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Alicia Vega en la Región de Los Lagos: fotogramas de juego y aprendizaje

La exposición itinerante “30 años del Taller de Cine para niños de Alicia Vega (1985-2015)”,
realizada entre el 19 de marzo y el 19 de abril de 2019 en Balmaceda Arte Joven, sede Los
Lagos, Puerto Montt, funciona como una muestra condensada de la experiencia del taller de
cine para niños impartido por la ya mencionada investigadora y profesora. En sus 35
ediciones participaron 6.482 niños, entre 4 y 12 años, de distintas poblaciones de Santiago y
regiones. Entre ellas se incluyen sectores de la Región de Los Lagos, tales como Puerto
Octay, Ancud, Queilen y Castro.

El proyecto, dirigido a niños que vivían en zonas marginadas y olvidadas, tuvo por objetivo
principal la promoción de los participantes, en todas sus capacidades humanas, y la
enseñanza de conocimientos cinematográficos. La exhibición presenta piezas del archivo del
taller, incluye material que fue parte de la metodología, inédita, invención de Alicia Vega,
junto a objetos y dibujos hechos por los mismos alumnos, fotografías y los informes de
evaluación de cada edición del taller.

Al entrar en la sede de BAJ Los Lagos, participamos de la riqueza de estímulos visuales


presentes en el espacio, que despierta el interés por querer mirar todo, en su conjunto. Casi la
totalidad del hall está cubierto de imágenes y objetos. Si nos detenemos a observar,
distinguimos diversos materiales pedagógicos y didácticos utilizados por la profesora, tales
como el zootropo y el taumatropo. El primero, una caja cilíndrica de cartón con imágenes en
su interior, que al hacerla girar, da la impresión de que fuese una sola imagen en movimiento.
El segundo, un disco con una imagen diferente en cada lado, con una cuerda en los costados,
las cuales, al moverse, provocan que ambas imágenes parezcan una sola.

Estos y otros objetos están expuestos en sus versiones originales, en versiones hechas por los
niños, y también dispuestos como muestras “para jugar”. De este modo, no solo podemos
contemplar los trabajos presentes en la exposición, sino también hacernos partícipes de ella
por medio de una experiencia kinestésica visual, siendo posible aprender y experimentar
parte de las mismas actividades que los chicos realizaron en estos talleres.

Al interior de la Galería Activa de BAJ, hallamos diferentes objetos utilizados para construir
relatos cinematográficos, tales como maquetas, cámaras y fotogramas dibujados por los
niños. De estos últimos, son expuestos cincuenta y seis trabajos elaborados por los
participantes del taller del año 1987, aún en período de dictadura, en la Población Lo
Hermida de la Región Metropolitana. Los pequeños escogieron “las protestas” como el tema
de su trabajo, las cuales fueron plasmadas desde la visión de niños de distintas edades.

Nos estremece ver cómo niños de tan solo cuatro años son capaces de expresar episodios de
violencia y crudeza en los cuales estaban insertos, conscientes de lo que sucedía a su
alrededor, por medio de dibujos. Estos se complejizan según la edad de los alumnos; sin
embargo, hay algunos elementos comunes que se reiteran en la mayoría de los casos, como
son el fuego, los disparos, y las confrontaciones entre la gente y los carabineros armados, los
cuales recrean la atmósfera oscura y dolorosa en la que estos chicos vivían.

Contemplar estos fotogramas es sobrecogedor y emocionante. Una experiencia estética un


tanto amarga, por el contenido mismo de las obras; pero a su vez esperanzadora, dada la
existencia de libertad creadora de los niños, en la cual se les permite aprender a través de su
propia experiencia y sentir. Un lugar en donde sus emociones y su historia tienen valor,
donde ellos mismos tienen valor. Por lo que son y por lo que son capaces de hacer.

En la muestra también hay fotografías que inmortalizan lo vivido por los chicos en esta
iniciativa, fotografías que dan rostro a los objetos mostrados en la exposición. Niños
observando, niños sonriendo, niños compartiendo en comunidad, niños jugando a filmar y a
actuar, niños creando. Como dice Nietzsche, el niño es inocencia y es juego, y para el juego
de la creación es necesario decir “sí”, es necesario que nuestro espíritu se transforme en niño.

Por otro lado, cabe destacar que los informes de evaluación de cada taller estén disponibles
para ser leídos por quien visite la exposición. Este archivo, resulta en un valioso registro
escrito de la experiencia del taller, que incluye diversos aspectos del proyecto, desde aquellos
logísticos a aquellos experienciales: las opiniones de los niños y sus padres. Un tesoro de
palabras expresadas por estos pequeños, por las cuales manifiestan su parecer sobre el taller.
Así, la experiencia visual y kinestésica de la exposición puede ser complementada con el
lenguaje verbal, con la palabra del niño, que también adquiere suma relevancia en este relato.

La exposición itinerante 30 años del Taller de Cine para niños de Alicia Vega, en Puerto
Montt, da cuenta de una minuciosa labor por parte de la maestra; la cual dio fruto a una pieza
de memoria estética cargada de sensibilidad, donde el material pedagógico y didáctico, las
obras creadas por los niños, y el registro fotográfico y verbal, convergen como un todo
orgánico. Un todo que significa el subir el autoestima de los niños; el fomentar su sentido de
responsabilidad; el mejorar en la escuela y en sus relaciones interpersonales; así como el
desarrollo del conocimiento sensible de estos; el aprender sobre y a través del arte; y el ser
libres con él.

Valentina Guerrero Rojas es Licenciada en Letras mención Lingüística y Literatura Inglesas,


Licenciada en Estética de la Pontificia Universidad Católica de Chile, y artista visual. Actualmente
reside en Puerto Montt, su ciudad natal, desde donde escribe. Trabaja como profesora asistente de
Historia del Arte en la Universidad de Los Lagos. También como profesora independiente de Inglés,
además de ser voluntaria del Centro de Arte Molino Machmar.

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