TODOS DECIMOS:
Te adoramos, Cristo y te bendecimos.
Que por tu santa Cruz redimiste al mundo y a mi pecador.
LECTURA BIBLICA:
Llegada la mañana todos los príncipes de los sacerdotes, los
ancianos del pueblo, tuvieron consejo contra Jesús para matarlo, y
atado lo llevaron al procurador Poncio Pilato (Mt 27, 1-2)
REFLEXION:
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medicinas o todo aquello que nos favorece la salud como hacer
ejercicio cotidiano.
Cuando no cuidan a sus hijos crecer en la armonía, amor, fraternidad
y paz, sino que se llevan todos sin respeto ni prudencia y dicen mil
palabras groseras llenas del mismo infierno.
ES ENTONCES CUANDO ESTAMOS CONDENANDONOS A LA
VERDADERA MUERTE, A LA INFELICIDAD, EN EL AMOR, LA PAZ, LA
FIDELIDAD, EL RESPETO, LA RESPONSABILIDAD, LA UNIDAD.
DECIMOS TODOS.
Misericordia, Dios mío, por tu bondad, por tu inmensa compasión borra mi
culpa; lava del todo mis delitos, limpia mis pecados. (Salmo 50)
REZAMOS:
(Padre Nuestro, Ave María y Gloria)
TODOS DECIMOS:
Te adoramos, Cristo y te bendecimos.
Que por tu santa Cruz redimiste al mundo y a mi pecador.
LECTURA BIBLICA:
Entonces se lo entregó para que lo crucificasen. Tomaron, pues, a
Jesús, que llevando la cruz, salió al sitio llamado Calvario, que en
hebreo se dice Gólgota (Jn 19, 16-17).
REFLEXION:
Simplemente le echaron la cruz encima sin ninguna consideración, y Él no
la rechazó. Por las veces que yo he dejado de llevar mi cruz
responsablemente y por las veces que he renegado de mis penas y
enfermedades. Perdón, Señor, perdón.
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Repetimos todos: Perdón, Señor, perdón.
"Entonces dijo Jesús a sus discípulos: «Si alguno quiere venir en pos de
mí, niéguese a sí mismo, tome su cruz y sígame." (Mt 16,24).
DECIMOS TODOS.
Misericordia, Dios mío, por tu bondad, por tu inmensa compasión borra mi
culpa; lava del todo mis delitos, limpia mis pecados.
REZAMOS:
(Padre Nuestro, Ave María y Gloria)
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3ª ESTACIÓN: Jesús cae por primera vez.
TODOS DECIMOS:
Te adoramos, Cristo y te bendecimos.
Que por tu santa Cruz redimiste al mundo y a mi pecador.
LECTURA BIBLICA:
Dijo Jesús: El que quiera venir en pos de mí, que se niegue a sí
mismo, tome su cruz y sígame, pues el que quiera salvar su vida la
perderá: pero el que pierda su vida, ese la salvará (Mt 16,24)
REFLEXION:
No es fácil llevar la cruz. Muchas veces cae uno vencido bajo su peso. Por
las ocasiones en que he tardado tanto en levantarme y también por todos
aquéllos que no quieren levantarse. Perdón, Señor, perdón.
Recordemos que fue en el jardín del Edén como nos dice el libro del
Génesis, cuando Eva fue movida por la tentación a través de la serpiente de
desobedecer el mandato de Dios de no comer del árbol prohibido y ella a
la vez induce a Adán a ser cómplice de esa desobediencia que no es más
que el pecado.
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El pecado está presente en la historia del hombre, serio vano intentar
ignorarlo, nace a partir de Adán y Eva (Gen 2, 17). Para comprender lo que
es el pecado, es preciso en primer lugar reconocer el lazo profundo que une
el hombre con Dios. CATIC 386.
DECIMOS TODOS.
Misericordia, Dios mío, por tu bondad, por tu inmensa compasión borra mi
culpa; lava del todo mis delitos, limpia mis pecados.
REZAMOS:
(Padre Nuestro, Ave María y Gloria)
TODOS DECIMOS:
Te adoramos, Cristo y te bendecimos.
Que por tu santa Cruz redimiste al mundo y a mi pecador.
LECTURA BIBLICA:
Proclama mi alma la grandeza del Señor, se alegra mi espíritu en
Dios mi salvador, porque ha mirado la humillación de su esclava
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Desde ahora me felicitarán todas las generaciones, porque el
Poderoso ha hecho obras grandes en mí (Lc 1, 45-49).
REFLEXION:
María representa y hace eficazmente el amor maternal que Dios tiene por
nosotros. Juan el discípulo amado, el más joven de los apóstoles representa
a cada uno de nosotros, representa al mundo. Es el mundo quien debe
cuidar de ella, protegerla y defenderla, ensalzarla, alabarla, elogiarla, pero,
muchos que se decían católicos la han traicionado, la han abandonado,
ahora, la injurian, la calumnian y la odian. Signo bien claro del demonio en
acción.
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Ella viene a nuestro encuentro en el camino de la vida, pero, también
nosotros salgamos a recibirla con el Rosario en la mano y practicado con
frecuencia. Muchas batallas se ganan solo con el rezo de este hermoso acto
de piedad diaria. Tú no entiendes esto porque quizá poco te interesa y ni te
importa rezar el Rosario.
DECIMOS TODOS.
Misericordia, Dios mío, por tu bondad, por tu inmensa compasión borra mi
culpa; lava del todo mis delitos, limpia mis pecados.
REZAMOS:
(Padre Nuestro, Ave María y Gloria)
TODOS DECIMOS:
Te adoramos, Cristo y te bendecimos.
Que por tu santa Cruz redimiste al mundo y a mi pecador.
LECTURA BIBLICA:
Cuando le llevaban a crucificar, echaron mano de un tal Simón de
Cirene, que venía del campo y le obligaron a ayudarle a llevar la
cruz (Lc 23, 26).
REFLEXION:
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Cuando mis fuerzas humanamente ya no rinden, no me quitas la cruz pero
me ayudas, tú me alientas a seguir apoyado de tu gracia. Perdón, Señor,
perdón.
DECIMOS TODOS.
Misericordia, Dios mío, por tu bondad, por tu inmensa compasión borra mi
culpa; lava del todo mis delitos, limpia mis pecados.
REZAMOS:
(Padre Nuestro, Ave María y Gloria)
TODOS DECIMOS:
Te adoramos, Cristo y te bendecimos.
Que por tu santa Cruz redimiste al mundo y a mi pecador.
REFLEXION:
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La santidad no es incansable, la santidad no está lejos para poner pretexto
de no poderla alcanzar, se vive en la cotidianidad, en la vida diaria cuando
realizamos con suma responsabilidad nuestros deberes propios, cuando
con amor lo practicamos y todavía nos alcanza la capacidad de ofrecer
ayuda a otros en sus contrariedades de la vida, es ahí, donde vivimos la
santidad en pequeñas dosis que alimentan el alma propia y el corazón
construyendo en el cielo la santidad prometida por Dios para quien la
asuma con verdadero interés personal.
La Verónica hizo su grande aporte al considerar que algo podía hacer pese a
las restricciones por aquel personaje Jesús de Nazaret que llevaba una cruz
pesada injustificadamente. Dio parte de sí misma rompiendo filas para
fortalecer el corazón destrozado de Jesús camino al calvario. Cuando esta
mujer con todo amor limpia el rostro de Jesús y le reanima solo con su
asistencia el camino difícil de este hombre, es entonces cuando aporta con
su actitud para la salvación de los hombres.
Dios quiere acciones, gestos de amor, atención por los más necesitados,
pobres, ancianos, desprotegidos, enfermos, débiles, abandonados, aquellos
que sufren y tienen grandes problemas, etc.
DECIMOS TODOS.
Misericordia, Dios mío, por tu bondad, por tu inmensa compasión borra mi
culpa; lava del todo mis delitos, limpia mis pecados.
REZAMOS:
(Padre Nuestro, Ave María y Gloria)
TODOS DECIMOS:
Te adoramos, Cristo y te bendecimos.
Que por tu santa Cruz redimiste al mundo y a mi pecador.
LECTURA BIBLICA:
¿Quiénes son mi madre y mis parientes? Y extendiendo su mano
sobre sus discípulos dijo Jesús: he aquí a mi madre y a mis
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parientes quienquiera que haga la voluntad de mi Padre (Mt 12,
48-50).
REFLEXION:
No sabemos si tropezaste o si caíste por un empujón. Por las veces que con
mi ejemplo hice que otros tropezaran y cayeran, y por las veces que
deliberadamente los he empujado. Por las veces que por mi mal ejemplo,
otros han pecado. Perdón, Señor, perdón.
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No caigas a menudo, no te destruyas a lo tonto, no vaciles ante la felicidad
que te mereces y necesitas esforzarte con tu familia para lograrlo. La gracia
de Dios basta para lograr los objetivos que nos proponemos. La felicidad es
nuestra meta tanto aquí en la tierra como la plenitud de la felicidad con
Dios. Esto no es un cuento, es una promesa, es Palabra de Dios.
DECIMOS TODOS.
Misericordia, Dios mío, por tu bondad, por tu inmensa compasión borra mi
culpa; lava del todo mis delitos, limpia mis pecados.
TODOS DECIMOS:
Te adoramos, Cristo y te bendecimos.
Que por tu santa Cruz redimiste al mundo y a mi pecador.
LECTURA BIBLICA:
Le seguía una gran multitud del pueblo y de mujeres, que se
lamentaban y lloraban por Él. Vuelto hacia ellas les dijo: Hijas de
Jerusalén, no lloréis por mí, llorad más bien por vosotras mismas y
por vuestros hijos (Lc 23, 27-28).
REFLEXION:
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En medio de su dolor, Jesús no deja de preocuparse por la pena de aquellas
mujeres. Por las veces en que me he dejado abrumar tanto por mis
problemas, que me he olvidado de los sufrimientos de los que me rodean o
se han acercado a mí. Perdón, Señor, perdón.
Ana. Penina siempre molestaba a Ana y la hacía sentir mal porque el Señor
no le permitía tener hijos. Ella concibió y para esas fechas al año siguiente,
dio a luz un hijo.
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Ana le puso por nombre Samuel, pues dijo: “Su nombre es Samuel porque
se lo pedí al Señor”.
Ester, esposa del rey persa, aprovecha su posición para salvar al pueblo
judío.
Y, EN EL NUEVO TESTAMENTO
Sobre todo La Virgen María. María, hija de Joaquín y Ana, esposa de José,
Esposa de Dios, Madre de Jesús, Madre de Dios, es junto con Jesucristo,
figura central de la historia bíblica y de la humanidad.
La Biblia enaltece y exalta a las mujeres. Por eso, donde quiera que se
difunda el Evangelio, la consideración legal, social y espiritual de la mujer
se eleva.
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DECIMOS TODOS.
Misericordia, Dios mío, por tu bondad, por tu inmensa compasión borra mi
culpa; lava del todo mis delitos, limpia mis pecados.
REZAMOS:
(Padre Nuestro, Ave María y Gloria)
TODOS DECIMOS:
Te adoramos, Cristo y te bendecimos.
Que por tu santa Cruz redimiste al mundo y a mi pecador.
LECTURA BIBLICA:
Os he dicho esto para que tengáis paz conmigo. En el mundo
tendréis tribulaciones, pero confiad: yo he vencido al mundo (Jn
16, 33).
REFLEXION:
¿Cómo dialogan para resolver sus asuntos fuertes, a gritos, con fuertes
palabras que lastiman y humillan, con indiferencia y soberbia, con alevosía
y ventaja, con golpes? ¿Con que corazón resuelves tus problemas de pareja
y de familia? Si llevas así tus realidades familiares, nunca tendrá fin esa vida
de infierno, le están echando más leña al fuego y Dios ¿dónde está en esas
realidades complicadas?
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Ante esta tercera caída de Jesús, reflexionemos las muchas veces, más de
tres, que nosotros hemos lastimado, hemos herido, humillado, ofendido a
nuestro prójimo dentro y fuera del hogar. Cuando llegamos a ese número
de pleitos significa que la enfermedad del mal es gravísima y necesita
sanarse, podría calmarse durante un tiempo pero viene lo mismo porque
no hay verdadero interés y buena voluntad de solventar las diferencias y
aun mas no quieren reconocer cada quien sus desequilibrios propios de su
temperamento y eso es ridículo hermanos pues de por medio pasan a traer
a sus hijos aún más cuando son pequeños.
Que esta reflexión les anime a quienes pasan por estas realidades meditar
con sincero corazón y buena mente para doblegarse no por tontería sino
por amor a la familia, por amor a sus hijos, por la felicidad que todavía no
alcanzan por su mediocridad sino hasta cuando pongan de verdad en el
seno de su familia y de su corazón y sin hipocresías a Jesucristo, verdadero
Dios y verdadero hombre, verdadero camino, verdad y vida. Acércate a
Dios sinceramente y no solamente seas calienta moles. Que piensa y no
hace nada. Pido a Dios por esto. Amen.
DECIMOS TODOS.
Misericordia, Dios mío, por tu bondad, por tu inmensa compasión borra mi
REZAMOS:
(Padre Nuestro, Ave María y Gloria)
TODOS DECIMOS:
Te adoramos, Cristo y te bendecimos.
Que por tu santa Cruz redimiste al mundo y a mi pecador.
LECTURA BIBLICA:
Cuando los soldados crucificaron a Jesús, tomaron sus vestidos,
haciendo cuatro partes, una para cada soldado y la túnica (Jn
19,23)
REFLEXION:
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VÍA CRUCIS 2019
Antes de crucificarlo, lo despojaron de sus vestiduras. Por las veces en que
yo he despojado a otros de su fama, de sus bienes, de sus derechos, de su
inocencia, de sus ilusiones… Perdón, Señor, perdón.
¿De qué forma en tu casa estas despojando de muchas cosas? a tus hijos, a
tu esposa, a tu esposo, a aquellos indefensos enfermos y ancianos, aquellos
minusválidos, aquellos padres que dieron todo por ti y tu les pagas con un
gran pecado que clama al cielo y te condenaras hoy, aquí en la tierra y
también delante de Dios. Y todo por la ambición, la prepotencia, la
humillación y no sé cuántas desvergonzadas más.
El profeta Isaías también hoy nos reprende diciendo: “Es que el día en que
ustedes ayunan encuentran la forma de hacer negocio y oprimen a sus
trabajadores. Es que ayunan si, para luego reñir y disputar, para dar
puñetazos sin piedad. ESE NO ES UN AYUNO QUE HAGA OÍR EN EL CIELO LA
VOZ DE USTEDES. El ayuno que yo quiero de ti es este, dice el Señor: que
rompas las cadenas injustas, y levantes los yugos opresores; que liberes a los
oprimidos y rompas todos los yugos; que compartas tu pan con el
hambriento y abras tu casa al pobre sin techo, que vistas al desnudo y no des
la espalda a tu propio hermano. Entonces surgirá tu luz como la aurora y
cicatrizaran de prisa tus heridas. Entonces clamaras al Señor y él te
responderá; lo llamaras y él te dirá: Aquí estoy”. (Isaías 58,1-9).
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A los que se arrepienten, el Señor los ayuda a volver. Vuélvete al Señor y
deja ya de pecar, póstrate en su presencia y quita los obstáculos. Aléjate de
la injusticia y vuélvete al altísimo, aborrece con toda el alma lo que el
aborrece. (Eclo; Sir 17,20-28).
DECIMOS TODOS.
Misericordia, Dios mío, por tu bondad, por tu inmensa compasión borra mi
culpa; lava del todo mis delitos, limpia mis pecados.
REZAMOS:
(Padre Nuestro, Ave María y Gloria)
TODOS DECIMOS:
Te adoramos, Cristo y te bendecimos.
Que por tu santa Cruz redimiste al mundo y a mi pecador.
LECTURA BIBLICA:
REFLEXION:
Y desde la Cruz pidió a su Padre que perdonara a sus verdugos y que nos
perdonara a nosotros. Por tantas veces que he negado el perdón, por
tantas represalias, por tantas venganzas que he tomado, por tanto
resentimiento que conservo y que amarga mi alma. Perdón, Señor, perdón.
«Han taladrado mis manos y mis pies, puedo contar todos mis huesos» (Sal
21,17-18). Se cumplen las palabras del profeta. Comienza la ejecución. Los
golpes de los soldados aplastan contra el madero de la cruz las manos y los
pies del condenado. En las muñecas los clavos penetran con fuerza. Esos
clavos sostendrán al condenado entre los indescriptibles tormentos de la
agonía. En su cuerpo y en su espíritu de gran sensibilidad, Cristo sufre lo
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indecible. «Han taladrado mis manos y mis pies, puedo contar todos mis
huesos» (Sal 21,17-18).
Se cumplen las palabras del profeta. Comienza la ejecución. Los golpes de los
soldados aplastan contra el madero de la cruz las manos y los pies del
condenado. En las muñecas los clavos penetran con fuerza. Esos clavos
sostendrán al condenado entre los indescriptibles tormentos de la agonía. En
su cuerpo y en su espíritu de gran sensibilidad, Cristo sufre lo indecible.
Que nuestra mano nunca sea para clavar, sino siempre para acercar, consolar
y acompañar a los enfermos, levantándolos de su lecho de dolor. La
enfermedad no pide permiso. Llega siempre de improviso. A veces trastoca,
limita los horizontes, pone a dura prueba la esperanza. Su hiel es amarga. Sólo
si tenemos junto a nosotros a alguien que nos escucha, que nos es cercano,
que se sienta en nuestro lecho…, entonces la enfermedad puede convertirse
en una gran escuela de sabiduría, en encuentro con el Dios paciente. Cuando
DECIMOS TODOS.
Misericordia, Dios mío, por tu bondad, por tu inmensa compasión borra mi
culpa; lava del todo mis delitos, limpia mis pecados.
REZAMOS:
(Padre Nuestro, Ave María y Gloria)
TODOS DECIMOS:
Te adoramos, Cristo y te bendecimos.
Que por tu santa Cruz redimiste al mundo y a mi pecador.
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LECTURA BIBLICA:
Después de probar el vinagre, Jesús dijo: Todo está cumplido, e
inclinando la cabeza entregó el espíritu (Jn 19,30).
REFLEXION:
No hay amor mayor que dar la vida por otro. Por la facilidad con que me
olvido de cuánto me amas, Señor, cuánto me has dado, cuánto te costaron
mis pecados. Por la poca importancia que doy a tu Pasión y Muerte que me
ha redimido y por no darme cuenta de la necesidad que tengo de ser
redimido por Ti. Perdón, Señor, perdón.
Las siete palabras de Jesús en la cruz son una obra maestra de esperanza.
Jesús, lentamente, con pasos que también son los nuestros, atraviesa toda
la oscuridad de la noche, para abandonarse confiado en los brazos del
Padre. Es el gemido de los moribundos, el grito de los desesperados, la
invocación de los perdedores. Es Jesús.
«Mujer, ahí tienes a tu hijo…» (Jn 19,26). Pero es su Madre, María, que
estaba con Juan al pie de la cruz, rompiendo el acoso del miedo. La llena de
ternura y esperanza. Jesús ya no se siente solo. Como nos pasa a nosotros
cuando junto al lecho del dolor está quien nos ama. Fielmente. Hasta el
final.
«Tengo sed» (Jn 19,28). Como el niño pide de beber a su mamá; como el
enfermo abrasado por la fiebre… La sed de Jesús es la todos los sedientos
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de vida, de libertad, de justicia. Y es la sed del mayor de los sedientos, Dios,
que infinitamente más que nosotros tiene sed de nuestra salvación.
Cuando muere alguien en una familia, muere algo para todos. Pero cuando
muere uno de los esposos, es el otro quien más muere con él. Entonces
aparecen como únicos compañeros de la viudez la sombra, el vacío, el
desamparo, la soledad. Y eso nadie podrá volver a llenarlo del todo.
Después sólo quedan los recuerdos, las lágrimas y las oraciones.
Pidamos a Cristo muerto en la cruz por tantos viudos, para que sean
atendidos y no se encuentren solos.
DECIMOS TODOS.
Misericordia, Dios mío, por tu bondad, por tu inmensa compasión borra mi
culpa; lava del todo mis delitos, limpia mis pecados.
REZAMOS:
(Padre Nuestro, Ave María y Gloria)
LECTURA BIBLICA:
Al caer la tarde vino un hombre rico de Arimatea, llamado José, que
era discípulo de Jesús tomó su cuerpo y lo envolvió en una sábana
limpia (Mt 27, 57.59).
REFLEXION:
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Jesús cumplió su misión de Redimir al mundo y con ello cumplió la
voluntad del Padre. Nosotros, tenemos también una misión que realizar y
la principal es nuestra propia santificación, es decir, hacernos santos desde
aquí en la tierra. Aunque nadie piensa en eso, es una realidad. La santidad
es una vocación, un llamado de Dios para cada uno de nosotros, SIN
SANTIDAD NADIE VERA A DIOS (Hch 12,14).
DECIMOS TODOS.
Misericordia, Dios mío, por tu bondad, por tu inmensa compasión borra mi
culpa; lava del todo mis delitos, limpia mis pecados.
REZAMOS:
(Padre Nuestro, Ave María y Gloria)
LECTURA BIBLICA:
Había un huerto cerca del sitio donde fue crucificado Jesús, y en él
un sepulcro nuevo, en el cual aún nadie había sido enterrado y
pusieron allí a Jesús (Jn 19, 41-42).
REFLEXION:
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Al final de su vida Jesús como hombre cotidiano también llego al lugar de
los muertos. Jesús fue sepultado según la costumbre de su pueblo.
DECIMOS TODOS.
Misericordia, Dios mío, por tu bondad, por tu inmensa compasión borra mi
culpa; lava del todo mis delitos, limpia mis pecados.
REZAMOS:
(Padre Nuestro, Ave María y Gloria)
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