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República Bolivariana de Venezuela

Ministerio del Poder Popular para la Educación

Universidad Nororiental Gran Mariscal de Ayacucho

Tercer año sección “1A”

Ciudad Bolívar – Estado Bolívar

Historia de la Abogacía

Profesor: Alumno:

Jhon Lemus CI: 26.722.878

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Introducción

Una de las profesiones más criticadas e interesantes de la historia es la


abogacía, la persona que la ejerce debe poseer conocimientos suficientes de
su legislación y todo lo que la conforma. A lo largo de la historia, la abogacía
como tal no existía, ya que a muchos no les agradaba la idea de un
intermediario el cual hiciera cambiar la decisión del juez. Esto a lo largo de los
años fue cambiando poco a poco, llevando así a la abogacía y al Derecho
como lo conocemos ahora, sin antes claro pasar por las adversidades al
momento de ejercer la profesión.

2
Historia de la Abogacía
El término abogado se origina del latín advocatus, que significa, la persona
que aboga o defiende los intereses de los litigantes, también es el que
asesora sobre asuntos jurídicos.

El hombre moderno está acostumbrado a ver en todo proceso judicial


la presencia de un defensor llamado abogado. Sin embargo, la
institución de la defensa ha sufrido una evolución interesante en la
historia.

Se pueden dar muchos ejemplos. Así, al remontarnos hasta Egipto,


descubrimos que en e sistema legal de esta antiquísima cultura no
existió la defensa con abogado. Durante el proceso, las partes se
dirigían por escrito al tribunal, explicando su caso, el que luego de
hacer el estudio pertinente, emitía la sentencia.
El hecho que no existiera un defensor en el sistema legal se debió a la
idea que tenían los egipcios respecto a los juicios orales, en donde un
intermediario podía asumir la defensa; y es que la jurisprudencia de la
época, encontrada en un antiguo papiro, decía que la presencia de un
orador hábil podría influir sobre las decisiones de los jueces y hacerles
perder objetividad. La última instancia consistía en apelar al Faraón,
quien no representaba a la justicia, sino que era la "justicia”. En
Babilonia también existió la administración de justicia, tanto en el
período sumerio como en el acadio, y desde luego existieron
tribunales pero como en Egipto, tampoco hubo ese intermediario que
los romanos, muchos siglos después, llamaron Advocatus. Las partes
recurrían a los jueces y luego apelaban al rey o emperador, según las
épocas históricas. El rey, que era el brazo de la justicia, tenía la última
palabra. Igualmente, entre los hebreos, el sistema legal tampoco se
distinguió de los anteriores.

En los canales judiciales de la China y la India tampoco figura un


ejercicio similar al de abogado. Empero, había notarios e
intermediarios que actuaban como fiscales. Muchos tratadistas del
sistema judicial chino sostienen que este pueblo estaba bien
informado sobre las leyes escritas y normas consuetudinarias que les
permitía plantear su defensa en función de este conocimiento.
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Además, periódicamente las autoridades judiciales chinas publicaban
las decisiones de los tribunales con las leyes que había aplicado para
cada caso, lo que permitía una mejor información. En la India, tanto en
el período budista como en el brahmánico, tampoco existió la figura
del defensor.

Fue en Roma donde se desarrolló plenamente y, por primera vez, de


manera sistemática y socialmente organizada, la profesión de
abogado, y como ya dijimos anteriormente, la palabra “abogado”
proviene del latín advocatus, que significa llamado, porque entre los
romanos se llamaba así a quienes conocían las leyes para socorro y
ayuda.

Roma y Edad Media

En un principio, en Roma, para ejercer la actividad de abogado no se


requería título alguno; solamente era necesario contar con el
reconocimiento de sabiduría jurídica, la cual adquirían bajo la dirección
de un maestro el cual les enseñaba e inducía en las ideas de Gayo,
Ulpiano, Paulo y Papiniano; razón por la cual se les daba el nombre de
jurisconsulti, pero si intervenían por otros se les denominaba patroni o
causidici. En el Digesto se afirma que "El papel de un abogado es
exponer ante el juez competente su deseo o la demanda de un amigo,
o bien combatir la pretensión de otro"

A finales de la Edad Media se crean algunas universidades: de 1100 a


1180 la de Bolonia en donde Irnerio (jurista italiano) y Graciano (monje
jurista) fungieron como maestros de derecho; el primero logró la
autonomía definitiva del estudio y enseñanza del derecho. En 1200 la
Universidad de París con estudios de Teología y Derecho Canónico.
En 1215 la de Salamanca en donde se establecen los estudios de
derecho. De esta manera continúan la de Padua, Nápoles y entre
otras.

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Los Mandamientos de la Abogacía
1º ESTUDIA. Ya que el derecho se transforma constantemente.
2º PIENSA. El derecho se aprende estudiando, pero se ejerce
pensando.
3º TRABAJA. La abogacía es una ardua fatiga puesta al servicio de la
justicia.
4º LUCHA. Tu deber es luchar por el Derecho, pero el día que
encuentres en conflicto el Derecho con la Justicia, lucha
Primordialmente por la justicia.
5º SÉ LEAL. Leal con tu cliente al que no puedes abandonar hasta
que comprendas que es indigno de ti. Leal para con el adversario, aun
cuando él sea desleal contigo. Leal para con el juez que ignora los
hechos, y debe confiar en lo que tú le dices y que, en cuanto al
Derecho, alguna que otra vez debe confiar en el que tú le invocas Leal
con tu cliente, con tu adversario y con el juez.
6º TOLERA. Tolera la verdad ajena en la misma medida en que
quieres que sea tolerada la tuya.
7º TEN PACIENCIA. El tiempo se venga de las cosas que se hacen
sin su colaboración.
8º TEN FE. Ten fe en el Derecho, como el mejor instrumento para la
convivencia humana; en la Justicia, como destino normal del Derecho;
en la Paz como sustitutivo bondadoso de la Justicia; y sobre todo, ten
fe en la Libertad, sin la cual no hay Derecho, ni Justicia, ni Paz.
9º OLVIDA. La abogacía es una lucha de pasiones. Si en cada batalla
fueras llenando tu alma de rencor llegaría un día en que la vida sería
imposible para ti. Concluido el combate, olvida tan pronto tu victoria
como tu derrota.
10º AMA TU PROFESIÓN. Trata de considerar la Abogacía de tal
manera, que el día que tu hijo te pida consejo sobre su destino,
consideres un honor para ti proponerle que sea Abogado. Siéntete
orgulloso de lo que eres.
Estos mandamientos expresan la dignidad de la abogacía. Son decálogos del
deber, de la cortesía o de la alcurnia de la profesión. Ordenan y confortan al
mismo tiempo; mantienen alerta la conciencia del deber; procuran ajustar la
condición humana del Abogado, dentro de la misión casi divina de la defensa.

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HISTORIA DE LA ABOGACIA EN
VENEZUELA:
La profesión del abogado era difícil de ejercer en la época colonial, había que
ir a estudiar hacia las afueras del país. Venezuela tuvo su primer profesor de
derecho en 1715 y fue el Licenciado Antonio Álvarez de Abreu, graduado en
la Universidad de Salamanca.

Viendo su gran desempeño el Obispo Rincón le encargó la Cátedra de la


Instituta e igualmente debía leer canones, él desempeño esta Cátedra por Un
año y tuvo 15 alumnos.

A pesar de que la Cátedra de Leyes se organizó un poco tarde en nuestro


medio, en pocos años comenzaron a graduarse Abogados Venezolanos. Los
libros de Héctor parra Márquez sobre “Historia del Colegio de Abogados de
Caracas” , de Héctor García Huecos, sobre “Abogados de la Colonia”, de
Mario Briceño Perozo sobre el mismo tema y la reciente investigación de
Rogelio Pérez Perdomo sobre “Los Abogados en Venezuela”, y los Fondos
Documentales del Archivo General de La Nación, así lo confirman, al punto
que para 1810, fuela pléyade de Juristas que salió de nuestra Universidad
Colonial, los que tuvieron a su cargo la redacción de La Constitución y de mas
documentos fundamentales de nuestra independencia.

Cabe destacar que los Bachilleres o Doctor en Leyes tenia que ir a presentar el
examen o juramentarse en La Real Audiencia de Santo Domingo que tenia
jurisdicción sobre las Provincias de Venezuela y las Orientales de Margarita,
Nueva Andalucía y parte de Guayana o de Santa Fe de Bogotá que tenia
jurisdicción sobre Mérida, Maracaibo y la parte de Guayana no sometida a
Santo Domingo.

En la Universidad Colonial no se estudiaba el Derecho Real. O sea, el vigente


para la época, salvo un intento que se hizo a fines del Siglo XVII de dictar la
respectiva Cátedra en una Academia de Jurisprudencia que tuvocorta
duración.

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Para poder obtener el título de Abogado no solo bastaba estudiar, sino también
pasar por una serie de pruebas tales como:

a) Dictar diez lecciones seguidas de media hora cada una.

b) Escoger un Tema, darlo a conocer varios días antes y desarrollarlo


ante un Jurado de varios Doctores y Bachilleres en Leyes, quienes
refutaban o argüían y el alumno debía contestar y razonar basado en texto
legal, las glosas, los comentarios de los autores de doctrina y la
jurisprudencia.

c) Pasada la prueba anterior, continuamente presentaba un examen


propiamente tal denominado “Las Tremendas”, este consistía en abrir el
texto con un puntero de plata y seleccionar el tema al azar y luego de
exponerlos contestar los argumentos contrarios del Jurado de Cinco
Doctores.

Esta última consistía en abrir el texto con un puntero de plata y


seleccionar el tema al azar, dicho tema sería expuesto ante un jurado de
cinco Doctores los cuales tendrán argumentos contrarios. Pasadas "Las
Tremendas" todavía había que ir ante la Real Audiencia y presentar allí la
prueba de licencia, haber hecho la pasantía y presentar el certificado
respectivo, además de los requisitos de buena conducta, limpieza de
sangre, etcétera.

El nuevo profesional debía en esta última instancia, jurar ante el


cuerpo, ajustarse a las normas de ética contenidas en las "constituciones"
del colegio, las cuales fueron puestas en vigencia en 1788.

El Cuerpo tuvo gran importancia hasta que en 1811, año en el que se l


quitaron los más importantes privilegios que disfrutaba. Guzmán Blanco
en su segundo período, o sea, el quinquenio legisló de nuevo sobre el
Colegio de Abogados, como Institución Oficial, dotada de atribuciones
legales que en su esencia se han conservado hasta el presente.

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Ha habido cambios en los planes de estudio desde la fundación de la
República hasta el presente. En 1826, Santander, siguiendo pautas
bolivarianas, promulga un nuevo programa que aumenta el número de
materias y consagra la enseñanza del Derecho vigente, para colmar así la
laguna que existía en los estudios coloniales. Este plan es adoptado por la
U.C.V. en 1827, con ligeras modificaciones. En 1841 se pone en vigencia el
nuevo plan, en el cual figuran las materias de Derecho Sustantivo como el
Civil, Mercantil y Criminal, así como de Derecho Procesal. Ese año se
incorpora la Economía Política al pénsum correspondiente. El curso que
siguen los acontecimientos es de sucesivas adiciones de nuevas materias
hasta llegar a la actual status que consagra la vigente Ley de
Universidades y los reglamentos respectivos.

Desde los años noventa del siglo XX, en la mayoría de los


países latinoamericanos se han impulsado reformas judiciales,
que incorporan entre sus objetivos la promoción de
mecanismos alternativos al litigio para la solución de
conflictos jurídicos, ya sean individuales o colectivos. Este
proceso que se conoce como la "desjudicialización de la
justicia" ha abierto un campo nuevo al ejercicio que los
abogados deben compartir con otros profesionales
(psicólogos, politólogos, sociólogos, relacionistas industriales).
Si bien es cierto, la monopolización se conserva para actos
dentro del sistema de administración de justicia, los
mecanismos alternativos han afectado la clausura social.

La promoción de mecanismos alternativos al litigio no puede


desvincularse de los procesos de globalización, que conllevan
a una ampliación de los mercados y a una cierta unificación
de las reglas que rigen los intercambios comerciales. Los
negocios no se circunscriben a un determinado ordenamiento
jurídico. Por ello, es preferible solucionar las diferencias por
mecanismos que permitan utilizar criterios más vinculados
con la eficiencia, la equidad y la eficacia de la solución.

Los estudios de otros países reportan que la incorporación de


las mujeres y personas provenientes de las comunidades
étnicas minoritarias ha influido en las formas de ejercicio, ya
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que se ha ampliado la oferta de servicios jurídicos. Este
incremento en la oferta de servicios jurídicos ha sido valorado
de manera positiva, pues ha producido una baja en el precio
del servicio, posibilitando el acceso a los sectores de escasos
recursos; sin embargo, ello no puede desvincularse de la
profundización del fenómeno de la proletarización del ejercicio
profesional, concepto utilizado para designar formas precarias
y poco éticas del ejercicio, más que para referirse al proceso
de conversión en asalariados de los abogados.

En Venezuela, la proletarización del ejercicio profesional se


vincula a la incorporación de abogados provenientes de la
clase social baja, pues ellos tienen mayores dificultades para
insertarse en las formas más prestigiosas de ejercicio
profesional. En los barrios caraqueños han comenzado a
funcionar escritorios jurídicos que establecen personas de la
comunidad que se han graduado en derecho.

La estrecha vinculación entre las funciones de los abogados


en el sistema político y el ejercicio de la abogacía también ha
sufrido transformaciones.

Se ha sostenido que existe una convergencia profesional


entre política y derecho. Muchas de las habilidades que se
requieren de los abogados no son técnicas, sino que también
es muy importante manejar una red de relaciones sociales.
Conocer a las personas que deben tomar la decisión dentro
del aparato estatal es tan importante, o tal vez más
importante, que saber construir el silogismo jurídico en el
caso concreto. De ahí que una pasantía por el sistema político
hace a ese abogado más atractivo profesionalmente y mejora
su estatus dentro de su mercado laboral.

Pero, además, por mucho tiempo, las decisiones


gubernamentales estuvieron ligadas a argumentos jurídicos
(justicia social, equidad, cumplimiento de derechos o
adecuación de la propuesta a normas constitucionales o
legales). Lo jurídico era un elemento relevante a la hora de

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decidir una política pública. Hoy han adquirido más peso los
argumentos de otras esferas del saber y se promueve que las
políticas públicas se diseñen tomando como criterios a la
factibilidad económica, la eficiencia, la productividad, aunque
no dejan de estar presentes los argumentos de solidaridad y
justicia social. Este hecho ha tendido a desplazar a los
abogados en la esfera de la toma de decisión sobre lo público,
posibilitando la entrada de otros profesionales, como los
economistas, los administradores, entre otros. Podría decirse
que los abogados se han concentrado en una especificidad
profesional: redactar las leyes que van a desarrollar esas
políticas públicas.

La preponderancia del uso del derecho para ir construyendo


una sociedad socialista podría implicar una nueva expansión
del rol del abogado en la sociedad venezolana. Esta hipótesis
requiere de una profunda investigación de campo.

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Conclusión
Gracias a la evolución de la abogacía, es mucho mayor la exigencia
que exige ésta sobre el abogado, ya que éste debe poseer cualidades
tales como una capacidad negociadora, equidad y el buen uso de la
oratoria; en base a esto, los abogados tienen que tener conocimientos
de mediación, conciliación e incluso en algunas ocasiones convertirse
en una especie de psicólogos o sociólogos, todo esto con la finalidad de
aumentar la eficiencia de su ejercicio, tanto en las relaciones jurídicas
de la sociedad, como en las relaciones comerciales y en general.

El concepto del abogado ha ido evolucionando; tradicionalmente, a un


abogado se le reconocía por la cantidad de juicios o contiendas legales
que éste haya ganado, pero en la actualidad, es posible afirmar que el
profesional del derecho más eficaz es aquel que logra solucionar
conflictos extrajudicialmente, que tiene la facultad de persuadir a las
partes para que cedan en sus pretensiones y así llegar a un acuerdo.

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Índice

Introducción…………………………………………………………………………………..2

Historia de la Abogacía……………………………………………………………….....3

Roma y La Edad Media…………………………………………………………………...4

Los Mandamientos de la Abogacía………………………………………………….5

Historia de la abogacía en Venezuela……………………………………………..6

Conclusión……………………………………………………………………………………..11

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