Ser abogado es más que ejercer una profesión, ya que con el pasar de los
años, quienes decidimos estudiar esta carrera, empezamos con ciertos ideales,
sueños, metas que queríamos lograr a lo largo de nuestro aprendizaje, pero lo
que sucede en algunos casos, es que el tiempo va cubriendo nuestras
expectativas iniciales, cambiando muchas veces nuestra forma de pensar, de
actuar y de cambiar de rumbo.
Pero también los que estudiamos esta carrera, sabemos que es una profesión
de nobleza, honradez y muchas veces de solidaridad o empatía, puesto que
nuestra esencia es la defensa de lo justo y bueno, y creo yo, que de eso se
trata, de no perder nuestra esencia que nos motivó a estudiar esta carrera,
aquello por lo que decidimos emprender esta difícil profesión.
Pero el hecho cierto, es que resulta difícil afirmar que la vocación nazca de
nosotros mismo, en muchos de los casos se nos condiciona indirectamente por
familiares, situaciones o eventos inesperados, lo cierto es que la vocación no
nace, sino que se hace. Y esto tiene mucha importancia, porque son muchos
los compañeros, amigos y me incluyo, que en algún momento dudamos de que
si tenemos o no la vocación, la fuerza, el carácter y la valentía que se
necesitara en algún momento para defender a otra persona, ya que en muchos
de los casos habrá oportunidades en las cuales estaremos defendiendo a esa
persona que dependerá de nuestra capacidad como abogados. Pero lo cierto
es que, la vocación se descubre poco a poco, progresivamente, con el
conocimiento, el aprendizaje, las experiencias vividas, las trasnochadas y
desveladas que poco a poco se irán convierto en el disfrute por investigar e
indagar más en aquellos temas que nos causen intriga.
Pero también se trata de que la carrera te guste, pues vivirás de ello, trabajaras
de ello y por un buen tiempo de tu vida, como dicen; “SI AMAS LO QUE
HACES, NUNCA SERÁ UN TRABAJO “.
Una frase que recuerdo muy claramente gracias a mi hermana, es que; “LA
EDUCACION ES EL ARMA MAS PODEROSA QUE SE PUEDE USAR PARA
CAMBIAR EL MUNDO”, Nelson Mandela.
Pero también recuerdo que ella dijo; “VIVIR POR VIVIR, NO ES VIVIR”,
entonces entendí que uno no puede andar por la vida conformándose con lo
que haya, con injusticias, con corrupción, olvidando los valores y principios, que
nuestros padres nos enseñaron en su momento. Pero también, mi vocación se
fortaleció el día que llegue con la Doctora Maribel Olivares, fue el lugar donde
hice mis primeras prácticas, pues en muchas oportunidades llegaban personas
de escasos recursos económicos o personas de avanza de edad, y la doctora
siempre los atendía con humildad y gentileza, pero siempre ayudándolos en lo
que ella podía.