La obesidad fue un símbolo de estatus en la cultura europea: General toscano, de Alessandro del
Borro(siglo XVII).
• Resistencia a la insulina (RI) y Diabetes Mellitus (DM) tipo 2 Los sujetos obesos presentan
insulinoresistencia y una secreción de insulina aumentada. El riesgo de DM aumenta en relación
con el grado y duración de la obesidad, así como de la obesidad abdominal (NHANES III). La
resistencia a la insulina (RI) está asociada tanto a factores genéticos como ambientales (la dieta
hipercalórica, el tabaquismo y el sedentarismo). Actualmente, se considera que la RI es el nexo de
unión entre las distintas manifestaciones del síndrome metabólico. En la obesidad, tras el exceso
de tejido adiposo, aumentan los niveles de ácidos grasos de forma mantenida, llegando a ser
tóxicos para las células beta pancreáticas, siendo éste el nexo entre obesidad, RI y DM tipo 2.
Además, el aumento del flujo de ácidos grasos libres origina una disminución de la sensibilidad
hepática a la insulina y un descenso de la captación de glucosa en los adipocitos. La RI afecta al
músculo al disminuir la captación de glucosa en este tejido, que favorece la hiperglucemia y el
desarrollo de DM. La obesidad y la DM están tan 50 Obesidad y alteraciones metabólicas
relacionadas que se ha formulado el término de “diabesity” (Zimmet P et al, 2001). Tras un
seguimiento de 8 años, Lorenzo C et al (2003) observaron que el riesgo de presentar diabetes en
sujetos con síndrome metabólico es 6 veces superior a los que no lo presentaban. El riesgo de
padecer DM aumenta a partir de un IMC de 22 kg/m2 (Colditz GA et al, 1990), además el aumento
de los niveles de testosterona en mujeres obesas puede aumentar el riesgo de padecer diabetes
(McCartney CR et al, 2007).
La HTA en obesos se produce principalmente por un aumento del volumen vascular debido a la
retención de sodio y expansión del volumen plasmático, así como por el estímulo del sistema
renina-angiotensina-aldosterona y por el aumento de la actividad simpática (Luengo-Fernández E
et al, 2005). Según resultados del estudio Framingham la obesidad explica el 78% de la HTA en
hombres y el 65% en las mujeres, en este estudio se cuantificó que con un incremento del 10% de
peso se eleva la tensión arterial en 6,5 mmHg (Kannel W et al, 1967). Esta asociación de obesidad
e HTA parece variar según la edad, el sexo y la raza (González-Albarrán O y García-Robles R, 1999).
Un aumento de peso de 10 kg se asocia con un incremento de 3 mmHg en la presión arterial
sistólica y 2,3 mmHg en la presión arterial diastólica (Poirier P et al, 2006). La prevalencia de HTA
es del 15% en los individuos con un IMC30 kg/m2 (Poirier P et al, 2006).
• Dislipemia aterógena
Actualmente se afirma que las alteraciones del perfil lipídico en los pacientes con obesidad visceral
se deben a las alteraciones de la homeostasis de la glucosa y la insulina, en parte debido a la
sensibilidad de la lipoproteinlipasa (LPL) a los niveles de insulina. La menor actividad de la LPL
aumenta la trigliceridemia, y a su vez, el aumento de la actividad de la lipasa hepática produce un
enriquecimiento de triglicéridos en las moléculas de LDL y HDL. El exceso de tejido adiposo, sobre
todo el abdominal, da lugar a una mayor cantidad de ácidos grasos libres circulantes, la presencia
de LDL más densas y pequeñas, un aumento de la lipemia postpandrial, y un descenso de las
lipoproteínas de alta densidad (HDL) (Terry RB et al, 1989). Respecto otros factores lipídicos, se ha
observado incrementos de las apoliproteínas B y C-III, y una disminución de la apolipoproteína A
(Salas-Salvadó J et al, 2007).
HORMONAS
RELACIONADAS CON LA
OBESIDAD
EL CORTISOL
Cuando se acumula grasa en presencia de cortisol es grasa visceral (rodea
las vísceras) para facilitar la movilización ya que en esas zonas los vasos
sanguíneos son mayores y se echaría mano de ella más rápidamente. Este
tipo de obesidad está relacionada con el desarrollo de
enfermedades cardiovasculares, diabetes tipo II y enfermedades
cerebrovasculares.
LA LEPTINA
La hormona leptina es producida por células de grasa y se secreta en
nuestro torrente sanguínea. La leptina reduce el apetito de una
persona al actuar sobre los centros específicos de su cerebro para
reducir su deseo de comer. También parece controlar cómo el cuerpo
maneja su reserva de grasa corporal. Debido a que la leptina es producida
por la grasa, los niveles de leptina tienden a ser mayores en
personas obesas. Sin embargo, a pesar de tener niveles más altos de esta
hormona, las personas que son obesas no son tan sensibles a los efectos de
laleptina. Como resultado, tienden a no sentirse llenos durante y después de
una comida.
LA INSULINA
La insulina, producida por el páncreas, es importante para la regulación de
hidratos de carbono y el metabolismo de la grasa. La insulina estimula la
captación de glucosa de la sangre en los tejidos. Este es un proceso
importante para asegurar que la energía está disponible para el
funcionamiento diario.
En una persona obesa, las señales de insulina a veces se pierden. En este
caso los tejidos ya no son capaces de controlar los niveles de glucosa. Esto
puede conducir al desarrollo de la diabetes tipo II y síndrome metabólico.
EL NEUROPÉPTIDO Y (NPY)
Es un potente estimulador del apetito. Cuando se produce estrés, los niveles
de NPY aumentan. Esto es causa que entre otras cosas que la tasa cardíaca
y la presión sanguínea aumente. Hay una conexión entre el estrés, las dietas
hipercalóricas y la ganancia de peso.
A ratones con y sin estrés se les alimentó con una dieta normal y con una
dieta hipercalórica. Los animales estresados y los no estresados comían la
misma comida hipercalórica. En cambio, los animales estresados utilizaban y
almacenaban la grasa de forma diferente, y ganaban el doble de peso.
SALUD SEXUAL
Parece que los estrógenos y andrógenos ayudan a decidir la
distribución de la grasa corporal. Los estrógenos son hormonas
sexuales producidas por los ovarios en mujeres premenopáusicas. Son
responsables de provocar la ovulación en cada ciclo menstrual. También se
encuentran en el hombre, ya que en la grasa hay una enzima que
transforma la testosterona en estradiol. Este es un estrógeno y puede
producir ginecomastia, disminuyendo así los niveles de testosterona libre.
Tabla 1.
GLÁNDULA
ENDOCRINA ALTERACIÓN HORMONAL
1) Páncreas endocrino Hiperinsulinemia
2) Tejido adiposo Hiperleptinemia
Descenso de adiponectina
3) Hipófisis Disminución de GH basal y estimulada
Disminución de respuesta a estímulos de prolactina
Mujer: descenso de SHBG. Aumento de estradiol libre y
4) Gónadas testosterona libre
Hombre: descenso de SHBG. Descenso de testosterona
total y libre
Aumento de cortisol libre urinario y cortisol plasmático
5) Suprarrenales normal
6) Hormonas
gastrointestinales Descenso de ghrelina
7) Tiroides Aumento de TSH y T3 libre
La obesidad se asocia con importantes anomalías en la función
endocrina. La hiper insulinemia y la resistencia a la insulina son las
dos alteraciones mejor conocidas, aunque sus mecanismos y su
significado clínico no están claros. El tejido adiposo se considera un
órgano endocrino con secreción hormonal; el aumento en la
secreción de leptina, una señal de saciedad, por el adipocito es una
alteración característica. En la obesidad hay una disminución en la
secreción de hormona de crecimiento; esta alteración en la función
somatotropa de la obesidad es funcional y se puede revertir en
determinadas circunstancias. El mecanismo fisiopatológico
responsable de la hiposecreción de GH en la obesidad es
probablemente multifactorial. Existen muchos datos que sugieren
que un estado crónico de hipersecreción de somatostatina resulta en
una inhibición de la liberación de GH; el aumento de los ácidos
grasos libres probablemente contribuye a esta alteración, así como
un déficit en la secreción de ghrelina. En mujeres, la obesidad
abdominal se asocia a hiperandrogenismo y a niveles disminuidos de
proteína transportadora de hormonas sexuales. Los hombres obesos
tienen niveles de testosterona y concentraciones de gonadotropinas
disminuidos, especialmente en los casos de obesidad mórbida. La
obesidad se asocia con un aumento en la tasa de producción de
cortisol, que se compensa con un aumento del aclaramiento del
mismo, lo cual resulta en niveles plasmáticos de cortisol libre que no
se modifican con el aumento del peso corporal. Ghrelina es el único
factor orexígeno circulante conocido y se ha visto que se encuentra
disminuido en humanos obesos. En la obesidad hay también una
tendencia a aumentar las concentraciones de TSH y T3 libre.
Hipotiroidismo.
Sindrome de Cushing
Los síntomas típicos son cara redonda y grande (cara de luna llena),
complexión fuerte y acumulación de grasa en la zona de los hombros y
detrás del cuello.
Hipertiroidismo
Enfermedad de Addison