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Ciencias Humanas
Mención:
Tutor
________________________________________
Coordinador
________________________________________
________________________________________
iii
DEDICATORIA
AGRADECIMIENTOS
Agradezco a los amigos y amigas que acompañaron y/o velaron con interés, y en
distintos puntos del camino, la gestación de este trabajo: a Francesca Gargallo, Jessie
Blanco, Jeudiel Martínez, Carlos Sandoval, Miguel Ángel Contreras, Juan Antonio
Hernández, René Pérez, Camilo Briceño, Guillermo Pérez, Erik del Búfalo, Vera
Sanoja, Humberto Mata.
RESUMEN
ÍNDICE
INTRODUCCIÓN……………………………………………………… 1
un desagravio…………………………………………………….. 24
interrupciones.………….………………………………………… 98
objetivo que no es
fin…………………………………………………………. 99
capital…………………………………………………….. 106
vii
escritura……………………………………………………. 133
histórica………………………………………………………………... 165
estratégico………………………………………………..... 196
acontecimiento………………………………………………………… 211
la emergencia)…………………………………………………….. 215
viii
estratégica……………………………………………………….. 234
CONCLUSIONES………………………………………………….... 256
Daniel Bensaïd
-1-
INTRODUCCIÓN
Del último aliento de las apuestas emancipatorias vivido en la década de los años 60 y
70, los años siguientes fueron los de las derrotas, los declives, la inestabilidad política
y los espíritus resignados. En ese contexto, y viniendo de una familia que había
militado en una izquierda que recibía el nuevo siglo horadada, no abandoné, sin
desahuciado. ¿Se trataba de llevar flores a una sepultura cuyo epitafio declaraba el fin
nuevos encantamientos?
y explotación, se veía de pronto aplacado por una entelequia partidaria que mantenía
pensamiento de postguerra de Jean Paul Sartre será parte de este proceso de búsqueda
desencanto posmoderno.
catedráticos de París VIII ponían algunas de sus obras a disposición para ser
publicadas en Venezuela. Uno de ellos, Daniel Bensaïd, quien había sido dirigente
estudiantil durante los acontecimientos del Mayo Francés y venía de una tradición
desafíos del nuevo siglo –a partir de la recuperación de claves categoriales que habían
1
Este ensayo será publicado posteriormente en la revista Diacrítica bajo el título “Crítica de una
crítica no tan crítica”.
-3-
Chantal Mouffe. Allí me planteó la idea de iniciar estudios de maestría en París VIII,
haciendo del ensayo un proyecto de investigación que estaría bajo su tutoría. No fui a
París VIII, no tuve a Bensaïd como mi tutor, ni tampoco convertí el ensayo en tema de
investigación. No obstante, la idea sirvió para que tomara la decisión de seguir mis
estudios en el área de filosofía, orientados hacia la reflexión crítica del orden social
burbuja inmobiliaria del año 2006 en los EEUU devino en una crisis económica de
desempolvar los tomos de El capital de Marx con el anhelo de encontrar pistas para
2
Como ejemplo de este fenómeno, encontramos la afirmación del economista Nouriel Roubini: “Karl
Marx estuvo parcialmente en lo correcto al argumentar que la globalización, la intermediación
financiera fuera de control, y la redistribución del ingreso y la riqueza de los trabajadores en beneficio
del capital podría llevar al capitalismo a su autodestrucción”. (Nouriel Roubini, “¿Está el capitalismo
condenado al fracaso?”, Proyect Sindicate (New York) (15/08/2011). Web: <http://www.project-
syndicate.org/commentary/is-capitalism-doomed/spanish>. (Consultado el 02/10/2012.)
3
Vale la pena destacar cómo países cuyos sistemas políticos habían mantenido durante décadas una
estabilidad sin sorpresas, son “repentinamente” avasallados por irrupciones multitudinarias que en
muchos de los casos lograron quebrantar sus regímenes. Me refiero especialmente a Egipto y Túnez,
salvando las diferencias con Libia, donde estuvo presente la intervención extranjera.
-4-
Ferguson luego del asesinato de un joven afroamericano, ponen en duda la tesis del
vuelva a emerger la discusión filosófica acerca del acontecer y del sentido del
movimiento histórico.
debe pensarse esta relación? ¿Hay tejidos históricos desde los cuales emerge la
plan preconcebido? ¿Cómo pensar estos procesos a la luz de las derrotas estratégicas
del pasado siglo XX, las cuales involucran no solo la debacle de las apuestas y
una tradición que, abrumada por la hecatombe de las dos guerras mundiales y por el
4
Fue Francis Fukuyama quien, “inspirado” en Hegel, vaticinó el fin de la historia en su libro El fin de
la historia y el último hombre, a propósito de la caída del Muro de Berlín y el derrumbe de la
experiencia soviética.
-5-
Después de la muerte de Stalin el Comité Central del Partido comenzó a estudiar la forma
de explicar, de modo conciso y consistente, el hecho de que no es permitido y de que es
ajeno al espíritu del marxismo-leninismo elevar a una persona hasta transformarla en
superhombre, dotado de características sobrenaturales semejantes a las de un dios. A un
hombre de esta naturaleza se le supone dotado de un conocimiento inagotable, de una
visión extraordinaria, de un poder de pensamiento que le permite prever todo, y, también,
de un comportamiento infalible.5
distintos sectores sociales y políticos en los países “socialistas” de Europa del Este
condiciones.
5
Nikita Khruschev, “Informe secreto al XX Congreso del PCUS. 25 de febrero de 1956”, Moscú.
Web: < http://www.marxists.org/espanol/khrushchev/1956/febrero25.htm>. Consultado el 12/11/12.
-6-
Internacional había consagrado, entre otras cosas, una lectura mecanicista, etapista y
al mismo tiempo teleológica del desarrollo histórico, que blindaba y justificaba las
mencionada obra:
Eso significa que la historia del desarrollo de la sociedad es, ante todo, la historia del
desarrollo de la producción, la historia de los modos de producción que se suceden unos a
otros a lo largo de los siglos, la historia del desarrollo de las fuerzas productivas y de las
relaciones de producción entre los hombres (…)
Eso quiere decir que el Partido del proletariado, para ser un verdadero partido, debe, ante
todo, conocer las leyes del desarrollo de la producción, las leyes del desarrollo económico
de la sociedad.7
6
Me refiero al Partido Comunista Soviético.
7
Joseph Stalin, Sobre el materialismo dialéctico y le materialismo histórico, p. 16. Versión digital.
-7-
Por consiguiente, las fuerzas productivas no son solamente el elemento más dinámico y
más revolucionario de la producción, sino que son, además, el elemento determinante de su
desarrollo (...)
En consonancia con los cambios y el desarrollo experimentado por las fuerzas productivas
de la sociedad en el curso de la historia, cambian también y se desarrollan las relaciones de
producción entre los hombres, sus relaciones económicas.
izquierda europea. Las tesis del progreso se pondrán en cuestión, toda vez que estas
implicaciones.
8
Ibidem.
-8-
EEUU, sino a las distintas formas de opresión que imperaban dentro de su sociedad
huelgas levantadas por un movimiento obrero autónomo que logró confluir con un
medievales11.
de algunos sectores de la izquierda, sectores estos que hasta entonces habían sido
9
En ese mismo período la Universidad Central de Venezuela asistirá al movimiento estudiantil de
Renovación Universitaria que llevará a la transformación de su estructura. Pocos años después, este
proceso será interrumpido por la intervención del ejército, bajo las órdenes del presidente de la
República Rafael Caldera.
10
De este contexto serán protagonistas el movimiento hippie, las “panteras negras”, Martin Luther
King, Angela Davis, Mohamed Alí (Cassius Clay) y un amplio movimiento musical del que fueron
parte John Lennon, Yoko Ono, Jimmy Hendrix, Janis Joplin, entre otros.
11
El movimiento operario, del que será parte Toni Negri, se alimentará de este proceso de luchas
obreras y estudiantiles, así como también de la re-lectura de Marx y de Rosa Luxemburgo.
-9-
progreso de la razón como un mito, al postular una lectura disruptiva del desarrollo de
la historia de Occidente.
Gilles Deleuze, Jacques Derrida, el último Louis Althusser, Alain Badiou, Antonio
12
De ese proceso participarán Daniel Bensaïd (miembro de la Juventud Comunista Revolucionaria, de
raigambre trotskista) y Alain Badiou (simpatizante del maoísmo).
13
Véase: Friedrich Nietzsche, “Tratado segundo”, La genealogía de la moral, Madrid, M.E. Editores,
1994.
- 10 -
periodo de la 2da Guerra Mundial, Walter Benjamin desarrolló en las Tesis sobre el
El ocaso del siglo XX, con sus derrumbes a cuestas, concederá nuevo aliento a
estas narrativas del acontecer y de las discontinuidades. La caída del Muro de Berlín
confrontada crítica y prácticamente con el orden social capitalista– para hacerla caer
en el foso del descrédito, los anacronismos, el fracaso, las desesperanzas, las derrotas
y las desmoralizaciones.
Desde entonces, la exploración de las rupturas del orden social capitalista será
historia.
desencantados, nuevas crisis conmueven los terrenos “estables” del camposanto. Con
cobra nueva vida, así como el debate sobre las oportunidades emancipatorias y la
continuidad y desarrollo del orden social existente? ¿Cuáles habrán de ser las claves
responden a una misma lógica de la temporalidad y del desarrollo? ¿Es posible pensar
filosófica sobre la historia y, más específicamente, sobre aquella que incorpora las
mi particular interés.
Gramsci, José Carlos Mariátegui, León Trotsky y, dentro de las corrientes más
Alex Callinicos, teniendo estos últimos el rasgo común de haber bebido de las fuentes
por Daniel Bensaïd en el libro Marx intempestivo, a partir de la cual presenta las
nuestro autor frente a algunas de las propuestas teóricas y filosóficas que orbitan
última que ponga en cuestión tanto los relatos lineales y homogéneos del desarrollo
pensamiento marxista.
claves para una nueva escritura de la historia”, expone la lectura que hace nuestro
nuestro autor: una primera parte estará dedicada a evaluar la discusión que establece
con Karl Popper, de un lado, y con Gerald Cohen, por el otro; una segunda parte
- 15 -
estará destinada a explorar las claves que encuentra en la obra de Karl Marx, las
capítulo, titulado “El retorno del ‘sentido estratégico’: Daniel Bensaïd y el entramado
entre historia y acontecimiento”, explora los argumentos críticos con los cuales
nuestro autor postula una idea del acontecimiento articulada a una perspectiva de la
Son cuatro las partes que componen este segundo capítulo: una primera parte,
que emprende nuestro autor a nociones críticas de la historia que cobraron nuevo
aliento durante el ocaso del siglo XX y que, a su juicio, son expresión del malestar de
la lógica histórica; una tercera parte destinada a la evaluación de los fundamentos con
la cuarta parte de este segundo capítulo, destinada a mostrar la forma en que nuestro
CONSIDERACIONES EDITORIALES
El presente trabajo asume las últimas reglas ortográficas aprobadas por la Real
expresiones formen parte de una cita textual. Se recurrirá al uso de las comillas para
una expresión y, en algunos casos, se hará un uso no abusivo de ellas para destacar
una categoría o noción. El sistema de referencias empleado, así como las pautas para
CAPÍTULO 1
Universidad de California en abril de 1993. Serán los años donde la resaca post-
soviética hará de Marx un espectro “desaparecido bajo los escombros del socialismo
1
Cf. Daniel Bensaïd, Marx l'intempestif. Grandeurs et misères d'une aventure critique (XIXe-XXe
siècles), Paris, Fayard, 1995. La primera edición en español será publicada en el año 2003 en Buenos
Aires por Ediciones Herramienta.
2
Publicado por vez primera en París, por Editions de la Passion en el año 1995.
3
Daniel Bensaïd, “El archipiélago de los mil (y un) marxismos”, Marx intempestivo. Grandezas y
miserias de una aventura crítica, Buenos Aires, Ediciones Herramienta, 2003.
18
mantenido, hasta entonces, bajo el control del Partido Comunista Francés, con sus
afirma Perry Anderson, los 70’ será una década en la que parte importante de la
posteriores habrán, en unos casos, abandonado sus banderas para abrazar las del
4
Perry Anderson, Tras las huellas del materialismo histórico, México DF, Siglo XXI Editores, 2004,
p. 29.
19
comprensión de las relaciones sociales. De este declive será Althusser uno de sus
Los años ochenta serán, según Bensaïd, años difíciles para la tradición marxista.
Serán los años del desencanto comunista, que arrastrará a buena parte de la militancia
microrrelatos.
La caída del bloque soviético y del Muro de Berlín, los fracasos en los procesos y
5
Cf. Ibid.
20
ya por la “coexistencia pacífica” sino por la libre expansión de los mercados, habrán
El año 1995 en Francia, sin embargo, dará sus últimos pasos sorprendido por una
nueva irrupción, encarnada en una huelga general de los trabajadores de servicios que
amenazará con despertar el fantasma del Mayo del 686. Durante ese mismo año, en la
marxista luego del derrumbe del campo soviético y de las mutaciones de la economía
mundial capitalista.
que prometía el periodo postsoviético. “El largo ayuno teórico del período estaliniano
6
Sobre la huelga de trabajadores de servicios en Francia en el año 1995, véase Silvia Novak, “La
huelga de los trabajadores franceses de los servicios: de la magnífica acción de las masas y del
cretinismo sindicalista del 'trotskismo'”, Estrategia Internacional (Buenos Aires), No. 6, (Invierno de
1996), <http://www.ft.org.ar/estrategia/ei6/ei6francia.html>. (Consultado el 11/05/2013).
7
Sobre el Congreso Marx Internacional, véase Raúl Ornelas, “Congreso Marx Internacional”,
Problemas del Desarrollo (UNAM, México DF), v. 27, No. 105 (abril-junio de 1996).
21
Marx, se verá escindida por la discordancia “entre los ritmos del renacimiento
enjuiciamiento. Por un lado, las derrotas políticas sufridas por los procesos
capital, erigido como el “espíritu de una época sin espíritu”. La teoría de Marx
8
Daniel Bensaïd, “El archipiélago de los mil (y un) marxismos”, Marx intempestivo. Grandezas y
miserias de una aventura crítica, Buenos Aires, Ediciones Herramienta, 2003, pp. 13 y s.
9
Ibid., p. 14.
22
marxismo oficialista y recogiendo las huellas y marcas trazadas por las diversas
reconocimiento de los desafíos teóricos y prácticos a los que se vio sometida su obra
Para ello, postula tres críticas a tres de las aristas parciales desde las cuales se ha
10
Daniel Bensaïd, “El trueno inaudible”, Marx intempestivo…, op. cit., p. 22. Desde esta perspectiva,
la teoría de Marx toma su centro en el sentido estratégico que orienta su producción hacia la apuesta
por la transformación concreta del mundo, siendo este, por tanto, el hilo conductor que dará
continuidad a su obra dentro de los matices y diversidad que la constituyen. Milcíades Peña hará
esfuerzos similares por construir una lectura de la obra de Marx que la restaure de apreciaciones
parciales (véase Milcíades Peña, Introducción al pensamiento de Marx, Rosario, Colectivo Editorial
Último Recurso, 2007). Nótese que estas lecturas dan al traste con la “ruptura epistémica” postulada
por Althusser, que nos ofrece en cambio un Marx esquizo, escindido entre un momento metafísico,
juvenil, y un momento científico, maduro (véase, Louis Althusser, La revolución teórica de Marx,
México DF, Siglo XXI Editores, 2010).
11
Perry Anderson, citado por Raúl Ornelas, “Congreso Marx Internacional”, op. cit., p. 236.
12
En el nuevo siglo han emergido lecturas sobre la concepción de la historia en Marx que intentan
construir nuevas vetas de interpretación. Entre ellas vale la pena mencionar los aportes de: Hernán
Vega Cantor, Marx y el siglo XXI, Renán Vega C.; ed. Santa Fe de Bogotá, Edic. Antropos/Ediciones
Pensamiento Crítico, 1999; Bolívar Echeverría, Vuelta de siglo, México D.F., Editorial ERA, 2006;
Discurso crítico y modernidad, Bogotá, Ediciones Desde Abajo, 2011; Terry Eagleton, ¿Por qué Marx
tenía razón?, Barcelona, Ediciones Península, 2011; Ariel Petrucelli, Materialismo histórico.
Interpretaciones y controversias, Buenos Aires, Prometeo Libros, 2010.
13
Esta crítica, según Bensaïd, adjudica a Marx una asunción positivista y abstracta de la organización
social en clases, que subsume y/o anula el resto de los ámbitos de relación social a esta “clasificación”.
La respuesta de Bensaïd estará orientada por la hipótesis según la cual las relaciones antagónicas entre
23
postuladas por Bensaïd, la cual asume la teoría de Marx como una crítica a la historia
teoría de Marx constituirá, desde esta perspectiva, una “nueva escritura de la historia”
–cuyo alfabeto se encuentra escrito en los Grundrisse– que postula una nueva
organización del tiempo, cuyo carácter estará signado por ciclos, ritmos, crisis y
fetichismo mercantil, por una parte, y en la subversión política del orden establecido,
por otra”15.
lectura a contrapelo que, no obstante, asume sin cortapisas sus tesis fundamentales,
Economía Política”.
las clases unifican, sin reducir ni diluir, la diversidad de antagonismos que concurren a una formación
social determinada (sexuales, religiosos, culturales, nacionales, etarios, etc.).
14
La cruzada antimarxista condenará al pensamiento de Marx por el delito de postular una ciencia de
la economía inspirada en el paradigma de la física clásica, la teoría de la evolución y las leyes de la
termodinámica. Frente a ello, Bensaïd se encargará de mostrar las lógicas no lineales que subyacen al
carácter tendencial y concreto que revisten las leyes económicas postuladas por Marx.
15
Daniel Bensaïd, “El trueno inaudible”, op. cit., p. 21.
24
marxiano postulada por Popper tendrá un peso importante dentro del ámbito de la
para un desagravio
burocrática” y etapista, propia de las políticas y directrices de los PC’s durante buena
parte del siglo XX, las cuales postulaban dejar en manos de las “tendencias
16
El término fue acuñado por León Trotsky en Nuestras tareas políticas, un folleto publicado en 1904
para discutir con la teoría del partido planteada por Lenin en el ¿Qué hacer? En dicho folleto, Trotsky
advierte sobre el peligro del “sustituismo” de la clase por el partido y de este por el Comité Central.
Sin embargo, poco después reconocerá la importancia de la estructura del partido como herramienta
política revolucionaria, dándole razón a Lenin. Cfr. León Trotsky, Nuestras tareas políticas,
<http://es.calameo.com/read/0000343319ac72177d9f6>. (Consultado el 14/04/2013). Véase también
León Trotsky, Mi vida, Buenos Aires, CEIP, 2012. Sobre el “sustituismo” véanse, Adolfo Sánchez
25
rezos de una exaltación sacramental, han sido una y otra vez repetidos como dogma,
Vázquez, Filosofía de la praxis, México DF, Siglo XXI Editores, 2011; Fernando Mires, Introducción
a la política, Santiago, Ediciones LOM, 2004.
17
Carlos Marx, “Prefacio”, Contribución a la crítica de la Economía Política, Madrid, Alberto
Corazón Editor, 1976, pp. 37 y s.
26
A este se le opone otro, tomado del Manifiesto comunista, que rescata el carácter
activo del desarrollo histórico: “La historia de todas las sociedades existentes hasta
y homogéneamente demarcada.
seres humanos en sus relaciones sociales y no en la mirada parcial que ha hecho que
toda una tradición que vio en Marx una figura sacramental –ora por detractores, ora
por defensores– y obliga a volver la mirada sobre la tinta que el filósofo de Tréveris
18
Carlos Marx y Federico Engels, El manifiesto comunista, Nueva York, Pathfinder Press, 2001, p. 22.
19
Daniel Bensaïd, “De lo sacro a lo profano. Marx, crítico de la razón histórica”, Marx intempestivo...,
op. cit., p. 30.
27
es una fórmula cuyo propietario se encuentra en los “exégetas”, más que en el propio
Marx.
“(…) un estado que debe implantarse, un ideal al que haya que sujetarse la realidad.
cosas actual”20. No se trata, por tanto, de un propósito ubicado más allá de la historia
ni de las relaciones reales y concretas entre los seres humanos, sino de la fuerza que
la consciencia de que las premisas de toda historia tienen su fondo en las relaciones
desarrollo tal de las fuerzas productivas –en una dimensión histórico-universal– que
generalización de la escasez.
20
Carlos Marx y Federico Engels, La ideología alemana, Montevideo, Ediciones Pueblos Unidos,
1968, p. 37.
28
Nietzsche, La eternidad por los astros de Blanqui, la Clío de Péguy, las tesis de Walter
Benjamin sobre el concepto de historia, o el libro póstumo de Siegfried Kracauser sobre La
historia, uno de los primeros pensadores en romper categóricamente con las filosofías
especulativas de la historia universal: providencia divina, teología natural u odisea del
espíritu.21
El Marx al que Bensaïd alude es aquel que opondrá la ciencia real –la que expone
sagrada, que se “hace a sí misma”, la historia, según Marx y Engels, será una historia
profana, sin poder ni movimiento autónomo más allá y por encima de los seres
familia: “¡La historia no hace nada, ‘no posee una riqueza inmensa’, ‘no libra
combates’! Ante todo es el hombre, el hombre real y vivo quien hace todo eso y
realiza combates; estemos seguros que no es la historia la que se sirve del hombre
como de un medio para realizar –como si ella fuera un personaje particular– sus
propios fines; no es más que la actividad del hombre que persigue sus objetivos”23.
21
D. Bensaïd, “Tiempo histórico y ritmos políticos”, La política como arte estratégico, Madrid, La
Oveja Negra / Viento Sur, 2013, p. 103.
22
Cfr. C. Marx y F. Engels, La ideología…, op. cit., pp. 36 y ss.
23
Karl Marx y F. Engels, La sagrada familia, Barcelona, L’Eina Editorial, 1989, p. 109.
29
estructuras concretas en las que los seres humanos establecen sus relaciones,
crítica.
(renunciar de una vez por todas a que tenga moral). Des-moralizarla es politizarla,
“escritura de la historia” en Marx, cuyas claves desdicen tanto del finalismo histórico
24
D. Bensaïd, “De lo sacro a lo profano…”, op. cit., p. 31.
30
“historicismo” en Marx
acusaciones presentadas por la crítica al marxismo desde la segunda mitad del pasado
Popper será visto por Bensaïd como su “fiscal inflexible”, siendo sus argumentos el
25
Ibid., p. 34.
31
atendiendo al trazado que despliega Bensaïd para mostrar una nueva lectura de la
confusión entre previsión social –cuyo carácter científico se inscribe dentro del marco
realidad, “(…) por razones estrictamente lógicas, nos es imposible predecir el curso
26
De aquí en adelante, emplearemos la fórmula “acusación popperiana” para hacer referencia a la
crítica al historicismo marxista desarrollada por Popper, especialmente en La sociedad abierta y sus
enemigos y en La miseria del historicismo.
27
Karl Popper, La miseria del historicismo, Madrid, Edit. Alianza / Taurus Ediciones, 2008, p. 11.
(Cursivas del autor).
32
Entendiendo el historicismo como aquel “(…) punto de vista sobre las ciencias
sociales que supone que la predicción histórica es el fin principal de estas, y que
supone que este fin es alcanzable por medio del descubrimiento de los ‘ritmos’ o los
historia”28, Popper dibujará una imagen mítica, especulativa y religiosa sobre las
en Marx.
salvación terrenal [donde] los juicios de Dios se revelan a través de la historia”29, una
historia cuyo sentido tendrá rango ontológico. Frente a esta historia plena de sentidos,
Popper opondrá la tesis según la cual la historia carece de propósito, planteando que
aportamos. Esta será la afirmación que hará en La sociedad abierta y sus enemigos:
28
Ibid., p. 17.
29
D. Bensaïd, “De lo sacro a lo profano…, op. cit., p. 32.
33
nosotros podemos dárselo (…) La historia misma (…) no tiene ninguna finalidad ni
significado, pero podemos decidir dotarla de ambos (…) Somos nosotros quienes
debemos decidir cuál habrá de ser nuestra meta en la vida, y determinar nuestros
fines”30. A falta de una estructura unificada de sentidos, la historia del historicismo es,
de haber reducido la ciencia social a la historia, entendida esta última como el estudio
segundo, en cambio, será solidario con una concepción pasiva del mismo.
ser ubicada en cualquiera de las dos, terminaría por ser inclasificable, a no ser que se
30
Karl Popper, La sociedad abierta y sus enemigos, Barcelona, Edit. Orbis, 1984, v. 2, pp. 438 y s.
34
actividad práctica humana como motor de la historia; pero en otro sentido, podría
ubicársela del lado del pronaturalismo, si se tiene en cuenta su interés por las leyes de
la relación capital-trabajo31.
devela, según Bensaïd, tener un conocimiento superficial de la obra de Marx. “De una
científica (…) cae sin embargo en la ideología cuando reduce toda cientificidad a sus
propios criterios (…) Con todo, cuando sostiene que un mundo donde el
31
Esta orientación se ve manifiesta especialmente en El capital, cuando concibe la relación capital-
trabajo y la relación trabajo-naturaleza a partir de la “función” metabólica.
32
D. Bensaïd, “De lo sacro a lo profano…, op. cit., p. 35.
35
fluctuaciones del capital –entendido siempre como relación social–, la lógica desde
predecir el futuro y dar cuenta de los móviles que signan el devenir de la historia, sino
33
Michaël Löwy, “L’hérésie communiste de Daniel Bensaïd”, Lignes (Fécamp) No. 32, (mai 2010),
(pp.79-85), p. 83.
34
K. Popper, La sociedad abierta y sus enemigos, op. cit., p. 313.
36
distintas temporalidades que concurren en una concreción histórica, más que postular
leyes de una Historia universal. Bensaïd nos presenta una lectura del tiempo en Marx
donde la temporalidad deja de tener un sentido único para abrir paso a la bifurcación
idea de un tiempo lineal y progresivo, Bensaïd nos muestra un Marx cuya “escritura
escritos, según nuestro autor, se muestra una lectura de la historia que dista de poder
emergencia, cuyos derroteros están lejos de ser predichos por alguna “ley histórica
universal”, y que sin embargo se encuentra concurrido por posibles en los que el
completamente nuevas están destinadas a que se las tome por una reproducción de
formas viejas e incluso difuntas de la vida social, con las cuales pueden presentar
cierta semejanza. Así, esta nueva Comuna, que viene a destruir el poder estatal
peculiar de la Comuna de París frente a las comunas medievales estará signado por la
tanto que clase social, emerge por vez primera como fuerza política independiente
John Elster, una de las figuras representativas del marxismo analítico, será
afirmando, según expone Bensaïd, que la concepción de la historia del joven Marx
35
Carlos Marx, La guerra civil en Francia, Obras escogidas; C. Marx y F. Engels, Moscú, Editorial
Progreso, 1974, (3 v.), t. 2., p. 236.
38
La historia no es sino la sucesión de las diferentes generaciones, cada una de las cuales
explota los materiales, capitales y fuerzas productivas transmitidas por cuantas las han
precedido; es decir, que, por una parte, prosigue en condiciones completamente distintas
la actividad precedente, mientras que, por otra parte, modifica las circunstancias
anteriores mediante una actividad totalmente diversa, lo que podría tergiversarse
especulativamente, diciendo que la historia posterior es la finalidad de la que la precede,
como si dijésemos, por ejemplo, que el descubrimiento de América tuvo como finalidad
ayudar a que se expandiera la Revolución Francesa, interpretación mediante la cual la
historia adquiere sus fines propios e independientes y se convierte en una ‘persona junto
a otras personas’.37
presente. En una carta escrita a Arnold Ruge en 1843, Marx precisa: “(…) si construir
el futuro y asentar todo definitivamente no es nuestro asunto, es más claro aún lo que,
36
En una conferencia dictada en el año 2007 y que será publicada posteriormente bajo el título “La
Comuna, el Estado y la revolución”, Daniel Bensaïd hará énfasis en esta dimensión coyuntural inscrita
en la concepción de la historia en Marx, a propósito del balance de la Comuna de París (D. Bensaïd,
“La Comuna, el Estado y la revolución”, Viento Sur (Madrid) (20/02/2009).
<http://www.vientosur.info/articulosweb/noticia/index.php?x=2348>. (Consultado el 18/08/2011).
37
Carlos Marx y F. Engels, La ideología alemana, op. cit., p. 49.
39
profana, que echa por tierra ‘la historia sagrada’ escrita por la “vieja consciencia
Incapaz de seguir el movimiento real de la historia, el señor Proudhon nos ofrece una
fantasmagoría con pretensiones de dialéctica. No siente la necesidad de hablar de los siglos
XVII, XVIII y XIX, porque su historia discurre en los medios nebulosos de la imaginación y
se eleva, muy alto, por encima del tiempo y del espacio. En una palabra, eso no es historia,
sino viejos trapos hegelianos, no es una historia profana –la historia de los hombres–, sino
una historia sagrada: la historia de las ideas. A su modo de ver, el hombre no es más que un
instrumento del que se vale la idea o la razón eterna para desarrollarse. Las evoluciones de
que habla el señor Proudhon son concebidas como evoluciones que se operan en el seno de
la mística idea absoluta. Si arranca uno el velo de este lenguaje místico, verá que el señor
Proudhon le ofrece el orden en que las categorías económicas se hallan alineadas en su
cabeza. No hará falta que me esfuerce mucho para probarle que este es el orden de una
mente muy desordenada.39
Para Bensaïd, el defecto capital en el que incurren tanto Popper como Elster, al
38
Karl Marx, “Carta a Arnold Ruge, septiembre de 1843”, <http://www.marxists.org/espanol/m-
e/cartas/m09-43.htm>. (Consultado el 14/05/2013).
39
Karl Marx, “Carta a P.V. Annenkov (28 de diciembre de 1846)”, Obras escogidas; C. Marx y F.
Engels, Moscú, Editorial Progreso, 1974, (3 t.), t. 1, pp. 533 y s.
40
Frente a la idea según la cual la historia en Marx persigue un propósito –el del
futuro comunista– que se impone a los propios sujetos que la encarnan, Bensaïd
propone una lectura desde la cual la historia en Marx está escrita con los trazos de
una lógica de la emancipación en la que la utopía deja de ser vista como “invención
arbitraria del futuro”40, para ser asumida como “proyecto que se impulsa a sí mismo”
como realización teleológica del pasado o de la Idea, y con ello inaugura una nueva
antagónicas entre los seres humanos. Pero el filósofo de Tréveris no solo fustiga la
impugna el carácter metafísico, y por tanto sagrado, que Proudhon adjudica a las
40
D. Bensaïd, “De lo sacro a lo profano…”, op. cit., p. 41.
41
del acontecer, postulando, en cambio, que todo cuanto acaece obra “desde el
principio”, principio que tendrá por finalidad e intención originaria la igualdad. Todo
generaciones que les preceden”42. No hay, por tanto, la idea de un presente condenado
por los designios del pasado, si bien recoge de este último sus cosechas. Asimismo,
que erigidas en leyes eternas, independientes de las relaciones concretas entre los
individuos: “Al decir que las relaciones actuales (…) son naturales, los economistas
dan a entender que son relaciones dentro de las cuales se crea la riqueza y se
41
Karl Marx, Miseria de la filosofía, Barcelona, Ediciones Orbis, 1984, pp. 132 y s.
42
Ibid., p. 137.
42
desenvuelven las fuerzas productivas con arreglo a las leyes de la Naturaleza. Luego
tiempos; son leyes eternas que deben regir siempre la sociedad. De suerte que la
Asimismo, la idea de una Historia universal, bajo cuyas leyes se subsumen los
universal no es, pues, la Historia que signa el recorrido de la Humanidad desde los
todos los periodos que ha transitado, sin distingo de sus peculiaridades concretas, sino
alcanzado por la sociedad moderna. “La sociedad civil abarca todo el intercambio
productivas. Abarca toda la vida comercial e industrial de una fase y, en este sentido,
trasciende los límites del Estado y de la nación, si bien, por otra parte, tiene
43
Ibid.
43
interior, como Estado”44. Bajo la sociedad civil, la existencia de los individuos es una
Habiendo tomado los argumentos esbozados por el propio Marx para emprender
con tomar aquellos pasajes escritos en los tiempos juveniles del filósofo de Tréveris,
historia, sino que avanza unos años más en la bibliografía de Marx para traer al
estrado, como evidencia, los pasajes trazados en las últimas líneas que cierran la
45
Karl Marx, Elementos fundamentales para la crítica de la economía política (Grundrisse) 1857-
1858, México DF, Siglo XXI Editores, 2007, (3 t.), t. 1, pp. 30 y s.
45
historiografía ideal e historiografía real, Marx se ubicará del lado de esta última que,
la historiografía ideal. Asimismo, esta nota bene, sobre la cual Marx advierte no
De estas notas nuestro autor destaca ciertos elementos que permiten contraponer
no-contemporaneidad y que, con ello, perfila una noción del tiempo revolucionario
como ruptura y no como continuidad. Bensaïd recupera la tradición dejada por Walter
Benjamin para hacer entrar en escena la perspicacia que le permitió, a este último,
discontinuidad46.
Nuestro autor resalta, en primer lugar, el carácter desigual que, según Marx,
reviste el desarrollo en las distintas relaciones en las que se teje y realiza la actividad
46
Para una aproximación a las consideraciones sobre el materialismo histórico en Walter Benjamin
véase Arianne Díaz, “Dialéctica e historia. El marxismo de Walter Benjamin”, Lucha de clases
(Buenos Aires), No. 8 (Junio de 2008).
46
mismo compás, sino que, por el contrario, imponen los suyos propios. “La
vacío”47, dirá Benjamin. El espíritu de esta crítica se asoma ya en las líneas trazadas
impugna el carácter necesario que se le adjudica a esta lógica abstracta del progreso,
Michael Löwy afirma, avalando nuestra tesis, que la lectura desplegada por
occupe une place décisive, mais dont l’issue est imprévisible”48. Bajo la consideración
47
Walter Benjamin, “Sobre el concepto de historia”, La dialéctica en suspenso. Fragmentos sobre
historia, Santiago, LOM Ediciones, 2009, p. 48.
48
Michaël Löwy, “L’hérésie communiste de Daniel Bensaïd”, op. cit., p. 84.
47
la historia escrita deja de reducirse a la ordenación semántica de los hechos que teje
Lo que destacará nuestro autor acerca de estas notas escritas en los Grundrisse –a
partir de una lectura influenciada no solo por Walter Benjamin sino también por León
propósito, y que no hay, por tanto, tiempo homogéneo. En cambio, sale a flote una
49
D. Bensaïd, “De lo sacro a lo profano…, op. cit., p. 48.
48
escritura de la historia cuyos ritmos son desacordes y donde las nociones de contra-
50
Si bien es León Trotsky, en la Historia de la Revolución Rusa, quien formula la tesis del desarrollo
desigual y combinado, ya en Marx se encuentran algunas premisas, no solamente en las notas de los
Grundrisse resaltadas por Daniel Bensaïd –que hemos citado por la relevancia que comportan en su
fundamentación–, sino en el proyecto de respuesta a Vera Zasulich que redacta en 1881, frente a la
inquietud de esta acerca del destino de la organización comunal en la economía rural rusa y de la
“tesis” que obliga a todos los países del mundo a transitar por la forma de producción capitalista para
aspirar al socialismo. Dirá Marx: “Al tratar de la génesis de la producción capitalista, yo he dicho que
su secreto consiste en que tiene por base ‘la separación radical entre el productor y los medios de
producción’ (pág. 315, columna 1 de la edición francesa de El Capital) y que ‘la base de toda esta
evolución es la expropiación de los agricultores. Esta no se ha efectuado radicalmente por el momento
más que en Inglaterra... Pero todos los demás países de Europa Occidental siguen el mismo camino’
(loc. cit., col. 2). Por tanto, he restringido expresamente la ‘fatalidad histórica’ de este movimiento a
los países de Europa Occidental (Marx, citado por E. Dussel, El último Marx (1863-1882) y la
liberación latinoamericana, México, Siglo XXI Editores, 1990, p. 254), y le afirmará luego que,
implicando la formación social capitalista “el cambio de una forma de la propiedad privada en otra
forma de propiedad privada. Habiendo sido jamás la tierra propiedad privada de los campesinos
rusos, ¿cómo puede aplicárseles este planteamiento?” (Karl Marx, “Proyecto de respuesta a la carta de
V. I. Zasulich”, (primer borrador), Marxists Internet Archive, <www.marxists.org/espanol/m-
e/1880s/81-a-zasu.htm>. (Consultado el 15/02/12). Todos los énfasis son de Marx). Nótese en estas
notas la distancia que asume Marx frente a todo mecanicismo histórico de sentido único. En Trotsky,
el desarrollo desigual y combinado será concebido como el comportamiento y norma general del
desarrollo histórico, proponiendo para su comprensión dos leyes, una de las cuales se deriva de la otra.
La primera, se refiere al hecho de que las formaciones sociales siempre comportan un desarrollo
desigual, tanto en el interior de sus relaciones, como en la relación que cada formación social establece
con otras distintas de sí; la segunda hace referencia a la combinación que se genera entre distintos
aspectos y niveles desiguales de desarrollo dentro de una misma formación social. En la Historia de la
Revolución Rusa, publicada en el año 1932, Trotsky formula estas leyes de la siguiente manera: “Las
leyes de la historia no tienen nada en común con el esquematismo pedantesco. El desarrollo desigual,
que es la ley más general del proceso histórico, no se nos revela, en parte alguna, con la evidencia y
complejidad con que lo patentiza el destino de los países atrasados. Azotados por el látigo de las
necesidades materiales, los países atrasados se ven obligados a avanzar a saltos. De esta ley universal
del desarrollo desigual se deriva otra que a falta de nombre más adecuado, calificaremos de ley del
desarrollo desigual y combinado, aludiendo a la aproximación de las distintas etapas del camino y a la
combinación de distintas fases; a la amalgama de formas arcaicas y modernas” (León Trotsky,
Historia de la Revolución Rusa, Buenos Aires, Editorial Galerna, 1972, t. 1, p. 20. Énfasis nuestro).
49
contexto donde los espectros del pasado vuelven bajo el conjuro del presente, se
generaciones muertas oprime como una pesadilla el cerebro de los vivos. Y cuando
cuando conjuran temerosos en su auxilio los espíritus del pasado, toman prestados sus
no descansan en el subsuelo sino que emergen bajo la forma de una peculiar vitalidad
deja de mostrarse a través de un texto limpio, lineal, homogéneo, para dejar salir las
51
Carlos Marx, El 18 Brumario de Luis Bonaparte, Obras escogidas; C. Marx y F. Engels, Moscú,
Edit. Progreso, 1974, (3 t.), t. 1, p. 408.
52
Una lectura espectral de la concepción de la historia en Marx es desarrollada por Jacques Derrida en
Espectros de Marx, Madrid, Editorial Trotta, 2012. Para este, el espectro se desplaza, según Marx,
como el movimiento de la historia de Europa: “La experiencia del espectro: así es como, con Engels,
Marx también pensó, describió o diagnosticó cierta dramaturgia de la Europa moderna”. (Ibid. p. 18.)
50
frente a la narrativa de una historia “universal” donde los hechos se entrelazan como
actualización que hace Bensaïd de las tesis sobre la historia: “La révolution, qui est
pour Benjamin d’abord une tentative de conjurer les catastrophes passées, présent et
à venir, implique donc une rupture avec cette conception linéaire, rectiline, du temps,
messianique et rédempteur”54.
53
Ibid., p. 13.
54
Jacques Pelletier, “Le passé au présent”, Lignes (Fécamp), No. 32 (2010), (pp. 109-124), p. 111.
51
sociedad sin clases, más que erigirse en un telos, constituye la representación del
universal”– y la acción política, que se hace mesiánica a través y por este recinto, al
55
Walter Benjamin, La dialéctica en suspenso…, op. cit., p. 58. Este pasaje corresponde a una versión
revisada de la tesis XVII sobre el concepto de historia de Walter Benjamin, y forma parte del conjunto
de apuntes y versiones escritos por este a propósito de sus tesis.
52
progresiva de sentido único y homogéneo frente a la cual, por cierto, Marx hará
progreso lleva consigo su lastre regresivo, “No existe un documento de la cultura que
56
Ibid., p. 43.
53
subsistencia ínfimas. Quisiera permitirme tomar una cita de Marx, en la que esta idea
En nuestros días todo parece lleno de contradicción. Se nos regaló la máquina con el
poder maravilloso de acortar y fructificar el trabajo humano, y continuamos hambrientos
y extenuados. Las novedosas fuentes de riqueza, por un extraño y horroroso hechizo, se
convirtieron en fuentes de necesidades. Las victorias del arte parecieron cambiarse por
las pérdidas del carácter. A la vez que el hombre domina la naturaleza, el hombre se
hace esclavo de otros hombres o de su propia infamia. Incluso la luz pura de la ciencia
parece incapaz de alumbrar el oscuro rincón de la ignorancia. Todos los progresos e
invenciones parecen dotar a las fuerzas materiales de vida intelectual y embrutecer la
vida humana dentro de una fuerza material. Este antagonismo entre la ciencia y la
industria modernas por un lado, entre la miseria y la disolución por el otro; este
antagonismo entre las fuerzas productivas y las relaciones sociales de nuestra época es
un hecho palpable, abrumador e incontrovertible. 57
construyen la totalidad del escenario moderno con tiempos disímiles y variables. Esta
57
Artículo de Marx publicado en The people’s paper en 1856. Tomado de Terry Eagleton, Marx y la
libertad, Santa Fe de Bogotá, Editorial Norma, 1999, p. 55.
54
asunción mecánica del entramado entre los distintos ámbitos de las relaciones
Sin sentido lineal ni homogéneo del progreso, no existe previsión causal del
toma partido. Kairós desplaza a Kronos en esta batalla por la escritura de la historia, y
el acontecer deja de tener su “fundamento” en el azar y el accidente, sin que, por otro
carácter desigual y desacorde del tiempo histórico –elemento que nutre la tesis de la
nueva escritura de la historia en Marx–, trasciende la miope lectura que ubica los
de clases como motor del desarrollo histórico por un lado, y la tesis del antagonismo
superestructura.
Una vez expuestos los argumentos para contrarrestar la idea según la cual Marx
que en Marx no hay interpretación teleológica del tiempo y que, por tanto, el
pasada. Vuelve nuevamente sobre los Grundrisse, pero esta vez para aclarar la
desarrollo dirigidas hacia ella misma, sino como formas concretas cuyas
determinaciones también son concretas. “La anatomía del hombre es una clave para la
todas las diferencias históricas (…) si es verdad que las categorías de la economía
burguesa poseen cierto grado de validez para todas las otras formas de sociedad, esto
elementos para una filosofía de la historia, que ve en “la anatomía del hombre” la
finalidad y destino del mono, sino las claves de interpretación que, por su
historicidad.
58
Karl Marx, “El método de la economía política”, Elementos fundamentales para la crítica…, op. cit.,
pp. 26 y s.
57
no solo en la advertencia con la cual cierra el pasaje citado –ver con cum grano salis
las perspectivas que conciben unilateralmente el desarrollo histórico: “La así llamada
considera a las pasadas como otras tantas etapas hacia ella misma, y dado que solo en
criticarse a sí misma (…) las concibe de manera unilateral” 59. Desde esta
histórica”, la apuesta comunista pierde todo sentido finalista y deja de ser considerada
como destino ineluctable del devenir histórico de la humanidad, así como deja de ser
59
Ibid., p. 27.
60
Ya Antonio Labriola, muchos años antes de que se hiciera pública la existencia de los Grundrisse,
habría emprendido una defensa a la concepción materialista de la historia frente a los peligros del
verbalismo, el evolucionismo social, el determinismo (economicista o psicologista) y el voluntarismo,
despojando al materialismo histórico de toda consideración abstracta y teleológica. Para ello, apelará al
carácter práxico de la construcción de sí del ser humano en el entramado de sus relaciones sociales.
Sobre el materialismo histórico dirá: “Esta doctrina es la negación concisa y definitiva de toda
ideología, porque es la negación explícita de toda forma de racionalismo, entendiéndose por tal el
preconcepto de que las cosas en su existencia y explicación responden a una norma, a un ideal, a un
valor, a un fin, sea de modo explícito o implícito. Todo el curso de las cosas humanas es una suma o,
mejor dicho, es tantas series de condiciones como los hombres se han hecho y puesto por sí por la
58
“el escenario de la historia”, los accidentes entran a escena, haciendo del “futuro” de
Marx–, Bensaïd sostiene: “No hay revelación retrospectiva del sentido. Sólo
efectivo sea el único destino posible de desarrollo. Este será el sentido de la respuesta
agraria rusa que, a su juicio, no tendría por qué transitar por las formas de desarrollo
del capital para aspirar al advenimiento del socialismo si, de una parte, ya en ella
es tal que le permitiría, como posibilidad, deslastrar al ser humano de la dictadura del
trabajo forzoso impuesta por las formas de organización social signadas por la
agrícola rusa con la producción social capitalista, es que aquella, con sus formas de
retrospectiva de su pasado, termina por anular las posibilidades que pudieron ser
advenimiento comunista como el destino inexorable de aquella, brota una voz que
evoca las formas de acumulación originaria de capital, donde el azar hace presencia
La nueva escritura de la historia requiere del presente una mirada autocrítica, que
hurgue en las determinaciones reales del modo de producción que le concierne, y que
mire no solamente hacia las condiciones genéticas de su desarrollo 62, sino a las
62
La acumulación originaria del capital es uno de los elementos genéticos que formarán parte de esta
historia a contrapelo escrita por Marx.
60
al segundo, sino el segundo el que determina la primera. Así, las relaciones sociales
dejan de ser vistas bajo una perspectiva horizontal y progresiva, y son asumidas a
y entramados. Ya no hay leyes generales de la historia desde las cuales se deriven los
Nuestro método pone de manifiesto los puntos en los que tiene que introducirse el
análisis histórico, o en los cuales la economía burguesa como mera forma histórica del
proceso de producción apunta más allá de sí misma a los precedentes modos de
producción históricos. Para analizar las leyes de la economía burguesa no es necesario,
pues, escribir la historia real de las relaciones de producción. Pero la correcta
concepción y deducción de las mismas, en cuanto relaciones originadas históricamente,
conduce siempre a primeras ecuaciones (…) que apuntan a un pasado que yace detrás de
este sistema. Tales indicios, conjuntamente con la concepción certera del presente,
brindan también la clave para la comprensión del pasado; un trabajo aparte, que
confiamos en poder abordar alguna vez. Este análisis correcto lleva a sí mismo puntos en
los cuales, foreshadowing [prefigurando] el movimiento naciente del futuro, se insinúa
la abolición de la forma presente de las formas de producción. Si por un lado las fases
preburguesas se presentan como supuestos puramente históricos, o sea abolidos, por el
otro las condiciones actuales de la producción se presentan como aboliéndose a sí
mismas y por tanto como poniendo los supuestos históricos para un nuevo ordenamiento
de la sociedad.63
63
Karl Marx, Elementos fundamentales para la crítica…, op. cit., p. 422.
61
desde allí reviste su carga histórica. Estas no se miran, por tanto, en sí mismas, sino
rincones del pasado para reconocerse a sí misma. Contra toda linealidad, en estos
Benjamin para destacar la fugacidad en la que emergen tanto la imagen del pasado
de la imagen del pasado. “La verdadera imagen del pretérito pasa fugazmente”64. Su
hace histórico y emerge como imagen verdadera por el presente que lo invoca, y su
64
Walter Benjamin, “Sobre el concepto de historia”, op. cit., p. 41.
62
Para nuestro autor, “Marx se niega tanto a ennegrecer los borradores del porvenir
como avivar el fuego bajo las marmitas del futuro. No traza los planos de una
sociedad perfecta que charlatanes de escasa virtud liquidarán con gusto en el mercado
65
D. Bensaïd, “De lo sacro a lo profano…”, op. cit., p. 59.
63
“(…) permite desordenar las etapas de una pretendida normalidad histórica!”66, para
general. Bensaïd echa mano de una carta escrita por el filósofo de Tréveris en 1877 al
director del diario ruso Otetchevestveny é zapisky67, para destacar su oposición a toda
“historicismo” denunciado por Popper. La cita, tomada por autores como Dussel68
para fundamentar la tesis según la cual hay “otro Marx” –el último–, que hace un
66
Ibid., p. 60.
67
Conocido también como El memorial de la Patria.
68
Sobre la hipótesis del giro teórico del “último Marx”, véase Enrique Dussel, El último Marx (1863-
1882) y la liberación latinoamericana, México DF, Siglo XXI Editores, 1990. Véase también la
discusión que al respecto plantea Ángel Arias en “Elementos para una reivindicación de la concepción
marxista de la historia y su pertinencia para América Latina, a propósito de la crítica decolonial
(Trabajo especial de grado como requisito para obtener el título de sociólogo)”, Caracas, Universidad
Central de Venezuela, 2009.
64
(…)
En diversos pasajes de El Capital aludo al destino que les cupo a los plebeyos de la
antigua Roma. En su origen habían sido campesinos libres, cultivando cada cual su
propia fracción de tierra. En el curso de la historia romana fueron expropiados. El mismo
movimiento que los divorció de sus medios de producción y subsistencia trajo consigo la
formación, no sólo de la gran propiedad fundiaria, sino también del gran capital
financiero. Y así fue que una linda mañana se encontraron con que, por una parte, había
hombres libres despojados de todo a excepción de su fuerza de trabajo, y por la otra,
para que explotasen este trabajo, quienes poseían toda la riqueza adquirida. ¿Qué
ocurrió? Los proletarios romanos se transformaron, no en trabajadores asalariados, sino
en una chusma de desocupados más abyectos que los ‘pobres blancos’ que hubo en el
Sur de los Estados Unidos, y junto con ello se desarrolló un modo de producción que no
era capitalista sino que dependía de la esclavitud. Así, pues, sucesos notablemente
análogos pero que tienen lugar en medios históricos diferentes conducen a resultados
totalmente distintos. Estudiando por separado cada una de estas formas de evolución y
comparándolas luego, se puede encontrar fácilmente la clave de este fenómeno, pero
nunca se llegará a ello mediante el pasaporte universal de una teoría histórico-
filosófica general cuya suprema virtud consiste en ser suprahistórica.69
historia ofrecida por Marx invita a mirar los sucesos en su movimiento real y no a
69
K. Marx, “Al director de Otietchévestveny é zapiski (1877)”, <https://www.marxists.org/espanol/m-
e/cartas/m1877.htm>. (Consultado el 19/05/2013).
65
tropiezos.
las que intervienen los distintos ámbitos de relación social en cada una de ellas.
Mientras la burguesía corona el poder político solo después de tener el control sobre
política para con ello plantearse la abolición de la apropiación privada sobre los
de sus propios fines, hasta que se crea una situación que no permite volver atrás”70.
70
Carlos Marx, El 18 Brumario de Luis Bonaparte, op. cit., pp. 411 y s.
66
horizonte en el que la historia no es ya el trazo continuo de una línea recta, sino “un
su telos, se muestra este nuevo rostro –oculto por las caricaturas estalinistas y
polirítmica de la historia.
Con esta nueva escritura, la historia deja de ser vista como una narrativa lineal,
homogénea, continua, para ser concebida con los espasmos que revolucionan sus
nueva escritura.
1.1.2. Tiempos desacordes vs. norma histórica: apuntes para una crítica al
marxismo analítico
sentido prefigurado –la generalidad de las veces desde una perspectiva optimista o
progresista–. Desde este punto de vista, la acción práctica humana tendría como tarea
71
D. Bensaïd, “De lo sacro a lo profano…”, op. cit., p. 64.
68
específico72.
El eco de la tesis XI73 de Benjamin retumba en estas líneas en las que Bensaïd
nos proponemos exponer los argumentos que afloran de la discusión de Bensaïd con
72
Esta será la lectura que se desplegará en el “Informe secreto” presentado por Kruschev en el XX
Congreso del Partido Comunista de la Unión Soviética frente a las políticas burocráticas y totalitarias
de Stalin mientras se mantuvo en el poder, especialmente las que remiten a la edificación del culto a la
personalidad. Para Bensaïd, el estalinismo no será tanto una “desviación” del “sentido histórico”, sino
la encarnación específica de la “contrarrevolución burocrática”.
73
En esta tesis, Benjamin pone en cuestión la idea que coloca en el desarrollo técnico y fabril el
tránsito progresivo e indetenible de la historia. “Nada hay que haya corrompido tanto a la clase
trabajadora alemana como la opinión de que ella nadaba a favor de la corriente. El desarrollo técnico
era para ella como el empuje de un torrente con el cual creía estar nadando. De allí no había más que
un paso a la ilusión de que el trabajo fabril, que se hallaba en la corriente del progreso técnico,
representaba (por sí solo) una acción política (…) Barruntando cosas malas, Marx repuso que el
hombre que no posee otra propiedad más que la fuerza de trabajo, ‘(forzosamente) tiene que ser
esclavo de otros hombres que se han convertido…en propietarios’. A pesar de ello, la confusión sigue
difundiéndose”. (Walter Benjamin, “Sobre el concepto de historia”, op. cit., pp. 45 y s.).
74
La discusión emprendida por Bensaïd tendrá como interlocutores a Gerard Cohen y Jon Elster, dos
de las figuras representativas del marxismo analítico. Para efectos de este trabajo, nos dedicaremos
exclusivamente al tratamiento y abordaje de los argumentos que expone Bensaïd para abordar la
relación entre “fuerzas productivas” y “lucha de clases” presente en el pensamiento de Marx. Dejamos
para futuras investigaciones el abordaje de la interpretación que frente al materialismo histórico
presentan las voces del marxismo analítico.
69
1.1.2.1. Los ritmos del desarrollo histórico: lucha de clases vs. fuerzas productivas
tendría que transitar por ciertas etapas, signadas estas por el desarrollo de las fuerzas
que otorga carácter de “ley” al desarrollo de las fuerzas productivas, asumido desde
una perspectiva técnica, universal, homogénea y, sobre todo, con una profunda carga
teleológica. Este será el contenido inscrito en el pasaje de Jon Elster citado por
Bensaïd: “La hora del comunismo llegará y, en consecuencia, todas las condiciones
75
Sobre esta arista, que deriva de los nudos polémicos inscritos en la concepción materialista de la
historia de Marx, hay una vastísima literatura que, teniendo su génesis en el siglo XIX, atraviesa todo
el siglo XX, y deja su estela en el naciente siglo XXI. De las diversas lecturas que han surgido al
respecto, han derivado distintas tradiciones, algunas de ellas con incidencia en la práctica social y
política en varias de las experiencias históricas nacidas en el siglo XX. Véanse Giorgi Pléjanov, El
papel del individuo en la historia, México DF, Editorial Grijalbo, 1984; Antonio Labriola, Sobre el
materialismo histórico, Buenos Aires, Editorial Antídoto, 2004; Antonio Gramsci, El materialismo
histórico y la filosofía según Benedetto Croce, Buenos Aires, Nueva Visión, 2003; Georg Lukács,
Historia y conciencia de clase, Barcelona, Edit. Grijalbo, 1976; Louis Althusser y Alain Badiou,
Materialismo histórico y materialismo dialéctico, Ediciones Pasado y Presente, México DF, 1980;
Perry Anderson, Tras las huellas del materialismo histórico, México DF, Siglo XXI Editores, 2004;
George Novack, Los orígenes del materialismo, Buenos Aires, Ediciones Pluma, 1975; Ariel
Petruccelli, Materialismo histórico. Interpretaciones y controversias, Buenos Aires, Prometeo Libros,
2010; Gerard Cohen, La teoría de la historia en Karl Marx, Madrid, Siglo XXI Editores / Editorial
Pablo Iglesias, 1986.
70
que el advenimiento del comunismo pudiera ser prematuro y que, a semejanza del
La cuestión acerca del “tiempo justo” para el advenimiento comunista será parte
del debate acerca de la concepción del desarrollo histórico en Marx, y sus premisas se
76
Jon Elster, Karl Marx, une interprétation analytique, citado por Daniel Bensaïd, “De lo sacro a lo
profano…”, op. cit., p. 76.
77
C. Marx, “Prefacio”, Contribución a la crítica…, op. cit., pp. 37 y s.
71
por cierto, la lectura que asumirá Gerard Cohen78 para colocar en el desarrollo de las
La lectura de Gerard Cohen tendrá como una de sus principales hipótesis aquella
juicio, una fuerza no puede ser considerada una relación sino una propiedad de un
objeto. Siendo así, las fuerzas productivas, al ser propiedades y no relaciones, dejan
como el momento idóneo para el advenimiento de la sociedad del futuro. Del hecho
78
En el “Prólogo” de su Teoría de la historia en Karl Marx, G. Cohen postula la defensa de “(…) un
materialismo histórico anticuado, una concepción tradicional en la que la historia es,
fundamentalmente, el desarrollo de la capacidad productiva del hombre y en la que las formas de
sociedad crecen o decaen en la medida en que permiten o impiden ese desarrollo. Se prestará atención
a los conceptos más básicos de la teoría, los de fuerzas productivas y relaciones de producción, y se
hablará extraordinariamente poco, como dicen los libros sobre Marx y la sociedad, de los conflictos de
clase, la ideología y el Estado”. (Gerard Cohen, La teoría de la historia en Karl Marx, op. cit., p.
XVI).
79
Ibid., p. 33.
72
suficientemente desarrolladas.
sociales con un menor tiempo de trabajo– bajo otras formas de organización social
último sin contar con una productividad elevada, terminaría por decantar en una
Este desarrollo de las fuerzas productivas (…) constituye también una premisa práctica
absolutamente necesaria, porque sin ella sólo se generalizaría la escasez y, por tanto, con
la pobreza, comenzaría de nuevo, a la par, la lucha por lo indispensable y se recaería
necesariamente en toda la porquería anterior (…) Sin esto, 1) el comunismo sólo llegaría
a existir como fenómeno local, 2) las mismas potencias de relación no podrían
desarrollarse como potencias universales y, por tanto, insoportables, sino que seguirían
siendo simples ‘circunstancias’ supersticiosas de puertas adentro, y 3) toda ampliación
de la relación acabaría con el comunismo local. El comunismo, empíricamente, sólo
puede darse como la acción ‘coincidente’ o simultánea de los pueblos dominantes, lo
73
ambivalente del desarrollo de las fuerzas productivas, en tanto que factor de progreso
Esta perspectiva neutral del desarrollo de las fuerzas productivas pone el acento en la
pesar de sus consecuencias para los productores, el capitalismo fue necesario para el
batalla de clase contra clase que deriva de ella. Sólo en una organización capitalista se
necesaria para la liberación”81. Bajo una dinámica movida por el progresivo control y
80
Carlos Marx y Federico Engels, La ideología alemana, op. cit., pp. 36 y s.
81
Gerard Cohen, La teoría de la historia en Karl Marx, op. cit., p. 26.
74
dominio del ser humano sobre la naturaleza, las relaciones de producción terminan
Ante esta lectura “osificada” del materialismo histórico, cuyo axioma habría
desarrollo único”, Bensaïd resalta el hecho, sobre el que dio cuenta Marx, de que las
de desarrollo de las fuerzas productivas, proceso que dista de ser considerado bajo
histórico supone más que un sentido y una vía para su despliegue –sustentado en el
que verla a la luz de aquellos otros posibles que no pudieron actualizarse. Todo
contrapelo” y develar lo que yace oculto bajo el manto brillante de las crines.
82
Walter Benjamin, “Sobre el concepto de historia”, op. cit., p. 43.
75
externas entre sí. Solamente derivan de niveles distintos de determinación, del más
de Gerard Cohen y Jon Elster, quienes establecen una relación de exterioridad entre
relaciones de producción y fuerzas productivas, Bensaïd sostiene que entre una y otra
productivas.
advenimiento de la nueva sociedad, no implica que esta sea su único “destino”. “La
83
D. Bensaïd, “De lo sacro a lo profano…”, op. cit., p. 79.
76
Así como lo hará Walter Benjamin en las Tesis sobre el concepto de historia85,
84
Ibid., p. 83.
85
Al respecto, véase la tesis VIII sobre la historia, en la que Walter Benjamin pone en cuestión la
asunción, por parte de la socialdemocracia, del progreso como norma histórica, que verá en el fascismo
y el nazismo un estado de excepción que rompe con la continuidad en el ascenso del progreso
histórico. “El asombro porque las cosas que vivimos sean ‘todavía’ posibles en el siglo XX no es
ningún (asombro) filosófico. No está al inicio de un conocimiento, como no fuese de que la
representación de la historia de la cual proviene ya que no puede sostenerse” (Walter Benjamin,
“Sobre el concepto de historia”, op. cit., p. 43).
77
la prefiguración de las relaciones óptimas para su desarrollo ulterior. Así, serán las
fuerzas productivas las que indiquen la forma en que habrá de organizarse la sociedad
cabalga sobre su desarrollo. Esta será la lectura que hará Elster sobre la teoría de la
historia de Marx: “La teoría enuncia que el nivel de las fuerzas productivas determina
cuáles son las relaciones óptimas para su desarrollo ulterior. Afirma, además, que las
productivas, entonces, desde esta perspectiva, quedan resueltos los misterios que
virtud del desarrollo de las primeras, podrían evaluarse las condiciones para el
86
D. Bensaïd, “De lo sacro a lo profano…”, op. cit., p. 83.
87
Jon Elster, citado por Ibid, p. 84.
78
medida en que este pueda desarrollar las fuerzas productivas con mayor rapidez que
el capitalismo; sin embargo, “la sociedad no está construida de una manera tan
nefastas prácticas de explotación del trabajo en nombre del socialismo. Si para llegar
88
Esto fue lo que ocurrió en la Unión Soviética y ocurre hoy en China, donde grandes contingentes de
seres humanos fueron y son sometidos a terribles relaciones de explotación en nombre de la “razón
histórica”.
89
D. Bensaïd, “De lo sacro a lo profano…”, op. cit., p. 87.
79
tratamiento de los proletarios como bestias o como máquinas, en nombre del proceso
“desarrollo de las fuerzas productivas”, será uno de los rasgos distintivos que, según
mortalmente unidos. Por ello es que hay que pensar la historia desde la política, y
pensar la política desde la historia”91, dirá Bensaïd unos años más tarde en Marx ha
vuelto.
encarnadas, para Marx, en el solo desarrollo de las fuerzas productivas –pues nada
en el modo en que este desarrollo abre la posibilidad de despojar a los individuos del
90
“Ricardo no incurre en vileza cuando equipara los proletarios a la maquinaria, a las bestias de carga
o a las mercancías, porque, desde su punto de vista, el que sean eso en la producción burguesa fomenta
la producción. Esto es estoico, objetivo, científico. Mientras pueda hacerlo sin pecar contra su ciencia,
Ricardo es siempre un filántropo” (K. Marx, citado por Enrique Dussel, Hacia un Marx desconocido.
Un comentario de los manuscritos del 61-63, México D.F., Siglo XXI Editores / UAM, 1988, p. 288.
91
D. Bensaïd, Marx ha vuelto, Barcelona / Buenos Aires, Editorial Edhasa, 2012, p. 73. (Cursivas
nuestras).
80
explotación del trabajo. Este modo, por demás, no se encuentra inscrito en las
sino en las tensiones, relaciones y bifurcaciones que suponen las complejas relaciones
–y sus ritmos–, que se tejen entre los seres humanos. Esto impide, por tanto, una
Bensaïd.
Frente a los grados de potencialidad definidos por Gerard Cohen con el propósito
como prefiguración del acontecer futuro definida a partir de una “norma histórica”,
92
Gerard Cohen, haciendo interpretación a la forma en que Hegel concibe el devenir histórico, define
tres grados en los que algo en potencia puede o no convertirse en acto. “En ciertas condiciones, x se
convertiría en y: esta es la potencialidad de primer grado. En ciertas condiciones normales x se
convertiría en y; esta es la potencialidad de segundo grado. En la potencialidad de tercer grado, x se
convertiría en y en todas las condiciones normales” (Gerard Cohen, op. cit., p. 15). A partir de estos
grados, Cohen establece las condiciones de “normalidad” de una ocurrencia histórica.
81
fuerza que se generan en la lucha de los posibles en tanto que proyectos estratégicos
histórico deja de ser visto como una lectura mecanicista, unívoca y unidireccional del
incierto.
Luego de impugnar esta lectura que intenta extraer del materialismo histórico una
93
D. Bensaïd, “De lo sacro a lo profano…”, op. cit., p. 89.
82
bien el desarrollo de las fuerzas productivas brinda las condiciones para la abolición
política.
inmadurez:
(…) Quería convertir la propiedad individual en una realidad, transformando los medios
de producción, la tierra y el capital, que hoy son fundamentalmente medios de
esclavización y de explotación del trabajo, en simples instrumentos de trabajo libre y
asociado. ¡Pero eso es el comunismo, el ‘irrealizable’ comunismo! 95
94
Ibid., p. 91.
95
Carlos Marx, La guerra civil en Francia, op. cit., pp. 236 y s.
83
productores libres y asociados. La historia deja de ser escrita bajo el manto de una
lo político que destaca Bensaïd en la escritura de la historia en Marx, será una de las
aristas fundamentales que acompañará su apuesta por reivindicar una lectura del
sobre La lucha de clases en Francia, que en ella Marx “(…) pone en marcha una
trazado homogéneo del progreso marcado por un “desarrollo normal” del movimiento
histórico.
96
D. Bensaïd, Marx ha vuelto, op. cit., p. 73.
84
cuyo relato inventa o fabrica la política. Este prolongado relato que nos cuenta un
cuarto de siglo de luchas, complica la intriga, quiebra el desarrollo lineal del tiempo.
que expliquen su “evolución” a lo largo del tiempo, desde las cuales podría
del siglo XX. El estalinismo, desde esta perspectiva, sería una de tantas expresiones
Una mirada de la “maduración histórica” terminaría por ocultar los nudos del
97
Ibid., p. 72.
98
Véase nota al pie 47 del subcapítulo 1.1.1.
85
fuerzas productivas en Rusia para el momento de la toma del poder en 1917, de las
apuestas estratégicas y políticas en disputa para entonces? Desde una nueva lectura
una línea del tiempo homogéneo, sino a la luz del intercambio productivo que, en el
que postula que aquel deba configurarse “siempre y en todas partes” como etapa
99
D. Bensaïd, “De lo sacro a lo profano…”, op. cit., p. 93.
86
por el crecimiento capitalista– que permita la liberación del trabajo forzado al tiempo
comunismo”, pues las formas de organización social pasadas no son, como diría
Marx, etapas que avanzan hacia la formación social ulterior, ni hay tampoco futuro
Así como la formación social capitalista no significa que haya de ser un estadio
hay en el pensamiento de Marx elementos para trazar una lectura donde la revolución
es siempre un riesgo en el que la política juega sus cartas y, con ello, se abre a la
sometidos por los dominadores. Fuera de toda norma histórica, las revoluciones no
87
efectiva y donde la política emerge como arte del destiempo. “En una historia abierta,
la política es la que decide entre varios posibles. Ya no hay un desarrollo normal que
Benjamin en la tesis XVI sobre la historia, para marcar un tiempo y escritura propios
revolucionaria.
Concebido el presente no como una fase inscrita en una línea cronológica del
ofrecer una lectura donde la “necesidad histórica” de la abolición de las clases deja de
lo que puede ser, no lo que será. Esta última, es equivalente a la posibilidad real.
100
D. Bensaïd, Marx ha vuelto, op. cit., p. 75.
101
D. Bensaïd, “De lo sacro a lo profano…”, op. cit., pp. 97 y s.
88
fundamentar su realidad, la segunda no tiene más límites que los que la imaginación
le impone, pues tiene su base en lo que el sujeto prefigura y concibe. De allí que para
esta última como necesidad relativa, condicionada y limitada por su finitud. “La
haciendo de la necesidad histórica una necesidad relativa donde el azar hace su parte
sin que ello derive en la negación de las determinaciones concretas que configuran la
aleatoriedad.
histórica, deducida de sus propias leyes de producción. En ellos, Marx valora como
103
C. Marx y F. Engels, El manifiesto comunista, op. cit., p. 36.
90
miseria.
del proceso laboral. Estas serán las premisas que llevarán a Marx a afirmar que el
“(…) monopolio ejercido por el capital se convierte en traba del modo de producción
socialización del trabajo alcanzan un punto en que son incompatibles con su corteza
104
K. Marx, “Tendencia histórica de la acumulación capitalista”, El capital, Buenos Aires, Siglo XXI
Editores, 2008, t. 1, v. 3, p. 953.
91
la producción.
Bensaïd no pasa por alto la querella que estos pasajes añaden a la postulación de
abolición del capital, pues en el ámbito del “devenir histórico”, la política juega un
ejemplos”105.
tendencia, Bensaïd termina por afirmar que, en Marx, la necesidad no tiene el rostro
de una fatalidad histórica, sino que se erige como el corolario de determinación de los
posibles. “La negación de la negación dice lo que debe desaparecer. No dicta lo que
debe ocurrir”106. De este modo, la expresión enuncia, a rasgos generales, los límites
particulares de realización.
Inspirado en las líneas críticas que apunta Benjamin en sus tesis sobre la historia,
privilegiado.
105
D. Bensaïd, “De lo sacro a lo profano…”, op. cit., p. 102.
106
Ibid., p. 103.
93
propio Charles Darwin se encuentran las premisas para aclarar que a la evolución
Desde esta perspectiva, la evolución deja de ser leída a la luz de una narrativa
que asume el desarrollo bajo la escala del progreso infinito, lineal y homogéneo, para
e inferior (…). Luego de largas reflexiones, no puedo sino estar convencido de que no
ascensión y progreso.
en los que la evolución abandona las regularidades normadas para abrirse paso a la
107
Charles Darwin, citado por Ibid., p. 105.
94
bien Bensaïd intenta deslastrar la nueva escritura de la historia en Marx de una lógica
lineal y teleológica del desarrollo histórico –cuestión de la que viene dando cuenta
En la tesis XIII, Benjamin dará cuenta de la apreciación del tiempo que subyace a
la lógica del progreso –asumido como una condición inherente a la humanidad toda, y
donde se “hace saltar” el continuum de la historia. El presente –ese instante que deja
poco acordes a los cuadros edificantes de una marcha triunfal de la historia” 108. Así
desplegando por todo el orbe tanto los provechos del desarrollo de las fuerzas
108
D. Bensaïd, “De lo sacro a lo profano…”, op. cit., p. 109.
96
universal.
promesas libertarias con las que había nacido –sostenidas por el dominio técnico
sobre la naturaleza–, llevarán a Marx a dar una batalla incansable por develar las
devele los rostros disímiles del “progreso”, cuestionando, de una parte, las formas
posibilidad que ofrece el avance de las fuerzas productivas para la abolición del reino
de la esclavitud humana.
forma específica del trabajo alienado. Con ello destaca el carácter contradictorio que
subyace al “progreso”.
En nuestros días todo parece lleno de contradicción. Se nos regaló la máquina con el
poder maravilloso de acortar y fructificar el trabajo humano, y continuamos hambrientos
y extenuados. Las novedosas fuentes de riqueza, por un extraño y horroroso hechizo, se
convirtieron en fuentes de necesidades. Las victorias del arte parecieron cambiarse por
las pérdidas del carácter. A la vez que el hombre domina la naturaleza, el hombre se hace
esclavo de otros hombres o de su propia infamia. Incluso la luz pura de la ciencia parece
incapaz de alumbrar el oscuro rincón de la ignorancia. Todos los progresos e invenciones
parecen dotar a las fuerzas materiales de vida intelectual y embrutecer la vida humana
dentro de una fuerza material. Este antagonismo entre la ciencia y la industria modernas
por un lado, entre la miseria y la disolución por el otro; este antagonismo entre las
fuerzas productivas y las relaciones sociales de nuestra época es un hecho palpable,
abrumador e incontrovertible.109
por ejemplo, que cuestiona toda idea de progreso, Bensaïd encuentra en Marx una
reconsideración de los criterios desde los cuales debe ser abordado, y que se resumen
mujer.
109
Artículo de Marx publicado en The people’s paper en 1856. Tomado de Terry Eagleton, Marx y la
libertad, op. cit., p. 55.
98
Frente a una lógica lineal del progreso, Bensaïd rescata en Marx una escritura donde
interrupciones
la historia, lo llevan a preguntarse por la noción del tiempo que le subyace. Una
nueva escritura de la historia supone, a su juicio, una nueva apreciación y una nueva
110
D. Bensaïd, “De lo sacro a lo profano…”, op. cit., p. 107.
99
La tarea crítica emprendida por esta nueva escritura toma en cuenta que, citando
una misma dirección sin que pueda ser alterado por nada exterior a sí. Es también, en
cierta medida, el tiempo leibniziano, que ordena en una sucesión continua las cosas
no simultáneas.
otra. La primera, puesta en cuestión tanto por Marx como por Benjamin, es la
del acontecimiento, compone una coreografía histórica cuyo rasgo significativo estará
111
Walter Benjamin, “Sobre el concepto de historia”, op. cit., p. 48.
100
cuales Bensaïd sostiene que la concepción de la historia en Marx, más que obedecer a
fin
pleno de luchas, por el otro. Asimismo, se opone tanto a una concepción abstracta del
historia concreta no será, por tanto, el simple tránsito progresivo en un tiempo vacío,
reconocimiento del presente como tiempo privilegiado del hacer y no como un punto
para quien la historia, cuyo tránsito está inscrito en el ascenso progresivo de las
siguen unas de las otras y que evolucionan sin grandes contratiempos bajo el
sociedad burguesa.
En una nota al pie de página, Bensaïd denuncia la mala fe con la que pretende
112
Ibid., p. 81.
102
hay escrituras de la historia más distantes que las que se encuentran en uno y otro. La
escritura del primero, sostenida bajo las claves de una dialéctica histórica, no persigue
comprensión del “progreso histórico”, buscando en este las leyes que dan cuenta del
revolución. Los detractores de Marx positivista cierran los ojos ante esta terca
evidencia”113.
Así como lo hace Benjamin en las tesis sobre la historia, Bensaïd concibe al
113
D. Bensaïd, “De lo sacro a lo profano…”, op. cit., p. 119. En El capital, Marx habrá dado cuenta de
su diferencia con la concepción comtiana de la historia: “Auguste Comte y su escuela habrían podido
demostrar la necesidad eterna de los señores feudales, del mismo modo que lo han hecho en el caso de
los señores capitalistas”. (K. Marx, “Cooperación”, El capital, op. cit., t.1, p. 404.).
103
Corcuf resume en tres las concepciones del tiempo que pueden derivarse en función
como “une sorte de culte implicite d’un présent perpétuel, la soumission à une
que permiten tanto la recuperación de una memoria crítica del pasado, como la
114
Philllipe Corcuff, “L’actualité d’une radicalité philosophique FACE aux défis présentisme”, Daniel
Bensaïd, lìntempestif, Francois Sabado; dir., Paris, Éditions La Découverte, 2012, p. 56.
104
ingreso del recinto de lo pretérito y la acción política. Es, por tanto, el correlato de un
Esta asunción del presente como instante fugaz al que concurren y se debaten la
115
Este fragmento corresponde a una versión posterior de la tesis XVII de Walter Benjamin, recogida
en los apuntes que habrían compilado Tiedemann y Schweppenhäuser. W. Benjamin, “Sobre el
concepto de historia”, op. cit., p. 58.
105
génesis del desarrollo histórico y abre la brecha de lo posible entre lo que “en efecto”
es (que hubiera podido no ser) y lo que efectivamente no es (pero que sigue pujando
por su actualización). Acá lo pretérito deja de ser visto como aquello que –en tanto
que sido– no tiene retorno, para ser asumido como aquello que, siendo posible, ha
estratégica. Esta tesis le llevará, años más tarde, a enfatizar la afirmación según la
divina, las revoluciones tienen su razón. Pero sobrevienen cuando y donde menos se
donde se deciden los posibles. De este modo, la acción revolucionaria deja de ser
116
D. Bensaïd, Marx ha vuelto, op. cit., p. 76. (Cursivas nuestras).
107
se teje en el “hacer”.
1.2.2. “Tiempos modernos”: del tiempo físico a los ritmos del capital
El tiempo es desencantado, así como son desencantadas las relaciones humanas. “El
tiempo es oro”, el tiempo es dinero, el tiempo es domesticado por seres humanos para
construir una imagen abstracta del tiempo, del dinero y del trabajo. El tiempo es
108
estandarizado bajo la lógica de los relojes y de las máquinas; el dinero se erige como
mercantil de todas las cosas”. De esta imagen del “tiempo moderno” Bensaïd destaca
el tiempo político, siendo la historia la “zona fracturada” a la cual concurre cada una
encargue de mover y trastocar el “transcurrir” del tiempo. El compás, por tanto, será
homogéneo.
manifiestan dentro del ciclo del capital. Estas formas acompasan un tiempo
El capital.
Bensaïd afirma que la economía es, especialmente, organización racional del tiempo.
medida del movimiento concreto y permanente de las cosas, ¿cómo puede medirse
tiempo, debe uniformarse la diversidad del movimiento, hacer del tiempo una forma
newtoniana que permitirá concebir una medida del tiempo absoluto, y que se
expresará en las dinámicas del capital bajo la forma de “tiempo social abstracto”.
Con esta medida del “tiempo social abstracto”, el trabajo concreto se diluye y
sociales. “El reloj –le escribirá Marx a Engels– fue el primer autómata aplicado al uso
descualificado, abstracto.
Los ritmos del capital se mueven, desde la perspectiva de Bensaïd, bajo tres
formas específicas:
117
C. Marx, “Extractos de la carta de Marx a Engels, del 28 de enero de 1863”, Cuaderno tecnológico-
histórico, Enrique Dussel; estudio preliminar, Puebla, Universidad Autónoma de Puebla, 1984, p. 241.
111
el tiempo de la circulación
por la crítica de la economía política mostrando su rostro social. Seres humanos que
los productores.
El tiempo deja de ser solo forma vacía y se encarna con la ferocidad de sus
reducido a “tiempo de trabajo”, y las horas cabalgan bajo el ritmo mecánico de los
Carteles que fijan la jornada laboral, sistemas biométricos, tarjetas que testifican la
tiempo al ir a los baños”119, reza el titular de un diario hondureño difundido por las
centralidad significativa dentro del proceso de producción del capital. Desde esta
Bajo las relaciones del capital, la magnitud del valor se mide por la cantidad de
trabajo contenida en el valor de uso de una mercancía: “La cantidad de trabajo misma
119
Marino Ortariz, “Maquila obliga a empleados a ‘usar pañales’ para no perder tiempo al ir a los
baños”, Hondudiario (Tegucigalpa-Honduras), (11 de agosto de 2013),
<http://www.hondudiario.com/?q=node/1318>. (Consultado el 12/08/2013).
120
Sobre el doble carácter de la mercancía y del tiempo de trabajo, véase el primer capítulo de El
capital. (K. Marx, “La mercancía”, El capital, op. cit., t. 1, v. 1).
113
una fuerza de trabajo social media que, para la producción de una mercancía, emplea
mercancía será, pues, su “valor social”, cuyo cálculo no se hará a partir del tiempo de
trabajo individual destinado por cada productor, sino por el tiempo de trabajo
121
Ibid. p. 48.
122
K. Marx, Contribución a la crítica de la economía política, op. cit., p. 48.
114
abstracta, solo es posible en la medida en que son intercambiables los productos del
en que el trabajo de diversas personas puede ser equiparado y, con ello, un valor de
infinito a los productores, que terminan por renunciar a las pulsaciones particulares de
sus cuerpos para adecuarse al tic-tac de un reloj que mide y controla los movimientos
de sus vidas. Asimismo, despoja de valor toda actividad humana que no se incline
ante la ferocidad de sus ritmos, a merced de las necesidades que aquella pudiera
satisfacer.
trabajo objetivado, con el trabajo vivo. Sin embargo, una vez objetivado, el trabajo se
actualización del capital en dinero, esta vez bajo la forma de capital realizado.
123
Sobre el proceso de valorización y desvalorización del capital en la circulación, véase el libro 2 de
El capital, op. cit., t. 2, v. 4. Véase también el “Cuaderno IV” que se encuentra en el tomo 1 de K.
Marx, Elementos fundamentales para la crítica de la economía política, op.cit.
124
Ibid., p. 355.
116
socialmente necesario y, por tanto, del trabajo vivo, del cual extrae su valor la
mercancía. Si la magnitud del valor de una mercancía se obtiene a partir del tiempo
segundo sentido, al ser el dinero la forma de realización del capital, cuando este se
como dinero. En este tránsito que va del producto a su intercambio, es donde emergen
Marx:
constituye más que una etapa transitoria en ese proceso de circulación que es, al mismo
tiempo, proceso de reproducción (…). El valor de capital, cuyo ciclo se identifica en su
conjunto al movimiento de su reproducción a través de sus diversas fases, se encuentra
en todo momento fijado (…) Mientras dicho valor es capital mercantil, no existe como
capital dinerario; mientras funciona como capital productivo, no se encuentra en ninguna
de las dos formas propiamente dichas de circulación. Es esa diferenciación y su
movimiento de disolución, en suma, su fluencia, lo que condiciona todo el proceso de
circulación y de reproducción.125
los ritmos de circulación de sus metamorfosis, siendo cada uno de ellos el factor de
de su simultaneidad.
fallido, si el valor de uso ya no sale al encuentro del valor de cambio, si la gran rueda
se estropea, de las arritmias de la crisis”126. Si bien la sugiere, hasta este punto nuestro
autor obvia, sin embargo, una cuarta forma específica del tiempo del capital, a saber,
el tiempo disruptivo de las crisis, que es justamente el tiempo que escapa al control
125
El capital, op. cit., t. 2, v. 5, pp. 678 y s.
126
D. Bensaïd, “De lo sagrado a lo profano”, op. cit., p. 129.
118
permanente.
Mientras en nuestra lectura destacamos que, para Bensaïd, las tres formas
temporal de la irrupción y de las crisis, apenas insinuada por nuestro autor como
antesala al tiempo de la política. Así, a las diversas formas del ciclo del capital
temporal de los ritmos del capital abre paso al tiempo de la política, supone la
comprensión “des rythmes du capital dans les diverses formes de son cycle: temps de
tiempo de las crisis del capital como una de sus formas específicas, preferimos
127
Stathis Kouvélakis, “Daniel Bensaïd: la dialectique du temps et de la lutte”, op. cit., p. 66.
119
Mientras la noción formal del tiempo trasciende todo contenido concreto, siendo
trabajo.
Bajo los ritmos del capital, el valor de una mercancía fluctúa en la misma medida
en que varía el tiempo necesario para su producción, y este, a su vez, varía de acuerdo
forjadas por los ritmos que impone el intercambio generalizado de las mercancías. El
la circulación. El tiempo del capital es el tiempo de los ciclos, los flujos y las
128
D. Bensaïd, “De lo sagrado a lo profano”, op. cit., p. 135.
120
progresivo, vacío y homogéneo. El progreso ha hecho del tiempo y del dinero los
entre los individuos y que “planea por encima” de sus cabezas. De esta crítica
destacan, según Bensaïd, dos tendencias que, sin desconocer sus pugnas, han tenido
social, que implicará una revolución conceptual del tiempo. En una, destacan los
énfasis en las implicaciones que esta última tiene para la comprensión de la ruptura
Esta tensión presentada por Bensaïd constituye, tal vez, la expresión más
significativa del debate sobre el “sentido de la historia” que haya acompañado el siglo
XX, y que abarca desde el ocaso del siglo XIX hasta la alborada del siglo XXI. De
129
Ibid., p. 137.
122
En el siglo XIX la “razón histórica” será impugnada tanto por Marx –como hemos
discusión.
consigo la carga del pasado, aprendiendo el “fue” como término que atestigua la
Un hombre que quisiera constantemente sentir tan solo de modo histórico sería semejante
al que se viera obligado a prescindir del sueño o al animal que hubiera de vivir solamente
de rumiar y siempre repetido rumiar. Es, pues, posible vivir y aun vivir felizmente, casi sin
123
recordar, como vemos en el animal; pero es del todo imposible poder vivir sin olvidar. O
para expresarme sobre mi tema de un modo más sencillo: hay un grado de insomnio, de
rumiar, de sentido histórico, en el que lo vivo se resiente y, finalmente, sucumbe, ya se
trate de un individuo, de un pueblo, o de una cultura.130
historia: una historia monumental, una historia anticuaria y una historia crítica.
preservación hace que el patrimonio termine por poseer a quien lo resguarda con celo.
La historia crítica, en cambio, permite al individuo romper con una parte de su pasado
condenado, sin que ello exima al individuo de ser su heredero. Desde la fuerza que
130
Friedrich Nietzsche, De la utilidad y los inconvenientes de la historia para la vida, Nietzsche en
castellano, <http://www.nietzscheana.com.ar/referencias/sobre_la_utilidad.htm>. (Consultado el
09/08/2013).
124
imprime el presente, historia monumental, anticuaria y crítica serán las tres formas de
la existencia y de las relaciones sociales. El tiempo “se tempora”, dirá Bensaïd; esto
quiere decir que abandona la petrificación de las abstracciones del calendario y de los
dasein un ser-para-la-muerte.
Hay un cuadro de Klee que se llama Angelus Novus. En él está representado un ángel que
parece como si estuviese a punto de alejarse de algo que mira atónitamente. Sus ojos están
desmesuradamente abiertos, abierta su boca, las alas tendidas. El ángel de la historia ha de
125
tener este aspecto. Tiene el rostro vuelto hacia el pasado. En lo que a nosotros nos aparece
como una cadena de acontecimientos, él ve una sola catástrofe, que incesantemente apila
ruina sobre ruina y se las arroja a sus pies. Bien quisiera demorarse, despertar a los muertos
y volver a juntar lo destrozado. Pero una tempestad sopla desde el Paraíso, que se ha
enredado en sus alas y es tan fuerte que el ángel ya no puede plegarlas. Esta tempestad lo
arrastra irresistiblemente hacia el futuro, al que vuelve las espaldas, mientras el cúmulo de
ruinas crece ante él hasta el cielo. Esta tempestad es lo que llamamos progreso.131
¿Por qué el ángel de la historia mira hacia el pasado? ¿Por qué vuelve la mirada y
como premisa para la comprensión del propio tiempo y de la propia situación: una
mirada atónita, perpleja, sorprendida por la catástrofe que se le muestra ante sus pies.
mira abrumado aquello del pasado que el progreso ha dejado tras de sí y que
131
Walter Benjamin, “Tesis IX”, “Sobre el concepto de historia”, La dialéctica en suspenso, Santiago,
LOM, 2009, p. 44.
126
imposibilidad de pausa. “No estamos en un punto fijo desde el cual miramos hacia
atrás, sino continuamente ‘se nos mueve el tapete bajo los pies’ del pensamiento”132.
irreverente, inconforme, que tensiona y resiste los ritmos desenfrenados del progreso:
“El ángel de la historia es un ángel rebelde, que se vuelve para mirar hacia atrás y da
frente a lo que acontece, del cual, por cierto, participa. El ángel de la historia invoca a
Mirar al pasado implica, desde esta perspectiva, atender a aquello que persiste en
con su rostro más oscuro. No hay tiempo homogéneo ni lineal, sino un presente en el
132
Stefan Gandler, “¿Por qué el ángel de la historia mira hacia atrás”, La mirada del ángel. En torno a
las Tesis sobre la historia de Walter Benjamin, México D.F., Ediciones Era / Facultad de Filosofía y
Letras, UNAM, 2010 (pp. 45-88), p. 58.
133
Bolívar Echeverría, “El ángel de la historia y el materialismo histórico”, La mirada del ángel. En
torno a las Tesis sobre la historia de Walter Benjamin, México D.F., Ediciones Era / Facultad de
Filosofía y Letras, UNAM, 2005, (pp. 23-33), p. 32.
127
opone. En ruinas, el pasado también acoge la fuerza de los espectros que esperan ser
redimidos.
ruinas irreparables.
Pero así como devela la catástrofe que da contenido al tiempo “lineal, vacío y
encuentra encarnado por esa débil fuerza mesiánica que viene al presente a manos de
los vencidos del pasado. Para frenar la locomotora del progreso no basta con
montarse sobre sus rieles, es decir, sobre una concepción lineal y homogénea del
128
tiempo, en cambio, se requiere mirar hacia atrás y evocar a los espectros del pasado,
quienes rondan el presente y han dejado en herencia “una débil fuerza mesiánica
Dos sentidos destacan –en la tesis IX– de la idea de plenitud del tiempo. De una
vorágine huracanada del progreso. De la otra, a este tiempo se le opone aquel que
coloca ruina sobre ruina bajo la marcha desenfrenada e indetenible del progreso. El
tiempo deja de ser solo una forma vacía para hacer de lo que acontece su propia
algo que solo rodee al acontecimiento y sea exterior a él. El tiempo es una dimensión
del propio acontecimiento; es siempre un tiempo pleno, (…), que se constituye por lo
constituyente del ser del dasein siempre será relativa al ser para la muerte, desde
134
Walter Benjamin, “Sobre el concepto de historia”, La dialéctica en suspenso, Santiago, LOM, 2009,
p. 40.
135
Bolívar Echeverría, “El ángel de la historia y el materialismo histórico”, La mirada del ángel. En
torno a las Tesis sobre la historia de Walter Benjamin, México D.F., Ediciones Era / Facultad de
Filosofía y Letras, UNAM, 2010, (pp. 23-33), pp. 32 y s.
129
Heidegger señala que el ser en sí mismo del dasein es un estado de ser que se
historicidad del ‘ser-ahí’ trata de mostrar que este ente no es ‘temporal’ por ‘estar
dentro de la historia’, sino que, a la inversa, solo existe y puede existir históricamente
tiene su base en la temporalidad del ser-ahí, tiende a ser concebido por la “concepción
136
Martin Heidegger, El ser y el tiempo, Buenos Aires, FCE, 2010, p. 407.
130
histórico del dasein. De ser expresión fáctica devenida del carácter fundante de la
temporalidad del ser-ahí, el tiempo intratemporacial pasa a ser, según esta concepción
“vulgar”, su fundamento.
futuro poda sus ramificaciones. ¿Pero quién poda las ramificaciones del futuro? ¿Qué
ocurre con esos posibles que fueron cortados del ramal? Es aquí donde, según
Bensaïd, entra en escena la política del tiempo: el pasado deja de ser visto
historia crítica, que trae al pasado de vuelta para interpelarlo, puede sin embargo
modernidad capitalista es el tiempo del trabajo y de sus rigores sobre los cuerpos. Es
el tiempo de los ciclos, las rotaciones y las rupturas, donde los ritmos de la
137
Acerca de las relaciones y deferencias teóricas y conceptuales entre Marx y Heidegger, Carlos
Astrada dedica algunas páginas en Martin Heidegger. De la analítica ontológica a la dimensión
dialéctica. Allí se encargará de mostrar no solo las diferencias que frente a la concepción del tiempo,
de la praxis y de la historia se desprenden en uno y otro autor, sino también sus posibles coincidencias.
Acerca del dasein en Heidegger, dirá Astrada: “Solo en este punto de partida de su filosofar coincide
Heidegger con Marx, es decir, en la manera de comprender y determinar la esfera pragmática cotidiana
de la existencia. Esta existencia, en ambos pensadores, se relaciona con las cosas, no teoréticamente,
sino de modo práctico”. (Carlos Astrada, Martin Heidegger. De la analítica ontológica a la dimensión
dialéctica, Buenos Aires, Quadrata, 2005, p. 114). Véase también Eduardo Vásquez, En torno al
concepto de alienación en Marx y Heidegger, Caracas, EBUCV, 1967.
138
En la traducción al español de Marx intempestivo, aparece el término “historialidad” para hacer
referencia a la categoría de “historicidad”. Preferimos mantener la acepción de “historicidad”, cuyo
sentido se ajusta a lo que Bensaïd pretende destacar en Heidegger, a saber, que la “historicidad” es la
condición ontológica de la posibilidad óntica de la “historia”.
132
estratégica (política), mesiánica, que busca despejar las huellas de un pasado “en
139
Sobre la “espera mesiánica” en Benjamin, véanse sus tesis sobre la historia, referidas anteriormente
en el presente trabajo.
140
D. Bensaïd, “De lo sacro a lo profano…”, op. cit., p. 141.
133
mantiene en suspenso y en espera otros tantos, que aspiran ser redimidos por el
conformarán dos de las fuentes fundamentales de las que beberá nuestro autor para la
romanticismo y el postestructuralismo.
deterministas, lo que entraña esta sentencia, a la luz de la lectura que hemos seguido,
134
histórica. Las fluctuaciones en los ciclos de reproducción del capital y las crisis que
La lectura que nos ofrece Bensaïd nos muestra un Marx que pone distancia frente
contradicciones concretas que devienen de las relaciones entre los seres humanos y
por la simultaneidad entre tiempos desacordes. Las premisas de la tesis del desarrollo
autor nos presente una escritura de la historia en Marx en la cual las simultaneidades
político.
sentido prefigurado –la generalidad de las veces desde una perspectiva optimista o
curso progresivo e indetenible del devenir hacia un fin ineludible (el comunismo),
mismo como una tendencia uniforme y progresiva de sentido único. Resaltar esta
136
progreso infinito.
la cual una y otra arista deben ser consideradas articuladamente y no desde una
práctica humana.
carta de respuesta a Vera Zasulich, textos en los cuales se hallan las premisas que
un punto cero, Bensaïd abre las puertas al ámbito de lo posible. La concepción lineal,
fragmentaria, sino por una perspectiva dialéctica en la cual el desarrollo deja ya de ser
elementos que apuntan a una consideración no lineal del desarrollo histórico, abona el
forma con la cual Marx asume el análisis concreto de los procesos históricos, no a
acción política se articulan y bifurcan para trazar las huellas del devenir histórico. La
abolición definitiva del capital, desde esta perspectiva, no puede ser predicha, pero sí
y formas sin contenido. Las crisis del capital son, ante todo, crisis de orden social.
del capital, sino la expresión del carácter antagónico de una formación social en la
crisis del capital que abren las compuertas a rupturas y estremecimientos, y a tiempos
de “guerras y revoluciones”. El azar se reduce sin ser abolido, las crisis ofrecen el
escenario, y la acción política marca las huellas del devenir histórico. El sentido
general de la historia se desvanece ante el sentido orientado por los ritmos convulsos
que asisten al ciclo del capital. ¿Sentido de la historia en la nueva escritura que nos
muestra Bensaïd? No, si por “sentido de la historia” entendemos aquello que subyace
y mueve el devenir de la humanidad; sí, si por ello entendemos las formas rítmicas
140
concretas que condicionan el tempo del capital y las relaciones sociales que le
acompañan, sin que ello anule el momento decisivo de la política. Dos formas de
modo temporal, ofrece una perspectiva para la comprensión del acontecer que toma
la historia.
narrativa crítica de la historia de la cual emerge una nueva concepción del tiempo y
resalta de la obra de Marx los elementos para una “nueva escritura”: asincronías y
ciclos del capital, presente estratégico, serán claves para la construcción de una
Esta nueva escritura de la historia será la encarnación de una tradición teórica que
será recuperada por nuestro autor para explorar las dimensiones del acontecimiento
tesis, la historia dejará de ser vista como el tránsito lineal, homogéneo y progresivo
del devenir, para incorporar los quiebres turbulentos del acontecimiento, pleno de
sentido estratégico.
142
CAPÍTULO 2
civilización.
Los ritmos cada vez más acelerados de la tecnificación del mundo tendrán su
punto de inflexión durante los siglos XVIII y XIX, inaugurando una época de
143
mecánica, rugiente–, lanzada “(…) a la conquista del futuro sobre los rieles del
progreso infinito. La Primera Guerra Mundial y el crack del 29 –la crisis económica
más importante que haya vivido el mundo capitalista durante ese siglo–, pondrán en
cuestión la tesis del desarrollo continuo del capital y con ello la idea según la cual es
posible, desde allí, solventar las grandes desigualdades sociales. La 2da Guerra
racional, técnica y voluntarista del poder humano sobre el mundo, y amenazando con
1
Daniel Bensaïd, “El topo y la locomotora”, Resistencias. Ensayo de topología general, España,
Ediciones El Viejo Topo, 2006, p. 14.
2
Ibid., p. 15.
144
Daniel Bensaïd, una crisis de representación y de futuro. Tal y como lo dirá Walter
Benjamin en sus tesis sobre la historia, “El asombro porque las cosas que vivimos
singularidad emergerán en respuesta a estos discursos que desde entonces serán vistos
3
Nos referimos a las narrativas que comparten la “lógica de la razón histórica” y sobre las cuales
estará dirigida la crítica desplegada por Walter Benjamin en las tesis sobre el concepto de historia, a
saber, la socialdemocracia, el liberalismo y las lecturas oficiales del materialismo histórico (ya sea en
su manifestación estalinista o como frente popular).
4
Walter Benjamin, La dialéctica en suspenso. Fragmentos sobre la historia, Santiago de Chile,
Ediciones LOM, 2009, p. 43.
145
de la 2da Guerra habían emergido problemáticas como las del estado de excepción y
Badiou, Slavoj Zîzêk, Antonio Negri y Mauricio Lazzarato. Desde estas perspectivas,
los cambios y transformaciones sociales dejarán de ser vistos a la luz de una línea de
del acontecer.
antiburocráticos de la otra.
germinará la postulación del acontecimiento como noción crítica confrontada con las
historia”, y que frente a la crisis de la primera mitad del siglo XX –crack del 29 y 2da
146
Guerra Mundial– fuese enunciado por autores como Benjamin para dar frente a las
catástrofes del progreso, tomará nuevo impulso en las décadas de los años 60 y 70.
indeterminada.
***
El fin del siglo XX será un periodo crepuscular. Su ocaso será también el de las
otrora golpeada por los rigores y amenazas de la 2da Guerra Mundial, sufrirá una
circulación del capital se erige como único horizonte, esta vez dentro de los límites,
son levantadas con la caída del bloque soviético, acompañadas por la resonancia de
El ocaso del siglo XX dará nuevo respiro al capital: con la caída del bloque
mundial. Al tiempo que “el comunismo” deja de ser una amenaza, nuevos territorios
abren sus fronteras al libre intercambio mercantil. La oleada neoliberal, surgida para
dar salidas a la crisis de los años 70, encuentra el campo libre y se despliega por el
orbe sin mayores resistencias. Es el tiempo de los términos: fin de siglo, fin de la
tiempos de fin de siglo evocan un canto de panoramas resignados en los que las
dinámicas del capital y del mercado se perfilan como único horizonte. “Este mundo
Como si las catástrofes del siglo pasado hubieran agotado el sentimiento de la historia
5
Acerca de los totalitarismos, Bensaïd remarcará la distinción entre el totalitarismo burocrático (el
estalinismo soviético) y el totalitarismo racial (el nazismo alemán). Véase Elogio de la política
profana, Barcelona, Ediciones Península, 2009, p. 163.
148
memoria deja de ser el aviso de una tarea en suspenso y pasa a ser la reconstrucción
da chance a digestión. Descarrilada la locomotora del progreso, los ritmos son ahora
todo el mundo convocados por una razón común: articular redes y tejidos sociales que
le hagan frente a las políticas neoliberales. La crisis argentina decanta en una ola de
6
D. Bensaïd, “El topo y la locomotora”, Resistencias…, op. cit., p. 15.
149
política sin perspectivas de solución: un presidente electo por voto universal termina
Estos conflictos darán nuevo aliento a las narrativas de la irrupción, las cuales
horizontes emancipatorios. John Holloway, Alain Badiou, Slavoj Zîzêk, Michel Hardt
y Antonio Negri serán algunos de los portavoces de esta cruzada teórica a favor de las
apuestas anticapitalistas que convalecen llevando a rastras las heridas del pasado
siglo.
Herederas del malestar del siglo XX, estas perspectivas, sin embargo, serán la
expresión sintomática de una crisis de futuro; hijas del malestar de las narrativas
“revolucionarias” del pasado siglo, pondrán distancia frente a las visiones clásicas de
En este mismo contexto, sale a la luz la publicación del libro de Daniel Bensaïd
7
Nos referimos a las experiencias socialistas del pasado siglo XX, que terminaron por decantar en
totalitarismos, degeneraciones y contrarrevoluciones termidorianas. Entre las críticas que estos autores
profesan, se encuentra aquella según la cual tanto la idea de partido como la de un sujeto histórico de
la revolución, terminan por reproducir las lógicas de poder y, por tanto, de opresión de los seres
humanos. Sobre este tema véanse, por ejemplo, los textos de John Holloway, Cambiar el mundo sin
tomar el poder, Caracas, Vadell Hermanos, 2005; y de Michelle Hardt y Antonio Negri, Multitud,
Buenos Aires, Edit. Debate, 2004.
150
sus interlocutores– las tramas que se tejen entre historia y acontecimiento, en virtud
futuro.
incansable y resistente por las galerías subterráneas que conforman las bifurcaciones
acontecimiento, entendido este como la irrupción que perturba el orden del tiempo,
8
Sobre esta concepción crítica de la historia hemos dedicado el capítulo anterior del presente trabajo.
151
orden social capitalista, limitado este último por sus propias crisis.
9
D. Bensaïd, Clases, plebes y multitudes, Caracas, Fundación Editorial El perro y la rana, 2006, p. 32.
152
trabajo obstinado de los oprimidos y que, con los ritmos de una temporalidad
al acontecimiento.
posibles.
10
Esta idea del acontecimiento se desprende de la noción de oportunidad revolucionaria propuesta por
Walter Benjamin en sus Tesis sobre el concepto de historia, entendida esta como interrupción
mesiánica. La oportunidad revolucionaria resulta de una situación política dada y abre las compuertas a
un pretérito determinado y clausurado hasta entonces. Este ingreso coincide con la acción política.
Será esta la perspectiva asumida por Bensaïd para postular el sentido estratégico que supone la
emergencia del acontecimiento.
153
Bien has dicho, topo viejo, bien has dicho... Pero ¿cómo puedes
taladrar con tal prontitud los senos de la tierra, diestro
minador?
solo será la expresión figurativa con la cual ilustrará el estado de “educación o falta
de ella”11 de la “naturaleza humana”, sino que será una de las formas con las que dará
política y de la ética.
especie, la especie al género, una especie sustituye a otra (…) Al nombrar un objeto
11
Platón, La república, Madrid, Alianza Editorial, 1997.
154
con un nombre ajeno, se niega algo de lo que es propio”12. La metáfora es, desde esta
término es afectada para ofrecer parte de su sentido a otro término. Sin embargo,
científico. A su juicio, el primero tendrá que ser suprimido del segundo para evitar
que evitar las metáforas, es obvio asimismo que no hay que usar metáforas ni
En la teoría social clásica no deja de estar presente el uso del lenguaje figurativo.
hace sino echar mano del lenguaje metafórico para emprender el tratamiento
para hacer referencia a si los hechos sociales son normales y/o patológicos, y al rol
12
Aristóteles, Poética, Caracas, Monte Ávila Editores, 1994, pp. 24 y s.
13
Aristóteles, “Analíticos posteriores”, Tratados de lógica, citado por Hardy Neumann Soto, “La
metáfora en Aristóteles y su contribución a la comprensión”, Byzantion nea hellás [Web], No. 31,
(2012), p. 55. <http://www.scielo.cl/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0718-
84712012000100003&lng=es&nrm=iso>. (Consultado el 12/09/13)
14
Véase Emile Durkheim, Las reglas del método sociológico, Barcelona, Edit. Orbis, 1984.
15
Ibidem.
155
expresión figurativa que propone Weber para dar cuenta del proceso de
weberiana que trasciende su utilización como recurso accesorio del análisis teórico.
teórica. Pienso, por ejemplo, en la metáfora “metabólica”, a la que apela para dar
cuenta de las formas concretas de relación entre el ser humano y la naturaleza 17.
fantasma recorre Europa: el fantasma del comunismo”18, y con la cual anuncia una
formación social capitalista. No dejo de mencionar al “viejo topo”, metáfora que será
decimonónica19.
16
Max Weber, La ética protestante y el espíritu del capitalismo, La Plata, Terramar, 2006.
17
Véase K. Marx, “Gran industria y agricultura”, El capital, Buenos Aires, Siglo XXI Editores, 2009,
(3 t.), (8 v.), t. 1, v. 2, p. 610.
18
C. Marx y F. Engels, El manifiesto comunista. Nueva York, Pathfinder Press, 2001, p. 21.
19
Véase, C. Marx, El 18 Brumario de Luis Bonaparte, Obras escogidas; Marx y F. Engels. Moscú,
Editorial Progreso, 1974, (3 t.), t. 1, p. 488.
156
progreso. La metáfora del autómata, la del Angelus novus, la del relámpago, la del
Mesías, la del “cepillar a contrapelo”, serán algunas de las expresiones de las que
20
El primer Wittgenstein será quien, en el Tractatus logico-philosophicus, corone la expresión con la
cual queda sellada la legitimidad del lenguaje formal, dejando “fuera de juego” a aquellas expresiones
lingüísticas que no dijeran nada sobre los hechos del mundo: “De lo que no se puede hablar, hay que
callar la boca” (L. Wittgenstein, Tractatus logico-philosophicus, Madrid, Editorial Tecnos, 2007, p.
277).
157
metáfora “se abren todas las palabras y los armarios del ser: todo quiere hacerse
con los cuales el lector se apropia del ámbito de posibles sugeridos por la imagen
traslación del sentido de una palabra a otra, sino que se traduce en un estallido
la voz del protagonista la imagen del “viejo topo” para referirse al espectro de su
padre, quien emerge de los infiernos con el propósito de develarle las causales de su
21
F. Nietzsche, “El niño del espejo”, Así habló Zaratustra, 1985, Madrid, Alianza Editorial, p. 259.
158
muerte y, al mismo tiempo, pedirle que hiciera justicia. “Bien has dicho, viejo topo,
bien has dicho... Pero ¿cómo puedes taladrar con tal prontitud los senos de la tierra,
denunciar una realidad oculta y exigir, al mismo tiempo, justicia y salvación. ¿Voces
del pasado clamando redención a los actores del presente? ¿Puesta en cuestión de la
La figura del viejo topo aparece en la literatura de Marx por lo menos en dos
lo habíamos mencionado, Marx alude a la metáfora del viejo topo para referirse no
de zapa que prepara a la revolución para una nueva irrupción. Citemos sus palabras:
Pero la revolución es radical. Está pasando todavía por el purgatorio. Cumple su tarea con
método. Hasta el 2 de diciembre de 1851 había terminado la mitad de su labor
preparatoria; ahora, termina la otra mitad. Lleva primero a la perfección el poder
parlamentario, para poder derrocarlo. Ahora, conseguido ya esto, lleva a la perfección el
poder ejecutivo, lo reduce a su más pura expresión, lo aísla, se enfrenta con él, como único
blanco contra el que debe concentrar todas sus fuerzas de destrucción. Y cuando la
22
Guillermo Shakespeare, Hamlet, Hamlet en España, Salamanca, Ediciones de la Universidad de
Salamanca, 2010, p. 390.
159
revolución haya llevado a cabo esta segunda parte de su labor preliminar, Europa se
levantará, y gritará jubilosa: ¡bien has hozado, viejo topo!23
La otra ocasión en la que Marx apela a la imagen del viejo topo, es cuando
de 1856, y que será publicado en el mismo periódico pocos días después. Finalizando
nuestro buen amigo Robin Goodfellow, al viejo topo que sabe cavar la tierra con tanta
revolucionaria.
En el año 1917, Rosa Luxemburgo escribiría un artículo, titulado “El viejo topo”,
dirigente. El artículo terminaría con estas palabras: “Histoire, vieille taupe, tu as fait
prolétariat allemand le mot d'ordre, l'appel que seule peut faire jaillir l'heure
23
C. Marx, El 18 Brumario de Luis Bonaparte, op. cit., p. 488.
24
K. Marx, “Discurso pronunciado en la fiesta de aniversario del People's Paper”, Marxists Internet
Archive [Web], <http://www.marxists.org/espanol/m-e/1850s/56-peopl.htm>. (Consultado el
12/09/2013).
160
europeo.
A principios del nuevo siglo, Daniel Bensaïd retomará la “vieja” metáfora del
topo, esta vez para invitarnos a recrear al acontecimiento en tiempos donde las
apuestas revolucionarias parecían venirse abajo junto con el derrumbe del Muro. En
una edición ilustrada, traducida al español, la imagen del topo acompaña cada uno de
la imagen.
lugar, donde habita y trabaja. El topo, desde esta perspectiva, es una imagen telúrica,
que invita a mirar los movimientos que la vista no logra contemplar desde la
superficie.
25
Rosa Luxemburgo, “La vieille taupe”, Marxists Internet Archive [Web],
<http://www.marxists.org/francais/luxembur/spartakus/rl19170500.htm>. (Consultado el 13/09/2013).
161
narrativos de los que ha sido parte. Al topo debe mirárselo, pues, no ya solo desde su
referencia zoológica y/o telúrica, sino desde los sentidos metafóricos a los que ha
esta última que se solidariza con la concepción de la tradición que despliega Walter
la lectura. Desde la portada, pasando por las portadillas que anteceden cada capítulo,
había echado mano de la metáfora telúrica para dar cuenta del carácter específico del
26
La edición en español, publicada por la editorial El Viejo Topo, contiene once ilustraciones de Pierre
Wiaz, una de las cuales engalana la portada.
162
a la perogrullada que asume estas formas y relaciones del mundo artificial humano
las “determinaciones concretas” desde y con las cuales el ser humano se relaciona y
erige el mundo artificial? Sin negar las determinaciones, estas distan de ser
condiciones desde las cuales el topo hace su labor de zapa, sino que llama la atención
sobre lo que, estando invisible a los ojos, tiene sin embargo existencia material y
activa. La irrupción del topo lleva tras de sí el trabajo incansable y paciente con el
27
Antonio Labriola, Sobre el materialismo histórico, Buenos Aires, Edit. Antídoto, 2004, p. 72.
163
oprimidos.
Había mencionado que cada capítulo del libro Resistencias es anunciado por la
con el desgastado casco amarillo con el que suele simbolizarse a la clase obrera, sino
con el gorro que solían utilizar los trabajadores europeos al final de la jornada laboral.
Este detalle no nos parece casual. Como toda imagen, sus elementos son sugerencias
atuendos “nuevos” y con ellos confronta a la locomotora, añeja metáfora del progreso
y de la “razón histórica”.
galerías y cráteres, entre excavaciones y brotes, entre oscuridad subterránea y luz solar,
entre política e historia. Construye un agujero. Mina y zapa. Prepara la crisis que viene.
Herido por las derrotas del pasado siglo, Bensaïd sugiere, con la imagen del topo,
subsuelo, el topo no ha muerto, sigue minando galerías con sus heridas a cuestas. Su
miopía le impide adivinar el futuro, “y sin embargo cava”, teniendo como propósito
la irrupción en la superficie.
propio camino. Las galerías se bifurcan, se cruzan, exploran y saltan los obstáculos
súbito.
topo se erige en el Mesías profano cuya labor obstinada e infatigable hace posible la
irrupción.
acontecimiento. Así, el topo sugiere tanto el proceso como el acto, la historia como el
idea del progreso, y que esta concepción prometeica del desarrollo histórico entraría
166
y la ruptura.
a juicio de Bensaïd, las respuestas teóricas a una batería categorial signada por la
estructura, la norma, la continuidad, la idea del progreso y la razón, cuyas lógicas han
en los que, para nuestro autor, “nosotros sufrimos el peso de las derrotas y los golpes
29
D. Bensaïd, Resistencias…, op. cit., p. 31.
167
“destemporizada”, para trazar desde allí las líneas que bosquejan una concepción
30
Para una aproximación a la noción de resistencia en Daniel Bensaïd, a la luz de una concepción
disruptiva y discontinua de la historia, véanse Stavros Tombazos, “Daniel Bensaïd et l’éloge de la
résistance”, Lignes (Fécamp) No. 32 (2010), pp. 161-173; y Samy Joshua, “Daniel Bensaïd:
Résistance, Révolte, Révolution”, Lignes (Fécamp) No. 32 (2010), pp. 53-58.
31
Sobre esta concepción hemos dedicado el capítulo anterior.
168
En 1948 George Orwell escribiría una de las obras distópicas más relevantes del
pasado siglo XX: 1984. En ella destacará la crítica a la degeneración estalinista del
Estado soviético con todo lo que esta implicaba para las apuestas de emancipación y
humana, del progreso y de la gran narrativa de la historia, del Partido como sustituto
del proletariado, y del Gran Hermano (Stalin) como sustituto del Partido, esta obra
En 1984 Winston, el “último hombre”, terminaría por ser aniquilado por “la
y es al mismo tiempo la fuerza adversa del poder, su reverso. Es por esta razón que a
poder porque hay resistencia, es decir, porque hay existencias que, para su
anulación. Dirá Foucault, en una entrevista que le hicieran en el año 1984 Raúl
ejercerse sobre el otro más que en la medida en que le queda a este último la
posibilidad de matarse, de saltar por la ventana o de matar al otro. Esto quiere decir
32
Michel Foucault, “La ética del cuidado de uno mismo como práctica de la libertad”, entrevista a
Michel Foucault realizada por Raúl Fornet-Betancourt, Helmut Becker y Alfredo Gómez-Muller el 20
de enero de 1984. Publicada por primera vez en Concordia: Internationale Zeitschrift Fur Philosophie
(Alemania) No. 6 (1984) (pp. 96-116). Véase Topologic.net [Web], No. 5, (2009),
<http://www.topologik.net/Michel_Foucault.htm#_ftn1>. (Consultado el 05/09/2013).
170
a ser parte de los engranajes y mecanismos que teje el poder en su intento por
emancipatorios post Mayo Francés que, confrontados con el orden y dinámicas del
conducción del poder sobre los cuerpos y singularidades. Es por ello que algunas de
cual la emancipación social y política de los explotados y oprimidos pasa por la toma
Las siguientes líneas estarán dedicadas a mostrar cómo para Bensaïd la noción de
resistencia, concebida por Françoise Proust como una categoría que atañe a un
33
Nos referimos especialmente a la crítica de Antonio Negri y Michael Hardt en Multitud, y a la
emprendida por John Holloway en Cambiar el mundo sin tomar el poder.
171
presente que irrumpe “sin historia” y “sin condiciones”, se encuentra, al igual que el
para este abordaje la hipótesis según la cual Bensaïd toma como fuente la crítica a la
discursos críticos de la modernidad luego de los acontecimientos del Mayo del 68,
Bensaïd considera que es esta una expresión moderna. Concebida por nuestro autor
como un acto de conservación –defiende la propia integridad del ser frente a las
defensa implica una confrontación que limita las pretensiones de la fuerza a la que se
Voyez d’abord les chrétiens persécutés former des sociétés pour venir au secours de ceux
de’entre eux que leur foi rendait victimes des tyrans. Voyez plus tard les Juifs persécutés au
moyen âge; ils formèrent aussi des associations qui se rèpandirent sur toute la surface du
globe, et qui, en amenan l’invention des lettres de change, coopérèrent beaucoup aux
progrès du commerce et de la civilisation. Voyez les croisades, véritables associations qui
se formaient en Europe, pour secourir les fidèles de l’Orient. Lisez enfin l’histoire du
protestantisme, et vous verrez qu’en Allemagne, en Angleterre, et partout où s’étendait la
persécution, exercée d’abord contre eux par les catholiques, et ensuit par eux contre los
34
Daniel Bensaïd, “Resisto, luego existo”, Resistencias…, op. cit., p. 29.
172
catholiques, des sociétés se formèrent de toute part, afin de secourir les malheureuses
victimes de l’une ou de l’autre secte.
Nous pourrions en dire autant de toutes les époques des grandes révolutions politiques, il
nous suffirait d’ouvrir les pages de l’histoire pour en trouver mille exemples.35
La mirada que ofrece Flora Tristán en este pasaje recorre tramas de la historia en
las que el espíritu de resistencia prevalece, aun cuando se exprese bajo la forma de
católica, la supervivencia de los judíos con sus formas de asociación durante la Edad
Media, las cruzadas católicas en el afán de proteger a sus fieles en las regiones
Sin dejar de preguntarnos por la dimensión política que entraña por sí misma la
noción de resistencia, podríamos inferir que la distinción que hace Bensaïd –entre
35
Flora Tristán, Nécessité de faire un bon accueil aux femmes étrangères, Paris, Chez Delaunay, 1855,
p. 71.
173
tenerse en cuenta como tales. El ejemplo anterior de Flora Tristán nos ilustra formas
cultos bajo el manto de la imaginería católica; todas ellas implican formas políticas de
“inocencia” de este comentario? Conocidas son las formas a las que acudió Galileo
para salvarse de ser llevado a la hoguera como Giordano Bruno. Vueltas, defensas,
realizado por la Inquisición en el año 1633 significarán, más que su aparente renuncia
36
D. Bensaïd, “Resisto, luego existo”, Resistencias…, op. cit., p. 30.
174
“contrapelo”, serán parte del registro documental escrito que, pese a la historiografía
de los vencidos. Ejemplo de resistencia documental será, por ejemplo, el referido por
Si escribiera estas memorias en otras condiciones –es dudoso, por otra parte que hubiese
podido escribirlas en otras condiciones– me sentiría molesto al relatar muchas de las cosas
que cuento en estas páginas. Pero no puedo ignorar esta gran falsificación del pasado, bien
organizada, que es una de las principales preocupaciones de los epígonos. Mis amigos
están encarcelados o deportados. Estoy obligado a contar cosas de mí mismo que en otras
condiciones nunca habría contado. Para mí, no se trata solamente de la verdad histórica; se
trata de una lucha política que aún continúa.37
los que, junto con Lenin, ocupó un lugar de dirigencia “desmentido” por la historia
37
León Trotsky, Mi vida. Intento autobiográfico, Buenos Aires, Ediciones IPS / Instituto del Derecho
al Asilo Museo Casa León Trotsky, 2012, p. 331.
175
veracidad de una narrativa historiográfica sino más bien como lucha política. Hacer
presente la memoria subterránea de los vencidos es, desde esta perspectiva, un acto
político.
existencia, por el contrario, encarna el intento a todo pulmón por preservarla, aunque
siglo XX. La derrota del Muro, junto con la proclama de los “fines” –fin de la historia,
fin de los partidos, fin del sujeto–, abrumará el espíritu de los vencidos, desdibujando
par excellence.
38
Baruch de Espinosa, “Proposición VI”, “Parte Tercera”, Ética demostrada según el orden
geométrico, Barcelona, Edit. Orbis, 1984, p. 177.
176
toda cosa “se opone a todo aquello que pueda privarle de su existencia, y, de esta
Perseverar en el propio ser supone el movimiento obstinado por el cual una cosa
potencia. En este sentido, toda existencia es, por sí y al mismo tiempo, resistencia,
pues existir es resistir a todo cuanto intente o ponga en riesgo su potencia. Esta
proposición, junto con aquella en la que Spinoza sostiene que “ninguna cosa puede
ser destruida sino por una causa exterior”40, llevan a Proust a la afirmación según la
cual “existir es resistir, tanto como se pueda, a aquello que se esfuerza en disminuir o
considerar a esta última como condición anterior a toda ley o todo derecho. La
resistencia no será tanto un derecho ni una exigencia moral como sí una condición
39
Ibidem.
40
Ibidem, p. 176.
41
Françoise Proust, “Potencia y resistencia”, Revista Internacional de Filosofía Política (Madrid), No.
12 (Diciembre de 1998), (pp. 139-152), p. 139.
177
singularidad dentro de las relaciones con otras potencias define su estado. Resistir
supone, por tanto, una relación desigual y en “minusvalía” de una singularidad con y
que toda singularidad amenazada se juega el todo por el todo para preservarse;
relativa, porque opera de acuerdo al estado y situación que ocupa cada singularidad
en el ámbito de las relaciones que establece con otras. De esta manera, las
determinado lugar de su relación con lo existente. Sobre esto dirá Proust: “Toda
situación, por el simple hecho de que está compuesta por las relaciones entre
potencias, las obliga a integrarse unas con otras, las lesiona, las estropea y es, como
tal, injusta (…) No se trata de las ‘cosas exteriores’, sino más bien de una ley de
42
Ibidem, p. 142.
178
pez pequeño debe luchar tanto como pueda para no ser destruido por el pez grande, y
este último, por su parte, necesita destruir la existencia del pequeño para garantizar la
suya. En las relaciones entre potencias, unas se afectan a las otras: unas, para
perseverar, requieren la destrucción de las otras; las otras, en cambio, están obligadas
ámbito de las relaciones entre fuerzas. Asimismo, resiste el que se encuentra animado
Para Bensaïd, en acuerdo con Proust, estas relaciones que “sitúan” a las
subordinada a los límites de aquello que les adversa. Las resistencias, como el topo,
inventan las respuestas y exploran las salidas sin garantía asegurada; ellas también
el presente y se confronta con los “designios” y modos de ser de su tiempo: “les pasa
179
estado de latencia o en acto, a lo que le adversa como poder, y por esta razón también
mismo tiempo, a contrapelo con ella, el momento mesiánico irrumpe “aquí y ahora”
excepcional; para Benjamin, “no hay instante que no traiga consigo su chance
revolucionaria, solo que esta tiene que ser definida como una [chance] específica, a
saber, como chance de una solución enteramente nueva frente a una tarea
43
Walter Benjamin, La dialéctica en suspenso. Fragmentos sobre la historia, Santiago de Chile, LOM
Ediciones, 2009, p. 58.
180
opera en presente y estalla frente al estado de las relaciones de fuerza que le adversan,
alterando el “orden de las cosas”, abriendo una fisura y dejando entrever un nuevo
comienzo sin condiciones en el que la voz de los vencidos emerge como el eco de un
“futuro anterior”.
acontecimiento muestra lo que una época tiene de intolerable, pero también hace emerger
nuevas posibilidades de vida. Esta nueva distribución de los posibles y de los deseos abre
a su vez un proceso de experimentación y de creación. Hay que experimentar lo que
implica la mutación de la subjetividad y crear los agenciamientos, dispositivos e
instituciones que sean capaces de desplegar estas nuevas posibilidades de vida, recibiendo
los valores que una nueva generación (…) ha sabido crear: nuevas relaciones con la
economía y con la política-mundo, una manera diferente de vivir el tiempo, el cuerpo, el
trabajo, la comunicación, nuevas maneras de estar juntos y de estar contra.45.
44
Es este el llamado que hace Benjamin en la tesis XVIII, a propósito de su crítica a la representación
“progresista” de la historia que, en tiempos de la 2da Guerra Mundial, resultaba ineficaz: “La tradición
de los oprimidos nos enseña que el ‘estado de excepción’ en que vivimos es la regla. Tenemos que
llegar a un concepto de historia que le corresponda. Entonces estará ante nuestros ojos, como una tarea
nuestra, la producción del verdadero estado de excepción” (Walter Benjamin, “Sobre el concepto de
historia”, La dialéctica en suspenso. Fragmentos sobre la historia, Santiago de Chile, LOM Ediciones,
2009).
45
Mauricio Lazzarato, Políticas del acontecimiento, Buenos Aires, Tinta Limón, 2006, p. 44.
181
despliegan y donde se anuncia un estado diferente del mundo. Esta perspectiva del
acontecimiento, si bien se encuentra situado, “es al mismo tiempo eventual, como una
especie de emblema de sí mismo que lo designa como tal”47. Pero esta asunción del
noción del tiempo lineal, vacío y homogéneo que ha servido de fundamento para la
46
Baruch de Espinosa [sic], Ética…, op. cit., p. 172.
47
Françoise Proust, citada por D. Bensaïd, “Resisto luego existo”, Resistencias…, op. cit., p. 37.
182
por Marx en la “Introducción” a los Grundrisse. Allí, Marx afirma que para la
48
D. Bensaïd, “Resisto luego existo”, Resistencias…, op. cit., p. 38.
49
Véase las tesis sobre el concepto de historia en “Sobre el concepto de historia”, La dialéctica en
suspenso…, op. cit.
183
determinado por las relaciones que existen entre ellas en la moderna sociedad burguesa,
y que es exactamente inverso del que parece ser su orden natural o del que
correspondería a su orden de sucesión en el curso del desarrollo histórico. No se trata de
la posición que las relaciones económicas asumen históricamente en la sucesión de las
distintas formas de sociedades (…) Se trata de su articulación en el interior de la
moderna sociedad burguesa.50
relaciones causales, al modo en que estas son asumidas por las ciencias naturales,
crisis, las voces de los oprimidos se presentifican y ponen sobre la mesa del mundo
50
Karl Marx, “Introducción”, Elementos fundamentales para la crítica de la economía política
(Grundrisse) 1857-1858, México D.F., Siglo XXI Editores, 2007, (3 t.), pp. 28 y s.
51
Nos parece adecuado el uso del término de Benjamin –en este contexto y sin temor a forzar las
claves discursivas y categoriales de este autor– para dar cuenta de lo que nos viene planteando
Bensaïd.
184
reificado del capital la exigencia de redención que haga estallar los posibles en deuda
décadas de los años 80 y 90. Las derrotas de los movimientos insurgentes, las
caída del Muro de Berlín con toda la carga simbólica que implicaba, terminaron por
acortar las miradas y la posibilidad de estas por prefigurar horizontes estratégicos que
A diferencia del espíritu de la época del Mayo Francés del 68, donde la irrupción
del acontecimiento se imponía sobre los “grandes planes” sin abandonar la apuesta
por mañanas emancipados, los últimos decenios del pasado siglo, arañados por la
desesperanzado, sin más horizontes que los que permite la inmediatez reciclada de
resistencia de finales del pasado siglo son la expresión sintomática de una crisis de
52
Para efectos del presente trabajo, abordaremos la cuestión de la utopía solo tangencialmente y con el
propósito de mostrar cómo su resurgimiento actual es también expresión sintomática de la crisis de
futuro a la cual apunta Bensaïd para dar cuenta del malestar de la “lógica histórica” que tiene sus bases
en la idea del progreso. Nuestro autor aborda el contenido de la noción de utopía a la luz de sus
metamorfosis históricas, estableciendo sus momentos de la siguiente manera: La utopía milenarista,
anterior al periodo del Renacimiento, expresa una temporalidad anclada en un presente eterno (el
descenso del reino de Dios en la tierra), en el que el futuro apenas interviene. La utopía moderna
(racional y profana), responde a una temporalidad movida por el futuro (el progreso, la aceleración y la
revolución de las máquinas), y será considerada por Bensaïd como utopía liberal. A esta asunción de la
utopía le sigue y le acompaña otra, la utopía socialista, también encaminada bajo una lógica del
progreso, y será concebida por nuestro autor como la expresión de un sentimiento no práctico de lo
posible. Los golpes sufridos por las utopías liberal y socialista decantarán, finalmente, en una imagen
“andrajosa” de la utopía que dará cuenta de una relación “de grado cero con el futuro” o, en su defecto,
en la forma de una utopía negativa donde el futuro es representado bajo una imagen apocalíptica y
oscura. Se trata, para Bensaïd, de un desvanecimiento de la utopía, y su resurgimiento plantea la
necesidad de transformar las formas tradicionales de la emancipación. (Véase D. Bensaïd, “Pérdidas y
resurgimientos utópicos”, Resistencias…, op. cit., pp. 42-46).
53
Bensaïd se refiere especialmente a las postuladas por Holloway, en su reivindicación del grito frente
al poder, y por Hardt y Negri en su caracterización del capitalismo contemporáneo bajo la fórmula del
imperio, al que le acompaña como su correlato la idea de multitud.
186
restituir la cuestión del horizonte estratégico que habría sido abandonada por las
resistencia emergerán, a juicio de nuestro autor, como una alternativa modesta, sin
grandes perspectivas. La aspiración a la toma del poder por parte de las y los
oprimidos, por ejemplo, será desterrada de las políticas de resistencia 54, las cuales
evitarán a toda costa reproducir las lógicas “organizativas” propias de las formas de
con guerras y ascensos revolucionarios y que recibe el último sacramento con las
programáticas.
indignación que, sin embargo, no prefigura mañanas. Este espíritu de indignación sin
Sentir que el mundo está equivocado no significa, necesariamente, que tengamos cabal
idea de una utopía que ocupe su lugar. Tampoco implica un romanticismo del tipo ‘algún
día vendrá mi príncipe’, ni la idea de que aunque las cosas ahora estén mal, en algún
momento accederemos a un mundo verdadero, a alguna tierra prometida, a un final feliz.
No necesitamos la promesa de un final feliz para justificar el rechazo de un mundo que
sentimos equivocado.
54
Véanse especialmente las reflexiones de John Holloway y de Antonio Negri acerca de las
perspectivas y prácticas de los movimientos sociales luego de la experiencia política de las décadas de
los 60, 70 y 80. John Holloway, Cambiar el mundo sin tomar el poder, Valencia, Vadell Hermanos
Editores, 2005 (Versión digital). Antonio Negri y Michael Hardt, Multitud, Buenos Aires, Editorial
Debate, 2004.
187
mundo actual signado por los ritmos del capital–, evade también las prefiguraciones
estratégicas y los programas que intentan trascender el ahora. El grito, dirá Holloway
Nuestro rechazo a la aceptación no nos dice nada acerca del futuro, ni tampoco su validez
depende de algún resultado en particular. El hecho de que gritemos mientras nos
desbarrancamos no nos proporciona ninguna garantía de un aterrizaje seguro, así como
tampoco la legitimidad del grito depende de un final feliz.
La certeza de los viejos revolucionarios de que la historia (o dios) estaba de nuestro lado
ya ha desaparecido: tal certeza está históricamente muerta y enterrada, destruida por la
bomba que cayó sobre Hiroshima. Ciertamente, no hay garantías de un final feliz, pero
aun mientras nos desbarrancamos, aun en los momentos de mayor desesperación,
rechazamos la aceptación de que tal final feliz sea imposible. El grito se aferra a la
55
John Holloway, Cambiar el mundo sin tomar el poder, op. cit., p. 6.
188
pasado el augurar certezas de “finales felices”. El grito “grita” “cambiar el mundo sin
ello, es preciso no hacerse de aquel que los “viejos revolucionarios” postularían como
apuesta programática.
imposible es resuelta por Holloway con la aceptación de “que no puede haber una
certeza absoluta de un final feliz pero que, sin embargo, se puede buscar la esperanza
56
Ibid., p. 10.
57
Véanse los parágrafos del capítulo anterior del presente trabajo, donde exponemos los argumentos
con los cuales Bensaïd impugna la sentencia según la cual el pensamiento de Marx representa una
concepción prometeica y teleológica de la historia y de los procesos sociales y políticos que le han
dado vida. Hacemos extensible esta impugnación para rescatar de la “sentencia acusatoria” a algunos
de estos “viejos revolucionarios” del pasado siglo, entre los que destacan, por dar solo un ejemplo,
Rosa Luxemburgo.
189
las experiencias y apuestas revolucionarias del pasado siglo XX, Holloway apelará a
continuum de la historia”59.
grito:
¿Es suficiente, por lo tanto, oponer a las continuidades del tiempo largo la interrupción
absoluta del grito sin pasado ni futuro? Benjamin rechaza el tiempo homogéneo y vacío
de las mecánicas del progreso y con él la noción de un presente evanescente, un simple y
efímero paréntesis, absolutamente determinado por el pasado e irresistiblemente
aspirado hacia un futuro predestinado. Al contrario, el presente para él deviene la
categoría central de una temporalidad estratégica.60
58
John Holloway, Cambiar el mundo sin tomar el poder, op. cit., p. 82.
59
Holloway emplea el pasaje de Benjamin para enunciar la discontinuidad que opera en el estallido del
acontecimiento. Véase ibid., pp. 218 y s.
60
D. Bensaïd, “Gritos y escupitajos: doce observaciones –más una– para continuar el debate con John
Holloway”, Viento Sur (Madrid) (04/11/2010). <http://www.vientosur.info/spip/spip.php?article262>.
(Consultado el 26/09/2013).
190
un lado, y el resultado de las experiencias socialistas del pasado siglo, por el otro,
alternativa.
ante un mañana incierto y amenazante que las lleva a acortar y oscurecer los
Para Bensaïd, esta crisis de futuro y de los horizontes de espera tiene sus razones,
61
D. Bensaïd, “Pérdidas y resurgimientos utópicos”, Resistencias…, op. cit., p. 41.
191
dirá: “Nosotros somos los vencidos de este siglo. Nosotros salimos de él derrotados.
en el nuevo siglo y en el nuevo milenio con menos ilusiones (…) que nuestros
ancestros”63.
de una experiencia del tiempo histórico duramente golpeada durante el siglo XX.
y del futuro que no transite por los rieles de una historia signada por la idea del
la utopía, pero esta vez dentro de los límites “aprendidos” y establecidos por las
nuevo siglo la utopía emerge como una forma de resistencia que confronta a la
62
Sobre este aspecto véase, en el primer capítulo del presente trabajo, el parágrafo titulado “Tiempos y
ritmos de la historia profana”.
63
D. Bensaïd, “Pérdidas y resurgimientos utópicos”, Resistencias…, op. cit., p. 42.
192
fatalidad del orden existente e inventar el devenir en cada caso. Esperas de corto
utopía que renace de los escombros del pasado siglo, se presenta como utopía crítica.
Su punto de retorno es, a juicio de Bensaïd, el de la crisis, que abre las topineras y
malestar de la lógica histórica que cierra el pasado siglo y hereda el presente. Sin
capítulo anterior–, se refiere también a la crisis que emerge de los tiempos y ritmos
En este sentido, la crisis del nuevo siglo es aquella que se manifiesta en el tiempo
retornan las resistencias. Los espasmos críticos en los ritmos de reproducción del
193
producto de sus propias dinámicas de reproducción, tras la entrada del nuevo siglo
abre fisuras que posibilitan la emergencia de la resistencia, la cual toma su fuerza del
desesperada por escapar a las lógicas e influencias del poder político del Estado–, al
resistir a la resignación.
decisiones a medio plazo, evitando la política reactiva, apresurada, temerosa, que se detiene
y gira ante el menor tropiezo.64
historia debe ser mirada a la luz de las huellas dejadas por la acción política de los
las voces de un pasado que reclama su redención. Entre las generaciones pasadas y
las presentes persiste un acuerdo que compromete a las últimas con las primeras. Dirá
Benjamin: “Entonces hemos sido esperados en la tierra” 66. Cada generación hereda
una débil fuerza mesiánica de las generaciones pasadas que esperan ser redimidas.
64
Miguel Romero, “Política de Daniel Bensaïd”, Viento Sur (Madrid), No. 110 (2010), (pp. 83-90), p.
84.
65
D. Bensaïd, “Pérdidas y resurgimientos utópicos”, Resistencias…, op.cit., p. 49.
66
Walter Benjamin, “Sobre el concepto de historia”, La dialéctica en suspenso, op. cit., p. 40.
195
hombros del presente la cruz de una redención en suspenso, así como la advertencia
de una catástrofe que podría tener lugar de seguir andando sobre los rieles de un
autor –del mismo modo en que lo hará Benjamin– toma la forma de profecía
para frenar la catástrofe que se anuncia en los ritmos de un progreso sin límites. Se
trata, pues, de una apuesta que nuestro autor dará en llamar apuesta melancólica. Más
los posibles. “Entre les ressources du passé et les possibilité de l’avenir, de nouveaux
la historia no transita un camino uniforme y de sentido único, sino que se teje con los
quiebres turbulentos donde se debaten los posibles que pugnan por la ruptura del
67
Philippe Corcuff, “Discordances mélancoliques de/avec Daniel Bensaïd”, Lignes (Fécamp) No. 32
(2010), (pp. 31-38), p. 32.
196
orden social capitalista. Mesiánica, esta espera activa del topo toma la forma de una
permitirá, de una parte, construir los trazos de una perspectiva histórica sorprendida
en “la parada de la catástrofe de la que surgen lateralmente los posibles” 68, dentro de
Comencemos por contemplar la imagen que nos ofrece Bensaïd como antesala al
negarse. Circula entre dos mundos, entre tierra y cielo, entre luz y sombra, sin
68
D. Bensaïd, “Pérdidas y resurgimientos utópicos”, Resistencias…, op. cit., p. 50.
197
emergencia intempestiva e imprevista del acontecer que irrumpe una superficie desde
resistencia deja de expresarse dentro de los límites de una oposición con el poder que
conjugan bajo la imagen de un topo que, por cierto, labra caminos en un topus
subterráneo, material, limitado por los contornos de la superficie y del propio trabajo
de zapa forjado anteriormente por el roedor; es el ámbito telúrico del mundo artificial
del que hablaría Antonio Labriola70 y que, siendo construido por las relaciones
69
D. Bensaïd, “La paciencia del marrano”, Resistencias…, op. cit., p. 51.
70
En la discusión que establecerá con el darwinismo social y con las lecturas naturalistas del
materialismo histórico, Antonio Labriola planteará que, frente al terreno natural sobre el que se
adaptan y desarrollan la vida las especies animales, el ser humano construye y desarrolla sus relaciones
a partir de un terreno labrado por el trabajo. A este terreno le llamará mundo artificial. “Una superficie
de terreno destinado al vagabundeo de una tribu, un modo de cazar, el uso perfecto de ciertos
instrumentos de defensa o de ataque, la posesión de ciertos utensilios para conservar las cosas
adquiridas, los adornos del cuerpo, etc., es decir, en el fondo, aquella vida llevada sobre un terreno
artificial, por elementalísimo que sea, sobre el cual los hombres procuran fijarse y acomodarse, sobre
un terreno que en fin de cuentas es la condición de cualquier ulterior desarrollo (…) El género humano
198
las crisis.
confronta tanto con la posición que evade el orden de cosas como con aquella que,
los posibles desde el cual emerge la potencialidad revolucionaria, lo cual implica una
solamente vive en las condiciones telúricas y no puede suponérsele trasplantado a otro sitio” (Véase
Sobre el materialismo histórico, Buenos Aires, Edit. Antídoto, 2004, pp. 70 y s.). Consideramos que
las claves categoriales propuestas por Labriola ofrecen pistas para la comprensión del ámbito telúrico
en que se desenvuelve el trabajo del topo mostrado en la imagen pincelada por Bensaïd.
199
ingreso en este recinto coincide estrictamente con la acción política; y es a través de él que
ésta, por aniquiladora que sea, se da a conocer como mesiánica. (La sociedad sin clases no
es la meta final del progreso en la historia, sino su interrupción tantas veces fallida, y por
fin llevada a efecto)}.71
oprimidos y sobre la cual hará tanto énfasis Benjamin en sus tesis, será retomada por
Bensaïd para dar cuenta del sentido estratégico que acompaña a la emergencia
marxista y la tradición judía desde la cual ofrecerá una peculiar concepción del
pasado, no ya como un recinto clausurado sino, por el contrario, como un ámbito que
Asimismo, resalta la idea según la cual “la sociedad sin clases” no es el destino y
producto final del progreso, sino un posible que pugna por efectuarse para evitar la
71
Walter Benjamin, “Sobre el concepto de historia”, op. cit., p. 58.
200
suspenso y que, al ser recibidas como herencia por las generaciones posteriores, se
En un artículo publicado por primera vez en el año 1995, Bensaïd sostiene que la
concepción benjaminiana del tiempo logra zafarse de la lógica binaria en la cual han
la misma:
Así Benjamin encuentra una tercera vía, entre la concepción historicista y lineal de una
Historia universal homogénea, orientada en el sentido ineluctable del Progreso, y una
historia en pedazos, reducida a fragmentos caóticos equidistantes de Dios. La descubre en
una concepción gravitacional de la historia, donde se establecen atracciones y
201
progreso expuesta por Benjamin en sus tesis –y secundada por Bensaïd– le subyace
una crítica a la concepción lineal del tiempo, y cómo aquella concibe al tiempo a
opone al ritmo de un progreso dirigido a la catástrofe. Tiene que ver, como diría
Alfonso Galindo Hervás, “con una determinada forma y experiencia del tiempo
diferente a la del tiempo cronológico homogéneo. Una forma que pretende superar las
72
Daniel Bensaïd, “Utopía y mesianismo: Bloch, Benjamin y el sentido de lo virtual”, Viento Sur
(Madrid) (Noviembre de 2010). <http://www.vientosur.info/spip.php?article585>. (Consultado el
21/05/2013).
73
Alfonso Galindo Hervás, “Mesianismo impolítico”, Isegoría. Revista de Filosofía Moral y Política
(Madrid-CSIC), No. 39 (julio-diciembre 2008), (pp. 239-250), p. 243.
202
zapa del topo a la irrupción imprevisible que hace saltar los posibles de los vencidos,
con la acción política de los oprimidos dentro de la experiencia del movimiento real.
Para Bensaïd, “después de una larga marcha subterránea, después de una tensión
momento donde se tensionan las luchas y se debaten las perspectivas estratégicas. Sea
esto último, tal vez, el añadido que incorpora Bensaïd a las tesis sobre la historia
74
Sobre la idea de mesianismo en Walter Benjamin, véase Mauricio Frajman Lerner, “El mesianismo
en el pensamiento de Walter Benjamin”, Revista de Ciencias Sociales (Universidad de Costa Rica-San
José de Costa Rica), No. 100 (2003), pp. 71-76.
75
Nos referimos a la tarea mesiánica, aquella que se propone la “vuelta al origen”, es decir, la
redención de los oprimidos. En el caso de la tradición marxista de la que Bensaïd es parte y, nos
atreveríamos a afirmar, en el caso del propio Benjamin, se trata de la apuesta comunista (la de la
constitución de una sociedad sin clases).
76
D. Bensaïd, “La paciencia del marrano”, Resistencias…, op. cit., p. 53.
203
Del mismo modo como dará cuenta de la historicidad que subyace a la idea de
expresión moderna.
Mesías del pueblo judío, inaugurando una perspectiva política y práctica del
77
Está será, quizás, una de las preocupaciones que ocupará la atención teórica y política de Bensaïd
durante el último decenio. En tiempos donde, a raíz de la caída del bloque soviético, la cuestión
estratégica había caído en descrédito –junto con las formas de organización y apuestas
revolucionarias–, Bensaïd dedicó su obra a reflexionar sobre la reconfiguración de los horizontes
estratégicos y, con ello, a replantear como posibilidad concreta la subversión del orden del capital. Su
último libro, Elogio de la política profana, destina sus páginas a esta discusión.
78
Sobre Sabattai Tsevi, mesianismo moderno y marranismo, véase Gershom Scholem, Mesianismo y
nihilismo, Buenos Aires, Prometeo Libros, 2012; André Neher, La esencia del profetismo, Salamanca,
Ediciones Sígueme, 1975; Antonio Rivera García, “Uriel da Costa, marranismo y modernidad”,
Gonzalo Díaz y el archivo de la filosofía española, A. Rivera García y José Luis Villacañas Berlanga;
eds., Murcia, Editum, 2013, pp. 153-180.
204
aparezca e instaure una sociedad de paz absoluta luego de un período de caos 79. El
mesianismo de Sabbataï Tsevi empalmará, según nuestro autor, con esta vieja
profecía, respondiendo a la amenaza de una catástrofe que había que conjurar con
Tsevi encarnará el espíritu redentor del pueblo judío oprimido, abriendo las puertas al
momentos inaugurales del entramado de una narrativa de la historia que dará al traste
con la consideración que la asume como mera unión de puntos que encajan dentro de
79
Véase Mauricio Frajman Lerner, “El mesianismo en el pensamiento de Walter Benjamin”, op. cit., p.
74.
205
no se ubica en un “punto cero”, sino que se vuelca hacia la rememoración del pasado
y hace presentes sus voces inaudibles dentro del orden de cosas establecido para
para Bensaïd “el pensamiento dialéctico se presenta a partir de entonces como ‘el
despertar, sin embargo, abre los ojos y anuncia una oportunidad que desgarra el
80
D. Bensaïd, “La paciencia del marrano”, Resistencias…, op. cit., p. 55.
206
la opresión a la que los vencidos han venido resistiendo. De este modo la resistencia,
despertar mesiánico.
afirma:
81
‘La dialéctica de la memoria y del proyecto’ (…) no implicaba el sacrificio del presente,
contrariamente a los prejuicios de muchos jubilados de una política barrida por los vientos del pasado
y del futuro. ¡Muy al contrario! Resplandece en cada rayo de sol, en cada golpe de pedal, en cada
encuentro inédito, sin perder contacto ni con las humillaciones de ayer, ni con el resplandor de los
mañanas emancipados, en un mestizaje de temporalidades discordantes en movimiento”. (Traducción
mía). Philippe Corcuff, “Discordances mélancoliques de/avec Daniel Bensaïd”, Lignes (Fécamp) No.
32 (2010), (pp. 31-38), pp. 35 y s.
207
danza que se disputa la redención de los vencidos de la historia, hoy aterrorizados por
Para nuestro autor, “Benjamin pretende sobre todo despertar al mundo de sus
pesadillas, atormentado por los fetiches del capital. Porque un mundo encantado por
la danza de las mercancías, dirigido a la catástrofe más bien que a la pacífica marcha
emancipatorios que fracturan la continuidad establecida por los límites del capital.
linealidad del progreso homogéneo y vacío, sino desde los espasmos del despertar
de las crisis.
que, por tanto, ofrece horizontes distintos a los del desencantamiento. Mientras
idea según la cual el proceso de secularización vivido por la tradición judía –de la
cual, según él, beben Benjamin, Spinoza, Marx y Trotsky–, ofrece horizontes
catástrofe.
era, la espera mesiánica esboza de esta manera un proyecto político aún desprovisto
de su monstruosa careta para mostrar en el horizonte una salida que trastoca y hace
oscuridad abre paso a la luz, las galerías labradas en el subsuelo tocan los límites de
concluye el trabajo obstinado de un topo que hasta entonces resistía labrando galerías
83
D. Bensaïd, “La paciencia del marrano”, Resistencias…, op. cit., p. 56.
209
pesadilla.
un futuro que deriva de un tránsito sin tropiezos. Siendo aquel un tiempo colmado de
interrupciones, toda fisura será la oportunidad para lo imprevisto y para la llegada del
acontecimiento.
En un apéndice a las tesis sobre la historia, Benjamin escribirá: “Se sabe que a
los judíos les estaba vedado investigar el futuro. En cambio, Thora y la oración los
aquellos que buscan información en los adivinos. Pero no por ello el futuro se les
volvía un tiempo homogéneo y vacío a los judíos. Pues en él cada segundo era la
pequeña puerta por donde podía entrar el Mesías”84. Esta idea benjaminiana de la
84
Walter Benjamin, “Sobre el concepto de historia”, op. cit., p. 53.
210
aux oracles d’un destin inexorable, la prophétie est une anticipation conditionelle
ouvert le faisceau des possibles, bref, elle est un appel stratégique à la action”85. De
redimir a los vencidos frente a la marcha catastrófica del progreso. Mientras los
85
“A diferencia de la espera apocalíptica y los oráculos de un destino inexorable, la profecía es una
anticipación condicional (...). Ella intenta desviar la trayectoria catastrófica para evitar lo peor, para
mantener abierto el relámpago de los posibles, en resumen, es un llamado a la acción estratégica”.
(Traducción mía). Michael Löwy, “L’hérésie communiste de Daniel Bensaïd”, Lignes (Fécamp) No.
32 (2010), (pp. 79-85), pp. 82 y s.
211
profecía estratégica86.
esperanza en vilo. Ella es, más que una disposición, un proyecto que se ratifica en un
bifurcaciones estratégicas y sus tensiones en el movimiento real las que decidirán cuál
86
Acerca de la relación entre profecía y estrategia en Daniel Bensaïd, véase Elogio de la política
profana, Barcelona, Ediciones Península, 2009, pp. 162 y ss.
212
piano y con un cronómetro en la mano, cerraría la tapa del teclado para anunciar el
comienzo de la pieza. Cuatro minutos treinta y tres segundos sumarían los tres
definida por el silencio del intérprete y por la emergencia de los sonidos aleatorios
generados al otro lado del escenario. Sin narrativa ni tema prefigurado, no obstante la
pieza mostraría “un propósito”: dejar que el azar “condujera” la musicalidad y los
De esta propuesta “sin estructura” y “sin razones” podemos destacar tres rasgos
misma pieza, es decir, sería distinta en cada caso; siempre inédita, su sonoridad se
del intérprete, sino por la conjunción aleatoria, única e irrepetible de todas las fuerzas,
sostenido por el intérprete marca el ritmo y los límites de la pieza; no hay creador, ni
Del mismo modo que esta pieza silente, sin tema, sin razón, sin narrativa, en la
literatura crítica de la historia –que cobrará un nuevo auge a partir de las últimas tres
décadas del siglo XX– lo que acontece romperá los límites de las estructuras y de las
distinto, habrá que buscarlo fuera de las tramas de una historia narrada bajo una
relevancia en las últimas tres décadas del pasado siglo, verá su salida en la
marxista. Alimentada por un espíritu desencantado, esta crisis estará acompañada por
una mirada que ha perdido sus puntos de apoyo. Ni Rusia ni China encarnarán ya la
87
Empleamos la mayúscula inicial en Revolución y Proletariado para recalcar el carácter “general”,
“totalizante” y “universal” que otorgaban a estas categorías algunas de las teorías críticas al
pensamiento moderno. Sobre la crítica a la universalización y totalización de las relaciones entre las
214
secuelas dejadas por el estalinismo y por el fascismo. A las lógicas programáticas que
economía que prevalecerán en el ocaso del pasado siglo, estas narrativas verán en el
devenir la posibilidad de hacer saltar el orden del capital. Ante la recirculación eterna
de las fluctuaciones del capital, ante un mundo desencantado y con los horizontes
metafísicos del gran sujeto histórico será el rasgo distintivo de algunas de las
del último siglo y sobre las que nuestro autor hurgará89 con el propósito de entramar,
singularidades y sobre el abandono de las narrativas de la Gran Revolución y del Proletariado como
sujeto de la emancipación, se ha conformado una variopinta tradición cuyas primeras expresiones
podemos encontrarlas en Michel Foucault, Gilles Deleuze y Félix Guattari. Véanse: M. Foucault, La
microfísica del poder, Madrid, Ediciones de la Piqueta, 1979; G. Deleuze y F. Guattari, Mil mesetas,
op. cit.; F. Guattari, “El capitalismo mundial integrado y la revolución molecular”, Plan sobre el
planeta. Capitalismo mundial integrado y revoluciones moleculares, Madrid, Traficantes de Sueños,
2004.
88
D. Bensaïd, “Erupciones y agujeros. Políticas del acontecimiento”, Resistencias…, op. cit., p. 72.
89
En el libro Resistencias, Daniel Bensaïd dedica un apartado a la discusión sobre la idea de
acontecimiento –entendida como irrupción incondicionada– que, a su juicio, se encuentra presente en
Alain Badiou, Antonio Negri, Jacques Derrida y en el pensamiento tardío de Louis Althusser (Véase
“La corriente subterránea del materialismo del encuentro”, Para un materialismo aleatorio, Madrid,
Editorial Arena Libros, 2002). En la presente investigación solo abordaremos la revisión que nuestro
autor realiza a la propuesta de Alain Badiou, por ser este, de los cuatro autores mencionados, quien
215
Daniel Bensaïd a la noción de acontecimiento ofrecida por Alain Badiou –autor que,
aparte de ser uno de sus interlocutores, comparte con nuestro autor el hecho de haber
tenido experiencia militante en las filas del (los) marxismo (s)–, teniendo como
hipótesis la idea según la cual esta lectura contiene los elementos fundamentales de su
por el azar. Sin embargo, para nuestro autor esta concepción olvida y omite el trabajo
subterráneo que procura la irrupción del acontecimiento, del mismo modo como la
y echando mano de la metáfora del topo, Bensaïd pretende dar cuenta de las
En esta oportunidad, la imagen del topo nos ilustra la manera en que Bensaïd
sabido. ¿Por haber pasado demasiado a menudo de la oscuridad a la luz cegadora del
surgimiento y los esfuerzos que fueron necesarios para llegar allí? El montículo de
tierra del cual emerge lo atestigua: no hay brecha liberadora sin preparación
1. “El topo es miope”, afirma Bensaïd. Su vista es de corto alcance. ¿Qué nos
labra sin ser visto. Hasta aquí nos situamos, por un lado, en la mirada del
inmune a la mirada del otro. En esta ocasión, en cambio, Bensaïd nos invita a
91
Hacemos uso de este término a la luz de la noción de praxis propuesta por Marx, especialmente en
sus Tesis sobre Feuerbah. Con ello pretendemos dar cuenta de la actividad práctica humana a partir de
la cual se construye el tejido de relaciones de una situación histórico-concreta.
92
D. Bensaïd, “Alain Badiou y el milagro del acontecimiento”, Resistencias, op. cit., p. 105.
93
Véase el parágrafo 2.1. del presente capítulo: “El topo: nueva metáfora del acontecimiento”.
217
mundo, pero muy especialmente, el futuro. Con una visión de poco alcance,
Todo está por construir, todo está por hacerse una vez que los ojos del topo
del día?”. ¿Va y viene nuestro roedor? ¿Ensaya sus salidas y sus entradas?
que hace invisible el mundo ante sus ojos y que lo hace imperceptible ante
los ojos que miran desde la superficie. Por ello su irrupción siempre es
e invisible de los oprimidos que han sido velados por la gran narrativa de
la historia.
cautela.
corto plazo? Nótese que esta imagen no refiere a los ojos de aquel que mira al
topo desde la superficie y que solo atestigua su emergencia. Se trata esta vez
este punto, la imagen no nos ofrece respuestas. En todo caso, nos resulta
4. “El montículo de tierra del cual emerge lo atestigua: no hay brecha liberadora
posible sin el trabajo de zapa del topo que horada un subsuelo irregular, lleno
obstinación laboriosa del topo. Bajo sí, se encuentran los caminos que
La ilustración del topo nos da pistas del propósito de Bensaïd: mostrar que la
golpeada por las derrotas y las decepciones vividas durante el pasado siglo XX, sigue
emancipatorias.
acontecimiento y “La idea del comunismo” –ambos textos de Alain Badiou–, los
sentido. Se trata de abordar la reflexión acerca de aquello que sacude y hace saltar
dialéctica. A la luz de esta exigencia, asumirá como suya la tarea de redefinir no solo
metafísica, crítica a la teoría cartesiana del sujeto por parte de las tradiciones
94
En El ser y el acontecimiento, Badiou define al sujeto como “el proceso de ligazón entre el
acontecimiento (por lo tanto, la intervención) y el procedimiento de fidelidad (por lo tanto, su operador
de conexión)”, haciendo énfasis en el hecho de que mientras más real sea la fidelidad, es decir,
mientras más alejada esté del estado y de la institución, más innovadora será. Véase A. Badiou, El ser
y el acontecimiento, Buenos Aires, Editorial Manantial, 2007, p. 266.
221
Círculo de Viena)95.
95
Ibid., pp. 9-29.
96
Esta consideración de la verdad como realización post-ocasional parece estar inspirada en la
concepción de la praxis planteada por Marx en las Tesis sobre Feuerbach, en la cual se destaca la
necesidad de convertir la reflexión crítica de la realidad –aquello que, venido del pensamiento, no tiene
materialidad–, en realidad efectiva. Sin embargo, para Badiou la verdad es un proceso post-
acontecimental que tiene su génesis no tanto en el pensamiento como sí en la irrupción intempestiva
del acontecimiento.
97
Alain Badiou, “Sitios de acontecimiento y situaciones históricas”, El ser y el acontecimiento, op.
cit., p. 199.
222
elementos del sitio ubica a este último al borde del vacío, en el margen de lo que no
encuentra al borde del vacío y funda una situación en la medida en que inaugura una
nueva posibilidad que, en el estado de una situación anterior dada, era tenido por
imposible. Relativo, este puede ser singular en una situación y normalizarse en otra:
que haya situación del acontecimiento; no hay un estado tal que dé cuenta y delimite
Badiou distingue entre las situaciones en las que hay sitios de acontecimiento y
aquellas en las que no. Las primeras son las situaciones históricas, donde por lo
98
La clase obrera, las tendencias artísticas, el impasse científico, serán algunos ejemplos de lo que
Badiou entenderá por sitio.
99
En El ser y el acontecimiento, Badiou destaca que una situación resulta de las formas en que se
relacionan sus tres términos: singularidad, normalidad y excrescencia. Un múltiple a-normal será aquel
término singular, local, que se encuentra presentado (contado por uno) en la situación, pero no
representado en ella (contado por uno en la situación, pero no por el estado de esta). Mientras los
términos normales pertenecen (presentados) y están incluidos (representados) en la situación, los
términos a-normales pertenecen a la situación, pero no están incluidos en ella. El estado de una
situación será la metaestructura encargada de integrar en uno el conjunto de las partes de una situación,
estableciendo lo que debe ser contado o no dentro de ella, es decir, lo que debe ser representado e
incluido.
100
Badiou pone como ejemplo el proceso de burocratización soviética.
223
menos uno de sus puntos se encuentra al borde del vacío. Las segundas, en cambio,
ellas concierne por lo menos un sitio, no habría que asumir al sitio como condición de
hacer la distinción entre “condición de” y “necesidad de”. A su juicio, si bien el sitio
inexorabilidad del acontecimiento, ni que a todo sitio (la clase obrera por ejemplo) le
La confusión entre existencia del sitio (…) y la necesidad del acontecimiento es la cruz de
los pensamientos deterministas o globalizante. El sitio solo es una condición de ser del
acontecimiento (…) Pero la existencia de un múltiple al borde del vacío hace advenir solo
la posibilidad del acontecimiento (…) En sentido estricto, un sitio es ‘de acontecimiento’
únicamente cuando es calificado, de manera retroactiva, por el acontecimiento. Sin
embargo, del sitio conocemos una característica ontológica, ligada a la forma de
presentación: se trata siempre de un múltiple a-normal, un múltiple al borde del vacío. Por
224
consiguiente, sólo hay acontecimiento en relación con una situación histórica, aun cuando
una situación histórica no produzca necesariamente un acontecimiento.101
Esta precisión permite refutar la idea según la cual la clase obrera es el sujeto de
la emancipación revolucionaria.
negación. Tal fue lo que ocurrió durante el proceso de burocratización soviética, que
impredecible. Siendo un múltiple singular, al borde del vacío, no puede ser pensado
(…) sostengo que el ser adviene a la proximidad presentadora por la localización histórica,
porque algo es sustraído a la representación o al estado (…) Exceso compacto de la
presencia y de la cuenta, la naturaleza oculta la inconsistencia y se desvía del vacío. Es
demasiado global, demasiado normal para abrir la convocatoria acontecimental de su ser.
No es sino en el punto de la historia, en la precariedad representativa de los sitios de
101
Alain Badiou, “Sitios de acontecimiento y situaciones históricas”, op. cit., p. 202.
102
Acerca del sitio como condición de ser del acontecimiento, y de la relación entre situación y
acontecimiento, véase la meditación XVII de El ser y el acontecimiento.
225
asalto sorpresivo de una novedad que adviene del azar y que remueve y transforma
103
Alain Badiou, “Sitios de acontecimiento y situaciones históricas”, op. cit., p. 200.
104
Alain Badiou, “La idea del comunismo”, Sobre la idea del comunismo, Analía Hounie; comp.,
Buenos Aires, Editorial Paidós, 2010, p. 23.
226
tiempo que el vacío de una situación? Todo procedimiento de verdad tiene tras de sí
categoría productiva, que se abre para dar acogida al acontecimiento y que, al advenir
verdad, responde más a la apuesta que a la gestión del Estado. Ella queda definida por
confianza en una apuesta práctica que al mismo tiempo se encuentra amenazada por
105
Badiou entiende por procedimiento de verdad a la organización continua de las consecuencias de un
acontecimiento. Esta organización no prepara al acontecimiento sino que deriva de este y guarda
“fidelidad” a sus consecuencias.
227
que, a su juicio, son las formas petrificadas de la antipolítica y, por tanto, la negación
ninguna transformación radical tiene su origen en las fauces del Estado ni en el orden
social establecido.
que ordena las relaciones entre los términos de una situación y delimita lo que debe
historia que inscriba en ella las posibilidades emancipatorias, colocando una muralla
de aquello que adviene mágicamente, “como caído del cielo”, y en ello nuestro autor
228
fuera de las condiciones telúricas que hacen posible su emergencia. Echando mano de
algunos de los ejemplos que Badiou califica como “acontecimientos”, nuestro autor
No obstante, la toma de la Bastilla no se concibe más que en las condiciones de crisis del
Viejo Régimen; el enfrentamiento de Junio de 1848, en el contexto de la urbanización y de
la industrialización; la insurrección de la Comuna, en el trastorno de las nacionalidades
europeas y el hundimiento del Segundo Imperio; la Revolución de Octubre, en las
particularidades del ‘desarrollo capitalista en Rusia’ y en el desenlace convulso de la Gran
Guerra.106
acontecimiento emerja, no solo responde a la condición del sitio, sino a cómo las
106
D. Bensaïd, “Alain Badiou y el milagro del acontecimiento”, Resistencias, op. cit., p. 113.
229
social como tarea, en la actividad práctica que se despliega en el movimiento real, sin
vulgar.
destaca que esta resulta de la imbricación entre los caminos que ofrece la situación
respecto, dirá Romero: “Lo posible’ no está fuera de la acción militante: es una
relación entre las brechas que se crean o pueden crearse en la situación real y las
capacidades para utilizarlas (…) Está bien alimentar una cierta vigilia ante los signos
probablemente llegarán. Pero lo que importa es la práctica concreta, aquí y ahora” 107.
Para nuestro autor, al discurso filosófico de Badiou hay que mirarlo a la luz de un
encontrar una veta teórica y práctica en la que sea posible el estallido e irrupción
resignación
milagro”108.
108
D. Bensaïd, “Alain Badiou y el milagro del acontecimiento”, Resistencias, op. cit., p. 117.
231
y a la fragmentariedad del tiempo que desarticula el presente tanto del pasado como
presente efímero que siempre recomienza y que impide, por tanto, la construcción de
un pensamiento estratégico.
y a las teleologías del progreso, esta filosofía del devenir daba cabida a la posibilidad
abstracta de otros estilos de vida, pero al mismo tiempo renunciaba a darle la forma
109
D. Bensaïd, “El eclipse de la política”, Elogio de la política profana, Barcelona, Ediciones
Península, 2009, p. 157.
110
Apelamos al adjetivo “cerradas” para dar cuenta de las políticas que prevalecieron durante el
periodo estalinista y que consolidaron una asunción esquemática del programa político revolucionario.
Con ello queremos distinguirla de aquellas que asumieron, han asumido y asumen la apuesta
programática desde una perspectiva abierta, dinámica.
232
espera del acontecimiento inhibe la política estratégica, así como también la inhibe la
Bensaïd a propósito de esta política del acontecimiento. Sin programa y sin propósito,
hacer de la política un sacerdocio puro del acontecimiento no logra, sin embargo, que
esta escape a las dinámicas de poder y de fuerza que operan en una situación
concreta.
y cuya decisión reposa en una nada sin estrategia y sin proyecto, sin antecedentes ni
consecuencias prescritas.
capacidad de volcar los cimientos del orden social establecido–, nuestro filósofo del
112
D. Bensaïd, “El eclipse de la política”, Elogio de la política profana, op. cit., p. 169.
234
consecuencias de la acción política, toma nota de las condiciones concretas en las que
próximo apartado veremos en qué consiste este entramado, y a partir de qué premisas
se construye.
estratégica
Nuestro viejo topo hace entrada bajo la forma de una sentencia rescatada en un
epígrafe: “¡Bien has hozado, viejo topo!”, expresa con énfasis Karl Marx en este
Con esta rúbrica Daniel Bensaïd hace antesala al capítulo en el que pretende
en el recorrido de nuestro trabajo–, parece estar negada tanto por los defensores de
una lógica normativa de la historia, como por aquellos que postulan al acontecimiento
235
sociedad.
topo de milagrosa aparición, en este capítulo nuestro amigo roedor se exhibe con su
gorra gatsby en la embocadura del montículo, sonriente, con los ojos entreabiertos y
“El topo es perseverante en sus ideas. Hace su labor callada pero firmemente
(…). Fuera del alcance de las apariencias y de los aparentes, cava en silencio y en
Pero, ¿quién es este que persevera? ¿En qué ideas persevera? Teniendo en cuenta
que se trata de aquella tradición que, a pesar de las derrotas del pasado siglo XX,
113
D. Bensaïd, “Y sin embargo, cava”, Resistencias, op. cit., p. 157.
236
referimos a aquella tradición, silenciada no solo por el orden social capitalista y por la
burocracia de un ‘marxismo’ acartonado, sino incluso por las nuevas narrativas del
críticas de la modernidad. Sea el trotskismo, tal vez, uno de esos topos en los que
piensa nuestro filósofo, un topo que cava silente y golpeado no solo por la derrota de
Benjamin otro topo que, en su crítica al progreso, propone claves para la construcción
las topineras y que aguardarán tras los bastidores de su pretensión teórica y práxica:
Esta herida de la esperanza pesará largo tiempo todavía sobre las generaciones por venir.
Largo tiempo ensombrecerá el futuro. Pero antes de resignarse a esta pérdida sin remedio,
tal vez es tiempo aún de transformar una pérdida en ganancia.
237
a la política profana sacándolo del terreno impoluto y etéreo en el que autores como
palabras, se trata de hacer posible lo que las derrotas y las desesperanzas han vuelto
condiciones que hacen a las crisis del capital, así como a los conflictos y tensiones
que de estas derivan, no puede sin embargo dar cuenta de su desenlace ni predecir la
emergencia acontecimental.
114
Ibid., p. 160.
238
explotados por el orden social mundial aún sigue siendo una demanda y una
espectros cuyos “cuerpos” han sido sepultados bajo el epitafio del arcaísmo y del
corre bajo el visible, que a menudo lo corrige y otras veces lo contradice” 116. Topo
sus andanzas.
el pasado siglo. ¿Cómo restituir los horizontes y no claudicar a la lógica de los finales
115
Valga la sustitución de ‘oprimidos’ por ‘derrotados’ para seguir el hilo de la lógica discursiva que
nos viene proponiendo Bensaïd, y que intenta mostrar tanto las heridas del malestar con el que nace el
nuevo siglo, como las vetas teóricas para su convalecencia.
116
D. Bensaïd, “Y sin embargo, cava”, Resistencias, op. cit., p. 160.
239
nuestro autor.
concebido por autores como Badiou –tal y como pudimos ver en el parágrafo
Desde esta perspectiva, si el cierre de siglo XX deja como herencia el fin de los
teología117.
117
En Bensaïd será frecuente la oposición entre una concepción sagrada y una profana del
acontecimiento, de la historia y de la política. La primera, se ubica en los parajes de una reflexión
desterrada de toda imbricación histórica, quedando sumida en el anhelo especulativo. La segunda, en
cambio, pretende erigirse en posibilidad efectiva, restableciendo el entramado entre política,
acontecimiento e historia a partir de la recuperación de las claves categoriales ofrecidas por el
pensamiento de Marx, Benjamin, Trotsky, Gramsci y otros pensadores clásicos (que no dogmáticos) de
la tradición marxista. El carácter teológico que adjudica Bensaïd a estas apuestas nos recuerda la forma
con la que Badiou pretende resolver la articulación entre la intempestividad del acontecimiento y su
actualización: a falta de imbricación histórica, hace pender la realización de las consecuencias
acontecimentales de los hilos de un acto de fidelidad militante de características sacramentales.
240
nuestro autor, el topo proyecta aunque su realización no sea ineludible y aunque sus
los hilos de continuidad histórica sobre los hombros de una fidelidad militante
Luchando con las incertidumbres del presente, el sentido trágico de la política desaparece de
un solo golpe entre una estética orgullosa de la derrota y una subasta religiosa de la
creencia. El puro deber de fidelidad caracteriza en efecto la vocación del santo. En Badiou,
el ideal militante de santidad amenaza con degenerar en sacerdocio y la fe en dogma. (…).
El militante no es entonces un apóstol de la verdad, sino un sacerdote que ha colgado los
hábitos y el burócrata de una fe corrupta en beatería. Contra esta reconciliación con el orden
de cosas la bendición sólo podría venir de nuevos milagros, de nuevos santos y nuevos
mártires.118
118
D. Bensaïd, “Y sin embargo, cava”, Resistencias, op. cit., p. 168.
241
‘política’ que evade las contradicciones reales en las cuales se despliega la acción
militante.
situación en la que emerge lo que dará su carácter. Esto implica el reconocimiento del
recomienzo, esto es, una entrada que trastoca y hace saltar el tiempo y el espacio con
un acumulado a cuestas.
revolucionaria que Walter Benjamin concibe, en las tesis sobre la historia, como
la tabla no está rasa jamás y que nunca se parte de la nada” 119, dirá nuestro autor.
119
Ibid., p. 162.
242
sido tejidas bajo las tensiones y disputas entre los posibles y desde las cuales el
estratégica que se opone al mismo tiempo a las camisas de fuerza del “determinismo
histórico”.
por su realización.
120
El sentido que da Bensaïd al término es el otorgado por Walter Benjamin en sus tesis para oponerla
a la narrativa de la historia escrita por los vencedores. Para efectos del presente trabajo, y siguiendo la
lógica argumentativa y discursiva de Bensaïd, estableceremos la sinonimia entre memoria y nueva
escritura de la historia.
121
D. Bensaïd, “Y sin embargo, cava”, Resistencias, op. cit., p. 162.
243
imprevisible que acompaña a la acción estratégica, dando al traste con toda pretensión
acompaña al acontecimiento evalúa y tantea sus probabilidades sin que ello implique
“apuesta razonada”, esto implica que su emergencia tiene como antecedente el acervo
militante de los que persiguen la ruptura temporal con el orden social establecido. De
movimiento real. A este respecto, coincidimos con la apreciación que hace Miguel
Romero:
‘Lo posible’ no está fuera de la acción militante: es una relación entre las brechas que se
crean o pueden crearse en la situación real y las capacidades para utilizarlas (…) Está
bien alimentar una cierta vigilia ante los signos de crisis profundas, de cambios bruscos
en las relaciones de fuerzas... que probablemente llegarán. Pero lo que importa es la
práctica concreta, aquí y ahora.122
122
Miguel Romero, “Política de Daniel Bensaïd”, op. cit., p. 85.
244
se rotula en el entramado de las tensiones políticas que surgen al calor de los posibles
en disputa: al tiempo que la acción política produce sus propias contingencias, queda
política por decreto. Se trata de una narrativa cuyo tempo no viene dirigido por la
inercia, por el destino o por el azar, sino por asincronías y bifurcaciones temporales,
tiempo de circulación de las mercancías, crisis en los ciclos del capital y asunción del
123
D. Bensaïd, “Y sin embargo, cava”, Resistencias, op. cit., p. 163.
245
mismo tiempo, erigir una política que detenga la catástrofe a la que ha conducido el
nuestro autor destaca del pensamiento de Marx y de Benjamin las claves para la
Bajo los códigos de esta nueva escritura, la historia dejaría de ser el relato
124
Desastres ecológicos, despidos masivos, relaciones extremas de explotación del trabajo, explotación
sexual, hambrunas, racismo, discriminación, xenofobia, fundamentalismos, serán algunos de los
rostros apocalípticos sobre los que hará mención Bensaïd en reiteradas ocasiones y cuya subsistencia, a
su juicio, estará alimentada por el desarrollo del capitalismo.
246
concurren tiempos y líneas desacordes sin destino previo, y sea la nueva escritura de
que se encargará de mostrar aquellos posibles que han sido partícipes y protagonistas
en el teatro de las tensiones en las que se gesta y emerge, así como las condiciones
acontecimiento que ofrece Bensaïd, toda vez que estas ocupan un lugar central en el
125
Sobre este aspecto véase la Introducción a los Grundrisse, especialmente el “Método de la
Economía Política” (K. Marx, Elementos fundamentales para la crítica de la economía política
(Grundrisse) 1857-1858. México DF: Siglo XXI Editores, 2007).
126
D. Bensaïd, “Y sin embargo, cava”, Resistencias, op. cit., p. 164.
247
la política, nuestro autor echa mano del pasaje de una carta que escribe Karl Marx a
Desde luego, sería muy cómodo hacer la historia universal si la lucha se pudiese emprender
sólo en condiciones infaliblemente favorables. De otra parte, la historia tendría un carácter
muy místico si las ‘casualidades’ no desempeñasen ningún papel. Como es natural, las
casualidades forman parte del curso general del desarrollo y son compensadas por otras
casualidades. Pero la aceleración o la lentitud del desarrollo dependen en grado considerable
de estas ‘casualidades’, entre las que figura el carácter de los hombres que encabezan el
movimiento al iniciarse éste.127
contrario, parece ser este un ingrediente fundamental para evitar que la historia caiga
como cosa natural el hecho de que las casualidades “forman parte del curso general
del desarrollo”. ¿Quiere decir esto que el azar es inherente al desarrollo histórico o
que, en cambio, no puede pensarse el desarrollo histórico al margen del azar? ¿Es que
127
Karl Marx, “Carta a Ludwig Kugelmann. En Hannover”, Marxists Internet Archive [Web],
<https://www.marxists.org/espanol/m-e/cartas/m17-4-71.htm>. (Consultado el 29/06/2014).
248
queda inscrito en las dinámicas críticas, discontinuas y conflictivas del capital. Sin
neutralizado en el mismo momento en que se lo inscribe dentro del “gran relato del
progreso”.
se preguntará Bensaïd.
capítulo de nuestro trabajo pudimos ver cómo él encuentra en Marx las claves para
no a la luz de una narrativa lineal u homogénea. Así como el desarrollo de las fuerzas
productivas (materiales, tecnológicas, culturales, etc.) ofrece un campo cada vez más
128
Bensaïd se refiere especialmente al proceso contrarrevolucionario que logró imponerse a los pocos
años de la Revolución bolchevique luego de la muerte de Lenin. Véase de León Trotsky, “El
Thermidor soviético”, La revolución traicionada, Argentina, El Yunque Editora, s.f.
249
“barbarie”.
Si bien en la obra de Marx son frecuentes los pasajes optimistas con respecto al
el fragmento que citamos en el primer capítulo para dar cuenta de este aspecto:
En nuestros días todo parece lleno de contradicción. Se nos regaló la máquina con el
poder maravilloso de acortar y fructificar el trabajo humano, y continuamos hambrientos
y extenuados. Las novedosas fuentes de riqueza, por un extraño y horroroso hechizo, se
convirtieron en fuentes de necesidades. Las victorias del arte parecieron cambiarse por
las pérdidas del carácter. A la vez que el hombre domina la naturaleza, el hombre se
hace esclavo de otros hombres o de su propia infamia. Incluso la luz pura de la ciencia
parece incapaz de alumbrar el oscuro rincón de la ignorancia. Todos los progresos e
invenciones parecen dotar a las fuerzas materiales de vida intelectual y embrutecer la
vida humana dentro de una fuerza material. Este antagonismo entre la ciencia y la
industria modernas por un lado, entre la miseria y la disolución por el otro; este
antagonismo entre las fuerzas productivas y las relaciones sociales de nuestra época es
un hecho palpable, abrumador e incontrovertible. 129
En el propio Manifiesto comunista mostrará las dos caras del desenlace que
Luego de advertir de los riesgos sacramentales a los que se exponen tanto una
visión optimista del desarrollo histórico como aquella que niega la proyección de
verdad, cuando la historia duda ante un punto de bifurcación donde se abren los
130
C. Marx y F. Engels, El manifiesto comunista, Nueva York, Pathfinder Press, 2001, p. 22.
131
D. Bensaïd, “Y sin embargo, cava”, Resistencias…, op. cit., p. 169.
251
Este recordatorio del sentido etimológico del término crisis nos recuerda que este
es tanto una separación como una decisión. La crisis es el punto en el que la decisión
está obligada a comparecer. Los ramales se bifurcan, y hay que emprender caminos.
tiempo quebrado, salpicado de crisis y de instantes propicios para la acción (…) sin
tiempos del capital la clave para comprender los momentos de ruptura e irrupción que
de la política estratégica.
espacio homogéneo. No sólo la política tiene una temporalidad propia, sino que la
coyunturas caóticas e imprevisibles; ella abre fisuras sin desenlace: oportunidad para
el acontecimiento, nada puede decirse del destino ulterior en el camino del topo.
Pero hay otra veta en la potencialidad estratégica de la noción crisis que nuestro
debe ser abordada no solamente a la luz de las dinámicas y ritmos del capital, sino a
133
Antoine Artous, “Daniel Bensaïd o la política del arte estratégico”, La política como arte
estratégico, Madrid, La Oveja Negra / Viento Sur, 2013, p. 14.
253
Por sí mismo, el malestar saca a flote las dolencias, quebrantos y fracasos del
estallar el campo de los posibles. Ella devela y muestra las fisuras maquilladas bajo el
manto de las leyes y las gestiones de Estado; discrimina y selecciona cruces, alianzas,
que suponen las asincronías del proceso de producción y de reproducción del capital,
así como las resistencias subterráneas que le confrontan. Esto no quiere decir, no
obstante, que las crisis económicas, sociales o políticas sean las causas del
planteado por Badiou como condición de ser del acontecimiento, toma en Bensaïd la
como decisión).
globales que trasciende los límites parciales de una crisis en la economía productiva,
254
comercial y/o financiera. Se trata de aquella crisis que, bajo la forma de catástrofe, ya
modernidad capitalista. Nos dice Bensaïd: “Se trata de otra cosa, que ya no es la crisis
año 2001, estas líneas parecieran estar referidas al proceso de crisis que hizo estallido
catástrofe que, sin embargo, puede ser conjurada por el trabajo incansable del topo.
Pero así como anuncia catástrofes, esta crisis revela tiempos de irreverencias y
Street y, más recientemente, las protestas en Ferguson luego del asesinato del joven
malestar, ¿cómo puede ser conjurada?, ¿cómo hacer saltar la historia? He allí el
134
D. Bensaïd, “Y sin embargo, cava”, Resistencias…, op. cit., p. 173.
255
desafío estratégico con el que Bensaïd deja abierta esta exploración filosófica y
historia se bifurcan. Sea esta una tarea política que, a su juicio, reclama ser tratada
delantera”135.
termina de cicatrizar sus heridas. Para ello, creerá necesario “mantenerse firme a la
disponible a la contingencia del segundo sin perder el hilo del primero. Es el propio
Feuerbach. En los albores del nuevo siglo, se trata no solamente de articular filosófica
política estratégica para conjurar la catástrofe del orden social existente… “Es el
135
Ibid., p. 174.
136
D. Bensaïd, “Epílogo. De topos y de profetas”, Resistencias…, op. cit., pp. 180 y s.
256
CONCLUSIONES
particularmente revisar la forma en que Daniel Bensaïd articula dos categorías que
idea de historia suele ir acompañada de una consideración continua del tiempo cuyo
movimiento sigue las tramas de un sentido lineal e inteligible. Por el otro, la idea de
sin tener más condiciones que las que derivan de su propia emergencia, logra romper
una historia tejida con los estremecimientos del acontecimiento y, al mismo tiempo,
Forma parte del sentido común filosófico y político –tanto de detractores como
de apóstoles– ver en la concepción sobre la historia postulada por Karl Marx una
postulará una nueva escritura de la historia que le servirá de fundamento para pensar
con los cuales Bensaïd asume la teoría de Marx, entendida esta como una crítica a la
las claves para la constitución de una nueva escritura cuyo alfabeto se encuentra
escrito en los Grundrisse. Esta nueva escritura postulará, según nuestro autor, una
nueva organización del tiempo que estará marcada por ciclos, ritmos, crisis y
contratiempos.
histórico” es una fórmula cuyo propietario se encuentra en los “exégetas” más que en
el propio Marx.
historia en la cual Marx encontrará las claves del cambio histórico en la conjunción
concreta de los seres humanos en sus relaciones sociales y no en la mirada parcial que
debate que establece con Karl Popper y con Gerald Cohen le servirá para confrontar
los reduccionismos a los que se ha visto el pensamiento de Marx y, con ello, destacar
los elementos que esta nueva lectura ofrece para la articulación entre historia y
acontecimiento.
Francia, serán algunos de los textos que le servirán a Bensaïd para destacar de la obra
de Marx una perspectiva profana de la historia que, al tiempo que supone el desplome
acontecimiento.
por León Trotsky, una de las claves para comprender los procesos históricos a la luz
subyace una crítica a la concepción lineal del tiempo, y cómo aquella concibe al
lo que abre a la comprensión de una temporalidad otra y, con ello, de una concepción
Bensaïd recupera este carácter profano del mesianismo para resaltar la forma en la
trabajo de zapa del topo a la irrupción imprevisible que hace saltar los posibles de los
vencidos.
Que los escritos políticos de Karl Marx referidos por Bensaïd ofrecen, a su juicio,
mecánicos del reloj y del calendario– en la cual las demandas del pasado, del presente
historia son tomadas tanto de la tradición marxista venida de León Trotsky, como de
la crítica a la razón histórica desplegada por Walter Benjamin en las tesis sobre la
historia.
tiempos.
Que, frente a estas, Bensaïd apela a la restitución del horizonte estratégico como
de los oprimidos.
partiendo de las claves tomadas del núcleo del pensamiento de Karl Marx y de la
tradición que se desprende de León Trotsky y Walter Benjamin, es una expresión del
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