CANTO II
Introducción
Vocales Abiertas
Vocal “A”
Es la vocal más abierta porque desaparecen las dos cavidades típicas de las
vocales cerradas. Contrariamente a las vocales “i” y “u”, la lengua se aplana y la
cavidad se agranda formando un solo resonador.
La incorrecta emisión de la “a” suele dar un sonido chato, con tendencia al grito.
Resulta particularmente difícil colocarla en la máscara facial. Es muy útil
asociarla con la vocal “i”, en combinaciones como “IAI”, “LIÁ”,”BRIÁ”. El
estrechamiento del espacio bucal de la “i” conduce a la vocal “a” hacia la parte
delantera de la boca y hacia la mascara facial.
Vocal “E”
Vocal “O”
Es una vocal posterior, menos cerrada que la “u”. Como en ésta, los labios se
proyectan hacia adelante pero su orificio es menos estrecho.
Vocales cerradas
Una vocal cerrada es un sonido vocal cuya pronunciación requiere una abertura
mínima entre la lengua y el paladar, sin crear fricación. Para producir estos
sonidos, se coloca la lengua en una posición alta en la boca. Acústicamente se
caracterizan porque su primera frecuencia formante es inferior a unos 400 Hz,
frente a las vocales más abiertas cuyo primer formante tiene una frecuencia
más alta.
Vocal “I”
Se articula se articula con la punta de la lengua apoyada contra las encías de los
dientes inferiores. El predorso de la lengua, por su parte, se arquea adelante
hacia el paladar duro. Forma un estrechamiento del espacio linguo-palatal que
vincula a dos cavidades: una pequeña, adelante del estrechamiento, y otra
mucho más grande detrás de dicho punto de articulación. La cavidad de mayor
dimensión, la posterior, resuena y amplifica los armónicos graves existentes en
el sonido fundamental laríngeo. La parte pequeña, adelante del estrechamiento,
amplifica los armónicos agudos. En fonética llamamos a la cavidad grande y a
su resonancia 1° Formante (F1), y a la cavidad pequeña ,2° Formante (F2).
Dado que se trata de resonancias, podríamos también llamarlas R1 Y R2, o sea,
primera y segunda resonancia.
Las altas frecuencias crean una sensación de concentración del sonido. Este
resulta sumamente útil por enseñar a colocar la voz. Es sabido que los sonidos
agudos son direccionales y penetrantes, en tanto que los graves tienden a
esparcirse en todas direcciones, con menos alcance.
Cuando se ejercita con una “i” apretada, pueden aparecer molestias localizadas,
picazón en la garganta. Por otra parte una apertura insuficiente del maxilar
inferior, da como resultado un a i de identidad ambigua, timbre pobre y poco
nítidas.
Las vocales al unirse en diptongos, ejercen una influencia entre si. En el estudio
del canto, es muy útil el uso de la “i” para homogeneizar la colocación. Mediante
la “i” achicamos, alivianamos y damos claridad a las vocales más voluminosas.
La “i” seguida de las siguientes vocales acentuadas, “é”, “ó”, “ú”, “á”, atrae hacia
adelante y hacia arriba la segunda vocal. Concentra su sonido y aumenta su
resonancia en la máscara. La “i”, al deslizarse hacia la vocal a la que está unida,
ejerce una atracción.
Vocal “U”
La vocalización con el uso de esta vocal corre el riesgo de una emisión con la
“voz atrás” y no “adelante”.
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La importancia de la respiración
Suele suceder que al cambiar las sílabas y las vocales se perjudique la emisión,
con los consiguientes problemas ante las exigencias de la partitura y las
dificultades para lograr el “legato” esencial en el canto. Nunca se debe realizar
un esfuerzo en la musculatura articulatoria de la boca a fin de sostener la voz,
este esfuerzo debe realizarse desde el diafragma.
El apoyo respiratorio puede ser imaginado como una columna de aire capaz de
variar la presión sub-glótica según las diversas intensidades del sonido, pero
siempre firme y estable. Así la voz es mantenida alta y segura en el sistema
resonador, al cual damos la forma conveniente para originar la sensación nítida
de su colocación.
A fin de obtener el efecto buscado, la emisión de las sílabas así como de las
vocales así como de las vocales exige una rápida aspiración bucal previa,
imitando internamente el inicio de un bostezo. El objetivo es formar antes el
sistema resonador. Solo así nacerá la nueva sensación de colocación de la voz
en el centro de la cara, desde el puente de la nariz hasta el labio superior y los
dientes.
Experiencia personal
Por lo que he podido apreciar en los diferentes coros con los que me ha tocado
trabajar, muchos de los problemas de los coreutas son precisamente causados
por una incorrecta colocación del sonido. Un análisis como éste me ha brinda al
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Conclusión
Bibliografía