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Los legisladores y los escritores no son tan distintos como parece

Actualmente, un grupo selecto de personas integran el Senado de la Republica, estas personas


poseen como labor principal crear las leyes sobre las cuales se rige todo un país. Al interior
de la cámara del senado se llevan a cabo intensos debates, los cuales dan como resultado final
la aprobación o el rechazo a un nuevo proyecto de ley. El contenido de este texto se centra
en aquellos casos cuando la ley es aprobada y comienza a ejercer sus efectos sobre los
integrantes de la nación. La importancia de estas leyes puede demostrarse con la cantidad de
personas a las cuales afecta, motivo por el cuál deben ser precisas y claras en cuanto a lo que
quieren hacer cumplir, pero ¿y si no son claras?, ¿Que ruta debe seguir la rama judicial para
poder aplicar esta ley?.

Es por esta razón que el ente encargado de hacer cumplir las leyes debe recurrir a interpretar
el contenido de estas, tal cual como un lector debe interpretar la obra que tiene en sus manos,
porque tanto la autoridad judicial como el lector deben establecer con precisión que quiso
expresar el autor de estos escritos. Para ambos es fundamental comprender la idea que el
autor quiere transmitir, pues el lector sin esta información no podrá continuar con su preciada
lectura, y la autoridad judicial podría cometer errores gravísimos si interpreta de manera
incorrecta una ley. Es por esto que este texto demostrará que la interpretación de un texto en
la literatura resulta fundamental para el estudio del derecho, pues este es en si mismo un
constante ejercicio de interpretación.

En primer lugar, es importante comprender que una ley no siempre tendrá un contenido
especifico y claro para cada situación que se presenta en la cotidianidad del país, lo cual no
es del todo negativo. Lo anterior puede afirmarse si se piensa en que pasaría si tuviéramos
una ley especifica para cada caso, tendríamos miles o quizá millones de leyes puesto que a
diario pueden presentarse sucesos que no guardan relación con algún otro que haya ocurrido
antes. Esto resultaría en una creación diaria de leyes que al día siguiente seguirán tan
insuficientes como las que ya existían cuando estas se crearon. Es por esto que cuando una
ley es mas general que especifica puede acoger bajo sus mandatos un mayor número de casos
específicos y le permiten al ente judicial realizar su labor con una menor cantidad de leyes.
Al poseer un contenido general, la ley debe ser interpretada, puesto que esta no goza de un
sentido literal como el de una fórmula matemática. Es allí cuando hay que preguntarse hasta
que punto cobija la ley el caso que se presenta y saber la intención que tendría el legislador
para este caso. Tal cual sucede en un libro, cuando encontramos textos con palabras extrañas
o diferentes párrafos que resultan ambiguos y según nuestra interpretación pueden cambiar
el sentido de la obra que estamos leyendo, en ambos casos los dos lectores >(uno de leyes y
el otro de libros) no pueden cometer errores en la interpretación del texto, pues este error
obstruiría la función que poseen.

Como segundo punto es correcto hacer referencia a la frase expresada por Dworkin, donde
afirma que “lo que la interpretación de un texto pretende es mostrar la obra como la mejor
obra de arte que puede ser”. Es así como el lector que se encuentra leyendo un texto, al
momento de no entenderlo imagina el mejor panorama posible, tal cual como lo hace un juez
al momento de aplicar una ley para un caso que comprende, este juez llena el vacío de la ley
con su interpretación, tal cual como lo hace el lector con el vacío existente en la obra que se
encuentra estudiando.
Para concluir quisiera comparar a un escritor de leyes con uno de libros, pues ambos desean
dejar lo mejor de si mismos en sus textos, y hacer que sus lectores puedan comprender con
plenitud sus escritos, y ambos tanto legisladores como escritores son interpretados día a día
por sus lectores. Para el escritor, su lector deberá interpretarlo a menudo para poder llegar al
final de una de sus obras, mientras que para el legislador su lector deberá interpretarlo para
tomar una decisión que puede ser tan importante como definir si una persona es culpable o
inocente. Al final esta relación se debe a que tanto la lectura como el derecho son ejercicios
de interpretación que día a día son ejercidos en nuestra sociedad.

Bibliografía:

Dworkin, R. Como el derecho se parece a la literatura .

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