Auto Sabotaje:
La vida:
Dos rizos a la izquierda
una espiral descendente
dos rizos a la derecha
una espiral ascendente
una caída libre
en vertiginosa picada:
Solo quedan
una sonrisa de mármol y granito
una mirada granulada
y los restos de un estallido
junto a versos hechos polvo
Fuera de mí:
Alienado
de mí mismo.
Alejado
de mi piel.
Desertado
de mis sueños.
Extraviado
con mi ayer.
Alienado
de mi vida.
Olvidado
por mi sien.
Deambulado
por mil calles
que; aceradas,
me alejan y me alejan
de las órbitas seguras
de mi cuerpo y de mi alma y de mi ser...
Famélicos Cuadernos:
Los famélicos cuadernos
que se exigen y me exigen
su dual cuota de alimento
ya dejaron de exhibirse.
Y la tinta fluye
se derrama en raudales de tropos consternados;
alucinados, eufóricos a ratos y a ratos tristes:
bipolares.
Bipolar:
El poder de mi euforia incomprensible
surge desde las honduras de mis viejas letanías.
La hiperactividad que me aprisiona
nace de la tranquilidad de mi apatía.
-Dagas y alfileres-
-Espinas y puñales-
Un frenesí inverosímil
irrequieto y tergiverso
a veces me provoca escalofríos
y el chacal me devora desde adentro
y el turpial ya no trina su silencio
y la lluvia se hace llanto irreparable
y mi llanto se hace lluvia invisible,
manifiesta y apacible y mordaz.
-Hondonadas abismales-
-Fraudulentas cavidades-
Rapsodia subjetiva:
Me fumo las ganas de volver a verte
en cada cigarrillo que incinera vientos,
en cada bocanada que se ahoga en cuentos
me fumo las ganas de volver a verte.
Degradación de Grises:
Degradación de grises
entre muros citadinos;
evocan los caminos
desandados por matices
purulentos y amorfinos.
Un silencio estrepitoso
se equivoca de señuelo
hundiéndose en un suelo
humorado y cauteloso
que pretende ser mi duelo.
Degradación de colores
en los últimos fragores
de la noche citadina,
y se hunde nueva espina
en mi cuerpo y mis errores…
Sollozos:
Sollozo,
árbol corroído,
desarraigado,
solitario y nebuloso.
Sollozo,
destino sin conciencia,
claustro sempiterno,
poema inacabado
de versos moribundos.
Sollozo,
pálpito arrítmico,
oquedad clandestina,
simiente silenciosa
de gotas de rocío,
en fin;
apenas
tan sólo
un tímido
sollozo.
Añicos:
Añicos en el suelo, añicos en el alma,
añicos esparcidos por tierras hoy en calma.
Añicos que recuerdan querellas del pasado,
retazos de un adiós: ¡dolor despedazado!
Heridas palpitantes:
Hay heridas que no sangran
pero palpitan lo mismo,
son caídas al abismo
de amores que se desangran.
Depresión inexpugnable,
sedienta de almas jocosas.
Sorbes prácticas gozosas:
vampiresa despreciable.
Distorsionas realidades...
destruyendo mocedades.
Tristeza desbordada:
Cuando la tristeza desborda su límite
se transforma en apatía
y ya no nos importa nada,
ni las risas ni los llantos,
ni la luz ni la tiniebla,
ni la vida ni la muerte,
ni el cielo ni el infierno.
Y el suicidio delincuente
se apodera de la mente…
Pensamientos suicidas:
Oh cuántos años y cuantas duras penas
cuántos lamentos trajeados de sonrisa,
cuántos sermones sin asistir a misa,
cuántas lecciones vestidas de condenas.
Prozac:
Contundente es el receso de la aurora.
Sus colores sanguinarios me incomodan,
cual ocaso matutino se desploman
sobre aceras taladradas por las ansias.
La Bipolaridad
La bipolaridad es un estado en el cual el individuo pasa de estados de alegre
excitación; conocidos como Euforia, a estados de profunda tristeza, definidos como
Depresión, es por ello que les llamo Eufórico depresivos, en lugar del término
“maniático depresivo” que usan los psicólogos, no me gusta el término maniático,
es una palabra fea.
Ahora, la condición depresiva presenta las siguientes características:
1) Una honda tristeza sin causa aparente; que semeja al duelo que sentimos
cuando muere un ser querido, que se conoce como melancolía.
2) La nostalgia que inmoviliza, basada en la creencia comúnmente falsa de
que todo tiempo pasado fue mejor o en la espera de un futuro brillante que
nunca llega.
3) Una distorsión constante de la realidad: Todo es oscuro, cenizo, brumoso;
los colores aparecen opacos, grisáceos y sin brillo, los eventos y fenómenos
que conforman la experiencia son interpretados de manera errónea y por
tanto los errores se multiplican al infinito; y fracaso tras fracaso, la
frustración invade al individuo.
4) Una perpetua apatía, que aunque se parece al conformismo; difiere de él
completamente, ya que en el último caso la persona se siente satisfecha con
lo que tiene y por ello se conforma. En cambio en la apatía la persona no
está satisfecha con lo que posee, porque la apatía no es conformismo sino
rendición. En este caso son comunes los pensamientos del tipo “ya basta”;
“me rindo, no doy más “o “paren el mundo, quiero bajarme”, Por tanto la
apatía es un “tirar la toalla”, un abandono de las propias expectativas, una
renuncia de los propios sueños.
Advertencia:
Los medicamentos antidepresivos como la sentralina y el prozac, pueden producir
adicción; por tanto han de ser administrados bajo estricta prescripción y vigilancia
médica.
Autor: Felipe Antonio Santorelli
Alias: tonisan
Caracas, Venezuela