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C-6922-NE1

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REGISTRADO BAJO EL N° (S) FN°


En la ciudad de Mar del Plata, a los 03 días del mes de
abril del año dos mil dieciocho, reunida la Cámara de
Apelación en lo Contencioso Administrativo con asiento
en dicha ciudad, en Acuerdo Ordinario, para pronunciar
sentencia en la causa C-6922-NE1 “PROVINCIA DE BUENOS
AIRES c. MUNICIPALIDAD DE NECOCHEA s. PRETENSION
ANULATORIA”, con arreglo al sorteo de ley cuyo orden de
votación resulta: señores Jueces doctores Mora y
Riccitelli, y considerando los siguientes:
ANTECEDENTES
I. El titular del Juzgado de Primera Instancia en
lo Contencioso Administrativo del Depto. Judicial
Necochea dictó sentencia haciendo lugar parcialmente a
la pretensión anulatoria promovida por el Instituto de
Obra Médico Asistencial de la Provincia de Buenos Aires
(I.O.M.A.) contra la Municipalidad de Necochea. En el
mismo acto, impuso las costas a la demandada vencida
(argto. art. 51 del C.P.C.A., texto según ley 14.437) y
reguló honorarios profesionales [v. fs. 160/173,
19-11-2015].
II. Declarada la admisibilidad formal de los
recursos de apelación interpuestos por la demandada a
fs. 182/186 y por la actora a fs. 187/201, y puestos los
autos al Acuerdo para Sentencia [cfr. fs. 224],
corresponde plantear y votar las siguientes:
CUESTIONES
1. ¿Es fundado el recurso planteado por la
accionante a fs. 187/201?
En caso afirmativo,
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2. ¿Ha devenido abstracto el tratamiento del


recurso de apelación interpuesto por el Municipio
demandado a fs. 182/186 así como el embate articulado,
en los términos del art. 57 del Decreto ley 8904/77, por
la Dra. Cintia Febbraro por considerar bajos los
estipendios profesionales regulados a su favor?
A la primera cuestión planteada, el señor Juez
doctor Mora dijo:
I.1. El a quo dictó sentencia a través de la cual
acogió parcialmente la demanda interpuesta por la
Provincia de Buenos Aires contra la Municipalidad de
Necochea y, en consecuencia, anuló aquella parcela de la
resolución N° 3/12 que fija un resarcimiento dinerario
en concepto de daño directo, rechazando lo demás
solicitado. Impuso las costas a la demandada vencida y,
reguló los honorarios de los profesionales
intervinientes en el proceso, con excepción de aquellos
correspondientes a la apoderada de la demandada, por
encontrarse comprendida en lo establecido por el art.
203 de la Ley Orgánica de Municipalidades [cfr. fs.
160/173].
Luego de reseñar las posturas que ambas partes
sostuvieron en la contienda, repasó aquellos hechos que
habrían sustentado la denuncia formulada por la Sra.
Patricia Liliana Romero contra el I.O.M.A. ante la
Oficina Municipal de Información al Consumidor del
Municipio demandado. Seguidamente, precisó que como
consecuencia del procedimiento seguido ante la instancia
administrativa el Juzgado Municipal de Faltas N° 2 dictó
la resolución N° 3/2012 que aplicó a la aquí actora una
multa de pesos ocho mil ($ 8.000,00) por considerar que
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había transgredido los arts. 4 y 37 de la Ley 24.240 y


determinó, asimismo, en favor de la denunciante, un
resarcimiento dinerario de pesos quinientos ($ 500,00)
en concepto de daño directo (cfr. art. 40 bis Ley
24.240).
1.1. Para así decidir, desestimó -en primer lugar-
el planteo actoral relativo a la incompetencia de la
Justicia Municipal de Faltas para sancionar las
infracciones a la normativa tuitiva de los derechos de
consumidores y usuarios, en tanto consideró aplicable el
criterio que, respecto a tal cuestión, fuera sostenido
por ésta Alzada en la causa C-4925-MP2 “Telecom Personal
S.A.”, sent. del 16-09-2014.
Argumentó que la solución antes indicada no
resultaba extensiva per se respecto de aquella parcela
de la decisión enjuiciada que impuso a la empresa
accionada una condena pecuniaria en concepto de daño
directo ocasionado al consumidor o usuario, resaltando
que dicho proceder de la Administración merecía un
análisis particular.
Abocado a tal tarea, luego de repasar la redacción
–tanto originaria como la actualmente vigente- del art.
40 bis de la Ley 24.240, advirtió que la norma en
cuestión aún no habría sido adoptada ni receptada por la
normativa provincial como una atribución propia de los
órganos administrativos de aplicación, como lo es -en el
caso- el Juzgado Municipal de Faltas. En tal sentido,
puntualizó que la ley 14.514 -la cual, explica, vino a
modificar la ley 13.133 receptando el espíritu de
diversas modificaciones producidas en la Ley Nacional
24.240- nada dice, ya sea expresa o implícitamente,
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respecto de la controvertida atribución de competencia


de los órganos administrativos para determinar la
existencia de un daño y su consecuente reparación.
Con ello en miras y en virtud del principio
constitucional de legalidad al cual deben ceñirse los
actos estatales (cfr. arts. 19 de la C.N. y 25 de la
C.P.), explicó que correspondía tener por acreditado el
vicio de incompetencia del órgano administrativo
interviniente, únicamente en punto a la facultad
prevista en el art. 40 bis de la Ley 24.240, razón por
la cual declaró la ilegitimidad de dicha parcela del
decisorio decretando, consecuentemente, la nulidad de la
indemnización que, en tal sentido, el Juez de Faltas
Municipal impuso en el acápite III de la resolución N°
2/12.
1.2. Sentado lo anterior, rechazó el planteo de la
accionante a través del cual propicia la inaplicabilidad
de la Ley 24.240 al vínculo que el I.O.M.A. mantiene con
sus afiliados.
Se inclinó por tal solución luego de detenerse en
el análisis de las definiciones que portan los arts. 1 y
2 de la Ley 24.240 (texto según Ley 26.361) de los
conceptos de “consumidor” y “proveedor”, concluyendo así
que entre el Instituto infraccionado y sus afiliados
voluntarios existe una relación contractual de consumo
–consistente en la prestación de un servicio profesional
de medicina por parte de un órgano público- a la cual le
resultan aplicables las disposiciones de la norma antes
indicada (cfr. art. 33 y 42 de la C.N.). Puntualizó que
abona lo antes afirmado el hecho que el I.O.M.A. en sus
comunicaciones con la denunciante (Sra. Patricia Liliana
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Romero) se refiera a la relación en cuestión como un


servicio de “mercado” y como una “prestación de
excelencia”, reafirmándose así el carácter consumeril
del vínculo.
1.3. Despejada la cuestión relativa a la
competencia del órgano administrativo decisor y la
naturaleza de la relación que vincula al I.O.M.A. con
sus afiliados voluntarios, el a quo se adentró en el
juzgamiento de la conducta antijurídica reprochada en el
decisorio administrativo.
Principió dicha tarea repasando el alcance –con
cita de jurisprudencia de nuestro Máximo Tribunal
Provincial y de esta Alzada- de aquellas normas que el
Juez de Faltas Municipal considera transgredidas por el
ente público sancionado, más precisamente los artículos
4 y 37 de la Ley 24.240.
Seguidamente, luego de examinar las constancias
obrantes en las actuaciones administrativas, observó
que en el mes de mayo de 2011 el I.O.M.A. remitió a la
denunciante una boleta de depósito que se encontraba
acompañada de una carta a través de la cual el Instituto
le informaba que la cuota que deben abonar los afiliados
voluntarios equivale al 10% del sueldo básico de la
categoría 23 del escalafón de empleados públicos de la
Provincia de Buenos Aires y que, en razón de ello,
aquella se vería incrementada en forma retroactiva desde
el mes de marzo y abril del mismo año.
Siendo ello así y atendiendo al ordenamiento
constitucional en la materia, concluyó que la
notificación en cuestión, no logró abastecer un servicio
informativo suficiente en relación a los incrementos en
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el valor de la cuota de afiliación exigidos por el


I.O.M.A a la usuaria del servicio. En consecuencia,
desestimó el vicio denunciado en punto dicho segmento
del decisorio administrativo.
1.4. Finalmente, en relación al quantum de la multa
aplicada, consideró -en primer lugar- que ésta se
encuentra dentro de la escala permitida por el art. 73
de la ley 13.133 y que al momento de su determinación el
juzgador tuvo en consideración las circunstancias
requeridas por el art. 77 de la ley 13.133. Sin
perjuicio de ello, resaltó que la accionante no logró
demostrar el carácter irrazonable o arbitrario de la
medida impugnada.
Con todo y en los términos indicados, acogió
parcialmente la demanda interpuesta por la Provincia de
Buenos Aires contra la Municipalidad de Necochea e
impuso las costas a la demandada vencida.
2. La letrada apoderada de la Fiscalía de Estado
provincial expresó agravios contra el fallo de grado a
fs. 187/201. Su extensa crítica bien puede resumirse a
través de los siguientes ejes de agravios, a saber:
2.1. Puntualiza, en primer lugar, que yerra el
magistrado de la instancia al concluir que el vínculo
existente entre el I.O.M.A. y la Sra. Patricia Liliana
Romero pueda calificarse como una relación de consumo y,
que en razón de ello, el Juzgado de Faltas interviniente
resulte competente para juzgar -en el caso- el
cumplimiento de la normativa tuitiva de los derechos de
consumidores y usuarios.
Alega que, a la luz del art. 1 de la ley 6982, la
relación jurídica habida entre la denunciante y el
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Instituto sancionado, con el objeto de que éste brinde


un adecuado sistema asistencial de salud, se encuentra
sujeta a un régimen típico de derecho público
administrativo. Entiende que tal conclusión no se ve
modificada por el hecho que la afiliación sea de
carácter voluntario, rechazando así la posibilidad de
que se ésta se rija aquellas normas y acuerdos propios
del derecho privado que gobiernan el funcionamiento del
“mercado”. Agrega –desde la misma óptica- que no resulta
posible extender al vínculo bajo examen el régimen legal
de las obras sociales sindicales o de las entidades de
medicina prepaga, en tanto considera que es un “vínculo
de la seguridad social” lo que une al I.O.M.A. con sus
afiliados, pues su fuente es de índole estrictamente
legal.
En definitiva, descarta que el Instituto de Obra
Médico Asistencial de la Provincia de Buenos Aires pueda
ser considerado “proveedor” en los términos del art. 2
de la Ley 24.240, por cuanto ello implicaría tratar a
los cometidos estatales como simples bienes de consumo.

2.2. En consonancia con lo anterior, aunque desde


otra óptica, advierte que si bien del juego de los
decretos provinciales N° 1472/95 y N° 1036/04 así como
del art. 79 de la ley 13.133 surge con claridad la
delegación oportunamente efectuada a los municipios para
ejercer las funciones emergentes de la Ley 24.240, lo
cierto es que aquella no tiene alcance ilimitado sino
que se encuentra circunscripta a las competencias y
atribuciones que le son propias. En tal sentido,
argumenta que un órgano municipal no ostenta
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atribuciones suficientes para sancionar a una entidad


autárquica provincial, en razón de que –según añade- de
conformidad con el art. 286 de la Ley Orgánica de las
Municipalidades, el poder de policía municipal solo se
extiende a su propio ámbito territorial.
En adición, resalta que el órgano municipal que
dictó el acto administrativo sancionador carece de
competencia para resolver la contienda con carácter
definitivo, en tanto estima que dicha facultad ha sido
atribuida por el orden constitucional, en forma
exclusiva, al Poder Judicial.
2.3. Sin perjuicio de reiterar que –en razón de los
agravios anticipados- no juzga aplicable al caso las
normas tuitivas de los derechos de consumidores y
usuarios, aduce que el deber de información ha sido
debidamente cumplido por el I.O.M.A. toda vez que la
afiliada efectivamente recibió una carta en la que se le
informó que la cuota mensual correspondiente a las
afiliaciones voluntarias se había incrementado. En tal
sentido, afirma que la afiliada desde el momento mismo
que ingresó como “voluntaria” a un sistema de salud
regido por normas de derecho público administrativo,
aceptó someterse a éstas y por ende a la forma y las
razones por las cuales el Instituto adecuaba el monto de
la cuota mensual, más precisamente por representar ésta
el 10% del sueldo básico de la categoría 23 del
escalafón provincial.
En consecuencia, remarca –por una parte- que la
carta en cuestión “…no hizo más que comunicar que la
‘condición modal’ impuesta en la reglamentación para el
acrecentamiento de la cuota había acontecido, por lo
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cual –en el caso de Romero- los montos correspondientes


a los meses de marzo de 2011 contendría aquel aumento…”
y –por otro- que tampoco sería posible reputar al
aumento en cuestión como exorbitante o confiscatorio.
2.4. Finalmente, se agravia de la extensión de la
multa impuesta por el Juzgado de Faltas de Necochea,
achacándola de irrazonable.
3. En su réplica al memorial reseñado en el punto
anterior, la Comuna accionada controvierte los
argumentos ensayados en el escrito de fs. 187/201 y
solicita el rechazo del embate articulado [cfr. fs.
206/209].
II. El recurso prospera.
1. Por exclusivas razones de orden lógico resulta
conveniente examinar, en primer término, aquel agravio
de la recurrente reseñado como apartado “I.2.1” de este
voto, a cuya lectura remito en honor a la brevedad, para
luego abordar la propia sustancia del embate bajo trato.
1.1. Para iniciar el análisis propuesto, estimo
entonces necesario establecer en forma previa si entre
la denunciante y el I.O.M.A. existió una relación de
consumo que habilite la aplicación de la Ley de Defensa
del Consumidor.
A partir de las reformas constitucionales de 1994,
los derechos de los consumidores y usuarios gozan de
rango constitucional -arts. 42 y 43 de la Constitución
Nacional y 38 de la Constitución de la Provincia de
Buenos Aires- que, al igual que las prescripciones de la
Ley 24.240, otorgan un amplio significado a las
expresiones “consumidores” y “usuarios”. Empero, ello no
significa que el régimen de protección se agote allí.
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Precisamente y con la finalidad implícita en el sistema


de otorgar protección al más débil de la relación de
consumo, es posible derivar que la normativa del
consumidor, no se ciñe exclusivamente a lo reglado en la
citada Ley 24.240, sino que se integra con aquellas
normas que resulten aplicables a la relación jurídica de
consumo. Ello surge con claridad del art. 3 de la Ley
24.240, que establece que las disposiciones de la ley de
defensa del consumidor se integran con las normas
generales y especiales aplicables a las relaciones de
consumo, en particular la Ley 25.156 -de Defensa de la
Competencia- y la Ley 22.082 -de Lealtad Comercial-.
En consecuencia, surge claro que es a partir de
tales bases que corresponde definir la mentada relación
de consumo, que viene así a abarcar todas aquellas
circunstancias que rodean o se vinculan a una actividad
encaminada a satisfacer la demanda de bienes y servicios
para destino final de consumidores y usuarios.
Al referirse al usuario y consumidor, la Ley 24.240
en su art. 1 –modificado sustancialmente por la ley
26.361- alude, en forma indistinta, a toda persona
física o jurídica que adquiere un bien o servicio para
utilizarlo o consumirlo ella misma o su grupo familiar.
A su turno, el art. 2 considera proveedor de aquellos
bienes y servicios a toda persona física o jurídica de
naturaleza pública o privada, que de manera profesional
preste servicios a consumidores o usuarios. Finalmente,
el art. 3 fija, en su último párrafo, que las relaciones
de consumo se rigen por el régimen establecido en esta
ley y sus reglamentaciones sin perjuicio de que el
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proveedor, por la actividad que desarrolle, esté


alcanzado asimismo por otra normativa específica.
Es evidente que para la Ley 24.240 la causa fin de
la relación es el destino último de consumo,
constituyéndose así en el elemento calificador de las
normas que conforman la materia. De no darse esta
circunstancia, la ley de protección del consumidor
devendría inaplicable.
1.2. Asimismo, es necesario tener presente que el
Instituto de Obra Médico Asistencial funciona como
entidad autárquica con capacidad para actuar pública y
privadamente de acuerdo con las funciones establecidas
en la ley 6982 que lo rige, orientándose a realizar en
la Provincia de Buenos Aires todos los fines del Estado
en materia médico asistencial para sus agentes en
actividad o pasividad y para sectores de la actividad
pública y privada que adhieran a su régimen [art. 1°,
1ra. parte, ley 6982].
La labor del organismo se encamina, pues, a la
planificación de un sistema sanitario asistencial para
todo el ámbito de la Provincia, teniendo como premisa
fundamental la libre elección del médico por parte de
los usuarios, reafirmando el sistema de obra social
abierta y arancelada [art. 1°, 2da. parte, ley 6982].
El vasto universo afiliatorio que reconoce el
I.O.M.A. se encuentra conformado por quienes se hallan
obligatoriamente incorporados a su régimen (afiliados
directos obligatorios) –estos son los funcionarios y
agentes en actividad de los Poderes Ejecutivo,
Legislativo y Judicial, de organismos dependientes o en
la órbita del Poder Ejecutivo, de empresas estatales o
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con participación estatal mayoritaria, de fondos


fiduciarios constituidos con capital o créditos
estatales, de organismos constitucionales, de las
municipalidades que adhieran al I.O.M.A., los docentes
que presten funciones en establecimientos educacionales
no oficiales abarcados por la ley 13.688 y los jubilados
y pensionados del Instituto de Previsión Social
Provincial, así como los de cualquier otra caja estatal
[cfr. art. 16 de la ley 6982-, y por aquellas personas
que voluntariamente opten por incorporarse a la mentada
Obra Social (afiliados directos voluntarios), ya sea que
se trate de miembros de entidades adheridas al I.O.M.A.
[afiliados voluntarios directos colectivos (cfr. art. 20
de la ley 6982 y su correspondiente reglamentación por
decreto 7881/84)] o bien de ex afiliados que no hayan
sido objeto de sanciones administrativas, de los
familiares que hubieren estado a cargo de afiliados
fallecidos o de personas que requieran su ingreso
acreditando que residen en forma permanente en la
jurisdicción de la Provincia de Buenos Aires (afiliados
voluntarios directos individuales) [cfr. arts. 1 y 18 de
la ley 6982 y reglamentación dada a dichos preceptos por
el decreto 7881/84] [cfr. doct. esta Alzada causas
A-7196-MP0 “Lucchini”, sent. del 09-V-2017, entre muchas
otras].
1.3. Sentado lo anterior, es posible desprender sin
esfuerzo del Expte. Administrativo N° 3127/11 –que en
este acto tengo a la vista- que la persona jurídica
denunciada ante la Oficina Municipal de Información al
Consumidor de Necochea es el Instituto de Obra Médico
Asistencial y que la denunciante es la Sra. Patricia
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Liliana Romero, afiliada que optó por incorporarse


voluntariamente al régimen de dicha Obra Social (v. fs.
1/5 y 19/21).
Es entonces que, en el marco del sistema de
afiliación voluntaria individual y ante un incremento
del valor de las cuotas por aportes mensuales, la
denunciante le reprocha –por un lado- un déficit
informativo a la carta a través de la cual el I.O.M.A.
comunicó dicho aumento y le endilga –por otro- un
comportamiento abusivo al ente estatal por exigir su
cobro en forma retroactiva (v. fs. 1. y 19 del
expediente administrativo N° 3127/11).
En este sentido y conforme lo antes expresado, es
posible afirmar sin vacilación alguna, que la
denunciante de marras resulta destinataria final de un
servicio médico asistencial que se enmarca claramente en
una relación de consumo y que la aquí actora es la
“proveedora” profesional de aquel, no cambiando el
temperamento adoptado la naturaleza estatal del ente o
la ausencia de ánimo de lucro de su parte, por cuanto
las personas jurídicas de carácter público se encuentran
expresamente incluidas en dicha categoría legal y la
causa fin de la relación es el destino último de consumo
(v. art. 1 y 2 de la Ley 24.240).
1.4. Adiciono a lo anterior, que el vínculo
existente entre la Sra. Romero con el I.O.M.A., no se
encuentra previsto dentro de las exclusiones que regula
el art. 2 de la Ley 24.240 [texto según Ley 26.361
vigente al momento en que sucedieron los hechos], con lo
cual, por lo dicho hasta aquí, es posible concluir que,
en el presente caso, se revelan presentes los elementos
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legalmente exigidos para tener por configurada una


relación de consumo, toda vez que la afiliación
voluntaria por parte de una persona –es que repito, no
somos aquí testigos de una afiliación o asociación de
tipo forzosa, como la que aprehende a la mayor parte de
los agentes que revistan en el sector público provincial
(cfr. arts. 16 y 17 de la ley 6982)- a un servicio
médico asistencial prestado de manera profesional por un
ente autárquico de derecho público, torna a la
vinculación alcanzada por las disposiciones de la Ley
24.240.
Vale aclarar que la conclusión antes arribada no
permite equiparar al I.O.M.A. a una empresa de medicina
prepaga ni habilita a aplicarle el régimen legal
previsto en la Ley 26.682. Este Tribunal tiene dicho que
más allá de que la actividad desarrollada respecto de
sus afiliados voluntarios por la aquí actora se
asemejaría a la desplegada por dichas entidades
privadas, desde que aquellos adhieren libremente a su
régimen prestacional -en forma individual o a través de
convenios colectivos de afiliación [cfr. arts. 7 inc. d)
y 18 de la ley 6982]- realizando aportes de índole
económico [cfr. art. 12 inc. a) y 12 inc. a) apartado
II. Del decreto reglamentario N° 7881/84], el I.O.M.A.
constituye un ente autárquico de Derecho Público que,
lejos de poseer el innegable rasgo mercantil y el
propósito lucrativo que caracterizan a los distintos
actores del sistema de salud privado [arg. doct. esta
Alzada causa A-6-MP2 “Rodriguez Lubary”, sent. de 26-VI-
2008], su actividad se halla incardinada –según su Carta
Orgánica- al cumplimiento de los fines de la Provincia
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de Buenos Aires en materia médico asistencial [cfr.


doct. esta Alzada causas A-1069-DO0 “Aramburu”, sent.
del 28-X-2008; A-1132-DO0 “Ruas de Macchi”, sent. del
23-VI-2009; A-1410-MP0 “Pablovich”, sent. del
17-XI-2009; A-2364-MP0 “De Simone”, res. de 24-II-2011;
A-2461-AZ0 “Calabró”, res. del 07-IV-2011; A-2887-DO0
“Russo”, sent. de 09-II-2012; A-3092-MP0 “Parma”, sent.
del 25-X-2012].
Por los argumentos expuestos, el agravio abordado
no merece andamiento.
2. Precisado lo anterior, se impone afirmar también
que la Oficina Municipal de Información al Consumidor y
la Justicia de Faltas dependientes del Municipio
demandado resultan competentes para intervenir en el
trámite.
2.1. En efecto, en el ámbito de la Provincia de
Buenos Aires rige la ley 13.133 que establece las bases
legales para la defensa del consumidor y el usuario, de
conformidad a los términos del art. 38 de la
Constitución de la Provincia de Buenos Aires, con el
objeto de establecer las reglas de las políticas
públicas y los mecanismos administrativos y judiciales
para la efectiva implementación -en el ámbito
provincial- de los derechos de los consumidores y
usuarios reconocidos en las Constituciones nacional y
provincial y de las normas de protección consagradas en
la Ley Nacional de Defensa del Consumidor 24.240 y
disposiciones complementarias [cfr. art. 1 ley 13.133 y
doct. esta Cámara causa 1680-MP “Juzgado N° 4 del
Tribunal de Faltas del Partido de General Pueyrredon”,
res. del 4-III-2010].
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Con dicho norte, los Municipios han sido dotados de


competencia para llevar adelante los procedimientos de
contralor y juzgamiento de las infracciones cometidas,
en el marco de la relación de consumo de bienes o
servicios, estableciendo el trámite del procedimiento
administrativo ante el órgano de aplicación [cfr. arts.
36 a 78 y 79 ley 13.133 y doct. esta Cámara causa
1680-MP “Juzgado N° 4 del Tribunal de Faltas del Partido
de General Pueyrredon”, citada].
Bajo este enfoque, cabe admitir que la Justicia
Municipal de Faltas –en tanto órgano de la
administración municipal con funciones jurisdiccionales
[cfr. doct. S.C.B.A. causa B. 62.266 “Andrenacci”, sent.
del 8-VII-2008]- resulta competente para emitir actos de
naturaleza sancionatoria en el marco de aplicación de
las leyes 24.240 y 13.133. Y, tal como quedara expuesto
en los párrafos precedentes, al presente le resultan
plenamente aplicables los citados ordenamientos.
Desde tal mirador, mal puede la recurrente
pretender neutralizar la potestad sancionatoria antes
referida echando mano al art. 286 de la Ley Orgánica
Municipal, en tanto aquella facultad fue ejercida -en el
caso de marras- dentro de la concreta competencia que
fuera delegada por las leyes 24.240 y 13.133 y frente
una relación de consumo que –a primera vista– se
desenvuelve en el territorio de la Comuna accionada, más
precisamente la ciudad de Necochea, lugar donde además
tiene domicilio la consumidora (v. fs. 1/5 del
expediente administrativo y fs. 124 del principal).
2.2. También resulta inatendible la puntual crítica
de la apelante a través de la cual resalta que el órgano
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municipal que dictó el acto administrativo sancionador


carece de competencia para resolver la contienda con
carácter definitivo, en tanto estima que dicha facultad
ha sido atribuida por el orden constitucional, en forma
exclusiva, al Poder Judicial.
En una primera aproximación al tema, podría decirse
que el art. 70 de la ley 13.133 pretende dotar al
régimen judicial de control de los actos sancionatorios
dictados en materia de defensa de los derechos del
consumidor, de un proceso ágil en el que, a partir de
las constancias del trámite administrativo en el que se
impusiera la penalidad, por un lado, el administrado
sancionado no se vea imposibilitado de argüir sus
razones para atacar al acto y, por otro, el juzgador
pueda formar convicción sobre la regularidad o
irregularidad del accionar administrativo enjuiciado.
No obstante, el legislador ha tenido conciencia
sobre las dificultades y escollos valorativos que pueden
presentarse, más cuando el juzgamiento de la falta
administrativa queda en manos de funcionarios que no
pertenecen al Poder Judicial [cfr. doct. S.C.B.A. causa
I. 2214 “Di Mantova”, sent. del 16-II- 2005]. Por ello,
ha habilitado la posibilidad de que el control judicial
de la sanción administrativa se lleve a cabo en un
ámbito procesal de amplitud de debate y prueba, para lo
cual debe mediar un expreso pedido de parte y una
resolución fundada del magistrado actuante que convalide
o deniegue aquel requerimiento.
Y tal habilitación no resulta menor. Recuérdese que
no media reproche constitucional cuando los organismos
de la Administración dotados de cierta jurisdicción para
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resolver conflictos entre particulares: (i) hayan sido


creados por ley, (ii) su independencia e imparcialidad
estén aseguradas, (iii) el objetivo económico y político
tenido en cuenta por el legislador para crearlos (y
restringir así la jurisdicción que la Constitución
Nacional atribuye a la justicia ordinaria) haya sido
razonable y, además, (iv) sus decisiones estén sujetas a
control judicial amplio y suficiente [cfr. C.S.J.N.
Fallos 328:651, esta Cámara causa C-4835-MP2 “La Delicia
Felipe Fort S.A.I.I.C.”, sent. del 07-08-2014].
Esto último es lo ha sucedido en la especie, en
tanto se ha abierto una instancia jurisdiccional de
control del acto administrativo emitido por la Comuna
demandada, proceso que, en definitiva, tramita por las
normas del procedimiento ordinario del C.P.C.A (cfr. fs.
100), otorgándole así, al justiciable, un marco de
conocimiento y de debate jurídico innegablemente amplio,
en pleno resguardo de su derecho de defensa y acceso a
la justicia (cfr. artículos 18 y 75 inc. 22 de la C.N. y
artículo 15 de la Constitución de la Provincia de Buenos
Aires) [arg. doct. esta Alzada causa A-6008-MP2
“Telefónica de Argentina S.A.”, sent. de 29-XII-2015].
Por las razones brindadas, propongo desestimar la
queja introducida por la actora a través del agravio que
más arriba fuera identificado como apartado “I.2.2.”
3. Sentado lo anterior y antes de adentrarme en el
estudio de la restante cuestión que porta el recurso
bajo tratamiento, me ocuparé de realizar una breve
consideración en torno al particular alcance del acto
administrativo impugnado y su vinculación con los
sujetos que participan en el presente proceso judicial.
C-6922-NE1

‰8I!n\èzFsCŠ

Así, verifico que la parte accionante pretende


poner en crisis el acto administrativo dictado el
12-01-2012 por el Sr. Juez de Faltas N° 2 de la
Municipalidad de Necochea en el marco del expediente
administrativo N° 3127/11, el cual –por un lado- le
impone al Instituto de Obra Médico Asistencial una
sanción de multa por la suma de ocho mil pesos ($
8.000,00), al encontrarlo en infracción de los arts. 4 y
37 de la Ley 24.240 y –por otro- lo condena a resarcir
el “daño directo” causado a la denunciante (Sra.
Patricia Liliana Romero), quien habría sufrido
perjuicios ocasionados de manera inmediata, como
consecuencia de la transgresión en la que habría
incurrido la Obra Social denunciada, fijando así dicha
reparación en la suma de quinientos pesos ($ 500,00) (v.
fs. 30/38 del expediente administrativo).
3.1. Se observa, a simple vista, que la decisión
enjuiciada presenta una doble faceta: al par de
constituir la manifestación del ejercicio de la potestad
sancionatoria –en el caso, imposición de multa- con que
cuenta la autoridad municipal en este campo -a fin de
propender al efectivo goce de los derechos de los
consumidores y usuarios (arts. 41, 42, 42, 45 y ccds. de
la Ley 24.240; arts. 36, 37, 59, 60, 63, 73, 79, 80 y
ccds. de la ley 13.133; cfr. art. 42 de la Constitución
Nacional; art. 38 de la Constitución local-; arg. doct.
esta Cámara causa C-4485-MP2 “Telecom Personal S.A.”,
sent. del 20-II-2014)-, el acto administrativo vino al
mismo tiempo a resolver un conflicto entre partes
(consumidor vs. prestador de un servicio asistencial de
salud) y a ejercer una prerrogativa de corte
C-6922-NE1

‰8I!n\èzFsCŠ

reparatorio, de base legal, en virtud de la cual dispuso


el resarcimiento del daño directo causado a la
damnificada (art. 40 bis de Ley 24.240).
Quiere decir que, en la especie, la Comuna no se
limitó a ejercer el poder de policía que le compete en
la materia y a intervenir como mera autoridad de
control, vigilancia y juzgamiento de las infracciones al
régimen, sino que actuó asimismo como órgano
administrativo de resolución del diferendo suscitado en
el marco de la relación consumeril adoptando, con fuerza
de verdad legal, una decisión obligatoria para las
partes sujeta, lógicamente, al ulterior control
judicial.
3.2. En ese contexto, verifico que el presente
proceso de revisión judicial del acto administrativo que
–junto con la sanción aplicada- fijó una indemnización
en favor de la consumidora supuestamente dañada
(denunciante), acertadamente se ventiló garantizando el
derecho de defensa de aquel sujeto que -como se dijo-
resulta destinatario y beneficiario directo de la
decisión atacada y, por caso, principal interesado en
que su vigencia se mantenga inalterada. Es que si bien
en el procedimiento administrativo clásico el
denunciante no reviste, por regla, el carácter de parte,
sí ha de ser tenido como tal cuando –a través de dicha
actuación- “pretenda” o “reclame” algún derecho (cfr.
arg. art. 84 y ccds. de la Ordenanza General 267/80 y
art. 84 y ccds. del decreto ley 7647/70).
Nótese que habiendo sido requerida expresamente por
la parte accionante la citación de la Sra. Patricia
Liliana Romero en los términos del art. 10 del C.P.C.A.
C-6922-NE1

‰8I!n\èzFsCŠ

(cfr. fs. 80 apartado “VI-CITACIÓN COADYUVANTE” y fs.


119), ésta fue oportunamente llamada al proceso a través
del traslado de demanda ordenado a fs. 100, no obstante
lo cual, a pesar de encontrarse debidamente notificada
(v. cédula de notificación obrante a fs. 121), la Sra.
Romero no contestó el anoticiamiento antes referido,
razón por la cual el juez de grado –atendiendo a la
expresa solicitud actoral- hizo efectivo el
apercibimiento contenido en el art. 59 del C.P.C.C.
declarándola rebelde (cfr. fs. 122 y 123).
Está claro, entonces, que en el marco del
específico procedimiento que aquí nos ocupa (cfr. arts.
36 y ccds. de la ley 13.133), el consumidor puede –según
los casos- dejar de ser un mero denunciante de la
ilegalidad, para asumir un rol decididamente activo y
abogar por el reconocimiento de un derecho que considera
propio.
Desde tal mirador, no podría negarse la calidad de
parte a quien se ha presentado ante la autoridad
administrativa con el fin de reclamar la satisfacción de
una pretensión de contenido económico; parte limitada y
contingente, si se quiere, pero parte al fin. Y tal
lógica procedimental se traslada con igual alcance al
ámbito del presente proceso judicial para no afectar los
derechos de quien, habiendo sido beneficiado en el marco
de la instancia seguida ante la autoridad
administrativa, pueda ver alterada su situación jurídica
en el marco del ulterior proceso judicial, a
consecuencia de un eventual pronunciamiento esquivo a
sus intereses tutelados por el ordenamiento jurídico
C-6922-NE1

‰8I!n\èzFsCŠ

(arg. art. 13 y ccds. del C.P.C.A. –ley 12.008 y


modif.-).
4. Ya despejado el camino para ingresar al
remanente sendero de agravios, abordaré -en primer
término- aquella crítica que reseñara en el apartado
“I.2.3.” de este voto –al que remito para su lectura-,
vinculada a la primera faceta de la decisión enjuiciada,
más precisamente la manifestación del ejercicio de la
potestad sancionatoria del Municipio accionado. Claro
resulta que la cuestión a resolver se centra únicamente
en determinar si el I.O.M.A. ha transgredido el deber de
información y la prohibición de desnaturalizar las
obligaciones a cargo del consumidor, que le viene
impuesto por los arts. 4 y 37 de la Ley 24.240.
A fin de una mejor comprensión de la solución que
finalmente propondré, estimo acertado precisar los
contornos fácticos que dieron origen al presente caso.
4.1. De las actuaciones administrativas N° 3127/11
se desprende que con fecha 17-05-2011 la Sra. Patricia
Liliana Romero formuló una denuncia ante la Oficina
Municipal de Información al Consumidor de la
Municipalidad de Necochea, dirigida contra el I.O.M.A.
en base a los siguientes hechos: i) que el 02-05-2011 la
denunciante recibió de parte del Instituto referido la
boleta de depósito N° 059447, con el fin de que abone la
suma de $ 314,69; ii) que de la boleta de depósito N°
58884, correspondiente al mes de abril de 2011, surge
que el pago a abonar ascendía a $ 206,11 y que
conjuntamente con la boleta correspondiente al mes de
mayo también recepcionó una carta en la cual se le
informaba que la cuota “…se verá levemente
C-6922-NE1

‰8I!n\èzFsCŠ

incrementada…” en forma retroactiva a los meses de marzo


y abril, aunque sin informársele a cuánto ascendería el
aumento y iii) que además denuncia desconocer el sueldo
básico de la categoría 23 del escalafón provincial y
cuál ha sido el monto de aumento que le otorgó la
Provincia de Buenos Aires a sus empleados, razón por la
cual solicita que no se le aplique el aumento (cfr.
denuncia obrante a fs. 1 y documentación obrante a fs.
2/5).
A pesar de la incomparecencia injustificada de la
parte denunciada a la audiencia conciliatoria celebrada
en sede administrativa con fecha 23-06-2011 (cfr. fs. 7,
8 y 10), el funcionario municipal a cargo del
procedimiento resolvió, en el marco de las facultades
que le otorga el art. 71 de la ley 13.133, intimar por
el término de diez (10) días al I.O.M.A. a los fines de
que “…acredite haber informado a los afiliados respecto
del aumento realizado, con no menos de un mes de
anticipación…” (v. fs. 11). Dicha intimación provocó que
la denunciada presentara un escrito que, en lo que aquí
interesa, explica: i) que el aumento del valor de las
cuotas del afiliado voluntario individual (A.V.I.) fue
realizado conforme lo dispuesto por la resolución N°
684/07 y notificado a los afiliados junto con la boleta
del mes de abril de 2011; ii) que en marzo de 2011 se
produjo el aumento, debiendo ser la cuota de $ 259,00;
iii) que en abril de 2011 se notificó del incremento y
recién a partir del mes de mayo de 2011 comenzó su
aplicación en forma retroactiva a marzo del 2011; iv)
que la cuota del mes de marzo y abril del año 2011 fue
impresa por un valor de $313,00, debiéndose cobrar en
C-6922-NE1

‰8I!n\èzFsCŠ

mayo del mismo año la diferencia de $ 54,00 de ambos


meses, en consecuencia, en el mes de mayo se cobró la
cuota actual ($ 259,00) más suma de $ 54,00 de
diferencia correspondiente al mes de marzo -sumando $
313,00- aplicándose idéntico proceder en mes de junio,
donde se cobra la cuota de $ 259,00 más $ 54,00 de la
diferencia correspondiente al mes de abril –totalizando
también $ 313,00- y v) que, por último, en el mes de
julio de 2011 se cobra la cuota pura por un valor de $
259,00 [v. fs. 12].
Asimismo, mediante la presentación obrante a fs.
19/22 la denunciada amplió la información antes reseñada
precisando el carácter voluntario de la afiliación de la
Sra. Patricia Liliana Romero y acompañando copia de la
carta a través de la cual comunicó a sus afiliados el
aumento referido.
Transcurrido el derrotero procedimental de rigor,
con fecha 12-01-2012 el Juez Municipal de Faltas
dependiente de la Comuna demandada dictó el acto
cuestionado por la accionante, cuyo contenido tuve
oportunidad de reseñar en el apartado “II.3” de este
voto, a cuya lectura remito en honor a la brevedad. Para
fundamentar su decisión en torno al incumplimiento del
deber de información y la desnaturalización de las
obligaciones a cargo del consumidor (arts. 4 y 37 de la
Ley 24.240), señaló: i) que si bien carece de fecha la
misiva a través de la cual se informó a los afiliados
acerca del aumento del valor de las cuotas, tampoco la
denunciada logró acreditar -a lo largo del procedimiento
administrativo- el día en que efectivamente la afiliada
quedó anoticiada de dicho incremento, razón por la cual
C-6922-NE1

‰8I!n\èzFsCŠ

consideró que correspondía tener por cierta aquella


fecha en que la Sra. Romero afirmó haber recibido la
comunicación -más precisamente el 02-05-2011- junto con
la factura cuyo vencimiento operaba en el mes de mayo;
ii) que la denunciante debió recibir información cierta,
clara, detallada, tempestiva y oportuna que le
permitiera conocer exactamente cuál es el monto de cuota
que se le está cobrando y cuáles son los servicios
incluidos en aquella, cuestión de poder compararlos con
otros servicios similares existentes en el mercado; iii)
que si bien existe un mecanismo objetivo utilizado por
el I.O.M.A. (cfr. Resolución 684/07) para realizar el
ajuste de las cuotas A.V.I., no corresponde su
aplicación inmediata, automática y menos aún en forma
retroactiva, puesto que no solo debe informarse
previamente al consumidor respecto del incremento para
que se encuentre en condiciones de elegir otro servicio
de idénticas características con la antelación
suficiente, sino que tampoco es obligación del
consumidor consultar mensualmente si la categoría 23 del
escalafón provincial sufrirá un aumento en el sueldo
básico y iv) que, en definitiva, resulta abusivo el
cobro retroactivo antes referido [v. fs. 30 a 33 vta.].
4.2. Habré de abordar ahora, luego de haber
efectuado la reseña de los antecedentes de la
controversia, el propio fondo del agravio en
tratamiento. Recuerdo que la apelante sostiene que no
existió desinformación alguna y, asimismo, que el
mecanismo de cobro retroactivo de los aportes obedece a
una “condición modal” propia de la reglamentación que la
C-6922-NE1

‰8I!n\èzFsCŠ

afiliada conocía desde el momento mismo en que,


voluntariamente, se afilió.
Adelanto que comparto la visión de la recurrente,
pues considero que el a quo yerra al convalidar los
argumentos que trae el acto administrativo en la parcela
bajo análisis. Así, entiendo que, en el caso, el
cumplimiento del servicio informativo previsto en el
art. 4 de la Ley 24.240 no puede juzgarse con
prescindencia de las concretas disposiciones que
conforman el reglamento del I.O.M.A. relativo al ingreso
al sistema de afiliación voluntaria individual, el cual
se encuentra publicado en la página web oficial de la
obra social demandada y de cuya ruta de acceso da cuenta
la misma carta que fuera enviada por el I.O.M.A. a sus
afiliados comunicando el incremento en el valor de los
aportes mensuales (v. fs. 3 del expediente
administrativo).
En este punto resulta clave la cláusula
identificada como “VALOR DE LA CUOTA”, cuando establece
que “…el valor de la cuota mensual del afiliado
voluntario individual será modificada automáticamente
por el Honorable Directorio según los incrementos que
sufra el sueldo del empleado público de la Provincia de
Buenos Aires …” [
http://www.ioma.gba.gov.ar/formularios/reglamento_ingres
o.pdf].
Asimismo, a través del art. 7 de la Resolución
684/07 dictada por el Directorio del I.O.M.A. se decide
“…Aprobar la aplicación de un mecanismo de ajuste
automático del valor neto de las cuotas de las
afiliaciones voluntarias estableciéndose como referencia
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‰8I!n\èzFsCŠ

de cálculo para el Código de Cuota 10 del Origen 35


(afiliado voluntario directo únicamente) el
correspondiente al diez por ciento (10%) del sueldo
básico para la categoría 23 de la Ley N° 10.430 bajo el
régimen de treinta (30) horas semanales de labor…” [v.
en sitio web del B.O. de la Prov. de Bs.As. de fecha
1 0 / 0 8 / 2 0 0 7 ,
http://www.gob.gba.gov.ar/html/gobierno/diebo/boletin/25
715/varios.htm].
Con lo anterior en miras y ciñéndome a las
concretas constancias obrantes en la causa advierto,
inicialmente, que no cabe duda alguna que la misiva
enviada por el I.O.M.A. a sus afiliados voluntarios no
hizo más que comunicar un aumento en el valor de las
cuotas que fuera ejecutado al amparo del particular
régimen antes indicado y al cual se encuentra sujeto
todo nuevo afiliado.
En adición, la suficiencia informativa de la carta
antes señalada no puede juzgarse con prescindencia de la
boleta a la cual aquella acompañaba –más precisamente la
N° 059447, que corresponde a la cuota del mes de mayo de
2011-, circunstancia que fuera admitida por la propia
consumidora en su escrito denuncia. Nótese -por un lado-
que aquella comunicación, en lo que aquí interesa,
informó que “…el valor neto de la cuota para los
afiliados voluntarios es el equivalente al 10% del
sueldo básico de la categoría 23 del escalafón
provincial (Resolución 684/07), haber que en marzo de
este año se vio incrementado con el aumento que otorgó
la Provincia a todos sus empleados administrativos …
Debido a esto, y en función de lo reglamentado por la
C-6922-NE1

‰8I!n\èzFsCŠ

citada Resolución, el aporte que usted realiza a la obra


social se verá levemente incrementado. La suba de los
dos primeros meses (Marzo y Abril), se cobrará en forma
retroactiva: en la cuota de Mayo se cobrará lo
correspondiente al mes de Marzo y en la cuota de Junio,
lo correspondiente al mes de Abril…”. Por otro lado, la
boleta N° 059447 correspondiente al mes de mayo de 2011
por un total de $ 313,00 contiene, en letra mayúscula,
una leyenda ubicada en su extremo superior derecho que
reza “ESTA CUOTA INCLUYE 50% REAJUSTE POR CUOTAS MARZO
ABRIL/2011”.
Siendo ello así y teniendo presente la cláusula
relativa al “valor de la cuota” inserta en el Reglamento
de Ingreso a la obra social, así como el art. 7 de la
Resolución 684/07, mal podría exigírsele a la prestadora
denunciada un mayor esfuerzo informativo, por cuanto
resulta claro que el incremento en el valor de los
aportes obedece a un aumento en el sueldo básico de la
categoría 23 del escalafón de empleados públicos
provinciales. Y si bien la carta no brinda la cifra
exacta del aumento en cuestión –lo cual, probablemente,
hubiese facilitado las cosas- ésta puede desprende
fácilmente de la comparación de la factura abonada por
la denunciante en el mes de abril de 2011 por un monto
de $ 205,00 –es decir, por el valor de la cuota vigente
con anterioridad al aumento- (v. 2 del expediente
administrativo) y aquella factura correspondiente al mes
de mayo de 2011 que ya incluye el nuevo valor del aporte
mensual más el 50% del ajuste retroactivo a marzo y
abril del 2011 (cfr. lo informado en la leyenda supra
transcripta). Llevado a números, el nuevo valor de la
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‰8I!n\èzFsCŠ

cuota es de $ 259,00 y el 50% del retroactivo antes


indicado es de $ 54,00, ascendiendo el valor total de la
boleta del mes de mayo a $ 313,00 (v. fs. 5 del mismo
expediente), repitiéndose idéntico cobro con la cuota de
junio de 2011 para luego, a partir de julio, seguir
cobrándose la “cuota pura” por $ 259,00.
Para más, si la afiliada hubiese precisado mayor
información o explicaciones en torno al referido
incremento (v.gr. monto del aumento que la Provincia
otorgó a los empleados de la categoría 23, prestaciones
incluidas en el plan médico asistencial, etc.), podría
haberlo requerido a la obra social en forma previa a
interponer la denuncia administrativa, mas ello no solo
no fue acreditado en la causa de marras sino que la Sra.
Romero ni siquiera deslizó manifestación alguna en su
denuncia en torno a haber solicitado información
adicional al I.O.M.A. sin que éste le hubiese brindado
una respuesta que satisfaga sus necesidades. En este
sentido, cabe resaltar que notificada la denunciada del
requerimiento informativo propiciado por la propia
Autoridad de Aplicación (v. fs. 11), presentó en el
expediente administrativo un informe que detalla el
cronograma de pagos y las cifras involucradas en tal
esquema, complementando así cualquier déficit
informativo que –a modo de hipótesis- pudiera
achacársele a la misiva bajo análisis.
Finalmente, atendiendo a las especiales
circunstancias que rodean al caso, entiendo que el cobro
retroactivo de las cuotas correspondientes al mes de
marzo y abril del 2011, en manera alguna desnaturaliza
las obligaciones a cargo de la afiliada, por cuando
C-6922-NE1

‰8I!n\èzFsCŠ

dicho proceder -claramente excepcional- no es más que


una particular consecuencia de un mecanismo de ajuste,
de carácter automático, que tiene como referencia una
variable o parámetro de cálculo exógeno a la obra
social, pues la negociación salarial se lleva adelante
entre la Provincia de Buenos Aires y la representación
gremial de los empleados públicos y recién luego de
formalizado el acuerdo, es que se pueden conocer con
exactitud no solo los nuevos salarios de todo el
escalafón sino también desde que fecha se aplican y, en
consecuencia, activar el mecanismo de ajuste de las
cuotas ya percibidas.
4.3. Las razones hasta aquí expresadas son de por
sí suficientes para descalificar el acto sancionatorio
dictado por la autoridad municipal, en cuanto consideró
impropiamente que la firma actora violentó la normativa
que protege los derechos de los consumidores y usuarios
(en concreto, los arts. 4° y 37° de la Ley 24.240).
Como consecuencia del temperamento adoptado,
considero que la inexistencia de una acción u omisión
antijurídica, como presupuesto substancial para que la
Autoridad de Aplicación pueda ejercer una prerrogativa
de corte indemnizatorio -más precisamente la
determinación del daño directo-, impide que ésta última
parcela del acto administrativo impugnado pueda
subsistir por sí sola, correspondiendo también su
anulación (cfr. art. 40 bis Ley 24.240, texto según ley
26.361) [argto. esta Cámara causa C-7164-DO1 “Federación
Patronal”, sent. del 06-II-2018].
5. En atención a la solución que propongo al
Acuerdo, el tratamiento de los restantes agravios
C-6922-NE1

‰8I!n\èzFsCŠ

traídos al conocimiento de esta Alzada deviene


inoficioso (argto. esta Cámara causa C-4478-MP1 “Lemoine
y Bossardt”, sent. del 22-IV-2014 -y sus citas-).
6. Con lo hasta aquí expuesto, doy por
cumplimentados aquellos postulados que –ante este tipo
de supuestos- tornan operativa la figura de la llamada
adhesión implícita a la apelación (arg. doct. S.C.B.A.
causa C. 99.315 “Greco”, sent. de 25-II-2009; doct. esta
Cámara causas C-2476-MP1 “Alvarez”, sent. de
29-XII-2011; C-2202-MP2 “Martijena”, sent. del
12-IV-2012; C-4099-AZ1 “Casas de Malaga”, sent. del
09-VI-2014; C-5048-BB1 “Pizarro”, sent. del 07-IV-2015),
lo que –consecuentemente- me autoriza a proponer la
revocación de lo resuelto por el juez de grado sobre el
particular.
III. Si lo expuesto es compartido, propongo al
Acuerdo acoger el recurso de apelación deducido por la
parte accionante y, en consecuencia, revocar con el
alcance indicado el pronunciamiento de grado, acoger la
demanda articulada y declarar la ilegitimidad de la
Resolución municipal enjuiciada.
Las costas de ambas instancias deberían imponerse a
la accionada en su objetiva condición de vencida (arg.
art. 51 inc. 1° del C.P.C.A. –t.o. ley 14.437-; art. 274
del C.P.C.C.). Atento el nuevo resultado del pleito
correspondería, por imperio de lo establecido por el
art. 274 del C.P.C.C. (art. 77 del C.P.C.A.),
corresponde dejar sin efecto la regulación de honorarios
practicada en el fallo de grado en beneficio de la
letrada del Municipio demandado (art. 203 del decreto
ley 6769/58). Por su lado, sugiero readecuar los
C-6922-NE1

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honorarios regulados a la apoderada del Fisco de la


Provincia de Buenos Aires por las labores cumplidas ante
la primera instancia, fijando los estipendios
profesionales de la Dra. Cintia Romina Febbraro –por su
actuación en la instancia de grado- en la suma de pesos
MIL SETECIENTOS ($ 1.700,00), con más los aportes de ley
[cfr. arts. 1, 10, 13, 14, 16, 21, 22, 44 y ccdtes. del
decreto ley 8.904/77, aplicable al caso según doctrina
S.C.B.A. causa I. 73.016 "Morcillo", res. de 08-11-2017;
arts. 12 inc. “a” y 16 de la ley 6.716]. Se deja
constancia que se ha tomado como base regulatoria la
suma de PESOS OCHO MIL QUINIENTOS [$ 8.500,00],
contenida en el acto administrativo anulado y el valor
del JUS vigente al tiempo de la sentencia de grado
revocada [Acuerdo S.C.B.A. N° 3748/15].
Con el alcance indicado, doy mi voto a la cuestión
planteada por la afirmativa.
El señor Juez doctor Riccitelli, con igual alcance
y por idénticos fundamentos a los brindados por el señor
Juez doctor Mora, vota a cuestión planteada también por
la afirmativa.
A la segunda cuestión planteada, el señor Juez
doctor Mora dijo:
I.1. A fs. 182/186 el Municipio demandado interpone
recurso de apelación contra la sentencia de grado,
exponiendo dos únicos agravios: i) se duele de que el
magistrado de la instancia haya anulado aquella parcela
del acto administrativo que le reconoce a la denunciante
un resarcimiento económico por la suma de pesos
quinientos ($ 500,=) en concepto de daño directo (cfr.
art. 40 bis de la ley 24.240); y ii) se queja de la
C-6922-NE1

‰8I!n\èzFsCŠ

imposición de costas decidida por el magistrado de la


instancia, en tanto entiende que éste no respetó el
principio objetivo de la derrota plasmado en el art. 51
inc. 1 del C.P.C.A.
2. La actora contestó el traslado del recurso de
apelación a fs. 211/212 y solicitó su rechazo.
3. Por su parte, la Dra. Cintia Febbraro articula
embate a fs. 178 –en los términos del art. 57 del
Decreto ley 8904/77– por considerar bajos los
estipendios profesionales regulados a su favor.
II. En atención al alcance con el que se acogió el
recurso interpuesto por la parte accionante –según el
resultado de la votación de la primera cuestión-, el
tratamiento de los mencionados recursos ha devenido
abstracto.
Como reiteradamente recuerda la Suprema Corte de
Justicia provincial, no es función de la judicatura
emitir opiniones abstractas (cfr. doct. causas Ac.
82.248, sent. de 23-IV-2003; Ac. 85.553, sent. de
31-III-2004, entre muchas otras), ya que los jueces no
están habilitados para hacer declaraciones teóricas o
generales, debiendo limitarse en la sentencia a resolver
el “caso” que se ha sometido a su decisión, en el que el
interés de quien acciona debe subsistir al momento de
dictarse la sentencia (cfr. doct. B. 61.703, sent. del
14-II-2000; esta Alzada causas C-3460-DO1 “D´anna”,
sent. de 21-IX-2013 y sus citas; C-4920-MP1 “Vila”,
sent. del 03-XII-2015). Desde tal mirador y teniendo
presente el resultado votado en la primera cuestión,
juzgo que ha desaparecido en la especie el interés que
ostentaban el Municipio demandado y la Dra. Febbaro al
C-6922-NE1

‰8I!n\èzFsCŠ

recurrir, por lo que corresponde declarar abstracto el


tratamiento de los recursos.
En consecuencia, voto a la segunda cuestión
planteada por la afirmativa.
El señor Juez doctor Riccitelli, con igual alcance
y por idénticos fundamentos a los brindados por el señor
Juez doctor Mora, vota la segunda cuestión planteada
también por la afirmativa.
De conformidad a los votos precedentes, la Excma.
Cámara de Apelación en lo Contencioso Administrativo con
asiento en Mar del Plata, dicta la siguiente:
SENTENCIA
1. Hacer lugar al recurso de apelación deducido por
la actora y revocar el fallo de grado con el alcance
indicado en el apartado III) del voto que concitó
adhesión. Imponer las costas de ambas instancias a la
accionada vencida (art. 51 inc. 1° del C.P.C.A. –t.o.
ley 14.437-; art. 77 del C.P.C.A.; art 274 del
C.P.C.C.).
2. Atento el nuevo resultado del pleito, dejar sin
efecto la regulación de honorarios practicada en el
fallo de grado en beneficio de la letrada apoderada del
Municipio demandado (art. 203 del decreto ley 6769/58)
y, a su vez, readecuar los honorarios regulados a la
letrada apoderada de la parte actora por las labores
cumplidas ante la primera instancia, fijando los
estipendios profesionales de la de la Dra. Cintia Romina
Febbraro –por su actuación en la instancia de grado- en
la suma de pesos MIL SETECIENTOS ($ 1.700,00), con más
los aportes de ley [cfr. arts. 1, 10, 13, 14, 16, 21,
22, 44 y ccdtes. del decreto ley 8.904/77, aplicable al
C-6922-NE1

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caso según doctrina S.C.B.A. causa I. 73.016 "Morcillo",


res. de 08-11-2017; arts. 12 inc. “a” y 16 de la ley
6.716].
Se deja constancia que se ha tomado como base
regulatoria la suma de PESOS OCHO MIL QUINIENTOS [$
8.500,00], contenida en el acto administrativo anulado y
el valor del JUS vigente al tiempo de la sentencia de
grado revocada [Acuerdo S.C.B.A. N° 3748/15].
3. Como consecuencia de lo resuelto en los puntos
anteriores, declarar abstracto el tratamiento del
recurso de apelación interpuesto a fs. 182/186 por el
Municipio demandado así como el embate articulado a fs.
178 por la Dra. Cintia Febbraro.
4. Por los trabajos de segunda instancia, estese a
la regulación de honorarios que por separado se efectúa.
Regístrese, notifíquese por Secretaría [art. 135
inc. 12° del C.P.C.C.; art. 77 del C.P.C.A.] y,
oportunamente devuélvase a la instancia de origen.

ROBERTO DANIEL MORA ELIO HORACIO RICCITELLI


JUEZ JUEZ
VICEPRESIDENTE PRESIDENTE
EXCMA. CÁMARA DE APELACIÓN EXCMA. CÁMARA DE APELACIÓN
EN LO CONTENCIOSO ADMINISTRATIVO EN LO CONTENCIOSO ADMINISTRATIVO

MARIA GABRIELA RUFFA


SECRETARIA
EXCMA. CÁMARA DE APELACIÓN
EN LO CONTENCIOSO ADMINISTRATIVO

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