Anda di halaman 1dari 5

Artículo científico (bueno):

Tecnologías para una aviación sostenible


La NASA seleccionó el pasado 2016 cinco conceptos de tecnología sostenible que
tienen el potencial de transformar la industria de la aviación en la próxima década,
de acuerdo a tres directrices: reducir a la mitad el consumo de combustibles, bajar
las emisiones dañinas en un 75 por ciento, así como reducir en gran medida el ruido
de avión
El estudio de estos conceptos se englobó dentro del programa de la NASA
denominado Conceptos de Aeronáutica Transformable”, de dos años de duración
(poner enlace), y directamente relacionados con uno o más de los objetivos
estratégicos de investigación de la NASA. Se trata de una iniciativa que prosigue un
proyecto culminado en 2015, en el que ya se seleccionaron otros seis conceptos.
En palabras de Dough Rohn, responsable del programa, “estos cinco conceptos
innovadores tienen el potencial de ayudar a resolver algunos de los mayores
desafíos a los que nos enfrentamos en la aviación”.
Tres de dichas tecnologías se relacionan con la propulsión eléctrica, lo que muestra
el interés por los investigadores por este sistema, dado que no tiene emisiones de
CO2 a la atmosfera y tampoco en cuando a ruidos, comparado con los reactores.
Los conceptos propuestos fueron los siguientes:
1) Nuevas Células de combustible
Una célula de combustible consiste en un sistema que combina hidrógeno y oxígeno
para generar electricidad. Se emplearon en sistemas espaciales por la NASA desde
mediados de la década de 1.960. Este sistema supone ciertos inconvenientes, como
el almacenaje del hidrógeno y del oxígeno en estado líquido, es decir a muy bajas
temperaturas, lo que supone sistemas muy complejos que no la hacen un sistema
práctico para una aeronave pequeña.
La solución propuesta consiste en emplear una nuevo tipo de célula de combustible
que toma el hidrógeno a partir del combustible estándar de aviación, así como el
oxígeno del aire, y combina ambos elementos para generar energía eléctrica para
propulsar una aeronave eléctrica o híbrida.
2) Fabricación aditiva para mejorar las potencia de un motor
eléctrico.
Los investigadores de la NASA estudian la aplicación de las tecnologías de
fabricación aditiva (impresión 3D) para producir piezas más ligeras y resistentes con
el fin de producir motores eléctricos más potentes.
Esto es posible gracias a que con esta técnica se pueden fabricar formas muy
complejas que sería imposible fabricar de otro modo. Ello permite desarrollar piezas
en las que se aligerar el peso eliminando solo lo que no contribuye a la integridad
estructural, consiguiendo así piezas resistentes y con un peso mínimo. El proceso
de diseño en el que se consigue esto se denomina optimización topológica.
Junto con las ventajas de obtener piezas resistentes y muy ligeras, el uso de
tecnologías de fabricación aditivas supone una auténtica revolución en la industria
aeroespacial, ya que permite la obtención de piezas sin necesidad de utillaje
especial, con el consiguiente ahorro en costes. La NASA ya ha ensayado esta
tecnología en el espacio, habiendo fabricado una pieza en la ISS.
3) El uso de baterías de Aire-Litio en aviones de propulsión eléctrica
Para que sea viable una aeronave de propulsión eléctrica, el gran hándicap es el
almacenaje de esa energía eléctrica necesaria, incluso para aeronaves que realicen
vuelos de corto alcance. Los investigadores de la NASA estudian el uso de baterías
denominadas Aire Litio (Li-Air), ya que tienen la mayor capacidad de almacenaje
dentro todos los tipos de bacterias existentes.
Este tipo de baterías Li-Air utilizan el oxígeno del aire en lugar de almacenar un
oxidante internamente. Emplean el oxígeno del aire que reacciona con los iones de
litio de la batería para producir la corriente eléctrica. De acuerdo a las fuentes
consultadas, la relación masa energía de una batería de litio-aire es similar a la de
la gasolina.
Desgraciadamente, los electrolitos estándar se descomponen rápidamente con este
tipo de baterías de Aire-Litio, con lo que su vida útil de estas se reduce a unos pocos
ciclos de carga/descarga. El objetivo de los investigadores de la NASA consiste en
encontrar la viabilidad de desarrollar nuevos electrolitos ultra-estables resistentes a
la descomposición.
Bibliografía

Martín Erro, A. (11 de Septiembre de 2017). MasScience. Obtenido de


MasScience Web site:
https://www.masscience.com/2017/09/11/tecnologias-para-una-aviacion-
sostenible/

Artículo científico donde afecte a algún ser vivo.

Reflexión bioética sobre el uso de organismos genéticamente


modificados
La posibilidad de transferir genes de una especie a otra y patentar organismos vivos
genéticamente modificados con utilidad industrial ha posibilitado el crecimiento
enorme de la biotecnología y generado intereses comerciales con un amplio poder
de empresas biotecnológicas. Se define un organismo genéticamente modificado o
transgénico (OGM) como un organismo cuyo material genético ha sido modificado
de una manera que no se produce naturalmente en el apareamiento ni en la
recombinación natural. Si por una parte las patentes de organismos genéticamente
modificados constituyen un incentivo para la investigación e innovación de formas
de vida con propiedades nuevas, por otra genera el que se busque
fundamentalmente intereses comerciales, sin darle la debida importancia a temas
de sostenibilidad en agricultura y ganadería. En la reflexión bioética existe una
considerable controversia en cuanto al valor de los transgénicos y en lo que pueden
afectar al equilibrio ecológico y a la biodiversidad. También se cuestiona el que el
valor intrínseco que tiene un ser vivo puede quedar afectado al ser sujeto de
modificación genética. La aplicación de los principios bioéticos puede ayudar a
tomar medidas sobre la racionalidad del uso de transgénicos y la necesidad de
regulaciones que controlen su producción en los países.
De acuerdo al principio de no maleficencia el agente moral tiene el deber
de no causar daño a terceros. Este principio se relaciona con el imperativo de
respetar a todo ser vivo, incluido el ser humano, que pueda resultar dañado por las
acciones humanas. Es importante analizar los posibles riesgos de organismos
genéticamente modificados antes de ser liberados para uso comercial, como la
valoración de toxicidad o alergenicidad.

La reflexión bioética puede ayudar a señalar áreas que necesitan regularse, Existen
muchos vacíos en las legislaciones de los países latinoamericanos respecto al uso
y la investigación sobre transgénicos. Algunos organismos genéticamente
modificados son introducidos sin haberse evaluado propiamente su seguridad y la
posibilidad de generar riesgos en la salud o la posibilidad de que se transfieran
genes a poblaciones silvestres.

En la toma de decisiones se debe tener en cuenta la ignorancia que tenemos sobre


las consecuencias que puede suponer en ecología la introducción no controlada de
organismos genéticamente modificados. En base al principio de no maleficencia,
este tema crea la obligación de establecer políticas ambientales y regulaciones
sobre el uso de transgénicos.

En relación a este principio en el uso de la biotecnología tiene cabida el principio de


precaución: “Con el fin de proteger el medio ambiente, los Estados deberán aplicar
ampliamente el criterio de precaución conforme a sus capacidades. Cuando haya
peligro de daño grave o irreversible, la falta de certeza científica absoluta no deberá
utilizarse como razón para postergar la adopción de medidas eficaces en función de
los costos para impedir la degradación del medio ambiente”

El sentido del principio es manejar la incertidumbre propia de las causales y


relaciones que puedan estar fuera del control humano. En la interpretación del
Principio se coloca el peso de la prueba en la ausencia de efectos dañinos para la
propagación de OGMs e incluye la amenaza de la aceptación pública como un
riesgo a evitar. No se necesita evidencia científica del daño, pero si detección de
posibles peligros para el ambiente mediante investigación multidisciplinaria en que
se mida causa-efecto.
Por el protocolo de bioseguridad de Cartagena del año 2000, basta que
un estado tenga sospechas de que un producto pueda causar daños a la población,
para prohibir la entrada de ese OGM, aunque no esté probado científicamente.

Bibliografía

Martín Erro, A. (11 de Septiembre de 2017). MasScience. Obtenido de


MasScience Web site:
https://www.masscience.com/2017/09/11/tecnologias-para-una-aviacion-
sostenible/
Rodríguez Yunta, E. (01 de Enero de 2010). NCBI. Obtenido de NCBI Company:
https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC3173775/

Anda mungkin juga menyukai