El horno se inclina desde su posición vertical y se carga con chatarra de acero fría cerca de un 25%
y luego con hierro derretido, después de ser devuelto a suposición vertical,
se hace descender hacia la carga una lanza de oxígeno
refrigerada por agua y se fuerza sobre ella un flujo de oxígeno puro a alta velocidad durante 20
minutos.
Tan pronto como el chorro de oxígeno comienza, se agrega la cal y otros materiales fundentes. La
reacción química resultante desarrolla una temperatura aproximada de 1650° C.
El oxígeno se combina con el exceso de carbono acabando como gas y se combina también con las
impurezas para quemarlas rápidamente.
Su residuo es absorbido por la capa flotante de escoria. Después de hacerse completado la inyección
de oxígeno, se analiza el contenido de carbono y la composición química de diversas muestras de la
masa fundida.
Cuando la composición es correcta, el horno se inclina para verter el acero fundido en una olla de
colada. Aunque se pueden producir algunos aceros de aleación con este proceso, el
ciclode tiempo aumenta considerablemente, eliminando así su ventaja principal.