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Iconos.

Revista de Ciencias Sociales


ISSN: 1390-1249
revistaiconos@flacso.org.ec
Facultad Latinoamericana de Ciencias
Sociales
Ecuador

Ibarra, Hernán
Gamonalismo y dominación en los Andes
Iconos. Revista de Ciencias Sociales, núm. 14, agosto, 2002, pp. 137-147
Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales
Quito, Ecuador

Disponible en: http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=50901413

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Gamonalismo
y dominación
en los Andes

Hernán Ibarra* monalismo como forma del ejercicio del po-


der en el ámbito local en sociedades que te-
nían características de predominio rural y
Introducción densas poblaciones indígenas2. Cualquier es-
tudio de las formas modernas de poder local
En los países andinos, la modalidad de poder tendría al menos que remitirse a las formas
local rural conocida como gamonalismo fue anteriores, buscando su contraste con lo nue-
objeto de relativa atención hasta los comien- vo, las prolongaciones de lo antiguo o sus
zos de las reformas agrarias, en los años 70, huellas.
cuando esta forma de poder se hallaba en cri- La evolución del gamonalismo como par-
sis o decadencia. Una imagen muy influyen- te del lenguaje político es una cosa, y otra son
te fue producida por el pensamiento y la no- las interpretaciones del poder local rural que
vela indigenistas a partir de los años veinte. han recurrido al uso del término. Ha tenido
La identificación del gamonalismo como una un uso creciente desde los comienzos del siglo
forma de dominación y extorsión a la pobla- XX, hasta su declinación en el lenguaje en los
ción rural fue un tópico de los discursos agra-
rista y de izquierda que se hallaba incorpora-
do al lenguaje político. 2 Recientemente, se ha aludido al gamonalismo como
El término gamonal, tanto en el uso polí- parte de una tradición constitutiva de la matriz política se-
tico como en su manejo conceptual, ha sido rrana del Ecuador. Ver Bustamante (1999: 27-28). Algu-
virtualmente abandonado. Persiste tenue- nos estudios que han abordado el poder local rural, son los
de Fauroux (1983: 235-253), donde no se recurre a la no-
mente en el lenguaje político, pero ya de una ción de gamonalismo, y se analiza el auge y la decadencia
forma limitada y accidental1. A pesar de la de una oligarquía terrateniente regional; Montes del Cas-
importancia del tema no hay todavía una re- tillo (1989), que estudia los cambios del poder en una pa-
rroquia rural de Azuay a comienzos de los años 70 del si-
flexión global que indague lo que fue el ga- glo XX; Bernard (1987: 6-15), análisis ubicado en el pe-
ríodo colonial tardío, que anuncia el conflicto entre auto-
ridades civiles y eclesiásticas en torno al control de la po-
* Investigador Principal del CAAP y Profesor Asociado blación indígena; Sylva (1986), se refiere explícitamente
de FLACSO Ecuador. como expresión de gamonalismo a los sistemas agrarios
1En un conflicto ocurrido en Cayambe que confrontó al dominados por la hacienda en Guamote durante los años
alcalde Diego Bonifaz con la población urbana por las ta- cincuenta y sesenta con sus prolongaciones hacia la esfera
rifas de agua potable, éste fue denominado “gamonal”. Un política regional. Lautaro Ojeda en un estudio referido a
cartel que aparece en una fotografía que acompaña a una la costa del Ecuador, utilizó la noción de “micro-oligar-
nota de prensa, dice: “Rechazar las actitudes y prácticas quía” (1979: 11-28). Para otra región de la costa ecuato-
prepotentes del alcalde gamonal en contra de los cayam- riana, ver Ferreira (1985), donde se estudian las relacio-
beños”(“Tercer día de la toma de una iglesia en Cayambe”, nes de poder rural en las primeras décadas del siglo XX, re-
El Comercio, 7/2/2002). curre a la literatura costumbrista manabita.
temas
años setenta3. Esto puede tener una explica- sileño, que también han sido conceptuados
ción: al cambiar la estructura agraria y desa- como formas de dominación rural en la tradi-
parecer o disminuir objetivamente la antigua ción de las Ciencias Sociales de América Lati-
clase terrateniente y la trama de antiguo régi- na. La apabullante bibliografía existente sobre
men, se extinguían los sujetos sobre los que se el caciquismo mexicano ha descrito con pro-
había construido la denominación que, insis- fusión a estos personajes como intermediarios
tamos, siempre estuvo muy politizada o ideo- políticos en la formación del Estado mexica-
logizada. no (De la Peña 1986: 27-56). Una famosa
Lo que aquí argumento es que el gamona- novela de Jorge Amado, “Gabriela, clavo y ca-
lismo es una forma de poder político local ru- nela”, tiene como uno de sus personajes a un
ral, resultante de la vigencia de una estructura coronel en una etapa de decadencia ante el
estamental o de castas en la que se ha “natura- aparecimiento de una nueva forma de domi-
lizado” la dominación étnica. Su sustento son nación que le reemplaza.
las sociedades rurales en las que hay subordina- En las imágenes más recurrentes sobre las
ción campesina por el predominio de sistemas formas de dominación rural en América Lati-
agrarios en los que impera la gran propiedad. na, se suele hablar del caciquismo, definido
Sin embargo, hay otra variante del gamonalis- generalmente como la capacidad de control
mo que se halla vinculada al capital comercial de una esfera de poder local o regional con
y los mecanismos despóticos o coactivos de mecanismos clientelares o despóticos. El ca-
constitución de las relaciones de mercado. En cique es así la figura que organiza un poder lo-
este caso, incluso puede haber mejorado la dis- cal. Un intermediario que tiene una capaci-
tribución de la tierra y la gran propiedad rural dad de control del orden político local, y se
no ser importante. Todo ello implica la exis- sustenta en redes sociales de compadrazgo y
tencia de múltiples situaciones y variantes re- parentesco. Por lo menos en el caso mexicano,
gionales a lo largo de los países andinos. el caciquismo se presenta como un fenómeno
Trataré entonces de conceptuar el gamona- que mantiene vigencia, y que se encuentra en
lismo como una forma de poder difuso y des- la base de la organización del poder estatal.
centralizado que se basa en la segmentación de Sus características despóticas han sido subra-
la sociedad agraria, con sus particularidades yadas por los estudiosos, y se hallarían en el
regionales, locales y étnicas. Por eso, el gamo- centro de los conflictos sociales y étnicos re-
nalismo podría ser interpretado también den- gionales actuales (Warman 1994: 154).
tro de un proceso de diseminación del poder, El coronelismo ha sido designado como
con sus zonas, lugares y eslabonamientos. Alu- un producto de la debilidad del Estado brasi-
de a los fundamentos agrarios de la constitu- leño en el ámbito local, que requería de inter-
ción del Estado, es decir, a la trama de relacio- mediarios para controlar a la población rural.
nes sociales y simbólicas que en las zonas ru- Pero al mismo tiempo, los coroneles eran los
rales conformaban las instituciones estatales y agentes de la penetración del Estado (Murilo
privadas de dominación. de Carvalho 1997: 229-250). Estos actores
Fenómenos análogos al gamonalismo son aparecieron a fines del siglo XIX como conse-
el caciquismo mexicano y el coronelismo bra- cuencia de la estructuración de las guardias
nacionales que otorgaron a los terratenientes
el título honorario de coronel. En las prime-
3 En el clásico estudio sobre la estructura agraria del Ecua-
dor, CIDA (1965: 96-98), se describe la estructura de po-
ras décadas del siglo XX, tienen un radio de
der rural con dominio terrateniente y sus vínculos con acción municipal y eran decisivos como inter-
pueblos mestizos y autoridades religiosas en amplias zonas mediarios políticos. Hay una discusión acer-
de la sierra ecuatoriana. Al describir los conflictos labora-
ca de si el coronelismo es propio del período
les en las haciendas, un testimonio sobre Chimborazo, se
remite a los gamonales y las “haciendas gamonales” (op- histórico que va desde fines del siglo XIX has-
.cit., p.96) ta 1930, o si se mantuvo modificado en la po-
lítica brasileña hasta bien entrado el siglo XX. el ámbito local4 y se dota con mayor frecuen-
Un antecedente que debe ser mencionado cia al clientelismo de una especificidad de
radica en la influencia ejercida por del pensa- operación en sociedades rurales.
dor liberal español Joaquín Costa, quien al Este tipo de relaciones ocurre por la debi-
reflexionar sobre el caciquismo español define lidad del Estado central que se ve obligado a
tres sujetos que ejercen la dominación: oligar- delegar el control en intermediarios que su-
quías, caciques y gobernadores. Las oligar- plen las carencias estatales. Esta debilidad se
quías se componen por los notables que están traduce en lo que Gellner llama una “centra-
en los núcleos centrales del poder, mientras lización incompleta”, caracterizada por un
que los caciques se hallan en los diversos esca- control parcial del territorio éste que hace que
lones del poder local. Por tanto, entre oligar- el Estado entregue o delegue poderes en de-
quías y caciques habría que pensar en una re- terminados agentes. Aunque también el Esta-
lación poder central-poder local. Todas estas do puede controlar el territorio pero puede
formas de poder aparecían a los ojos de Cos- asimismo carecer de recursos para lograr la
ta como fruto del atraso español o más am- prestación de servicios. Por eso, surgen los in-
pliamente, como la ausencia de un Estado de- termediarios entre el poder local y el poder
mocrático. Por eso su ideal era el de una de- central, sin los cuales éste carece de eficacia.
mocracia con ciudadanos. Uno de sus temas En contraste, un Estado muy centralizado o
es la ausencia de ciudadanía en los medios ru- con poderes difusos crea un ambiente poco
rales (Costa [1902] 1973: 15-45). propicio para las relaciones patrón-cliente
Las semejanzas y diferencias de estas for- (Gellner 1985: 13-14). Interesa conocer si la
mas locales de poder tienen como paradigma noción de clientelismo puede ser útil para tra-
explicativo el despotismo rural surgido de si- tar las formas de poder local rural como el ga-
tuaciones de desigualdad social. Las modali- monalismo que tiene su soporte en la domi-
dades de dominación tradicional han tenido nación étnica. Además, conviene no confun-
históricamente su sustento en órdenes socia- dir lo que en la tradición antropológica se lla-
les y políticos jerárquicos. Por ello es impor- mó relaciones patrón-cliente al estudiar las re-
tante recordar la dominación patrimonial pa- laciones laborales y políticas en las haciendas
ra entender las formas de ejercicio del poder tradicionales de América Latina. Esto es algo
local (Weber [1922] 1983: 744-783). Se tra- que queda enunciado a la espera de estudios
ta básicamente de una prolongación de los in- que establezcan el clientelismo como un con-
tereses privados hacia lo público o más preci- cepto de alcance histórico, a más de que recu-
samente, de una confusión de lo público con pere el papel más activo del lado subordinado
lo privado que descansa en la falta de autono- de la relación clientelar como sugiere Auyero
mía en el ejercicio de las funciones estatales (1999: 297-334).
con respecto a las funciones privadas.
Desde 1960 se impuso la perspectiva del
clientelismo para el estudio del poder local. Para una historia del gamonalismo
Esta noción surgida del estudio de la política
en sociedades rurales tiene como elementos Se puede fechar a partir de 1920 la generali-
definitorios la relación de desigualdad social, zación del uso de la denominación “gamonal”
el intercambio de bienes y servicios, así como como una expresión para definir al ejercicio
concepciones de reciprocidad que permiten
funcionar a una relación entre los patronos y
la clientela (Powel 1970: 412). Este modo de 4 La bibliografía sobre el clientelismo es muy extensa. Una
revisión la efectúan Piselli (1997) y Moreno Luzón
actuación puede impregnar realmente todas (1999). La investigación sobre México y Brasil está reco-
las estructuras políticas, aunque de hecho, se gida por Roniger (1987: 71-100). Sobre el clientelismo en
pone más atención en su funcionamiento en medios urbanos, ver Burgwal (1995).
temas
del poder local en el Ecuador, aunque la pri- siglo XIX. En la región del Cauca la denomi-
mera referencia con la que me he topado está nación de gamonal aludía a personajes que
ubicada en el siglo XVIII, cuando el vocablo ejercían el poder desde los métodos paterna-
gamonal apareció mencionado en un juicio listas de unos a los métodos violentos y expo-
de la sublevación de indios de Riobamba ocu- liadores de otros. Así, señala un tipo de domi-
rrida en 1764. Con esta palabra se estaba de- nación local ejercido tanto con mecanismos
signando a algún sector dominante. No que- blandos como otro tipo de dominación de ca-
daba claro en esa época que se refirieran a al- rácter despótico. Alonso Valencia identifica
gún personaje que ejerciera el poder local. Sin como gamonales a los terratenientes que ejer-
embargo, es sorprendente que la palabra ya cen el poder local por delegación del Estado
haya sido usada en la época colonial.5 Pablo central en un contexto de partidos políticos
Macera registró el término gamonal en Perú nominales que carecen de una real estructura
recién en 1863, tal como había sido emplea- (1988:178-179).
do en una revista que se encargó de definirlo Se vuelven a encontrar referencias con res-
como un personaje que basaba su poder en el pecto a su uso en Ecuador a fines del siglo
control que le daba la tierra. Esta definición, XIX y a comienzos del XX, pero la figura del
con ciertas variantes, se mantendrá a través gamonal ya asumió un significado conectado
del tiempo: a los sectores pueblerinos en ascenso que ha-
bían adquirido un peso reconocible en los
La lengua castellana da el nombre de Ga- pueblos. Se identifica con personajes que han
monal a un terreno que abunda en plan- transitado por el empleo de mayordomo, re-
tas afrodillas. Pero algunos pueblos ame- matista de impuestos y el capital a préstamo.
ricanos, ampliando la idea y tomando por Esta caracterización apareció en la literatura
extraña analogía y pícaramente al propie- costumbrista y evidencia el malestar que ha-
tario por la propiedad, llaman gamonal bía producido en las aristocracias provincia-
(por no decir capataz o cacique) al hom- nas el surgimiento de sectores ascendentes en
bre rico de un lugar pequeño, propietario la sociedad rural, a consecuencia de una nue-
de las tierras más valiosas, especie de se- va dinámica mercantil al finalizar el siglo
ñor feudal de parroquia, que influye y do- XIX. 7 Específicamente las descripciones cos-
mina soberanamente en el distrito, mane- tumbristas se remiten a ciertas zonas de la sie-
ja a sus arrendatarios como a borregos, ata rra central ecuatoriana donde emergieron es-
y desata como un San Pedro en caricatu- tratos acomodados de campesinos como re-
ra y campea sin rival como el gallo entre sultado de una expansión de los mercados lo-
las gallinas. El gamonal es pues el sátrapa cales y regionales.
de la parroquia.6 Alfredo Espinosa Tamayo (1918) usa el
término gamonal y le confiere el equivalente
El término es también conocido y utilizado de cacique. Y cuando habla del caciquismo,
en Colombia después de la primera mitad del indiferentemente de su existencia en la sierra
o en la costa ecuatorianas, describió dos mo-
dalidades de ejercicio del poder local. La una
5 Archivo Nacional de Colombia. Indios de Riobamba. como el poder político que se prolonga desde
Autos sobre la grave sublevación de estos indios y otras
doctrinas de su jurisdicción, a quienes se pretendía nume-
rar, Micrf. rol. 5. 1. f. oo1. La palabra gamonal aparece
una sola vez en el documento y no vuelve a repetirse.
6 Esta definición, había aparecido en la Revista Americana
de Lima, y citada por Pablo Macera, se recoge en el libro 7 Ver las caracterizaciones de los gamonales pueblerinos en
de Burga y Flores Galindo (1979: 106) donde también se el relato de Anacarsis Martínez, “Las desilusiones de un
proporcionan otros detalles relativos al gamonalismo en el gamonal”(1892); y de Luis A. Martínez, el relato “El Doc-
sur andino del Perú. tor” ( 1903: 6-49).
la propiedad rural, y la otra, ligada al capital de los grupos étnicos, sobre todo en cuanto a
comercial.8 una tendencia observable durante el siglo
De este modo, un gamonal podía ser un XIX de recortar las atribuciones y funciones
mediano propietario, con suficiente influen- de autoridades étnicas, frente a un nuevo tipo
cia, independientemente de que ejerciera o de funcionario del Estado en el ámbito local:
no algún cargo o representación como el de el teniente político.
teniente político o juez parroquial. Los rela- El sentido de la división político adminis-
tos costumbristas se encargaron de difundir trativa que constituyó el Estado ecuatoriano
esta idea del gamonal: un campesino acomo- después de 1830, en su escalón más bajo que
dado o un mediano propietario que cumple era la parroquia, consistía en un centro pobla-
funciones de mando en una cabecera de pa- do, la cabecera de parroquia con autoridades
rroquia, tan indispensable para lograr los vo- civiles blancas y mestizas que tenía un control
tos en las contiendas electorales como para y jurisdicción sobre las áreas rurales donde re-
mantener bajo control a los indígenas. El ga- sidían los indígenas. Los procedimientos más
monal era, entonces, el poderoso que gozaba prácticos habían determinado que el área de
de una autonomía parroquial, aunque subor- influencia de una parroquia fuera dividida en
dinado política y socialmente a las aristocra- partidos o también en anejos. El cantón era la
cias regionales. Era una figura de la política unidad administrativa intermedia que agrupa-
parroquial, producto del ascenso social, don- ba las parroquias, y la provincia la unidad te-
de lo político se expresaba directamente rela- rritorial mayor que agregaba los cantones.
cionado con los mecanismos de funciona- La abolición del tributo indígena en 1857
miento económico que daban la vinculación significó una redefinición de la república de
entre la mediana propiedad rural y ciertas for- los indios y sus papeles en la sociedad. Ocu-
mas del capital comercial. Es decir, el gamo- rrió un cuestionamiento del sistema de auto-
nal era alguien que representaba esa falta de ridad indígena, la pérdida de sus reglas de go-
separación entre lo privado y lo público que bierno interno y la progresiva imposición de
había en el agro. las normas legales y los procedimientos admi-
El lento proceso de formación del Estado nistrativos del Estado (Guerrero 1989). En la
ecuatoriano que ocurre a partir de 1830 tiene lógica estatal se empieza a construir la figura
dos componentes: la centralización del apara- de la igualdad jurídica, o más precisamente
to estatal y una difusión territorial del poder de una incorporación formal del indio a la
con el desarrollo de la división político admi- ciudadanía a partir de la supresión del tribu-
nistrativa. Simultáneamente a la centraliza- to, en la medida que los indígenas dejaron de
ción de una pequeña maquinaria burocrático tener un estatuto específico ente la ley y los
militar ocurrió la expansión de las bases del aparatos estatales.
poder local, en una creciente división político En la sociedad pueblerina blanco mestiza
administrativa con la creación de parroquias y se expresaba la rudimentaria maquinaria bu-
cantones. La lógica en que se enmarcaba esta rocrática con el teniente político y los jueces
actuación consistía en “encapsular” a los gru- parroquiales, a los que se sumaron el institu-
pos étnicos dentro de un ámbito de poder lo- tor escolar, el cura párroco y los tinterillos.
cal y regional; se constituyeron así espacios de Estos personajes coexisten con los mayordo-
carácter molecular donde se establecieron las mos de haciendas, los rematadores de diez-
relaciones entre indígenas, pueblos mestizos y mos y los medianos propietarios, que confor-
haciendas, transformando el estatuto colonial man la cúpula de los notables de esa sociedad
rural.9 Difícilmente podría hablarse de una
separación estricta entre varios tipos de activi-
8 Espinosa Tamayo ([1918]1979: 275-281). Su razona-
miento, se halla bastante cercano al de Joaquín Costa, y dades, porque estas ocupaciones y cargos eran
probablemente haya recibido su influencia. intercambiables.
temas
La “política” en la época, se evidenciaba en anuales de trabajo o al pago de una contribu-
un complejo juego de facciones que desde lo ción monetaria (un sucre), cuando no se cum-
local, incidía y canalizaba las lealtades hacia plían las jornadas de trabajo los tenientes po-
los hacendados nobles residentes en las capi- líticos tenían otra obligación10. De este modo,
tales de provincia o en las cabeceras de can- puede decirse que el liberalismo consolidó el
tón. Todo ello en medio de la exclusión de la poder de los tenientes políticos.
participación política formal de la población En un excepcional estudio sobre los cam-
indígena. En el siglo XIX, la participación bios en el poder en la parroquia San Juan de
electoral, osciló entre el 3% al 6% de la po- Chimborazo, Casagrande y Piper reconstru-
blación. Tan tarde como en 1933, esa partici- yeron lo que fue la estructura de poder parro-
pación fue el 3% otra vez, y sólo se amplió al quial hacia 1910-1920 y lo que ocurrió des-
10% de la población en 1950 (Maiguashca pués en los años sesenta. Con un matiz u
1994: 399). Esto ilustra cómo una ínfima mi- otro, su análisis del poder local podría ser si-
noría de la población se vinculaba por el su- milar al de otras parroquias de la sierra donde
fragio. había una relativa importancia de la hacienda
El gamonalismo adquiría un significado como núcleo dominante en la estructura
objetivo según las distintas estructuras agra- agraria.
rias donde estaba presente. Su mayor atribu-
to era el ejercicio despótico del poder local y En la cabecera el teniente político y sus
una de las manifestaciones de la dominación empleados tienen las oficinas administra-
étnica; el teniente político fue por ello una de tivas, las judiciales y la cárcel. El conven-
las figuras principales de la estructura gamo- to, la iglesia y el cementerio de la parro-
nal, en cuanto encargado de movilizar traba- quia, todos ellos bajo el control del cura,
jadores para las obras públicas, para lo cual están ubicados en la cabecera. El apu,
utilizó muchas veces elementos compulsivos; también, reside en la cabecera. En ella
o por cumplir el papel de juez de instrucción también se encuentran otros especialistas,
en las disputas entre blancos e indios, peones incluso los músicos que tocan en las fies-
indígenas y hacendados, su presencia se fue tas de la parroquia, y los kishkas, puebleri-
tornando más decisiva cuando más se laiciza- nos que hablan quichua y sirven de inter-
ba el Estado, después de la Revolución Libe- mediarios a los indios en cuestiones lega-
ral ocurrida en 1895. les, disputas frecuentes sobre herencias o
Después de 1902, los tenientes políticos en pendencias personales con otros in-
desempeñaron también las funciones que le dios. San Juan tiene un pequeño número
correspondían al Registro Civil, se sobrepu- de tendejones que venden artículos de
sieron al rol que tradicionalmente jugó la consumo y hay, además, un mercado do-
Iglesia Católica (inscripción de nacimientos y minguero que sirve tanto a los aldeanos
defunciones, matrimonios). Con la reanuda- cuanto a los pueblerinos. En la cabecera se
ción de formas similares al trabajo subsidiario, vende el aguardiente o trago y se hace y
formalmente derogado en 1895 pero reim- vende chicha en numerosas chicherías.
plantado con decretos específicos de obras Por cerca de treinta años San Juan tuvo la
públicas de carácter cantonal o parroquial, única escuela en la parroquia y a ella asis-
que obligaban a la entrega de dos jornadas tía un puñado de niños indios de los ane-
jos (Casagrande y Piper 1969: 1040-41).
9 Una definición escueta de gamonal dada por Alejandro
Mateus en su “Diccionario de ecuatorianismos”, alude a
un significado del notable pueblerino, sin asociarlo a la
propiedad hacendataria y como sinónimo de cacique:
“Gamonal, sujeto que es o se tiene por principal en un 10 Acerca de las relaciones y actores involucrados en las
pueblo, aldea. ||Cacique” (1933: 173). obras públicas, ver Clark (1994: 53-86).
En este ambiente, como dicen Casagrande y Ley de Fomento Agrícola e Industrial son las
Piper en una feliz frase, “Las llaves del reino que proyectaban la realización de caminos ve-
de los cielos las tenía firmemente en sus ma- cinales, recogían las contribuciones en jorna-
nos el cura y las llaves del reino de la tierra el les o en dinero y movilizaban la mano de
hacendado y el teniente político” (Ibid: obra, subordinaban así a las autoridades pa-
1040). La cabecera de parroquia es un centro rroquiales.
político y comercial en el que residen blancos Otro aspecto que daba poder y control a
y mestizos, mientras que los anejos a los que las noblezas regionales fue la legislación de
se halla vinculada la cabecera parroquial, son aguardientes, que se caracterizaba por dar en
de residencia indígena. Una situación como remate los impuestos del aguardiente por
la descrita, se mantuvo hasta los años setenta. provincias y cantones, lo que permitía un ma-
La figura recurrente del tríptico del poder lo- nejo de la circulación del aguardiente y un
cal constituido por el cura, el hacendado y el monopolio privado de ámbitos regionales,
teniente político, es una imagen que plantea creaba así mercados cautivos. Esta legislación,
un poder relativamente cerrado, en el que se que instauraba fuertes privilegios, justamente
hallan atrapados los indígenas. El pilar de es- se pone en vigencia desde la década del 10.
te orden era indudablemente la hacienda. La Esto ocasionaba fuertes enfrentamientos con
figura que completa esta estructura de poder los pequeños productores que eludían el con-
local es el apu, un intermediario local que po- trol que ejercían los rematadores del estanco
día tener ancestro indígena. Los apu pueble- de aguardiente.
rinos, ligados frecuentemente por lazos de En 1921, se expidió una Ley de Abigeato
compadrazgo con los indígenas, eran un deci- para castigar el robo de ganado, delito rural
sivo eslabón en la trama del poder local. creciente desde 1915, en toda la sierra. Esta
Conviene matizar esta visión de la hacien- ley castigaba a los abigeos con la deportación
da, en tanto era un mundo muy complejo en al penal de las Islas Galápagos. La persecución
el cual se tejían un conjunto de relaciones del abigeato coincide con un nuevo período
materiales y simbólicas en las que se hallaban de conflictividad entre haciendas y comuni-
entrecruzadas la vida de los peones, con sus dades. Las autoridades encargadas del juzga-
relaciones laborales, ciclos de vida y fiestas. miento del abigeato, se señala en un alegato
Una situación en la que operaba una comuni- por la derogatoria de la ley, estaban “casi
dad de huasipungueros que establecía una se- siempre bajo la influencia de los gamona-
rie de rituales que le vinculaban al patrón y su les”12. De allí que este conjunto de cambios
poder (Guerrero 1991). institucionales y legales, pusieran de modo vi-
Sin embargo, fue en los momentos finales sible a los sectores dominantes regionales co-
del liberalismo en el poder, a mediados de los mo los auténticos detentadores del poder;
años 20, cuando los mecanismos compulsivos cambia así el sentido que había adquirido la
del ejercicio del poder local se verían reforza- noción de gamonalismo en el siglo XIX.
dos. Si por una parte, la abolición de la pri-
sión por deudas en 1918 presenta el lado be- 11 “Ley de Fomento Agrícola e Industrial”, Registro Ofi-
nefactor del liberalismo, al suprimir la coac- cial, 31-X-1918.
ción jurídica del concertaje se prohibían si- 12 El Día, 27-VII-1924, Quito. En rigor, el abigeato ya
multáneamente las fiestas indígenas y se daba era un tipo de criminalidad rural conocido en el siglo XIX,
por ejemplo, en la provincia del Azuay, se dice “...los deli-
control y atribuciones a las aristocracias re-
tos más comunes en la provincia de mi mando son el de
gionales sobre los indígenas. Éstas se hallaban abigeato y heridas. El primero causado mas por la pobre-
constituidas por el Jefe Político que cumplía za, por la falta de educación moral y religiosa de la clase
las funciones de Presidente, dos concejales, indígena, y el segundo por la embriaguez, prostitución y
vagancia, que han cundido en el país”.(Informe del Go-
un comerciante y un agricultor (un hacenda- bernador del Azuay, 1858, en Informe del Ministro del In-
do).11 Estas Juntas instauradas para ejecutar la terior, 1858, p. 55)
temas
Pero persistía el modo de llamar gamona- monalismo y los gamonales14. En su discurso,
les a los habitantes pueblerinos. Por ejemplo, aparece como una manera de mencionar al
la nobleza terrateniente que controlaba la gobierno socialcristiano de Camilo Ponce, se
Junta de Fomento Agrícola de Ambato tenía establece la diferencia sin embargo, con res-
muchas dificultades para movilizar la mano pecto a la noción de oligarquías, otro de los
de obra mestiza en la construcción de cami- términos catalizadores de su discurso político.
nos vecinales. Y es así que en 1922 se habla de
gamonales para referirse a los habitantes blan-
cos de San Bartolomé, un pueblo cercano a Nota sobre el gamonalismo
Ambato, quienes se opusieron a una medida en Perú
que provenía de la Junta. Según dice uno de
los directivos: “... la mayor parte de los blan- Como se mencionó anteriormente, el gamo-
cos o gamonales del pueblo de San Bartolomé nalismo ya había sido objeto de discusión en
no ha prestado su contingente en el trabajo Perú, en la segunda mitad del siglo XIX. Pero
de caminos contribuyendo con los dos jorna- su mayor uso provino del indigenismo a par-
les de Ley o su equivalente”13. Es decir, un tir de la primera década del siglo XX. Esto al-
grupo de pueblerinos, se había resistido a una canzó una síntesis en el planteamiento ex-
obligación estatal, que en este caso se hallaba puesto por Mariátegui (1928). Concebía al
mediada por la aristocracia local de Ambato. gamonalismo como una forma despótica de
Desde los años veinte, por obra del libera- poder que se sustentaba en el predominio del
lismo radical, en el indigenismo y en el na- latifundio en la sociedad rural, y la opresión a
ciente pensamiento socialista, los gamonales las masas indígenas. Se inscribía en una forma
fueron identificados con la clase terrateniente ya muy arraigada de ver el problema. La in-
regional. En esos extraños giros de la historia, terpretación de Mariátegui correspondía a un
el gamonal se transformaba en un personaje clima general de cuestionamiento a la hacien-
proveniente de las noblezas regionales, pero da, como producto del despliegue que ad-
que ahora estaba en la gobernación de pro- quiere el indigenismo y el comienzo de una
vincia o en el Concejo Municipal, es decir, en nueva política estatal protectora hacia la po-
los niveles superiores del ejercicio del poder blación indígena en el Perú de los años 20.
local. La lucha política y la novela indigenis- Pero su análisis va más allá al involucrar en el
ta en los años 30 no hicieron sino confirmar gamonalismo a otros intermediarios, que in-
el significado nuevo del gamonalismo: el ejer- cluye a los indígenas aculturados (Mariátegui
cicio del poder local por parte de las aristocra- [1928] 1964: 33-34).
cias regionales. Hasta los años 60 formó par- La imagen del gamonalismo en el Perú ha
te del repertorio discursivo de la izquierda y estado asociada frecuentemente a la propie-
del progresismo liberal para caracterizar a la dad terrateniente. Esto proviene de una he-
derecha política. Dentro de los recursos del cho llamativo: la existencia de grandes lati-
lenguaje de Velasco Ibarra, durante la campa- fundios que podrían tener de 100.000 a
ña electoral de 1960 también identificó al ga- 200.000 hectáreas de extensión en los casos
de más escandalosa concentración. Esto plan-
tea cómo amplios territorios habían sido sus-
13 Archivo del Registro Civil de Ambato. Intervención
del Sr. Sevilla. Sesión del 5-III-1922. Libro de Actas de la
traídos del control del Estado, y tenían su
Junta de Fomento Agrícola empezada en noviembre de propio régimen interno sociopolítico de fun-
1920, Ambato. cionamiento. Un censo de 1876 reveló que
14 La campaña electoral de 1960, expresó una radicalidad en 3.867 propiedades rurales identificadas
del discurso de Velasco Ibarra. Una versión de los discur-
como haciendas, residían 373.355 habitan-
sos de esa campaña está recopilada por Tamayo Manche-
no (1960). Referencias específicas sobre gamonales y ga- tes, que equivalían al 24.7% de la población
monalismo (pp. 110 y 250). rural (Klaren 1992: 264).
Nelson Manrique propone entender al ga- A modo de conclusión
monalismo como un poder despótico que se
constituye en circunstancias de la violencia Según Michael Mann, el desarrollo histórico
con la que tiene que operar el capital mercan- del Estado centralizado, tiene un componen-
til. Su estudio sitúa como marco las zonas al- te despótico y otro de naturaleza infraestruc-
tas de Arequipa en la época de la producción tural. El aspecto despótico es “el abanico de
de la lana de alpaca que era obtenida de los acciones que la elite tiene facultad de em-
indígenas, mediante mecanismos compulsi- prender sin negociación rutinaria, institucio-
vos. El control de la lana de alpaca, que era nal, con grupos de la sociedad civil.” Mien-
un importante producto de exportación, tras que el poder infraestructural es “la capa-
creaba una cadena de subordinación desde la cidad del Estado para penetrar realmente la
oligarquía arequipeña hacia los gamonales del sociedad civil, y poner en ejecución logística-
interior de la región. El gamonalismo consis- mente las decisiones políticas por todo el
tía en el empleo del trabajo indígena para ser- país” (Mann 1991: 19-20). Las formas locales
vicios personales y obras públicas, era instru- de dominación son una combinación de am-
mento para concentrar la propiedad de la tie- bos aspectos, al desarrollar una capacidad de
rra y la violencia en la circulación mercantil. administrar poblaciones étnicas con una mez-
Manrique anota que la violencia no era diri- cla de despotismo y un limitado poder in-
gida sólo hacia los indígenas, sino que se da- fraestructural del Estado.
ba entre las familias o incluso al interior de las Todo un largo período histórico que viene
familias gamonales. Para ello, era importante desde mediados del siglo XIX hasta las refor-
tener algún cargo de representación política. mas agrarias fue el de esplendor del gamona-
La debilidad del Estado central tenía como lismo y correspondía a un Estado que tenía
contrapartida un poder gamonal fuerte ampliamente descentralizado el ejercicio del
(Manrique 1991: 211-223). poder local, en función de estructuras sociales
Otro planteamiento para el estudio del ga- y étnicas basadas en la desigualdad.
monalismo es el de Deborah Poole. Ella sugie- Esto va a modificarse después de los años
re que en Chumbivilcas, una provincia cus- sesenta del siglo XX con los cambios agrarios
queña de difícil acceso, sería la muestra de que que afectaron al antiguo poder terrateniente.
incluso en una época posterior a la reforma Es también cuando el Estado desarrollista
agraria, en los años ochenta, “los gamonales promueve otro tipo de intervención en el
aún ejercen un tremendo poder”, que “se rea- agro. Los aparatos y agencias estatales redefi-
liza mediante mecanismos tan diversos y com- nen la relación del Estado con la población
plejos como el abigeato, los préstamos banca- indígena. Adicionalmente, en diversos lugares
rios, la política electoral, la educación, las fies- de la sierra ecuatoriana, la Iglesia Católica,
tas y el folclore, en especial el astuto manejo uno de los pilares del antiguo orden local, eli-
del ideal cultural o folclórico del vaquero soli- gió una opción de apoyo a los grupos indíge-
tario y macho” (Poole 1991: 277-297). Se tra- nas. Se había producido de este modo una
taría de una compleja interrelación entre una erosión de la administración étnica. Los cam-
cultura provinciana, elementos de la cultura bios en la estructura agraria, con las reformas
campesina, discursos oficiales e indigenismo agrarias de 1964 y 1973, determinan la crisis
que han configurado la mentalidad gamonal.
Las condiciones de persistencia de esta forma 15 Durante la década de 1980 se produjo una aguda fase
despótica se hallan dadas por la existencia de de violencia política en la sierra peruana con la insurgen-
zonas aisladas de la sierra peruana15. cia del movimiento armado “Sendero Luminoso” -SL-. En
las representaciones de los grupos teatrales afines a SL,
uno de los sujetos que aparece en los dramas es el gamo-
nal como contrincante de los campesinos. Ver Salazar
(1989: 74-75).
dossier
y disolución del antiguo orden rural. La ha- Bibliografía
cienda es afectada como soporte de las estruc-
turas locales de poder. “Desaparecido ese so- Amado, Jorge, [1958] 1999, Gabriela, clavo
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El término gamonal, aparecido en la se- Burga, Manuel y Alberto Flores Galindo,
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que tenían un papel de mando en la cúspide Burgwal, Gerard, 1995, Struggle of the poor.
de la sociedad. Su uso y luego su anclaje en la Neighborhood organization and clientelist
lucha política la convirtieron en una palabra practice in a Quito squatter settlement,
que adquiría significados distintos según el CEDLA.
sector o grupo social que lo utilizaba para Bustamante, Fernando, 1999, “Los polos de
identificar una oposición antagónica. La fac- la crisis: su racionalidad y horizonte”, en
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ma descentralizada de poder funciona parale- Clark, Kim, 1994, “ Los indios, el estado y la
lamente en una época en que el Estado nacio- ley: los trabajos públicos y la pugna por el
nal hace un esfuerzo por centralizar sus polí- control de la mano de obra en el Ecuador
ticas generales, para lo cual construye un apa- del período liberal”, en Memoria, 4, Qui-
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había conferido el Estado central al teniente quismo. Colectivismo agrario y otros escritos,
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