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Facultad de Educación
Pedagogía en Historia, Geografía y
Ciencias Sociales
Afrancesamiento en América
Esbozo comparativo cultural de México y Chile en la gastronomía y arte del siglo
XIX
Introducción
Durante el siglo XIX, siglo en el cual transcurre nuestra investigación, se fue viviendo
una revolución intelectual. Centrándonos exclusivamente en Francia es en esta nación en
donde se comienzan a producir nuevas formas de intelectualismo esta influencia confirmó
a París como la ciudad luz, el centro de moda y referente artístico,
político y cultural. No es casualidad que fuese entonces y allí donde aparece el concepto
América Latina. Este nombre fue construido para que América finalmente se desprendiera
de la corona española. Todo esto, debemos necesariamente contextualizarlo, ya que
durante esos años en Europa se estaba viviendo una fuerte Revolución Industrial y además
el nacimiento de nuevas potencias (Hobsbawn, 2003). Sin embargo, esto no solo ocurría
en Europa en América del Norte Los Estados Unidos poseían ya una gran unión que los
convertía en una gran amenaza para las potencias de Europa, es justamente en este
contexto donde Francia se llena de luz y se proyecta a todo el mundo iluminando
especialmente estas naciones jóvenes en América.
Con relación a continente como tal, por aquellos años ya se habían independizado
nuestros dos países de estudio y estaban dando paso a su construcción y consolidación
como países. Cada uno había vivido un proceso de independencia del subyugo de la
corona española durante tres siglos, asimismo, durante años en América existió un
resentimiento y un rechazo hacia la cultura francesa luego de la revolución francesa y
todo lo que ocurrido allí con el rey y la reina y los posteriores periodos de terror (Meyer,
1980). Sin embargo, los acontecimientos que ocurren en Europa repercuten en América
uniendo con mayor fuerza a ambos continentes y dejando de lado los antiguos
sentimientos hacia Francia.
Marco Teórico
Para comenzar, debemos en primer lugar definir nuestro tema, el cual consiste en el
llamado afrancesamiento, debemos destacar que dicho concepto no es lo mismo que
afrancesados. Los afrancesados son según la Real Academia Española los que “admira
excesivamente a los franceses o dícese a aquellos españoles que durante la guerra de
Independencia siguieron el partido de Napoleón” (RAE; López) en cambio,
afrancesamiento consiste en la exageración de tendencias, ideas o costumbres de origen
francés (Artola, 1989) tomando esta última definición queremos exponer que tal y como
nos menciona el titulo se ha vivido un afrancesamiento, más específicamente en América
Latina, de hecho queremos en segundo lugar exponer que, el propio nombre el cual se le
ha designado a nuestro porción de tierra “América Latina” posee un origen francés pues
intelectuales originarios de América como Francisco Bilbao en Chile y el colombiano
José María Torres, hombres de gran influencia que dedicaron su tiempo y gran parte de
su vida pública para acercarnos a Francia y a su vez alejarnos tanto de España como de
Estados Unidos, puesto que, estos últimos por aquellos años buscan expandir su poderío,
y hasta ese momento lo estaban logrando con sus países vecinos del sur (Larios, 2011).
Tomando como base que, actualmente nuestro propio nombre tiene una raíz francesa,
debemos considerar además que eran los propios franceses como Michel Chevalier quien
en uno de sus viajes hacia nuestro continente pudo notar que “considera a los pueblos
“hispanoamericanos” como una raza impotente, que todavía no están en condiciones de
bastarse a sí mismos” (Larios, 2011, p.3). Por lo tanto, tomemos como estructura central
que incluso nuestra denominación más común en el siglo XXI se construyó durante el
siglo XIX en torno a intelectuales franceses que influyeron en los americanos (Minguet,
1980; Quijada; Larios, 2011), es decir, efectivamente tenemos una conexión directa con
Francia.
Todas las teorías anteriores son tomadas como conceptos claves para esta investigación,
puesto que el conjunto de todas ellas tienen un aspecto en común, en donde centraremos
la investigación y esto es la construcción de la identidad y como esta identidad se fue
creando en América (Nahuelpan, 2007). Debido a que nuestra investigación se centra en
la cultura tomaremos como base la gastronomía y el arte, específicamente la pintura. Y
para comprender de mejor manera estos dos elementos consideramos entenderlos desde
la postura de Bourdieu y su construcción del sentido del gusto, este autor nos dice que el
sentido del gusto se va creando, se crea para apreciar el arte (cualquier tipo de arte) pero
estas personas que lo crean poseen ciertas características ellos saben apreciar y
comprender produciendo un bien cultural, entendido como un bien comercial, porque
finalmente ellos crean un mercado cultural.
Gastronomía
Esta influencia a la cual nos referimos la encontramos más concretamente en los chupes,
guisos, quesos, baguetes, champagne y postres. También se destacó mucho su influencia
en las comidas con pescados y mariscos, además de la producción artesanal de helados.
Sin embargo, deseamos destacar un punto central, en Chile se describe con mayor
importancia el espacio, es decir, a los lugares en donde se encuentra esta comida
afrancesada, un ejemplo de lo anterior es el Hotel Santiago de don Alejandro D’Huicque.
Otro maestro destacado es Papa François Gage fue su restaurant el que recibió todos los
aplausos, pues además era un lugar de encontró entre los intelectuales. Un poco más al
norte en la cuidad de Valparaíso encontramos otro de estos grandes templos de gran
concurrencia, este era de Papa Eugene Bounout, la relevancia de su restaurant es que toma
las materias primas del mar y las mezcla con sutiles toques franceses como salsas y vinos
(Pereira, 1977). En aquellos lugares se destacan siempre, como mencionamos, el espacio
amplio y la decoración, siempre hay cuadros, alfombras, papel tapiz, lámparas etc. todo
debe crear una armonía distinta que se relacione con lo que vas a degustar (Pereira, 1977).
Por otro lado. Debes destacar la tan apreciable comida mexicana en la actualidad, la cual
hemos estudiado también tuvo un proceso de afrancesamiento. Evidentemente, al igual
que en Chile, durante los siglo XVI al XVIII tuve una gran fusión de los Mexica o Azteca
con lo Hispano. A lo cual, luego de la independencia del territorio se pretendía cambiar
para dejar de lado su relación con España durante tantos años, al igual que nuestro país
su búsqueda de una identidad nacional culinaria está creciendo y como se menciona en la
siguiente cita “México buscaba afanoso afirmar su ser histórico, su identidad nacional",
para los primeros años del siglo XIX, la cocina mexicana tenía una larga y robusta
tradición sustentada de recetas indígenas que reconocían su antecedente prehispánico y
de las cuales muchas persisten hasta hoy en día” ( Díaz y cols, 1986). Cabe destacar que,
todo esto fue un proceso, por lo cual requiere de tiempo, no se fue afrancesando la comida
de la noche a la mañana, pero en México la presencia de franceses y la elite que viajaba
y regresaba con esta idea de unirse a Francia y alejarse lo más posible de EE.UU y España
produjo que la relación México-Francia fuese más fuerte que Chile-Francia. Respecto a
lo anterior tiene un origen y este se basa en que los primeros libros de cocina mexicana
son publicados en el siglo XIX por imprentas francesas en español. Dentro de estos libros,
encontramos dos recetarios afrancesados en español, dentro de México, “el arte
novísimo”, que reprime la versión americana en las recetas, aludiendo solo a ideas
francesas y el “nuevo cocinero americano/mexicano”, este logra crear una relación con la
construcción de nación mexicana, puesto que acepta aquel sincretismo gastronómico. A
través de la cocina mexicana se transmite y configura representaciones políticas, sociales,
geográficas y culturales. Cada libro con “recetas mexicanas”, son impresos en Francia y
por editoriales franceses. Todos estos recetarios se fueron comercializando por América
creando un efecto cascada o sea que todo lo que llega (influencia) a México baja hacia
los países del sur.
En el caso de Chile, todo lo que tuviese relación con Francia era siempre bien visto por
la elite, ellos podían viajar y estudiar allí, podían conocer in situ en lugar. Como hicimos
referencia las familias acaudaladas podían concurrir a hoteles de lujo, tenían en sus casas
cocineros privados los cuales la mayoría habían estudiado el arte de la cocina en el Cordon
Bleu en Francia. Estas grandes preparaciones, estas mezclas de comida criolla y francesa
presentadas con muchos colores y buenos vinos, los mejores postres, pasteles y helados
los comían la elite chilena, por lo tanto, hay una división social marcada en nuestro país
que se refleja incluso en una práctica tan común para las personas como la alimentación.
Por otro lado, en el caso de México aunque la elite igualmente era la encargada de
consumir todas las comidas afrancesadas y preparadas incluso por chefs franceses o que
estudiaron allí, la comida se fue masificando pero con algunos cambios, dentro de la
cocina mexicana se forman diccionarios con los nombres de los distintos platos que se
van ideando, así pues, la elite, comienza a llamar a alguno platos, de manera diferente a
la clase más baja, así sucede con el Budín por ejemplo, que es llamado Morcilla por la
clase baja a pesar de estar preparados de la misma forma y con los mismo ingredientes.
Sin embargo, la comida mexicana va tomando poco a poco una transformación y se va
siendo propia, hablando con un lenguaje de pertenencia al país, así por ejemplo, se utilizan
frases como “manjar nacional”, “del país”, “comida mexicana”, “nacional”. Así también,
los alimentos y platos toman nombres de palabras indígenas, con el lenguaje propio
azteca, provocando distinción y dignificación a su pasado azteca o maya, por lo cual
comienza a regionalizarse (Bak-Geller, 2009). En nuestro caso Pereira nos menciona que
“El proceso de la formación de la cocina chilena pareció estabilizarse en esta época…se
mezclaban las dos facetas la aborigen y la hispánica, de las que surgió lo criollo. Hubo en
otro nivel una cocina para las élites en que se aprovechaban las grandes tradiciones
culinarias internacionales” (Pereira, 1977, p.115)
Puesto que ya realizamos una pequeña comparación entre México y Chile en cuanto a la
gastronomía y como se introdujo el afrancesamiento en ellas necesitamos analizar lo
expuesto y para ellos nos centraremos en la construcción de la identidad. En primer lugar
debemos explicar que nosotras consideramos y por ende tomamos como referencia que
la realidad, identidad, cultura y conocimiento se construyen (Berger & Luckmann, 2003)
en ambos casos la identidad culinaria se fue construyendo por medio el sincretismo y de
las interacciones, ya que la interacción produce simbolismos mentales o códigos que se
van incorporando al conocimiento popular entre diversos actores sociales. Los actores en
esta ocasión son la elite de cada país. Su posibilidad económica y social les permite a su
vez estar en contacto con otras realidades y su nivel sociocultural aumenta (Bourdieu,
1995) y considerando que la identidad se construye por la transmisión de rasgos de un
grupo de personas, y si a esto le sumamos que tanto en chile como en México la política
y los cargos importantes de aquellos años estaban en manos de la elite evidentemente
ellos estarían a cargo de crear nuestra nueva identidad alejándose de la que alguna vez
tuvimos ligada a la corona española. Además considerando que para muchos como la
Psicología Social por ejemplo la comida es un fenómeno social, un hecho social total
(Amon, 2005) con base en lo anterior, las representación social que se le atribuyo a la
comida francesa estaba ligada a la elite por lo tanto paso a ser exclusivo de la clase alta,
asimismo según Bourdieu el sentido del gusto también se construye, considerando que la
gastronomía francesa es un “arte”, de manera que, según este autor las creaciones tienen
una forma y una función. Las comidas tiene su forma y su función pero en este caso, la
forma se impone por sobre la función, pues se le da más importancia, cuando esto ocurre,
dice Bourdieu, estamos ante una obra de arte. Dicho de otra forma, la gastronomía dejo
en cierta medida su real función, la de alimentar, y paso a ser más importante su forma su
origen, porque se transformó en una representación social propia de la clase alta, o sea es
un mecanismo de consolidación de su clase, teniendo en cuenta que por aquellos años las
clases sociales en Chile por ejemplo eran muy marcadas oligarquía y proletariado pero
desde 1850 aproximadamente en adelante se comienzan a gestar la nueva “clase media”
por medio de las nuevas formas de socialización (Gazmuri, 1999).
Arte
El arte chileno desde fines del siglo XIX tuve un auge más importante que en otros
periodos, porque durante esos años se comenzó a cuestionar la idea de si existía
efectivamente arte en nuestro país, aunque la verdadera incógnita era si existía un arte
autentico y autóctono en Chile. No podemos negar que existían artistas, pues habían
artistas y muchos de ellos eran personas que no se escondían en un solo país, eran
cosmopolitas que estaban al tanto de las tendencias, técnicas y enfoques artísticos de las
grandes potencias mundiales de Occidente (Romera, 1951).
Durante el siglo XIX en Europa se estaba viviendo el auge del Romanticismo. Este
movimiento artístico se describe como “…debe representar la vida espiritual del hombre
por medio de la Naturaleza” (Valdearcos, 2008) en realidad, esta nueva corriente no solo
la encontrábamos en la pintura, sino también en la arquitectura, literatura, escultura pero
esta vez solo nos enfocaremos en la pintura.
Durante años la pintura en Chile, no fue muy reconocida ya que no se daba una real
importancia, pero las nuevas vanguardias y movimientos culturales de Europa tenían que
llegar a estas nuevas naciones en América. Como hemos mencionado, todo esto es posible
porque esta cultura solo tiene acceso la elite, por lo que no podemos olvidar que todo esto
es solo en el mundo de la elite, pero que evidentemente influye en todo el país porque son
ellos quienes se encargaron de crear cultura (Jocelyn-Holt, 1998) durante el verano de
1843 llega a nuestro país Raymond Monvoisin hombre francés de gran importancia dentro
del mundo artístico en Europa el cual ya había ganado varios reconocimientos en su
continente, pero su llegada a Chile fue según dicen el impulso que el arte necesita en
nuestro país (Álvarez, 1928). Ahora bien, este pintor francés según se dice llego porque
le propusieron ser el director de la futura Academia o Escuela de Bellas Artes de Chile,
pero esto no fue así, sin embargo toda la alta burguesía deseaba ser retratado o poseer
alguna pintura de este destacado artista. Lo destacamos precisamente a él por dos razones,
la primera es que él es francés y estudio en la academia de 1830, esta academia de arte
era en su conjunto la mayor y primera escuela del romanticismo, realismo y naturalismo
de Europa y estaba en Paris, Francia. La segunda razón es que, como ya mencionamos
Monvoisin no logro ocupar el puesto de trabajo que según dicen le habían prometido pero
si dejo una huella relevante en nuestro país, pues dejo discípulos. Como se expresa en la
siguiente cita “Su pincel fecundo abarcaba todos los temas, desde el gran cuadro de
composición, al retrato y al paisaje” (Álvarez, 1928) demostrando entonces todas las áreas
que abarca el romanticismo. Aunque este si realizo varios cuadros en Chile sobre todo
paisajes que demostrasen aspectos geográficos, emocionales e históricos igualmente
realizo retratos especialmente de mujeres de alta clase y familiar reconocidas del país.
Finalmente, hemos dilucidado que en nuestro país la mayoría del arte era sobre la elite, y
esto es evidente pues como dice Bourdieu el arte es un mercado y posee consumidores de
cultura y en Chile estos consumidores era la elite. La mujer también recurrente en el arte,
se les retrataba a ellas más que al hombre (dentro del romanticismo) ya que se busca
reflejar la moda y la inocencia de ella todo lo espiritual que rodea a la mujer. No obstante,
lo más destacable es que como mencionamos Monvoisin dejo a muchos discípulos que
continúan sus pasos, aunque todos ellos tienen mejor suerte que artistas de comienzos de
siglo ya que se funda la academia de Bellas Artes en Chile en 1849 demostrando que el
arte ya tenía un peso e importancia cultural nacional. A nuestra sociedad, no le
interesaban los artistas y un pintor era considerado como un artesano cualquiera, teniendo
aun en su contra cierta malevolencia y desprecio de parte del público, pero todo esto
cambia porque la construcción de la cultura y la identidad debía ser de buen nivel por lo
mismo si todo estas nuevas modas son de Francia era mucho mejor. Ahora a la sociedad
(o mejor dicho a la elite) le interesaban los artistas porque es un mecanismo o forma de
demostrar el buen gusto, un gusto alto no uno vulgar.
El arte en México siempre considero a la mujer, a pesar de que en aquellos años las
mujeres siempre tuvieron un papel secundario respecto a la figura masculina, en México
las mujeres burguesas representaba la elegancia, la firmeza y dulzura, esto se ve reflejado
en los múltiples retratos del siglo XIX que encontramos de mujeres mexicanas burguesas,
se escogía retratarlas a ellas por dos motivos, uno ya lo mencionamos y es que estas tienen
un aura distinta y siempre se pretende demostrar un sentimiento interno hacia el exterior,
siguiendo la línea del romanticismo, y en segundo lugar es porque estas en su extensa
mayoría eran dueñas de casa por lo que tenían mucho tiempo disponible. Asimismo se
intentó de variadas formas reflejar los diferentes oficios del país, sus clases sociales y sus
bellos paisajes, recordando que por aquellos años al igual que en Chile, se vivieron
periodos bélicos en el país.
Creando una comparación entre México y Chile, ambos países tienen una academia de
bellas artes, La academia de San Carlos y Academia de Bellas Artes respectivamente.
Ambas presentaban una gran inspiración francesa y una posterior tradición romántica,
realista y naturalista francesa, no obstante, en cuanto a México su academia fue fundada
en el siglo XVIII por lo mismo presentaba una mayor inspiración en lo prehispánico. No
ocurrió lo mismo en Chile siendo al arte un mercado único para la elite, en donde todo lo
que se creaba era por ellos y para ellos.
Conclusiones
Siguiendo con esta línea, en cuanto a los dos elementos culturales destacados aquí, la
gastronomía y la pintura, notamos muy claramente que estas dos áreas son propias de la
elite, apelando por aquellos años que son ellos los únicos con la capacidad de construir
una buena cultura, pero nosotros actualmente sabemos que la cultura es aquel elemento
de unidad de la nación y esta elite solamente se centró en sus ideales a espaldas del resto
del pueblo.
Amon, D. & cols. (2005). La psicología social de la comida: una aproximación teórica y
metodológica a la comida y las prácticas de la alimentación como secuencias
narrativas. Revista Subjetividad Y Procesos Cognitivos.
Bourdieu, P. (2010). El sentido social del gusto. Elementos para una sociología de la
cultura. Siglo Veintiuno Editores, Buenos Aires, Argentina.
Díaz y de Ovando Clementina y Schneider Luis Mario, (1986). Arte culinario mexicano
siglo xix recetario. Fundación de Investigaciones Sociales, A. C. Vinipiel.
México.
Meyer, J. (1980). Los franceses en Mexico durante el siglo XIX Relaciones, vol. i, núm.
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Romera, A. (1951). Historia de la pintura chilena. Editorial del Pacifico. Santiago, Chile.
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