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LAS MIRADAS EFICACES

La vigilancia omnipresente, gracias a ia ayuda de dispositivos


técnicos adecuados, anima el conjunto de los equipamientos colectivos
que se proponen la. disciplinarización, la formación de la fuerza de
trabajo (ver Michel Foucault, Vigilar y castigar, Galli-mard 1975).
Pero más allá de la vigilancia están las miradas mismas que son
captadas por la máquina del poder y organizadas para servirla. El
poder que emerge en el siglo XVII y se instala después de la
Revolución francesa no se manifiesta ya a los sujetos de forma directa:
les mira mientras ellos intentan verle, les hace ver y así canaliza sus
miradas.

La mirada como vector del poder


La permanencia de la mirada del maestro sobre el alumno,
permanencia que se ejerce noche y día en el caso ejemplar de las
pequeñas escuelas de Port Royal, constituye el primer carácter
distintivo de la pedagogía moderna. En Port Royal, los alumnos no son
más que cinco o seis por grupo para facilitar al máximo esta vigilancia.
«Eran raros los castigos corporales, considerados envilecedores. Una
sola mirada del maestro impresionaba más que los tratamientos más
severos.-» (Ver Rene Taveneáux, La vie quotidienne des Jansénistes.)
Port Royal no acogía más que a niños de la nobleza o de la alta
burguesía. Pero las escuelas de los Hermanos se caracterizan también
por este nuevo uso de la mirada como instrumento de coacción. Al
no* poder estar el maestro presente en todas las calles a lo largo de las
cuales se dispersan ios escolares para ir a sus casas, dicha ida se
organiza y su vigilancia se confía a algunos escolares encargados de
informar al Hermano Director sobre Jo que han visto, pero además no
deben en ningún caso prevenir a sus
105
106 . Anne Querrien
camaradas de las faltas de conducta que han podido observar. La
mirada que les dirigen es en efecto una mirada delegada: la del
maestro, al cual debe ser conducida de nuevo. Además «oficiales
inspectores» verifican siempre por cuenta del maestro si la regla
es correctamente observada. ,
En la escuela de los Hermanos, la regia comienza á escribirse, a
ser colgada en las paredes, visible para todos, y las desobediencias a la
regla están también colgadas, presentes a la mirada de todos. El
oprobio general, la exposición del desobediente a la mirada colectiva
es juzgado el mejor modo de coacción moral. Cuando alguien comete
una falta, el maestro golpea con su regla su mesa, Ja «señal», señala
luego con la regla al escolar que cometió la falta, y finalmente indica la
sentencia colgada en la pared correspondiente a la desobediencia. .
Todos los innovadores imaginarán a continuación diversos
refinamientos de esta exposición a la mirada colectiva. «Para castigar a
un alumno que comete una falta, el maestro tija sus ojos en él, le
señala con el dedo y se señala luego a sí mismo. El alumno se acerca a
la tarima; se le cuelga un letrero; el maestro le indica el punto en el
que debe quedar de pie para ser visto por toda la clase» (Lamotte et
Lorain, Manuel de l'enseignement simultané et méthode mixte. 1837,
París).
i La mirada colectiva es la garantía de la ejecución de la ley que,
a'hora escrita, se expone, se cuelga y, muda, exige que se la aplique,
que se vigile su aplicación, que se la vigile. La ley se observa, y desde
entonces su interpretación, las variantes de su aplicación, no son sino
desviaciones a una norma única, al texto de la ley, que debe ser
producida en los dominios todavía no codificados a través de esta
práctica de la observación, ser la resultante media de la práctica. La
regla escrita, colgada, expuesta a las miradas de todos los alumnos
debe ser cumplida puntualmente (ver M. Matter, L'instiluteur primaire
ott Conseils et directions pour préparer les institutérs primaires a leur
carriere et les diriger dans l'exercice de leurs fonctions).
Participar de la autoridad es participar de esta mirada, y todos v
están invitados a ello, si bien en proporcione:; variables que j señalan la
influencia de su poder, de su participación en la mirada social. «El
alcalde es el jefe del municipio, está a la cabeza de la vigilancia local»
(carta de Guizot a los maestros en 1833). Como tal participa en la
inspección de las instituciones desde los comités locales creados a tal
efecto por la orden de 1816, prorrogada luego hasta la creación del
cuerpo de los inspectores en 1835. Más vale en efecto un cuerpo cuya
mirada se ejerce directamente en
La vigilancia en el corazón de la organización
La vigilancia tiene por función mantener la significación social de
la innovación, con la cual será estrechamente imbricada, dentro de
límites admisibles. Sus límites son aquellos de lo conocido, y decir
conocido para un pensamiento pre-científico como el que prevalece
entonces, es decir invisible. Nada debe escapar a la mirada instituida
para ejercerse, comenzando por el niño que csei principal centro de esta
operación.
El espacio escolar se .concibe en primer lugar para que el maestro
pueda ver permanentemente a todos los alumnos que están a su cargo.
Sin la existencia de medios como los utilizados en las pequeñas
escuelas de Porr Royal, es necesario imaginar otras soluciones. Juan
Bautista de la Salle: «El maestro desde una silla alta mira a los alumnos
situados de perfil para poder ver incluso sus pies». Estamos en el
comienzo de la práctica pedagógica, y todavía no existe la experiencia
de la mirada delegada a los propios camaradas de la que Juan Bautista
de la Salle es el primer promotor. La recomendación se» convierte en
obsesión de este poder conferido al maestro de abarcar a los alumnos
con un solo golpe de vista: es la principal base de su poder, poder
mucho más seguro que el de un maestro que da golpes y que no ve
durante este tiempo lo que sucede a sus espaldas.
.„ La tarima simboliza más este poder que facilita su ejercicio. Pero la
necesidad de su presencia se reafirma en todas las circulares y en todos
los documentos oficiales:
— «El maestro está situado sobre una tarima de sesenta a ochenta
centímetros de alto, de forma que pueda vigilar toda la clase y abarcar
con una mirada a todos los alumnos a la vez...» (Manuel de
l'enseignement simultané de Lamotte et Lorain, 1837).
— «Ningún obstáculo debe dificultar la mirada del maestro» (F.
Buisson, Dictionnaire pédagogú/ue. 1882).
—«Sin tarima, ¿cómo controláis lo que pasa en el fondo de la
clase?» (p. 205, F. Oury et J. Pain, Chronique de l'Ecole cáseme,
1972).
Ya se trate de innovación pedagógica o de innovación arquitec-
tónica, es de hecho hacia una reorganización de la vigilancia a lo que
se tiende, a una sublevación contra un ejercicio retrógrado o deficiente
de la vigilancia. Sucede así que el arquitecto de la Ciudad de París,
Félix Narjoux, publica, a comienzos de la Tercera República, toda una
serie de obras sobre construcciones escolares, que proponen una nueva
concepción de la vigilancia, que debe ejercerse mucho más
estrechamente sobre el maestro, y en general sobre todos los puntos de
la clase. El maestro debe, según Narjoux,
Las miradas eficaces 109

desplazarse al centro de su clase, estar en medio de sus alumnos,


vigilarlos desde todos los puntos de vista y no sólo desde un punto
único. La mesa del maestro es a su parecer un monumento ridículo que
obliga al maestro a llamar a los alumnos hasta él para corregir sus
cuadernos o tomarles la lección, y a no interesarse de hecho más que
por un solo alumno a la vez, dejando abierta toda una gama de
posibilidades de desorden a los otros. Además, la tarima ofrece el
inconveniente de facilitar a los maestros hábitos de despreocupación,
de dejarse llevar, y como se sabe, ninguno de los detalles de este tipo
escapa a los ojos clarividentes de la infancia» (Ecoles primaireset
salles d 'asile, construcción et installation a l'usage des maires,
delegues cantonaux et membres de Venseignement pri-maires. F.
Narjoux, 1879).
Promover su voluntad de innovación a través de un arquitecto al
corriente del funcionamiento del sistema no puede hacerse más que
parapetándose en una vigilancia acrecentada. Sin embargo, en nombre
de intereses que defienden esta vigilancia aplicada en todas las
direcciones, serán rechazados por el inspector de la Academia ciertos
proyectos escolares de Narjoux; una disposición tal de los patios
permite presentir la existencia de rincones peligrosos no observables
desde todas partes, etc...
Las formas materiales en que se ha concretizado la vigilancia en
sus comienzos tienden a perennizarse más allá de la voluntad de las
autoridades que las han instaurado. Toda una estructura mental se ha
elaborado poco a poco mediante estos espacios rectangulares y tristes,
a los que permanece atada, haciendo difícil cualquier tentativa de
renovación, comprendida la promovida por el poder central.
Georges Mesmin, antiguo director del Servicio de suministro del
material escolar del Ministerio de Educación Nacional, escribe este
decepcionado comentario: «Son los directores de los establecimientos
y el cuerpo enseñante los que presionan para que la arquitectura facilite
la constante vigilancia que creen debe ejercerse sobre los alumnos... Es
preciso que los pasillos sean largos y rectilíneos, que los patios de
recreo estén desnudos y sin accidentes de terreno para que se pueda
vigilar con una sola mirada.» (Arcbitecture d'aujourd'bui. febrero-
marzo 1971, nQ especial, L'architecture et l'enfance.)
La innovación arquitectónica necesita de los maestros innova-
dores. Pero aparte de que las reglas de nominación raramente les
ofrecen la posibilidad de ser candidatos en donde convendría, los
mecanismos de vigilancia han sido frecuentemente establecidos por
encima de su voluntad, hasta el punto de relegar a estos maestros a
110 Anne Querrien

un lugar específico, abandonado, en el que todas las reglas en cuyo


nombre se ejerce la vigilancia ordinaria han fracasado: clases de
transición, clases finales prácticas, y otras clases para inadaptados,
clases en las que el director no tiene miedo de que los padres partici-
pen en la vigilancia generalizada y lleguen a oponérsele a través de su
maestro contestatario.

La multiplicidad de miradas que pesa sobre el maestro


Narjoux es sin duda un innovador cuando atribuye un poder virtual
a las miradas de los niños que pesan sobre el maestro. Si bien escribe
en 1888, fecha en la que las asociaciones de padres de alumnos
comienzan a hacer su aparición, y con ellas la referencia a la familia
como nuevo poder, parte interesada del juego institucional de la
escuela. Si los niños observan al maestro, esta mirada es amenazante
solamente en la medida en que actúan como delegados de la familia, en
la medida en que se posa para contar luego a la familia.
La mirada pesada es la mirada que cuenta, que informa, que da
cuentas, la mirada instituida todo a lo largo de la cadena educativa:
mirada del colega del Hermano de las escuelas cristianas que le mira
para hablar luego de él a su director, mirada del director de la Escuela
Normal que no se interesa por ninguno de sus alumnos si no es para
rellenar el registro de observaciones que el Ministro ha hecho
obligatorio, mirada del inspector que se posa en función de una lista
que le ofrece un número de casillas determinadas a rellenar. (Ver Le
guide de l'inspecteur des écoles mutuelles.)
Miradas tanto más pesadas cuanto exigen a su vez mirar, observar
reglamentos, vigilar a los niños. Niños que miran y hablan, pero
siempre en otra parte, y cuya mirada no retorna hasta que se adecua a
la palabra de otra de las autoridades de la vigilancia: las familias.
Multiplicidad de miradas en las que está aprisionado el maestro,
como un pájaro prisionero en su jaula. Miradas que pueden ser las de
cualquier persona, de sus vecinos, y que pueden en cualquier ocasión,
en respuesta a una demanda de la administración, convertirse en
testimonios, cargados de acusación. Los historiales de rechazo de
apertura de escuelas al comienzo de la Tercera República que hemos
consultado en los archivos de la Comisaría del Sena harán sin duda
sonreír:
—Esta maestra ha sido sucesivamente auxiliar de maestra en
Saint-Mandé y en la calle Turenne y ha sido despedida de estas casas
como consecuencia de la irregularidad de su conducta.
—La Sra. de T... conoce a esta auxiliar de maestra desde hace
tiempo... Y siempre la ha encontrado de maneras poco convenien-
Las miradas eficaces

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Tes., sobre todo con poca modestia. Se ha enterado... que había sido
despedida por su conducta más que ligera en el año 1872-73-. Leía
novelas introducidas subrepticiamente..., gastaba mucho en su
arreglo..., había mantenido relaciones con un cabo pese a que se le
había demostrado que según los reglamentos militares no podía
casarse con ella. Recibía cartas bien repletas... Salía cada quince días,
desdé el sábado por la tarde hasta el lunes por la mañana, aunque no
tenía en París ni familia ni remitente conocido. Recibía muchas cartas
pero la directora no creyó conveniente investigar quiénes eran sus
autores.
—El conjunto de testimonios recogidos sobre M. J... lo presentan
como un hombre dado a la bebida desde hace tiempo y que ha
recurrido, para hacer dinero, a procedimientos faltos de delicadeza...
Silenció el rumor que corría en S... que la mujer con quien vivía no era
su mujer legítima... Discutían entre sí y se pegaban frecuentemente. La
mujer, que tiene mal una pierda y cuyo aspecto no es el de una mujer
honesta, se levantaba al mediodía, la comida se la traía al marido del
albergue, no se dedicaba a ningún trabajo.
—La señora no presenta las condiciones de moralidad necesarias
para dirigir un establecimiento. Su marido habría sufrido una condena
correctiva por ultraje al pudor en la persona de su nieta... La Sra. G...
es acusada de haber mantenido relaciones íntimas con su marido
mucho tiempo antes de su matrimonio y de haberse dedicado a la
bebida.
—...«deberes de maestro, de esposo, de padre de familia, de
hombre honesto, todos los había pisoteado... había abandonado el
domicilio conyugal en compañía de una maestra, todo lo cual había
debido prevenirlo contra una caída tan envilecedora».
...«ha sido visco frecuentemente en las clases en estado de
embriaguez, entreteniendo a sus alumnos con temas indecentes y
licenciosos, excitándolos a la rebelión, queriendo darles nociones para
la defensa de barricadas».
—Ha esposado en segundas nupcias una mujer de inmoralidad
notoria, que ha tenido una casa de prostitución (autorizada por la
policía). «La tolerancia del marido parece indicar por su parte una
falta completa de dignidad y la ausencia de garantías morales que en
derecho deben exigirse a un maestro».
—El señor ha abandonado desde hace veinte años a su mujer y a
sus hijos para vivir públicamente con concubinas, su conducta ha sido
notoriamente irregular... Es un hombre sin moralidad, sin consistencia,
sin fin determinado, una cabeza exaltada, lector asiduo del Rappel y
de otros periódicos extremistas.
112 Aune (¿ueman
Esta sensación de ser observado, y juzgado permanentemente, es
una de las fuentes más fuertes de inhibición para todo maestro que
está en una escuela con varias clases y a quien recubre la autoridad
del director, encargado de la vigilancia general. Es el esquema que
habían comenzado 4 desarrollar los Hermanos de las escuelas cristianas
el que se impuso al fin en rodas parres, mientras que durante largo
tiempo la soledad del maestro de la escuela rural le permitía innovar
entre dos inspecciones.
Encargado de hacer respetar la integridad de los locales, el director
de escuela se esconde detrás de esta funcionara exigir una vigilancia
mayor y hacer ver que ejerce la suya. Ferdinand Oury y Jacques Pain
en su panfleto «Crónica de la escuela cuartel» proporcionan algunos
ejemplos de estas recomendaciones:
— Ejercer en el patio de recreo una «vigilancia muy atenta». «Una
vigilancia muy activa» para prevenir los juegos violentos.
— «Al toque del silbato los juegos deben cesar inmediatamente.
En ese momento todo el personal se dirige hacia el emplazamiento
reservado a su clase. Todos tienen la obligación de secundar al maestro
encargado de vigilancia para que el ordenamiento de los niños en fila
pueda hacerse en silencio y con orden» (p. 224). .„
. — Os ruego que acompañéis a vuestros alumnos ál water para "evitar
el robo y el deterioro de la instalación» (p. 224).
— «En los wateres, las nuevas puertas están estropeadas a
causa de las patadas. Para evitar otros desperfectos, os pido que
conduzcáis a ellos a vuestros alumnos al comienzo del recreo
impidiendo que vayan más tarde. Los maestros encargados de
controlar el recreo deberán ejercer una vigilancia activa».

,
Efectos contradictorios de una renovación arquitectural que
haciendo la escuela más risueña, la hace materialmente más difícil de
proteger y conduce a una vigilancia acrecentada: «La administración,
ha sido voluntariamente colocada en el centro de la composición, para
evitar al personal de la dirección largos desplazamientos y para
permitirle una vigilancia fácil del conjunto de los edificios» (ver
L'arcbitecture francaise, nQ 267-268, diciembre, 1964). Esta
preocupación por facilitar el trabajo de la dirección domina la mayor
parte de los proyectos arquitectónicos contemporáneos, en los que el
plano masa está casi siempre simbólicamente muy cargado, expresión
de esta jerarquía de vigilancia que constituye la trama de la escuela.
Las miradas eficaces

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Multiplicidad de miradas sobre el niño


Toda una red de vigilancia, de miradas reunidas aparece poco a
poco, para observar ai niño desde una serie de ángulos convergentes,
tanto más convergentes cuanto más se desarrolla un saber médico y
psicológico sobre la infancia y sobre estas miradas que se presenta a
la vez como el origen y el fin.
La mirada puesta por el maestro sobre sus alumnos se diferencia
poco a poco en una serie de funciones integradas en el interior del
espacio escolar. La permanencia de una mirada está asegurada pero
esta mirada emana de una serie de personajes, de entre los cuales el
niño, sobre el que descansaba una parre de la vigilancia en las primeras
escuelas cristianas o muruas, ha desaparecido.
Mientras que en los Hermanos o en la escuela mutua los niños se
encargan de vigilar la entrada en clase, y la vuelta directa a casa sin
paradas intempestivas en las calles, la escuela de la Tercera República
se presenta brutalmente como un universo cerrado, en el cual el
conserje, en la ciudad, es el encargado de vigilar la separación
adecuada con el medio: prohibición de entrar en la escuela a toda
persona desconocida, prohibición a cualquier niño de coger el camino
hacia la calle.
La buena disposición de la garita del conserje en relación a las
distintas entradas de la escuela, dado que niños y niñas están
separados, es una de las preocupaciones dominantes en los exámenes
de los planos escolares realizados por los inspectores de la región
parisina. «Situada entre dos salas de espera, la portería hacía difícil al
conserje la vigilancia de los dos pasillos de entrada... Uno de estos
pasillos terminaba en un recodo que hacía imposible toda vigilancia»
(crítica de los planos realizados por el arquitecto Narjoux para la
construcción de un grupo escolar en la calle Titon en 1878).
La escuela está ahora directamente en contacto con la familia. Se
supone que ésta conduce al niño hasta la puerta de la escuela; en donde
el niño es recogido por el conserje, y entregado luego al maestro. La
entrada es la zona de contacto entre la familia y la escuela: debe por lo
tanto ser también zona de presencia del director o de la directora.
Coacción arquitectural ya que las aulas y los patios deben estar
también vigilados por el director o la directora, que controlan,
supervisan, los tiempos no específicamente escolares.
La vigilancia se diferencia: vigilancia del respeto a los horarios de
entrada y salida, vigilancia del respeto al material y a las instalaciones,
vigilancia del respeto al silencio y al orden: el
114 Anne Querrien

conserje y el director residen en la escuela. Pero otras vigilancias


positivas se instalan igualmente. A partir de 1908 aproximadamente se
prevé reservar en los planos un espacio para el servicio de salud
escolar, la vigilancia del desarrollo del cuerpo del niño. Más tarde para
el psicólogo escolar, la vigilancia de la inteligencia del niño. Vigilancia
positiva que no se traduce en medidas de prohibición, y de
observancia, sino en medidas directas sobre el cuerpo del niño o a
partir de sus respuestas a los tests. El niño está así todavía más al
margen de la vigilancia que se ejerce sobre él, pues la ley según la cual
se ejerce, en estas nuevas modalidades positivas de vigilancia, no
exige serle explicitada. Proceso de diferenciación de la vigilancia,
proceso de alejamiento del origen de la vigilancia en relación a aquel
sobre el que se ejerce: el niño, imposibilidad cada vez mayor de que
los niños se unan contra esta vigilancia, la eludan colectivamente ya
que su colectividad no está ya llamada a intervenir, proceso de indi-
vidualización creciente de esta vigilancia.

Control de la mirada de los niños


No sólo deben estar los niños sin cesar bajo las conjuntadas
miradas de las autoridades encargadas de ello, sino que además tienen
tener sin cesar la mirada jija en el maestro, y no desviarla hacia otros
sitios que no sean objetos, líneas estrictamente controladas, propias
-para- representar la autoridad de la que emanan. «El orden es más
fácil de mantener en una clase en la que el maestro abarca con una sola
mirada a todos sus alumnos, y en la que consecuentemente los
alumnos deben mirarle» (ver Lamotte et Lorain, Manuel de
L'enseignement siinultané et métbode d'enseignement mixte, 1837, p.
17).
Señales distintas deben mostrar a los alumnos que este maestro que
les mira, a quien ellos miran, que les fascina, es la encarnación local, el
representante en la clase del poder, el enunciador de la regla. Para
mayor seguridad la regla está escrita en el frontispicio de su mesa en
las escuelas mutuas: «Un sitio para cada cosa y cada cosa en su sitio».
La máxima está presidida por un busto del rey enmarcado con dos
palabras: orden y silencio (ver Bouillon, De la construction des
maisons d'école. 1834). Cuando las paredes de la clase dejen de
utilizarse para colgar los cartones de lectura del método mutuo, se
cubrirán también de máximas morales antes de abrir cada vez más las
ventanas. «Amemos a nuestros maestros, a nuestros padres, a nuestro
rey y a nuestra patria)» (1842) «No hagas a los demás lo que no
quieras
completamente separadas». Patios cubiertos, patios al aire libre y
jardines estarán separados por muros cubiertos de verdor, de manera
que se formen dos establecimientos contiguos, completamente
separados e independientes» (Ministerio de Instrucción pública,
segunda serie de planos modelo para la construcción de edificios de
escuelas y de Ayuntamientos por Cesar Pompee: 1873). Las coacciones
arquitecturales de semejante voluntad de separación de los sexos están
entre las más opresoras de las enunciadas al comienzo de la Tercera
República. (Conducen prácticamente a planos simétricos (ver diseño
sacado de la recopilación de Cesar Pompee), en los que los dos sexos se
oponen el uno al otro punto por punto, hasta en el taller que en uno es
de dibujo y en el otro de costura, para preparar a cada cual para el oficio
que le conviene, de una parte el del obrero, de' la otra el de los trabajos
de la casa. Las escuelas de los maestros escritores antes de la
Revolución no conocían esta separación, las escuelas parroquiales
tampoco.

El objeto de la mirada
¿Una vez separados los sexos, a qué debe dirigirse la mirada del
educador? A las otras modalidades de la sexualidad: masturbación,
homosexualidad y sobre todo a lo que pudiera dar la impresión
peligrosa de una mezcla de niños: un sitio para cada cosa y cada cosa
en su sitio, los niños son aquí «pequeñas cosas» con sus puestos,
puestos sociales que la escuela tiene como misión conservar.
Las escuelas de Port-Royal como las escuelas de los Hermanos de
la doctrina cristiana están particularmente atentas a que sus alumnos
estén con la «requerida modestia», comprendida también la noche en el
caso de los internados. Forma exquisita de hablar de la prohibición de
la masturbación. Esta represión de la sexualidad infantil a través de la
disciplina escolar aparece con la obra de Ger-son y con los libros de
educación cívica, en los que los niños aprenden a leer, así como las
buenas maneras hasta la generalización de la escuela primaria. Esta es
considerada por sus más ardientes promotores como una verdadera
vacuna contra la masturbación. Incluso es uno de los argumentos dados
en favor del método mutuo por el Journal de la Société pour
l'aiuelioration de l'instruction élémentaire (tomó 5, octubre, 1817 -
marzo, 1818). El método mutuo hace desaparecer el onanismo porque
los niños están sometidos a ejercicios contjhuos, y vigilados siempre
por sus enmaradas. «No sería posible, pues, esperar que la enseñanza
Las mirada f /»{*<-*r*r

mutua... sea un verdadero remedio específico contra esta enfermedad


que no han podido destruir los esfuerzos de la religión y de la
medicina; y está todavía lejos el día en que se prescriban nuestras
escuelas contra esta pasión, como se prescribe la vacuna contra los
ataques de la viruela* (p. 337).
Protección contra la masturbación de los niños mediante esta
preocupación por la vigilancia de los «retretes», de los lavabos que
están situados, para que se les vea bien, en el centro de los patios de
recreo, bajo la mirada colectiva de todos, para que cualquiera que
permanezca en ellos mucho tiempo se sienta cubierto rápidamente de
vergüenza, y salga antes de realizar la acción. Protección también
contra la masturbación por la altura de la tarima que permite verlas
manos de todos los niños, verificar que están encima de la mesa y no
debajo de ella. Protección contra los sustitutivos orales de la
masturbación, las cosquillas y las caricias por medio de las viejas
técnicas de los brazos cruzados o de las manos sobre la cabeza. El
maestro bajo las miradas de los niños está igualmente protegido.
Es preciso vigilar también que los niños no entren de dos en dos en
los lavabos, poder echar en ellos una mirada verificadora, y sobre todo
hacer esta posibilidad suficientemente perceptible para prevenir
cualquier veleidad. Los fondos de las puertas están pues cortados hasta
40 centímetros del suelo, y un agujero de 21 centímetros de lado se
abre en la puerta a la altura del ojo de los adultos. Bajó su mirada hace
el niño sus necesidades, incluso si esta mirada no es sino potencial
(ver Loran et Lamotee, Manuel complot de lenseigneruent mainel,
1842, Hachette).
La mezcla de niños que se intenta evitar no es sólo sexual. Es
también social. A medida que se extiende un modo único de escuela en
el que se enseña a la vez todos los elementos que los niños adquirían
en otro tiempo en lugares separados, se plantea el problema de la
frecuentación conjunta de este lugar escolar por niños de diferentes
medios. Los burgueses querrían que sus niños se aprovechasen de la
escuela primaria pero con la condición de que no estuviesen en ella
mezclados con la canalla para quien la escuela de hecho se había
abierto. En 1820 entre los argumentos en favor de la escuela mutua
está la idea que permitiría al maestro vigilar dos salas distintas, una
para los niños ricos, la otra para los pobres. En 1876 entre los
argumentos a favor de la escolaridad obligatoria está la imposibilidad
de recibir en un mismo espacio a los «niños de fábrica» y a los «niños
de familias», y la idea de que es mejor suprimir totalmente la
experiencia de la fábrica a los niños, no tener más que niños de
familia. La escuela es
118 Anne Querrien

PLANO DE UNA ESCUELA-MODELO PARA 70 NIÑAS Y


70 NIÑOS
1873
Recopilación de planos modelo para el Ministerio de
Instrucción Pública por Cesar Pompee (arquitecto).

wc wc
niños ninas

70 niños Patio Patio 70 niñas


niños niñas

Comedor Comedor
niños niñas

Consejo Alcalde
Municipal

Vestí DUtU Secretario


Ayun-
tamiento

Primer piso
Estudio Costurero
dibujo niñas
niños

Vivienda Vivienda
maestro maestra
Anne Querrien
diarias y poder exigir a los padres cartas de justificación de las
ausencias;
— un registro de recompensas; *
— un registro de castigos;
— un registro de la correspondencia con las autoridades que
permite al inspector controlar rápidamente la conducta del
maestro en ese punto;
— un registro de los visitantes porque en este momento la escuela
aparecía como innovación a ver, falta saber por quien; t
— un inventario del material, de los encerados, pizarras, libros e
instrumentos pertenecientes a la escuela;
— un registro de contabilidad;
— el diario de la escuela en el que el maestro anota todo lo que ha
hecho como deberes y lecciones;
— libretas de conducta para los alumnos con el fin de ser el
consejero y el amigo de las familias; el que les dicta qué pensar
sobre su niño.

Llevar los registros, hacer los escritos, es, en efecto, dictar los
comportamientos antes de observarlos, de registrarlos; comporta-
mientos entre los cuales el suyo es el primero. Es su propio
comportamiento el que el maestro regulariza con sus escrituras, igual
que es también su propio comportamiento el que el inspector
regulariza cuando rellena su cuestionario de inspección o el director
de Escuela Normal cuando realiza su registro.
«El director de una Escuela Normal tiene la obligación estricta de
conocer a fondo el carácter, los principios y el grado de aptitud de cada
uno de los alumnos para estar en situación de corregir los defectos,
cultivar las virtudes, desarrollar los talentos de los futuros maestros...
Entrevistas con cada uno de ellos, consejos paternales dados
oportunamente, reprimendas generales o individuales son medios
fáciles para detener desde el principio toda clase de mal y para
estimular poderosamente la práctica de todo tipo de bien. Por eso
llevará con exactitud el registro previsto en el artículo 22 del estatuto
generáis*. (Registro sobre el trabajo, el carácter y la conducta de los
alumnos, ver Considérations sur les écoles normales primaires de f
ranee de Ambroise Rendu, 1838).
El programa de lo que debe hacerse, el registro que debe llevarse
no es sino el doble de una orden recibida por escrito, risible para
quien puede leerla, y que en último término siempre podrá ^colgarse
en la pared. Orden que fija, única, una misma norma para todos, una
norma inamovible, en el respeto de la qué
Las miradas eficaces

121

Se proyecta ahora la mirada de los que mandan, una mirada de control


y" de verificación; todo está bien en la norma. Los gestos y los signos a
los que deben conformarse han sido sustituidos por las palabras para
regir el universo de la escuela: la escritura ha ganado. Escritura que no
tiene nada que ver con la investigación: escritura representación de lo
visible, escritura cinematográfica anterior a la presencia de la máquina,
video omnipotente.
La escritura esta también en el interior de la relación de test: el
observador mira y anota sin detenerse. «Proceder a una interrogación
de este, tipo debe por otra parte servir de ocasión para realizar una
observación tan completa como sea posible del sujeto que se somete a
ella: ¿Se muestra el sujeto disponible? ¿Escucha atentamente cuando se
le pregunta o hay que llamarle la atención con frecuencia? ¿Se ruboriza
embarazado?... Será conveniente resumir enseguida la impresión que
resulta de la actitud general del sujeto tal como se ha observado.
(Alfred Binet et Albert Simón, La mesure du développment de
l'intelligence chez les jeunes enfants, Armand Colín et Bourrelier, París,
193-4, p. 34).
La impresión que resulta es que el niño no está aquí, no está
disponible, es ya posiblemente irrecuperable.

Pensar y ver: el control de las asociaciones de ideas


La idea de controlar el sistema de asociación de ideas, los procesos
sociales de producción del pensamiento, preside la instauración de la
escuela. Es el proyecto de los ideólogos. Proyecto que encuentra eco
en los científicos de finales del siglo XIX, en Freud sin duda, pero
también en Binet. Si la escritura es la representación visible del
pensamiento tal como la escuela se ha encargado de inculcar, a
contragolpes por así decirlo, haciendo de la limitación de lo que
estaba escrito la garantía de la limitación de lo que se pensaba, se
puede continuar en la misma línea y buscar en lo que está escrito lo
que se piensa. ¿Qué es pensar? ¿En qué pensáis?, pregunta Binet a sus
nietas Margarita y Armanda. ¿Qué escribís en tales y tales
circunstancias? Esta es la cuestión de «El estudio experimental de la
inteligencia» (1903).
El partido que Binet toma durante el desarrollo de este trabajo está
claro: pensar es representar lo visible, no se puede escribir lo que sea
cuando a uno se le manda escribir la lista de los objetos materiales
próximos en el espacio o en el tiempo, asociar por estricta
contigüidad, hacer de la escritura él reflejo estricto de la realidad,
una [especie de seguro, de control social, cuyo uso ha mostrado la
escuela. Y sin embargo Binet. se encuentra con su
122 Anne Querrien
nieta Armanda en presencia de otra forma de inteligencia que no ha
cesado de denigrar, de rebajar, para acabar al final de un año por
obtener casi su desaparición. »Me confunde el encontrar en una
misma persona al mismo tiempo la abstracción y la imaginación-»
(p. 34 de El estudio experimental de la inteligencia). Las palabras
¿son un puente tendido hacia lo real para producir a partir de él
(Armanda), o son una estricta representación de la realidad sin ninguna
intención productiva (Margarita)?
El padre de los test de inteligencia elige: la escritura más ausente
de inteligencia, aquella que no establece entre las palabras otras
relaciones que las del espacio social visible, es la forma de
inteligencia normal. Pensar es ver y no hablar, reflexionar, producir
más allá de la visión. Pensar es ser capaz de imponer a las propias
ideas las formas exteriores que deben seguir, pensar es ser capaz de
adecuar el pensamiento a la realidad, o a lo que se os impone como
realidad: Pensar bien es acertar mejor en los comportamientos
exigidos, impuestos. Esta es la conclusión que impone El estudio
experimental de la inteligencia de Binet.
Inteligencia de lo visible que exige para producirse un orden visible.
El orden de la escuela, presente en todas partes, uniforme, incluyendo
a todos los niños, orden a partir del cual Binet puede trabajar,
comparar los niños, encerrados a todos en el mismo espacio social.

El orden de lo visible
Un orden se ha constituido en el espacio escolar: orden de los
niños, o de los hombres clasificados socialmente por. él, inte-
ligentemente: orden de las ideas, buen orden, orden único, encargado
de representar la realidad, orden del buen sentido, orden ordenado que
es preciso sobre todo no alterar. «Para que la ejecución de la ley sea en
todas partes regular y uniforme», envío de los modelos exactos de
todos los actos dirigidos a la aplicación de la ley por Guizot. «Toda
desviación será inexcusable» (Informe al rey del ministro secretario de
Estado en el departamento de Instrucción Pública sobre la aplicación
de la ley del 28 dé junio de 1833 relativa a la instrucción pública).
Este orden constituido no se altera más que por el individuo, por sus
movimientos repentinos, sus necesidades no razonadas, naturales. Un
movimiento individual en la clase es anormal, rompe el orden visible,
que es un orden colectivo, el orden según el cual se piensa, el orden
según el cual uno está presionado pensar.
Las miradas eficaces .

123

Esta identificación del orden de la imposición y del orden visible


tiene enormes consecuencias en el terreno de la formación artística,
desde entonces imposible. Si lo que se ve, lo que se lee, lo que se
observa, es la representación de lo que se hace, de lo que se debe
hacer, de tal forma que lo que se debe hacer ha sido previamente fijado
y no puede, pues, ser un futuro, el orden de lo visible no puede ser un
orden de producción, práctico. La escuela se ha signado fuera del
universo artístico, que no puede sino representarse en ella como
decoración.
Esta identificación del orden de la imposición y del orden visible,
al mismo tiempo que del pensamiento y de lo visible tiene también
enormes consecuencias en el dominio de la innovación. El maestro
cuya actividad de escritura está toda ella acaparada en rellenar
diferentes registros siguiendo modelos impuestos, que no puede
escribir más que lo que observa, que no puede escribir si no es para
hacer ver al poder que lo recubre las desviaciones existentes entre lo
que sucede y lo que le ha sido ordenado, debe disponer de un
excedente de energía increíble y fuera de lo común para imaginarse
que puede hacer una cosa distinta de lo que debe hacer.
La identificación del pensamiento y de lo visible es también la
prohibición del pensamiento científico en la escuela municipal, ya
que es en ruptura con lo visible como se ha constituido la ciencia.
Hasta Galileo, se veía bien que el Sol giraba alrededor de la Tierra.
¡Se levantaba con el día y se acostaba con la noche, como un
hombre! ,
«Genealogía del poder», colección dirigida por
Julia Várela y Finando Alvarrz-Una

Título original:
L'cnsatgncment

Diseño cubierta:
Roberto Turégano

© Recherches
© de la preseruc edición
Las Ediciones de' La Piqueta
Seseña, 59 - Madrid-24
I.S.B.N.: 84-74*3-026-7
Depósito legal: M-32.645-1979
Impreso en Técnicas Gráficas, S.L.
Las Matas, 5 - Madrid-29
ÍNDICE
Historia de una investigación: del militantismo pedagógico
a la experimentación social...................................................... 7
Educación é imitación...........................:...................................... 19
Guerra contra la pobreza.............................................................. 21
Formación del ejército del trabajo..............,................................ 33
La articulación colectiva de los niños.......................................... 45
¿Por qué ganaron los hermanos?________.................................... 63
La normalización nacionalizada.................................*............... 81
Las miradas eficaces..........'.......................................................... 105
Los hijos de familia...................................................................... 125
El cuerpo de la infancia................................................................ 135
El cuerpo enseñante______........................................................... 143
Las vías de la innovación.............................................................. 153
Continuación de la investigación............;.......'............................ 165

POSTFACIO. Julia Várela............................................................ 169


Elementos para una genealogía de la Escuela Primaria en
España..................................:...................'............................... 171

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