Anda di halaman 1dari 25

COMO OBSERVAR UNA PAUTA DE INTERACCION

Diana del Rocío Murillo, Jenny Naranjo, Tatiana Ardila, Yeimy Xiomara
Romero

La verdad puede ser relativa.

La verdad es concreta y, sin embargo, inconmensurable.

La verdad es algo que, en realidad, haces tú.

Anthony de Mello

RESUMEN

Quienes comienzan el estudio de la psicología sistémica se enfrentan al


reto de observar y describir pautas de interacción. Esto implica construir
descripciones basadas en observaciones sobre lo relativo y lo no obvio, dando
paso a cuestionamientos sobre qué se observa y cómo se expone lo
observado. A continuación se presenta una guía, que es una posibilidad entre
muchas, para focalizar información pertinente al hablar de interacción humana
y para organizarla en un patrón relacional basado en los principios del modelo
sistémico.

Palabras clave: Pauta de relación, interacción, modelo sistémico,


cibernética, comunicación, terapia sistémica.

ABSTRACT

Who begin the study of the systemic psychology they face the challenge of
to observe and to describe interaction rules. This implies to build descriptions
based on observations on the relative and not very evident, opening the way to
questions on what it is observed and how that is exposed. Next a guide is
presented, like a possibility among many, to focus pertinent information when
speaking of human interaction and to organize it in a relationship pattern based
on the principles of the systemic approach.
Words key: relationship rules, relationship pattern, interaction, systemic
model, systemic approach, cybernetics, communication, systemic therapy.

La inquietud de hacer este escrito surgió de observar en el


ejercicio docente que los neófitos en psicoterapia sistémica
tienen dificultad para identificar una pauta de interacción ya que
el camino para hacerlo no se encuentra en un solo texto. Los
precursores de la terapia sistémica por supuesto, dieron muchas
luces al respecto, sin embargo, tal información se encuentra
distribuida en muchos textos clásicos y en ocasiones es difícil
articularla para llevarla a la praxis.

El siguiente artículo es un fragmento del trabajo monográfico


Modelo Explicativo de una Pauta de Culpa desde un Enfoque
sistémico. Se extrajeron las secciones pertinentes para
comprender la pauta de interacción y dado que se encuentra en
el marco de un trabajo centrado en la pauta de culpa, ésta se
mencionará en algunas líneas.

El texto propone una forma de organizar la información


sobre una relación para percibirla en su dinámica sistémica.
Como está orientado a quienes comienzan a hacer lecturas
sistémicas, es posible que el experto considere que carece de
aspectos que hacen compleja la mirada tales como la postura
cibernética de segundo orden y los contextos amplios en los
que se desarrolla la relación entre otros. Esto se delimita en la
postura epistemológica.

Explicar e interpretar una pauta, cualquiera que ésta sea, requiere precisar
la postura epistemológica desde la cuál se hace pues esto puede modificar
notablemente la información pertinente y su organización. Por tanto, el marco
teórico comenzará definiendo la epistemología cibernética que es la que hemos
elegido como investigadoras y dentro de ella, diferenciando las cibernéticas de
primer y segundo orden para aclarar cuál es la que asumimos como
investigadoras y desde cuál se generarán las explicaciones de la pauta de
culpa.

Posteriormente, en este marco teórico retomaremos algunos antecedentes


teóricos que nos permiten construir los conceptos de pauta relacional y de
culpa para finalmente comprender cómo se interrelacionan estos aspectos en
la explicación de una pauta de culpa desde una perspectiva sistémica.

El trabajo de investigación comienza con aclarar la postura epistemológica


con la cual se van a concebir las pautas de relación; luego se conceptualiza la
pauta de interacción y los aspectos que constituyen su dinámica;
posteriormente se focaliza en la definición de culpa.

1. POSTURA EPISTEMOLOGICA

Keeney (1987) se fundamentó en Bateson, para explicar que la


epistemología intentaba establecer la manera en que los “organismos o
agregados de organismos particulares conocen, piensan y deciden”. La
epistemología permite organizar la información para comprender cómo
observa el observador, para saber qué observa y en qué se fundamenta para
determinar que su observación está inmersa en una realidad. En este caso, la
postura epistemológica define cómo vamos a observar la pauta de culpa, qué
información es necesaria para observarla y en qué nos fundamentamos para
estructurar dicha observación como una pauta de culpa.

Keeney (1987), propone que la epistemología es básica y fundamental en


cualquier conocimiento independiente de la ciencia e identifica dos clases de
epistemología: la de tipo lineal y de tipo progresivo. La lineal organiza la
información sobre la realidad de forma que establece relaciones de causa
efecto en línea recta, considerando que los fenómenos tienen un punto de
partida y uno de llegada; toma un segmento de la situación apartándolo de su
contexto por esto se llama reduccionista y sus descripciones o explicaciones no
tienen en cuenta al observador que las produce. Mientras que la epistemología
recurrente, también conocida como sistémica, ecológica, ecosistémica, circular
o cibernética presenta características diferentes como la focalización en las
relaciones entre los fenómenos que observa; organiza relaciones causa efecto
en secuencias cíclicas de manera que el efecto produce y alimenta la causa –
por esto recibe el nombre de circular – así no existe un principio y un final
particulares sino que el observador decide dónde comienza su observación y
explicación; se observa el fenómeno dentro del contexto en el que ocurre y
toma en cuenta los procesos cognitivos que intervienen en el sujeto que
observa.
Keeney (1987) se basa en autores como Spencer-Brown, Varela,
Whitehead y Watzlawick entre otros para explicar cómo se describe lo que
ocurre en la relación entre dos personas. Para realizar una descripción de los
sucesos con epistemología cibernética se parte de establecer distinciones. La
distinción es destacar más una información de la realidad quedando un
conjunto de informaciones en segundo plano. Los límites de lo que se destaca
o enfoca dependen del observador, es su decisión más o menos consciente.
Así que de acuerdo con este autor, el observador después de distinguir una
parte de la realidad debe tener claro qué puntos tuvo en cuenta para realizar su
observación.

Posteriormente, el observador interpreta aquello que distinguió, es decir que


lo califica o le adjudica cualidades, significados o características, esto es
denominado puntuación.

Paso seguido, el observador que trabaja en el mundo de las relaciones


debe reencuadrar los marcos de referencia. Esto significa que cuando dos
personas explican su comportamiento como respuesta ante la conducta del
otro, el observador cibernético integra los fragmentos de sus descripciones en
una nueva versión que describe la forma en que las conductas generan una
secuencia de hechos en la que las dos personas están estimulándose
mutuamente para actuar de esa manera. Bateson mencionado por Keeney, a
esto lo llamó reencuadre. En este momento, se pasa de observar dos (2)
individuos a observar la secuencia de hechos en una (1) pareja. Se pasa de
observar dos unidades (personas) a observar una unidad (secuencia de hechos
de pareja).

Esta visión permite tener una mayor cobertura al observar la realidad ya


que toma dos realidades en una sola organizando la información de manera
circular permitiendo ver las relaciones humanas como sistemas (conjunto de
relaciones) que se autoorganizan.

La epistemología cibernética ha tenido una evolución que ubica al


observador o investigador en dos condiciones diferentes frente al objeto de
estudio. Esta divergencia se ha establecido a través de los conceptos de
cibernética de primer y de segundo orden.

La cibernética de primer orden de acuerdo con Keeney (1987), tiene sus


inicios en el intento de explicar cómo entra y sale información en un sistema.
Esto implica que el observador describe lo que ve en la realidad sin que él esté
involucrado en tal descripción. Esta postura del observador fue llamada
por Foerster (1996) “cibernética de los sistemas observados” (p.92). El
observador intenta dar una descripción objetiva o “desde afuera” de la realidad,
da la observación y descripción en sí misma de los acontecimientos y su
interpretación, sin tomar en cuenta quién observa. Desde esta cibernética de
primer orden el observador discrimina la “observación” sin inmiscuirse en el
fenómeno, siendo simplemente un espectador, que quiere definir y controlar lo
que quiere observar.

La cibernética de segundo orden de acuerdo con Foerster (1996), se


define como la “Cibernética de los sistemas observantes” que se define como
la observación que realiza un observador, siendo “Alguien que intenta hacer
descripciones y operar desde adentro de aquello sobre lo cual quiere operar y
a lo cual quiere describir” (p.92). Esto implica tomar en cuenta las
características y factores que influyen en el observador para realizar la
observación como los procesos cognitivos, emocionales, contexto familiar
y social. La identificación de estos elementos y contextos permite
determinar por qué el observador realizó ese análisis y no otro.

Teniendo en cuenta estas dos posturas, determinamos que en términos


amplios en este trabajo nos acogemos al planteamiento de la segunda
cibernética en el sentido que consideramos que todas las observaciones que
se hagan de una pauta al igual que las ideas de este trabajo, han sido elegidas
y organizadas con una objetividad entre paréntesis (objetividad)[1]. De acuerdo
con Maturana (1998) significa que el ser humano no observa una verdad de la
1realidad sino que cada individuo mira la realidad de diferente forma y por eso
observa una realidad diferente consensuada y ligada a sus intereses. Por lo
tanto, pensamos que cualquier observador cuando vaya a enfocarse en una
pauta, debe colocar su objetividad entre paréntesis para tener presente que
aquello que observa responde a su decisión sobre qué y cómo observar.

Por lo tanto, renunciamos a la objetividad investigativa y a la generación de


conclusiones verdaderas sobre la pauta de culpa. Más bien creemos que con la
información recopilada brindamos unas guías orientadoras sobre cómo
interpretar y explicar, desde una perspectiva sistémica, cómo en una relación
se presenta una pauta de culpa.

En términos de la explicación e interpretación de la pauta específicamente,


los parámetros van a estar orientados desde una cibernética de primer orden
pues es un primer paso para concebir una pauta relacional. Es decir que los
alcances de este texto están orientados a describir los procesos que un
observador puede considerar para leer la puta, sin entrar en los detalles de sus
propias preferencias de distinción o puntuación.

2. DEFINICION DE PAUTA RELACIONAL

Sistema, de acuerdo con Foerster (1996) es el concepto que identifica a la


organización y unión de personas que se relacionan entre sí continuamente.
Los sistemas por la continua interacción entre sus integrantes, están
conformados por relaciones. Dado que una pauta relacional se concibe cuando
se cree que éstas operan con los principios organizativos de los sistemas,
vamos a puntualizar primero en la comprensión de qué es un sistema, sus
principios y su funcionamiento.

2.1. Sistemas de Interacción

Guadarrama (1992) se fundamenta en Bertalanffy para plantear que un


sistema es “Un conjunto de elementos interactúantes entre sí” y presuponer “la
existencia de una interdependencia entre las partes” (p 2.). Lo que implica que
dos personas que se relacionan entre sí, comienzan a depender la una de la
otra, a definirse mutuamente en la medida que sus características son relativas
a la relación con su alter.

De acuerdo con Watzlavick (1981) en una relación de dos personas, cada


una tiene características particulares que al interactuar generan fenómenos
novedosos o emergentes que definen el sistema relacional. Los sistemas,
se dinamizan por el conjunto de relaciones interpersonales que
procesan información y dan a conocer mensajes que continuamente son
retroalimentados. Así, las cualidades que toma una relación se construyen en
el interjuego de mensajes o intercambio comunicacional. Waztlavick (1981)
explica este proceso a través de cinco axiomas o postulados que representan
cómo fluye la comunicación entre las personas.

El primero consiste en la “Imposibilidad de no comunicar” (p.49), Las


personas se comunican a través de conductas que son observables, por lo
cual todas las conductas humanas tienen un efecto de comunicación en el
otro. El intercambio de estos mensajes se identifica como interacción. Por
eso para observar la relación de dos personas, se observa el intercambio de
conductas (secuencia de hechos observables) así que es fundamental hacer
estas observaciones para la identificación de la pauta de culpa, ya que es a
través de esta secuencia observable que se distingue la circularidad del
intercambio comunicacional en la relación.

El segundo axioma de comunicación consiste en “Los niveles de contenido y


relación de la comunicación”. Watzlavick (1981) retomando a Bateson, explica
que la comunicación humana se realiza a través de dos procesos que se
conocen como “Aspectos referenciales y conativos” (p.53). Este postulado
implica que si una persona presenta una conducta (transmite un mensaje)
hace que otra persona se sienta comprometida a responder con otra conducta,
por esto también se dice que transmitir un mensaje impone conductas. En este
intercambio de acciones –interacción – se reconocen los dos aspectos
mencionados arriba. El aspecto referencial, consiste en el contenido del
mensaje, es decir cualquier aspecto que sea comunicable y que se desea que
el otro conozca. Mientras que el aspecto conativo, se refiere a la relación
entre las personas que se comunican, o sea las cualidades del vínculo entre los
comunicantes. Significa esto que el aspecto conativo califica o le da
características al referencial. Estos dos aspectos están integrados y
simultáneos dentro de las relaciones humanas, propiciando que se clasifiquen
los mensajes que se transmiten las personas.

El tercer axioma, se refiere a la interpretación de los acontecimientos por


medio de la puntuación. Watzlavick (1981) propone que “La puntuación
organiza los hechos de las conductas” (p.57). Las personas interpretan la
información a partir de la secuencia de hechos que se da entre los
comunicantes. De acuerdo con esta puntuación, la relación es calificada y
caracterizada por el que interpreta y así mismo reacciona ante el mensaje que
le han enviado.

El cuarto axioma explica que los sujetos se comunican por medio de dos
clases de lenguaje uno para cada nivel de la relación. Intercambian sus
apreciaciones a través de conversaciones, sin embargo también se identifica
que en la comunicación humana intervienen el lenguaje analógico y digital.

El lenguaje digital consiste en los dígitos utilizados por cada


sistema como es el lenguaje verbal y escrito, este tipo de lenguaje es
arbitrario ya que cada sociedad comparte un mismo lenguaje. El lenguaje
analógico se caracteriza por ser “cinético y paralingüístico” (p.399). De
acuerdo con Bateson (1998), este tipo de lenguaje consiste en los gestos,
muecas, comportamientos, tonalidad de la voz y tensión del músculo, entre
otros que realizan las personas. Por lo cual para la observación de la pauta es
pertinente fijarse en los dos lenguajes, ya que son manifestaciones
pragmáticas observables.
El último axioma consiste en la “Interacción simétrica y complementaria”.
En las relaciones simétricas, las personas tienden a igualar su conducta, por
lo cual su interacción es de igual a igual, tratan de mantener el mismo nivel de
poder. En el segundo caso en las relaciones complementarias, la conducta de
un sujeto complementa a la del otro teniendo una relación donde los dos
ocupan posiciones diferentes.

La continúa comunicación entre las personas a través de


comportamientos que llevan contenidos que a su vez son descifrados, las
lleva al establecimiento de sistemas de interacción. Watzlavick
(1981) propone que las personas se pueden ubicar dentro de un sistema
interaccional diádico, es decir la relación entre dos personas o uno más amplio
compuesto por varias personas, por ejemplo, la familia. En este trabajo nos
centramos en relaciones diádicas. Dentro de está interacción se aplican los
principios organizativos de los sistemas como los siguientes:

1. Totalidad: Es la relación que guarda cada una de las partes del


sistema entre sí para que funcionen como una sola entidad. El sistema está
compuesto por unidades independientes como un rompecabezas, así se
entiende que un sistema familiar, está compuesto por padres e hijos, se
conoce a la familia como un total, a los padres y los hijos como sus partes.

2. La Retroalimentación: Es entendida como la información que llega a


una persona o sistema como respuesta a una información que éste ha
enviado como mensaje. Por ser una respuesta resulta ser una información
sobre la información que se envió y a la vez invita al primer emisor a enviar
un nuevo mensaje. Por esto, la retroalimentación regula y controla el
intercambio comunicacional (secuencia de hechos) entre los comunicantes.
Así, la retroalimentación al igual que la circularidad, mantiene las relaciones
en forma secuencial donde la respuesta de uno es alimentada por el
mensaje del otro.

3. Equifinalidad: Este principio consiste en que iguales resultados pueden


tener orígenes distintos, así como los celos pueden ser un causante de la
ruptura en una relación, de igual forma, la cotidianidad puede ser un
causante de la misma ruptura.
4. Equicausalidad: Waztlavick (1981) retomando a Jackson menciona que
eventos similares o iguales pueden tener diferentes finales. Por ejemplo, si
una persona no llega a tiempo a una cita, puede que la relación se rompa,
se modifique o se mantenga igual.

Estos principios se pueden observar en toda clase de sistemas, incluyendo


los relacionales. Lo mismo ocurre con los aspectos básicos para el
funcionamiento de un sistema. Ruiz y Cano (1998), retoman a Foster y
Gurman [2] para señalar que los sistemas, al igual que cualquier maquinaría,
requiere de unos aspectos centrales para que funcione.

El primero es la estructura. Es decir, los sistemas se caracterizan por tener


claro quiénes son sus miembros, la jerarquía y límites entre ellos y funciones y
tareas de cada miembro. La estructura por tanto, involucra el cumplimiento de
normas y reglas. De acuerdo con Guadarrama (1992) quien retoma
a Watzlawick, estas son los preceptos y disposiciones que rigen y guardan
que una relación sobreviva y pueden ser de tres tipos:

1. Aquellas que se establecen abiertamente.

2. Aquellas de las que no han hablado, pero en las que estarían de


acuerdo si se refirieran.

3. Aquellas que un observador externo podría percibir, pero que


probablemente negaría la pareja o alguno de los miembros
restantes”. Retomado de Guadarrama (1992) (p 2.).

El segundo es la regulación. “Se refiere a la secuencia típica de interacción


o de relación, que suele ser habitual y predecible” (Foster y Gurman citados por
Ruíz y Cano, 1998) y mantiene el equilibrio en el sistema. Así, Watzlawick
(1981), retomando a Lennard y Bernstein, “Por su misma naturaleza un sistema
consiste en una interacción y ello significa que debe tener lugar un proceso
secuencial de acción y reacción” (p. 117). Lo que implica que lo que una
persona hace o dice, es un mensaje que invita a otra a responderle de una
determinada manera. Así uno regula al otro y viceversa.

El tercer aspecto es la información que se trata del mensaje que se


transmite, de acuerdo con Abril (1997), la información es una medida de la
frecuencia o de la probalidad de una señal o de un mensaje en una
comunicación.
Como cuarto y último elemento para el funcionamiento del sistema está la
capacidad que tienen los sistemas de adaptarse a los conflictos. Es decir el
sistema desarrolla habilidad para enfrentar las diferencias entre sus miembros,
los cambios y retos que se presentan en la vida del sistema.

La observación del intercambio comunicacional (secuencia de hechos), los


principios, estructura y funcionamiento, hace visibles a los sistemas de
interacción, lo que facilita la identificación de pautas relacionales. Foerster
(1996), define los sistemas de interacción como “Una herramienta útil, para
observar la interacción entre una persona y otra, o entre una persona un grupo
o su ambiente” (p.39) pues cuando una persona llega a un grupo o conoce a
otra, ambas buscan ser aceptadas. Tanto una parte como la otra tienden a
modificar y ajustar patrones de conducta para tener más posibilidades de
acceso y de interacción. Las dos se organizan aportando nuevas posibilidades
de adaptación a la relación.

Si bien cada persona pertenece a varios sistemas y cada sistema se


desarrolla en sistemas de relación más amplios, este estudio se focaliza en la
pauta de un sistema diádico. Identificar cómo están organizados estos
sistemas, nos ubica en la forma en que se consolidan y se mantienen. Conocer
la secuencia comunicativa y la manera en que las personas se afectan
mutuamente, propicia que haya un acercamiento al concepto de pauta.

Foerster (1996), retomando a Illich, expresa que “Los miembros de un


grupo conviven cuando la propia voz de cada uno de ellos, cambia a través de
la voz de los demás, regulando la tendencia a estructurar su conducta en la
negación de la visión ajena.” (p.57). Las personas se desarrollan en contextos
sociales, que les brinda pautas de comportamiento por lo que no todas las
personas actúan y establecen relaciones de la misma manera. Ochoa de Alda
(1995), fundamentándose en Minuchin, plantea que “Las demandas de los
miembros de una relación reflejan el proceso de pauta de interacción” (p.234).
Si se comprende la demanda de cada integrante de la relación, se puede
entender qué pidió, y qué obtuvo como respuesta, de tal forma que se identifica
la comunicación y los niveles de relación. Esto se presenta gracias a
dos procesos que son:

1. “Determinismo estructural”: “Lo que nos pasa depende de nuestra


estructura.” (p. 60). Las personas actúan de acuerdo con sus propias
decisiones, tomando en cuenta o ignorando sus consecuencias.
2. “Acoplamiento estructural”: “Vivimos en congruencia con el medio y con
los otros y en constante cambio estructural” (p. 61). Las personas actúan de
acuerdo con las situaciones.

Las acciones de quienes integran los sistemas construyen la interacción


entre las personas y su contexto plasmándose en relaciones interpersonales
con causalidad circular, gracias al ir y venir de la retroalimentación en la
comunicación. De acuerdo con Keeney (1987), las personas actúan según sus
propias decisiones y principios, por tal razón las consecuencias de sus
acciones son de su propia responsabilidad, sin embargo, tales consecuencias
son la causa (invitación) de las acciones del otro, así que sirven para justificar
su comportamiento.

El mismo Keeney (1987) se fundamenta en Wiener para expresar que la


retroalimentación o feedback es “Un método para controlar un sistema
reintroduciéndole los resultados de su desempeño en el pasado” (p.83).
Identificar que la información que se emite es restituida y encadenada a nueva
información conlleva a que la comunicación deje de ser vista como envío y
recepción de mensajes, y más bien se observe la complementaridad que las
dos personas establecen con su lenguaje, el tipo de relación que desarrollan y
el ajuste mutuo a partir de la contribución que cada uno da a la pauta.

Al definir un sistema recursivo, Keeney & Ross (1985) explican que gracias
a dicha retroalimentación se establece una complementariedad recursiva
conformando una pauta. Aclaran que “realimentación es un método que
permite estabilizar un sistema por la vía de reciclar en su interior los cambios
de su ejecución pasada” (p. 61). Se reconoce entonces que la pauta depende
de la coexistencia del cambio y la estabilidad. Estos autores lo han
representado de la siguiente manera:

ESTABILIDAD / CAMBIO

Figura 1.

Adaptada del texto Construcción de Terapias Familiares Sistémicas. Keeney;


B. & Ross, J. (1985) representación grafica de la Retroalimentación en la
comunicación. (p.62).
Aunque este principio es la base de la retroalimentación, fue Keeney
(1987) retomando a Wiener quien integró las acciones de las personas a la
retroalimentación identificando la información enviada y la recibida más la
interpretación de los mensajes, donde una acción de A, es interpretada por B
como un mensaje que lo incita a dar una respuesta que se vuelve mensaje
para A. A interpreta la respuesta de B dando como resultado un ciclo, como se
observa en la figura 2. Es decir “Se retroalimenta la información
correspondiente a una conducta conformando una pauta de comportamiento”
(p.85).

Figura 2

Secuencia de retroalimentación en la comunicación: Donde una persona


realiza una acción calificada como A, está acción es interpretada por otra
persona como un mensaje B,

dando una respuesta C, que integra la interpretación del mensaje de A, más el


mensaje de B.

Recordemos que Keeney, (1987) plantea que la pauta es realizada por un


observador. Por lo tanto podemos decir que es la construcción de un
observador basado en la focalización de una secuencia de hechos en una
organización social.

Como se vio en la figura 2 la interacción se hace cíclica, por esto podemos


entender que Ruiz y Cano (1998) expliquen la pauta como algo habitual y
predecible. Por lo tanto, una secuencia de hechos o intercambio de información
habitual y predecible se puede definir como una pauta de interacción.

Para este trabajo se entiende como pauta la construcción de un observador


basado en la focalización de una secuencia de hechos cíclica que se hace
repetitiva y predecible en una organización social.
Una vez entendido el término de pauta, es necesario saber cómo
describirla. Keeney (1987) retomando a Bateson, explica que para describir
una pauta, es necesario primero distinguirla, para luego describir su secuencia
e identifica los pasos que se requieren para comprenderla.

2.2. Descripción de pauta de interacción

Para la descripción de una pauta relacional, de acuerdo con Keeney (1987),


se deben tener en cuenta determinados aspectos que propician su
identificación, es decir su observación en la relación entre las personas.
También aclara los factores que permiten su posterior clasificación. El propone
que se realice la descripción teniendo en cuenta:

2.2.1. Leyes de forma

a. Trazar una distinción. De acuerdo con Keeney (1987) retomando a


Brown, la distinción consiste en demarcar la
observación, colocando límites y fronteras para crear una observación
organizada basada en la realidad. Él toma el principio de la Gestalt de figura
– fondo para explicar este paso ya que en este los individuos al hacer una
primera observación limitan su foco, configurando la figura
y desconocen el fondo. Lo mismo ocurre en la distinción. Las clases de
distinciones que se pueden realizar en un contexto son muchas ya que cada
persona traza una observación de acuerdo con su marco de referencia,
agrupando acontecimientos y luego crea categorías. Permitiendo que la
observación tenga un orden en donde “El observador primero distingue y
luego describe” (p.36).

b. Conocer el conocer. La identificación de por qué se realizó esa


distinción y no otra ejemplifica conocer el conocer. Demarcar cómo conoce
el observador permite “Descubrir las distinciones primitivas que
caracterizan el modo de conocer del autor o de cualquier otro individuo”
(p.37) de tal forma que se comprenda desde qué posición el
observador distingue la realidad. Keeney (1987), retoma a Brown para
manifestar que “El sujeto que observa está en lo observado” (p. 38) por lo
cual la observación lleva un gran contenido de la persona que realizó la
distinción, pues es el sujeto quién decide qué distinción hace del suceso,
focalizando su observación en determinados detalles y excluyendo otros. Es
decir, el observador necesita conocer qué influyó en él para realizar esa
observación, y cuáles procesos participaron en su observación. Por esto, se
entiende que el fin de realizar las distinciones es conocer qué observa y
cómo conoce lo que observa una persona.

2.2.2. Puntuación

De acuerdo con Keeney (1987), la puntuación significa la interpretación


y organización de los acontecimientos que se hacen de la realidad a través
del lenguaje, por parte de un observador. “El observador que
establece distinciones a fin de observar, y lo que el observador observa puede
ser descriptivo” (p.39). En este momento de traducir en lenguaje lo que se ha
observado, es pertinente tener en cuenta los siguientes procesos.

a. Reencuadre de los marcos de referencia. Keeney (1987) retomando a


Watzlawick y otros, manifiesta que “La raíz de innumerables discordias en
las relaciones personales está en la discrepancia acerca del modo de
puntuar la secuencia de sucesos” (p.40). Como cada uno interpreta el
mensaje del otro desde su marco de referencia, la realidad de la situación
es diferente para cada persona.

Desde esta perspectiva la respuesta de uno es el estímulo para que el otro


responda convirtiendo la comunicación en una secuencia de hechos. La
puntuación de los hechos se realiza a través de la interpretación de la
realidad utilizando los marcos de referencia.

Por tanto, el observador en este momento incluye la participación de los


integrantes de la relación a observar, teniendo en cuenta los marcos de
referencia que cada uno de ellos utiliza para puntuar los hechos.
Comprende así, las razones que los participantes tienen para responder de
la forma como lo hacen ante el estímulo del otro. Luego considera su propio
marco de referencia obteniendo una comprensión de la relación más
integral.

b. Epistemología Clínica. Keeney (1987) retomando a Rabkin, expone


que la epistemología clínica implica “La manera en que los clientes
adquieren su particular forma de conocer el mundo” (p.43). Esto implica que
el observador requiere primero identificar cómo traza distinciones y puntúa
la relación cada uno de los participantes para luego organizar tal
información en una categoría o puntuación que abarque las dos
realidades. Keeney (1987) lo explica así: “El terapeuta debe contar con un
método para puntuar su puntuación” (p.43). Además brinda como
herramienta en este punto, tres modalidades básicas para
trazar distinciones:

 Primero el observador traza las distinciones básicas que incluyen


los “datos elementales”. Esto implica la identificación de momentos
históricos claves dentro de la vida de los individuos o las secuencias de
interacción que se hacen evidentes.
 Luego, en otro nivel de abstracción, identifica estas distinciones y
“Procura establecer pautas que los conectan” (p.43) indagando los
momentos en que se repitieron los acontecimientos u organizando las
secuencias de conducta en marcos temporales inmediatos.
 Por último, se devuelve y examina las distinciones y las pautas que él
ha observado reconociendo que él fue el que las trazó, que hubiera
podido hacerlo de otra manera y que hubiera podido observar otras.

Estas modalidades implican que el observador sigue una secuencia:


primero realiza distinciones, luego conecta las distinciones circularmente en
una pauta y por último retrocede y reconoce que su observación es una
posibilidad entre muchas.

2.2.3. Ordenes de recursión

La realización de distinciones, implica que el observador reconozca


que hay lógicas y niveles para organizar la información obtenida con esas
lógicas.

a. Tipificación Lógica. “Es una herramienta conceptual” (p.44) que


sirve para evitar que el observador confunda el todo con una de sus partes
generando una contradicción o paradoja. Para obviar tal confusión el
observador requiere reconocer primero la lógica desde la cual describe y
luego los “Niveles lógicos” o el lugar de la jerarquía lógica en la que realizó
su observación. Por ejemplo, al describir un árbol el observador podría
dedicarse a sus características generales como el tamaño y el color entre
otras o fijarse en detalles específicos de las hojas o el tronco, por ejemplo.
Para que sea claro, se requiere que él trace una distinción entre el árbol (el
todo) y sus hojas o su tronco (las partes) pues éstos indican dos niveles
lógicos diferentes. De tal forma que el observador debe especificar
desde cuál nivel observa evitando que haya una ambigüedad, esto
significa identificar desde qué lugar de la jerarquía explicativa contempla el
árbol, ya que podría referirse a una hoja (un parte), una rama (otra parte
más amplia), el árbol (el todo), un bosque (un grupo) o un ecosistema (un
contexto).
b. Recursión. Es la descripción que un observador realiza de un evento o
una secuencia de hechos de manera circular. Es decir que sus distinciones
deben retornar al punto del cual partió. Si integra la tipificación lógica, el
observador describe identificando desde qué nivel lógico organiza los
hechos para realizar su explicación. Por ejemplo: Cuando una persona
observa una discusión de una pareja, identifica una secuencia de hechos
entre los dos, implica reconocer qué hace cada uno y cómo la
retroalimentación mutua se puede organizar en un orden coherente y
cíclico. Así, se podría identificar que a mayor explicación de uno de los
integrantes el otro pedirá mayor explicación aumentando el altercado. Al
incorporar la tipificación lógica el observador debe reconocer su nivel lógico
de explicación, es decir identificar si está describiendo conductas,
emociones, grupos de conductas (categorías) o tipos de relación.

c. Principios dormitivos. Keeney (1987), retoma a Bateson para decir que


al querer explicar una secuencia de conductas de forma recursiva, se puede
caer en un error de descripción llamado principio dormitivo. Este es “Un
reacomodamiento más abstracto de la descripción del rubro que se
pretende explicar” (p.48). Es decir, que el observador cuando
quiere describir lo que ocurre con una parte de la realidad toma como
referencia una parte más amplia que aquella que desea explicar o utiliza
términos similares como sinónimos.

Para evitar que el observador tenga este error en su explicación, debe


expresar en detalle las partes que componen la realidad que quiere
describir y la relación que se mantiene entre éstas, conservando una
lógica para que sea coherente. Por ejemplo, un observador puede
calificar que la relación entre un hombre y una mujer es conflictiva por que
observa conflictos (Sinónimo) entre los dos, en tal caso se hace
necesario que el observador explique y clasifique las secuencia de
hechos ocurrida entre las dos personas por la cual él deduce que esa pareja
es conflictiva, además se requiere que mantenga el nivel lógico de su
explicación para que sea comprensible y coherente.

2.2.4. Doble descripción

De acuerdo con Keeney (1987), las personas continuamente participan en


las relaciones humanas y cada quien interpreta las situaciones que vive de
manera diferente. Cuando el observador desea describir lo que ocurre entre
dos personas que participan en la misma relación y la puntúan de manera
distinta, él requiere hacer una doble descripción.
Ésta se da cuando el observador tiene en cuenta la puntuación de cada una
de las personas que integran la relación para luego organizar dicha información
en una secuencia de hechos en la que caben las dos versiones de
manera lógica. Para este propósito es útil que el observador vea cómo la
información o conducta de una persona se convierte en retroalimentación de la
otra. El proceso se observa en la figura 3.

A
Puntuación de A sobre la relación con B
B
Puntuación de B sobre la relación con A
Qué hizo B para que usted actuara así y qué hizo usted para que B reaccionara
así?

Que hizo A, para que usted actuara así y qué hizo usted para que A
reaccionara así?
A
B
Puntuación de A y B de forma separada
El observador, integra las puntuaciones de las personas que interactúan en la
relación identificando la secuencia de los hechos de forma circular.

Figura 3.

Doble descripción: la integración de la interpretación que cada una de las


personas hace sobre la relación, hace más totalizadora la observación de la
dinámica o de la pauta relacional que las conecta.

Para que el observador identifique desde cuál nivel lógico se posiciona para
su doble descripción Keeney (1987 p.56), ofrece una guía de tipología lógica
que le ayuda a evitar que se posicione en dos o más niveles y genere conflicto
en la explicación y la comprensión. Tal guía se observa en la figura 4
cuyo análisis se puede iniciar de abajo (lo más simple) hacia arriba (lo más
complejo), siguiendo la secuencia numérica.
Figura 4

Retomado del texto Estética del Cambio de. Keeney; B. (1987) representación
gráfica

de los órdenes del análisis epistemológico. (p.56).

Keeney, (1987) retomando a Bateson, utiliza el término de Ordenes de


recursión refiriéndose a que “los contextos de la acción (una distinción de
orden superior) son distintos, desde el punto de vista lógico, que las
descripciones de la acción simple (distinción de orden inferior)” (p.54). La
observación en el número 1 es sobre una acción simple y luego, en la número
2, se traza una distinción de orden superior para marcar el contexto de la
primera observación.

En la columna derecha de la figura 4, la “Descripción del proceso”, se da


cuenta de “la unidad que es objeto de observación” (p.56), en la descripciones
de acción simple (1), como las expresiones verbales, postura corporal,
expresión facial, etc. La identificación de estas unidades produce información
acerca de los mensajes que se envían los comunicantes, y que muchas veces
no son tomados como relevantes, pero influyen en la relación.

La “Clasificación de la forma”, columna central del gráfico, implica el


nombre que se le asigna a la agrupación de acciones simples dentro de un
contexto, por esto se llama Categorías de acción (2).

Ascendiendo en la escala se encuentra, las Descripciones de la interacción


(3), refiriéndose a la forma en que se conectan las acciones simples, la
manera como estas acciones siguen una cadena, en la que cada acción es
seguida de otra generando una pauta de interacción en la que se conjugan las
descripciones de los que integran la relación.

La clasificación de las Descripciones de la interacción, constituye las


Categorías de la interacción (4) son “pautas características de la relación entre
las acciones de los distintos partícipes” (p.58), teniendo en cuenta que las
relaciones se dan entre mínimo dos individuos y que para observar una pauta
se requiere de tres acciones simples.
Ascendiendo en la escala del grafico 4 se puede notar que un episodio de
interacción puede ser catalogado como simétrico o complementario lo que
constituye la Descripción de coreografía (5). Esto identifica a las pautas de
interacción desde un marco más amplio pues se establece cómo son
conectadas las pautas de interacción en una secuencia que las conecta
y organiza.

Las Categorías de la coreografía (6), incluyen la clasificación de las pautas


de orden superior.

La identificación de esta secuencia de pasos define a descripción de la


pauta como un proceso que asciende, iniciando en lo micro y terminando en lo
macro.

El resumen para la descripción de una pauta relacional, por parte de un


observador de acuerdo con keeney (1987) se aclara a continuación:

1. Él inicia con una distinción en la cual delimita qué quiere observar, de


tal manera que otorga marcos a su observación permitiendo que parte de la
información se incluya y otra parte no.

2. A continuación, el observador “Conoce el conocer”, es decir aclara por


qué realizó esa distinción dentro del campo de distinciones que hubiera
podido realizar, identifica los factores de su marco de referencia que
influyeron en su distinción.

3. Posteriormente, el observador interpreta su observación lo que


constituye una puntuación, teniendo en cuenta que su interpretación no
es absoluta, ni única. Hasta ahora ha observado por aparte, las versiones
de los integrantes de la relación y a partir de este momento integra la
perspectiva de los integrantes de la relación, obteniendo una visión más
amplia de la realidad.
4. Luego, el observador da un orden a la información (hechos) basado
en una jerarquía que le permita especificar si está describiendo un todo
(grupo o categoría) o alguna de las partes de los acontecimientos. Al
organizar y describir la secuencia de hechos observa la retroalimentación
mutua identificando cómo se establece la relación, retorna al punto del cual
partió manteniendo la lógica. Así, el orden de la información tiene una
secuencia lógica y circular que muestra la recursividad de los hechos entre
los participantes (doble descripción). En este proceso el observador evita
los principios dormitivos.

5. Finalmente, reconoce que su descripción fue realizada por distinciones


que él mismo ejecutó.

2.3. Categorías conectadas en la pauta de interacción

En el marco de este trabajo, para clasificar los hechos que se organizan en


secuencia para observar la pauta de interacción, se toma como tipología lógica
la propuesta que Linares (1996) hace sobre los componentes afectivo,
cognitivo y pragmático, los cuales se ilustran en la figura 4. Para hacerlos más
entendibles, a estas categorías se les asignó un orden en la explicación que se
hará posteriormente, sin embargo los tres se presentan de manera simultánea,
por lo cual no se pueden calificar de forma individual, si no que están
relacionados.

Figura 4.

Gráfico adaptado de la propuesta realizado por Linares


(1996), emociones, procesos cognitivos, y conductas aparecen
simultáneamente de tal forma, que las personas ante los eventos,
experimentan emociones, realizan procesos cognitivos y emiten conductas
como reacción ante estos.

2.3.1. Las emociones

Linares (1996) explica que las emociones son “El núcleo afectivo de la
personalidad, a un nivel suficientemente general para englobar emociones y
sentimientos.” (p.143). Si bien este autor expresa que en la familia existen unas
emociones compartidas y en el individuo sentimientos, se puede comprender
que en una relación de pareja se presentan las emociones compartidas a la vez
que los sentimientos individuales. Gracias a la unión de las emociones y de
los sentimientos, se establece el espacio emocional de la relación.

Linares (1996) también manifiesta que “las emociones son características


vivenciales” (p.146) de las personas, dentro de las cuales están tristeza, amor,
odio, resentimiento, rabia, ira, angustia, ansiedad, temor, miedo, tranquilidad,
etc. En las relaciones interpersonales, las emociones son expresadas a través
de gestos, códigos, o cualquier otra clase de lenguaje. Así que las emociones
se reflejan en el comportamiento.

Este planteamiento teórico también afirma que la expresión emocional


proporciona ‘enriquecimiento emocional’ y que surge cuando la persona se
siente valorada y querida. Dicha nutrición emocional es vista como responsable
de la configuración de la identidad y de la forma de evaluar la vida. Este
proceso permite que la persona se sienta más o menos estable, lo que es
observable a través de sus acciones verbales y no verbales.

En otras palabras los valores y principios culturales movilizan a la persona y


alimentan el mundo emocional en el que permanece y de acuerdo con éste, el
individuo actúa, es decir emite un mensaje. El interlocutor identifica la acción (el
mensaje), la observa e interpreta qué mensaje se quería dar a conocer y cuál
era su intensión. Como ya se explicó puede que coincidan o no el emisor y el
interlocutor.

2.3.2. Los procesos cognitivos

De acuerdo con Linares (1996), en el ámbito familiar existen unos


lineamientos, que participan en el desarrollo de principios en las personas.
Primero, en la familia existen valores, creencias, ritos colectivos, que se
transmiten y perpetúan de padres a hijos; mientras que en el individuo existen
percepciones o ideas que son adquiridas a través de la experiencia y que una
vez se aprenden, se intentan poner en acción. En sus palabras esta área es la
“ideacional, estrechamente vinculada a la percepción para conformar un
espacio que, en la terminología sistémica, recibe con frecuencia la
denominación de epistemología” (p.65).

Estos grupos de conceptos son procesos internos organizados, que


determinan la manera en que las personas perciben los acontecimientos de la
vida de forma que cada persona percibe la realidad, y los conflictos desde una
óptica diferente. Como lo explica Korzybski (1997), de acuerdo con la
configuración de tales conceptos, los individuos realizan un “mapa de la
realidad” (p.4) que también se entiende como marco de referencia. En términos
de Watzlawick (1967), “las personas, representan la realidad en sus mentes por
medio de una secuencia que involucra ideas, conceptos, palabras, reflejados
en acciones… el orden que se da a los sucesos, crea realidades diferentes
para cada uno de los implicados.” (p.134).

Las pautas de interacción que se establecen, se encuentran influidas por los


marcos de referencia que se adquieren en el núcleo familiar y en otros
contextos pues regulan las emociones y las acciones o reacciones ante
diferentes eventos.

2.3.3. Las conductas

Según Linares (1996) el grupo de Palo Alto convirtió a la conducta en la


“capacidad comunicativa” contenida en el área pragmática. Lo que significa que
las personas, ante el contacto con otras, responden comunicando sus
emociones y sus procesos cognitivos a través de la conducta. Al mismo tiempo,
tales actos tienen impacto en los marcos cognitivos de los comunicantes y en el
espacio emocional de la relación.

Por ejemplo, Andolfi, (1987) retomando los axiomas de la comunicación


explicados anteriormente explica que los actos que transmiten mensajes
trascienden los movimientos corporales e incluye aspectos como la
gestualidad, el tono de voz, los contactos, la secuencia, el ritmo y el uso del
espacio entre otros. Señala además que el lenguaje analógico puede ser
entendido como mecanismo para la expresión emocional y para regular las
relaciones con el contexto (entiéndase personas y espacio físico).

Respecto al espacio, en 1987, Andolfi afirmó “cualquier acción es un cambio


de nuestro espacio corporal que define nuestro mundo interior respecto al
externo.” (p.80). Por ejemplo, un reproche, puede tener diferentes significados
dependiendo de la cercanía y ubicación física de los interlocutores, tornándose
molesto, amenazante o amoroso para quien lo escucha.

La ubicación física y la proximidad de los interactuantes son otros factores


pragmáticos que influyen en la relación según Andolfi (1987) pues están
ligados a la cercanía emotiva entre ellos. Él retoma a Hall para explicar que las
personas actúan de forma más cercana o más lejana con los otros de acuerdo
con la distancia o espacios de interacción que establecieron bien sea con su
familia, pareja, amigos o desconocidos. En este sentido identifica tres tipos
de distancia:

1. Distancia íntima. Es “una distancia de cercanía que presupone un


contacto” y puede tener “notable valor pragmático de refuerzo de la
intimidad de la relación espacial” (p.81).

2. Distancia personal. Es “una distancia más o menos cercana, en que es


eventualmente posible tocar a otra persona” (p.82) En esta distancia se
marca más el espacio personal como ocurre en la relación entre amigos o
compañeros.

3. Distancia social. En esta, “el único contacto directo que hay entre los
sujetos es de tipo visual” (p.81). Aunque la relación puede no ser
impersonal, el espacio sirve para prevenir una intromisión del exterior y los
objetos como mesas o sillas sirven para demarcarlo.

4. Distancia pública. “Se utiliza en las relaciones formales, una especie de


distancia de seguridad, donde se pierde todo carácter de relación
interpersonal directa (p.81).

Andolfi (1987) retoma a Scheflen para resaltar los significados que la


distancia y el espacio físico toman en las relaciones. Para esto establece tres
modalidades:

1. “Posición inclusiva o no inclusiva”: Es el modo en que los miembros de


un grupo incluyen o excluyen a una persona”. (p. 83), es así que en
diferentes situaciones las personas tienden a ubicarse espacialmente
formando un grupo y la disposición del cuerpo señala que se excluyen o
incluyen unos individuos. Este tipo de acciones refleja el grado de relación y
la estructuración al incluir a terceras personas en las relaciones.
2. “Posición vis–á–vis u orientación paralela del cuerpo”: “Dos personas
pueden ponerse en relación ubicándose una frente a la otra, o bien
sentándose juntas, en paralelo, eventualmente en dirección a una tercera.”
(p.83). Este tipo de relación se caracteriza por un contacto visual, en el cual
las personas permiten que el otro entre a su territorio. Este tipo de
relación se refleja en el territorio y distancia que utilizan las personas al
relacionarse, así “Es probable que la mayor o menor distancia entre los dos
se module según su grado de conocimiento y de efectiva intimidad o de
expectativas con respecto a la relación” (p.83). Mientras que cuando se
disponen en paralelo, se puede observar una relación más neutra. Así el
ejercicio del poder en la relación se puede expresar de forma vertical
(alguien con superioridad) u horizontal (dos personas en igualdad de
condición).

3. “Posición de congruencia o incongruencia: “Si en un grupo, por ejemplo,


existe una relación de afinidad y de aceptación recíproca, las actitudes y las
posiciones de cada uno resultarán casi especulares con las del otro” (p.
83). En este caso se pueden dar movimientos casi en espejo entre los
participantes de la relación: cercanía o distancia simultánea. Mientras que,
si alguien está en desacuerdo con la dinámica grupal, es probable que sus
movimientos entren en desarmonía con los de los demás. Por ejemplo, si el
grupo acerca su torso hacia los demás, el que está en desacuerdo lo
distanciará.

Así que los gestos y posiciones del cuerpo, al establecer una relación,
demuestran intenciones, integración, exclusión, manejo del poder, disidencias e
intimidad entre muchos otros significados de la relación.

Cuando se tiene en cuenta que las personas se relacionan con otras, en


espacios y territorios determinados, las conductas se convierten en mensajes
que manifiestan la conexión existente entre las emociones y los procesos
cognitivos individuales que surgen en tales espacios o territorios. Además con
el transcurrir del tiempo, las conductas mensajes se convierten en expresión de
la historia de la relación entre dos personas (Andolfy, 2003).

Por tanto, el vínculo emoción – cognición - conducta, se hace observable en


el comportamiento individual y se convierte en mensaje que al ser enviado,
sirve de base para construir la relación con otro ser que puntúa con su vínculo
emoción – cognición - conducta y responde retroalimentando y manteniendo la
relación.
Queda claro entonces, que es pertinente identificar las conductas que
intercambian los participantes en una relación ya que son el medio por el cual
se observa una secuencia de hechos que identifica la posición que toma cada
persona que la integra y la contribución que hace para que se forme la pauta
relacional. La secuencia de hechos a observar de acuerdo con la propuesta de
este trabajo es: vínculo emoción – cognición - conducta de A que es un
mensaje para B en su vínculo emoción – cognición conducta que responde a A.
Se puede ver ahora, la secuencia de hechos de forma gráfica en la figura 5.

El observador distingue la secuencia conducta/mensaje – emoción – cognición


– conducta respuesta/mensaje – emoción – cognición - conducta
respuesta/mensaje y así sucesivamente.

Entonces podemos afirmar que una pauta de interacción humana es un


sistema de relación entre la emoción, la cognición y la conducta de una
persona que a su vez interactúa circularmente a través de sus actos –
mensajes con un sistema de relación conformado por la emoción, la cognición
y la conducta de otra persona, conformando así un sistema más amplio.

Anda mungkin juga menyukai