El proceso de auditoría desde el punto de vista tradicional se puede definir como el proceso sistémico de investigación, el cual se
rige mediante una serie de planificaciones con enfoques detallados; esa planeación estratégica debe aglomerar ciertos aspectos en
cuanto a la implementación de la auditoria, entre esos aspectos a tener en cuenta en la planeación estratégico están: anticipar todo
el conjunto de fases y actividades correspondientes en una auditoria, proveer de los recursos a utilizar tales como personal, tiempo,
implementos, espacio, entre otros, que sean necesarios para realizar la auditoría.
La planeación: es previa a la ejecución del trabajo de auditoría, y hace parte integral de los papeles de trabajo. La planeación de
la auditoría tiene como objetivos:
a) Se debe hacer un enfoque adecuado a las áreas importantes con el fin de llegar a la identificación de aquellos problemas
potenciales basados en criterios de importancia relativa y riesgo probable.
b) Llevar unas pautas de Controlar sobre la ejecución del trabajo de auditoría; de este modo se puede asignar el trabajo a los
miembros del equipo de auditoría para poder ejercer una debida supervisión
c) la coordinación de actividades.
La planeación como conjunto de actividades lógicas y organizadas permite al auditor recopilar información, capturando evidencias
necesarias. Esta información y evidencias son evaluada de manera objetiva por el auditor, para formar una opinión mediante un
dictamen profesional sobre el grado de precisión del objeto estudiado, comparado con el criterio o parámetro.
Auditor: Este siempre debe mantener una actitud de independencia, siendo objetivo y neutral, además debe tener la capacidad
suficiente para determinar si el criterio o parámetro ha sido aplicado en su totalidad de manera correcta en cada situación. Para
cada empresa o situación a auditar, su planeación y forma de hacer auditoría cambia ajustándose a las necesidades del objeto
auditado, es así que no debemos pensar que la auditoría es un examen mecánico sino crítico, que persigue como fin evaluar y
mejorar la eficacia, la eficiencia y la economía del objeto auditado.
Objetivo general
El objetivo es apoyar a quien la contrate en el desempeño de sus actividades. Para ello la auditoría proporciona análisis,
evaluaciones, recomendaciones, asesoría e información concerniente a lo auditado; por ende, el auditor debe ser un asesor de alta
competitividad para la organización.
Cuando se trata de entes económicos u organizaciones, la auditoría apoya desde el nivel operativo pasando por las diferentes
instancias de la empresa, entre ellas la administración, hasta llegar a la alta gerencia, manteniendo una posición de independencia
o staff; de este modo la auditoría se debe constituir como una herramienta de control y supervisión que contribuya a la creación
de una cultura de disciplina en la organización, permitiendo descubrir desviaciones en las estructuras y las posibilidades de
vulnerabilidad existentes en el ente.
Las vulnerabilidades en auditoría se denominan riesgo; y la auditoría debe determinarlos, identificarlos, valorarlos, evitando que
ocurran. Algunas de las actividades inherentes al objetivo general de la auditoría, son asesorar al ente con el propósito de:
Objetivos específicos
Dependiendo del tipo auditoría que se trabaje y el alcance de ésta y de los propósitos con que se realice, los objetivos específicos
cambian; sin embargo, a continuación, se presentan algunos de los objetivos específicos típicos de los diferentes tipos de auditoría: