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La Revolución Inglesa y francesa marcan una gran diferencia en la historia, especialmente en la época

moderna, donde esta serie de cambios (especialmente sociales) marcan prácticamente el final de la
Edad Moderna.

En el presente trabajo describiré primero cada una de las revoluciones, agregando a su final una
pequeña conclusión personal.

Mi objetivo será el de buscar las características principales de cada una de ellas, sus causas y
consecuencias; sus posibles relaciones y diferencias, etc.

Desarrollaré de manera más amplia la Revolución Inglesa, ya que es la más importante considero
debido a los cambios materiales (entendidos también como sociales y culturales) que les han
sucedido.

No trataré a las revoluciones de manera igual, debido a que en algunas en la inglesa seré mas
descriptivo y en la francesa un poco más crítico

Sin más que agregar...

LA REVOLUCIÓN INGLESA

Este proceso de cambio, que si bien se agudiza entre 1642/49 (período de la Guerra Civil inglesa), y
su desarrollo final se lo ubica entre los años 1688/89 (la llamada Revolución Gloriosa).

Analicemos, a mi juicio, uno de los elementos mas importantes del sistema británico.

El Parlamento es una de las instituciones británicas más antiguas y respetadas. Su nombre se deriva
de la palabra francesa parler (hablar) que se daba a las reuniones del consejo del rey inglés a
mediados del siglo XIII. Su antecesor más directo fue el consejo feudal del monarca, la curia Regis, y
antes de eso el witan o witenagemot anglosajón, que era un mecanismo desarrollado por los reyes
medievales para ayudarles a gobernar y reflejaba la idea de que un rey debería consultar a sus
súbditos.

En el siglo XIII se combinaron varios elementos que influyeron en la evolución del Parlamento: la
necesidad, expresada en la Carta Magna (1215), de que los impuestos fuesen aceptados por los
contribuyentes; la costumbre de convocar al consejo real no sólo a los barones sino también a
representantes electos de las ciudades y de los condados; la conveniencia de tratar ciertas audiencias
ante una reunión ampliada del consejo real.

Por lo cual, se puede apreciar, que el Parlamento es el elemento por excelencia del sistema británico;
que desde fines del siglo XIII en adelante fue adquiriendo un carácter institucional en la vida política de
los ingleses.

ANTECEDENTES

Ahora bien, cuando en 1603 murió la reina Isabel I de Inglaterra sin dejar descendientes y Jacobo
subió al trono con el nombre de Jacobo I, el primer rey Estuardo de Inglaterra; la situación política
había cambiado: su falta de tacto con el Parlamento, debido a su idea del derecho divino de los reyes,
desembocó en un largo conflicto, que se agudizaría con la sucesión del trono por parte de su segundo
hijo, Carlos I.
En 1625, Carlos accedió al trono y se casó con Enriqueta María, pero su matrimonio provocó las iras
de sus súbditos protestantes porque la reina era católica.

Carlos creía en el derecho divino de los reyes y en la autoridad de la Iglesia de Inglaterra. Estas
creencias le enfrentaron con el Parlamento, que luego disolvió reiteradamente unas tres veces,
gobernando aproximadamente unos once años sin parlamento. Cuando las arcas
del gobierno empezaron a vaciarse, y las necesidades tanto internas como externas (conflictos bélicos
con Escocia, al tratar de imponer la liturgia católica) subían cada vez más, Carlos, se vio forzado a
reunir lo que se denominó el Parlamento Largo con el fin de recaudar fondos, pero a cambio, los
parlamentaristas le exigían ciertas garantías políticas. Pero luego de ciertas disputas políticas, el
Parlamento se dividió entre los que estaban a favor del rey, y los que no lo estaban, estallando de esta
manera una guerra civil en 1642.

Dos años antes, Oliver Cromwell, había vuelto al Parlamento luego de su retiro en 1629. Cuando
estalló la guerra civil en 1642, reunió un regimiento de caballería, para combatir en favor de la causa
parlamentaria. Con este contingente logró un gran prestigio como militar durante la primera fase de la
guerra.

El enfrentamiento entre los parlamentarios cesó cuando el Rey escapó, se alió con los escoceses y
desencadenó de nuevo la guerra civil en 1648. Cromwell reprimió una rebelión en Gales y derrotó a los
escoceses en Preston (agosto de 1648). De nuevo se puso de parte del Ejército en contra del
Parlamento, que intentaba reanudar las negociaciones con Carlos. En el mes de diciembre, autorizó la
expulsión de la oposición del Parlamento, dejando sólo a unos pocos miembros que estaban de
acuerdo con la designación de una comisión que juzgara al Rey por traición.

La primera tarea de Cromwell durante la República, que fue proclamada después de la ejecución de
Carlos el 30 de enero de 1649, fue el sometimiento de Irlanda y Escocia.

Sus principales objetivos eran lograr un gobierno estable y tolerancia para todas las sectas puritanas.
Se enfrentó con los parlamentos del Protectorado, que trataban de alterar los principios de
la Constitución escrita. En 1657 aceptó la Humilde Petición y Consejo: petición de crear una segunda
cámara parlamentaria y potestad de nombrar a su sucesor, pero no aceptó el título de rey.

El éxito de Cromwell se debió a que supo mantener la paz y la estabilidad, y a que proporcionó
los medios necesarios para la tolerancia religiosa de grupos no católicos. Por ello, los judíos, que
habían sido expulsados de Inglaterra en 1290, pudieron regresar en 1655. La enérgica política exterior
de Cromwell y los éxitos del Ejército y la Armada otorgaron a Inglaterra un gran prestigio en el
extranjero. Los ingleses, en alianza con Francia, arrebataron Dunkerque a España en 1658,
obteniendo así una plaza fuerte en el continente desde donde invadir Calais, ciudad que Inglaterra
había perdido hacía 100 años.

Cromwell murió el 3 de septiembre de 1658 y fue enterrado en la abadía de Westminster. Su hijo,


Richard Cromwell, a quien nombró su sucesor, fue incapaz de mantener el poder. En 1661 Carlos II
reestablece la monarquía y dinastía Estuardo en Gran Bretaña, manteniendo una relativa tranquilidad
luego de terminada la guerra civil.

Jacobo (hermano de Carlos II) pasó a ser lord almirante supremo de Inglaterra. En 1672 Jacobo
anunció públicamente su conversión a la fe católica. Al año siguiente, el Parlamento inglés aprobó
las Test Acts, por las que los católicos quedaban inhabilitados para el desempeño de cargos públicos,
y Jacobo dimitió como almirante supremo. En 1679, la Cámara de los Comunes trató de excluir a
Jacobo del trono, sin éxito.

LA REVOLUCIÓN

A la muerte de Carlos en 1685, Jacobo se convirtió en rey. Apartó a muchos de sus seguidores con sus
severas represalias, sobre todo como consecuencia de una serie de juicios represivos conocidos por el
nombre de 'juicios Sangrientos'. Jacobo trató de ganarse el apoyo de los disidentes y de los católicos
en 1687, poniendo fin a las restricciones religiosas, pero sólo consiguió aumentar las tensiones. El
nacimiento de su hijo, Jacobo Francisco Eduardo Estuardo, el 10 de junio de 1688, pareció garantizar
la sucesión católica. Poco después, los líderes de la oposición invitaron al yerno de Jacobo, Guillermo
de Orange, más tarde Guillermo III de Orange, a hacerse con el trono inglés, desencadenando así
la Revolución Gloriosa.

Guillermo obtuvo el control temporal del gobierno, y en febrero de 1689 les fue ofrecida, a él y a María,
la corona con la condición de que aceptaran la Declaración de Derechos, que se convirtió en el Bill of
Rights. Dicho proyecto de ley otorgaba la sucesión a la hermana de María, (Ana), en caso de que
María no tuviera hijos, impedía el acceso al trono de los católicos, garantizaba elecciones libres y
convocatorias frecuentes del Parlamento, y declaraba ilegal la existencia de un ejército permanente en
época de paz.

La Revolución Gloriosa tuvo éxito, sin derramamiento de sangre: el Parlamento era soberano e
Inglaterra próspera. Fue una victoria de los principios whig, ya que, si los católicos no podían ser reyes,
ningún monarca podía ser absoluto.

Lo importante de todo este proceso revolucionario se basa en el avance político (mientras que
el sistema del continente europeo seguía siendo absolutistas, los británicos ya tenían una monarquía
parlamentaria consolidada) en que se encuentra Gran Bretaña a partir de finales del siglo XVII, lo cual
le dio las capacidades intelectuales para que durante todo el siglo XIX sea la potencia hegemónica por
excelencia.

También, sembró la base política para que poco después se desarrolle la llamada Revolución
Industrial, que le aseguraría el trono de todo el globo por casi un siglo.

LA REVOLUCIÓN FRANCESA

LAS IDEAS

Los pensadores franceses admiraban la organización política, social, económica y la filosofía inglesa.
De esa admiración surgieron las ideas principales de la Ilustración francesa: Fe en el progreso
humano. Los hombres mejoran a través de la educación. Libertad religiosa. Todos los seres humanos
son esencialmente iguales. El gobierno de un pueblo surge por convenio de los ciudadanos. Tales
ideas fueron propugnadas por pensadores como Rousseau, Diderot, D'Alambert y Voltaire. Se
difundieron a través de la Enciclopedia y se apoyaron en gran parte en el surgimiento de la Revolución
francesa.

ANTECEDENTES: ANTIGUO RÉGIMEN

Aunque las causas que generaron la Revolución fueron diversas y complejas, éstas son algunas de las
más influyentes: la incapacidad de las clases gobernantes —nobleza, clero y burguesía— para hacer
frente a los problemas de Estado, la indecisión de la monarquía, los excesivos impuestos que recaían
sobre el campesinado, el empobrecimiento de los trabajadores, la agitación intelectual alentada por el
Siglo de las Luces y el ejemplo de la guerra de la Independencia estadounidense. Las teorías actuales
tienden a minimizar la relevancia de la lucha de clases y a poner

De relieve los factores políticos, culturales e ideológicos que intervinieron en el origen y desarrollo de
este acontecimiento.

Luis XIV, Luis XV y Luis XVI impusieron la monarquía absoluta, restando privilegios a la nobleza y
uniéndose a la burguesía.

Enfrentaron graves problemas económicos que no resolvieron con poner impuestos. Entonces
encargaron su solución a los Estados Generales, asamblea formada por representantes de la nobleza,
el clero y el pueblo. Esta asamblea también fracasó. Los representantes del pueblo formaron aparte la
Asamblea Nacional, que pronto incluyó a representantes de la nobleza y del clero, y que exigió al
gobierno importantes reformas.

LA REVOLUCIÓN

Con el lema "Libertad, Igualdad, Fraternidad", el 14 de julio de 1789 dio inicio la Revolución
Francesa, movimiento que derrocó a la monarquía absoluta, proclamó los derechos del hombre e
instituyó la república. Hasta antes de 1789 el clero y la nobleza eran las clases privilegiadas, exentas
de determinados impuestos que campesinos, comerciantes y artesanos estaban obligados a pagar.
Otras desigualdades que determinaron el levantamiento fueron, por ejemplo, las cuotas por el derecho
al uso de tierras que debían pagar los campesinos, sin considerar el monto de la producción o si los
cultivos se habían perdido a causa de siniestros o inclemencias del tiempo. Además de las cuotas que
debían pagar al rey y la nobleza, los campesinos debían también cumplir compromisos económicos
con la iglesia. La manifestación de descontento fue resultado de muchos años de silencio del pueblo
ante la evidente dispendio de los tesoros de Francia. Las extravagancias de Luis XIV y sus sucesores,
el apoyo económico que se otorgó a los estados de Norteamérica para obtener su independencia y la
frivolidad de María Antonieta fueron los últimos golpes dados a la tolerancia popular.

El 5 de mayo de 1789 se reunieron los Estados Generales (la nobleza, el clero y el pueblo) que se
erigieron en Asamblea General Constituyente, se dejó claro que sólo el pueblo y no el rey tenían poder
de decisión sobre este órgano y se anunció que se promulgaría una constitución.. Posteriormente, el
14 de julio de 1789, la gente de París tomó la prisión real conocida como la Bastilla, con lo que se dio
por iniciado el movimiento revolucionario y un comité de ciudadanos de clase media se hizo cargo del
gobierno. Poco a poco, en las provincias se imitó el procedimiento seguido en la capital.

Antes de que estallara la revolución en París, ya se habían producido en muchos lugares de Francia
esporádicos y violentos disturbios locales y revueltas campesinas contra los nobles opresores que
alarmaron a los burgueses no menos que a los monárquicos. El conde de Artois y otros destacados
líderes reaccionarios, sintiéndose amenazados por estos sucesos, huyeron del país, convirtiéndose en
el grupo de los llamados émigrés. La burguesía parisina, temerosa de que la muchedumbre de la
ciudad aprovechara el derrumbamiento del antiguo sistema de gobierno y recurriera a la acción directa,
se apresuró a establecer un gobierno provisional local y organizó una milicia popular, denominada
oficialmente Guardia Nacional. El estandarte de los Borbones fue sustituido por la escarapela tricolor
(azul, blanca y roja), símbolo de los revolucionarios que pasó a ser la bandera nacional. No tardaron en
constituirse en toda Francia gobiernos provisionales locales y unidades de la milicia. El mando de la
Guardia Nacional se le entregó al marqués de La Fayette, héroe de la guerra de la Independencia
estadounidense. Luis XVI, incapaz de contener la corriente revolucionaria, ordenó a las tropas leales
retirarse. Volvió a solicitar los servicios de Necker y legalizó oficialmente las medidas adoptadas por la
Asamblea y los diversos gobiernos provisionales de las provincias.

En octubre, los monarcas fueron trasladados de Versalles a París para ser vigilados más de cerca. En
1791 fue concluida la Constitución y quedó abolida la nobleza, se impusieron limitaciones a la
monarquía, antes absoluta, y se dio a conocer la Declaración de los Derechos del Hombre. Un intento
de huida de los reyes con sus hijos hizo crecer la desconfianza hacia ellos. Entonces fueron recluidos
en el palacio de las Tullerías que fue asaltado el 10 de agosto de 1792. Un mes después se declaró
abolida la realeza y en enero de 1793 Luis XVI fue enviado a la guillotina.

En 1792, gobernada por la Convención Nacional, se proclama la República que subsiste pese a la
oposición de la nobleza europea y a la guerra de Austria y Prusia contra Francia. Durante la formación
de la República surge el Régimen del Terror, originado por el ansia de poder y el temor de los grupos
revolucionarios a una invasión extranjera. Napoleón Bonaparte, militar al servicio de la Revolución,
preserva la hegemonía política de Francia, realiza grandes reformas, pero suprime el régimen
republicano nombrándose emperador. Napoleón empieza a realizar una campaña con el fin de
extender los dominios de Francia, se apodera de España. Es vencido en 1815, en Waterloo.

El estallido de la Revolución francesa representó para la Corona española un nuevo y gran peligro.
Aparte de lo que significaba en el plano ideológico-político la caída del Antiguo régimen monárquico en
el país vecino, la amenaza inmediata de una guerra con Francia pareció aumentar a causa de la
"diplomacia de mano dura" del ministro Floridablanca, que mostró una actitud inflexible de rechazo
frente a la revolución, lo que proporcionó a sus enemigos políticos una oportunidad para intensificar las
intrigas en su contra, haciendo ver a Carlos IV la posibilidad de que la hostilidad de Floridablanca
contra la Revolución francesa pudiera inmiscuir a España en una guerra que no estaba en condiciones
de emprender.

La Revolución Francesa se limita a realizar las ideas ya elaboradas. Por ejemplo, la doctrina de la
división de los poderes de Montesquieu la toma de la historia inglesa; la igualdad de los hombres ante
la ley, es un concepto elaborado por la filosofía racionalionalista y empirista anterior; la supresión de
los privilegios de la iglesia y de los feudales es obra de Voltaire que, en trabajos preeliminares a la
revolución, habia discutido esas instituciones.

Por otra parte, los franceses conocían el movimiento emancipador de las colonias americanas y
muchos habían intervenido en la guerra de éstas contra Inglaterra.

La Revolución Francesa fue de carácter burgués, al igual que la Revolución Inglesa; entonces, fueron
los intereses económicos los que la impulsaron, fue el tercer estado que, sintiendose coivido
despóticamente por la Iglesia, la nobleza, y el absolutismo de los reyes se levanta en defensa de sus
propios intereses económicos.
CONCLUSIÓN

Si bien he presentado algunas conclusiones acerca de cada una de las revoluciones, se me presentan
ciertas reflexiones personales que mencionaré a continuación.

Las dos revoluciones anteriormente descriptas, guardan una íntima relación entre sí. Así, Sin la
Revolución Inglesa no se hubiesen dado las circunstancias políticas para llegar a la Francesa si la
burguesía no se hubiese convertido económicamente poderosa luego de la Industrial (por que destaco,
que a mi parecer, la Revolución Francesa no se destaca por sus ideas sociales – éstas ya habían sido
anunciadas por los ingleses un siglo antes-, sino por declarar victoriosa a esta nueva clase triunfante.
Respecto a los norteamericanos, llevaron a la práctica las ideas que rodearon durante todos estos
siglos y prácticamente no se bajaron a la realidad.

Estas revoluciones, no han creado cambios a nivel ideológico, sino que se nutrieron de filosofía
anterior a éstas y han sabido aprovecharse de éstas, así como la técnica se apodera de la ciencia, las
revoluciones se apodera de las ideas filosóficas.

En el siglo XVII, Inglaterra rompió con la tradicional realeza de origen divino para abrir las
puertas a la primera monarquía constitucional del continente europeo.

En el año 1603, el ascenso al trono inglés de Jacobo I, hijo de la ejecutada reina de


Escocia, María Estuardo, unía estos dos reinos pero abría incontrolables perturbaciones
políticas y religiosas.

La incapacidad y torpeza del rey le hicieron enfrentarse a tradiciones que habían sido
materia intocable desde etapas muy anteriores. Dos años después, el siempre espinoso
problema religioso mostraría toda su crudeza, cuando por la llamada Conspiración de la
pólvora, un complot católico trató de suprimir al monarca y al mismo Parlamento.
Mientras, la persistente persecución de los puritanos obligaba a tomar el camino de la
emigración a las colonias americanas a contingentes cada vez mayores.

Para rematar el nefasto clima que se imponía, los parlamentarios se veían agraviados por
la preponderancia de los círculos cortesanos. Altos funcionarios y consejeros regios se
comportaban abusivamente y saqueaban impunemente los fondos públicos. Los elevados
gastos del Estado eran sufragados por la imposición de tasas fiscales que encrespaban a
la población y se decidían a espaldas del Parlamento.

Cuando, en 1625,su hijo Carlos I subió al trono, ya estaban dadas todas las trazas para
los futuros acontecimientos, de los que sería principal protagonista y emblemática víctima.

Realistas y parlamentarios se enfrentan en una guerra civil


Tras una inicial etapa de entendimiento, fueron los envenenados motivos religiosos los
que abrieron el enfrentamiento del monarca con el Parlamento. Primero, la pugna por los
costes de las guerras exteriores y, más adelante, las permanentes quejas y protestas por
la arbitraria actuación del rey y sus favoritos. Carlos pudo reinar durante una década,
todavía dotado de incuestionado poder, prescindiendo del Parlamento. Hasta que, en
1640, las necesidades impuestas por la guerra contra los presbiterianos escoceses le
obligaron a recurrir nuevamente a éste. Fue la etapa del efímero Parlamento Corto, que
acabó en manos del absolutismo. Poco después, se abriría la etapa del Parlamento
Largo, columna vertebral de la evolución política y militar que decidiría los siguientes
años.

Mientras en Irlanda estallaba una grave insurrección, en Londres se delimitaban los dos
bandos a contender. En 1642, tras el fracaso real de prender a los más destacados
dirigentes parlamentarios, un comité de insurrección llamó al pueblo a la lucha y Carlos se
vio obligado a huir a Escocia. La guerra civil estaba abierta. Pronto, el bando
parlamentario impuso su superioridad, mostrada ya en las batallas de Ncwbury, Marston-
Moor y Naseby Pero, ninguno de los dos grupos poseía el suficiente grado de unidad que
le concediese una decisiva fuerza. En el realista, la ambigua y contradictoria actuación de
Carlos sólo servía para confundir la situación. Los parlamentarios, por su parte,
mostraban un insalvable foso entre radicales y moderados.

Tras un breve paréntesis, la guerra se reanudó, en 1648, y fueron el recio carácter y la


expresa determinación de Oliver Cromwell los que, con la imposición de su mando
supremo, terminaron con las debilitadoras divergencias. Fortalecido el bando
parlamentario con una misma voluntad, asumió la nada fácil tarea de enjuiciar al rey,
calificado como El Sanguinario, que había caído prisionero. Tras condenarle a muerte,
Cromwell le envió al cadalso.

En la mañana del 30 de enero de 1649, el pueblo de Londres se arremolinaba expectante


en Whitehall para presenciar la decapitación pública de su rey, Carlos I, de la familia de
los Estuardo.

Tomado prisionero en la guerra, había sido juzgado por un tribunal, cuya legalidad
rechazó expresamente, y declarado culpable, acusado de "tirano, asesino y enemigo de la
nación".

Fiel hasta el fin a su papel, el orgulloso Carlos se habia abrigado bien, con el fin de evitar
que el frío reinante le hiciese tiritar involuntariamente en el cadalso y que aquello se
interpretase como una manifestación de miedo ante la muerte. Ya en el patíbulo, tras
anunciar a sus verdugos que iba a rezar unas oraciones, les dijo:
"Cuando esté dispuesto, os haré una señal para que descarguéis el hacha".
implacable, Cromwell, su gran oposior, había declarado poco antes:
"Nadie moverá un dedo para salvarlo ,Podemos cortarle la cabeza, incluso, con la corona
puesta".

La del altivo Carlos sería la primera cabeza de un monarca europeo que rodaba sobre un
patíbulo, a la vista de sus antiguos vasallos.

Mediante este histórico acto, el paso definitivo parecía estar ya dado sin posible marcha
atrás. El nuevo Parlamento, depurado de los elementos disidentes y dueño absoluto de la
situación, abolió la Monarquía y proclamó la Commonwealth, una particular forma de
república. Crornwell se alzó como el indiscutido hombre fuerte de la situación. Durante los
primeros años, gobernó con un Consejo de Estado, pero a partir de 1653 no ocultó sus
tendencias dictatoriales. Una vez disueltos, tanto el consejo como el mismo Parlamento,
que era la esencia misma del proceso revolucionario, se autotituló Lord Protector.

De la república de Cromwell a la monarquía constitucional


El gobierno de Cromwell debió enfrentarse a las costosas guerras contra irlandeses y
escoceses. Finalmente, las victorias de Drogheda y Wexford sofocaron la insurrección en
la isla vecina, mientras las de Dumbar y Worcester doblegaron a lo conflictivos vecinos del
norte. En el interior del país la rigidez del sistema tampoco conseguía imponer la paz.
Tras haberse sacudido el yugo de la vieja monarquía, los sectores más radicales no
estaban dispuestos a admitir las formas dictatoriales. Además, el moralismo puritano que
Cromwell imponía no hacía más que incrementar el número de sus enemigos interiores.
Por si fuera poco, Holanda, la rival comercial, se consideró perjudicada por la Ley de
Navegación británica y declaró una guerra que sólo terminó con la Paz de Westmjnster,
en 1654.

Cuatro años más tarde moría Cromwell, dejando como heredero a su hijo Richard. De
débil carácter, fue sólo un útil peón en los enfrentamientos internos. El empuje del ejército
realista, que desde Escocia mandaba el general Monk, acabó en 1660 con la república e
impuso la restauración de los Estuardo. Carlos II y su sucesor, su hermano, Jacobo II,
nunca dejaron de pugnar con el Parlamento. Los hechos del inmediato pasado no habían
sido en vano y la relación entre los dos poderes ya no podía ser la misma.

Asi, a la muerte de Carlos II y ante la compleja sucesión de Jacobo II, los parlamentarios
optaron por una solución rompedora y llamaron al estatúder holandés Guillermo de
Orange, casado con una hija del rey. A finales de 1688, desembarcaban en Inglaterra los
nuevo monarcas, Guillermo y María.

Despues de deponer a Jacobo II y cambio del trono, aceptaban una Declaración de


Derechos a favor del Parlamento. Era el triunfo de la denominada Revolución Gloriosa.
Nacía una monarquía constitucional en base al principio de un contrato entre el monarca y
los representantes del reino.

Desaparecía la monarquía de origen divino, sustituida por la voluntad popular. Además,


una Ley de Tolerancia en materia religiosa sería el más decisivo instrumento de desarrollo
de una sociedad más libre que las hasta entonces conocidas.

La pionera Inglaterra abría el camino.

CRONOLOGÍA
:-1625-1649 Reinado de Carlos I Estuardo.
:-1642-1645 Primera Guerra Civil.
:-1648-1649 Segunda Guerra Civil.
:-1649 Se proclama la república o Commonwealth. Ejecución de Carlos I
:-1649-1651 Tercera Guerra Civil.
:-1653-1660 Protectorado de Cromwell.
:-1660 Restauración de la monarquía con Carlos II Estuardo.
:-1689 Carta de derechos o Declaración de derechos (en inglés Bill of Rights).
" ..en las primeras décadas del siglo XVII se agudizaba en Inglaterra la controversia sobre
los poderes del soberano. Por parte real se sostenía que la soberanía residía solo en el
Rey, mientras que para sus adversarios el poder de dictar leyes pertenecía al "Rey en el
Parlamento". Por ello según la teoría parlamentaria, tanto la facultad de legislar como la
de imponer impuestos, de legitimar o de juzgar sin apelación, no podían pertenecer más
que al segundo (o sea al Parlamento). Edward Cooke afirmó que la competencia del
Parlamento en materia legislativa tenía que considerarse absoluta. De modo que aquellas
décadas fueron una fase de tensión no sólo institucional, sino también política.
Elenfrentamiento se prolongó durante casi todo el siglo XVII. La originalidad y la
ejemplaridad de los acontecimientos políticos ingleses residen en que se lograse
encaminarlos, aunque fatigosamente, en una dirección civilmente revolucionaria: la
monarquía constitucional parlamentaria. El drama de los primeros Estuardo, en cambio
fue de no disponer de medios y oportunidades para realizar un régimen de perfil
absolutista, al tiempo que se negaban a aceptar el compromiso con el Parlamento.
Ni Jacobo I, ni Carlos I dejaron de exteriorizar las manifestaciones mas inmediatas y
corrientes de la función soberana: a título de donaciones y favores, los lores recibieron de
ellos por lo menos 3 millones de libras esterlinas. Por lo demás, Carlos I llevó adelante
una política ecleciástica que suscitó amplias críticas. En muchos ambientes comerciales y
manufactureros, así como en la capital, actuaban desde hacía tiempo diversos y
numerosos grupos de puritanos. Estos eran particularmente adversos al episcopado
anglicano y a sus poderes, que en cambio Carlos I intentó restaurar y reforzar con la
ayuda de William Laud. Este se consagró a afianzar la jurisdicción de los
tribunales eclesiásticos, el prestigio del clero y particularmente de los obispos, etc.
Muchos ingleses veían aún con más desagrado los favores de que gozaban los católicos,
cada vez más en la corte.. En el plano estrictamente político las relaciones de Carlos I con
el Parlamento fueron sumamente tensas. En 1628, en efecto, la Cámara de los Comunes
hizo aceptar al soberano una "petición de Derechos" que afirmaba que cualquier impuesto
tenía que ser aprobado por el Parlamento, además de manifestarse contrario a las
detenciones arbitrarias.
Era un modo de volver a la tradición de la Carta Magna, aunque sobre todo una señal de
la indignación del país con un gobierno desentendido y despreocupado de las exigencias
de sus súbditos. Muy pronto se vio que lo que la sociedad estaba dispuesta a admitir en
Francia y España o en otros países europeos, no era posible imponerlo en la sociedad
inglesa. Esta tenía la fuerza en sí misma en contra de las prevaricaciones ( Delito peculiar
de los funcionarios públicos consistente en dictar maliciosamente resoluciones injustas
(judiciales o administrativas) o faltar a sabiendas al cumplimiento de los deberes del
cargo) monárquicas, aunque el apego a la corona era todavía sólido y también el amplio
apoyo que le prestaba la Iglesia Anglicana. Nadie podía prever el resultado de esta
hostilidad entre diversos grupos sociales y diversas tendencias religiosas. Los
acontecimientos no tardaron en demostrar que se había llegado al punto de ruptura. Esta
fue provocada por una revuelta de los escoceses, que se negaban rotundamente a la
introducción del anglicanismo promovida por Laud. Con el fin de obtener los fondos
necesarios para financiar las tropas destinadas a reprimir la rebelión, Carlos I convocó
en abril de 1640 al Parlamento, pero al cabo de tres semanas lo disolvió. Muchos
diputados eran contrarios al soberano, que rechazaba cualquier compromiso con sus
reivindicaciones. Pero antes de terminar el año los representantes de las corrientes de
la oposición lograron convocar a un nuevo Parlamento, que a diferencia de los anteriores
debía encauzar la indignación y la impaciencia de gran parte del país. En esta asamblea
que fue llamada, por su importancia y duración Parlamento largoparticiparon muchos
puritanos, y más de la mitad de sus miembros provenían de las Universidades. La
asamblea estaba compuesta por 60 comerciantes, unos 80 hombres de leyes y
numerosos propietarios de tierras; sus apoyos más importantes los tenía en las
aglomeraciones urbanas (ante todo la londinense) y en las regiones industriales. Esto hizo
que cuando se llegó a un conflicto abierto con el rey las clases sociales perjudicadas que
apoyaban y sostenían a los Comunes, no negaran las subvenciones para sostener la
lucha. Gran parte de los diputados, tanto gentilhombres como burgueses estaban a favor
de la monarquía constitucional, factor que los unía y hacía menores otras diferencias
que existían entre los distintos grupos.
Al tiempo que se ratificaba que ningún impuesto podía ser fijado sin la aprobación del
Parlamento, se instauraba la tolerancia religiosa y se consentía que las diversas sectas
desarrollasen sus actividades. Los miembros de estas últimas eran de tendencia radical:
no eran partidarios de la Iglesia constituida y se oponían a la injerencia del Estado en el
campo religioso.
Sectas: independentistas (aceptaban las instituciones tradicionales con tal de que el
parlamento pudiera controlar al rey); niveladores (levellers: querían abolir la monarquía y
la Cámara de los Lores); los diggers o cavadores, llegaron incluso a postular la supresión
de la propiedad privada.
En 1642 el propio rey Carlos I provoca un levantamiento armado, que le obligó a
abandonar la capital. Tanto sus partidarios (los realistas) como los grupos alineados con el
Parlamento formaron sendos ejércitos contrapuestos y así estalló la Guerra Civil.
Tomado de Alberto Tenenti, "La Edad Moderna, siglos XVI-XVIII."

•Primera Guerra Civil Inglesa 1642-1645. El 22 de agosto de 1642 Carlos I iza el


estandarte real en Nottingham, declarando traidores a los partidarios del Parlamento. El
14 de junio de 1645 tras la derrota realista en Naseby, Carlos I abandona la lucha y se
refugia en Escocia
•Segunda Guerra Civil Inglesa 1647-1649. El rey es entregado al parlamento por los
escoceses lo que no impide que estos negocien con Carlos I una reforma religiosa que
favorezca el presbiterianismo. Los partidarios del monarca se alzan por buena parte de
Inglaterra, Carlos I escapa de su prisión, pero sus partidarios, pocos y con escasos
apoyos terminan por ser derrotados. Carlos I vuelve a prisión. El 20 de enero de 1649 es
juzgado por traición y el 30 de enero decapitado.
•Tercera Guerra Civil Inglesa 1651. Campañas de Cromwell en Escocia e Irlanda; ataque
sorpresa desde Escocia de Carlos II, hijo de Carlos I, quien es derrotado en Worcester el
3 de septiembre de 1651. Carlos II huye a Francia, la guerra civil ha terminado.
1.¿En qué periodo de la historia se desarrolla la Revolución Inglesa?R: Es el periodo de la historia del Reino
Unido que abarca desde 1642 hasta 1689. Se extiende desde el fin del reinado de Carlos I de Inglaterra,
pasando por la República y el Protectorado de Oliver Cromwell y finaliza con la Revolución Gloriosa, que
destituye a Jacobo II.

2.¿Cuál era el problema político más grande que tenía Jacobo II?R: Su catolicismo sin duda fue su mayor
problema, ya que el “Parlamento Leal” lo formó principalmente por sus seguidores, apoyó la política de
tolerancia religiosa y emitió la declaración de indulgencia. Jacobo espera construir una coalición que le daría
emancipación católica.
3.¿Qué fue lo que ocurrió en 1688, que hizo que reventara la situación que se vivía en Inglaterra, y qué acción
tomaron los protestantes?R: Jacobo tuvo un hijo, y por lo tanto se vieron amenazados con el nacimiento de
una dinastía católica. La reacción a este evento originó que los ingleses se pusieran en contacto con Guillermo
III, el esposo de su hija María una protestante, que hasta entonces el trono habría pasado a ella, pidiendo que
intervinieran lo antes posible.
4.¿Finalmente cómo terminó esta revolución?R: Guillermo III con el consentimiento de Estados Generales
partió hacia Inglaterra con un gran ejército en noviembre de 1688, a fin de restablecer las leyes y libertades de
Inglaterra, Jacobo II huyó a Francia y esta acción de Guillermo III se denominó la “Revolución Gloriosa”, ya
que no hubo derramamiento de sangre.
5.¿Qué sucedió en Inglaterra luego del triunfo de la revolución gloriosa, y acontecimientos importantes se
dieron?R: En Inglaterra comenzó a funcionar un sistema de gobierno llamado parlamentarismo. Este sistema
aseguró la participación de los súbditos en el gobierno del Estado a través del Parlamento.
Durante el siglo XVII, los grupos comerciales y manufactureros más poderosos controlaron el gobierno
parlamentario con el fin de promover sus intereses económicos.
Se eliminaron los privilegios reales, aristocráticos y de las corporaciones, los monopolios, las prohibiciones, los
peajes y los controles de precios, que obstaculizaban la libertad de comercio y de industria.
Se crearon y fortalecieron instrumentos que servían para el desarrollo de las nuevas actividades económicas:
se creó el Banco de Inglaterra y se generalizaron las sociedades anónimas, se difundió la tolerancia religiosa y
se protegió el progreso de la ciencia.
El Estado inglés promovió especialmente el desarrollo del comercio y de la industria de manufacturas.
Desde el 1700, el Parlamento prohibió las exportaciones de lana en bruto y organizó el establecimiento de
artesanos extranjeros, con lo que sentó las bases del desarrollo de la industria textil.

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