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SIGMUND FREUD que queda separada del conjunto de las representaciones (o ideas) que conforman el yo.

La lesión sería entonces la abolición de la accesibilidad asociativa de la concepción del


(Clase 5, Materia: Fundamentos Críticos. Maestría en Teoría Crítica. Marzo de 2015) brazo. La palabra queda separada, inaprehensible. Pero, al mismo tiempo, como
veremos, produce retornos: en la conversión histérica, en el olvido, en los lapsus, en el
Por: Jessica Bekerman, Psicoanalista. chiste, en los sueños…

Se dice que en el comienzo del psicoanálisis hay el encuentro de Freud con las histéricas. Para ilustrar esto, Freud apela a un ejemplo. Dice: empezaré con ejemplos de la vida
Eso es cierto. Pero me interesa más situar en el origen un relato. Breuer le relata a Freud social (no estamos lejos de “la vida cotidiana”). Y se refiere a una “cómica historia” de un
el caso de una paciente llamada Ana O, cuyo verdadero nombre es Bertha Pappenheim, súbdito real que no quería lavar su mano porque su soberano la había tocado.
quien bautizó el método recién instaurado como talking cure, la cura por la palabra[1].
Para nosotros esto es una obviedad, pero en la época de Freud se trató de algo Dice: “El nexo de esta mano con la idea del rey parece tan importante para la vida
absolutamente inaudito. Freud se separa de todo lo que se pensó sobre la histeria y sus psíquica del individuo, que él se rehúsa a hacer entrar esa mano en otras relaciones.”
abordajes (la lesión funcional de Charcot, la simulación de Briquet), y se compromete en Vemos aquí cómo una palabra puede formar un síntoma.
la vía de una escucha que abrirá la novedad inaudita de su descubrimiento. Muy
rápidamente adquiere la convicción de que el síntoma histérico está hecho de palabras, Volveremos a encontrar la función del ejemplo en los llamados textos canónicos[4]: La
de que el síntoma habla, de que el síntoma quiere decir (leemos aquí el querer decir en el psicopatología de la vida cotidiana, El chiste y su relación con el inconsciente, La
sentido de la significación y el querer en el sentido de lo que quiere) y que esta palabra interpretación de los sueños. En psicoanálisis el ejemplo tiene un valor nodal. No se trata
tiene alguna relación con la verdad. de una mera ilustración, su valor reside en que nos permite captar -como ningún
concepto (o teoría) podría hacerlo- la naturaleza ingeniosa y las propiedades de eso que
Para situar este paso, me referiré a un texto muy tempano titulado “Algunas por su naturaleza resulta siempre fugaz, casi inaprehensible, el inconsciente. En un texto
consideraciones con miras a un estudio comparativo de las parálisis motrices orgánicas e titulado “Las resistencias contra el psicoanálisis” (1925), Freud dice lo siguiente: “El
histéricas”[2]. Se trata de un texto conmovedor que nos permite asistir al modo en que analista declina decir qué es el inconsciente, pero puede indicar el campo de fenómenos
Freud avanza en su convicción, aún cuando no está sostenida en ningún saber positivo. Y cuya observación le impuso el supuesto del inconsciente”.
hay que decir que en esto Freud no cede, a pesar del rechazo y del desprecio de sus
contemporáneos. ¿En qué no cede? No cede en relación a lo que es del orden del relato, A su vez, el texto de la Psicopatología de la vida cotidiana [5] es un ejemplo de un modo
del texto. En efecto, asistimos allí al modo en que Freud se separa del discurso médico y de proceder, esto es, de un método que es el método que Freud inventa. La idea de leer
a un tipo de observación que determinaba el abordaje clínico de la histeria. Aquí se trata este texto es que nos permita aproximarnos no al “contenido” (información) sobre
de establecer las diferencias entre las parálisis orgánicas y las parálisis histéricas. Lo que Freud, sino a un procedimiento que define el campo de una experiencia.
Freud aquí produce –quiero decir que es algo que ocurre en el texto- es una pregunta por La Psicopatología de la vida cotidiana, el chiste y su relación con lo inconsciente y La
la naturaleza misma de dicha lesión. Si en la histeria no se trata de un tipo de lesión interpretación de los sueños son también textos que nos enseñan los pasos que Freud fue
funcional (anatómica) ¿cuál podría ser entonces la naturaleza de la lesión en la parálisis dando y nos dejan aprehender qué y cómo sucede el descubrimiento freudiano.
histérica?
La psicopatología de la vida cotidiana es un libro escrito en 1900 y publicado en 1901.
Lo notable aquí es el modo en que Freud, a pesar de su posición cientificista (y nunca Existe un trabajo antecedente de este texto, publicado unos años antes con el título
rompió con el ideal científico) va avanzando. Veamos la siguiente cita con la que quisiera “Sobre el mecanismo psíquico de la desmemoria” [6], donde Freud se ocupa por primera
situar el paso de Freud, pues al caer el estatuto médico de la lesión, lo que emerge –es lo vez del olvido temporal del nombre propio a partir del análisis del olvido, observado por sí
que Freud encuentra en su experiencia- es su hechura de palabras. Esto es, Freud mismo, del nombre Signorelli (que reencontramos aquí en el primer capítulo). En general
descubre que se trata de una lesión que afecta a la palabra. Dice: se lo ha considerado como un símil imperfecto del primer capítulo de Psicopatología de la
vida cotidiana (esto quizá debido a una nota a pie que encontrarán en la primera página
“Yo afirmo, por el contrario, que la lesión de las parálisis histéricas debe ser por del libro). Sin embargo, cuando emprendemos su lectura lo primero que encontramos son
completo independiente de la anatomía del sistema nervioso, puesto que la histeria se un montón de diferencias –de modo que quienes se sientan concernidos pueden
comporta en sus parálisis y otras manifestaciones como si la anatomía no existiera, o considerarlo una lectura suplementaria.
como si no tuviera noticia alguna de ella.(…) La lesión de la parálisis histérica será,
entonces, una alteración de la concepción {representación} de la idea de brazo, La psicopatología de la vida cotidiana, “con todas las nimiedades y sucesos inaparentes
por ejemplo. Pero, ¿de qué índole es esta alteración para producir la parálisis?” [3] que las demás ciencias desprecian considerándolos insignificantes" es, precisamente, lo
que recoge el genio de Freud en el discurso común que es el discurso que hablamos
La respuesta de Freud no se hace esperar. A continuación, Freud nos dice que la parálisis todos los días. Veremos cómo Freud va señalando en los accidentes del habla cotidiana,
del brazo consiste en el hecho de que la concepción del brazo (la palabra brazo) no en la equivocación y en los tropiezos, otra escena u otro escenario, donde lo que es dicho
puede entrar en asociación con las otras ideas que integran el yo. Se trata de una palabra más allá de la intencionalidad consciente, señala los desvíos del deseo inconsciente. Es
decir, de una verdad que concierne al sujeto y que nace en la palabra. Se puede advertir 5. Freud, S., Psicopatología de la vida cotidiana, en: Obras Completas, Vol. VI, Ed.
aquí la subversión freudiana. La investigación de la verdad no se reduce a la investigación Amorrortu, Buenos Aires.
objetiva del método científico habitual. La verdad no se define en términos de adecuación 6. Freud, S., “Sobre el mecanismo psíquico de la desmemoria”, en Obras Completas,
a lo real, o como correspondencia entre las palabras y las cosas. Lo que Freud descubre Vol. III, Ed. Amorrortu, Buenos Aires.
es que la verdad emerge en la palabra bajo ciertas condiciones específicas. 7. Psicopatología de la vida cotidiana, op. cit.
8. C. Guinsburg, Mitos, emblemas, indicios, Ed. Gedisa, Barcelona.
Se trata, como veremos, de una dimensión inédita de la palabra, que surge en el marco
de una relación que tiene una condición: hay alguien que habla y hay alguien que
escucha. El que habla se dirige a otro. Lo que allí surge, en esa palabra que se dirige a
otro, es la palabra en tanto pone en juego la dimensión de la verdad. Y esto es muy
fuerte, es inédito. Antes de Freud nadie había permitido pensar que la verdad nace en la
palabra –que no hay verdad por fuera de la palabra- que se dirige a un otro.

Justamente, con estos “detalles” que pasan generalmente desapercibidos, “desperdicios


de nuestra observación”, detritus, Freud desbroza el camino al “supuesto necesario de
la existencia de unos procesos psíquicos inconscientes, y sin embargo,
eficientes”, evitando “toda consideración teórica acerca de la naturaleza de lo
inconsciente” [7]. De nuevo, vemos aquí la función del ejemplo en psicoanálisis.

Leeremos este texto con el ensayo del italiano Carlo Ginzburg, “Indicios. Raíces de un
paradigma de inferencias indiciales” [8]. En este magnífico ensayo, Ginzburg encuentra
una analogía entre el método del crítico de arte italiano Giovanni Morelli, de Sherlock
Holmes y de Sigmund Freud. Ginszburg nos muestra que en los tres casos se trata de
una lectura de detalles, del minucioso examen de ciertas textualidades (“una realidad tal
vez ínfima”) para reconstruir “una realidad más profunda, de otro modo inaferrable”. Lo
que sitúa el psicoanálisis de Freud en el marco de una constelación de disciplinas que
forman el “paradigma indiciario” que consiste en la lectura de rasgos mínimos: señales,
indicios, síntomas, marcas, huellas, trazos.

Por último, veremos que en la Psicopatología... la hipótesis de la existencia del


inconsciente se vincula totalmente a una técnica de la palabra o a una técnica verbal,
como la llama en El chiste y su relación con lo inconsciente. Leamos el texto con el
espíritu que anima el descubrimiento de Freud: el inconsciente sale a nuestro encuentro
cuando hablamos. Sólo que en la época de Freud no existía la lingüística como ciencia
(Lacan llega a decir que Freud anticipa los desarrollos de Saussure). Esto significa que
en todos estos fenómenos que Freud estudia en La psicopatología de la vida cotidiana, en
los chistes, en los sueños y en los síntomas, descubre una legalidad. Con Lacan, que en
su retorno a Freud lee estos textos a la luz de los desarrollos de los lingüistas (de
Saussure, de Jackobson y de Benveniste), sabremos que estas leyes son las leyes del
lenguaje que dará la ya célebre fórmula: “el inconsciente está estructurado como un
lenguaje”.

1. Freud, S., Estudios sobre la histeria, en Obras Completas, Vol. I, Ed. Amorrortu,
Buenos Aires.
2. Freud, S., “Algunas consideraciones con miras a un estudio comparativo de las
parálisis motrices orgánicas e histéricas, en Obras Completas, Vol. I, Ed.
Amorrortu, Buenos Aires.
3. Idem
4. Así llamados por J. Lacan.

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