El Nivel Macroestructural
Las estrategias para la comprensión lectora a nivel macroestructural se
fundamentan en el conocimiento de la organización de los contenidos más
globales del texto.
La Macroestructura
Si tenemos en cuenta tres etapas en el proceso lector: prelectura, lectura y
poslectura, es en la etapa de la lectura propiamente dicha cuando el lector utiliza
estrategias de inferencia y estrategias para la construcción de la macroestructura.
La realización de la macroestructura, como proceso consciente, en cuya
construcción un lector pone en juego los procesos mentales para encontrar lo
verdaderamente coherente y central de un texto, se convierte, primero, en una de
las estrategias para la comprensión y, después, como estrategia de revisión del
proceso lector (Ospina, 2001).
La práctica de la macroestructura como estrategia de lectura presenta
mejoramiento en la comprensión lectora, pero también es cierto que la técnica
de listar las proposiciones , sin ninguna jerarquía, sin ningún esquema a seguir,
aplicada de manera igual para todos los tipos de texto, la macroestructura resulta
una estrategia de lectura que no forma lectores realmente eficientes (Gárate
Larrea,1994).
En la macroestructura así realizada, los estudiantes logran un listado
de proposiciones sin ninguna jerarquía. En la macroestructura de un texto con
modo de organización argumentativo, por ejemplo, la tesis, los argumentos, los
contraargumentos y las ideas de desarrollo se presentan en un mismo nivel. Por
esta razón, con la macroestructura realizada sin un molde previo, no se consigue
verdadera comprensión. Sólo se logra la jerarquía de los contenidos de los textos
expositivos cuando se representa su macroestructura en un mapa conceptual, dado
que la jerarquía es una de sus características esenciales.
global, como narrativo, descriptivo, expositivo o argumentativo. Por otro lado, los
modos tienen una función retórica, pues dentro de cualquiera de estos textos, con
su propio carácter global, se pueden encontrar párrafos o partes de párrafos con
estos mismos modos de organización textual. En estos casos los modos se
constituyen en especies de bloques que organizan el texto de manera retórica y
que permiten al lector, mediante el desentrañamiento de esta estructura , la
comprensión de cómo el autor construye los textos y cuáles son los objetivos de
esta forma de estructuración, lo que da otro tipo de pautas para la comprensión
lectora.
El tema de los modos de organización textual se ha mantenido en la
práctica docente durante mucho tiempo porque se intuye que este conocimiento
es importante para la comprensión, pero se ha convertido en un conocimiento
más, sin ninguna función real en el propósito de la comprensión. No se ha logrado
evidenciar el cómo de su aplicación como estrategia en la práctica lectora. El
cómo convertir los modos de organización textual en estrategias se aprende en
la medida en que se amplía el conocimiento acerca de sus características, sus
diferencias y sus funciones y después se aplica este conocimiento, de manera
consciente, en el proceso lector.
La práctica con los modos, como estrategia para la comprensión lectora, se
fundamenta en resultados de investigaciones que muestran que la comprensión
se realiza con mayor eficacia cuando se construye previamente un molde donde
ubicar el contenido que se obtiene al comprender un texto y que la falta de
familiaridad con las estructuras crea tantos problemas como los crea la falta de
familiaridad con el contenido, puesto que la familiaridad con señales estructurales
permite al lector encontrar información de manera más fácil y saber qué tipo de
inferencias debe hacer y en qué momento (Jhonston, 1989).
Características
Metodología
Es evidente que, durante su vida académica, todos los estudiantes
han tenido experiencia con textos narrativos, descriptivos, expositivos y
argumentativos y que estos nombres no son nuevos para ellos. Por tal razón,
y con el fin de que la presentación del tema no los impacte negativamente,
se les aclara que hay una forma nueva de estudiarlos, de comprenderlos
y de utilizarlos. Que se pretende hacer evidente el conocimiento existente
para sistematizarlo y, luego, aplicarlo como estrategia para la comprensión
lectora.
Por tal razón, en la fase inicial de la presentación de los aspectos
teóricos sobre el tema, se ha acudido a una serie de preguntas que permiten
hacer aflorar los conocimientos que los estudiantes tienen a partir de su
experiencia personal, académica o de su conocimiento de la realidad. Entre
otras: ¿Qué debe haber en la realidad para que se pueda narrar? ¿Qué interesa
de cualquier objeto de la realidad cuando se quiere describir desde cualquier
aspecto? ¿Cuál son los elementos con los que se trabaja en textos académicos
de primaria, de secundaria o de la universidad? ¿Qué se busca cuando se
argumenta? ¿Cuál es el elemento básico con el que trabaja la argumentación?
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Conclusiones
Referencias
Calsamiglia Blancafort, Helena y Tuson Valls, Amparo (1999). Las cosas del
decir; Manual del análisis del discurso. Barcelona: Ariel