Intervención psiquiatría en terreno penal surgió a comienzos s XIX en relación con serie casos q
presentaban, más o menos misma forma, q tuvieron lugar entre 1800 y 1835.
Antiguo oficial retirado se encariñó con hijo patrona (dueño casa donde alguien se hospeda). Un día
sin ningún motivo, sin que ninguna pasión como cólera, orgullo o venganza entrase en juego, se
abalanzó sobre niño y lo golpeó sin matarlo dándole 2 martillazos.
El caso Sélestat en Alsacia, 1817. Campesina aprovechó ausencia marido, para matar a pequeña hija,
cortarle una pierna y ponerla a cocer en sopa.
París. 1827. Henriette Cornier va junto a la vecina de sus señores, pide con insistencia q se le confíe
por un rato a su hija. La vecina duda, consiente y cuando vuelve a buscar a la niña se encuentra con
q Henriette acaba de matarla, cortarle la cabeza y q la arrojó por la ventana.
Viena. Catherine Ziegler mató a su hijo bastardo. Explicó q fuerza irresistible la había empujado a
eso. Fue considerada loca y absuelta. Quedó libre de prisión, pero declaró q valía más q la
encerrasen porque volvería a recomenzar. Declaró q se había quedado embarazada para matar a su
hijo. Fue condenada a muerte y ejecutada.
Escocia. John Howison entró a una casa en la que mató a una vieja a quien no conocía y se fue sin
robar y sin ocultarse. Detenido pero negó hechos. Defensa hizo valer q estaba demente, crimen sin
razón. Fue ejecutado.
Nueva Inglaterra. Abraham Prescott mató en pleno camino a su nodriza (mujer encargada de
amamantar a niño ajeno), con la q había mantenido buenas relaciones. Volvió a su casa y se puso a
llorar ante marido víctima. Confesó q ya había atacado a su nodriza y marido durante la noche, lo q
había sido considerado crisis de sonambulismo. Fue condenado a muerte aunq jurado recomendaba
al mismo tiempo conmutación de la pena. Fue ejecutado.
2. No se trata de delitos sin importancia sino de crímenes graves. Casi todos estos asesinatos van
acompañados a veces de crueldades extrañas (canibalismo en mujer de Sélestar).
Esta psiquiatrización de la delincuencia se ha hecho “desde arriba”. Rompe con tendencia
fundamental de jurisprudencia precedente. Cuanto más grave era crimen, menor interés en plantear
cuestión locura.????
Se recurría con facilidad a la locura en el caso de delitos menores (pequeños actos de violencia,
vagabundeo, etc.), en algunos países como Francia se adoptaba medida de internamiento.
La psiquiatría en la justicia penal va a penetrar enfrentándose con los grandes casos
criminales extremadamente violentos y extremadamente raros.
3. Estos grandes crímenes tienen en común el hecho de que se desarrollan en la esfera doméstica.
Son crímenes de familia, del hogar o de vecindad. Padres q matan a sus hijos, hijos q matan a
padres, protectores, criados q matan al hijo de los señores o de los vecinos. Son crímenes en los q se
ven implicadas generaciones diferentes. Pareja niño/adulto o adolescente/adulto presente casi
siempre. Relaciones de edad, lugar, parentesco son las relaciones más sagradas y naturales, más
inocentes y aquellas q deben estar menos cargadas de interés y pasión. No son crímenes contra la
sociedad y sus reglas, cuanto crímenes contra la naturaleza, contra leyes inscritas en el mismo
corazón humano, leyes que rigen lazos familiares y generacionales.
La forma de crimen q aparece a pps siglo XIX es crimen contra natura. Individuo en q locura y
criminalidad se reúnen y plantean el problema de sus relaciones no es el hombre del minúsculo
desorden cotidiano, es el gran monstruo. Psiquiatría en siglo XIX se inauguró con una patología
de lo monstruoso.
4. Todos estos crímenes tienen en común hecho de que han sido cometidos “sin razón”, sin
interés, sin pasión, sin motivo, e, incluso sin estar fundados en una ilusión delirante. En todos
los casos, los psiquiatras insisten repetidamente, para justificar su intervención, en el hecho de que
no existe entre los personajes del drama, ninguna relación q permita proporcionar
inteligibilidad al crimen. Henriette Cornier, se cuidaron de probar q no había sido amante del
padre de la niña q decapitó y que no había actuado por venganza.
¿Era pobre la acusada? ¿Estaba hambrienta? Fiscal argumentó, si hubiese sido rica, se habría podido
considerar alienación, pero era pobre y tenía hambre. Era una conducta interesada, no estaba loca.
¿Por qué se ha convertido esta gran ficción de la monomanía homicida en la noción clave de la
protohistoria de la psiquiatría criminal?
Comienzos s. XIX. Psiquiatría tenía q definir su especificidad en ámbito medicina y dar a conocer
cientificidad en interior prácticas médicas, se funda como especialidad médica (antes era un aspecto
más que un campo de la medicina).
¿Por qué médicos se empeñaron en reivindicar locura de personas q habrían sido
consideradas, sin q ello planteara problemas, como simples criminales? Reclamaron ser
escuchados por los tribunales como expertos, informes y estudios a fin de demostrar que tal
criminal era alienado. Cruzada a favor de la patologización del crimen.
Antes, a finales del siglo XVIII, los creadores del alienismo, Pinel especialmente, protestaron contra
la mezcolanza q se practicaba en muchas instituciones de internamiento, entre enfermos y
delincuentes. ¿Por qué restablecer este parentesco q tanto costó separar?
No basta invocar una especie de imperialismo de los psiquiatras (intentarían anexionarse nuevo
territorio), ni un dinamismo interno del saber médico q pretendería racionalizar espacio confuso en
q se entremezclan locura y crimen.
El crimen se convirtió en problema importante para psiquiatras, porque se trataba menos de un
terreno de conocimiento a conquistar q de una modalidad de poder a garantizar y justificar.
Psiquiatría se convirtió en algo importante en siglo XIX no porque aplicase una nueva
racionalidad médica a los desórdenes de la mente o conducta, sino porque funcionaba como
forma de higiene pública.
El desarrollo en siglo XVIII de la demografía, había suscitado cuestión biológica y médica de las
poblaciones humanas, con condiciones de existencia, hábitat, alimentación, natalidad y mortalidad,
fenómenos patológicos (epidemias, endemias, mortalidad infantil). El cuerpo social, dejó de ser
simple metáfora jurídico-política, para convertirse en realidad biológica y en terreno de
intervención médica.
El médico debía ser el técnico de ese cuerpo social. La medicina, una higiene pública.
Psiquiatría en siglo XVIII al XIX, adquirió autonomía. Se revistió de prestigio porque pudo
inscribirse en marco de medicina concebida como reacción a los peligros inherentes al cuerpo
social.
Alienistas discutían origen orgánico o ps de enfermedades mentales (terap físicas o psi). Sin
embargo, todos conscientes de tratar un “peligro” social. Locura estaba ligada, con condiciones
malsanas de existencia: superpoblación, promiscuidad, vida urbana, alcoholismo, desenfreno. O
era percibida como fuente de peligros (para uno mismo, para los demás, para el entorno, también
para la descendencia por mediación de la herencia).
Psiquiatría del s XIX fue medicina del cuerpo colectivo en la misma medida q medicina del alma
individual.
Importancia de demostrar la monomanía homicida. Durante medio siglo se intentó hacer
funcionar esa noción pese a su escasa justificación científica. La monomanía homicida, su
diagnóstico, muestra lo siguiente…
a) que la locura, bajo alguna de sus formas puras, extremas, intensas es toda ella crimen y
nada más que crimen y por lo tanto, en los últimos bornes??? de la locura está el crimen.
b) que la locura, es susceptible de acarrear no simplemente desórdenes de conducta sino el crimen
absoluto, que supera todas las leyes de la naturaleza y de la sociedad.
c) que esta locura, aunque posee intensidad extraordinaria, p permanecer invisible hasta el
momento en el q estalla y sale a la luz, q nadie p preverla salvo un ojo experimentado, con un saber
bien pertrechado. Únicamente médico especialista p detectar la monomanía. Los alienistas definirán
la monomanía como enfermedad, q se manifiesta exclusivamente en crimen, se reservarán poder de
detectar signos premonitorios, condiciones q predisponen a ella.
Los magistrados y aparato judicial, ¿por qué aceptaron si no por completo la monomanía, al menos
los problemas ligados con ella?
Mayoría rechazaron aceptar noción q permitía convertir a un criminal en un loco cuya única
enfermedad consistía en cometer crímenes.
Los médicos la proponían. Los abogados se servían de ella para defender a sus clientes.
Idea de cierto parentesco entre la locura y delincuencia se aclimata poco a poco en interior de la
institución judicial. ¿Por qué institución penal q no había necesitado de intervención médica para
juzgar y condenar sin que el problema de locura se plantease, se sirve del saber médico a partir de
1820? Jueces ingleses, alemanes, franceses, italianos de la época han rechazado nociones q les
proponían. No han sido violentados por médicos, han sido ellos mismos los q han solicitado el
parecer debidamente formulado de los psiquiatras, sobre todo en relación con estos famosos
crímenes sin razón.
No se debe a q nuevos códigos puestos en práctica a comienzos s XIX abriesen espacio a exámenes
periciales psiquiátricos o concediesen importancia nueva al problema de la irresponsabilidad
patológica. Legislaciones nuevas no modificaron estado de cosas precedente: la mayor parte
códigos de tipo napoleónico, recoge principio de q estado de alienación es incompatible con
responsabilidad, excluye efectos derivados de ella.
No es “desde arriba” por medio de códigos o pps teóricos, como medicina mental ha penetrado en
penalidad, sino “desde abajo”, desde mecanismos de castigo y del sentido que les confiere.
Castigar, entre todas las técnicas de control y transformación de los individuos, se había convertido
en un conjunto de procedimientos concertados para modificar a los infractores.
Las formas de castigo a las q adhieren todos los reformadores finales s XVIII y comienzos s XIX,
prisión, trabajo obligatorio, vigilancia constante, adecuación del castigo al estado moral del criminal
y a sus progresos, implican q el castigo recae más sobre el criminal q sobre el crimen. Es decir,
recae sobre lo que lo convierte en criminal: motivos, móviles, voluntad profunda, tendencias,
instintos.
En antiguos sistemas la notoriedad manifiesta del castigo debía adecuarse a enormidad del crimen,
ahora se intentan adaptar las modalidades del castigo a la naturaleza del criminal.
Grandes crímenes sin motivo planteaba al juez problema.
En otros tiempos p poder castigar crimen bastaba encontrar al autor, q no tuviese coartadas, y q no
lo cometiese en estado de furor o demencia. ¿Cómo se p castigar a alguien cuyos motivos p
cometer crimen se ignoran, q está mudo ante jueces salvo para reconocer los hechos y reconocer
q ha sido perfectamente cc de lo q ha hecho?
Se plantea la necesidad de condenar. Pero siendo la razón del crimen, la razón del castigar,
¿cómo castigar un crimen sin razón?
Para castigar se necesita saber cuál es la naturaleza del culpable: maldad, intereses,
inclinaciones. La responsabilidad jurídica autoriza formalmente el castigo, pero no p darle
sentido.
Estos grandes crímenes sin motivo han sido problemas tan imp para el aparato judicial. Fiscales
obstinadamente hacían valer ley: nada de demencia, furor o alienación establecida mediante
signos reconocidos, más bien todo lo contrario: actos perfectamente organizados, por lo tanto
es preciso aplicar ley.
No p evitar plantear cuestión de los motivos. En la práctica de los jueces el castigo está ligado con
la determinación de los motivos. No basta q exista infracción real q se pueda imputar a un
culpable, es necesario establecer motivo = relación psicológicamente inteligible entre acto y
autor. Caso Sélestat en q ejecución de mujer antropófaga se justifica en razón de su posible hambre
me parece muy significativo.
Los médicos, q sólo tendrían q ser consultados para comprobar los casos siempre bastante
evidentes de demencia o furor, van a ser llamados en tanto “especialistas del móvil”. Tendrán q
valorar la razón del sujeto, también racionalidad del acto, conjunto relaciones q ligan acto con los
intereses, cálculo, carácter, inclinaciones, hábitos del sujeto.
Magistrados se niegan con frecuencia a aceptar dg de monomanía, defendido por médicos,
aceptan el conjunto de problemas q noción suscita, la integración del acto en la conducta
global del sujeto.
Cuanto más diáfana integración => más fácilmente aparecerá sujeto como punible.
Menos evidente integración => acto del sujeto como mecanismo repentino e irrefrenable q
irrumpió y más difícilmente sea objeto de punición, la justicia aceptará desasirse de él
considerándolo loco, confiándolo al encierro psiquiátrico.
Conclusiones…
1. Intervención de medicina mental en institución penal, a partir s XIX no es consecuencia o
simple desarrollo de teoría tradicional de irresponsabilidad de dementes y furiosos.
3. Dos nuevas exigencias ligadas con la transformación del mecanismo de poder mediante el cual
desde s XVIII se pretende controlar cuerpo social de sociedades de carácter industrial.
Sin embargo, razones por las q medicina interviene en ámbito criminal, y razones por las q
justicia penal recurre a psiquiatría son esencialmente diferentes.
4. Crimen monstruoso, contra natura y sin razón, es la forma bajo la cual concurren
demostración médica de q la locura es en último término siempre peligrosa, y la impotencia
judicial para determinar la punición de un crimen sin haber determinado los motivos del
mismo.
La curiosa sintomatología de la monomanía homicida, ha sido diseñada en el punto de convergencia
de estos dos mecanismos.
Otro momento fecundo para relaciones sostenidas entre psiquiatría y derecho penal: últimos años s
XIX y primeros XX = entre primer congreso antropología criminal (1885) y publicación de Prins,
de Defensa social (1910).
Entre período anterior, y éste, en el ámbito psiquiatría, noción monomanía fue abandonada, poco
antes de 1870.
Razones abandono son fundamentalmente dos.
1. La idea negativa, de una locura parcial centrada exclusivamente en un punto, q sólo se
desencadena en determinados momentos. Sustituida por idea de q una enfermedad mental, no
necesariamente patología del pensamiento o de la cc sino q puede afectar también a la
afectividad, instintos, comportamientos automáticos, dejando casi intactas formas de
pensamiento. Es lo q se ha denominado locura moral, instintiva, aberración de los instintos,
perversión, q en torno de 1840 adoptó como ejemplo privilegiado las desviaciones de la conducta
sexual.
2. Visión según la cual, enfermedades mentales, evolucionan de forma compleja y polimorfa.
Pueden presentar en determinados estadios de su desarrollo síntomas específicos, no solamente a
escala individual sino también generacional. Teoría de la degeneración.
Se p definir esa gran arborescencia evolutiva.
Se trata de incomprensibles masacres o pequeños delitos (propiedad o sexualidad), se p sospechar q
existe una perturbación más o menos grave de instintos o estadios de una evolución ininterrumpida.
Aparecen categorías nuevas: necrofilia, cleptomanía, exhibicionismo, sadismo, pederastía. Existe un
continuum psiquiátrico y criminológico q permite abordan en términos médicos cualquier grado de
la escala penal.
La cuestión psiquiátrica ya no se localiza en algunos grandes crímenes, conviene plantearla y
generalizarla a todo el territorio de las infracciones.
Todo el espacio de infracciones podía concebirse en términos de peligro, de protección q debía ser
asegurada. El derecho no tenía más opción q callarse o taparse las orejas y negarse a escuchar.
Se p determinar una responsabilidad civil sin establecer culpa, a partir del riesgo creado contra el
que hay que defenderse.
Se p hacer responsable penalmente a un individuo sin tener q determinar si es libre y si hay
culpa, ligando el acto cometido con el riesgo de criminalidad constituido por su pp
personalidad.
Incluso si no es culpable porque no ha elegido con completa libertad el mal en lugar del bien.
La sanción no tendrá por objeto castigar a un sujeto de derecho q se habría voluntariamente
enfrentado a la ley, su función será la de hacer disminuir en la medida de lo posible (eliminación,
exclusión, a través de restricciones diversas o medidas terapéuticas), el riesgo de criminalidad
representado por individuo.
Idea general de defensa social (comienzos s XX), surgió de la transferencia a la justicia criminal de
elaboraciones pps de derecho civil.
Noción de riesgo adquiere un lugar en el derecho a través de la idea de responsabilidad sin culpa, q
puede ser entronizada por la antropología, psicología o la psiquiatría gracias a idea de imputabilidad
sin libertad.
“Ser peligroso” o “terribilidad” introducido por Prins. Estado de peligrosidad.
A partir grandes crímenes sin razón (comienzos s XIX) el debate no se centró exactamente en torno
cuestión de la libertad. El verdadero problema fue el del individuo peligroso.
¿Existen individuos intrínsecamente peligrosos?, ¿cómo se los p reconocer y cómo conviene
reaccionar en su presencia?
El d penal del siglo pasado no evolucionó dsd moral de libertad hacia ciencia del determinismo
psíquico, sino extendió, organizó y codificó la sospecha y detención de individuos peligrosos,
dsd la extraña y monstruosa figura de la monomanía hasta la frecuente y cotidiana del
degenerado, del perverso, del desequilibrado constitucional, del inmaduro.
Penalidad moderna no concede derecho a la sociedad sobre los individuos, más q en razón de
lo q hacen: un único acto, definido como infracción por ley, p dar lugar a una sanción, sin
duda modificable en función de las circunstancias o de las intenciones.
Pero al poner cada vez más de relieve al criminal como S del acto y también al individuo peligroso
como virtualidad de actos, ¿no se concede a la sociedad derecho sobre el individuo a partir de lo
que él es? No de lo que es en función de su status (antiguo régimen) sino de lo que es por
naturaleza, en razón de su constitución, de sus rasgos de carácter o en sus variedades
patológicas.
Se constituye una justicia q tiende a ejercerse sobre lo que se es.
Apenas entraron en funcionamiento los códigos modernos, se pretendió flexibilizarlos mediante
medidas legislativas, como circunstancias atenuantes, reincidencia o libertad provisional, se trataba
de tener en cuenta más allá de los actos, a aquél q los había cometido.
Una justicia q únicamente se ejerciese sobre lo que se hace es una utopía y no precisamente, una
deseable. Pero desde el siglo XVIII, este modelo de justicia ha constituido el principio rector, el
principio jurídico penal que gobierna penalidad moderna. Insidiosamente, lentamente, de forma
reptante y segmentada se organiza penalidad centrada en lo que se es: han sido necesarios más de
100 años para q esta noción de individuo peligroso q estaba virtualmente presente en la monomanía
de los primeros alienistas, fuese aceptada por pensamiento jurídico.
Esta noción se ha convertido en un tema central de los exámenes periciales psiquiátricos (en Francia
los psiquiatras, convocados como expertos, se refieren más a la peligrosidad de un individuo q a su
responsabilidad).