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Monica Morales Carvajal

B54801

Reseña crítica

Sobre el texto

Autor: María Dolores Mirón Pérez

Título: El Gobierno de la casa en Atenas Clásica: Género y Poder en el Oikos

Editorial: Ediciones de la Universidad de Salamanca

Año de publicación: 2000

Palabras claves: mujer, oikos, autoridad, poder, Atenas

Descripción del documento:

En este artículo se describen principalmente los roles de género presentes en las polis
atenienses, las relaciones de poder devenidas de estos roles y la autoridad de la mujer
dentro del oikos. Esta última es la pregunta principal de este artículo, si las mujeres
establecían un poder en el ambiente doméstico igual o similar al que establecían los
hombres en el ámbito político, es decir si estos poderes eran paralelos entre sí.

Respecto a la primera se detalla que ninguna otra sociedad histórica los papeles y espacios
según el género han sido tan claros y definidos como en la Atenas antigua. Las mujeres
estaban totalmente limitadas al ambiente del hogar mientras que los hombres llevaban una
vida política pública y además representaban a su casa afuera de la misma. Es evidente que
se describe una sociedad totalmente patriarcal, en el que el hombre tenía un poder cultural,
social y político sobre la mujer. El modelo de mujer ideal era aquella hogareña, obediente,
solidaria y sumisa, en general una buena madre y esposa. Estos roles de género y división
de tareas son naturalizados por autores como Jenofonte: “son igualmente necesarios y
dependientes el uno del otro, de forma que un fallo en uno de los dos aspectos conduce al
colapso del oikos” (Mirón, 2000, pág. 107). Al hombre se le asigna adquirir bienes
económicos y liderar mientras la mujer debe conservar esos bienes y darle sucesores y
herederos a su esposo, incluso lo dice el mismo Aristóteles: los hombres gobiernan la polis,
las mujeres administran el oikos. En algunos textos se señala que el oikos se concebía como
una “sociedad” entre el hombre y la mujer, a la que se le debía el correcto funcionamiento
de la misma e incluso de la misma sociedad, al ser el oikos la base de la polis.

Respecto a la autoridad y poder dentro del oikos este, como se mencionó anteriormente, se
ejerce paralelamente entre el esposo y la esposa. Estos dos son la jerarquía del hogar, con la
salvedad de que el poder máximo y final es el hombre. La mujer se encarga de la
administración, cuido y mantenimiento de la casa y los demás miembros de la familia, pero
estas responsabilidades son delegadas por el hombre y deben ser ganadas, después de haber
probado que podía realizarlas de manera óptima y ser “la madre perfecta” para los hijos. Si
la mujer no se probaba a sí misma merecedora, el esposo podría delegarle estas
responsabilidades a otra persona. Además, solamente se le delegaban las acciones que eran
“naturales” para las mujeres, como limpiar, cocinar y cuidar a los niños.

Señales del poder que poseen las mujeres son limitadas pero entre esas se pueden
mencionar el poder de persuasión que tienen para con sus esposos y que son el verdadero
sustento que mantiene a la casa y, a pesar de no tener poder o propiedad legal son las que se
hacen cargo del hogar si el esposo no puede hacerlo o si este muere. En algunos casos esta
autoridad se daba incluso cuando el marido seguía con vida, especialmente en asuntos
financieros. Además si la mujer tiene una buena dote puede utilizarlo como elemento de
negociación con su marido, pero esta negociación se veía limitada a que la mujer estaba
“legalmente” en las manos de su marido y debía evitar el divorcio, que se consideraba
altamente indeseable. Los hombres intercedían por las mujeres en la polis si estas
necesitaban realizar una actuación pública oficial. Otro ejemplo era el prestigio que tenían
algunos gobernantes hacia sus madres, e incluso en los juicios se juraba en nombre de la
madre, que debía ser respetada siempre. Se puede volver a notar que una mujer posee más
“valía” y respeto dentro de la sociedad si cumple su papel de madre de manera adecuada.
Metodología: La autora realiza un análisis descriptivo cualitativo, con el fin de responder
una pregunta específica, ¿son paralelos el poder del hombre griego en la polis y el poder de
la mujer griega en el oikos?

Crítica:

Este artículo describe de manera bastante integral las estructuras de poder y papeles de
género que se podían rastrear en la época antigua, especialmente en su enfoque, que es
abordado de una manera muy completa.

Se intentan señalar ejemplos de cómo las mujeres atenienses podían tener algún tipo de
poder, aunque este fuera sumamente limitado. La autora realmente indaga en estos
ejemplos con el objetivo, al parecer, de otorgarles alguna autoridad a las mujeres dentro de
la sociedad. Considero que este intento es sumamente válido y valioso, ya que se podría
pensar que las mujeres eran solamente instrumentos que reproducían la polis por y para los
hombres, pero estas personas se enorgullecían de sus funciones y las realizaban bien.
Algunas personas podrían considerar que lo anterior puede ser una estrategia de
acatamiento al sistema en el que vivían, como lo son la obediencia y la sumisión, pero
también se puede ver como algún tipo de empoderamiento. Muchas mujeres tomaron ese
papel y esa autoridad y los hicieron suyos, tomando en cuenta que ellas eran la verdadera
base de la polis ya que la mayoría de ciudadanos crecían en un hogar. El reconocimiento de
la autoridad de la mujer en su casa es en sí un reconocimiento social al fin y al cabo.

A pesar de que el artículo se enfoca en las estructuras de poder en la casa y fuera de esta (en
la polis) también se podría detallar la manera en que vivían las mujeres con respecto al
saber androgénico, especialmente la filosofía y la política debido a que el conocimiento es
un saber que incide en todos los aspectos de la vida. Se menciona que las mujeres solo
debían tener conocimientos administrativos y domésticos y que no tenían ni voz ni voto en
los eventos públicos como la Asamblea. La mujer en la antigua Grecia se veía totalmente
excluida de la filosofía y lo que se llamaba sabiduría (conocimiento de las primeras causas)
y los únicos conocimientos que se les permitía tener las determinaban a mantenerse y
conocer sólo dentro la casa. Plantearía, personalmente, el conocimiento de la filosofía como
manera de liberación femenina.
En general, este artículo debería leerse con algún tipo de lente o filtro, considerando la
época. Incluso en épocas modernas se puede notar que no se ha logrado una verdadera
equidad entre los hombres y las mujeres y una misma valoración de lo masculino y lo
femenino así que hace 2500 años este sistema opresor y discriminatorio estaba en uno de
sus muchos auges, ya que la mujer se discriminaba de una manera bastante evidente e
incluso un poco violenta. Se puede rescatar que el texto intenta demostrar algunos ejemplos
de autoridad femenina en una sociedad tan patriarcal y limitante, mostrando que las
mujeres, a pesar de ser sistemáticamente oprimidas, han intentado reivindicarse de alguna
manera, aunque sea pequeña.

Conclusión:

Los roles de género en la antigua Atenas estaban sumamente marcados y claros, con una
clara conveniencia y preferencia hacia el género masculino, quién tenía voz y voto, poder
político, económico y social, mientras las mujeres se veían limitadas a su casa y se
dedicaban al cuido de la misma. Las mujeres tenían cierta autoridad en su casa pero
siempre estaba delegada y subyugada a la autoridad masculina, aunque fuesen ellas las que
mantenían vivo el hogar.

Referencias:

Mirón Pérez, María Dolores. (2000). El Gobierno de la casa en Atenas Clásica:


Género y Poder en el Oikos. Estudios históricos de Historia Antigua, 18, pp. 103-117.
Ediciones Universidad de Salamanca.

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