consideramos haber vivido siempre en él. Las cifras del conflicto muestran
población afectada en todas las direcciones, resulta en particular preocupante la
violencia contra niños, niñas y jóvenes, la violencia contra la mujer y la agresión
a población indígena y afrodescendiente. Frente a ello, el psicólogo presenta
grandes desafíos, entre ellos romper las fronteras de su práctica tradicional,
abordar el conocimiento de su realidad y rescatar el valor y el poder de las
poblaciones para agenciar su cambio. La formación de profesionales que
enfrentarán en el inmediato futuro este desafío, deben ser educados a la altura
del desafío, con nuevas prácticas, mayor contacto con la realidad y mayor
pertinencia y espíritu crítico en los contenidos.
¿Qué tipo de sociedad somos habiendo crecido y creído que la violencia nos
constituye y es parte de nuestra realidad? El colombiano naturaliza su escena, se
comporta y transita por su vida lidiando con la existencia de la violencia y sólo en
breves instantes se libra de lo que llamaría Martín-Baró el fatalismo. Blanco& Díaz
(2007) señalan al respecto: “ (…)Consuelo, por su parte, es el vivo ejemplo de
reactancia: confronta esa honda actitud de pasividad conformista y resignada ante
lo que la vida tenga a bien depararle e intenta abrirse camino hacia la rebeldía
(fatalismo reflexivo le podríamos llamar con la ayuda de Beck) para salir de la
“ruta marcada por las generaciones pasadas””. Quizás así vivimos los colombianos,
en medio de la incertidumbre, la inseguridad, la resignación, la conformidad, la
apatía, diversas formas, que nos recuerdan Blanco & Díaz (2007), son el amparo
contra la posibilidad de desaparecer que siempre trae consigo la violencia. Es aquí
cuando el colombiano se enfrenta con las barreras de acceso al estudio, a un
trabajo se encuentra con la polarización de que sólo las grandes élites las personas
de apellido sólo pueden acceder. eso Y está tan acostumbrado a ver eso que se
prefiere hacer caso omiso Y tratar de salir adelante de otras formas posibles.
La violencia en Colombia abarca muchos perfiles y para que el profesional en la Salud Mental
tenga una mejor visión y pueda ayudar Mejor a la comunidad se debe tener más especialización en
el campo del conflicto armado porque eso es lo que está viviendo Colombia en este momento y
necesita más profesionales que lleguen a las comunidades a transformar, a contribuir de manera
positiva a las personas para que puedan tener un presente mejor. El conflicto armado es algo qué
ha estado en los colombianos desde mucho tiempo atrás y ahora con el tratado de paz se puede
evidenciar un cambio y un esfuerzo por tratar de reparar a estas víctimas. Porque para que haya
un perdón y las comunidades puedan salir avanzar se necesita que se hable con la verdad. La
verdad de cómo ocurrieron las cosas y de cómo ha sido el conflicto en Colombia hace que esto no
se repita en un futuro.