Algunos apuntes sobre Baumgarten

Para el “método” que Baumgarten está creando cobra gran importancia la retórica, disciplina que se
ocupa de los genera dicendi, los géneros del decir. En un principio esta disciplina era el arte (técnica)
de hablar para la consecución de un fin deseado dentro de una situación (discursiva). Se trata,
obviamente, de una persuasión y, por otra parte, de poder hacer un discurso bello (que no hay que
confundir con un discurso embellecido). En un principio el campo de la retórica era muy vasto y
comprendía1:

- Inventio: la elección del tema, del argumento, de los tópicos o lugares.

- Dispositio: la distribución de las partes del discurso (exordio, narración, discusión, peroración).
- Elocutio: la organización en el detalle de qué palabras deben ser elegidas.
- Pronuntiatio: la enunciación discursiva.
- Memoria

Baumgarten, partiendo de la filosofía poética como la disciplina que se ocupa del discurso sensible
perfecto (el poema), quiere crear un instrumento que, similar al de la lógica, pueda dar razón de la
facultad imaginativa y del conocimiento sensible para alcanzar la perfección del conocimiento
sensible: la belleza entendida como la esencia de la cosa.

Entonces la estética parte de la facultad inventiva como modalidad de la imaginación que es capaz de
proporcionar representaciones compuestas, gobernadas por un principio organizativo que permita
reconducir a unidad los elementos de la representación. Esta facultad inventiva es el verdadero polo
alrededor del cual gravitan todas las facultades inferiores (pars inferior) ―el objeto de la “ciencia
estética”― y que se reúnen bajo el título de «análogo de la razón» (analogon rationis). A partir de
aquí es posible introducir una distinción:

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La retórica antigua solo estudia tres tipos de discursos: el deliberativo (nuestro actual discurso político), el judicial y el
epidíctico, el discurso de elogio y de acusación.

1
 - La claridad intensiva: las notas características. Los elementos de una representación son
clarificados mediante un procedimiento analítico para poder determinar nexos de
subordinación entre los elementos.

- La claridad extensiva: cuando los elementos en cuestión (los representativos, las notas
características) son muy numerosos y están coordenados entre sí.

Para Baumgarten, educado en la escuela de Leibniz y Wolff, la razón es la facultad de captar y colegir
de manera distinta el nexo de las cosas. Su intento es mostrar que hay una manera análoga de colegir
el nexo de las cosas, una manera de percibirlas en nuestras modalidades de la percepción sensible, la
parte que, según Baumgarten, la lógica olvida. Por ello Baumgarten da grande importancia a la poesía
y a la retórica, pues en la poesía ve un conocimiento legítimo y no un mero embellecimiento de
verdades intelectuales. Digamos que la utopía de Baumgarten es querer fundar una posible
argumentación (estética) que no sea la de la lógica, sino análoga a ella. Esta argumentación procederá
por el orden de las percepciones sensibles: un argumento es una percepción que vale como ratio (razón
suficiente) de otra percepción, es decir que vale para fundar y justificar otra percepción (y solo esa y
no otra). Esto daría forma a una conexión de verdades irreductibles a las exigencias de la lógica del
intelecto. Es decir que en la idea de Baumgarten también está lo siguiente: entre las percepciones se
realizan relaciones tales que una percepción vale para fundar a otra y todas cooperan hacia un resultado
de belleza que será luego posible analizar a la luz de uno o varios de los siguientes criterios:

- densidad estructural
- la relevancia ética
- poder de la argumentación
- el impacto emotivo

En todo esto cobra gran importancia la idea de belleza que Baumgarten maneja: la perfección en la
interconexión que se realiza entre elementos representativos sensibles. Por todo esto es posible afirmar
que la argumentación estética es un potenciador, pues esclarece el nexo de los elementos
representativos sensibles. La argumentación estética será entonces un conocimiento que permitirá
llegar a la cosa misma y el resultado será la belleza al margen del gusto de cada uno. Obviamente todo
esto implica que la labor del arte no es la representación de una cosa bella, sino la representación bella
de una cosa, aspectos que hoy son difícilmente compartidos.