La pobreza alimentaria resulta de comparar el ingreso del hogar por persona con el
valor de la canasta básica alimentaria per cápita; esto es, con el costo de comprar
una canasta de alimentos crudos. La pobreza de capacidades, propuesta por la
Sedesol para medir los resultados del programa Oportunidades, comprende a
aquellos hogares cuyos ingresos no serían suficientes para cubrir la adquisición de
la educación, salud y alimentación. Por último la pobreza de patrimonio determina
el ingreso por persona mínimo necesario para satisfacer, además de la
alimentación, las necesidades de vestido y calzado, vivienda, transporte público,
salud y educación.
Referencia
Cordera Campos, R., & Provencio Durazo, E. (2016). Informe del Desarrollo en
México 2015. Programa Universitario de Estudios del Desarrollo – UNAM,
96-98.