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Karen Alejandra Rueda Reina

Revolución verde, producción agrícola tradicional y la agricultura actual


Desde 1950 la producción agrícola ha ido aumentando continuamente, a un ritmo que ha
superado con creces el aumento de la población, hasta alcanzar una producción de
alimentos que serían suficientes para toda la humanidad, si fuesen bien repartidos. Este
incremento se ha conseguido, principalmente, sin poner nuevas tierras en cultivo, sino
aumentando el rendimiento por superficie, es decir consiguiendo mayor producción por
cada hectárea cultivada. La necesidad de alimentarse y de suplir las necesidades básicas
por parte de la población ha llevado a que la demanda de alimentos aumente de tal forma
que la producción avanza más rápido en comparación a la capacidad que tiene la tierra de
renovarse por si sola. De esta manera, se identificará como la revolución verde interfiere en
los procesos de producción alimentaria, además se dará una breve opinión sobre su
impacto y se analizaran las diferencias entre la producción agrícola tradicional y la
agricultura actual (Ceccon, 2008).
La revolución verde describe el importante incremento de la productividad agrícola entre
1960 y 1980 en estados unidos y extendida por diversos países (FAO, 1996). Tuvo como
finalidad generar altas tasas de productividad agrícola sobre la base de una producción
extensiva de gran escala y el uso de alta tecnología. En los años noventa, se anunció una
nueva revolución verde: la revolución genética que uniría a la biotecnología con la ingeniería
genética, promoviendo de esta manera transformaciones significativas en la productividad
de la agricultura mundial. La primera revolución verde tenía como principal soporte la
selección genética de nuevas variedades de cultivo de alto rendimiento, asociada a la
explotación intensiva permitida por el riego y el uso masivo de fertilizantes químicos,
pesticidas, herbicidas, tractores y otra maquinaria pesada. Por otro lado, la nueva
revolución verde tiene como principal aspecto la creación de organismos genéticamente
modificados (OGM) mejor conocidos como transgénicos generando siembras de
variedades de trigo, maíz y arroz, principalmente, más resistentes a los climas extremos y
a las plagas, capaces de alcanzar altos rendimientos por medio del uso
de fertilizantes, plaguicidas y riego (Ceccon, 2008).
A pesar de las diferencias entre las metodología y tecnología biológica, ambas revoluciones
fueron lanzadas con la misión de acabar con el hambre, lo cual fue, y continúa siendo,
empleada insistentemente para su defensa y justificación. Hoy se conoce que el aumento
en la producción de alimentos no asegura su distribución global y equitativa y que, además,
el problema del hambre tiene vertientes adicionales de mayor complejidad asociadas a la
economía real del mercado, tales como la intermediación en la distribución y en la
comercialización; o la falta de poder adquisitivo de una gran proporción de la población
mundial que les impide el acceso libre al mercado de alimentos, entre otros (Ceccon, 2008).
Teniendo en cuenta la revolución verde, se puede identificar que tiene tanto beneficios
como desventajas a las cuales podemos llamar problemáticas a un mediano y largo plazo.
Los beneficios traídos por la mejora agrícola de la llamada Revolución Verde son
evidenciables los cuales permitieron que gran parte de la población disminuyera los índices
de desnutrición y pobreza, pero han surgido algunos problemas. Los dos más importantes
son:
1. Los daños ambientales que generaron el uso indiscriminado de fertilizantes
y plaguicidas,
Karen Alejandra Rueda Reina

Es de entenderse que el uso de estos compuestos puede aparentemente, mejorar los


cultivos, pero los impactos ambientales que generan son grandes y muchos de estos
se ven a futuro cuando el suelo pierde todas sus propiedades, son contaminados y
finalmente presentan procesos de erosión. Además, de la perdida de la perdida de
biodiversidad y daño directo al ecosistema en el cual se encuentran los cultivos.
2. La gran cantidad de energía que hay que emplear en este tipo de agricultura.
Para mover los tractores y otras máquinas agrícolas, para el transporte y comercio de
productos agrícolas y para la fabricación de fertilizantes y pesticidas se necesitan
combustibles fósiles y productos derivados del petróleo; para realizar la construcción de
presas, canales y sistemas de irrigación lo cual implica un uso excesivo de energía.
Consiguiente a lo anterior, se identifican dos tipos de producción agrícola; la agricultura
tradicional también conocida como agricultura de subsistencia (por lo general son
policultivos que proporcionan varios tipos de alimentos para el consumo y no para el
comercio), está arraigada en países en vía de desarrollo, principalmente de América Latina,
Asia y África; y la agricultura moderna conocida por la utilización de monocultivos
(Agroptima-Blog, 2016).
Agricultura tradicional
- Poca tecnificación y uso de la tecnología. Por ello, su producción, que no es a
escala, suele alcanzar únicamente para el consumo del agricultor, quien además
trabaja la tierra con herramientas como la hoz, la azada o la pala.
- En caso de poseer un tractor, éste no es utilizado a su máximo potencial.
- Al ser una actividad aún rudimentaria, la producción depende en su mayoría de las
capacidades físicas del agricultor y sus trabajadores, por lo que el rendimiento y
optimización de recursos es bajo.
- La forma en la que se trabajan los terrenos corresponde a conocimientos o prácticas
ancestrales y empíricas.
Agricultura moderna
- Se caracteriza por incorporar la ciencia y tecnología para ser más eficiente,
ahorrando recursos (tiempo y dinero) y logrando más cantidad y mayor calidad en
la producción.
- Es precisamente su alta capacidad productiva la que la define como una actividad
diseñada para responder a las necesidades de los mercados y comercializar miles
de toneladas a nivel interno y externo.
- La aplicación de técnicas y la utilización de maquinaria hacen que se reduzca el
riesgo por la dependencia de factores externos como el clima o la mano de obra. Si
en la agricultura tradicional hay que dedicar largas jornadas para recoger las
cosechas, en la moderna esa labor se le puede encomendar a sistemas de precisión
incorporados en las cosechadoras, que trabajan autónomamente y con una alta
eficiencia. Esto se deriva en mayor producción a menor costo y en un menor tiempo.
En conclusión, se puede identificar que la revolución verde genero un gran cambio en la
industria y en la agricultura, lo cual generó impactos ya sean negativos o positivos a nivel
social, económico y ambiental otorgando dos visiones de la agricultura que se encuentran
hoy en día en la vida cotidiana de los campesinos.
Karen Alejandra Rueda Reina

Bibliografía
Agroptima-Blog. (21 de Marzo de 2016). Características de la agricultura tradicional y moderna.
Obtenido de https://www.agroptima.com/es/blog/caracteristicas-de-la-agricultura-
tradicional-y-moderna/

Ceccon, E. (Julio - Septiembre de 2008). La revolución verde tragedia en dos actos. Obtenido de
http://scifunam.fisica.unam.mx/mir/el/2008_rev_verde.pdf

FAO. (1996). 6. Enseñanzas de la revolución verde: hacia una nueva revolución verde. Obtenido de
http://www.fao.org/3/w2612s/w2612s06.htm

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