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Apuntes sobre Filosofía de las Ciencias y del Arte 1

APUNTES DE FILOSOFÍA DE LA CIENCIA Y DEL ARTE (1999)


Lic. Christián C. Carman

Introducción: Problemas en la definición de la ciencia

La definición de la Ciencia, objeto de la filosofía de la ciencia

1. La filosofía de las ciencias es, como su nombre lo indica, la parte de la filosofía que
estudia las ciencias. La ciencia, por lo tanto, es el objeto de esta disciplina que, por
ser filosófica utilizará el método propio de la filosofía. La filosofía conoce sus
objetos desde sus causas primeras o últimas, intentando alcanzar la esencia. La
esencia de una cosa la expresamos por medio de una definición. Así, la esencia del
hombre coincide con su definición de “animal racional”. El objetivo de la filosofía
de las ciencias será, entonces, establecer en un primer momento una definición de la
ciencia.

2. Una buena definición debe tener dos partes claramente distintas: el género próximo
y la diferencia específica. El primero expresa el “conjunto” más pequeño dentro del
cual se encuentra lo que intentamos definir (en el caso del hombre la animalidad) y
la diferencia específica expresa justamente la característica (que tienen todos y cada
uno de los elementos del conjunto definido y solamente ellos) que diferencia lo que
queremos definir del resto de los integrantes del género próximo (en el caso del
hombre la “racionalidad” que lo distingue del resto de los animales)

3. En muchos casos no hay una única propiedad que comparten todos y solamente
ellos, por lo que aparentemente podría haber varias definiciones alternativas. En el
caso del hombre, por ejemplo, además de ser el único animal racional, es el único
“risible” (que se ríe) o el único “parlante” (que habla), etc. En estos casos la mejor
definición es aquella que expresa la propiedad más fundamental. La racionalidad del
hombre fundamenta su capacidad de reír (porque “entiende” un chiste puede reírse)
y su capacidad de hablar (porque piensa, tiene algo que decir). Así la racionalidad es
la diferencia específica y las otras propiedades (que comparten todos pero no son la
esencial) se las llama simplemente “propios”.

4. ¿Cómo establecemos usualmente una definición? ¿Qué método podemos seguir para
establecer una definición? El camino más lógico sería recoger varios casos de
“ciencia” y ver qué tienen todos y nada más que ellos en común. Y, si hay varias
características, buscar cuál es la más fundamental. (Si quisiéramos establecer la
definición de “perro”, por ejemplo, investigaríamos varios perros para ver que
tienen todos ellos y nada más que ellos en común, hasta que, posiblemente
llegáramos a su “capacidad de ladrar” (aunque es un propio y no la diferencia
específica)).

5. Pero, inmediatamente surge un problema: ¿Cómo puedo buscar casos de ciencia


para analizar si no sé lo que es la ciencia? Hay aquí un aparente círculo vicioso.
Necesito conocer la definición de ciencia para elegir algunos casos y necesito elegir
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los casos para conocer la definición. Si se nos pidiera definir un “emigénico”


nosotros pediríamos alguna característica para poder identificarlos y estudiarlos a fin
de encontrar una definición, pero con razón se nos podría responder a nuestra
petición que no puede dársenos ninguna característica porque no se la tiene,
justamente por ello se nos pide que lo definamos.

6. La salida más natural a este aparente círculo vicioso es analizar “lo que los hombres
llaman ciencia”. Es el camino que seguían los antiguos (y aún hoy tiene prestigio).
Si queremos saber lo que es, por ejemplo, el alma, veamos los casos en los que se
utiliza el término y purifiquemos su uso hasta encontrar la definición. Por ejemplo
se habla de “animales”, de “dibujos animados”, de “poner el alma en un partido”, de
una “persona desalmada”, de un “cuerpo inanimado”. No es difícil relacionar, en
todos los casos al alma con el movimiento intrínseco y por lo tanto, con la vida.
Veamos, entonces, lo que los hombres llaman ciencia y abstraigamos de allí una
definición. Pero, al intentar este nuevo camino, no son menores las dificultades.
Mencionaremos las seis principales:

Seis problemas para definir la ciencia

7. El primer problema lo podríamos llamar “cambio de significado a lo largo de la


historia” y consiste en que lo que los hombres llaman ciencia ha cambiado a lo
largo de los siglos en, por lo menos, tres sentidos. En primer lugar lo que ayer era
considerado ciencia hoy ya no lo es: la magia, la alquimia, la astrología son claros
ejemplos. En segundo lugar lo que hoy llamamos ciencia, ayer no era considerado
tal. Pensemos simplemente en la psicología y las fuertes discusiones que provocó su
cientificidad a fines del siglo pasado y principios de éste. En tercer lugar, aquellas
ciencias que, aparentemente siempre han sido consideradas tales (como la
astronomía), han cambiado su discurso muchísimas veces a lo largo de la historia,
tanto como para hacer imposible la continuidad. Es decir, afirmaciones que ayer
eran consideradas científicas, hoy ya no lo son. (la tierra está en el centro del
universo, la tierra no se mueve, el mal olor que se desprende de los cuerpos en
putrefacción produce enfermedades, etc.)

8. La segunda dificultad podríamos definirla como “no hay absoluto acuerdo en la


aplicación del término”. Es decir, si uno, ante la dificultad anterior, decidiera
simplemente restringir el uso del término a la actualidad, descubriría que aún hoy el
término es utilizado sin consenso. Muchos sostienen que la parapsicología, las
medicinas orientales o alternativas (los “yuyos”, la acupuntura), la sexología, la
futurología (los horóscopos, “tirar las cartas”, etc.) son ciencia, pero muchísimos
otros sostienen que no lo son. ¿Es Horangel un científico?

9. Resignándose a asumir las dos dificultades anteriores uno aún podría abrigar la
esperanza de basar su definición de ciencia en aquellas actividades que hoy son
consideradas tales por la mayoría, porque, aún cuando es innegable que hay muchas
de las cuales se duda, también hay varias que parecen gozar de un consenso
generalizado (la astronomía, la matemática, la biología, la geometría, etc. ¿quién
duda que son ciencia?) Pero aquí aparece la tercer dificultad: aún lo que se acuerda
en llamar ciencia hoy es muy diverso y por lo tanto es sumamente complicado
encontrar un elemento en común, una diferencia específica de todas las ciencias.
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¿qué tienen que ver la historia y el álgebra, la geometría y la psicología, la


parasitología y la sociología?

10. Pero esto no es todo. ¿Cuando decimos “lo que los hombres llaman ciencia”, a qué
hombres nos referimos? ¿Al hombre común? No parece el más indicado para
responder, al menos que asumamos que la verdad depende (como casi todo hoy en
día) de la opinión de la mayoría. Bastaría hacer una simple encuesta para ver la
diversidad y el disparate de las respuestas del hombre común. Pero, preguntemos a
los que saben, preguntemos a los científicos. Enseguida aparece una dificultad: si no
sabemos qué es la ciencia, ¿cómo sabremos quienes son científicos?, por otro lado,
sabiendo que lo que dicen que hacen muchas veces no coinciden con lo que
realmente hacen, ¿qué tomaremos como base de nuestras investigaciones, lo que
hacen o lo que dicen que hacen? Finalmente, que una persona realice con éxito una
actividad, no implica necesariamente que haya reflexionado lo suficiente como para
conocerla y explicarla con precisión. Son dos actividades muy distintas. Por eso
Imre Lakatos (que luego estudiaremos) decía que “un científico sabe tanto de
epistemología como un pez de hidrodinámica”. Diego Maradona juega mejor al
fútbol que Enrique Macaya Márquez, pero éste último lo entiende mejor.
Preguntemos, entonces, a un “Macaya” de la ciencia, es decir, no al que la practica
sino al que la estudia, a un epistemólogo. Pero los problemas son similares, si no
sabemos qué es la ciencia no sabemos tampoco quién la estudia. Además, si
prestamos atención a lo que los que se llaman epistemólogos dicen, veremos que
hay tantas epistemologías (es decir definiciones de la ciencia) cuántos
epistemólogos hay. El cuarto problema es, entonces, que no hay una autoridad
reconocida.

11. Además, la ciencia es una especialidad y como tal no todos la conocen en


profundidad. Sólo unos pocos estarían capacitados para definirla. No es lo mismo
buscar la definición de un árbol que la definición de ciencia. Además, no se puede
ser especialista en todas las ciencias, por lo tanto cualquier definición va a ser
necesariamente parcial.

12. Finalmente, la última dificultad consiste en que no hay un absoluto desinterés en


la búsqueda de la definición de ciencia, pues que una actividad sea considerada
ciencia le da mucho prestigio (y junto con el prestigio la fama, el poder, medios
económicos, etc.) Es como obtener la ciudadanía europea, obtenerla otorga ciertos
beneficios o tener American Express, “pertencer, tiene sus privilegios”.

13. A esta altura tenemos dos posibilidades, o dejamos de dar vueltas y damos
finalmente una definición de ciencia o reconocemos que no hay una posible
definición, que por lo tanto la filosofía de la ciencia es imposible y damos por
terminado el curso. Ni lo uno ni lo otro, no tenemos una definición precisa de lo que
es la ciencia, pero tampoco debemos resignarnos a no buscarla, después de todo, las
seis dificultades que vimos son sólo eso, sólo dificultades, ninguna demuestra que la
ciencia no pueda definirse.
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Posible solución

14. Hay dos pequeños faros que nos pueden guiar en nuestra búsqueda de la definición
de ciencia. En primer lugar no puede negarse que hay cierto acuerdo general,
aunque no pueda explicitarse, hay cierto acuerdo implícito, cierto terreno en
común, si no, no podría discutirse el tema. Todos sabemos más o menos que la
ciencia es cierto tipo de conocimiento riguroso o intento de conocimiento con un
intento de fundamentación o rigor. Por otro lado hay ciertos ejemplos
paradigmáticos que cualquier intento de definición trata de incluir, que nos guían
en la búsqueda y que su exclusión dentro de la definición de ciencia mostraría que la
definición no es correcta. Nadie puede negar que lo que han hecho Galileo, Newton,
Einstein, Planck, Pasteur, Lavosier, es ciencia, cualquiera sea su definición. Y
también hay ejemplos paradigmáticos negativos, todos sabemos que lo que hay
hecho Maradona, Porcel, Olmedo, Tyson, no es ciencia.

15. Asumiremos, a lo largo del curso, una perspectiva histórica para tratar de llegar,
estudiando lo que los hombres consagrados han denominado ciencia, a una correcta
definición de la misma.

Física Relativista
y Cúantica

Sistema
Copernicano,
Física
Newtoniana

Sistema Ptolemaico
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Platón
El cambio y la permanencia en los filósofos presocráticos

16. El problema del cambio y la permanencia preocupó a los filósofos desde el


comienzo mismo de la filosofía. Por un lado vemos (es un dato de experiencia) que
las cosas cambian continuamente: la rosa hoy florece y mañana se marchita, ahora
hay luz y dentro de un rato ya no, hoy estoy vivo y mañana no, etc. ; y por otro lado
necesitamos que haya cierta permanencia en la realidad para que podamos hablar de
conocimiento, si todo cambia ¿qué es lo que conozco? Si conozco una realidad en
un determinado momento, pero esa realidad ha cambiado, entonces ya no la conozco
más. Y como la ciencia es un tipo de conocimiento (cf. Párr. 14), para que haya
ciencia es necesaria cierta permanencia. Por otro lado en todo cambio hay un sujeto
del cambio, algo que no cambia, que permanece estable por debajo del cambio
(cuando una manzana cambia de verde a roja, la manzana, en cuanto manzana no ha
cambiado. La manzana, lo estable, es el sujeto del cambio)

17. Los primeros filósofos (llamados también físicos o cosmólogos) buscaban algo
permanente que estuviera detrás de todos los cambios, que permaneciera y se
encontrara presente en toda la realidad. Buscaban un principio (“arjé” en griego) de
todas las cosas. Así, Tales de Mileto consideró que el agua era el arjé, todas las
cosas estaban compuestas, en cierta medida, de agua.

18. Anaximandro se opone a Tales afirmando que el agua no puede estar presente en
todos pues el agua tiene contrario (el fuego) y no puede estar presente en su
contrario sin destruirlo (el agua no puede estar en el fuego sin apagarlo). El arjé, por
lo tanto, no debía tener contrario. Y como cualquier determinación posee su
contrario, Anaximandro sostuvo que el principio de todas las cosas era “lo
indeterminado”, “lo infinito” (en griego: tò àpeiron). Una sustancia indeterminada,
invisible, presente en todas las cosas.

19. Anaxímenes, a su vez, critica a Anaximandro afirmando que aquello invisible y sin
contrario que buscaba no era esa substancia tan extraña de la que él hablaba sino
simplemente el aire (que, justamente, es invisible y no tiene contrario)

20. Evidentemente este divorcio entre cambio y permanencia no era fácil de conciliar,
por lo que algunos, directamente, optaron por uno negando directamente el otro. Es
el caso de Heráclito y Parménides. El primero negó la estabilidad llegando a afirmar
que “todo cambia” o que “no te bañas dos veces en el mismo río” (se supone:
porque el río ya no es el mismo). Frente al conflicto entre la razón que le dice que
algo debe permanecer y los sentidos que le muestran que todo cambia, Heráclito
opta por el cambio, negándole valor a la razón.

21. Parménides, en cambio, dirá que los sentidos son falsos y engañosos, y que por lo
tanto, cuando nos muestran que las cosas cambian, simplemente nos están
engañando, las cosas no pueden cambiar (nos enseña la razón) porque “el ser es y no
puede dejar de ser y el no ser no es y no puede empezar a ser” pero todo cambio
implica un dejar de ser algo para pasar a ser otra cosa, por lo tanto es contradictorio.
Si los sentidos me muestran que las cosas cambian me están engañando.
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22. Si invitáramos a Heráclito y a Parménides a un show de David Copperfield,


Heráclito sostendría que lo que ve es real, aunque aparentemente sea contradictorio
(que una persona salga ilesa luego de ser atravesada por espadas, que David
desaparezca de un lugar y aparezca instantáneamente en otro, que haga desaparecer
un avión o que él mismo vuele) en cambio Parménides diría: “no, los sentidos nos
están engañando, es un truco porque es obvio que lo que veo no puede ser verdad”.
Aunque las posiciones de estos dos autores son un poco extremistas, sin embargo, el
conflicto que intentaron resolver se vive a diario y, habitualmente, optamos por
alguno de los dos. Cuando hay una aparente contradicción entre lo que me muestran
mis sentidos y lo que yo sé que tiene que ser, normalmente o negamos valor a
nuestros sentidos (sostenemos que es una alucinación, espejismo, etc.) o entra en
crisis toda nuestra manera de entender la realidad. Por ejemplo si frente a mí se
presentara ahora mi abuela “vivita y coleando” que sé que murió hace años, que
estoy seguro de que murió, tendré que optar entre lo que me muestran mis sentidos
(mi abuela está frente a mí, viva) o negar un principio de razón que considero
indiscutible (los muertos normalmente no resucitan).

Cambio y Permanencia en Platón

23. Platón fue, sin duda, el filósofos más grande de toda la antigüedad
y, posiblemente, el pensador que más ha influido en la cultura
occidental. Tanto es así que Witehead ha llegado a afirmar que
todo el pensamiento occidental no es más que notas a pié de
página de los diálogos platónicos. Fundó la Academia (escuela de
filosofía que duró casi 1000 años, al pie del monte Academos –de
ahí el nombre).
Platón
24. ¿Qué solución da Platón al problema del cambio y la permanencia? (427-347 A.C.)
Digamos, un poco simplísticamente, que evita la pelea dándole a
cada uno un mundo propio. El mundo sensible donde todo cambia, nada permanece,
donde los sentidos nos pueden engañar y no hay verdadero conocimiento (porque no
hay nada estable), un mundo donde Heráclito tendría razón por un lado y por otro el
mundo de las Ideas, un mundo perfecto, inmutable, donde puede haber
conocimiento y ciencia, el mundo de Parménides.

Mundo de las Ideas en Platón

25. ¿Cómo llegó Platón a sostener la existencia de un mundo distinto al sensible pero
más real, morada de las ideas perfectas e inmutables? Ante todo hay que aclarar que
no es ridículo pensar en un mundo semejante. Los cristianos, por ejemplo, creemos
en un mundo distinto, “paralelo” si se quiere, trascendente a éste pero más real,
donde habita Dios, los ángeles y los santos y donde estaremos, esperamos, algún
día. De hecho San Agustín simplemente meterá todo el mundo de las Ideas
platónico en el pensamiento de Dios y así conciliará el pensamiento platónico con el
cristiano.

26. ¿Cómo llego a obtener la idea perfecta de una cosa imperfecta? -se pregunta Platón.
Es decir: las cosas que vemos en este mundo cambian constantemente y por lo tanto
son imperfectas, porque el cambio es signo de imperfección. Pero, por otro lado
encuentro en mí ideas perfectas, inmutables: la idea de Belleza, de Justicia, etc. son
ideas que están presentes en mí y que no cambian: ¿de dónde saqué yo la idea de
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belleza? No puedo haberla obtenido de ningún habitante del mundo sensible que
hoy es bello, pero sólo en parte, y mañana ya no lo es. Evidentemente, dice Platón,
porque la idea está en mí la he recibido en otro momento y de otros objetos, de
objetos perfectos. El otro momento es la vida (anterior a esta vida) donde nuestras
almas (todavía sin cuerpo), habitando el mundo de las Ideas, las contemplaban en
paz. Los otros objetos son estas ideas perfectas. (ver texto 1 y 2)

27. Las cosas sensibles simplemente me hacen acordar de las ideas perfectas que
contemplé en el otro mundo. ¿Cómo puedo yo reconocer a una persona viendo sólo
su sombra? La puedo reconocer porque anteriormente la he visto en persona. Así al
ver una flor más o menos bella mi alma recuerda la idea perfecta de belleza que
contemplé en una vida anterior.

28. Veamos algunas características de estas ideas: 1) Aunque siempre han sido llamadas
“ideas” no tienen que confundirse con “ideas mentales”, ideas subjetivas, no
dependen de nuestra inteligencia para existir, ni existen en nuestra mente. Tienen
una existencia objetiva, trascendente (que trasciende nuestra inteligencia) en un
mundo aparte, por eso es mejor llamarlas “formas” que “ideas”.

29. 2) Estas ideas no sólo trascienden nuestro conocimiento, sino que también a los
mismos objetos sensibles. No están presentes en las cosas. La idea perfecta de
belleza no está en cada flor bella, sino en mundo aparte. Pero esto no quiere decir
que no tienen ninguna relación con el mundo sensible. Las ideas son “modelos” de
las cosas sensibles, éstas los imitan imperfectamente, pero los imitan (como un
cuadro a un paisaje o como la sombra a su objeto) Son copias imperfectas, pálidas,
pero lo suficientemente fieles como para que susciten en nosotros el recuerdo. (ver
texto 3 y 4)

30. 3) Tienen, las ideas, mayor realidad ontológica, mayor peso ontológico, es decir, son
más reales, más verdaderas que las cosas sensibles. Para nosotros, influidos por el
empirismo, es difícil entenderlo porque vemos como más real lo que podemos tocar,
pero de la misma manera que Dios es más real que sus creaturas, o un modelo que
su cuadro, o un hombre que su sombra o la luna que su reflejo en el agua, las ideas
son más reales que sus imitaciones sensibles.

31. 4) Existe, entonces, entre las ideas y las cosas una relación de participación. Las
cosas “participan” imperfectamente de la perfección de las ideas. El objeto sensible
es manifestación pobre, “en blanco y negro”, “en dos dimensiones” de las ideas.

32. Teniendo en cuenta todo cuanto hemos visto: ¿cómo se da el conocimiento en


Platón? El conocimiento verdadero no se da por lo sensible porque lo sensible
cambia constantemente y porque los sentidos son engañosos (si tomo agua después
de tomar un helado me parecerá tibia y después de una pastilla de menta me
parecerá helada, sin embargo la temperatura no cambió; cuando camino parece que
la luna me siguiera; en la ruta vemos espejismos; cuando introduzco un lápiz en un
vaso con agua parece partirse). Sin embargo los sentidos me hacen “saltar” al
mundo de las Ideas, por medio del recuerdo funcionan como trampolín para el
verdadero conocimiento, que es el conocimiento de las ideas. Sólo hay verdadero
conocimiento cuando alcanzo las ideas, (cuando las recuerdo) porque sólo ellas son
estables. La ciencia es, para Platón, conocimiento de las ideas, y se da por medio de
la reminiscencia (recuerdo).
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33. Platón, en la famosa alegoría de la línea (ver texto 7) describe los tipos de
conocimiento que corresponden a cada realidad. Cuanto la realidad es más perfecta,
más perfecto es el tipo de conocimiento. He aquí un cuadro que resume la alegoría.

ALEGORÍA DE LA LÍNEA

NIVEL GNOSOLÓGICO NIVEL ONTOLÓGICO

Intelección (de idea


en idea)
Ideas

CIENCIA MUNDO
(EPISTEME) Razonamiento (parte de Entes Matemáticos INTELIGIBLE
principios hipotéticos (figuras geométricas
apoyados en lo sensible) abstractas)

Creencia (opinión) Entes Materiales


(copias)
OPINIÓN MUNDO
(DOXA) Imágenes, reflejos, SENSIBLE
Imaginación sombras de los objetos
(conocimiento de las sensibles (copias de
imágenes) copias)
Reflejo de...
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Aristóteles
34. Aristóteles fue, sin duda, el más grande discípulo de Platón.
Convivió con él más de veinte años estudiando en la
Academia. Finalmente funda su propia escuela de filosofía
llamada “Liceo” que, aún cuando tuvo una importantísima
influencia, nunca llegó a competir con la Academia. Aunque
suele verse a Aristóteles como opuesto a Platón,
evidentemente ha recibido de su maestro una tremenda
influencia y su filosofía no podría entenderse sin la de su
maestro. Sin embargo tampoco podría entenderse sin la de
otro personaje que influyó profundamente en el espíritu
aristotélico: Nicómaco, el mismo padre de Aristóteles, que Aristóteles
había sido un prestigioso médico en Atenas. (384-322 A.C.)

35. Por un lado, entonces, tiene su filosofía una fuerte tendencia


(heredada de Platón) hacia lo abstracto, lo espiritual, lo trascendente, lo racional; por
otro una no menos fuerte tendencia hacia lo concreto, lo material, lo inmanente, lo
empírico. Por no encontrarse este aspecto en Platón, suele destacarse sólo esta parte
del pensamiento aristotélico, pero la otra (la trascendente) está muy presente
también.

36. Dicho un poco groseramente


podemos decir que la filosofía
de Aristóteles consiste en
“colgarse” del mundo de las
Ideas de Platón y traerlo hacia
el mundo sensible. En
Aristóteles las ideas que en
Platón estaban en un mundo
lejano y distinto, estarán
encarnadas en este mundo. El
perro sensible no será un simple
imitador de la Idea de Perro
perfecta que ladra feliz en el
mundo de las Ideas sino que
será una encarnación sensible,
finita e imperfecta de la misma
idea (en Aristóteles sin
mayúscula) que, por lo tanto,
no habita otro mundo. Puede
entonces ya verse que la
tendencia de la filosofía de las
ciencias en Aristóteles será
apuntada mucho más hacia el En esta imagen (detalle de la Escuela de Atenas de
mundo sensible que en su Rafael) puede observarse al Maestro a la derecha y su
maestro. La ciencia será la Discípulo. Platón apunta hacia el cielo su mano
búsqueda de lo inmutable e derecha como simbolizando toda su filosofía,
Aristóteles en cambio, parece frenar, con su mano
imperecedero en lo mutable y hacia la tierra, la tendencia de su maestro.
sensible (ver texto 13)
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Modos de Conocer en Aristóteles

37. En el comienzo de la Metafísica (ver texto 6), Aristóteles distingue seis modos de
conocer. En primer lugar está la experiencia o memoria, forma de conocimiento
que el hombre comparte con algunos animales superiores. Es un conocimiento
exclusivamente de lo concreto y no se conoce por las causas, por lo tanto no es un
conocimiento que pueda ser transmitido. Por ejemplo el hombre de campo, que no
ha estudiado meteorología, sabe, sin embargo, cuando va a llover (aunque no sabe
por qué –o sea no conoce la causa-) sabe que tal planta robustece a tal animal o que
tal hoja lo cura de tal enfermedad, aunque, insistimos, no conoce las causas.

38. La principal diferencia entre el conocimiento del hombre y de los animales es que el
hombre conoce universales y los animales no. Un perro, por ejemplo, puede saber
que su dueño le da de comer, pero no que “todos los dueños dan de comer a sus
perros”. Por eso, excepto el primer tipo de conocimiento (que es exclusivamente
concreto) todos los demás son propios del hombre. El segundo modo de conocer
Aristóteles lo llama técnica y consiste en “saber hacer algo”, sea ese algo de utilidad
(y entonces sería lo que hoy llamamos técnica) sea para expresar belleza (y hoy lo
llamaríamos arte). En este caso sí hay conocimiento de la causa y por lo tanto se
conoce el universal (porque conozco la causa puedo estar seguro de que se aplica a
todos los casos). Un médico sabe por qué tal virus puede ser combatido con tal
medicación (conoce la causa) y sabe, por lo tanto, que todas las personas que
padecen ese virus serán curadas con esa medicación (conocimiento universal). Con
esta forma de conocimiento se sabe más y mejor que con la anterior. Más porque
mientras en el primero se conocen algunos casos aislados, en ésta se conoce el
universal y mejor porque se conoce el por qué. Y porque se conoce la causa es
transmisible, puede ser enseñado y aprendido.

39. El tercer modo de conocer es la prudencia que consiste no en un saber hacer sino
en un saber obrar. Se suele distinguir entre “hacer” que es realizar acciones cuyo
efecto es exterior (construir una casa) y “obrar” que consiste en realizar acciones
con efectos internos, inmanentes (realizar una obra de bien cuyo efecto es
perfeccionar a la persona). La prudencia es saber manejarse en este último sentido,
es conocer los principios universales de la moral y saber aplicarlos a cada caso
concreto.

40. Luego viene, en la clasificación aristotélica, la ciencia, que la desarrollaremos con


mayor amplitud un poco más abajo.

41. El quinto modo de conocer aristotélico es la inteligencia de los primeros


principios (intellectus, “nous”), consiste en la captación intelectual inmediata de los
principios evidentes tales como “nada puede ser y no ser al mismo tiempo bajo el
mismo respecto”, “el todo es mayor que la parte”, “todo ente es idéntico a sí
mismo”. Son principios que no necesitan demostración una vez entendidos, se
entiende la necesidad de su verdad.

42. Finalmente habla Aristóteles de la sabiduría que consistiría el conocimiento de


todas las realidades desde sus causas más profundas, más universales, coincidiría
con la metafísica, es decir, con el estudio del “ente en cuanto ente”
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Definición aristotélica de Ciencia

43. Veamos ahora sí, en detalle, la concepción aristotélica de la ciencia. Se suelen dar
dos definiciones de ciencia, una un poco más completa que la otra. Nosotros
daremos ambas y mostraremos cómo las características que faltan explícitamente en
la primera (la más corta) pueden deducirse si se la entiende correctamente. La
primera definición es “Conocimiento cierto por las causas” (definición 1) y la
segunda “conocimiento cierto y demostrativo por las causas en lo que éstas tienen
de universal y necesario” (definición 2). Analicemos cada uno de los elementos de
la primera definición.

44. Conocimiento: la ciencia consiste en mirar la realidad, contemplar algo que me es


dado, algo que yo recibo, que no impongo. Ya que la ciencia trata de explicar lo que
las cosas son, primero es necesario observar, mirar la realidad. (Esta actitud
contemplativa es muy importante. Por ejemplo si un empresario es designado
gerente de una empresa que no conoce, antes de implementar reformas y cambios,
antes de imponer las soluciones, debe tomarse un tiempo para conocer la empresa,
sus problemas, sus virtudes, su situación y recién después, habiendo contemplado,
estudiar las posibles medidas a tomar)

45. Contra esta concepción de la ciencia como conocimiento podemos poner como
ejemplo el nombre de la Cátedra, obligatoria para todos los alumnos de la U.B.A.,
de Introducción al Pensamiento Científico. ¿Puede existir un pensamiento
científico? Pensamiento no es lo mismo que conocimiento. El conocimiento
necesariamente está ligado a la verdad, no puedo conocer algo que no sea verdadero.
En cambio el pensamiento no lo está, puedo perfectamente pensar en realidades que
no son verdaderas. Puedo pensar en “Caperucita Roja”, pero no puedo conocerla.

46. Otro ejemplo puede ser el título de uno de los libros que pertenecen a la bibliografía
obligatoria de esa materia, escrito por la titular de la Cátedra, Esther Díaz, La
producción de los conceptos científicos. (Recordemos que concepto es el fruto de la
simple aprehensión. Cuando conocemos algo se forma en nosotros un concepto que
no es otra cosa que la forma misma de la cosa presente en nosotros).
Etimológicamente concepto viene de “concepción”. El concepto es el fruto de una
concepción. El hijo, por ejemplo es el concepto, (lo concebido) fruto de la
concepción de los padres. Para que haya una concepción es necesario que haya dos
(padre y madre para un hijo, inteligencia y realidad para un concepto mental) y
ambos son de una naturaleza semejante (el padre y la madre, la inteligencia y la
realidad). Además el concepto comparte la naturaleza de los que lo han concebido
(el hijo tiene la misma naturaleza que sus padres y el concepto tiene algo de la
inteligencia y algo de la realidad)

47. El efecto de una producción es un producto, no un concepto. Para una producción


también hacen falta dos, (productor y materia prima) pero no tienen la misma
naturaleza y el efecto, el producto refleja mucho más la naturaleza del productor (la
forma que el productor quiere imprimir) que la de la materia prima. Esto significa
que la ciencia no es conocimiento sino producto del científico, donde la realidad no
es respetada y conocida como algo que se me da y que yo no impongo sino que, por
el contrario, utilizo la realidad como materia prima para aplicarle mi teoría
científica.
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48. Queda entonces claro que para Aristóteles la ciencia es un conocimiento y por lo
tanto es conocimiento verdadero, la ciencia busca y alcanza la verdad.

49. Cierto: en este contexto no significa “verdadero”. Cierto, aquí significa, “con
certeza”. Certeza es la firme adhesión de nuestra inteligencia a una verdad. Cierto,
entonces, se opone a probable o a opinión (“creo que es así pero no estoy seguro,
acepto que podría ser de otra forma”)

50. La certeza puede ser inmediata o mediata. Inmediata cuando percibo la verdad por
medio de los sentidos (o de una intuición intelectual) pero sin mediación (in-
mediata) de ningún razonamiento. En la certeza mediata también mi inteligencia
está segura, no puede dudar, pero llego a la firme adhesión por medio de una
demostración. Demostrar es partir de una verdad conocida para dar a conocer una
desconocida. Siempre la certeza mediata supone la inmediata. No se puede
demostrar todo, es necesario partir de premisas indemostrables que son, justamente,
las que conocemos por certeza inmediata.

51. Por lo tanto la “demostración” jugará un papel fundamental en la ciencia aristotélica


ya que en ciencia la mayoría de las certezas son mediatas. Es evidente entonces, que
si se entiende bien, al hablar de conocimiento cierto Aristóteles afirma
implícitamente que es demostrativo. Decíamos recién que la demostración es un
razonamiento que parte de premisas conocidas para llegar a verdades desconocidas.
(ver texto 10) Pero ¿cómo llego a conocer las premisas de la demostración? Por
medio de otra demostración. Pero no es posible que siempre sea así pues caeríamos
en una regresión al infinito, en algún momento es necesario parar, conocer las
verdades con otro método. Si todo se deduce, nada se deduce. Bien, los principios
de los que parten las ciencias y de los que partirán las demostraciones se conocen
por medio de la inducción (es decir: el tipo de razonamiento que parte de datos
singulares para concluir verdades universales. De 1) este perro ladra, 2) este otro
perro ladra, 3) este otro también ladra induzco “Todos los perros ladran”)

52. Es muy importante destacar que para Aristóteles la inducción no es una mera
recolección de datos, la cantidad de datos no me demuestra nada. La inducción para
nuestro autor supone la inteligencia, (es decir la “lectura adentro” (intus lectus) de
los datos) mirando los casos se “entiende” que tiene que ser así. Por eso es posible
realizar una inducción de un único caso, porque en él entiendo que es necesario y
por lo tanto debe darse en todos.

53. Para Aristóteles, entonces, el conocimiento sigue el siguiente camino: parto de los
datos sensibles y por medio de la inducción me elevo a principios universales, luego
de estos principios parto para deducir conocimientos particulares.

54. La certeza puede también dividirse en objetiva y subjetiva. La certeza objetiva es


aquella a la cual le corresponde una verdad en la realidad, es decir, mi firme
adhesión tiene un correlato real, es verdadera. Pero puede suceder que nuestra
inteligencia esté absolutamente segura de algo falso. Cuando a la certeza no le
corresponde una realidad, la llamamos subjetiva porque reside solamente en el
sujeto, no tiene fundamento objetivo. Aristóteles no aclara que la certeza de la que
habla es la objetiva porque queda supuesta al hablar de conocimiento. Si es
conocimiento, es verdadero y, por lo tanto, si hay certeza, esa certeza es objetiva
Apuntes sobre Filosofía de las Ciencias y del Arte 13

55. Por las causas: Causa es aquello de lo que se sigue algo en el ser. Aristóteles, para
que haya ciencia, exigía tres requisitos (ver texto 9):

1) Conocer la causa (saber que la causa existe y cómo es)


2) Saber que la causa es justamente la causa.

3) Saber por qué la causa es la causa Y cuando conozco el por qué de la causa sé
que esa es la causa y que no puede ser otra y por lo tanto sé que es necesaria
(puesto que necesario es lo que no puede no ser) y al saber que es necesario sé
también que es universal pues si es necesario se dará en todos y en cada uno (y
universal es lo que se da en todos y cada uno). Si es necesario que los perros ladren,
todos y cada uno de los perros ladrarán. Descubro la relación íntima causal entre la
causa y el efecto. Sé realmente por qué es la causa (esta última no es respetada
actualmente por la ciencia) Queda entonces claro que al hablar de conocimiento
por las causas Aristóteles supone aquello de “en lo que éstas tienen de universal y
necesario”.

56. Existen cuatro tipos de causas, (ver texto 15) dos intrínsecas (causan al efecto
formando parte de él, no se distinguen realmente del efecto) y dos extrínsecas
(causan al efecto desde fuera, se distinguen realmente de él)

57. Las causas intrínsecas son la material y la formal. La causa material es aquello de lo
que se hace el efecto (la causa material de la estatua de bronce es el bronce). La
causa formal es lo que hace que la cosa sea lo que es y no otra cosa (la de la estatua
es la forma que el escultor le imprime)

58. Las causas extrínsecas son la eficiente y la final. La causa eficiente es el agente que
imprime la forma en la materia. Es la que “hace el efecto” (en la estatua es el
escultor, vemos que se distingue realmente del efecto) La causa final es aquello por
lo cual el agente obra, el fin que se propone el agente al realizar su obra. (en el
ejemplo de la estatua podría ser : expresar belleza, ganar dinero, etc.) Suele
distinguirse entre el fin del agente y el fin de la obra que pueden no coincidir. El fin
de una obra de arte es la expresión de belleza, pero el del artista puede muy bien ser
cualquier otro.

59. Es muy importante destacar la primacía que tiene en Aristóteles la causa final. Si no
tiene un fin el agente (la causa eficiente) no obra y si la causa eficiente no obra la
materia y la forma no se unen y el efecto no se produce, por lo tanto la causa final es
la primera de las causas. En la ciencia de Aristóteles las explicaciones finalistas
(teleológicas) tienen mucha importancia. En el renacimiento, con el nacimiento de la
“nueva ciencia” se perderá este tipo de explicaciones y recién resucitará en nuestro
siglo para las llamadas ciencias sociales.

60. Podemos, además, distinguir dos niveles de causalidad : las causas próximas y las
causas remotas (primeras o últimas). Por ejemplo a la pregunta de por qué murió
determinada persona puedo contestar diciendo que murió porque recibió un balazo
en la cabeza, pero también puede responderse aludiendo a la finitud del ser humano.
Ambas respuestas son verdaderas y válidas, pero una se refiere a las causas
próximas y la otra a las últimas. (como resumen, ver texto 17)
Apuntes sobre Filosofía de las Ciencias y del Arte 14

Características de la ciencia aristotélica

61. Veamos ahora algunas características del método aristotélico de la ciencia.

62. En primer lugar hay una fuerte confianza en la experiencia sensible, en lo que los
sentidos nos puedan enseñar (contra su maestro Platón que los despreciaba). Todo el
conocimiento comienza por los sentidos. (ver texto 18)

63. En segundo lugar y muy relacionado con el primero hay una primacía de la
observación frente a la teoría, frente a la razón. Ninguna teoría será aceptada por
más bonita que sea si las observaciones me muestran lo contrario. En este sentido se
podría hablar de una primacía de Heráclito en Aristóteles, mientras que en su
maestro Parménides se llevaba los laureles. (ver textos 11,12,21 y 22)

64. En tercer lugar, el conocimiento científico, dice Aristóteles, debe partir de lo más
conocido para llegar a lo menos conocido (ver textos 19 y 20). (Ya tratamos este
tema al hablar de la demostración). Así como en el conocimiento ordinario a uno le
explican algo nuevo a partir de conocimientos que ya tiene, así tiene que suceder en
ciencia. Por lo tanto para Aristóteles, la explicación de una enfermedad por un virus
no sería una explicación científica (puesto que la enfermedad, o sea los síntomas de
la enfermedad, nos son más conocidos que el virus que nadie ve). Como tampoco lo
sería la explicación del calor (que todos percibimos) mediante el movimiento de las
moléculas (que nadie puede ver). Este tipo de explicaciones, como veremos más
adelante corresponden a lo que Aristóteles llama “dialéctica”.

65. La cuarta característica de la ciencia aristotélica es que en ella hay una primacía del
objeto respecto del método (ver texto 14). El método es el camino que emprendo
para llegar al objeto, por lo tanto el objeto (el fin del camino) me determina que
objeto debo seguir. Hay una fuerte tendencia en el hombre de ciencia de aplicar un
método del cual se ha enamorado a todos los ámbitos del conocimiento (a todos los
objetos), esta tendencia se llama reduccionismo, pues se termina “reduciendo” el
objeto a lo que ese método me permite conocer.

66. Hay una aparente paradoja con respecto al problema del método. El método me
permite conocer el objeto, pero sin conocer el objeto no puedo elegir el método. El
problema se resuelve apelando al conocimiento precientífico. No es necesario ser un
científico para saber que en astronomía es más conveniente un telescopio que un
microscopio.

La dialéctica en Aristóteles

67. No hay que profundizar mucho en la ciencia aristotélica para darse cuenta que es
muy exigente para lo que hoy se llama ciencia. Muy raramente la ciencia llega a
conocer la causa y prácticamente nunca sabe por qué la causa es causa, jamás parte
de lo más conocido y casi nunca alcanza la certeza. ¿Qué lugar tiene en Aristóteles
lo que nosotros llamamos “ciencia”?

68. Ningún lugar. Porque lo que nosotros llamamos ciencia en la época de Aristóteles
no existía, pero si debiéramos ubicarla lo haríamos en lo que él llamó dialéctica. La
dialéctica es un conocimiento sin certeza, pero muy parecido a la ciencia. En vez de
partir de principios más conocidos que las conclusiones y conocidos con absoluta
Apuntes sobre Filosofía de las Ciencias y del Arte 15

certeza, parte de hipótesis que son “propuestas de explicación” que se suponen


verdaderas pero que, en realidad, no se sabe si lo son. Son, las hipótesis,
afirmaciones que pretenden explicar un hecho como condición suficiente, pero no
necesaria (y en ello difiere del principio que sí es necesario). Es una propuesta de
explicación que, de ser verdadera, explicaría el fenómeno, pero no se descartan otras
posibles explicaciones. En la dialéctica, las consecuencias (que son las que se
intentan explicar) son más conocidas que las hipótesis (que son las que intentan
explicar). (ver texto 23)
Apuntes sobre Filosofía de las Ciencias y del Arte 16

Edad media
69. Dividiremos la exposición en tres secciones: 1) la historia, 2) discusión sobre los
prejuicios contra la edad media y 3) los aportes de la edad media a la ciencia.

Historia :

70. Sin duda Aristóteles, por su concepción filosófica, tenía una mayor inclinación que
su maestro Platón por las ciencias. Pero, a pesar de ello, luego de la muerte de
Aristóteles y por muchos siglos, siempre será mayor la influencia de Platón que la
de su discípulo. Sobre todo en el plano filosófico, pero en aquella época la distinción
entre los saberes no era tan clara como ahora.
71. La mayor influencia de Platón no debe asombrarnos demasiado, hay muchas
razones que podrían explicarla. Daremos las dos principales. En primer lugar Platón
influyó más simplemente porque fue más grande, porque fue un pensador más
profundo y metafísico. Aunque esto podría llamar la atención teniendo en cuenta los
grandes resultados a los que llegó Aristóteles, no hay que olvidar que Aristóteles es
“un enano parado sobre los hombros de un gigante”, de un maestro como Platón no
podía esperarse menos que Aristóteles. (No es lo mismo con la relación Platón –
Sócrates, porque aunque también sin duda Sócrates fue un gran filósofos, lo fue en
ámbitos no metafísicos (morales especialmente).
72. La segunda razón es de carácter histórico. Unos siglos después de la gloria de estos
autores nacía el Cristianismo y lentamente se convertiría en el centro y distribuidor
de la cultura en Occidente. El cristianismo recibió, al menos en un comienzo, con
mucha más simpatía la filosofía platónica que la aristotélica. Platón, en efecto, tenía
muchos temas “en común” con el Cristianismo: la inmortalidad del alma, la
espiritualidad del alma, la aparente e inexplicable “caída” del alma, el mundo de las
Ideas (que no es difícil meter en la mente de Dios), una moral que consiste en la
primacía del alma, etc. Aunque, es importante aclararlo, en algunos temas hay una
radical oposición entre la doctrina cristiana y el platonismo (el más claro ejemplo es
el desprecio platónico por el cuerpo: para un cristiano el cuerpo es bonísimo y
dignísimo, primero porque lo creó Dios y segundo porque Cristo se “encarnó”,
asumiendo la carne humana). En Aristóteles, en cambio, la inmortalidad individual
del alma no estaba muy claro y eso ya era muy peligroso (recién en el siglo XIII con
Alberto Magno y Tomás de Aquino, el pensamiento aristotélico entrará en el seno
del cristianismo dejando finalmente una huella igual o mayor a la de Platón).
73. Por ello, ya desde los mismos comienzos del cristianismo, hubo una mayor
influencia platónica que aristotélica. En el 431, en el Concilio de Éfeso, fue
condenada la herejía nestoriana. Nestorio, en efecto, había acentuado tanto la
humanidad de Cristo que prácticamente negaba su Divinidad. Aquí puede verse
claramente la influencia aristótelica: el amor por lo concreto, lo sensible, le llevó a
negar la Divinidad. Nestorio tenía gran influencia en la escuela aristotélica del
Imperio Romano y cuando fue prohibida la enseñanza de la doctrina nestoriana en
todo el Imperio, los nestorianos (que es decir, prácticamente, los aristotélicos) huyen
a Persia y allí es conservada la enseñanza de los textos aristotélicos. A partir de este
momento, Aristóteles pasará a ser un desconocido por todo el Occidente Cristiano y
la influencia platónica se acentuará aún más.
Apuntes sobre Filosofía de las Ciencias y del Arte 17

74. En el S. IX Boecio, que había sido formado en Grecia, viendo que el Cristianismo
desconocía a los grandes sabios griegos, se propone traducir al latín todas las obras
de Platón y las de Aristóteles y mostrar que entre ellos no hay incompatibilidad.
Lamentablemente no puede llevar a cabo su propósito porque es condenado a
muerte y ejecutado cuando solamente había traducido una parte de las obras lógicas
de Aristóteles.
75. Sin embargo, bastó esa pequeña muestra de la extraordinaria capacidad de
Aristóteles para que tuviera, en el Occidente una fama sólo comparable a la de su
maestro. Juan de Salisbury escribe en 1160 un halagador texto sobre Aristóteles
cuando sólo se conocían las obras lógicas de Aristóteles. (ver texto 24)
76. A finales del siglo XI y comienzos del XII, gracias a las Cruzadas, se produce un
nuevo contacto entre Oriente y Occidente y se dan a conocer al Cristianismo todas
las obras aristotélicas. Gran conmoción, entusiasmo e interés causó semejante
noticia: aquel genio en lógica, había escrito acerca de todo: Botánica, Zoología,
Medicina, Astronomía, Metafísica, Física, etc.
77. Hubo, sin embargo, dos dificultades que estorbaron la correcta interpretación de
Aristóteles. Por un lado, las obras que llegaron al mundo occidental habían sufrido
cinco traducciones por lo que, sumado esto al ya difícil texto aristotélico, hicieron
prácticamente ininteligible su obra. En efecto habían sido traducidos del griego al
persa, de éste al sirio, del sirio al árabe y finalmente al latín. La otra dificultad
consistió en que, a lo largo de los siglos, habían aparecido como aristotélicos textos
que en realidad no le pertenecían. Estas obras hacían muy difícil ver el pensamiento
aristotélico en su generalidad, porque eran de difícil compatibilidad con las obras
auténticas.
78. La llegada de Aristóteles al Occidente Cristiano, de fuerte tradición platónica, sobre
todo a través de San Agustín, produjo tres diversas reacciones. Por un lado produjo,
en algunos (los agustinianos más conservadores) un fuerte rechazo. Celosos de la
tradición agustiniana, veían en Aristóteles un peligroso pagano.
79. Sin embargo no todo fue rechazo. Muy por el contrario, en algunos, encantados con
la sabiduría aristotélica, hubo una asimilación acrítica de todo el pensamiento de
Aristóteles. Tanto es así que por ejemplo Siger de Brabante llegó a sostener una
doctrina de la Doble Verdad que intentaba solucionar las dificultades que se le
presentaban a quien quisiera armonizar a Aristóteles “en bruto” y al cristianismo.
Esta teoría sostenía que existen dos verdades, una para la teología (donde tiene
razón el Cristianismo) y otra filosófica donde Aristóteles es indiscutido. No importa
que hubiera oposición entre ambos, porque eran dos verdades distintas.
80. Hubo sin embargo quienes fueron capaces de asimilar a Aristóteles pero no
ciegamente. Aceptando lo que de él se podía tomar (que ciertamente era mucho) y
rechazando lo que se oponía a la fe. Lograron así enriquecer al cristianismo con todo
el aporte aristotélico y, a su vez, corregir a Aristóteles en no pocas cosas.
Representantes de esta posición son San Alberto Magno (1195-1280) y su discípulo,
Santo Tomás de Aquino.
81. Luego de unos años de mucha fecundidad intelectual, tras la muerte de Alberto
Magno (que murió después que su discípulo) ya comienza la decadencia de la edad
media. Aquí sí comenzarán a dominar, en cierto sentido, los que asumieron
acríticamente a Aristóteles, pues toda la ciencia no consistirá en otra cosa que en
comentar sus obras.
Apuntes sobre Filosofía de las Ciencias y del Arte 18

Discusión :

82. Muchas veces, los períodos históricos son juzgados por sus últimos tiempos, sobre
todo cuando son extensos. Y, generalmente en sus últimos años están en decadencia.
Con la Edad Media ha pasado eso. Hay grandes prejuicios que tienen origen en el
Iluminismo contra el Medioevo. Estos prejuicios pueden ser ciertos en la decadencia
(1400-1500), pero no durante su larga vida. Enunciaremos a continuación tres
prejuicios y luego los criticaremos.
83. 1). En la Edad Media la ciencia consistía en repetir lo que habían dicho los
grandes científicos antiguos. Por ejemplo: Galeno en Medicina ; Aristóteles en
física, biología, botánica; Ptolomeo en astronomía, etc..
84. En el año 1500 comienza una fuerte oposición entre la escolástica decadente,
aristotélicos que representaban a la edad media (representaban su decadencia) y los
platónicos que representaban la modernidad. Los primeros hacían consistir la
ciencia en la repetición de lo que habían dicho los antiguos, los segundos
despreciaban las autoridades en honor de la experiencia.
85. Jerónimo Borrius, Profesor de la Universidad de Pisa decía en 1976 expresa muy
bien el exagerado aprecio por las autoridades (ver texto 25), y Juan Huarte, médico
español, expresa cuatro años más tarde la postura opuesta (ver texto 26). Otros dos
ejemplos : Andrés Vesalio cuando no pudo negar los hechos descritos por un célebre
anatomista, afirmó que la naturaleza había cambiado desde la época en que
escribieron los antiguos sabios, tal era el fanatismo por Aristóteles. Del otro lado
Paracelso (Felipe Bombast Von Horhenhein, 1493) profesor de física y cirugía de
Basilea, empezaba el curso quemando frente a sus alumnos las obras de Galeno y
Avicena.
86. La razón por la que Aristóteles tenía tanta autoridad y por la que la ciencia consistía
sólo en comentar libros de autoridades se puede buscar en la aplicación del método
teológico (donde sí la autoridad es importante y también los escritos - la Sagrada
Escritura -) a la ciencia.
87. El segundo prejuicio con el que habitualmente se condena al Medioevo podríamos
expresarlo de la siguiente manera: 2). La Edad Media despreciaba el conocimiento
científico. Podríamos preguntarnos: ¿qué avance importante hubo en la ciencia
desde Aristóteles hasta Galileo? ¿Qué ha aportado la Edad Media?
88. El tercer prejuicio sostiene que 3). Los medievales confundían los planos: a todo se
le daba respuesta teológica. La autoridad de la Iglesia gobernaba la ciencia.
89. En el libro de Esther Diaz, La producción de los conceptos científicos, (que hemos
criticado cuando vimos la definición aristotélica de ciencia (ver párr. 46) se ven
claramente los prejuicios (ver texto 27).
90. Como ya hemos anticipado, debemos reconocer que los prejuicios tienen cierto
fundamento, pero sólo en la decadencia de la Edad Media. Veamos cómo estos
prejuicios son infundados para el resto del Medioevo.
91. Contra el primer prejuicio podemos poner por ejemplo a San Alberto Magno, se
cuenta de él que recorrió a pie toda Europa haciendo observaciones y preguntando a
los lugareños. Su ciencia no se limitó al comentario a Aristóteles. (Ver texto 28
donde nos expresan claramente el espíritu de San Alberto.)
Apuntes sobre Filosofía de las Ciencias y del Arte 19

92. Contra el segundo argumento, es importante reconocer que aquella época no tiene
una especial predilección por la ciencia (cómo esta época no la tiene por la filosofía
o la teología) pero ello no implica que exista un desprecio. Se inclina más hacia la
teología y la filosofía, pero no desprecia la ciencia. Abundan ejemplos de
verdaderos amantes de la ciencia.
93. Un monje llamado Gerbert que llegó a ser Papa en el 999 fue un matemático y físico
muy reconocido en su época y, además, construyó un órgano a vapor. Como
ejemplo del interés de San Alberto por los temas de la ciencia, ver en el texto 29 el
título de algunas de las obras que ha escrito.)
94. Contra el tercer prejuicio podemos poner como ejemplo una vez más a San Alberto
en quien se ve clarísimamente que no todos los medievales no confundían los planos
(ver texto 30).

Contribuciones.

95. Hay muchísimas contribuciones con la que la edad media ha contribuido a la


ciencia, pero sería necio no reconocer que no han sido, en realidad, grandes
descubrimientos.
96. Los medievales, y más específicamente el occidente cristiano, contribuyó
enormemente a la ciencia sin hacer ciencia, en dos aspectos fundamentales. Primero
sentará las bases filosóficas del conocimiento científico. Sólo un universo creado
por un ser Inteligente puede ser inteligible, aquella inteligibilidad que los griegos,
fieles a su sentido común, daban por supuesta, es explicitada y transformada desde
dentro por el cristianismo medieval.
97. La segunda contribución medieval permitirá a la ciencia moderna unir el mundo
sub-lunar con el de las estrellas fijas bajo una misma ciencia universal, la física de
Newton. Para los antiguos los astros poseían un carácter divino que los hacía gozar
de todos los atributos que desde siempre se les han concedido a la divinidad: la
inmutabilidad, la incorruptibilidad, la eternidad, etc., todos atributos que no conocía
el corruptible, sensible y perecedero mundo sub-lunar. Esta diferencia tan grande
entre el cielo y la tierra hacía directamente impensable una ciencia que pudiera
reunir a ambos bajo una misma fórmula; eran radicalmente distintos.
98. Es el cristianismo quien, a través de la enseñanza del génesis, nos muestra que
también los astros han sido creados y, en este sentido, el sol se parece mucho más a
una piedra que a un dios. (Ver en los textos 31, 32 y 33 cómo la edad media estaba
ya preparada para recibir una teoría como la de Newton por haberle quitado el
atributo de la divinidad a los astros.)
Apuntes sobre Filosofía de las Ciencias y del Arte 20

La Revolución Copernicana.

La esfericidad de la Tierra
100. No son pocos los que afirman que los antiguos y medievales (hasta Cristóbal
Colón, prácticamente) creían que la Tierra era plana. Sin embargo ya el mismo
Aristóteles, y muchos antes de él, afirmaban que la Tierra tenía la forma de una
esfera.
101. Los argumentos son varios. El primero es más metafísico que físico y se
remonta a los pitagóricos. Para ellos la figura perfecta es la esfera (porque todos los
puntos de la superficie equidistan del centro) y, siendo la Tierra el centro del
universo, era lógico esperar que tuviera la forma más perfecta. Aunque este
argumento pueda parecer hoy simplemente anecdótico ha tenido una gran fuerza
cuando fue presentado pues no había distinciones metodológicas tan marcadas como
hoy en día.
102. Sin embargo, no todos los argumentos son metafísicos. Tenían, por lo menos,
tres argumentos físicos. El primero es el que, habitualmente, se le atribuye a
Colón, pero que ya desde antiguo se utilizaba. Cuando uno ve llegar un barco desde
la costa, percibe primero la parte superior del barco y luego su parte inferior. Esto
sólo puede explicarse si la Tierra tiene forma esférica, sino debería verse el barco
cada vez más grande a medida que se acerca, pero todo completo. (Ver figura 1)

Figura 1

103. El segundo argumento


consiste en lo siguiente: ya desde Si la Tierra es esférica
antiguo se sabía que los eclipses
eran consecuencia de la
interposición de uno de los astros
entre los otros. En el eclipse de
luna, la Tierra proyecta su sombra
Si la Tierra es plana
sobre ella y así la obscurece.
Aristóteles se dio cuenta de que la
sombra que cubría la luna era la
sombra de una esfera y no de un
plano. Si fuera la sombra de un
plano, la proyección sobre la luna Figura 2
sería elíptica. (Ver figura 2)
Apuntes sobre Filosofía de las Ciencias y del Arte 21

104. Por último, los antiguos habían notado


que si se observaban a la misma hora (a las
doce del mediodía, por ejemplo) la sombra Figura 3
que proyectaban dos mástiles de dos ciudades
distintas con cierta distancia entre ellas (una
al norte y otra al sur), se veía que una
proyectaba sombra y la otra no y que, esa
diferencia en la longitud de la sombra
dependía de la distancia entre las ciudades. A Si la Tierra es curva, la sombra varía.
mayor distancia, mayor diferencia entre las
sombras. Esto sólo podía explicarse si la
Tierra estaba curvada. (Ver figura 3) Queda
entonces claro que ya para los antiguos la
Tierra tenía forma esférica

El Sistema Ptolemaico.

105. Ptolomeo, griego del Siglo II d.C. sistematizó toda la


astronomía de los antiguos y la expresó de manera
maravillosamente completa en una obra que ha llegado hasta
nosotros, el Almagesto.
106. Veamos primero de qué principios inamovibles partían los
griegos, luego qué era lo que observaban en el cielo y
finalmente cómo lograron explicarlo.
Ptolomeo
Principios Metafísicos
107. El universo, para los griegos, estaba dividido en dos grandes regiones, cada una
de las cuales podría pertenecerle perfectamente a Heráclito y Parménides. El mundo
sublunar que comprendería la región que se encuentra entre la Tierra y la Luna, un
mundo cambiante, imperfecto, donde las cosas nacen y perecen, un mundo
heraclíteo. Por otro lado el mundo supralunar o de las estrellas fijas. Un mundo
perfecto, inmutable, residencia de los Dioses, un mundo donde Parménides se
sentiría muy a gusto. En este mundo se encuentran todos los astros (el sol, las
estrellas y los planetas). Ya que es innegable el movimiento (pues se los ve cambiar
de posición constantemente) debería atribuírseles el movimiento más perfecto, esto
es el movimiento circular (que es un movimiento perfecto, porque es un
movimiento que no cambia, que siempre vuelve a su origen) y, puesto que el cambio
de velocidad es un nuevo cambio y por lo tanto una nueva imperfección, estos
movimientos tenían que poseer velocidades constantes.
108. Dos grandes principios tenían entonces los antiguos que no estaban dispuestos a
poner en dudas. Platón había desafiado a los sabios de su época a explicar todos los
movimientos aparentes de los astros utilizando sólo movimientos circulares y con
velocidades uniformes. El primer principio es, entonces, que los astros van a
describir órbitas circulares y el segundo que lo harán a velocidades constantes y
uniformes (sin aceleración).
Apuntes sobre Filosofía de las Ciencias y del Arte 22

Observaciones.
109. Veamos ahora los hechos que debían explicar, partiendo de estos dos principios.
Lo primero que vemos al mirar una noche estrellada es un conjunto inmenso de
estrellas que mantienen constante su distancia entre ellas (las Tres Marías,
siempre están a la misma distancia entre ellas) pero que, todas juntas van rotando
desde el este hacia el oeste de tal manera que en 23 hs 56 minutos la estrella había
dado una vuelta completa alrededor de una estrella que parecía no moverse (por ser
el eje del movimiento) llamada estrella polar.
110. Por otro lado el Sol parece acompañar a las estrellas en su movimiento diario (es
decir, tiene un movimiento de este a oeste) pero se atrasa un grado por día con
respecto a las estrellas. Si suponemos que las estrellas no se mueven, podemos
trazar diariamente el atraso del Sol sobre el mapa de las estrellas, de tal manera que
va apareciendo un movimiento de oeste a este que avanza un grado por día; por lo
tanto a lo largo de un año da una vuelta completa (lo cual, si ponemos en
movimiento a las estrellas implica que el Sol se atrasa una vuelta por año). Esta
línea que marca el “atraso” del Sol se la llama eclíptica. (la eclíptica está inclinada
23º y medio sobre el ecuador celeste).
111. En tercer lugar vemos el movimiento de la Luna, bastante parecido al del Sol: es
decir avanza con las estrellas de este a oeste, pero también sufre un atraso
(siguiendo más o menos la eclíptica) bastante más marcado que el del Sol, ya que
pierde 12º por día (lo cual implica que se atrasa una vuelta en 27 días y unas horas)
112. Una observación un poco más detalla y paciente lleva a descubrir que hay cinco
estrellas que parecen “despegadas” de las otras, es decir que no mantienen las
distancias relativas. A estas estrellas, por tener movimientos tan extraños, las
llamaron estrellas “vagabundas” (que en griego se dice “planeta”, de ahí el nombre).
Los griegos habían descubierto cinco estrellas planetas: Mercurio, Venus, Marte,
Júpiter y Saturno (que son los únicos planetas que pueden verse a simple vista).
Estos planetas tenían las siguientes propiedades:
1) No centellean como el resto de las estrellas.
2) Como ya dijimos, no respetan las distancias relativas entre las estrellas, se mueven
sobre el “fondo” de las estrellas.
3) Tienen un movimiento parecido al del Sol (es decir un movimiento de atraso)
aunque mucho más irregular
4) La principal de esas irregularidades es que, cada tanto, retroceden sobre su misma
órbita durante unas semanas, para luego retomar su dirección habitual. (movimiento
de retrogradación)
5) Cuando retrogradan los planetas aparecen más brillantes.
6) Dos de esos planetas (Venus y Mercurio) no se separan mucho del Sol (nunca más
de 45º, de tal manera que siempre se los ve o al amanecer (si están adelantados con
respecto al Sol) o al anochecer (si el Sol les va ganando), pero nunca, por ejemplo, a
media noche.
7) El resto de los planetas (Marte, Júpiter y Saturno) retrogradan cuando están en
oposición al Sol.
Apuntes sobre Filosofía de las Ciencias y del Arte 23

Explicación.
Las estrellas, el Sol y la Luna
113. El universo griego,
entonces, consistía en dos
esferas principales. La
Tierra en el centro, inmóvil
(no caía porque no había
abajo o arriba por
encontrarse en el centro).
La Tierra, a su vez, se
encontraba en el interior de
otra gran esfera, llamada
esfera de las estrellas fijas
en cuyo interior estaban
“pegadas” todas las
estrellas que no presentan
irregularidades. Esta esfera
giraba sobre sí misma una
vuelta completa cada 23
hs. y 56 minutos en
dirección este-oeste
apoyada sobre el eje que Figura 4: representación renacentista del universo según la
formaba la línea imaginaria concepción ptolemaica.
que une el centro de la
tierra con la estrella polar y alguna supuesta estrella polar en el sur. De esta manera
se explica perfectamente el movimiento regular de las estrellas de este hacia oeste.
114. En el espacio que separaba la Tierra del interior de la esfera de las estrellas fijas
se encontraban la luna, el Sol y los cinco planetas. Todos acompañaban a la esfera
de las estrellas fijas en su movimiento diario pero cada uno tiene, a su vez, su propio
movimiento independiente de “atraso”. El Sol, entonces, es montado sobre una
órbita circular llamada deferente (que coincide con la eclíptica) sobre la cual avanza
hacia el este un grado por día. La composición de los dos movimientos explica
perfectamente el movimiento del Sol.
115. Con la luna sucede algo semejante. Avanza con todas las estrellas hacia el oeste
pero además, montada sobre su propio deferente, más cercano a la Tierra que el del
Sol, avanza hacia el este a razón de 12º y medio por día.

Los Planetas.
116. Con los planetas, por la variedad de las observaciones y la gran cantidad de
irregularidades, la explicación se complica considerablemente. Pero es justamente
en ellos donde se ve el gran genio griego.
Apuntes sobre Filosofía de las Ciencias y del Arte 24

117. Cada planeta, acompañaba a las estrellas en su movimiento diario y, además


estaba montado sobre su propio deferente con el cual avanzaba hacia el oeste. La
ubicación de los planetas fue establecida con el siguiente criterio. Aquellos planetas
que iban más rápido (es decir que se atrasaban
menos en su acompañamiento de las estrellas fijas)
debían estar más cerca de la esfera de las estrellas
fijas y aquellos que se atrasaran más (es decir, que la
velocidad sobre su deferente fuera mayor) debían
estar más cerca de la Tierra inmóvil. Con este
criterio la más cercana a la Tierra resultó ser la Luna
(que se atrasa una vuelta en 27 días), luego
Mercurio, Venus, el Sol, Marte, Júpiter y Saturno.
Mercurio y Venus serán llamados planetas interiores
(por estar entre la Tierra y el Sol) y los demás
exteriores.
118. Con esto queda explicado el movimiento común
de los planetas, pero queda aún el gran problema de
su retrogradación. ¿Cómo explicar con movimientos
Figura 5: La Tierra (E) es el centro
circulares y velocidades uniformes el retroceso de un del deferente (B), sobre el cual se
planeta sobre su propia órbita? Sobre el deferente no apoya el epiciclo por donde gira el
estaba situado el planeta sino un pequeña órbita planeta (P).
(llamada epiciclo) que acompañaba al deferente en
su movimiento hacia el oeste. Sobre el epiciclo giraba el planeta (en la misma
dirección que el deferente), de tal manera que el planeta realizaba dos movimientos:
uno sobre el epiciclo y otro con el epiciclo sobre el deferente. (Ver figura 5)
119. La composición de los dos movimientos
tiene como resultado un movimiento en espiral
que explica perfectamente la retrogradación de
los planetas. Cuando el planeta se encuentra en
el exterior del deferente avanza velozmente
hacia el oeste, pero cuando se encuentra en el
interior, por oponerse las direcciones del
epiciclo y el deferente, retrocede sobre su
propia órbita. Con este instrumento en la
mano, sólo era necesario variar el tamaño y la
velocidad de los deferentes y epiciclos para
explicar todas las retrogradaciones.
120. Se explica, además, por qué el planeta es
más brillante cuando retrocede, puesto que
Figura 6: El centro del deferente no es siempre retrocede cuando se encuentra más
la Tierra (E) sino un punto exterior (C) cerca de la Tierra. (era lógico interpretar el
llamado excéntrica.
aumento de brillo como una mayor cercanía
del planeta)
121. Queda aún por explicar por qué Venus y Mercurio aparecen siempre cerca del
Sol. Los griegos lo explicaron montando los epiciclos correspondientes a cada
planeta sobre una línea imaginaria que une el centro de la Tierra con el Sol, de tal
manera que a medida que gira el sol sobre la eclíptica, arrastra los epiciclos. Así los
planetas siempre se encuentran cerca del Sol, apareciendo al amanecer o al
anochecer.
Apuntes sobre Filosofía de las Ciencias y del Arte 25

Los problemas
122. El sistema como aquí ha sido presentado posee una belleza y una simplicidad
extraordinarias. Logramos explicar todos los movimientos celestes con dos esferas
(la de la Tierra y la de las estrellas fijas), muy pocos deferentes y sólo cinco
epiciclos. Pero, para ajustarse a las observaciones, los griegos tuvieron que
introducir una serie de cambios que fueron complicando la belleza y simplicidad
original.
123. En primer lugar tuvieron que introducir la excéntrica. Para salvar las apariencias
las órbitas circulares debían girar con centro no exactamente en la Tierra, sino en un
punto geométrico un poco alejado de la Tierra llamado excéntrica. La Tierra no era,
entonces, el centro exacto del Universo sino la mencionada excéntrica. (Ver figura
6)
124. En segundo lugar, aunque Platón había
establecido que los astros debían moverse con
velocidades uniformes, no sólo los planetas
sino el mismo Sol tenía variaciones de
velocidad a lo largo de su período. Además los
planetas no giraban exactamente sobre la
eclíptica, describían más bien un movimiento
irregular. Para solucionar estos inconvenientes
se introdujeron dos instrumentos más. Por un
lado los llamados epiciclos menores cuyo
objetivo no es el de explicar la retrogradación
de los planetas (de ello se encargaban los
epiciclos mayores) sino corregir los cambios
de velocidad o de trayectoria.
Figura 7: Las velocidades angulares son
125. Una forma de sostener la constancia de la constantes con respecto al punto Q
velocidad frente a un movimiento acelerado llamado equante. El planeta (P) tarda el
mismo tiempo en recorrer A-F que en
(como la velocidad se mide no en la distancia recorrer F-B y, como se ve claramente la
recorrida sino en la amplitud de ángulo que distancia F-B es mucho mayor.
recorre en un determinado tiempo), corriendo
el centro del ángulo del centro del deferente hacia uno de sus extremos se podía
lograr que se recorriera una mayor distancia recorriendo el mismo ángulo y por lo
tanto haciendo la velocidad “constante” (con respecto al
ángulo). El nuevo centro desde donde se medía la
velocidad angular se lo llamó equante. (ver figura 7)
126. Estos tres elementos introducidos obscurecía bastante
la belleza original y complicaba muchísimo el sistema
que, además, a lo largo de los siglos, con la acumulación
de nuevos datos, fue agregando epiciclos menores hasta
llegar, en la época de Copérnico a unos 70. (ver figura 8)

127. El sistema Ptolemaico ofrecía, además, dos grandes


dificultades en cuanto a la adecuación de la teoría a los Figura 8: gráfico con
hechos observados. Por un lado, según el sistema puesto deferente, epiciclo, ecuante y
que la Luna no giraba sobre la Tierra sino sobre la excéntrica.
Apuntes sobre Filosofía de las Ciencias y del Arte 26

excéntrica, debía acercarse a la Tierra tanto como para duplicar su tamaño a lo largo
del día, efecto que evidentemente no se observaba. Por otro con Marte sucedía algo
semejante, a veces su brillo aparente había crecido tanto que debía suponerse que
estaba mucho más cerca de lo que el sistema de Ptolomeo predecía. A pesar de estas
irregularidades (y algunas otras) es sistema era muy bueno y servía para predecir
con bastante exactitud la posición de los cuerpos celestes.

El Sistema Copernicano.

128. En el año 45 a.C. Julio Cesar impuso para todo el


Imperio Romano el Calendario Juliano que establecía
que el año duraba 365 días y 6 horas, por lo que tres
años tendrían 365 días y un cuarto 366. Pero como en
realidad el año solar es un poco más corto (11 minutos
y 14 segundos) en la época de Copérnico se había
acumulado un adelanto de aproximadamente 10 días (la
primavera, por ejemplo, llegaba no el 21 sino el 11 de
marzo –en el hemisferio norte-). Por lo tanto a
Copérnico se le encargó la elaboración de un nuevo
calendario y fue en este contexto que él empieza sus
estudios astronómicos. Finalmente, por la imprecisión
de los datos el establecimiento del nuevo calendario se
atrasó hasta 1582 donde se impuso el calendario
gregoriano (por Gregorio XIII) que suprime, para
Nicolás Copérnico
(1473-1543) corregir el atraso, un bisisiesto en tres de cada cuatro
siglos (en el 1700, 1800 y 1900 correspondía bisisesto
y fue suspendido, en el 2000, por ser el cuarto siglo, no
se suspenderá)
129. Copérnico, Sacerdote católico (1473-1543), fue el primero que sostuvo, en el
Renacimiento, el Heliocentrismo. (en la antigüedad un tal Aristarco de Samos (S.II
a.C.) ya había sostenido que la Tierra giraba alrededor del Sol). Lo maravilloso de
Copérnico consistió en que no contó con nuevos datos, simplemente miró con ojos
nuevos las observaciones que desde hacía siglos se venían realizando (aquí puede
verse una de las contribuciones no científicas a la ciencia de la edad media, la
desdivinización de los astros). Copérnico propuso su sistema heliocéntrico, primero
en forma anónima
Apuntes sobre Filosofía de las Ciencias y del Arte 27

en un escrito
llamado “Commentariolus”,
pero luego lo publicó bajo su
nombre en su magistral obra:
“De Revolutionibus Orbium
Coelestium”
130. El sistema Copernicano
quita del centro del universo
a la Tierra, pone en su lugar
al Sol sobre el cual giran
todos los astros, inclusive la
Tierra que, además de su
órbita alrededor del Sol, gira
sobre sí misma de oeste hacia
este. Con este último
movimiento logra explicar el
movimiento aparente de las
estrellas (que parecen
desplazarse cuando es la
Tierra la que se mueve) por
lo que la esfera de las
estrellas fijas no girará más.
(ver figura 9)
131. El nuevo sistema logra
eliminar los cinco epiciclos
mayores ya que el
movimiento de retrograda-
ción de los planetas queda
explicado como un efecto
visual que produce el juego
de movimientos de la Tierra
y el planeta. Como se ve en el Figura 9: página del De Revolutionibus donde se
gráfico el planeta parece esquematiza el sistema de Copérnico. El texto coincide
con el texto 34 de la selección de textos.
retroceder cuando se encuen-
tra lo más cerca que le permite su órbita de la Tierra y, justamente en ese momento,
el Sol aparece en oposición. Por lo cual logra explicar varios fenómenos observados.
(ver figura 10)
132. Elimina, además, Copérnico la equante (lo cual considera él ser el mayor mérito
de su propuesta pues tenía un especial rechazo hacia ella, parecía una traición a las
premisas metafísicas de velocidad uniforme) Sin embargo, por no poder
desprenderse de las órbitas circulares (aquí se ve su fuerte influencia Pitagórica)
no se ajusta mejor a los hechos su sistema que el Ptolemaico y tampoco, finalmente,
goza de una mayor simplicidad (pues también tiene que agregar muchos epiciclos
menores y excéntricas)
133. Pero por tener una no pudo desprenderse de las órbitas circulares por lo que su
sistema no explicaba, en realidad, mejor que el Ptolemáico las observaciones. Por lo
cual debió agregar tantos epiciclos y correcciones como tenía el mismo sistema
Ptolemaico. Es justamente este fracaso en la explicación de las observaciones lo que
Apuntes sobre Filosofía de las Ciencias y del Arte 28

hizo que el sistema Copernicano cayera en el olvido por, más o menos, cien años.
Era visto como un sistema alternativo, pero no era más sencillo que el Ptolemaico,
por lo que no se impuso.

Figura 10: retrogradación de


los Planetas desde Copérnico.

134. Copérnico, además, tuvo que defender su sistema a un cúmulo de objeciones que
le presentaban. Las cuatro más importantes son las siguientes.
135. Si, como dice Copérnico, la Tierra gira sobre sí misma deberíamos sentir un
fuerte viento desde el este (de la misma manera que cuando vamos en un automóvil
sentimos el viento de frente). A esta objeción contestó Copérnico sosteniendo que el
aire giraba con la misma Tierra, por eso no se producía el viento.
136. Aristóteles afirmaba que cada elemento tiene su lugar natural. Los ”graves”
abajo, los “ligeros” arriba y así explicaba lo que Newton explicaría por medio de la
gravedad. Todos los cuerpos tienden a su lugar natural, por eso si yo arrojo una
piedra hacia arriba, vuelve a caer. El movimiento natural, entonces, era en línea
recta hacia el centro de la Tierra. Si el Planeta gira sobre sí mismo, como sostiene
Copérnico, y yo arrojo una flecha para arriba, no debería caer en el mismo lugar
sino un poco más atrás pues, mientras la flecha subía y bajaba la Tierra se había
movido. Copérnico contestó diciendo simplemente que Aristóteles se había
equivocado, que el movimiento natural era no recto sino en parábola. La verdadera
respuesta que consiste en la descomposición de fuerzas vendrá luego con Newton.
137. La tercera objeción a la que Copérnico tuvo que responder consistía en lo
siguiente. La paralaje es el ángulo que hay entre la Tierra y una determinada
estrella. Si, como dice el Sacerdote, la Tierra giraba alrededor del Sol, entonces
debería registrarse un cambio en el paralaje de las estrellas cuando se medían con
seis meses de diferencia por las inmensas distancias que recorrería la Tierra.
Copérnico responde diciendo que, si bien existe esa diferencia es imperceptible
Apuntes sobre Filosofía de las Ciencias y del Arte 29

porque las estrellas están tan lejos que el


recorrido de la Tierra es prácticamente
insignificante.
138. La cuarta objeción decía que era
imposible que la Tierra girara sobre sí
misma porque la fuerza centrífuga que ello
provocaría destrozaría el Planeta.
Copérnico responde diciendo que,
entonces, lo mismo debería suceder con la
esfera de las estrellas fijas que para sus
opositores es la que gira sobre sí misma. Y
con mucha más razón porque la esfera
debería girar muchísimo más rápido de lo
que gira la Tierra.
139. Como decíamos, al no poder
desprenderse de órbitas circulares necesita
Figura 11: Sistema planetario
propuesto por Brahe agregar excéntricos, deferentes y epiciclos
y, finalmente, es tan complicado como el
Ptolemaico. Por lo tanto no tenía motivos físicos para sostener su heliocentrismo,
sin embargo tenía fuertes razones filosóficas. Como también dijimos Copérnico
simpatizaba con el Platonismo y ello explica el deseo de colocar al Sol en el centro
del universo. (ver texto ¿??)
140. El sistema copernicano había quedado como un buen recuerdo por muchos años
hasta que el 11 de noviembre de 1572 apareció de pronto una estrella que
desapareció dos años más tarde. Esto, ciertamente no verificó el sistema de
Copérnico, pero sentenció a muerte al Ptolomeico que se basaba en la inmutabilidad
de los astros. Así volvió a considerarse el sistema del Sacerdote.
141. Tycho Brahe (1546-1601), a diferencia de
Copérnico contribuyó muchísimo al desarrollo de la
astronomía pero no por la agudeza de su
pensamiento sino por su paciencia y método para
revisar todos los datos de las observaciones antiguas
y acumular muchas y muy precisas nuevas
observaciones.
142. También propuso un sistema propio para
explicar el movimiento de los astros que, creía,
corregía los defectos de Copérnico. La Tierra estaba
inmóvil en el centro, sobre ella giraban la Luna y el
Sol y, aquí viene lo original, los restantes planetas
giraban en torno al sol (que a su vez giraba en torno
a la Tierra, ver figura 11). Pero su sistema no
prosperó porque pronto sería eclipsado por el genio
Tycho Brahe
(1546-1601)
de Johanes kepler.
143. Kepler (1571-1630) recurrió a Tycho Brahe para verificar, con los precisos datos
que sólo él tenía, una teoría propia sobre la distribución de los planetas. Al acceder a
los datos de Brahe percibió en seguida dos cosas : primero que su sistema era un
disparate y en segundo lugar descubrió una nueva armonía entre todos los datos que
sólo un ojo tan platónico pudo descubrir.
Apuntes sobre Filosofía de las Ciencias y del Arte 30

144. Kepler propondrá tres leyes que, ahora sí,


explicarán correctamente el movimiento del sistema
solar. La primera afirma que las órbitas de los planetas
alrededor del Sol no son circulares sino elípticas y el
Sol no está en el centro sino en uno de los focos (lo
cual explica las estaciones que antes intentaban explicar
con epiciclos). Oponiéndose así, a su maestro Platón, es
el primero que se anima a romper con las órbitas
circulares. Pero su audacia llegaría aún más lejos.
145. Volverá a oponerse a Platón al afirmar que los
planetas no
tienen una
velocidad
uniforme sino, Johanes Kepler
por el contrario (1571-1630)
muy variable.
Descubre sin embargo una relación: un
planeta tiene mayor velocidad cuanto más
Figura 12: Segunda Ley de Kepler cerca está del Sol de tal manera que las áreas
que describen son siempre iguales. (ver
figura 12)
146. La tercer ley de Kepler afirma que los cuadrados de los períodos de revolución
de los planetas son proporcionales al cubo de su distancia media al Sol, dicho
sencillamente que, cuanto más lejos está un planeta del Sol, tanto más tarda en
completar su vuelta sobre él.
147. El sistema de kepler es el primero que logra, al proponer las órbitas elípticas,
eliminar definitivamente los epiciclos, excéntricos, etc. Es, finalmente, el sistema
buscado : explica con asombrosa precisión los movimientos celestes y, a la vez, por
su sencillez, posee una belleza tan asombrosa que nos lleva a reconocer que
realmente corresponde a la realidad .
148. El Platonismo estaba tan arraigado en Kepler que, por ejemplo, veía en la esfera
la mejor imagen de la Santísima Trinidad. El Padre era el Centro, el Hijo la
Superficie y el Espíritu Santo el Radio que procedía de la Superficie y el Centro.
Esto también explica porqué deseaba que el Sol estuviera en el centro del Universo :
era el fiel reflejo de Dios.

Galileo Galilei
149. Galileo Galilei (1564-1643) fue el gran defensor del
Heliocentrismo frente a la hostilidad de la jerarquía de la
Iglesia ante semejante novedad. Fue, además, quien aportó
pruebas contundentes a favor del sistema Copernicano.

Galileo Galilei
(1564-1643)
Apuntes sobre Filosofía de las Ciencias y del Arte 31

Pruebas a favor del sistema Copernicano

150. En efecto, al inventar el Telescopio, pudo realizar nuevas bservaciones que


aportaron nuevos argumentos.
151. En primer lugar observó en el Sol las manchas solares lo cual desterró
definitivamente, si aún quedaba alguna duda, la inmutabilidad de los astros.
152. En segundo lugar descubrió las lunas de Júpiter, las cuales eran infinitamente
más fáciles de explicar desde el sistema copernicano que permitía que giraran sobre
Júpiter que con el de Ptolomeo que había que hacerlas girar sobre la Tierra.
153. Finalmente descubrió que Venus tenía fase llena, lo cual era imposible en el
sistema antiguo porque el sol siempre estaba detrás de Venus.

Galileo y la Iglesia

154. Veamos ahora el problema que Galileo tuvo con la Iglesia. Había muchos textos
de la Sagrada Escritura que, interpretados literalmente (al pie de la letra) afirmaban
que el sol se movía y que la tierra no. Ejemplo del primero es el siguiente de Josue
10, 12-13:
Aquella vez, cuando el Señor puso a los amorreos en manos de los
israelitas, Josué se
dirigió al Señor y
exclamó, en
presencia de Israel :
“Detente, sol, en
Gabaón, y tú, luna,
en el valle de
Aialón” El sol se
detuvo, y la luna
permaneció inmóvil,
hasta que el pueblo
se vengó de sus
enemigos”
Y de lo segundo en el Salmo
93 :
El mundo está
firmemente
establecido: ¡No se
moverá jamás!
155. Ante esta evidente
oposición entre lo que
enseñaba la Palabra de
Dios y lo que parecía
decir la ciencia, la Iglesia
tenía dos posibilidades: o
abandonar la

Figura 13: Tapa del Diálogo sobre los dos grandes sistemas de
Galileo, donde se ven los tres protagonistas.
Apuntes sobre Filosofía de las Ciencias y del Arte 32

interpretación literal (cosa que habían hecho, con moderación, los Santos Padres) o
debilitar la verdad de la ciencia afirmando que la teoría de Galileo era, en realidad
hipotética y que no pretendía describir la realidad sino, solamente, ofrecer un
sistema de cálculo.
156. Galileo, citando a San Agustín, afirmaba que Dios era autor de dos libros: la
Sagrada Escritura y el libro de la naturaleza, en el primero se decía cómo el hombre
debía llegar a Dios, en el segundo se enunciaban verdades físicas, y estaba en
idioma matemático. Citando a un tal Borrius decía que la Bilbia nos enseñaba cómo
llegar al cielo, no cómo los cielos se habían formado.
157. Afirmaba además que, habitualmente se interpretaba de modo figurado la Biblia,
que lo suyo no era una excepción. Por ejemplo cuando la Biblia habla de las manos
de Dios, o de los ojos de Dios, o de la ira del Señor. Una interpretación literal sería
herérica, Dios no tiene ojos. Y -afirma- incluso en el texto de Josus está interpretado
simbólicamente porque, para ser literal tendría que decir que se parara no sólo el Sol
y la Luna, sino también la esfera de las estrellas fijas, los planetas, etc. Sus ideas,
incluso sobre la interpretación de la Biblia, eran bien recibidas, lo que no agradaba
mucho era que un laico les dijera a los sacerdotes cómo interpretar las Escrituras.
158. En 1616 aparece el Decreto que obliga a Galileo a, si desea exponer sus teorías,
hacerlo en forma hipotética. Galileo escribe su famoso Diálogo sobre los dos
grandes sistemas del mundo (ver figura 13) donde, durante toda la obra afirmaba de
modo categórico que era verdad pero había incluido un prefacio y una conclusión
donde recordaba el carácter hipotético. Al Clero no le gusto y el 22 de junio de 1635
fue obligado a abjurar. Galileo aceptó ante las autoridades de la Iglesia que sus ideas
eran falsas y fue condenado a pasar el resto de sus días en un Convento, donde pasó
sus últimos años investigando. En un cuadro que apareció el año de su muerte
figuraba su ya famosa frase: Eppur si muove (sin embargo se mueve) que parece que
murmuró mientras abjuraba.
159. El tema de Galileo y la Iglesia es un tema muy delicado y es muchas veces
utilizado indiscriminadamente en cualquier ataque contra la Iglesia. Sin duda (no
tiene sentido negarlo) las autoridades de la Iglesia se equivocaron pero es necesario
comprender esa situación en su contexto histórico y no juzgarlo con los criterios
contemporáneos. Lo primero que hay que decir es que no es signo de una postura
anticientífica (como muchos se empeñan en demostrar) ya que, justamente, se lo
hacía para proteger no sólo la teología, sino también la ciencia que se creía
verdadera, además el iniciador de todo esto fue un sacerdote, Copérnico.
160. Hay que tener en cuenta además que en aquel momento, por la reciente reforma,
la Iglesia estaba muy sensible a cualquier intento de libre interpretación de las
Escrituras, posiblemente en otro momento se hubiera analizado con más objetividad
y tranquilidad pero en ese momento cualquier interpretación paralela a la oficial olía
a protestante. Por otro lado en aquel momento no existía ni la clara separación entre
ciencia y religión que existe ahora (de hecho la ciencia estaba a cargo de la Iglesia -
los sabios o eran clérigos o formados por clérigos-) ni tampoco había una clara
conciencia de la posibilidad de la interpretación figurada de la Biblia. A veces se le
exige a la Iglesia que esté más allá del tiempo, como si no estuviera formada por
hombres que viven en una época determinada y, por otro lado y contradiciéndose le
exigen también que se case con la época (como ahora que se dice que la Iglesia debe
permitir el aborto, o el divorcio, “porque todo el mundo lo hace”)
Apuntes sobre Filosofía de las Ciencias y del Arte 33

Método Científico en Galileo

161. A Galileo se lo suele considerar el padre de la ciencia moderna y en efecto en él


pueden encontrarse las características que dominarán la ciencia moderna.
162. En primer lugar el uso de experimentos especialmente diseñados para comprobar
hipótesis propuestas, lo que será llamado experimentación.
163. En segundo lugar Galileo considera necesario abstraer de todos los datos que nos
muestran los sentidos sólo los que pueden resultar importantes, especialmente
aquellos que pueden ser expresados en términos matemáticos. La matematización
de la ciencia es, entonces, la segunda característica.
164. En tercer lugar, aunque no lo desarrolle explícitamente, se nota en él una
tendencia hacia la resolución de problemas particulares más que a elaborar grandes
sistemas cosmológicos (común desde siempre hasta su época). Podemos llamar a
esta característica la especialización.

Galileo frente a los aristotélicos.

165. Galileo fue un gran opositor a los aristotélicos de su época. Los aristotélicos
representaban la ciencia oficial, es decir el modelo ptolemaico junto con la física
aristotélica. Pero Galileo no se oponía a ellos simplemente porque sostuvieran una
teoría distinta de la que el creía verdadera, sino por el método que utilizaban. Los
aristotélicos habían otorgado tanta autoridad a su maestro que ya se había convertido
en un fanatismo. Bastaba con que lo hubiera dicho Aristóteles para que fuera
verdad, aún cuando se opusiera a las experiencias más evidentes. Veremos, en
cuatro casos concretos, como Galileo discutía con los aristotélicos.
166. En primer lugar, Galileo les dice que no se llamen a sí mismos “filósofos” sino
“historiadores” o “doctores de la memoria” puesto que la filosofía habla del mundo
sensible y no de un mundo de papel. Es decir, ellos eran especialistas en las obras de
Aristóteles, pero no en la realidad. (ver texto 35)
167. En segundo lugar, Galileo había encontrado varias contradicciones en las obras
de Aristóteles, frente a esto los aristotélicos respondían que era absurdo pensar que
Aristóteles, que había sido justamente el creador de la lógica, pudiera equivocarse al
aplicarla, pudiera contradecirse. Galileo responde que así como el que construye un
piano puede no saber tocarlo o quien construye un barco no saber manejarlo, de la
misma manera Aristóteles puede haber construido la lógica y no por ello saber
utilizarla.
168. Galileo, en tercer lugar, les recordaba a los aristotélicos que Aristóteles había
afirmado dos cosas: por un lado que el cielo es incorruptible pero que de las cosas
celestes no podíamos conocer con mucha certeza porque están demasiado lejos y,
por otro lado, afirmaba que siempre hay que hacerle caso a lo que nos presentan los
sentidos. Como ambas afirmaciones son insostenibles, porque los sentidos nos
muestran que el cielo no es incorruptible, debemos elegir y, si queremos respetar a
Aristóteles, se tendría que negar la incorruptibilidad de los cielos puesto que no se la
conoce con certeza absoluta mientras que la prioridad de los sentidos es innegable.
Por lo tanto, dice Galileo, si Aristóteles estuviera hoy, aquí, y viera lo que ustedes y
yo podemos ver, estaría de acuerdo conmigo y no con ustedes. (ver texto 36). Es
importante destacar que en esto Galileo tiene razón, los aristotélicos respetaban la
Apuntes sobre Filosofía de las Ciencias y del Arte 34

letra pero no el espíritu de su maestro. Galileo, en este sentido, es mucho más


aristotélico que los que se hacían llamar tal y, por eso, su triunfo, será el triunfo de
Aristóteles, de la experiencia sensible.
169. Finalmente, los aristotélicos tenían la costumbre de reinterpretar las obras de
Aristóteles para hacerle decir cosas que jamás él hubiera imaginado. Así,
reinterpretando un texto habían llegado a afirmar que Aristóteles había descubierto
el telescopio. Frente a esto Galileo responde que él conoce un libro mucho más
corto que los de Aristóteles que, si se lo combina bien, puede decir todas las
verdades del universo: el alfabeto. Es simplemente cuestión de combinar
correctamente las letras para decir absolutamente todo.
Apuntes sobre Filosofía de las Ciencias y del Arte 35

René Descartes

170. Ahora desarrollaremos brevemente la vida y obra de estos dos grandes


científicos. Para hacerlo de una manera ordenada y sistemática hemos decidido
dividir a cada uno en los siguientes subtítulos: 1)Datos biográficos, 2)
Contribuciones científicas, 3) El método científico, 4) El aprecio por la ciencia, 5)
Algunas nociones de su filosofía y 6) Su Teología.

Biografía

171. René Descartes nace el 31 de marzo de 1596 en


Francia y muere en Suecia el 11 de febrero de 1650.
Su madre moría cuando él cumplía un año de edad y
fue educado por su abuela y una nodriza. Siempre fue
muy delicado de salud, el mismo decía que tenía una
“tos seca que le molestaba”. Estudió en un colegio de
los Jesuitas donde no sólo aprendió la ciencia,
especialmente la matemática sino que cimentó una
fuerte vida de piedad. Si bien su conducta a lo largo
de su vida no fue irreprochable, siempre fue un
hombre de fe. En 1616 se licencia en Derecho y en
1649 acepta la insistente invitación de la Princesa
Cristina de Suecia a que vaya a vivir al Palacio con
René Descartes
ella, pero la princesa lo somete a una vida indigna de (1596-1650)
un sabio e insoportable para su salud (lo hacía dar “Mi método es tan simple que
cursos a las cinco de la mañana, escribir danzas y puede comprenderlo cualquiera,
bailar, etc.) Una mañana al levantarse se enfría y desde el intelecto más sutil
finalmente muere en 1650. hasta las mujeres”

Contribuciones a la Ciencia

172. Descartes se destacó en muchísimas ramas del saber, escribió varios tratados
sobre óptica y había elaborado su propio sistema cosmológico que, ante la condena
de Galileo, decide no publicar, un poco por respeto a la Iglesia, otro por temor.
como se ve claramente en una carta escrita en abril de 1634 a Mersenne (ver texto
39)
173. Pero sus más grandes contribuciones fueron sin duda en matemática.
Descubre (o inventa) la geometría analítica: ve que cualquier figura geométrica
puede expresarse en fórmulas matemáticas y así explicita la profundamente íntima
relación que se suponía que había entre la aritmética y la geometría. Inventa además
los ejes cartesianos (Cartesius es Descartes en latín) y simplifica mucho la escritura
de las ecuaciones expresando con números las potencias. Antes de él la ecuación X3
+ 2x2 - x = 8 se escribía así: CN + 2QN - N aeq. 8 (cubus numen más dos quadratus
numen menos numen aequalis ocho)
Apuntes sobre Filosofía de las Ciencias y del Arte 36

Método:

174. Descartes habla de tres órdenes de conocimientos: la religión, la moral y la


ciencia. Embarcándose en toda la corriente de su época luchará contra la tradición y
la autoridad pero, a diferencia de sus predecesores él lo hará de una manera
sistemática. Propone la Duda Metódica, consistente en dudar absolutamente de
todo, en no aceptar nada como verdadero si no he demostrado personalmente su
verdad. Nada será verdadero porque lo diga una autoridad o la tradición.
175. Dos cosas hay que aclarar de la duda metódica de Descartes. Primero que es
metódica, es decir, es sólo un método para conocer la realidad. Se podría decir que
en realidad no duda sino que “hace que duda” para conocer la verdad. En este
sentido se opone a la duda de los escépticos, estos dudan porque creen que no se
puede conocer la verdad, para ellos la duda, más que un punto de partida para llegar
a la verdad, es un punto de llegada: no se puede conocer la verdad, hay que dudar de
todo.
176. Lo segundo que hay que aclarar es que esta duda cartesiana no afecta ni a la
moral ni a la religión. La religión es revelada, sus verdades superan el
entendimiento y, por lo tanto, no están sometidas a sus métodos. Además la religión
es ante todo, práctica, puesto que su finalidad es la de enseñarnos a ganar el cielo.
La moral, por definición, es puramente práctica, no busca la verdad sino el bien; no
busca la contemplación de la verdad, sino la acción. Esto autoriza a construir una
moral provisional que permita vivir del mejor modo posible mientras el
entendimiento está sumergido en la duda.
177. Por la duda metódica, entonces, dudamos de todas supuestas verdades, pero ¿con
qué método demuestro las verdades? Encantado como estaba por sus
descubrimientos en matemática y por el rigor y la certeza con que esa ciencia
demuestra sus conclusiones, utilizará el método matemático para conocer toda la
realidad. Aplicará el método matemático a toda la ciencia. Esta extrapolación de
Descartes no respeta aquello que habíamos visto con Aristóteles: que el objeto era
el que determinaba al método (ver parr ¿? y ¿?). Al pretender estudiar toda la
realidad con un mismo método (y justo con el matemático, que es muy riguroso)
será muy poco lo que realmente pueda conocer: su conocimiento de la realidad
queda muy reducido. (ver texto 40).
178. Esta preferencia por el método matemático refleja en Descartes una opción más
profunda que, creemos, será determinante para toda la historia de la epistemología.
¿Qué es lo atractivo del método matemático? No que me permite conocer pues todos
los métodos lo permiten, lo maravilloso es que me permite conocer con certeza que
me da una seguridad que ningún otro método me da. Evidentemente quien ama la
verdad debe aceptarla con el grado de certeza que ella puede dársenos pero no es
lícito para quien ama la verdad prohibirse de antemano la aceptación de ciertas
verdades simplemente porque no las puedo demostrar con absoluta certeza. Esto
refleja en el fondo un mayor amor por la certeza que por la verdad y, recordemos, la
certeza es un estado subjetivo. Me importa más estar seguro que conocer la verdad,
por lo tanto muchísimas verdades que no pueden darme absoluta seguridad quedaran
descartadas. Quien ama la verdad, repetimos, se conforma con el grado de certeza
que ella puede proporcionarle.
179. Estamos de acuerdo con Descartes en que sería mejor si todo puede conocerse
con el método matemático. Pero lamentablemente no es así, y no siendo así hay que
Apuntes sobre Filosofía de las Ciencias y del Arte 37

elegir: o sólo aceptar lo que puedo demostrar rigurosamente (Descartes) o aceptar


toda la verdad con el grado de certeza que puede ofrecernos (Aristóteles).
Entiéndase bien, no se critica el deseo de certeza (que es sumamente legítimo), sino
el mayor deseo de certeza que de verdad.
180. Otra característica del método de Descartes es que no le concede mucha
importancia a la experiencia. Si bien no sería correcto decir que la desprecia, lo
cierto es que no le concede un valor muy importante. No debería extrañarnos si
recordamos su método matemático; las matemáticas no necesitan mucho de la
experiencia, son más bien independientes. En esto Descartes irá un poco en contra
de su época (serán famosas las disputas entre cartesianos y newtonianos -Newton,
como veremos, si respeta mucho la experiencia-) y también será el fundador de la
corriente racionalista que se caracterizará, entre otras cosas, por un desprecio cada
vez más radical de la experiencia sensible.
181. Veamos ahora cuál era el criterio de verdad de Descartes. El criterio de verdad
es el criterio por el cual yo juzgo que una cosa es verdadera. Hasta él, este criterio
era la realidad misma. Algo es verdadero si es real, si existe afuera,
independientemente de mi pensamiento. De hecho, la definición clásica de verdad
es: adecuación entre el intelecto y la realidad. Cuando mi inteligencia coincide con
la realidad, hay verdad. Aquí la verdad depende más de la realidad que de mi
inteligencia.
182. Descartes dirá que el criterio de verdad es la “claridad” y “distinción” con la
que se me presentan las ideas en mi razón. Es decir, el criterio no es la realidad sino
la fuerza con que mi inteligencia la perciba. Esto es sumamente grave porque va a
colocar la verdad no ya en las cosas sino en mi inteligencia: es verdadero aquello
que mi inteligencia es capaz de comprender totalmente, de entender absolutamente
(aquellas cosas que se me presentan como confusas ya no las puedo considerar
verdaderas). (ver texto 41)
183. Pero uno podría preguntarse: ¿por qué lo que me parece a mí claro y distinto
tiene que ser verdadero? ¿quién me lo garantiza? Descartes fundamentará su
criterio de verdad en la veracidad de Dios. Si Dios es veraz no puede engañarme y
sería engañarme permitir que aquello que se me presenta como claro y distinto no
sea verdadero, por lo tanto es verdadero. Que una idea es clara quiere decir que
comprendo su definición completamente y que es distinta que la puede distinguir
perfectamente de todas las demás ideas (que no es confusa, que no la confundo)
porque conozco perfectamente sus límites.

Aprecio por la Ciencia.

184. Como se ha visto, sin duda para Descartes la ciencia tiene un gran valor (y
dentro de las ciencias la matemática) pero no pretende abarcar la religión o la moral
con la ciencia. Respeta la autonomía de ambas (como ya vimos, de la religión
porque es revelada y de la moral porque es práctica)

Filosofía.

185. Su filosofía es consecuencia de su método. Reconoce Descartes dos tipos de


ideas claras y distintas, de las cuales no nos es lícito dudar: Los cuerpos y los
Apuntes sobre Filosofía de las Ciencias y del Arte 38

espíritus. A los espíritus, llamados por él res cogitans (cosas que piensan), llega
diciendo: Es indudable que pienso, pienso luego existo, es decir existe una cosa que
piensa, esa cosa que piensa la llamamos espíritu. Justamente por ser espiritual es
inextenso.
186. A los cuerpos no llega tan directamente, necesita nuevamente pasar por la
veracidad de Dios para afirmar que existen. Esto es así porque desconfía de los
sentidos (ellos son los que nos manifiestan que hay cuerpos), más de una vez -dice
él- los sentidos nos han engañado (en sueños, alucinaciones, espejismos, etc.) por lo
tanto, no es lícito fiarse absolutamente de ellos. Necesitamos de la veracidad de
Dios que garantice que lo que se me aparece como existiendo independientemente
de mí, realmente existe afuera. En realidad esto es consecuencia de su criterio de
verdad que, como dijimos, parte de su razón. Parto de mi inteligencia y uso a Dios
de puente para llegar a la realidad extramental. (ver texto 42)
187. Para Descartes los espíritus y los cuerpos serán dos cosas distintas, dos
substancias distintas, por lo cual se le hará sumamente complicado explicar la unión
del alma y el cuerpo en el hombre. Recordemos que para Aristóteles la substancia es
el hombre y el alma (la forma substancial) y el cuerpo (la materia prima) son dos co-
principios que se reclaman recíprocamente, por lo que, para él, no hay ningún
problema de unión. En cambio en Descartes, por decir que son dos substancias
distintas y absolutamente distintas, la unión del hombre queda seriamente
comprometida. A continuación, un texto donde afirma que espíritu y cuerpo son dos
substancias distintas. (Ver texto 43)
188. El problema intentará solucionarlo de una manera realmente poco digna de su
genio. Hablará, muy confusamente, de una glándula pineal situada detrás del cerebro
donde se concretaría la tan deseada comunicación de cuerpo y alma. Pero,
evidentemente, esto no soluciona nada porque, si la glándula es corpórea lo único
que hace es retrasar el problema, no explica cómo se une el alma a la glándula y si
es espiritual, estaría afirmando que los espíritus son extensos y además, no
explicaría la comunicación de la glándula con el resto del cuerpo. Digamos que este
problema es insolucionable desde la postura dualista de Descartes.

Dios

189. Descartes esboza varios argumentos para demostrar la existencia de Dios, uno de
ellos consiste en ver a Dios como causa necesaria de su idea de un ser perfecto:
190. Fundamentalmente dice que: tengo en mí la idea de un ser perfecto, no puedo ser
yo, imperfecto, la causa de esa idea perfecta, por lo tanto tiene que existir una causa
perfecta de esa idea perfecta y es lo que todos llamamos Dios. (ver texto 44)
191. Y, otro argumento, más acorde con su método, consistía en analizar la idea de
Dios y ver que necesariamente implicaba su existencia: Así como en la idea de
triángulo está necesariamente que tenga tres lados, así en la idea de Dios está
necesariamente su existencia. Si analizo su idea me doy cuenta que necesariamente
tiene que existir porque la idea de Dios implica la de un ser perfecto y la idea de
perfección la de existencia (es más perfecto algo que existe). (ver texto 45)
192. Se le podría objetar a Descartes dos cosas con respecto a sus demostraciones de
la existencia de Dios. Primero que comete una falacia conocida como petición de
principio (que consiste en suponer en las premisas la conclusión) porque, las
Apuntes sobre Filosofía de las Ciencias y del Arte 39

demostraciones de la existencia de Dios dependen de su criterio de verdad pero, a su


vez, su criterio se fundamenta en la existencia de Dios. Por otro lado es ilícito el
paso que hace de la idea de Dios a la existencia de Dios. De la idea sólo puedo
demostrar la existencia de las ideas, pero no de realidades extramentales. Para
demostrar la existencia de una realidad extramental, tengo que partir de una realidad
extramental.

Blaise Pascal.

Biografía

193. Blaise Pascal nació en Clermond-Ferrand, el 19 de


junio de 1623 y moría el 19 de agosto de 1662. Su
madre también muere cuando él era muy pequeño
(tenía tres años) y es educado por su padre que a los
nueve años lo traslada a París. Era un niño sumamente
precoz, tanto que tenía asustada a toda sus familia con
su desarrollo intelectual tan temprano: a los 12 años
escribió un ensayo sobre acústica, a los 16 sobre
matemática y a los 19 diseñó una máquina para
facilitar los cálculos que su padre debía realizar en su
trabajo. Fue un genio que brilló en prácticamente
todas las ciencias, y a diferencia de Descartes, su
espíritu no se limitaba a las ciencias exactas, sentía Blaise Pascal
(1623-1662)
incluso mucha más atracción por la moral o la
teología.

Contribuciones científicas:

194. Como acabamos de decir ha hecho grandes aportes en casi todos los campos: en
matemática inició el cálculo combinatorio (deducir todas las combinaciones posibles
entre un número dado de términos), el cálculo de probabilidades y el infinitesimal)
En física descubrió la presión atmosférica. Pensó que si el aire pesaba, debía pesar
más en los valles que en las montañas y, al realizar el experimento, comprobó su
intuición.

Método

195. En cuanto al método, respeta mucho el método cartesiano (geométrico) pero,


tiene unas diferencias no pequeñas. Primero, le da mucha más importancia al
experimento, aunque es cierto que lo hacía más en oposición a los aristotélicos que
a la matemática. Ver en el texto 46 lo que escribió el día siguiente de realizar el
experimento que le reveló la presión atmosférica.
196. También en oposición a Descartes, si bien acepta -cono dijimos- su método,
reconoce que no es el único y, posiblemente, tampoco el más importante. Además
del método de la demostración que se dirige a la inteligencia, está el de la
Apuntes sobre Filosofía de las Ciencias y del Arte 40

persuasión que se dirige al corazón. Afirma, por ejemplo, que las pruebas de la
existencia de Dios, aún siendo verdaderas, no convencen a nadie, que primero es
necesario persuadirlos, es decir: hacerles desear que Dios existe y después sí, con el
corazón dispuesto, pueden aceptar la demostración. (ver texto 47)
197. Contra los antiguos dice que, en realidad, no son los más antiguos sino los más
jóvenes. La edad madura hay que buscarla lo más lejos del nacimiento y ellos están
más cerca que nosotros de él, así relativiza su autoridad. Además afirma que por
más antiguos que sean, la verdad es más antigua que ellos. (ver texto 48 y 49)

Aprecio por la ciencia:

198. Con respecto a su postura frente a la ciencia, si bien tenía un gran entusiasmo en
su juventud, lo fue perdiendo poco a poco, hasta desencantarse de ella (algo
parecido a lo que le sucedió a Ernesto Sábato). (ver texto 50)
199. Es un autor, en este sentido, no tan fanático como Descartes. Toma altura con la
ciencia, reconoce sus límites (no puede explicar correctamente al hombre). No
confunde los métodos como Descartes.

Filosofía

200. Es un autor muy poco sistemático en su filosofía, la ha escrito en forma de


pensamientos, (así se llama la obra), Toda la obra es muy rica pero sólo veremos su
doctrina sobre los tres órdenes. La noción de orden tiene origen matemático: es un
conjunto de magnitudes que tienen la misma naturaleza y entre dos órdenes hay un
corte, una heterogeneidad radical. Una magnitud de un determinado orden, por más
que la agrande, nunca supera su orden. Por ejemplo, por más larga que haga una
recta, nunca obtendré un plano (recta y plano son de distinto orden). Su definición
de orden es la siguiente: Un conjunto de magnitudes, homogéneo en sí mismo y
heterogéneo respecto de todo lo demás.
201. La noción de orden la aplica a toda la realidad (no confunde el método,
simplemente toma una idea y la enriquece aplicándola, analógicamente, a otras
realidades). Dice que existen tres órdenes: el material, el espiritual y el
sobrenatural. En el orden material está compuesto por todos los cuerpos que son
homogéneos entre sí. Pero el hombre está dotado de sensibilidad por lo que
encuentra en el mundo cierto número de magnitudes, como los placeres, las
riquezas, el poder, las que, con razón se llaman magnitudes carnales. Las
magnitudes espirituales son, para Pascal, estrictamente intelectuales; son las
ciencias, la geometría, los inventos. Pero también existe el orden sobrenatural,
donde Jesucristo es el centro, el ideal de este orden es la santidad y su ley
fundamental la caridad.
202. Entre los órdenes hay un corte irreductible, el espíritu está a una distancia
infinita de los cuerpos, la riqueza es pura nada con respecto a la ciencia, por más
riquezas que acumule, no por ello obtendré un sólo pensamiento: todas las riquezas
del mundo no equivalen ni a un sólo pensamiento. El rico es incapaz de percibir la
grandeza del sabio. El orden sobrenatural está, a su vez, a una distancia
infinitamente más infinita que la del espíritu al cuerpo, de tal manera que, para ella
son prácticamente iguales, los dos forman la naturaleza. Toda la ciencia es incapaz
Apuntes sobre Filosofía de las Ciencias y del Arte 41

de engendrar el más mínimo movimiento de caridad, el sabio es incapaz de percibir


la naturaleza del santo.

Dios

203. Como ya dijimos, tiene varias demostraciones de la existencia de Dios, pero por
lo que se destaca es por la persuasión, donde tiene un modo muy conocido por su
originalidad, la apuesta (ver texto 51)
204. Resumiendo: Si hay 50% de que Dios exista y otro 50% de que no y si Él existe,
apostando nuestra vida ganaremos una vida infinita en extensión y felicidad y,
además, estamos obligados a apostar (porque no apostar es apostar que no), es una
insensatez apostar a que no existe. Un ejemplo tal vez ilustre: Si nos obligaran a
apostar a la caída de una moneda, de tal manera que si sale cara ganaremos todo el
oro del mundo y si sale cruz no ganaremos nada, ¿quien apostaría a la cruz?
205. También tuvo intervenciones en teología, aunque no muy acertadas. Luchó
contra dos posturas opuestas: el pelagianismo que tanto minimiza los efectos del
pecado original que niega la necesidad de la gracia y el luteranismo que exagera
tanto las consecuencias del pecado original que la sólo la gracia puede salvar al
hombre, sin ningún mérito propio. Pascal busca un equilibrio entre las dos posturas,
pero no logra encontrarlo.

Isaac Newton
Biografía

206. Isaac Newton nace el 4 de enero de


1643 y muere el 20 de marzo de 1727.
Fue un hombre de un temperamento
muy difícil. De niño había tenido
muchos problemas de salud, era muy
nervioso y por ello fue que en 1692,
cuando, al quemársele su casa perdió
gran parte de sus documentos
permaneció durante 18 meses
prácticamente loco y, si bien luego se Isaac Newton
(1643-1727)
recuperó, nunca volvió a tener su
genialidad anterior. Todos sus grandes
descubrimientos pertenecen, entonces, a su primer etapa. Luego sigue trabajando en
ciencia, y con mucho éxito, pero ya no concebirá nuevas ideas. Se cuenta que,
durante la época en la que estaba elaborando la teoría de la gravitación, podía
quedarse sentado en su cama, a medio vestir, desde la mañana y durante largas
horas, inmóvil, pensando y que, si se le decía que ya había almorzado se lo creía sin
dificultad.
207. Fue, sin duda, uno de los grandes genios de la ciencia, de esos que aparecen muy
de vez en cuando. Tan apreciado y respetado fue en su época que su autoridad en
ciencia sólo era comparable con la que había tenido Aristóteles, pero en una época
muy reacia a aceptar cualquier tipo de autoridad. Sin embargo no sólo a su
Apuntes sobre Filosofía de las Ciencias y del Arte 42

capacidad se debe su éxito. Coincidió con su genialidad, el oportunismo en el


momento histórico en el que aparece. Antes de él había habido grandes genios que
le habían preparado el terreno. Como el mismo dijo “Si yo he visto más que otros
hombres, es porque estaba de pie en hombros de Gigantes.”

Contribuciones científicas:

208. De sus numerosos e importantes descubrimientos científicos, destacaremos


solamente tres: En primer lugar desarrolló ampliamente la teoría corpuscular de la
luz. Hay dos grandes teorías que tratan de explicar la naturaleza de la luz. La teoría
ondulatoria sostiene que la luz es una onda y la corpuscular que está formada por
pequeños corpúsculos. La ciencia aún no se ha pronunciado a favor de ninguna de
ellas, o más bien, a favor de ambas; porque ciertos experimentos sólo pueden
explicarse si la luz es una partícula y otros sólo si es una onda. Newton, entonces,
fue un gran defensor de la teoría corpuscular.
209. En segundo lugar fue el padre del cálculo infinitesimal (en realidad se discute la
paternidad entre él y Leibnitz, que parece haberlo descubierto antes y publicado
después).
210. Y, finalmente, y por lo que es considerado uno de los más grandes científicos de
todos los tiempos, descubrió la ley de gravitación universal. Es, con esta ley, el
primero que logra someter a una misma regla todo el universo, uniendo así el mundo
sublunar y el de las estrellas fijas. Como ya hemos visto, esto hubiera sido imposible
sin la influencia del cristianismo que, al afirmar que todo había sido creado, sentaba
las bases para una ciencia que se aplicara a todo el universo (ver n.??-¿?).

Método

211. El método de Newton se oponía fuertemente al de Descartes. En efecto otorgaba


un valor mucho mayor a la experiencia, de tal manera que sólo si era verificado
empíricamente podía ser considerado como verdad (en ciencia). No tenía, como
Descartes, una exagerada confianza en las matemáticas, las reconocía como un
instrumento válido, pero si las largas cadenas de razonamientos no tenían una
verificación en un experimento, eran sólo hipótesis. (Ver texto 53)
212. Esta primacía de la experiencia es, en el fondo, el triunfo del espíritu
aristotélico. Así, a pesar de ser despreciado (más por lo que decían los
“aristotélicos” que el mismo Aristóteles), triunfa su espíritu, que había empezado a
correr peligro con el método cartesiano.

Filosofía

213. Con respecto a su filosofía es justo reconocer que es más bien mediocre, pero
evidentemente no se lo puede culpar por ello. Fue un científico y en lo suyo fue el
mejor. Sin embargo, si tuvo mucho interés por Dios (tanto especulativamente como
por ser un hombre de fe) por lo que desarrollaremos brevemente el tema. Lo primero
que hay que decir es que se afirma que ha escrito más de teología que de ciencia
(aunque su teología es bastante pobre y roza la herejía). Newton era un hombre de
Apuntes sobre Filosofía de las Ciencias y del Arte 43

fe, no necesitaba de la ciencia para llegar a Dios, sin embargo encontró en ella una
demostración más de la existencia y grandeza del creador.

Dios

214. En primer lugar ve en el orden natural (que él lo descubre mucho más


claramente por su conocimiento científico) una prueba de la existencia de Dios. Es
el famoso argumento por la finalidad de la existencia de Dios (la quinta vía de Santo
Tomás de Aquino) y aunque bastante empobrecida metafísicamente, muy
enriquecida estaba por la contribución de la ciencia a descubrir el orden. (ver texto
54)
215. Pero, Newton ve otra necesidad de Dios a través de la ciencia. En todas
aquellas cosas que la ciencia no puede explicar hace intervenir a Dios de una manera
especial. Principalmente dos problemas presentaba su sistema y en ellos es donde
mete a Dios. Por un lado no podía explicar porqué las estrellas fijas no chocan todas
entre sí atraídas por su fuerza gravitatoria y, además, el sistema se le desajustaba
cada tanto y necesitaba meter a Dios para restablecer el orden (algo parecido a lo
que nos pasa a nosotros con el calendario que, cada cuatro años, debemos agregar un
día para ajustar el sistema).
216. 146. Esta intervención de Dios en las “lagunas” científicas, además de ser una
respuesta muy poco científica, traerá graves consecuencias para la ciencia posterior.
Porque a medida que los científicos logren ir explicando estas lagunas, Dios se hará
cada vez menos necesario para explicar el universo. Pero Dios es necesario por
razones metafísicas que no dependen de las lagunas científicas. Ver en el texto 55
cómo responde Leibnitz a esta posición de Newton.

Albert Einstein
Biografía

217. Albert Einstein nació el 14 de


marzo de 1879 en Ulm, Alemania del
Sur. Muere el 18 de abril de 1955 en
Princeton. Fue, con Newton, el más
grande científico de todos los tiempos.
Revolucionó la física de una manera
tan radical como el paso de la Albert Einstein
aristotélica a la newtoniana. Fue, (1897-1955)
además de un científico brillante, un
gran humanista. Escribió más de temas humanistas (paz, política, ética, educación,
etc.) que sobre temas científicos. En 1952, por ejemplo, se le ofrece la presidencia
de Israel (que no acepta). En efecto, aunque era de origen judío y siempre defendió a
su raza (sobre todo contra el nazismo, que también lo persiguió a él por lo que tuvo
que emigrar a EEUU) su religión era bastante particular y, como veremos, se aleja
mucho de la judía. Fue un gran pacifista, aunque se lo acusa de haber motivado la
creación de la Bomba Atómica. Es cierto, por un lado, que sin su teoría de la
Relatividad hubiera sido imposible inventarla, pero, por otro lado (y por esto se lo
Apuntes sobre Filosofía de las Ciencias y del Arte 44

acusa) también es cierto que comunicó al gobierno de los EEUU la posibilidad de la


bomba por temor a que los científicos alemanes ya la hubieran desarrollado. En todo
caso, sus fines, siempre fueron pacifistas.

Contribuciones científicas

218. En 1905, cuando trabajaba en una oficina de patentes (su trabajo consistía en
describir los inventos que debían ser patentados) propuso la teoría especial de la
relatividad (algunos años más tarde publicará la teoría general de la relatividad,
1913) Sin duda es una teoría muy complicada y escapa, tanto a los objetivos de estas
clases como a la capacidad nuestra, el hacer una exposición detallada de la misma.
En la época de Einstein se cuenta que sólo tres personas la comprendían. Además de
Einstein, un era Eddinton que, cuando le preguntaron qué pensaba de ser una de las
tres únicas personas que comprendían la teoría de la relatividad, se cuenta que
después de hacer un breve silencio dijo: “estoy pensando quien es la tercera
persona”. Sin embargo daremos unas nociones muy vagas pero que servirán para
saber, por lo menos, de que se trata.
219. Como en el caso de Newton, la genialidad de Einstein coincidió con una época
propicia para grandes revoluciones. Habían descubierto accidentalmente (en un
experimento que trataba de demostrar la existencia del “éter”) que la luz se propaga
a 300.000 km por segundo cualquiera sea el sistema de referencia. ¿Qué tiene esto
de especial?
220. Si un cuerpo se mueve con determinada velocidad en un cuerpo que a su vez
también está en movimiento con una velocidad propia, para un observador que está
en reposo (enseña Newton) la velocidad será igual a la suma de las dos velocidades
si los cuerpos van en la misma dirección y a la resta si van en contraria. Por ejemplo
si yo camino en dirección al chofer a 5 km/h en un colectivo que a su vez se
desplaza a 60 km/h, con respecto a una persona que está en la calle, yo me desplazo
a 65 km/h (se suman las velocidades). Si yo fuera hacia atrás del colectivo, me
desplazaría a 55 km/h (se restan las velocidades). En el caso de la luz, y esto es lo
asombroso, inexplicable desde la física de Newton, si yo enciendo una linterna en el
colectivo, desde el fondo de tal manera que el rayo de luz avance en la misma
dirección que el colectivo, la velocidad de la luz con respecto a un observador que
está afuera no es (como diría Newton) de 300.000 km/seg más los 60 km/h del
colectivo, sino de 300.000 km/h. No importa cuál sea la velocidad del móvil sobre el
cual se envía un rayo de luz, ni si el móvil va en la misma o en contraria dirección,
para cualquier observador la luz se desplaza a 300.000 km/seg. Este es el postulado
más importante de la teoría de la relatividad: la velocidad de la luz (300.000 km/seg
= c) es absoluta para cualquier sistema de referencia. Además es la velocidad límite
del universo, nada puede ir a una velocidad mayor.
221. De este postulado Einstein deduce las consecuencias de la teoría que son
ampliamente populares: 1) el tiempo se va retrasando en un cuerpo en movimiento
hasta llegar a detenerse si la velocidad es c; 2) la longitud de los cuerpos disminuye
en la dirección del movimiento hasta llegar a desaparecer si la velocidad es c; 3) la
masa de los cuerpos crece con la velocidad hasta hacerse infinita si llegara a
alcanzar a c. Todas estas consecuencias, ciertamente impresionantes, son
insignificantes cuando las velocidades son muy pequeñas, sólo cuando se acercan a
c, se comienza a notar las diferencias.
Apuntes sobre Filosofía de las Ciencias y del Arte 45

222. Analicemos uno de los experimentos ideales con los que Einstein demuestra una
de estas consecuencias (en este caso la de la disminución del tiempo). Imaginemos -
dice Einstein- que un tren un pasajero envía un rayo de luz desde le piso hacia el
techo del tren y que en el techo hay un espejo que hace rebotar la luz y volverla a su
fuente, y que el tren se desplaza a una velocidad de 240.000 km/seg.. Supongamos
que hay un observador en la plataforma del tren (es decir en reposo) y otro en el
tren. Supongamos que el observador de la plataforma determinó que entre la
emisión y vuelta del haz de luz pasaron 10 seg. En éstos la luz recorrió 300.000 km
x 10 = 3.000.000 km. Pero el movimiento que ve el observador desde afuera no es el
mismo que ve el observador que está en el tren. El del tren ve que la luz sube y baja
al mismo punto (a la fuente de luz) pero el que está en la plataforma ve que la luz
describe una diagonal (porque el tren se está moviendo) al subir y otra al bajar (ver
figura) de tal manera que si llamamos A al punto donde sale el rayo de luz, B al
punto donde llega al espejo y C al punto cuando regresa a la fuente, concluimos que
los lados AB y BC del triángulo isósceles ABC miden 1.500.000 km cada uno. El
lado AC vale de acuerdo a la distancia recorrida por el tren en 10 seg., 240.000 x 10
= 2.400.000 km.
223. Ahora es fácil determinar la altura del vagón que será la altura del triángulo
ABC. Recordemos que en un triángulo rectángulo, el cuadrado de la hipotenusa AB
es igual a la suma de los cuadrados de los catetos (AD y BD) (llamemos D al punto
medio entre AC. De la igualdad AB2 = AD2 + BD2 , tenemos la altura del vagón
BD = 900.000 km. Ahora bien, desde el punto de vista del pasajero que está dentro
del tren, el camino recorrido por el haz de luz desde el techo hasta el suelo del vagón
es indudablemente el doble de la altura (ida y vuelta), o sea: 2 x 900.000 km =
1.800.000 km. Para recorrer esta distancia la luz necesita 1.800.000/300.000 = 6
segundos. Por lo tanto lo que para el observador dentro del tren son 6 segundos, para
el que está fuera son 10. El tiempo pasa, dice Einstein, más despacio en el tren, en
un cuerpo con determinada velocidad. Por supuesto la velocidad es relativa por lo
que si realizamos el experimento en la plataforma, el que está en el tren verá que
tarda 10 segundos y el de la plataforma, 6 segundos. se acortan y las masas
aumentan.
Observador dentro del Tren Observador fuera del Tren

Espejo C
Rayo de Luz

D
Fuente de Luz A B

224. Veamos para terminar las fórmulas y reflexionemos un segundo sobre ellas.
225. A) La longitud: L´ = L. √ (1-v2/c2) Donde L´ es la longitud del cuerpo en
movimiento, L es la longitud del cuerpo en reposo, c es la velocidad de la luz y v es
la velocidad entre el cuerpo y el sistema de referencias. Vemos que si v es muy
pequeña el término v2/c2 tiende a 0, por lo tanto L´ es prácticamente igual a L. Si v
va creciendo, L´ va disminuyendo y si v = c, entonces el término (1-v2/c2) es igual a
Apuntes sobre Filosofía de las Ciencias y del Arte 46

0, por lo que la longitud L´ es cero, es decir si el cuerpo va a la velocidad de la luz,


desaparece.
226. B) El Tiempo: t´= t. √ (1-v2/c2) Donde t´ es el tiempo del cuerpo en movimiento
y t el tiempo del cuerpo en reposo. El análisis es igual que con la longitud (la
ecuación es prácticamente igual) si la velocidad se acerca a la de la luz, el tiempo se
va deteniendo hasta ser igual a cero si alcanza la velocidad de la luz. Si la velocidad
es muy pequeña, la diferencia entre los tiempos es insignificante.
227. C) La Masa: m´ = m / √ (1-v2/c2) Donde m´ es la masa del cuerpo en
movimiento y m la masa del cuerpo en reposo. Si la velocidad es insignificante el
término √ (1-v2/c2) tiende a uno porque v2/c2 tiende a cero y √ 1 = 1. por lo tanto la
m´ es muy parecida a la m. Si la velocidad aumenta, el término (1-v2/c2) va
tendiendo a 0, por lo tanto, todo tiende m/0 que sabemos que es infinito, por lo tanto
si v = c, la masa es infinita.
228. D) Suma de velocidades: Vab = (Va + Vb)/ .(1+ ((Va x Vb)/ c2)) Recordemos
que para Newton la velocidad total era la suma de las velocidades: Vab = (Va + Vb).
Einstein agrega el último término. Si las velocidades son muy pequeñas el término
agregado por Einstein (1+ ((Va x Vb)/ c2)) tiende a 1, por lo que la ecuación es
prácticamente igual a la de Newton, pero si las velocidades crecen, el término va
influyendo cada vez más. Como va creciendo, el resultado final va disminuyendo,
de tal manera que, cuanto más alta es la velocidad, más influye el término agregado
por Einstein. ¿Qué pasa si las dos velocidades son iguales a la de la luz (Va = Vb =
c)? Según Newton, la resultante sería igual a 2c (dos veces la velocidad de la luz).
Pero sabemos que para Einstein eso es imposible, c es la velocidad límite del
universo, 2c no tiene sentido. Veámoslo en su ecuación: (reemplazamos Va y Vb
por c) Vab = (c + c)/ .(1+ ((c2/ c2)) o sea: 2c/2, o sea: c. ¡La suma de dos
velocidades iguales a la velocidad de la luz, es la velocidad de la luz!

Dios

229. ¿Qué pensaba Einstein de Dios? Para él, sostener que Dios es un ser personal es
una antropomorfización (atribuir a Dios atributos del hombre), pero en realidad es el
hombre el que está hecho a imagen de Dios, por eso no es extraño -deberíamos
decirle a Einstein- que Dios se parezca, en algunas cosas, a nosotros. Afirma que
una moral basada en la recompensa y el castigo no es ética. (ver texto 56)
230. En cierto sentido tiene razón, si sólo basamos la ética en el miedo al infierno o
las ganas de poseer los bienes del cielo, pero lo que no es cierto es que los cristianos
afirmen eso: para ellos uno debe cumplir la voluntad de Dios por amor a Dios, no
por deseo de recompensa ni miedo al castigo, por lo menos ese es el estado de
santidad al cual todos aspiramos. Un poema lo expresa claramente, ver texto 57.
231. Recordemos que de las cuatro causas, dos son intrínsecas (pertenecen al efecto,
lo componen) y dos son extrínsecas (lo causan sin confundirse con él) Dios es la
causa eficiente y final del universo (por eso, por ser intrínseca no es parte de la
Creación, la trasciende) (ver parr. ¿?-¿?). Para Einstein Dios es como si fuera -
Einstein no lo dice así porque no manejaba el lenguaje aristotélico- la causa formal,
explica el mundo, pero desde dentro, no se distingue realmente de él. En el siguiente
texto se ve claramente. Dios es la razón que se manifiesta en la naturaleza, es decir
las leyes científicas. (ver texto 58)
Apuntes sobre Filosofía de las Ciencias y del Arte 47

232. Por eso llegará a afirmar que: “La única gente profundamente religiosa
son los investigadores científicos serios.” (A. Einstein, Mis ideas y opiniones,
Antoni Bosch, Barcelona, 1981, pág. 35)

Stephen W. Hawking
Biografía

233. Stephen William Hawking nació el 8 de enero


de 1942, exactamente 300 años después de la
muerte de Galileo, coincidencia ésta que se
enorgullece en remarcar cada vez que puede. La
ciudad de Oxford le dio a luz tanto física como
intelectualmente. Sus padres vivían en Londres
pero, a causa de los peligros de la Segunda Guerra
Mundial, sólo Oxford y Cambridge eran ciudades
seguras para nacer, pues los alemanes habían
prometido no bombardearlas. Stephen nunca se
destacó en sus estudios, más de una vez él a
contado que, cuando tenía doce años uno de sus
amigos le apostó una bolsa de caramelos a otro que
Stephen W. nunca llegaría a nada. Su padre quería
que estudiara medicina pero el prefería las Stephen W. Hawking
matemáticas. En 1959 ingresó en el University (n. 1942)
College of Oxford en la carrera de física, pues no
existía, en aquella época, las matemáticas como carrera en aquella universidad.
Cuenta que, en aquel momento en Oxford se vivía un ambiente de anti-estudio.
Entre los alumnos existían dos posibilidades, o ser brillante y hacer una buena
carrera sin esfuerzo o aceptar las propias limitaciones y llevar una carrera mediocre.
Afirma que en Oxford no estudiaba más de una hora por día. Luego de concluir sus
estudios se trasladó a Cambridge para dedicarse a la Cosmología, buscando realizar
su tesis de doctorado con Fred Hoyle, el más distinguido astrónomo británico de la
época, pero finalmente su supervisor fue Denis Sciama. Durante su último año en
Oxford se le diagnosticó la enfermedad que lo anclará en una silla de ruedas por el
resto de sus días, E.L.A. (Esclerosis Lateral Amiotrófica). Esta terrible enfermedad
va inmovilizando paulatinamente los músculos, según los médicos, la muerte lo
alcanzaría antes de terminar su tesis, pero afortunadamente es un caso atípico, la
enfermedad se va desarrollando increíblemente despacio. En la fiesta de Año
Nuevo de 1962, un mes después de enterarse de su enfermedad, conoció a Jane
Wilde, doctora en literatura portuguesa medieval, con quien contrajo matrimonio en
1965 y se ha divorciado recientemente. Tuvo tres hijos, su famoso libro, “Historia
del Tiempo”, comenzó a escribirlo para poder pagar los estudios de una de sus hijas,
aunque cuando concluyó el libro, su hija ya había terminado sus estudios.
Actualmente se expresa por medio de un sintetizador vocal puesto que, a causa de
una neumonía, se le realizó una traqueotomía que lo dejó mudo, cuando ya se
expresaba con dificultad. Cuenta el que ahora se puede expresar mejor, lo único que
le molesta es el acento americano con el que habla por culpa del artefacto. Stephen
Hawking es, seguramente, el científico que goza de más fama actualmente, es
Apuntes sobre Filosofía de las Ciencias y del Arte 48

incluso, comparado con A. Einstein. Es titular de la Cátedra Lucasian de Cambridge


que fue ocupada por Newton. Gran defensor de la Teoría del Big Bang, es uno de
los que más ha contribuido al estudio de los Agujeros Negros. Su pensamiento se
destaca por su agudeza e inteligencia en cuestiones científicas y la audacia para
tratar, a veces sin mucho éxito, temas tan profundos como el sentido de nuestra
existencia o la existencia de Dios.

Teoría científica de Hawking:

Efecto Doppler
234. Cuando en los años veinte se empezó a analizar el espectro de las estrellas que
no pertenecen a nuestra galaxia se observó un hecho muy peculiar:

... estas estrellas poseían los mismos conjuntos característicos de colores


ausentes que las estrellas de nuestra propia galaxia, pero desplazados todos
ellos en la misma cantidad relativa hacia el extremo del espectro
correspondiente al color rojo. Para conocer las implicaciones de este
descubrimiento, debemos conocer primero el efecto Doppler. (S.W.Hawking,
Historia del Tiempo, p. 65)

235. Expliquemos entonces el efecto Doppler. Aunque parezca paradójico, no hay


nada más obscuro para la ciencia que la naturaleza de la luz. En efecto, parece en
algunas oportunidades comportarse como una onda y en otras como una partícula.
Pero, esquivemos porque escapa a los objetivos de este trabajo el problema
epistemológico que despierta la luz y digamos que para explicar el espectro
debemos considerarla como una onda. A cada color corresponde una frecuencia de
onda distinta. La frecuencia no es otra cosa que la cantidad de ciclos completos de
la onda que pasan por segundo. Si las ondas son más largas la frecuencia será menor
porque en un determinado período de tiempo pasarán menos ondas e, inversamente,
si las ondas son más cortas, la frecuencia es mayor. Uno de los extremos del
espectro está ocupado por el color rojo que corresponde a la frecuencia más baja
(ondas más largas); el otro extremos al azul de alta frecuencia y, por lo tanto, ondas
más cortas.

Supongamos que el cuerpo que emite la luz que analizamos en el espectro se


esté acercando a nosotros. Cada vez que la fuente emita la siguiente cresta de
onda, estará más cerca de nosotros, por lo que el tiempo que cada nueva cresta
tarde en alcanzarnos será menor que cuando la estrella estaba estacionaria.
Esto significa que el tiempo entre cada dos crestas que llegan a nosotros es más
corto que antes y, por lo tanto, que el número de ondas que recibimos por
segundo (es decir, la frecuencia) es mayor que cuando la estrella estaba
estacionaria. (p.66)

236. Si el cuerpo se aleja de nosotros se producirá el efecto contrario: disminuye la


frecuencia. Al analizar el espectro se observa que, si el cuerpo se acerca a nosotros,
habrá un desplazamiento hacia el extremo azul y si el cuerpo se aleja, hacia el rojo.
Si conocemos el espectro que debería tener el cuerpo en reposo y analizamos el que
tiene en movimiento no sólo podemos saber si se acerca o se aleja sino también con
Apuntes sobre Filosofía de las Ciencias y del Arte 49

qué velocidad lo hace. Esta relación entre frecuencia y velocidad es lo que se llama
efecto Doppler, que era ya conocido porque lo mismo se producía en la ondas
sonoras.
237. Justamente un ejemplo tomado del sonido es ya clásico para explicar el
fenómeno, ejemplo tomado de experiencias mucho más cercanas a nosotros que una
estrella. Cuando escuchamos un automóvil pasar por la ruta notamos que cuando se
nos aproxima, su motor suena con un tono más agudo que lo normal (lo que
corresponde a una frecuencia más alta de las ondas sonoras) y cuando se aleja
produce un sonido más grave.
238. Cuando Hubble observó que los espectros de las estrellas de otras galaxias
manifestaban un corrimiento al rojo y que, cuanto más lejos estuvieran de la nuestra,
más hacia el rojo se corrían, comprendió en seguida lo que ello significaba: todas las
galaxias se estaban alejando de la nuestra y de tal manera que, las que estaban más
lejos lo hacían a una velocidad mayor. La única manera factible de explicarlo era
suponer que todo el universo se estaba expandiendo.

Agujeros Negros :
239. En 1969 John Wheeler bautizaba a unos extraños fenómenos con este nombre
pero, aunque el nombre es relativamente nuevo, el concepto ya aparecía en 1783
cuando John Michell propuso la posibilidad de la existencia de estrellas tan masivas
y compactas que la luz no podía escapar de ella. Sin embargo la propuesta de
Michell no tuvo éxito porque se basaba en la teoría corpuscular de la luz (sólo si la
luz es un cuerpo puede verse afectada por la influencia gravitatoria) que cayó en
desuso durante todo el siglo XIX.
240. 165.Cuando, durante este siglo, Albert Einstein disfruta de una corroboración de
su teoría de la Relatividad al observar en un eclipse que efectivamente la luz se ve
afectada en su trayectoria por la atracción gravitatoria, se vuelve a estudiar la
posibilidad de los agujeros negros, pero ahora en códigos relativistas y teniendo en
cuenta el ciclo de una estrella. En efecto las estrellas que no son inmutables como
pensaban los griegos tienen su propio ciclo vital. Se forma cuando una gran cantidad
de gas comienza a colapsar sobre sí mismo por efecto de la propia atracción
gravitatoria. Los átomos del gas por la cercanía comienzan a colisionar entre sí
calentándose y durante mucho tiempo la estrella se estabiliza dando luz y calor pero
al acabársele el combustible se enfría y contrae. Al suceder esto algunas estrellas,
según su masa y su tamaño, recuperarán el equilibrio, otras explotarán y algunas se
colapsarán sobre sí mismas y es tan fuerte la atracción que ejerce el agujero negro
que ni la luz puede escapar de él.

Finalmente, cuando la estrella se ha reducido hasta un cierto radio crítico, el


campo gravitatorio en la superficie llega a ser tan intenso, que los conos de luz
se inclinan tanto hacia dentro que la luz ya no puede escapar. De acuerdo con la
teoría de la relatividad, nada puede viajar más rápido que la luz. Así si la luz no
puede escapar, tampoco lo puede hacer ningún otro objeto; todo es arrastrado
por el campo gravitatorio. Por lo tanto, se tiene un conjunto de sucesos, una
región del espacio-tiempo, desde donde no se puede escapar y alcanzar a un
observador lejano. Esta región es lo que hoy en día llamamos agujero negro. Su
frontera se denomina el horizonte de sucesos y coincide con los caminos de los
rayos luminosos que están justo a punto de escapar del agujero negro, pero no
lo consiguen. (p.127)
Apuntes sobre Filosofía de las Ciencias y del Arte 50

241. El oscuro final que le espera a una estrella, llamado justamente agujero negro,
fue descrito como una singularidad por un físico y matemático británico, Roger
Penrose, en 1965 (aún antes de que fuera llamado “agujero negro”). En efecto,
Penrose, aplicando la teoría general de la Relatividad, demostró que una estrella que
se colapsara sobre sí misma por efecto de su propia gravedad queda atrapada en una
región cuya superficie se reduce con el tiempo a tamaño cero. Toda la materia estará
comprimida en una región de volumen cero. La densidad será, por lo tanto, infinita y
también la curvatura espacio-temporal. Esto es lo que en matemática se conoce
habitualmente como una singularidad.
242. La singularidad es un concepto de origen matemático. Cuando en una
determinada función aparece una región que es irresoluble, por ejemplo porque
debemos dividir por cero, nos hallamos frente a una singularidad. Un punto singular
sería, por ejemplo la tangente de p/2, pues la tangente es el cociente de seno sobre
coseno y el coseno de p/2 es 0. Esto aplicado al caso del agujero negro implica que
los conceptos de espacio y tiempo se vuelven intratables físicamente, lo cual
constituye un serio límite para la ciencia pues las matemáticas no pueden tratar
números infinitos.
243. Por ahora, sin embargo, sólo hemos hablado de la posibilidad de la existencia de
un agujero negro pero nada dice que aquella idea platónica que han concebido los
científicos tenga una imitación en el mundo sensible.

¿Cómo podríamos esperar que se detectase un agujero negro, si por su propia


definición no emite ninguna luz? Podría parecer algo similar a buscar un gato
negro en un sótano lleno de carbón. Afortunadamente, hay una manera. Como
John Michell señaló en su artículo pionero de 1783, un agujero negro sigue
ejerciendo una fuerza gravitatoria sobre los objetos cercanos. (p.136)

244. El físico británico es muy precavido, aún reconociendo que hay sistemas
gravitatorios que parecerían indicar la presencia de un agujero negro (como el
llamado Cygnus X-1), no lo afirma contundentemente.

La Singularidad en el Big Bang.


245. Luego de esta extensa pero necesaria introducción, estamos ya preparados para
comprender cuál es la contribución de nuestro autor a la cosmología contemporánea.
Lo mejor, sin duda, será escuchar su propio relato:

En 1965, leí acerca del teorema de Penrose según el cual cualquier cuerpo que
sufriera un colapso gravitatorio debería finalmente formar una singularidad.
Pronto comprendí que si se invirtiera la dirección del tiempo en el teorema de
Penrose, de forma que el colapso se convirtiera en una expansión, las
condiciones del teorema seguirían verificándose, con tal de que el universo a
gran escala fuera, en la actualidad, aproximadamente como un modelo de
Friedmann. El teorema de Penrose había demostrado que cualquier estrella
que colapse debe acabar en una singularidad. El mismo argumento con el
tiempo invertido demostró que cualquier universo en expansión, del tipo de
Friedmann, debe haber comenzado en una singularidad. (...) El resultado final
fue un artículo conjunto entre Penrose y yo, en 1970, que al final probó que
Apuntes sobre Filosofía de las Ciencias y del Arte 51

debe haber habido una singularidad como la del big bang, con la única
condición de que la relatividad general sea correcta y que el universo contenga
tanta materia como observamos. (pp.81-82)

246. Es decir Hawking afirma que, de la misma manera que una estrella termina en
una singularidad, el universo ha comenzado en ella y así le da al cosmos tan oscuro
nacimiento como negra es la muerte de una estrella.

Conclusiones filosóficas de Hawking:

247. De esta teoría científica Hawking extrae varias consecuencias filosóficas.


248. En primer lugar. El Big Bang asegura un inicio temporal del universo. Si hubo
un Big Bang es porque hubo un inicio y si hubo inicio, entonces es necesario apelar
a un Dios para explicarlo. De la nada, nada se hace, si el universo tuvo un origen de
algo debe haber sido hecho y ese algo tiene que ser distinto del universo.
249. En segundo lugar, la singularidad, como hemos dicho, implica un grave límite
para la ciencia. Dirá, entonces, Hawking, que para explicar el primer momento del
universo debemos apelar a Dios, porque la ciencia nada puede decir.
250. Para ver la tercer consecuencias filosófica debemos introducir una nueva noción
: la diferencia ente condiciones iniciales y leyes. En ciencia existe una clara y
clásica distinción entre condiciones iniciales y leyes que cada vez se hace menos
clara a medida que la ciencia se hace menos clásica. Las leyes son atemporales,
eternas si se nos permite y son expresadas mediante fórmulas que son, a su vez,
abstracciones y que están compuestas por determinadas variables que tienen que ser
reemplazadas por datos obtenidos mediante la experiencia. Estos datos o
condiciones iniciales son contingentes, no se deducen a priori sino que se obtienen
en las observaciones y sirven para concretar, materializar la abstracta ecuación.
251. Por ejemplo, si yo deseo saber en que lugar se encuentra un móvil en
determinado instante de tiempo, además de conocer la fórmula de la velocidad (de la
cual puedo despejar la de la distancia recorrida) V=E/T, donde V es la velocidad
constante del móvil, T el tiempo transcurrido y E la distancia, debo tener los datos
que puedan ser reemplazados en esa fórmula: la velocidad constante y el tiempo
transcurrido, en nuestro caso. Estos datos no los puedo obtener desde la fórmula,
son obtenidos mediante la experiencia. Esto se ve claro si recordamos que, en los
problemas que nos planteaban en nuestra escuela secundaria, debían darnos ciertos
datos, sin los cuales era imposible resolverlo. Además de los datos necesarios para
un problema puntual, hay ciertas constantes que también son dadas como datos en
los problemas (o deben saberse de memoria, según la exigencia del docente) pero
que, estrictamente hablando, no han sido deducidos de la teoría como por ejemplo la
magnitud de la carga eléctrica del electrón, como dice el mismo Hawking:

“Las leyes de la ciencia, tal como las conocemos actualmente, contienen muchas
cantidades fundamentales, como la magnitud de la carga eléctrica del electrón y
la relación entre las masas del protón y el electrón. Nosotros no podemos, por el
momento, predecir los valores de esas cantidades a partir de la teoría” (pág.
174)
Apuntes sobre Filosofía de las Ciencias y del Arte 52

252. Cuando en cosmología se habla de condiciones iniciales, se refieren a esos datos


que determinaron el comienzo del universo, es decir son condiciones
verdaderamente iniciales del universo. Las condiciones que permiten que, aplicadas
las leyes, se pueda llegar al universo tal cual hoy lo conocemos. Con las mismas
leyes, si las condiciones iniciales hubieran sido diferentes, el universo no sería tal
cual lo conocemos ahora, de la misma manera que si uno cambia los datos, aún
aplicando bien las leyes, el resultado es distinto.
253. Con el advenimiento de la Cosmología, las condiciones iniciales y su posible
determinación han cobrado una importancia fundamental, sin ellas es imposible
determinar la historia del universo. Tanto es así que Hawking asegura que el método
científico está separado en estas dos cuestiones, por un lado conocer las leyes y por
otro establecer las condiciones iniciales.
254. Las consecuencias filosóficas que extrae de las condiciones iniciales son dos : Si
las condiciones iniciales no pueden predecirse desde la teoría, es necesario apelar a
Dios para explicar por qué existen éstas y no otras.
255. Nuestro científico se da cuenta que las condiciones iniciales del universo
parecen haber sido elegidas con mucho cuidado para permitir la vida.

“El hecho notable es que los valores de esas cantidades parecen haber sido
ajustados sutilmente para hacer posible el desarrollo de la vida. Por ejemplo, si
la carga eléctrica del electrón hubiese sido ligeramente diferente, las estrellas, o
habrían sido incapaces de quemar hidrógeno y helio, o, por el contrario, no
habrían explotado. Por supuesto, podría haber otras formas de vida inteligente,
no imaginadas ni siquiera por los escritores de ciencia ficción, que no
necesitasen la luz de una estrella como el Sol o los elementos químicos más
pesados que son fabricados en las estrellas y devueltos al espacio cuando éstas
explotan. No obstante, parece evidente que hay relativamente pocas gamas de
valores para las cantidades citadas, que permitirían el desarrollo de cualquier
forma de vida inteligente. La mayor parte de los conjuntos de valores darían
lugar a universos que, aunque podría ser muy hermosos, no podrían contener a
nadie capaz de maravillarse de esa belleza.” (págs. 174-175)

256. Y afirmará, y ésta es la segunda consecuencia filosófica, que si esas condiciones


iniciales no pueden ser deducidas desde la teoría científica y manifiestan además
una maravillosa elección, es necesario recurrir a Dios para explicarlas.
257. Resumiendo, de cuatro datos parte Hawking para demostrar la necesidad de un
Creador : el origen temporal, la singularidad y de las condiciones iniciales, por su
arbitrariedad y porque parecen haber sido elegidas.

Nueva Teoría Científica

El Universo Autocontenido
258. El más fuerte opositor que tuvo el descubrimiento de Hawking fue el mismo
Hawking. Cuando, no sin esfuerzo, lograba convencer a la comunidad científica de
la necesidad de la singularidad en el big bang, tuvo que comenzar a convencerlos de
lo contrario.
Apuntes sobre Filosofía de las Ciencias y del Arte 53

Así, al final, nuestro trabajo llegó a ser generalmente aceptado y, hoy en día,
casi todo el mundo supone que el universo comenzó con una singularidad como
la del big bang. Resulta por eso irónico que, al haber cambiado mis ideas, esté
tratando ahora de convencer a los otros físicos de que no hubo en realidad
singularidad al principio del universo. (p.82)

259. Para comprender la nueva propuesta del físico británico, debemos tener en
cuenta que la gran revolución científica que sufrió la física desde principios de siglo
se debe a dos grandes teorías maravillosas y muy fecundas pero incompatibles entre
sí, al menos en principio. La teoría general de la Relatividad, que explica el universo
a gran escala, y la teoría Cuántica, que explica lo extremadamente pequeño, parecen
a veces resistirse tanto al matrimonio como el cambio y la permanencia, pero los
científicos no se han resignado y no son pocos los intentos de unificación.
260. La propuesta de Hawking, una más de las llamadas Teorías Cuánticas de la
Gravedad, ha sido bautizada por él mismo como propuesta del no-borde (The No-
boundary proposal) o del Universo Autocontenido. Trataremos brevemente de
explicarla. Comienza el físico británico haciendo una nueva interpretación de la
singularidad. Si bien es cierto que sigue siendo un límite para la ciencia, lo es sólo
para la ciencia clásica, para la relativista; pero lo que nos está diciendo la
singularidad es que en ella los efectos gravitatorios cuánticos son tan importantes
que no pueden ser ignorados y, reinterpretando el big bang desde la teoría cuántica
no será necesario apelar a la singularidad.

Sin embargo, lo que los teoremas de singularidad realmente indican es que el


campo gravitatorio se hace tan fuerte que los efectos gravitatorios cuánticos se
hacen importantes: la teoría clásica no constituye ya una buena descripción del
universo. Por lo tanto, es necesario utilizar una teoría cuántica de la gravedad
para discutir las etapas muy tempranas del universo. Como veremos, en la
teoría cuántica es posible que las leyes ordinarias de la ciencia sean válidas en
todas partes, incluyendo el principio del tiempo: no es necesario postular
nuevas leyes para las singularidades, porque no tiene por qué haber ninguna
singularidad en la teoría cuántica. (p.186)

261. Si bien, como lo reconoce el mismo Hawking, no poseemos una teoría que
combine exitosamente las dos grandes teorías parciales, un intento resulta de
incorporar la idea de la suma de historias de Feynmann según la cual una partícula
no tendría ya, como en la teoría clásica -dice Hawking, y como el sentido común
indica, agregamos nosotros-, una historia única, es decir un único recorrido. Se
supone que la partícula sigue todos los caminos posibles que unen esos dos puntos, a
cada uno de los cuales caminos se les asigna un par de números que representa el
tamaño de la onda y su fase. La probabilidad de que una partícula pase por un
determinado punto se halla sumando las ondas asociadas con cada camino posible
que pase por ese punto. Aunque técnicamente sea muy complicado, la idea central
es bastante clara, ya no se supone que recorre un único camino sino todos y para
saber si pasó realmente por un punto se calcula, sumando las historias, cuán
probable es.
262. Pero la aplicación de la suma de historias tiene una dificultad técnica y la única
forma de sortearla es recurriendo a un concepto de dudosa realidad, hasta por el
Apuntes sobre Filosofía de las Ciencias y del Arte 54

mismo nombre: el tiempo imaginario. Dice Hawking que, si bien puede sonar a
ciencia ficción, se trata de un concepto matemático bien definido. Los números
imaginarios surgen en matemáticas cuando uno desea obtener la raíz cuadrada de un
número negativo. Puesto que todo número multiplicado por sí mismo da un número
positivo, es imposible encontrar dentro de los números reales, la raíz cuadrada de un
número negativo. Es aquí donde la matemática recurre a los números imaginarios,
que son números reales multiplicados por i tal que el cuadrado de i (i2) es igual a
menos uno (-1). Es sin duda un procedimiento matemático sumamente ingenioso,
pero de dudoso correlato real. Justamente por eso nos resulta sospechosa la realidad
de un tiempo imaginario, para el cual se utilizan para medirlo números imaginarios
en vez de reales. Hawking llega al extremo de afirmar que el tiempo imaginario es,
el real y el real es imaginario.

Nuevas Consecuencias filosóficas

263. Hawking extrae nuevas consecuencias filosóficas de su nueva teoría. En todas


logrará eliminar a Dios.
264. En primer lugar, el mundo, según la teoría del Universo Autocontenido, no tiene
origen temporal, y si el universo es eterno, no puede ser creado, por lo tanto Dios no
es necesario para explicar el universo.
265. En segundo lugar, logra eliminar, también en el Universo Autocontenido, la
singularidad en el origen del universo. Dios no es necesario para explicar que pasa
en el inicio, porque ya la ciencia puede penetrarlo, puesto que no hay singularidad.
266. Finalmente y por ser eterno el universo tampoco hay condiciones iniciales. Si no
hay inicio no puede haber condiciones iniciales. Por lo tanto tampoco es necesario
Dios para explicar por qué son arbitrarias ni por qué parecen ser elegidas.

Crítica a sus consecuencias filosóficas

267. Veamos primero las consecuencias que extrae desde la primera postura de
Hawking, aquella que se apoya en la teoría de la Relatividad y concluye las
singularidad.
268. Con respecto al primer argumento para asegurar la necesidad de un creador, el
cual afirma que Dios es necesario porque el universo tiene origen temporal (ver
párr.172), debemos reconocer que es absolutamente cierto que un origen temporal
del mundo asegura la necesidad de un Creador. Pero debemos preguntarnos si puede
la ciencia llegar a un origen temporal absoluto, es decir si puede asegurar que antes
de lo que ella considera el inicio, no había absolutamente nada. Sabemos que la
ciencia conoce sólo las causas segundas (ver párr. 19 -allí son llamadas “causas
remotas”) Y la creación no se produce por causas segundas puesto que cualquier
causa segunda es también creada. La creación es un acto donde no intervienen
causas segundas, es una acción directa de la causa primera, por lo tanto, la ciencia
no puede asegurar un origen temporal. Puede, y de hecho lo hace, determinar un
Apuntes sobre Filosofía de las Ciencias y del Arte 55

momento y considerarlo el tiempo “cero” y comenzar a contar desde allí, pero no


puede alcanzar un comienzo absoluto, ello escapa a su objeto.
269. Con respecto al segundo argumento (ver. Párr 173) que hacía depender la
necesidad de Dios de la imposibilidad de la ciencia para penetrar la singularidad,
debemos decir que no es válido. Si la ciencia no puede responder tiene dos
posibilidades, o seguir intentándolo y buscar otras teorías alternativas que lo
expliquen (como hace el mismo Hawking con el Universo Autocontenido que
elimina la singularidad) o, en su defecto, reconocer su límite y callar ; pero no puede
ni debe recurrir a Dios para explicar, Dios es explicación pero a nivel de causas
primeras, nunca de causas segundas.
270. Analicemos ahora los argumentos basados en las condiciones iniciales. El
primero (ver párr. 178) que quería deducir la necesidad de un Creador a partir de la
arbitrariedad de las condiciones, no es diferente, en el fondo, que el anterior de la
singularidad. De ninguna manera Dios puede ser respuesta a un problema científico,
Dios no es una “premisa comodín” a la cual podemos recurrir para solucionar
nuestras lagunas científicas.
271. Con respecto al segundo (ver párr. 179) debemos decir que es cierto que el orden
que se descubre en la elección de las condiciones iniciales nos obliga a pensar en un
Ordenador, en principio no habría nada que reprocharle. Es sólo una versión
particular de la quinta vía de la demostración de la existencia de Dios de Santo
Tomás de Aquino. Sólo deberíamos recordarle que no es necesario que la ciencia no
pueda explicarlas para tener que recurrir a Dios. Pues Dios está como causa final y
la ciencia explica por la causa formal (ver diferencia de causas en párr. 16 al 18).
272. Veamos ahora la crítica a las consecuencias filosóficas que extrae de su segunda
teoría, la del Universo Autocontenido que elimina la singularidad y el origen
temporal.
273. Con respecto a la primera que afirma que si el mundo es eterno no puede haber
sido creado (ver párr. 187), es necesario analizarla con cuidado para ver su verdad o
falsedad. Si uno afirma que el si es creado no puede ser eterno es porque la causa
necesariamente debe preceder al efecto. Dios, que es causa del universo debe estar
antes pero si el universo es eterno Dios no puede estar antes, por lo tanto, no puede
ser eterno y creado a la vez. Analicemos un poco el movimiento. Todo cambio tiene
un término inicial y un término final, en el primero debe estar la causa y en el
segundo aparece recién el efecto. Por ejemplo, Si un arquero (del estilo de Robin
Hood, no de Bonano) lanza con su arco una flecha, él que es la causa de que la
flecha se clave en el blanco está en el término inicial del movimiento, cuando la
flecha es lanzada. El efecto, la flecha clavada en el blanco aparece en el término
final, y entre el término inicial y el final a transcurrido cierto período de tiempo.
Pero la creación es un caso excepcional, porque no tiene término inicial. La
Creación, por ser “hacer de la nada” no tiene término inicial. Por lo tanto no
transcurre ningún período de tiempo entre los dos términos, pues no se produce
mediante un proceso. O existe y ya está creado o no existe y todavía no ha sido
creado, pero entre uno y otro no transcurre tiempo. Concluimos entonces que causa
y efecto pueden, en el caso de la creación, ser simultáneos y siendo Dios eterno
puede entonces ser el universo creado por Dios y eterno en su origen. Por lo tanto, el
argumento de Hawking es falso.
274. Con respecto al segundo (ver párr. 188) debemos decir que así como no se
afirma la necesidad de Dios con la impredicibilidad de la singularidad, así tampoco
Apuntes sobre Filosofía de las Ciencias y del Arte 56

se niega su existencia por que la ciencia la elimine. Repetimos que corresponden a


niveles de causalidad distintos. Hawking pretende echar a Dios de un lugar que
nunca pisó Dios.
275. Finalmente analicemos los argumentos basados en la ausencia de condiciones
iniciales (ver párr.189). Primero debemos notar que no logran eliminar todas las
condiciones eliminando el inicio. Desaparecen sí aquellas que estaban al principio
del universo, pues no hay tal inicio, pero no aquellas constantes que siempre han
sido iguales y que, sin embargo, no pueden deducirse de la teoría (por ejemplo la
relación entre masa y distancia de la ley de Gravedad), deben obtenerse por
observación.
276. En segundo lugar que, si bien es cierto que no podemos recurrir a Dios para
explicar la casualidad maravillosa de la elección de las condiciones iniciales si éstas
no existen, también es cierto que puede descubrirse tal intención en las leyes que
rigen el universo. En una receta, permítasenos el ejemplo culinario, no sólo puedo
descubrir que ha sido pensada para una comida al analizar los ingredientes, sino
también en los pasos que hay que seguir para obtener la comida.
277. Como conclusión digamos que todos los errores de Hawking se deben a intentar
aplicar el método científico a un objeto que no le pertenece (Dios). Y, como ya
hemos dicho, esto trae graves consecuencias, perjudicando a la filosofía y a las
ciencias por igual. A la ciencia porque es faltarle el respeto apelar a Dios cada vez
que no encontramos una respuesta, le quita rigor y seriedad. A la filosofía porque
niega a Dios y utiliza argumentos falaces.
Apuntes sobre Filosofía de las Ciencias y del Arte 57

Filosofía de la Ciencia Contemporánea:

El Inductivismo:
Visión ingenua y popular de la ciencia (inductivismo ingenuo)

278. Normalmente la gente común tiene una gran confianza en la ciencia, nadie duda
que lo que dice la ciencia sea realmente verdad. Por ejemplo, nosotros, normalmente
nos sometemos llenos de confianza a operaciones quirúrgicas estando seguros que el
médico “sabe lo que hace” y normalmente no dudamos cuando nos receta un
medicamento. Si la ciencia dice que los cuerpos caen con una aceleración de 9,8 m
por segundo al cuadrado no hay por qué dudarlo, si dice que el universo se originó
con una gran explosión hace 15.000 millones de año no lo dudamos tampoco.
Normalmente creemos que la ciencia “sabe lo que dice” y lo que dice la ciencia “es
así” y sería necio ponerlo en duda. ¿Por qué razón tenemos tanta confianza en la
ciencia?
279. Confiamos en lo que dicen los científicos porque sabemos que su conocimiento
está probado, está demostrado, es objetivo. ¿Qué queremos decir que está probado?
Que la ciencia se basa en observaciones y experimentos objetivos, que todos
podemos comprobar con nuestros propios ojos. La ciencia parte de datos objetivos y
crece respetando una rigurosa lógica hasta afirmar las leyes y teorías que sostiene,
por lo tanto no tiene sentido dudar de la verdad de lo que afirma. Parte de una base
sólida y crece con un método garantizado (la lógica), el edificio de la ciencia es
sumamente sólido. En cuanto la ciencia se fue dando cuenta que tenía que leer el
“libro de la naturaleza” y no más la Biblia o las obras de los antiguos, empezó a
avanzar a pasos agigantados
280. La objetividad de la ciencia también consiste, se piensa normalmente, en que el
científico deje de lado todos sus gustos, opiniones, deseos personales. Tiene que ser
absolutamente objetivo, o sea, ser una hoja en blanco y dejarse informar por lo que
la realidad le dice a través de los experimentos. Cualquier cosa que él ponga será
perjudicial. Como un árbitro de fútbol no debe dejarse influir por su nacionalidad o
sus preferencias cuando dirige un partido y, al ponerse el uniforme de árbitro debe
sacarse la camiseta de su equipo y la bandera de su nación, así el científico tiene que
ser totalmente neutro.
281. Que la ciencia es absolutamente objetiva y no da lugar a “reflexiones demasiado
personales” se ve también claramente en que, normalmente, los alumnos no se
animan a “guitarrear” en un examen de física o biología y sí en uno de filosofía.
282. La ciencia, para esta visión, que a partir de ahora –y enseguida veremos por qué-
la llamaremos inductivismo ingenuo, parte de la observación pura, sin ningún
prejuicio ni “sospecha” del resultado. Si es posible aumentar la capacidad de nuestra
observación con instrumentos, mejor (como telescopios, microscopios, etc.). Mis
observaciones (que siempre son de hechos singulares, ubicados en el tiempo y en el
espacio) que son un conocimiento seguro e indudable, las expreso en enunciados
singulares o enunciados observacionales. Por ejemplo, si veo al Sol salir hoy a las
6:30 de la mañana, lo expreso en un enunciado singular: “El día tal de tal mes de tal
año, en la Ciudad de Buenos Aires, el Sol salió a las 6:30 hs. según la hora local”, si
veo la tiza caer, lo expreso en un enunciado singular: “la tiza cayó tal hora en tal
Apuntes sobre Filosofía de las Ciencias y del Arte 58

lugar”. El enunciado es singular, entonces, porque expresa un hecho singular,


ubicado en el tiempo y el espacio.
283. Pero, no es difícil darse cuenta que la ciencia no cuenta sólo con enunciados
singulares. Lo más interesante de la ciencia son, justamente, sus enunciados
universales, que normalmente expresan leyes. Para la ciencia es más interesante
afirmar: “Todos los cuerpos caen a 9,8 m/s2” que “la tiza cayó”. El problema que
tenemos que resolver es cómo justificar el paso de los enunciados singulares a los
universales.
284. Nosotros ya conocemos un procedimiento lógico que nos permite pasar de
singulares a universales: la inducción. Si veo una tiza caer, y luego veo otra caer, y
luego una manzana caer, y luego suelto al novio de mi hermana por la ventana y
también cae, a partir de esa gran cantidad de hechos singulares (expresables en
enunciados singulares) puedo “inducir” que todos los cuerpos caen (enunciado
universal). Aparentemente no hay ningún problema, siempre que respete ciertas
leyes que me obliguen a no ser tan precipitado en mis inducciones. Veamos cuáles
pueden ser esas reglas.
285. 1. La primera podríamos expresarla así: “el número de casos debe ser
suficientemente grande” Es una regla bastante evidente. Si veo una persona pelada
no puedo, a partir de allí, concluir que todos los hombre son pelados. Si compro un
billete de lotería y gano, no puedo concluir que todos los billetes de lotería eran
vencedores, si...
286. 2. La segunda diría: “las observaciones se deben repetir en una amplia variedad
de situaciones”. Esta también es bastante evidente. Si voy a un Colegio de mujeres
y miro una persona y es de sexo femenino, y veo otra y lo mismo, y veo cien y son
todas mujeres, no puedo concluir que todos los argentinos son de sexo femenino. En
este caso el número de observaciones es grande, pero no hemos variado las
circunstancias (siempre hemos buscado en un colegio femenino), si abro al azar la
guía telefónica y toda la página está llena de personas con apellido “Perez” y doy
vuelta la página y siguen los Perez, y así con treinta páginas, las observaciones son
muchas, pero no he variado las circunstancias, si pregunto la edad en un jardín de
infantes, ninguno superará los 5 años pero no puedo concluir que todos los
argentinos tienen menos de 5 años, si pregunto en un geriátrico cambiará el
resultado, o en una Universidad, etc. Si pregunto en un convento el estado civil
podré inducir que todos los hombres son solteros, si mido la altura en un equipo de
básquet que todos los hombres miden más de dos metros, en un campeonato de
zumo que todos pesan más de 100 kilos. Es necesario ir variando las circunstancias
para hacer una buena inducción (los que realizan encuestas lo tienen muy presente).
287. En tercer lugar: “No puede haber ningún enunciado singular que contradiga el
enunciado universal”. Esta también es clarísima. Si he inducido, después de ver
miles de cuervos negros, que todos los cuervos son negros y veo un cuervo rosa, mi
inducción no es válida.
288. Aquí, entonces, está la fuerza de la ciencia. Parto de observaciones seguras y,
respetando las tres reglas, garantizo que mis inducciones serán correctas. Cuantas
más observaciones pueda yo hacer (mediante los avances tecnológicos) más
avanzará la ciencia.
289. Finalmente, una vez alcanzada la ley universal, mediante la deducción se podrá
realizar predicciones (que siempre son singulares) si aún no he visto lo que se
Apuntes sobre Filosofía de las Ciencias y del Arte 59

deduce o explicaciones si el efecto que deduzco de la ley ya lo conozco. Así, la


ciencia tiene dos momentos: uno inductivo que parte de enunciados observacionales
singulares y llega a enunciados universales y otro deductivo que parte de los
universales para predecir o explicar los singulares.

Crítica al inductivismo ingenuo

290. Por ahora supongamos que la base empírica es fiable, es decir que no hay ningún
problema en aceptar que los enunciados observacionales o singulares reflejan
perfectamente la realidad (más adelante veremos si esto es tan simple).
291. Analizaremos solamente, por ahora, el salto de los enunciados singulares a los
universales, es decir, la inducción. La gran pregunta es ¿cómo justificar la
inducción? Es decir, ¿por qué la inducción me garantiza que, partiendo de
enunciados singulares puedo afirmar un enunciado universal? Dicho de otra manera:
¿qué poder mágico tiene la inducción para asegurarme, habiendo visto mil cuervos
negros que el próximo cuervo será negro? ¿Puede la inducción garantizarme que si
las premisas (es decir los enunciados observacionales) son verdaderas, la conclusión
será verdadera? El problema de justificar la inducción ha sido llamado el problema
de la inducción.
292. Está claro que con la “deducción” el problema no se presenta, no cabe ninguna
duda que, si las premisas son verdaderas, la conclusión de una deducción lo será, y,
esto, en el fondo, porque la conclusión está de alguna manera contenida en las
premisas (que Sócrates es mortal está de alguna manera contenido en que Sócrates
es hombre y todos los hombres son mortales). En cambio con la inducción sí está el
problema porque la conclusión dice algo más que sus premisas (que Juan sea
hombre y tenga dos ojos, que Pedro sea hombre y también tenga dos ojos, que José,
Manuel, Emilio, etc., no me dice que Jorge porque es hombre vaya a tener dos ojos).
293. La inducción, entonces, no me garantiza la verdad de la conclusión a partir de la
verdad de las premisas, y la deducción sí. Una forma de justificar la inducción sería,
entonces, convertirla en una deducción. ¿Cómo puedo convertirla? Para que sea una
deducción necesito una premisa universal que, de alguna manera, contenga la
conclusión. A esta premisa universal la llamaremos Principio de Inducción y
podemos enunciarlo de la siguiente manera: “y en todos los casos sucede lo mismo”.
Así al tener una premisa universal, la conclusión universal que pretende la inducción
quedaría justificada:
Sócrates es filósofo y aburrido, Platón es filósofo y aburrido, Popper es filósofo y aburrido, etc.
“en todos los casos sucede lo mismo”

Aristóteles que es filósofo, será aburrido.

294. Lo que acabamos de mostrar es un razonamiento deductivo y por lo tanto,


lógicamente válido, por lo tanto habríamos solucionado el problema de la inducción
reduciendo la inducción a la deducción.
295. Lo habríamos solucionado si lográramos justificar el principio de la inducción.
Uno podría preguntar: ¿De donde miércoles sacaste ese principio? ¿Por qué podés
afirmar que “en todos los casos va a suceder lo mismo”. Uno estaría tentado a
Apuntes sobre Filosofía de las Ciencias y del Arte 60

responderle: “Porque la naturaleza es regular”, pero ¿Cómo sé que la naturaleza es


regular? ¿Cómo justifico el principio de inducción? Puesto que no es evidente y es
universal, uno sólo puede obtenerlo induciéndolo, pero si utilizo la inducción (que
supone el principio de inducción) para justificar el principio de inducción estoy
cometiendo la falacia de “petición de principio” (supongo lo que quiero demostrar).
No hay forma de justificar el principio de inducción, por lo tanto, no hay forma de
salvar la inducción.
296. Esta conclusión, además, es evidente, por más artilugios lógicos que uno quiera
intentar, la inducción no es infalible. Russell ponía un ejemplo con un pavo: el Pavo
Inductivista de Russell todos los días recibía su alimento a las 10 de la mañana.
Durante todos los días iba justificando su hipótesis: “todos los días me alimentan a
las diez de la mañana”. Cuando llovía o había sol, cuando hacía frío o calor, en
cualquier circunstancia recibía a la misma hora su alimento, así, un día quedando
satisfecho su deseo inductivista, afirmó la conclusión: “todos los días me dan de
comer a las 10 de la mañana”, pero justo ese día, vísperas de Navidad, no le dieron
de comer, sino que lo degollaron para comerlo. Este cuento, que puede parecer un
poco tonto, tiene sin embargo una profunda enseñanza: si uno no conoce porqué
sucede un hecho, si uno no conoce la causa, si no se cumple con el tercer requisito
que pedía Aristóteles a la ciencia (ver párr. 55): conocer el influjo causal, uno no
puede asegurar con certeza nada. Por más metales que se dilaten, si yo no capto
intelectualmente por qué el calor dilata los cuerpos, nunca lo sabré con certeza, si el
pavo hubiera sabido por qué lo alimentaban, no hubiera hecho su inducción. Sin el
conocimiento de la causa no hay certeza.
297. Además de ser injustificable la inducción, podemos criticarla por ser los criterios
que había expuesto muy vagos (no precisos):
298. Analicemos en primer lugar el primero (párr. 285) “el número de casos debe ser
suficientemente grande”. ¿Cuándo sé que el número es “suficientemente grande”? Si
la inducción, al final, falla, el inductivista podría decir: “Lo que pasa es que Ud. No
hizo la inducción con el suficiente número de casos” (como los padres, cuando uno
no aprueba dicen: “evidentemente no estudiaste lo suficiente”). No hay forma de
determinar cuándo uno puede estar satisfecho, el pavo de Russell había hecho
muchísimas observaciones. ¿Cúantas veces tengo que meter la mano en el fuego
para saber que quema? ¿cuántas bombas nucleares tengo que ver caer para saber que
producen desastres? Depende de cada caso: ¿Cuántos fumadores con cáncer al
pulmón tengo que ver para saber que están relacionados? ¿Cuántas veces tiene que
acertar una bruja para saber que realmente tiene poderes?
299. La segunda característica no es menos vaga (párr. 286): “las observaciones se
deben repetir en una amplia variedad de situaciones” ¿Cuándo las situaciones son
suficientemente amplias? Tampoco hay forma de saberlo. Virtualmente las
situaciones son infinitas, uno no puede analizar un caso en todas sus circunstancias
posibles. Si deseo saber si los hombres altos tienen problemas de columna a causa
de su altura, tendré que ver hombres altos con problemas de columnas en muchas
situaciones distintas: con distintos hábitos alimenticios, altos de ciudad y altos de
campo, altos que jueguen al básquet y altos que no, altos con número de DNI
capicúa y altos que no, altos que lean en francés y altos que no, altos que utilicen
ojotas en verano y altos que no, altos que tienen hermanas que han salido más de un
mes con hombres de virgo y altos que no, etc. Claro, uno podría decir: “hay infinitas
circunstancias, pero algunas son claramente irrelevantes. ¿qué tiene que ver si la
hermana del alto salió con un hombre de virgo?” El problema es que si no conozco
Apuntes sobre Filosofía de las Ciencias y del Arte 61

la solución, no puedo descartar alguna posibilidad y si la descarto es porque


“presupongo” cierta solución, pero eso es no ser absolutamente objetivo, es dejarse
llevar por sus impresiones subjetivas y habíamos dicho que no es lícito hacerlo.

El inductivismo probabilista.

300. Ante semejante ataque, el inductivista podría concedernos que la inducción no es


ciento por ciento infalible pero que, sin embargo, es muy, muy probable y más
probable cuantos más casos y en más variadas circunstancias he reunido. Después
de todo: el sol podría no salir mañana, pero ¿no es altísimamente probable que así
sea? Entonces, una nueva versión del inductivismo, una versión más débil afirmaría
que si bien la inducción no nos garantiza la verdad de las leyes, si nos permite
afirmarlas con una altísima probabilidad. Bunge, el más grande filósofo de la ciencia
actual argentino, por ejemplo, sostiene:

“Cuanto más numerosos sean los hechos que confirman una hipótesis, cuanto
mayor sea la precisión que con ella reconstruye los hechos, y cuanto más vastos
sean los nuevos territorios a explorar, tanto más firme será nuestra creencia en
ella, esto es, tanto mayor la probabilidad que le asignemos” (M. Bunge, La
ciencia, su método y su filosofía)

301. Las críticas al inductivismo probabilista, las veremos cuando hablemos de


Popper, quien fue el principal opositor. Ahora preguntémonos si la ciencia es
realmente inductivista.

¿Es la ciencia inductivista?

302. Todas estas críticas parecen ser correctas, por lo que uno tendría que aceptar que
la ciencia no es tan segura como parece. Pero ello supone algo que no hemos
analizado. Si la ciencia es inductivista, entonces la ciencia no es tan segura, pero ¿es
la ciencia realmente inductivista?
303. Para responder a esta pregunta tenemos que hacer dos distinciones. Por un lado
es conveniente distinguir dos contextos donde se realiza la ciencia. Por un lado el
contexto de descubrimiento que abarcaría el proceso por el cual el científico llega
a proponer sus leyes y teorías y luego el contexto de justificación que abarcaría el
proceso por el cual el científico justifica lo que ha propuesto en el contexto de
descubrimiento. Una cosa es descubrir una ley y otra justificarla. Un inductivista
podría afirmar que la inducción sirve para descubrir leyes: un científico se pasa
analizando una y otra vez los metales ante el calor y ve que siempre se dilatan hasta
que induce una ley que jamás se le habría ocurrido de otra manera: “los metales se
dilatan con el calor”. Otro inductivista podría decir: “No. No importa cómo se le
ocurrió la ley (tal vez se la sugirió un ángel, o la soñó) pero la inducción le sirve
para justificarla, una vez que tiene la ley debe una y otra vez probarla en casos
concretos”.
304. La otra división se refiere a dos tipos de leyes, pues no todas las leyes en las
ciencias son iguales. Hay leyes empíricas y leyes teóricas. Las leyes empíricas
tienen, en su enunciado, sólo elementos observacionales o empíricos: “los metales
Apuntes sobre Filosofía de las Ciencias y del Arte 62

se dilatan con el calor”, los metales, la dilatación y el calor se pueden observar. En


cambio las leyes teóricas tienen, por lo menos, un elemento teórico (o sea: no
observable), por ejemplo: “Todos los átomos están compuestos por un núcleo y, por
lo menos, un electrón”. Los átomos no pueden observarse, los electrones tampoco.
Es una ley teórica.
305. Habiendo hecho las distinciones preguntémonos el valor de la inducción en los
cuatro casos:
a) en el contexto de descubrimiento de leyes empíricas: En principio nada impide que
algunas leyes empíricas sean descubiertas por la inducción, pero sólo algunas y
tampoco es tan seguro. Es decir: todas seguro que no, hay leyes que por más que se
pruebe y se pruebe, jamás se le hubieran ocurrido a nadie. Además, es dudoso que
por lo menos una pueda descubrirse con una inducción pura, puesto que, como
dijimos, al elegir las circunstancias relevantes, uno, de alguna manera, ya está
presuponiendo una solución.
b) en el contexto de descubrimiento de leyes teóricas: Es claramente imposible, puesto
que postula entes que no se pueden percibir: ¿qué enunciado observacional me
puede decir que el átomo está compuesto por protones si jamás he visto un átomo ni
un protón?
Tengase presente, sin embargo, que ningún inductivista serio sostiene que la inducción
se aplique al contexto de descubrimiento, tal vez sólo Bacon lo sostuvo.
c) en el contexto de justificación de leyes empíricas y teóricas: Como hemos mostrado,
la inducción no puede justificar las leyes pues siempre dice más de lo que las
premisas permiten, siempre se corre un riesgo, una posibilidad de error. La
inducción, entonces ¿no tiene nada que ver con la ciencia? No seamos tan
apresurados, todavía queda una posibilidad.

Distintos tipos de inducción:

306. Debe tenerse presente que las críticas que hemos esbozado contra la inducción,
es contra una determinada concepción de la inducción, la que podríamos llamar
“inducción ciega”. Pero no es la única. Aristóteles, por ejemplo (ver párr. ¿?)
sostenía un tipo de inducción muy distinto. Para él la inducción me permitía “ver”,
“descubrir” la razón por la cual algo sucedía y así, la repetición de casos no tenía
como objetivo sumar “argumentos a favor” como si cada caso sumara un poco más
para alcanzar la certeza, sino que cada nuevo caso me servía para volver a ver el
fenómeno y tratar de entender por qué sucedía. La inducción aristotélica me permite
descubrir la causa y una vez conocida la causa mi seguridad en que los casos se
repetirán no depende del número de casos observados, sino de haber comprendido la
razón por la cual se repiten. Ver a muchos hombres morir me ha permitido
comprender la naturaleza mortal del hombre y es por la naturaleza mortal del
hombre (y no por ver cada vez más hombres muertos) que sé que todos los hombres
morirán.
307. La inducción aquí analizada, que es la predominante hoy en día, es una
inducción “baconiana” (ver párr. ¿?), ciega, no descubre en los casos la causalidad,
tampoco lo intenta (por considerarlo imposible) sino que trata de juntar casos
tratando que el número de casos le dé certeza. La diferencia es fundamental porque,
Apuntes sobre Filosofía de las Ciencias y del Arte 63

si se sostiene una inducción “aristotélica”, todas las criticas esbozadas anteriormente


no tienen sentido.

Método Hipotético-Deductivo (M. H-D.)

308. De todas maneras, frente al fracaso de la inducción como método para explicar
la ciencia (en ambos contextos) surgió el método hipotético-deductivo. No es una
invención de este siglo, ya puede verse en los antiguos, pero recién en este siglo se
lo “sistematiza”, es decir, antes se lo utilizaba, pero en este siglo se lo estudia.
309. Para comprenderlo pongamos un ejemplo. Supongamos que hace dos días nos
hemos puesto de novios y ella prometió llamarnos a las tres de la tarde. Son las tres
y dos minutos y nuestra impaciencia nos tortura, inmediatamente nos preguntamos:
¿por qué no me llamó? y empezamos a elaborar hipótesis: “será que tiene atrasado el
reloj”, o “será que se le rompió el teléfono”, o “se habrá olvidado mi número” o “no
me quiere, me ha olvidado” o peor aún: “no me llama porque está hablando con su
ex-novio”, etc. Elaboramos una gran cantidad de hipótesis que, de ser verdaderas,
explicarían por qué no me llama. Si continúa sin llamar, intentamos saber cuál de las
hipótesis que hemos elaborado es la verdadera, o por lo menos, intentamos descartar
algunas. Para hacerlo sacamos algunas “consecuencias observacionales” de nuestra
hipótesis que sean comprobables por nosotros. Si tiene roto el teléfono, al llamarla
me dará ocupado, o no contestará nadie. Si está hablando con el ex-novio me dará
ocupado. ¿Cómo saber, si me da ocupado, si está hablando con el ex-novio o está
roto? Puedo llamar a su ex-novio, si me da ocupado tal vez esté hablando con él,
pero si él me contesta, evidentemente no está hablando con él. Y seguimos tratando
de “constatar empíricamente” las hipótesis que hemos elaborado mientras nuestra
novia hace lo mismo pensando que era yo el que tenía que llamarla...
310. Este ejemplo nos permite ver los pasos del M.H-D. En primer lugar estamos
frente a un problema que intentamos resolver. El problema, es importante aclarar,
es siempre un problema dentro de una teoría. Que mi novia no me llame es un
problema porque habíamos quedado en que me llamaba. Para poner un ejemplo más
científico. Un científico se puede plantear como problema: ¿por qué los murciélagos
pueden volar de noche sin chocar?. Es un problema, pero dentro de una teoría, es
decir, suponiendo que para esquivar objetos es necesaria la vista y la vista necesita
la luz. Por eso no es un problema que una paloma vuele sin chocar objetos.
311. En segundo lugar elaboramos una hipótesis que, de ser verdadera, explicaría el
fenómeno, resolvería el problema. Podríamos decir que mi novia no me llama
porque está hablando con su ex-novio o que el murciélago esquiva los objetos
porque conoce de memoria el lugar donde se desenvuelve.
312. En tercero extraemos consecuencias observacionales de la hipótesis. Si está
hablando con su ex-novio, al llamar a su casa me dará ocupado, si los murciélagos
conocen su lugar de memoria, si soltamos un murciélago en un ámbito donde jamás
ha estado, chocará con los objetos.
313. En último lugar contrastamos empíricamente la consecuencia observacional.
Si mi hipótesis se revela falsa elaboraremos una nueva y se renueva el circuito.
314. Veremos ahora una corriente histórica que ha sostenido un inductivismo
probabilista combinado con el método hipotético deductivo, el neopositivismo
lógico.
Apuntes sobre Filosofía de las Ciencias y del Arte 64

El neopositivismo lógico.
315. El neopositivismo surge en Viena cuando Moritz
Schlick (1882-1936) asume en aquella ciudad la cátedra de
filosofía de las ciencias. En 1924 forma un círculo de debate
sobre temas epistemológicos con varios filósofos: Otto
Neurath y Rudolf Carnap (1891-1970) entre los más
importantes. Durante varios años se reúnen en un Café de la
vieja Viena los jueves a la noche para discutir estos temas y
en 1929 deciden publicar su “manifiesto” llamado “La
Concepción del Mundo” donde exponen las principales
líneas de su pensamiento y empiezan a organizar
conferencias, debates y fundan una revista. Luego, durante
la Guerra, deberán huir a los EE. UU. lo cual les permitirá Moritz Schlick
expandir sus ideas más allá de (1882-1936)
Europa. Esta corriente tendrá
mucho éxito en Norteamérica, donde usualmente se los
llama filósofos analíticos (que, si bien tienen influencia
del círculo, no sólo de ellos).
316. Su propuesta epistemológica, llamada
“neopositivismo lógico” está basada en dos grandes
bases o pilares que podemos enunciar de la siguiente
manera:
1) Sólo lo que utilice el método hipotético-deductivo es
ciencia y
2) Todo lo que no sea empíricamente verificable carece de sentido.
Otto Neurath
(1882-1945) 317. El primer principio puede ser
sólo una cuestión terminológica.
Podríamos decir que, en este sentido, la filosofía, la
historia y otras ciencias no deben ser llamadas
tales y atribuirles otro nombre. En ello no
habría ningún problema si no reflejara un
desprecio de fondo, que es justamente el que se
encuentra en los neopositivistas. Para
ellos, sólo es ciencia, sólo es conocimiento cierto y
metódico aquel saber que utiliza el método
hipotético-deductivo y en ello no podemos estar
de acuerdo. La filosofía (y tantas otras)
son realmente Rudolf Carnap
(1891-1970)
conocimientos ciertos, metódicos (aunque
tengan otro método) y sistemáticos de la realidad, si al decir que no son ciencia se
quiere decir que no son lo que acabamos de afirmar, entonces los neopositivistas
están equivocados: podrán tener otro método, pero son conocimiento.
318. El segundo principio está principalmente dirigido en contra de la filosofía. A
diferencia de los empiristas clásicos, los neopositivistas no afirman que las
realidades meta-empíricas (que están más allá de la experiencia sensible) no existen,
sino que no tienen sentido. La afirmación: “Dios existe” no es ni verdadera ni falsa,
carece de sentido, es decir, no se puede entender, es lo mismo que afirmar “un Subte
Apuntes sobre Filosofía de las Ciencias y del Arte 65

le hizo un cañito al tiempo colorado”, es una afirmación que no tiene sentido. El


texto de Schlick es muy claro:

“... estoy convencido de que la principal objeción a nuestra perspectiva, nace


del hecho de que no se tiene en cuenta la distinción entre falsedad y falta de
sentido de una proposición. la proposición “las afirmación relativas a un
metafísico mundo externo no tienen sentido” no dice “no existe un metafísico
mundo externo”, sino algo totalmente distinto; el empirista no le dice al
metafísico: “lo que tú afirmas es falso”, sino “lo que tu afirmas no dice nada en
absoluto”. No lo contradice, sino que le dice: “No entiendo”.” (M. Schlick, en: A.
Ayer, El Positivismo Lógico, Fondo de Cultura Económica, México, 1965, pág. 114)

también:

“Por eso una proposición, cuando dice algo, sólo puede enunciar un hecho
empírico. Algo que estuviera en principio más allá de lo experimentable no
podría ser dicho, ni pensado, ni planteado.” ( Rudolf Carnap, Idem, pág 82.)

319. En realidad, todas estas críticas a la metafísica, afirmando que no tiene sentido,
se basan casi exclusivamente en un filósofo en particular. Martin Heidegger,
contemporáneo de estos neopositivistas, era un filósofo sumamente complicado,
hablaba y escribía en un lenguaje particularmente obscuro y tenía, además, la
costumbre de inventar nuevas palabras. Como si esto fuera poco tenía frecuentes
ataques contra la lógica, muy estimada por nuestros neopositivistas, veamos dos
textos, el primero donde expresa su desprecio por la lógica, el segundo, tomado al
azar, donde se ve su intrínseca complicación que llevaría a cualquiera a concordar
con los neopositivistas. Si la filosofía fuera solamente Heidegger, la filosofía no
tendría sentido.

“La norma fundamental del pensamiento a la cual se apela comúnmente, el


principio de no-contradicción, la “lógica” general, rechaza está pregunta,
¡Tanto peor para la lógica!”( M. Heidegger, citado en Idem, pág. 78.)

“Pero si de tal manera la esencia de la verdad como libertad se torna esencial


para nuestra existencia ¿puede en este caso la no verdad como lo inesencial ser
omitida? ¿No pertenece a la esencia de la verdad, justamente lo opuesto a su
esencia? Pero, la potencialización de la esencia, en la que nosotros nos
hallamos, ¿no tiene entonces que retomar la hasta ahora omitida no esencia de
la verdad, la no verdad, y admitirla expresamente en la esencia de la verdad?
¿Evidentemente! La admisión de la no esencia en la esencia no es asimismo,
para el conocimiento esencial, ningún agregado ulterior, en el fondo superfluo,
sino que la admisión de la no esencia en la esencia pertenece a la más íntima
consistencia de la potencialización de la esencia.” (M. Heidegger, De la esencia
de la verdad, págs. 18-19)

320. Es casi justificada la afirmación de un neopositivista, de formación casi


exclusivamente científica. ¿Qué diría un físico al leer el texto de Heidegger?: “Esto
no tiene sentido, no te entiendo”.
Apuntes sobre Filosofía de las Ciencias y del Arte 66

321. Carnap desarrolla ampliamente el tema de la carencia de significado en un


ensayo: Superación de la metafísica por el análisis lógico del lenguaje. La palabra
tiene significado -dice- cuando se refiere a algún concepto y entiende por tal a algún
hecho empírico, concretamente: la palabra tiene significado si tiene algún correlato
empírico. Si tal correlato no existe, la palabra no es falsa, directamente carece de
sentido. La palabra “alemanuel” no es falsa, carece de sentido, pues no tiene ningún
correlato. Los filósofos -sigue diciendo Carnap- lo que hacen habitualmente es negar
el significado de una palabra normal y no reemplazarlo por ninguno, y así hacen que
las palabras carezcan de sentido; quita la referencia que tienen a la realidad y no le
agrega ninguna:

“Muchos de los vocablos de la metafísica no satisfacen los requerimientos


anteriores, por lo que resultan carentes de significado (...) A pesar de ello no se
especifica un criterio para que adquiera otro significado; en consecuencia, el
pretendido significado “metafísico” que se supone posee el vocablo en contraste
con el significado empírico ya mencionado no existe. El metafísico nos dice que
lo que él quiere “significar” no es esta relación empíricamente observable,
porque en ese caso sus tesis metafísicas no serían sino meras proposiciones
empíricas de la misma clase de las correspondientes a la física. La expresión “se
deriva de” no tiene aquí el significado de una relación temporal o de un
secuencia causal, que es el que comúnmente se asigna al vocablo. A pesar de
ello no se especifica un criterio para que adquiera otro significado; en
consecuencia, el pretendido significado “metafísico” que se supone posee el
vocablo en contraste con el significado empírico ya mencionado no existe.”(
Rudolf Carnap, Idem, pág 71)

322. La otra razón por la que una proposición no tiene sentido es cuando combina
palabras con sentido pero de una manera sintácticamente (aquí debe entenderse
lógicamente) incorrecta. La frase que recién mencionábamos (“un Subte le hizo un
cañito al tiempo colorado” o también: “ayer sol escarabajos lentamente”) está
compuesta por palabras que tienen sentido, pero en una combinación que no lo
tiene. En ambos errores dice Carnap que cae habitualmente la filosofía (mirando,
insistimos, casi exclusivamente a Heidegger):

“aquellas que contienen una palabra a la que erróneamente se supuso un


significado o aquellas cuyas palabras constitutivas poseen significado, pero que
por haber sido reunidas de un modo antisintáctico no constituyeron una
proposición con sentido”( Rudolf Carnap, La superación de la metafísica mediante
el análisis lógico del lenguaje en: A, Ayer, El Positivismo Lógico, Fondo de Cultura
Económica, México, 1965, pág. 67.)

323. Ahora bien, uno lícitamente podría preguntarse (y Carnap se lo pregunta) por
qué si la filosofía es un sinsentido ha tenido tanto éxito durante tanto tiempo.
¿Cómo es posible que se vendieran tantos y tantos volúmenes y se discutiera hasta
el hartazgo tantos temas filosóficos? Porque los filósofos tratan, con sus escritos, no
de expresar la verdad, sino sus sentimientos, sus afectos, sus estados interiores;
como un artista. De hecho, Carnap llega a decir que los filósofos son músicos sin
capacidad musical, porque tratan de expresar sus sentimientos, pero no tienen
capacidad artística para ello. Y agrega, así como no tiene sentido que dos poetas se
pongan a discutir cuál de los dos poemas es el más verdadero, así tampoco con las
Apuntes sobre Filosofía de las Ciencias y del Arte 67

filosofías; se puede discutir cuál es más bella, cuál expresa mejor los sentimientos
del autor, pero no cuál es más verdadera, no tiene sentido.
324. Pero una crítica a Heidegger no es una crítica a toda la filosofía, y de ello se da
cuenta Carnap. Puede haber sinsentidos en filosofía, pero qué es lo que nos lleva a
afirmar que toda la filosofía es un sinsentido:

“Habiendo hallado que muchas proposiciones metafísicas son sinsentidos, se


plantea el problema de si no subsiste en la metafísica un núcleo de
proposiciones con sentido que deba persistir después de la eliminación de todas
las que carecen de él. A través de los resultados que hemos obtenido podría
llegarse a la concepción de que la metafísica encierra muchos peligros de caen
en sinsentido y que, por ello, si uno quiere hacer metafísica debería esforzarse
por evitarlos cuidadosamente. Pero en realidad la situación es tal que no puede
haber proposiciones metafísicas plenas de sentido. Ello se sigue de la tarea que
la metafísica se plantea: el descubrimiento y la formulación de un género de
conocimiento que no es accesible a la ciencia empírica”(Rudolf Carnap, Idem,
pág. 82.)

325. ¿Cuál es la razón por la que toda la filosofía no tiene sentido? El objetivo que se
proponen: “el descubrimiento y la formulación de un género de conocimiento que
no es accesible a la ciencia empírica”. En el fondo, y esta es una crítica importante
que podemos hacerle al neopositivismo, es un mero empirismo sin nada de original.
Dicen que no tienen sentido algunas filosofías (y en ello podemos estar
perfectamente de acuerdo) pero cuando intentan criticar a toda la filosofía en
conjunto, simplemente afirman lo que desde siempre sostuvieron los empiristas: que
intentan conocer algo que está más allá de la experiencia. Ya Hume había dicho lo
mismo mucho tiempo antes:

“Cuando persuadidos de estos principios, recorramos una biblioteca, ¡qué


estragos vamos a hacer! Si agarramos, por ejemplo, un volumen de teología o
metafísica, preguntamos: ¿contiene razonamientos abstractos sobre la cantidad
o el número? No. ¿Contiene razonamientos experimentales sobre cuestiones de
hecho y de existencia? Tampoco. En este caso tiradlo al fuego, pues sólo
contiene sofismas e ilusiones.” (Hume)

326. Podemos además criticarles que uno de sus principios: “todo lo inverificable
carece de sentido” es inverificable y, por lo tanto, carece de sentido. La postura
neopositivista es contradictoria internamente.
327. Pero veamos, para terminar, los aportes que hacen: Por un lado profundizan el
método hipotético-deductivo (gran parte de lo que aquí hemos visto: el planteo de
un problema, una hipótesis que lo resuelve, la deducción de una consecuencia
observacional, etc.) En segundo lugar realizan una interesante crítica al inductivismo
mostrando que la verdad de una teoría nunca puede demostrarse con certeza, y ellos
afirmaran (como adelantáramos cuando hablamos del inductivismo -ver párr. ¿?.) el
inductivismo probabilista sosteniendo que, con la acumulación de verificaciones
exitosas una teoría queda “verificada probablemente” expresión que, como veremos
en seguida, es agudamente criticada por Karl Popper.
Apuntes sobre Filosofía de las Ciencias y del Arte 68

Karl Raimund Popper

328. Karl Raimund Popper nació en


Viena en 1902 y murió en Londres en
1994. Fue doctor en filosofía y profesor
de matemática y física (enseñó en
escuelas secundarias). En 1937, por la
amenaza del nazismo, tuvo que huir a
Nueva Zelanda por ser judío; además de
ser un gran epistemólogo se ha
destacado también en política.
Karl R. Popper
Crítica al inductivismo ingenuo y probabilista (y (1902-1994)
contra el neopositivismo).

329. Antes de ver su propia teoría sobre las ciencias digamos algo sobre su crítica al
inductivismo y al neopositivismo. Al primero le critica que no alcanza certeza ni de
su verdad (en la primera versión del inductivismo) ni de su probabilidad (en la
segunda):

“La primera es la inducción repetitiva (o inducción por enumeración), que


consiste en observaciones repetidas a menudo, observaciones que servirían para
fundamentar una generalización efectuada por la teoría. La carencia de validez
de este género de razonamiento resulta obvia: ninguna cantidad de
observaciones de cisnes blancos permite establecer que todos los cisnes son
blancos (o que es reducida la posibilidad de hallar un cisne que no sea blanco).
Del mismo modo, por muchos espectros de átomos de hidrógeno que podamos
observar, jamás podremos establecer que todos los átomos de hidrógeno emiten
espectros del mismo género (...). En consecuencia, la inducción por
enumeración se halla fuera de discusión: no puede fundamentar nada.” (Karl
Popper, citado por G. Reale, Historia del pensamiento científico y filosófico,
tomo III, pág. 891)

330. Es decir, por una lado no es posible afirmar con certeza la verdad de un
enunciado universal, pero por otro, tampoco ni siquiera su probabilidad. Pues,
siendo el número de casos posibles infinito, nunca, por más grande que sea el
número de casos que tenga en cuenta, la probabilidad será mayor que cero. Siempre
el número de casos analizados, frente a los infinitos potenciales, es insignificante.
Por lo tanto, dice Popper, no sólo no puedo asegurar la verdad de las leyes que
sostiene la ciencia mediante la inducción, ni siquiera puedo afirmar su probabilidad,
o, lo que es aún peor: todas las leyes de la ciencia tienen probabilidad cero, o sea
son altísimamente improbables.
331. Pero volvamos a Popper, otra de las críticas al inductivismo la realiza
directamente contra el principio de inducción (ver párr. ¿?):

“Si tratamos de considerar su verdad como algo conocido por experiencia,


vuelven a surgir exactamente los mismos problemas que provocaron su empleo.
Para justificarlo, debemos apelar a inferencias inductivas; y para justificar
Apuntes sobre Filosofía de las Ciencias y del Arte 69

estas últimas hemos de suponer un principio inductivo de orden superior, y así


sucesivamente. De este modo, fracasa el intento de basar el principio de
inducción en la experiencia, porque conduce necesariamente a un retroceso
hasta el infinito.” (Karl Popper, citado por G. Reale, Historia del pensamiento
científico y filosófico, tomo III, pág. 892)

332. Contra el inductivismo probabilista, afirma también que la búsqueda de la


probabilidad y la del crecimiento de las teorías son incompatibles, pues ambas son
inversamente proporcionales. Cuanto mejor es una teoría (más abarcativa, más
hechos explica) menos probable es. No cabe duda que una teoría que me asegure
que mañana lloverá y el sábado hará buen tiempo es menos probable y mejor que
aquella que me dice sólo que mañana lloverá. Las buenas teorías arriesgan más y,
justamente por eso son mejores y menos probables. Las teorías más abarcativas son
preferidas en la ciencia, pero resulta que son las menos probables. La teoría de
Kepler que hablaba sólo de los astros es menos abarcativa que la de Newton que se
aplicaba a todo el universo, pero por eso la de Newton es preferible y también
menos probable.

“...Sea a el enunciado “el viernes lloverá”, b el enunciado “el sábado hará buen
tiempo”, y ab la conjunción de ambos enunciados “el viernes lloverá y el sábado
hará buen tiempo”. El contenido informativo de ab será mayor que el de su
componente a y el de su componente b . También es obvio que la probabilidad
de ab (o lo que equivale a lo mismo, la probabilidad de que ab sea verdadera)
será menor que la de cualquiera de sus componentes. (...) Ese hecho trivial tiene
las siguientes consecuencias ineludibles: si desarrollo conocimiento significa que
operamos con teorías de contenido creciente, ello debe significar también que
operamos con teorías de probabilidad decreciente (en el sentido del cálculo de
probabilidades). Así, si nuestro objetivo es el avance o desarrollo del
conocimiento, entonces no puede ser también nuestro objetivo lograr una
elevada probabilidad (en el sentido del cálculo de probabilidades): esos dos
objetivos son incompatibles” (Karl Popper, conjeturas y refutaciones, Paidós,
1983, 2da ed., cap 10, pág 267)

333. Contra Carnap dirá que una proposición puede no tener contenido empírico (y
por ello ser, tal vez, falsa) pero no carece de sentido. Yo entiendo, dice Popper,
cuando alguien dice que los ángeles existen, aunque esto sea falso. En este sentido
abre una puerta a la metafísica: podrá ser falsa, pero por lo menos, no carece de
sentido.

El Falsacionismo.

334. Popper parte de una ventaja lógica: Mientras la confirmación de una hipótesis no
es posible, porque sólo se puede confirmar una premisa universal mediante la
inducción y eso es imposible, sí es posible la refutación definitiva de una hipótesis,
puesto que un único caso me basta para saber definitivamente que es falso. Jamás
podré saber si todos los cuervos son negros, pero puedo saber, si encuentro un
cuervo rosa, que es falso que todos los cuervos son negros.
335. Esto se ve claramente con el siguiente silogismo condicional:
Apuntes sobre Filosofía de las Ciencias y del Arte 70

a) p ⊃ q
q
∴????
Es decir, no puedo deducir nada. Si llueve entonces el patio se moja, el patio está
mojado, pero eso no me permite deducir que ha llovido puesto que podría estar
mojado por las más variadas razones (mi madre lo limpió, mi hermano jugó con
bombitas de agua, etc.) En cambio:
b) p ⊃ q
-q
∴-p
Si llueve entonces el patio se moja, pero el patio no está mojado, entonces puedo
asegurar que no ha llovido. Es esta ventaja lógica la que Popper va a explotar al
máximo.
336. Puesto, entonces, que la “falsación” (es decir: la demostración de la falsedad de
una teoría demostrando la falsedad de una consecuencia observacional) es
determinante y definitiva, el método científico consiste en tratar de falsar las
teorías. Así el mayor mérito de una teoría es poder ser falsada. Antes se creía que lo
mejor era una teoría irrefutable y aún muchos científicos siguen buscándola
(Hawking entre ellos), pero ello no es un mérito sino un gran defecto, una teoría
irrefutable por principio no es una teoría científica:

“A un sistema científico no le exigiré que sea capaz de ser escogido, en sentido


positivo, de una vez para siempre; pero le exigiré que su forma lógica sea tal
que pueda ser puesto en evidencia, mediante controles empíricos, en sentido
negativo: un sistema empírico debe poder ser refutado por la experiencia”
(Karl Popper, citado por G. Reale, Historia del pensamiento científico y
filosófico, tomo III, pág. 895)

337. El método de Popper es, entonces, la expresión más pura del M.H-D., sin
ninguna contaminación de inducción.
338. La ciencia parte de problemas, Popper ha insistido muchísimo en esto. No existe
la observación pura, sin un problema que guía la observación. Cuando uno observa
es porque tiene un problema presente. ¿En qué puede contribuir a la ciencia juntar
casos sin ninguna idea detrás, por ejemplo, medir el lóbulo de las orejas de los niños
nacidos entre septiembre y octubre?
339. Para solucionarlo, dice el M.H-D, se debe proponer una hipótesis. Y Popper
agrega: “lo más audaz posible”. ¿Qué quiere decir esto? Las hipótesis más audaces
son aquellas que son más fáciles de falsar, es decir, de demostrar su falsedad. Y son
más fáciles de falsar aquellas hipótesis que prohiben más cosas.
340. Esto es importante: las leyes científicas, como las leyes humanas, se caracterizan
por prohibir cosas. Las leyes prohiben cruzar cuando el semáforo en colorado.
Supongamos que una ley prohibe permanecer en un boliche después de la una de la
mañana y otra prohibe hacerlo después de las dos. ¿Cuál prohibe más? La primera,
puesto que siempre que se viola la primera se viola también la segunda, pero puede
violarse la segunda sin violarse la primera. Justamente por prohibir más, es más fácil
Apuntes sobre Filosofía de las Ciencias y del Arte 71

violarla. Lo mismo sucede con las leyes científicas. Una ley que diga que “las tizas
caen con una aceleración de 9,8m/s2” prohibe menos y es menos falsable que la que
dice que “todos los cuerpos caen con una aceleración de 9,8m/s2”.
341. Las teorías que prohiben más, entonces, deben ser preferibles y las que prohiben
más lo hacen porque informan más sobre el mundo, dicen más que las otras. La ley
que dice que todos los cuerpos caen dice menos que la que afirma que lo hacen con
determinada aceleración.
342. Además, las leyes que son más precisas siempre son más falsables, puesto que
prohiben más. El ejemplo anterior lo muestra: que los cuerpos caigan es menos
preciso que los cuerpos caigan con determinada aceleración. Resumiendo entonces,
deben elegirse las teorías más audaces, que son las más falsables, que son la que
prohiben más, porque informan más (y son más precisas). Cuando una teoría
informa más se dice que tiene más “falsadores potenciales”, es decir, más hechos
que, de comprobarse, falsarían la teoría.
343. Puede aquí también verse la diferencia de espíritu entre un popperiano y un
inductivista. El inductivista es muy precavido, cuidadoso y escrupuloso antes de
animarse a proponer una teoría, en cambio un popperiano es audaz, casi
irresponsable en sus propuestas. Aunque, claro, es muy riguroso cuando intenta
falsarla. Es algo así como: “propongan lo que quieran, pero después aténganse a las
consecuencias”.
344. Una vez propuesta la hipótesis se debe proceder a extraer las consecuencias
observacionales, o sea, los “falsadores potenciales”.
345. Finalmente se debe intentar con toda la fuerza falsar esa teoría. Un científico
propone una teoría y debe someterse al duro juicio de sus compañeros que
intentarán mostrar que se equivoca, es decir, que hacen el papel del “abogado del
diablo”. Si se logra refutar, es un triunfo para la ciencia porque sabemos con
seguridad que esa teoría no era verdadera y así, eliminando un error, nos acercamos
más a la verdad. Será cuestión de proponer otra hipótesis. Si no logra refutarse,
Popper dice, no queda “demostrada” ni “confirmada” sino simplemente
“corroborada” lo cual quiere decir, solamente, que “hasta el momento es la mejor
que tenemos”, que “hasta ahora ha sobrevivido con éxito”, pero nada más. No me
asegura (como cree un inductivista) que es una hipótesis más segura, simplemente
es lo mejor que tenemos hasta el momento.

La falsabilidad como criterio de demarcación.

346. Popper, como todos los epistemólogos de su época estaba profundamente


preocupado por encontrar un criterio de demarcación, es decir, un criterio que le
permitiera distinguir a la ciencia de la no-ciencia. El criterio de demarcación
propuesto por Popper es, justamente, la falsabilidad de la teoría. Es decir, será
científica toda teoría que sea falsable. No que haya sido falsada, porque entonces ya
no pertenece a la ciencia, sino que es falsable, que pueda ser falsada, lo cual quiere
decir, que tenga falsadores potenciales.
347. Así cambia radicalmente la visión sobre las teorías científicas. Mientras
normalmente se creía que las teorías científicas tenían que intentar expresar
verdades indudables, encontrar teorías abarcadoras que fueran irrefutables (es, como
hemos visto, el sueño de Hawking, y de muchos científicos contemporáneos),
Apuntes sobre Filosofía de las Ciencias y del Arte 72

Popper propone justamente lo contrario: será científica la teoría que pueda ser
falsada, es decir cuando exista por lo menos un enunciado observacional,
lógicamente posible, incompatible con ella.
348. Este criterio permite distinguir a la ciencia de la metafísica (que no es ciencia,
pero tiene sentido, como ya hemos dicho) y de la pseudo-ciencia, es decir,
disciplinas que intentan presentarse como ciencia pero no lo son. Los candidatos
preferidos de Popper son la magia (en el sentido de adivinos, horóscopos, etc.) y la
psicología freudiana.
349. Veamos algunos ejemplos: no son falsables las siguientes proposiciones : “la
alumna aprobó o no aprobó el examen”, pues no puede haber ningún hecho que la
contradiga, lo mismo sucede con “todos los hombres son animales racionales”
aunque en este caso simplemente porque las definiciones nunca pueden ser
falsables. Jamás se puede encontrar un hombre que no sea un animal racional,
porque dejará de ser hombre. Tal vez se vea más claramente en este ejemplo: “todos
los solteros son no casados”.
350. Pero tampoco es falsable la siguiente proposición metafísica “Existe un alma
espiritual” o también “Dios existe” puesto que no hay forma de deducir una
consecuencia observacional de dichas proposiciones.
351. También los horóscopos se sirven usualmente de frases no falsables y en ello
basan su aparente éxito. Jamás se equivocan, pero jamás se equivocan porque jamás
dicen nada. Por ejemplo: “Tal vez sea el tiempo propicio para iniciar una relación de
pareja” Pero tal vez no y si la pareja que inicio en ese tiempo propicio, fracasa, se
excusarán diciendo que era el tiempo propicio pero no la pareja propicia, etc. Los
adivinos también suelen utilizar este recurso, por ejemplo si afirman: “le sucederá
algo impresionante”. Claro, puede ser impresionante que me gane la lotería, pero
también que me mate con el auto, o que mi perro empiece a hablar o... Usualmente
también ciertos discursos políticos utilizan este recurso. Todos estos ejemplos, por
no ser falsables, según Popper no constituyen ciencia.
352. Pero sí son científicas, por ejemplo, las siguientes proposiciones, pues son todas
falsables: “todos los metales se dilatan con el calor” (al menos, claro, que la
dilatación con el calor sea la definición de metal), “todos los planetas giran en
órbitas circulares”, “El sida es causado por el virus HIV”.

Críticas al falsacionismo ingenuo.

353. Hasta ahora, el falsacionismo que hemos descripto no corresponde exactamente


a lo que Popper sostenía. Su versión era bastante más compleja y sofisticada, y la
fue perfeccionando a medida que pasaban los años. A esta versión que hasta aquí
hemos esbozado la llamaremos: falsacionismo ingenuo. Mostraremos, a medida
que lo criticamos, que respuestas ofreció Popper.

Contaminación teórica de la Observación:

354. Lo más atrayente del falsacionismo (ingenuo) es que, mientras nunca puede ser
definitiva la corroboración de una hipótesis, la falsación sí es definitiva. Podemos
demostrar con todo el rigor de la lógica que cierta teoría es falsa. Basándonos en la
Apuntes sobre Filosofía de las Ciencias y del Arte 73

observación, que es absolutamente objetiva, podemos derrumbar grandes teorías que


se opongan a ella. Pero ¿quién nos asegura que la observación es neutra y objetiva?
Esta es la primera crítica: la observación siempre está contaminada por la teoría,
nunca es absolutamente neutra, por lo tanto no es una base fiable, una base segura.
Toda observación realizada por un científico es, a la vez, interpretada por ese
científico a la luz de su teoría, por lo tanto no hay observación pura (esta objeción se
comprenderá mejor cuando hablemos de Kuhn, ver párr. ¿?). En una observación
uno no puede separar qué es lo que pone la realidad y qué es lo que pone uno. (por
lo menos en una observación científica)
355. Ahora bien, no siendo la observación una base segura, al no coincidir la
observación con la teoría (y en eso consiste la falsación) el error puede estar tanto en
la teoría cuanto en la observación. Cuando dos personas se contradicen y sabemos
que una no puede mentir, sabemos que la que miente es la otra, pero si ambas
pueden engañarnos, no sabemos cuál miente. Al haberse roto el vínculo
observación-realidad, ya no es la realidad la que me dice que mi teoría está
equivocada, sino una observación que puede o no coincidir con la realidad. Antes
era un problema de verdad, ahora es sólo de coherencia, cuando teoría y observación
chocan, no hay garantía de que el error esté en la teoría.
356. Veamos algunos ejemplos:
357. 1. Según la teoría copernicana debían verse la fase completa de Venus (ver parr.
¿?). Pero Tycho Brahe, con toda su capacidad de observación no logró jamás verla.
Ahora sabemos que era necesario un telescopio para observarla, pero “ahora”, en la
época de Brahe simplemente la observación se oponía a la teoría y el error estaba en
la observación, no en la teoría. Si Copérnico hubiera sido un buen popperiano, ante
la falsación de su teoría, debería haberla abandonado.
358. 2. Todos hemos observado alguna vez que la luna, cuando sale al atardecer, tiene
un tamaño mucho mayor que, por ejemplo, a media noche. A veces su tamaño
resulta increíblemente grande. Ahora bien, nadie cree que la luna esté mas cerca de
la Tierra sino que la atmósfera provoca un aumento semejante a una lupa. Una vez
más : “interpretamos” el hecho observado. Nadie abandonó la teoría copernicana por
ello.
359. 3. Si se compara el dibujo que realizó Galileo de la Luna con sus cráteres y
valles vista a través de su telescopio con una foto satelital se descubre que Galileo
había dibujado muchos cráteres que en realidad no existen y puso valles donde en
realidad hay cráteres. Una vez más, Galileo no vio los cráteres, vio sombras y las
interpretó como cráteres.
360. 4. Se ha encontrado, y esperamos que este ejemplo sea determinante, una frase
increíble en el cuaderno de apuntes de Johanes Kepler : “Marte es cuadrado y de un
intenso color”. Si Kepler observó por el telescopio que Marte era cuadrado, es como
para no confiar mucho en la observación...
361. Popper acepta esta crítica, es más, desde su comienzo la tuvo en cuenta. Siempre
afirmó que la observación es falible. La solución que él propone es aceptar la
observación por convención. Es falible, pero nos ponemos de acuerdo para dejar de
criticarla y aceptarla provisoriamente como indiscutible por el momento porque si
no no podemos hacer ciencia, siempre discutiríamos sobre la observación. Ya en su
primer obra escribía:
Apuntes sobre Filosofía de las Ciencias y del Arte 74

La base empírica de la ciencia objetiva no tiene, por consiguiente, nada de


“absoluto”. La ciencia no descansa en una sólida roca. La estructura audaz de
sus teorías se levanta, como si dijéramos, encima de un pantano. Es como un
edificio construido sobre pilotes. Los pilotes son hincados desde arriba en el
pantano, poro no en una base “dada” o natural; y si no hincamos los pilotes
más profundamente, no es porque hayamos alcanzado suelo firme.
Simplemente paramos cuando nos satisface la firmeza de los pilotes, que es
suficiente para soportar la estructura, al menos por el momento. (K.R. Popper,
The Logic of scientific discovery, Londres, Hutchinson, 1968, p. 111)

362. Pero la conclusión es clarísima: puesto que la observación no es infalible, no se


puede falsar una teoría de modo concluyente, por lo cual el falsacionismo pierde su
principal encanto.
363. Téngase presente que esta objeción también se aplica al inductivismo. Habíamos
dicho, al iniciar las críticas: “Por ahora supongamos que la base empírica es fiable”
(párr. 290) pero, como hemos mostrado, es una suposición falsa.

Tesis Duhem-Quine

364. La segunda crítica también es muy fuerte. Hemos visto que la fuerza del
falsacionismo se basa principalmente en una ventaja lógica:
p⊃q
-q
∴-p
Pero las teorías, lamentablemente, con constan de una única proposición (p) sino de
varias. Por un lado, entonces, las hipótesis de una teorías son varias. Por otro es siempre
imposible derivar consecuencias observacionales de una teoría sin suponer otras
hipótesis (más o menos corroboradas, pero nunca demostradas) que hacen de puente
entre la teoría y la observación. A estas hipótesis las vamos a llamar: hipótesis
auxiliares. En tercer lugar, nunca podemos predecir un hecho (y por lo tanto, contrastar
una hipótesis) sin ciertas condiciones iniciales, que normalmente se obtienen por
observación (pero siempre contaminada de teorías). Pero si es así, la verdadera forma
lógica de la falsación de una teoría es la siguiente:
(p1.p2.p3.a1.a2.a3.i1.i2.i3) ⊃ q
-q
∴-(p1.p2.p3.a1.a2.a3.i1.i2.i3)

365. Es decir, como para obtener una consecuencia observacional (q) se suponen
muchas hipótesis de la teoría (p1.p2.p3), más hipótesis auxiliares (a1.a2.a3), más
condiciones iniciales (i1.i2.i3), si la experiencia me muestra que tal consecuencia no
se ha producido (-q), la lógica no me dice en dónde está el error, lo único que me
dice es que o una proposición de la teoría o alguna hipótesis auxiliar o alguna
condición inicial es falsa, pero no cuál (-(p1.p2.p3.a1.a2.a3.i1.i2.i3)). Por lo tanto, no
puedo acusar a la teoría del fracaso empírico, entonces, una vez más, la falsación no
es determinante, porque el error puede estar en otro lado.
Apuntes sobre Filosofía de las Ciencias y del Arte 75

366. Veamos algunos ejemplos: Una consecuencia observacional de la existencia de


las lunas de Júpiter es que pueden ser vistas con el telescopio si es enfocado en el
momento y en el lugar indicado. Supongamos que el telescopio no nos muestra
dichas lunas ¿eso quiere decir que la hipótesis: “Existen cuatro lunas en Júpiter” es
falsa? No, el error puede estar en el telescopio, yo supongo que el telescopio me
refleja la realidad, pero eso debe ser explicado por una teoría óptica que, a su vez,
puede estar equivocada. Además, puede ser que el telescopio funcione
correctamente pero las condiciones iniciales medidas (por ejemplo la posición
inicial de las lunas) haya estado equivocada.
367. Como hemos visto, la teoría del Big Bang se basa en el corrimiento hacia el rojo
del espectro de las estrellas de otras galaxias, pero eso supone, como mínimo, que el
efecto Doppler es verdadero, pero puede ser falso. Cuando Urano se “comportaba
mal” y no obedecía a las predicciones de la física newtoniana, no fue por un error de
la física newtoniana sino de las condiciones iniciales que no tenían en cuenta la
presencia de otro planeta: Neptuno. Como se ve, la lógica nos dice que hay por lo
menos un error, pero no nos dice dónde está.
368. Uno podría decir: “bueno, es bastante molesto, pero no es trágico. Si
encontramos una falsación, como no sabemos dónde está el error, pero sabemos que
hay uno, tiremos todo (teoría, hipótesis auxiliares, condiciones iniciales) y
empecemos de nuevo”. Sería algo así como tirar todo el cajón de manzanas porque
sabemos que hay una podrida. El problema es que, para tirar todo el cajón uno tiene
que ser muy rico, y la humanidad no es tan rica en teorías científicas como para
abandonarlas completamente por un error. Es preferible comenzar un proceso de
“búsqueda de la podrida”.
369. Entonces no sólo la falsación no es definitiva (objeción 1) sino que, además, no
sé qué estoy falsando (objeción 2)

El comportamiento real de la ciencia

370. Una tercera objeción es que la ciencia, de hecho a lo largo de la historia, no se ha


portado como Popper prescribe (no ha abandonado las teorías apenas encontrar una
falsación). Esto, en realidad, no es todavía una objeción, puesto que Popper diría
que lo que él describe es cómo debería portarse la ciencia para progresar, pero no
cómo de hecho se ha comportado, nadie niega que ha habido “malos científicos”.
Pero la objeción se completa cuando se aclara que, en muchos casos, el no hacerle
caso a Popper fue tremendamente beneficioso para el progreso de la ciencia.
371. Por ejemplo, al principio la teoría del Big Bang predecía que la edad del
universo era menor que la del planeta Tierra, por lo que la Tierra había existido
antes y sin el universo, lo cual era evidentemente absurdo. Si se hubiera seguido los
preceptos de Popper se hubiera abandonado directamente la teoría y jamás hubiera
superado esa dificultad. Luego, con mediciones más precisas, se detectó el error
(estaba en la distancia de las galaxias) y se superó la dificultad (el universo es
mucho más viejo de lo que se creía).
372. Otro ejemplo: al final de la vida de Newton ya se conocía el problema con el
perihelio de Mercurio (que, al igual que Urano, no se comportaba como Newton
predecía). Se buscó un planeta para justificar su “mal comportamiento” y nunca se
encontró. Finalmente sólo Einstein logró explicarlo correctamente, pero eso supuso
el abandono de la física newtoniana. Desde el inicio, entonces, se conocía la
Apuntes sobre Filosofía de las Ciencias y del Arte 76

dificultad y no se abandonó la teoría. Uno podría decir: “pero Popper tenía razón,
tendría que haber sido abandonada, como al final hizo Einstein”. Claro, pero
seguramente hubiera sido imposible el desarrollo de la teoría de la relatividad sin
toda la evolución de la física newtoniana.
373. Lo más terrible de esta objeción es que siempre, absolutamente siempre, las
teorías nacen “falsadas”, es decir no concuerdan, al principio, con todos los datos.
Es necesario hacerles muchísimos “ajustes”. Por lo tanto, según el falasacionismo
ingenuo, jamás podría haberse sostenido una teoría.
374. Entonces: no sólo la falsación no es definitiva (objeción 1) y no sé qué estoy
falsando (objeción 2) sino que, además, la ciencia ignora, por su bien, las
falsaciones (objeción 3).
375. ¿Cómo responde Popper a esta tercera objeción? Acepta que no es necesario
abandonar toda la teoría apenas se encuentra una falsación, se puede “modificar” la
teoría existente. ¿De qué manera? Agregando nuevas hipótesis, dice Popper, pero a
condición de que nunca sean “ad hoc”. Una hipótesis ad hoc se caracteriza por no
poder ser contrastada de forma independiente, o sea, no tiene consecuencias
observacionales distintas de la anterior.
376. Veamos un ejemplo de intento de salvar una teoría mediante una hipótesis ad
hoc y por lo tanto “ilegal” para Popper: Cuando Galileo mostró, mediante el
telescopio, que la luna distaba mucho de ser una esfera perfecta por estar llena de
cráteres y valles, un aristotélico-ptolemaico, para salvar su teoría afirma que, la luna
está rodeada por una sustancia invisible que llena los valles y cubre los cráteres de
tal manera que la luna sigue siendo perfectamente esférica. Cuando Galileo preguntó
de qué manera podía observarse esa sustancia, el aristotélico contestó: “De ninguna
manera, puesto que es invisible”. Galileo, entonces, con su habitual ironía respondió
que estaba de acuerdo con la existencia de dicha substancia, pero que estaba ubicada
en la cima de las montañas de la luna, haciendo así aún más irregular su forma.
Estas formas de “salvar la teoría” por medio de hipótesis ad hoc no es aceptada por
Popper.
377. En cambio, cuando para explicar la existencia de Urano, Leverrier propuso la
existencia de Neptuno, era una hipótesis que tenía claramente la intención de salvar
la física newtoniana, pero no era “ad hoc” en el sentido de Popper puesto que podría
ser contrastada empíricamente de forma independiente: era cuestión sólo de enfocar
el telescopio.
378. Un texto de Lakatos (discípulo de Popper que veremos luego) expresa
claramente como, sin embargo, siempre se pueden seguir agregando hipótesis no ad
hoc, pero que no solucionan el problema:

La historia trata de un caso imaginario de mal comportamiento planetario. Un


físico de la era preeinsteniana toma la mecánica newtoniana y su ley de
gravitación, N, las condiciones iniciales aceptadas, I, y calcula, con su ayuda, la
trayectoria de un pequeño planeta recientemente descubierto, p. Pero el planeta
se desvía de la trayectoria calculada. ¿Considera nuestro físico newtoniano que
la teoría de Newton hace imposible tal desviación y, por lo tanto que, una vez
establecida, refuta la teoría N? No; sugiere que debe hacer un planeta hasta
ahora desconocido, p’, que perturba la trayectoria de p. Calcula la masa, la
órbita, etc., de este planeta hipotético y luego le pide a un astrónomo
experimental que compruebe su hipótesis. El planeta p’ es tan pequeño que
posiblemente ni los mayores telescopios disponibles lo pueden observar: el
Apuntes sobre Filosofía de las Ciencias y del Arte 77

astrónomo experimental solicita una beca de investigación para construir uno


mayor. A los tres años está listo el nuevo telescopio. Si se descubriera el planeta
desconocido p’, se le saludaría como una nueva victoria de la ciencia
newtoniana. Pero no es así. ¿Abandona nuestro científico la teoría de Newton y
su idea del planeta perturbador? No. Sugiere que una nube de polvo cósmico
nos oculta el planeta. Calcula la situación y las propiedades de esta nube y pide
una beca de investigación para enviar un satélite que compruebe sus cálculos.
Si los instrumentos del satélite (que posiblemente son nuevos, y se basan en una
teoría poco comprobada) registraran la existencia de la hipotética nube, el
resultado sería saludado como una sobresaliente victoria de la ciencia
newtoniana. Pero no se encuentra la nube. ¿Abandona nuestro científico la
teoría newtoniana junto con la idea del planeta perturbador y la idea de la nube
que lo oculta? No. Sugiere que en esa región del universo hay un campo
magnético que perturba los instrumentos del satélite. Se envía un nuevo
satélite. Si se encontrara el campo magnético, los newtonianos celebrarían una
victoria sensacional. Pero no esa sí. ¿Se considera esto una refutación de la
ciencia newtoniana? No. O se propone otra ingeniosa hipótesis auxiliar o... se
entierra toda la historia en los polvorientos volúmenes de las revistas y nunca
más se la menciona de nuevo. (I. Lakatos, “Falsification and the methodology of
scientific research programmes”, en Criticism and the growth of Knowledge,
compilado por I. Lakatos y A. Musgrave (Cambridge, Cambridge University Press,
1974) pp. 100-101)

Las cuatro objeciones a Copérnico

379. Repasemos brevemente lasrespuestas a las cuatro objeciones contra el sistema


copernicano a la luz de la metodología de Popper.
380. Copérnico había respondido, a la primera objeción que decía que debía sentirse
un fuerte viento, afirmando que el aire giraba con la Tierra (ver párr. ¿¿). Podría
discutirse si hay alguna consecuencia observacional de lo propuesto por Copérnico,
pero parecería que no. No había manera de comprobar si el aire giraba o no con la
Tierra, por lo tanto podría considerarse ad hoc.
381. Claramente ad hoc es también la hipótesis propuesta para explicar por qué los
cuerpos no caían lejos de la base de la torre si la Tierra se movía (ver párr. ¿¿). No
había forma de contrastar ese movimiento en forma de parábola.
382. La tercera respuesta de Copérnico parece correr mejor suerte (ver párr. ¿¿). Él
acepta la falsación: es cierto, la paralaje no puede observarse y debería observarse,
pero desvía el problema hacia las condiciones iniciales: el problema es que las
estrellas están mucho más lejos de lo que se cree.
383. La cuarta tiene una consecuencia absurda (ver párr. ¿¿). La respuesta de
Copérnico cuando decía que primero ellos le respondieran por qué las estrellas no
salían despedidas por la fuerza centrífuga y después él respondería, aceptaba la
falsación para ambas teorías. Según un falsacionista ingenuo, se deberían haber
abandonado ambas teorías, la ptolemaica y la copernicana y la astronomía hubiera
desaparecido.

Thomas Samuel Kuhn


384. Thomas S. Kuhn, nació el 18 de julio de 1922 en Ohio, U.S.A y murió el 17 de
junio de 1996 en Cambridge. Estudió física en Harvard y, apenas recibido comenzó
Apuntes sobre Filosofía de las Ciencias y del Arte 78

a interesarse por la historia de la ciencia y al estudiarla se dio cuenta que la


concepción de la ciencia
dominante en su época
Thomas S. Kuhn
(1922-1996)
(neopositivista-popperiana)
distaba muchísimo de lo
que había sido la real,
como él mismo lo dice:
Si se considera a la
historia como algo más
que un depósito de
anécdotas o cronología,
puede predecir una
transformación decisiva
de la imagen que
tenemos actualmente de
la ciencia (Kuhn, La
estructura de las
revoluciones científicas,
FCE, 2da ed., México,
1995, pág. 20)

385. Se opondrá a la epistemología de Popper a quien le hará profundas y decisivas


críticas (las tres críticas al falsacionismo fueron, si no inventadas todas, sí sostenidas
por Kuhn).
386. Su obra principal, que ha causado gran conmoción entre los epistemólogos y que
realmente ha marcado una época se llama “La estructura de las revoluciones
científicas”, publicada por primera vez en 1962. Esta obra es un referente necesario
de cualquiera que quiera entender algo de epistemología. En ella intenta, con
muchos y muy bien estudiados ejemplos históricos explicar cómo realmente se ha
desarrollado la ciencia, mostrando que las epistemologías actuales son incapaces de
explicar tan complejo proceso. Causó sensación, sobre todo, porque tenía un nuevo
enfoque: ya no vería a la ciencia como una simple estructura lógica sino como una
construcción social, producto de una comunidad científica.

El concepto de Paradigma

387. Toda la obra de Kuhn se centra en un concepto fundamental, el concepto de


“paradigma”. Es realmente imposible de definirlo pues expresa varios elementos
dispares. Es tan complejo que se ha escrito un artículo describiendo por lo menos 22
significados distintos expresados con el mismo término en “la estructura...”. Kuhn,
además, al leer este artículo reconoció que así era. Así, aunque sea imposible
definirlo, sí podemos describirlo. Kuhn afirma:
“Con este término (“paradigma”) quiero indicar conquistas científicas
universalmente aceptadas, que durante un tiempo determinado brindan un
modelo de problemas y soluciones aceptables a aquellos que trabajan en un
campo de investigaciones” (Thomas S. Kuhn, la Estructura de las revoluciones
científicas, citado por G. Reale, Historia del pensamiento científico y filosófico,
tomo III, pág. 908)
Apuntes sobre Filosofía de las Ciencias y del Arte 79

Descripción del concepto


388. Es algo parecido a una teoría científica, pero mucho más amplio, más abarcador.
Incluye, entre otras cosas:
a) Las teorías: las leyes, las definiciones, las observaciones. (Por ejemplo, en el
paradigma ptolemaico: la ley que afirma que todos los cuerpos buscan su lugar
natural (física aristotélica), la definición de planeta como estrella errante, la
observación de la retrogradación de los planetas, etc.)
b) Los instrumentos que permiten observar y medir lo que la teoría predice y las
teorías que justifican esos instrumentos. (Por ejemplo, en el paradigma
copernicano: el telescopio y la teoría óptica de Newton que terminaría
justificándolo.)
c) Algunos principios metafísicos muy generales. (Como hemos visto, en el
paradigma ptolemaico, los dos principios metafísicos impuestos por Platón: los
astros deben moverse en órbitas circulares y a velocidades constantes)
Función del paradigma:
389. Ahora veremos qué función cumple el paradigma:
390. 1) En primer lugar sirve como guía para la investigación, es decir, les dice a los
científicos en qué consiste la tarea científica más importante. Por ejemplo, en el
paradigma ptolemaico la tarea principal de la astronomía era explicar, por medio de
movimientos circulares y velocidades constantes, el movimiento de retrogradación
de los planetas. En el paradigma darwiniano del evolucionismo, la tarea de la
biología es encontrar la “historia de las especies”.
391. 2) En segundo lugar el paradigma “interpreta” las observaciones. Como hemos
ya dicho en la primera objeción a Popper (ver párr. 354-263), nunca una
observación es absolutamente pura, siempre es interpretada desde cierta “teoría
previa” o “conocimiento anterior”, pues bien, el paradigma es esta teoría o este
conocimiento desde el cual interpreto los hechos.
392. En dos sentidos el paradigma influye en la observación.
a) Por un lado me dice qué observar y qué no, o sea, qué observación puede ser
relevante y cuál no. Por ejemplo, hoy es importante la búsqueda de agujeros negros
porque prestaría apoyo empírico a la teoría del Big Bang, pero su búsqueda era
imposible dentro de otro paradigma, por lo que si de alguna manera lo hubieran
encontrado antes, jamás lo hubieran interpretado como un agujero negro. Dentro del
paradigma de Newton se emprendió la búsqueda de Neptuno para corregir la órbita
de Urano.
b) Por otro me dice cómo interpretar los hechos. Veamos algunos ejemplos para
comprenderlo mejor:
1. El hecho del corrimiento hacia el rojo del espectro de la luz de las estrellas de
otras galaxias se ha interpretado, a la luz del “efecto Doppler” como un
alejamiento de las galaxias. Pero es claro que no se “observó” que las estrellas
se alejan sino sólo un cambio de color en un espectro. (ver párr. 234-238)
2. La nueva estrella que apareció el 11 de noviembre de 1572 y parecía oponerse
al la inmutabilidad de los astros sostenida por el paradigma ptolemaico, en
realidad era así sólo interpretada a la luz del paradigma copernicano que
afirmaba que, de hecho, se trataba de una estrella nueva que había aparecido.
Apuntes sobre Filosofía de las Ciencias y del Arte 80

Pero los ptolemaicos sostenían, en cambio, que se trataba de un efecto que se


encontraba más acá de la luna (o sea, dentro del mundo sublunar, corruptible)
puesto que su paradigma prohibía cambios en el mundo de las estrellas fijas. El
mismo hecho, entonces, interpretado de dos maneras (ver párr. 140).
3. Algo parecido sucedió con las lunas de Júpiter: Galileo las interpretó como
cuatro cuerpos que giraban alrededor de Júpiter, un ptolemaico como
“aberraciones del telescopio”, es decir como deformaciones que producía el
telescopio. Recordamos que esto no debe interpretarse como “necedad” de un
ptolemaico puesto que el telescopio de Galileo era muy primitivo, como ya
hemos dicho, su dibujo de la superficie lunar, hecha con el telescopio, dista
mucho de semejarse al real.
4. Una simple puesta del sol es interpretada por un ptolemaico como movimiento
del Sol, un copernicano como movimiento de la Tierra y un egipcio antiguo
como la muerte del Sol (que moría en todos los anocheceres y resucitaba en
cada amanecer)
393. La conclusión es evidente: no existen observaciones puras, siempre son vistas a
la luz del paradigma. El paradigma es, entonces, el punto de vista desde el cual
interpreto la realidad, los anteojos a través de los cuales observo el mundo.
394. Puede haber dos tipos de paradigma. El paradigma dominante (el aceptado por
la mayoría de la comunidad científica en un determinado momento) y el paradigma
alternativo (propuesta alternativa aceptada por una pequeña porción de la
comunidad, que normalmente no es considerada científica por la “comunidad
oficial”.

La dinámica de la ciencia:

395. La historia del desarrollo de una ciencia comienza con un período de preciencia,
luego pasa a ser ciencia normal, luego surgen las anomalías, se entra en crisis y se
produce una revolución científica para luego entrar en un nuevo período de ciencia
normal.
Preciencia Î Ciencia normal Î Anomalías Î Crisis Î Rev. Científica Î Ciencia Normal

396. Analicemos cada uno de estos períodos:


Preciencia
397. Llama “preciencia” al estado en el que se encuentra una disciplina cuando aún
no se ha constituido como ciencia, es decir, cuando todavía no es regida por un
único paradigma. Cuando, entonces, en la comunidad científica no hay acuerdo sino
que se encuentra dividida en varios paradigmas, nos encontramos en un período de
preciencia.
398. Todas las ciencias han pasado por la preciencia e, incluso, aún hoy hay varias
disciplinas que podrían ser caracterizadas como precientíficas. Un ejemplo típico es
el de la psicología donde hay varias escuelas radicalmente distintas, que no
comparten nada entre ellas. También podría ser ejemplo la filosofía puesto que, por
ejemplo, entre un partidario del paradigma tomista y uno del kantiano hay muy poco
en común.
Apuntes sobre Filosofía de las Ciencias y del Arte 81

399. La característica de la preciencia es, entonces, que siempre se está debatiendo


sobre los principios. Cuando uno pretende demostrar algo, tiene que partir de cero,
ya que nada puede darse por supuesto. Todo tiene que ser demostrado y eso impide
la evolución de la disciplina.
Ciencia Normal
400. Cuando la mayoría de la comunidad científica adhiere a un único paradigma, nos
encontramos en un período de ciencia normal.
En este ensayo “ciencia normal” significa investigación basada firmemente en
una o más realizaciones científicas pasadas, realizaciones que alguna
comunidad científica reconoce, durante cierto tiempo, como fundamento para
su práctica posterior. (Kuhn, La estructura de las revoluciones científicas, FCE,
2da ed., México, 1995, pág. 20)
401. Lo característico de la ciencia normal es que se asume el paradigma como
indubitable, se confía plenamente en el paradigma como instrumento para
interpretar la realidad. Tanto es así que si tengo un problema (algún desajuste entre
lo que predice el paradigma y la realidad) que no logro resolver, pondré en duda mi
capacidad como científico, pero no la del paradigma. Es algo análogo a lo que le
sucede a un estudiante cuando está rindiendo un examen de matemática y el
profesor les ha dado el resultado del ejercicio que deben resolver. Si no logran
resolver el ejercicio, desconfiarán de su capacidad para resolverlo, pero no pondrán
en duda que el dado por el profesor es el resultado correcto.
402. Si, dentro de un paradigma, realizo una medición que no coincide por lo
predicho por el paradigma, en un período de ciencia normal, el científico dudará del
instrumento utilizado o de su capacidad para medir, pero no de la predicción del
paradigma. Esto puede verse, evidentemente, como una fuerte crítica a Popper.
Frente a una falsación no dudo de la teoría, dudo de la falsación.
403. ¿Qué tarea debe cumplir un científico dentro de un período de ciencia normal?
Fundamentalmente deben resolver los problemas que surgen en el intento de
ajustar el paradigma y la realidad (la teoría y las observaciones), pero siempre
respetando las reglas impuestas por el paradigma. Por ejemplo, un largo período de
ciencia normal fue toda la edad media que se regía bajo el paradigma aristotélico-
ptolemaico sin ningún intento de reformarlo. Su tarea principal consistía en explicar
el movimiento de retrogradación sin poner en duda la centralidad e inmovilidad de
la Tierra, la división en dos mundos, la incorruptibilidad de los astros, las órbitas
planetarias circulares y sus velocidades constantes. Dentro de este paradigma, es
decir, respetando todas estas indicaciones, debían ingeniárselas para explicar el
movimiento de retrogradación.
404. Concretamente, este intento de resolver problemas puede llevarse a cabo
mediante las siguientes actividades:
1. Modificaciones teóricas no radicales (puesto que si fueran radicales, habría
cambio de paradigma) Por ejemplo, dentro del paradigma ptolemaico, todos los
epiciclos que se agregaron, o la introducción de la excéntrica o de la equante,
etc..
2. Desarrollo de nuevo instrumental ya sea técnico (como ejemplo el telescopio),
como la teoría que justifica la confianza en el nuevo instrumental (como la teoría
óptica de Newton) ya sea teórico (como el desarrollo de nuevas herramientas
Apuntes sobre Filosofía de las Ciencias y del Arte 82

matemáticas para ciertas teorías, claro ejemplo es la matemática que Newton


tuvo que desarrollar para aplicar a su teoría.)
3. Nuevas y más precisas observaciones. Tycho Brahe, que había dedicado su
vida a realizar nuevas y mejores observaciones es un clásico ejemplo de
científico normal.
4. Buscar nuevas confirmaciones de la teoría. Galileo, dentro del paradigma
copernicano, enfocando su telescopio al cielo buscó nuevas confirmaciones (las
lunas de Júpiter, los cráteres de la luna, las manchas solares, etc.)
5. Extender el campo de aplicación del paradigma. Por ejemplo, a lo largo de
dos siglos el paradigma “copernicano” se había extendido de los cielos a todo el
universo, cielo y tierra con Newton.
6. Resolver los aparentes problemas. Siempre dentro del paradigma, los
problemas que surgen entre predicciones de la teoría y observación deben ser
resueltos. Ya hemos mencionado el caso de Urano. Su “mal comportamiento” no
fue considerado una falsación sino que fue resuelto sin jamás poner en duda la
validez del paradigma newtoniano, sino confiando plenamente en él. El
descubrimiento de Neptuno como causa de las perturbaciones en la órbita de
Urano fue un claro ejemplo de resolución de problema de la ciencia normal.
405. Esta es, entonces, la tarea del científico dentro de un período de ciencia normal,
pero...
Anomalías y Crisis
406. Como hemos dicho, desde el comienzo los paradigmas traen problemas que
intentan ser resueltos sin poner en duda el paradigma, pero suele suceder que
algunos de estos problemas persisten sin poder ser solucionados. Si pasa mucho
tiempo y un determinado problema no logra ser resuelto dentro del paradigma, se lo
considera una anomalía. Una anomalía, entonces, es un desajuste insolucionable
dentro del paradigma, no puede ser solucionada respetando el paradigma,
rearticulándolo, es necesario un cambio más radical.
407. Cuando empiezan a aparecer cada vez más anomalías y ninguna puede ser
resuelta, la comunidad científica ya deja de confiar ciegamente en el paradigma y se
cuestiona sobre su capacidad para resolver los problemas. Es lo que se conoce como
un estado de crisis: se pierde la confianza absoluta en el paradigma. Volviendo al
ejemplo del examen de matemática, cuando uno intenta muchas veces resolverlo y
no lo logra, puede empezar a desconfiar del resultado propuesto por el profesor.
“Tal vez –uno piensa- el error no esté en mí sino en el profesor”, lo mismo sucede
con la comunidad científica que duda ya del paradigma.
408. La crisis se complica aún más cuando surge un paradigma alternativo que tiene
la facultad de resolver por lo menos algunos de los problemas frente a los cuales el
paradigma dominante se encuentra totalmente desconcertado. El terreno, entonces,
está preparado para una revolución científica.
Revolución Científica
409. Se llama revolución científica al proceso por el cual la comunidad científica
cambia de paradigma, es decir, deja de confiar en uno para confiar en el alternativo
que se convierte, al ser asumido por la mayoría de la comunidad científica, en el
dominante.
Apuntes sobre Filosofía de las Ciencias y del Arte 83

410. Kuhn aclara por qué a este proceso ha decidido llamarlo revolución:
1. Comparándolo con una revolución política. Siempre, antes de una revolución,
una parte de la comunidad tiene el sentimiento de que las instituciones
establecidas ya no resuelven satisfactoriamente los problemas para los cuales
fueron concebidas. De la mima manera, un sector de la comunidad científica
empieza a sentir que el paradigma es incapaz de resolver ciertos problemas.
2. Las revoluciones políticas tienden a cambiar las instituciones políticas en modos
que esas mismas instituciones prohiben y durante la revolución, la sociedad no
es gobernada por ninguna institución. De la misma manera, la revolución
científica se produce “violando las leyes” del paradigma dominante y mientras
se sucede el cambio, la comunidad no asume ninguno de los dos (o, mejor dicho,
cada parte asume uno).
3. Las revoluciones políticas estallan cuando, finalmente, se produce el
enfrentamiento entre los dos bandos y, como no hay una superestructura que esté
por encima de ambos bandos, no hay caminos legales para resolverlo, es
necesario apelar a la persuasión y a la fuerza. De la misma manera, cuando se
produce el enfrentamiento, por no haber una superestructura pues la ciencia es el
paradigma dominante y las reglas de la ciencia son las del paradigma dominante,
no hay forma “legal” de resolver la cuestión. Los científicos apelan no ya a las
demostraciones, observaciones y argumentos lógicos, sino a toda clase de
artilugios para imponer su posición.
4. Finalmente, este cambio de paradigma es llamado revolución y no evolución
puesto que no hay continuidad. El cambio de paradigma es un cambio radical.
Sólo hay evolución dentro del período de ciencia normal.
411. Luego, al imponerse el paradigma alternativo, las aguas se calman y se vuelve al
período de ciencia normal, pero regida, claro está, por este nuevo paradigma. Los
científicos se abocarán a la tarea de resolver los nuevos problemas que les plantea el
nuevo paradigma, luego surgirán las anomalías, la crisis y otra vez una revolución...

Comparación entre dos paradigmas

412. Hemos dicho que el cambio de paradigma es un cambio radical y ello porque los
paradigmas son radicalmente distintos, veamos cuáles son sus diferencias
fundamentales:
413. 1) Cada paradigma, dice Kuhn, constituye el universo con objetos distintos. Y
esto debe entenderse no sólo en el sentido que ahora hay más objetos que antes, sino
que con cada paradigma mueren objetos del antiguo paradigma. Así, cada
paradigma tiene su propia “ontología”. Ahora se habla de átomos, electrones,
moléculas, células, virus, agujeros negros, galaxias, supercúmulos, espaciotiempo,
campos magnéticos, bacterias, singularidades, big bang, quásars, protones,
positrones, spin, etc. Todos objetos que fueron propuestos por los paradigmas
actuales de las diversas ciencias. Y han dejado de existir los cuatro elementos, la
división entre los dos mundos, la esfera de las estrella fijas (que era una cápsula real
para un ptolemaico, si pudiera viajar hasta ella, se chocaría, no podría atravesarla),
las órbitas circulares de los planetas, el flogisto, el éter, etc.
414. 2. En segundo lugar, cuestiones que para un paradigma eran sumamente
importantes, para otro son totalmente irrelevantes. Por ejemplo para un
Apuntes sobre Filosofía de las Ciencias y del Arte 84

ptolemaico era esencial para la astronomía determinar la cantidad, radio y velocidad


de los epiciclos, hoy esa cuestión es absolutamente irrelevante para la astronomía.
Para un aristotélico era también una cuestión importante de qué material estaban
compuestas las esferas transparentes incrustados en las cuales giraban los planetas
(los deferentes). Hoy, evidentemente, no tiene sentido. Para la ciencia actual es una
cuestión importante averiguar la edad del universo, para un ptolemaico era una
pregunta absurda. Hoy también se preguntan cuál es el radio del universo, pregunta
absurda para Newton que lo consideraba infinito. Hoy se estudia el ciclo vital de una
estrella, cosa absurda para un ptolemaico, etc.
415. 3. Incluso, dice Kuhn, aquellos objetos que parecen conservarse, lo hacen a costa
de un cambio total de significado. Porque uno podría afirmar: “Es cierto, ayer no
se hablaba de moléculas y hoy no se habla de epiciclos, pero siempre se habló de
planetas, de universo, de las estrellas, del sol, de la luna, etc.” Sí, diría Kuhn, pero
han cambiado tan radicalmente de significado que lo único que se ha conservado ha
sido el nombre.
416. Veamos algunos ejemplos:
a) El término planeta para un ptolemaico se definía más o menos como una
“estrella errante que gira alrededor de la Tierra” mientras que un copernicano
diría que es un “cuerpo sin luz propia que gira alrededor del sol”.
b) La Tierra, para un ptolemaico no era un planeta (afirmar eso es como hoy se
dijera que la Tierra es una estrella), ¿cómo podía ser errante si ni siquiera se
movía? Mientras para Ptolomeo era el centro inmóvil del Universo, para
Copérnico es sólo un planeta más que gira alrededor del sol.
c) Con las estrellas ha sucedido algo parecido. Para un ptolemaico eran esferas
perfectas e inmutables, para un copernicano no son perfectas ni inmutables,
para nosotros no son más que un cúmulo de gas que dura unos millones de
años.
d) Con la misma noción de Universo sucedió lo mismo. Para un ptolemaico era
el espacio comprendido por la esfera de las estrellas fijas, para Newton era
infinito y para nosotros se está expandiendo.
e) Con la noción de masa sucedió algo parecido. Para Newton m=f.a (m: masa,
f: fuerza, a: aceleración), la masa es distinta de la energía y constante con
respecto a la velocidad. Para Einstein la m=E/c2 (m: masa, E: energía, c:
velocidad de la luz), es igual a la energía y varía con la velocidad del cuerpo.

Paradigma Ptolemaico Paradigma Copernicano Paradigma Actual

Sol-Luna
Planetas Tierra Sol Tierra - Planetas Sol-Estrellas Tierra-Planetas

Estrellas Luna Estrellas Luna

417. Uno podría todavía objetar que, aunque cambien radicalmente de significado se
sigue refiriendo a los mismos objetos, la Tierra sigue siendo la misma, las estrellas
las mismas, los planetas, cada vez más, pero siempre los mismos, etc. Pero no es
cierto: Antes Mercurio, Venus, Júpiter, Marte y Saturno eran estrellas, hoy no lo
Apuntes sobre Filosofía de las Ciencias y del Arte 85

son. El Sol antes era un planeta al igual que la luna, hoy no lo son. Hoy el Sol es una
estrella y antes no lo era. Ver el cuadro siguiente, donde se dividen los entes según
su mayor semejanza en los tres paradigmas.

Inconmensurabilidad de Paradigmas

418. Justamente por ser radicalmente distintos,


el paso de un paradigma a otro no puede ser
por motivos exclusivamente racionales.
Kuhn asocia el cambio de paradigma con una
conversión religiosa, los motivos racionales
(metodológicos: por ejemplo: mayor
falsibilidad o mayor corroboración empírica
en el inductivismo) no son suficientes.
Cambiar de paradigma, además, es como ver
la realidad desde otra perspectiva. Kuhn se valía de ejemplos de la psicología de la
Gestalt que mostraba cómo uno “proyecta” imágenes sobre lo que observa de tal
manera que dos personas pueden estar viendo en la misma imagen dos figuras
distintas (ejemplo de la escalera o la anciana y la joven).
419. Los paradigmas, dice Kuhn, son
inconmensurables, es decir no pueden ser
medidos por un mismo patrón de medida,
puesto que no tienen nada en común. Hasta
ese momento era la realidad el terreno
neutro donde se comparaban las distintas
teorías, pero ahora que sabemos que la
realidad es determinada por el paradigma, o
sea que cada paradigma tiene “su” realidad,
no pueden ser comparados. Kuhn pone el
ejemplo, también, de dos idiomas
intraducibles.
420. No alcanzan, entonces, las razones
lógicas, influyen muchísimos otros
motivos, desde la reputación del científico
hasta su concordancia con creencias
religiosas, o su sustento económico.
Escuchemos al mismo Kuhn:

“Los científicos individuales aceptan un nuevo paradigma por toda clase de


razones y con frecuencia por muchas razones al mismo tiempo. Algunas de
estas razones -por ejemplo, el culto al Sol que contribuyó a convertir a Kepler
al copernicanismo- se hallan fuera por completo de la esfera de la ciencia. Otras
razones pueden depender de idiosincrasias autobiográficas y personales.
Incluso la nacionalidad o la reputación previa del innovador y de sus maestros
puede a veces desempeñar un importante función (...) Probablemente la
pretensión más importante que formulan los defensores de un nuevo
paradigma es la de que puede resolver aquellos problemas que han puesto en
crisis el viejo paradigma. Tal pretensión, cuando puede formularse de modo
legítimo, a menudo constituye el más eficaz de los argumentos a favor.”
(Thomas S. Kuhn, la Estructura de las revoluciones científicas, citado por G. Reale,
Historia del pensamiento científico y filosófico, tomo III, pág. 910)
Apuntes sobre Filosofía de las Ciencias y del Arte 86

Dos problemas de Kuhn

421. Es importante aclarar que, a lo largo de los años fue matizando su posición,
sobre todo por el debate con Popper y otros. Téngase en cuenta que desde la
publicación de “la estructura” hasta su muerte pasaron más de 30 años en los cuales
Kuhn siguió desarrollando su concepción. Lo cierto es que, al final, reconocía que
era posible cierta “traducción” entre los paradigmas. Si bien uno no puede
traducirlos perfectamente, dice Kuhn, uno puede lograr ser “biligüe” y entender
ambos paradigmas. También es justo afirmar que Kuhn fue muy mal interpretado en
un principio, tal vez nunca quiso afirmar cosas que le hicieron decir los
exageradamente racionalistas. Se lo acusó, principalmente de dos cosas: de ser
irracionalista y de ser relativista.
422. El irracionalismo de Kuhn estaría en que hace depender la ciencia de factores
que no son exclusivamente racionales. Pero en ello estaríamos también nosotros de
acuerdo. Digamos que fue acusado de irracionalista por los exageradamente
racionalistas como todos aquellos que creen que el método científico consiste
simplemente en la lógica (identifican racionalidad con tratamiento lógico).
423. El relativismo sí está mejor fundado. Kuhn jamás aceptó que la ciencia buscara
conocer la realidad, sino simplemente resolver problemas. Pero eso no quiere decir
que su descripción de la ciencia sea intrínsecamente relativista. Creemos que la
descripción de Kuhn es muy acertada, el desafío es salvar la verdad en la ciencia, sin
negar los aportes de Kuhn. Desafío, por cierto, que está por hacerse.

Imre Lakatos
424. Podría decirse que Kuhn y Popper tuvieron dos hijos
“intelectuales”; Lakatos y Feyerabend, el primero ser
parecerá, sin embargo, más a Popper, aunque con algo de
Kuhn, mientras el segundo se parecerá más a Kuhn,
aunque con algo de Popper.
425. Imre Lakatos nació en Hungría el once de septiembre
de 1922 y murió en el dos de febrero de 1974 a la edad de
52 años. En su juventud participó activamente en un
movimiento antinazi, luego ocupó un alto cargo político en
su país y posteriormente, por vaivenes políticos estuvo
encarcelado varios años, finalmente huye a occidente y se
doctora en Filosofía con un trabajo llamado “Ensayo sobre
la lógica del descubrimiento matemático”. Luego Imre Lakatos
comienza a enseñar en la “London School of Economics”, (1922-1974)
donde conoce a Popper, en quien se inspirará, aunque no
sin criticarlo duramente. Su muerte prematura nos sugiere que, si hubiera vivido un
poco más, su pensamiento habría llegado a una síntesis prácticamente insuperable.
426. El pensamiento de Lakatos puede entenderse como una síntesis crítica entre
Kuhn y Popper. Del primero tomará el enfoque sociológico y dinámico de la ciencia
pero criticará su irracionalismo y relativismo. De Popper asumirá su racionalismo y
Apuntes sobre Filosofía de las Ciencias y del Arte 87

parte del falsacionismo, pero criticará su excesiva rigidez metodológica y su poca


preocupación por la historia de la ciencia.

Los Programas de Investigación

427. Así como el concepto central de la epistemología de Kuhn era el de


“paradigma”, Lakatos también tiene un concepto central que, además, se asemeja
mucho a los paradigmas kuhninanos: El programa de investigación. Podría
definírselo como “una secuencia de investigaciones seguida por uno o más
investigadores, en la cual se adhiere a ciertas reglas metodológicas.” Es decir, es
algo muy parecido a un paradigma, pero Lakatos se preocupa por precisar su
estructura.
428. Estas reglas metodológicas son principalmente dos: la heurística negativa y la
heurística positiva, pero para comprenderlas debemos desarrollar antes un poco más
la estructura de un programa de investigación.

Núcleo Central y Cinturón Protector.

429. Dentro de un programa de investigación, no todas las hipótesis tienen el mismo


status: algunas son intocables, “sacrosantas” por convención. Es decir, por una
decisión metodológica de los científicos jamás serán puestas en duda y, siempre
estarán a salvo de los ataques empíricos. Así como para Popper, llegado
determinado momento, la base empírica se volvía intocable por convención, así para
Lakatos, también ciertas hipótesis universales que Lakatos llama núcleo central.
Hemos dicho que las hipótesis del núcleo central están a salvo de los ataques
empíricos (por una decisión de los científicos), pero ¿cómo o qué las defiende?
430. Las defiende el cinturón protector, es decir el conjunto de hipótesis auxiliares,
teorías menos importantes, condiciones iniciales que sí están expuestas a los ataques
empíricos y que en su lucha con ellos debe constantemente readaptarse. Estas
hipótesis sí están, entonces, sometidas a modificaciones y su función principal es la
de proteger al núcleo central. Ellas se sacrificarán, darán su vida para preservar la
del núcleo, pondrán el pecho a los flechazos dirigidos hacia el núcleo por las
observaciones.
431. Por ejemplo, en el programa de investigación ptolemaico, el núcleo central
estaba constituido por las hipótesis (intocables) que afirmaban la división en dos
mundos, la perfección del celeste, la centralidad de la Tierra, su inmovilidad, la
necesidad de movimientos circulares y constantes, etc. Y el cinturón protector
fueron las distintas hipótesis que proponían epiciclos, deferentes, excéntricas,
equantes, etc. Todas propuestas para “salvar las apariencias”, es decir, para que el
núcleo soporte los ataques de la experiencia. En el programa de investigación
copernicano, en cambio, el núcleo central lo constituía la centralidad e inmovilidad
del Sol y la movilidad de la Tierra, y el cinturón protector todos los artilugios
elaborados para evitar las falsaciones: epiciclos todavía propuestos por Copérnico,
luego las órbitas elípticas de Kepler, el principio de inercia y las observaciones de
Galileo, luego las leyes de Newton, etc.
432. El núcleo central de Newton consistía en sus leyes del movimiento y la ley de
atracción universal, la del materialismo histórico de Marx que todo cambio social
debe ser explicado por la lucha de clases, etc.
Apuntes sobre Filosofía de las Ciencias y del Arte 88

433. Ahora sí, habiendo aclarado la estructura del programa de investigación,


podemos precisar cuáles son esas reglas metodológicas.

Heurística Negativa y Heurística Positiva.

434. Son reglas muy generales y muy simples, la heurística negativa establece que no
se puede rechazar ni modificar el núcleo central de un programa de investigación. Es
decir, que todo problema debe resolverse en el cinturón protector. La heurística
positiva, en cambio, establece cómo debe evolucionar el cinturón protector para
mejorar el programa de investigación: qué técnicas matemáticas deben desarrollarse,
qué observaciones realizarse, etc. El trabajo en el ámbito del cinturón protector
coincide con lo que Kuhn llamaba período de ciencia normal (en el cual no se ponía
en duda la legitimidad del paradigma)
435. Veámoslo con un ejemplo: en el programa de investigación copernicano, para
proteger el núcleo central (la movilidad de la Tierra, la centralidad del Sol) las
luchas se establecieron en el ámbito de cinturón protector: se cambiaron los cánones
de observación (antes era la simple observación a ojo pelado, ahora debería
concedérsele primacía a lo visto a través del telescopio), se cambiaron incluso
algunos datos de observación (téngase en cuenta, mucho antes de poderse
comprobar) cuando se afirmó, para proteger al núcleo de la objeción de la paralaje,
que la distancia entre la Tierra y las estrellas era mucho mayor de lo que se creía y
también, en último lugar, se modificaron las condiciones iniciales agregando un
nuevo planeta (Neptuno, por los problemas de Urano) con el único objetivo de
evitar la caída del núcleo newtoniano.
436. Téngase presente que, si se toca el núcleo ya se deja de trabajar en un programa
de investigación determinado (y se comienza a trabajar en otro). Tal es el caso de
Tycho Brahe con su propuesta que volvía a poner en el centro a la Tierra, negando
así el núcleo central del programa copernicano (en términos kuhnianos estamos
frente a una revolución científica).

Programas de investigación progresivos y regresivos.

437. Ahora bien, toda esta descripción puede ser más o menos interesante, pero sin
duda la gran pregunta es: ¿Cuándo y por qué razones es lícito abandonar un
programa de investigación y adherir a otro?
438. Para responder a esta pregunta debemos distinguir entre programas de
investigación progresivos y regresivos.
439. Un programa de investigación será progresivo si
440. A) es progresivo teóricamente, o sea, que las nuevas modificaciones
introducidas para defender el núcleo no son ad hoc (en el sentido de Popper, o sea,
pueden ser contrastadas independientemente). Un ejemplo clásico de movimiento
“progresivo teóricamente” de un programa es la postulación de Neptuno para
proteger el núcleo del programa newtoniano. Observando por el telescopio podía
contrastarse la nueva hipótesis, no era, por lo tanto, ad hoc.
441. B) y es progresivo empíricamente, es decir, por lo menos alguna de las
modificaciones teóricas es corroborada empíricamente. Siguiendo el ejemplo, el
Apuntes sobre Filosofía de las Ciencias y del Arte 89

programa progresó teóricamente cuando se postuló la existencia de Neptuno, pero


progresó empíricamente cuando se lo descubrió con el telescopio.
442. Un ejemplo de progreso teórico pero no empírico puede verse en el clásico
ejemplo de Lakatos reproducido en el texto del párr. 378.
443. Un programa, en cambio, será regresivo, si:
444. A) es regresivo teóricamente, o sea, las modificaciones teóricas introducidas
para salvar al núcleo son ad hoc (como ejemplo puede verse a toda la edad media,
que introdujo epiciclos, pero no predijo ni una nueva observación)
445. B) y es regresivo empíricamente, cuando las nuevas predicciones no se
confirman (el nuevo planeta propuesto para explicar los problemas con Mercurio en
el programa newtoniano es un claro ejemplo: Jamás fue descubierto.)
446. Bien, Lakatos afirma que se debe preferir el programa progresivo, pero con
cierta tolerancia metodológica puesto que, como siempre es posible que un
programa regresivo se vuelva progresivo (tal es el caso, por ejemplo del programa
de Aristarco de Samos que durmió durante 21 siglos y luego fue vuelto progresivo
por Copérnico) jamás puede determinarse un límite de tiempo para tolerar a un
programa regresivo. Por lo tanto, aunque debe preferirse un progresivo, no es
“irracional” continuar trabajando en uno regresivo con la esperanza de que la
situación se invierta, siempre que, aclara Lakatos, se tenga en cuenta el riesgo que se
corre.
Estas consideraciones, en su conjunto, ponen de relieve la importancia de la
tolerancia metodológica, y dejan todavía sin respuesta el problema de cómo se
eliminan los programas de investigación. (Lakatos, 107)

447. Esta idea de tolerancia metodológica es muy importante porque muestra a un


Lakatos mucho más flexible frente a lo excesivamente estricto que es Popper.
Además, Lakatos no comparte con Popper la ilusión de que una mejor filosofía de la
ciencia ayude a la ciencia, la metodología ayuda al histórico de la ciencia, pero no al
científico:
En segundo lugar afirmo que la filosofía de la ciencia es más una guía para el
histórico de la ciencia que para el científico. Porque creo que la filosofía de la
racionalidad estén todavía hoy detrás respecto a la racionalidad científica,
encuentro difícil conpartir plenamente el optimismo de Popper al afirmar que
una mejor filosofía de la ciencia pueda ser de considerable ayuda al científico.
(105)

448. Pero por otro lado, al poder comparar de alguna manera a los distintos
programas y mostrar cierta preferencia por los progresivos, se aleja claramente de la
inconmensurabilidad de Kuhn. Los programas pueden compararse entre sí y se
puede saber cuál es mejor, aunque uno prefiera trabajar en uno peor con la
esperanza de que la situación se revierta.
La lucha entre dos programas de investigación es obviamente un proceso de
larga duración en el cual es razonable trabajar en cada uno de ellos (o, si se
puede, en ambos). El último esquema se vuelve importante por ejemplo cuando
uno de los programas de investigación es vago y sus opositores desean
desarrollarlo en forma más precisa para mostrar su debilidad. Newton elaboró
la teoría cartesiana de los vértices para mostrar que era incompatible con las
leyes de Kepler. (El trabajo contemporáneo sobre programa rivales,
Apuntes sobre Filosofía de las Ciencias y del Arte 90

naturalmente, mina en la base la tesis de Kuhn sobre la inconmensurabilidad


psicológica de paradigmas rivales. (102.)

449. No podemos dejar de reproducimos, además, por su agudeza, la crítica general


que esboza Lakatos contra Kuhn:
En términos contemporáneos, podríamos también preguntarnos si la
popularidad de la filosofía de Kuhn indique que su verdad es reconocida. En
este caso sería refutada. ¿O más bien esta popularidad indica que se la
considera una nueva moda? En este sentido sería “verificada”. Pero gustaría a
Kuhn esta “verificación”? (lakatos, 118)

450. Podemos ver, entonces, en Lakatos, una síntesis más flexible que Popper y más
racional que Kuhn.

Paul Feyerabend
451. Paul Feyerabend, el otro hijo intelectual
de Kuhn y Popper, nace en 1924 y muere en
1994, ha estudiado muy variadas disciplinas
y sin duda ha sido un hombre de un genio
intelectual (y también artístico)
impresionante. Estudió teatro, ganó incluso
concursos de actuación y canto, estudió
historia, historia de la ciencia y, sobre todo,
física, astronomía y filosofía. Participó en la
Guerra donde fue herido por una granada y
permaneció rengo hasta su muerte (la
granada tuvo también “otros efectos” en su
constitución física). Feyerabend,
tremendamente atractivo, de una
personalidad muy simpática y de una
extravagancia inusitada (jamás preparaba las
clases y las conferencias las “pensaba”
mientras se dirigía a ellas), debe ser Paul Feyerabend
considerado, sin duda, uno de los (1924-1994)
epistmólogos más importantes del siglo.
Frecuentó círculos intelectuales, entre ellos el de Viena y otro que había formado
también un miembro del círculo. En sus reuniones se dio cuenta de algo que sería,
sin duda, fundamental para toda su epistemología:
“He conocido eminentes hombres de cultura, artistas, políticos (y sus bellas
aunque normalmente frustradas mujeres) y debo mi carrera académica a la
amigable ayuda de estos hombres (y de sus mujeres). Muy rápido me di cuenta
que en una discusión pública no importan los argumentos, sino ciertas dotes
teatrales. Para controlar mi sospecha, intervine en las discusiones y sostuve con
gran seguridad ideas absurdas. Dentro de mí temblaba de miedo –en definitiva
no era más que un pequeño estudiante en medio de grandes calibres-, pero en el
fondo era un estudiante de teatro y así pude demostrar mi hipótesis con mi
plena satisfacción”
Apuntes sobre Filosofía de las Ciencias y del Arte 91

Contra el método

452. Aunque gran amigo de Imre Lakatos (trabaron, por un tiempo, ambos en la
London School of Economics, donde, además, estaba Popper), fue sin embargo su
principal opositor, junto con Popper. Por tal motivo habían decidido publicar un
libro juntos donde Feyerabend, en la primera parte, expusiera su posición, luego
Lakatos, en la segunda lo criticara y luego una conclusión de Feyerabend,
respondiendo a las críticas cerrara la obra. La composición de la obra, sin embargo,
duró muchísimo más de lo previsto porque Feyerabend cambiaba constantemente
sus argumentaciones y su exposición, así, cuando Lakatos tenía ya preparada la
crítica basada en un borrador que Feyerabend le había enviado, él le enviaba uno
nuevo totalmente distinto. Lakatos finalmente muere (1974) antes de poder concluir
la obra (el Dr. Klimovsky afirma que justamente estos vaivenes de Feyerabend
mataron a Lakatos). Finalmente, un año después de la muerte de su querido amigo
Feyerabend decide publicar su parte de la obra que la llamo “Contra el Método”.
453. En ella, siguiendo principalmente a Kuhn, muestra con abundantes ejemplos
históricos (sobre todo de la revolución copernicana) que ninguna de las
metodologías propuestas a lo largo de la historia han tenido éxito: ni el inductivismo
ingenuo ni el probabilista (de criticarlos ya se encargó Popper), ni el falsacionismo
ingenuo ni sofisticado (Kuhn los critica) ni, finalmente, la propuesta de Lakatos que
el mismo Feyerabend se encargará de criticar (enseguida veremos cómo). Insiste,
entonces, en que cualquier metodología es incompatible con la historia de la ciencia
pues ésta es mucho más rica de lo que permite cualquier método.
454. No sólo ningún método permite justificar todos los procedimientos que a lo
largo de la historia han tenido los científicos sino que, además, muchísimas veces la
ciencia ha progresado justamente de la mano de aquellos que, conscientemente o no,
fueron directamente en contra de las más establecidas reglas.
La noción de un método que contenga principios firmes, inmutables, y
absolutamente vinculantes, en calidad de guía de la actividad científica, choca
con dificultades notables cuando se enfrente con los resultados de la
investigación histórica. En efecto, nos encontramos con que no existe una sola
norma –por plausible que sea y por sólidamente arraigada que se encuentre en
la epistemología- que no haya sido violada en alguna circunstancia. Se hace
evidente también que tales violaciones no son acontecimientos accidentales, y
tampoco son el resultado de un saber insuficiente o de faltas de atención que
hayan podido evitarse. Al contrario, vemos que dichas violaciones son
necesarias para el avance científico. En efecto, uno de los rasgos que más
llaman la atención en las recientes discusiones sobre historia y sobre filosofía de
la ciencia es el tema de conciencia del hecho de que acontecimientos y avances
como la creación del atomismo en la antigüedad, la revolución copernicana, (...)
sólo se llevaron a cabo porque algunos pensadores decidieron no dejarse atar
por determinadas normas metodológicas obvias, o porque involutariamente las
violaron (Contra el Método)

O también:
Más específicamente, se pude demostrar lo siguiente: dada una norma
cualquiera, por fundamental o necesaria que resulte para la ciencia, siempre
existen circunstancias en las cuales es oportuno no sólo ignorar la norma, sino
también adoptar su contrario. Por ejemplo, hay circunstancias en las cuales es
aconsejable introducir, elaborar y defender hipótesis ad hoc, hipótesis que
contradigan los resultados experimentales bien establecidos y universalmente
Apuntes sobre Filosofía de las Ciencias y del Arte 92

aceptados, o hipótesis cuyo contenido sea menor con respecto al de las hipótesis
alternativas existentes y empíricamente adecuadas, o incluso hipótesis
autocontradictorias, etc. Asimismo, hay circunstancias, que se producen con
bastante frecuencia, en las cuales el razonamiento pierde su aspecto de
orientación hacia el futuro, convirtiéndose en un bloqueo para el progreso”.
(Contra el Método)

Crítica a Lakatos.

455. Ahora bien, ¿por qué la metodología propuesta por Lakatos tampoco resiste el
juicio de la historia? Ya hemos visto, en efecto, que ni el inductivismo ni el
falsacionismo popperiano lo logran, pero no hemos criticado a Lakatos. De hecho,
parece, por su “tolerancia metodológica” ajustarse perfectamente a la historia.
Puesto que no establece un límite en el cual sea necesario abandonar un programa de
investigación regresivo, el método propuesto por Lakatos no puede ser “falsado” por
la historia. Feyerabend acepta todo lo que acabamos de afirmar, pero lo da vuelta
para tirar aún más agua para su molino. “Es cierto, Lakatos se ajusta a la historia,
pero se ajusta porque es un anarquista metodológico igual que yo, pero disfrazado”.
Puesto que no establece un límite de tiempo, al fin y al cabo, Lakatos no propone
nada. Si no le dice a los científicos cuando abandonar su programa de investigación
regresivo, su propuesta no es normativa, no sirve como método, y si lo dice, por ser
el límite arbitrario, no se ajustará a la historia.
456. Por eso Feyerabend vivía irritando a Lakatos diciéndole que, en el fondo, él
también sostenía el anarquismo metodológico, sólo que lo disfrazaba con
“ornamentos verbales”, es decir, lo adornaba con palabras para que pareciera
racional, pero no lo era.

Anarquismo metodológico

457. Habiendo descartado a Lakatos, su “mejor enemigo”, dice, Feyerabend, ya no


existe ningún método privilegiado que tengan que seguir y respetar los científicos,
pueden hacer y proceder de la manera que quieran, puesto que ninguno les garantiza
el éxito seguro. Por eso, afirma, la única regla metodológica que hay que afirmar es
“todo vale”, como él mismo lo dice:
Se hace evidente que la noción de un método fijo o de una teoría fija de la
racionalidad, se apoya en una visión demasiado ingenua del hombre y de su
ambiente social. Para aquellos que no quieren ignorar el rico material que
proporciona la historia, y que no pretenden empobrecerlo para complacer sus
instintos más bajos, su ansia de seguridad intelectual en forma de claridad, de
precisión, de objetividad, de verdad, estará muy claro que hay un solo principio
que puede defenderse en todas las circunstancias y en todas las fases del
desarrollo humano. Se trata del siguiente principio: “Todo vale (anything
goes)” (Contra el Método).

458. En esto consiste su propuesta metodológica, en que no hay método, por eso la ha
llamado anarquismo metodológico, cada científico puede seguir el método que más
le plazca.
Apuntes sobre Filosofía de las Ciencias y del Arte 93

Inconmensurabilidad

459. Feyerabend adhiere completamente a la tesis de la inconmensurabilidad de las


teorías: por la contaminación teórica de las observaciones, es imposible una base
empírica neutra que nos permita comparar teorías. Además, cada teoría determina su
propio método, su propia racionalidad, etc. Mientras Kuhn fue matizando a lo largo
de su vida el alcance de esta tesis, Feyerabend la llevó a su máxima expresión: dos
teorías son absolutamente incomparables.

Irracionalidad de la ciencia

460. Apoyado sobre todo en la tesis de la inconmensurabilidad llevada a su extrema


versión, Feyerabend sostiene que, siempre, en las revoluciones científicas, los
motivos que inducen a la comunidad científica a elegir una teoría y no otra son
absolutamente “irracionales”, ya que la racionalidad es absolutamente relativa al
paradigma: visto desde el paradigma dominante, los argumentos del revolucionario
son irracionales y no puede ser de otra manera. El científico revolucionario o
innovador, puesto que no comparte la “racionalidad” del paradigma dominante, no
puede tratar de demostrarles mediante la razón que están equivocados, debe recurrir,
entonces, a trucos psicológicos y trampas, engaños, persuasiones, “propaganda”:
trata de convencer, no de demostrar.
461. Así, por ejemplo, Galileo no podía argumentar racionalmente a favor del
copernicanismo, puesto que la racionalidad estaba definida por el paradigma
ptolemaico, por eso debe recurrir a “trampas”. Concretamente, no podía demostrar
racionalmente que el telescopio mostraba lo que en realidad existía. Un ptolemaico
siempre podía objetar que, puesto que las lunas de Júpiter no podían existir (según la
física aristotélica) y el telescopio las mostraba, evidentemente el telescopio no era
un buen instrumento. Galileo, para demostrar que el telescopio era un buen
instrumento lo enfocaba, imaginemos, a la ventana de enfrente y describía a la
vecina: es gorda, rubia y con un grano en la nariz, luego iban a lo de la vecina y
verificaban con los ojos que lo que había mostrado el telescopio era correcto. Así
demostraría que había que confiar en el telescopio: ¿si no me engaña al mostrarme a
mi vecina, podría decir Galileo, por qué me va a engañar al mostrarme las lunas de
Júpiter? Pero, en realidad, eso supone algo que ni Galileo ni los ptolemaicos
aceptaban y es que hubiera una misma física en el mundo sublunar y el celeste. Un
ptolemaico podría aceptar que el telescopio funcione en el mundo sublunar, pero no
en el celeste y no había ninguna contradicción en ello, puesto que eran regidos por
físicas distintas (recién Newton las unirá). Es más, las observaciones parecían
confirmar lo que afirma el ptolemaico puesto que el telescopio mostraba la luna más
grande, pero a las estrellas las mostraba del mismo tamaño (hoy se sabe que es a
causa de la distancia de las estrellas, pero ¡hoy!). Este es un ejemplo, entre tantos
posibles, que muestra cómo un científico actúa irracionalmente para imponer su
paradigma. Es innecesario aclarar que esta “irracionalidad” no es algo negativo para
Feyerabend, puesto que, por un lado es necesaria y por otro permite una mayor
libertad de los científicos. Como dice Feyerabend:
Lo que queda [después de haber eliminado la posibilidad de comparar
lógicamente teorías comparando conjuntos de consecuencias deductivas] son
juicios estéticos, juicios de valor, prejuicios negativos, anhelos religiosos; en
Apuntes sobre Filosofía de las Ciencias y del Arte 94

resumen, lo que queda son nuestros deseos subjetivos (Contra el Método, pág.
285)

Ciencia y Estado

462. De estos razonamientos, Feyerabend extraerá dos conclusiones importantísimas.


Ambas, como veremos, favorecen la libertad individual, una la de los científicos en
el ámbito metodológico y otra la de la gente común a nivel social.
463. La primera la podríamos llamar la tesis del anarquismo metodológico, que ya
hemos mencionado y podríamos formularla así: “Puesto que no hay un método
privilegiado que me garantice que, siguiendo sus reglas, progresaré en el
conocimiento, cualquier método es válido, o, dicho con sus palabras: todo vale”.
Esto juega a favor de la libertad individual de los científicos, no hay método que
limite su libertad.
464. La segunda es muy interesante: Puesto que la ciencia no tiene un método
racional privilegiado es una expresión cultural irracional y, por lo tanto, no tiene
ningún derecho a proponérsela como la única o la mejor forma de conocimiento.
Muchísimas otras expresiones culturales tienen tanto o mayor valor que la ciencia.
Y Feyerabend, fiel a su estilo provocativo, comienza a demostrar que ni la
acupuntura, ni la astrología, ni la magia, ni algunas propuestas orientales son menos
racionales que la “ciencia oficial de Occidente”.
465. Feyerabend se queja, entonces, (y aquí creo que hay que tomarlo en serio) del
dominio despótico que tiene la ciencia en la actualidad. Es un saber indiscutido y
“oficializado”. Así como en la edad media el Estado se había casado con la Iglesia y
seguía siempre sus veredictos y jamás ponía en duda lo que afirmaban los obispos;
así, hoy, el Estado logró desprenderse de la Iglesia (hay libertad religiosa, cada uno
puede aprender la religión que desea), pero lo hizo a costa de someterse, una vez
más, pero ahora a aquello que permitió que se independizara de la Iglesia. Ahora, el
Estado, está unido a la Ciencia. Pero si la ciencia es una forma más de
conocimiento, ¿por qué en la escuela no se enseña también astrología? ¿por qué uno
va a la cárcel si no obliga a su hijo a estudiar la “ciencia oficial” en la escuela? ¿por
qué en las escuelas es obligatoria matemática y geografía y biología y física y
química y no astrología, magia, curanderismo, hierbas orientales, horóscopos, etc.?
¿Por qué uno puede elegir su religión pero no su ciencia?. Hoy nadie va a la cárcel
por escupir el rostro de Dios, pero sí por no dejarse “operar” por un científico, nadie
va a la cárcel por pecar pero sí por practicar la medicina sin la autorización del
Santo Tribunal de la Ciencia. Con palabras del mismo Feyerabend:
Así, mientras un americano puede escoger ahora la religión que más le gusta,
no se le permite todavía exigir que su hijo estudie magia en lugar de ciencia en
la escuela. Hay una separación entre Iglesia y Estado pero no la hay entre
Estado y la Ciencia” (Contra el Método, pág. 299)

466. Feyerabend insiste, entonces, en que esta dependencia intelectual en manos de


otros es típico de retardados mentales. Antes dependíamos de la Iglesia, luego
maduramos, pero a costa de caer en una nueva inmadurez, ahora dependemos de los
científicos, a cada cosa que dicen nosotros respondemos religiosamente “Amén”.
Según Kant, la ilustración del siglo XVIII hizo a la gente más madura ante las
iglesias. Un instrumento esencial para conseguir esta madurez fue un mayor
conocimiento del hombre y del mundo. Pero las instituciones que crearon y
Apuntes sobre Filosofía de las Ciencias y del Arte 95

expandieron los conocimientos necesarios muy pronto condujeron a otra


especie de inmadurez. Hoy se acepta el veredicto de los científicos o de otros
expertos con la misma reverencia propia de débiles mentales que se reservaba
antes a obispos y cardenales, y los filósofos, en lugar de criticar este proceso,
intentan demostrar su “racionalidad interna” (P. Feyerabend, Adiós a la razón,
p. 60)

Conclusión

467. Sin duda la posición de Feyerabend es un poco (o bastante) extremista, sin


embargo nos advierte de dos cosas muy importantes. Por un lado hay que tener en
cuenta su anarquismo metodológico. Posiblemente exista un método en la ciencia,
pero no tan estricto como para dar reglas precisas que los científicos tengan que
seguir necesariamente para encontrar el éxito. El sueño de Descartes de un método
que hiciera conocer a los tontos con solo seguir los pasos necesarios, que él lo
expresara en su Discurso del Método, ha muerto definitivamente con el “Contra el
método” de Feyerabend. El ha mostrado que no es posible tal método. El ingenio
humano y su deseo de conocer lo harán siempre buscar nuevos caminos para
investigar la realidad.
468. Podríamos aceptar, entonces, que no hay un método como Descartes lo
pretendiera, pero ello no nos lleva a reconocer que la ciencia es una actividad
irracional. Eso supone identificar racionalidad y método, lo cual es muy discutible.
469. Aún no siendo la ciencia tan irracional, creemos que Feyerabend pone bien de
manifiesto que hay otras formas de conocimiento que deben, por lo menos,
estudiarse bien antes de criticarse. Creemos además que la propuesta de Feyerabend
nos ayuda a prestar un poco más de atención a nuestra aceptación acrítica de todo lo
que dice la ciencia.
Apuntes sobre Filosofía de las Ciencias y del Arte 96

Índice
INTRODUCCIÓN: PROBLEMAS EN LA DEFINICIÓN DE LA CIENCIA.....................................1
LA DEFINICIÓN DE LA CIENCIA, OBJETO DE LA FILOSOFÍA DE LA CIENCIA .................................................1
SEIS PROBLEMAS PARA DEFINIR LA CIENCIA ..............................................................................................2
POSIBLE SOLUCIÓN ....................................................................................................................................4
PLATÓN .....................................................................................................................................................5
EL CAMBIO Y LA PERMANENCIA EN LOS FILÓSOFOS PRESOCRÁTICOS ........................................................5
CAMBIO Y PERMANENCIA EN PLATÓN.......................................................................................................6
MUNDO DE LAS IDEAS EN PLATÓN ............................................................................................................6
ARISTÓTELES..........................................................................................................................................9
MODOS DE CONOCER EN ARISTÓTELES ...................................................................................................10
DEFINICIÓN ARISTOTÉLICA DE CIENCIA ..................................................................................................11
CARACTERÍSTICAS DE LA CIENCIA ARISTOTÉLICA ...................................................................................14
LA DIALÉCTICA EN ARISTÓTELES ............................................................................................................14
EDAD MEDIA..........................................................................................................................................16
HISTORIA : ..............................................................................................................................................16
DISCUSIÓN : ............................................................................................................................................18
CONTRIBUCIONES....................................................................................................................................19
LA REVOLUCIÓN COPERNICANA. ..................................................................................................20
LA ESFERICIDAD DE LA TIERRA ...............................................................................................................20
EL SISTEMA PTOLEMAICO. ......................................................................................................................21
Principios Metafísicos ........................................................................................................................21
Observaciones. ...................................................................................................................................22
Explicación.........................................................................................................................................23
Los problemas ....................................................................................................................................25
GALILEO GALILEI ...............................................................................................................................30
PRUEBAS A FAVOR DEL SISTEMA COPERNICANO .....................................................................................31
GALILEO Y LA IGLESIA ............................................................................................................................31
MÉTODO CIENTÍFICO EN GALILEO ..........................................................................................................33
GALILEO FRENTE A LOS ARISTOTÉLICOS. ................................................................................................33
RENÉ DESCARTES................................................................................................................................35
BIOGRAFÍA ..............................................................................................................................................35
CONTRIBUCIONES A LA CIENCIA .............................................................................................................35
MÉTODO: ................................................................................................................................................36
APRECIO POR LA CIENCIA. ......................................................................................................................37
FILOSOFÍA. ..............................................................................................................................................37
DIOS ........................................................................................................................................................38
BLAISE PASCAL. ...................................................................................................................................39
BIOGRAFÍA ..............................................................................................................................................39
CONTRIBUCIONES CIENTÍFICAS: ..............................................................................................................39
MÉTODO .................................................................................................................................................39
APRECIO POR LA CIENCIA:.......................................................................................................................40
FILOSOFÍA ...............................................................................................................................................40
DIOS ........................................................................................................................................................41
ISAAC NEWTON ....................................................................................................................................41
BIOGRAFÍA ..............................................................................................................................................41
CONTRIBUCIONES CIENTÍFICAS: ..............................................................................................................42
MÉTODO .................................................................................................................................................42
Apuntes sobre Filosofía de las Ciencias y del Arte 97

FILOSOFÍA ...............................................................................................................................................42
DIOS ........................................................................................................................................................43
ALBERT EINSTEIN ...............................................................................................................................43
BIOGRAFÍA ..............................................................................................................................................43
CONTRIBUCIONES CIENTÍFICAS ...............................................................................................................44
DIOS ........................................................................................................................................................46
STEPHEN W. HAWKING......................................................................................................................47
BIOGRAFÍA ..............................................................................................................................................47
TEORÍA CIENTÍFICA DE HAWKING: ..........................................................................................................48
Efecto Doppler ...................................................................................................................................48
Agujeros Negros :...............................................................................................................................49
La Singularidad en el Big Bang. ........................................................................................................50
CONCLUSIONES FILOSÓFICAS DE HAWKING: ...........................................................................................51
NUEVA TEORÍA CIENTÍFICA ....................................................................................................................52
El Universo Autocontenido.................................................................................................................52
NUEVAS CONSECUENCIAS FILOSÓFICAS ..................................................................................................54
CRÍTICA A SUS CONSECUENCIAS FILOSÓFICAS .........................................................................................54
FILOSOFÍA DE LA CIENCIA CONTEMPORÁNEA: .......................................................................57

EL INDUCTIVISMO:..............................................................................................................................57
VISIÓN INGENUA Y POPULAR DE LA CIENCIA (INDUCTIVISMO INGENUO) .................................................57
CRÍTICA AL INDUCTIVISMO INGENUO ......................................................................................................59
EL INDUCTIVISMO PROBABILISTA............................................................................................................61
¿ES LA CIENCIA INDUCTIVISTA? ..............................................................................................................61
DISTINTOS TIPOS DE INDUCCIÓN: ............................................................................................................62
MÉTODO HIPOTÉTICO-DEDUCTIVO (M. H-D.) ........................................................................................63
EL NEOPOSITIVISMO LÓGICO.........................................................................................................64

KARL RAIMUND POPPER...................................................................................................................68


CRÍTICA AL INDUCTIVISMO INGENUO Y PROBABILISTA (Y CONTRA EL NEOPOSITIVISMO)........................68
EL FALSACIONISMO. ...............................................................................................................................69
LA FALSABILIDAD COMO CRITERIO DE DEMARCACIÓN. ...........................................................................71
CRÍTICAS AL FALSACIONISMO INGENUO. .................................................................................................72
CONTAMINACIÓN TEÓRICA DE LA OBSERVACIÓN: ..................................................................................72
TESIS DUHEM-QUINE ..............................................................................................................................74
EL COMPORTAMIENTO REAL DE LA CIENCIA ............................................................................................75
LAS CUATRO OBJECIONES A COPÉRNICO .................................................................................................77
THOMAS SAMUEL KUHN ...................................................................................................................77
EL CONCEPTO DE PARADIGMA ................................................................................................................78
Descripción del concepto ...................................................................................................................79
Función del paradigma: .....................................................................................................................79
LA DINÁMICA DE LA CIENCIA: .................................................................................................................80
Preciencia...........................................................................................................................................80
Ciencia Normal ..................................................................................................................................81
Anomalías y Crisis..............................................................................................................................82
Revolución Científica .........................................................................................................................82
COMPARACIÓN ENTRE DOS PARADIGMAS ................................................................................................83
INCONMENSURABILIDAD DE PARADIGMAS ..............................................................................................85
DOS PROBLEMAS DE KUHN .....................................................................................................................86
IMRE LAKATOS.....................................................................................................................................86
LOS PROGRAMAS DE INVESTIGACIÓN......................................................................................................87
NÚCLEO CENTRAL Y CINTURÓN PROTECTOR..........................................................................................87
HEURÍSTICA NEGATIVA Y HEURÍSTICA POSITIVA....................................................................................88
PROGRAMAS DE INVESTIGACIÓN PROGRESIVOS Y REGRESIVOS. ..............................................................88
Apuntes sobre Filosofía de las Ciencias y del Arte 98

PAUL FEYERABEND.............................................................................................................................90
CONTRA EL MÉTODO ...............................................................................................................................91
CRÍTICA A LAKATOS. ..............................................................................................................................92
ANARQUISMO METODOLÓGICO ...............................................................................................................92
INCONMENSURABILIDAD .........................................................................................................................93
IRRACIONALIDAD DE LA CIENCIA ............................................................................................................93
CIENCIA Y ESTADO .................................................................................................................................94
CONCLUSIÓN ...........................................................................................................................................95
ÍNDICE .....................................................................................................................................................96

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