Siendo así la realidad, el reto que afrontamos como sociedad, y en especial del sistema educativo
es de garantizar una educación que desarrolle habilidades, capacidades y competencias para
asegurar aprendizajes para la vida y una formación integral e integrada del estudiantado. Al
respecto, el Proyecto ATC21s, propone las siguientes competencias: maneras de pensar
(aprender a aprender, resolver problemas, creatividad e innovación, pensamiento crítico),
maneras de trabajar (aprender a hacer, comunicación, colaboración), maneras de vivir en el
mundo (aprender a vivir, aprender a ser, ciudadanía local y global, responsabilidad personal y
social), herramientas para trabajar (apropiación de las TIC, manejo de información).
Por tanto, en lugar de solo preocuparnos en los resultados de la ECE, debiéramos reflexionar
principalmente, si los procesos formativos que recibe el estudiantado, realmente están
contribuyendo significativamente al desarrollo de las competencias señaladas y con condiciones
de educabilidad y laborales pertinentes.