
y deja de crecer espiritualmente, no sólo se está colocando en un lugar peligroso sino que también
pone en peligro su matrimonio y su familia. Pero cuando coloca a Dios primero y lo mantiene allí,
está proveyendo no sólo un firme modelo para los miembros de su familia, sino también un
sentido de seguridad para ellos.
Su esposa espera que usted guíe con su ejemplo . Un líder espiritual va a la iglesia con su familia.
Un líder espiritual es consistente, actuando de igual forma en público que en privado. Demuestra
un deseo de crecer. Un líder espiritual guía a la familia a estudiar la Biblia; los lleva en oración.
Estas cosas pueden sonar difíciles para usted, pero si da aunque sea pequeños pasos hacia este
tipo de liderazgo, a su esposa le encantará y será animada por ello. Usted no tiene que temer la
presión de estar orando por una hora; sólo tómela de su mano y ore para bendecir los alimentos.
Así de sencillo. Su disposición significa todo para ella.
Algunos hombres encuentran el liderazgo espiritual como algo difícil porque no tuvieron modelos.
Muchos hombres (y quizá usted es uno de ellos) vienen de familias quebradas u hogares en los
cuales ambos padres no eran cristianos, u hogares en los cuales se decían ser cristianos, pero la
realidad dentro de las cuatro paredes era bastante diferente. Debido a que estos hombres
carecieron de modelos adecuados en sus propias familias, muchos de ellos aprendieron patrones
insalubres de comportamiento y hábitos egoístas. Se espera que sean líderes espirituales, pero no
saben las reglas, y no tienen un director técnico.
Piense en su propia vida. ¿Usted tiene o tuvo un buen modelo del cual aprender? Muchos de los
amigos de Gary y míos son los únicos cristianos en sus familias, y la mayoría ha luchado tratando
de conocer sus responsabilidades espirituales hacia su esposa y su familia. Aquellos que
reconocieron esto han buscado un mentor de afuera, ya sea en su iglesia o leyendo libros sobre el
tema.
¿Cómo le está yendo en su rol de líder espiritual? Evalúe los siguientes puntos.
 ¿Ora en voz alta con su esposa? (No se puede tener más intimidad que cuando se ora como
pareja.)
 ¿Está estudiando la Palabra de Dios diariamente? Pueden pasar algún tiempo juntos,
leyendo algo como La Biblia en Un Año, la cual divide la Biblia en 365 lecturas, una para cada
día del año. O cada uno puede leer el mismo libro devocional o la misma guía de estudio en su
devocional individual, y luego compartir lo que aprenden mutuamente en algún otro tiempo.
 ¿Han descubierto la emoción de un ministerio compartido? Dos personas particulares puede
que no sean atraídas automáticamente a los mismos intereses, pero si pueden ministrar como
equipo, eso dará comienzo a una maravillosa armonía espiritual.
 ¿Su esposa lo ve leyendo la Biblia?
 ¿Ora con su esposa antes de acostarse?
 ¿Ora diariamente por su esposa y luego le dice por qué cosas ha orado a su favor?
 ¿Lee libros que le ayuden a tener más confianza al entender cómo guiar a su esposa
espiritualmente?
 ¿Usted dirige a su familia a la hora de tomar decisiones? ¿Le está enseñando a sus hijos,
por ejemplo, la importancia de un acuerdo entre esposo y esposa para tomar decisiones? ¿Les
muestra armonía a ellos? ¿Escucha el consejo de su esposa?
 ¿Es usted abierto con sus hijos? ¿Le enseña a sus hijos, por ejemplo, a depender del poder
de Dios cuando están atravesando la adversidad? ¿Les cuenta historias de cómo Dios le ayudó
en tiempos difíciles? ¿Les ayuda a entender cómo la adversidad le da a uno fortaleza y
carácter?
 ¿Sus hijos le ven leer la Biblia?
 ¿Ora con sus hijos a la hora que ellos se acuestan?
 ¿Usted cuenta sus bendiciones, haciendo una lista mental de lo que sucedió en el día y
cómo Dios respondió sus oraciones y luego se lo cuenta a su familia en la noche?
 ¿Ora a diario por sus hijos y les dice en qué forma específicamente ha orado por ellos?

¿Cómo puede satisfacer las necesidades de su esposa de intimidad espiritual?


Si quiere crecer en su habilidad de satisfacer las necesidades de su esposa de intimidad espiritual,
aquí hay una lista de cosas que podría hacer.

Incentive el crecimiento espiritual de ella


Si hablamos de la comunión que su esposa tiene con Jesucristo, ¿qué es lo que la ayuda a crecer?
¿Alguna vez lo ha hablado con ella? ¿Su esposa alguna vez habla con usted sobre su vida de
oración? ¿Qué es lo que la activa espiritualmente? ¿Usted sabe cuando ella atraviesa por un
“desierto espiritual”? ¿Cómo lo sabe? ¿Cuál es su respuesta cuando esto sucede?
¿Y qué hace su esposa como resultado de su propia fe? ¿Cómo es que expresa su propio
compromiso espiritual? ¿Ella conduce o participa en estudios bíblicos? ¿Ayuda en la guardería en la
iglesia o con las comidas? ¿Le escribe cartas a misioneros o trabaja con esposas golpeadas?
Como dijo Yoghi Berra una vez: “Uno puede observar mucho con sólo mirar las cosas.” Fíjese qué
es lo que hace falta para ayudar a que su fe crezca, y entonces anímela a seguir esas actividades.
Hace varios años, Eugenio asistía a un grupo de estudio bíblico masculino, un grupo vibrante, en el
cual las personas se reunían para escuchar buena enseñanza bíblica y aprender cómo aplicar los
conceptos de vida en forma que se obtenga un verdadero significado y propósito. Un día volvió a
su hogar y animó a su esposa, Mariana, para que considerara ir al grupo de estudio femenino. –Tu
vida cambiará espectacularmente si le dedicas tiempo a estudiar la Palabra en profundidad con
otras mujeres. Sé que estudias la Biblia por ti misma, Mariana, pero también sé lo mucho que este
estudio bíblico ha hecho por mí. Creo que tú podrías obtener mucho del mismo.-
Debido a la dirección y el ánimo de su esposo, Mariana comenzó a asistir al Compañerismo de
Estudio Bíblico. También pudo compartir sus luchas con las otras mujeres y así trabajar juntas
para encontrar soluciones. Se sintió animada y a cambio, le dio ánimo a las mujeres que estaban
atravesando por situaciones similares. Dios estaba trabajando personalmente en su vida.
Hoy, las conversaciones entre Eugenio y Mariana están centradas en la fe y los propósitos de Dios
para ellos. Ellos elevan aún las decisiones más intrascendentes a Dios, para que él les guíe. Sin
embargo, lo que ella disfruta más que nada es lo conectada que está la fe de ellos en su
comunión. Eugenio lee mucho, y a ella le encanta escucharle decir: -Oh Mariana, tienes que leer
esto. Hay tanta enseñanza aquí. Seguramente te animará.- Y realmente lo hace.
Nunca olvidaré la primera vez que Gary abrió la puerta de nuestro closet y me encontró allí a
oscuras, de rodillas. Fue así que descubrió que yo realmente tengo un closet de oración y lo
precioso que es ese tiempo para mí en mi propio crecimiento espiritual. Si yo descuido la oración o
me enfoco en cosas que me preocupan en vez de orar acerca de ellas, mi corazón rápidamente se
puede endurecer. Así que una forma en la que tengo comunión con Dios es ir a un lugar aislado
para orar. Ahora que Gary sabe lo vital que es este tiempo de oración en privado para mí, hace
todo lo posible para asegurarse que nada interfiera con eso.
El ritmo de crecimiento espiritual de cada uno es diferente. Descubra qué es lo que carga las
baterías de su esposa, y entonces haga lo que pueda para mantenerlas cargadas.

Estimule su comunión con usted y con otros


-Miguel es el mejor cuando se trata de animarme a salir con mi grupo de rendición de cuentas,-
me dijo Clara. –Él deja ese tiempo de su agenda sin compromiso y se hace cargo de los niños. Y
nadie podría estar más entusiasmado. Él simplemente dice: -Ve.-
Hace siete años, Clara y Miguel comenzaron un estudio bíblico para parejas, y tres de esas parejas
aún se reúnen. Clara dice que ella le atribuye el éxito del grupo a los hombres. Con los años ellos
siguieron adelante, mantuvieron un compañerismo entre sí, se reunían para desayunar y orar una
vez al mes. Esto se extendió a la dinámica de las parejas. Debido a eso, las esposas se reunían en
un grupo de rendición de cuentas, en el cual podían tener comunión y compartir sus necesidades
también.
Susana es líder de un pequeño grupo de estudio bíblico que se da en la ciudad, pero el equipo de
liderazgo se reúne cada miércoles a las 5:25 a.m. así que cada miércoles, a las 5:00 a.m., Javier
se levanta para orar con su esposa antes que salga para el grupo. Él está orgulloso de que ella
esté creciendo espiritualmente y quiere que sepa cuánto la apoya. Ella aprecia que él sacrifique su
sueño por amor a ella, de manera que pueda experimentar el sello de la intimidad espiritual juntos
antes que ella comparta algo con las mujeres del grupo.
Patricia y Timoteo han estado casados por veinte años, y él siempre la ha estimulado a que vaya a
conferencias y eventos femeninos. Él nunca se ha quejado ni la ha hecho sentir culpable de que lo
estaba cargando con tareas domésticas. Y cuando ella regresa al hogar, no hay platos sucios para
lavar, ni pañales para cambiar, ni una comida para preparar, ni tiene que bañar a nadie. Él lo
llama “el deber de Papá.” Timoteo conoce el valor de cuidar el corazón de su esposa.

Anímela a expresar sus dones espirituales


Piense en cómo usted se siente cuando otros reconocen sus propios logros. ¿Acaso dicho
reconocimiento no le hace sentirse más completo dentro? Su esposa no es diferente. Esto no
significa que ella necesite ser continuamente elogiada o palmeada en la espalda. Pero ella necesita
que se le recuerde el precioso regalo de Dios que ella es, tanto para usted como para otros.
Una amiga mía no es una de esas mujeres que esté al frente de un grupo. No enseña en la
Escuela Dominical ni sirve en los comités de la iglesia, pero tiene un talento de hospitalidad sin
paralelos. Todos los que entran a su casa inmediatamente saben que el Señor vive allí. Ella le da la
bienvenida a sus invitados en una forma tal que les hace sentirse como viejos amigos, y les ofrece
el tipo de zona confortable y amistosa en la cual se pueden disfrutar de la comunión cristiana.
Su esposo, por su parte, le anima a expresar este talento de hospitalidad. Él sabe que ella se
siente más satisfecha cuando está sirviendo a otros de esta forma, así que hace lo posible para
darle el tiempo y los recursos para que lo haga. Él sabe que cuando la familia, los amigos y otros
invitados se van, habrán sentido algo con respecto al Salvador.
Su esposa tiene hambre de ser tratada con dignidad y respeto; ella no quiere ser alguien tomada
por descontado. Ya sea que está usando sus talentos para el servicio en la iglesia, el trabajo o el
hogar, necesita saber que usted aprecia quién es y cómo Dios la está usando. Maravíllese de sus
dones únicos, y busque formas en las que pueda aumentar sus dones naturales.
Si su esposa no tiene seguridad sobre sus dones espirituales, ayúdela a identificarlos. Comparta
sus observaciones con ella, anímela a discutir esto con aquellos amigos que la conozcan bien.
Luego hable sobre formas en las cuales ella pueda ejercitar sus dones. Por ejemplo, si ella tiene el
don de misericordia, puede que esté interesada en hacer visitas a algún hospital u hogar de
ancianos. Si ella es tímida o insegura, anímela a salir de su zona de comodidad y a que se apoye
en el poder de Dios, aprendiendo a depender de él para cumplir la tarea. Una vez que se sienta
involucrada en un ministerio, ofrézcale alivio en las tareas del hogar y muestre continuo interés en
lo que ella está haciendo. Afirme su valor y contribución.

Anímela con sus oraciones


Recientemente, una amiga nuestra se fue a hacer la mamografía anual. Varias mujeres en su
familia habían tenido cáncer de mama, así que este historial hizo que le golpearan más duro las
palabras que toda mujer teme: “Hemos detectado algo anormal en su mamografía.”
Algunos de ustedes probablemente han pasado por esta experiencia con sus esposas, así que
saben exactamente de lo que estoy hablando. ¿Cómo reacciona un esposo en esta situación?
Bueno, déjeme decirle lo que hizo el esposo de Carolina. Cuando ella entró a la casa y le dio las
noticias, él sencillamente extendió sus brazos y la acercó hacia él. Se sentaron por unos minutos
en el sofá, y hablaron sobre los temores que ella tenía. Él la escuchó y la abrazó mientras ella
lloraba. Después de unos minutos comenzó a orar por su esposa. Ella dijo después: “Nada me
habría confortado o afirmado más que lo que Tomás hizo en ese momento.”
¿Su esposa sabe que usted ora por ella? ¿Lo escucha orar por ella? Si usted no ha orado por o con
su esposa, comience despacio, pero comience hoy. Sus oraciones por y con ella son uno de los
mayores regalos que le puede dar.

Cómo usted lidera es importante para su esposa


El tema de su liderazgo espiritual es fundamental para su esposa. Pero cómo usted lidera es tan
importante para ella como el hecho que usted lidere.
Hay un pasaje en Efesios que da algunas directrices sobre cómo los esposos deben amar y guiar a
sus esposas: “Maridos, amad a vuestras mujeres, así como Cristo amó a la iglesia, y se entregó a
sí mismo por ella, para santificarla, habiéndola purificado en el lavamiento del agua por la palabra,
a fin de presentársela a sí mismo, una iglesia gloriosa, que no tuviese mancha ni arruga ni cosa
semejante, sino que fuese santa y sin mancha. Así también los maridos deben amar a sus mujeres
como a sus mismos cuerpos. El que ama a su mujer, a sí mismo se ama” (Efesios 5:25-28).
El ser como Cristo es estar dispuesto a dar su vida por la de su esposa. La Escritura es clara en
que un esposo está llamado a “santificarla, habiéndola purificado en el lavamiento del agua por la
palabra.” Existe un tipo de transacción divina que ocurre cuando un esposo cambia su amor
superficial por un profundo amor sacrificado, al colocar las necesidades de su esposa por encima
de las suyas propias y tiene como meta la santidad de su esposa. Al hacer esto, él cumple su rol
de servirle y ser un ejemplo de Cristo Jesús.
Tal demostración de divinidad diaria al vivir con su esposa produce resultados divinos, tanto en
ella como en él. Él será capaz de “presentarla sin mancha ni arruga ni cosa semejante.” Ella será
“santa y sin mancha.” Fíjese que esta es la segunda vez en este pasaje que se usa una palabra
con respecto a la santidad. Cuando usted derrama su vida en la vida de su esposa, ella se hace
santa. ¡Qué transacción más maravillosa!
El modelo para el liderazgo descrito en estos versículos es el de un líder siervo. Ese es el ideal
bíblico. Pero demasiado a menudo la realidad en el matrimonio es que el esposo cae presa de dos
estilos extremistas: Control o pasividad. Antes que analicemos más profundamente el estilo del
líder siervo, miremos estos dos extremos.

El líder controlador
El estilo de Cristo nunca incluye la amenaza de un esposo hacia su esposa en un intento de
controlarla o intimidarla. Ninguna mujer quiere estar casada con un hombre así.
En su libro Rocking the Roles, William Hendricks y Robert Lewis concluyen que por causa del
pecado original (la naturaleza pecaminosa que todos heredamos de Adán y Eva desde la Caída),
los esposos tienen una tendencia de dominar a sus esposas. “[Génesis] nos dice de antemano
cómo es que los hombres caídos naturalmente tratarán de vivir con sus esposas. Nos profetiza que
las dominarán y las subyugarán a posiciones de un estatus inferior. Como sabemos, ese ha sido el
caso ciertamente. Tenemos miles de culturas y miles de años para documentar que eso es
exactamente lo que sucedió. Las mujeres lucharon bajo la dura dominación del hombre natural por
siglos. Incluso hoy día, los lamentos y quejidos provenientes de muchos hogares, surgen como
resultado de un gobierno por parte de intimidadores egoístas e insensibles” (p. 64).
Aunque usted tenga una esposa extremadamente confiada o de voluntad muy firme (como Gary
tiene a veces), cada mujer está diseñada para responder a un liderazgo auténtico y bíblico de
parte de su esposo. Lamentablemente, tal como Hendricks y Lewis relatan, algunos hombres
toman la ruta fácil del “liderazgo” e intentan ser los “jefes.” Esto es dominio, no liderazgo
espiritual.
Los hombres que son líderes controladores a menudo tienen el tipo de personalidad que les
capacita para ser motivadores y emprendedores, los empresarios del mundo. Son resueltos y
saben tomar decisiones, y fácilmente pueden inspirar a otros a que estén en la misma línea de sus
planes y visiones. El problema es que ese tipo de hombre, cuando está gobernado por sus
inclinaciones naturales, fácilmente puede transformarse en un déspota, y cuando eso sucede en
un matrimonio, lleva a problemas serios.
David es un muy buen ejemplo de esto. En el trabajo, está encargado de un departamento
altamente productivo. No podríamos decir que a la gente le cae bien, pero consigue que se hagan
las cosas. En su hogar él opera en una forma similar: él es la cabeza de la casa, y todo tiene que
estar bajo su control. Él piensa que puede conducir a su familia en la forma que quiera. Para él
sólo existen dos resultados en cualquier área de la vida: o se gana o se pierde. Y él detesta perder
(especialmente frente a una mujer, incluso si esa mujer es su esposa). Todo aquel que se pone en
su camino (lo cual significa también todo aquel que opina diferente que él) es una amenaza. Su
esposa Ruth, es una mujer capaz, cálida y se preocupa por los demás, pero ha sido herida tantas
veces por las crueles palabras de David que uno casi puede verla achicarse cuando él abre su
boca. En conclusión: David es un hombre egoísta y exigente.
Por más que esto parezca un ejemplo extremista de lo lejos que puede llegar un cristiano como
David, quien es diácono en su iglesia, no es tan raro como pudiera pensarse. Por favor observe
que si bien el seguir el instinto personal, o dar órdenes, y lograr que las cosas se hagan es algunas
veces necesario en el mundo de los negocios, en general no funciona con su esposa y sus hijos (y
ciertamente no es la forma en que el Señor espera que funcione el matrimonio). El líder
controlador crea desarmonía y discordia, rebelión e infelicidad para todos quienes viven bajo su
autoridad. El resultado a menudo es una esposa resentida que no quiere andar recibiendo órdenes
y niños que se rebelan con facilidad. El líder controlador ciertamente no está modelando el amor
de Cristo delante de su esposa ni su familia, y no está creando en ellos la sed de tener una
comunión más íntima con Jesús.
Si usted se amolda a esta descripción, pídale a Dios que no solo le muestre los momentos en los
que usted es controlador, sino que le ayude a poner su estilo de liderazgo bajo Su control. Luego
admita delante de su esposa que usted ha sido un esposo dominante y que le gustaría cambiar.
Pídale que le ayude. Si puede hacerlo en forma genuina, permítale a su esposa que le diga cuando
ella cree que usted es controlador. Luego pida ayuda a otros cristianos. Es allí que un grupo de
rendición de cuentas es tan útil. Los hombres pueden estimular abiertamente a otros hombres a
dejar de ser controladores y pasar a ser líderes serviciales.

El líder pasivo
El otro extremo es la pasividad, o la abdicación del liderazgo. ¿Alguna vez ha tenido luchas en
decidir quién se hará cargo de la salud espiritual de su familia? Muchos hombres se sienten
totalmente cómodos permitiéndole a sus esposas hacer el trabajo, especialmente si las vidas de
ellas tienen una relación más consistente con Dios o un conocimiento más profundo de los temas
espirituales.
¡Termine con eso! Su esposa (aún en el caso en que sea una líder natural) no quiere que usted
abdique de su rol como líder espiritual.
Cuando Gary y yo hablamos en las conferencias matrimoniales, me reúno con muchísimas mujeres
que quieren consejo sobre cómo tratar con sus esposos pasivos. Julia me habló una vez sobre su
esposo, Pablo, el cual es un gran padre, esposo y proveedor. Él es el tipo de persona que dice que
“no se puede esperar nada más que de uno mismo”, es diestro y tiene buena autoestima. Pero
cuando se trata de las cosas espirituales, él permanece en la periferia, y deja que su esposa tome
el liderazgo. A Julia le encantaría permitir que él tome el liderazgo espiritual tanto con ella como
con la familia, pero parecería que él no sabe cómo comenzar, o tal vez simplemente no está
interesado.
Hombres como Pablo puede que tengan el conocimiento para dirigir la condición espiritual de la
familia, pero no lo están usando para animar y ayudar a sus esposas e hijos a adquirir una sed y
hambre por el amoroso liderazgo de Jesús. Y debido a que ellos escogieron quedar en la periferia,
no existe un ejemplo bíblico de un hombre piadoso en el hogar. Un sinnúmero de familias están
siendo afectadas en forma negativa por ese tipo de apatía espiritual o indiferencia por parte de los
esposos y padres.
Es interesante, sin embargo, que el hombre que es un líder pasivo en el hogar, puede ser el
mismo hombre que lidera en muy buena forma en los negocios durante todo el día. Sencillamente
no transfiere esas habilidades a su rol como padre y esposo. Cuando él entra a la casa cada día,
deja de ser el Sr. Dragón Asesino y se convierte en el Sr. Mosquita Muerta. Por supuesto que esta
es una exageración, ya que existen grados de pasividad, pero imagino que usted entiende lo que
digo.
Si usted es un líder pasivo, eso no significa que debe convertirse en un tirano en forma repentina.
De hecho, usted no debe ser un tirano. Lo que sí significa es que necesita adquirir (por medio de
la obediencia diaria a Jesucristo) una estatura espiritual que acerque a su esposa a usted en la
medida que toma la iniciativa que Dios quiere que tenga en el hogar. Cuando un hombre hace
esto, su matrimonio y su familia serán transformados.2

El líder siervo
Un liderazgo balanceado implica el servicio a su esposa. Aquí tenemos cómo Steve Farrar describe
este rol en su excelente libro Point Man: “Significa, caballeros, que ustedes deben tomar la
iniciativa en su sumisión a Cristo a tal punto que llegarán a ser un ejemplo para su esposa. La
disponibilidad de un hombre de servir a su esposa y satisfacer sus necesidades le proveerá una
atmósfera y un estímulo para que ella responda en sumisión a su liderazgo. Si ella ve ese tipo de
actitud en usted, y siente que usted está buscando diligentemente seguir a Cristo con firmeza,
será mucho más fácil para ella descansar en su liderazgo en el hogar. Todavía no conozco una
mujer cristiana cuyo esposo le provea este tipo de liderazgo y que ella aún tenga dificultad con la
idea de la sumisión bíblica. Cuando un esposo ama a su esposa como la Escritura manda, se
obtiene una situación en las que todos ganan” (p. 182).
La Biblia claramente indica que un esposo creyente debe aceptar las responsabilidades que Dios le
da de amar, liderar y honrar a su familia. Este tipo de liderazgo es un equilibrio entre liderar y
servir. Cuando un hombre asume este rol, protege y provee para cada miembro de la familia.
Alberto es un ejemplo de servicio en muchas áreas de su vida, pero en particular con su esposa,
Victoria. Cuando su trabajo le requiere horas extra, él siempre lo conversa con Victoria,
asegurándose que las horas extra de trabajo no interfieran con sus compromisos familiares. Él
siempre trata a Victoria con cortesía. Si ella está entrando las compras desde el automóvil, él
siempre se apresura para cargárselas. Cuando salen a comer afuera, deciden juntos a dónde irán.
Desde cosas como bañar a los niños hasta orar con su familia, Alberto vive una vida de servicio.
El liderazgo bíblico es una responsabilidad que Dios le ha dado a usted. Es una oportunidad para
que sirva a su familia. Las palabras de Jesús en Marcos 10:45 ilustran bellamente el liderazgo
bíblico: “Porque el Hijo del Hombre no vino para ser servido, sino para servir, y para dar su vida
en rescate por muchos.” Jesús dejó su lugar de honra a la derecha de Dios y vino a la tierra en
humildad para salvar al mundo y mostrar cómo era Dios realmente. Su rol consiste en aprender de
él y demostrar la misma humildad en su vida. El servir a su esposa en sus necesidades más
profundas y sacrificarse para que ella pueda ver más de Jesús le traerá un consuelo y seguridad
que ella nunca conoció.
Como usted tiene la responsabilidad de ser el líder espiritual, debe cultivar su espíritu para que sea
sensible a la gentil guía y dirección del Espíritu Santo. Pero el desafío no termina ahí. Antes que
usted sea completamente capaz de ministrar a su esposa, debe ser sensible al espíritu de ella
también. Eso implica un verdadero discernimiento (y paciencia) de su parte, para poder leer las
complejas necesidades emocionales de su compañera de por vida. ¡Es por eso precisamente que
Dios le da a usted toda una vida para hacerlo! El que el hombre sea sensible al Espíritu de Dios,
así como también a su esposa, implica humildad. A medida que aprenda esta humildad, sin
embargo, disfrutará de su matrimonio más de lo que jamás imaginó posible.
El liderazgo servicial lleva a una intimidad espiritual, y esta meta alcanzable puede transformarle,
dejando de ser un esposo o esposa que luchan con sus egos y batallan por el control, para
transformarse en una amorosa pareja que experimenta el trabajo de equipo matrimonial en su
más alto nivel.
Una soleada mañana de diciembre, hace muchos años, el suelo estaba cubierto con un manto de
nieve de 13 centímetros de espesor, y Gary nos había dejado la espina que tenía algo especial
para nosotros después de la iglesia. Le suplicamos y rogamos que nos revelara ese gran secreto,
pero no nos dijo. Cuando llegamos a casa, nos dijo que nos pusiéramos abrigo, y entonces nos
hizo ir hasta el frente de la casa.
-Bien, aquí está,- dijo.
-¿Aquí está qué?- fue mi reacción
-Aquí está el lugar para nuestro primer hombre de nieve en la historia.-
-¿Es eso lo que vamos a hacer? Pesamos que íbamos a ir a algún lado.-
-No necesitamos ir a ninguna parte para divertirnos como lo vamos a hacer,- dijo. –Mira esto.- Fue
allí que se inclinó y comenzó a formar una bola de nieve que sería la base para el hombre de
nieve.
Las niñas y yo lo seguimos, y al poco tiempo estábamos sonriendo y riendo a carcajadas. Pronto,
nuestro Congeladito tenía ojos de carbón, una nariz de zanahoria, una sonrisa hecha de rocas, y
un gorro con franjas rojas y blancas. Fue una tarde grandiosa, ninguno necesitó de Disneylandia
para tener un recuerdo como familia. Missy entró y salió de la casa toda la tarde, abrazando a
Congeladito y orando para que él “estuviera con nuestra familia para siempre.”
Aquella noche, antes de salir de la casa para dar una vuelta y ver las luces navideñas, Missy dijo
que temía que Scott, el travieso adolescente que vivía cruzando la calle, derribara el hombre de
nieve. Y cuando regresamos de nuestro paseo, nuestros peores temores se habían hecho realidad.
Congeladito estaba hecho pedazos por todo el frente.
Missy lloró, y Gary y yo cruzamos la calle hacia la casa de Scott para conversar con él. Scott negó
haberlo hecho. –Estuve en casa toda la tarde trabajando en una tarea.-
Dándonos cuenta que no iba a confesar, nos fuimos a casa y comenzamos a rearmar a
Congeladito. Al poco tiempo sentimos unos pasos que pisaban la nieve. Nos dimos vuelta y vimos
a Scott que estaba detrás de su padre, Nick.
-Gary, si tienes algo que decirle a mi hijo, apreciaría que comenzaras conmigo. Scott ha estado en
la casa conmigo todo el día, trabajando en un deber para la escuela. No hay forma en la que
pueda haber hecho esto. Ahora tú y yo tenemos un problema.- Inmediatamente de haber dicho
esto, Nick y Scott se volvieron y se alejaron.
Gary le preguntó a Missy, -¿Scott te dijo que él derribaría el hombre de nieve o simplemente
pensaste que lo haría?- Nosotros habíamos asumido que Scott le había dicho eso a Missy en una
de sus salidas para abrazar a Congeladito.
-Bueno, en realidad no me dijo que lo haría.-
-Missy, déjame ver si entiendo. Scott no te dijo que iba a derribar a Congeladito, pero tú pensaste
que lo haría. ¿Por qué?-
-Porque él siempre nos hace cosas. Pero no creo que haya hecho esto.-
Gary nos llevó a todos dentro de la casa para que pudiéramos hablar sobre esta crisis familiar
llamada: “Cómo tener problemas con los vecinos en treinta segundos.” La decisión que se tomó
fue que teníamos que cruzar la calle y disculparnos. –Yo no voy a ir allí,- dijo una. –Papi, tú ve. Tú
eres el padre,- dijo otra. -¿Puedo quedarme en casa? Me siento un poco mal.- (No voy a decir
“quién fue” que dijo eso).
-No,- dijo Gary. –Todos vamos a ir. Voy a telefonear a Scott y a su padre para pedirles que se
reúnan con nosotros. Pero antes de hacerlo, creo que debemos hablar sobre lo que hemos
aprendido de esto.- Su liderazgo hizo que reconociéramos que habíamos acusado falsamente a
Scott. Todos nos sentimos horrible por lo que habíamos hecho. Entonces, pese a que teníamos
temor de enfrentar a los vecinos, Gary nos llevó a poner en práctica esta humildad dolorosa y
necesaria. Gary llamó a Nick y le dijo si podíamos ir para hablar con él y con Scott.
-No hay nada que quiera hablar contigo,- dijo Nick.
-Por favor, sólo sal a la puerta del frente y dame un par de minutos,- dijo Gary. –Es importante
que mi familia hable contigo y con tu hijo.-
-Bien,- dijo Nick y colgó bruscamente el teléfono.
A medida que atravesábamos la calle, oramos. ¡Y cómo oramos!
Lo primero que dijo Gary fue, -Nick y Scott, mi familia y yo les hemos ofendido, y estamos muy
apenados. ¿Nos perdonan por favor?-
Nick, obviamente sorprendido fue el siguiente en hablar. –Y yo estoy apenado por haberme
disgustado tanto. Estaba bastante enojado. Scott había estado dentro todo el día, por lo cual yo
sabía que no había derribado tu hombre de nieve Missy. Está bien. Olvidémoslo.-
Entonces, la arrepentida Missy lloró y abrazó al vecino adolescente que tenía, y Scott dijo: -Está
bien, Missy. Sé cómo te sientes.-
Cuando volvimos a casa, Gary tuvo una segunda reunión familiar. Nos sentamos en un círculo en
el suelo y hablamos acerca de lo que habíamos aprendido de esta experiencia: que necesitamos
orar mucho antes de que ninguna acusación salga de nuestros labios; que las palabras airadas
deben ser evaluadas antes de dejarlas salir; que cuando uno se humilla, el corazón de las
personas se ablanda; que cuando uno se equivoca con un vecino, vale la pena el riesgo de pedir
perdón. El liderazgo espiritual de Gary nos había ayudado a hacer lo correcto, crecer como familia,
y sembrar unidad en vez de discordia.

Las recompensas de la intimidad espiritual


El pasaje de Efesios 5 que hemos examinado anteriormente en este capítulo exhorta al esposo a
dar su vida por su esposa “para santificarla, habiéndola purificado en el lavamiento del agua por la
palabra.” ¿Alguna vez ha purificado a su esposa en la palabra?
Gary con frecuencia abre su Biblia y me dice: -Escucha esto, Barb...- Luego me lee lo que la viva e
inspirada Palabra de Dios está haciendo en su propio corazón y cómo está cambiando su vida.
¡Qué tremendo testimonio resulta eso para mi propia vida!
Algunas veces, en realidad, yo no me siento cómoda con lo que me lee ya que desafía mi
naturaleza egoísta. Pese a eso, no puedo negar que mis pensamientos son puestos sobre aviso, y
aprendo a ser más como Cristo debido a eso.
Recuerdo un poderoso ejemplo de esto en nuestras vidas. Gary y yo estábamos hablando en una
conferencia de FamilyLife en Jacksonville, Florida. Nuestro avión aterrizó tarde, la noche antes de
que la conferencia empezara, y ambos estábamos exhaustos. Estábamos sentados en nuestra
habitación de hotel, con la intención de repasar nuestras notas para prepararnos para el día
siguiente, pero ambos quedamos repentinamente abrumados.
Gary, quien en ese tiempo aún estaba lidiando con la pena de la muerte de su padre, estaba
agotado emocionalmente. Y esa semana yo había recibido una carta muy dura de alguien a quien
admiraba y respetaba muchísimo, por lo cual estaba devastada.
Pero al estar sentados en esa habitación, Gary tomó su Biblia y comenzó a leérmela. Al principio
me resistí. Mi propia herida estaba demasiado fresca, el dolor demasiado profundo. Pero él insistió
y siguió leyendo. Ambos comenzamos a llorar a medida que la Palabra de Dios seguía
derramándose en nuestros corazones y mentes. Gentilmente, las palabras de Dios abrieron mi
protegido corazón y comenzaron a sanar mi afligido espíritu. La Palabra de Dios nos fortaleció a
ambos, y para cuando Gary terminó de leer, ambos nos sentíamos renovados, limpios y frescos.
Sí, hasta santos y limpios.
A la semana siguiente recibimos una llamada del gerente de la conferencia FamilyLife. Sus
palabras fueron, -¿Qué pasó en Jacksonville la semana pasada? Sus evaluaciones son increíbles.
Metieron un gol de media cancha.-
Lo que había sucedido es que Dios estuvo con nosotros, como personas quebrantadas, y restauró
nuestras almas a través de su Palabra en un tiempo de verdadera comunión espiritual.
Cuando Gary toma el liderazgo en esta forma, refleja el carácter de Dios. Como resultado de ver
este tipo de espiritualidad en su vida, me siento animada a confiar en Dios más y a seguir a Jesús
más de cerca. Esto nos trae a un nivel de confianza y seguridad en nuestra relación que no se
puede encontrar en ningún otro lado.
Ahora, por favor entienda que nosotros luchamos con los temas familiares lo mismo que todos.
Por ejemplo, luchamos con las finanzas. Nos enfrentamos con una pila de cuentas: la universidad
de nuestra hija, las cuentas de la boda de nuestra otra hija, los impuestos, las contribuciones para
el retiro, etc. La lista es interminable. Pero cuando Gary se acerca a mí en la iglesia y me dice:
-Demos más esta semana,- me siento y admiro lo que Dios está haciendo en mi esposo. Su
generosidad y obediencia a Dios derriten mi corazón.
¿Aún tengo inseguridad con respecto a dar dinero? Por supuesto que sí, pero confío en el juicio de
Gary y en su liderazgo en este sentido, porque él es un hombre que sigue a Dios.
Cuando usted se sintonice independientemente con Dios, entonces gire y sintonícese también con
su esposa, así creará una apertura que es la máxima intimidad entre el esposo y la esposa.
Un esposo y una esposa que construyen su matrimonio sobre el compromiso fundamental de
buscar a Dios sobre todas las cosas, pueden compartir sus temores, ansiedades, alegrías y sueños.
Pueden abrirse y compartir pensamientos y sentimientos, incluso cuando puedan lastimar. Tienen
la libertad de experimentar la honestidad y transparencia, sabiendo que se aman mutuamente e
incondicionalmente, y que nunca se alejarán ni levantarán un dedo en acusación.

Construyendo el futuro
¿Se da cuenta que usted esta formando la próxima generación de esposos? Hay un viejo adagio
que dice: -Si quieres saber qué tipo de esposo será un hombre, observa cómo trata a su madre.- Y
un hombre trata a su madre, en general, en la forma en que ha visto a su padre tratarla como
esposa. Así que la forma en la que usted ama, guía y protege a su esposa y a sus hijos, habla a
gritos a sus hijos. Le muestra a su hijo el tipo de hombre que debe ser, le muestra a su hija el tipo
de hombre que debería buscar como marido. Una de las lecciones más valiosas que puede
enseñarle a sus hijos es cómo un hombre piadoso debe relacionarse con su esposa y cómo debe
liderar en amor a su familia.
Gary tomó a un lado a Scott, nuestro yerno, antes de casarse con nuestra hija Sarah y le dijo:
-Scott, tienes la oportunidad de comenzar desde el princpio con oración e intimidad espiritual con
Sarah. Comienza tu relación liderando espiritualmente en tu hogar. Cada mañana cuando
despiertes, o en la noche antes de ir a dormir, toma las manos de Sarah y oren en voz alta juntos.
¿Cuántos hombres piensas que pueden decir al final de sus vidas que oraron diariamente con sus
esposas? No soy legalista. Si te equivocas, te equivocas. ¿Pero qué me dirías si te conviertes en el
único muchacho en Estados Unidos que se compromete a orar diariamente con su esposa? Si lo
haces, será más fácil para ella confiar en ti y poner su confianza en tu liderazgo. La estimulará
también a desear tener una misma mente y espíritu contigo. Si quieres una familia bíblica,
entonces debes orar con tu esposa. Dios ha prometido bendecir ese tipo de legado espiritual.-
¿Usted ora cada noche con su esposa? Por mucho que Gary y yo oremos juntos, no tenemos ese
tipo de récord. Pero puede creer lo que le digo, el orar con su esposa les acercará a ambos en
seguridad, estímulo, e intimidad espiritual. Nada hace que una mujer se sienta más segura, a salvo
y protegida.
Pero no puedo terminar este capítulo sin contarle de mi amiga Emma. Ella y su esposo son
creyentes, pero la distancia que él ha puesto y el fracaso en satisfacer las necesidades de ella son
la fuente de un gran dolor para Emma. Recientemente ella compartió sobre esa situación conmigo,
tratando de refrenar sus lágrimas. –Lo que sucede es que yo recuerdo vívidamente a mi madre y
mi padre luego de venir de la iglesia los domingos, el regreso a casa, la puerta de su dormitorio
cerrada mientras se cambiaban de ropa, y su risa juntos.- Su voz se entrecortaba. –Yo vi la
intimidad espiritual puesta en práctica. Cuando íbamos a la iglesia éramos uno. Los domingos en la
tarde estábamos realmente juntos como familia, ya sea que fuéramos a pasear, o a visitar un
museo, o si nos sentábamos a leer. Esa intimidad les ha acompañado durante sus cincuenta y
cinco años de matrimonio. Ahora mamá tiene el mal de Alzheimer. Recientemente volvió a casa
del hospital. Papá estaba exhausto, pero se sentó en la cama con ella y la abrazó. –Estoy muy feliz
de tenerte en casa,- dijo. Ella, al sentirse aliviada en esos brazos familiares dijo: -Estoy muy feliz
de estar en casa.- Estando segura por sus recuerdos, pero abrumada con su dolor, Emma cerró
sus ojos. –Sentí la intimidad de ellos. Escuché su intimidad. Pero no tengo eso con Jordan.- Su voz
vaciló. –Tal vez algún día se dé.-
No deje a su esposa lastimada y anhelando experimentar la intimidad espiritual, soñando con lo
que podría haber sido. Hoy es un nuevo día. Comience a comprometerse usted mismo a
desarrollar una cercanía espiritual con su esposa, su mejor amiga.

1
Le recomiendo los siguientes libros: De Gary Rosberg, Guard Your Heart (Sisters, Org.: Questar,
1994); de Steve Farrar, Point Man: How a Man Can Lead His Family (Sisters, Oreg.: Multnomah,
1992); y de Stu Weber, Tender Warrior (Sisters, Oreg.: Multnomah 1993).

Si quiere profundizar más en el tema, le recomiendo el libro de James Walker, Husbands Who
2

Whon’t Lead and Wives Who Won’t Follow (Minneapolis> Bethany House, 1989).

CAPÍTULO 7. Aliento. La necesidad de amor #4 del esposo. “Aliéntame, y cree en


mí.”
Gary le habla a las esposas

Detesto confesarle esto, pero los hombres son en realidad niños atrapados en cuerpos grandes. Ya
sé, ya sé, se ha quedado totalmente pasmada.
Lo crea o no, este secreto no muy bien guardado, no me resulta nada fácil de admitir, ni a mí ni a
ningún hombre. Creo que a las mujeres se les critica por su sensibilidad con respecto a envejecer,
como si de alguna forma el ego masculino fuera impermeable al pasar de los años. Pero
permítame que le diga, en representación de todos los hombres, es duro ver piel sobre nuestra
cabeza en lugar de cabello. Y cuando comenzamos a agregarle centímetros a nuestra medida de
cintura, puede tornarse bastante frustrante. Después de todo, esa expansión de la cintura significa
que debemos ir a comprar pantalones nuevos, y usted sabe lo mucho que nos gusta comprar.
¿Recuerda la vieja canción de Bob Dylan, “The Times, They Are A Changin’(Los Tiempos
Cambian)”? Bueno, nuestra canción lema como hombres podría ser: “The Old Body, It Is A
Changin’(Nuestro cuerpo cambia).” Sin embargo, la mayoría de los hombres no lo admiten sin dar
la pelea. Así que peinamos nuestro cabello en forma más estratégica, hacemos ejercicios e
intentamos estar en forma, tratando de ponernos a dieta. Entonces, una vez cada tanto nos
colocamos nuestros tenis y salimos a la cancha, pista o terreno de béisbol, para intentar demostrar
que todavía “somos buenos.” Hasta que nuestros tobillos o rodillas nos traicionan. Oiga, no le
exagero en este punto. Recientemente, en una semana, tres hombres diferentes vinieron verme
en muletas, bastón y enyesados, cantando su canción de lamento atlético. Uno se lastimó la rodilla
en una liga de baloncesto para gente de más de cuarenta años. El otro se desgarró los ligamentos
en la liga de softball de su iglesia (pero pudo atrapar la bola). El tercero se quebró el brazo
practicando luchando con uno de sus adolescentes.
Seguramente que ustedes, sabias mujeres, miran todo esto y dicen: -¿Qué es lo que les pasa a
estos hombres? ¿Por qué no puede entrar en su dura testa la idea de que no pueden actuar como
muchachos de veinticuatro años cuando tienen treinta y cuatro, o cuarenta y cuatro, o cincuenta y
cuatro o sesenta y cuatro?-
A primera vista, tiene todo el sentido del mundo... hasta que su hija le pasa la pelota de
baloncesto. Es allí que usted se transporta inmediatamente a sus días de adolescente, y no hay
nada que pueda impedir que la lleve a la calle a practicar (usando su traje de negocios). O quizá
su hijo le lanza algo cuando usted está ayudando a su esposa a limpiar la mesa luego de la cena.
Su única opción es darle esa mirada que dice: “Vamos, todavía puedo darte tu merecido.” O uno
de los muchachos de la iglesia llama y le desafía diciendo, -¿Estás demasiado viejo para ir a la
cancha para un partido de baloncesto? No estás en tan mala forma, ¿verdad?-
Entonces usted cuelga el teléfono y todo lo que dice es: -Cariño, ¿dónde están mis tobilleras y mis
rodilleras?-
Los hombres se encuentran con desafíos como los siguientes casi a diario: “Hágalo.”
“Aprovéchelo.” “Tómelo.” Y pese a que soy lo suficientemente sabio como para saber que hay
cosas mejores, no soy diferente a su esposo. No puedo evitar que el entusiasmo me arrastre y me
meto con ambos pies (y generalmente termino con uno de ellos enyesado). Pregúntele a mis hijas
si no me cree.
Cuando nuestra hija mayor, Sarah, tenía diez años, yo acepté ser el entrenador asistente de su
equipo de baloncesto. Pensé que nos daría un buen tiempo para estar juntos. Nadie me había
dicho que durante el último fin de semana de la serie, los entrenadores debían jugar con sus
jugadoras en frente de las miradas y los gritos de muchos fanáticos. Era mi primer juego de
baloncesto en veinte años, y me fue bien... en las primeras tres carreras cancha abajo. Luego, de
la nada mis piernas ya no me respondían y mi cabeza no podía ni pensar. Le digo, no fue lindo.
Mis hijas aún se ríen cuando recuerdan ese día. Y yo también me río... ahora.
¿Por qué lo hice? Porque como la mayoría de los hombres, me fascina la competencia. Amamos la
emoción de la victoria. Pero aún más que eso, queremos que alguien nos aliente en esa victoria.
Pregúntele a los chicos que compiten en un deporte, o tocan algún instrumento musical, o
participan en actividades escolares, y ellos le contarán cada vez que sus padres estuvieron allí.
¿Por qué? Porque todos queremos y necesitamos a un admirador que nos aliente; necesitamos
saber que somos especiales, que nuestra familia está orgullosa de nosotros.
Y créame, no importa lo viejo que pueda ser su esposo, también es cierto en el caso de él.
Necesita saber que es especial, que alguien lo está apoyando, y ese alguien es usted, su esposa.

Su esposo necesita ser alentado


La naturaleza del juego puede cambiar al pasar de la juventud a la madurez, pero nuestra
necesidad de ser afirmados y animados no cambia. Los hombres aún necesitan saber que tienen
algunos admiradores. Es la forma en la que fuimos formados. Es por eso que la mayoría de los
setecientos hombres que entrevistamos para este libro dijeron que su necesidad de amor número
cuatro en el matrimonio es el aliento y la afirmación.
Si bien es cierto que a medida que envejecemos la necesidad de una palmada en la espalda por
parte de nuestros amigos decrece un poquito, todavía necesitamos el firme apoyo de otros
hombres cristianos. Pero la voz de afirmación que más anhelan escuchar es la que proviene de sus
esposas.
No puedo decirle la cantidad de veces que escuché a un esposo decir: -Ella le dedica todo su
tiempo y atención a los niños. No me malinterprete, amo a mis hijos. ¿Pero qué con respecto a
mí?- Esto no se trata de la canción “pobrecito yo” de un llorón egocéntrico. Se trata de un hombre
que se siente dejado a un lado y necesita la atención de su esposa, su afirmación y aliento.
¿Qué es lo que pasa entonces cuando un hombre no escucha que su esposa lo alienta? dos cosas:
Se sentirá continuamente desanimado o derrotado; o como en el caso de Timoteo, buscará el
aplauso en algún otro lado.
Timoteo y Graciela disfrutaban la mayoría de los prestigios del éxito material. Como pareja tenían
ingresos económicos por ambos lados, no tenían hijos, y le dedicaban la mayoría de su tiempo a
sus respectivas carreras... para deterioro de su matrimonio. Pero a pesar de que Timoteo tenía
cada vez más éxito en sus negocios, la persona a la que quiere impresionar (Graciela) parece estar
totalmente absorbida por su propio mundo. Ninguno de los dos protegió los vínculos de su
relación, y Timoteo a la larga termino por abrir su corazón a una compañera en la oficina. Rita
siempre estaba allí, era amistosa, servicial, y elogiaba sus logros, escuchando y comprendiendo
sus necesidades. Meses después, en mi oficina de consejería, Timoteo le confesaba a Graciela que
su corazón se sentía atraído hacia otra mujer.
Cuando se le preguntó por qué había sucedido esto, Timoteo dijo: -Graciela nunca estaba
conmigo. Estaba tan absorta en sus propias cosas que yo me cansé de intentar obtener su
atención. Rita parecía estar muy interesada en lo que yo hacía. Ella me preguntaba cómo me iba
con mis proyectos. Me apoyaba muchísimo. Parecía valorarme por quién yo era. Rita me alentó
cuando yo estaba en medio de luchas.-
Graciela estaba sentada y aturdida al principio, con el dolor escrito en su rostro. Luego surgieron
las preguntas, rápidamente y con furia. –Timoteo, ¿llegaron a algo físico? ¿Te besó? ¿La tocaste?-
-Graciela, nunca hubo nada físico. Simplemente hablamos. ¿Recuerdas que solíamos hacer eso? Yo
sólo necesitaba recibir afirmación de alguien. Lamento haberte herido de esta forma. Bajé la
guardia y le permití a ella que entrara. Sé que no está bien. Y te quiero a ti, no a Rita. Pero
realmente necesito que me apoyes, que me animes. Que me hagas saber que piensas que soy un
buen muchacho.-
Tanto Timoteo como Graciela prestaron atención a este llamado para que despertaran, y gracias a
Dios, salieron a salvo de las profundidades de la traición y el dolor. Con el transcurso de varios
meses de consejería, ambos buscaron entender cómo recuperar el gozo de un matrimonio seguro
y estimulador. A medida que comenzaron a poner en práctica lo que estaban aprendiendo, la
pared que estaba alrededor de su matrimonio se fortaleció, y la pared que estaba entre ellos
comenzó a derribarse. Comenzaron a escucharse mutuamente, a alentarse mutuamente. A
compartir lo que pensaban y sentían, y a reaccionar el uno al otro.
Eso era lo que Timoteo buscaba en su relación con Graciela: aceptación, acceso (un oído que
escuchara), atención, y afirmación; o para decirlo todo en una palabra: aliento.
Permítame que comience a decirle qué representa para un esposo el aliento dado por su esposa:
 Alentar es separarse de las distracciones de los niños, la casa, su trabajo, las cuentas, y
sintonizarse con él. Durante esos momentos él sabe que es el único en el mundo suyo. Usted
ha reservado la energía y el tiempo para concentrarse totalmente en él.
 Alentar es escuchar (escuchar activamente) cuando él habla sobre el trabajo, sus
esperanzas y sueños, sus inseguridades y tensiones.
 Alentar es recordarle que usted cree en él. A medida que él abre su mundo a usted,
recuérdele que le ama, que puede vencer ese estrés que le parece tan abrumador.
 Alentar es animarlo cuando él le dice cómo los chicos más jóvenes del trabajo parecería que
estuviesen esforzándose por su puesto, o que lo desafiaran a una dura competencia.
Recuérdele que Dios lo ha conducido hasta ahora y que continuará fortaleciéndolo y usándolo.
 Alentar es recordarle que usted se casaría con él de nuevo. Recuérdele que no está cada
vez más viejo, sino cada vez mejor. Sea su admiradora número uno.

Puede que algunas mujeres no respondan positivamente ante la ilustración de ser admiradoras.
Quizá resulte un poco chocante la idea de estar al costado mientras otros están en el juego. Pero
no piense así. Recuerde que los admiradores no son solamente las muchachas con los bastones,
son los fanáticos, la banda musical, etc. Usted es todas esas cosas y más para su esposo. Cuando
los dos se reúnen al final de un largo día y él está exhausto, abatido por el estrés del trabajo,
usted es la persona en la que sabe puede confiar, ser honesto sobre sus sentimientos y compartir
las cosas que tiene que enfrentar. Usted es la única persona en la que él puede descansar para
que le reafirme y le anime.
Si busca la palabra alentar, encontrará sinónimos como éstos: animar, consolar, inspirar,
estimular, vigorizar, poner en la cima del mundo, regocijar el corazón, hacerle bien al corazón. ¿Se
da cuenta del resultado que tendría esto en su relación matrimonial su usted hiciera todas estas
cosas por su marido?
Su esposo necesita ser animado y afirmado durante los buenos días así como también en los
malos. Cuando especificó el mandamiento más grande, Jesús dijo: “Amarás al Señor tu Dios con
todo tu corazón, y con toda tu alma, y con toda tu mente” (Mateo 22:37). Usted debe amar a su
esposo de la misma forma.
Durante una reciente reunión en la iglesia me di cuenta que estaban Teodoro con su esposa,
Judith, y sus hijos. Había escuchado que Teodoro tenía serios problemas en su empleo y que su
carrera estaba en peligro. Me preguntaba cómo le estaría yendo. Al final de la reunión, Barb y yo
fuimos a ofrecerles nuestro apoyo. Al comenzar a hablar, Judith comenzó a llorar. Barb la acercó a
ella y le dijo: -Te amo, y quiero que sepas que en los tiempos dolorosos, Gary y yo todavía no
hemos visto que Dios fracase en sacarnos adelante.-
Yo tomé a Teodoro e hice la misma cosa, recordándole que Dios no le había abandonado, que le
amábamos, y que lo más importante es cómo iba a responder al dolor en el que se encontraba.
Todos estábamos dándonos un abrazo grupal, hasta que Teodoro dijo finalmente: -Gary, todo lo
que sé hacer es trabajar. Y como ahora no puedo, no sé qué es lo que el futuro me depara.-
-Yo tampoco lo sé, Teodoro. Pero la verdad más absoluta es que Dios sí lo sabe.-
Más tarde, cuando ya estábamos dejando la iglesia, Judith estaba tomando el brazo de Teodoro y
dijo: -Me voy a aferrar a Teodoro, sea lo que sea que Dios haya planeado para nosotros. Le amo y
quiero ayudarle a sobrellevar el dolor.-
Al mantener contacto con esta pareja, hemos visto a Judith respondiendo precisamente en la
forma en que necesita hacerlo:
 Le recuerda a su esposo sobre la gracia de Dios.
 Acerca a los niños a Teodoro en el medio de esta lucha.
 Llama a los amigos de Teodoro para decirles que necesitan estar presentes en la vida de
Teodoro.
 Se arrodilla para orar.
 Está a su lado, tan cerca como puede, animándolo.

Eso es lo que hace una esposa alentadora, en los tiempos difíciles y en los buenos tiempos. En eso
consisten los votos matrimoniales, en amar, honrar y abrigar esperanzas.

Cómo alentar a su esposo


Si usted quiere crecer en su habilidad para animar a su esposo, practique varias de estas
sugerencias.
Aliéntelo a que escuche el aplauso
Para el cristiano, el aplauso celestial (la aprobación de Dios) es esencial. Pero como en el caso de
todo hombre, he descubierto que este aplauso celestial a veces es difícil de escuchar.
¿Por qué? Bueno, principalmente porque algunos hombres ni saben que existe. Les fascina la parte
de la salvación del mensaje cristiano, pero cuando se trata de conocer a Dios en realidad, o no lo
entienden o sienten que en realidad no lo necesitan.
Otros hombres han bajado el volumen, bien bajo. No están pasando el tiempo suficiente con Dios,
especialmente por medio de un devocional tranquilo que les aparte de este mundo ruidoso para
poder escuchar claramente Su voz. Sus oídos están tan llenos con los sonidos de este mundo que
constantemente se les pierde esa voz tranquila y pequeña.
Es ahí que usted puede proveer un verdadero estímulo espiritual.
Quizá las prioridades de su esposo están entreveradas. Puede que sea ambicioso para los negocios
pero que no siempre lo sea para escuchar la voz de Dios. Puede que crea que está muy ocupado
como para orar, o leer la Biblia, o tener comunión con otros creyentes.
Ese tipo de hombre está en peligro de escuchar las voces incorrectas, y necesita sintonizarse con
esta verdad: el enemigo, Satanás, no quiere que los hombres escuchen la voz de Dios. Él quiere
que estén abrumados y distraídos por causa de otras voces. Dios quiere que su esposo gane la
carrera, pero también está bien consciente de que Satanás quiere que su esposo caiga antes de
alcanzar la meta final. Es por eso que Pablo dijo en Gálatas 5:7, “Vosotros corríais bien; ¿quién os
estorbó para no obedecer a la verdad?” Sabemos la respuesta. Es el enemigo quien se pone en el
camino.
Lo que el hombre realmente necesita es tener como su máxima menta el eco del “Bien, buen
siervo y fiel” resonando en su oído (Mateo 25:21). Él debería querer la voz de aprobación de Jesús
en tal forma que obstaculice todas las demás voces que le distraen. Pero hacer eso significa que
es lo suficientemente humilde para dejar a un lado su orgullo y sintonizarse. Implica que debe
entrenar su oído para escuchar la voz del Señor.
Aquellas de ustedes que son madres saben que pueden escuchar el llante de su hijo por sobre
todas las demás cosas en una plaza de deportes llena de niños. Eso se debe a que han entrenado
su oído para escuchar esa voz. Y necesitamos entrenar nuestros oídos para escuchar la voz de
Jesús. Puede alentar a su esposo a hacer eso. Dios le ha colocado a usted estratégicamente en la
vida de su esposo para ser quien le estimule, siempre de cerca.
Recuérdele dos cosas: Dios y usted están allí las veinticuatro horas del día, los siete días de la
semana. Él puede ir a Dios (y a usted) con cualquier tema. Así como el Padre, usted quiere ser
una voz audible que le aliente en medio de sus luchas. No se equivoque, él depende del aplauso
que usted le de. Aplique estas frases de ánimo que he escuchado a las esposas decirle a sus
esposos en mi oficina:
 -Creo en ti, Guillermo.-
 -Cariño, sé que estás profundamente frustrado con tu trabajo, pero nos sobrepondremos a
este valle. Recuerda que estoy a tu lado, y que estoy adherida a ti como un pegamento.-
 -Pase lo que pase, Ricardo, sé que Dios te ayudará en este tiempo difícil. Y yo también.-
 -Sé que es difícil soportar esto. Joaquín se está rebelando y rompiendo tu corazón, pero
debemos mantener nuestra confianza en que todos los años que hemos invertido en él lo
traerán de vuelta. Estoy contigo.-

Estas mujeres están animando a sus esposos diciéndoles la verdad en amor y alentándolos. Se
han convertido en la admiradora número uno de sus esposos, incluso en medio de sus propias
necesidades y luchas. Ayude a su esposo a escuchar la voz de Dios. Recuérdele que el Padre
también le habla. Si Dios le hablara a su esposo, puede que le dijera cosas como:
 -Te amo. Envié mi Hijo a morir por ti.-
 -Te he dado el poder del Espíritu Santo para alimentar tu fuego y procurar la santidad.-
 Hijo, mantente en el curso. Cuida tu corazón. Termina en forma victoriosa. Estoy contigo.-

Anímelo recordándole la obra de Dios en su vida


Roberto no tiene ni idea de cómo poner en orden su vida. Su negocio se tambalea, no está
conectándose con su esposa, y sus hijos... bueno, ya ni sabe dónde están. Roberto ya casi no va a
la iglesia, y cuando no está en el trabajo, está totalmente involucrado en su propio “vasto mundo
de deportes.” Es entrenador de tres deportes diferentes porque le fascina el inmediato retorno y
adulación que recibe de los chicos y los fanáticos. Es toda su vida. Bueno, casi toda su vida. En un
momento de vulnerabilidad, le confesó a un amigo mutuo que hay otras cosas que están
comenzando a dar vuelta en su mente. La mujer que acaban de transferir a su departamento. El
sueño de hacer mucho dinero. La seducción de objetos que validen su importancia. En fin, Roberto
está a punto de experimentar una crisis de mediana edad.
Su esposa, Victoria, ama a Cristo y ama a Roberto. Pero está desanimada. Ha tratado de estar en
contacto con él, pero él no parece escucharla en medio de un mar de voces que compiten con la
de ella. ¿Qué puede hacer? Lo más importante que puede hacer es, para comenzar, ayudar a
Roberto a que vea cómo Dios está obrando en la vida de él. ¿Sabe por qué lo sé? Porque es lo que
Barb hace conmigo.
Barb ha descubierto cómo alentarme al recordarme frecuente y adecuadamente las cosas que Dios
está haciendo en nuestras vidas. Puede que estemos conduciendo por la avenida, conversando
acerca de algo abrumador en nuestras vidas, y entonces trae a colación lo que ha leído ese día en
su Biblia en Un Año. En otras ocasiones, debido a que me conoce a mí y a mis estados de ánimo,
se da cuenta de que estoy luchando con cierta inseguridad en el ministerio o en una relación, y
entonces me ofrecerá orar (por mí y conmigo). En más de una ocasión cuando yo estaba
desanimado, me alentó señalando un ejemplo bíblico de cómo Dios obró a través de hombres con
debilidades, a pesar de sus errores.
Ella puede hacer esto porque ha plantado la “buena semilla” en su propia vida, y sus raíces ahora
son profundas, arraigadas en la Palabra de Dios. Esto le ha permitido soportar un sinnúmero de
tormentas. Con libertad me dice que me ama a mí y a las niñas más que su propia vida, y a la vez
muestra mediante sus acciones que ama aun más a Jesús. Su habilidad de ser una animadora está
al máximo debido a que va a la Fuente para obtener su propia llenura, la sabiduría de Dios en la
Biblia y la persona de Jesucristo.
En caso que se esté preguntando si todo es perfecto en nuestra relación, la respuesta es: por
supuesto que no. Somos dos seres humanos, igual que ustedes. Pero sí tenemos un matrimonio
fabuloso, y gran parte del crédito de esto se debe a Barb, quien ha llegado a dominar las
habilidades necesarias para transformarse en mi admiradora y en una animadora consumada.
Cuando tengo que enfrentar cosas difíciles, voy a Dios... y a Barb. Si llegara a ir a Barb primero,
ella me oiría, me animaría y me motivaría a ir al Señor.
Estas no son las únicas dos voces que sé debo buscar, pero debido la clase de esposa que tengo,
estas son las dos voces más importantes que quiero oír.
¿Cómo es que usted esta buscando animar a su esposo para que vea la obra de Dios en su vida?
Aquí le doy algunas sugerencias:
 Cuando vea a su esposo tomar una posición firme por algo que es bueno, afírmelo
diciéndole que ve el carácter de Dios en él.
 Bendiga a su esposo con el aliento de la Palabra de Dios cuando lo vea desanimado. Envíele
una tarjeta en la que escribió cuidadosamente un mensaje de aprobación, para sorprenderlo en
su lugar de trabajo. Recuérdele la fidelidad que Dios le mostró a él en el pasado.
 Dígale a su esposo cómo ve a Dios obrando en otras personas a través de las actividades o
relaciones interpersonales que él lleva a cabo.
 Apoye la expresión de su esposo de los dones del Espíritu (amor, gozo, paz, paciencia,
benignidad, bondad, fe, mansedumbre, templanza) cuando vea que él actúa en alguna de
estas formas.

Anímelo a que dé cuentas


Dios me ha dado cinco amigos sólidos y firmes, para que caminen en la vida conmigo y a los
cuales les rindo cuentas. Barb, en vez de resentirse por el tiempo que paso con estos hombres,
entiende lo importante que es esta interacción para mi vida.
Desde finales de los 70 me he reunido semanalmente con Jerry, Tim, y Mike. Ellos son mi grupo
de rendición de cuentas. Hay otro hombre que tiene la libertad de hacerme preguntas difíciles, ese
es mi amigo Steve Farrar. Pese a que él vive en Texas y yo en Iowa, generalmente hablamos dos
o tres veces por semana y compartimos las cargas que tenemos. También está mi yerno, Scott, y
como soy su mentor le hablo y le veo casi a diario. Este proceso de ser mentor es en realidad una
cosa recíproca, ya que él me da tanto como recibe.
Quizá su esposo haya ido a Cumplidores de Promesas y usted ha visto la obra de un Dios santo en
su corazón cuando vuelve a casa: es más tierno, está más enfocado espiritualmente, y también
más interesado en fortalecer a la familia. O quizá alguna otra obra del Espíritu Santo le ha
motivado a comenzar a crecer espiritualmente. Usted, como esposa, debe ser su principal
animadora en lograr esos cambios que están centrados en Dios, pero hay hombres piadosos que
también pueden ser un firme apoyo para él en ese proceso.
Los amigos creyentes comprometidos, animarán a su esposo a rendir cuentas. Le harán las
preguntas difíciles y le presionarán un poquito, ya que se preocupan por él y quieren ayudarle a
proteger su corazón. Le harán preguntas como:
 ¿Cuáles son tus pensamientos?
 ¿Estás luchando con algún pecado secreto?
 ¿Meditas en la Palabra y oras con regularidad?
 ¿Tus prácticas comerciales son éticas y sin reproche?
 ¿Trabajas honestamente para tu patrón?
 ¿Estás lidiando con alguna tentación sexual o con pornografía?
 ¿Estás atendiendo las necesidades de tu familia?

Algunos hombres evitan este tipo de rendición de cuentas porque creen que significa que están
perdiendo el control de sus vidas. Por supuesto que no es así. Pero todos nosotros necesitamos
hermanos creyentes que caminen en esta vida junto a nosotros. Es por eso que el sabio Salomón
dijo: “¡Ay del solo! Que cuando cayere, no habrá segundo que lo levante.” (Eclesiastés 4:10). Su
esposo necesita hombres piadosos que caminen con él, le levanten, le animen, y le hagan dar
cuentas.
“Si alguno prevaleciere contra uno, dos le resistirán,” dice Salomón unos versículos después
(Eclesiastés 4:12).
Anime a su esposo a estar cerca de otros hombres piadosos. Él necesita este tipo de conexión en
su vida.

Anímelo a vincularse con sus hijos


Estaba haciendo la fila para comprar entradas, lo cual no es una gran experiencia para mí. Pero
recibir sabiduría de alguien frente a mí en la fila sí lo es. Hace unos meses, estaba parado detrás
de una madre y su hija, la cual aparentemente tenía tres años. No podía dejar de mirar a la niña
que, tomada de la mano de su madre, sonreía, y jugaba con su oso de peluche. La mujer debe
haber sentido mi fascinación y me miró. –Usted tiene una niña muy hermosa,- le dije cuando
capturó mi mirada. –¿Ve aquellas maravillosas mujeres que están allá? Son mis hijas y mi esposa.
Mis niñas solían tener tu edad, cariño,- le dije a la niñita. –Y ahora ya son grandes.-
Sin demora, la mujer que estaba frente a mí dijo: -Padre, el tiempo ha pasado.-
Sí, ciertamente. El tiempo ha pasado. Y en ese momento recordé lo rápido que lo hace. Tan sólo
“ayer” Sarah y Missy eran dos pequeños ángeles que abrazaban sus ositos de peluche, y hoy día
una es una joven esposa y la otra una estudiante universitaria. El tiempo ha pasado. Pero no
tengo resentimientos porque Barb siempre estuvo allí para animarme a estar vinculado con mis
hijas.
Un padre necesita a sus hijos tanto como ellos le necesitan a él. Cuando yo me preocupaba, Barb
siempre estaba allí para animarme a pasar tiempo con las niñas. Me recordaba que aprovechara
bien el tiempo (Salmo 90:12) ya que nuestras niñas no estarían siempre debajo de nuestro techo.
Barb es una experta en ver las áreas sutiles de la vida. Por ejemplo, si mi corazón se endurecía un
poquito o si tomaba distancia, ella se daba cuenta y sugería que tomara una noche libre para salir
con una de las niñas; o me animaba a dejar la oficina temprano para llevar a las niñas al Centro
Comercial, o a un cine, o a tomar un helado. Cualquier cosa que me vinculara con mi familia en
términos personales.
Una esposa que alienta siente cuando hay demasiada distancia entre su esposo y los niños (y
gentilmente los acerca). Barb siempre ha hecho eso por mí, y siempre da buenos resultados.
Como consecuencia, yo tengo el tipo de relación con nuestras hijas que es genuinamente una
relación amorosa y de corazón. Yo soy de ellas, y ellas son mías.

Anímelo a esforzarse y crecer


Barb también está sintonizada con mi necesidad de desarrollarme continuamente como hombre.
Ella gentilmente me anima a participar en eventos que me hagan esforzarme o que me ayuden a
crecer. Cosas como meterme en un autobús con los muchachos e ir a un evento de Cumplidores
de Promesas. Pese a que con frecuencia hablo en eventos que se llevan a cabo en estadios, este
último verano ella insistió en que fuera a un evento de Cumplidores de Promesas con un grupo de
muchachos de nuestro grupo masculino llamado CrossTrainers. Este es un grupo de seiscientos
hombres a quienes les he enseñado semanalmente desde 1979. Caminamos juntos en esta vida, y
como resultado, vemos cómo Dios fortalece hogares en todo Iowa.
-Necesitas ese tiempo simplemente para estar con los hombres en las tribunas, no en la
plataforma,- me dijo. –Permítele a Dios y a otros muchachos que llenen tu propio tanque
espiritual. ¡Ve!-
El animar a su esposo puede ser algo tan sencillo como sugerirle que coloque algo de música
cristiana en el equipo de audio, o recordarle de un nuevo libro devocional que cree que él
disfrutará, o comentarle de un artículo en una revista cristiana. Es cierto que usted no puede
obligar, ni lloriquear, ni importunar a su esposo para que tenga sed espiritual y de relacionarse (y
ni debería intentarlo). Pero debe tomar una decisión consciente y diaria de animar a su hombre. Él
tiene sed de su estímulo.
Como todo ser humano, su esposo es una criatura compleja. Pero en otro sentido, también es
bastante sencillo: él necesita a Dios; le necesita a usted; necesita a sus hijos (si tienen hijos); y
necesita a sus amigos. Su esposo es un ser relacional tal y como usted lo es. Tal vez no logre
poner en palabras su necesidad con respecto a estas relaciones, pero no se equivoque, porque él
sí las necesita. ¿Por qué? Porque Dios le creó de esa forma.
Ayúdelo a crecer como hombre, para sí mismo y para con otras personas.

El poder del estímulo


La mayoría de los hombres que conozco tienen una película favorita. Ya sabe a qué tipo de
películas me refiero, esas que su esposo mira una y otra vez hasta que puede recitar el diálogo de
memoria. Películas como Los Doce del Patíbulo o Tiburón o El Padrino. Bueno, la mía es Rocky.
Bien, su siguiente pregunta es: -¿Cuál de ellas?- ¿Verdad? Ha habido apenas unas diecisiete. En
este momento estoy pensando en una escena al final de Rocky II.
Rocky acababa de noquear a Apollo Creed y estaba en el ring con el micrófono. –Sólo quiero decir
una cosa... Apollo, eres el mejor.- (Ese es el boxeador que acababa de noquear.) –Quiero
agradecer a Mickey, mi entrenador.- (Mickey gruñe.) Entonces se escuchan sus fanáticos gritando,
-Rocky, te amamos.- A lo cual él responde, -Les amo- (por el aliento de la multitud). –Pero por
sobre todo, quiero agradecer a Dios... Después del nacimiento de mi hijo, este es el día más
grandioso de mi vida.- (No estuvo mal, Rock.)
Y entonces viene la frase impactante, -Yo, Adrian (esa es su esposa, quien está mirando por TV en
su casa)... ¡te amo!- A lo cual ella dice en respuesta, -Yo te amo también, Rock.-
Siempre que escucho ese triunfal tema musical de Rocky me erizo. Y apuesto que su esposo
también. ¿Por qué?, se preguntará. Porque muchos hombres creen que son Rocky Balboa. Y
cuando ven a Rocky gritar frente a todo el mundo: -Yo, Adrian, ¡te amo!,- y la ven responder, -Yo
te amo también, Rock,- él sólo quiere una cosa: Que su Adrian (o sea usted) le aliente, que lo
admire, que crea en él.
Pero no se limite a creer en mis palabras, pregúntele a su esposo. Averigüe qué es lo que lo
motiva. Puede ser cuando usted le guiña el ojo, o cuando asiente con su cabeza como señal de
aprobación, o esa gentil sonrisa que le dice “Estoy orgullosa de ti.” Puede que usted lo diga por
medio de una tarjeta que compró o por medio de un papelito que le pegó en la agenda de él o en
su espejo, pero dígalo frecuentemente, positivamente y auténticamente.
Si no ha desarrollado el hábito de hacer esto, comience hoy. Nunca es demasiado tarde. Aquí hay
algunas ideas para que comience:
 Escríbale una nota diciéndole que está orgullosa de él.
 Averigüe en qué punto está su corazón con el Señor. ¿Qué está aprendiendo?
 Dígale en frente de los chicos que está agradecida por la forma en la que provee para las
necesidades de la familia.
 Llame a sus padres y jáctese un poco de él, si es posible cuando él pueda escucharla.
 Hágale comentarios de aprobación por la forma en que la ama.

Su esposo también necesita sus oraciones. Tenga el hábito de orar en formas muy específicas por
él cada día.
 Ore para que escuche el aplauso celestial.
 Ore por su vida de oración, y por su fidelidad en estudiar la Palabra de Dios.
 Ore por formas en las que usted pueda estimularlo a hablar sobre su propia fe.
 Ore para que establezca una relación cercana con algunos hombres piadosos, los cuales le
estimulen y a quienes les dé cuentas, hombres con quienes pueda ser honesto sobre lo que
está en su corazón y sus necesidades, hombres que estén con él durante los tiempos buenos y
los malos.
 Ora para que Dios continúe manteniendo la comunicación abierta entre su esposo y los
hijos, si es que tienen hijos. Ore para que sea un padre amoroso y gentil. Ore por su propia
sensibilidad para ver las formas en las que pueda promover esto.

Los hombres pasan por muchas luchas hoy día. Puedo verlo todo el tiempo en mi oficina de
consejería, y en mi ministerio con otros hombres. Solamente en esta semana en CrossTrainers,
estuve con hombres que vinieron a mí con las siguientes necesidades: uno estaba enfrentando el
primer aniversario de la muerte de su hijo; otro acababa de perder su empleo. Otro hombre, quien
había perdido a su padre hace pocos años, acababa de saber que su madre tenía cáncer. Otro
hombre estaba padeciendo depresión. Uno de los muchachos más jóvenes acababa de decirle a su
esposa que estaban en un verdadero problema financiero, había estado gastando excesivas sumas
de dinero sin que ella supiera.
Cuando los hombres estamos en el medio de tales pruebas, llegando al límite mismo, necesitamos
escuchar la voz de Dios que nos guíe y nos sostenga, y necesitamos escuchar a nuestras esposas
que nos alienten y que crean en nosotros.
Trabaje continuamente para ser una presencia marcada en el mundo de su esposo. Recuérdele el
valor que tiene en los ojos de Dios, así como también en los suyos y en los de sus hijos.
Edifíquelo. Aliéntelo. Anímelo a seguir peleando la buena batalla, a terminar la carrera, y a retener
la fe (2 Timoteo 4:7). Y ayúdelo a pelear la buena batalla y a terminar la carrera con usted.
Anímelo a ser la mejor persona que pueda, de manera que un día, cuando uno de ustedes deba
colocar al otro en las manos del Salvador, pueda escuchar las palabras que Jesús quiere que todos
escuchemos, “Bien, buen siervo y fiel.”
Terminar juntos es el mejor estímulo de todos: Un hombre y una mujer que terminan bien, que
aman a sus familias y amigos, y que proclaman valientemente su amor por su Señor y
mutuamente.
Cuando termine de leer este capítulo, quiero que haga alguna de estas cosas. Si su esposo está en
el trabajo, hágale una alentadora llamada telefónica. Si está acostado en la cama junto a usted
mientras usted lee, dele un beso grande, húmedo y ruidoso. Si está en el otro cuarto, vaya a
sentarse junto a él y dígale lo mucho que lo ama. Si no está disponible en el momento, escríbale
una nota en la que le diga que está orgullosa de él, loca por él, y que quiere terminar su vida con
él. Y si hay algo que esté bloqueando que usted pueda alcanzar a su esposo con libertad en este
sentido, quiero que ponga a un lado sus sentimientos y que lo haga de todos modos.
La vida es corta.
Y cuando todo haya sido dicho y hecho, lo único que importará es nuestra comunión con
Jesucristo y del uno para con el otro.

CAPÍTULO 8. Aliento. La necesidad de amor #4 de las esposas. “Recuérdame que


soy la única...”
Barb le habla a los esposos
Hace unos meses Gary asomó su cabeza en mi oficina y me pidió si podía unirme a él en los
últimos minutos de una sesión de consejería. Como yo en general no hago eso, me quedé
sorprendida, pero sabía que él tendría una buena razón para quererme allí.
-Amanda está enfrentando una problemática seria con su esposo,- dijo Gary. –Creo que le vendría
bien que la animaras un poco.-
El esposo de Amanda había estado más insensible hacia ella en los últimos dos años, y su espíritu
se había endurecido gradualmente. Al comienzo, ella pensó que se estaban distanciando debido a
sus días laborales cada vez más largos y sus frecuentes fines de semana en viajes de negocios. Lo
que la había traído a la oficina de Gary buscando consejería, sin embargo, era el impacto de saber
que su esposo estaba teniendo una relación amorosa, y para colmo ¡con su mejor amiga! La vida
de Amanda estaba dando vueltas fuera de control. Las dos personas a las que más amaba estaban
rompiendo su corazón.
Gary hacía lo mejor que podía para darle a Amanda esperanza y consuelo en su hora más negra.
Pero en ese momento, ella también necesitaba algo que él, como hombre que no era su marido,
no podía proveerle: ella necesitaba ser sostenida y consolada. Ella necesitaba alguien que la
abrazara, que llorara con ella y que la animara genuinamente. Ella necesitaba a “Dios en carne y
hueso.” Es por eso que Gary me había introducido en la escena.
Cuando las personas están dolidas, necesitan algo más que un diagnóstico, más que un consejo
profesional. Necesitan sentir que alguien se preocupa genuinamente por ellos, y no simplemente
porque ese es su trabajo. O, como el apóstol Pablo escribió, “...Podíamos seros carga como
apóstoles de Cristo. Antes fuimos tiernos entre vosotros, como la nodriza que cuida con ternura a
sus propios hijos. Tan grande es nuestro afecto por vosotros, que hubiéramos querido entregaros
no sólo el evangelio de Dios, sino también nuestras propias vidas; porque habéis llegado a sernos
muy queridos” (1 Tesalonicenses 2:6-8).
Dos días después recibimos la siguiente carta:

Queridos Gary y Barb:


¡Gracias, gracias, gracias! Desde lo más profundo de mi corazón quiero agradecerles por las
oraciones que fueron elevadas en su oficina. Me siento humillada y admirada ante Dios. Ustedes
no saben cuántas veces yo debatía conmigo misma si llamar para ver si de alguna manera Barb
podía sentarse conmigo en la sesión de consejería con Gary. Pero había descartado el
pensamiento en cada oportunidad, creyendo que era demasiado pedir. Pero pese a mi cavilar y
mis dudas, Barb, Dios te puso allí. Él sabía que debías estar allí, e hizo que sucediera. Esta fue la
primera vez en dos meses que estuviste en la oficina cuando yo tenía una cita. ¡Qué Dios tan
maravilloso! Una necesidad inmediata fue satisfecha ya que me diste la impresión de que era Dios
quien me decía: -Ven y siéntate en mi falda, yo seré como un esposo para ti.- Tú sabías que no
obtenía eso de mi esposo terrenal. Pero ahora me imagino a Cristo abrazándome, amándome
incondicionalmente y dándome toda la ternura que yo podría pedir.
Gracias a ambos por dirigirme hacia Cristo para obtener respuestas, por arrodillarse y orar con
corazones tan fervorosos por mi esposo, nuestro matrimonio y nuestra familia. Ahora tengo una
verdadera esperanza de que el corazón de mi esposo se quebrante y que se convierta en un
hombre diferente. Tengo una fe renovada de que él una vez más vivirá por Cristo.

Lo que Gary y yo le ofrecimos a Amanda aquel día fue ánimo, en diferentes maneras. Y como
puede ver, es una herramienta poderosa.
Deseo que su esposa nunca haya tenido que enfrentar el tipo de traición devastadora que Amanda
enfrentó. Pero, aunque esa no sea la situación, sé que ella tiene momentos en los que se
desanima, o es malinterpretada, o tiene temor. A todos nos sucede. ¿A quién se dirige ella cuando
le han quitado la alfombra donde estaba parada? ¿Adónde se dirige cuando se siente sola o fuera
de control? ¿A quién se dirige cuando está abrumada por las circunstancias?
Es allí que ella necesita la alentadora presencia de:
 Alguien que le ofrezca esperanza y apoyo
 Alguien que la escuche
 Alguien que sea de confianza
 Alguien que la entienda
 Alguien que se meta en la trinchera con ella cuando la batalla arrecia.

Alentar literalmente significa “dar valor; inspirar con valentía, espíritu o esperanza; animar.” Es
una palabra que inmediatamente me vino a la mente al ver recientemente algunas escenas de la
Segunda Guerra mundial en el canal de Historia. El fotógrafo había captado algunos eventos de la
noche anterior al día D, cuando el General Eisenhower estaba en Inglaterra, y caminaba entre los
paracaidistas antes que partieran y atravesaran el Canal Británico. Eisenhower debe haber sabido
que la mayoría de esos jóvenes nunca regresaría. Pero su presencia les recordaba que lo que
estaban haciendo era importante para la causa de la libertad y que eran de mucho valor a los ojos
de su comandante general. A lo largo de la historia, este tipo de aliento ha inspirado a hombres
comunes y corrientes para comportarse con valentía en situaciones peligrosas.
¿Qué tiene que ver todo esto con su esposa? Bueno, su esposa pelea batallas cada día. ¿Y sabe
qué es lo que la mantiene con la determinación de seguir adelante? Su estímulo.
Tanto hombres como mujeres necesitan estímulo. Tanto así que ambos ubicaron el ánimo como su
necesidad número cuatro en nuestra encuesta matrimonial. Pero debido a que los hombres y las
mujeres son diferentes, ese aliento puede tomar diferentes formas. Observe estas dos listas de
necesidades:
Necesidades de los esposos
1. una tarjeta, una o dos veces al año, para decirles que son amados
2. salir una noche de vez en cuando
3. un compañero de golf (o de navegación, o de bolos)
4. un nuevo desafío cada cinco años para hacer que la vida siga siendo interesante
5. una palmada en la espalda por parte de los muchachos en la cancha de básquetbol

Necesidades de las esposas


1. dosis diarias de “te amo” (las tarjetas y las flores también sirven)
2. salir una noche por semana solos
3. una amiga en la cual pueda confiar
4. frecuentes tiempos de descanso de su rutina para que pueda recargar sus baterías
5. abrazos que demuestren apoyo por parte de sus amigas

¿Logra captar la idea? Las mujeres necesitamos mucho aliento. Es la forma en la que Dios nos
hizo. Ni mejores ni peores, sólo diferentes.
Su esposa necesita ser alentada
Si usted mira un juego de golf por televisión, o si está en el campo de golf siguiendo un torneo
profesional, pensará que las únicas palabras que algunas personas saben son: “Eres el hombre.”
Es la forma de animar a un golfista favorito. Y pese a que los profesionales deben escuchar esta
frase millones de veces, cuando alguno da un golpe de trescientas yardas y la pelota va directo al
hoyo, y entonces escucha un coro que dice: “Eres el hombre,” se nota que se le infla un poquito el
pecho.
Pese a que su esposa nunca necesita escuchar que le diga: “Eres el hombre” (créamelo), sí
necesita escuchar su versión apropiada de frases de afirmación para lograr que se le infle un
poquito el pecho. Frases como...
 “Eres la mejor esposa que un marido podría tener.”
 “¿Te he dicho últimamente que eres mi héroe?”
 “Me fascina envejecer junto a ti.”
 “Eres mi mejor amiga.”

Una mujer tiene una tremenda necesidad de que su marido le susurre, le declare, o que incluso le
grite al mundo que ella es la persona más importante de su vida.
No tengo temor de admitir que Gary tiene una increíble posición de poder en mi vida. ¿Por qué?
Porque es quien mejor me conoce. Y debido a que se preocupa lo suficiente para saber que pienso
diferente a él, entiende también qué es lo que necesito cuando se trata de alentarme. Un buen
ejemplo es una situación que se da a menudo en la casa de los Rosberg (nuestra casa).
Es el final de un día ocupado, y yo corro para arriba y para abajo de la casa, sintiéndome
exhausta. Estoy preparando la cena y voy a lavar la ropa, vuelvo a la cocina, voy a ordenar las
cosas, cocina nuevamente, contesto el teléfono, vuelvo a la cocina... sabe a qué me refiero.
Entonces, Gary entra al cuarto y dice: -Eres la mujer más maravillosa del universo.-
Él sabe cómo darle energía a una mujer agotada, y sus palabras de edificación le agregan varias
horas de energía a mi vida. Su voto de confianza fortalece mi espíritu, recicla mi energía, y me
asegura que no estoy sola en el mundo. Ese es el poder del aliento.
No es suficiente que aprecie a su esposa, debe decirle cuánto. Y permítame que le advierta: si
usted no aprecia y anima a su esposa, ella se volverá a algún otro lado para satisfacer su
necesidad. Muchos matrimonios han terminado en el fracaso por esta misma razón. Si el aliento de
parte suya no es una parte constante de la dieta de su esposa, ella tendrá hambre del mismo.
Muchas mujeres se vuelven a sus profesiones para encontrar aliento. No estoy sugiriendo que una
mujer no debería tener satisfacción y afirmación por el trabajo que hace. Pero necesita escuchar
que el aliento más audible y más apasionado provenga de su esposo.
Cuando Gary y yo nos casamos, yo enseñaba arte en las escuelas elementales. ¡Me fascinaba!
Amaba a los niños (los 350 jóvenes artistas que estaban bajo mis alas). ¡Oh, cómo atesoraba la
aprobación que recibía de sus notas! Luego quedé embarazada con nuestra primera hija y
comencé a dedicar mis dones y energías a la casa y a la educación de la niña.
El nacimiento de un hijo, especialmente el primer bebé, es un milagro que cambia la vida de una
mujer. También puede ser el comienzo de un viaje solitario. Me encantaba estar en casa con
Sarah. Valoraba mi tiempo con ella. Pero también extrañaba aquellas notas diarias de mis
alumnos, aquellas aprobaciones constantes que decían que estaba haciendo un buen trabajo.
Anhelaba tener el mismo tipo de aliento en mi rol como madre y ama de casa para mi familia.
Gary satisfizo esa necesidad fundamental en mi vida ofreciéndome dosis diarias de aliento.
Existe un sinnúmero de formas en las que un esposo puede animar a su esposa en la rutina diaria
de la vida:
 Dígale lo valiosa e importante que es como esposa.
 Tenga una sonrisa en su rostro cuando entre a su casa en la noche.
 Escúchela cuando expresa su frustración sobre su día laboral. Recuerde que las presiones y
tensiones que experimenta son tan reales como las suyas propias.
 Sea paciente cuando esté cansada y malhumorada.
 Déle espacio cuando lo necesite.
 Permítale que le hable hasta el cansancio cuando necesite hacerlo.
 Levante su espíritu al recordarle todas las cosas que hace bien.
 Déjele notas de agradecimiento en el espejo del baño.
 Lleve a su casa un ramo de flores sin ninguna razón en particular.
 Dígale a su esposa cuán valiosa e importante es como madre, si tienen hijos.
 Hágale saber que entiende que el estar en la casa con los niños puede ser un trabajo duro y
solitario. Calme sus emociones al reconocer que los bebitos y los niños preescolares demandan
mucha energía.
 Ayúdela durante esos interminables ataques de viruela, gripe, dolores de oído y de
garganta.
 Déle a su esposa una ayuda extra con los mandados, la lavandería, las compras de
alimentos, especialmente cuando está atada a la casa porque los niños están enfermos.

Las mujeres pasan mucho tiempo apoyando, ayudando y supliendo a las personas que rodean sus
vidas, pero no siempre reciben el apoyo, la ayuda y la provisión que necesitan a cambio. Debido a
que cada mujer es única, usted debe convertirse en un estudiante de su propia esposa (¿le suena
familiar?) El entender su personalidad y carácter le permitirá que el estímulo que usted otorgue
esté diseñado específicamente para ella.
Miremos a los tres tipos básicos de mujeres y veamos cómo puede ser usted el mejor animador de
la mujer con la que se casó.

La mujer independiente
Algunas veces también es conocida como la mujer maravilla. Es capaz de saltar edificios altos (o
por lo menos ella cree poder hacerlo). Tiene una determinada ética de trabajo y a menudo tiene
una carrera fuera de su hogar. Al comienzo de la relación, la seguridad de esta mujer, su
independencia y su espíritu, le atrajeron a ella. Pero en algunas oportunidades, precisamente lo
que la acercó a ella al principio es lo que obstaculiza que se sigan acercando.
Leticia es una mujer fuerte y segura de sí misma. Es la mejor vendedora de una línea internacional
de ropa femenina y es bien respetada en la industria de la moda. La auto-confianza le brota por
los poros, y su deseo de triunfar la consume. Habla sobre el trabajo todo el tiempo y tiene la
siguiente actitud: “Amo a mi esposo, pero no lo necesito.”
No me malinterprete. La confianza no es algo malo. Pero puede serlo cuando está escondiendo un
problema mayor. En el caso de Leticia, ella obtiene su sentido de valor propio por medio de su
trabajo, en lugar de a través de su corazón. Su impulso por obtener el éxito en su carrera es una
forma de probarle a su esposo y a aquellos a su alrededor que es alguien valiosa.
Si esto describe a su esposa, entonces usted debe mostrarle a ella lo orgulloso que está de su
persona, independientemente de la forma en la que ella decide usar sus talentos. Recuérdele que
ella no tiene que lograr nada para ser exitosa en el corazón suyo. Anímela a desacelerar, a pasar
más tiempo con usted, ámela incondicionalmente.
Algunas veces, la mujer independiente está escondiendo un problema bastante importante. Su
actitud de estar un tanto apartada de su esposo se puede deber al temor de estar demasiado
cerca de él, es decir, es un recurso como el de silbar en la oscuridad. Mujeres así a menudo temen
el abandono, así que se encierran en el búnker que dice: “No necesito a nadie, ni siquiera a mi
esposo.”
Detrás de esta actitud puede haber una experiencia de la niñez, algo que haya ocasionado que ella
no se sienta segura de depender o confiar en otra persona. Si ha sido humillada o rechazada en el
pasado, puede que se esté protegiendo a sí misma manteniendo la distancia, bajo el disfraz de no
necesitar de nadie.
El control también puede ser todo un tema con la mujer independiente. La vida sólo será segura si
ella tiene el control. Ella ve la unión como si fuera cautiverio, y se preocupa por el hecho de perder
su libertad.
Con esta mujer, usted debe probar que es digno de confianza, tanto en las cosas grandes como en
las pequeñas. Debe ayudarla a ver que se está perdiendo la satisfacción que surge de una
verdadera cercanía en el matrimonio. Anímela a acercarse, y continúe acercándose usted mismo
(realmente cerca) y comience a atravesar esas paredes. Que ella sepa que usted la adora.
Muéstrele que ella no tiene que ganarse su amor y que usted nunca, nunca la dejará.

La mujer insegura
Beatriz tiene muchas cualidades maravillosas, pero se mantiene alejada de los cumplidos (tanto
verbalmente como mentalmente). Si usted dice, -Qué comida tan maravillosa,- ella dice, -Vamos,
simplemente tenías hambre.- Si dice, -La casa luce hermosa,- ella dice, -Deberías ver los
armarios.- Si dice, -Estás en muy buena forma,- ella dice, -Oh no, estoy demasiado gorda.- Si
usted dice, -Tus hijos se comportan tan bien,- ella dice, -Siempre son mejores cuando están con
otra gente alrededor.-
Beatriz rechaza la verdad sobre ella misma. Uno puede verlo en sus ojos. En el momento en que
alguien la elogia, ella aparta su mirada y la dirige hacia otra parte. Parecería estar incómoda, un
poquito ansiosa. No puede entender cómo es que usted puede decir ese tipo de cosas positivas
sobre ella. Internamente está discutiendo con usted.
Esta mujer no sabe cómo aceptar su aprobación. Pero lo que es peor, es que a veces hasta desafía
la aprobación, al menos hacia ella misma. Ella lo ve como una exageración, adulación, lisonja, una
zalamería.
Esto nos dice que probablemente vivió con dudas por mucho tiempo, quizá desde que era una
niña. O quizá pasó mucho tiempo sola. Quizá sus padres estaban siempre trabajando o demasiado
distraídos u ocupados que no se tomaron el tiempo para derramar palabras de estímulo dentro de
esta pequeña niña sedienta de eso. Sea cual sea la experiencia específica, algo en su pasado
inculcó mensajes de duda dentro de ella.
Esta mujer rehúsa creer que ha sido hecha en forma “formidable y maravillosa” (Salmo 119:14). Si
usted está casada con una mujer insegura, anímela desafiando su forma de pensar negativa. Ya
que usted es quien la ama y se preocupa más por ella, anímela a liberarse de esas actitudes de
auto desprecio.
 Dígale la verdad a menudo. Cuéntele las cosas que están yendo bien en su propia vida y
recuérdele las cosas que ella hace bien. Destaque sus talentos y alabe sus virtudes. Ignore
cualquier protesta de parte de ella, y habla la verdad en amor.
 Anímela a enfocarse en el mensaje de Filipenses 4:8, “Todo lo que es verdadero, todo lo
honesto, todo lo justo, todo lo puro, todo lo amable, todo lo que es de buen nombre; si hay
virtud alguna, si algo digno de alabanza, en esto pensad.” Anímela genuinamente a reconocer
cómo su actitud afecta su vida y sus relaciones. Quizá ella ni siquiera esté consciente de lo que
está haciendo. Un primer paso gigante es lograr que ella vea o admita lo que está haciendo.
 Elabore un plan de acción con ella. Pídale permiso para ayudarla desafiando con amor sus
pensamientos negativos con declaraciones de verdad positiva.
 Enséñele a recibir. ¿Recuerda cuando su padre le enseñó a recibir el balón de básquetbol,
con sus manos abiertas para luego aferrarlo firmemente? Al principio seguramente se le caía,
pero a la larga usted pudo asirlo. Anime a su esposa a abrirse, para así poder asir su
aprobación. Si puede comenzar con una simple respuesta de una palabra: “gracias,” estará en
el buen camino.

La mujer equilibrada
La mujer independiente y la mujer insegura son ejemplos extremos. La mayoría de las mujeres se
identifican en algún lugar intermedio del péndulo. Y todas las mujeres son una combinación
compleja de éstas y muchas otras características, personalidades, trasfondos, talentos y
temperamentos.
Al fin y al cabo, usted quiere animar a su esposa a que logre un equilibrio saludable en su vida.
Para hacer esto, debe entender que ella es una persona única.
 ¿Puede decir cuándo tocó un área sensible para su esposa? Averigüe qué la hace
hipersensible o la pone a la defensiva. ¿Por qué se siente estresada?
 ¿Tiene alguna profunda inseguridad? Si es así, a menudo está relacionado con la
autoestima, los logros, o un impulso de ser perfeccionista.
 ¿Es motivada por exigencias auto impuestas basadas en logros?

Una gran parte de la saludable autoestima de la mujer está basada en que se dé cuenta del valor
que tiene ante Dios y que entienda el gran tesoro de Su amor por ella. Incluso la mujer más
segura de sí misma, por momentos, se olvida de esto. En ese momento ella necesita tener a su
esposo al lado, con la afirmación adecuada.
En su instructivo libro The Five Love Languages, el Dr. Gary Chapman dice que comunicamos
amor y aliento a nuestros cónyuges en la forma en la que nosotros mismos necesitamos recibir
amor y aliento. ¿Cómo es que su esposa lo anima? ¿Es por medio de atenciones que ella le hace?
¿Es ofreciéndole palabras de estímulo y admiración? ¿Es por medio del toque, acariciando su
espalda, arrimándose a su lado? ¿Acaso le da ella dosis extra de tiempo y atención? ¿Le compra
pequeños regalos cuando usted necesita reponerse, o cuando no hay ninguna razón en especial?
Todas esas cosas son diferentes lenguajes del amor que demuestran aliento. Devuélvale su amor y
su aliento con el mismo lenguaje, y ella entenderá el mensaje.

¿Cómo animar a su esposa?


En los primeros días de la Compañía Ford Motor en Detroit, la planta de fabricación
repentinamente se quedó sin electricidad. Henry Ford hizo todo lo que pudo para resolver el
problema, pero fue en vano. Finalmente llamó a un electricista. El hombre caminó hacia la caja de
electricidad, jugueteó un poco con dos cables y la energía fue restaurada. Luego le pasó a Ford
una factura por diez mil dólares.
Ford estaba perplejo. -¿Por qué debería costar tanto el trabajo de reparar unos cables si le llevó
treinta segundos?-
-No le cobro por reparar los cables,- dijo el electricista. –Los diez mil dólares son por saber qué
cables reparar.-
Así que, hombres, aquí les va la pregunta por diez mil dólares: ¿Sabe cómo está formada su
esposa lo suficientemente bien como para saber qué mover y así poder animarla? Una de las
mejores formas de aprender es observando, siendo (como ya hemos dicho antes) alguien que
estudia a su esposa.

Entendiendo cómo está formada


La próxima vez que vea dos mujeres hablando, obsérvelas. Fíjese lo intensas que son. Escúchelas.
Aunque no pueda escuchar las palabras, escuche el tono de sus voces. Fíjese qué vinculadas
parecen estar. Fíjese cómo la conversación va para atrás y para adelante, como si fuera una
pelota de tenis. Algunas veces incluso hasta una termina las oraciones de la otra. A veces el fluir
es serio y abundante, a veces es liviano y sazonado. Para una mujer, esta forma de conversación
sirve como un desahogo de su estrés, es incluso una especie de desahogo terapéutico.
Si bien las amigas de su esposa son ciertamente importantes para ella, es absolutamente vital que
su esposa reciba este tipo de apoyo de usted... su esposo, su mejor amigo. Al final de un largo día
ella quiere pode compartir sus sentimientos con usted, sin sentir temor de ser juzgada. Ella no
busca soluciones. Ella quiere compartir sus pensamientos íntimos para que sus cargas puedan ser
aliviadas y sus vínculos emocionales hacia usted sean fortalecidos.
Cuando usted escucha lo que ella comparte sobre sus sentimientos y pensamientos, se siente
amada y valorada. Se siente valorada cuando usted le recuerda lo que hizo bien. Se siente
reabastecida y robustecida, independientemente de las muchas responsabilidades que tiene que
enfrentar.
Cuando se trata de procesar un tema, las mujeres tienden a hablar del mismo en voz alta.
Después de que tenemos ese monólogo (y a veces diálogo) terminado, estamos listas para
conquistar el mundo. Dependiendo de la situación, nuestras emociones también pueden jugar un
papel aquí. Todo esto tiene que ver con nuestra formación interna. Permítame que lo analice por
usted.
Usted y su esposa están discutiendo sobre su madre, la cual quiere venir y pasar una semana con
su familia. –Bien, no hay problema,- dice usted. –Es sólo cuestión de cambiar las sábanas.
¿Verdad?- Pero para su esposa no es así de simple. Ella ama a su suegra, pero una visita de una
semana requerirá preparación. Su esposa ha estado muy ocupada últimamente, así que la limpieza
ha estado un poco descuidada. Necesitará limpiar algunas gavetas en la cocina, el armario del
pasillo, y el ropero del cuarto de invitados. También querrá que usted ordene el caos que hay en
el sótano. Luego viene la preparación de las comidas. Necesitará planificar los menús, hacer las
compras, preparar algunas comidas para congelar. Pero además, ¿qué hará con su madre por una
semana? No puede simplemente dejarla sentada en la casa. ¿Y qué decir de la fiesta de
“bienvenida al bebé” de una amiga de la oficina en la que ella será la anfitriona esa semana? Ella
no podrá cambiar eso. Y así sigue, hablando sobre todo esto y con las emociones a flor de piel.
Lo que sucede en este caso es que su instalación eléctrica está sobrecargada, y el circuito está a
punto de cortarse. Una palabra de advertencia: en la misma forma en la que usted nunca tocaría
un cable conectado a la corriente, tampoco se ponga a discutir con las emociones de ella.
Aprenda cómo reducir la tensión. Si ella está lista para llorar, entonces anímela a que llore. (Sí,
llorar.) Cuando las lágrimas se desahoguen, es una buena señal de que la sobrecarga está
disminuyendo. Anímela permitiéndole que evacue el dolor. Entonces ella podrá escuchar. Si su
consejo o solución es bueno, usted parecerá el mejor consejero del mundo. Cuando ella
procesando sus sentimientos respecto a la situación, la lógica suya o su deseo de arreglarlo todo
no serán bienvenidos, algunas veces será hasta ofensivo. Sin embargo, más adelante,
probablemente le invitará a que la ayude a resolverlo. Pero recuerde: al comenzar a reparar algo,
comience por valorar el punto de vista de ella. Incluso la valoración más pequeña puede hacer que
usted pase de ser Clark Kent a volar como Superman en los ojos de su esposa.

Dele el primer lugar


Ya sea que los hombres estén participando de un juego, o que estén haciendo de entrenadores
desde un sofá, a la mayoría les encanta un buen evento deportivo. Y las mujeres queremos
disfrutar sus deportes, ya sea para vincularnos con los muchachos, o para gritar “Eres el hombre”
a su jugador favorito. El involucrarse en los deportes puede ser un gran calmante para el estrés, y
todas las esposas queremos que ustedes reduzcan el estrés de sus vidas. Eso les dará más tiempo
de vida y le hará que sean una compañía mucho más agradable. Además, queremos que ustedes
se relajen y se diviertan. ¡Se lo merecen!
Pero la tensión comienza a amontonarse dentro nuestro cuando los lanzamientos de tres, los
golpes del golf, o el mirar juego tras juego en el televisor toma el primer lugar, desplazando el
tiempo que pasan con nosotras. Comenzamos a sentirnos dejadas a un lado. ¿Cómo se sentiría
usted si llegara segundo y hay un solo premio? ¿Y qué me dice si invirtiéramos los roles y es su
esposa la que sale con sus amigas los fines de semana y (o) varias noches por semana? Cuando
no estamos en el primer lugar de sus vidas, no importa si estamos segundas, terceras o cuartas.
Es todo igual. Nos sentimos completamente despreciadas y sin importancia.
Algunas veces, aquello a lo que usted le da el primer lugar parecería ser tan importante que usted
ni siquiera reconoce lo que está haciendo.
Imaginemos que usted es un hombre que tiene su propio negocio. Tiene dos o tres (o más)
personas que trabajan para usted, pero a la larga usted es el responsable del éxito de su
compañía. Entonces las ventas comienzan a decrecer, y los clientes inconformes comienzan a
llamar. Usted está abrumado. Pasa su tiempo apagando fuego tras fuego en lugar de seguir
avanzando. Debe encontrar la manera de salvar todo para no perder a sus clientes en manos de la
competencia.
¿Qué es lo que hace para resolver este problema? Trabaja sesenta, setenta, ochenta o más horas
por semana. Pone su corazón y su alma en su compañía. Después de todo, es el futuro de su
familia, ¿verdad?
Todos los hombres quieren triunfar en sus carreras. No hay nada de malo con eso. Y a veces es
necesario trabajar largas horas. Pero si se da cuenta de que su trabajo lo está alejando
continuamente de su esposa y su familia, algo está mal. Usted piensa: Sólo es algo temporal. Si
trabajo duro por un tiempo, las cosas mejorarán. Pero la agenda está siempre llena, el teléfono
siempre está sonando, y las semanas se convierten en años. Día y noche usted está exhausto, sin
energía para su esposa. Puede comenzar con algunas cenas en las que no usted no está, pero
pronto puede que termine comiendo solo a últimas horas de la noche, y que la familia tenga un
itinerario lleno en el que usted no figura. Lo que es peor, cuando sí está en su casa, los lamentos
por el día de hoy y los planes por el de mañana absorben todos sus pensamientos.
Emocionalmente está distante y desligado. Su trabajo se ha convertido en el ladrón que le roba el
tiempo junto a la gente más importante de su vida.
Si usted se identifica con algo de esto, debe parar ese comportamiento. Pero no mañana ni la
próxima semana. Comience ahora mismo. No importa cómo es que lo justifica, ninguna carrera es
más importante que su esposa (o su familia, si ha sido bendecido con hijos). Ya sea que su esposa
lo manifieste o no, ella está sola, menospreciada y no está siendo amada. ¿Acaso se le ocurriría
hacer pasar hambre a su esposa con los alimentos que necesita para mantener su cuerpo físico?
No, me imagino que no podría. Pero pese a eso, usted está haciendo que padezca de hambre en
términos del aliento que necesita para sobrevivir.
Si ella le dice que está pasando mucho tiempo en el trabajo, no se sienta amenazado. Ella le está
diciendo que nadie puede reemplazarlo en la vida de ella y que necesita su compañía y estímulo
para complementarla como nadie podría. El principal mensaje es “Te amo y te necesito.”

Destaque su potencial
Hace años yo tomaba una clase de pintura y retratos en la noche para continuar mi crecimiento y
educación como artista. El instructor era alguien respetado, pero su manera de corregir dejaba
mucho que desear. Una noche, después de que yo había pasado toda la clase trabajando en un
cuadro, el instructor se paró junto a mí, tomó mi lienzo del caballete y en forma verbal lo hizo
pedazos. Quedé devastada y volví a casa en lágrimas, con la determinación de no volver a pintar
nuevamente.
Al siguiente día, Gary vino a casa del trabajo y me dio dos paquetes. Dentro de ellos había un
caballete y una caja de madera totalmente equipada con pasteles Rembrandt. -Suficiente
lamento-, dijo. –Dios te ha dado un talento, y tú vas a pintar. Comienza a hacerlo, ahora.- Estas
cosas no me las dijo con dureza, sino con firmeza, amor, y afirmando la verdad sobre mis
habilidades.
Me recuerda la historia de Jesús y su trato con el hombre paralítico que fue bajado por el techo
para ser sanado. El Salvador fue firme, directo y claro. Le dijo al hombre que se pusiera en pie,
tomara su lecho y que se fuera a su casa (Lucas 5:24). Y lo hizo. Gary me dijo que tomara mi
paleta y pintara. Y lo yo hice.
O también pienso en cómo Jesús vio el potencial de un hombre llamado Simón. Jesús incluso le
cambió el nombre a Simón y le puso Pedro, la cual significa roca en griego, en un momento en el
cual Simón podía parecer de todo menos una roca. No parecía que fuera una roca cuando perdía
el control de su temperamento o cuando apartó los ojos de Cristo al caminar sobre el mar, o
cuando negó conocer a Cristo en la víspera de la crucifixión. Pero Jesús reconoció el potencial que
Simón tenía para ser un gran hombre de Dios, y cuando leemos acerca de Pedro en Hechos o en
sus epístolas, nos damos cuenta cuánta razón tenía Dios.
Nosotros aún vemos con ojos humanos, por supuesto, pero todos podemos recordarnos
mutuamente el potencial que Dios nos ha dado. Haga esto por su esposa. Enfóquese en sus
puntos fuertes, no en sus debilidades. Intente verla en la forma en que Jesús la vería.

Aprecie su contribución
No hace mucho tiempo, Gary y yo estábamos entrevistando al ex gobernador de Iowa, Terry
Branstad, en nuestro programa de radio. Él y su esposa Chris habían celebrado recientemente el
aniversario de bodas número veinticinco yéndose en un crucero a Alaska. Sabiendo que es una
persona romántica, le pregunté al gobernador estando en el aire: -¿Cuál fue la mejor parte del
crucero?- Tenía la convicción que le escucharía decir –estar con Chris- o algo parecido, porque sé
lo mucho que este hombre ama a su esposa y valora su matrimonio. En vez de eso, el gobernador
miró al hombre que estaba en nuestro estudio de radio y dijo: -Pescar un salmón de cincuenta y
dos libras.-
Los hombres que estaban en el lugar se entusiasmaron. –¡Síííí!- Se elevaron como un cohete.
Incluso creo haber escuchado a alguien decir, -¡Eres el hombre!-
Pero una vez que las risas se clamaron, los ojos del gobernador pusieron una mirada más seria y
dijo: -La mejor parte de mi crucero fue Chris. Amo a mi esposa más que a mi vida. Ella está
siempre conmigo.- Luego siguió diciendo lo valioso que ha sido el apoyo de ella para él y para la
familia, y sobre su profundo amor y aprecio hacia ella.
Su respuesta inicial para la audiencia de la radio fue divertida, y estoy segura que
instantáneamente se vinculó con muchos escuchas masculinos, tal y como lo hizo con los
muchachos del estudio. Pero usó es vínculo para inmediatamente subrayar lo mucho que valora a
su esposa. Este es un hombre que sabe que su esposa merece ser apreciada. También sabe que
necesita aprovechar los momentos para jactarse de ella en público.
Usted necesita hacer lo mismo. Tanto en público como en privado, necesita hacer que su esposa
sepa lo mucho que se la aprecia. Aquí están un par de sugerencias:
 Alábela en tres formas distintas durante el día. Como este es el alimento de su alma,
nútrala. Cuando Gary me dice: amo estar en tu compañía; o, te preocupas tanto por nosotros;
yo camino sobre las nubes durante días. Intente esto por todo un mes, le aseguro que
cambiará la calidad de su matrimonio.
 Jáctese de ella con sus amigos, y permita que ella lo vea haciendo esto. Ella puede actuar
avergonzada, pero en lo profundo la convencerá que usted realmente siente eso.

Si usted es un hombre muy talentoso, con una personalidad poderosa, o es alguien con mucho
éxito, necesita tener cuidado extra. Su esposa podría, incluso sin intención, quedar a su sombra.
Muchas mujeres entregan muchísimo de sí mismas por la familia (y lo hacen voluntariamente y
con amor). Pero cuando no reciben señal de aprecio, tarde o temprano se resienten y son heridas.
Nada podrá animar más a su esposa que el hecho que usted reconozca sus sacrificios y muestre
su aprobación por el amor y la devoción por la familia. Piense en esto: ella haría todo por
fortalecerle y apoyarle a usted y a sus hijos, ¿verdad? A menudo hace esto para que usted pueda
seguir adelante en su carrera. El ánimo de su parte le servirá como un continuo recordatorio de
que lo que hace vale la pena.
Le doy una breve advertencia aquí: algunas mujeres reciben algún elogio sólo cuando han
realizado o hecho bien alguna cosa. Pero cuando las palabras de elogio y valor están vinculadas
solamente a los logros de la mujer, pronto se preguntará, ¿ Soy amada por quien soy o por lo que
hago? Alábela por quién ella es.
Finalmente, esté consciente de que su silencio le sonará a ella como rechazo. No asuma que ella
automáticamente sabe cómo se siente con respecto a ella, porque necesita que continuamente se
lo recuerde. Las preocupaciones, el estrés, los niños, su madre, cualquier cosa puede perturbarla y
ocasionar que se olvide lo que usted le dijo la semana pasada. Ella está en la línea del frente en la
batalla y necesita su constante aprobación.

Lo que significa ser un alentador


Para una mujer, un simple hecho o una palabra de aliento en el momento preciso puede ser el
factor de cambio durante un período de lucha.
Emilia tiene temor. Acaba de recibir una llamada del consultorio del doctor. Los resultados de su
último examen físico están allí, y el doctor quiere verla ahora, esa misma tarde para una biopsia.
Ella llama a su esposo, y su respuesta inmediata es –Estaré en casa en una hora.- Él la lleva al
doctor, porque no quiere que vaya sola. Quiere estar allí con ella, pase lo que pase.
Gabriela es contadora en el departamento de contabilidad de una gran corporación bancaria. Ha
descubierto un importante error en la contabilidad que alguien en su oficina ha estado cometiendo
en cada depósito de pago de impuestos cada cuatro meses. La pena financiera será severa y
podría poner a la corporación en peligro financiero. Si permanece en silencio, su integridad
quedará en peligro; si reporta el error, puede que pierda el empleo. Su esposo, Roberto, la
escucha mientras Gabriela explica su dilema. Entonces la anima a aferrarse a sus convicciones;
ella está en lo correcto al seguir las reglas. Si pierde el empleo, que así sea. Juntos elaboran un
plan para que ella hable con el gerente del departamento con la documentación adecuada.
Roberto la anima a ser honesta y ora con ella por fortaleza y sabiduría para manejar la situación
adecuadamente, sin perder el empleo.
Debido al ánimo que sus esposos les dieron, ni Emilia ni Gabriela tiene que ir solas a la batalla.
Un elemento fundamental para alentar es la comunicación. A la luz de eso, le sugiero que observe
la forma en la que su esposa se relaciona con otras mujeres. A menudo, las esposas recibimos
parte de nuestro mayor estímulo de otras mujeres, ya sea de una madre o hermana o una amiga.
Independientemente de lo que nos pueda estresar, estas mujeres nos apoyan. Este es el caso de
Pat Homertz. Yo puedo ser totalmente honesta con ella sobre cómo me siento o sobre las cosas
con las que tengo que lidiar, y ella me escucha. Entonces, tal y como una trompeta en la batalla,
me ofrece palabras que me dan el valor de salir de la trinchera y seguir adelante.
Analice lo que sucede entre su esposa y su mejor amiga, u otras mujeres que le apoyen en su
vida. ¿Existe alguna forma en la que usted pueda duplicar algo de ese lenguaje corporal, contacto
visual, oír activo, y aceptación incondicional en su propia interacción con su esposa?
Si necesita algunas ideas para comenzar, intente esto:
 Ábrase a ella. Permítale que vea lo que está ocurriendo en su corazón. Las mujeres son
atraídas y alentadas por hombres que son comunicativos.
 Llévele la delantera. Cuando ella le diga que le ama, asegúrese de decírselo a ella el doble
de veces. Vea, es como una partida de tenis, cuando ella arroje la pelota hacia usted,
devuélvasela. Lo mismo sucede con la aprobación. Cuando ella le haga un cumplido, asegúrese
de expresarle su aprecio también. Recuérdele en todo el día las cosas buenas que hace.
 Refracte el lenguaje de amor que ella usa hacia ella misma. ¿Cómo es que ella le comunica
su amor y apreciación a usted? ¿A través de palabras de aprobación? ¿A través de cuidadosos
regalos? ¿Preparándole su comida favorita? Es muy probable que eso mismo es lo que le
fascinaría de vuelta.
 ¡Tenga un amorío con ella! Comience a conocerla nuevamente. Trátela como si la conociera
sólo por unos pocos días. Llévela nuevamente a aquellos lugares donde solía llevarla al
principio para intentar impresionarla.
 Deje una noche para los dos una vez por semana. Sintonícese con lo que es importante
para ella. Obviamente, es importante que hagan cosas que ambos disfrutan hacer. Pero esté
dispuesto a sacrificar sus propias preferencias por algo que usted sabe a ella le encantará
hacer.
 Dele esa mirada de Don Juan. Una guiñada y una sonrisa cuando ella menos lo espera hará
que se le mueva el piso.
 Dígalo con flores. Ya sea una o una docena, en ambos casos enviarán el mensaje correcto.
 Vacíe el interior del auto de ella y lávele las ventanillas. Entonces deje una nota que diga,
“Sencillamente porque te amo.”
 Acepte su sensibilidad. Lo que para usted a veces parezca una hipersensibilidad, es
precisamente la dimensión femenina que hace que esté alerta y sensible a sus necesidades.
Resístase a la urgencia de intentar cambiarla.
Sea un Bernabé
Sin que lo piense por más de diez segundos, estoy segura que usted recuerda las palabras de
crítica de alguien que aún le duelen hoy día. Ese es el poder que tienen las palabras. Los
investigadores nos dicen que necesitamos entre ocho a diez comentarios positivos para neutralizar
uno negativo. Con todo, ese tipo de neutralización rara vez la experimentamos.
Lo que todos necesitamos es gente que nos rodee y nos grite palabras de estímulo: “¡Adelante!”
“¡Sé que puedes hacerlo!” “En todo tiempo estoy contigo.” “Estoy comprometido contigo.” “Creo
en ti.”
A través de las Escrituras encontramos evidencia del poder y la importancia de las palabras
habladas. En el libro de Génesis solamente, la frase “Y dijo Dios” aparece más de veinte veces.
Más adelante, el propio Hijo de Dios es descrito como el Verbo que “se hizo carne y habitó entre
nosotros” (Juan 1:14). Dios siempre ha comunicado su amor hacia nosotros a través de palabras
habladas. Y las palabras son la forma en la que expresamos el amor y el estímulo hacia otros.
En los días de la iglesia primitiva, Bernabé era un hombre conocido por su generoso aliento. De
hecho, su nombre era Juan, pero los apóstoles le llamaban Bernabé, lo cual significa “hijo de
consolación” o literalmente “hijo de refrigerio.” Hechos 11:23 nos dice que “exhortó a todos a que
con propósito de corazón permanecieses fieles al Señor.”
Gary es mi Bernabé.
Él conoce mis virtudes y debilidades; él sabe todo sobre mí. Él es tanto sabio como tierno
conmigo. Como él sabe que el perdón que Cristo da cada nuevo día es fresco, se apresura a
recordarme la gracia de Dios cuando estoy deprimida y desanimada. Y él no permite que sea
introvertida. Me exhortará a alcanzar y perdonar a aquellos que me han ofendido. Algunas veces,
su aliento es algo tan sencillo como recodarme una y otra vez lo que Dios ha hecho por nosotros.
Lo más importante, sin embargo, es que Gary me desafía a transformarme más y más en lo que
Dios me ha llamado a ser, y mi esposo no se vuelve atrás cuando yo me resisto. Hay momentos
en los que yo preferiría correr y esconderme, pero Gary me desafía a ser abierta y transparente,
para que él pueda ver tanto mis heridas como mis esperanzas.
La actriz Celeste Holm dijo una vez, “Vivimos por medio del aliento, y morimos sin él. Lentamente,
lamentablemente y airadamente.” Lo que me entristece es que el estímulo auténtico escasea en
muchos hogares hoy día. Demasiados hogares están llenos de gente desanimada que
desesperadamente está esperando una palabra amable.

El poder de alentar
Hace varios años, el Reader’s Digest publicó la historia de una notable profesora de Matemática en
la escuela St. Mary en Morris, Minnesota. Un viernes por la tarde tarde, esta profesora le pidió a
sus estudiantes que hicieran una lista con los nombres de todos los demás estudiantes de la clase.
Luego les dijo que escribieran, junto a cada nombre, lo más hermoso que pudieran decir con
respecto a cada compañero de clase. Al final de la clase ella recogería las hojas. Luego, durante el
fin de semana ella hizo una hoja separada para cada estudiante, y en esa hoja listó todas las cosas
que habían sido dichas sobre cada persona por sus otros compañeros. El lunes le dio a cada
estudiante su lista.
Cuando los niños comenzaron a leer, empezaron a susurrarse el uno al otro. –Nunca creí que
pensaras eso de mí.- -No sabía que los demás me quisieran tanto.- El contenido de las hojas no
fue discutido en la clase, pero la profesora sabía que el ejercicio fue un éxito porque pudo ver la
diferencia que esta retroalimentación tuvo en las actitudes de sus alumnos con respecto a sí
mismos.
Varios años después, uno de los estudiantes, Mark Ekland, murió en Vietnam. Luego que su
cuerpo fue traído a Minnesota, la mayoría de sus compañeros de clase, así como también su
profesora, asistieron al funeral. Durante el refrigerio que se sirvió después del servicio fúnebre, el
padre de Mark se acercó a la profesora y le dijo: -Encontraron que Mark tenía esto cuando murió.
Pensamos que usted podría reconocerlo.- Entonces le mostró dos hojas de cuaderno usadas que
habían sido abiertas y dobladas muchas veces. Era la lista de las cosas buenas que los
compañeros de Mark habían escrito sobre él.
-Muchas gracias por haber hecho eso,- le dijo el padre de Mark a la profesora. –Como puede ver,
nuestro hijo lo atesoró.- Varios de los compañeros de Mark estaban parados cerca y escucharon
esta conversación. Uno tras otro comenzaron a revelar que cada uno todavía llevaba su hoja de
comentarios y que la leían a menudo. Algunos la llevaban en la billetera; uno incluso la había
puesto en el álbum de fotos de su boda. Un joven dijo: Creo que todos hemos guardado nuestra
lista.-
Ese es el poder del aliento, de las palabras de estímulo.
¿Cree usted que su esposa tiene una lista como esa colocada en algún lugar de su mente? ¿Usted
se da cuenta, aprecia, y dice las cosas más lindas que puede decir sobre su esposa?
“Usted es el hombre,” ¿verdad? Entonces dele a su esposa, en palabras y en hechos, algo de
aliento cada día en particular, y le aseguro que usted no sólo escuchará esa frase de ella a
menudo (en su propia forma, por supuesto), sino que ella hará todo lo que pueda para hacerle
sentir que usted es el hombre.

CAPÍTULO 9. Intimidad Espiritual. La necesidad de amor #5 del esposo. “Necesito


que me ayudes a crecer espiritualmente.”
Gary le habla a las esposas

Su esposo, como todo hombre, necesita crecer espiritualmente. Él necesita una conexión
espiritual, con Dios, con usted, y con otros creyentes. Si los esposos se toman la Biblia en serio,
entonces sabrán que una de las dimensiones fundamentales de su vida espiritual es el liderazgo
espiritual que deben proveer.
-Detesto ese versículo que dice que los esposos deben ser la cabeza de nuestras esposas como
Cristo es la cabeza de la iglesia, - dijo José.
-¿Por qué dices eso?- le pregunté.
-Porque significa que debo estar todo el tiempo ‘enchufado’ espiritualmente. Se supone que debo
ser el líder en el hogar, así que debo dirigir ya sea que me sienta débil o fuerte. Si tropiezo, no
sólo me voy a caer yo, sino que también voy a afectar a mi esposa y a mis hijos.- José hizo una
pausa y me miró directo a los ojos. –Gary, sé honesto conmigo. ¿Alguna vez te sientes así?-
Antes de decirle lo que le respondí a José, permítame asegurarle que él no es el único que siente
esta frustración. Si yo pudiera leer el corazón y las mentes de la mayoría de los hombres
cristianos, descubriría que el liderazgo (el liderazgo servicial) es el mayor desafío que enfrentan a
diario.
En su Palabra, Dios les manda a los hombres que sean líderes serviciales en sus matrimonios y en
sus hogares. Pero el liderazgo servicial es una moneda con dos caras. Por un lado está el gran
honor y la oportunidad que ese tipo de liderazgo ofrece, el honor de ser confiado con un llamado
tan elevado y una oportunidad de servir para satisfacer las necesidades más profundas de nuestra
familia. Sin embargo, el otro lado de la moneda es que el liderazgo servicial es un trabajo duro.
Esta responsabilidad espiritual pesa mucho sobre su esposo cuando él se da cuenta que usted y
sus hijos están descansando en que él tomará el liderazgo. Agréguele a eso el hecho de que él
sabe que Dios lo hará responsable por la forma en la que lleve a cabo ese mandamiento.

Maridos, amad a vuestras mujeres, así como Cristo amó a la iglesia, y se entregó a sí mismo por
ella, para santificarla, habiéndola purificado en el lavamiento del agua por la palabra, a fin de
presentársela a sí mismo, una iglesia gloriosa, que no tuviese mancha ni arruga ni cosa semejante,
sino que fuese santa y sin mancha. Así también los maridos deben amar a sus mujeres como a sus
mismos cuerpos. El que ama a su mujer, a sí mismo se ama. Porque nadie aborreció jamás a su
propia carne, sino que la sustenta y la cuida, como también Cristo a la iglesia, porque somos
miembros de su cuerpo, de su carne y de sus huesos. Por esto dejará el hombre a su padre y a su
madre, y se unirá a su mujer, y los dos serán una sola carne. (Efesios 5:25-31)

Esta no es ni una sugerencia ni una opción, es una orden directa.


Así que, ¿cómo le respondí a José? Bueno, fui honesto.
-Sí José, algunas veces me siento así, - le dije. –Pero cuando me sucede, el Espíritu Santo me lleva
de un tirón nuevamente a la realidad que no puedo vivir la vida cristiana basado en mis
sentimientos, sino más bien en la verdad. Puede que yo sea inapropiado, por Dios no lo es. Esas
son las buenas noticias. Si siempre me siento como el líder, o no, no es lo importante en realidad.
Lo importante es que soy el líder. Y debido a este hecho, me veo siendo humillado una y otra vez.
Entonces me arrodillo y le pido a Dios que me dé sabiduría, humildad, y valor para hacer lo que
quiere que haga.-
Luego le conté a José sobre Richard, con la esperanza que le aportara algo más sobre el tema.

La importancia de la conexión espiritual


Richard amaba a su esposa y a sus hijos, y trabajaba duro para proveerles, tratando de mantener
todos los platos en el aire y girando. Pero hace varios años perdió el equilibrio. Su trabajo se tornó
excesivamente exigente. La tensión que eso implicaba sobrepasaba la presión diaria que la
mayoría de los hombres experimentan. Trabajaba largas horas, tomando demasiadas
responsabilidades, y comenzaba a quedarse agotado.
Además de toda la tensión laboral, su padre se enfermó. Entonces, la esposa de Richard, Lynn,
tuvo un accidente automovilístico y tuvo que ir a terapia física por varios meses. La única parte
estable de su vida parecía ser su iglesia. Fue allí que él había cortejado a Lynn, y donde había
crecido como cristiano, y donde él y Lynn habían dedicado sus hijos a Dios. Richard había
madurado en lo espiritual, en sus relaciones, y en lo emocional en su iglesia. Las amistades se
habían hecho profundas. Los estudios bíblicos eran ricos, y sus talentos eran usados. Cuando él
entraba por las puertas de ese santuario, sabía que Dios le ministraría y que la familia de la iglesia
le rodearía con el apoyo de una comunión de amor.
Entonces llegaron las noticias devastadoras: la división estaba rasgando la congregación, dejando
a las familias y a los corazones devastados. A medida que las familias comenzaban a ponerse de
un lado o del otro, Richard se sintió en el medio de todo. Repentinamente, junto con todas las
otras tensiones de su vida, su lugar de refugio, su santuario, se había esfumado. Su iglesia era
ahora otra fuente de estrés y dolor. Algunos domingos incluso se dejó llevar por sus pensamientos
y se quedó en la casa. ¿Para qué ir y sentir más dolor? se decía a sí mismo.
Richard comenzó a secarse espiritualmente, y tanto él como su familia sufrían. Los hijos estaban
perdiendo su interés. Su esposa clamaba por una iglesia local estable. Richard pronto se sintió
como si no estuviese complaciendo a nadie. No podía liderar a su familia en buena forma ni seguir
a su Señor en buena forma. Este liderazgo servicial le parecía más una soga alrededor de su cuello
que una posición que el Dios amoroso le había dado.
En medio de todo esto, Richard y su familia tomaron unas vacaciones al sur de California. Mientras
estaban allí, fueron a una reunión un domingo en la mañana a la iglesia donde Chuck Swindoll era
pastor en aquel entonces. Durante años, Richard y su familia habían escuchado el programa radial
de Chuck Swindoll. Apreciaban sus enseñanzas y no podían dejar pasar esta oportunidad de
adorar en su iglesia y escucharle predicar.
Richard entró a este enorme santuario sintiéndose un poco a la defensiva y sumamente herido,
pero en lo profundo estaba orando a Dios para que avivara su corazón estéril. A los diez minutos
de comenzar la adoración, las lágrimas comenzaron a rodar de sus ojos. Habían pasado meses sin
que sintiera ningún movimiento espiritual en su corazón. Repentinamente estaba comenzando a
sentirse vivo una vez más. La adoración. La enseñanza. La comunión. El estudio de la Palabra. El
tiempo de oración. Richard había permitido que las tormentas de la vida aflojaran esas conexiones
espirituales, esas disciplinas espirituales. Pero ahora se estaba conectando nuevamente. Se le
estaba recordando que Dios todavía estaba vivo (y con buena salud), y que Dios había estado allí
todo el tiempo. Había sido él, Richard, quien había roto la conexión.
Él sabía que tenía que tomar el liderazgo en su propia casa ya que Lynn y él habían tomado una
dura decisión: la familia necesitaba encontrar otra iglesia local, un lugar donde poder adorar,
beber de la Palabra, y obtener nuevamente el equilibrio espiritual. Richard fue honesto con su
pastor sobre por qué querían ser liberados y bendecidos para buscar una nueva iglesia local. El
pastor tuvo gracia y fue comprensivo.
Al domingo siguiente, Richard y su familia fueron a un gimnasio, donde una iglesia pequeña de
unas sesenta personas tenían sus reuniones. Desde el comienzo, Richard y Lynn supieron que esa
sería su iglesia local.
A medida que pasaron las semanas y los meses, Richard volvió a sentir el gozo del Señor. Su
tiempo devocional se hizo más vibrante, su estudio de la Palabra volvió a tener la riqueza que
había experimentado al principio de su caminar en la fe. Richard y su esposa se involucraron en un
estudio bíblico para parejas, y sus hijos hicieron buenos amigos en su grupo de jóvenes. Él
comenzó a liderar nuevamente, aunque en una forma diferente. Su confianza estaba mezclada con
un buen sentido de quebrantamiento, ya que su deseo de hacer que las cosas sucedieran por
medio de su fuerza humana fue reemplazado con un espíritu de servicio, arraigado en el amor de
Dios.
Cuando terminé la historia, José asintió con su cabeza dando señal de comprensión. –Realmente
me identifico con Richard,- me dijo. –Él vivió esto. Pasó por el desierto de la sequedad espiritual y
experimentó el fuego de la refinación. Conoce el sabor del quebrantamiento. ¿Qué pasó con él?-
Yo le sonreí y le dijo, -Lo estás mirando con tus propios ojos, José. Richard es mi segundo
nombre. Me llamo Gary Richard Rosberg. Lynn en realidad es mi esposa, Barbara Lynn.-
-Rosberg, no sé si golpearte o si chocar los cinco contigo,- dijo con una sonrisa.
-José, a todos nos toca pasar por esas situaciones. Días en los cuales nos sentimos como si
fuéramos unos líderes miserables. Semanas en las que pensamos que no merecemos liderar, o
que no sabemos cómo hacerlo. Y momentos cuando necesitamos que Dios haga su obra en
nuestros corazones, recordándonos quién es él. Es por eso que necesitamos esa conexión
espiritual.-
Entendiendo el corazón de su esposo
Ser el líder espiritual en su familia es la tarea más difícil que su esposo realizará jamás. ¿Por qué?
Porque para poder hacerlo, debe rechazar cada cosa que la cultura le enseña sobre su
masculinidad. Permítame que le explique.
Si como hombres vamos a liderar nuestras familias, debemos humillarnos y seguir a Dios, y
existen dos desafíos en una frase así: liderar y seguir. Ambas son ciertas. Muchos hombres nunca
lideran muy bien, y otros muchos no saben cómo ser seguidores.
Cuando lideramos nuestra familia y seguimos a Dios, tenemos que rechazar nuestra actitud de
sabelotodo. Debemos reconocer que nuestro mundo está fuera de control. Tenemos que menguar
y permitir que Cristo crezca. La Biblia es realmente clara en esto: el Padre nos llama a morir al ego
y, por medio del nuevo nacimiento, a crecer en él. Nos manda que entreguemos nuestras vidas, le
magnifiquemos y sirvamos a otros, para que el mundo (incluyendo nuestra familia) le vea a él por
medio nuestro. Es por medio de este tipo de liderazgo servicial que nuestra familia experimentará
la gracia de Dios, incluso como nosotros lo hacemos.
Usted juega un rol muy importante en la ecuación que hace que su matrimonio permanezca
espiritualmente en la senda correcta. Como ya hemos dicho frecuentemente en este libro, un
matrimonio es en realidad una relación de tres personas: Dios, su esposo y usted. Cuando la
conexión espiritual de su esposo está fuera de lugar, toda su relación sufre.

Entendiendo la lucha
Si el liderazgo servicial es tan claro en la Palabra de Dios, ¿por qué los hombres continuamente
luchan con esto? En pocas palabras, porque somos humanos. También somos pecadores y
egoístas. “Yo soy la vid verdadera y vosotros los pámpanos,” dijo Jesús, “el que permanece en mí,
y yo en él, éste lleva mucho fruto, porque separados de mí nada podéis hacer” (Juan 15:5).
Separados de él no podemos hacer nada. Cero. Estamos liquidados. Separados de su gracia
estamos perdidos. Sólo por medio de nuestra relación con Jesucristo podemos experimentar la
esperanza que Dios nos da. Podemos leer libros e ir a conferencias fabulosas, o asistir a muchos
seminarios, pero la única esperanza real que tenemos está en el poder del Espíritu Santo, que nos
ayude a vencer al mundo que está haciendo horas extra para separar nuestros matrimonios y
familias.
Piense en algunos de los comportamientos destructivos que sacuden a los matrimonios y
destruyen los hogares:
 Adulterio
 Corazones insensibles
 Hombres que no quieren liderar
 Mujeres que no quieren seguir al líder
 Hijos que se rebelan contra los padres y contra Dios

No me gusta poner a las personas en categorías, pero he trabajado con suficientes hombres para
saber que en general caen en tres grupos cuando se trata del fracaso en cuanto a la conexión
espiritual con sus esposas e hijos: Aquellos que no lo tienen, aquellos que lo tienen pero que son
inconsistentes, y aquellos que directamente se rebelan a tenerlo.
Comencemos con aquellos que no lo tienen (que son ignorantes de su rol espiritual en la relación
matrimonial). En general, esto se puede dar debido a uno de los siguientes puntos:
 Él no creció en una familia que ensañaba roles bíblicos.
 Su padre no era un líder servicial, probablemente debido a que el padre de su padre
tampoco lo era.
 Él es la primera generación de cristianos.

El hombre de esta categoría puede sentir que está careciendo de algo, pero él no sabe qué. No
tiene experiencia que le diga cómo llegar a algo mejor.
Algunos cristianos tienen entendimiento espiritual, pero son inconsistentes; tienen lo que yo llamo
“hipo espiritual.” Pasan por momentos, como en mi caso, en que se apartan de sus amarras
espirituales. Pierden su interés. Colocan su vida espiritual en piloto automático por un tiempo, y
repentinamente, ha pasado todo un mes, y no han estado leyendo ni estudiando la Palabra de
Dios. Pasa otro mes, y se dan cuenta que están descuidando las disciplinas espirituales que son
tan esenciales para la vida cristiana: el estudio de la Biblia, la oración, la meditación, la comunión
y la adoración. Están yendo en la dirección equivocada y están llevando a su familia con ellos.
Cuando se dan cuenta de esto, en general vuelven a la senda correcta.
Algunos hombres, sin embargo, se salen del camino intencionalmente. Este tipo de hombre deja
de tener esta conexión espiritual a propósito, porque hay algo que está sucediendo en su propio
corazón. Su esposa lo sabe y él lo sabe. Y ciertamente, Dios también lo sabe. Puede que sea un
pecado secreto. Una conciencia culpable. Un abrumador sentido de temor o ansiedad. Muéstreme
un hombre que se esté rebelando espiritualmente, y le mostraré un hombre que está luchando en
lo profundo de su corazón y su espíritu. Cuando esto sucede, el hombre invariablemente hará una
de dos cosas: correrá alejándose de Dios o acercándose a él.
Puede que nos alejemos debido a nuestra vergüenza y culpa. Creemos la mentira que Satanás nos
dice, -Dios no quiere tener nada que ver contigo debido a lo que has hecho.- (¿Cómo es que tan
fácilmente olvidamos que fue el propio pecado, nuestro pecado, que envió a Cristo a la cruz?)
Bueno, uno podrá correr, pero no se puede esconder. Dios es como un sabueso celestial; él sigue
a sus hijos hasta donde ellos intentan correr.
Si su esposo está corriendo, recuerde que cuando vuelva en sí, como hizo el hijo pródigo, volverá
corriendo a Dios. Y el Padre está esperando a la puerta. Él está esperando a cualquiera de sus
hijos, si ellos están dispuestos a humillarse delante de él.
El único problema con la humildad es que, en nuestra cultura, es tan “poco masculina.” Los
hombres no son educados para ser humildes. Somos condicionados a ser orgullosos y no permitir
que nadie se ponga en nuestro camino. Es por eso que el caminar cristiano es tan anti-cultural. Y
es por eso que usted, como esposa y mujer de fe, necesita estar junto a él.

Su esposo necesita su ayuda


Si su esposo decide tomar una posición firme en su fe y cumplir con el plan de Dios para su vida
en su rol como esposo y padre, va a necesitar de usted. No fue diseñado para hacer esto sólo.
Muchas mujeres ignoran el rol que juegan en la conexión espiritual entre el esposo y la esposa. No
han tenido un buen ejemplo de esto por parte de sus padres, o no lo han aprendido en sus
iglesias.
Otras mujeres tratan de ser como un pequeño Espíritu Santo. Quieren con tanta desesperación
que sus esposos sean los líderes espirituales de sus casas que intentan hacerles sentir vergüenza
de sí mismos con tal de llevarlos a la acción. Invariablemente, esto lleva a uno de estos tres
resultados: Desengaño, logros que duran poco tiempo, o rechazo.
Si esta descripción le suena familiar, quítese la placa de pequeño Espíritu Santo. No es cómoda, ni
para usted ni para su marido. ¿Acaso esto significa que ya no sentirá dolor? No, sí lo sentirá. Es un
sentimiento solitario orar por su esposo por meses, o años, sin que parezca que se produce ningún
progreso. Es completamente entendible que usted esté frustrada, herida, desengañada, e incluso
enojada cuando intenta que alguien haga algo que él no quiere hacer o no crea que deba. Pero no
se deje llevar por sus sentimientos. Intente esto en cambio:
1. Confiese su soledad, o frustración, o dolor, o desengaño, o ira a Dios.
2. Luego salga del medio y deje que Dios haga la obra en su esposo. Si él es creyente, Dios
estará allí mismo, “persiguiéndolo.” Si su esposo no es creyente, entonces recuérdese a usted
misma que Dios no quiere que ninguno perezca (2 Pedro 3:9). Permita que Dios sea
realmente Dios.
3. Mientras tanto, usted tiene la responsabilidad de seguir creciendo espiritualmente en su
vida y vivir su fe delante de su marido y de sus hijos.

Pero hay otras mujeres que tienen luchas porque no les va demasiado bien en sus propias vidas
espirituales. Para estas mujeres, los maridos que están con un pleno fervor espiritual son más un
generador de culpa que una inspiración. El dilema de estas mujeres es que a ellas realmente no
les importaría si la influencia espiritual en el hogar no fuera más allá de las oraciones antes de
comer. Para ellas es más seguro así.
Si esta descripción le encaja, no sólo se está rebelando usted contra su propio rol y contra el rol
de su esposo, sino que también se está rebelando contra Dios. Los corazones insensibles no son
un patrimonio de los cuerpos masculinos. Las mujeres también pueden tenerlos. Y el mismo Dios
que quiere que su marido confiese su orgullo para poder superarlo, quiere que usted haga lo
mismo. Si usted viene a Dios a diario (o a cada hora) cuando la presión aumenta, él será capaz de
calmar su ansioso corazón. El caminar en la fe no consiste en auto-protegerse, sino más bien que
se trata de someter nuestra voluntad a la de Dios.
Alex y Carla recientemente visitaron mi oficina para que les aconsejara. Él había roto el corazón de
ella, nuevamente. Había caído en tentaciones, se había distanciado de ella y los hijos, trabajaba
muchas horas y estaba desvinculado de ella y del Señor. Carla había respondido con una amargura
que estaba desmoralizando a Alex y aumentando el problema. La confianza había sido
quebrantada. Ninguno de los dos buscaba al Señor. Su relación estaba en peligro.
Carla suplicaba: -Gary, no sé cómo llegarme a él. Quiero que nuestro matrimonio sea rico en
Cristo. Extraño los devocionales con él, las oraciones que solíamos experimentar. Ahora parecen
ser recuerdos muy distantes. Ayúdanos-
Los vi seis o siete veces e intenté examinar algunos de estos dolores, pero nada parecía funcionar,
hasta que un día, durante la cita más reciente, ellos vinieron y algo había realmente cambiado.
Alex estaba más sensible, y Carla era más gentil. Les miré y dije, -¿Qué sucedió? Parecen ser
personas totalmente diferentes.- Entonces revelaron su historia.
-Gary,- comenzó Alex, -la semana pasada en el trabajo estaba tan enojado con mi esposa que
decidí escribirte a ti una carta. Tenía cinco páginas. En ella señalaba todas las cosas que ella había
hecho para herirme recientemente. Yo estaba muy enojado. Indicaba la forma en la que ella tenía
cuidado de la casa. La maldecía por su falta de respuesta sexual hacia mí. La crucificaba por su
escandalosa administración del dinero. Y así seguía. Me sentí un poquito mejor luego que me
desahogué de todo eso, así que decidí escribirle a ella una carta. Tenía el bolígrafo en mi mano y
comencé a derramar todo ese veneno que había escrito en mi carta a ti, cuando experimenté algo
como si un rayo me golpease. Y pensé, ¿Qué estoy haciendo? Aquí estoy, intentando forzar a mi
esposa a que me siga, y no la estoy liderando con amor, sino con ira. Deseo tanto que mi esposa
se conecte conmigo. Quisiera tanto experimentar a Dios como solía hacerlo. Quisiera tanto que
nuestros dos hijos crecieran en un hogar cristiano saludable, y aquí estoy complicándolo todo. –
A medida que escuchaba cómo Alex descubría su corazón, Carla estaba cautivada por sus
palabras. Ella lo observaba como si él acabara de ganar una tremenda batalla. Y en realidad era
así. Acompáñeme en el resto de la historia.
-En vez de darle una paliza de palabras, Gary, comencé a expresar el dolor. Le confesé que no era
el hombre que sabía ella necesitaba que fuera. Le pedí que me perdonara. En el camino de
regreso a casa oré para tener otra oportunidad de parte de Dios y de ella. Para que él me
conectara con mi esposa y mis hijos y me diera otro chance. Para que ella realmente me
escuchara. Cuando llegué a casa, le leí a Carla la carta. Gary, fue increíble, ella comenzó a llorar y
abrió su corazón hacia mí. Nos sentamos en nuestro sofá y nos abrazamos, y nuestro hijo de dos
años vino y nos dio unas palmaditas en nuestras espaldas. Era como si tuviera a mi familia de
vuelta. Y no quiere volver a perder a mi esposa de nuevo.-
¿Qué sucedió con esta pequeña familia? Alex y Carla se conectaron. Pero no fue sino hasta que
Alex se conectó con Dios nuevamente, experimentando Su gracia y misericordia. Como el Señor le
convenció en su corazón y él se quebrantó en sentido con Dios, eso le facilitó la relación horizontal
con su esposa. Cuando Carla vio la obra que Dios estaba haciendo en la vida de su esposo, eso le
permitió confiar en Dios y en esa obra que estaba haciendo en Alex. Con todo, ella aún tenía que
volver a construir su confianza en Alex. Pero su confianza en Dios le permitió tomar el riesgo de
reconectarse con su esposo.
¿Qué fue lo que Carla hizo bien? Estuvo dispuesta a arriesgarse. Se abrió por la inspiración del
Espíritu Santo. Carla derribó las paredes y permitió que su esposo se acercara. Ella experimentó no
sólo la obra de Dios en su matrimonio, sino también un resurgir de esperanza en su propio
caminar en la fe. Carla confió en el tiempo de Dios más que en el suyo propio.
Permítame que le haga una pregunta bastante difícil: Si Carla se hubiera resistido a la obra del
Espíritu Santo en la vida de Alex así como en la de ella misma, y si se hubiese rehusado a abrirse
aquella noche, ¿dónde estarían hoy día? El quebrantamiento de Alex marcó el ritmo para su
reconstrucción. La disponibilidad de Carla de estar dispuesta permitió que comenzara el proceso
de sanidad. ¿Conclusión? Alex y Carla se conectaron: espiritualmente, emocionalmente, y en
términos de su relación.
Ellos aún tienen bastante camino para transitar y reconstruir su matrimonio, pero Alex y Carla
están en el sendero correcto para hacerlo. Dos corazones que fueron duros, quebrantados delante
de Cristo y sanando a través de su poder. No hay nada mejor que eso. Es la misma esperanza que
usted tiene si está atravesando luchas en su matrimonio.
Independientemente de la confusión a la que hayan llegado, no estará demasiado confuso para
Dios. Y esta no es una charla teórica. Se trata de la experiencia. Cada vez que caemos presas de
nuestros sentidos que dicen que las respuestas a nuestros problemas están en nosotros, Dios nos
recuerda que las respuestas están únicamente en él.
Antes en este capítulo, le conté lo desanimados que estábamos Barb y yo cuando nuestra iglesia
experimentó una división. Todo lo que estaba dentro mío intentaba solucionar esa penosa
situación. Mis emociones recorrieron todas sus posibilidades: dolor, ira, frustración, desánimo.
Humanamente, pensé: Pero yo soy consejero. Déjenme involucrarme y ayudar a que se facilite el
proceso de sanidad. Cada intento se encontró con una resistencia. Pero pronto se hizo obvio que
Dios tenía un plan incluso en el medio de esos días tan dolorosos. Él estaba tomando una situación
que estaba más allá de mi control y la usaba para recordarme que él estaba en control.
Dios siempre demuestra ser fiel. Él responde todas nuestras preguntas a su tiempo. Sólo
necesitamos confiar y obedecer.
Es así que sé que sin importar lo muy a la deriva que yo esté, Dios siempre será un muelle seguro
de protección. E invariablemente usa a Barb como un faro para volver a casa. Volver a casa de mi
“hipo espiritual.” Volver a casa de mi pasividad. Volver a casa de mi insensibilidad. Volver a casa
de cualquier cosa que le arrojo a Dios en mi propia y obstinada forma.
Barb no es la pequeña Espíritu Santo, pero Dios la usa consistentemente para ayudarme cuando
estoy en luchas. Pero eso se debe a que confío en ella, y ella lo hace con honor y respeto hacia mi
rol en nuestra relación, y sin un espíritu crítico.

Satisfaciendo la necesidad de su esposo de conexión espiritual


Su esposo habrá de experimentar intimidad espiritual y conexión con Dios, lo cual a la vez
producirá intimidad espiritual y una conexión con usted, siempre que esté bien cimentado en
cuatro áreas básicas. Si alguna de estas áreas está faltando o es inapropiada, se reflejará en
ambas relaciones.

Tiempo personal con la Palabra


Como la Palabra de Dios es la comida y bebida espiritual del creyente, su esposo necesita leerla
diariamente. Muchos esposos están en tierra firme en su lectura bíblica personal. Si es el caso de
su esposo, muestre su aprobación. Hágale saber por medio de notas y comentarios (tanto en
privado como en frente de los niños y sus amigos) que a usted le fascina esa sed que él tiene por
la Palabra. Si su esposo no está leyendo la Biblia, entienda que con criticarlo sólo irritará la
situación. He encontrado a cientos de mujeres desanimadas, las cuales quieren que sus esposos
sean poderosos líderes bíblicos. A menudo, en su frustración, estas mujeres empiezan a
importunarlos con rezongos. Le urjo a que no use este método. Lo que puede hacer es orar por su
esposo para que tenga sed de las Escrituras. Usted puede servirle de ejemplo y compartir con él lo
que está aprendiendo. También puede poner a su alcance algunos recursos que pueden ayudarle
en su estudio de la Palabra. A nosotros como familia, dos de estos recursos nos han resultado
invalorables: Experiencing God por Henry Blackaby y Claude King, y The One Year Bible.
Experiencing God ha causado un tremendo impacto en mi propio crecimiento espiritual. Blackaby
esencialmente dice que Dios quiere relacionarse con nosotros, pero que quiere que nosotros
vayamos a donde él trabaja. Si realmente vamos a donde Dios trabaja, nos veremos enfrentados a
grandes ajustes en nuestras vidas. Sin embargo, es sólo a través de estos ajustes que realmente
comenzaremos a experimentar a Dios. Dios usó el estudio de Blackaby para llevarme a un
ministerio a tiempo completo. ¡Esos son grandes ajustes! Pese a lo radical que eso ha sido para
nosotros, nunca hemos mirado hacia atrás.
Quiero que vayamos a la práctica. Si a su esposo le gusta estudiar y tiene sed espiritual, se meterá
en este estudio con entusiasmo. Pero si no le gusta, entonces anímelo a tomar un día a la vez en
este estudio. Algunos hombres quedan abrumados, pensando que necesitan hacerlo todo perfecto
y rápido. Lea junto con él, y compártale lo que está aprendiendo. Sin embargo, un estudio adjunto
como Experiencing God debe ser precisamente eso: un suplemento a lo que es la lectura de la
Biblia.
Barb y yo usamos The One Year Bible consistentemente en nuestro estudio. Como usamos estas
herramientas para entender la Palabra de Dios, ambos hablamos acerca de lo que estamos
aprendiendo. No sólo que nos conectamos espiritualmente así, sino que nos animamos
mutuamente a estudiar más. Es como el “hierro que con hierro se aguza” (vea Proverbios 27:17).
Algunas veces ella toma la iniciativa. Me gusta eso. Otras veces yo comparto algo.
Invariablemente, cuando yo hago eso ella responde con entusiasmo. Durante algunos períodos
estudiamos juntos; en otras ocasiones tenemos diferentes métodos. La clave aquí consiste en
animarnos mutuamente en nuestro estudio, no en intentar controlarnos.
Si usted y su esposo no leen la Biblia juntos, hable con él al respecto de comenzar este hábito.
Algunos esposos tomarán la sugerencia y la llevarán a cabo. Otros pueden mostrar dudas. Si ese
es el caso, le sugiero que comience a incluir una Escritura cuando se sienten a comer juntos. O
puede sugerirle que lean un pasaje juntos antes de irse a la cama. Hagan lo que sea que parezca
un primer paso natural para ustedes.
Si su esposo se opone por completo, usted no debe permitir que su resistencia le aparte a usted
de su propio estudio de la Escritura. Invierta tiempo cada día en el estudio bíblico personal, y
luego forme parte de un grupo femenino de estudio bíblico, en el cual experimentará crecimiento
espiritual y apoyo.
Aquí hay algunas otras sugerencias para ayudar a su esposo a que se conecte con la Palabra:
 Comparta con él lo que Dios le está enseñando. El crecimiento estimula al crecimiento.
 Escríbale notas, incluyendo declaraciones de verdades estimulantes provenientes de la
Palabra de Dios.
 Participen o conduzcan un estudio bíblico para parejas. A medida que se involucran en los
caminos de otros, uno aprende qué sendas tomar y cuáles evitar.
 Comience un diario en el cual registre lo que está aprendiendo de Dios en sus tiempos de
meditación y estudio de la Biblia. Cuando sea apropiado, comparta esto con su esposo.
 Comprométase junto con su esposo a comenzar a memorizar la Escritura... un versículo a la
vez.

Oración
La oración consistente es una de las disciplinas espirituales más evasivas para los hombres. No
conozco muchos hombres que no oran, pero muchos admiten que su vida de oración es superficial
o indisciplinada.
Mi amigo John Yates escribió un libro fabuloso titulado How a Man Prays for His Family. Si no lo ha
leído, le insto a que lo haga. Sus enseñanzas prácticas para ayudar a los hombres a ir más allá de
lo que él llama el “comienzo y estancamiento” de la oración, para establecer hábitos que cambian
nuestras vidas, valen el precio del libro. Él también nos recuerda que el desarrollar una vida
consistente de oración nos conecta con Dios y edifica nuestra fe.
Permítame que le ofrezca algunas maneras prácticas de llevar a cabo la oración. Esto le ayudará
en su propia vida de oración, pero también será útil para su esposo. A menudo he visto que los
hombres realmente responden a este estilo de oración porque les provee una forma de conquistar
esta disciplina espiritual que por momentos es evasiva. A los hombres les gusta desarrollar un
método para encarar un problema. No quiero rebajar la disciplina de la oración al sugerir una
fórmula rápida. No hay nada rápido en lo que respecta al profundizar en la oración con Dios. Pero
he descubierto que cuando la oración de un hombre está estancada en algo así como “Querido
Dios, gracias por estos alimentos” o “Dios, sácame de esta situación e iré a la iglesia este
domingo,” entonces necesita sintonizarse. Una cosa que sirve es el acróstico ACAP.
La A representa la Adoración. Derrame su adoración en Dios por lo que él está haciendo en su
vida.
La C representa la Confesión. Abra de par en par su corazón para que Dios lleve a cabo la cirugía
que su vida necesita. Él siempre es fiel para perdonar.
La A representa el Agradecimiento. Consiste en honrar a Dios cuando usted va a él con un corazón
agradecido por las bendiciones que le ha dado a usted y a su familia.
La P representa la Petición. Haga que sus peticiones sean conocidas delante de Dios. Él ya las
conoce, pero quiere que usted le diga lo que necesita.
¿Cómo puede enriquecer la vida de oración de su esposo? Por mi propia experiencia puedo decir
que Barb estimula mi vida de oración cuando la veo a ella hacerlo. Ella me es ejemplo. Su
conexión espiritual estimula la mía propia.
Algunas otras sugerencias incluyen lo siguiente:
 Ore a diario por su esposo
 Inviertan tiempo juntos, discutiendo y orando sobre cosas importantes que suceden en su
matrimonio y su familia.
 Cuéntele a su esposo sobre alguna área de su vida en la cual Dios está obrando, y pídale
que ore para que se haga la perfecta voluntad de Dios.
 Pregúntele a su esposo en qué área de crecimiento espiritual necesita que usted ore por él,
y comprométase a orar diariamente durante treinta días para que esa necesidad sea satisfecha.

Comunión y adoración
Anteriormente en este capítulo, me referí a la visita que nuestra familia hizo a la iglesia de Chuck
Swindoll. Cuando cuento esta historia, la gente a menudo me pregunta: -¿Qué experimentaste que
tuvo tal impacto en ti?- Creo que lo más importante fue la riqueza de la comunión y la adoración
que experimentamos ese día junto con otros creyentes. La necesidad de la conexión espiritual se
extiende a toda la familia de Dios.
Nos necesitamos mutuamente, y su familia necesita adorar a Dios y crecer en la comunión con
otros en la familia de Dios. Esto se logra en mejor forma en la iglesia local. ¿Significa esto que
usted nunca debe faltar a una reunión de domingo o a un grupo de oración los miércoles en la
noche? No. Eso estaría al borde del legalismo. Algunos de los tiempos de adoración y comunión
más significativos han ocurrido cuando nuestra familia (cuatro personas) nos hemos presentado
juntos delante de Dios, cuando por una razón u otra no estábamos en la iglesia. Pero, la verdad es
que si no estamos adorando y teniendo comunión frecuentemente con el pueblo de Dios, nuestro
crecimiento espiritual disminuirá.
Usted y su esposo necesitan estar en una iglesia fuerte en la enseñanza bíblica, que esté
presentando la Palabra de Dios semana tras semana. Necesita hacerlo. Su esposo también lo
necesita. Asimismo sus hijos.
Además de lo que enrolarse en una iglesia local, considere estas opciones:
 Únanse a un pequeño grupo, ya sea en la iglesia o con otros amigos cristianos. Permita que
este grupo sea un apoyo y una fuente de dar cuentas para usted. 1
 Escuche cassettes de adoración en su hogar o cuando están en el automóvil juntos. Canten
junto con la grabación si se sienten cómodos al hacerlo, o simplemente permitan que las
palabras de las canciones de adoración les permitan concentrarse en el carácter de Dios.
 Asistan a una conferencia o un seminario juntos. Una conferencia matrimonial les pondrá en
contacto con otras parejas que pueden fortalecerles y estimularles. Aléjense un poco de los
niños y concéntrense sólo en ustedes dos y en su relación mutua.
 Pasen tiempo con otras parejas cristianas que son ejemplo de madurez espiritual para
ustedes. Esto es especialmente importante si las familias de ustedes cuando niños no fueron
modelos adecuados.

Intimidad espiritual en el matrimonio y la familia


Cuando el esposo y la esposa están estudiando juntos la Palabra de Dios, están orando y en
comunión, entonces la conexión espiritual en la familia es el fruto natural. Cuando el esposo y la
esposa comparten lo que Dios les está enseñando en la Palabra, la familia entera se beneficia.
Cuando se tiende y toma la mano de su esposa y ora con ella, ya sea en crisis o en calma, la
intimidad espiritual en el matrimonio es el fruto natural. Cuando el esposo asume su rol, ordenado
por Dios, de ser un líder servicial en el hogar con su esposa y sus hijos, la familia florece.
Todo esto es un proceso, no un evento instantáneo. Pero usted sabe que está avanzando en ese
proceso cuando su esposo se vuelve a usted en el medio de la adoración, con lágrimas en sus
ojos, o cuando él comparte con usted alguna enseñanza significativa en su experiencia con Dios.
Usted sabe que están en la senda correcta cuando ambos se arrodillan en oración, pidiéndole al
Padre que les sustente, sea cual sea la situación con la que tienen que lidiar en ese momento.
Cuando Barb me ayuda a estudiar, orar, y adorar, cuando me anima a compartir lo que hay en mi
corazón, está haciendo lo que Dios le dice que haga: que sea mi ayuda.
Si usted acaba de erizarse frente a la palabra ayuda, pensando que la misma connota la
descripción de un trabajo de segunda categoría, reconsidérelo. La palabra que es traducida como
“ayuda” es la palabra hebrea ezer. En Génesis 2:18 leemos que “no es bueno que el hombre esté
solo, le haré ayuda idónea para él.” Dios, por supuesto, se está refiriendo a Eva, la ayuda de Adán.
La misma palabra hebrea ezer es también usada en el Salmo 70:5, “Ayuda mía y Libertador mío
eres tú, oh Jehová, no te detengas.” No hay nada de segunda clase en el hecho que el Señor sea
nuestra ayuda. Dios le ha preparado una posición gloriosa como ayuda para su esposo, así como
el Señor es nuestra ayuda.
Aquí están algunas sugerencias para ser una ayuda a su esposo:
 Recuérdele: “Te necesito y tú me necesitas. Trabajemos juntos en esto. ¿Cómo puedo
ayudar? ¿Cómo puedo animarte espiritualmente? ¿Cómo puedo animarte como líder en nuestro
hogar?
 Ore por su esposo cada día por los siguientes treinta días. Pídale a Dios que siga animando
a su esposo en su vida espiritual.
 Pídale a Dios que le revele dónde usted deba hacerse a un lado y permitir que su esposo
cumpla el plan de Dios para él como líder de su hogar. Luego dé algunos pasos en la dirección
que le lleva a experimentar los deseos de Dios para usted.
 Comparta con su esposo regularmente algo que Dios le esté revelando en su propio estudio
de la Palabra. Pregúntele su perspectiva sobre esa enseñanza.

Los resultados de la conexión espiritual


Dios hizo una obra admirable en nuestra familia hace unos años. Todo comenzó cuando
visitábamos a mis padres en Door County, Wisconsin. No habíamos estado allí mucho tiempo
cuando nuestra hija Missy comenzó a quejarse de un dolor en el paladar. Hicimos un viaje a una
clínica de la zona, la cual nos recetó un medicamento para “una infección menor.” A la noche
siguiente estábamos en la sala de emergencia, donde se nos dio un nuevo diagnóstico: una seria
infección. Los nuevos medicamentos no sirvieron, así que acortamos nuestras vacaciones para
poder volver a casa con Missy.
En nuestro hospital local, el doctor de la sala de urgencia la vio y la hospitalizó, comentándonos al
salir de la sala: -Esto está más allá de mi alcance.- El especialista nos dio un nuevo diagnóstico:
Tumor cancerígeno en el paladar de Missy. Habría que operarla.
Luego del procedimiento, el cirujano vino hacia donde estábamos Barb y yo con esa mirada que
un padre nunca quiere ver. Nos pidió que nos sentáramos.
-Había más allí de lo que pensaba en principio,- dijo. –Debemos enviar este tejido al laboratorio
universitario del hospital. Puede que sea maligno. Pasarán algunos días antes de que obtengamos
el resultado. Les llamaré tan pronto como lo sepa. Mientras tanto, lleven a Missy a su casa, y
descansen un poco.-
Luego de una semana viviendo al límite mismo, yo estaba físicamente y emocionalmente
exhausto. Pero debido a la tensa situación que se daba en nuestras vidas, tenía temor a
deprimirme o permitir que mi familia supiera lo atemorizado que estaba. Después de todo yo era
el líder.
Barb fue un increíble apoyo para mí durante este tiempo de estrés. Ella no sólo estuvo conmigo en
las grandes áreas de la oración y la afirmación, sino que también sabía cuando darme espacio y
cuando acercarse para consolar. Buscamos juntos en los Salmos pasajes que mitigaran nuestro
dolor. Recuerdo ocasiones en las que sólo nos mirábamos el uno al otro sin decir palabra, y me
conectaba con su alma. Ella me permitió tomar la iniciativa con los doctores, pero estaba junto a
mí día y noche. Una vez más, frente a los momentos difíciles de la vida, nos acercamos y nuestro
amor se hizo más profundo.
Al otro día de la cirugía de Missy, yo estaba sentado en el sofá junto a ella en nuestra sala familiar,
orando en silencio para que Dios salvara la vida de mi pequeña. Fue allí que ella me miró, con
lágrimas corriendo por sus ojos, y me preguntó, -Papi, ¿qué es algo maligno?-
-¿Dónde escuchaste esa palabra cariño?-
-Escuché al doctor usarla. ¿Significa que voy a morir?-
Luego de refrenar mis propias lágrimas, dije, -Missy, yo creo con todo mi corazón que vas a estar
bien. Mamá, Sarah y yo estamos orando por ti. Tú estás orando. Nuestra iglesia y amigos están
orando. Incluso el doctor está orando. Dios tiene el control, mi pequeña. Él nunca nos
abandonará. Nos llevará a través de todo esto. Sólo estamos esperando el informe.-
Más tarde, cuando Missy estaba dormida, aproveché la privacidad de mi estudio, y los días de
estrés vinieron sobre mí como una explosión. Había intentado ser el fundamento sólido que mi
familia necesitaba, asegurándoles que Missy estaría bien. Pero ahora, mis temores finalmente se
habían apoderado de mí. –No mi pequeña Missy, Dios- supliqué. –Por favor. Llévame a mí, pero no
a ella. Por favor Dios, sana a mi hija.-
A la noche siguiente, el doctor llamó y se entrecortaba con las palabras, -Es benigno, Gary. Es
benigno. Va a estar bien. Gracias a Dios, Missy va a estar bien.-
En ese momento, finalmente pude descargar mis emociones, y comencé a llorar lágrimas de gozo.
Pude escuchar que el doctor lloraba también.
Acabábamos de ser testigos de un milagro.
Hubo una cosa y sólo una que hizo que Barb y yo pasáramos este difícil momento: nuestra
confianza y dependencia en Dios y su pueblo. ¿Estuvimos ansiosos o sentimos temor? Por
supuesto que sí. Somos humanos. Pero Dios estuvo con nosotros en cada momento. Y debido a
que nuestra relación con él estaba profundamente arraigada (individualmente, como pareja y
como familia) todos testificamos sobre el hecho que crecimos en nuestra fe. No nos apartamos ni
corrimos de Dios. Corrimos hacia él. Y en medio de todo esto, nuestras hijas vieron a su padre y
madre juntos y de rodillas, implorando la misericordia de Dios. La conexión espiritual entre una
pareja o una familia no puede ser mejor que eso.
Dios usó ese tiempo de prueba para afinar la fe de nuestra familia. Él también le mostró a
nuestras hijas lo vital que es la intimidad espiritual en un matrimonio cristiano, en gozo y tristeza,
en salud y enfermedad.

La única persona que usted puede cambiar es usted misma


¿Dónde se encuentran su esposo y usted en la escala de conexión espiritual? Deseo que pueda
decir, -Mi esposo ama a Dios. Él es nuestro líder espiritual. Confío en él. Nuestros hijos confían en
él. Nuestra relación y nuestra familia no son perfectas, pero estamos creciendo y estamos en la
senda correcta.- Si es así, no sea tímida y dígale a su esposo ahora mismo cuánto lo ama y lo
orgullosa que está de él.
O quizá la situación se parece más a esto: -Mi esposo no está liderando en la forma que Dios
espera que lo haga. ¿Qué puedo hacer?-
La verdad es que la única persona a la que usted puede cambiar es usted misma. Así que deje que
Dios haga Su obra en usted. Abra su corazón a él y continúe procurando tener una relación de
fidelidad y obediencia con el Señor, con todo su corazón, alma y mente.
Al mismo tiempo, ore fielmente por su esposo. Tal vez quiera también ver a algunas de sus amigas
de confianza y compañeras de oración orando con usted para que Dios haga su obra en la vida de
su esposo. Luego sea paciente. Nunca claudique. Jamás.
Un esposo y una esposa que se unen junto a Dios son un equipo imbatible. Independientemente
de lo que el mundo les arroje, independientemente de cómo el enemigo intente desbaratar su
vida, independientemente del tipo de errores que uno o ambos hayan cometido, con Dios se
puede soportar y se puede crecer.
La intimidad espiritual y la conexión en un matrimonio es el vínculo más grandioso de todos. Si lo
está viviendo, regocíjese. Si lo está procurando, nunca claudique. Mantenga el ritmo. Si apenas
comienza, bienvenido a esta aventura. Dios está trabajando en usted.

1
Si quiere un estudio que le ayude en su relación matrimonial, le recomiendo el que Barb y yo
escribimos, Improving Communication in Your Marriage, que es parte de la serie HomeBuilders
Couples.

CAPÍTULO 10. Amistad. La necesidad de amor #5 de la esposa. “Quiero envejecer


junto a ti.”
Barb le habla a los esposos

No muy lejos de nuestra casa, se encuentra el escenario de uno de los libros y películas de mayor
éxito, The Bridges of Madison County. Richard, un hombre trabajador, ama a su esposa,
Francesca, pero tiene problemas en expresarlo. Rara vez le habla, o la toca, o pasa tiempo con
ella, o la elogia. La historia es sencilla; él no satisface las necesidades de amor de su esposa.
Quedando entonces como presa vulnerable, Francesca se siente atraída ante la atención y elogios
de otro hombre. Ella no tenía intenciones de tener un amorío; por supuesto, ya que rara vez es el
caso. Robert Kincaid sencillamente hablaba con ella. Se reía de sus bromas. Recogía flores para
ella. Incluso recogía sus platos luego de una comida. Él abiertamente compartía su mundo con ella
y le preguntaba sobre el mundo de ella. Le ofrecía algo de tomar con respeto y cortesía. En
cuestión de días, las emociones de Francesca se habían elevado, y tuvo que pelear una terrible
batalla dentro de ella. Con todo, acabó por perderla, ya que sentía un gran anhelo de tener
ternura y amor.
El solo mencionar The Bridges of Madison County hace que algunas mujeres pongan una mirada
distante y soñadora en sus ojos. Créame, no es un amorío con un extraño lo que ellas anhelan, es
el amorío de su corazón con usted. Dentro del entorno de la amistad, ella daría cualquier cosa por
sentirse conectada con usted, su esposo. Hollywood se ha aprovechado de esta verdadera
necesidad de las mujeres, que consiste en tener una amistad íntima con un hombre, sólo que el
guión fue escrito para que la necesidad fuera satisfecha con el hombre incorrecto. ¿Por qué no
comenzar hoy y escribir su propia historia de amistad, siendo usted el héroe de ella?
La amistad es ciertamente un cimiento para cualquier matrimonio grandioso. Esto casi ni hace falta
que se diga. Y es significativo ver que tanto los esposos como las esposas ubicaron esta necesidad
dentro de las primeras cinco. Los esposos la ubicaron como su tercera necesidad de amor, las
esposas como su quinta necesidad de amor. Al principio sentí curiosidad sobre el hecho que los
esposos parecían necesitar la compañía o la amistad más que las esposas. Pero me pregunto si la
diferencia no se explica por el hecho que la segunda necesidad de las esposas es la intimidad
(intimidad emocional) y que para ellas, la intimidad emocional es unos de los principales
ingredientes de la amistad.
Esto nos lleva a un punto importante: puede que usted y su esposa vean la amistad en el
matrimonio con una perspectiva un poquito diferente. Cuando escucha la palabra amistad, ¿qué
imagen le viene a la mente? ¿Jugar al golf con ella? ¿Mirar televisión juntos? ¿Ir a un juego de
fútbol? ¿Retocar antigüedades? Cuando su esposa escucha la misma palabra, ella piensa en
comunicación de corazón a corazón, en un tiempo especial y a solas con usted, envejeciendo
juntos.
Gary y yo algunas veces tenemos perspectivas diferentes sobre la amistad. Yo anhelo poder salir a
caminar un sábado en la tarde viendo el atardecer; Gary anhela poder leer la página de deportes
del periódico del sábado, y yo sentada junto a él en la silla de al lado. Yo no veo el momento en
que disminuyamos la velocidad de nuestra agitada vida, vayamos al interior del país, y tengamos
largas caminatas en los bosques; a Gary le fascina el intenso enrolamiento en el ministerio. A mí
me encanta soñar con lugares alejados, una habitación con muchísimas ventanas, y viajes
románticos a Europa (con caminatas, por supuesto); Gary sueña con tomar su lista de “cosas para
hacer” y que lavemos el auto juntos.
Quizá usted y su esposa vean la amistad en forma diferente también, pero todos coincidimos en
una cosa: la amistad implica que estemos juntos.
Dios sabe de nuestra necesidad de estar juntos, de tener compañía. Génesis 2 nos dice, “Luego
Dios el SEÑOR dijo: No es bueno que el hombre esté solo. Voy a hacerle una ayuda adecuada”
(Génesis 2:18, NVI). La solución de Dios para la soledad de Adán fue la compañía, la unidad de
tener una esposa.
-El vivir la vida junto a Jeremías es una de las grandes alegrías de nuestro matrimonio,- dice Lidia,
quien ha sido su esposa por veintidós años. –Hemos pasado por muchas cosas, infertilidad, la
adopción de nuestros dos hijos, una enfermedad devastadora, algunas tremendas oportunidades
profesionales para ambos. Pero eso es lo que ha hecho que nuestra amistad crezca. El habar
pasado por todo eso juntos. No sé lo que hubiera hecho sin él. Jeremías ha sido un apoyo, una
ayuda, un alentador, quien solucionaba los problemas, y un protector. Me ha hecho reír cuando las
cosas parecían sombrías. Él me sostuvo cuando yo pensaba que no lo lograría. Ha estado a mi
lado. Y eso ha hecho que esto fuera valioso. Estamos muy juntos. Dios nos ha dado una unidad
que a veces nos puede dejar sin aliento. Algunas veces ni sé dónde es que yo termino y dónde
empieza Jeremías. Fuera de mi esposo, no hay mejor persona con quien quisiera vivir mi vida.-

¿Cómo es la amistad en el matrimonio?


¿Qué es lo que hace que algunas parejas se destaquen del resto de la multitud y disfruten la
compañía mutua más que otras parejas? Cuanta más química muestran, más curiosidad tengo por
saber la fórmula. Me encanta mirar a las parejas mayores, las cuales parecen tener una conexión
impecable entre ellos. Son personas que llaman la atención a aquellos que les rodean, y capturan
mi mirada. La mayoría de las veces muestran un elevado grado de comunicación mutua. Sienten
empatía hacia las necesidades del otro, se sienten cercanos y con un afecto confortable.
Manifiestan una naturalidad en sus conversaciones, y una calidez genuina en su risa.
Cierta vez, quedé intrigada por algunos amigos nuestros, quienes estaban hablando entre ellos al
otro lado del restaurante donde estábamos. Steve se inclinó hacia adelante, procurando oír los
pensamientos de su esposa, Jen. Sin siquiera poder escuchar una palabra de su charla, pude ver
un profundo vínculo de amistad entre ellos, a través de su lenguaje corporal. Ambos se daban con
total libertad una atención completa mientras compartían pensamientos e ideas. Parecería como si
ellos fueran las únicas dos personas del planeta. Recuerdo haber observado que los ojos de él
estaban como pegados a los de ella, sin perder la atención en ningún momento. Quedé
impresionada. Ella parecía estar calmada y cómoda a medida que se abría. Puedo decir que ella se
sentía segura de confiar en él una parte de sí misma, compartiendo algo que puede haber estado
pesando mucho en su corazón. Nunca olvidaré la vista panorámica que pude tener de Steve
demostrando los gestos básicos de la genuina amistad y devoción a Jen. Él estaba sintonizado a lo
que ella decía, obviamente preocupándose y atendiendo sus pensamientos. Más tarde, volvía a
mirarles y parecían estar contentos y satisfechos. Ambos estaban relajados, con sus cabezas
inclinadas hacia atrás, y se reían juntos.
La amistad con su esposa no es tan difícil en realidad. Cuando un esposo está unido
emocionalmente a su esposa, así como Steve lo estaba con Jen, quiere escuchar. La amistad con
su esposa es un proceso disfrutable y un umbral hacia el descubrimiento de nuevos aspectos de
ella. Afirma lo que ya está allí y fortalece el vínculo matrimonial. Una buena amistad con su esposa
establece el cimiento sobre el cual se apoyarán otras áreas de su relación matrimonial. Otras áreas
del matrimonio pueden fluctuar con el paso de los años, pero la amistad es un factor perenne.
El consejero matrimonial Ed Wheat escribe en su libro Love Life for Every Married Couple: “La
camaradería de quienes son mejores amigos y amantes parece ser el doble de estimulante y
preciosa.” Desafortunadamente, hoy día demasiados hombres y mujeres viven vidas solitarias. La
amistad no existe en sus matrimonios. Las parejas cenan juntas en silencio, alejadas
emocionalmente e indiferentes. Les aburre el extraño que está sentado al otro lado de la mesa.
Contraste esto con parejas como la de Jeremías y Lidia o Steve y Jen, quienes conocen de primera
mano lo poderoso que es el vínculo de la amistad. Su relación declara tanto en público como en
privado que “mi esposo es mi mejor amigo.” Después de muchos años de matrimonio, todavía
tienen esa chispa en sus ojos, que surge de pasar tiempo juntos.

Compañerismo total
Las parejas que tienen una amistad vibrante la basan en un compromiso hacia un compañerismo
total. Los socios de negocios pueden tener compañerismos limitados, pero para que la amistad con
su esposa remonte el vuelo, debe ser un compañerismo total, de un cien por cien. Cuando un
esposo y una esposa se ven mutuamente como compañeros iguales y valiosos en la amistad,
quienes por igual le brindan importantes cualidades a la mezcla de la amistad, la misma se afirma
en la roca del respeto y el honor. Eso logra que se destaquen sobre el resto. Las parejas que
exhiben una fuerte voluntad para trabajar duro en su matrimonio mantienen la habilidad de reír
juntos, jugar juntos, mantener el curso juntos, y trabajar en las inevitables diferencias entre los
hombres y las mujeres.
Cuando usted piensa en sus amistades más preciadas, puede discernir algunas reglas básicas que
se edifican sobre el respeto. Usted tiene cuidado de lo que dice; mide sus palabras. Se mantiene
callado cuando quiere decir algo que pudiera destruir lo que ha estado haciendo. Se esfuerza para
intentar sacar lo mejor en la vida de sus amigos. Dice la verdad, pero nunca al precio de rebajar a
otros.
Eso es lo que su esposa necesita de usted. Ella necesita que usted quiera lo mejor para ella.
Necesita que se esfuerce por permanecer en armonía con ella. Necesita que usted se disculpe
cuando la ha herido. Necesita que invierta tiempo con ella. Necesita que se tome la amistad con
ella en serio.
Se supone que su esposa no reemplazará a sus amigos. Usted necesita a ambos, pero una esposa
es diferente a los amigos que uno tiene. La necesidad de una mujer de compañía en general
difiere de la del hombre. Un hombre puede quedar satisfecho en cuanto a su necesidad de
compañía con el simple hecho de trabajar junto a otra persona. Pero ese no es el caso de la
mujer. Nuestra necesidad de tener su amistad y su compañía está profundamente entretejida con
el satisfacer la necesidad de seguridad y confianza. Cuando su esposa se abre a usted, le
comparte sus confidencias, y usted responde como un amigo cercano y que se preocupa, ella
queda profundamente satisfecha. Esto sucede cuando siente la seguridad de abrir su “verdadero”
yo frente a usted.
Cuando genuinamente disfrutamos de nuestro cónyuge, nuestro matrimonio cobra una intensidad
adicional, la cual fortalece el fundamento de la amistad. Cuando genuinamente disfrutamos la
compañía de nuestro cónyuge, nuestra admiración mutua se eleva hacia el cielo.

Banco de parque, bahía de San Francisco


Imagine a dos jóvenes en luna de miel, contemplando juntos por primera vez el Golden Gate
Bridge de San Francisco. Era el verano de 1975, y el cielo estaba inmensamente bello y romántico
para Gary y para mí. En lo alto de una colina encontramos un banco de parque desde el cual se
podía ver la bahía de San Francisco. Nos sentamos en ese banco y soñamos con nuestro futuro,
entusiasmados con lo que estaba por delante.
Cuando hallamos ese banco, no sabíamos que regresaríamos algún día, y que nos sentaríamos en
el mismo lugar, contemplando la misa bahía, y que charlaríamos sobre más sueños. Pero ese fue
el caso. De hecho, hemos regresado a ese banco muchas veces, y cada vez que vamos allí, nos
sentamos y hablamos, nos damos las manos, y escuchamos el sonido de las olas del océano.
Hemos “colonizado” es banco. Lo hemos declarado “nuestro.” Es nuestro lugar especial, donde
hablamos sobre nuestros recuerdos juntos y los kilómetros que hemos viajado desde la última vez
que estuvimos allí. Hablamos sobre la vida: las tormentas, los días de sol y la protectora presencia
de Dios en cada una de esas cosas.
En este desgastado banco de madera, hemos grabado nuestras iniciales en el asiento, y hemos
celebrado la vida, tanto en la risa como en el llanto. Cada vez que nos hemos alejado del mismo lo
hicimos con un amor y una devoción mutua renovada, reestableciendo nuestra relación como
mejores amigos.
El sentarnos en ese banco nos ayuda a calibrar cómo hemos cambiado año tras año. Se ha
transformado en un punto de referencia en el tiempo para nosotros. Esta pintoresca bahía no ha
cambiado mucho con los años, pero la pareja sentada en ese banco sí.
¿Ustedes tienen un “banco de parque” en su matrimonio? ¿Tienen un lugar donde usted y su
esposa hayan tomado el tiempo para reflexionar, celebrar, reevaluar y ajustar su amistad?
Algunas veces nuestros bancos de parque no son físicos. A veces las experiencias de la vida nos
han forzado a reevaluarnos y adecuarnos. Quizá usted ha pasado a través de experiencias muy
desafiantes, como tener un hijo o comenzar un nuevo trabajo, y ese desafío ha forjado algunos
cambios en su amistad. O quizá usted ha pasado por experiencias difíciles, tales como la
enfermedad o la muerte de algún familiar, y ese sufrimiento le ha llevado a un banco de parque
desde donde usted miró al pasado e hizo nuevos planes para el futuro de su amistad.
A veces, cuando Gary y yo nos sentamos en nuestro banco, miramos hacia atrás y vemos
situaciones en las cuales nos hemos fallado mutuamente. Tal vez ustedes también. Pero cuando
vemos nuestros fracasos, podemos hablar sobre los mismos, pedir perdón si es necesario, y rogar
por la gracia de Dios para llevarnos adelante hacia el futuro. Estos puntos de referencia en el
tiempo pueden fortalecernos, y equiparnos para evitar cometer los mismos errores en el futuro.

¿Cuáles son las necesidades de amistad de su esposa?


Démosle una mirada a las que pueden ser algunas de las necesidades de amistad específicas de su
esposa. ¿Cómo completaría estas oraciones?
 Mi esposa necesita que yo sea el tipo de amigo que...
 Las necesidades de un amigo de mi esposa incluyen...
 Para mi esposa, el ingrediente más importante de la amistad en nuestro matrimonio es...

¿Qué tal le fue? ¿Pudo completar estas oraciones en forma relativamente fácil? ¿O se trabó, sin
estar bien seguro de lo que su esposa necesita? La mejor forma de averiguar lo que ella necesita,
por supuesto, es preguntarle. Además de hablar con ella sobre su amistad, lea los siguientes
párrafos para tener un mejor entendimiento de lo que en general las esposas necesitan en
términos de amistad.

Ella necesita que usted sea su mejor amigo


Su esposa probablemente tenga varias amigas cercanas. Quizá ella incluso considera a una o dos
de ellas como sus mejores amigas. Esas migas satisfacen parte de la profunda necesidad de
amistad de su esposa. Ellas la entienden como mujer, con todos los gozos, inseguridades, y
problemas que son únicos a una mujer. La suplen y la animan. Y si usted lo considera, usted
probablemente es quien se beneficia de esas amistades, porque fortalecen a su esposa y la hacen
una mejor cónyuge. Su esposa necesita estas amistades, y sería sabio si usted la animara en
mantenerlas.
Pero la amistad de su esposa con usted es diferente. Usted es su super mejor amigo. Usted es su
compañero de por vida, quien estará con ella hasta el final. Sus amigas pueden mudarse o pasar a
otra etapa de la vida que pueda disminuir su amistad, pero usted está allí todo el tiempo.
Seguramente, las circunstancias de la vida cambiarán para usted y su esposa, y enfrentarán
dificultades, pero se han comprometido a emprender este viaje juntos. Eso es lo que marca una
diferencia para ella. Ella se siente segura en su compromiso a estar con ella, pase lo que pase.
Usted es el único que verá a su esposa en todas las circunstancias de la vida, sus estados de
ánimo, sus logros, sus fracasos. Sus amigas pueden ver parte de esto, pero usted lo ve todo, lo
bueno y lo malo, lo hermoso y lo feo. Y usted está en la insustituible posición (dada por Dios) para
amarla y animarla en todo tiempo.
Lo que su esposa necesita de usted como su mejor amigo es que le brinde la seguridad que
siempre será su compañero, pase lo que pase. Ella necesita saber que harán las cosas juntos a lo
largo del matrimonio. Recuérdele que serán compañeros a medida que se desenvuelven en sus
carreras, educan a la familia, asisten a la iglesia, e invitan a las personas a su hogar.
Hágale saber a su esposa que usted disfruta estar con ella, que ella es especial para usted. Haga
lo que pueda para que su amistad sea algo confortable, en la que ambos sientan la libertad de ser
ustedes mismos.
Pero un super amigo sobrepasa a todos los demás, y ella lo mirará a usted para que satisfaga sus
necesidades en formas que sobrepasan las capacidades de sus otras amigas. Su esposa necesita
de alguien con quien pueda compartir absolutamente todo: sus altibajos, sus luchas y gozos. Ella
espera que usted, como su mejor amigo, celebre sus gozos y victorias sin competir con ella ni
sintiendo celos.
Como Gary es mi super amigo, y viceversa, nuestra relación nos ha fortalecido, tanto en lo
individual como en pareja. Debido al poder de esta amistad, estoy segura de su amor, y tengo
confianza en que él me escucha, y puedo confiar en que él piensa en lo que es mejor para mí.
Cuando su esposa puede contar con usted como su super amigo, puede lograr mucho más en la
vida, debido a que usted está a su lado, creyendo en ella.

Ella necesita un lugar seguro para sí misma


Como ya mencioné en los párrafos anteriores, su esposa necesita que su amistad sea un lugar
seguro, una relación en la cual ella pueda ser ella misma por completo. Siempre he atesorado la
forma en la que el novelista del siglo diecinueve, el inglés George Eliot, describe este tipo de
amistad: “Oh el agrado, el inexpresable agrado de sentirse seguro con una persona; no teniendo
que pesar los pensamientos ni medir las palabras, sino vaciarnos de todo eso, así como son, la
paja y el grano juntos, sabiendo que una mano fiel los tomará y los sacudirá, quedándose con lo
que vale, y luego, con el aliento de la bondad soplará el resto para que se aleje.” Qué valioso es el
esposo que puede ser ese tipo de amigo para su esposa.
Cada día que Gary y yo pasamos tiempo juntos como amigos, nuestro matrimonio se hace más
agradable. Debido a que hemos compartido tanto de nuestros pensamientos y sentimientos
mutuamente con el correr de los años, podemos casi sentir lo que el otro piensa. Lo que Lidia dijo
sobre su amistad con Jeremías es cierto: Algunas veces Gary y yo no podemos decir dónde el uno
termina y dónde empieza el otro. Cuando me siento atribulada, Gary frecuentemente sabe
exactamente qué es lo que me perturba. Una noche, estábamos ya en la cama, y por alguna
extraña razón sentía temor. No había dicho una palabra a Gary de mi temor. Pero él estaba junto
a mí en nuestra habitación a oscuras, y dijo: -Barb, ¿quieres venir a tu lugar?- (“Mi lugar” es bajo
su brazo y junto a su corazón). Así que me acerqué, y él me abrazó con sus dos brazos, me rodeó
con seguridad, y me dijo: -Estás segura aquí. No tienes por qué temer.- Él es mi amigo, no sólo
con sus palabras sino también con su presencia.
¿Qué fue lo que Gary me comunicó aquella noche? Me recordó que siempre estoy a salvo.
Recuerdo poder sentir su reafirmación, y que calmadamente me recordó que nada se podía
interponer entre nosotros. Una vez más sentí la voz tranquila y armoniosa que trajo paz a mi
atribulada alma y corazón. Eso es parte de lo que los mejores amigos hacen el uno por el otro. Se
consuelan mutuamente y están junto a uno en los tiempos oscuros.

Ella necesita su integridad


Mi padre siempre decía: -Barb, tu palabra es tan preciosa como el oro.- Esa es una enseñanza
firme, proveniente de un hombre firme. También era un consistente recordatorio de la integridad
de mi padre. Lo mismo se aplica para usted y su esposa. Ella quiere saber que su sí es sí, y su no
es no. En otras palabras, quiere confiar en usted. Y es su integridad la que ayudará a que
construya su habilidad de confiar en usted.
Escucho a mujeres de todo el país, y lo que me dicen con frecuencia es que solo quieren saber
que sus esposos están cada vez mejor. Su esposa necesita saber que cuando usted dice que
estará en casa, o estará ciertamente en casa o llamará para informarle del cambio de planes. Ella
necesita confiar que cuando usted entra en Internet, no estará cayendo en la tentación de la
pornografía, sino que estará honrando al Señor y a su familia. Ella necesita saber que su vida
pública y privada son la misma a medida que usted madura y crece en el Señor. Estos son los
temas de la integridad.
Permítame animarlo para que se afirme y continúe siendo auténtico, tanto en público como en
privado. Eso acercará a su esposa a usted, ya que verá la congruencia en su vida.
Ella necesita que usted la honre
Uno de los regalos más valiosos que Gary me da es la honra. La mayoría de las mañanas, si usted
pudiera escuchar nuestra conversación, le escucharía darme su aprobación por las cosas más
pequeñas. Él expresa su aprecio hacia mí con una actitud de honor desde el momento en que se
levanta cada mañana. Una vez que se concentra en el trabajo, se calma. El humor laboral tiene
una forma de cambiar todo el enfoque de un hombre. Horas más tarde, podemos estar sentados
en una seria reunión de equipo en nuestro ministerio, y Gary comenzará a hablar acerca de su
maravillosa esposa y de algo que ella dijo que fue firme, sabio y relevante. Algunas veces, cuando
hace esto me toma con la guardia tan baja que me inclino hacia delante en la mesa pensando,
Desearía conocer a esta mujer. Gary hace lucir las cosas mucho mejor de lo que yo las dije. ¿Pero
sabe qué es lo asombroso que sucede cuando él se jacta de mí en público? Aprendo qué es lo que
complace a mi esposo, y me motiva a ser una mejor esposa.
Su esposa necesita que usted le dé honra. Eso significa que usted debe hablarle con amabilidad y
respetuosamente, sin regañarla ni menospreciarla si hace algo que lo frustra. Honrarla significa
que usted coloca las necesidades de ella delante de las suyas propias. Significa que usted habla
positivamente de ella a otros. Significa que usted le dice todo lo que ve en ella como virtud o
cualidad que habla del carácter de Dios.
Como resultado de su honra y respeto, su esposa florecerá con confianza y aplomo. Ella también
estará muy entusiasmada para devolverle a usted el mismo respeto y honor.

¿Qué puede hacer para satisfacer las necesidades de amistad de su esposa?


Ahora que usted entiende mejor algunas de las necesidades de amistad de su esposa, ¿qué hará
para satisfacerlas? Recuerde que usted edifica su amistad en la vida cotidiana, en la forma en la
que se tratan mutuamente, en cómo manejan los altibajos de la vida diaria.
Hágase esta pregunta: ¿Cómo quiero que nuestra amistad luzca de aquí a diez años, o veinte
años? Su amistad con su esposa será una de las áreas duraderas de su matrimonio. Cada día
usted tiene la oportunidad de edificar su amistad, de hacer una inversión para toda la vida.
Aquí están algunas ideas. Simplemente considérelas como si fueran los consejos de un entrenador,
con respecto a las necesidades del corazón de su esposa.

Hagan cosas juntos


El relajarse, estirar las piernas, y la risa son ingredientes que aportan al ambiente emocional en el
cual se desarrolla la cercanía. A menos que las parejas se sientan cómodas, difícilmente se
sentirán seguras como para abrirse. Comiencen con actividades fáciles que ambos disfrutan de
hacer. No lo hagan complicado. A las mujeres les gusta tanto las cosas sencillas como las cosas
grandes, pero lo que les llama la atención es hacerlas junto a usted. Sea lo que sea que haga,
asegúrese que sea una actividad significativa para ambos. Cuando las actividades, los intereses,
las metas, y la diversión se comparten como pareja, pueden duplicar el factor de placer en su
matrimonio. Usted descubrirá que querrá estar muchísimo con su super amiga. Aquí hay algunas
formas garantidas para comenzar:
 Tengan citas, y elija uno a la vez dónde van a ir. ¡Hará que celebren sus diferencias! Con el
tiempo verá que ambos escogen lugares para complacer al otro.
 Llámela y pídale que pase por su oficina o vayan a almorzar juntos. Dígale: -Mi día no sería
igual si no recibiera un beso tuyo en el medio del mismo.-
 Hagan los mandados juntos. No deje a su esposa en el supermercado para que haga
algunos mandados mientras usted va a la ferretería para hacer otros. Deje a un lado la excusa
de “ahorrar tiempo”, y pasen tiempo juntos. Ella se sentirá valorada cuando usted hace eso.
 Similarmente, hagan tareas en la casa juntos. Si su esposa está haciendo un trabajo en el
jardín, póngase junto a ella y hágalo también.
 Obvie su juego de fútbol y reemplácelo pasando esas horas con su esposa. Hágala sentir
que ella es más importante para usted que los deportes.
 Cancele una noche con sus amigos y dígales en voz alta por teléfono: -Quiero estar con mi
esposa.- Se convertirá en un héroe, no sólo para su esposa, sino también para las esposas de
los otros hombres.
 Tómela en sus brazos y baile con ella, haya o no música.
 Sirvan juntos en algún ministerio: visiten a los enfermos, aconsejen parejas jóvenes, sirvan
una comida a estudiantes que están lejos de sus casas, salgan en viajes misioneros, o tengan
un estudio bíblico en su propio hogar.1
 Pasen mucho tiempo jugando. Después de todo, ella estará viviendo con usted por el resto
de su vida, ¿por qué no hacerlo divertido?
 Vayan al almacén y hagan las compras juntos. Pase por el lugar donde haya flores y recoja
una rosa o algunas margaritas. A ella le encantará el mero hecho (y lo amará a usted) por
pensar en ella.
 Deje a un lado la limpieza del garaje el próximo sábado, y en lugar de eso acurrúquense
debajo de las frazadas y vean algunas películas todo el día.
 Vaya a la cama veinte minutos antes, apague el televisor, y abrácense mientras hablan.
 Encuentren la mutua compañía por medio de la recreación. Escojan una actividad que
ambos disfrutarían hacer juntos: caminar, salir en bote, esquiar, concurrir a eventos
deportivos, restaurar muebles antiguos, viajar.

Cree un lugar seguro


A las mujeres les encanta la seguridad. Ellas quieren saber que sus necesidades financieras serán
satisfechas. Quieren estar seguras acerca de los temas del compromiso. Pero la necesidad de
seguridad que una esposa tiene es siempre satisfecha cuando siente que su esposo está con ella y
comprometido a ella. Con ella significa que usted no la dejará, ni emocionalmente, ni
espiritualmente, ni físicamente.
Cuando su esposa se siente segura, tendrá la libertad de expresar sus necesidades y crecer junto
a usted. Cuando se siente insegura, o pondrá una pared para protegerse a sí misma, o le hablará
con rudeza. Los esposos que desarrollan la seguridad en sus matrimonios contribuirán
significativamente a crear familias saludables.
Aquí tiene más consejos para aumentar el nivel de seguridad de su matrimonio:
 Escóndale notas que digan “Nunca te dejaré” en lugares particulares, para recordarle lo
segura que puede sentirse.
 Anime a su esposa a hablar con usted sobre cualquier cosa que tenga en su mente. Y luego
escúchela atentamente.
 Asegúrese de que su esposa nunca sienta que debe esconderle sus ideas o pensamientos.
 Salgan a caminar a la luz de la luna, tómela de la mano, y dígale lo mucho que significa
para usted.
 Forme el hábito de decirle a su esposa cuando llega a casa de trabajar: -Es tan bueno estar
nuevamente en casa contigo. Es la parte favorita de mi día.-
 Dígale a su esposa: -Estoy muy feliz de que seas mi mejor amiga.-
 Discúlpese con ella cuando se equivoca. Hará que ella se acerque, y será más cariñosa con
usted. Anhelará estar en su compañía.

Involúcrese en el mundo de ella


La mayoría de los hombres tienen una idea bastante clara de las metas que tienen con sus
carreras, y los hombres a menudo logran esas metas y sueños en el lugar de trabajo, usando los
dones que Dios les dio y las habilidades que desarrollaron. En otras palabras, el lugar de trabajo
es donde usted se siente importante, donde encuentra estímulo.
Pero permítame que le haga una pregunta. ¿Sabe qué es lo que hace que su esposa se sienta
importante? ¿Cuáles son las metas y los sueños que ella tiene? ¿Se ha tomado el tiempo de
preguntarle a su esposa sobre ellos? El simple hecho de que ella no le haya dicho no quiere decir
que no los tenga. Muestre interés en el mundo de su esposa, ayúdela no sólo a expresar sus
sueños sino a lograr que se hagan realidad.
Si su esposa tiene metas claras, ¿se ha involucrado en su mundo y se ha unido en algunos de esos
sueños? ¿Está usted al lado de ella cuando ella dirige una función en la escuela de sus hijos? ¿La
anima en el negocio que puede estar llevando a cabo? ¿Se encargará usted de las cosas que ella
no tenga tiempo de hacer?
Involucrarse en el mundo de su esposa es otra forma de profundizar su amistad y mostrarle que
usted es el mejor “fanático” que ella puede tener. Si tiene dudas sobre cómo entrar en el mundo
de ella, pregúntele que es importante para ella. O intente alguna de estas ideas:
 ¿Usted anima a su esposa a que le cuente sus sueños? Cuando sepa de qué se tratan,
involúcrese y ayude para que esos sueños se hagan realidad.
 ¿Su esposa siempre tuvo interés en comenzar una empresa? ¿Qué puede usted hacer para
hacerlo una realidad?
 ¿Acaso tuvo siempre el deseo de desarrollar un don creativo (música, arte, escritura,
manualidades, decoración)? En su próximo cumpleaños, sorpréndala con un regalo que le
comunique que usted no sólo piensa que ella puede hacerlo, sino que también cree que la
creatividad de ella es valiosa.
 ¿Su esposa lee mucho? Pregúntele qué lee.
 ¿Alguna vez se ofreció como voluntario para un servicio de grupo con su esposa? Ofrézcale
unirse en algún proyecto.
 ¿Usted escucha las pequeñas cosas? A medida que su esposa habla, haga notas mentales
sobre las cosas que le gustan, y vea cómo complacerla con algunas de ellas.
 ¿Usted conversa todo con ella? Comience por contarle sobre su día. Eso refleja que usted
valora su opinión.

Cree puntos de referencia en el tiempo


Previamente en este capitulo, hablé sobre los bancos de parque y puntos de referencia en el
tiempo. Los esposos junto a sus esposas deben establecer tiempos para reflexionar sobre su
relación, y crear puntos de referencia en el tiempo para marcar el progreso de su matrimonio. Aquí
tiene algunas ideas para considerar. Si estas no son de su estilo, encuentre algunas que sean más
adecuadas.
 Establezca un tiempo de vez en cuando para alejarse de su casa y de sus trabajos, para que
usted y su esposa puedan estar juntos, para así reflexionar sobre su amistad y celebrar la
misma.
 Hagan un viaje por carretera juntos.
 Vayan a un hotel con desayuno incluido.
 Dejen una noche aparte una vez por semana, para estar solos y hablar sobre sus sueños y
metas.
 Usen la celebración de un aniversario para mirar hacia atrás y ver la obra de Dios en sus
vidas. Planifiquen su futuro.
 Regresen a visitar un lugar que fue importante en el desarrollo de su amistad: el pueblo
donde se conocieron, un restaurante que evoca un recuerdo, la iglesia donde se casaron.
Cuando visiten ese lugar, tómense el tiempo para entregar el pasado a Dios y pedirle su ayuda
y guía para el futuro. Comprométanse nuevamente el uno con el otro para el año entrante.

Una amistad segura


Gary y yo hemos sido amigos ahora por más de veintiocho años. En ciertas maneras, damos
nuestra amistad por descontado debido a que es muy cómoda. Pero cuando pasamos por tiempos
difíciles, sabemos que nuestra amistad es una de las rocas sólidas del cimiento de nuestro
matrimonio.
Recuerdo el día en que descubrí un lunar en mi cuerpo que estaba cambiando su apariencia. Pedí
una consulta con el dermatólogo, y Gary insistió en ir conmigo a ver al doctor. Luego de examinar
el lunar, el doctor dijo bruscamente: “Melanoma.”
Se paró en forma erguida y anunció que mi lunar tenía todas las características de un cáncer fatal
y de veloz crecimiento. No perdió tiempo en extraerlo y enviarlo al laboratorio para que le hicieran
varios análisis. Luego se levantó y salió de la habitación.
Yo quedé paralizada. Gary estaba tan tenso que no podía ni hablar. Cuando volvimos a casa, fui
directamente a la cocina, donde me ocupé con alguna cosa de la rutina diaria para quitar la mente
de esa confusión. En un momento estaba atendiendo a nuestras niñas, cuando escuché a Gary en
el cuarto de al lado. Estaba llorando. Caminé hacia él y vi la tristeza que le aquejaba por lo que
podría estarse aproximando. Nunca olvidaré su rostro lleno de lágrimas cuando me miró y me dijo:
-No te preocupes, cariño, siempre voy a estar aquí contigo.- Su mirada desvaneció todos mis
temores.
Durante días me aferré a su amor y devoción, mientras esperábamos por el informe. Finalmente,
en desesperación llamamos al consultorio del doctor y le preguntamos a la enfermera si los
resultados ya habían llegado. Ella dijo que los análisis habían revelado que no había cáncer.
Verdaderamente me sentí como Lázaro cuando Jesús lo llamó de la tumba. Sentí que me devolvían
la vida. Gary me abrazó ese día, y nos regocijamos en la misericordia de Dios.
Cinco años después enfrentamos otra situación que estuvo a punto de ser trágica. Era un hermoso
mediodía de septiembre, y yo estaba conduciendo para encontrarme con Gary para almorzar.
Missy y Sarah estaban conmigo, con sus cinturones de seguridad puestos. De la nada, un auto se
me vino encima, chocando nuestro vehículo y haciéndolo girar sin control, luego chocó contra él
nuevamente. Mi mente estaba perdida. Luego sentí como si algo se hubiera quebrado en mi tórax.
No podía respirar. ¡Las niñas, las niñas!, era todo lo que podía pensar.
Mientras me sofocaba, giré para ver a cada una de las niñas. Sarah estaba bien, pero Missy había
sido arrojada hacia delante y sus ojos se hinchaban y se estaban poniendo negros. Una vez que vi
que estaban a salvo, caí del auto hacia la calle. Todavía no podía respirar. Mi pecho estaba
latiendo con un dolor atroz, y yo estaba entumecida de la nuca hasta los dedos de los pies. En el
momento del impacto, el cinturón de seguridad había roto mi esternón.
La ambulancia había llegado, y mientras me cargaban a la parte de atrás, escuché a Missy, que
tenía seis años, gritar una y otra vez, -¡Mi mami va a morir!- Sarah, sin embargo, sabía que su
papá resolvería todo, así que corrió hacia una casa y llamó a Gary. –Papi, te necesitamos. Se trata
de mami. ¡Se va a morir!- Él llegó en minutos y corrió a mi lado. ¡Qué bueno fue ver a mi mejor
amigo, mi compañero de toda la vida! Me sentí tan aliviada de tan solo saber que él estaba
conmigo. Con la conmoción del momento, no tuvimos tiempo para hablar, pero Gary me dio una
mirada que decía: -Te amo. Saldremos de esto juntos.- Debido a que nuestra amistad era tan
sólida, su mirada fue todo lo que yo necesitaba.
A medida que pasaron las semanas, nuestra amistad fue lo que me sustentó en las noches sin
dormir y las horas de dolorosa terapia física. Me confortó cuando yo sólo quería ser una
“verdadera madre,” y no una que estaba atada a la cama. Me ayudó a calmar mis temores a
medida que volvía a tener movimiento en mis brazos y gradualmente sentí que el esternón
sanaba.
Le animo a que le dé a su esposa un sentido de profunda seguridad en su amistad. Edifiquen su
amistad con tanta estabilidad que cuando enfrenten tiempos duros, ustedes puedan encontrar
alivio y paz en su relación mutua.
Mi anhelo es que a medida que pasan los años, las cosas sean mejores para Gary y para mí a
medida que continuamos creciendo más profundamente como amigos y amantes. Es una
seguridad que trae tranquilidad que él esté a mi lado, y que yo esté a su lado. Él es la mano
derecha y yo la izquierda. Juntos nos complementamos el uno al otro.
Mi esposo es increíble. Gary me ha traído un gozo indescriptible al ser el tipo de hombre que está
centrado en Cristo, y veo su piedad como un regalo de Dios. Descanso en este hecho y
continuamente oro para que el Señor nos permita terminar nuestros años el uno en los brazos del
otro, comprometidos hasta el final de nuestro viaje juntos en la tierra, como super mejores
amigos.
Mi oración por usted es que su esposa también se levante y grite que usted es su super mejor
amigo, en la medida que usted entienda sus necesidades y con amor las satisfaga de todo
corazón. Que Dios le bendiga a usted y a su esposa, a medida que juntos procuran tener un
matrimonio grandioso.

Recomendamos la Serie para Parejas de HomeBuilders, Improving Communications in Your


1

Marriage, la cual escribimos junto a Gary, y está disponible por medio de Group Publishing.

SEGUNDA PARTE

Disfrutando el matrimonio maravilloso que Dios planeó


CAPÍTULO 11. Palabra final de Gary para los hombres.

Habiendo leído los cinco capítulos de comentarios y sugerencias para los esposos, no puedo evitar
pensar, ¡Vaya, ella dijo muchas cosas buenas! Me gustaría que me hubiera dicho hace quince o
veinte años lo que ella le ha dicho a usted. También me gustaría que yo hubiera tenido oídos para
oír. Por supuesto, en aquel entonces ninguno de los dos tenía dominio más que de las
equivocaciones, así que tuvimos que aprender de ellas. Sólo en estos últimos años nuestro
matrimonio ha alcanzado una etapa mejor de lo esperado. Estamos en la mitad de nuestras vidas
y hemos llegado a la mejor conclusión de todas: un buen matrimonio no es suficiente para el
matrimonio Rosberg; queremos un matrimonio maravilloso. Y usted también, de lo contrario no
habría llegado hasta tan lejos en este libro. Pero el procurar un matrimonio maravilloso me ha
exigido que conozca cómo satisfacer las necesidades de amor de Barb.
Ahora que usted ya ha recibido algunas enseñanzas por parte de Barb y lo que ella misma
aprendió de cientos de mujeres de todo Estados Unidos, ¿qué es lo que va a hacer con toda esta
fabulosa información? Aquí tiene algunas opciones:
1. Incorporar todos los cambios mañana.
2. Pensar que es demasiado trabajo y no hacer nada. (Después de todo, usted es mejor que
muchos hombres que conoce.)
3. Trabajar en dos o tres cosas en los próximos meses.

Si usted escogió el #1, llame a mi oficina para una consulta. Necesitará consejería para poder
lidiar con el abrumador sentimiento de ansiedad que le ha sobrevenido. Si escogió el #2, entonces
usted es más insensible e insensato de lo que pudiera imaginarme. Así que, como puede
imaginarse, le recomiendo el #3.
Cuando asisto a una conferencia, leo un libro, o trato de asimilar algún cambio en mi vida, la
primera cosa que hago es dar un paso atrás e intento tener una perspectiva clara. En segundo
lugar, oro y le pido a Dios qué es lo que él quiere que aprenda de lo que acabo de estudiar.
Perspectiva y Dios. Esas son las dos cosas que me fascina buscar. ¿Verdad que suena como un
buen lugar para comenzar?
Aquí están algunas preguntas para presentar ante Dios a medida que pasa de la etapa de
aprendizaje a la de aplicación al respecto de satisfacer las necesidades de amor de su esposa y
procurar un matrimonio maravilloso:
 Dios, después de todo lo que acabo de leer, ¿qué dos o tres cosas quieres que comience a
implementar en mi vida ahora mismo?
 ¿Quieres que muestre mi amor incondicional sirviendo a mi esposa en forma más completa?
 ¿Quieres que deje a un lado mi egoísmo y aprenda a escuchar (escuchar de veras) al
corazón de mi esposa cuando ella expresa sus emociones y necesidades?
 ¿Quieres que deje a un lado la pelota de fútbol, la caña de pescar, la bola de bolos, o el
control remoto y me involucre en su mundo, ministrándole como un amigo y esposo, amante, y
compañero?
 ¿Qué me dices del ánimo? ¿Necesito enfrentar la realidad que los comentarios negativos y
neutrales que le doy a mi esposa cada día sobrepasan aquellos que son de aprobación?
 Padre, ¿cómo debo ministrar al espíritu de mi esposa? Tal vez el tomar su mano en la cama
esta noche para orar juntos sea un buen lugar donde comenzar. ¿Qué te parece si comienzo a
leer tu Palabra con ella y quizá salimos a caminar juntos para compartir lo que estamos
aprendiendo de ti?

El encontrar la dirección es el mejor primer paso. Pero recuerde, no puede hacerlo todo de una
vez. Tiene que comenzar en alguna parte. Permítame ayudarlo a colocar sus manos en la
edificación de un matrimonio maravilloso, tomando las necesidades de amor de su esposa una por
una. Cuando llegue al fin de este capítulo, sabrá dónde comenzar.
Amando incondicionalmente
Ya que tanto los hombres así como las mujeres pusieron al amor incondicional como su necesidad
de amor número uno para construir un matrimonio genial, este es un buen sitio donde comenzar.
Si hay algo que conozco de Barb, es que ella necesita saber que está en el número uno de mi
vida, y en el número dos, y si me pongo a pensarlo, en el número noventa y nueve también. En
otras palabras, Barb experimenta el amor incondicional de mi parte cuando sabe que me entrego
por completo a ella y que nuestra relación es segura. Ella necesita saber que pase lo que pase,
estamos juntos y vamos a terminar firmes en unidad. En eso consiste el amor ágape (amor sin
egoísmo). Es un amor como el de Cristo, que no está basado en “qué hacemos” sino en “a quién
pertenecemos.” Pertenecemos a Jesucristo y nos pertenecemos el uno al otro.
Si bien esa verdad es la piedra fundamental para un matrimonio genial, se necesita más. ¿Cómo
expresamos el amor incondicional? Por medio del liderazgo servicial mi amigo. Barb habló sobre la
expresión de nuestro amor incondicional por medio de palabras, acciones y compromiso. Sin
reservas, yo diría.
En lugar de sentirse abrumado sobre la apariencia de esto, permítame compartirle un correo
electrónico que recibí de un amigo. Como se dará cuenta, el hombre de esta historia ha aprendido
cómo dar ejemplo de amor incondicional.

Mientras esperaba para recoger a un amigo en el aeropuerto de Portland, tuve una de esas
experiencias que cambian la vida, esas que usted siempre escucha de otras personas, experiencias
que le sobrevienen en forma inesperada. Esta ocurrió apenas a un metro de donde yo estaba.
Procuraba localizar a mi amigo en la salida de pasajeros, cuando vi a un hombre que se dirigía a
mí. Se paró justo a mi lado para saludar a su familia. Primero se dirigió a su hijo más joven
(tendría unos seis años) mientras dejaba en el suelo sus maletas. Se dieron un abrazo amoroso y
prolongado. Cuando se separaron lo suficiente para mirarse cara a cara, escuché que el padre
dijo, -Es tan bueno verte, hijo. Te extrañé mucho.- Su hijo sonrió con un poco de vergüenza,
desvió su mirada y dijo suavemente, -Yo también papá.-
Luego el hombre se paró, miró a los ojos de su hijo mayor (unos nueve años), y mientras tomaba
el rostro de su hijo en las manos dijo, -Ya eres casi un joven. Te amo mucho Zach.- Luego ellos
también se dieron un abrazo amoroso y tierno.
Mientras esto sucedía, una niña (tendría dos años) estaba inquieta en los brazos de su madre, y
nunca quitó los ojos de su padre. El hombre dijo, -Hola niñita,- mientras con ternura la tomaba de
su madre. Rápidamente besó todo su rostro y entonces la abrazó junto a su pecho, hamacándola
de un lado al otro. La niñita sencillamente quedó distendida y colocó su cabeza sobre el hombre
de él, sin moverse ya que estaba fascinada.
Después de unos momentos le pasó su hija a su hijo mayor y declaró, -Guardé lo mejor para el
final,- y procedió a darle a su esposa el beso más prolongado y apasionado que recuerdo haber
visto. Luego la miró por varios segundos y dijo moviendo los labios, -Te amo tanto.- Se miraron a
los ojos el uno al otro, mostrando amplias sonrisas y dándose las manos. Por un instante me
hicieron pensar en una pareja de recién casados, pero sabía por la edad de los hijos que no podía
ser el caso.
Me sorprendí por un momento cuando me di cuenta lo desubicado que quedaba yo en esa
hermosa exhibición de amor incondicional, ya que estaba a no más de un brazo de distancia de
ellos. Repentinamente me sentí incómodo, como si estuviera invadiendo algo sagrado, y me
sorprendí a mí mismo cuando escuché mi propia voz preguntando un tanto nervioso, -¡Vaya!
¿Cuánto hace que están casados?-
-Hemos estado juntos por catorce años en total, casados doce de los mismos,- me contestó sin
quitar la mirada del rostro de su esposa.
-Bueno, ¿y por cuánto tiempo estuvo fuera?- le pregunté. El hombre finalmente giró y me miró,
manteniendo aún su amplia sonrisa. -¡Dos días completos!-
¿Dos días? Quedé impactado. Por la intensidad del saludo, yo había asumido que había estado
ausente por lo menos por varias semanas, si es que no meses.
Queriendo ponerle fin a mi intrusión, dije, -Deseo que mi matrimonio tenga esa pasión después de
doce años.- El hombre repentinamente detuvo su sonrisa. Me miró directo a los ojos y con una
fortaleza que llegó directo hacia mi alma me dijo algo que me hizo una persona diferente.
Sencillamente dijo: -No desees, amigo. ¡Decídete!-
Luego me dio su hermosa sonrisa nuevamente, me dio la mano, y dijo, -¡Dios te bendiga!- Con
eso, él y su familia se fueron juntos caminando. Yo todavía estaba mirando a ese excepcional
hombre y su familia alejarse cuando mi amigo llegó y me preguntó, -¿Qué estás mirando?- Sin
dudar, y con un curioso sentido de seguridad, le contesté, -¡Mi futuro!-

¡Vaya! Este hombre en Portland se mandó un golazo. A propósito, si el padre de Zach está leyendo
este libro, llámeme; quisiera conocerlo. Por lo que se aprecia, usted tiene un matrimonio genial.
Usted también entiende que el satisfacer las necesidades de amor de su esposa rinde buenos
dividendos.
Usted también, amigo lector, puede tener esa cercanía, y eso comienza con el amor incondicional.
Independientemente de lo que se le cruce por delante, (dolores, desengaños, desafíos)
comprométase a amar a su esposa pase lo que pase.

Encontrando intimidad emocional


En obtener cercanía emocional es donde nosotros como hombres entramos en cortocircuito,
¿verdad? Barb ofreció muchos consejos y sugerencias en el capítulo 4, pero permítame agregar
algunas cosas aquí.
Recuerdo una semana hace unos años, cuando Missy estaba en su último año de escuela. Ese fin
de semana era fin de curso y Missy formaba para de la comisión organizadora. Para describirlo en
forma delicada, las tres mujeres de nuestra casa, Missy, Sarah y Barb, estaban logrando que
nuestra casa estuviera “rica en lo emocional.” La inseguridad y la ansiedad llevaron a las lágrimas
(esa era Barb), y Missy y su hermana mayor estaban teniendo su cuota completa de giros
emocionales también. Era lo típico.
¿Qué hice yo?
Me dije: Bien, Gary, Barb escribe que el éxito marital tanto a corto plazo como a largo plazo,
depende de la habilidad del esposo de satisfacer más y más las necesidades emocionales de su
esposa. Sabía que yo, con una palabra, o mirada, o actitud poco entusiasta, podría o conectarme o
alejarme de esas mujeres tan importantes para mí. Mi esposa y mis hijas necesitaban mi lado
tierno, no mi lado lógico o duro. Ya sea que usted tenga hijas en su casa o no, por lo menos lo ha
experimentado con su esposa.
Barb nos recuerda a los hombres que necesitamos tener compasión en el medio de las confusiones
emocionales de la mujer. Recuerde, se trata de una “creación celestial,” no de una carencia en el
carácter. Cuando parezca que ella tiene algún problema, su tentación será intentar solucionarlo,
decirle qué hacer. El único problema es que a menudo a ella no le importa lo que necesita hacer.
Sólo necesita experimentar la emoción por un momento y saber que usted estará con ella durante
todo el desfile de emociones que experimente. Significa que usted amplificará el lado de
comprensión y afirmación de su carácter, y bajará el volumen del razonamiento, a menos hasta
que su esposa haya tenido la oportunidad de expresar lo que siente.
¿Alguna vez se limitó a abrazar a su esposa mientras ella pasa por momentos de lucha? Yo lo
intenté recientemente. Resistí cada fibra lógica de mi cuerpo y miré a Barb para decirle: -¿Puedo
abrazarte?- Ella se derritió en mis brazos. No podía creerlo. Mi mente no paraba de pensar en
cosas como, ¿Es esto lo que ella siempre me dice que necesita? ¿Solamente que la abrace?
Luego de varios minutos y algunos pañuelos desechables, ella me miró y me dijo: -Gracias por
apoyarme Gary.- Yo estaba realmente impactado. Una vez que Barb salió de su estado emocional,
le di una idea de cómo responder a ese asunto, y me dijo: -Creo que lo voy a intentar.- Me fui al
otro cuarto y me felicité a mí mismo. Me di cuenta en ese momento que no era que ella rechazara
mi lógica, sino más bien el tiempo en que la empleaba. Le di el consuelo y la atención que
necesitaba, escuché más a los temas de su corazón que a los de su mente. Nuestras esposas
necesitan nuestro lado tierno, dicho lado habla el lenguaje de ella.
Necesito mencionarle una cosa más: cuando piense en una mujer que no sea su esposa,
acuérdese del Oso Smokey. Dígase a sí mismo: Sólo TÚ puedes evitar un incendio forestal.
Traducción: Sólo usted puede prevenir un amorío sentimental o físico. Escuche con atención al
discernimiento y a los instintos que Dios le dio a su mujer con respecto a las mujeres que ponen
su vida y la de su familia en peligro. Escuche también a sus firmes advertencias con respecto a lo
que es cuidar su corazón y lo que puede estar haciendo consciente o inconscientemente para
estimular la pasión en otra mujer. Eso puede salvar su familia.
He aprendido que los instintos de Barb dan justo en el blanco, y debido a que ella es la compañera
de toda mi vida, confío en ella. He aconsejado a muchos hombres cuyas necesidades estaban
siendo satisfechas por otras mujeres que no eran sus esposas. Algunas veces el hombre comienza
todo, otras veces es la mujer quien toma la iniciativa. Al final no es eso lo que importa, ya que
ambos se queman. ¿Conclusión? Guarde su corazón. Tal y como lo dijo Salomón en Proverbios
4:23, “Por sobre todas las cosas cuida tu corazón, porque de él mana la vida(NVI).”
Si usted está edificando o encendiendo una fogata en el campamento de otro hombre, váyase a su
propia carpa. Un pasaje del Antiguo Testamento lo dice muy bien: “Bebe el agua de tu propio
pozo, el agua que fluye de tu propio manantial. ¿Habrán de derramarse tus fuentes por las calles y
tus corrientes de aguas por las plazas públicas? Son tuyas, solamente tuyas, y no para que las
compartas con extraños…¿Por qué, hijo mío, dejarte cautivar por una adúltera? ¿Por qué abrazarte
al pecho de la mujer ajena?” (Proverbios 5:15-20, NVI). El capítulo termina con la realidad de lo
que sucede cuando salimos del círculo protector de Dios: “Nuestros caminos están a la vista del
SEÑOR; él examina todas nuestras sendas. Al malvado lo atrapan sus malas obras; las cuerdas de
su pecado lo aprisionan. Morirá por su falta de disciplina; perecerá por su gran insensatez”
(Proverbios 5:21-23, NVI).
Las necesidades emocionales de una esposa son muy reales. Cuando usted entra en el mundo
emocional de su esposa y procura entender, mostrar empatía y amor hacia ella, su matrimonio
crecerá. Cuando no lo hace, ella se secará en la viña y morirá. Veinticinco años de trabajar con
familias me ha enseñado que no hay lugar para términos medios. En breve, dos consejos que
mantienen a los esposos en la senda correcta para satisfacer las necesidades de amor de sus
esposas, para así experimentar un matrimonio grandioso.
1. Avive el fuego emocional de su esposa.
2. Manténgase alejado de campamentos que no sean el suyo.
Compartiendo el crecimiento espiritual
Un matrimonio maravilloso en realidad se da cuando está formado por tres: usted, su esposa y el
Señor Jesucristo. No hay verdad en este libro más fundamental que esa. Barb habló sobre el
mandato bíblico de que usted acepte las responsabilidades dadas por Dios de amar, guiar, y
honrar a su esposa y su familia.
Como esposos, hemos sido llamados a amar a nuestras esposas como Cristo amó a la iglesia. Es
un principio, una imagen verbal que es bueno repetirla. La enseñanza de Pablo en Efesios 5 va
mucho más allá de la mera descripción de un trabajo. Es un estatuto misionero. ¿Cómo sé? Porque
el principio implicado aquí es la misión de Jesús. “Se entregó (Cristo) a sí mismo por ella, para
santificarla, habiéndola purificado en el lavamiento del agua por la palabra” (Efesios 5:25-27).
Usted tendrá un matrimonio genial cuando honre a su esposa. Cuando ore con y por su esposa,
cuando lea la Palabra de Dios con ella y a ella, y cuando establezca el ritmo para el crecimiento
espiritual de su familia, usted honra a Dios y a su esposa. Nada parece ser más escurridizo, pero a
la vez nada trae más riqueza al matrimonio que procurar la unidad espiritual con su esposa.
Barb y yo hemos tenido momentos de sequedad espiritual, y hemos tenido momentos de riqueza
espiritual. Hemos estado en estadios con setenta mil personas cantando “Amazing Grace (Sublime
Gracia)” y “How Great Thou Art (Cuán Grande es Él)” con lágrimas corriendo por nuestros rostros,
y hemos vuelto a nuestra cama, dándonos la espalda y con heridas sin resolver. Ya sea que
estemos en la cima de la montaña o en el valle, hay una verdad que siempre resuena con claridad:
el Dios que nos creó es por nosotros. Y él nos basta para cualquier cosa que debamos atravesar.
Ya sea que usted y su esposa enfrenten problemas financieros, heridas en la relación, niños
enfermos, o la muerte de los padres, un matrimonio de tres puede sobrevivir y luchar en el medio
de la tormenta. Pero usted sobrevivirá sólo si junto con su esposa dejan a un lado el egoísmo y la
auto-protección, y someten sus voluntades al señorío de Cristo Jesús.
Ministre a las necesidades espirituales de su esposa. Ore, estudie la Palabra de Dios, y permita que
Jesús esté en el medio de su matrimonio.

Animando a su esposa
Durante mi primer año de secundaria, se entregaba el carné con las notas cada seis semanas.
Para aquel estudiante que estaba haciendo un gran trabajo, esa era la oportunidad para recibir
elogios y estímulo, lo cual venía por lo menos cada mes y medio. Para aquellos que les iba mal,
significaba que tendrían que enfrentar a sus padres, a los consejeros escolares, y a los profesores
regularmente para evaluar la realidad. ¿Adivine en qué grupo quedé yo? Ese año obtuve una D
(deficiente) 27 veces; una F (fracaso total) 6 veces; una C (aceptable) 3 veces. Fue horrible.
Uno por uno, mis profesores venían a la oficina de consejería y le decían a mis padres el fracaso
que yo era. Todos excepto Mark Schwertley, mi profesor de inglés. Él era profesor de primer año y
amaba a los niños. Nunca olvidaré una reunión (de esas que se tienen cada cuatro meses) con mis
padres. Él se recostó en su silla (para disgusto de mis padres y del consejero), me miró a los ojos
y dijo: -A Gary no le está yendo muy bien en inglés, pero quiero decirles algo. Él lo va a lograr.
Creo en él. Hay algo en los ojos de Gary que me dice en lo profundo que hay esperanza.-
Los comentarios de Mark llevaron a tres tipos diferentes de reacciones en esas reuniones. Uno, yo
hacía como que no me importaba, pero por detrás de todo me fascinaban sus palabras porque yo
gritaba por obtener la aprobación de alguien. Dos, mi consejera le dijo a mis padres: -Que Gary
llegue a la universidad es soñar despierto. Con suerte terminará tercer año de secundaria, sin
terminar todo su ciclo.- Tres, mis padres quisieron guiarse por Mark ya que él parecía ser el único
en la academia que creía en mí.
Me alegra decir que Mark tenía razón. Sí me gradué de la secundaria, y luego continué y me
gradué en la misma universidad (Drake) que el Sr. Schwertley estudió. Obtuve tres diplomas y
enseñé en la secundaria que estaba en la facultad adjunta por cinco años. ¡Gracias Sr. Schwertley!
Hoy quiero reconocer que su fe en mí fue uno de los momentos más significativos de mi vida.
¿Cómo fue que este profesor que daba clases de inglés en primer año marcó una diferencia tan
notable en mi vida? Siguiendo la misma receta que Barb le ha dicho que use para edificar un
matrimonio grandioso: aliento.
Ella le recordó que debe ser rápido con las aprobaciones de su corazón, para enfocarse en las
áreas fuertes de su esposa y ser generoso en su aprecio. Me fascina la definición de aliento: “dar
valor; inspirar con valentía, espíritu o esperanza; animar.”
Usted está llamado a ser el alentador número uno de su esposa. Si no obtiene el estímulo de
usted, entonces ¿de dónde lo obtendrá? Piense en eso por un minuto. ¿Sus comentarios positivos
sobrepasan con ventaja sus comentarios neutrales o negativos? Esta pregunta directa puede ser la
medida de lo bien que usted está dándole al blanco o lo mal que está errando. Barb escribió que la
mayoría de las mujeres luchan con el desánimo continuamente. Sabemos que se les exige en sus
roles como mujer, esposa, hija, hermana, amiga, mamá, trabajadora, voluntaria, etc. Permita que
su voz sea la que resuena en sus oídos: “Sigue adelante. Puedes lograrlo. Eres valiosa. Eres la
mejor. Creo en ti. Te amo. Te necesito.”

Amando a su mejor amiga


Al comienzo de nuestro matrimonio, Barb y yo firmamos juntos el pago en cuotas de nuestra
primera casa. Tenía doscientos cuarenta metros cuadrados y no incluía vestíbulo. Tenía un baño
pequeño que se conectaba con las pequeñas habitaciones, las cuales a la vez se conectaban a la
cocina y la sala de estar. Nuestra casa era pequeña, pero nuestras esperanzas eran enormes. Ese
fue el lugar al cual llevamos a Sarah desde el hospital donde nació. Fue el lugar en que docenas
de chicos (no todos a la vez, por supuesto) de secundaria del grupo de jóvenes de nuestra iglesia
llenaron con sus risas. Fue el lugar donde fueron establecidos nuestros primeros recuerdos
maritales y donde se asentó el cimiento para construir un matrimonio grandioso.
La casa también fue el lugar desde el cual Barb y yo vimos a una pareja de setenta años terminar
bien. Cleve y Connie eran nuestros vecinos. Nosotros éramos jóvenes y ellos ancianos. Teníamos
una hija, ellos no tenían hijos. Teníamos nuestro futuro, ellos tenían sus recuerdos. Corríamos por
la vida, ellos caminaban lentamente. Pese a lo diferentes que eran las etapas de nuestras vidas,
vimos varias similitudes. Cleve y yo amábamos a nuestras esposas. Y Connie y Barb eran fieles a
sus esposos.
Barb y yo tuvimos el honor de ver a nuestros amigos terminar bien. Cuando Connie murió, Cleve la
siguió hacia el cielo en cuestión de días.
Esta querida pareja tuvo un profundo impacto en nuestro matrimonio. Barb y yo aprendimos al
mirarlos. Éramos como halcones. Observábamos cuando caminaban por la calle juntos, tomados
de la mano. Algunas veces los veíamos besarse en el frente de su casa. Las “Salidas de Cleve y
Connie” nos comunicaban un poderoso mensaje como pareja joven: una compañía de por vida es
la recompensa en sí misma. –Barb, terminemos igual que ellos- era mi típico comentario cuando
les veíamos mostrarse el amor mutuo. Algo que hacían a menudo y bien.
En las conferencias de FamilyLife, Barb y yo mostramos un video en el cual una mujer se vuelve a
su esposo y simplemente dice: -Quiero ser... vieja y estar junto a ti.- La gente se ríe a la vez que
llora, y no importa cuántas veces veo ese video, sonrío y se me humedecen los ojos. Así es como
quiero terminar con Barb. Siendo “viejo” y estando junto a ella.
Barb le animó en su capítulo referente a la amistad a entrar al mundo de su esposa, abrirse con
respecto a las cosas del día y a que sean los mejores amigos. Nada demasiado complicado
señores. Sólo implica el estar el uno con el otro y vivir la interdependencia que Dios diseñó para
usted. ¿Significa eso que usted debe actuar igual que sus amigas? No. Ella no quiere eso, y usted
tampoco. Por el contrario, significa que usted debe aportar su masculinidad (diseñada por Dios) a
la relación, suavizándola un poco. Implica que usted salga de sí mismo y no sólo se sintonice con
el mundo de su esposa, sino que también abra el suyo propio a ella. Significa expresarle amor a su
esposa al recordarle que ella se pone mejor y mejor cada día.
La clave para la compañía en el matrimonio es un compromiso, una seguridad y una integridad
firmes cual roca. Barb y yo lo vimos en Connie y Cleve. También lo vi en mis propios padres. Y al
final de la carrera, quiero que nuestros hijos digan que vieron eso en Barb y en mí.
El mejor matrimonio que jamás vi
Quiero finalizar mi parte en este libro contándoles acerca del mejor matrimonio que jamás
presencié. Fue el matrimonio de mis padres.
Mis padres se conocieron en un pequeño colegio privado de secundaria en Chicago en los años 30.
Salieron por varios años y se casaron en 1941. Papá fue al extranjero a servir en la Segunda
Guerra Mundial, y luego de regresar a casa, durante los siguientes trece años, tuvieron cuatro
hijos. Hubo muchas risas en el hogar de John y Audrey Rosberg, pero también hubo tiempos
dolorosos de enfermedad y dificultades financieras.
Aprendí sobre el matrimonio no sólo por lo que mis padres decían, sino también por lo que ellos
hicieron. Observé a mi padre honrar a mi madre sobre todos los demás. Observé a mi madre estar
junto a mi padre en las buenas y en las malas. Bebí del pozo de la seguridad y el compromiso
durante las luchas de nuestra familia con la polio, el cáncer, y los repentinos ataques cardíacos.
Los vi crecer en profundidad por medio de las pruebas de la vida. Vi a mi madre comenzar a tener
una relación personal con Jesucristo durante uno de los momentos más estresantes de su vida: la
pérdida del negocio de la familia. Tuve el gozo de llevar a mi padre a una relación personal con
Jesucristo durante la celebración de su cumpleaños número setenta y cinco. Los observé danzando
en la cocina sin música y vi cómo el corazón tierno de mi padre enjugaba las lágrimas de mi madre
desde el otro lado de la habitación con sólo mirarla. No los vi comenzar, pero los vi terminar. Y
como pareja terminaron firmes.
Estando en pie en una habitación de hospital el 3 de febrero de 1996, vi a mi madre dejar ir a los
brazos de nuestro Padre celestial a quien había sido su esposo por cincuenta y cuatro años.
Cuando papá abandonó la lucha con un tumor cerebral y una falla cardiaca, dejó ir su cuerpo y
recibió un nuevo cuerpo del Señor.
Unos veinte minutos antes de que papá entregara su último aliento, mamá y yo estábamos
tomando sus dos manos y orábamos por él. Entonces mi madre hizo algo que nunca olvidaré. Se
paró en forma erguida, y como si no estuviera hablando a nadie en particular sino a quien tuviera
oídos para oír, ella proclamó: -Gary, tu padre es un buen hombre. Es un hombre honesto. Y es un
hombre amoroso.- A lo cual yo le respondí junto a mis lágrimas que corrían por mis mejillas:
-Mamá, después de cincuenta y cuatro años de matrimonio, ¿qué más se podría pedir?-
Momentos después mi padre murió. El mejor hombre que yo jamás conocí estaba en casa con
Jesús. ¡Cómo anhelo verlo al otro lado!
Las palabras de Pablo a los Romanos resuenan en mis oídos al escribir estos últimos párrafos.
“Porque Cristo, cuando aún éramos débiles, a su tiempo murió por los impíos. Ciertamente, apenas
morirá alguno por un justo; con todo, pudiera ser que alguno osara morir por el bueno. Mas Dios
muestra su amor para con nosotros, en que siendo aún pecadores, Cristo murió por nosotros”
(Romanos 5:6-8).
Jesús murió por un buen hombre llamado John Rosberg. También murió por usted y por mí. Todo
lo que necesitamos hacer es recibir a Cristo. Las últimas palabras de mi madre para papá
confirmaron que era un buen hombre. Es verdad. Tal y como su esposa y sus hijos están
observando su propia historia, yo estaba allí, observando el matrimonio de mi padre y mi madre.
John Rosberg era un hombre bueno, y tuvo un matrimonio maravilloso. Eso, amigos, es lo que yo
busco para mi propia historia.
Oro para que usted se esfuerce en satisfacer las necesidades de amor de su esposa y procure un
matrimonio maravilloso.

1
Para que tenga más aliento y ayuda en cuanto a la identificación de las ocho áreas de peligro
para el hombre, le sugiero que lea mi libro Guard Your Heart (Sisters, Oreg.: Multnomah, 1994).
CAPÍTULO 12. Palabra final de Barb para las mujeres.

Recientemente, Gary y yo estábamos transmitiendo nuestro programa semanal de radio desde


lugares diferentes. Yo estaba en Des Moines en el estudio de WHO, y Gary estaba en Nebraska, en
una conferencia de Cumplidores de Promesas, entrevistando al entrenador Bill McCartney. Durante
la entrevista, el entrenador habló cándidamente del daño que había ocasionado en la vida de su
esposa. Su mayor remordimiento era no haberle permitido a Lyndi experimentar sus propios
sueños. A través de lágrimas que caían en forma intermitente, dijo que quería cambiar las cosas, y
que había tomado el compromiso intencional de hacer los sueños de ella realidad. El sentir del
corazón de este hombre fue expuesto delante del mundo entero.
Cuando la entrevista concluyó, Gary habló conmigo por la onda de radio y preguntó: -Barb, ¿qué
te parece lo que el entrenador acaba de decir?-
Emocionada por la entrevista, rápidamente le dije: -Estoy esperando que mi esposo me pregunte
cuáles son mis sueños.-
Su tierna voz respondió; -Bien Barb, ¿cuáles son algunos de tus sueños?-
No pude resistirme en decir, -Gary, cariño, creo que deberíamos tener otro bebé.- Escuché la
explosiva risa que le ocasionó mi broma a través de las ondas de radio. Gary se había caído de la
silla; mi esposo, a quien en general le gusta hablar, se había quedado sin habla.
Antes que Gary regresara a casa de ese evento, pensé seriamente acerca de cuáles eran mis
sueños. Por el resto de ese fin de semana pasaba tiempo contemplando a través de la ventana de
la cocina, preguntándome si mi meta de caminar junto a mi esposo, ayudándole a transformarse
en alguien efectivo en el ministerio había hecho que yo abandonara mis sueños. Pensé mucho en
eso, como estoy segura que usted misma lo habrá hecho también.
¿Mi conclusión? Pese a que no me avergüenza admitir que hay una tendencia ambiciosa dentro de
mí para impulsar mi vida e influencia al máximo, concluyo que mi mayor ambición es ser la mejor
esposa que puedo ser, haciendo todo lo posible para satisfacer las necesidades de amor de Gary y
procurar un matrimonio genial. Como tengo un esposo que está comprometido con la misma
meta, el sueño se ha hecho una realidad. Nuestro matrimonio no me ha apartado de mis sueños.
Ha sido la razón para ellos.
Muchas mujeres que lean estas páginas finales podrán decir la misma cosa. Su esposo y su
matrimonio les ha complementado en todo el sentido de la palabra.
Muchas mujeres, sin embargo, no pueden decir eso. El abismo entre usted y su esposo parece ser
demasiado ancho como para edificar un puente. Sentimientos heridos, palabras dañinas, recuerdos
dolorosos, y meses de desatención la han dejado sintiéndose no solo como si la emoción se
hubiera esfumado, sino que también la esperanza se ha ido.
Lo que usted enfrenta es algo que yo llamo “la prueba.” Conozco pocos matrimonios que no hayan
pasado por “la prueba.”
Como toda pareja matrimonial, Gary y yo hemos tenido nuestra cuota de altibajos normales:
enfermedad, graduación, nuevos niños, momentos en los que ignoramos las necesidades del otro
cónyuge. Pero a través de todo hemos estado comprometidos a enfrentar estos altibajos juntos,
como un equipo. Con la ayuda de Dios hemos navegado por aguas peligrosas y hemos resistido
muchas pruebas. Y a través de cada una hemos pasado hacia el otro lado con mayor
determinación, devoción, y un amor más profundo, porque sobrellevamos este efímero viaje
juntos. Pero ninguna de ellas llegó a ser lo que llamo “la prueba.”
Hasta que al final nos llegó. La prueba que nos podría haber aniquilado.
Poco después de morir el padre de Gary, sentimos como si la vida chocara contra nosotros tal y
como aquel iceberg golpeó al Titanic. Gary luchaba con su tremenda tristeza y pérdida. Las
presiones de las demandas ministeriales le retrasaron para que se tomara tiempo de lidiar con
algunos pasos del proceso del sufrimiento. Con el tiempo se hacía dolorosamente evidente que
Gary estaba en una depresión. Debido a que éramos un equipo comprometido, sin embargo, me
enfrenté a esta prueba no como alguien que la miraba de cerca, sino como una activa
participante. La misma estropeó nuestras almas y luego resultó ser una amenaza para nuestros
expuestos corazones. Por momentos sangramos por este ataque, estando vulnerables por el
mucho trabajo y la sequedad emocional.
“La prueba” de nuestro matrimonio había llegado.
Algunos días fui a trabajar con Gary, y otros días él decidía quedarse en casa. Durante esas negras
horas, cancelé todo lo que tenía en mi calendario, sólo para sentarme y estar con él, abrazándolo,
mientras él procesaba su tristeza. Ninguno de los dos podía comprender qué estaba pasando.
Algunas veces el vivir un día a la vez parecía demasiado. Nos reducíamos a vivir cinco minutos a la
vez.
Tal como usted, yo soy una mujer a quien le gusta la vida que tiene una apariencia de seguridad,
así que, para decir lo mínimo, yo estaba asustada. Esta debilitante depresión dejó a nuestra familia
noqueada de golpe, y me sentí absolutamente indefensa. Pero necesitaba algo de control.
Públicamente incrementé mis responsabilidades en nuestros negocios y ministerio para compensar
la ausencia de Gary. En privado lloraba por la angustia y la convulsión por la que Gary estaba
atravesando. Nuestro hogar siempre había estado empapado de amor, lleno de calidez y risas.
Durante la depresión de Gary, todavía teníamos nuestra cuota de momentos más aliviados, pero
en general cada día parecía ser más de lo que yo podía resistir. Estaba caminando sobre mi propia
cuerda floja. Para ser honesta, a veces me sentía como si estuviese muriendo y cayendo en picada
hacia el infierno privado de él, y precisamente junto a él.
Una mañana temprano, yo estaba llorando sin controlarme en la oración. Los recuerdos de nuestra
casa llena de amor me sobrevenían. Sólo podía pensar en querer volver en el tiempo a como las
cosas habían sido siempre. Un hogar en el cual los brazos amorosos de Gary habían siempre
servido para consolar y confortar. Un hogar en el cual mis lágrimas eran enjugadas por su pañuelo
blanco. –¡Oh Dios, llévame a casa!- sollozaba. Los recuerdos de mi niñez, del consuelo de mi
madre inundaban mi mente, así como también las memorias de cuando me arrastraba para subir
al regazo de papá, donde encontraba el refugio de la protección masculina. Cómo anhelaba el
hombro de mi padre, sobre el cual podría enterrar mi cabeza y llorar. En mi agonía privada
supliqué: -Por favor, Dios, fortalece a mi esposo.- Estaba exhausta de pelear la batalla con él. Me
sentía quebrantada y molida. Fue en ese momento que el inescrutable amor de Dios me abrazó. Él
fue mi compañero en el medio de mi batalla. Entendí a Dios como si él me dijera: -Permíteme ser
tu esposo, y enjugaré tus lágrimas. Permíteme ser como una madre y te consolaré. Ven, siéntate
sobre mi regazo, y seré un padre para ti.-
En la privacidad de mi comedor, estando arrodillada en nuestra alfombra azul, Dios se reunió
conmigo y me condujo, tal y como un pastor gentil lleva a la oveja quebrada y herida. En esa hora
transferí mis necesidades a Aquel que lleva todas mis cargas. Mateo 11:28-29 nos recuerda
claramente: “Venid a mí todos los que estáis trabajados y cargados, y yo os haré descansar. Llevad
mi yugo sobre vosotros, y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón; y hallaréis
descanso para vuestras almas.”
Por alguna razón, a medida que Dios continuaba purgando el dolor de Gary, sentí una
inconfundible pasión y un amor más profundo por Dios. A Gary le demandó mucho valor que
caminara por el valle de sombras de muerte, pero si existe alguna dimensión superior del gozo de
enfrentar esta batalla, la misma consiste en que pasamos por esta prueba juntos.
Atravesar esta prueba fue difícil para nosotros. Pero nuestra experiencia en la misma nos da un
cimiento firme para atravesar cualquier otra que Dios permita que enfrentemos. Tenemos
esperanza porque se nos recuerda lo siguiente: “Y no sólo esto, sino que también nos gloriamos
en las tribulaciones, sabiendo que la tribulación produce paciencia; y la paciencia, prueba; y la
prueba, esperanza; y la esperanza no avergüenza; porque el amor de Dios ha sido derramado en
nuestros corazones por el Espíritu Santo que nos fue dado” (Romanos 5:3-5).
Mi perspectiva con respecto a las pruebas ha cambiado. Ya no tengo tanto temor de enfrentarlas
porque sé que en realidad producen algo bueno en mi vida. Las personas continuamente nos
preguntan de dónde obtenemos nuestro gozo. Si usted no nos conociera bien, probablemente
pensaría que no tenemos ninguna carga que sobrellevar. Bueno, ahora ya sabe que sí. Así como
usted, nosotros tenemos cargas. ¡Pero también tenemos mucho gozo! Si usted ve paz, vida, y
gozo es debido a que, al igual que usted, tenemos un Padre celestial que provee un refugio en las
tormentas, un cielo tan firme y seguro que ningún poder de la tierra puede conquistar.
Ya sea mi matrimonio o el suyo, los matrimonios maravillosos son a menudo forjados por medio
de pruebas. En alguna etapa particular de su matrimonio, su vida puede quedar fuera de control.
Sin embargo, Santiago 1:2-4 nos dice, “Hermanos míos, tened por sumo gozo cuando os halléis en
diversas pruebas, sabiendo que la prueba de vuestra fe produce paciencia. Mas tenga la paciencia
su obra completa, para que seáis perfectos y cabales, sin que os falte cosa alguna” (Santiago 1:2-
4).
Así que no mire a las pruebas como sus enemigas. A medida que las atraviesa de la mano con su
esposo, esfuércese por satisfacer sus cinco principales necesidades de amor, para que puedan
tener un matrimonio genial.
¿Pero qué diremos de los tiempos normales de nuestro matrimonio? Si su matrimonio está libre de
pruebas mayúsculas en este punto de su vida, ¿cómo puede obrar para preparar su relación de
manera que resista la irritación más pequeña o “la prueba” que puede venir en algún momento
futuro? He leído las palabras de Gary, y realmente ha sido un buen entrenador para usted (y para
mí). Pero permítame agregar mis propias reflexiones para cada una de las cinco principales
necesidades de amor de su esposo.

Ámelo incondicionalmente
En el corazón de todo hombre, existe el anhelo de ser amado incondicionalmente.
Desafortunadamente, hemos sido educados en una cultura que está más preocupada por la
imagen que por la autenticidad. Incluso la más pequeña debilidad en los primeros años de un
hombre puede haber condicionado involuntariamente a su marido a colocarse una máscara. Y
como el fantasma del Fantasma de la Ópera, puede que aún tenga una porción de su máscara
adherida para cubrir cicatrices y viejas heridas que nunca fueron sanadas por completo. La
máscara más común para la mayoría de los hombres es usada para ocultar el temor, el temor de
fallarle a usted.
Un rol esencial que usted juega para su esposo es ayudarle a quitarse esa máscara. Dios le ha
dotado generosamente con la habilidad natural de ser gentil y amorosa. Demuestre estas
cualidades siendo transparente con sus propias debilidades, para mostrarle a él cómo quitarse la
máscara que puede estar allí desde hace años. A las generaciones pasadas no se les enseñó a ser
completamente transparentes en sus hogares. Si su esposo está actuando como si nada malo le
hubiera pasado nunca, está cantando la vieja y familiar melodía del Fantasma.
Todos pasamos por diferentes niveles de dolor, heridas, y dificultades. Y a medida que usted
transita esas rutas problemáticas, hágale sentirse cómodo al ser auténtico, sin ninguna máscara.
Hágale sentirse muy bien, cosa que no sienta deseo de colocársela nuevamente.
¿Cómo? Cuatro sugerencias:
1. Sea su “admiradora.” La perspectiva que usted tiene de la vida cuenta. Determina cuán
seguro su esposo se sentirá al abrirse. Si usted es tierna y compasiva, su esposo se sentirá
seguro de hablar sobre lo que sucede dentro de él. La vida puede que lo lastime, y los
desengaños pueden quebrantarlo, a menos que sienta el apoyo total por parte suya. Él no
necesita una mujer que le diga que sí a todo, no necesita una sonrisa falsa,
independientemente de la situación. Pero cuando él sabe que usted habrá de alentarlo en los
tiempos buenos así como en los malos, la emoción que usted le brinde puede ser exactamente
la energía que necesita para esforzarse.
2. Sea cariñosa. Dele a su esposo toneladas de momentos de ternura antes que comience la
batalla de su día. Envuélvalo en sus brazos cuando aún están en la cama. Hágalo sentirse
seguro cuando lo abraza. Es raro que un esposo no anhele esos momentos con su esposa.
3. Lea su estado de ánimo. Los esposos tienen diferentes humores, así como las esposas, pero
la masculinidad de su esposo le sirve para mantener esos estados de ánimo escondidos. Gary
es un hombre feliz. Cuando sale para la oficina en la mañana, está tranquilo y es abierto.
Pocas horas después, sin embargo, le veo en la oficina y me siento a veces retraída cuando
veo que su humor a menudo cambia de positivo a preocupado y estresado. Siempre me olvido
que se ha colocado sus implementos de batalla para entrar en su zona de guerra, no porque
su oficina sea un lugar incómodo, sino porque el mundo laboral suyo está lleno de estrés.
Estudie a su esposo, conózcalo, y asegúrese que nunca usará su estado de ánimo como un
arma contra él. Cuando él se dé cuenta que usted se está esforzando por amarlo
incondicionalmente en sus cambios de humor, podrá relajarse y regresar a ser el hombre que
veía en la mañana.
4. Habilidad para escoger el momento lo es todo . Gary, así como su esposo, enfrenta
momentos de estrés en su trabajo. Itinerarios muy cargados, fechas límite, presiones
financieras, así como también las cosas de rutina. Si un colega no es sensible a la carga
pesada que él está manejando y lo presiona para que lleve aún más, incluso el Sr. Equilibrado
no lo resistiría. Como esposa, necesita ser sensible a la carga que su marido está llevando, así
como usted necesita que él considere su propia carga. Sintonícese a él. No cometa el error de
ser negligente en cuanto a entender las luchas por las que él pasa. Usted no querría colocar
sobre él, aunque sea sin intención, algo que pueda agregarle peso al mundo que él siente que
ya está cargando.
Es un asunto de escoger el momento. No significa que usted deba evitar ciertos temas con su
esposo cuando él regresa a casa del trabajo; simplemente significa que retendrá algunos
hasta después que haya comido y haya tenido oportunidad de sentirse aliviado. Ahí estará
más abierto para escucharle, y podrá decirle que la cuenta del banco está sin fondos, que tuvo
un problema con el automóvil, o que su hijo adolescente pasó otra tarde en la oficina del
director del colegio.

Satisfaga su necesidad sexual


Lo sorprendente de que la necesidad sexual haya sido colocada en segundo lugar es sobrepasada
sólo por el hecho de que no haya sido puesta en tercer, cuarto y quinto lugar también.
Esta necesidad enfatiza las diferencias entre los hombres y las mujeres, casi al punto de la
exasperación. Gary está en lo correcto cuando dice que los hombres deletrean intimidad como S-
E-X-O y las mujeres como H-A-B-L-A-R.
Usted puede ayudar a acercar esas diferencias comunicando que su seguridad para expresar su
sexualidad está basada en la forma en que él la trata fuera del dormitorio. Si su esposo está
interesado en tener intimidad sexual con usted en la noche, necesita comenzar por sintonizarse
con su mente y emociones cuando se levanta en la mañana. Los hombres necesitan escuchar que
tener una relación sexual fabulosa, es el fruto de la totalidad de la relación matrimonial (cómo la
trata en las demás habitaciones de la casa). Es la atmósfera del matrimonio lo que la estimula o la
enfría en relación con su esposo.
No se olvide que la mayoría de los hombres piensan que una gran parte de su masculinidad está
en su sexualidad. El hombre normal anhela que su esposa se abra a sus avances y que le
responda en una forma positiva. De otra forma, si hay un rechazo continuo con el transcurso del
tiempo, puede que él le cierre su espíritu. Para ser honesta, la mayoría de nosotras las mujeres no
tenemos idea de lo vulnerables que son nuestros esposos en los temas sexuales. Yo sí sé, sin
embargo, que cuando le respondo a mi esposo y disfruto su sexualidad, le ayudo a incrementar
sus sentimientos de seguridad masculina. Tener una buena vida sexual a menudo le traerá gozo
en todas las áreas de su vida. Lo contrario también es cierto. Una vida sexual frustrante que no
logra entender el ritmo de él, es una invitación al diablo para tentar a su esposo más allá de lo que
puede soportar.
La mayoría de los hombres anhelan darle placer a su esposa, especialmente a medida que
envejecen. Puede que su esposo no le diga esto, pero es un hecho bien documentado. Si usted
resiste los avances sexuales de su esposo, no sólo saldrá perdiendo, sino que esta actitud puede
lograr que él se cierre.
Pregúntele a Dios: -¿Qué es lo que está obstaculizando que tengamos una vida sexual saludable?-
Él se lo mostrará con amabilidad. Puede que sea una actitud resentida. O puede haber temas más
profundos que deben ser resueltos: un comportamiento sexual pasado, adulterio, aborto, o abuso
sexual. Los hombres y las mujeres que han enfrentado estos problemas pueden testificar sobre el
serio impacto que tienen en la capacidad de la persona de disfrutar una relación sexual saludable.
Si esto no es atendido, estos temas pueden robar el gozo de la intimidad de su corazón. Si usted
ha sido herida y lastimada por alguien, entonces llévelo a su Padre celestial en oración. Él es un
Consejero maravilloso que anhela que usted corra a sus brazos, para sentir tranquilidad frente a
todos esos temores y sentimientos de culpa.
Haga lo que deba hacer para lidiar con el dolor, y pídale a Dios que le permita tener un nuevo
comienzo en el área sexual con su esposo. Si usted ha sufrido abuso, puede encontrar ayuda en el
libro de Dan Allender, The Wounded Heart y en el libro de Diane Langberg, On the Threshold of
Hope.1 Lea estos libros con un marcador a mano, e identifique las áreas que se relacionan con su
situación. Luego dele el libro a su esposo, y pídale que lea lo que ha subrayado. Ayúdelo a
entender lo que usted está pasando. No lo haga sola.
La parte más importante de la relación con su esposo es la actitud de su corazón hacia él. Si existe
aunque sea una huella de cosas que no estén resueltas: ira, resentimiento, rencor, o duda, se
manifestará en su relación sexual. Su actitud afecta su habilidad de abrirse, confiar, y estar
interesada genuinamente en su esposo. El hecho es que, si usted no está relajada y muestra
interés en él, de cualquier forma él se dará cuenta que algo anda mal.
¿Acaso hay ira o resentimiento que están construyendo una pared entre usted y su esposo?
Confiéselo, confíe en él, y deje ese sentimiento a un lado.

Otros consejos:
 Nunca se vaya a acostar enojada. La ira le roba la intimidad. Si existe una tensión no
resuelta en su relación, generalmente se manifestará en el dormitorio.
 Dele a su esposo consejos (fuera del dormitorio) sobre cosas que podrían ser modificadas
en el mismo: interludios más prolongados con él, cosas que a usted le gustan, y cosas que
preferiría cambiar.
 Confiese cualquier actitud que esté creciendo dentro de usted y robándole el gozo que tiene
con su esposo. Antes de que dos corazones puedan tocarse, los mismos deben estar abiertos y
limpios.
 Enfrente la oscuridad. Más y más mujeres creen que a sus esposos les gusta la pornografía.
Esto debe llegar a su fin. Los hombres llevan esta oscuridad a sus camas. Ellos deben ver el
valor de mantener el lecho matrimonial puro.
 Ore por su vida sexual. El invitar al creador del sexo a que esté en esa área del matrimonio
es asombroso. Qué manera tan maravillosa de disfrutar plenamente de su esposo.

Disfrute de su mejor amigo


Cuando usted tiene un secreto para compartir, una carga que quitarse de encima, o un triunfo
especial, ¿en general se lo cuenta a un conocido o a su mejor amigo? Yo le cuento a mi mejor
amigo: Gary.
El gozo se experimenta a plenitud en el matrimonio cuando usted le quita el cerrojo a la puerta
que hay entre dos corazones. La verdadera amistad con su esposo satisfará su corazón y le dará
esperanza para que compartan la intimidad.
Recuerde que usted y su esposo ven la amistad en forma diferente. Usted probablemente valora la
intimidad emocional en una amistad. Su esposo necesita que usted tenga una expectativa real de
lo que la amistad puede ser. Pero sea cuidadosa. Sin quererlo puede que lo estemos buscando
para satisfacer todas nuestras necesidades emocionales, y eso puede hacerlo sentirse sofocado. Él
no está hecho para satisfacer todas sus necesidades de amistad. Usted aún necesita sus amigas
también. Pero esté más cerca de él, y construya el cimiento de la amistad. Recuerde, es difícil para
un hombre abrirse. Él teme parecer estar fuera de lugar y no quiere quedar mal delante de usted.
Esté consciente de que él no necesita el perfeccionismo de parte suya. Él necesita una red de
seguridad que le permita ser él mismo y saber que usted le amará profundamente, pase lo que
pase.
Satisfaga las necesidades de amistad de su esposo al unirse a las actividades que están
relacionadas con su trabajo y a su recreación. Puede que le encante cazar, pescar, el golf, correr,
o ir a los juegos de pelota. A él le gusta cuando usted se interesa en su mundo. ¿Acaso no tiene
sentido eso? Gary y yo hemos aprendido a involucrarnos cada uno en los variados intereses del
otro. Yo me he unido a él y esquiamos montaña abajo, también buceamos y nadamos con manta
rayas. Incluso estamos planeando nadar con delfines en un futuro cercano. Cuando estoy cerca de
Gary, trato de hacer cosas que nunca escogería por mi cuenta, pero las hago sencillamente porque
es muy divertido para nosotros. ¿Qué podría hacer usted para entrar al mundo de su esposo y
desarrollar su amistad?

Anímelo
Gary compartió en el capítulo 1 que varios años atrás perdimos la mitad de nuestros ingresos
luego de una llamada telefónica. Mi oportunidad de animar a mi esposo fue puesta a prueba. A
medida que él me contaba la historia, escuché los detalles. Cuando terminó, todo lo que podía
pensar era: Vaya, él tiene integridad. ¡Me fascina!
Cuando pienso que estoy casada con un hombre íntegro, me siento muy enriquecida como mujer.
Yo prefiero esa valiosa característica de mi esposo por sobre cualquier cosa que el dinero pudiera
comprar. Todo lo que sabía era que Dios siempre había cuidado de nosotros y que seguiría
proveyendo para el futuro. La obediencia de Gary era mi seguridad. Pese a las implicaciones
espirituales de nuestra necesidad financiera, Gary aún necesitaba mi apoyo y yo creía en él. ¡Y le
aseguro que lo obtuvo!
Sus palabras significan mucho para su esposo cuando él atraviesa tiempos de incertidumbre.
Frecuentemente recuérdele a su esposo que pase lo que pase, usted estará junto a él. Él nunca se
cansará de escuchar elogios por parte suya. Dígale cosas que lo animen, tales como: -Estoy
orgullosa de ti.- -Estoy tan feliz de haberme casado contigo.- -Veo a Dios obrando a través tuyo.-
-Admiro tu (nombre una virtud).- Muéstrele lo mucho que lo ama, no por lo que gana, sino por su
carácter y presencia en la vida suya.

Edifique la intimidad espiritual


Anhelo ser amada y conducida con ternura a la Cruz por mi esposo. Pero, al igual que usted,
algunas veces me resisto a ese liderazgo y quiero controlar mi vida. Cuando escojo liderar en vez
de seguir, estoy eligiendo algo de segunda categoría. Pierdo el equilibrio, como si fuera una
lavadora sobrecargada, y le traigo tensión a nuestro matrimonio.
Quiero vivir mi vida con Dios como mi principal prioridad. Dios debería siempre ser mi Padre, mi
Esposo y mi Mejor Amigo. ¿Por qué? Porque sé que sólo él puede satisfacer algunas de mis
necesidades más grandes. Dios creó esas necesidades, y sólo un Dios perfecto puede satisfacerlas.
Cuando experimento el amor incondicional de Dios, me llena hasta desbordar. ¿Y quién es el que
más se beneficia además de mí? Gary.
No cometa el error de hacer que su esposo se siente en el trono en el cual sólo Dios debería estar.
Continúe aprendiendo el secreto de vivir la vida con un auditorio de Una persona.
Si su esposo está luchando en alguna área, ore por él, hable con él si se abre a eso, y luego
permita que Dios obre en su corazón. Dios gradualmente abrirá sus ojos espirituales, a medida
que usted obedezca el mandamiento espiritual de ganarlo con un “espíritu afable y apacible” (1
Pedro 3:4). Usted cumple un papel fundamental en lo respecta al desempeño de su esposo
guiando a su familia en la dirección correcta. Pero usted no podrá hacerlo con un bate en la mano.
Tiene que permitirle a Dios hacerlo a Su tiempo.

Los cuatro poderes


Satisfacer todas las necesidades de amor de su esposo también implica no intentar hacerlo en su
propia fuerza. No se puede. He descubierto cuatro cosas que puedo hacer para asegurarme que
sea el poder de Dios que haga la obra, y no el mío propio. Llamo a estas cosas los cuatro poderes.
No son cosas completamente diferentes de lo que haya escuchado antes, pero funcionan.
Tiempo personal y diario leyendo la Biblia. Me fascina La Biblia en Un Año. La misma provee
lecturas diarias del Antiguo y Nuevo Testamento, Salmos y Proverbios. Encuentre un lugar donde
pueda ir y esconderse de todo para pasar tiempo con Dios y su Palabra. Luego aplique lo que las
Escrituras le enseñan respondiendo a su esposo en una forma piadosa.
Oración. No deje pasar un día sin orar. Yo invoco al Señor en mis pensamientos (y a veces en voz
alta) muchas veces durante el día. Si realmente quiere satisfacer las necesidades de amor de su
esposo y tener un matrimonio grandioso, entonces usted debe humillarse e ir hacia la infinita
sabiduría del Dios poderoso. Comience cada oración con palabras de gratitud y alabanza por lo
que él ha hecho en su vida.
Comparta con una amiga. Cuando estoy pasando por aguas profundas, me apresuro a llamar a
mis compañeras de oración. Julie Pigneri y Pat Homertz me responden con la misma rapidez, ya
sea personalmente o por teléfono. Este compañerismo con otras mujeres con un corazón
semejante al mío realmente es efectivo.
Provisiones del pasado por parte de Dios. Cuando el desánimo la apuñale en la oscuridad,
agradézcale a Dios por cómo él ha obrado en el pasado. Ni usted ni yo sabemos qué nos depara el
futuro, pero sabemos que hay Alguien que sí sabe. Él promete que nunca nos dejará ni nos
desamparará. Y recuerde, él es el mejor cumplidor de promesas.

Mis padres me enseñaron muchísimo en cuanto a lo que es tener sed de Dios. Jack y Colleen
Bedford me proveyeron un hogar que crecía en amor familiar, y estoy muy agradecida por eso. Su
compromiso matrimonial de treinta y nueve años estableció mi cimiento y solidificó mi creencia en
la seguridad y permanencia del matrimonio. Desde que yo era una niña, mi querida madre oraba
por el hombre con quien yo me casaría. Esas oraciones contribuyeron a hacer de Gary el hombre
maravilloso que es hoy día.
Mi padre, un ex miembro del cuerpo de marinos, siempre se aseguró que nuestra casa estuviera
como si fuese un barco de la marina. Estableció reglas duras para asegurarse que su hija fuera
honrada. Nunca olvidaré el día cuando llevé a Gary a que conociera a mis padres; yo tenía
diecinueve años. Le dije a mi padre que iba a ir a la iglesia sola aquella tarde. Él estaba caminando
por la sala de estar cuando escuchó eso, y mi proclamación de independencia le hizo detenerse ahí
mismo.
Miró a Gary y dijo: -Ninguna hija mía va a la iglesia sola.- Sin tener dónde esconderse, Gary se
ofreció no de muy buena gana. Ese era el último lugar al cual él quería ir. Papá hizo que Gary
fuera a la iglesia, y Dios hizo el resto. Esa noche observé y escuché cómo Gary supo por primera
vez del amor incondicional de nuestro Padre celestial. La mayoría de las personas se asustaban del
lado duro de mi papá, pero yo podía ver más allá, podía ver su maravilloso y tierno corazón. Él
todavía es uno de mis héroes.
Un matrimonio maravilloso no es un sueño; es una elección. El satisfacer las necesidades de amor
de su esposo no es una opción; es un deber. Es decidir juntos que a partir de este día, su relación
habrá de cambiar. Es decidir satisfacer estas cinco necesidades de amor principales e ir más allá
de éstas, hasta completar la lista. Pero por sobre todo, un matrimonio maravilloso consiste en un
comprometido equipo de tres personas. Cuando usted y su esposo conocen a Dios y le colocan en
primer lugar en todo lo que hacen, él promete bendecir su matrimonio.
Gary y yo nos esforzaremos por satisfacer nuestras necesidades mutuas de amor, y procuraremos
tener un matrimonio maravilloso, y a medida que lo hacemos, oro por verle a usted junto a
nosotros, procurando lo mismo para el suyo.
1
Dan B. Allender, The Wounded Heart: Hope for Adult Victims of Childhood Sexual Abuse
(Colorado Springs, Colo.: NavPress, 1990); y Diane Mandt Langberg, On the Threshold of Hope:
Opening the Door to Hope and Healing for Survivors of Sexual Abuse (Wheaton, Ill.: Tyndale,
1999).

APÉNDICE

Los resultados aquí mostrados representan la información categórica que surgió de nuestra
encuesta a 700 parejas en 8 ciudades. A cada esposo y esposa le dimos una lista con 20
necesidades y les pedimos que las ordenaran de acuerdo a su importancia.

Necesidades de los esposos


1. Amor y aceptación incondicional
2. Intimidad sexual
3. Compañerismo
4. Aliento y afirmación
5. Intimidad espiritual
6. Confianza
7. Honestidad y franqueza
8. Comunicación e intimidad emocional
9. Relaciones familiares
10. Ser deseado
11. Apoyo en la profesión
12. Proveer y proteger
13. Tiempo personal
14. Compresión y empatía
15. Admiración
16. Seguridad y estabilidad
17. Importancia
18. Romance
19. Apoyo en actividades domésticas
20. Contacto físico no sexual

Necesidades de las esposas


1. Amor y aceptación incondicional
2. Comunicación e intimidad emocional
3. Intimidad espiritual
4. Aliento y afirmación
5. Compañerismo
6. Relaciones familiares
7. Honestidad y franqueza
8. Contacto físico no sexual
9. Seguridad y estabilidad
10. Romance
11. Confianza
12. Comprensión y empatía
13. Intimidad sexual
14. Tiempo personal
15. Ser deseada
16. Apoyo en actividades domésticas
17. Proveer y proteger
18. Importancia
19. Admiración
20. Apoyo en la profesión

Sobre los autores

El Dr. Gary Rosberg y su esposa Barbara son America’s Family Coaches (Entrenadores de la
familia estadounidense); ellos preparan y animan a las familias estadounidenses a vivir la vida en
buena forma y terminarla en buena forma también. Habiendo estado casados por más de
veinticinco años, Gary y Barbara tienen un mensaje único para las parejas. Han conducido
conferencias sobre la familia y las relaciones interpersonales en más de cien ciudades de Estados
Unidos. Están en los equipos nacionales de predicadores para las conferencias matrimoniales de
FamilyLife, y para los eventos para parejas de FamilyLife llamados “I Still Do (Todavía lo digo:
Acepto.)” Gary también ha hablado a miles de hombres en los eventos de Cumplidores de
Promesas y a padres y adolescentes en las conferencias denominadas “Life on the Edge Tour” del
ministerio Focus on the Family (Enfoque a la familia).
Juntos, Gary y Barbara llevan a delante un programa radial diario, transmitido a nivel nacional que
se llama America’s Family Coaches LIVE. Este programa con llamadas en vivo, es escuchado en
ciudades de todo el país, donde se atiende a radioescuchas que llaman para preguntar sobre
variados temas familiares. Gary y Barbara también son anfitriones de un programa radial los
sábados, en la premiada Radio WHO.
Gary, quien obtuvo su Ed. D. en la Universidad Drake, ha sido consejero matrimonial y familiar por
más de quince años. Ha escrito dos best sellers: Dr. Rosberg’s Do-It-Yourself Relationship Mender
(Tyndale y Focus on the Family), que trata sobre el tema de acortar el distanciamiento creado por
el conflicto en las relaciones interpersonales, y Guard Your Heart (Multnomah), que ayuda a los
hombres a resistir firmes en medio de las tentaciones. Gary es entrenador en CrossTrainers, un
grupo de rendición de cuentas y estudio bíblico para hombres que tiene más de seiscientos
miembros.
Barbara se unió a Gary al escribir un capítulo especial para Guard Your Heart y al escribir un
estudio titulado Improving Communication in Your Marriage (Group Publishing) para la serie de
estudios para parejas de FamilyLife’s HomeBuilders. Además de hablar a familias, Barbara instruye
y anima a las mujeres por medio de A Woman’s Legacy, una serie que enfatiza el increíble valor de
la mujer.
El matrimonio Rosberg vive en West Des Moines, Iowa, y son padres de dos hijas: Missy,
universitaria que estudia comunicaciones, y Sarah, quien vive en West Des Moines con su esposo,
Scott.

Para más información sobre los ministerios de America’s Family Coaches, contacte:
America’s Family Coaches
2540 106th Street, Suite 101
Des Moines, Iowa 50322
1-888-ROSBERG
www.americasfamilycoaches.com

Tapa

Las 5 necesidades de amor de los Hombres y las Mujeres

America’s Family Coaches (Entrenadores de la familia estadounidense) comparten este nuevo


estudio que puede sorprenderle y cambiar la forma en la que usted vive su matrimonio.

Dr. Gary Rosberg y Barbara Rosberg

Lomo

Las 5 necesidades de amor de los Hombres y las Mujeres


Rosberg
Tyndale

Contratapa

“Entrenadores de la Familia Estadounidense”


Dr. Gary Rosberg y Barbara Rosberg

El Dr. Gary Rosberg habla a las esposas sobre


- Las cinco necesidades principales de un esposo
- El secreto de la sexualidad del hombre
- La necesidad del esposo de amor incondicional

Barbara Rosberg habla a los esposos sobre


- Cómo las esposas deletrean INTIMIDAD
- Cómo salvaguardar su matrimonio
- Qué significa cuando una mujer crea distancia

“Cada vez que escuché a Gary hablar, mi corazón fue tocado. El suyo también lo será si lee este
libro.”
Max Lucado, autor de God Came Near

“Con un claro entendimiento de las realidades de la vida matrimonial, juntamente con una
cuidadosa exposición de la Biblia, Gary y Barbara Rosberg exponen las necesidades de los esposos
y las esposas, para que las parejas puedan disfrutar las alturas del matrimonio y evitar los pozos
de la infidelidad marital.”
Dr. Tony Evans, autor de Who Is This King of Glory?
“Los Rosberg exponen y explican necesidades, a menudo son inexpresables, que hay en el corazón
de los esposos y las esposas.”
Michael Medved, anfitrión de un programa nacional de entrevistas radiales y columnista de USA
Today, y Dr. Diane Medved, autora de The Case Against Divorce

“Personalmente, no sólo he prestado atención a este revelador libro de Gary y Barb, sino a sus
propias vidas también. Y créanme, ellos saben lo que están diciendo.”
Patsy Clairmont, conferencista de Women of Faith y autora de I Love Being a Woman y Stardust
on My Pillow

Lengüeta de la Tapa

Basados en resultados sorprendentes de una investigación a nivel nacional sobre las necesidades
de las parejas en el matrimonio, Las 5 necesidades de amor de los Hombres y las Mujeres
explora algunos de los mitos sobre el matrimonio. Conduce a esposos y esposas a un nivel más
profundo de entendimiento mutuo y provee pasos prácticos para desarrollar un matrimonio
genuino y maravilloso.

Lea lo que otros han dicho acerca de los Rosberg y Las 5 necesidades de amor de los
Hombres y las Mujeres:

“Este libro tiene el poder de impactar radicalmente su relación... provee una guía excelente para
entender al amor de su vida.” Dr. Gary Smalley, autor de Secrets to Lasting Love

“Cuando pienso en un gran compañerismo, pienso en Gary y Barb Rosberg. He conocido y


observado a estos dos siervos increíbles amar, bendecir y animar a cientos de hombres y mujeres
con el correr de los años, comenzando con sus propias hijas.” Dr. John Trent, autor de Choosing
to Live the Blessing

“Este libro está lleno de sugerencias bien específicas y herramientas para esposos y esposas. Gary
y Barb escriben honestamente respecto a las necesidades que todos tenemos en nuestro
matrimonio.”
Dr. Stu Weber, autor de Tender Warrior

“Toda pareja que quiera que su matrimonio sea todo lo que Dios espera que sea, tiene la
obligación de leer este libro.” Dr. Dennis Rainey, autor de Moments Together for Couples

Lengüeta de Contratapa

El Dr. Gary Rosberg y su esposa Barbara, quienes han estado casados por veinticinco años,
son America’s Family Coaches (Entrenadores de la Familia Estadounidense). Juntos, Gary y
Barbara son los anfitriones de tres programas radiales, incluyendo America’s Family Coaches LIVE,
un programa diario a nivel nacional. Los Rosberg también son parte de los equipos nacionales para
conferencias matrimoniales de FamiliLife y eventos para parejas llamados “I Still Do (Todavía lo
digo: Acepto)”. Gary también habla en eventos masivos de los Cumplidores de Promesas y “Life on
the Edge” de Focus on the Family.
Gary, quien obtuvo su Ed.D. en la Universidad de Drake, ha sido consejero matrimonial y familiar
por más de quince años. Ha escrito dos best-sellers: Dr. Rosberg’s Do-It-Yourself Relationship
Mender y Guard Your Heart. También supervisa CrossTrainers, un estudio bíblico y de rendición de
cuentas para un grupo de más de seiscientos hombres.
Barbara ha sido coautora (con Gary) de un estudio bíblico para vida familiar y de edificación de
hogares titulado Improving Communication in Your Marriage. Barbara supervisa y anima a las
mujeres por medio de
A Woman’s Legacy, una serie que enfatiza el increíble valor y la dignidad de ser mujer.
Los Rosberg viven en West Des Moines, Iowa, y son los padres de dos hijas adultas.

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