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UNIVERSIDAD PRIVADA

ANTONIO GUILLERMO URRELO

FACULTAD DE PSICOLOGÍA

ASIGNATURA

PSICOLOGÍA DEL COMPORTAMIENTO SEXUAL

Tema: TERAPIA SEXUAL

Docente:

Mg. Gianina Esther Calderón Pérez

Estudiantes:

Hilder Manuel Bautista Peralta,

Gérman Alejandro Jave Vásquez

VIII Ciclo

Cajamarca, 12 de noviembre del 2018


Psicología del Comportamiento Sexual

DEDICATORIA:

A Dios por habernos permitido llegar hasta este


punto y habernos dado salud, así mismo ser el
manantial de vida y darnos lo necesario para seguir
adelante día a día para lograr nuestros objetivos,
además de su infinita bondad y amor; al igual
nuestros amados padres por su apoyo incondicional.

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Psicología del Comportamiento Sexual

INDICE

INTRODUCCION…………………………………………………………………… Pág. 4
HISTORIA DE LA TERAPIA SEXUAL……………………………………………. Pág. 5
PERFIL PROFESIONAL DE LOS PSICÓLOGOS DE LA SEXUALIDAD ………. Pág. 9
DEFINICIÓN……………………………………………………………………….. Pág. 10
CLAVES BÁSICAS DE LA TERAPIA SEXUAL………………………………..... Pág. 11
DISFUNCIÓN……………………………………………………………………...... Pág. 18
CAUSAS EN LOS DIFERENTES TIPOS DE DISFUNCIÓ…………………….… Pág. 22
DIAGNOSTICO Y TRATAMIENTO……………………………………………… Pág. 30
TÉCNICAS……………………………………………………………………..…… Pág. 31
CONCLUSIONES…………………………………………………………………... Pág. 34
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS……………………………………………… Pág. 35
ANEXOS……………………………………………………………………………. Pág. 36

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Psicología del Comportamiento Sexual

INTRODUCCIÓN

El estudio de la sexualidad jugó un papel fundamental en el surgimiento y


consolidación de la psicología como ciencia y profesión a finales del siglo IX y
comienzos del XX. Esto fue así, no únicamente en el caso del psicoanálisis, sino
también por ejemplo en la obra de Stanley Hall sobre adolescencia (Hall, 1904), en el
trabajo de Lewis Terman sobre los factores psicológicos de la felicidad conyugal
(1938), y en las investigaciones de Abraham Maslow sobre el orgasmo femenino y
en su modelo de la pirámide de las necesidades humanas (Maslow, 1942, 1943).
Incluso John Watson inició estudios sobre sexualidad humana en el laboratorio
(Magoun, 1981). Hoy puede afirmarse sin lugar a duda que la sexualidad humana y
el ejercicio de la función erótica son áreas de estudio legítimo de la psicología
científica. No obstante este reconocimiento y el desarrollo a nivel internacional de
la investigación sexológica desde diversas perspectivas psicológicas, el campo de la
psicología de la sexualidad en Colombia presenta un incipiente grado de desarrollo. El
primer curso de “Psicología de la Sexualidad” con contenidos específicos sobre los
estudios sexológicos de grandes psicólogos fue dictado por Bernardo Useche en la
Maestría en Psicología de la Universidad Pontificia Bolivariana en la ciudad de
Bucaramanga en 2015.

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Psicología del Comportamiento Sexual

I. BREVE HISTORIA DE LA TERAPIA SEXUAL:

La terapia sexual utiliza diferentes formas de intervención psicoterapéutica como


análisis, terapia de pareja y la terapia conductual para tratar las disfunciones sexuales,
que se desarrollan en un consultorio médico. Sin embargo, en la terapia sexual, ésta se
emplea conjuntamente.
La terapia sexual se entiende aquí como una de las principales herramientas de la
sexología clínica y consiste en la intervención orientada a superar los problemas
sexuales mayores o disfunciones sexuales que presenta una persona mediante:
A. El análisis del caso motivo de consulta basado en los conocimientos
científicos que permiten explicar la función erótica de la sexualidad
humana en sus diversas fases (apetitiva, relacional, estimulatoria, excitatoria
y orgásmica) y planos (psíquico o central, somático o periférico, y externo
o comportamental) (Alzate, 1997).
B. La implementación consensada con el consultante de procedimientos y
técnicas sexo - terapéuticas apropiadas y fundamentadas en la evidencia
científica.
C. El respeto por los más rigurosos estándares de ética profesional por parte
del terapeuta.
No obstante lo anterior, en la historia de la humanidad han existido diversas
aproximaciones al manejo de los problemas sexuales. Los manuales eróticos de las
culturas antiguas incluyen lo que hoy podríamos considerar consejería sexológica y
sugieren técnicas para hacer frente a los problemas sexuales. “El jardín
perfumado”, por ejemplo, obra escrita a principios del siglo VI, define lo que
Helen Kaplan casi mil años después denominara “impotencia psicógena" en los
siguientes términos:

“Puede ocurrir que el pene de un hombre se torne flácido en el


momento mismo en que se dispone a introducirlo entre los muslos de la
mujer. Hay quienes pueden creer que este hombre sufre de impotencia,
cuando simplemente su percance es el resultado de un respeto exagerado

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Psicología del Comportamiento Sexual

hacia la mujer, de una timidez fuera de lugar, o tal vez porque ha


percibido un olor desagradable. En estos casos, la pérdida de la erección
puede también deberse a un arranque de celos al percatarse que la mujer
ya no es virgen y ha servido a los placeres de otro genital masculino
(citado por Haslam, 1979, traducción libre de BU)”.

En contraste con la sabiduría popular de los autores de los libros clásicos de


erotología, los pensadores cristianos a partir de San Agustín (Pagels, 1988),
desarrollaron los principios y las actitudes negativas hacia el placer sexual que han
resistido al paso de los siglos. Para el siglo XIX se había arraigado en los países de
occidente el concepto que la única conducta sexual "natural" y “normal” era el
coito entre cónyuges con fines reproductores. Con este antecedente, es
comprensible que en los albores del siglo XX, términos como "espermatorrea",
"ninfomanía" y "satiriasis" fueran diagnóstico común. Para muchos médicos de la
época, la etiología de estas "enfermedades" se puede encontrar en la actividad
masturbatoria de sus pacientes. Sus tratamientos y prescripciones no eran menos
primitivos que sus conceptos sexológicos e incluían: "dormir en una cama dura",
"quinina", "tónico de hierro", "nunca dormir acostado sobre la espalda”, y
"cauterización de la uretra o del clítoris". Haeberle (1978), documentó la
importancia de los pioneros alemanes de la sexología cuya obra se desarrolló a
finales del siglo pasado y durante la primera mitad del siglo XX. Según lo
menciona el autor, Kraft-Ebing, Iwan Bloc, Albert Moll y Magnus Hirschfeld
contribuyeron a definir la sexología como el estudio científico de la sexualidad
humana, así como sus principales aplicaciones: la educación sexual y la terapia
sexual. Sin embargo, estos primeros sexólogos y otros de su talla como el inglés
Havelock Ellis, no lograron obtener el reconocimiento internacional que sí alcanzó
su colega Sigmund Freud. El aporte de Freud a la psicología es inmenso y la
naturaleza de este artículo no permite hacer el análisis profundo que su obra merece
(Useche, 1988, 2006). Por lo tanto, el siguiente concepto es simplemente una
aproximación elemental a su trabajo en el campo de la sexología. Como es bien

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Psicología del Comportamiento Sexual

sabido, Freud desarrolló tanto una compleja teoría psicológica, como una
metodología de investigación, y una técnica terapéutica. Las teorías freudianas de
la libido, del desarrollo psicosexual, en especial sus teorías sobre la sexualidad
infantil y la seducción, hacen parte relevante del fundamento del psicoanálisis. En
la perspectiva psicoanalítica, cualquier disfunción sexual es una manifestación de
conflictos inconscientes y su curación depende de hacerlos conscientes (Spector,
1987). En “Sobre el narcisismo” Freud (citado por Gemes, 2009), definió la
sublimación como “un proceso que concierne al objeto de la libido y consiste en
dirigir el instinto hacia una meta remota y distinta a la satisfacción sexual” y
dado que “la sublimación se considera necesaria para una completa salud mental”
(p. 38), puede decirse que la terapia psicoanalítica no tiene como objeto principal
e inmediato restaurar la función erótica perturbada y superar las disfunciones
sexuales y los problemas que limitan o impiden al consultante el disfrute de la
función placentera de la sexualidad sino descubrir e interpretar los conflictos
inconscientes que desde su mirada subyacen al problema sexual. El mismo Freud
además estaba convencido que "el método científico y el psicoanálisis son
inherentemente incompatibles" (citado por Chiesa, 2010, p. 99). La psicología
conductista ganó un espacio en Norteamérica con el surgimiento de los Estados
Unidos como potencia mundial en el período que comprendió las dos guerras
mundiales y en ese contexto, la vida sexual de las personas pudo ser estudiada
desde el punto de vista del comportamiento cuantificable. Esa fue la
contribución de Kinsey, Pomeroy, Martin y Gebhard (1948, 1953). En palabras
de Kaplan (1974), el trabajo de Kinsey y su grupo "rompió el hielo mediante la
recolección de datos observables sobre la sexualidad humana" (p. 4). Uno de los
aportes importantes de Wardell Pomeroy a la terapia sexual fue la sistematización
de la historia sexual empleada por Kinsey y sus colegas (Pomeroy, Flax, &
Wheeler, 1982). En la segunda mitad del siglo XX, la investigación sexológica en
diferentes áreas se expandió. John Money y Anke Ehrhadt estudiaron el efecto
de las hormonas prenatales en el comportamiento sexual; John Money postuló
además la primacía del ambiente sobre la biología en el establecimiento de la

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Psicología del Comportamiento Sexual

identidad de género, lo que lo condujo a proponer un manejo terapéutico de los


estados intersexuales que al final de su vida desató una gran controversia
(Useche, 2000). Igualmente, John Money (1987) lideró desde la Universidad de John
Hopkins los estudios que llevaron a proponer el uso de Depo-Provera (acetato de
medroxiprogesterona) como tratamiento farmacológico de las personas que
cometen abusos sexuales. Con la publicación de los estudios por Masters y
Johnson (1966, 1977), la terapia sexual conductual se diferenció explícitamente
de la terapia psicoanalítica y adoptó un enfoque cognoscitivo - conductual. Según
Masters y Johnson (1970), los siguientes son los principios fundamentales que
deben guiar el trabajo de los terapeutas sexuales: 1) La disfunción sexual se presenta
en el contexto de una relación de pareja y por tanto, ambas partes deben participar en
la terapia. 2) Los problemas sexuales en general no son el resultado de un
conflicto psíquico sino consecuencia de aprendizajes inadecuados. 3) La terapia
exige en alto grado brindar educación e información sexual a la pareja,
especialmente en temas como la ansiedad de rendimiento, la inconveniencia de
centrarse excesivamente en complacer a la pareja, y el temor al desempeño y al
fracaso. 4) La comunicación es un punto clave en el disfrute de la interacción sexual.
5) El que exista una pareja de terapeutas es un aspecto integral del enfoque
terapéutico. 6) El enfoque básico del tratamiento es de orientación conductual y uno
de sus componentes fundamentales es la asignación de tareas progresivas y la
prescripción de pautas y patrones de comportamiento. Masters y Johnson (1970),
diseñaron un programa terapéutico de dos semanas para parejas que incluye una
serie de ejercicios de focalización sensorial que facilitan el aprendizaje gradual o
el re-aprendizaje de actitudes y patrones de comportamiento sexual. En estos
ejercicios que se realizan en las fases iniciales del tratamiento, es más
importante entrar en contacto con la piel, tocar, acariciar, masajear, explorar y
percibir las sensaciones eróticas en todo el cuerpo, que la estimulación sexual
directa de las zonas erógenas o el coito. La obra de Masters y Johnson (1966), que
partió de elaborar un modelo de la respuesta sexual humana con cuatro fases
(excitación–meseta–orgasmo–resolución), estimuló el avance de la terapia sexual y

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Psicología del Comportamiento Sexual

en los años siguientes se registró un aumento en el número de contribuciones en


este campo. Lobitz y Lo Piccolo (1978), combinaron el programa de Masters y
Johnson (1970), con técnicas de comportamiento desarrolladas por Wolpe (1969) y
otros. Hartman y Fithian (1973), añadieron innovaciones sexo terapéuticas tales
como: 1) Un examen sexológico con el fin de determinar las zonas erógenas de
mayor sensibilidad a la estimulación sexual física y los tipos de estimulación que
son incómodos o dolorosos. 2) Ejercicios con imágenes del cuerpo para fortalecer
el auto concepto corporal. 3) Instrucciones específicas para la estimulación
femenina del músculo pubococcígeo. Basado en sus estudios mencionados
anteriormente, Alzate desarrolló en Colombia un modelo de examen sexológico
con el propósito de contribuir al diagnóstico y tratamiento de las disfunciones
excitatorias y orgásmicas femeninas (Useche, 2001)

II. PERFIL PROFESIONAL DE LOS PSICÓLOGOS DE LA SEXUALIDAD


Los psicólogos en el campo de la Sexualidad pueden desempeñarse principalmente
como sexólogos, educadores o terapistas sexuales. Los siguientes son los perfiles
profesionales en estas áreas tal como fueron definidos por el Dr. Helí Alzate
(1997), profesor titular de Sexología en la Facultad de Medicina de la Universidad de
Caldas y Sexólogo certificado por el American College of Sexologists.

 Sexólogo: “persona que posee sólidos conocimientos en todos los campos


relacionados con la sexología, y ha hecho contribuciones teóricas o
experimentales significativas al acervo del saber sexológico” (Alzate, 1997, p.
8).
 Educador Sexual: “persona que posee sólidos conocimientos en las principales
áreas de la sexología, y aptitudes pedagógicas para idear, organizar y
desarrollar programas colectivos o individuales, formales o informales de
educación sexual positiva para individuos de diversas edades y niveles
educativos”(Alzate, 1997, p. 230).
Educación Sexual Positiva: proceso formativo e informativo que permite a la

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Psicología del Comportamiento Sexual

persona adquirir un conocimiento razonado y científico de la sexualidad


humana acorde con su desarrollo intelectual, una actitud tolerante hacia las
opiniones y conductas sexuales de los demás, mientras no sean nocivas, y la
capacitación para ejercer responsablemente, en el momento oportuno, la función
sexual en sus modos erótico y reproductor (Alzate, 1997, p. 230).
Educación Sexual Negativa: proceso formativo e informativo, a menudo por
omisión, que crea en la persona el sentimiento de que el ejercicio autónomo de
la función sexual en su modo erótico es incorrecto, inmoral o anormal, y que
él solo es un representante del Campo de Psicología de la Sexualidad (Alzate,
1997, p. 230).
 Terapeuta Sexual: persona que tiene sólidos conocimientos sexológicos,
particularmente en los aspectos biológicos, psicológicos (etológicos) y
socioculturales atinentes a la génesis de los problemas sexuales, entrenamiento
práctico en la identificación de las causas de ellos y en el tratamiento de los
que no sean de origen exclusiva o predominantemente orgánico, actitud tolerante
hacia las opiniones y conductas sexuales del consultante que no sean nocivas, y
la aptitud necesaria para establecer la relación terapéutica (rapport) (Alzate,
1997, p. 228).

III. DEFINICIÓN:
Según la Dra. HELEN SINGER KAPLAN refiere que la terapia sexual es un conjunto
de estrategias para tratar disfunciones del desempeño sexual cuando no hay etiología
médica (fisiológica), o como complemento al tratamiento médico. Donde se utilizan
estrategias mucho más concretas, aunque eso no significa que sólo se explore la
sexualidad del individuo ya que el ámbito sexual de una persona está conformado no
sólo por la respuesta sexual que conduce a las relaciones sexuales, sino por las
creencias, emociones, necesidades, deseos, relaciones interpersonales, lo que hemos
aprendido a nivel cultural y familiar, etc. Todos estos factores influyen en nuestra
manera de percibir la sexualidad y de relacionarnos con el sexo, así que, como vamos
a tratar a continuación, la terapia sexual es un trabajo focalizado pero muy amplio a su

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Psicología del Comportamiento Sexual

vez.
Para que el terapeuta pueda adoptar una decisión racional acerca del tratamiento, es
indispensable una formulación de carácter multidimensional (bio-psico-social). Por lo
que se conoce como un enfoque individualizado que requiere una técnica de
evaluación bastante esencial, centrada en la apreciación de la experiencia sexual de la
pareja, y no en la mera obtención de datos descriptivos del estado mental; cabe
precisar que cada procedimiento, cada ejercicio, cada interpretación, debería tener una
base racional explicita; es así que el terapeuta tenga una conciencia de las
limitaciones, así como de las ventajas de este enfoque.
Existen algunos factores pronósticos que pueden influir en el éxito de la terapia
sexual; una limitación seria tomar la intervención de manera aislada con la persona
que lo padezca una disfunción sexual; ya que los ejercicios que se propondrán más
adelante, siendo elementos básicos de la TS y que son esencialmente interacciones
estructurales entre dos miembros de una pareja y, sencillamente no se puede realizar a
solas. Con excepción de las mujeres totalmente anorgásmicas, el tratamiento supone la
participación de dos individuos cooperativos.
La principal ventaja de la TS es que permite a las personas que funcionan
inadecuadamente alcanzar seguridad y confianza en su actividad sexual para poder
luego buscar una relación.
Objetivos:
 Humanizar las relaciones sexuales.
 Alcanzar un buen nivel de autoestima.
 Mejorar el funcionamiento sexual (aspecto extremadamente importante de la
experiencia humana)
 Evaluar la amplia matriz psíquica (la sexualidad es una parte integrante y
hermosa).

IV. CLAVES BÁSICAS DE LA TERAPIA SEXUAL:


Terapia sexual como un conjunto aleatorio de posturas, técnicas, trucos o artilugios
toda una jerga para la práctica del sexo, ese sexo generalizado en su concepto

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Psicología del Comportamiento Sexual

falseado. Contrariamente a esta creencia y a esa práctica, lo más importante de las


innovaciones no reside en dichas “técnicas sexuales” sino en las claves básicas que
dan sentido a unas u otras estrategias, así como a las tácticas que las acompañan.
Por eso conviene que nos detengamos en algunas claves básicas que forman los
pilares de la Terapia sexual, sea cual sea la clase de problema en uno u otro punto del
argumento general. Las tres claves que expondremos a continuación, emanadas
directamente del análisis del factor sexual, ocasionaron una auténtica revolución en
los tres pilares clásicos de todo el formato terapéutico: en primer lugar, sobre el objeto
clínico; a continuación, sobre la etiología y el diagnóstico; y, finalmente, sobre el
mismo tratamiento.

1. PRIMERA CLAVE: SOBRE EL OBJETO CLÍNICO:

Esta primera clave básica, consiste en considerar la queja o disfunción, sea cual
sea ésta dentro de las listas de uso, no como propia de uno o de otro de los dos
componentes de la relación, sino como el resultado o producto de un tercer
elemento, es decir, del ars amandi de la misma relación. “La unidad clínica
escriben Masters y Johnson es la misma relación sexual”. Y ésta será, sin
menoscabo de que, en su momento, se traten unos u otros aspectos concretos de
uno u otro de sus componentes, el objeto central de toda observación.
No habría por qué extrañarse de esta clave cuyas repercusiones son tan
extraordinarias, si bien es explicable que resulte chocante debido al esfuerzo o
cambio que requiere con respecto a modelos anteriores, habituados al tratamiento
de individuos frente al planteamiento de este objeto clínico nuevo formado por la
relación. Sin duda se trata de un vuelco epistemológico de la entidad clínica
misma. Pero es en ese marco, en esa “mesa de operaciones”, en la que las
intervenciones resultan de la máxima eficacia, incluso en cuestiones que parecen
ser estrictamente individuales o independientes de cada relación.
Se ha dado poco interés a esta clave expuesta por Masters y Johnson. Y esto por
dos factores: por un lado, porque la misma realidad de la pareja se ha tomado en
su sentido difuso y voluntarista o moral, y, por otro lado, porque junto a la Terapia

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Psicología del Comportamiento Sexual

sexual, se han desarrollado otros formatos o enfoques que llevan el nombre de


terapia de pareja, no siempre coordinados con ésta.
No obstante, si tomamos en consideración la noción de pareja como el proyecto
formado por dos sujetos cuyas estructuras, vivencias, deseos y conductas se
encuentran como dos sexos que son, se podrán ver las cercanías entre lo que es
terapia de pareja y terapia sexual. Otra cosa es que, por sexual, se entienda la
alcoba o el uso de los genitalia, es decir el locus genitalis antiguo separado de los
sujetos, según la noción de sexo falseada, y no lo que dice relación a lo que cada
sujeto tiene de más propio en dicha relación conjunta, que es el ser de uno o de
otro sexo.

2. SEGUNDA CLAVE: SOBRE LA ETIOLOGÍA Y EL DIAGNÓSTICO


Esta nueva clave básica de la Terapia sexual concierne a los pasos previos de la
etiología y diagnóstico para la definición de los distintos problemas denominados
sexuales. Es lo que se conoce en el modelo médico como anamnesis. Sin duda esta
clave resultó también excesivamente innovadora. Incluso, como se dijo,
revolucionaria. Antes de Masters y Johnson se estaba acostumbrado a distinguir
dos parámetros diagnósticos: uno de orden orgánico o biológico y otro de orden
mental o psicopatológico. Tras la priorización del marco relacional como objeto
clínico principal, estas causas de los problemas fueron automáticamente
replanteadas. Y es que tanto los factores de la patología orgánica como los de la
psicopatología que ocupaban un destacado sitio en el orden anterior pasaban a ser
secundarios, no porque no fueran de interés en su momento para ser tenidos en
cuenta sino porque no son los de más interés para el diagnóstico y, sobre todo,
para un tratamiento centrado en las interacciones de la relación como objeto
principal. Dada la línea de uso en los diagnósticos, Masters y Johnson siguieron
también con ella señalando esas causas o factores cuando éstos resultaban claros y
directos, aunque en porcentajes bajos. “Se estima escriben en un balance de 1987
que entre un 10 y un 20 por 100 de estos problemas tienen una causa
preponderantemente orgánica. En otro 15 por 100 estos factores orgánicos

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Psicología del Comportamiento Sexual

contribuyen a que se produzcan los trastornos aun cuando no constituyan la causa


única o directa”4. Por eso es siempre conveniente un reconocimiento en el que
sean detectados estos factores, como es el caso de la diabetes o el alcoholismo,
especialmente en las dificultades relativas a la erección. O el de las lesiones o
trastornos neurológicos, las infecciones genitales, las deficiencias hormonales, o
los problemas vasculares. Es también el caso de la toma de algunos fármacos,
como los reguladores de la tensión arterial, anfetaminas, sedantes o
estupefacientes que, como es sabido, pueden constituir diversas disfunciones.
En algunos problemas más específicamente masculinos, no obstante, como la
eyaculación precoz o la aneyaculación, es muy raro encontrar este tipo de factores
en su génesis. En las disfunciones femeninas la rareza de las causas orgánicas es
todavía mayor, con excepción de algunas dispareunias que el reconocimiento
ginecológico puede detectar. Suelen señalarse, entre otros, la ingestión de algunos
fármacos productores de sequedades vaginales, así como ciertas infecciones
genitales o estados carenciales de estrógenos.

BAILE DE CIFRAS
Más difícil todavía ha resultado el establecimiento de una relación de causa-efecto
entre los llamados factores psicopatológicos y las dificultades sexuales al no
disponer de verificaciones empíricas, por más que un tópico haya generado el uso
tan en voga de pensar que si no hay causas orgánicas de muchos problemas deberá
haberlas de otro estilo y ésas han dado en nombrarse con el prefijo psico, al que
luego le ha sido añadido el sufijo socio o la no menos ambigua fórmula psico-
sexual.
A partir de ahí, según la procedencia médica o psicológica de los distintos
estudios, puede asistirse a los conocidos bailes de cifras sobre el porcentaje que se
lleva cada clase de causa en los problemas sexuales. Unos dirán: el 85% es de
origen orgánico frente al 15% de origen psicológico; otros dirán: el 70% es de
origen orgánico, frente al 30% de origen psicológico; otros: el 40% es orgánico,
frente al 60 % psicológico; o el 20% de origen orgánico frente al 80% psicológico.

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Psicología del Comportamiento Sexual

Y así sucesivamente. Hemos podido ver tal cúmulo de combinaciones que resulta
imposible darlas todas, tal es el abanico de opiniones divergentes en torno a esos
parámetros.
Entre la clase de los llamados factores psicológicos –a veces se llaman
psicológicos, a veces psicopatológicos: siempre, en todo caso, con sufijo psi– se
suelen apuntar los propios del desarrollo en sus distintas fases o etapas, como son
los trastornos generales de la infancia, la adolescencia, juventud, etc., dentro de los
cuales algún percance o acontecimiento podría haber contribuido a crear éste o el
otro problema sexual concreto del que se trate en cada caso. Es sabido, no
obstante, que los mismos o parecidos fenómenos no afectan a todos por igual, de
donde es fácil concluir la relativa y dudosa causalidad psicológica de tales
factores, a no ser que por psicológico se entienda todo, lo que termina en el
contrasentido de no saber a qué se denomina sexual, cosa que no es, por cierto,
nada banal y por la que habría que empezar.

EL MARCO DEL ARS AMANDI


De ahí que, frente al protagonismo de esa doble división de causas en el
diagnóstico diferencial, Masters y Johnson no dudaran en afirmar en uno de sus
Escritos mayores: “La más abundante etiología de los problemas sexuales, más
que de origen médico o psicopatológico, procede de las carencias educativas y de
la ignorancia de la función sexual”5. En las relaciones de los sexos no se trata,
pues, tanto de diferenciar entre factores orgánicos y mentales, como todavía se
discute en ocasiones, sino del encuentro entre uno y otro sexo con unos u otros
factores. Por ello, sin menoscabo de que, a efectos del estudio y de la casuística,
muchos factores sean de interés para la aplicación de unos u otros recursos –y
todos deban ser estudiados– el eje conductor tanto del diagnóstico como del
tratamiento seguirá siendo la relación, es decir, el ars amandi en cuyo marco esas
dificultades se producen y se viven.
Lo que se conoce como diagnóstico sexual en el sentido más claro es, en
definitiva, el de la situación de cada sexo con el otro o, si se prefiere, de cada

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Psicología del Comportamiento Sexual

sujeto en tanto que sujeto sexuado. Eso y no otra cosa quiere decir sexual y no lo
relativo al ejercicio de sus genitalia. Todavía más: el ars amandi de cada sujeto,
como desembocadura pragmática o visible de su dimensión sexual, es lo que lo
refleja y resume. Se trata, pues, de las interacciones de los sujetos sexuados como
tales sujetos sexuados con otros sujetos sexuados.
Primar este eje conductor que constituye el hecho de los sexos y su ars amandi por
encima de los otros factores constituye el núcleo de esta segunda clave básica, o del
diagnóstico, en la Sex therapy. No hace falta insistir en que no se trata de negar o de
no considerar otros factores, sino de considerar este eje por encima de los otros. Más
exacto sería decir: a éstos girando en torno a él. Es, como vimos, el quicio del factor
sexual. Desde este punto de vista, el recurso tan en uso al conocido esquema bio-
psico-social necesita una revisión.

3. TERCERA CLAVE: SOBRE EL TRATAMIENTO


La tercera clave reside en el hecho de que el tratamiento de la Terapia sexual tiene
lugar siempre centrado en la relación sexual. Todas las estrategias, tácticas,
técnicas o recursos son aplicados indistintamente a uno u otro de sus componentes
en el marco de dicha relación. Más exactamente: es la relación la que recibe el
tratamiento, aunque en ocasiones pueda dar la impresión de que se dirige a sus
componentes. Es importante destacar que esta clave no debe confundirse con la
diversidad de recursos específicos para cada uno de los problemas o para algunos
de esos problemas en sus distintas fases del proceso terapéutico.
La novedad de esta clave sigue resultando muy desconcertante en algunos sectores
que, de forma vestigial, priorizan todavía los llamados factores orgánicos o
psicológicos sobre el mismo ars amandi. En efecto, en la Terapia sexual, aunque
se den estos factores, el marco del tratamiento será siempre el del ars amandi, sin
menoscabo de que, como es obvio, se traten esos factores específicos con los
recursos específicos en su debido momento. Dicho de una forma más clara: el
marco global es más importante que cualquiera de sus factores porque incluso esos
factores operan de otra forma en un marco general que fuera de él.

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Psicología del Comportamiento Sexual

Ello requiere no solamente adaptar algunos de los detalles o aplicar algunas de sus
técnicas, sino fundamentalmente no perder de vista la principal clave que permite
la aplicación organizada y secuencial de todo su conjunto. La base de esta clave
reside en el principio de que, así como las dificultades se crean o aparecen en el
curso de una relación, así también son más fácilmente detectables y abordables en
ella.
Hay algo más: el concepto de sexo –el factor sexual– sólo puede ser entendido como
una estructura relacional desde la sexuación de cada sexo. No se trata, pues, de una
ocasional medida voluntariosa o de colaboración entre los miembros de la pareja –
“que la pareja colabore...”–, sino de una clave básica de epistemología y conceptos, lo
mismo para el conocimiento teórico de los fenómenos que para el tratamiento de sus
problemas. Las implicaciones que se derivan de esta clave básica, así como sus
aparentes complicaciones y complejidades no suelen superar sus aportaciones, por lo
que, aunque algunos elementos hayan sido modificados con el tiempo, este principio
ha seguido cada día más firme y consolidado7. Se ha criticado a Masters y Johnson en
este punto por tener, se ha dicho, una idea previa de la pareja. Pero no se trata de
pareja sino de relación de los sexos. Curiosamente no se sabe muy bien cuál es su idea
de pareja si no es la que cada relación tiene de sí misma que es, en definitiva, la que
crea o no crea unos u otros problemas. Y de ahí que, más que una idea abstracta de la
pareja, se trate del ars amandi concreto y propio de cada relación: el que crean los
mismos sujetos sexuados que la forman.

La organización
Estas tres claves básicas apuntan todas en una misma dirección: el factor sexual, o sea,
el hecho de los sexos. Y conducen a un estilo de organización del modelo de la
Terapia sexual. A nadie le resulta extraño que todo lo que concierne a los sexos se
lleve de forma conjunta entre los sexos. De ahí que todos los pasos se enfoquen desde
ellos.
El mismo formato de Terapia sexual es conducido y organizado por un equipo de dos
sexos: es el dual-sex team formado por expertos de ambos sexos y, más en particular,

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Psicología del Comportamiento Sexual

como sucedió en el caso de sus creadores, de William Masters y Virginia Johnson.


Hasta los más nimios detalles de la organización del formato terapéutico serán una
consecuencia de estas bases. Por ejemplo, las estrategias, tácticas, técnicas y recursos
que componen el formato completo de la Terapia sexual –como es obvio, vistas desde
los conceptos y las claves básicas– ofrecen el fruto con el que Masters y Johnson
iniciaron lo que ha sido llamado la era de la terapia sexual. De ello nos hemos
ocupado en otro lugar con más detenimiento.

V. DISFUNCIÓN:
A. Definición:
Enumerar una serie de condiciones que convenientemente clasificamos como
disfunciones sexuales requiere de una reflexión previa ante el concepto de disfunción
sexual. Muchos autores hacen referencia a la respuesta fisiológica “normal” para
deducir de ahí el concepto de disfunción sexual.
Master, Johnson y Kolodny (1985) definen a la disfunción sexual como las
situaciones que menoscaban las respuestas físicas ordinarias en la respuesta sexual.
Las disfunciones sexuales son problemas en el funcionamiento erótico de las
personas que usualmente impiden el desarrollo de una vida erótica plena, el
desarrollo de vínculos eróticos satisfactorios en las parejas y que, muy
frecuentemente deterioran la autoimagen y la autoestima de las personas. Sus
determinantes pueden encontrarse en una variedad de niveles de nuestra naturaleza
humana, desde nuestra constitución biológica, con los avatares que sobre la misma
producen muchas enfermedades, nuestra naturaleza psicológica, que reclama la
integración armónica de nuestras potencialidades eróticas dentro de la totalidad de
nuestra persona, la naturales del vínculo de pareja y el ambiente social y cultural ante
el erotismo.
Como ya se ha visto, en la respuesta sexual humana existen distintas etapas, cada una
de las cuales es necesaria para alcanzar una experiencia satisfactoria. Sin embargo,
por una serie de causas biológicas y principalmente psicológicas, se pueden producir
trastornos en algunas de las etapas, dificultando seriamente o imposibilitando incluso

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Psicología del Comportamiento Sexual

la realización satisfactoria del acto sexual, afectando con ello un área muy importante
de la intimidad afectiva en la vida de la pareja.

B. TIPOS:
EN EL HOMBRE
1. Disfunción de la erección:
Llamada también impotencia, es la incapacidad de alcanzar o mantener una
erección bastante firme para mantener el coito. Este trastorno puede ser
primario o secundario. Se denomina primario cuando el varón no ha podido
nunca realizar el coito. Se denomina secundario cuando ha logrado la copula
en alguna, algunas o muchas ocasiones antes de que se inicie la disfunción. En
la mayoría de casos está producida por el temor al fracaso en el desempeño
sexual.

2. Eyaculación precoz:
Es la aparición de la eyaculación antes, durante o después de haberse
producido la penetración y antes de que la persona lo desee. Por lo general, se
presenta en jóvenes y se inicia en las primeras relaciones. Algunos posibles
factores que determinan la eyaculación precoz son: la disminución de la
frecuencia de la actividad sexual, la ansiedad producida por una pareja nueva,
la ansiedad precoital o una consecuencia de las dificultades para conseguir o
mantener una erección.
Genera malestar a ambos miembros de la pareja. En el varón, debido al
descontrol y la prontitud que, a su vez, conllevan a que la mujer no alcance la
respuesta orgásmica.
Hay que considerar además que la respuesta eyaculatoria es un reflejo y que,
en el caso de la eyaculación precoz, el reflejo se desencadena ante niveles
bajos de excitación en consecuencia, la eyaculación se presenta de forma
rápida e imprevista, dificultando el aprendizaje que le permite a una persona
ejercer un cierto nivel de control de su reflejo eyaculatorio.

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3. Eyaculación retardada:
En esta disfunción el varón logra la eyaculación en la vagina, pero luego de un
tiempo y esfuerzo prolongado. Es un problema opuesto a la eyaculación
precoz.
En algunos casos, la prolongación del coito puede ser de intenso goce para la
pareja.
En otros, puede resultar incómodo si es que las necesidades de la mujer no
requieren de lapsos tan prolongados.

4. Coito doloroso:
Es una disfunción, que consiste en experimentar dolor genital al efectuar el
coito. Se denomina también dispareunia. Aunque se le considera un trastorno
típico de la mujer, es posible que afecte también a los hombres. Por lo general,
el dolor se presenta en el pene, en algunos casos se presenta también en los
testículos y en los órganos internos.
Generalmente, se debe a factores orgánicos como infecciones o fibrosis,
aunque puede deberse también a factores psicológicos.

EN LA MUJER
1. Vaginismo:
Consiste en una contracción involuntaria de los músculos del tercio exterior de
las paredes vaginales, cuando el hombre intenta la penetración vaginal. En
algunos casos graves, la abertura vaginal se cierra por completo. Este problema
se puede presentar, incluso, a pesar de que la mujer experimente excitación y
lubricación y sienta intensamente el deseo de mantener una relación sexual.

2. Anorgasmia:
Se denomina así a la disfunción que consiste en la dificultad o imposibilidad
que tiene l mujer para alcanzar el orgasmo. En el caso de la anorgasmia

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primaria, la mujer nunca ha experimentado un orgasmo. Mas, en la


anorgasmia secundaria, la mujer pierde la capacidad de tener orgasmos,
habiéndolos alcanzado en algún periodo de su vida.
Para que se considere anorgásmica a una mujer debe tomarse en cuenta la
ausencia de los siguientes factores: destreza y sensibilidad del compañero, su
atractivo de la pareja, cooperación, así como también las circunstancias de la
actividad sexual: intimidad, oportunidad del momento, comodidad, etc.

3. Coito doloroso o Dispareunia:


Esta alteración, que se puede producir a cualquier edad, aparece al principio de
la cópula, en el lapso intermedio o después del coito. El dolor se puede
presentar como ardor, dolor cortante, quemadura o contracción. En cuanto a su
ubicación, este puede ser externo o al interior de la vagina o en el fondo de la
región pélvica o en el abdomen. Pueden darse causas físicas o psicosociales
para explicar esta disfunción. Cualquier estado físico que genere insuficiente
lubricación vaginal puede causar dolor coital. Los fármacos, drogas, afecciones
cutáneas, irritación o infección del clítoris, enfermedades de la vagina. La
uretra o el ano, pueden provocar dispareunia.

4. Deseo sexual inhibido:


Este trastorno se puede presentar tanto en varones como en mujeres. Se
caracteriza por la ausencia de interés en la actividad sexual, a ello también se
suma ausencia de fantasías sexuales. Puede tratarse de un problema global,
cuando la ausencia del deseo no se presenta en ninguna circunstancia; o
situacional, cuando está asociada a un compañero(a) o a una actividad sexual
especifica (por ejemplo, sólo en el coito mas no en la masturbación).
Aunque algunas disfunciones tienen origen biológico, en su gran mayoría son
producto de una inadecuada educación sexual asociada a ciertos problemas
psíquicos en la personalidad.

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5. Frigidez:
Término que comenzó a utilizarse en 1970 cuando los sexólogos William
Masters y Virginia Johnson publicaron su investigación titulada “Respuesta
sexual inadecuada”, en la cual bajo dicho vocablo se reunían diferentes
trastornos sexuales femeninos, desde la falta de clímax hasta el desinterés por
el coito y la inhibición total o parcial de la excitación. Dada la imprecisión y
forma despectiva de la palabra frigidez, posteriormente se pasó a denominarle
también disfunción orgásmica o anorgasmia. Hablamos de un problema que no
tiene edad de aparición, genera frustración en la mujer y en su compañero
provoca reacciones de enfriamiento, hostilidad e ira. Quien experimenta esta
alteración puede sufrir en silencio y soportar las recriminaciones de su
cónyuge, o bien buscar ayuda profesional médico-psicosexológica a fin de
encontrar una solución.

VI. CAUSAS EN LOS DIFERENTES TIPOS DE DISFUNCIÓN:


PSICOLÓGICAS:
 Afectos negativos (Ansiedad, inseguridad, angustia, depresión, miedos,
baja autoestima, disgusto, ira, culpa, nerviosismos, etc).
 Conflictos inhibición psicológica: Cuando hablamos de inhibición es la
intervnción de las funciones ejecutoras frente a la respuesta sexual.
 Problemas de control cognoscitivo (Alteración para la regularización de
la expresión frente a la necesidad sexual).
 Conflictos originados durante la infancia (Antes de los 5 años).
BIOLÓGICAS
Factores interno:
 Sistema nervioso autónomo.
 Digestión.
 Respiración.
 Funciones cardiovasculares (Nervios Víserales)

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Factores externos:
 Consumo de sustancias psicoactivas.
 Automedicación.
HISTÓRICOS CULTURALES:
Nuestra sociedad, sexualmente reprimida, no ha considerado el sexo como una
función natural hasta épocas muy recientes. Por lo tanto, no ha sido libre ni
ampliamente asequible la información adecuada. Esta cortina de ignorancia unida
a las afectividades fuertemente emocionales acerca de las cuestiones eróticas
proporcionaron un fértil medio cultural para el crecimiento de la ignorancia, los
mitos y los errores.

Contemplamos a continuación las siguientes causas posibles de cada una de las


siguientes tipo de disfunción:

a) Disfunción de la erección:
A nivel físico, el pene no puede acumular la sangre necesaria para que se dé una
erección, generalmente porque no llega en suficiente cantidad.
 Fumar.
 La hipertensión arterial
 La diabetes
 Enfermedades cardiacas y aumento en los niveles de colesterol en sangre pueden
provocar trastornos vasculares que dificulten la erección.
Desde la vista psicológica:
 Enfermedades como la ansiedad (provocada con frecuencia por el miedo a no
conseguir una erección o a defraudar a la mujer).
 La depresión, los problemas con la pareja e incluso el estrés pueden afectar al acto
sexual.
 También la preocupación excesiva por los problemas laborales, sociales o
familiares implican que no se dedique la atención necesaria al acto sexual.
 La fatiga.

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 La inapetencia.
 La falta de ejercicio.
 El insomnio o un fracaso laboral también desequilibran los reflejos sexuales.
Causas neurológicas
 En estos casos se produce una interrupción en la transferencia de mensajes del
cerebro al pene porque existe una lesión en los nervios implicados. Esto ocurre
con las lesiones de la médula espinal, la esclerosis múltiple o tras algunas
intervenciones quirúrgicas en la pelvis.
Causas hormonales
 Son poco frecuentes. Generalmente se deben a una falta de hormonas sexuales
masculinas.
Causas farmacológicas
 Existen varios medicamentos que tienen como efecto secundario disminuir la
capacidad de tener una erección. Entre ellos hay algunos fármacos para tratar la
hipertensión, las enfermedades cardiacas y los trastornos psiquiátricos.

b) Eyaculación Precoz:
Nivel Psicológico:
 Mala educación sexual. La falta de madurez sexual que se da durante la
adolescencia lleva a los jóvenes a buscar la forma de satisfacerse con
precipitación. Esta prisa por alcanzar la satisfacción puede llegar a marcar una
tendencia si se mantiene por años. La falta de autodominio puede generar un
problema de eyaculación precoz en el futuro.
 Autoestima. No quererse a sí mismo puede generar inseguridad y esta a su vez
provocar la falta de control sobre la eyaculación. La orden de eyacular se produce
en el cerebro. El nerviosismo que produce el pensar que no se está a la altura
puede alterar el proceso normal que lleva al clímax.
 Ansiedad. Los periodos de ansiedad que pueden provocar los problemas laborales
o económicos también pueden descontrolar el dominio sobre la eyaculación. Esto

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también se puede dar si la otra persona muestra abiertamente su ansiedad y


dificulta que las relaciones se lleven a cabo con normalidad.
 Estrés. Estar sometido a periodos prolongados de estrés tiene el mismo efecto que
la ansiedad. Puede que no te des cuenta de que está sufriendo los efectos de una
carga elevada de trabajo o de una actividad diaria demasiado elevada. Este
cansancio puede afectar a este y otros aspectos de la vida.
Poca satisfacción con la vida sexual. No alcanzar las expectativas sexuales puede ser
un problema que descontrole el dominio que se tiene sobre la eyaculación.
Obsesionarse con alcanzar mayor estimulación o centrarse en aspectos negativos
relativos a las relaciones sexuales, puede generar falta de interés y precipitación a la
hora de llegar al clímax. Además, la insatisfacción crecerá ya que los orgasmos serán
menos intensos.
Poca frecuencia al mantener relaciones sexuales. Si se pasa demasiado el tiempo entre
una relación sexual y la siguiente, lo más probable es que se tenga una eyaculación
más rápida. Tener relaciones sexuales con frecuencia generará mayor autocontrol a la
la hora de escoger en qué momento llegar al clímax.
Factores puntuales. La eyaculación precoz puede ocurrir de manera ocasional. Esto no
es un problema grave. Puede que algún factor externo haya influido en este caso, si no
se repite con frecuencia no le tienes que dar mayor importancia.
Factor hereditario. La eyaculación precoz puede tener un factor genético. Es posible
que el problema sea heredado y no tenga nada que ver con un origen psicológico o con
alguna enfermedad.
Nivel Físico:
Circulación. El pene se pone erecto por la entrada de sangre en unos conductos o
zonas cavernosas. El flujo anormal, producido por mala circulación, puede generar
que la salida del semen se produzca antes de tiempo.
Sensibilidad extrema. Una sensibilidad extrema de las partes más sensibles del pene
puede acelerar el proceso hasta descontrolarse, haciendo que la eyaculación llegue
demasiado rápido.

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c) Eyaculación retardada:
Estas son algunas de las causas físicas de la eyaculación tardía:
 Determinadas anomalías congénitas que afectan el aparato reproductor.
 Lesión de los nervios pélvicos que controlan el orgasmo.
 Determinadas infecciones, como una infección urinaria.
 Cirugía de la próstata, como la resección transuretral de la próstata o la extirpación
de la próstata.
 Enfermedades neurológicas, como neuropatía diabética, accidente cerebrovascular
o lesión a los nervios de la médula espinal.
 Trastornos relacionados con las hormonas, como nivel bajo de hormonas tiroideas
(hipotiroidismo) o nivel bajo de testosterona (hipogonadismo).
 Eyaculación retrógrada, un trastorno en el cual el semen vuelve hacia atrás e
ingresa en la vejiga en lugar de salir del pene.

Estas son algunas de las causas psicológicas de la eyaculación tardía:

 Depresión, ansiedad u otros trastornos de salud mental


 Problemas de pareja debido a estrés, mala comunicación u otras preocupaciones
 Ansiedad acerca del desempeño
 Baja autoestima de la imagen corporal
 Tabúes culturales o religiosos
 Diferencias entre la realidad sexual con una pareja y las fantasías sexuales.

d) Coito doloroso (Coitalgia):


 Fimosis.
 Glande muy sensible.
 Reacción alérgica al látex del preservativo o del diafragma de la pareja.
 Anormalías estructurales del pene como por ejemplo la enfermedad del Peyronie.
 Inflamación o infección del pene, el prepucio o los testículos.

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 A veces se puede producir este coito doloroso al entrar en contacto la punta del
pene con la parte terminal del DIU o con los espermicidas.
 Infecciones del aparato urinario: Prostatitis (inflamación de la próstata), problemas
o infecciones en la uretra, infección a nivel de las vesículas seminales, desgarros
del frenillo, infección en la vejiga urinaria.

e) Vaginismo:
 El parto, sobre todo si ha sido doloroso y difícil, cesáreas, abortos, episiotomías,
etc.
 Los cambios hormonales y la menopausia.
 Falta de lubricación o estimulación puntual.
 Una cirugía pélvica.
 Casos de violación, abusos o ataques físicos o sexuales.
 El uso de algunos medicamentos.

Las causas psicológicas suelen ser las más frecuentes y entre ellas se encuentran:
 La ansiedad anticipatoria ante la penetración.
 Una educación sexual escasa, restrictiva o carente de rigor, basada en mitos,
estereotipos, desinformación sexual, etc.
 El miedo al coito y/o el embarazo.
 Haber tenido experiencias sexuales y/o ginecológicas previas negativas.
 Haber sufrido violación, abusos o agresiones.
 Los estados depresivos y/o ansiosos.
 Una autoimagen corporal negativa.
 La hostilidad hacia la pareja.

f) Anorgasmia:
La realidad es que pueden existir múltiples factores. Veamos los más comunes.
 Por un lado, influye de forma notable la educación sexual que haya recibido la

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persona.
 El factor cultural y las ideas preconcebidas tiene también una gran trascendencia
en muchos casos. Existe aún a día de hoy la idea errónea de que la mujer tiene que
llegar siempre al orgasmo mediante la penetración, cuando la realidad es que es
más frecuente que lo haga mediante la estimulación manual u oral del clítorix.
 Por lo tanto, una pobre o nula estimulación de este área puede ser una de las
causas de esta problemática. También lo puede ser la presencia de un sesgo
atencional hacia el propio comportamiento o una autoobservación excesiva
durante el acto sexual, unidos con una serie de pensamientos negativos obsesivos
sobre el propio desempeño.
 El estudio antes citado nos dice que solo el 7 % de la anorgasmia femenina tiene
una causa orgánica, ahí donde el alcohol, los problemas hormonales y endocrinos
pueden favorecer su aparición. No obstante, en la mayoría de los casos, la causa
es psicológica.

g) Dispareunia:
El dolor en la penetración podría estar asociado a una variedad de factores, entre ellos:
 Lubricación insuficiente. Esto suele ocurrir cuando no hay suficiente juego previo.
 Disminución en los niveles de estrógeno tras la menopausia o el parto, o durante la
lactancia.
 Los antidepresivos, los medicamentos para la presión arterial alta, los sedantes, los
antihistamínicos y algunas pastillas anticonceptivas.
 Lesiones, traumatismos o irritación. Esto comprende lesiones o irritación por un
accidente, cirugía pélvica, circuncisión femenina o cortes realizados durante el
parto para agrandar el canal de nacimiento (episiotomía).
 Inflamación, infección o trastorno en la piel. Una infección en la zona genital o en
las vías urinarias puede causar dolor durante las relaciones sexuales. El eccema u
otros problemas en la piel de la zona genital también pueden ser el problema.
 Anomalía congénita. Un problema presente al nacer, como una vagina no formada

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completamente (agenesia vaginal) o el desarrollo de una membrana que bloquea


la abertura vaginal (imperforación del himen), podría causar dispareunia.
 Dolor intenso. Puede empeorar en ciertas posiciones.
 Ciertas enfermedades y afecciones.

Factores psicológicos:
 Ansiedad.
 Depresión, preocupaciones sobre la apariencia física, miedo a la intimidad o
problemas en la relación pueden contribuir a un bajo nivel de excitación y, en
consecuencia, a la incomodidad o el dolor.
 Estrés. Los músculos del suelo pélvico tienden a tensarse como respuesta al estrés
que sientes en tu vida. Esto puede contribuir al dolor durante las relaciones
sexuales.
 Antecedentes de abuso sexual. No todas las mujeres con dispareunia tienen
antecedentes de abuso sexual, pero, si has sufrido abuso, esto puede influir.

h) Deseo sexual inhibido:


En primer lugar, puede existir un falta de deseo sexual primario (desde el inicio de la
vida sexual) por una educación restrictiva o por una deficiencia hormonal.
Las causas pueden ser muy diversas:
 Enfermedades crónicas o que afecten al sistema endocrino.
 Disfunción sexual propia o de la pareja.
 Fármacos (atención a los antidepresivos).
 Cuadros depresivos.
 Estrés o cansancio crónico.
 Problemas de pareja.
 Hábitos sexuales poco gratificantes.
En ocasiones, por el contrario, no se halla una causa claramente identificable y la falta
de deseo se produce simplemente por una situación excesivamente rutinaria y sin

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Psicología del Comportamiento Sexual

estímulos, a la que el sujeto se habitúa.

i) Frigidez:
El problema puede ser desatado por motivos físicos y/o psicológicos. El primer grupo
incluye enfermedades como:
 Diabetes.
 hipertensión arterial.
 Infecciones vaginales.
 Alteraciones hormonales.
 Alcoholismo.
 Lesiones o desgarros de origen quirúrgico.
 Asimismo el uso de fármacos para trastornos del sistema digestivo, ansiedad,
depresión, anticonvulsivos, etcétera, pues numerosos medicamentos ejercen
efectos secundarios sobre la libido.
A su vez los factores psicológicos tienen un enorme peso en la alteración de la
respuesta erótica femenina, por ejemplo:
 La mala relación entre los padres y las hijas, capaz de crear un sentimiento de
inseguridad y desconfianza ante la sexualidad propia y ajena.
 Las experiencias traumáticas de tipo sexual durante la infancia.
 Las actitudes negativas hacia el erotismo por parte de la familia de procedencia.
 Los conflictos de identidad sexual.
 Considerar el interés por el sexo como algo morboso, pecaminoso o indecente
durante la infancia, ocasionará en la juventud y edad adulta un rechazo a la libre
expresión de la naturaleza carnal.

VII. DIAGNOSTICO Y TRATAMIENTO:


a. Diagnóstico:
 Examen Médico: Es realizado por un ginecólogo, urólogo o internista y otros
especialistas a fines, donde utilizan dos instrumentos: La Histórica clínica y el

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examen (inspección, palpación, ausculpuación). Evalúan casos como examen


físico (Órganos sexuales), análisis de laboratorio, y mediante la comunicación
realizan una evaluación sensitiva o empática de la experiencia sexual, explorando
así los síntomas, señales y antecedentes de la D.S.
 Psiquiátrico: Como una parte del diagnóstico inicial, se realiza un breve examen
psiquiátrico de ambos cónyuges, destinado a proporcionar el tipo de información:
1. Se debe determinar la presencia y naturaleza de cualquier psicopatología en
ambos cónyuges.
2. Es preciso estimar la calidad de su relación.
3. El terapeuta debería incluir el diagnóstico inicial con una idea suficientemente
aproximada del rol preciso que los síntomas sexuales desempeñan en la
dinámica intra psíquica de cada cónyuge y en la interacción de la pareja.

Estos tres factores deben ser comprendidos antes de que se pueda emprender una
intervención sobre bases seguras y racionales.

 Examen Psicosexual: El terapeuta sexual utiliza dos herramientas como son: El


examen físico (Entrevista) y la historia clínica; a través del interrogatorio, el
terapeuta descubre el cuadro mental detallado de las estructuras superficiales y
profundas de la sexualidad de la pareja, evaluando la experiencia a profundidad y
muy detallado.

VIII. TÉCNICAS:
TÉCNICAS EN DINSFUNCIONES GENERALES
a. Focalización sensorial I:
Se describe como la o las actividades que causan placer, una actividad sencilla y
hermosa, mostrando placer solo y exclusivamente a través del contacto que no sea
es genital.
Placereado: Vienen s ser aquellas dinámicas o ejercicios, de apariencia simple,
pero que determinan una sensación agradable. Es necesario que exista una previa

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predisposición para poder efectuar dichas actividades, sentirse libres y capaces de


brindar una reacción placentera, tanto a nivel personal como de pareja (Dar y
recibir placer).
b. Focalización sensorial II:
Este vendría a ser el siguiente paso después de la Focalización Sensorial I, ya que
en estas actividades se abre paso no solamente a un contacto mutuo entre la pareja,
sino que la experiencia se vuelca mucho más a la parte genital de ambos, causando
excitación, pero no orgasmo (Placer genital).
Placereado Genital: Se aborda el tema de placer sexual, acompañado de estímulos
suaves e inquietantes en los genitales. Acariciando el cuerpo en sus diferentes
áreas, pero precisando el área genital para estimular. Podría empezar con este
ejercicio el hombre luego la mujer o viceversa.

TÉCNICAS EN DINSFUNCIONES ESPECÍFICAS


a. La Frigidez
Estrategias de tratamiento:
o Focalización sensorial I.
o Focalización sensorial II
o Coito no exigente
o Coito y orgasmo
b. Disfunción orgásmica femenina
Estrategias de tratamiento:
o Orgasmo a solas (Masturbación)
o Orgasmo por estímulo del clítoris en presencia del cónyuge.
o Orgasmos en el coito
Si no se presenta el orgasmo en el coito, se realiza la Maniobra de Puente
(El hombre va penetrando en la mujer y estimula su clítoris).
c. Vaginismo
Estrategias de tratamiento:
o Introducción en la vagina del dedo y objetos de tamaño gradualmente

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creciente (En condiciones de tranquilidad y relajación).


o Desensibilización Sistemática.
o Hipnosis (Para resistir los sentimientos atemorizadores y para intentar la
penetración a través de esos sentimientos).
d. Impotencia
Estrategias de tratamiento:
o Placer erótico sin erección.
o Erección sin orgasmo.
o Orgasmo extra vaginal.
o Introducción sin orgasmo.
o Coito.
e. Eyaculación retardada
Estrategias de tratamiento:
o Desensibilización progresiva.
o Estímulo con distracción simultánea.
f. Eyaculación Precoz
Estrategias de tratamiento:
o El apretón (Primero)
o Stop y Start (Segundo)

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IX. CONCLUSIONES:
Más allá de padecer una disfunción sexual; el simple hecho de no tener una
mentalidad abierta en relación a la sexualidad, ya es una gran limitante para lograr
alcanzar las fases de la respuesta sexual. Es importante precisar que vivimos en una
cultura donde el machismo prima; en donde el varón cree que lo sabe todo y que no
necesita de la orientación de un especialista; convirtiendo a sus relaciones sexuales en
una monotonía. Y lo que buscamos con esta monografía de compilación es que todos
nosotros logremos adquirir una actitud positiva en relación a la sexualidad.

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X. REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS:

Helen S. Kaplan, Manual ilustrado de terapia sexual, Grijalbo Mondadori, 1975,


Barcelona, España. Título original, The Illustrated Manual of Sex Therapy,
Quadrangle/The New York Times Book Company, 1975, Nueva York, EUA.
Manual Ilustrado de Terapia Sexual (Décimo tercera edición) by Helen S. Kaplan.
https://www.researchgate.net/publication/305366310_Breve_historia_de_la_terapia_s
exual.
https://sexologiaenredessociales.files.wordpress.com/2013/08/a6-1-amezua.pdf
http://www.sexologosilvestrefaya.com/articulos/130%20combatiendo_la_frigidez.pdf
https://lamenteesmaravillosa.com/relaciones/sexo/
https://sexologiaenredessociales.files.wordpress.com/2013/08/a6-1-amezua.pdf

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XI. ANEXOS:

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