El no lo podía creer, era la directora del orfanato con otras personas que jamás
había visto. Estaba oscuro, sin embargo, pudo ver como de sus bocas salía una
lengua como de un lagarto y sus rostros se transformaban en unas bestias
horripilantes. Del susto casi lo descubren, pero tuvo suerte de que no lo
hicieran.
El corriendo dio aviso a todos los niños de aquel lugar y pudieron salir todos,
por supuesto Enrique los dejó encerrado a la directora con las otras personas
sin que ellos se dieran cuenta.
Así que la policía llegó al sótano del orfanato y los vieron transformados en
esas bestias horrorosas, los policías dispararon en contra de ellos y los
mataron.
Esa noticia fue difundida por toda la ciudad, y así cada ciudadano pudo
adoptar a cada niño, Enrique pudo tener una familia.