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TITULO II

TRANSMISIÓN DE LA OBLIGACIÓN TRIBUTARIA POR SUCESIÓN

Al expresar al artículo de la obligación tributaria se transmite a los sucesores y


demás adquirentes a título, se refiere a la denominada sucesión en la obligación y
deuda tributaria. En relación a la transmisión de mortis causa establece que desde
el momento de la muerte de una persona, los bienes, derechos y obligaciones se
constituyen herencia se tramite a sus sucesores. Lo que se tramite son las
obligaciones tributarias pendientes, es decir, tanto las liquidadas o determinadas
como las liquidas en el momento que de saber del fallecimiento.
La obligación tributaria se transmite a los sucesores y demás adquirentes a título
universal. En caso de herencia la responsabilidad está limitada al valor de los bienes
y derechos que se reciba. Los actos o convenios por los que el deudor tributario
transmite su obligación tributaria a un tercero, carecen de eficacia frente a la
Administración Tributaria.
Por causa de muerte. Por convenio, Nulos. Ineficaces frente a la Administración
Tributaria, pero válidos entre las partes. Válidos entre las partes y frente a la
Administración Tributaria
Como expone LACRUZ BERDEJO, en el fenómeno sucesorio pueden diferenciarse
cuatro momentos que pueden coincidir en el tiempo pero que, en cualquier caso,
pueden diferenciarse conceptualmente: A) La apertura de la sucesión, en el
momento de la muerte de la persona física de que se trate. B) La vocación a la
herencia, consistente en el llamamiento de un sujeto de derecho a la herencia. C)
La delación de la herencia, que se inicia cuando nace la oportunidad de aceptar la
herencia y termina con la aceptación de la misma, y d) la adquisición de la herencia,
que consiste en el hecho de quedar investido como heredero del conjunto de
titularidades transmisibles del causante.
Atendiendo a esta remisión a la legislación civil, debe concluirse que, si la herencia
se acepta pura y simplemente, las obligaciones tributarias pendientes del causante
se transmitirán al heredero en su integridad.
si el llamado a la herencia la acepta con beneficio de inventario se producirá
también, en principio, la transmisión de las obligaciones tributarias pendientes del
causante, aunque con una doble limitación: la derivada de las propias
características de la aceptación de la herencia a beneficio de inventario y la
procedente del alcance de la sucesión tributaria de las personas físicas.
Tal como indica el artículo 167 del código tributario, por su naturaleza personal, no
son trasmisibles a los herederos las sanciones por infracciones tributarias.Si bien
en principios la deuda transmisible es la debida por el causante como
contribuyente y como responsable , tal como precisa la directiva N° 004-2000/sunat
, son intransmisibles a los herederos obligaciones tributarias que correspondan
como responsables solidarios a representantes legales y a designados por
personas jurídicas ( numera 2 del articulo 16 del código tributario).

TRANSMICION CONVENCIONAL DE LA OBLIGACION TRIBUTARIA

En nuestro código no admiten la transmisión convencional de la obligación tributaria


en todo caso no se puede oponer a la administración ningún contrato mediantes el
cual se haya transmitido la obligación tributaria en este caso a terceros.
Por ejemplo, en el caso predial que tiene como contribuyente al propietario del
predio agravado impuesto, así es como el arrendar su propio, tendrá la calidad de
arrendador, y quien lo arriende tendrá el nombre de arrendatario.

DEFINICIÓN DE DEUDA TRIBUTARIA

Es la suma adeudada al acreedor tributario constituida por tributo, multa, y los


intereses está constituida por la prestación o conjunto de prestaciones pecuniarias
a que un sujeto pasivo resulta obligado frente a la virtud de distintas situaciones
jurídicas derivadas de la aplicación de tributos los conceptos exigibles a los sujetos
pasivos, los cuales deberán ser cancelados mediante alguno de los medios de
extinción de las obligaciones tributarias establecidas en el Código Tributario.

COMPONENTES DE LA DEUDA TRIBUTARIA


La deuda tributaria puede estar compuesta hasta por cinco componentes La
Administración Tributaria exigirá el pago de la deuda tributaria que está constituida
por el tributo, las multas y los intereses. Genera un segundo componente, que se
denomina interés moratorio. Ver con multa. La multa es también un componente de
la deuda tributaria. . Si la multa no se paga de inmediato genera el interés moratorio.
El interés moratorio de la multa es otro componente de la deuda tributaria. Si el
deudor pide facilidades de pago y éstas son concedidas, tales facilidades generan
intereses, como último componente de la deuda tributaria.Los intereses antes
mencionados comprenden:Las tasas deberán ser publicadas por la
Superintendencia de Banca y Seguros el último día hábil del mes anterior. El interés
moratorio aplicable a las multas. El interés por aplazamiento y/o fraccionamiento de
pago. La SUNAT fijará la TIM respecto a los tributos que administra o cuya
recaudación estuviera a su cargo. En los 5 casos de los tributos administrados por
otros Órganos, la TIM será fijada por Resolución Ministerial de Economía y
Finanzas. Tratándose de los tributos administrados por otros Órganos, será la que
establezca la SUNAT, salvo que se fije una diferente mediante
Las deudas por tributos gozan de privilegio general sobre todos los bienes del
deudor tributario y tendrán prelación sobre las demás obligaciones en cuanto
concurran con acreedores cuyos créditos no sean por el pago de remuneraciones y
beneficios sociales adeudados a los trabajadores; las aportaciones impagas al
Sistema Privado de Administración de Fondos de Pensiones y al Sistema Nacional
de Pensiones, y los intereses y gastos que por tales conceptos pudieran
devengarse, incluso los conceptos a que se refiere el Artículo 30º del Decreto Ley
Nº 25897; alimentos; e hipoteca o cualquier otro derecho real inscrito en el
correspondiente Registro. La Administración Tributaria podrá solicitar a los
Registros la inscripción de Resoluciones de Determinación, Órdenes de Pago o
Resoluciones de Multa, la misma que deberá anotarse a simple solicitud de la
Administración, obteniendo así la prioridad en el tiempo de inscripción que
determina la preferencia de los derechos que otorga el registro.

SUCESORES DE PERSONAS JURÍDICAS


Disuelta y liquidada una sociedad o entidad, el procedimiento de recaudación
continúa con sus socios, partícipes o cotitulares, una vez constatada la extinción de
la personalidad jurídica.
Disuelta y liquidada una fundación, el procedimiento de recaudación debe continuar
con los destinatarios de sus bienes y derechos.
La Administración tributaria puede dirigirse contra cualquiera de los socios,
partícipes, cotitulares o destinatarios, o contra todos ellos simultánea o
sucesivamente, para requerirles el pago de las deudas tributarias y las costas
pendientes.
Las obligaciones tributarias pendientes de las sociedades y entidades con
personalidad jurídica disueltas y liquidadas en las que la ley limita la responsabilidad
patrimonial de los socios, partícipes o cotitulares, se transmiten a estos, que quedan
obligados solidariamente hasta el límite del valor de la cuota de liquidación que les
corresponda.
Las obligaciones tributarias pendientes de las sociedades y entidades con
personalidad jurídica disueltas y liquidadas en las que la ley no limita la
responsabilidad patrimonial de los socios, partícipes o cotitulares se transmiten
íntegramente a estos, que quedan obligados solidariamente a su cumplimiento.
El hecho de que la deuda tributaria no esté liquidada en el momento de producirse
la extinción de la personalidad jurídica de la sociedad o la entidad no impide la
transmisión de las obligaciones tributarias devengadas a los sucesores, y se pueden
entender las actuaciones con cualquiera de ellos.
En los casos de disolución sin liquidación de las sociedades mercantiles, las
obligaciones tributarias pendientes de estas se deben transmitir a las personas o
entidades que sucedan o que sean beneficiarias de la operación correspondiente.
En caso de disolución de fundaciones o entidades a que se refiere el apartado 4 del
artículo 35 de la Ley General Tributaria, las obligaciones tributarias pendientes de
estas se transmiten a los destinatarios de los bienes y derechos de las fundaciones
o a los partícipes o cotitulares de estas entidades.
Las sanciones que puedan proceder por las infracciones cometidas por las
sociedades y entidades a que se refiere este artículo son exigibles a sucesores de
estas, en los términos que establecen los apartados anteriores, hasta el límite del
valor de la cuota de liquidación que los corresponda.
 No requiere previa declaración de fallido del deudor principal.
 No requiere trámite de audiencia al responsable.
 Alcance: importe total del expediente, excluidas las sanciones.
 El plazo concedido al sucesor para efectuar el pago es el establecido por
periodo de pago
Tratándose de la sucesión en las deudas tributarias pendientes, es la propia Ley
58/2003. Como pone de manifiesto Calvo Ortega, el fundamento de la inclusión en
el círculo de los obligados tributarios de los entes sin personalidad jurídica es su
manifestación de capacidad económica pero a esta fundamentación básica habría
que añadir la conveniencia que esta atribución de capacidad jurídica tiene para la
gestión tributaria, siendo la figura de la herencia yacente como centro de imputación
de las obligaciones tributarias del causante el ejemplo más nítido de esta segunda
función.

Mientras se halle la herencia yacente, la gestión recaudatoria de las deudas


tributarias pendientes podrá continuar dirigiéndose contra los bienes y derechos de
la herencia y entendiéndose con quien ostenta la administración o representación
de ésta». A propósito de la administración de la herencia yacente, pone de relieve
que, en la vida real, lo que importa es vigilar y establecer la administración y
representación del caudal relicto, a fin de conservarlo para el heredero, asegurar la
posición de los acreedores y crear un punto de referencia al que puedan dirigir sus
pretensiones contra el causante y las nacidas luego de causarse la herencia.
Que, a la muerte de las personas físicas, sus obligaciones tributarias pendientes
retransmitirán a sus herederos y legatarios. Sin embargo, esta regla presenta dos
excepciones: no son transmisibles ni las sanciones derivadas de infracciones
tributarias cometidas por el causante ni la obligación del responsable salvo que el
acuerdo de derivación de responsabilidad se hubiese notificado antes del
fallecimiento del mismo
De estas previsiones se infiere, pues, que el ámbito objetivo de la sucesión puede
estar constituido por la cuota tributaria o cantidad a ingresar resultante de la
obligación tributaria principal o de las obligaciones de realizar pagos a cuenta así
como por los restantes elementos integrantes de la deuda tributaria, tanto si en el
momento de producirse la muerte del causante ésta está liquidada como si se
encuentra pendiente de liquidación. Sin embargo, como se ha indicado, la
transmisión no tendrá lugar respecto de las sanciones, cuya intransmisibilidad
constituye un postulado clásico, fundado.
Si no se hubiese producido la aceptación de la herencia y ésta se encontrase
yacente, corresponderá al representante de la misma tanto la realización o
continuación de las actuaciones administrativas tendentes a la cuantificación,
determinación y liquidación de las obligaciones tributarias del causante como su
cumplimiento, una vez liquidadas. Si a la finalización del procedimiento de gestión
los herederos no fuesen conocidos, las deudas tributarias deberán liquidarse a
nombre de la herencia yacente y podrán satisfacerse con cargo a los bienes de la
misma.
A propósito de la recaudación de las deudas tributarias pendientes, las actuaciones
a efectuar frente a los herederos y legatarios y frente a la herencia yacente.
Respecto de los primeros, se prevé, reproduciendo, en esencia, lo dispuesto por el
Reglamento General, que el fallecimiento del obligado al pago de la deuda tributaria
determina la continuación del procedimiento de recaudación con sus herederos y,
en su caso, legatarios, siempre que concurran dos requisitos: constancia del
fallecimiento del obligado tributario y notificación los sucesores, con requerimiento
del pago de la deuda tributaria y costas pendientes del causante.
La constancia del fallecimiento del obligado tributario puede obtenerse a través de
medios diversos como la exhibición de la partida de defunción o la declaración
judicial de fallecimiento. A propósito de la notificación del requerimiento de pago de
la deuda tributaria y las costas pendientes, puntualiza que los herederos y legatarios
se subrogan en la misma posición en que se hallaba el causante en el momento de
su fallecimiento perjuicio de lo dispuesto La Administración, una vez acreditada de
forma fehaciente la condición de heredero del solicitante, expedirá un certificado
que deberá contener el nombre.
La Administración Tributaria exigirá el pago de la deuda tributaria que está
constituida por el tributo, las multas y los intereses.

Los intereses comprenden: El interés moratorio por el pago extemporáneo del


tributo a que se refiere el artículo 33º del Texto Único Ordenado del Código
Tributario. El interés moratorio aplicable a las multas deTexto Único Ordenado del
Código Tributario. El interés por aplazamiento y/o fraccionamiento de pago

INTRANSMISIBILIDAD DE LA OBLIGACION TRIBUTARIO

Por el contrario, la intransmisibilidad de la obligación del responsable constituye una


novedad introducida por la Ley General Tributaria de 2003, configurándose como
una excepción a la regla general de transmisibilidad de las deudas tributarias
pendientes de liquidación. A diferencia del régimen instaurado por la Ley General
Tributaria de 1963, en el que se consagraba con la máxima extensión la sucesión
en las obligaciones tributarias con la única excepción de las sanciones, la vigente
Ley General Tributaria sienta el principio de no sucesión en la obligación del
responsable salvo que el acuerdo de derivación de responsabilidad le hubiese sido
notificado antes de su fallecimiento.
A propósito del principio general de intransmisibilidad de la obligación del
responsable, se impone hacer referencia a las novedades Es decir, el interés de
demora, los recargos por declaración extemporánea, los recargos del período
ejecutivo y los recargos exigibles legalmente sobre las bases o las cuotas, a favor
del Tesoro o de otros entes públicos.
La intransmisibilidad de la obligación del responsable permite afirmar que el acuerdo
de declaración de responsabilidad tiene carácter constitutivo y no meramente
declarativo. Por el Contrario, que el acuerdo de derivación de responsabilidad no
tiene naturaleza constitutiva, de manera que la responsabilidad surgiría por la
realización del presupuesto de hecho de cada figura de responsabilidad y no por el
acuerdo de derivación de responsabilidad. Por lo tanto, a su juicio, el fundamento
de la intransmisibilidad de la obligación del responsable está en que el acto de
derivación de responsabilidad se produce después de un procedimiento
contradictorio, con audiencia y alegaciones del interesado, que puede contestar no
sólo su propia declaración de responsable sino incluso la liquidación del
contribuyente. La falta de acto de derivación supone, por tanto, ausencia de
contradicción y, por ello, indefensión materia de responsabilidad tributaria. Como se
recordará, en el régimen de responsabilidad tributaria previsto por la Ley, General
Tributaria, el acto de derivación de responsabilidad era condición para el nacimiento
tanto dela responsabilidad subsidiaria como de la solidaria.
En cambio, aun manteniendo como postulado general que la derivación de la acción
administrativa para exigir el pago de la deuda tributaria a los responsables requiere
un acto administrativo en el que, previa audiencia del interesado, se declare la
responsabilidad y se determine su alcance y extensión, contempla la posibilidad que
una norma con rango de ley excepcione la obligatoriedad de tal acto de derivación
de responsabilidad. Tal es el caso el Impuesto sobre la Renta de no Residentes,
determina que no es necesario un acto administrativo previo de derivación de
responsabilidad para que la Administración tributaria pueda dirigirse contra uno de
los responsables solidarios previstos por la normativa de aquel impuesto: el pagador
de rendimientos devengados sin mediación de establecimiento permanente por el
contribuyente no residente.
Poniendo en relación lo establecido en este artículo con la previsión de
intransmisibilidad de la obligación del responsable excepto cuando se le hubiese
notificado el acuerdo de derivación de responsabilidad antes de su fallecimiento, se
observa cómo No obstante, en el caso de la responsabilidad subsidiaria, la
concurrencia de aquel acto, aun siendo condición necesaria, no era suficiente ya
que para su exigibilidad se requería, además, la previa declaración de fallido del
deudor principal y de los demás responsables solidarios.
Salvo que una norma con rango de ley disponga otra cosa, la derivación de la acción
administrativa para exigir el pago de la deuda tributaria a los responsables requerirá
un acto administrativo en el que, previa audiencia al interesado, se declare la
responsabilidad y se determine su alcance y extensión, de conformidad con lo
previsto en los artículos 174 a 176 de esta ley. Con anterioridad a esta declaración,
la Administración competente podrá adoptar medidas cautelares del artículo 81 de
esta Ley y realizar actuaciones de investigación con las facultades previstas

PROCEDIMIENTOS PARA HACER EFECTIVAS LAS DEUDAS TRIBUTARIAS


PENDIENTES

Tratándose de las actuaciones de gestión liquidataria, se parte del postulado que


no constituye impedimento para la transmisión de las obligaciones tributarias
devengadas el hecho que, a la fecha de la muerte del causante, la deuda tributaria
no estuviese liquidada. En este caso, las actuaciones se entenderán con cualquiera
de los sucesores, si bien la liquidación resultante debe notificarse a todos los
interesados que consten en el expediente.
Teniendo en cuenta el carácter voluntario de la aceptación de la herencia, parece
claro que para que las actuaciones de liquidación puedan entenderse con los
sucesores deberá constar su aceptación expresa o tácita de la herencia. Una vez
producida ésta, laAdministración les notificará la iniciación o continuación de las
actividades liquidatarias y, desde este instante, asumirán la posición del causante.

OTROS SUPUESTOS DE TRANSMISIONES DE LA OBLIGACIÓN


TRIBUTARIA POR SUCESIÓN
Teniendo en cuenta lo señalado por el artículo 26 del código 26 del código
tributario, en principio debemos asumir que en materia tributaria está descartada
la transmisión de la obligación tributaria inter vivos.
Sin embargo , y considerando que el articulo 25 precisa que existe transmisión de
la obligación tributaria a los sucesores y demás adquirentes a titulo universal,
sostenemos que también puede haber una especie de sucesión inter vivos ,
aunque especial ( en la medida en que se da solo por semejanza con la sucesión
mortis causa, por la extinción de una persona jurídica ) e indirecta (pues esta
transmisión no es el objeto del acto sino una consecuencia legal de este ) , y solo
respecto a personas jurídicas.

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